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palabra charivari se ha incorporado a la lengua espaola en poca bastan literatura satirica. A fines del XIX, un escritor joven y revolucionario que con el tie revolucionario, don Jos Martnez Ruiz, Azorn, public un librito que se llama Cha Discordante (1). En este caso y en el de otros empleos en el mundo literario y a parece claro que los escritores espaoles tenan en la mente el recuerdo del famo por Charles Philipon, peridico que, como es sabido, pas por varias etapas y su caricaturistas, acaso ms destacados que los mismos hombres de pluma.

La

Los diccionarios de la lengua espaola y las enciclopedias, cuando registran

enciclopedia (2) indica, de modo categrico, que es equivalente a la castellana cen lee en los viejos lxicos galos y bajo latinos, se puede aplicar a la indicada voz h ludus tinnitibus et clamoribus varis, quibus illudunt iis. aui ad secundas convolant sea la etimologa de charivari, de charivarium y de las formas chalvaricum, chalvari otras de las hablas de Francia, como chalivali, hay que aceptar que en tierras de h ellas y que, por el nombre, se le da un particular sentido auditivo en relacin con d ruido, nada armonioso, que este produce. En un sondeo histrico y lingsti caracterizacin que se hace de la cencerrada en el Diccionario de Autoridades d cencerros quando andan las caballeras que los llevan. En lugares cortos, sue haciendo este ruido por las calles y tambin quando hai bodas de viejos o v Cencerrada, Ir a la Cencerrada (5). Cosa rstica, en suma, de lugares cortos, sob participan de modo primordial. Podemos recoger otro testimonio lexicogrfico a de Ayala (1693): Aunque este vocablo en su sentido es castellano -dice de modo naci en otra parte. En el reyno de Valencia, quando un viejo se casa con una nia o alguna, aunque no sea muy anciana, ha tenido muchos maridos y se casa tercer chasco la noche de boda haziendo ruido con sartenes y hierro viejo o cencerros, de Tambin se usa en Francia y lo llaman charivari, como dice el Tesoro de las Tres L de la cencerrada no slo con la celebracin de matrimonios de viudos, sino con lo impropias para el matrimonio (lo cual se encuentra en tierra valenciana y en otras auditivo. La palabra cencerro se considera onomatopyica (7): al parecer, form zinz. Mas dejando la etimologa problemtica a un lado (8), los derivados claros de cencerril y cencerruno, parecen referirse siempre a sonidos rsticos, desapacibles en el Quijote, asocia el ruido cencerril o cencerruno a otros ruidos alborotados, com cencerril y gatuno (10). en un caso; canalla gatesca, encantadora y cencerruna (11 irritado de los gatos que me hace recordar que el mismo carcter, en esen especialmente marcada la palabra alemana para designar al charivari, es decir, Ka texto de Cervantes no parece fortuita si se piensa en algunas prcticas brutales de de gatos y perros. Que de cencerros nunca se concert msica suave, dice Antoni Covarrubias que quando alguno tae alguna guitarra mal templada y tae mal y ras para el Diccionario de Autoridades, tocar sin orden de taido o msica algn ins advertir, por ltimo, que dentro de las diferentes clases de instrumentos parecidos, elemental que las campanas y esquilas (16). Consideremos ahora que el nomb en vasco, que sobre la misma base auditiva se forma otro nombre en cataln, y q idea del ruido producido por otro instrumento menos conocido ha dado lugar a palab

Otros nombres de otras lenguas peninsulares A.-Digamos primero algo sobre el vasco. El Padre Larramendi, en su Diccionario tom del vasco cincerria y da los derivados de cincerraldia o cencerrada y cincerrid de una poca coincidente con la del Diccionario de Autoridades ya utilizado, la de vasco poco larramendiano, Azkue, consideraba que es voz comn a los dialectos suletino y roncals) la de zintzarri, y que la cencerrada o charivari se llama zintzarr del pas vasco-francs. Ots significa sonido fuerte y es voz que se encuentra en pal

