Cervantes, Miguel de - Los baños de Argel

121
Miguel de Cervantes Saavedra Los Baños de Argel L L O O S S B B A A Ñ Ñ O O S S D D E E A A R R G G E E L L Miguel de Cervantes Personas que hablan en ella: CAURALÍ, capitán de Argel YZUF, renegado Cuatro MOROS Otro MORO UNO Dos OTROS Un VIEJO JUANICO, [un hijo suyo] FRANCISQUITO, [otro hijo suyo] Un SACRISTÁN COSTANZA, cristiana CAPITÁN cristiano Dos ARCABUCEROS cristianos Don FERNANDO GUARDIÁN Bají Un CAUTIVO Un CRISTIANO cautivo Don LOPE, cautivo VIVANCO, cautivo HAZÉN, renegado ZARAHOJA, moro

Transcript of Cervantes, Miguel de - Los baños de Argel

  • Miguel de Cervantes Saavedra Los Baos de Argel

    LLOOSS BBAAOOSS DDEE AARRGGEELL Miguel de Cervantes

    Personas que hablan en ella:

    CAURAL, capitn de Argel

    YZUF, renegado

    Cuatro MOROS

    Otro MORO

    UNO

    Dos OTROS

    Un VIEJO

    JUANICO, [un hijo suyo]

    FRANCISQUITO, [otro hijo suyo]

    Un SACRISTN

    COSTANZA, cristiana

    CAPITN cristiano

    Dos ARCABUCEROS cristianos

    Don FERNANDO

    GUARDIN Baj

    Un CAUTIVO

    Un CRISTIANO cautivo

    Don LOPE, cautivo

    VIVANCO, cautivo

    HAZN, renegado

    ZARAHOJA, moro

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    2

    HAZN Baj, rey de Argel

    El CAD

    HALIMA, mora, mujer de Caural

    ZARA, mora

    Tres MOR[ILL]OS pequeos

    AMBROSIO

    La seora CATALINA

    Un JUDO

    OSORIO

    GUILLERMO, pastor

    PRIMER ACTO

    CAURAL, capitn de Argel; YZUF, renegado; otros

    cuatro MOROS, que se sealan as: 1, 2, 3, 4

    YZUF: De en uno en uno y con silencio vengan,

    que sta es la trocha, y el lugar es ste,

    y a la parte del monte ms se atengan.

    CAURAL: Mira, Yzuf, que no yerres, y te cueste

    la vida el no acertar.

    YZUF: Pierde cuidado;

    haz que la gente el hierro y fuego apreste.

    CAURAL: Por d tienes, Yzuf, determinado

    que demos el asalto?

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    3

    YZUF: Por la sierra,

    lugar que, por ser fuerte, no es guardado.

    Nac y crec, cual dije, en esta tierra,

    y s bien sus entradas y salidas

    y la parte mejor de hacerle guerra.

    CAURAL: Ya vienen las escalas prevenidas,

    y estn las atalayas hasta agora

    con borrachera y sueo entretenidas.

    YZUF: Conviene que los ojos de la aurora

    no nos hallen aqu.

    CAURAL: T eres el todo:

    gua, y embiste, y vence.

    YZUF: Sea en buen hora,

    y no se rompa en cosa alguna el modo

    que tengo dado; que con l, sin duda,

    a daros la victoria me acomodo,

    primero que socorro alguno acuda.

    [Vanse]. Suena dentro vocera de moros; encinde[n]se hachos,

    pnese fuego al lugar, sale un VIEJO a la muralla medio desnudo

    y dice

    [VIEJO]: Vlame Dios! Qu es esto?

    Moros hay en la tierra?

    Perdidos somos, triste!

    Vecinos, que os perdis; al arma, al arma!

    De los atajadores

    la diligencia ha sido

    aquesta vez burlada;

    las atalayas duermen, todo es sueo.

    Oh si mis prendas caras,

    cual un cristiano Eneas,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    4

    sobre mis flacos hombros

    sacase deste incendio a luz segura!

    Que no hay quien grite al arma?

    No hay quien haga pedazos

    esas campanas mudas?

    A socorreros voy, amados hijos!

    [Vase]. Sale el SACRISTN a la muralla, con una sotana vieja

    y un pao de tocar

    SACRISTN: Turcos son, en conclusin.

    Oh torre, defensa ma!,

    ventaja a la sacrista

    hacis en esta ocasin.

    Tocar las campanas quiero,

    y gritar apriesa al arma;

    Toca la campana

    el corazn se desarma

    de bro, y de miedo muero.

    Ningn hacho en la marina

    ninguna atalaya enciende,

    seal do se comprehende

    ser cierta nuestra rina.

    Como persona aplicada

    a la Iglesia, y no al trabajo,

    mejor meneo el badajo

    que desenvaino la espada.

    Torna a tocar y ntrase. Salen al teatro CAURAL,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    5

    YZUF y otros dos MOROS

    YZUF: Por esta parte acudirn, sin duda,

    los que del monte quieran ampararse;

    sosigate, y vers medrosa y muda

    gente que viene por aqu a salvarse;

    y, antes que aquella del socorro acuda,

    conviene que se acuda al retirarse.

    CAURAL: Los bajeles no estn bien a la orilla?

    MORO 1: Y estibados de gusto y de mancilla.

    Sale el VIEJO que sali a la muralla, con un nio en brazos medio

    desnudo y otro pequeo de la mano

    VIEJO: Adnde os llevar, pedazos vivos

    de mis muertas entraas? Si a ventura

    tendra, antes que fusedes cautivos,

    veros en una estrecha sepultura.

    CAURAL: De aquesos tus discursos pensativos

    te sacar mi espada, que procura,

    sin acudir al gusto de tu muerte,

    darte la vida y ensalzar mi suerte.

    FRANCISQUITO: Para qu me sac, padre, del lecho?

    Que me muero de fro! Adnde vamos?

    Llgueme a m, como a mi hermano, al pecho.

    Cmo tan de maana madrugamos?

    VIEJO: Oh, deste intil tronco ya y deshecho,

    tiernos, amables y hermosos ramos!

    No s d voy; aunque, si bien se advierte,

    deste camino el fin ser mi muerte.

    CAURAL: Llvalos t, Bairn, a la marina,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    6

    y mira bien que est la armada a punto,

    porque, segn os muestra la bocina,

    la esposa de Titn ya viene junto.

    [Vase] el VIEJO; sale el SACRISTN

    VIEJO: Huir el mal que el Cielo determina,

    es trabajo excusado.

    SACRISTN: Yo barrunto,

    si el cielo mi agudeza no socorre,

    que estaba ms seguro yo en mi torre.

    Quin me enga? Y ms si, a dicha, yerro

    el camino o atajo de la sierra.

    CAURAL: Camina, perro, a la marina!

    SACRISTN: Perro?

    Agora s que fue mi madre perra.

    CAURAL: Aguija t con l, y zarpe el ferro

    la capitana, y vaya tierra a tierra,

    hasta la cala donde dimos fondo.

    [Vase] el MORO y el SACRISTN

    [YZUF]: Qu es lo que dices Caural?

    MORO 2: Yo no respondo.

    YZUF: Escucha, Caural, que me parece

    que una trompeta a mis odos suena.

    CAURAL: Sin duda, es el temor el que te ofrece

    el son que tus bravezas desordena.

    YZUF: Toca t a recoger, que ya amanece,

    y est tu armada de despojos llena,

    y creo que el socorro se avecina.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    7

    A la marina!

    CAURAL: Hola, a la marina!

    [Vanse]. Suena una trompeta bastarda; salen cuatro MOROS,

    uno tras otro, cargados de despojos

    [MORO] 1: Aunque la carga es poca, es de provecho.

    [MORO] 2: Yo no s lo que llevo, pero vaya.

    [MORO] 3: Lo que hasta aqu est hecho, est bien hecho.

    [MORO] 4: Permita Al que est libre la playa!

    Sale un MORO con una doncella, llamada COSTANZA, medio

    desnuda

    COSTANZA: Saltos el corazn me da en el pecho;

    falta el aliento, el nimo desmaya.

    Llvame ms despacio.

    MORO: Aguija, perra,

    que el mar te aguarda!

    COSTANZA: Adis, mi cielo y tierra!

    [Vase] COSTANZA. Sale UNO a la muralla

    UNO: A la marina, a la marina, amigos,

    que los turcos se embarcan muy apriesa!

    Si aguijis, dejarn los enemigos

    la mal perdida y mal ganada presa.

