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    LAS FORTIFICACIONES DE LA GUERRA CIVIL EN ELCERRO DEL SOCORRO (CUENCA)Pedro Peinado, Santiago D. Domlnguez-Solera y Michel Munoz

    Abstract This paper explains the morphology and historical interpretation of the most recent fortification complex in Cuenca, made around1936 by the II Republic military forces. It was designed with old concepts, ignoring the new tactics and the systematic bombing with planes.On the other hand, the republican authorities made an excellent and modern suburban system to preserve civil people from the fascist(alliance between Spanish rebels, Nazis and Italians) aviation.

    LA FORTIFICACION COLONIALESPANOLAEn 1859, durante la Primera Guerrade Marruecos, los infantes esparioles delConde de Lucena experimentaban como susbajas trincheras podian ser barridas por unenemigo dotado unlcarnente de armas blan-cas. Los defensores, provistos de armas defuego, causaban tantas bajas al enemigo, queobligarian a cualquier ejarcito europeo areplantear su estrategia de batallas. Sinembargo, los marroquies no se detenian,insistian e insistian, amparados por su supe-rioridad nurnerica y un espiritu tanatico, porotro lado, cornun a otros pueblos indigenascomo los zulues en Sudafrica (Khight, 1989) 0los derviches en Sudan (Khight, 1994).Por ello, los puestos fortificadosevolucionan elevando sus parapetos y ele-mentos de flanqueo, aislandose asi del con-tacto directo con el nativo hostil, que ahoraofrecia un perfecto blanco al defensor quedisparaba su fusil de retrocarga desde 10alto.La seguridad del infante colonial era total, yaque habitualmente los contingentes insurrec-tos carecian de artilleria. Enmuchos casos, lafortaleza colonial reprodujo el perfil de un cas-tillo del S. XV, como el fuerte de Cabrerizasaltas en Melilla. De Mora Figueroa, mas queun revival, ve un loqlco ejercicio de adapta-cion a los principios tacticos de la guerra colo-nial (De Mora, 1994: 149). Rescatando delolvido el rnatacan medieval, se salvaban lospuntos muertos que ocasionaban los altosadarves de tiro, a la vez que los fosos aumen-taban la altura de estas nuevas murallas. Lasnecesidades de flanqueo tambien recupera-ron la torre pentagonal -liamada "tarnbor' en losmanuales de ingenieros- que, al igual que en la Edad Media, diver-sificaba el tiro hacia anqulos diferentes. Ahora bien: si se echa unvistazo a la obra "Lecciones de Fortificacion" de 1898, observare-mos como un manual practice para el arma de ingenieros retrotraesu base teorica hasta el cerco de Alesia de Julio Cesar 0 hasta lasfortalezas de los cruzados (De la Llave, 1898). Se demuestra,pues, que tambien existe un fuerte componente ideoloqico quearranca de la cultura rornantlca e historicista de las primeras deca-das del S XIX, que determina la forma final que tuvieron estasconstrucciones "neomedievales".Pero las potencias coloniales no podian esperar que unainsurreccion se fuera a solucionar estrellandose contra los murosde una fortaleza bien pertrechada. Habia que ir a buscar a los nati-vos rebeldes alii donde se encontrasen, y eso pasaba por asegurarel paso hacia sus territorios. EI arte de fortificar volvlo ademostrarser una herramienta muy eficaz, resultando su producto mas senci-