Pero hay otra palabra en el mbito vasco que expresa sensaciones auditivas: tob fragua en el Roncal y por toberak se entienden las serenatas que a modo de epital muchos pueblos de la Navarra septentrional y Guipzcoa ... y las cencerradas de casados mal avenidos (20). La voz compuesta tobera-mustra que en Baja Navarra y Labourd sirve para tambin recoge Azkue) merece especial examen; mas de ella trataremos luego. To tubo. Toba y tolva se dan en dominio vasco. Tobera puede derivar, en hiptesis, d sin embargo, el instrumento sobre el que se golpeaba para obtener particular son (22). Mas el sonido armonioso producido al golpear la palanca, de suerte que aco en ruido estrepitoso y cencerruno cuando se trata de la tobera-mustra, denomin acciones distintas. Mustra parece que ha de relacionarse con el neutro plural l naturales, extraas o, por lo menos, singulares: monstra et portenta. Esta voz puramente auditivo, acciones que encontraremos en cencerradas dadas, tanto o escndalos en la comunidad por irregularidades en su vida matrimonial o por actos B.-la palabra cencerrallada ha sido usual en Galicia, as como los verbos cencer cencerreiro para designar a los que participan en el acto (23). Pero en gallego exist grande del ganado vacuno y su diminutivo chocallo, del que derivan chocallada, co este es personaje carnavalesco, sobre todo (24), y habr que advertir que muchas aldeas del Norte, se distinguen por llevar cencerros. Choca y chocallo, que parecen en mbito leons y portugus, y chocallada por cencerrada se registra en pueblo oriental, choca y chueca en la occidental y sus derivados correspondientes (25). C.-En el dominio cataln, las palabras ms usuales para designar el uso que nos distingue a veces del cencerro por su forma ms parecida a la campana propiame dice que esquellot en plural significa el ruido desapacible que's f ab esquellas, c que's casan (26). lxicos ms modernos dan esquellatada y esquellotada (27). costumbres de Igualada, Viladrau y Falset (fer esquellots). Otros lexicgrafos confir formados sobre esquila (29). En mallorqun tambin se registra esquella, es (cencerreo) (30). Esquellada por cencerrada se da en valenciano (31) y los d provisionalmente al menos, podemos sealar dos grandes dominios, el occident sirven de base, y el oriental en que la base son esquella y esquila, dejando aparte n han solido formar teniendo en cuenta otros instrumentos menos comunes. D.-Ayala, en su ya citado Tesoro de la Lengua Castellana de 1693, dice adem nombre de matraca en algunas partes de Castilla la Vieja (33). la expresin dar indicaba que era lo mismo que dar vaya (34). Pero la palabra matraca tiene un sign Autoridades se llama as cierto instrumento de madera con unas aldabas o mazas Usan de ella los religiosos para hacer seal a los maitines y assimismo sirve en lug Y aade: Covarrubias dice se llam matraca por la figura onomatopeya del sonido q Tambin indica Covarrubias que un conocedor prctico del rabe, Tamarid, etimologistas modernos (37). Para Eguilaz, sera martillo (38). La matraca, en su ocasiones, por la Iglesia en vez de campanas o campanillas, como tambin por Se adoptaba diversas figuras y cuyo ingrato sonido parece significar el terremoto de fi carraca nace de su forma y porque tambin se empleaba aquella, en vez de camp Gloria. El Diccionario de Autoridades ilustra las expresiones dar matraca, matraqu del Siglo de Oro, pero no en relacin con cencerradas propiamente dichas (40).

Legislacin A comienzos de este siglo eran mucho ms frecuentes las cencerradas que hoy la legislacin como a un profundo cambio en las ideas y costumbres, ya que hace contra ellas, repetidas y modificadas despus, que no tuvieron efectos absolutos determinados reinos. En efecto, las cencerradas a gentes que contraen segundas nupcias fueron pro aos de presidio y multa de cien ducados, como especifica la Ley VII del Ttulo constituida por un bando publicado en Madrid el 27 de septiembre de 1765 (41 epgrafe general reza: De las injurias, denuestos y palabras obscenas y que abarc Real, pero no precisamente los de este tipo (42), sino otros de carcter individual, c leproso, cornudo o sodomita. El tema de las injurias constituye captulo considerable de la legislacin foral d ahora idea, siquiera parcial, de lo legislado sobre el tema, pero si decir que la in maleficios -muertes, asesinatos, enemistades de familia- y que, en casos, se relacio bando cortesano de 1765 tuvo justificacin en la muerte de una persona en la Cor para que se siguieran dando y que en 1815, la Sala de Alcaldes de Casa y Cor cercano pueblo de Parla (45). El espritu ordenancista de los golillas de la Ilustracin -de lo que de modo grf que, medio siglo despus, se denomin Despotismo a secas o Absolutismo y al Ilustrar. Ya en el XVIII, una nube de autoridades civiles -corregidores, alcaldes de v los polticos de la Ilustracin dando una tnica sombra y ordenancista a la vida de sobre la Ley Agraria, impreso en 1795, considera como gran abuso propio de las a de modo inexorable, las reglamentaciones policacas: no hay alcaIde que no e cencerradas, que no ronde y pesquise y que no persiga continuamente no ya a lo tocan y cantan (46). El punto de vista liberal de Jovellanos, dirigido siempre a hacer la vida de los n parece haber tenido, en lo que se refiere a este punto, mucho xito. Las cencerrada del modo violento de la Ley de 1765, y el Cdigo Penal de 1870 -artculo 589, n orden pblico objeto de multa de cinco a veinticinco pesetas y represin, tanto promueven con ofensa de alguna persona o con perjuicio y menoscabo del s cencerradas a viudos y viudas.

Cuando se dieron los sistemas polticos del XIX, la cencerrada poda aplicarse para expresar su afecto a un jefe, le daban una serenata nocturna -como si se enemigos del mismo jefe tambin podan organizarle una cencerrada o pita, seg tampoco de ms recordar que uno de los peridicos satricos y anticlericales de Cencerro y que se anunciaba por las calles con este instrumento. Las leyes generales contra las cencerradas fueron precedidas en algunos reinos apariencia. En los Cuadernos de Leyes de las Cortes de Navarra de los aos 17 matracas, cencerradas y dicen pullas y cantares desonestos (49). Lo ms grave y

que iban contra la honestidad pblica y buen crdito de muchas personas a las q regular, se les atribuyen muchos que no tienen. Antes ya se haban tomado medida prohiba decir o cantar, de da o de noche, palabras sucias y lascivas o cantares s cien azotes y dos aos de destierro y de dos aos de presidio a los hidalgos. Respecto a las cencerradas propiamente dichas -aunque sean con color o motivo a los participantes con un mes de crcel y cincuenta ducados de multa o dos a segunda con cien azotes y cuatro aos de destierro siendo plebeyo y lo correspond e incluye en el delito a los que de da o de noche enraman algunas puertas inmundicias. Se tocan, pues, tres puntos: el del bullicio y ruido, el de la stira perso ver, se asocian constantemente. Tan seversima ley no debi tener mucha aplicacin y en las Cortes de 1743, 174 (51) deban desencadenar muertes, robos, rias, insultos y hasta atropellos de la Ju con otras muchas de entonces en el deseo de reprimir los excesos' populares en chulos y matones en general y en la que el uso de armas blancas diversas y de arc generalizado. En cualquier caso, con legislacin draconiana o ms moderada, s comunes o por otros varios, ajustadas, segn regiones y casos, a arquetipos o mod ideas morales tambin muy viejas, de la historia del Cristianismo por lo menos.