    [Sale] un ARCABUCERO cristiano

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    8

    ARCABUCERO: Slo habremos llegado a ser testigos

    de que Troya fue aqu.

    OTRO [1]: Fortuna aviesa,

    pon alas en mis pies, fuego en mis manos!

    OTRO [2]: Nuestros ahncos han salido vanos,

    porque ya los turcos son embarcados

    y en jolito se estn cerca de tierra.

    [Sale] el CAPITN cristiano

    CAPITN: Oh! Mal hayan mis pies, acostumbrados,

    ms que a la arena, a riscos de la sierra!

    Qu han hecho los jinetes?

    UNO: Desmayados

    llegaron los caballos tierra a tierra,

    a tiempo que zarpaban las galeras,

    y tras ellos llegaron tres banderas.

    Los dos atajadores de la playa

    muertos hall de arcabuzazos, creo.

    La oscuridad disculpa al atalaya

    del msero suceso que aqu veo.

    OTRO [1]: Qu habemos de hacer?

    CAPITN: La gente vaya

    tomando por el monte algn rodeo,

    y embsquese en la cala all vecina,

    por ver lo que el cosario determina.

    UNO: Qu ha de determinar, si no es tornarse

    a Argel, pues que su intento ha conseguido?

    CAPITN: Quin puede a tan gran hecho aventurarse?

    OTRO [1]: Si l es Morato Arrez, es atrevido;

    cuanto ms, que bien puede imaginarse

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    9

    que de algn renegado fue trado,

    pltico desta tierra.

    CAPITN: Dsta hay uno

    que en ser traidor no se le iguala alguno.

    Adnde est mi hermano?

    UNO: Lleg apenas,

    cuando, despavorido y sin aliento,

    se arroj en el lugar.

    CAPITN: Hallar estrenas

    triste[s] de su esperado casamiento.

    Parece en la muralla Don FERNANDO

    D. FERNANDO: Puntas de cristal claro, y no de almenas,

    murallas de bruido y rico argento

    que guardastes un tiempo mi esperanza,

    dnde hallar, decidme, a mi Costanza?

    Techos que vomitis llamas teosas,

    calles de sangre y lgrimas cubiertas,

    adnde de mis glorias ya dudosas

    est la causa, y de mis penas ciertas?

    Descubre, oh sol!, tus hebras luminosas;

    abre ya, aurora, tus rosadas puertas;

    dejadme ver el mar, donde navega

    el bien que el cielo por mi mal me niega.

    CAPITN: Vmosle a socorrer, no desespere;

    que en lo que dice da de loco indicio.

    UNO: Bien dices; vamos, que su mal requiere

    fuerte y apresurado beneficio.

    [Vanse]

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    10

    D. FERNANDO: Mas, qu digo, cuitado? Bien se infiere

    de las reliquias deste maleficio

    que va cautiva mi querida prenda,

    y es bien que a dalle libertad atienda.

    [Vase] Don FERNANDO, y parece el CAPITN en la muralla con

    otro soldado

    Desde aquel risco levantado, quiero

    hacer seal; quiz querr el vil moro

    trocar la hermosura por dinero

    a quien no pagar ningn tesoro.

    CAPITN: Ya no est aqu mi hermano; el dolor fiero

    temo que no le saque del decoro

    que debe a ser quien es. Oh caso extrao!

    UNO: Seor, por all va, si no me engao.

    [Vase] el CAPITN; sale Don FERNANDO, y va subiendo por un

    risco

    D. FERNANDO: Subid, oh pies cansados!;

    llegad a la alta cumbre

    desta encumbrada y rstica aspereza,

    si ya de mis cuidados

    la inmensa pesadumbre

    no os detiene en mitad de su maleza.

    Ya a descubrir se empieza

    la mquina terrible

    que con ligero vuelo

    la carga de mi cielo

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    11

    lleva en su vientre tragador y horrible;

    ya las alas estiende,

    ya le ayudan los pies, ya al curso atiende.

    No ser de provecho

    esta seal que muestro

    de rescate, de paz y de alanza;

    ni la voz de mi pecho,

    aunque a gritar me adiestro,

    ha de alcanzar do mi deseo alcanza.

    Ah, mi amada Costanza!

    Ah, dulce, honrada esposa!

    No apliques los odos

    a ruegos descredos,

    ni a la fuerza agarena poderosa

    os entreguis rendida,

    que an yo para la va tengo vida.

    Volved, volved, tiranos,

    que de vuestra codicia

    ofrezco de llenar con gusto y gloria

    los senos; y las manos,

    ajenas de avaricia,

    sin duda aumentarn vuestra victoria.

    Volved, que es vil escoria

    cuanto llevis robado,

    si no llevis los dones

    que os ofrezco a montones

    en cambio de mi sol, que va eclipsado

    entre las pardas nubes

    que t del mar, oh blando cierzo!, subes.

    De Arabia todo el oro,

    del Sur todas las perlas,

    la prpura de Tiro ms preciosa,

    con liberal decoro

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    12

    ofrezco, aunque el tenerlas

    os venga a parecer dificultosa.

    Si me volvis mi esposa,

    un nuevo mundo ofrezco,

    con todo cuanto encierra

    todo el cielo y la tierra.

    Locuras digo; mas, pues no merezco

    alcanzar esta palma,

    llevad mi cuerpo, pues llevis mi alma.

    Arrjase del risco. Sale el GUARDIN Baj y un

    CAUTIVO con papel y tinta

    GUARDIN: Hola; al trabajo, cristianos!

    No quede ninguno dentro;

    as enfermos como sanos,

    no os tardis, que, si all entro,

    pies os pondrn estas manos.

    Que trabajen todos quiero,

    ya [p]paz, ya caballero.

    Ea, canalla soez!

    Heos de llamar otra vez?

    Sale un CAUTIVO, y van saliendo de mano en mano los que

    pudieren

    UNO: Yo quiero ser el primero.

    GUARDIN: ste a la lea le asienta;

    ste vaya a la marina;

    ten en todo buena cuenta;

    treinta aquel burche encamina,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    13

    y a la muralla sesenta;

    veinte al horno, y diez enva

    a casa de Caural.

    Y abrevia, que se va el da.

    [CAUTIVO]:E Por cuarenta envi el cad;

    drselos es cortesa.

    GUARDIN: Y aun fuerza. En eso no pares;

    enviars otros dos pares

    a los ladrillos de ayer.

    [CAUTIVO]: Para todos hay qu hacer,

    aunque fueran dos millares.

    Dnde irn los caballeros?

    GUARDIN: Djalos hasta maana,

    que sern de los primeros.

    [CAUTIVO]: Y si pagan?

    GUARDIN: Cosa es llana

    que hay sosiego do hay dineros.

    [CAUTIVO]: Yo con ellos me avendr,

    de modo que se te d

    gusto y honesta pitanza.

    GUARDIN: Despacha a la maestranza.

    [CAUTIVO]: Ve con Dios, que s har.

    [Vase]. Salen don LOPE y VIVANCO, cautivos, con sus cadenas a los

    pies

    D. LOPE: Ventura, y no poca, ha sido

    haber escapado hoy

    del trabajo prevenido.

    VIVANCO: Cuando no trabajo, estoy

    ms cansado y ms molido.

    Para m es grave tormento

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    14

    este estrecho encerramiento,

    y es alivio a mi pesar

    ver el campo o ver la mar.

    D. LOPE: Pues yo en verlo me atormento,

    porque la melancona

    que el no tener libertad

    encierra en el alma ma,

    quiere triste soledad

    ms que alegre compaa.

    Trabajar y no comer,

    bien fcil se echa de ver

    que son pasos de la muerte.

    Sale un CRISTIANO cautivo, que viene huyendo del GUARDIN,

    que viene tras l dndole de palos

    GUARDIN: Oh chufetre! Desta suerte

    siempre os habis de esconder?

    Que os crastes en regalo,

    intil perro, barrunto.

    CRISTIANO: Por Dios, fende, que estoy malo!

    GUARDIN: Pues yo os curar en un punto

    con el sudor deste palo.

    CRISTIANO: Con calentura contina,

    que me turba y desatina,

    estoy ha ms de dos das.

    [Vanse], dndole de palos, estos dos

    GUARDIN: Y por eso te escondas?

    CRISTIANO: S, fende.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    15

    GUARDIN: Perro, camina!

    D. LOPE: Por Dios, que es un buen soldado,

    y no lo hace de vicio

    el msero apaleado!

    VIVANCO: Mirad, pues, qu beneficio

    ha en su enfermedad hallado.

