c i e n c i a t é c n i c a

Adherencia de hormigones y morteros

a materiales cerámicos de construcción

FERNANDO CASSINELLO Doctor Arquitecto

RESUMEN

La adherencia es la resistencia a la «separación» o al «deslizamien­to» que se produce en la superficie de contacto de dos cuerpos. La resistencia a la «separación» implica una capacidad de a'bsorción de tracciones en el sentido normal a la superficie de contacto; la resis­tencia al «deslizamiento», de absorción de tensiones tangenciales des­arrolladas en la propia superficie de contacto. Ambas resistencias se desarrollan favorablemente entre los materiales cerámicos y los mor­teros y hormigorves con la intervención de las siguientes] variables:

1. Porosidad, absorción y succión del m.aterial cerámico.—2, Tex­tura superficial de dicho material.—3. Docilidad o plasticidad de mor -teros y hormigones.—4. Capacidad de retención de agua de los mismos.

Manejando con acierto estas variables se ha conseguido mejorar la adherencia hasta tal punto, que las estructuras mixtas de cemento-acero y cerámica son una espléndida realidad de la construcción actual.

SUMMARY

Bond is the reaction against the tendency to separate or slide which occurs at the surface of contact between two bodies. This «reaction» against the tendency to separate implies a tensile force normal to the surface, whilst the reaction against the tendency to s:lide involves tangential forces between the two surfaces. Both these tensile and tangential forces can be increased if the following va­riable factors are suitably considered.

1. Porosity, absortion and suction of ceramic materials.—2. Super­ficial texture of these materials.—3. Docility and plasticity of mortars and concretes.—4. Capacity to retain water by thesle materials.

By varying correctly the above factors it has been possible to improve the bond to such an extent that compound structures of Cement-Steel-Ceramics are now highly efficient in practice.

* Conferencia pronunciada el día 10 de mayo de 1963 en la Sala de Conferencias del Instituto "Eduardo Torroja", de la Construcción y del Cemento, Madrid, con motivo de la V Semana de Estudios Cerámicos, organizada por la Sociedad Española de Cerámica.

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ADHERENCIA DE HORMIGONES Y MORTEROS.

RESUME

L'adhérence est la résistance à r«écartement» ou au «glissement'» qui se produit sur la surface de contact de deux corps. La résistance à r«écartement» implique une capacité d'absorption de tractions dans le sens normal à la surface de contact; la résistance au «glissement», d'absorption de contraintes tangentielles développées sur la surface même de contact. Ces deux résistances se développent favorablement entre les matériaux céramiques et les mortiers et bétons avec l'inter­vention des variables suivantes:

1. Porosité, absorption et succion du matériau céramique.—2. Tex­ture superficielle de ce matériau.—3. Docilité ou plasticité des mortiers et bétons.—4. Leur capacité de retention de l'eau.

En maniant habilenient ces variables, on est arrivé à améliorer l'adhérence à tel point que les structures mixtes de Ciment-Acier et Céramique sont une splendide réalité de la contruction actuelle.

I.—Introducción.

Hace bastante tiempo que en esta misma sala pronuncié una conferencia, cuyo título "Los amigos del ladrillo", era suficientemente expresivo de mi partidismo por los materiales cerámicos. Y es que en verdad resulta asombroso que en esta

F I O . 1.—Rotura por flexión lateral de un muro delgado.

FiG. 2.—Falta de adherencia a tracción entre mortero^ y ladrillo.

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FERNANDO CASSINELLO

vertiginosa época en que vivimos, en la que el continuo progreso de maquinismo e industrialización lanza al mercado nuevos productos que invaden todos los campos de la vida, no se ha encontrado aún ningún material de construcción capaz de quitar a los materiales cerámicos su papel preponderante. La arcilla cocida, que tan brillantemente se comportó a lo largo de su historia, y pese a sus miles de años de existencia, muestra hoy la juventud y lozanía de los materiales más novedosos al ser capaz de adaptarse a las soluciones constructivas del últi­mo grito.

FiG, 3.—Bóvedas de Río-cerámico, proyec­tadas por el ingeniero Sánchez del Río.

FiG. 4.—Lóbulo de rasilla armada de la iglesia de Pont de Suert, proyectada por

Eduardo Tor roja.

