Artículo. Revista CONVIVES Nº 3 abril 2013 | 1

Isabel Cazorla

Jorge Chinea

INTECO

Las redes sociales han supuesto un avance en la forma de comunicarse y de

“atacarse” de las chicas y los chicos. Para prevenir el ciberbullying además de una

labor de educación técnica en el funcionamiento, hay que ayudarles a desarrollar

conceptos como la privacidad y la valoración previa de la información que se debe

publicar en relación a las consecuencias que pueden provocar.

El escenario

Las redes sociales han supuesto un paso adelante gigantesco en las relaciones

interpersonales. Permiten tener a todos los contactos de un ámbito (personal, profesional,…) independientemente de su ubicación física, en una pantalla y saber, casi en tiempo real, dónde está una persona, hacer un comentario ingenioso, compartir una

noticia importante, juegos, inquietudes o intereses.

Pero al igual que ocurre en otros ámbitos de la vida, su mal uso puede provocar situaciones de riesgo tanto para personas adultas como para menores, en este caso, de

forma más dolorosa por encontrarnos que, en la mayoría de las ocasiones, aún no tienen las armas psicológicas, los conocimientos suficientes o los recursos necesarios para defenderse y actuar ante una situación comprometida.

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En el caso del acoso escolar, tema tratado en este número de la revista, las redes sociales

han encontrado una herramienta ideal para la potenciación del ataque y la amplificación de los efectos, lo que ha provocado peores reacciones en los y las menores, en relación

con quienes hasta hace unos años simplemente (que no es poco) sufrían el hostigamiento o las peleas en la puerta del colegio Así, tanto desde casa como en los centros escolares hay que programar un plan de actuación para prevenir y erradicar este

tipo de actuaciones.

Cómo se produce el ciberbullying

Las redes sociales han cambiado también la forma en la que se produce el acoso y

persecución a menores, evolucionando desde las peleas e insultos como acciones “clásicas”, a otras más “tecnológicas” y que pueden llegar a ser mucho más

perjudiciales como son la suplantación de identidad para la publicación de contenidos atribuidos, a la persona acosada , publicación en su muro de fotografías denigrantes, creación de grupos de acoso1 ̧denegación de acceso a juegos on line, manipulación de

información personal, etc.

Estas acciones, que en un entorno off line, no tienen más distribución que el entorno directo, de quienes acosan , se convierten en el mundo on line en una actuación que

tiene como público el mundo entero, literalmente. De esta forma si no, quizás no podríamos haber conocido o tal vez no hubieran ocurrido casos como el de Amanda Todd2, la joven canadiense que se suicidó tras ser extorsionada a través de la red con la

publicación de unas fotos eróticas, o del joven italiano3 al que insultaban por su condición sexual y al que incluso habían creado un grupo visible en una red social en el

que poder insultarlo y meterse con él por su ropa o sus costumbres.

Así, hay que asumir que las redes sociales son una herramienta muy interesante y ya casi imprescindible en nuestra vida diaria, pero que hay que aprender a utilizar y educar a familias y menores para hacerlo de una manera correcta.

Formas educativas de prevención

La novedad de las redes sociales y el desconocimiento del funcionamiento de la tecnología y de las consecuencias que solo un click puede tener han desencadenado

todas estas situaciones y consecuencias tan trágicas.

Por lo tanto, desde la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) www.osi.es siempre destacamos la importancia que tiene en este aspecto la formación a menores, en el

momento en el que empiezan a tener contacto con las redes sociales, en tres aspectos fundamentales:

La formación técnica: porque hay que saber cómo funcionan ordenadores,

herramientas de seguridad y los perfiles de seguridad, encuadrando aquí la forma de agregar y eliminar contactos, la configuración de la privacidad o la denuncia de situaciones embarazosas entre otras cosas. No es necesario los conocimientos

de, ingeniería, pero sí al menos conocer de forma básica el uso de estas herramientas.

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La educación del comportamiento, lo que en las redes sociales y en Internet se

llama la Netiqueta, la colección de normas no escritas para hacer de Internet un entorno agradable y productivo y que en la vida real se llama «saber estar». Esta

netiqueta incluye normas que van desde tratar con educac ión a quienes están conectados, hasta no escribir todo con mayúsculas porque es sinónimo de un grito, pasando por otras como cuidar la ortografía o evitar el uso de abreviaturas

que no sean de uso normal. La formación en privacidad y del efecto que un contenido puede tener. Chicas y

Chicos, por su corta vida y experiencia no han llegado a comprender la repercusión que puede tener el tener toda su vida expuesta, además de la necesidad de pensar antes de publicar algo en un entorno que, como hemos

comentado, tiene como público el mundo entero. Hay que educarles en la necesidad de pensar, primero, si la información que van a publicar es interesante

/necesaria para las personas que la van a recibir y, segundo, si esa información puede tener algún tipo de consecuencia negativa (no es lo mismo decir que los calcetines que llevamos puestos son amarillos, que contar que nos vamos de

vacaciones 15 días a la playa y que la casa se va a quedar vacía).

A todo esto, y no solo en el uso de las redes sociales, sino, en general, en el uso de las nuevas tecnologías hay que añadir la necesidad de establecer unas normas de uso de las

herramientas (horarios, aplicaciones que se pueden instalar, etc.) que impidan llegar a situaciones de adicción o de abandono de otras actividades también necesarias, como

puede ser el jugar al aire libre, prácticas deportivas o la relación cara a cara con iguales.

