Chamanismo, yage y políticas públicas

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Zulma Patricia González Patrimonio cultural y Políticas públicas. “Cada cultura defne, de una manera particular, el dominio de surimientos, anomalías desviaciones, perturbaciones uncionales, trastornos en la conducta ue tienen ue ver con la medicina, suscitan su intervenci!n y reclaman un práctica especifca de su parte. "n el límite no #ay dominio ue pertenezca con pleno derec#o y universalmente a la medicina. $%oucault& '()*+ - ema& /a Patrimonializaci!n del uso tradicional de 0a12, como estrate1iapolítica de sostenibilidad de la cultura indi1ena del piedemonte amaz!nico colombiano. Problema& "n el si1uiente artículo uiero poner en consideraci!n pertinenciade la patrimonializaci!n del uso ritual del ya12, tradici! milenaria de 1rupos indí1enas del pie de monte amaz!nico, como mecanismo de reivindicaci!n política de estos 1rupos #ist!ricament discriminados, en parte, debido a sus prácticas culturales relacionadas con sus concepciones sobre salud3enermedad, las cuales por dierir de las l!1icas propuestas por los cánones occidentales ueron defnidas en un inicio como practicas supersticiosas, conf1urándolas como atributos peyorativos. 4n se1undo aspecto relacionado con lo anterior tiene ue ver con c!mo a partir de resi1nifcaciones de corte antropol!1ico ambientalista y de otros campos de saber el conocimiento indí1ena se reposiciona 1lobalmente conf1urándose como un e5emplo de la invenci!n de la tradici!n, a partir de la noci!n del nativo ecol!1ico interpelando una serie de paradi1mas occidentales. 6sí este articulo será un intento por caracterizar será un cambio si1nifcativo ue #a estado ocurriendo en la política cultural indí1ena& 7iscriminare las tensiones a traba5ar así& '. políticas de representaci!n de lo indí1ena, especial, del c#amán+ 8. "l uso ritual del ya12 desde la perspectiva #olística de la cultura, con menci!n especial en el campo de la salud9 enermedad y su relaci!n con el mane5o del medio ambiente, cristalizada en la f1ura del nativo ecol!1ico. /o anterior lo problematizar2 mediante la revisi!n de las discusiones dadas por diversas comunidades políticas& acad2micas, movimientos

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Análisis de practicas yageseras y políticas públicas

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Zulma Patricia GonzlezPatrimonio cultural y Polticas pblicas.

Cada cultura define, de una manera particular, el dominio de sufrimientos, anomalas desviaciones, perturbaciones funcionales, trastornos en la conducta que tienen que ver con la medicina, suscitan su intervencin y reclaman un prctica especifica de su parte. En el lmite no hay dominio que pertenezca con pleno derecho y universalmente a la medicina.

(Foucault: 1985; 3)

Tema: La Patrimonializacin del uso tradicional de Yag, como estrategia poltica de sostenibilidad de la cultura indigena del piedemonte amaznico colombiano.

Problema: En el siguiente artculo quiero poner en consideracin la pertinencia de la patrimonializacin del uso ritual del yag, tradicin milenaria de grupos indgenas del pie de monte amaznico, como mecanismo de reivindicacin poltica de estos grupos histricamente discriminados, en parte, debido a sus prcticas culturales relacionadas con sus concepciones sobre salud-enfermedad, las cuales por diferir de las lgicas propuestas por los cnones occidentales fueron definidas en un inicio como practicas supersticiosas, configurndolas como atributos peyorativos. Un segundo aspecto relacionado con lo anterior tiene que ver con cmo a partir de resignificaciones de corte antropolgico, ambientalista y de otros campos de saber el conocimiento indgena se reposiciona globalmente configurndose como un ejemplo de la invencin de la tradicin, a partir de la nocin del nativo ecolgico interpelando una serie de paradigmas occidentales. As este articulo ser un intento por caracterizar ser un cambio significativo que ha estado ocurriendo en la poltica cultural indgena: Discriminare las tensiones a trabajar as: 1. polticas de representacin de lo indgena, en especial, del chamn; 2. El uso ritual del yag desde la perspectiva holstica de la cultura, con mencin especial en el campo de la saludenfermedad y su relacin con el manejo del medio ambiente, cristalizada en la figura del nativo ecolgico. Lo anterior lo problematizar mediante la revisin de las discusiones dadas por diversas comunidades polticas: acadmicas, movimientos sociales, en este caso indgenas y ecologistas, y el Estado. Sobre el ltimo actor es necesario aclarar que lo abordar a partir de las polticas pblicas relacionadas con el patrimonio cultural inmaterial, en lo referente al conocimiento indgena yagecero y la legitimidad de sus prcticas tradicionales gestionados por discursos expertos, especficamente antropolgicos, los cuales manifiestan y proponen algunas relaciones de alteridad sostenibles en el tiempo.