    No es notable desatino

    que est un cautivo vecino

    a la muerte y no le creen?

    Y, cuando muerto le ven,

    dicen: "Gual, que el mezquino

    estaba malo, sin duda!"

    Oh canalla fementida,

    de toda piedad desnuda!

    Quin, al perder de la vida,

    queris que al mentir acuda?

    De nuestra calamidad

    con vuestra incredulidad,

    la muerte es testigo cierto;

    ms creis a un hombre muerto,

    que al vivo de ms verdad.

    D. LOPE: Alza los ojos y atiende

    a aquella parte, Vivanco,

    y mira si comprehende

    tu vista que un pao blanco

    de una luenga caa pende.

    Parece una caa, atado un pao blanco en ella, con un

    bulto

    VIVANCO: Bien dices, y atado est.

    Quirome llegar all

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    16

    para ver esta hazaa.

    Por Dios, que se alza la caa!

    D. LOPE: Ve, quiz se abajar.

    VIVANCO: No es para m esta aventura,

    don Lope; ven t a proballa,

    que no s quin me asegura

    que han de venir a alcanzalla

    las manos de tu ventura.

    D. LOPE: Algn muchacho habr puesto

    cebo o lazo all dispuesto

    para cazar los vencejos.

    VIVANCO: No est hondo, ni est lejos;

    ven, y vermoslo presto.

    No ves cmo se te inclina

    la caa? Vive el Seor,

    que sta es cosa peregrina!

    D. LOPE: En el trapo est el favor.

    VIVANCO: Si es favor, desata ana.

    D. LOPE: Once escudos de oro son;

    entrellos viene un dobln

    que parece necesario

    paternster del rosario.

    VIVANCO: Bien propria comparacin!

    D. LOPE: La caa se torn a alzar.

    Qu man del cielo es sta?

    Qu Abacuc nos vino a dar

    en nuestra prisin la cesta

    deste que es ms que manjar?

    VIVANCO: Por qu, don Lope, no acudes

    a dar gracias y saludes

    a quien hizo esta hazaa?

    Oh caa, de hoy ms no caa,

    sino vara de virtudes!

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    17

    D. LOPE: A quin quieres que las d,

    si en aquella celosa

    estrecha nadie se ve?

    VIVANCO: Pues alguien aquesto enva.

    D. LOPE: Claro est, mas quin, no s.

    Quiz ser renegada

    cristiana la que se agrada

    de mostrarse compasiva,

    o ya cristiana cautiva

    en esta casa encerrada.

    Mas, quienquiera que ella sea,

    es bien que las apariencias

    de agradecidos nos vea:

    hazle dos mil reverencias,

    porque nuestro intento crea;

    yo a lo morisco har

    ceremonias, por si fue

    mora la que hizo el bien.

    [Sale] HAZN, renegado

    D. LOPE: Calla, porque viene Hazn.

    VIVANCO: Noramala venga el pe...!

    Las dos erres y la o

    me como contra mi gusto.

    D. LOPE: Creo, por Dios, que te oy.

    VIVANCO: Si l me oy, por Dios, fue justo

    no acabar su nombre yo.

    HAZN: Con vuestras dos firmas solas

    pisar alegre y contento

    las riberas espaolas;

    llevar propicio el viento,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    18

    manso el mar, blandas sus olas.

    A Espaa quiero tornar,

    y a quien debo confesar

    mi mozo y antiguo yerro;

    no como Yzuf, aquel perro

    que fue a vender su lugar.

    Dales un papel escrito

    Aqu va cmo es verdad

    que he tratado a los cristianos

    con mucha afabilidad,

    sin tener en lengua o manos

    la turquesca creldad;

    cmo he a muchos socorrrido;

    cmo, nio, fui oprimido

    a ser turco; cmo voy

    en corso, pero que soy

    buen cristiano en lo escondido,

    y quiz hallar ocasin

    para quedarme en la tierra,

    para m, de promisin.

    D. LOPE: Es la enmienda en el que yerra

    arras de su salvacin.

    Echaremos de buen grado

    las firmas que nos peds,

    que ya est experimentado

    ser verdad cuanto decs,

    Hazn, y que sois honrado.

    Y quiera el cielo divino

    que os facilite el camino

    como vos lo deseis.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    19

    VIVANCO: A mucho os determinis.

    HAZN: Pues a ms me determino;

    que he de procurar alzar

    la galeota en que voy.

    D. LOPE: Cmo lo pensis trazar?

    HAZN: Ya con otros cuatro estoy

    convenido.

    VIVANCO: Temo azar,

    si es que entre muchos se sabe:

    que no hay cosa que se acabe

    aqu en Argel sin afrenta

    cuando a muchos se da cuenta.

    HAZN: En los que digo, ms cabe.

    D. LOPE: Sabras decir, Hazn,

    quin mora en aquella casa?

    HAZN: En aquella?

    VIVANCO: S.

    HAZN: Muy bien.

    Un moro de buena masa,

    principal y hombre de bien,

    y rico en extremo grado;

    y, sobre todo, le ha dado

    el cielo una hija tal,

    que de belleza el caudal

    todo en ella est cifrado.

    Muley Maluco apetece

    ser su marido.

    D. LOPE: Y el moro

    qu dice?

    HAZN: Que la merece,

    no por rey, mas por el oro

    que en la dote el rey ofrece:

    que en esta nacin confusa

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    20

    que d el marido se usa

    la dote, y no la mujer.

    VIVANCO: Y ella est del parecer

    del padre?

    HAZN: No lo rehsa.

    D. LOPE: Est acaso alguna esclava,

    ya renegada o cristiana,

    en esta casa?

    HAZN: Una estaba

    aos ha, llamada Juana.

    S, s; Juana se llama[ba],

    y el sobrenombre tena,

    creo, que de Rentera.

    D. LOPE: Qu se hizo?

    HAZN: Ya muri,

    y a aquesta mora cr

    que denantes os deca.

    Ella fue una gran matrona,

    archivo de cristiandad,

    de las cautivas corona;

    no qued en esta ciudad

    otra tan buena persona.

    Los tornadizos lloramos

    su falta, porque quedamos

    ciegos sin su luz y aviso.

    Por cobralla, el cielo quiso

    que la perdiesen sus amos.

    D. LOPE: Vete en paz, y aquesta tarde

    ven por tus firmas, Hazn.

    Vane HAZN

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    21

    HAZN: La Trinidad toda os guarde.

    VIVANCO: Bien podemos deste bien

    hacer otra vez alarde.

    Cuntos son?

    D. LOPE: Once no dije?

    Pero lo que aqu me aflige

    es no ver [a] quien los dio.

    VIVANCO: Quin? Para m tengo yo

    que fue Aqul que el cielo rige,

    que por no vistos caminos

    su prdiga mano acorre

    a los mseros mezquinos;

    y ans, a nosotros socorre,

    aunque de tal gracia indignos.

    Parece la caa otra vez, con otro pao de ms

    bulto

    Mira que otra vez asoma

    la caa.

    D. LOPE: Trabajo toma

    de ir a ver si se te inclina.

    VIVANCO: Aquesta pesca es divina,

    aunque sea de Mahoma.

    Mas, apenas muevo el pie

    hacia all, cuando levantan

    la caa, y no s por qu;

    si es que de m se espantan,

    dganlo y me volver.

    Para ti, amigo, se guarda

    esta ventura gallarda;

    ven y veremos lo que es;

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    22

    y no empereces los pies,

    que, si el bien llega, no tarda.

    Inclnase la caa a don LOPE, y desata el

    pao

    D. LOPE: Ms peso tiene, a mi ver,

    que el de denantes aquste.

    VIVANCO: Ms numos debe de haber.

    D. LOPE: Ta, ta, billetico es ste!

    VIVANCO: Quiresle agora leer?

    Mira si es oro o argento,

    primero, que de contento

    estoy para reventar.

    Que no lo queris mirar?

    Pnese don LOPE a leer el billete; y, antes que le acabe de leer,

    dice

    D. LOPE: Por Dios, que pasan de ciento,

    y son los ms de a dos caras!

    VIVANCO: Para qu a leer te paras?

    A contarlos te apresura.

    D. LOPE: Cierto que es esta aventura

    rarsima entre las raras.

    VIVANCO: Qu es lo que dice el papel?

    D. LOPE: En lo poco que he ledo,

    milagros he visto en l.

    VIVANCO: Oye, que siento rido.

    D. LOPE: Gente viene de tropel;

    en el rancho nos entremos,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    23

    adonde a solas podremos

    ver lo que el billete dice.