Datos de 1901 en toda Espaa En 1901, la Seccin de Ciencias Morales y Polticas del Ateneo de Madrid promo populares sobre los tres hechos ms caractersticos de la vida, nacimiento, matr elabor un cuestionario del que se imprimieron dos ediciones (52) y en su seccin I a las bodas de viejos y viudos y se peda informacin acerca de cencerradas y otra la guerra civil, si bien pude consultarla antes de 1936. En el antiguo Museo A desmenuzados, que todava se conserva y sobre el que trabaja intensamente Do indicacin ma, lo examin George M. Foster, que mand hacer un extracto que a mi propia cosecha, tomadas de varias obras. Indicar, tambin, que Don Enrique C Costumbres espaolas de nacimiento, noviazgo, casamiento y muerte (53), cuya Ateneo, y en el que se recogen hasta tres fotograbados relativos a cencerradas: un 1929, de un pueblo de Castilla; otra, ms antigua y un dibujo de Garca Ramos de la A.-EI recuento de las fichas da como comn en Galicia la cencerrada a viudo usndose cuernos y latas de petrleo adems de cencerros. En las inmediaciones d los rboles los aperos de labranza y se apoyaba la lanza del carro sobre la puert Esto, la noche de la boda; cencerradas, las 9 noches anteriores, como norma gene para hacer el simulacro de la boda. Se dice en el Diccionario de Don Eladio Ro aplicaba asimismo en el Ribeiro de Avia y otras comarcas de Orense a los mozos q respetaban costumbres establecidas como la de pagar piso, costear los domingos respecto a Asturias, en un informe general se da como extendida la costumbre, p sabe adoptaba varias modalidades y nombres especiales. Segn Cabal (56), la pala en Arriondas se hablaba de lloquerada, de turga en Ribadesella y de pandorga en palabra de la que ya se ha tratado. Turga es voz enigmtica que acaso haya qu tumulto y confusin de gentes. Parece que la turga se desenvolva con arreglo a con otros nombres. Se la llamaba entierro hacia Pola de Siero y los que se dedicab dos monigotes de paja; sacaban uno de donde viva el galn y otro de donde la m plpito, un hombre ingenioso predicaba y terminado el sermn, quemaban los mu

consideraba una muerte. Similar parodia de extremauncin se celebraba en Avils, vestido de blanco, va a caballo con acompaamiento de gran nmero de personas a la casa nupcial dos individuos representando a los novios fingen estar moribu griterio espantoso. Al da siguiente es el entierro. Diez o doce mozos vestidos de b dos muecos de paja los novios e imitan su entierro lIevndoles en andas. Les rez leen el testamento (escrito jocoso) y por ltimo queman los dos muecos entre voc detalles respecto a la pandorga (59), palabra no exclusiva de Asturias y con varias daba, en primer lugar, la de junta de variedad de instrumentos de que resulta con festivo y familiar se llama la mujer mui gorda, pesada, dexada y floxa en sus acci oposicin a penitencia: disciplinas anoche i oi panduerga (61) Y sabemos que comparsa burlesca o pandorga, acepcin sta que llega hasta Andaluca. En caste usa pandorgada. C.-De Len hay varios informes detallados: en las bodas Mansilla de las Mulas), las cencerradas fenomenales tenian parte de accin dram como en Carnaval y llevaban bajo palio unas figuras grotescas ante las que agitab en los que quemaban pimienta picante y sustancias malolientes. Esto del palio, e Valderas, la Baeza, Grajal y tambin -como se ver- fuera de la provincia. El info una variedad de cencerrada: durante las vsperas de las amonestaciones de viudo y cuernos y a la salida de la misa de boda, esperaban a los cnyuges vestidos de m asnos cubiertos de andrajos y llenos de esquilas y les llevaban a su casa, si bien n tres pesetas para vino. A fin de evitar estos trastornos, se dice con relacin a Vill que los novios procuraban casarse muy de maana. D.-Respecto a Castilla la Santander con los aportados por folkloristas (62). La informacin sobre cencerradas de vista etnogrfico como del lingstico. Con tobera se designa en los lxicos mon en muchas partes se forman voces sobre la palabra campana y no cencerro. El cam y campaneros son en Igua y Toranzo los que aparecen en la vejenera con cence partes (64). Habr que seguir la pista igualmente a la voz zumba: cencerro alargad zumbar, chanza o burla, voz castellana conocida. En Gumiel dl Mercado (Bu a los novios bajo un palio constituido por una manta vieja. Se usaba entonces de s novios a subir a un carro para pasearlos. En Villarramiel (Palencia) se les instaba ante ellos sustancias pestilentes. Algo parecido ocurra en Valdespina, dentro de indica: que se hacan peleles de lienzo, rellenos de paja, a los que denominaban viejos, hacindose con los monigotes todo lo posible para excitar la risa de los espe Nava obligaban a los contrayentes a subir a un carro y dar una vuelta al pueblo cencerrada se haca extensiva a cualquier boda celebrada de San Antonio a Carna (Valladolid). Pero para viudos, etc., se aplicaba lo del palio y los sahumerios, lo Segovia donde los informes de Fuentepelayo y Cabaas y Castroserna lo indican escrita antes de 1907, deca que en pueblos de la provincia de Segovia la cencerr del ajuste de la boda, participando los vecinos con esquilas, cencerros, latas, cal evitar; si acaso, interrumpirla y que no se repitiera en noches sucesivas obsequiand Nueva, vemos que en Huete (Cuenca) tambin se acostumbraba a pasear en carr Almorox (Toledo) exista la misma prctica lIevndolos en carro hasta la puerta de de Yepes, se representaba a los novios por muecos. Lo del paseo en carro se rep Extremadura parece haber continuidad con respecto a Salamanca y Castilla, en g carro y en Las Hurdes lo de incensar con sustancias malolientes o picantes. Ms s dice que algunos participantes en la cencerrada representaban a los cnyuges ridculas y resaltaban sus pecadillos y defectos. Desde el punto de vista del lxico