Y así, sabrá pasar: del muro gordo, al muro fino; de la pieza pequeña, a la pieza grande que economiza material y mano de obra ; de la bóveda y la cúpula esclavas de su peso y dixectriz, a la estructura laminar de gran libertad formal ; de la puesta en obra manual y artesana, a la prefabricación...

¿Cómo es posible que un mismo material sea capaz de seguir en primera línea pese a producirse cambios tan fundamentales en el fondo y en la forma constructivos?... La respuesta es bien senciUa: por las cualidades intrínsecas del material, que podemos concretar en las siguientes propiedades:

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ADHERENCIA DE HORMIGONES Y MORTEROS. .

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FIG. 5.— E/ muro gordo y el muro delgado: Sus resistencias.

1.—Su permanencia.

Consecuencia de ser productos hechos a fuego, y esta naturaleza de roca ígnea artificial, le proporciona una gran estabilidad físico-química frente al ataque de los agentes externos a lo largo del tiempo.

2.—Sus posibilidades formales.

Ya que no sólo se trata de ladrillo, con -su tradicional forma de "paralelepípe­do regordete y colorado" sino también de infinidad de formas macizas, perfora­das, huecas, laminares, etc.

3.—Su gran variedad de calidades.

En función de la gran heterogeneidad de sus materias primas y procedimien­tos de fabricación, que permiten obtener productos ligeros, porosos, compactos, densos... en una gama multivariada y polícroma que va del ladrillo de tejar al baldosín catalán.

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FEÍINANDO CASSINELLO

4.—La bondad de sus propiedades.

Que se traducen en :

a) Resistencias elevadas a compresión. b) Aislamiento enciente desde los puntos de vista humídico, acústico, tér­

mico e ignífugo. c) Porosidad, succión y textura superficial idónea para obtener elevadas ad­

herencias con las pastas, morteros y hormigones. d) Textura, color, ...

FiG. 6.—La deformahilidad del mortero, causa de rotura por tracción, origen de las fábricas armadas.

5.—Sus muchos amigos.

Porque efectivamente, los materiales cerámicos, en general, y el ladrillo, en particular, como más representativo de ellos, tienen muchos y buenos amigos. Y no me refiero a sus amigos fabricantes, constructores y arquitectos, que SO valen de ellos para hacer pesetas, unidades de obra y belleza, sino a su amistad con otros materiales, y fundamentalmente con otros dos —CEMENTO y HIE­RRO— con los que forma los tres grandes de la construcción mundial.

El trío CERÁMICA - CEMENTO - HIERRO constituye la más importante amistad constructiva. Amistad que les lleva a permanecer unidos frente a las solicitaciones exteriores, y a repartirse equitativamente los esfuerzos que actúan sobre su conjunto.

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ADHERENCIA DE HORMIGONES Y MORTEROS...

En aquellos tiempos en los que el mundo empezaba a hacer historia en tem­plos y palacios construidos con adobes y ladrillos recibidos con barro o morte­ros de yeso, cal o betún, nadie sospechaba que este triunfo espectacular del ma­terial cerámico, sería empequeñecido en el porvenir gracias al empleo de las fábricas armadas, definidas por CERÁMICA, CEMENTO y ACERO, cuyas pro­piedades serán bien distintas gracias a dos puntos fundamentales: resistencia y adherencia.

II.—Planteamiento del problema.

Podría parecer, tras este planteamiento, que estos problemas son tan antiguos como el propio ladrillo, y que, por tanto, bastaría un estudio retro-spectivo para dar a conocer sus soluciones. Nada hay más lejos de la realidad. Analicemos la unidad de fábrica más simple : el muro, y veamos lo que ha ocurrido.

La construcción, es decir, la arquitectura, nace como elemento protector o de defensa del hombre frente a las inclemencias del tiempo y agresividad de anima­les o de otros hombres. Y así sus soluciones son macizas, pesadas, de dominio de la masa y el volumen sobre la línea y la superficie. Y el muro nace gordo, con espesores tan importantes que el problema resistente es totalmente secundario. No se aprecia la resistencia del ladrillo, y los morteros que se emplean —de barro, betún o cal— son ñojos pero fácilmente deformables, dando a la fábrica una de-formabilidad que impide su agrietamiento. La adherencia entre ladrillo y morte­ro es pequeña, pero no importa, porque el peso propio hace que el muro esté siempre solicitado a compresión, y que sean fácilmente absorbidos los empujes.