    VIVANCO: Despedstete?

    D. LOPE: S hice.

    VIVANCO: Desorejado tenemos.

    Sale el GUARDIN Baj y un moro llamado CARAHOJA,

    y un CRISTIANO atadas las orejas con un pao sangriento, como que las trae

    cortadas

    CARAHOJA: No os dije, perro insensato,

    que, si huades por tierra,

    que os hara aqueste trato?

    CRISTIANO: Es grande el gusto que encierra

    voz de libertad.

    CARAHOJA: Oh ingrato!

    Por la mar te he aconsejado

    que huyas; mas t, malvado,

    que en los estorbos no miras,

    siempre a huir por tierra aspiras.

    CRISTIANO: Hasta quedar enterrado.

    CARAHOJA: Tres veces por tierra ha huido

    este perro, y treinta doblas

    di aquellos que le han trado.

    CRISTIANO: Si las prisiones no doblas,

    haz cuenta que me has perdido:

    que, aunque me desmoches todo,

    y me pongas de otro modo

    peor que ste en que me veo,

    tanto el ser libre deseo,

    que a la fuga me acomodo

    por la tierra o por el viento,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    24

    por el agua y por el fuego;

    que, a la libertad atento,

    a cualquier cosa me entrego

    que me muestre este contento.

    Y, aunque ms te encolerices,

    respondo a lo que me dices,

    que das en mi huida cortes,

    que no importa el ramo cortes,

    si no arrancas las races.

    Si no me cortas los pies,

    al huirme no hay reparo.

    GUARDIN: Carahoja, ste no es

    espaol?

    CARAHOJA: Pues no est claro?

    En su bro no lo ves?

    GUARDIN: Por Al, que, aunque est muerto,

    ests de guardallo incierto.

    ntrate, perro, a curar!

    Aqueste le habrs de dar

    a la limosna.

    CARAHOJA: Est cierto.

    [Vase] el CRISTIANO

    GUARDIN: Oye, que un tiro han tirado

    en la mar.

    CARAHOJA: No le he sentido.

    [Sale] un CAUTIVO

    CAUTIVO: Fendi, Caural es llegado,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    25

    y viene, segn he odo,

    rico, prspero y honrado;

    y el rey sale a la marina,

    que ver all determina

    los cautivos y el despojo.

    GUARDIN: Quieres venir?

    CARAHOJA: Yo estoy cojo.

    GUARDIN: Pues poco a poco camina.

    [Vanse]. Vuelven a salir Don LOPE y VIVANCO

    VIVANCO: Lele otra vez, que me admira

    la sencillez que contiene

    y el grande intento a que aspira.

    D. LOPE: Mira bien si alguno viene,

    y a esta parte te retira.

    El billete dice as;

    en toda mi vida vi

    razones as sencillas.

    stas son tus maravillas,

    gran Seor!

    VIVANCO: Acaba, di.

    Lee el billete Don LOPE

    [D. LOPE]: Mi padre, que es muy rico, tuvo por cautiva

    a una cristiana, que me dio leche y me ense

    todo el cristianesco. S las cuatro oracio-nes,

    y leer y escribir, que sta es mi letra. Djome

    la cristiana que Lela Marin, a quien vosotros

    llamis Santa Mara, me quera mu-cho, y que un

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    26

    cristiano me haba de llevar a su tierra.

    Muchos he visto en ese bao por los agujeros

    desta celosa, y ninguno me ha parecido bien,

    sino t. Yo soy hermosa, y tengo en mi poder

    muchos dineros de mi padre. Si quieres, yo te

    dar muchos para que te rescates, y mira t

    cmo podrs llevarme a tu tierra, donde te has de

    casar conmigo; y, cuando no quisieres, no se me

    dar nada: que Lela Marin tendr cuidado de

    darme marido. Con la caa me podrs responder

    cuando est el bao sin gente. Envame a decir

    cmo te llamas, y de qu tierra eres, y si eres

    casado; y no te fes de ningn moro ni renegado.

    Yo me llamo Zara, y Al te guarde.

    Qu te parece?

    VIVANCO: Que el cielo

    se nos descubre en la tierra

    en este tan santo celo.

    D. LOPE: Sin duda, en Zara se encierra

    toda la bondad del suelo.

    VIVANCO: Quiz nos est mirando.

    Vuelve, y haz, de cuando en cuando,

    seales de agradecido.

    Mas, en qu te has suspendido?

    D. LOPE: La respuesta estoy pensando.

    VIVANCO: Pues hay ms que responder,

    sino que hars todo cuanto

    fuere al caso menester?

    [Sale] HAZN

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    27

    D. LOPE: Hazn vuelve.

    HAZN: Estimo en tanto

    el bien que me habis de hacer,

    que, hasta tenerle en mi pecho,

    no puedo tener sosiego.

    Vulvele el papel

    D. LOPE: Amigo Hazn, ya est hecho;

    y, as como yo os lo entrego

    con gusto, os haga el provecho.

    VIVANCO: Es verdad que ya ha llegado

    Caural?

    HAZN: Ya se ha mostrado

    al cabo de Metafs.

    D. LOPE: En qu piensas?

    HAZN: Ahora, sus!,

    yo he de ver al renegado

    y decirle de m a l

    quin es.

    VIVANCO: Por Yzuf dirs?

    HAZN: Por ese perro crel

    digo.

    D. LOPE: Pues muy mal hars

    en tomarte, Hazn, con l.

    VIVANCO: Djale; Dios le maldiga.

    HAZN: El alma se me fatiga

    en ver que este perro infame

    su sangre venda y derrame

    como si fuera enemiga.

    Dios me ayude, a Dios quedad,

    que jams no me veris,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    28

    y Dios os d libertad.

    VIVANCO: Mirad, Hazn, lo que hacis!

    [Vase] HAZN

    HAZN: Dios mueve mi voluntad!

    VIVANCO: Apostaris que se toma,

    segn la ira le doma,

    con Yzuf?

    D. LOPE: Ya le acabase,

    porque del suelo quitase

    este rayo de Mahoma.

    No ser bien que escribamos,

    por si otra vez se aparece

    esta estrella que miramos?

    VIVANCO: As a m me lo parece,

    ya, y ahora.

    D. LOPE: Vamos.

    VIVANCO: Vamos.

    [Vanse]. Sale[n] Hazn BAJ, rey de Argel, y el CAD y CARAHOJA,

    y HAZN, el GUARDIN baj y otros MOROS de acompaamiento;

    suenan chirimas y grita de desembarcar

    BAJ: Bueno viene Caural!

    De alegra da gran muestra.

    Qu dices, guardin Baj?

    GUARDIN: De su industria y de su diestra

    siempre estos efecto vi;

    es valiente, y fue guado

    por un bravo renegado.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    29

    BAJ: No fue Yzuf?

    GUARDIN: Yzuf se llama,

    a quien pregona la fama

    por buen moro y buen soldado.

    [Salen] CAURAL y YZUF

    CAURAL: Dame tus pies, fuerte Hazn,

    como mi rey y seor.

    BAJ: Mis pies por jams se dan

    a labios de tal valor

    y a tan bravo capitn.

    Del suelo os alzad.

    YZUF: A m

    dars lo que a Caural

    niegas con justa razn.

    BAJ: De entrambos mis brazos son.

    CAD: Y tambin los del Cad.

    En buen hora seas venido.

    CAURAL: En la mesma ests.

    CAD: Pues bien:

    haos Espaa enriquecido?

    Porque lo suele hacer bien

    con el cosario atrevido.

    YZUF: Mi pueblo se saque,

    y, aunque poca, en l se hall

    ganancia y algn cautivo.

    HAZN: Oh, ms que Nern esquivo,

    ni al que a [S]icilia asol!

    BAJ: Haz venir alguno dellos

    en mi presencia, y advierte

    que sean de los ms bellos.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    30

    CAURAL: Yo mesmo, por complacerte,

    quiero ir, seor, a traellos.

    [Vase] CAURAL

    BAJ: Cuntos sern?

    YZUF: Ciento y veinte.

    BAJ: Hay entre ellos buena gente

    para el remo? Hay oficiales?

    YZUF: Yo creo que vienen tales,

    que el ms ruin ms te contente.

    CAD: Hay muchachos?

    YZUF: Dos no ms;

    pero de belleza extraa,

    como presto lo vers.

    CAD Hermosos los cra Espaa.

    [YZUF]: Pues dsto[s] te admirars.