como equivalente a cencerrada. G.-los datos sobre Andaluca son pobres recientes. Informes posteriores a los del Ateneo (1926) mencionan cencerradas a v comarca de los Pedroches, al norte de Crdoba (68). Otro, tambin posterior, so celebraban cencerradas y que consistan en lo siguiente: arrastrar latas y trastos pueblo y, sobre todo por la de los novios; subirse en esquinas a una reja, tocar acerca de los mismos sacando a relucir sus caractersticas y haciendo hincapi en el orador haca unas preguntas que el pblico contestaba a coro. Por ejemplo:

- Quin se casa? - Amparico. - Con quin? - Con Pamplinas. - Por qu? - Porque le cuide las gallinas. A veces los participantes asistan a la ceremonia religiosa. Pero a veces tambi cencerrada (69). En otras partes, se les representaba en forma de muecos. Dice Gazules (Cdiz) que en algunos casos se presentaron gigantones a la puerta de lo parodiaban sus actitudes y gestos. En Puente Genil (Crdoba) se representaba a lo con enmascarados y entre sahumerios malolientes o picantes, lo que parece exte cencerrada sin nimo de ofensa nos habla Valera en Juanita la Larga (70) y Leo cas por segunda vez despus de haber intervenido de joven en muchas cencerr escndalo -por aquellos de los que l se haba burlado- que hubo de intervenir la G y Gonzlez la publicacin en El Liberal de un poema festivo titulado El barbero de S Todava entre 1949 y 1950, cuando Julian Pitt-Rivers preparaba en el pueblo observaciones sobre cencerradas y sobre lo que all se llama vito y en algn otro tobera-mustrak vascas, provocadas por algn escndalo. Dir que la palabra vit andaluz muy movido, en comps de tres por ocho, y que posiblemente este nomb llamada Baile de San Vito. H.-Al ser parca la informacin respecto a los antiguos reinos de Valencia y Mu distintas publicaciones. Se documenta como generalizada la palabra senserr (sob la duracin. En Villajoyosa (Alicante). se segua la prctica del paseo bajo un palio h l.-Con relacin a las provincias vascongadas, dice Azkue que en Alto y Bajo Nav se casa un viudo se llaman astolasterrak, carreras de burros (74), denominacin qu los recin casados. Mas tambin se llamaba as a otra clase de accin de la que el El primero de ellos es alto-navarro, del Baztn. Cuando una mujer -dice- haba pe se llevaba a la plaza del pueblo el arado, el yugo de las vacas y algunos instrum mujer- representaban a los cnyuges y mientras el que haca de mujer golpeaba a u otro apero. Esta misma costumbre se denominaba asto-yokua o juego de burros daba lugar a cencerradas simples. Y ya en zona vasco-francesa, en Saint Jean le donde aparecan dos disfrazados de marido y mujer y tambin se les paseaba en Soule, Barcous, se organizaba esta carrera cuando un hombre tena excesiva amis Los informes de Azkue son exactos, pero fragmentarios y difcil ser recoger quedado en desuso dentro de grandes reas del Pas Vasco desde comienzos d familiar no conservo memoria de que se haya celebrado alguna desde 1920. En fechas ms recientes y as Jos Mara Iribarren recogi informes en Valcarlos, a m celebraban cuando haba escndalos tales como el de que un viejo tuviera rela

cuadrillas de jvenes, cerca de la casa del galn, dialogaban sobre el suceso y aun que al final del dilogo se tocaba eran cuernas o bocinas (76). En fin, respecto al pa Michel (77) recogi, hace mucho, interesantes informaciones sobre los charivaris, una novela de mi to Po Baroja (79) se describe una tobera mustra o asto-Iasterr pegaba al marido. Aadir para terminar que en la Navarra media y meridional se d leyes, Iribarren la trae y recuerda que las ordenanzas municipales de Puente la Rei matracas, decir pullas y echar chizgos en las casas. Chizgos deben ser basuras o Catalua. A Els esquellots y en la Catalua francesa parece en su enorme Folklore pueblos en los que la facultad de organizar la cencerrada era propia de una cof Montserrat o San Esteban, en Santa Coloma de Queralt. En Aiguafreda haba un parece que se habla de un Aba del Mal Govern. Pero en el dominio cataln ha cmicas que Amades transcribe. Habr, pues, que relacionar los datos acerca de los generales y abades referid que hay informacin ya en el famoso libro de Jean Baptiste Thiers sobre las supe recogen muchas condenas eclesisticas y civiles de los charivaris (82). No habr septentrional de la Catalua peninsular se hayan registrado voces relacionadas con doa Marina Bonet y Collado sobre el traje regional y las costumbres de la provinci el novio era forastero, despus de las amonestaciones los del pueblo le hacan pa bebida y que si se negaba al pago, se le montaba el callcarri o carribarri, es decir, la Segn otras informaciones, la accin burlesca, teatral, revesta importancia; en casa de los novios representndose una comedia con cuatro personajes: los novio hombres disfrazados. La accin era una burla de la vida de los cnyuges con una r regular de la celebracin y la transaccin, parece ser la descrita por el gran fillog partes, llegando a un ajuste, la cencerrada cesa.