    11 0 el "Blockhaus" 0 "Blocao". D. Manuel Herbe-lIa y Perez 10define como un recinto cuadran-gular de cuatro 0 cinco metros de lado, dotadode fusileras por sus cuatro costados y techadocon blindaje 0 sin el (Herbella, 1883). Se conci-bio polivalente,tanto para reforzar el perimetrode posicionesmasdestacadas, como para ase-gurarse vias de comunlcacion con puestos enpasos estrateqicos, 0 tambien para cerrarlineas de un frente, tal y como hicieron los bri-tanlcos en la II Guerra de los Boers, donde lospropios blocaos eran desmontados y transpor-tados en carros (Fremont-Barnes, 2003).Sequn su tamario, podian alojar un nurnerovariable de soldados y, por las fotografias deepoca, sabemos que en Marruecos algunosdispusieron de una pequeria torre de dos altu-ras que ariadia visibil idad sobre el campo detiro. En principio se realizaron con made-ra, tierra 0 piedra en seco, adaptandose losmateriales que proveia el mismo terreno sobreel que se asentaban. Despues, los desmonta-bles comenzaron a incorporar planchas rnetali-cas. Se ha dicho que hasta la I Guerra Mundialno se generalizo el uso del horrniqon armadoen fortiftcaclon, en clara alusion a los bunkeresalemanes dotados de ametralladoras, quesegaron la vida de los reclutas canadienses enla Sierra de Passendaele (Livesey, 1995). Sinembargo, ya en una temprana fecha de 1911conocemos el proyecto del comandante O.Antonio Rocha Pereyra en la desembocaduradel Rio de Oro. Su Blockhaus, concebido para25 0 30 hombres, dos ordenes de fuego y gari-tas en los anqulos, ya se ejecuto en horrniqonarmado (De Sequena, 2001: 64).EI otro producto de la Guerra deMarruecos fue el reducto, que consistia en un recinto mucho mas

    ambicioso pensado para albergar artilleria. Casi nunca se concebiaaislado, sino apoyado por otros blocaos y posiciones menores. Eraimportante no solo la cornunlcacion entre ellos, sino tambien con elpunto de aguada, por ello los carninos cubiertos era habitual que seprotegieran con sacos terreros. La importancia de estos elementosauxiliares se corrobora por la importante cantidad de 740.000 pese-tas que se destinaba a este efecto en el presupuesto nacional mili-tar del ario 1920 (De Sequena, 2001: 64).Inevitablemente las enserianzas y tecnologia de la GranGuerra se hicieron patentes en Marruecos, pues los blocaos sedotaron de ametralladoras y alambradas mas profusas. Sin embar-go, las fuerzas de Abd el Krim ya no eran tropa ligera mal organiza-da, sino que su arsenal incluia algunas piezas de artilleria. Ello, ine-vitablemente, hizo que el horrniqon armado evolucionara para con-seguir frentes mas resistentes. De este modo, se daba una primera

    La ermita del Cerro del Socorro desde elsiglo XVI hasta el xx. Arriba: deta/le de lavista desde el oeste de Wyngaerde(1565). Medio: deta/le de una de las vis-tas de Llanes y Massa (1773). Abajo:fotografia editada comopostal entre 1910y 1920. Tomadapor autor desconocido yen fecha imprecia (extraida de Tarjetaspostales de la ciudad de Cuenca (1897-1936)

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    capa con gran cantidad de malla rnetallca fina en su parte masexterior, que se convertia en barras mas gruesas hacia el interiorpara absorber mejor el impacto incidente (De Sequena, 2001: 76).

    Estas breves lineas sobre las tecnicas de fortlflcaclonpropias de las guerras coloniales en las que estuvo envuelta Espa-na en los aries veinte, sirven para perfilar el concepto que condicio-no las edificaciones militares levantadas en el Cerro del Socorro alinicio de la Guerra Civil de 1936 a 1939 y que aqui vamos a descri-bir,CUENCA EN GUERRA

    Tras el alzamiento rebelde del 18 de Julio de 1936, yaunque se levantan unas puntualisimas voces afines a la causa delos sublevados, Cuenca permanece fiel a la Republica. En losmeses siguientes se definiran las lineas del mapa inicial de la Gue-rra de Espana. Cuenca capital es en el primer ano de conflicto unpunto bien alejado, aunque equidistante, de los pr incipales frentes.E I desarrollo de las sucesivas carnparias y la evolucion de las fron-teras no cambian este contexto hasta 1939. Inmedatamente tras lacaida de Madrid el 28 de marzo del 39, Tarancon y Cuenca sonconquistadas por el ejercito franquista el 29 de marzo. Teniendo encuenta que, sequn el ultimo parte de guerra emitido por Franco, el1 de abril de 1939 terminaria la Guerra Civil, se puede definir a lacapital conquense como una "ciudad de la retaguardia republ icana"durante todo el conflicto.