Más tarde, los cementos romanos y cales hidráulicas permiten obtener morte­ros más resistentes y que sobre todo por su gran capacidad de retención de agua, trabajabilidad y finura, permiten una gran adherencia a los ladrillos que unen.

FiG, 7.—Necesidad de la adherencia frente a solicitaciones externas.

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Es la época gloriosa de las construcciones romanas y árabes, en las que empieza a reducirse el espesor y a dar valor a las cualidades resistentes del ladrillo, que por su diferente módulo de elasticidad con el mortero y fuerte adherencia, se rompe por tracción, si bien con elevadas tensiones, ya que los ladrillos son ma­cizos y regordetes. La resistencia del ladrillo juega ya un importante papel y la adherencia es necesaria para la absorción ds empujes.

Más tarde empiezan a empeorarse las cosas :

1.°—Se reduce el espesor del ladrillo, porque los albañiles se vuelven más flojos, y así se disminuye notablemente su resistencia a tracción. Con ello cobra importancia la deformabilidad del mortero y el espesor de juntas.

2.°—Se reduce el espesor del muro, con lo que se aumenta peligrosamente la esbeltez y empiezan a producirse flexiones y, por tanto, tracciones por efecto de pandeo.

3.°—Se emplean morteros de cemento ejecutados con la técnica del hormigón armado —árido lavado y reducida relación agua/cemento— con lo que se redu­ce notablemente la adherencia, y las fábricas adquieren una rigidez excesiva con formas de rotura frágiles y espontáneas.

4.°—Se inicia el empleo de piezas huecas, con objeto de hacer ladrillos más grandes con la misma cantidad de arcilla cocida, lo cual es mucho más produc­tivo para los fabricantes, y por suerte también para los constructores.

5.°—Como las perforaciones verticales son las que reducen menos Ja resis­tencia de la pieza cerámica, se tiende a la fabricación de ladrillos multiperforados al grueso,que además, según dicen, favorecen la adherencia con el mortero, ¿pero de verdad?... Yo no lo creo, pero para convencernos de ello vamos a dejarnos de historias y a plantear el problema de la adherencia, porque entre otras cosas, es el tema de mi charla.

III.—¿Qué es la adherencia?

¿Qué es la adherencia?, ¿cómo se produce la adherencia entre mortero y la­drillo?, ¿cómo se mide?, ¿cómo -se favorece?...

Adherencia es la resistencia a la separación o al deslizamiento que se produ­ce en la superficie de contacto de dos cuerpos. Definición en la que se incluyen dos conceptos bien distintos SEPARACIÓN y DESLIZAMIENTO, ya que el prime­ro implica una resistencia a tracción en el sentido normal a la superficie de con­tacto, y el segundo, una resistencia a esfuerzo cortante desarrollado tangencial-mente a la superficie de contacto.

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ADHERENCIA DE HORMIGONES Y MORTEROS

FIG. 8.—Influencia de la ejecución.

La adherencia al deslizamiento es la más fácil de conseguir, ya que basta con aumentar las rugosidades de las -superficies de contacto; a dos papeles de lija, sin ningún elemento de unión, les basta una ligera presión para que opongan fuer­te resistencia al deslizamiento. El empleo de barras corrugadas en el hormigón armado, responde a este mismo principio.

Pero la adherencia a la separación ya no es tan fácil de conseguir, y precisa del empleo de sustancias adhérentes. Tal es el papel que desempeñan los morteros y hormigones en las diferentes unidades de obra de materiales cerámicos. Que ambas adherencias -son distintas queda de manifiesto en este ejemplo de muro realizado con ladrillo hueco de perforaciones verticales y mortero de cemento, y que pone de manifiesto que el deslizamiento es fácil de coartar, pero que la ad­herencia buena, la de verdad, es la de tracción, ya que cuando ésta se consigue también se garantiza la otra, a no ser que se trate de los casos límites de dos superficies pulidas entre las que se interpone una lámina líquida (por ejemplo: dos vidrios y agua), que teniendo una fuerte adherencia a tracción, la tiene nula al deslizamiento.

Pues bien, entre cerámica y mortero u hormigón se produce una fuerte adhe­rencia a la separación y al deslizamiento, cuyas causas vamos a analizar con objeto de poder llegar a conclusiones claras.