En defensa de la moral pblica La cencerrada como costumbre generalizada se mantuvo no slo porque las au en casos como el mencionado por Don Juan Valera, por efectuarse con el ben establecido en el Concilio de Trento-, por tolerancia de las autoridades catlica germana o charivari francs. Ahora bien, por qu esta tolerancia? (86) Que la cencerrada, en sus mltiples parece indudable y tampoco admite duda que, de ellos, el ms tenido en cuenta rigorista. Porque all donde se practica o se ha practicado la poligamia, bien sea ha podido ir unido a la celebracin de segundas o terceras nupcias y matrimonios d En la Antigedad, podemos encontrar elementos de juicio para ver que, si no com sensualidad, las segundas nupcias o los matrimonios desiguales eran considerado que los realizaba, prejuicio que hasta hoy llega. En la comedia griega, hay muestra que casaba por segunda vez. Ateneo recoge, casi seguidos, dos textos sobre el pa Chrysilla (87) y otro de Aristofn en Callonides (88) iBien est un matrimoni inconveniencia de que un hombre mayor se case con una mujer joven; uno, conocid Neoptolemo (90). Entre los cristianos, el tema no se ha discutido, tanto en trminos de intelig prevencin que dentro del Cristianismo y entre personas muy rigoristas ha merec espaol del XVI, Fray Alfonso de Castro, autor de una especie de diccionario de h primera la de los que llegaron a considerarlas ilcitas en su totalidad y como se

aceptaban las segundas, como los cataphygianos, montanistas, Tertuliano, novac Jean Baptiste Thiers (92) le sigui fielmente y en tiempos ms modernos canonista el asunto de las segundas nupcias, de lo que deducen: una gran parte de los Padr recomendables; luego hubo una tendencia ms rigorista; los terceros y cuartos m stefanutai era dicho familiar entre los fieles cristianos griegos y muchos en Occide Equvoco duradero y reflejado en hechos como que el XI Decreto del Concilio de S a las segundas nupcias (94). Iglesias determinadas, por tanto, erigidas en autoridad general, a sus feligreses. La cencerrada o el charivari entran en el ciclo de las costumbres no aproba celebradas por el pueblo en la creencia de que corresponden a un sistema d contradiccin con la moral cristiana, sino que la apoya en su forma rigurosa y, si Porque el pueblo, como los satricos griegos, hace burla del que se casa varias matrimonios desiguales por edad o dinero.

Sera fcil reunir testimonios literarios sobre lo ridculos que parecen los viu abundantes creo que son los relativos al viejo casado con joven, que produce la de la gran literatura, como es sabido, y as Cervantes lo emplea en El Celoso Extreme usa en la pera cmica. Con relacin a los matrimonios desiguales por dinero, reco

pintado de 1791 a 1792 por Goya para el despacho del Rey en El Escorial y titulad pensamiento, como el Baile de la Boda de Fuencarral, donde los msicos empiezan Casaron en Fuencarral con un viejo de setenta, mal sano de todas partes, a una nia de perlas (95).

Conclusin A.-Si desde el punto de vista moral, la cencerrada encaja en una concepcin p desde el punto de vista sociolgico sus dimensiones son ms equvocas. No cabe d puede desarrollar y de hecho se desarrolla mejor, es el de una vecindad o barriada Diccionario de Autoridades la da como propia de lugares cortos. El bando madril Corte. Los informes referentes a las poblaciones mayores permitirn enmarcarlas e elementos que entran en movimiento al realizarse, son rsticos: pastoriles, en el ca cuando se trata de colgar aperos e instrumentos de trabajo en los rboles prximos B.-Mas los distintos tipos de cencerradas nos permiten establecer comparacio sealar, en primer trmino, la semejanza de las costumbres carnavalescas y otras f se han descrito (96): 1.0 el Carnaval se distingue en muchas partes por ser perodo de grandes instrumentos, pero en particular, cuernas y cencerros. Era prctica usual que no s se ataran a la cola de perros y gatos para producir ruidos confusos y desagradables 2.0 en Carnaval se hacan peleles y muecos que lo representaban, como tambi se destruan y que representaban a Judas. Otro tipo de peleles destruidos con es Mas aqu habr que indicar tambin que el representar a una persona condenada o el que se lleva a cabo el castigo o pena, es algo que se ha dado en Espaa en for la Inquisicin, castigaba en efigie a condenados muertos o huidos; la forma de ta terrible cuadro de Francisco Ricci o Rizi que est en el Museo del Prado y que rep 1680. Pero antes tenemos noticia del uso de efigies similares en actos como el d contada en varias crnicas de la poca (97). 3.0 el hacer un recuento satrico de los defectos de personas de la vecindad era ta C.-Hemos de estudiar, igualmente, la conexin de la cencerrada con el ritual cri estamos dentro del mismo ciclo carnavalesca sobre el que gravita la tradicin ecle podido asociarse a ella por distintas vas y razones. He aqu las relaciones ms evid 1. en ciertos tipos de cencerrada resulta claro que se copian servilmente elem en pasear bajo un palio ridculo a los novios y en incensarios -en vez de con sah malolientes. Habr aqu una peculiar inversin de los rituales eclesisticos, pero ha referencia es el dosel colocado sobre cuatro o ms varas bajo el que el sacerdote que es el que se utiliza en las procesiones populares. El incensar tambin es propio fieles. 2.0 podra pensarse tambin que en la cencerrada simple se establece una opos de sentido litrgico, bendita para el uso de los templos y usada en monasterios y ceremonias: signum, campana o glogga, clocca, estn cargadas de mltiples valore D.-No faltan elementos que podemos considerar propios de una especie de an aplica de modo irregular y que a medida que transcurre el tiempo va dejando de ten de pasear por' calles y plazas a los cnyuges o a las imgenes que los representan Una pena antigua que, de un lado, se impona a las adlteras; de otro, a l