Introduccin: El Patrimonio Cultural Inmaterial como un producto de las polticas pblicas.A continuacin comentar los presupuestos inscritos en las polticas culturales de patrimonializacin agenciados por estancias internacionales como Unesco. En el caso Colombiano, la ley con la cual el pas se acoge a la poltica de Salvaguardia de Patrimonio Cultural Inmaterial aprobada en Paris el 17 de octubre de 2003, es la 1037 de 2006. En cuanto a las estancias nacionales el rgano encargado es el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, consignado en la Ley 1185 de 2008 (marzo 12) por la cual se modifica y adiciona la ley 397 de 1997 (Ley General de cultura) en el que se dictaron otras disposiciones como la correspondiente al artculo 8, adicionado el artculo 11-1: el que exige que el Patrimonio cultural inmaterial, este constituido, entre otros, por las manifestaciones , practicas, usos y representaciones , expresiones, conocimientos, tcnicas y espacios culturales ,que las comunidades y los grupos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural. Si bien, este patrimonio genera sentimientos de identidad y establece vnculos con la memoria colectiva. Es trasmitido y recreado a lo largo del tiempo en funcin de su entorno, su interaccin con la naturaleza y su historia y contribuye a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

Sobre lo anteriormente sealado, hara falta cuestionar la eficacia de las polticas pblicas en trminos de lograr que el patrimonio cultural de unas comunidades se active y se incorpore como parte del imaginario identitario de la nacin. S lo hace cmo se constata su articulacin en la comunidad poltica?. S por el contrario cuando se afirma un segmento del patrimonio cultural se est reforzando la idea de la diferencia cultural exotizada radicalmente, aludiendo como afirma Therrien a un proyecto de nacin mayoritariamente mestiza que dibuja una frontera, o sea un afuera tnico fragmentado debido a la falta de un discurso patrimonial que defina qu es lo representativo de la diversidad, quien tendra la legitimidad para definirla ,producirla y representarla, qu consecuencias trae la supuesta patrimonializacin y quien tiene el derecho a la propiedad privada sobre las manifestaciones patrimoniales(pp.8).

Por otro lado, aunque lo expuesto anteriormente en la Ley de Cultura, cumple con el instrumento normativo propuesto por la Unesco, en donde se contempla el respeto del patrimonio cultural inmaterial de las comunidades, al mismo tiempo que se enuncia como cdigo tico de pretensin universal, es claro que con la declaracin oficial del reconocimiento de la diversidad cultural, parece distensionarse y cooptarse el escenario de lucha histrica local y con l, las condiciones de discriminacin racial , prdida de territorios, la vivencia de situaciones de conflicto armado, y el cambio forzado de actividades econmicas de subsistencia debido a las miles de hectreas sembradas de cultivos ilcitos, unido a la inevitable deforestacin que convierte, la exuberante selva en un inmenso pastizal desrtico, y por consiguiente la constitucin de estos grupos humanos, en sujetos marginales (UMIYAC: 2000;6)

En consecuencia, es sobre el contexto anteriormente esbozado, que me interesa analizar la nocin de patrimonio cultural inmaterial como construccin social y una produccin particular que manifiesta las tensiones ideolgicas de lo patrimonializable o no, con respecto al uso tradicional del Yag, a travs del fenmeno de politizacin de la cultura y la invencin de diferentes tradiciones (Howbsban) que mancomunadamente retan o refuerzan la forma de gubernamentalidad neoliberal propia de las polticas estatales y globales de la contemporaneidad.