    Su posicion estrateqica sera, sin embargo, siempre cru-cial: Es uno de los principales nudos de comunicaciones del territo-rio republicano, ya que por aqui pasaba el ferrocarril entre el Frentede Madrid y la sede del Gobierno, desplazada a Valencia por rnoti-vos logicos de seguridad. La capital fue bombardeada por los fas-cistas (el ejsrclto rebel de ayudado por nazis e italianos) en cincoocasiones, siendo objet ivos principales la Estaclon de Ferrocarri lesy algunas infraestructuras de los alrededores. Muere en ellos masde una treintena de personas, siendo superior el volumen de heri-dos y de dartos materiales 1.

    A I mismo tiempo, la urbe sirve como cuartel, como dormi-torio de tropas y refugiados, como despensa, como punto de abas-tecimiento logist ico ... Todo ello constituye la exper iencia de guerraque aun recuerdan los pocos conquenses que, por los an os quehan logrado acumular, fueron test igos presenciales de este per iodode la Historia de Espana.LAS FORTIFICACIONES DE CUENCA PARA LA GUERRA CIVIL

    Antes de la ejecucion de las fortificaciones, en la cimadel Cerro del Socorro habria una ermita hacia la cual discurria uncamino desde el antiguo Convento de San Pablo, actual Paradorde Cuenca. Esta se ve ya en uno de los dibujos que el pintor Antonvan Wyngaerde realiza en 1565 por orden del rey Felipe II, quien Iehabia encargado una coleccion de vistas de las principales ciuda-des hispanas (Ibanez, 2003). En la vista se aprecia un edificio deconsiderables dimensiones -dada la lejania-, sobre el que el artistaindica "Cerro de las Cruces" y"ermita". EI paraje se conocia enton-ces asi.

    La ermita se ve tambien en las vistas que siglos mastarde firma Jan de Llanes y Masa en 1773 (ver para mas datossobre tales vistas Jimenez, 1983). EI pintor la denomina ahora"Ermita de Nuestra Senora del Socorro".

    Los pianos trazados por Mateo Lopez y por F. Coello, elprimero ilustrando la planta de la ciudad al inicio del siglo XIX y elsegundo ejecutado a mediados de tal centuria, tambien indican laermita en la cima del Cerro del Socorro. En un plano que acompa-riaba a la "Guia de Cuenca" de 1923 (VV. AA., 1923) yen otro con-ternporanso, similar pero con mas detalle editado por Alberto Mar-tin, se aprecia tam bien esta construccion de caracter religioso en lacima del Cerro del Socorro.

    En la Guia de Cuenca de 1923 se explica (VV.AA., 1923:157) que la ermita del Socorro habia sido reedificada ':~ace pocosaries" por D. 'Martano Catalina, de 10 que se deduce que en los

    La ermita del Cerro del Socorro en los pianos de Mateo L6pez (A),Coello (B) y en un ejemplar de principios del siglo XX (C)anos veinte su uso se revitalizar ia.

    Las fotos antiguas muestran tam bien la cima del Cerrodel Socorro y la ermita antes de 1936. Dionisio de Felipe lturbide(1962), quien resldio en Cuenca en San Felipe Neri hacia 1930,recordaba asi el templo en su obra sobre los redentoristas reprimi-dos durante la guerra: "Echo de menos la ermita del Socorro, quese levantaba en uno de los cerros; seguramente fue otra de las vic-t imas de la rabia antireligiosa frente popul ista".