hechiceros, brujas y hechiceras, era la de exponerlos a la vergenza pblica mont pueblo en que se lea la sentencia y se les azotaba. Esto dur hasta entrado el s textos literarios alusivos. El Diccionario de Autoridades de 1739 (99) entiende por v el reo a la afrenta y confussion publica con alguna insignia que denota su delito: referencias, hay imagen de los paseos en asnos en la vista de Granada de Civitates E.-La conduccin de los novios por las calles del pueblo en carro andrajoso tirad comitivas. Que novios comunes y corrientes sean paseados y objeto de burlas ms La conduccin carnavalesca en carrozas puede recordarse ahora, as como que designar tambin la stira del tipo charivari (100). Por lo dems, esta conduccin p conocidos: en las memorias del Conde Rufini (Lorenzo Benoni), antiguo embaja celebrado en una pequea poblacin situada entre Gnova y Niza a comienzos del y sobre un carro tirado por cuatro asnos, haban sentado dos enormes puercos bajo del viudo (101). F.-Dentro de un orden algo distinto queda el tipo de representaciones que se llev irregulares, sino de escndalos sobrevenidos en el pueblo o barrio, dentro de un c cosas menores, como el que una mujer pegara a su marido. El pueblo haca enton costumbre difundida en Europa (102). G.-A mi juicio, el concepto religioso, cristiano, de desagravio, tiene siempre a desagravio se lleva a cabo dentro de la Iglesia Catlica y consiste en una funcin acto ofensivo a la Divinidad, desde un gran sacrilegio a pecados pblicos, com funciones en Carnaval. El desagravio popular entra en otro contexto que no es manifestaciones pblicas de protesta -y las mismas cencerradas polticas lo e dogmtico y s en un sistema de concepciones pblicas que queda a caballo ent aqul modo. Esto mismo ocurre con otros aspectos de la vida popular de las comun

Addendum del editor web:

Se ha celebrado en el juzgado comarcal de Najera (La Rioja) el llamado "juicio de vecinos de Baos de Ro Toba por participar en una tpica cencerrada ante la casa de uno ms de seiscientos vecinos de un pueblo que ronda los 1.800 habitantes. Con motivo d festividad de San Cristbal, el 11 de julio del pasado ao, una multitud de gente, provist sonar escandalosamente se dirigi hacia la casa de A. M. F., que acababa de contraer matri presentada por A. M. F., que por otra parte aquella noche no se encontraba en su casa, se p la improvisada fiesta, que consistieron en la rotura del timbre de la casa, as como desperfe sido valorado en unas 8.000 pesetas. Tanto el fiscal como la defensa pidieron e

denunciados, por entender que no existi alteracin del orden pblico, al t ancestral. ELPAIS.COM - ANTONIO MORAL, - Logroo - 27/02/1983

NOTAS (1) Madrid, 1897. (2) As la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, XVII, Barcelona, s.a (3) Du Cange, Glossarium ad scriptores mediae et infimae latinitatis, Pars, 1733, co (4) Du Cange, op. cit., II, cols. 531-532. (5) Diccionario de la Lengua Castellana, II, Madrid, 1729, pg. 263, b. (6) Texto recogido por Samuel Gili en el Tesoro Lexicogrfico, 1492-1726, Fasccu antiguo. Juan F. de Ayala Manrique dej manuscrito un Tesoro de la Leng Covarrubias. Consta de 254 folios y est en la Biblioteca Nacional de Madrid (m compilacin de diccionarios antiguos. Parece que aunque el autor comenz en 16 Autoridades. Me choca lo tardo de la aparicin del trmino y del concepto y lo esc De un sainetero del siglo XVIII, don Toms Feijoo, sealo la existencia de una obri se registra en el Catlogo de las piezas de teatro que se conservan en el depar (Madrid, 1934, pg. 93, nm. 651). (7) Vicente Garcia de Diego, Diccionario etimolgico espaol e hispnico, Madrid, S (8) J. Corominas, Diccionario crtico etimolgico de la lengua castellana, Madrid tomado del vasco zinzerri. (9) Ejemplos en el citado Diccionario de Autoridades, II, pgs. 263b y 264b, y e espaola, II, Madrid 1936, pgs. 962a, 963a. (10) Quijote, segunda parte, captulo XLVI. En el ttulo. (11) Quijote, segunda parte, captulo XLVI. Se considera voz inventada por Cerv adicionales de Miguel de Toro Gmez, IV, Pars 1914, pg. 108. (12) Oswald A. Erich y Richard Beitl. Wrterbuch der Deutschen Volkskunde, Stuttg (13) Epistolario Espaol, I. B.A.E., XIII, pgina 324b. (14) Tesoro de la Lengua Castellana o Espaola, edicin de Martn de Riquer, Barc (15) Diccionario, cit. II, pg. 263b. (16) Sobre formas de cencerro, R. Violant y Simorra, El Pirineo Espaol, Madrd, 1 (17) Diccionario trilingue castellano, bascuence y latn, San Sebastin, 1853, p Diccionaro enciclopdico vasco, VI, San Sebastin, 1975, pgina 590a, en la par muchsimas formas, no stas. (18) Diccionario vasco-espaol-francs, II, Bilbao- Pars, 1906, pg. 445a. (19) Azkue, Diccionario, cit., II, pg. 145b. (20) Azkue, Diccionario, cit. II, pg. 282a. (21) Sobre tolva, etc. Garca de Diego, Diccionario, cit. pg. 1.031 b (nm. 6.900). (22) Pedro Echenique: Toberak (Ceremonia nupcial) en Txistulari, ao VII, poca Donostia, Apuntes de Folklore vasco, Toberas, en Revista Internacional de Est Baroja: De la vida rural vasca (Vera de Bidasoa). 2. ed. San Sebastin, 1974, pgs (23) Eladio Rodrguez Gonzlez, Diccionario enciclopdico gallego-castellano, I, cencerros, cuernos, sartenes viejas y otros objetos chirriantes, que se burla as a lo espacio de siete das. (24) Eladio Rodrguez Gonzlez, op. cit I, pgina 722b. (25) Corominas, Diccionario, cit., II, pginas 72b, 73a.

