Ciclo C

Hoy el evangelio es de san Lucas, el evangelista que más habla de la misericordia de Dios.

Lc 18, 1-8

Y dice así:

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse,

les propuso esta parábola: “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:

Y el Señor añadió: “Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar.

Palabra del Señor

Jesús enseñaba a los apóstoles a ORAR.

No se trata tanto de tiempo cuanto de fe.

Dios no necesita tiempo para concedernos sus gracias.

Un ejemplo de rapidez fue la petición de la Virgen María en las bodas de Caná.

También depende de lo que pidamos y para qué lo pedimos.

Solemos pedir cosas demasiado materiales que quizá no nos ayuden

para nuestra salvación eterna.

Hay otras cosas difíciles, porque dependen de la voluntad de otra persona, como la conversión.

Hay oraciones prácticamente imposibles, como el pedir que le toque un número de la lotería.

Es imposible, si otros están pidiendo un número diverso. Pasa lo mismo con el deporte: uno pide que gane un equipo, mientras otro pide que gane el equipo contrario.

Por lo tanto, la verdadera razón de la perseverancia no es tanto para que Dios no se olvide de nosotros, sino para que nosotros no nos olvidemos de Él.

Así pues, la razón de perseverar es aumentar la fe, la actitud de humildad y de entrega en su voluntad.

La primera lectura nos enseña un ejemplo de perseverancia en la oración.

Cuando Moisés podía tener los brazos extendidos, signo de oración, el ejército de Israel vencía.

Quede claro que el poder del cristiano

El poder del cristiano

Automático

El que ora constante vencerá en todo tiempo la tentación.

El poder del cristiano está en Jesús;

está en la oración.

Y el enemigo caerá vencido, caerá ante tus pies;

y en toda lucha y en toda prueba tu podrás vencer.

pero no podrán.

Y el enemigo caerá vencido, caerá ante tus pies.

Y en toda lucha y en toda prueba

con toda tu mente y tu corazón,

las fuerzas del mal querrán destruirte

y tu fe herirte; pero no podrán.

Las fuerzas del mal querrán destruirte

AMÉN