    Sobre como se iniciaron las obras de tortlticaclon en elCerro del Socorro, ha sido de gran utilidad el testimonio de EnriqueHuiperez (cornunicaclon personal del 31-7-2011), nacido en 1921 yhabitante de Cuenca cuando estalla el conflicto. Sequn nos conto,las obras se se iniciaron a los quince 0 veinte dias de empezar laguerra. La iniciativa corria a cargo de la CNT y la FAI, auxiliadosseguramente por algun militar con experiencia en las formas de for-tificar desarrolladas en las guerras coloniales. Participan tam bienen la construccion voluntarios y personas obligadas por su fama 0aspecto de "serioritos", No existia la carretera por la que hoy pode-mos lIegar al Cerro del Socorro, asi que se utilizaron animales decarga que ascendian por el camino tradicional a la ermita. Asi fuecomo inicio su andadura en relacion con las fortificaciones con-quenses Enrique: Con su borrico les lIevaba a los operarios cemen-to, arena y grava. Estuvo trabajando mas tarde en la construccionde los refugios antiaereos,

    Si bien tenemos pruebas documentales y testimonialesde la presencia de mujeres en la construccion de refugios, queda almargen de las fortificaciones. La mujer tendra un papel activo en laretaguardia, pero no se equiparara al hombre en la vanguardia.

    E I complejo del Cerro del Socorro es el principal exponen-te de las fortificaciones en Cuenca. Se com pone de dos elementos:EI parapeto 0 reducto del propio Cerro del Socorro y, a unos veinteminutos camlnando desde el, el Fortin 0 Blocao de Mirabueno. Lostrataremos pmo un conjunto dado que su cercania y el objeto desu construction tendrian un mismo fin. Hemos recorrido los parajescolindantes y las inmediaciones buscando mas estructuras, peroestas han debido desaparecer a causa de la retorsstaclon y la ero-sion natural.

    Pese a su empleo como base del monumento al SagradoCorazon de Jesus, erigido ya en la posguerra y que ha destruidoalgunos de los segmentos de la fortificacion, la plataforma del Cerrodel Socorro aun muestra algunos de sus cuerpos de fabrica origina-les. Se trata de un recinto poligonal, con muros de mamposteriatom ada con cemento, de alrededor del metro y medio de grosor yprovistos de aspilleras de tres tipos: unas pequerias (50x20 cm.)para fusil, otras medianas (50x100 cm.) para fusil ametrallador 0

    1).- Los firmante estamos estudiando los bombardeos de Cuenca mediante la documentaci6n judicial y 1 0 s informes que rescatamos durante la intervenci6narqueol6gica de 2011 en la Casa del Corregidor de Cuenca datos que publicaremos en un texto propio cuanto nos sea posible, dado su interes,

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    Reducto bajo e/ Sagrado Coraz6n de Jesus (A) y B/ocao de Mira-bueno (B) sobre una captura de/ visor interact ivo de Microsoft