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IV.—Adherencia entre cerámica y morteros u hormigones.

Un tema de ensayo interesante consiste en determinar si la naturaleza de la ad­herencia entre los dos materiales es puramente física o físico-química, debido a la posible acción puzolánica, de fijación de la cal libre del cemento por la sílice pasiblemente activada por la cocción de la arcilla. Las investigaciones realizadas hasta la fecha parecen demostrar claramente que hoy día, dados los tipos de hornos empleados y el procedimiento de cocción, no se produce la activación de la arcilla, cosa que sí ocurría en la antigüedad en los hornos rudimentarios con procesos de cocción a más bajas temperautras y enfriamiento rápido. De ahí que los viejos albañiles recomendasen no quitarle el polvo al ladrillo de tejar, porque pegaba mejor al mortero de cal empleado. Sabia recomendación, ya que sin saberlo, estaban fomentando la adherencia y aumentando la resistencia del mortero con la producción de un efecto puzolánico.

Las investigaciones realizadas por Goria y Appiano en el Politécnico de Turin, demuestran claramente que hoy no se produce ningún efecto químico y que la adherencia entre los productos cerámicos y los morteros y hormigones tiene sólo naturaleza física.

El fenómeno que se produce es el siguiente: el mortero u hormigón puesto en contacto con la cerámica,, moja a ésta no sólo superficialmente, ya que el agua es absorbida por succión, y al producirse el fraguado, la pasta de cemento queda perfectamente adherida, no sólo en su superficie externa sino también en sus múltiples poros y capilares que penetran hasta una cierta profundidad.

Es pues evidente que la adherencia obtenida dependerá de las propiedades de la cerámica y mortero u hormigón empleado.

V.—Propiedades de la cerámica.

Desde el punto de vista de la adherencia las propiedades de la cerámica que nos interesa considerar son las siguientes :

i.—Porosidad.

2.—^Textura superficial.

La porosidad del material cerámico juega un importante papel, ya que de ella depende la penetración de la pasta del mortero en el interior de la masa cerámica. Pero hasta ahora, en España, la hemos estado considerando errónea­mente, ya que toda nuestra atención se fijaba en el valor de la "absorción", hasta e] punto de fijar una norma que desecha aquellos ladrillos cuya absorción era su­perior al 15 %. Pues bien, la realidad es que esta "absorción" es totalmente in­operante por dos razones fundamentales :

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ADHERENCIA DE HORMIGONES Y MORTEROS...

l."*— Porque no es expresiva de la estructura interna de la masa del producto cerámico, ya que para un mismo valor de la absorción no distingue si sus poros son gruesos o finos.

2.°—^Porque no puede eliminarse el tiempo, ya que la absorción del agua del mortero sólo puede producirse mientras que éste está blando y sin fraguar.

MORTERO

CERÁMICA

MORTERO

FiG. 9.—Probeta para ensayar la adherencia a tracción.

Por ello, la técnica actual prescinde de este valor de la "absorción" para fijar­se en el de la "succión", en el que ya juegan importante papel el tamaño del poro y el tiempo. Y entonces sí que se pueden señalar recomendaciones sobre el tipo de mortero a emplear en función de la succión del material cerámico.

Un ladrillo corriente tiene una succión de 0,25 g/cm^/min. La textura superficial de la pieza cerámica sólo es interesante por el aumen­

to de superficie de contacto, ya que la adherencia a tracción, por unidad de su­perficie, sigue siendo la misma. La adherencia a desgarramiento sí que se favo­rece así como también la impermeabilidad de la junta en el caso de defectuosa ejecución, ya que se quiebra la continuidad del posible fallo.

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VI.—Propiedades de los morteros y hormigones.

Desde el punto de vista de la adherencia, las propiedades más importantes de los morteros y hormigones son las siguientes:

1.—Plasticidad, trabajabilidad o docilidad. 2.—Capacidad de retención de agua.

La plasticidad juega un importante papel que podemos considerar desdoblado en dos : contenido de finos y cantidad de agua, ya que para una misma plasticidad la cantidad de agua es bien distinta, según se trate de árido lavado o con arcilla. Por regla general, la mayor adherencia se obtiene con masas ñúidas, capaces de mojar perfectamente a la pieza cerámica. Pero para ello es necesario que la masa fresca tenga una cierta capacidad de retención de agua, ya que si no la rápida absorción de la misma por parte de la pieza cerámica, puede perjudicar el fra­guado y, por tanto, la adherencia, además de la resistencia.