    Y son, a lo que imagino,

    uno y otro mi sobrino.

    CAD: Hasles hecho un gran favor.

    HAZN: Que tal hiciste, traidor,

    alma fiera de Ezino?

    Vuelve CAURAL con el padre [VIEJO], que trae al nio de

    la mano y otro chiquito en los brazos, que no ha de hablar;

    y vienen asimismo el SACRISTN, Don FERNANDO y otros

    dos CAUTIVOS

    CAURAL: De aquestos dos nios creo

    que este honrado viejo es padre.

    YZUF: El mo en su rostro veo.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    31

    BAJ: Viene cautiva su madre?

    CAURAL No, seor.

    CAD: ste no es feo.

    BAJ: Son muy chiquitos.

    CAURAL Con todo,

    con el tiempo me acomodo,

    sin que lo estorbe su Roma,

    dar dos pajes a Mahoma

    que le sirvan a su modo.

    [VIEJO]: Cuitado! Qu es lo que escucho?

    CAD: Llegad ste ac.

    [VIEJO]: Seor,

    no nos aparte; ya lucho

    con los brazos del temor,

    y vencernme, que es mucho.

    CAURAL: ste es un desesperado,

    que l mismo al mar se arroj

    ya despus de haber zarpado,

    y un gancho que le ech yo

    le pesc como pescado.

    BAJ: Pues quin le movi a tal hecho?

    CAURAL: Amor que reina en su pecho

    de un hijo que l se tema

    que en nuestra armada vena.

    BAJ: Y el muchacho, qu se ha hecho?

    YZUF: No parece.

    CAD: Cmo ans?

    CAURAL: Debi de quedarse all.

    D. FERNANDO: Ay Costanza! Qu es de ti?

    BAJ: Qu es lo que dices?

    D. FERNANDO: Quiz

    en el lugar le perd!

    BAJ: Cordura fuera buscalle

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    32

    primero, y, al no hallalle,

    el rescate lo supla;

    y fue mala granjera

    el perderte por ganalle.

    ste quin es?

    CAURAL: No s cierto.

    CAUTIVO: Yo, seor? Soy carpintero.

    HAZN: Oh cristiano poco experto!

    No te sacar el dinero

    desta tormenta a buen puerto.

    El que es oficial, no espere,

    mientras que vida tuviere,

    verse libre destas manos.

    CAURAL: Vendrn todos los cristianos?

    BAJ: Muestra alguno, y sea quien fuere.

    [Sale] el SACRISTN

    ste es ppaz?

    SACRISTN: No soy Papa,

    sino un pobre sacristn

    que apenas tuvo una capa.

    CAD: Cmo te llaman?

    SACRISTN: Tristn.

    BAJ: Tu tierra?

    SACRISTN: No est en el mapa.

    Es mi tierra Mollorido,

    un lugar muy escondido

    all en Castilla la Vieja.

    (Mucho este perro me aqueja! [Aparte]

    Guarde el cielo mi sentido!

    BAJ: Qu oficio tienes?

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    33

    SACRISTN: Taer;

    que soy msico divino,

    como lo echaris de ver.

    HAZN: O este pobre pierde el tino,

    o l es hombre de placer.

    BAJ: Tocas flauta o chirima,

    o cantas con meloda?

    SACRISTN: Como yo soy sacristn,

    toco el din, el don y el dan

    a cualquiera hora del da.

    CAD: Las campanas no son esas

    que llamis entre vosotros?

    SACRISTN: S, seor.

    BAJ: Bien lo confiesas:

    msica para nosotros

    divina es la que profesas.

    No sabrs tirar un remo?

    SACRISTN: No, mi seor, porque temo

    reventar: que soy quebrado.

    CAD: Irs a guardar ganado.

    SACRISTN: Soy friolego en extremo

    en i[n]vierno, y en verano

    no puedo hablar de calor.

    BAJ: Bufn es este cristiano.

    SACRISTN: Yo bfalo? No, seor:

    antes soy pobre aldeano.

    En lo que yo tendr maa

    ser en guardar una puerta

    o en ser pescador de caa.

    CAD: Bien tus oficios concierta;

    no furades vos de Espaa.

    [Sale] un MORO

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    34

    MORO: Los jenzaros estn

    aguardndote en palacio.

    BAJ: Vamos. Adis, capitn!,

    y vemonos despacio.

    CAURAL: (Oh, qu bien mis cosas van! [Aparte]

    Escapado he la cristiana;

    ya la fortuna me allana

    los caminos de mi bien.)

    [Vanse] todos; quedan HAZN y YZUF

    YZUF: Agora hablar yo a Hazn.

    HAZN: De hablarte tengo gana.

    Deja ir a Caural,

    porque los cautivos lleve,

    y quedmonos aqu.

    YZUF: En tus razones s breve,

    que tengo que hacer.

    HAZN: Sea ans.

    Dejo aparte que no tengas

    ley con quien tu alma avengas,

    ni la de gracia ni escrita,

    ni en iglesia ni en mezquita

    a encomendarte a Dios vengas.

    Con todo, de tu fiereza

    no pudiera imaginar

    cosa de tanta estraeza

    como es venirte a faltar

    la ley de naturaleza.

    Con slo que la tuvieras,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    35

    fcilmente conocieras

    la maldad que cometas

    cuando a pisar te ofrecas

    las esp[a]olas riberas.

    Qu Falaris agraviado,

    qu Dionisio embravecido,

    o qu Catilina airado,

    contra su sangre ha querido

    mostrar su rigor sobrado?

    Contra tu patria levantas

    la espada? Contra las plantas

    que con tu sangre crecieron

    tus hoces agudas fueron?

    YZUF: Por Dios, Hazn, que me espantas!

    HAZN: No te espanta haber vendido

    a tu to y tus sobrinos

    y a tu patria, descredo,

    y espntate...?

    YZUF: Desatinos

    dices, Hazn fementido.

    Sin duda que eres cristiano.

    HAZN: Bien dices; y aquesta mano

    confirmar lo que has dicho

    poniendo eterno entredicho.

    a tu proceder tirano.

    Da HAZN de pualadas a YZUF

    YZUF: Ay, que me ha muerto! Mahoma,

    desde luego la venganza,

    como es tu costumbre, toma!

    HAZN: Tu llevas buena esperanza

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    36

    a los lagos de Sodoma!

    Vuelve el CAD

    CAD: Qu es esto? Qu grito o?

    HAZN: Por Dios, que vuelve el Cad!

    YZUF: Ay, seor! Hazn me ha muerto,

    y es cristiano!

    HAZN: Aqueso es cierto:

    cristiano soy, veisme aqu.

    CAD: Por qu le mataste, perro?

    HAZN: No porque ste fue de caza

    de la vida le destierro,

    sino porque fue de raza

    que siempre caz por yerro.

    CAD: Eres cristiano?

    HAZN: S soy;

    y en serlo tan firme estoy,

    que deseo, como has visto,

    deshacerme y ser con Cristo,

    si fuese posible, hoy.

    Buen Dios, perdona el exceso

    de haber faltado en la fe,

    pues, al cerrar del proceso,

    si en pblico te negu,

    en pblico te confieso!

    Bien s que aqueste conviene

    que haga a aqul que te tiene

    ofendido como yo.

    CAD: Quin jams tal cosa vio?

    Alto, su muerte se ordene!

    Ponedle luego en un palo!

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    37

    HAZN: Mientras yo tuviere aquste,

    con quien el alma regalo,

    lecho ser en que me acueste,

    el tuyo, Sardanpalo.

    Dame, enemigo, esa cama,

    que es la que el alma ms ama,

    puesto que al cuerpo sea dura;

    dmela, que a gran ventura

    por ella el cielo me llama.

    Saca una cruz de palo HAZ

    No le mudes la intencin,

    buen Jess; confirma en l

    su intento y mi peticin,

    que en ser el cad crel

    consiste mi salvacin.

    CAD: Caminad; llevadle ana,

    y empalalde en la marina.

    HAZN: Por tal palo, palio espero;

    y as, correr ligero.

    MORO: Camina, perro, camina!

    HAZN: Cristianos, a morir voy,

    no moro, sino cristiano;

    que aqueste descuento doy

    del vivir torpe y profano

    en que he vivido hasta hoy.

    En Espaa lo diris

    a mis padres, si es que os veis

    fuera de aqueste destierro.

    CAD: Cortad la lengua a ese perro!

    Acabad con l! Qu hacis?

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    38

    Carga t con ste, y mira

    si ha acabado de expirar.

    MORO: Parceme que an respira.