(26) Pere Labernia, Diccionari de la llengua catalana, Barcelona, 1864, pg. 693b. (27) Miguel Arimany, Diccionari catal general, Barcelona, 1965, pg. 597a. (28) A. Griera, Tresor de la Llengua, de las Tradicions i de la Cultura popular de Cat (29) Se considera que esta palabra es de origen gtico. Garca de Diego, Diccionar Diccionario, cit., pg. 404a, considera que en castellano se toma de la lengua de Oc (30) Francesc de B. MolI, Vocabulari mallorqu-castell, Mallorca, 1965, pg. 127b. (31) Francesc Ferrer Pastor, Vocabulari castell-valenci i valenci-castell, Valenc (32) Jos Pardo Asso, Nuevo diccionario etimolgico aragons, Zaragoza, 1938, voces aragonesas, Zaragoza 1908. pg. 225. (33) Gili, Tesoro, cit. fasc. 111, pg. 527c, recoge un texto de Baronio respecto al proverbiales, Madrid 1924, pgs. 553b y 555a. (35) Diccionario de la Lengua Castellana, IV, Madrid 1734, pg. 514b. (36) Tesoro de La Lengua Castellana o Espaola, ed. cit. pg. 794a (= fo!' 542 vto.) (37) Garca de Diego, Diccionario, cit. pginas 366b y 862a (Nm. 4.380). (38) Glosario etimolgico de las palabras espaolas ... de origen oriental, Granada 1 (39) Vase el artculo carraca en el Diccionario de la Lengua Castellana II, Madrid, 1 (40) En alguna ley navarra del siglo XVIII se utiliza la palabra matraca. (41) Para cortar de raz el abuso introducido en esta Corte de darse cencerrada matrimonios y obviar los alborotos, escndalos, quimeras y desgracias que en a persona, de cualquier calidad y condicin que sea, vaya solo ni acompaado por cencerros, caracolas, campanillas, n otros instrumentos, alborotando con este moti dichos instrumentos en semejante acto, de noche o de da, y a los que acompaase a los pobres de la crcel de Corte y quatro aos de presidio por la primera vez y Recopilacin, IV, X de Los cdigos espaoles concordados y anotados, Madrid 18 (42) Vase Fuero Juzgo, libro XII, titulo 111 (I de Los Cdigos espaoles cit. pgs. de Los Cdigos Espaoles, cit., pg. 403a). (43) La Novisima Recopilacin, IV, Ed. cit., pginas 86b-89a, arranca de la legisla (44) Archivo Histrico Nacional. Consejo de Castilla, Sala de Alcaldes de Casa y 140a. Referencia a 1765, fols. 553-557. (45) Catlogo cit., pg. 140a. Referencia a 1815 2.0, fols. 355-357. (46) Obras, II, B.A.E., pg. 134b. (47) Art. 483 del Cdigo penal anterior, Novsima Recopilacin, IV, pg. 88a. (48) Por ejemplo, en una comedia de Hartzenbusch, Vida por honra, acto II escen cencerrada por su actuacin. (49) Cuadernos de las leyes y agravios reparados por los tres estados del reino d Referencia en J. Yanguas y Miranda: Diccionario de los Fueros del reino de Nava Cortes de los aos 1817 y 18 inclusive, San Sebastin 1828, pgs. 220-221, y Bengoechea: Diccionario enciclopdico vasco, VI, San Sebastin 1975, pgs. 590b (50) En el libro III, ttulo XXXI, Ordenanzas 4 y 5 de las Reales, dice el texto. (51) Cuadernos de las leyes cit., pgs. 240 (Ley LXXIV) 614-615 (Ley XXXVII). (52) Se public luego en Etnografa. Sus bases, sus mtodos y aplicaciones en Esp Luis de Hoyos, Madrid 1917, pg. 223 particularmente. (53) Madrid 1945, pgs. 305-316. (54) Casas: op. cit., pgs. 308, 310 y 314 respectivamente. (55) Eladio Rodrguez Gonzlez: Diccionario enciclopdico gallego-castellano, 1, Vi (56) C. Cabal, Las costumbres asturianas. Su significacin y sus orgenes. El in