Para desarrollar esta discusin sobre por qu , para qu y para quienes sera beneficiosa la declaratoria de esta tradicin indgena, como poltica pblica, hare una exposicin del contexto histrico desde varias fuentes de carcter disciplinar como la historia y la antropologa sobre los derroteros de discriminacin, asimilacin , integracin, representacin , y reconocimiento de los indgenas del pie de monte amaznico como sujetos colectivos en la construccin de una nacin colombiana ms democrtica. En este sentido, lo democrtico debe entenderse en trminos de mitigacin de las condiciones de pobreza y la inclusin de los pueblos de la cultura yagecera como agentes de cambio en los discursos y prcticas gubernamentales sobre la dupla salud-enfermedad y la relacin con la naturaleza, los recursos naturales y el acceso a los recursos genticos en el contexto de la autodeterminacin, la soberana sobre sus territorios y recursos, y el reconocimiento de sus autoridades polticas.Lo indgena y lo chamnico: entre la invencin de una tradicin moderna y la movilizacin estratgica de una identidad.En trminos antropolgicos, estas prcticas chamansticas mgicas alternativas a los cnones occidentales de medicina y conocimiento cientfico, da apertura al debate dentro de las polticas de patrimonializacin a la nocin de alteridad a partir del concepto de etnia. A continuacin esbozare como este proceso responde al concepto de invencin de tradicin propuesto por Hobsbawm (1983) la cuales son inventadas, construidas y formalmente instituidas por el campo discursivo del experto, en este caso , el antroplogo mediante la configuracin de un grupo de prcticas gobernadas por reglas aceptadas abierta o tcitamente y de naturaleza simblica o ritual, que buscan inculcar determinados valores o normas de comportamiento por medio de su repeticin, lo cual implica automticamente continuidad con un pasado nacional. Se intenta establecer una conexin o continuidad ficticia, o parezca compatible con un pasado histrico adecuado para quien?. En efecto, son unas respuestas a nuevas situaciones que toman la forma de referencia a viejas situaciones o que imponen su propio pasado por medio de una repeticin casi obligatoria. Es la tensin y el contraste entre una continua innovacin del mundo moderno y la intencin de asegurar unos referentes o valores mnimos que estructuren la vida social.

Buena parte de la historia de la antropologa en Colombia ha sido dedicada al estudio de dos objetos de estudio (lo indgena y la cultura) que haban llevado a la disciplina a un debate sin salida de esencializacin, pero que sin duda responda a las necesidades histricas de la poca. Contextualizando la anterior afirmacin habr que decir que la poca corresponde a la dcada de los 70s cuando diversos movimientos sociales entre los cuales se cuentan campesinos, obreros, maestros y estudiantes influidos por las trasformaciones mundiales como la revolucin china y la cubana impulsaron paradigmas analticos basados en la teora de la dependencia, el capitalismo como neocolonialismo y por ende la asimilacin de las culturas subalternas, como la indgena.

Contemporneamente a este fenmeno, como afirma Correa (2006) la denominacin sobre lo indgena estaba conceptualizado en dos direcciones: la nocin de etnia y la de minoras nacionales , la cual se contrapona a la primera pues apoyaba la idea de la autodeterminacin cristalizada en dos aspectos expuestos por Hernn Henao , el cual invitaba a entender como minora nacional la comunidad inmersa dentro de una nacin y sometida a un determinado tipo de estado, pero conservando su identidad comunitaria en lo relativo al territorio , el idioma, la vida econmica y la cultura.