    CAD: Trele a mi casa a curar.

    Este suceso me admira:

    en l se ha visto una prueba

    tan nueva al mundo, que es nueva

    aun a los ojos del sol;

    mas si el perro es espaol,

    no hay de qu admirarme deba.

    [Vanse] todos

    FIN DEL PRIMER ACTO

    SEGUNDO ACTO

    HALIMA, mujer de CAURAL, y doa COSTANZA

    HALIMA: Cmo te hallas, cristiana?

    COSTANZA: Bien, seora; que en ser tuya

    mucho mi ventura gana.

    HALIMA: Que gana ms la que es suya,

    bien se ve ser cosa llana.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    39

    Al no tener libertad,

    no hay mal que tenga igualdad:

    slo yo, sin ser esclava.

    COSTANZA: Yo, seora, esto pensaba.

    HALIMA: Piensas contra la verdad.

    Slo por estar sujeta

    a mi esposo, estoy de suerte

    que el corazn se me aprieta.

    COSTANZA: Blando del marido fuerte

    hace la mujer discreta.

    HALIMA: Eres casada?

    COSTANZA: Pudiera

    serlo, si lo permitiera

    el cielo, que no lo quiso.

    HALIMA: Tu gentileza y aviso

    corren igual la carrera.

    [Salen] CAURAL y Don FERNANDO como

    cautivo

    CAURAL: Ella es hermosa en extremo;

    mas llega a su hermosura

    su riguridad, que temo.

    Ya, amor, desta piedra dura

    saca el fuego en que me quemo!

    Hete dado cuenta desto,

    para que en mi gusto el resto

    eches de tu discrecin.

    D. [FERNANDO]: Ms pide la obligacin,

    buen seor, en que me has puesto.

    Mustrame t la cautiva;

    que, aunque ms exenta viva

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    40

    del grande poder de amor,

    la has de ver de tu dolor,

    o amorosa, o compasiva.

    CAURAL: Vesla all; y sta es Halima,

    mi mujer y tu seora.

    D. [FERNANDO]: A fe que es prenda de estima!

    HALIMA: Pues, amigo, qu hay ahora?

    CAURAL: Ms de un ay! que me lastima.

    HALIMA: :lzase el rey con la presa?

    CAURAL: No fuera desdicha aqusa.

    HALIMA: Pues, qu dao puede haber?

    CAURAL: No es mal mandarme volver

    en corso con toda priesa?

    Mas Al lo har mejor.

    Aqueste esclavo os presento,

    que es cristiano de valor.

    D. [FERNANDO]: (Juzgo, veo, entiendo, siento? [Aparte]

    ste es esfuerzo, o temor?

    No estn mirando mis ojos

    los ricos altos despojos

    por quien al mar me arroj?

    No es sta, que el alma fue,

    la gloria de sus enojos?)

    CAURAL: Con quin hablas, di, cristi[a]no?

    Por qu no te echas por tierra

    y Halima besas la mano?

    D. [FERNANDO]: Ms acierta el q[ue] ms yerra,

    viendo un dolor sobrehumano.

    Dame, seora, los pies,

    que este que postrado ves

    ante ellos es tu cautivo.

    HALIMA: Ahora esclavo recibo

    que ser seor despus.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    41

    Conoces a esta cautiva?

    D. [FERNANDO]: No, por cierto.

    COSTANZA: (Bien dijiste; [Aparte]

    y si de memoria priva

    un dolor, muera sta triste,

    porque olvidada no viva.

    Pero quiz disimulas

    y mentiras acomulas

    que ser de provecho sientes.)

    CAURAL: Por qu, hablando entre los dientes,

    las razones no articulas?

    D. [FERNANDO]: Cmo os llamis?

    COSTANZA: Yo? Costanza.

    D. [FERNANDO]: Sois soltera, o sois casada?

    COSTANZA: De serlo tuve esperanza.

    D. [FERNANDO]: Y estis ya desesperada?

    COSTANZA: An vive la confanza;

    que, mientras dura la vida,

    es necedad conocida

    desesperarse del bien.

    D. [FERNANDO]: Quin fue vuestro padre?

    COSTANZA: Quin?

    Un Diego de la Bastida.

    D. [FERNANDO]: No estbades concertada

    con un cierto don Fernando

    de sobrenombre de Andrada?

    COSTANZA: As es; mas nunca el cundo

    lleg desa suerte honrada:

    que mi seor Caural

    del bien que en fe pose,

    merced a Yzuf el traidor,

    trujo de su borrador

    el original aqu.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    42

    D. [FERNANDO]: Seora, trtala bien,

    porque es mujer principal.

    HALIMA: Como ella me sirva bien,

    no la tratar yo mal.

    [Sale] ZAHARA, muy bien aderezada

    ZAHARA: Ya queda empalado Hazn.

    HALIMA: Seora Zara, qu es esto?

    No te esperaba tan presto.

    ZAHARA: No estaba el bao a mi gusto,

    y vneme con disgusto

    de aqueste caso funesto.

    HALIMA: Pues qu caso?

    ZAHARA: A Yzuf mat

    Hazn, y el Cad, al momento,

    a empalarle sentenci.

    Vile morir tan contento,

    que creo que no muri.

    Si ella fuera de otra suerte,

    tuviera envidia a su muerte.

    CAURAL: Pues no muri como moro?

    ZAHARA: Dicen que guard un decoro

    que entre cristianos se advierte,

    que es el morir confesando

    al Cristo que ellos adoran.

    Y estvemele mirando,

    y, entre otros muchos que lloran,

    tambin estuve llorando,

    porque soy naturalmente

    de pecho humano y clemente;

    en fin, pecho de mujer.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    43

    CAURAL: Que tal te paraste a ver?

    ZAHARA: Soy curiosa impertinente.

    CAURAL: Estars aqu esta tarde,

    Zahara?

    ZAHARA: S, porque he de hacer

    con Halima cierto alarde.

    CAURAL: De soldados?

    ZAHARA: Podr ser.

    CAURAL: Quedad con Al.

    ZAHARA: l te guarde.

    Vase CAURAL

    HALIMA: No te vayas t, cristiano.

    CAURAL: Qudate.

    D. [FERNANDO]: Trmino llano

    es ste de Berbera.

    COSTANZA: Dichosa desdicha ma!

    HALIMA: Por qu?

    COSTANZA: Porque en ella gano.

    ZAHARA: Qu ganas?

    COSTANZA: Un bien perdido

    que cobr con la paciencia

    de los males que he sufrido.

    ZAHARA: Mucho ensea la experiencia!

    COSTANZA: Mucho he visto, y ms sabido.

    ZAHARA: Nuevos son estos cristianos?

    HALIMA: Sus rostros mira y sus manos,

    que estn limpios y ellas blandas.

    D. [FERNANDO]: Saldrme fuera si mandas.

    HALIMA: No tengas temores vanos,

    porque no tiene recelo

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    44

    de ningn cautivo el moro,

    ni cristiano le dio celo.

    Guarda ese honesto decoro

    para tu tierra.

    D. [FERNANDO]: Harlo.

    HALIMA: No hay mora que ac se abaje

    a hacer algn moro ultraje

    con el que no es de su ley,

    aunque supiese que un rey

    se encubra en ese traje.

    Por eso nos dan licencia

    de hablar con nuestros cautivos.

    D. [FERNANDO]: Confada impertinencia!

    ZAHARA: Matan los bros lascivos

    el trabajo y la dolencia,

    y el gran temor de la pena

    de la culpa nos refrena

    a todos; que, segn veo,

    doquiera nace un deseo

    que un buen pecho desordena.

    Ven ac; dime, cristiano:

    en tu tierra hay quien prometa

    y no cumpla?

    D. [FERNANDO]: Algn villano.

    ZAHARA: Aunque d en parte secreta

    su fe, su palabra y mano?

    D. [FERNANDO]: Aunque slo sean testigos

    los cielos, que son amigos

    de descubrir la verdad.

    ZAHARA: Y guardan esa lealtad

    con los que son enemigos?

    D. [FERNANDO]: Con todos; que la promesa

    del hidalgo o caballero

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    45

    es deuda lquida expresa,

    y ser siempre verdadero

    el bien nacido profesa.

    HALIMA: Qu te importa a ti saber

    su buen o mal proceder

    de aqustos, que en fin son galgos?

    ZAHARA: Haz, oh Al!, que sean hidalgos

    los que me diste a escoger.

    HALIMA: Qu dices, Zara?