    ametralladora fija y las mas grandes (superiores a los 300 cm.)quiza para armas de mayores calibres. AI no preservarse mas quealgunos segmentos (ver plano), no podemos definir la norma deregularidad exacta en la que se idearon. No se aprecian a simplevista ni fosos ni trincheras, posiblemnte anegados por las obrasposteriores y el deterioro. EI rellenado de la estructura sirve comoexplanada destinada al aparcamiento de los coches que hoy pue-den lIegar junto al monumento a traves de un camino asfaltado dereciente factura.Tampoco sabemos que estructuras se contenian en elreducto. Posiblemente la ermita -visible aun un murete de mam-posteria con cal y refuerzos de silleria semienterrado bajo el monu-mento del Sagrado Corazon que, a todas luces pertenece a ella- seaprovechase como alrnacen, estancias de refugio, servicio, etc.Otra cuestion es preguntarnos que pudo pasar con sus figuras ydemas riquezas artist icas que pudiera albergar: ni en el I ibro deCirac Estoparian (1947), ni en el excelente estudio realizado por V.de la Vega (2007) aparecen referencias al patrimonio que pudieracontener la Ermita del Cerro del Socorro.EIconocido como "Fortin de la CNT', en las inmediacio-nes de la Finca de Mirabueno, puede dividirse en tres elementos: EIfortin 0 blocao propiamente dicho, un nido de ametralladoras 0 dearmas de mayor calibre y el ramal de comunicacion que los une.Forma un cuadrado casi perfecto y se compone de muros con aspi-l Ieras para fusil identicas a las del reducto antes descrito, conexcepcion de una abertura de mayor medida en uno de sus lados.Posee una entrada en el lado mas resguardado, acodada para evi-tar el fuego directo. Dentro existen dos habitaculos de unos 7,2 m?y 4,4 m? en el centro de la lnstalaclon, facilitando la circunvalacionde todo el recinto. EI mayor esta solado y tiene enlucidas concementa sus paredes. En elias, encontramos grabadas diversasalusiones al ano de construccion, 1936, y a sus constructores, laCNT y la FAI. Destaca el dibujo de una mascara de gas que en suinterior contiene las siglas de la CNT. EI habitaculo menor esta sinenlucir y solado en cemento fino. Servirian como almacenes yestancias de servicio. Aunque han perdido el techo, ambas estan-cias sobresalen muy por encima de los muros y, tal vez, se emplea-sen tambien como punto de observaclon. A rasgos generales, latecnica de construccion es bastante esmerada y se ha util izadocemento tanto para unir las piedras, enlucir, abovedar la entrada ysolar. En uno de sus lados, hay practicado en el suelo un pasohacia el ramal que comunicaria con el nido de ametralladoras. Lasalida y entrada debia hacerse a rastras, dado que el acceso tiene70 centimetros de alto y techo en boveda de cemento. EI r~mal hasido excavado a modo de zanja dlrectarnente en la roca cal izanatural y en su punto mas profundo alcanza los dos metros ymedio. Su longitud es de 20 metros. Por el lIegamoshastala entra-da/salida del nido. EI nido de ametralladoras, tiene dos entradas de1 metro de alto por 80 cm. de ancho. Una entrada, como hemos

    dicho, 10 comunica a traves del ramal con el fortin y, frente a esta,una abertura permitiria huir de la posicion en caso de emergencia,pero carece de ramal. Las medidas del nido son 5x4 m., siendo ellado de 5 metros la fachada de la obra donde encontramos un granorificio que serviria para la instalacion de una ametralladora sobrebaqueta. EI techo del nido esta hundido y, en atencloon al usogeneral de construcciones militares, sobre tablas y rollizos debia lIe-var una capa de piedras y tierra, que se encuentra tapando hoy elsuelo original. AI margen de los derrumbes del techo tanto en elnido como en el blocao, la posicion esta en muy buen estado deconservacion, contando que ha superado los 75 afios desde suconstruccion, Ana Belen Rodriguez Patino (2003 y 2006: 178-179)explica y resume que las labores de tortificacion se producen soloen un principio, cosntruyendo los fortines y parapetos milicianoshasta que la Junta de Defensa y el Oomitede Enlacese dan cuentaque los trabajos serian lentos y costosos y finalmente inutiles, desti-nandose el esfuerzo a la construcclon de refugios para preservar ala poblacion civil de los bombardeos fascistas. En nuestra opinion,ello no implica que tengamos que valorar los restos mas arriba des-critos como pobres edificaciones de poca entidad y calidad, dadoque su factura es buena y su tarnano considerable. Pero su inutili-dad, al margen de que Cuenca no precisara de una fortificacion soli-da por ser ciudad de retaguardia durante toda la guerra, reside enque estas construcciones del Cerro del Socorro parecen desconte-tualizadas, por su posicion y tipologia. Para nosotros, se trataria deun reducto de excelente factura, pero no apto para la guerra moder-na al no tener en cuenta los ataques aereos. La tortincaclcn seriatacilrnente batida desde el cielo al estar situada en plena cima y sinningunzigzagueo. AI contrario de 10 que ocurre durante la construe-cion en las posiciones defensivas republicanasde la retaguardia delfrente deTeruel en la provincia de Cuenca, desde ellimite fronterizocon Cariiqral (Teruel) a Salvacanete, Salinas del Manzano y Cariete(Cuenca) (Peinado, Baeza y Medina,2009).A pesar de nuestros sencillos conocimientos sobre laciencia militar, defendemos en este articulo que las construccionesdel Cerro del Socorro perseguian la defensa de las cotas mas altaspara impedir que fueran tomadas por el enemigo y, desde esa posi-cion, pudiera bombardear Cuenca. Salvando las distancias cronolo-gicas, es 10 mismo que ocurre con las fortificaciones medievalesoiseriadas en Alarcon y presumiblemnte optimizadas por el InfanteDon Juan Manuel -preexistentes las defensas de caminos-, dondese colocaron muros, torres y recintos, defensa de aproche, en aque-lIos lugares donde un hipotetico enemigo podria amenazar la plazamediante catapultas. Un asedio requeriria la conquista previa deestas alturas, denominadas padrastros (Morioz y Dominguez-Sole-ra, 2012). La cidudad de Cuenca se habria visto amenazada desdelas alturas proxirnas en las Guerras de Sucesion y mas reciente-mente en la Tercera Guerra Carlista en julio de 1874, de tan amargorecuerdo para la ciudad y sus vecinos. Las tropas invasoras,comandadas por Don Alfonso de Borbon y -sobre todo- por suesposa Dona Maria de las Nieves, aprovecharon la toma de lasmayores cotas para canonear la ciudad. Concretamtne en el Cerrodel Socorro habian instalado cuatro piezas de artilleria apoyadaspor un batallon.(Romero, 1993: 177-178). EI relato de esta invasionviolentisima marcaria la memoria historica de los conquenses,quienes ded:ca~~nun monumento a los defensores liberales caidosdurante el asalto y una fiesta local, no sin razon revitalizada con eladvenimiento de la II Republica.La presencia de mortero de cementa en las forticiacionesdel Cerro del Socorro, nos evito ya desde un principio pensar quefueran de epocas y batallas anteriores. La experiencia moveria, ennuestra opinion, a emprender en el 36 la construccion de estasmedidas preventivas que, aunque bienintencionadas, no contabancon que la tactica habia cambiado radicalemntetras el desarrollo dela aviacion militar en la Primera Guerra Mundial y los conflictos colo-niales. La Guerria Civi! Espanola es el banco de pruebas, preci-samente, de los aviones de nueva generacion yel bombardeo siste-matico de ciudades, universalizado en la II Guerra Mundial, habriasido practicado aqui. Tras el18 dejulio de 1936 los aparatos de los