Posteriormente , en 1985 , Miriam Jimeno y Adolfo Triana publicaron el libro de Estado y Minoras tnicas en Colombia, en donde se complejizara la nocin de lo indgena en trminos de ampliar las consecuencias de la diferencia cultural en trminos de la desigualdades en la distribucin de recursos y oportunidades polticas oscureciendo la fronteras entre etnia y nacin. Por lo que la discusin trasciende la idea de la cultura exotizada y apunta a la construccin de una nueva sociedad que deshara la explotacin econmica y se articulara a un proceso poltico que democratizara las relaciones sociales. Hay una evidencia de a puo y es que la desventajosa posicin de los indgenas al interior del capitalismo no podra resolverse meramente atendiendo a las dinmicas internas de la nacin sino en el espacio de la misma transformacin que los discursos de la globalizacin imponen a los estados-naciones. Un caso especfico seria el giro que da la asimilacin del concepto de nativo ecolgico, trabajado por Astrid Ulloa, a la experiencia histrica de los pueblos indgenas y a la valoracin de su cosmovisin y sus capacidades como administradores de la vida. Histricamente, en el caso del chamanismo, podemos ver cmo prcticas culturales que durante mucho tiempo estuvieron circunscritas a las representaciones sobre lo popular y eran consideradas como creencias de incultos, supersticiones baratas y brujera y hechiceras de indios, adquirieron un valor inverso, al ser retomadas por sectores de lite. Antes de la llegada de los espaoles las funciones del chamn estaban mezcladas (detentaban el poder poltico, el religioso, y manipulaba la salud): con la colonizacin pasa a manipular a la magia slo en funcin de la salud y la enfermedad. Con el avanzar de la colonia, el chaman fue suplido por el hechicero, el yerbatero y el curandero socavndolo como autoridad poltica. As, el dispositivo de representacin operado por Imaginarios cultos, como lo menciona Ceballos (1995; 13) pueden rastrearse histricamente mediante los documentos de las crnicas y los elaborados alrededor de la brujera diablica por los telogos medievales europeos , asimilados haca el siglo XV por la clases populares ,o imaginarios populares, demonizados por las clases cultas y poderosas en los proceso de conformacin de las sociedad europeas, en aras de normalizar y tener control sobre las capas inferiores de estas sociedades. Sin embargo, desde la antropologa se brinda una interpretacin muy particular de la cultura, la cual no es hermtica o esttica y con el correr de los siglos mancomunadamente con el cambio de los paradigmas religiosos a laicos pluralistas, y gracias al proceso de transculturacin que siempre resulta de este proceso de encuentro de culturas, el conocimiento chamnico , sus prcticas y formas de transmisin se fueron acomodando y transformando hasta encontrar una fisonoma propia, es decir, hasta cambiar el arquetipo inicialmente impuesto. En este sentido la contemporaneidad del discurso antropolgico brinda las herramientas tericas y su articulacin con las polticas pblicas de patrimonializacin habilita la activacin positiva de los atributos culturales sobre lo indgena, los cuales van desde lo jurdico, cultural, social y ambiental. Una vez aclarado someramente el panorama histrico de las transformaciones del discurso sobre las practicas chamnicas , comenzar con una definicin clara y simple de lo que se entiende por chamn o por chamanismo, para luego entrar en los escurridizos problemas que genera tal intento de conceptualizacin. Podramos acordar con el investigador contemporneo Ake Hultkrantz, que el chamn es un individuo visionario inspirado y entrenado en decodificar su imaginera mental, que en nombre de la colectividad a la que sirve y con la ayuda de sus espritus aliados o guardianes, entra en un trance profundo o estado modificado de la mente sin perder la conciencia despierta de lo que est viviendo; durante la disociacin mental, su ego soador establece relaciones con entidades que el chamn vivencia como de carcter inmaterial y puede, hasta cierto punto que depende de su propio poder personal, modificar el orden del cosmos invisible de acuerdo a su inters o al de su colectividad. Habitualmente el chamn consume substancias entegenas, como es el caso del yag, o mantiene ritmos percusivos -principalmente ternarios- para inducirse la disociacin mental que lo caracteriza.

Desde la anterior perspectiva en las ltimas dcadas, el chamanismo se ha convertido en uno de los temas de estudio ms importantes para la antropologa. Y no solo para los antroplogos, sino que en Occidente ha saltado las barreras del marco puramente cientfico para convertirse en tema de grandes xitos literarios de ficcin (como la novela famosa Chamn, de Noah Gordon), en moda cotidiana dentro de grupos ms o menos minoritarios, en objetivo del "turismo chamnico", en fuente de inspiracin teraputica, en forma de fabulosos ingresos econmicos conseguidos por la tristemente creciente industria del pseudoconocimiento cientfico y dems mercadotecnia y comercializacin.Para el caso particular, como seala Shultes (2004:55) Entre los indgenas amaznicos, por ejemplo, existe el trmino genrico chaman para referirse a este ser, pero luego inmediatamente hay que especificar si se trata de un curaca (el que cumple la funcin curativa, equilibradora) o de un alguacil (el que cumple con la funcin punitiva, de castigo): ambas categoras de chamn usan exactamente las mismas tcnicas extticas, slo vara la orientacin de la accin chamnica, y aun ello podra decirse, aunque muy extraamente, de un mismo individuo en distintas etapas de su vida As, plantear el problema de la comprensin de la accin chamnica hoy da es plantear de forma concreta la gran cuestin con que se enfrenta la ciencia actual: la unidad del "dentro" y "fuera" de cada individuo.

Por todo ello, obviamente, estoy utilizando el trmino chamn por ser el ms conocido y aceptado pero en realidad hay que aclarar que con este sustantivo me refiero a un determinado contenido cultural, propio de los pueblos indgenas , que suele encarnarse en algn individuo que acta el papel de chamn, sea hombre o mujer. No obstante, si bien el chamanismo tiene algunos elementos (bastante) comunes en las diversas culturas que contemplan esta funcin, no se trata de un calco. Es un error comparar elementos culturales provenientes de diversos pueblos, aunque parezcan similares, sin hacerlo provistos de un microscopio conceptual. En este sentido, es demasiado frecuente hablar de chamanes y de chamanismo sin realizar la ms pequea especificacin. Y no es lo mismo el chamanismo amaznico de los shuar, que el chamanismo andino de los quechuas, el mesoamericano de los mazatecas o el africano de los yoruba, simplemente porque se trata de culturas distintas. Bibliografa.