Formas técnicas de prevención

A esta educación, que debe iniciarse en el mismo momento en el que se acercan a la

tecnología, igual que se le enseña a mirar antes de cruzar cuando comienza a andar, hay que acompañar medidas de carácter tecnológico que por «lógicas» o «básicas» no han de dejarse de tener en cuenta.

Así, además de los clásicos antivirus o cortafuegos que todo equipo (incluidos

portátiles, tabletas y móviles) debe tener instalados, hoy en día existen herramientas de control parental o filtros de contenidos que se adaptan a prácticamente todas las

filosofías de educación tecnológica de las familias: desde la que limitan la navegación a páginas preseleccionadas hasta aquellas que dejan una navegación libre y que alertan cuando detectan determinados tipos de contenidos o el acceso a determinadas páginas

web.

Para quienes prefieran no entrometerse tanto en la actuación del menor, hay especialistas que proponen, incluso, que el grupo familiar tenga perfiles en la misma red

social y estén relacionados, con fin tutelar y no fiscalizar. No se debe pretender controlar y visar todo lo que, dicen o hacen, sino que debe actuar simplemente como una figura de autoridad en el perfil que pueda suponer un «neutralizador» de

comentarios, contactos o actuaciones no adecuadas. En caso contrario se estaría coartando su libre expresión.

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Aspectos a tener en cuenta en la configuración de la privacidad en una red social

De todas formas, se deben conocer las principales herramientas con las que cuentan las redes sociales para proteger la privacidad de los usuarios y usuarias.. Así se podrían

distinguir aquellas de aspecto más técnico, como son la posibilidad de cifrar la información que se envía (el famoso https en la barra de navegación) o detectar cuando se ha iniciado la sesión desde un equipo distinto al habitual; como aspectos ya

esencialmente relacionales y que al final se reducen a determinar, en primer lugar, qué personas pueden acceder a mi perfil y en el caso de tener diferentes «grados de

intimidad» con las personas que tenemos agregadas, establecer a qué información tiene acceso cada grupo.

Además, en los últimos meses en las redes sociales más utilizadas por los jóvenes, se

está avanzando en aspectos como los permisos a la hora de etiquetar las fotos, pidiendo el consentimiento quienes se ven afectados o la posibilidad de eliminar los datos de localización de la fotografía que se publica, para evitar que se pueda rastrear la

información.

Con todo esto, vistas las consecuencias de noticias como las que hemos mencionado, las principales redes sociales han puesto en marcha mecanismos de alerta como botones de

denuncia de contenidos improcedentes y centros de ayuda que buscan atajar situaciones de acoso.

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Actividad propuesta: Securmemory

Una buena forma de reforzar la educación «teórica» que se da en las aulas acerca de la importancia de la seguridad y de las formas de actuar en el uso de las redes sociales es

haciendo reflexionar al alumnado acerca de cómo actúan en Internet.

Para esto, en la OSI se ha desarrollado el juego Securmemory, una adaptación de los clásicos juegos de parejas en el que se tratan temas relacionados con el correo

electrónico, chat, web, juegos on line, móviles y, por supuesto, redes sociales, para grupos de entre 9 y 12 años y de 13 a 17.

Tras descubrir la pareja correspondiente quien modera el juego efectúa una pregunta

relativa a la categoría de la ficha y quienes forman el grupo deberán buscar la respuesta. Este momento será el que aproveche quien modera el juego para explicar los consejos sobre el tema seleccionado. Una vez el grupo tenga preparada la respuesta,

deberá razonarla y explicarla al grupo.

Se ganarán puntos con cada respuesta acertada y al final del juego se hará una recopilación de los principales consejos para cada uno de los aspectos tratados.

Además, desde la OSI se trabaja en otras acciones con los centros escolares como son

jornadas de sensibilización para, alumnado y familias, talleres prácticos, sesiones de formación para el profesorado y otros juegos para diferentes grupos de edad. Uno de ellos es el desarrollado para menores de entre 7 y 8 años que se llama “Elige tu

mascota”, en el que se les expone un consejo de seguridad cada semana utilizando una de las mascotas de la Oficina de Seguridad del Internauta como apoyo. Al final del mes

en el que se ha desarrollado la actividad se hace una recopilación de los buenos hábitos que se recomiendan. Por último, en la web se pueden encontrar juegos interactivos como “El misterio de las pirámides”, la “Ciudad de Internet” o “Aventura en el mundo

digital”.

La documentación de los juegos y los materiales están disponibles para los y las docentes que los quieran utilizar con solo ponerse en contacto con la Oficina de

Seguridad del Internauta en www.osi.es.

1 http://www.lanacion.com.ar/1261387-crean-un-grupo-en-facebook-para-acosar-a-una-companera-de-colegio

2 http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/17/actualidad/1350506605_509352.html

3 http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/joven_ahorcado_acoso_escolar-

bullying-Davide_joven_gay_suicida_Roma_0_1513050222.html

ANEXOS

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ANEXO I

OFICINA DE SEGURIDAD DEL INTERNAUTA

La Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) es un servicio del Gobierno para

proporcionar información y soporte necesarios para evitar y resolver los problemas de

seguridad que pueden afectar a los usuarios a la hora de navegar por Internet.

La OSI es un servicio de la Secretaría de Estado de Telecomunicación y para la Sociedad

de la Información puesto en marcha por el Instituto Nacional de Tecnologías de la

Comunicación (INTECO).

Datos de contacto: www.osi.es 901 111 121 difusion@osi.es

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ANEXO II