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    Planta del Reducto del Cerro Sector mejor preservado deldel Socorro Reducto del Cerro del Soco-rro (Foto:SDDS)que disponia el ejercito esparto! se repartieron entre ambos ban-dos. Pero los rebeldes recibieron inmediatamente la ayuda de dosde las fuerzas aereas mas potententes de Europa: la nazi y la italia-na. La Republica, asumiendo su inferioridad en el aire, inicia unaintensisima carnparia de protecclon de la poblacion mediante refu-gios, cuya construcclon se coordinaria mediante las Juntas deDefensas Pasivas con sedes a nivel local y provincial. En Cuencase inicia la construcclon de un importante proyecto de refugios quetenia el objetivo de abarcar subterranearnente toda la ciudad. Dichoproyecto no queda completo al terminar la guerra, pero el gobiemofranquista rnantendra los refugios, arnpliandolos y retorzandoloscon vistas a la posible entrada de Espana en la II Guerra Mundial 0a conflictos futuros, cos a que sabemos por los testimonios orales ypor los informes y trabajor realizados por el Ayuntamiento y por elArquitecto Municipal F. Alcantara (Archivo Municipal de Cuenca. (A.M. C. Legajo 2389-1, expo 5, 1939; Legajo 2389-1, expo 5, 1939;Legajo 2389-2. expo 146 y 44,19390 Legajo 2389-1, expo 4,1939).Es otra forma y esfuerzo de fortificacion contra los ataques aereosque hemos estudiado dentro del proyecto de investiqacion y puestaen valor de "La Cuenca Subterranea" (Dominguez-Solera y Munoz,2010).