TABLA I

Valores de la adherencia

MORTEROS DÍAS LADRILLO A LADRILLO B LADRILLO C

Pasta de cemento ^ 7

28 16,07 21,72

19,03 24,24

11,58 19,31

Pasta de cemento con 10 % de, 7 16,76 18,95 10,10 cal h '/ 28 20,37 22,49 16,78

Mortero de cemento 1:3 ' 7

28 10,81 18,82

12,22 20,51

10,84 18,37

Mortero bastardo, 90 % cemento,! 7 9,74 11,66 9,49 10% calh., 1 :3 ( 28 17,21 18,30 14,51

VIL—Proceso de formación de la adherencia.

Es claro que al poner en contacto la cerámica, más o menos porosa, y con una determinada capacidad de succión con la masa fresca de la pasta, mortero u hormigón, se produce una succión de la lechada que penetra por los poros y ca­pilares de la pieza derámica, y que al fraguar permite la aparición de una fuerte adherencia entre ambos materiales.

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ADHERENCIA DE HORMIGONES Y MORTEROS. .

Planteado así el fenómeno, parece que cuanto mayor sea la succión del ma­terial cerámico mayor es su poder adhérente. Y efectivamente así ocurre, ya que las piezas cerámicas de microporos son las que ofrecen valores más altos de la succión, pese a su menor porosidad, ya que cuanto más finos y pequeños son esos poros y capilares mayor es la superficie específica de contacto y mayor su poder de succión.

El planteamiento teórico, pues, aconseja el empleo de piezas cerámicas de máxima succión con mínima porosidad, lo cual no podemos afirmarlo como re­gla general, ya que como veremos depende también del tipo de mortero u hor­migón empleado, y del proceso constructivo de la unidad de obra.

Analicemos la Tabla I. En ella se muestran los valores obtenidos para la ad­herencia a tracción con diferentes morteros y con tres tipos de ladrillos fabrica­dos con dos arcillas:

DENSIDAD POKOSIDAD

2,25 24,20 Ladrillo A.—Con arcilla común. 2,10 21,30 Ladrillo B.—Arcilla muy grasa desgrasada con arena silícea. 2,16 21,80 Ladrillo C.—^Arcilla muy grasa desgrasada con chamota

La pieza más ligera, de menor porosidad y mayor succión es la que produc" mejor adherencia. Y desde el punto de vista de los morteros, las mejores adhe­rencias se consiguen con las pastas y con los morteros más ricos.

Si bien es evidente que los valores de la porosidad y de la succión intervie­nen en la adherencia, es mucho más acusada la influencia de la naturaleza del mortero, y eso que los datos que aporto se refieren a morteros ricos, y que evi­dentemente el problema se complica cuando se empobrecen los morteros. De aquí sacamos una primera conclusión:

La adherencia entre mortero u hormigón y las piezas cerámicas, depende más de la naturaleza y calidad de aquellos que del propio material cerámico. Es decir,, que para pegar dos ladrillos, buscaremos un pegamento de acuerdo con la natu­raleza de los ladrillos, pero la calidad del pegado depende más del pegamento que de los propios ladrillos.

¿Por qué entonces se habla tanto de limitar los valores de la porosidad o de la succión de las piezas cerámicas? Pues en primer lugar, por desconocimiento del tema, y en segundo, porque identificamos todos los problemas de la construc­ción cerámica con los que se plantean en la ejecución de un muro, lo cual no deja de ser un problema muy particular.

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VIII.—Problemas del muro.

Los ladrillos corrientemente empleados en la fabricación de muros tienen valores altos de porosidad y succión, lo cual, según hemos señalado, favorece la adherencia. Pero la favorece siempre que emplemos morteros fluidos capaces de ceder la suficiente cantidad de pasta para conmatar todos sus poros.

Pero los muros no pueden ejecutarse con tales morteros, ya que en cuanto la plasticidad es elevada, el mortero resbala, chorreando por su cara exterior y haciendo imposible la correcta colocación del ladrillo.