Ceballos, Diana Luz. 1995. Hechizeria, brujera e inquisicin en el Nuevo Reino de Nueva Granada: un duelo de imaginarios. Editorial Universidad Nacional de Colombia. Bogot.

Furst, Peter T., (1980), Los Alucingenos y la Cultura, F.E.C. Mxico.Foucault. 1985. Medicos, jueces y brujos en el siglo XVII, Otras Garzn , Omar. 2004.Rezar, soplar, cantar. Etnografia de una lengua ritual. Ediciones Abya-Yala. Ecuador.

Hobsbawn, Eric. 1994. The invention of Tradition. University Press. Cambrige.Levi Strauss, Claude. 1982. El pensamiento salvaje. Fondo de cultura econmica. EspaaTherrien, Mnica. (en prensa) Listas de Patrimonio Cultural Inmaterial: Tras el equilibrio territorial y social. En: Las tramas del patrimonio cultural: Historias. Identidades, tradiciones y comunidades, A. Santoyo y m Therrien (eds) , Bogot: Universidad Javeriana- ICANH.Ministerio de Cultura.2010.Compendio de polticas culturales / presentacin Paula Marcela Moreno Zapata ; compilador Germn Rey Beltrn ; editores Mara Brbara Gmez Rincn y Enrique Patio Edicin: 1a ed. Publicacin: Ministerio de Cultura.Bogot Shultes, Richard Evans, (2004) El bejuco del alma. Los mdicos tradicionales de la amazona colombiana, sus plantas y sus rituales. Fondo de Cultura Econmica. MexicoTermino escogido por los Taitas o Chamanes: Para poder distinguir de una manera exacta nuestro trabajo, hemos preferido entonces acoger el trmino mdico indgena yagecero, ya que permite entender con ms precisin nuestra condicin de mdicos tradicionales,nuestra pertenencia a un grupo indgena y la especialidad de trabajo con nuestra planta medicinal sagrada: el yag. (UMIYAC: 2000;15)

Esta tensin entre el pensamiento ancestral amerindio y el sistema lgico racional cientfico occidental previamente ha sido trabajada por Claude Levi Strauss (1982) en su libro: El pensamiento salvaje, en donde afirma, que la ciencia es metonmica y la magia metafrica y metonmica. As,> (pp.27) Y (pp.38)

Puede compararse la definicin que propongo con: Ake Hultkrantz, "A Definition of Shamanism", Temenos 9, 1973, 25-27.

Por "disociacin" voy a entender lo que literalmente significa: la mente dividida en dos mitades funcionales una de las cuales es capaz de observar, decodificar y recordar lo que est sucediendo en la otra, sin que esta disociacin implique ningn tipo de patologa.

Entegeno: neologismo acuado en el ao 1979 por parte de un equipo de investigadores (R. Gordon Wasson, J. Ott, A. Hofmann y C. Ruck) para referirse a aquellas substancias, prcticamente siempre de origen vegetal o fngico, de consumo habitual entre los pueblos primitivos antiguos y contemporneos, y que son utilizadas para ponerse en contacto experiencial con sus divinidades, sea cual fuere la ideacin cultural de este trmino. Llamar "alucingenos", como suele hacerse, a estas substancias elimina todo el sentido sacro que tiene tal uso. Durante toda la historia de la humanidad se ha consumido entegenos con una actitud de profundo respeto y con la finalidad de autoinducirse estados de xtasis que permitieran al ser humano el contacto con aquello que de profundo, nmico y misterioso tenemos, es decir lo que se condensa en la categora arquetpica de "divinidad". Entegeno es un trmino que proviene de la raz griega theos con un prefijo que viene a significar "dios dentro de m" y es, desde todos los puntos de vista, un concepto ms adecuado para referirse a estas substancias que cualquier otro de los trminos propuestos hasta ahora (psicodlicos, psicotomimticos, psiquedlicos, psicodislpticos o alucingenos). En medios cientficos especializados de todo el mundo es una palabra cada da ms aceptada y usada. (Furst, 1980:37)