    Tras la forrnacion de los Batallones de Obras y Fortifica-ciones, estes no trabajaron en Cuenca ciudad sequn Enrique Rui-perez, algo comprobado por nuestras investigaciones (Peinado,Baeza y Medina, 2009). Su labor se destina mas cerca del frente deTeruel y otras localidades de la provincia que tenian una mayorrelevancia estrateqica, Las fortificaciones del Cerro del Socorro seerigen, por 10 tanto, en el 36 y, una vez conocida la situacion en elcontexto de guerra de la ciudad y la provincia, fijados los frentes yconstatada la lejania de Cuenca de los lugares donde se celebra-ban los combates, el esfuerzo de las autoridades republican as de laciudad se centro en la construccion de refugios, fomentando inten-samente la prensa la colaboracion ciudadana para que se com ple-tasen. Si bien el complejo de fortificaciones del Cerro del Socorronunca seria util, si 10 fueron los refugios antiaereos -estaban dise-fiados para emplearse mientras se construian-, los testigos del con-flicto a los que hemos entrevistado coinciden en el miedo que habiaa los bombardeos -recordar que en Cuenca se producen 5, cau-sando muertos y heridos- y en como los conquenses los emplea-ban asiduamente durante los periodicos avisos de las sirenas deamenaza aerea (Dominguez-Solera y Munoz, 2010; Rodriguez2002 y 2006, Rodriguez y De la Rosa, 2009 y Centro Documentalde La Gavil la Verde).

    Dejando al margen los refugios antiaereos y en cualquiercaso, no son las estructuras del Cerro del Socorro las unicas cons-trucciones de tipo militar que se realizarian en Cuenca entre 1936 y1939: Enrique Huiperez nos conto como se preteridia fortificar elCerro del Teleqrato, aunque solo se hizo el camino. Hay tenuesnoticias puntuales de que la antiaerea estuviera emplazada en elCerro de San Cristobal, desde donde los carlistas tam bien atacaronCuenca en el 1874 (Romero, 1993). Tarnbien se ha hablado de un

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    polvorin en la Hoz delJucar (de Luz, 2003: 101).Rodriguez Patino (2006:178) habla de la existenciade un peri metro de puestosde vigulancia si tu ado en lasinmediaciones de la ciudady en la Sierra. Futurascamparias de prospeccionarqueoloqica -dado que yamuy pocos test igos quedany/o seacuerdan de todoesto- han de buscar restospara estimar la naturalezaAspilleras del Reducto el Cerro del Socorro y el alcance de estos indi-

    (Foto:SDDS) cios. A pocos kilornetros deCuenca, en el Pinar de

    Jabaqa se construyo un aerodrome que siquio en uso en epocafranquista y se iniciaron trabajos para trazar otro en Los Palancares.Sobre esto estamos desarrollando ya estudios dentro del ProyectoCuenca en Guerra y esperamos poder publicar pronto los primerosresultados.CONCLUSIONES

    En el Cerro del Socorro tenemos un yacimiento rnultltasi-co, que arranca con la presencia de la ermita de finales de la EdadMedia y en uso durante toda la Edad Modema, hasta principios delS. XX (fase I). Despues se construiria sobre ella, tal vez aprove-chandola, el reducto, al mismo tiempo que el blocao a escasa dis-tancia en 1936 (fase II). Se trata de un proyecto de concepcion anti-cuada, propio de las experiencias coloniales, motivado por el miedoa que durante un sitio a la ciudad el enemigo colocase artilleria enlas cotas elevadas circundantes, como ocurriera ya en 1874. EI ase-soramiento de veteranos de guerra y/o la falta de experiencia aunante la potencialidad de la nueva aviacion, condicionarian un planque pronto quedo obsoleto, aunandose todos los esfuerzos en lafortificacion al servicio de la poblacion civil una vez Cuenca quedadefinida ya como ciudad de plena retaguardia. En la posguerra seconstruye el monumento al Sagrado Oorazon de Jesus, aprove-chan do como base las fortificaciones y progresivamente se Ie vanariadiendo elementos al servicio de la accesibi lidad y visita tur istica,tales como el paseo perimetral y la carretera (fase II). Una interven-cion arqueoloqica futura ha de tener como uno de sus objetivos pre-cisar esta evolucion y determinar subfases.