Para una buena ejecución de un muro, sea cualquiera el valor de la porosidad o succión del ladrillo empleado, es preciso que el mortero tenga una plasticidad tal que produzca un cedimiento en el cono de Abrams de 17 ± 2 centímetros.

Tales morteros son los que corrientemente se emplean y tratándose de mor­teros de cemento, se precisa corregir la plasticidad, no con la adición excesiva de agua, sino con la existencia de finos, que le proporcionan las arcilla>s conte­nidas en las arenas de miga empleadas, o la cal añadida para formar morteros bastardos.

La razón de esta adición de finos es que permiten controlar la plasticidad sin necesidad de emplear demasiada cantidad de agua, garantizando al mismo tiempo la capacidad de retención de la misma.

L^ r .

MORTERO

> r . MORTERO 1

N >K > r . K ! 1\ 1

1 1 i 1 O K O

1 LADRILLO /

1 25 1

^ 10 1

50 25 20 1 ^ l | -

FiG. 10.—Probeta para ensayar la adherencia a fíexotracción.

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ADHERENCIA DE HORMIGONES Y MORTEROS .

LADRILLO

MORTERO

FiG. 11.—Probeta para ensayarla adherencia a esfuerzo cortante.

FiG 12.—Dispositivo para medir la fluencia de la adherencia a esfuerzo cortante.

Cuando a un albañil se le exige la realización de un muro con un mortero de cemento de arena lavada y dosificación inferior a 1:4, tal obrero se ve im­posibilitado de hacer una obra de calidad y con rendimiento aceptable. La razón es que se le asóla el mortero, es decir, que el agua se le va por un lado mientras que el arena se apelmaza en el fondo, y nada más colocar el mortero sobre el ladrillo, se endurece porque pierde rápidamente toda su agua.

Otro procedimiento para controlar la plasticidad del mortero y evitar la se­gregación de la lechada, consiste en el empleo de plastificantes, generalmente aireantes que si bien cumplen una función eficaz desde el punto de vista de la trabajabilidad del mortero y de sus condiciones impermeables, no conduce a buenos resultados desde el punto de vista de la adherencia.

En España nos hemos empeñado en abandonar el empleo de morteros bas­tardos, recurriendo a morteros pobres de cemento, con lo cual, es evidente que los valores de la adherencia obtenidos son demasiado bajos y que, por otro lado, seguimos fieles a la antigua norma de: "ladrillo mojado y mortero seco", lo cual sólo es cierto con piezas de elevado valor de succión y morteros de fra-

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guado lento, y con el peligro de "emborrachar" el ladrillo, con lo cual en vez de tomar agua del mortero se la cede, con la consiguiente destrucción de la ad­herencia.

IX.—Cómo se mide la adherencia.

Si la adherencia muestra el doble aspecto de resistencia a tracción y a es­fuerzo cortante, es evidente que existirán dos tipos de ensayo encaminados a la determinación de cada uno de estos valores.

Para medir la adherencia a tracción existen dos métodos fundamentales: el de las clásicas probetas en ocho„ (fig. 9), con rotura a tracción pura, o el de la pieza prismática, con rotura a ñexotracción (fig. 10).

Para la determinación de la adherencia a esfuerzo cortante, el ensayo es aná­logo al de arrancamiento de la barra metálica introducida en un bloque de hor­migón, sólo que en vez de tirar de la pieza cerámica se somete a compresión (fig. 11). Una variante de este ensayo consiste en medir la adherencia en fun­ción de la ñuencia a lo largo del tiempo (fig. 12).

t 'u u'

» MORTERO CON ARENA B

^ • 0 0

(O 60 z <

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/

AIREADO i:6

(NORMAL)

/ /

i:4i/2 CEMENTO DE /

y

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< 1:4 V2 CEMENTO DE ALBAÑILERIA

/ 1¿L

\ AIREADO

1:6 (MORMAL)

RETENCIÓN DE AGUA DEL MORTERO (% DESPUÉS DE LA PENETRACIÓN)

FiG. 13.—Aguja cónica para medir la capa­cidad de retención de agua del mortero.

FiG. 14.—Valores de la adherencia en fun-ción de la capacidad de retención de agua

del mortero.

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ADHERENCíA DE HORMIGONES Y MORTEROS...