pandorga, referencia a Marcelino Gonzlez, El ro de mi valle (Novela de costumbre (57) Cabal: op. cit., pg. 346. (58) Casas: op. cit., pgs. 309-311. (59) Garca de Diego, Diccionario cit., pginas 408a y 888a (Nm. 4.771) piensa qu medio. (60) Diccionario de la Lengua Castellana, V, Madrid 1737, pgs. 1 06b-1 07a. F dominguillo en ejercicios de armas. (61) Bernardo Alemany, Vocabulario de las obras de Don Luis de Gngora y Argo Poticas, ed. Fouch-Delbosc, III, Nueva York 1921, pgina 14. (62) Jos Mara de Pereda describe una boda rumbosa de aldea de hace ms de c Segunda serie de Escenas Montaesas), Madrid 1871, pginas 274-289. (63) G. Adriano Garca Lomas, El lenguaje popular de la Cantabria montaesa, San (64) Garca Lomas, op. cit., pg. 139 Y Lminas XLI y XLII. (65) Garca Lomas, op. cit., pg. 358. (66) En un informe posterior (1930) se dice que en Palencia el palio se haca con la de agujeros se quemaban pimientos. (67) Derecho consuetudinario y economia popular de la provincia de Segovia, Madr (68) Informes de Alfredo Gil Muiz, El valle de Los Pedroches, El pais y sus habit LXVI, 1926, pg. 76. (69) Escrito de Mara del Rosario Muoz Gonzlez, Costumbres de la Sierra de Seg (70) Veinte das despus de lo que acabamos de contar, se celebraron las boda prescindieron de la cencerrada que deba darse a Don Paco como viudo. El y Juani alcoba de Don Paco, donde Juanita estaba ya, sin que hasta la una de la noche ruido. Ces ste al fin, convirtindose en vivas y aclamaciones merced a la simpat generoso y a bastantes hornazos y bollos que el alguacil y su mujer repartier escogidas, I. Madrid 1925, pgina 344. (71) En The Land of the dons, Londres 1902, pgina 82. (72) The people of the Sierra, Londres 1954, pginas 169-175. (73) Casas, op. cit., pg. 309. (74) Diccionario cit. 1, pg. 92c. (75) Euskalerriaren yakintza, 1, Madrid 1959, pginas 36b-37b. (76) Historias y costumbres (coleccin de ensayos), Pamplona 1949, pgs. 256-257 (77) Le Pays Basque, sa population, sa langue, ses moeurs, sa littrature et sa mus (78) Les Charivars nocturnes dans le Pays Basque Franais en Revista Intern 522. (79) El amor, el dandysmo y la intriga, Madrid, Caro Raggio, 1923, captulo VII Aoa, pginas 197 -202. (80) Jos Mara Iribarren, Vocabulario navarro, Pamplona 1952, pg. 326b. (81) III, Barcelona 1969, pgs. 399-410. (82) Trait des superstitions qui regardent les sacremens selon l'Ecriture Sainte, le Peres et des Theologiens, IV, Pars 1741, pgs. 536-548, Libro X, captulo V, parg (83) Casas, op. cit., pg. 309. (84) Dice as Griera, en el Tresor cit. VI, pgina 287a-b: Quan es vol casar un v jovenalla, s'entrevistiu amb el nuvi i li demanin una quantitat. Si el nuvi es confo toquen una esquellada petita, donen visques al nuvi i van a beure. Si, al contrari, casa amb esquelles deis parells de lIaurar, lIaunes, crcols i ferrets, manen gra torns perque duri ms estona; s'hi barregen els casats i tot el poble veu amb simp

pagar amb escreix la quantitat demanada, que ha augmentat cada dia' (Guimer). V Lo Nn se n'ha casat al punt de la mitja nit (Falser).

(85) Angelo de Gubernatia, en Storia comparata degli usi nuziali in Italia e presso 219, deca que por entonces las cencerradas seguan dndose en el Norte de I facioreso , en Novi), pero sugiere que se relacionaba con los casamientos de viuda bien con la cultura social, deprime hasta cierto punto e injuria a la persona a qui matrimonio: motivos por los cuales ha sido prohibida por las leyes civiles y ecle tolerancia en ello (esto se lee en el artculo Cencerrada, firmado por J. P. A dirigido por l mismo y N.A. Perujo, II, Barcelona 1885, pg. 698b. (87) Ateneo, Deipnosophist, XIII, pg. 559c-d (Kock, II,277). (89) Deipnosophist, XIII, pgs. 559 II,475). (91) Fratris Alphonsi de Castro Zamorensis Ordinis Minorum, Adversus o 682. (92) Trait des superstitions cit. IV, Pars 1741, pgina 600. (93) Artculo Christian Antiquities de William Smith y Samuel Cheetham, II, Londres 1880, pgin 1113b-1114a. (94) Coleccin de cnones y de todos los concilios de la Iglesia e Coleccin de entremeses, loas, bailes, jcaras y mogigangas desde fines del siglo J. Caro Baraja, El Carnaval, anlisis histrico-cultural, Madrid 1963. (97) Alonso d VII, captulo VIII, B.A.E., continuacin CCLVII, pgs. 167a-168b. Hechos del Con siglo XV), Madrid 1940, pg. 267, captulo XXV. (98) En el libro de don Antonio Lo la Iglesia y sus misterios, Madrid 1781, pgs. 24-30, Tratado I, captulo VII, se com VI, Madrid 1739, pgina 464a. (100) Iribarren, Vocabulario navarro, pg. 116b. pginas 4-6. (102) A. de Gubernatia, op. cit., pgs. 215-216, nota 3, cuenta un cas

EL CHARIVARI EN ESPAA (HISTORIA16) Por Julio Caro Baraja A

FLORILEGIO MEDIEVAL

Biblioteca Gonzalo de Berceo Catlogo general en lne