    ZAHARA: Nonada;

    djame a solas, si quieres,

    con esta tu esclava honrada.

    HALIMA: Qu amiga de saber eres!

    ZAHARA: A quin el saber no agrada?

    HALIMA: Habla t con ella, y yo

    con mi esclavo.

    COSTANZA: Al fin sali

    verdad lo que yo tema.

    Si ha de acabar Berbera

    lo que Espaa comenz?

    All comenc a perder,

    y aqu me he de rematar;

    porque bien se echa de ver

    que este apartarse y hablar

    se funda en un buen querer.

    ZAHARA: Cmo te llamas, amiga?

    COSTANZA: Costanza.

    ZAHARA: Tendrs fatiga

    de verte sin libertad?

    COSTANZA: Ms, si va a decir verdad,

    otra cosa me fatiga.

    HALIMA: La blandura o la aspereza

    de las manos nos da muestra

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    46

    de la abundancia o pobreza

    de vosotros. Muestra, muestra:

    no las huyas, que es simpleza,

    porque, si eres de rescate,

    ser ocasin que te trate

    con proceder justo y blando.

    ZAHARA: Qu miras?

    COSTANZA: Estoy mirando

    un extrao disparate.

    D. [FERNANDO]: Seora, a mi amo toca

    el hacer esa experiencia,

    aunque a risa me provoca

    que a tan engaosa ciencia

    deis creencia mucha o poca;

    porque hay pobres holgazanes

    en nuestra tierra galanes

    y del trabajo enemigos.

    HALIMA: Estas manos son testigos

    de quin eres; no te allanes.

    COSTANZA: (Ay, embustera gitana! [Aparte]

    En esas rayas que miras

    est mi desdicha llana.

    Qu despacio las retiras,

    enemigo!)

    ZAHARA: Qu has, cristiana?

    COSTANZA: Qu tengo de haber? Nonada.

    ZAHARA: Fuiste, a dicha, enamorada

    en tu tierra?

    COSTANZA: Y aun aqu.

    ZAHARA: Aqu dices? Cmo ans?

    Luego a moro ests prendada?

    COSTANZA: No, sino de un renegado

    de fe poca y fe perjura.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    47

    D. [FERNANDO]: Harto, seora, has mirado.

    ZAHARA: Has dado en una locura

    en que cristiana no ha dado.

    Amar a cristianos moras,

    eso vese a todas horas;

    mas que ame cristiana a moro,

    eso no.

    COSTANZA: Dese decoro

    reniego.

    HALIMA: De qu te azoras?

    Adems eres esquivo.

    D. [FERNANDO]: Rico, pobre, blando o fuerte,

    seora, soy tu cautivo,

    y tengo a dichosa suerte

    el serlo.

    COSTANZA: Muriendo vivo!

    ZAHARA: Que tanto le quieres, triste?

    Hoy quieres, y ayer veniste?

    Cmo amor tu pecho enciende!

    Mas, cmo te reprehende

    la que tan mal le resiste?

    Lo que en esto siento, amiga,

    es que me cansa y afana

    sentir que tu lengua diga

    que una tan bella cristiana

    le causa un moro fatiga.

    COSTANZA: No es sino mora.

    ZAHARA: Dislates

    dices; de aqueso no trates,

    que es locura y vano error.

    COSTANZA: Son en los casos de amor

    extraos los disparates.

    ZAHARA: Bien el que has dicho lo allana.

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    48

    HALIMA: Qu hablis las dos?

    ZAHARA: Es de precio

    y discreta la cristiana!

    HALIMA: Pues el cristiano no es necio!

    COSTANZA: Es de fe perjura y vana.

    HALIMA: Entremos, que ya has odo

    el azar, y el encendido

    sol demedia su jornada.

    D. [FERNANDO]: Oh, por mi bien, prenda hallada!

    COSTANZA: Oh, por mi mal, bien perdido!

    [Vanse] todos. Sale el VIEJO, padre de los nios, y el SACRISTN.

    El VIEJO con vestido de cautivo, y el SACRISTN con su mesmo vestido

    y con un barril de agua

    SACRISTN: No hay sino tener paciencia

    y encomendarnos a Dios;

    porque es necia impertinencia

    dejarse morir.

    VIEJO: Ya vos

    tenis ancha la conciencia;

    ya comis carne en los das

    vedados.

    SACRISTN: Qu nieras!

    Como aquello que me da

    mi amo.

    VIEJO: Mal os har.

    SACRISTN: Que no hay aqu teologas!

    VIEJO: No te acuerdas, por ventura,

    de aquellos nios hebreos

    que nos cuenta la Escritura?

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    49

    SACRISTN: Dirs por los Macabeos,

    que, por no comer grosura,

    se dejaron hacer piezas?

    VIEJO: Por sos digo.

    SACRISTN: Si empiezas,

    en vindome, a predicarme,

    por Dios, que he [de] deslizarme

    en vindote.

    VIEJO: Ya tropiezas?

    Que no caigas, plega al cielo.

    SACRISTN: Eso no, porque en la fe

    soy de bronce.

    VIEJO: Yo recelo

    que si una mora os da el pie,

    deis vos de mano a ese celo.

    SACRISTN: Luego, no me han dado ya

    ms de dos lo que quiz

    otro no lo desechara?

    VIEJO: Ddiva es que cuesta cara

    a quien la toma y la da.

    Pero dejmonos desto.

    Quin es vuestro amo?

    SACRISTN: Mam,

    un jenzaro dispuesto

    que es soldado y dabaj,

    turco de nacin y honesto.

    Dabaj es cabo de escuadra

    o alfrez, y bien le cuadra

    el oficio, que es valiente;

    y es perro tan excelente,

    que ni me muerde ni ladra.

    Y as, a mi desdicha alabo

    que, ya que me trujo a ser

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    50

    cautivo, msero esclavo,

    vino a traerme a poder

    de jenzaro, y que es bravo:

    que no hay turco, rey ni Roque

    que le mire ni le toque

    de jenzaro al cautivo,

    aunque a furor excesivo

    su insolencia le provoque.

    VIEJO: Ms cautiverio y ms duelos

    cupieron a mis dos nios,

    por crecer mis desconsuelos.

    Conservad a estos armios

    en limpieza, oh limpios cielos!

    Y si veis que se endereza

    de Mahoma la torpeza

    a procurar su cada,

    quitadles antes la vida

    que ellos pierdan su limpieza.

    [Salen] dos o tres muchachos MORILLOS, aunque se tomen de la calle, los

    cuales han de decir no ms que estas palabras

    MORILLO [1]: Rapaz cristano,

    non rescatar, non fugir;

    don Juan no venir;

    ac morir,

    perro, ac morir!

    SACRISTN: Oh hijo de una puta,

    nieto de un gran cornudo,

    sobrino de un bellaco,

    hermano de un gran traidor y sodomita!

    [MORILLO 2]: Non rescatar, non fugir;

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    51

    don Juan no venir;

    ac morir!

    SACRISTN: T morirs, borracho,

    bardaja fementido;

    qunola punto menos,

    anzuelo de Mahoma, el hideputa!

    [MORILLO 3]: Ac morir!

    VIEJO: No mientes a Mahoma,

    mal haya mi linaje!,

    que nos quemarn vivos.

    SACRISTN: Djeme, pese a m, con estos galgos.

    [MORILLO 1]: Don Juan no venir;

    ac morir!

    VIEJO: Bien de aqueso se infiera

    que si l venido hubiera,

    vuestra maldita lengua

    no tuviera ocasin de decir esto.

    [MORILLO 2]: Don Juan no venir;

    ac morir!

    SACRISTN: Escuchadme, perritos;

    venid, tus, tus!, odme,

    que os quiero dar la causa

    por que don Juan no viene: estadme atentos.

    Sin duda que en el cielo

    deba de haber gran guerra,

    do el general faltaba,

    y a don Juan se llevaron para serlo.

    Dejadle que concluya,

    y veris cmo vuelve

    y os pone como nuevos.

    VIEJO: Gracioso disparate! Ya se han ido.

    [Sale] un JUDO

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    52

    No es aquste judo?

    SACRISTN: Su copete lo muestra,

    sus infames chinelas,

    su rostro de mezquino y de pobrete.

    Trae el turco en la corona

    una guedeja sola

    de peinados cabellos,

    y el judo los trae sobre la frente;

    el francs, tras la oreja;

    y el espaol, acmila,

    que es rendajo de todos,

    le trae, vlame Dios!, en todo el cuerpo.

    Hola, judo! Escucha.