Particularmente interesante resultan los estudios ingleses sobre adherencia, en función de la capacidad de retención de agua del mortero. Para ello se mide la plasticidad de dicho mortero, mediante la penetración de una aguja cónica (figu­ra 13), recién hecho el mortero y después de pasar sobre él un papel secante es­pecial, en función de la relación entre la penetración inicial y final, se han ob­tenido los siguientes valores para la adherencia, reseñados en la figura 14.

La forma de medir la adherencia ha cons^istido en la ejecución de un panel de fábrica de ladrillo, de 3 pies de longitud por medio pie de espesor y cuatro hiladas de altura, y ensayarlo a ñexión en posición horizontal. Cuando el mor­tero no tiene la suficiente adherencia, la rotura se produce dejando los ladrillos enteros, mientras que, por el contrario, si la adherencia es suficiente, llega a pro­ducirse la rotura del ladrillo sin desprenderse el mortero.

X.—C onclusiones.

Hoy día el problema de la adherencia de los morteros y hormigones a las piezas cerámicas tiene un gran importancia, ya que se ha desarrollado notable­mente la prefabricación de piezas que trabajan a flexión, y en el que se des­arrollan fuertes tensiones en las juntas correspondientes; los forjados pretensa-dos constituyen un claro ejemplo de ello y su comportamiento es plenamente satisfactorio, como lo demuestran los numerosos ensayos realizados con cargas alternadas.

Es por tanto de gran interés el conocer el proceso físico de la adherencia, ya que de ella dependen propiedades tan importantes como las resistentes y de aislamiento de la propia fábrica.

La primera gran conclusión que podemos sacar es que los fabricantes deben vender sus ladrillos y sus piezas cerámicas con todos sus apellidos, es decir, dando los datos técnicos característicos, tales como : resistencia a compresión ; resistencia a tracción ; densidad y peso específico ; dimensiones y peso de cada pieza; porosidad; absorción; succión; etcétera.

La segunda conclusión es que nosotros, los arquitectos, no debemos nunca fijar a priori el tipo de mortero u hormigón a emplear, a no ser que conozcamos las propiedades de las piezas cerámicas que vamos a usar.

Y la tercera y última, es que los constructores controlen debidamente la can­tidad de agua y plasticidad de los morteros, humedad o sequedad de la pieza cerámica, método de puesta en obra, etc., ya que todos ellos son factores que intervienen en la calidad de la obra a ejecutar.

Sólo de este modo, conjuntando la labor de fabricantes, proyectistas y cons­tructores, volveremos a confiar en las propiedades de las fábricas cerámicas. Sir-

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van de ejemplo las construcciones finlandesas de Alvar Alto, cuyos cerramientos son perfectamente impermeables, pese a tener un clima mucho más lluvioso que el nuestro, y sirvan también de ejemplo, la audacia formal de las soluciones laminares en las que Gaudí fue un genial maestro y Torroja un magnífico reali­zador.

El mundo cerámico tiene abierta la puerta grande de la construcción actual, gracias a esa gran trilogía que ya hemos señalado de CERÁMICA - CEMENTO -ACERO. Los tres grandes de la construcción actual y entre los que, evidente­mente, los productos cerámicos tienen el carácter dictatorial oriental, a lo Kru-chov, porque son muchos y porque son rojos.

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Distancia entre columnas

Distancia entre guías

Carrera máxima del carro

R. p. m. de eje de discos

Potencia del motor HP.

Peso aproximado kg

FG-30 FG-50 FG-75 FG-100 FG-150 FG-200 FG -250 FG-350

30.000 50.000 75.000 100.000 150.000 200.000 250.000 350.000

80 110 130 140 160 185 210 240

340 X 340 400 X 450 450 X 470 460x510 600 X 630 ,620 X 650 620 X 700 620 X 780

370 420 465 540 650 670 690 690

280 330 375 420 520 530 530 530

220 300 300 340 1370 430 460 500

300 280 260 240 230 220 210 200

3 4 5 6 10 15 18 27

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P E R M I T E

la depresión total que existe en la zona de precalentomiento del horno.

si la cantidad de aire en circulación es suficiente para una buena combustión.

lo conducción del fuego a la marcha más conveniente.

o las maniobras de regulación del tiro.

comprobar si los horneros regulan el fuego según las instrucciones recibidas.