    Pese a la intensa labor de busqueda de informacion dearchivo y fotografica que estamos realizando dentro del proyecto"Cuenca en Guerra", son pocas las referencias sobre las fort ificacio-nes del Cerro del Socorro. En la docurnentaclon consultada en elArchivo General Militar de Avila (C.1299,Cp.41 D.5/2.), encontramosel siguiente dato testimoniado por un evadido y recogido en un infor-me de la 2" Division Orqanica EM Seccion Segunda, Servicio deInformacion el 23 de febrero de 1937: "En Cuenca, en el cerro delSocorro (E. de Cuenca) tienen fortif icaciones ligeras para ametral la-doras". Esa es la unica documentacion encontrada que aluda a lostrabajos. realizados, En el mismo informe, se referira a las fortifica-ciones del Puerto de Contreras, como "muy fuertes". EntendemosV

    Exterior del Blocao de Mirabueno (Foto: SODS)

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    Interior del Blocao de Mirabueno (Foto: SODS)que la diferencia entre unas y otras era la capacidad que tenlan enalojar armas de mayor cal ibre.

    Adernas, los estudios que han trabajado el caso antesque nosotros son contados: Ana Belen Rodriguez Pat ino 10mencio-na y valora dentro de sus obras generales sobre la Guerra Civil enCuenca (Rodriguez, 2003 y 2006 YRodriguez y de la Rosa, 2009) ysolo existe un estudio especifico realizado por R. de Luz (de Luz,2003), pero este ultimo solo se centra en el blocao y no habla delas estructuras de mayor entida que hay bajo el Sagrado Corazonde Jesus, hasta ahora ineditas, De luz (2003: 101) interpreta que elfortin servlrla para hostigar a una fuerza de ocupacion que hubiesetom ado previamente el Casco Antiguo, mientras nosotros cremosque servia para 10 cont rarlo: evitar que un enemigo sitiador con-quistase las cotas -el fortin de Mirabueno complementaria dentrode esta tactica al reducto donde hoy se alza el Sagrado Corazon deJesus, tal vez evitando la aproxirnacion a 1 3 1 por el lado dondemenos desnivel natural hay-. Hemos utilizado como referencia ennuest ro cuaderno de campo el excelente t rabajo de planimetr ia eje-cutado por de Luz (una planta del Fortin de Mirabueno) como refe-rencia para dibujar de nuevo nuest ros pianos (planta y alzado).

    Dada la mencionada escasez de datos, hemos tenido queservirnos, en esencia, de un anal isis epiderrnico de las estructuras,

    desarrollado como estudio previo paraun proyecto de intervencion arqueolo-gica, rehabllitacion y puesta en valorque estamos preparando en elmomenta presente. Adernas han sidede gran ayuda los test imonios recaba-dos entre los testigos del conflicto.Esperamos en un futuro inmediato, ycon este articulo como reclamo, irobteniendo mas datos.BIBLIOGRAFIA Y FUENTESCIRAC ESTOPANAN, S. (1947): Martirolo-g io de Cuenca. Obispado de Barce lona.DE FELIPE ITURBIDE, D. (1962): Nuevosredentores : v ida y mart irio de los Redento-ristas espaf ioles inmolados en 1936. Edito-r ia l E I Perpetuo Socorro , Madrid.DE LA VEGA ALMAGRO, V. (2007): Teso-ro Artistico y Guerra Civil: EI Caso deCuenca. Servicio de Publicaciones de laConsiruccion del Monu- Universidad de Cast illa-La Mancha, Cuen-mento al Sagrado Corezon ca.de Jesus. Se aprecian las DE LUZ, R. (2003): EI Fortin de Mirabueno.ruin as de la tortittcecion Capitulo XII, de Articulos y Colaboraciones.precedente (Foto del Cen- Edicion del Autor, Cuenca.tro Documental de la Gavi- DE MORA FIGUEROA, L. (1994): GlosarioIIa Verde) de Arquitectura Defensiva Medieva l. Cadiz.

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    Plano del Blocao de Mirabueno

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