    JUDO: Qu me quieres, cristiano?

    SACRISTN: Que este barril te cargues,

    y le lleves en casa de mi amo.

    JUDO: Es sbado, y no puedo

    hacer alguna cosa

    que sea de trabajo;

    no hay pensar que lo lleve, aunque me mates.

    Deja venga maana,

    que, aunque domingo sea,

    te llevar docientos.

    SACRISTN: Maana huelgo yo, perro judo.

    Cargaos, y no riamos.

    JUDO: Aunque me mates, digo

    que no quiero llevallo.

    SACRISTN: Vive Dios, perro, que os arranque el hgado!

    JUDO: Ay, ay, msero y triste!

    Por el Do bendito,

    que si hoy no fuera sbado,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    53

    que lo llevara. Buen cristiano, basta!

    VIEJO: A compasin me mueve.

    Oh gente afeminada,

    infame y para poco!

    Por esta vez te ruego que le dejes.

    SACRISTN: Por ti le dejo; vaya

    el circunciso infame;

    mas, si otra vez le encuentro,

    ha de llevar un monte, si le llevo.

    JUDO: Pies y manos te beso,

    seor, y el Do te pague

    el bien que aqu me has hecho.

    Vase el JUDO

    VIEJO: La pena es sta de aquel gran pecado.

    Bien se cumple a la letra

    la maldicin eterna

    que os ech el ya venido,

    que vuestro error tan vanamente espera.

    SACRISTN: Adis, que ha mucho tiempo

    que estoy contigo hablando,

    y, aunque mi amo es noble,

    temo no le avillane mi pereza.

    Toma su barril y vase. Salen JUANICO y FRANCIS[QUIT]O, que ans se

    han de llamar los hijos del VIEJO. Vienen vestidos a la turquesca de

    garzones, saldr con ellos la seora CATALINA, vestida de garzn,

    y un cristiano, como cautivo, COSTANZA y Don FERNANDO, de cautivo,

    y JULIO, de cautivo, que traen las tersas y vestidos de los garzones,

    y las guitarras y el rabel. Don FERNANDO ha de hacer salida

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    54

    VIEJO: No son mis prendas aqustas?

    Cmo vienen adornadas

    de regocijo y de fiestas?

    Prendas por mi bien halladas,

    qu bizarras son estas?

    Harto costoso ropaje

    es ste. Qu se hizo el traje

    que mostraba en mil semejas

    que rades de Cristo ovejas,

    aunque de pobre linaje?

    JUANICO: Padre, no le pene el ver

    que hemos vestido trocado,

    que no se ha podido hacer

    otra cosa; y, bien mirado,

    de aquesto no hay que temer,

    porque si nuestra intencin

    est con firme aficin

    puesta en Dios, caso es sabido

    que no deshace el vestido

    lo que hace el corazn.

    FRANCISQUITO: Padre, tiene, por ventura,

    qu darme de merendar?

    VIEJO: Hay tan simple criatura?

    JUANICO: Simple? Pues djenlo estar,

    que l mostrar su cordura.

    JULIO: Amigo, no nos detenga;

    y, si gusta dello, venga

    con nosotros.

    JUANICO: No, seor;

    quedarse ser mejor.

    FRANCISQUITO: Padre mo, tome, tenga.

    Una cruz que me han quitado

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    55

    me ponga en este rosario.

    VIEJO: Yo os la pondr de buen grado,

    depsito y relicario

    de mi alma.

    JUANICO: Padre honrado,

    djenos ir, que tardamos.

    [Habla] Ambrosio, que es la seora CATALINA

    [CATALINA]: Pues, amigos, Dnde vamos?

    JULIO: Aunque est de aqu un buen rato,

    al jardn de Agimorato.

    D. [FERNANDO]: Pues, sus!, no nos detengamos.

    JULIO: All podremos a solas

    danzar, cantar y taer

    y hacer nuestras cabrolas:

    que el mar no suele tener

    siempre alteradas sus olas.

    Demos vado a la pasin,

    cuanto ms, que es la intencin

    del Cad que nos holguemos,

    y que los viernes tomemos

    honesta recreacin.

    D. [FERNANDO]: Quin le dijo que tena

    yo buena voz?

    JULIO: No s, a fe;

    algn cautivo sera,

    y el cad me dijo: "Ve,

    y dile de parte ma

    a Caural que me mande

    a su cristiano el ms grande,

    de la buena voz." Yo fui,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    56

    hablle, envios aqu;

    no se ms.

    JUANICO: No se desmande,

    padre, en venirnos a ver,

    que se enojar nuestramo

    y nos dar en qu entender.

    FRANCISQUITO: Padre, Francisco me llamo,

    no Azn, Al ni Ja[e]r;

    cristiano soy, y he de sello,

    aunque me pongan al cuello

    dos garrotes y un cuchillo.

    JUANICO: Veis cmo sabe decillo?

    Pues mejor sabr hacello.

    D. [FERNANDO]: No pasemos adelante,

    que bien estamos aqu.

    JULIO: Sea ans, y algo se cante.

    [Habla] Ambrosio, que le ha de hacer la seora

    CATALINA

    [CATALINA]: Qu decs, que no os o?

    JULIO: Que cantes, porque me encante.

    D. [FERNANDO]: Es sordo?

    JULIO: Un poco es teniente

    de los odos.

    [CATALINA]: No hay gente

    que nos oiga? Bien decs;

    y, pues que todos vens,

    comencemos tristemente.

    Aquel romance diremos,

    Julio, que t compusiste,

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    57

    pues de coro le sabemos,

    y tiene aquel tono triste

    con que alegrarnos solemos.

    Cantan este romance

    A las orillas del mar,

    que con su lengua y sus aguas,

    ya manso, ya airado, llega

    del perro Argel las murallas,

    con los ojos del deseo

    estn mirando a su patria

    cuatro mseros cautivos

    que del trabajo descansan;

    y al son del ir y volver

    de las olas en la playa,

    con desmayados acentos

    esto lloran y esto cantan:

    Cun cara e[re]s de haber, oh dulce Espaa!

    Tiene el cielo conjurado

    con nuestra suerte contraria

    nuestros cuerpos en cadenas,

    y en gran peligro las almas.

    Oh si abriesen ya los cielos

    sus cerradas cataratas,

    ya en vez de agua aqu lloviesen

    pez, resina, azufre y brasas!

    Oh, si se abriese la tierra,

    y escondiese en sus entraas

    tanto Datn y Virn,

    tanto brujo y tanta maga!

    Cun cara eres de haber, oh dulce Espaa!

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    58

    FRANCISQUITO: Padre, hgales cantar

    aquel cantar que mi madre

    cantaba en nuestro lugar.

    Qu dice? No quiere, padre?

    VIEJO: Cmo deca el cantar?

    FRANCISQUITO: Ando enamorado,

    no dir de quin;

    all miran ojos

    donde quieren bien.

    VIEJO: Bien al propsito fuera,

    pues que los del alma miran

    desde esta infame ribera

    la patria por quien suspira[n],

    que huye y no nos espera.

    JULIO: Extremado es Francisquito!

    Canta t, Ambrosio, un poquito

    lo que sueles a tus solas,

    que te escucharn las olas

    del mar con gusto infinito.

    [CATALINA] cante solo

    [CATALINA]: Aunque pensis que me alegro,

    conmigo traigo el dolor.

    Aunque mi rostro semeja

    que de mi alma se aleja

    la pena, y libre la deja,

    sabed que es notorio error:

  • Los baos de Argel Miguel Cervantes

    59

    conmigo traigo el dolor.

    Cmpleme disimular

    por acabar de acabar,

    y porque el mal, con callar,

    se hace mucho mayor,

    conmigo traigo el dolor.

    Entran el CAD y CAURAL

    JUANICO: No ms, que viene el Cad.

    Padre, no os halle aqu a vos.

    D. [FERNANDO]: Con l viene Caural.

    VIEJO: Queridas prendas, adis!

    CAD: Perro, vos estis aqu?

    No te he dicho yo, malvado,

    que te quites del cuidado

    del ver tus hijos?

    FRANCISQUITO: Por qu?

    No es mi padre? A buena fe,

    que he de verle, mal su grado!

    JUANICO: Calla, Francisquito, hermano,

    que, en lo que dices, incitas

    en nuestro dao al tirano.

    FRANCISQUITO: Ver nuestro padre nos quitas?

    Nunca t eres buen cristiano.

    Padre, llveme consigo,

    que me dice este enemigo

    tantas de bellaqueras.

    CAURAL: