Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

31
Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos Obra revisada por la Profesora Soraya El Achkar, Rectora de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, en el marco de los estudios sobre civilidad y ciudadanía en el Doctorado de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela. Año 2006 CARACTERIZACIÓN DE LA OBRA Es una obra individual, de carácter histórico, escrita por Marie Jean Antoine Nicolas Caritat, Marqués de Condorcet, que fue editada por primera vez en Francia, en el año 1791, en el marco de la Revolución francesa. La obra fue publicada completamente en español por primera vez en el año 2001 y en las Ediciones Morata S.L, de Madrid, España. Se trata de una publicación de 338 páginas en un formato de 24cm x 17cm. La traducción del texto fue hecha por Thomas del Amo. La obra consta de: 1. Un prólogo realizado por Narciso de Gabriel, a propósito de la Revolución francesa y la incidencia de Condorcet en la pedagogía española. 2. Una presentación realizada por Charles Coutel y Catherine Kintzler, con un análisis exhaustivo sobre las ideas de Condorcet, especialmente en el campo de la instrucción pública. 3. Las cinco memorias sobre la instrucción pública. Primera memoria: naturaleza y objeto de la instrucción pública. Segunda memoria: de la instrucción común a todos los niños. Tercera memoria: sobre la instrucción común para los hombres. Cuarta memoria: sobre la instrucción relativa a los profesionales. Quinta memoria: sobre la instrucción relativa a las ciencias. 4. Un dossier de otros documentos relativos a la instrucción pública. 5. El informe y proyecto de decreto sobre la organización general de la instrucción pública presentados a la Asamblea Nacional, en nombre del Comité de Instrucción Pública, los días 20 y 21 de abril de 1972. En este trabajo me dedicaré exclusivamente a analizar las cinco memorias sobre instrucción pública del Marqués de Condorcet. Carácter del público al que está dirigida: Cuando uno lee por primera vez las cinco memorias da la impresión de que es una obra dirigida a quienes están encargados de la educación y del diseño de las políticas educativas. Sin embargo, cabe señalar que en 1791 Condorcet comenzó a publicar estas memorias, que eran de difusión general, en volúmenes editados por él mismo. Esto nos muestra que su pretensión era que la obra fuera conocida por el público en general. La influencia: Dicen que Condorcet fue de los últimos enciclopedistas, así que recibió toda la influencia de quienes participaron en aquel proyecto de “La Enciclopedia, dirigido por

Transcript of Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

Page 1: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos Obra revisada por la Profesora Soraya El Achkar, Rectora de la Universidad Nacional

Experimental de la Seguridad, en el marco de los estudios sobre civilidad y ciudadanía en el

Doctorado de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela.

Año 2006

CARACTERIZACIÓN DE LA OBRA

Es una obra individual, de carácter histórico, escrita por Marie Jean Antoine Nicolas

Caritat, Marqués de Condorcet, que fue editada por primera vez en Francia, en el año

1791, en el marco de la Revolución francesa. La obra fue publicada completamente en

español por primera vez en el año 2001 y en las Ediciones Morata S.L, de Madrid,

España. Se trata de una publicación de 338 páginas en un formato de 24cm x 17cm. La

traducción del texto fue hecha por Thomas del Amo.

La obra consta de:

1. Un prólogo realizado por Narciso de Gabriel, a propósito de la Revolución

francesa y la incidencia de Condorcet en la pedagogía española.

2. Una presentación realizada por Charles Coutel y Catherine Kintzler, con un

análisis exhaustivo sobre las ideas de Condorcet, especialmente en el campo de

la instrucción pública.

3. Las cinco memorias sobre la instrucción pública.

Primera memoria: naturaleza y objeto de la instrucción pública.

Segunda memoria: de la instrucción común a todos los niños.

Tercera memoria: sobre la instrucción común para los hombres.

Cuarta memoria: sobre la instrucción relativa a los profesionales.

Quinta memoria: sobre la instrucción relativa a las ciencias.

4. Un dossier de otros documentos relativos a la instrucción pública.

5. El informe y proyecto de decreto sobre la organización general de la instrucción

pública presentados a la Asamblea Nacional, en nombre del Comité de

Instrucción Pública, los días 20 y 21 de abril de 1972.

En este trabajo me dedicaré exclusivamente a analizar las cinco memorias sobre

instrucción pública del Marqués de Condorcet.

Carácter del público al que está dirigida:

Cuando uno lee por primera vez las cinco memorias da la impresión de que es una obra

dirigida a quienes están encargados de la educación y del diseño de las políticas

educativas. Sin embargo, cabe señalar que en 1791 Condorcet comenzó a publicar estas

memorias, que eran de difusión general, en volúmenes editados por él mismo. Esto nos

muestra que su pretensión era que la obra fuera conocida por el público en general.

La influencia:

Dicen que Condorcet fue de los últimos enciclopedistas, así que recibió toda la

influencia de quienes participaron en aquel proyecto de “La Enciclopedia”, dirigido por

Page 2: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

2

Diderot, Voltaire, D´Alembert, Rousseau, Montesquieu, entre otros. Además de la

influjo de lecturas de Descartes y Bacon.

Las cinco memorias, a la vez que reciben el influjo de lecturas de autores como los

mencionados, marca la diferencia entre la postura de Condorcet con respecto a algunos

autores. Tal es caso de Jean Jaque Rousseau, Emmanuel Sieyes y Jean Paul Marat.

Condorcet difiere de Rousseau en los asuntos relativos al preceptor privado. Por eso,

hace la diferencia entre educación e instrucción y asegura que los preceptores privados

lo que hacen es “modelar” las opiniones del niño, cuando se trata de instruirlo, para que

él pueda forjar sus propias opiniones. Por otra parte, también hace una crítica a la

educación “negativa de Rousseau”, porque la idea era no caer en la política de espera

pedagógica.

Condorcet difiere con Emmanuel Sièyes, ya que frente a la interpretación utilitarista

de la división del trabajo ilustrada por Siéyes, Condorcet opone un análisis humanista y

señala que la instrucción pública puede neutralizar las consecuencias sociales y

humanas de la división del trabajo y de la parcelación de las tareas en la producción

económica. El autor insistía en que si la instrucción pública no se hacía universal, la

división del trabajo acentuaría la desigualdad en el momento mismo en que la

revolución proclama la igualdad de todos los hombres. No se trataba de preparar para un

oficio, sino de preparar para no renunciar a sí mismo, a través de su futuro oficio.

Condorcet difiere de Jean Paul Marat, pues hizo de las ciencias simples opiniones, y

debilitó su autoridad racional. Para Marat, lo verdadero no procede de sí mismo, sino de

la mayoría de las opiniones y se confunde con lo consensual. Condorcet defiende la

posición inversa y señala que la mayoría en una República se debe inspirar en la verdad

para escapar a la violencia y a lo arbitrario, y en ese sentido era preciso instruir a cada

futuro ciudadano para que todos obtengan provecho de ello.

Interés dentro del seminario:

Es preocupación de Condorcet impulsar una sociedad de iguales, de gente con derechos

garantizados y preparada para favorecer el progreso de la sociedad, mediante el útil

ejercicio profesional. Se afana por crear las condiciones necesarias para el desarrollo

personal de los individuos que, según sus reflexiones, garantizaría el perfeccionamiento

de la sociedad en general y de las futuras generaciones. Toda su propuesta está

fundamentada en la preparación del “ciudadano” libre, preocupado por el bien público,

amigo de toda la humanidad. Ya Condorcet, al igual que muchos ilustrados, vieron con

claridad que la educación era el vehículo para preparar a las nuevas generaciones que se

harían cargo de la República en constitución y, en ese sentido, le dieron a la instrucción

la sagrada tarea de formar para el ejercicio de la libertad y la ciudadanía (nuevas formas

de comportamiento humano necesario para las nuevas formas de gobierno y de

convivencia social). Visto de esta manera era ineludible el estudio de las cinco

memorias que nos ocupan.

Page 3: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

3

Estudiar las memorias sobre instrucción pública de Condorcet implica aproximarse a un

tiempo histórico en el que los actores ensayaron definir, desde sus propias condiciones

ideo-políticas y materiales, asuntos que aún hoy en día seguimos debatiendo, tal es el

caso de la instrucción pública y su diferencia con el concepto de educación, las nociones

de lo público y lo privado en vinculación con los asuntos educativos, y la

responsabilidad del Estado docente en oposición a la responsabilidad de los particulares.

En Venezuela, actualmente estamos discutiendo la Ley Orgánica de Educación y

muchas de las deliberaciones que nos toca dar tienen su asidero histórico en los tiempos

de Condorcet y la revolución francesa, en tanto que una vez planteada una forma de

organización política, se hicieron necesarios e ineludibles unos procesos educativos que

promovieran nuevos valores y comportamientos humanos que respondieran y

legitimaran las formas políticas en constitución.

También nos interesa sobremanera, a partir de este trabajo, contribuir con el rastreo del

concepto de ciudadanía y su vinculación con la instrucción y la educación como

procesos civilizatorios, en virtud de que la comprensión de los conceptos podría develar

los efectos teóricos, institucionales y políticos de nociones como la instrucción pública

y la educación.

ESPECIFICIACIÓN DEL AUTOR:

Marie Jean Antoine Nicolas Caritat, Marqués de Condorcet

Nació en Ribemont, Francia, el 17 de septiembre de 1743 y

perteneció a una familia aristocrática. Al morir su padre, fue su

madre quien se encargó de su educación. Estudió en un colegio

de jesuitas en Reims y luego en el colegio de Navarra, en París,

donde se destacó en el campo de las matemáticas. Además,

estudió física, química e historia. Por sus publicaciones en

matemáticas fue admitido en la Academia de Ciencias (1765);

ingresó en la Academia Francesa en 1782 y fue miembro de las

Academias de Berlín, Turín, San Petersburgo y Filadelfia.

Colaboró en los artículos de matemáticas de “La Enciclopedia”.

Con el fallecimiento de D´Alembert fue nombrado su albacea testamentario, así ocupó

su lugar como tutor y coordinador de un grupo de jóvenes ilustrados. Algunos

estudiosos lo señalan como el último ilustrado.

Fue nombrado comisario de la tesorería nacional por Turgot (Ministro de Finanzas de

Luis XVI) y siguió la doctrina fisiocrática del producto neto y la defensa de la libertad

económica. Condorcet asume también compromisos de acción social. Sigue la lucha de

Voltaire por la tolerancia y la reforma del sistema judicial. Combate contra la esclavitud

de los negros en sus Reflexiones sobre la esclavitud de los negros (1781); pero se da

cuenta de que la abolición de la esclavitud va a plantear un grave problema económico a

los negros, porque la tierra seguirá perteneciendo a los amos y el negro caerá entonces

bajo su dominio como proletario, hasta el punto de que muchos negros preferirán la

situación anterior. Condorcet será el miembro más activo de la «Sociedad de Amigos de

los Negros», fundada en 1788 por Brissot.

Page 4: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

4

En 1789 Condorcet pretendió, sin éxito, ser elegido para los Estados Generales por su

propio estamento, la nobleza. Desde fuera de los Estados Generales siguió y participó

en el debate político con propuestas que variaban según los momentos. Tras los sucesos

del 14 de julio, se alistó en la Guardia Nacional y luego fue elegido para la Comuna de

París. Él y Robespierre fueron los únicos comuneros que en los comienzos de la

Revolución defendieron el sufragio universal. Su radicalismo lo llevó a criticar la

Declaración de Derechos, porque no establecía la igualdad de derechos de la mujer.

Aunque su fe republicana era sincera, aceptó la Constitución monárquica de 1791,

pensando que los diez años de plazo que ésta fijaba para su primera reforma era un

tiempo corto de la vida de una nación. Tuvo una actuación parlamentaria, sin alinearse

en ningún grupo, aunque se encontraba cerca de los girondinos. Su gestión más

importante durante el año 1792 fue su proyecto de educación. Aunque los avatares

impidieron que prosperara su propuesta, su proyecto no fue inútil: estará en la base de

todas las leyes escolares de Francia desde 1880.

Elegido para la Convención, presentó un proyecto de Constitución republicana que

Condorcet consideraba la gran obra de su vida, pero que tuvo una fría acogida: era un

proyecto moderado que defendía la centralización del poder político en la Asamblea

(contra los girondinos) y el derecho de propiedad plena (contra los montañeses). En

realidad, la Convención estaba más preocupada por los acontecimientos inmediatos que

por el problema jurídico de una Constitución. La detención de los girondinos (2 de

junio, 1793) indignó a Condorcet y provocó su ruptura con los montañeses. Su crítica a

las posturas revolucionarias radicales y su protesta contra la nueva constitución

aprobada sin el libre debate hacen que sea perseguido durante el periodo jacobino y

condenado a la guillotina en 1973. La Convención decretó su arresto. Condorcet se

escondió en París en una modesta pensión y se divorcia de su esposa para que ni ella ni

su hija sufran los embates de la persecución. Allí escribió una Carta a la Convención

contra Robespierre y el Bosquejo. Al cabo de un año, el 24 de marzo de 1794, salió de

su refugio en busca de un nuevo escondite. Fue entonces detenido. Al día siguiente de

su detención, muere en extrañas circunstancias. Algunos dicen que lo envenenaron,

otros, que murió por debilidad.

Entre su obras destacan Investigaciones sobre el cálculo integral, de 1772; Vida de

Turgot, publicada en 1886; Banca nacional, de 1889; e Impuesto progresivo, de 1882;

las tres obras sobre economía desde el punto de vista liberal. Derivada de sus

exploraciones en el terreno histórico destaca la obra titulada Esquema de un cuadro

histórico de los progresos del espíritu humano.

Condorcet, al igual que muchos de los pensadores de su época, entendió que la ruptura

con el antiguo régimen y la consolidación de un nuevo tipo de sociedad exigía cambiar

no solamente las leyes sino las conciencias. Para que hubiera República, era preciso,

decía, que un pueblo se constituyera en soberano y que se hiciera cargo de su

autonomía, sin convertirse en su propio tirano. Era necesario formar al hombre nuevo.

Esta regeneración del hombre únicamente podía operarse a través de la educación como

clave revolucionaria siguiendo los postulados ilustrados: 1) la perfectibilidad del

Page 5: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

5

hombre y de la sociedad y 2) la confianza en la educación como motor de ese

perfeccionamiento, pero esta tarea no podía encomendarse a un aparato educativo

tradicional, con múltiples deficiencias, deteriorado, resultado incluso de medidas

tomadas en la revolución, en las que la preocupación central era la guerra. De allí la

construcción de un sistema de nueva planta que implicaba la organización de la

educación a nivel nacional: una educación universal, secular y basada en el

razonamiento y en los resultados de la ciencia.

ESTRUCTURACIÓN DE LA OBRA:

En 1791 se creó un comité de instrucción pública en la Asamblea Nacional y Condorcet

se convirtió en el principal responsable de la elaboración del informe. Las cinco

memorias formaron parte del esquema central del “Informe sobre la instrucción

pública” que Condorcet leyó ante la Asamblea Legislativa, en abril de 1792. La lectura

pública no tuvo la relevancia esperada, porque ese mismo día Luis XVI propuso a la

Asamblea que se declarara la guerra a Austria. Los gobiernos revolucionarios de

Francia estuvieron concentrados en la guerra contra las monarquías y no perduraron lo

suficiente para poner en práctica un programa educativo. Sin embargo, impulsaron la

preparación de proyectos precisos para aplicar un nuevo modelo de educación, cuando

las circunstancias lo permitieran. Tanto es la influencia que en la Constitución de Cádiz,

en 1812, se consagró un capítulo de seis artículos exclusivamente a la instrucción

pública.

Constitución de Cádiz (1812).

Titulo IX.- De la instrucción pública. Capítulo único

Art. 366: En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de

primeras letras, en las que se enseñará a los niños a leer, a escribir y contar, y el

catecismo de la religión católica, que comprenhenderá también una breve

exposición de las obligaciones civiles.

Art. 367: Asimismo se arreglará y creará el número competente de universidades y

de otros establecimientos de instrucción, que se juzguen convenientes para la

enseñanza de todas las ciencias, literatura y bellas artes.

Art. 368: El plan general de enseñanza será uniforme en todo el reyno, debiendo

explicarse la Constitución política de la Monarquía en todas las universidades y

establecimientos literarios, donde se enseñen las ciencias eclesiásticas y políticas.

Art. 369: Habrá una dirección general de estudios, compuesta de personas de

conocida instrucción, a cuyo cargo estará, baxo la autoridad del Gobierno, la

inspección de la enseñanza pública.

Art. 370: Las Cortes, por medio de planes y estatutos especiales, arreglarán quanto

pertenezca al importante objeto de la instrucción pública.

Art. 371: Todos los españoles tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus

ideas políticas sin necesidad de licencia, revisión o aprobación alguna anterior a

la publicación, baxo las restricciones y responsabilidad que establezcan las leyes.

Fuente: "Constituciones históricas. Ediciones oficiales", Raquel Rico Linage. Universidad

de Sevilla, 1989, págs. 65-66.

Page 6: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

6

Las cinco memorias se constituyeron entonces en la matriz filosófica de la instrucción

pública.

PRIMERA MEMORIA

Es una memoria dedicada a las grandes definiciones y a justificar la instrucción

pública.

La sociedad debe al pueblo una instrucción pública.

1. Como medio de hacer real la igualdad de derechos, en tanto que esta igualdad

consiste en no dejar subsistir ninguna desigualdad que ocasione dependencia, y

la desigualdad de instrucción es una de las fuentes principales de la tiranía.

2. Para disminuir la desigualdad que nace de la diferencia de los sentimientos

morales: la instrucción pública homogeneiza y, si no se da a todas las clases

sociales, entonces es un instrumento de poder para unos en detrimento de otros.

3. Para aumentar en la sociedad la masa de luces útiles. Es un deber de la sociedad

ofrecer a todos los individuos los medios para adquirir los conocimientos que le

permitan alcanzar la fuerza de su inteligencia y el tiempo que puedan dedicar a

instruirse.

La sociedad debe al pueblo una instrucción pública relativa a las diferentes profesiones:

1. Para mantener la igualdad entre los que se dedican a ellas, la instrucción pública

debe asegurar los medios para adquirir estos conocimientos, es decir, que quien

tenga las facultades pueda tener los conocimientos.

2. Para hacerlos más igualmente útiles: esta igualdad de instrucción contribuirá a la

perfección de las artes y no solamente destruiría la desigualdad que la situación

económica establece entre los hombres que quieren dedicarse a ellas, sino que

instituiría otro género de igualdad más general, la del bienestar.

3. Para disminuir el peligro al que algunos se exponen: instruir para hacer menos

insalubre la profesión y preservar de enfermedades a sus trabajadores.

4. Para acelerar sus progresos: solamente la instrucción puede contribuir con el

aceleramiento del progreso de la misma profesión.

La sociedad debe la instrucción pública como medio de perfeccionar la especie

humana:

1. Poniendo a todos los hombres nacidos con ingenio en condiciones de desarrollo.

Por el descubrimiento sucesivo de verdades de todos los órdenes es como las

naciones civilizadas han escapado a la barbarie y a todos los males que siguen a

la ignorancia y los prejuicios. Por el descubrimiento de verdades nuevas es como

la especie humana continuará perfeccionándose.

2. Preparar a las generaciones nuevas con la cultura de las generaciones

precedentes. Si varias generaciones han recibido una educación dirigida hacia un

fin constante, si cada uno de los que las forman ha cultivado su espíritu por el

estudio, las generaciones siguientes nacerán con una facilidad mayor para recibir

la instrucción y más aptitud para obtener provecho de ella.

3. La instrucción pública es necesaria para preparar a las naciones para los cambios

que el tiempo debe traer. Una nación que se gobernara siempre por las mismas

Page 7: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

7

máximas y a la que sus instituciones no se prepararan a doblegarse a los

cambios, consecuencia necesaria de las revoluciones introducidas por el tiempo,

vería nacer su ruina de las mismas opiniones, de los mismos medios que habían

asegurado su prosperidad.

De estas reflexiones, Condorcet ve necesario:

1. Difundir la instrucción pública en tres partes.

Una instrucción común en la que se enseñe todo lo que cualquiera debe

saber, conocer las disposiciones particulares para sacarle provecho para

el bienestar general y preparar para la profesión.

Una instrucción profesional en tanto formación útil para el ejercicio

profesional.

Una instrucción científica para facilitar las investigaciones, acelerarlas y

multiplicarlas.

2. Distinguir la instrucción de los niños, de aquella estructurada para los hombres.

3. Poner énfasis en:

Aprendizajes de los saberes elementales en el seno de una historia

general de la razón humana. En esto se pone de manifiesto la lectura que

hiciere Condorcet de Bacon, Descartes y los enciclopedistas.

Aprendizajes de la ciudadanía ilustrada y de los derechos del hombre. Se

trata de la instrucción cívica y es la evidencia del Condorcet heredero de

Montesquieu.

Aprendizajes del sentimiento de humanidad, a fin de abrir a cada alumno

a la universalidad ética de la humanidad; constituye la evidencia de la

proximidad intelectual con Voltaire.

El énfasis estaba puesto en instruirse y en cultivarse para contribuir con

la propia estima y el amor por la humanidad.

4. Dividir la instrucción en muchos grados, según la capacidad natural y el tiempo

que se pueda emplear en instruirse.

Desde esta lógica, propone:

1. Escuelas primarias necesarias para garantizar la autonomía de los

individuos y posibilitarles el ejercicio de los derechos reconocidos por la

ley.

2. Escuelas secundarias dirigidas a la población que pudiera prescindir del

trabajo infantil.

3. Institutos que habilitarían para la función pública o para acceder a la

educación superior, además de formar al profesorado de primaria y

secundaria.

4. Liceos donde se formarían los sabios, los profesionales y el profesorado de

los niveles educativos superiores.

5. Sociedad nacional de ciencias y artes a la que se encomendaba el fomento

de la investigación y la supervisión de la instrucción pública.

Condorcet hace la distinción entre educación e instrucción:

Page 8: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

8

La instrucción está referida al primer sentido de este concepto: instruere, que significa

“construir, edificar, enderezar”. Condorcet diría en su informe que “En las escuelas

primarias se enseña lo que cada individuo necesita para conducirse y gozar de la

plenitud de sus derechos”. En cambio, la educación, educare, que significa “cuidar,

criar”, es responsabilidad de la familia y de uno mismo cuando se tiene conciencia. Por

ello, la familia es el lugar de la educación y la instrucción pública, un lugar de

enseñanza.

Condorcet señala que la educación pública solamente debe limitarse a la instrucción,

porque:

1. La diferencia necesaria de los trabajos y las fortunas impiden darle más

extensión. Es imposible someter a una educación rigurosamente igual a hombres

cuyo destino es tan diferente. Si se establece para los que tienen menos tiempo

para dedicar a la instrucción, se fuerza a la sociedad a sacrificar todas las

ventajas que puede esperar del progreso de las luces.

2. De lo contrario, atentaría contra el derecho de los padres a educar a sus hijos,

según sus creencias y valores religiosos.

3. La educación pública se volvería contra la independencia de opiniones y es

necesario el respeto por la libertad de pensamiento y, en ese sentido, el poder

público no tiene derecho a hacer enseñar opiniones como si fueran verdades,

tampoco tiene derecho a vincular la enseñanza de la moral a la de la religión.

Para Condorcet, la instrucción debe ser universal, gratuita en su primer nivel, para

ambos sexos y, esencialmente, laica. La instrucción debe enseñar las verdades de hecho

y de cálculo y debe abarcar todas las opiniones políticas, morales y religiosas.

Condorcet hizo mucho hincapié en la necesidad de quitarle poder al poder público

sobre la educación. De hecho, se opuso a los planes de Robespierre cuando pretendía

sustituir la instrucción pública por la educación patriota, que no era más que sustituir la

instrucción de la autonomía y la crítica por otra fundamentada más bien en la catequesis

y la propaganda política.

En ese sentido, para Condorcet es ineludible que:

1. El poder público confíe la enseñanza a cuerpos perpetuos y estables, más allá del

vapuleo político. Un cuerpo de funcionarios abiertos, cuya selección esté

asegurada de manera pública, sea accesible en derecho a todos y no obedezca a

ningún monopolio interno, y donde cada uno de sus miembros sea

absolutamente independiente de sus colegas directos y dependiente solamente de

la ley.

2. El poder público no establezca un cuerpo de doctrinas de obligatoria enseñanza

dadas como verdades eternas, porque puede hacer de la instrucción un medio

para consagrar los prejuicios que le son útiles y un instrumento de poder de lo

que debe ser la barrera más segura contra todo poder injusto.

3. El poder público no emita sus opiniones como base de la instrucción, dado que

no se le puede considerar al nivel de las luces del siglo en que se ejercen.

Asegura nuestro autor que lo que en cada época marca el verdadero término de

las luces es la razón común de los hombres ilustrados, por ello es necesario que

Page 9: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

9

la instrucción se aproxime a este término de las luces más de lo que el poder

público puede acercarse.

Por tanto, afirma Condorcet:

1. El deber como el derecho del poder público se limita a fijar el objeto y la

extensión de cada instrucción y a asegurarse de que la elección de los maestros,

los textos y los métodos estará de acuerdo con la razón de los hombres

ilustrados.

2. La constitución de cada nación no debe formar parte de la instrucción más que

como hecho. Es importante explicarla y desarrollarla. No enseñarla jamás como

doctrina ni suscitar un entusiasmo ciego que haga a los ciudadanos incapaces de

juzgarla. Señala Condorcet: “No se trata de someter a cada generación tanto a

las opiniones como a la voluntad de la precedente, sino de ilustrarlas

paulatinamente, a fin de que cada una se haga cada vez más digna de

gobernarse por su propia razón”.

3. La instrucción debe ser la misma para hombres y mujeres, porque las mujeres

tienen los mismos derechos que los hombres e instruyéndolas pueden vigilar la

educación de sus hijos; también, porque su acceso a la instrucción fomenta la

igualdad dentro de la familia. En este sentido, Condorcet explica que: “La

igualdad es en todas partes, pero sobre todo en las familias, el primer elemento

de la felicidad, de la paz y de las virtudes”. Condorcet abogó para que no se

excluyera a las mujeres de la instrucción relativa a las ciencias, ya que ellas

podrían ser útiles para el progreso de estas materias, bien sea haciendo

observaciones o redactando libros elementales.1

Resumiendo la primera memoria podríamos decir que por la instrucción pública se trata

de hacer pasar al niño de la sensación a la idea, pero también de hacer conocer los

progresos de las ciencias para asegurar su perpetuación, así como de analizar de una

manera crítica las leyes para asegurar su revisión ilustrada. A este precio es al que el

individuo primeramente ignorante se convertirá en un sujeto instruido y libre.

SEGUNDA MEMORIA

1 Aunque Condorcet no era “feminista”, tal como entendemos hoy el término, su alegato a favor de las

mujeres es un alegato en defensa de los hombres y no una reivindicación de las diferencias. Muchas

reseñas bibliográficas de Condorcet hacen referencia a Olimpia de Gouges, quien, tras enviudar, quedó

con dinero suficiente para mantenerse a sí misma en París desde 1788. Ridiculizada por su franco y

obstinado feminismo, sus tempranos intentos de organizar a las mujeres, su manifiesto rupturista por los

derechos femeninos y despreciada como traidora a la revolución por oponerse a la pena de muerte contra

el rey Luis XVI y su familia, esta mujer se convirtió en un objetivo del terror jacobino. Prolífica escritora

política, se manifestó claramente contra la represión jacobina y contra Robespierre y Marat. Exaltada por

las ideas de la Revolución francesa, publicó en septiembre de 1791 un manifiesto titulado “La declaración

de los derechos de la mujer y la ciudadana”. Tomando como modelo la Declaración de 1789, y

aplicándolo de manera exhaustiva a las mujeres, escribió el, hasta entonces, más brillante y radical

alegato en favor de las reivindicaciones femeninas. Gouges reclamó un trato igualitario de la mujer con

respecto al hombre en todos los aspectos de la vida, tanto públicos y privados: el derecho de voto, el

derecho a ejercer cargos públicos, a hablar en público sobre asuntos políticos, la igualdad de honores

públicos, el derecho a la propiedad privada, a participar en el ejército y a la educación e, incluso, también

se pronunció a favor de la igualdad de poder en la familia y en la iglesia.

Page 10: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

10

En esta memoria se traza el plan de la instrucción común y los principios que le sirven

de base.

De la instrucción común para los niños.

Primer grado de instrucción común:

Propósito general: tiene por objeto poner a la generalidad de los habitantes de un país

en condiciones de conocer sus derechos y sus deberes, a fin de poder ejercer los unos y

cumplir los otros, sin verse obligados a recurrir a una razón ajena. Este primer grado

debe bastar para hacerlos capaces de las funciones públicas a las que es útil que se

pueda llamar a todos los ciudadanos y que deben ejercer en las últimas divisiones

territoriales.

Materiales: un libro para maestros con: a) método de enseñanza, b) aclaraciones

conceptuales para que puedan responder adecuadamente y c) análisis de algunas

palabras utilizadas. Estos libros son también para los padres.

Ubicación: en cada localidad una escuela pública con un maestro.

Distribución: en cuatro clases con una lección por día.

Duración: cuatro años (hasta los 9 años de edad).

El método: señala que el método de enseñar las ciencias debe cambiar según el objetivo

que nos propongamos al enseñarlas. Habrá tantas artes de enseñar como campos

disciplinarios distintos. Retención de ideas más que repetición de palabras. Fortificar las

facultades naturales. Fomentar la curiosidad.

Primer año:

Objetivos: enseñar a leer y escribir. Enseñar uno y otro conocimiento a la vez.

Los contenidos:

1. Lectoescritura con vocablos sencillos, comprensibles, y también palabras técnicas

para hacerlos superar el lenguaje ordinario.

2. Historias morales cortas, aptas para fijar la atención de los niños sobre los primeros

sentimientos que deben experimentar: la piedad por el hombre y los animales, afecto

por aquellos que nos han hecho bien, afecto por la amistad.

3. Descripción de objetos físicos.

4. Exposición del sistema de numeración.

Segundo año:

Objetivo: hacer nacer las ideas morales y dar a los alumnos los conocimientos que

podrán necesitar en la vida común.

Contenidos:

1. En lugar de piedad, las buenas obras. En lugar de reconocimiento, el placer de dar

pruebas de él.

2. Sucesión de objetos que deben formar parte de la instrucción y descripción más

detallada de los anteriores y otros adicionales.

3. Las cuatro reglas de la aritmética.

4. Primeras nociones de geometría.

Tercer año:

Page 11: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

11

Objetivo: ayudar a los alumnos a comprender los preceptos de la moral o, más bien,

que los inventen ellos mismos.

Contenidos:

1. Historia natural.

2. Aritmética con preguntas para resolver.

3. Geometría con enseñanzas prácticas.

4. Agrimensura (geodesia).

5. El arte del dibujo para trazar planos.

Cuarto año:

Objetivo: explicar los principios morales y presentar un código de moral suficiente para

toda conducta de la vida, en el que se especifique la relación entre marido y mujer,

padres e hijos, funcionarios públicos con los particulares. También tiene el propósito de

prevenirlos contra el error o falsas opiniones.

Contenidos:

1. Compendio de la historia natural del país.

2. Perfección de la práctica geométrica.

3. Nociones de mecánica y elementales principios de la física.

4. Cuadro abreviado del sistema general del mundo.

Segundo grado de instrucción pública:

Propósito: desarrollar las capacidades naturales y adquirir conocimientos que serán

útiles, bien sea para el ejercicio de la función pública o para el ejercicio particular de las

profesiones.

Duración: cuatro años (de los 13 a los 17 años).

Ubicación: una escuela en cada distrito, es decir, en las ciudades principales, y con

cuatro maestros por escuela. Pareciera que la propuesta es el establecimiento de

internados tanto para gente rica como para gente pobre, por aquella preocupación de la

igualdad jurídica de todas las personas, por la preocupación republicana de mezclar a

los pobres con los ricos. Cabe hacer la observación de que los internados no tenían la

pretensión espartana de separar a los alumnos completamente de su familia.

Distribución: cuatro clases.

Materiales: libros comunes para la enseñanza general, en los que se establezcan

verdades que deben reconocerse generalmente, y libros escogidos por los maestros para

la enseñanza particular.

El método: práctico y explicativo.

Con respecto a la enseñanza práctica, Condorcet hace alusión a la necesidad de enseñar

a los alumnos el funcionamiento y las lógicas de las máquinas, para que no se alienen.

Su comprensión los hará autónomos y creativos frente a las mismas.

Con respecto a la enseñanza explicativa, el autor hace referencia a la necesidad no

solamente de describir, sino de diseñar cuadros donde se establezcan las conexiones

conceptuales e históricas, de modo tal que los alumnos puedan retener más fácilmente lo

que han aprendido y hacer sus propias reflexiones.

Este segundo grado se divide en dos grandes bloques.

Page 12: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

12

A) El primer bloque de la instrucción común, cuyo contenido es:

1. Curso elemental de matemáticas.

2. Curso elemental de historia natural y de física.

3. Principios de las ciencias políticas. La Constitución y las leyes.

4. Gramática y metafísica.

5. Principios de la lógica.

6. El arte de expresar ideas. Escribir con claridad, con precisión y elegancia.

7. Se volverá sobre el código moral.

Estos cursos generales son para todos los estudiantes.

B) El segundo bloque de la instrucción particular:

Se deja que los maestros escojan los textos y el poder público no lo dirige. Por el

contrario, debe respetar la independencia de los espíritus, así se garantiza la libertad de

opinión y la no imposición del poder público.

Este curso es para los estudiantes sobresalientes.

Tercer grado de instrucción pública:

Propósito: extender los aprendizajes del segundo grado.

Duración: cuatro años (de los 17 años a los 21 años, edad en que debe registrarse para

el servicio cívico).

Ubicación: en la capital de cada departamento. Un maestro por materia.

Contenidos:

1. Metafísica, moral y principios generales de las constituciones políticas.

2. Legislación económica.

3. Matemáticas y aplicaciones a las ciencias físicas, así como sus aplicaciones a las

ciencias morales y políticas.

4. La física, la química, la mineralogía y sus aplicaciones a las artes.

5. La anatomía y las otras partes de la historia natural, sus usos para la economía

rural.

6. Geografía e historia.

7. Gramática y el arte de escribir.

8. Latín y griego, para entender las obras escritas en esta lengua.

Una aclaratoria sobre el énfasis que hace Condorcet sobre el aprendizaje de la

aritmética:

La matemática política es fundamental por dos razones. La primera, porque permite la

práctica ilustrada del sufragio haciendo conocer las paradojas del escrutinio. Y la

segunda razón remite a la soberanía. Para el autor, no hay otra autoridad que la de la

verdad o la mayor probabilidad cognoscible en un momento dado.

A propósito de los maestros:

1. La función de enseñar supone el hábito, el gusto por una vida sedentaria y

reglada. Exige en el carácter dulzura y firmeza, paciencia y celo, bondad,

rectitud y sutileza, flexibilidad y método.

2. Es una profesión que requiere dedicación de toda una vida, porque solamente se

aprende en la experiencia misma.

Page 13: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

13

3. No debe formar un cuerpo, porque todo cuerpo quita independencia. No debe

encargarse la enseñanza a una corporación ya formada, y tampoco admitir a

miembros actuales de ella en ninguna parte de la instrucción, porque animados

por el espíritu de cuerpo procurarían invadir aquello en lo que se les permitiera

participar.

4. Sus funciones son incompatibles con cualquier otra función habitual, excepto los

puestos de legislatura, y de ninguna manera cargos religiosos.

5. La utilidad pública exige que las funciones que requieren una larga preparación

tengan una especie de perpetuidad. Se podría fijar la duración de la función de

los maestros en 15 o 20 años, de acuerdo con el puesto que ocupe.

6. La recompensa no debe limitarse al maestro, sino a la familia, y contemplar

pensión por jubilación o dimisión a su familia, en caso de fallecimiento.

7. Deben ser elegidos bajo los siguientes criterios: a) que tengan la capacidad

suficiente, b) que convengan al puesto por circunstancias personales y locales, c)

que sean los mejores de los que reúnen esta capacidad y esta conveniencia. Es

preciso que estos juicios se encomienden a hombres en condiciones de juzgar y

de escoger. Es preferible la elección a los concursos, porque no se sabe si están

bien preparados.

8. Es necesario un inspector de estudio que vigile los acontecimientos de los

maestros, sustituya al que se ausenta, vele por las condiciones físicas de las

escuelas y sea la persona de quien dependerán las bibliotecas.

9. Es necesario que el maestro cuente con compañías científicas para continuar con

su propia reflexión, a partir de la deliberación con los pares.

TERCERA MEMORIA

En esta memoria se traza el plan para la formación de los hombres y los principios que

le sirven de base.

Sobre la instrucción común para los hombres:

Tendrá por objeto:

1. La instrucción política y, por ello: la instrucción de las leyes que se proponen y

promulgan; el conocimiento de nuevos principios para ejercer el derecho a

reexaminar, reformar y cambiar la Constitución. Para Condorcet, el imperativo

no es amar la ley, sino apreciarla y ser capaces de corregirla.

2. La instrucción moral, la cual debe tener por objeto fortificar hábitos virtuosos y

prevenir o destruir los viciosos, así como enseñar a reflexionar y juzgar sobre

sus propios actos.

La moral es un sentido que se recibe de la naturaleza pero que únicamente se

desarrolla con la instrucción. Se entiende por “sentido moral” la facultad de

experimentar placer o pena por recuerdos de nuestras acciones del pasado, por el

proyecto de nuestras acciones de futuras, o por el espectáculo de las acciones de

otros.

Para aquellos que no tienen el hábito de reflexión y para adquirir la moral

práctica, el autor recomendaba hacer un cuadro de las acciones buenas y malas,

los motivos para realizarlas o dejar de hacerlas y las consecuencias que

acarrearía cada una de ellas.

Page 14: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

14

3. Sustituir en la economía rural una rutina ciega por una ilustrada, apegada a la

observación. Premisas: a) la falta de instrucción es la verdadera causa del escaso

progreso en la agricultura; b) mientras más instruido en los nuevos

conocimientos, más éxito tendrá en la producción; c) darle a conocer los

diferentes métodos, los productos que se cultivan y las preparaciones que se les

da a la tierra, de modo que se sepa cuáles son las diferencias que se deben a la

naturaleza y aquellas más propias de los hábitos de cultivo.

4. Instruir en los descubrimientos de las ciencias y las artes cuando son de utilidad

pública. Es necesario que la sociedad en general sepa de los avances de las

ciencias, conozca los nuevos productos de uso y que se ilustre sobre las formas

de conservar los productos.

5. Instrucción a los padres de familia en la física y la moral.

Física: los hijos vivos son una riqueza para la familia pobre; se forma en salud

para poder trabajar; es necesario que los padres cuiden la salud de sus hijos, para

que puedan trabajar y producir.

Moral: alejar a los niños de la ociosidad; inculcar gusto por el trabajo; hacer

nacer la necesidad por la benevolencia; estimar al prójimo y a sí mismo.

El tiempo: esta instrucción de adultos podría darse en el día de descanso o en

conferencias semanales, que ya existían en el antiguo régimen, pero que Condorcet

pretende ampliar, ya que antes solamente eran para las élites.

Los medios: los libros por excelencia. En algunas ciencias, el libro es suficiente,

como en el caso de matemáticas, por su nivel de abstracción. Pero en física, por

ejemplo, es insuficiente; entonces son necesarias la experiencia y la observación

directa, porque el lenguaje no es unívoco y puede prestarse a interpretaciones

múltiples. Pero ¿cuáles libros?

1) Libros elementales que se convierten en manuales escolares.

2) Colección histórica con la vida y obra de algunos hombres célebres, la vida de los

guerreros, de los hombres de Estado. La historia de los pensamientos de los

filósofos.

3) Un diccionario para conocer palabras desconocidas y sus usos, un periódico para

conocer las nuevas leyes, las operaciones administrativas, descubrimientos

recientes, y un almanaque para contar con lo más relevante del año. Todas estas son

obras que debe ordenar y dirigir el poder público.

Otras obras que se deben estimular:

1. En cada ciudad debe haber una biblioteca. El autor sugiere que en dichas

bibliotecas debe haber obras de: Descartes, la Motte, La Voyer, Arnaud, Bayle,

Nicole. También obras de matemáticos, de astrónomos, físicos, químicos; obras

sobre ciencias políticas, moral, filosofía, artes, historia y civilizaciones antiguas.

2. En cada ciudad debe haber gabinetes que tengan las máquinas y la historia

natural tipo museo.

3. En cada ciudad debe haber instrumentos para la observación, como termómetros,

barómetros, higrómetros y electrómetros.

Page 15: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

15

4. En cada ciudad debe existir la sociedad científica que sirve para la instrucción y

para dirigir las opiniones. Esta sociedad tendrá como finalidad hacer juicio sobre

lo nuevo.

5. Los espectáculos y las fiestas deben ser medios indirectos de instrucción. Por

ejemplo, fiestas nacionales en las que se proclamen honores públicos concedidos

a la memoria de los hombres de ingenio, a los ciudadanos virtuosos, a los

bienhechores de la patria; para dar premios a quienes hayan empleado mejor un

objeto útil o fiestas donde se exhiben gimnasias.2

CUARTA MEMORIA

Esta memoria está consagrada a la enseñanza profesional. En ella aparece más

claramente la oposición de Condorcet a la idea de utilidad inmediata y de adaptación.

Sobre la instrucción relativa a las profesiones.

Toda profesión debe ser útil para quienes la ejerzan y también para quienes la emplean.

Las profesiones constituyen dos clases. Unas tienen el objeto de:

1. Aumentar el bienestar y multiplicar los placeres: bien comer, bien vestir, bien

calzarse; aprovecharse de sus trabajos y asegurar una subsistencia holgada. La

instrucción debe ser general, porque la específica compete a empresas como:

dibujo, química, física, geografía.

Otras tienen el objeto de:

2. Favorecer la utilidad común y consagrar a la sociedad su tiempo. Este tipo de

instrucción está reservado para los hombres más ilustrados, la medicina y la

milicia.

La instrucción no puede ser la misma para estas dos clases de profesiones, porque

además no son ejercidas por todo tipo de ciudadanos. Mientras que las primeras pueden

ser ejercidas por cualquier tipo de personas, la segunda clase de profesión solamente

debe ser ejercida por los más ilustrados.

El propósito de la enseñanza de las artes mecánicas:

La capacitación de los obreros mejorará la productividad de las empresas, y a mayor

capacitación, mayores posibilidades de salir de la pobreza, en tanto tendrán la

posibilidad de empleo especializado. El hombre ocioso es mucho más fácil de engañar,

de conmover, de corromper. En cambio, la instrucción le dará luces, costumbres puras,

un espíritu más justo y un juicio sano.

La enseñanza técnica es, a ojos de Condorcet, una enseñanza general: comprende lo que

está por encima de una rama de actividad profesional, pero deja la especialización

propiamente dicha a la formación permanente. La Escuela, en calidad de institución

2 Cabe destacar que Condorcet era antibelicista y, por ello, para mostrar la fuerza prefería las

exhibiciones gimnásticas en lugar de las exhibiciones militares. Nuestro autor tenía hostilidad por el

modelo espartano y su apología a la guerra, ya que el belicismo supone una ciudad fundada en el

entusiasmo y no en el ejercicio de la razón y el respeto del derecho.

Page 16: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

16

pública, debe asegurar lo que la empresa no puede hacer o no haría sino con grandes

gastos y siempre de manera incompleta. Así se les dará a los estudiantes principios

generales que permitan a los alumnos comprender las estructuras y el funcionamiento de

tal máquina, la razón de tal práctica, de tal gesto, de tal actitud. Las razones de esta

generalidad son triples:

1. Razones políticas: la instrucción pública tiene el deber de formar primero al

ciudadano y no a un obrero calificado.

2. Razones económicas: querer una enseñanza subordinada al mercado profesional

y al nivel actual de las técnicas es calcular mal.

3. Razones filosóficas: el empirismo estrecho que inspira el utilitarismo es un

modelo del saber que encierra a los hombres en el horizonte de las aplicaciones

inmediatas.

Los contenidos de esta etapa de la instrucción:

Aunque en esta instrucción no se especializa a las personas, se trata de darles

información general, para que luego las empresas continúen con la labor hecha en la

instrucción pública. Algunos contenidos que sirven para todas las profesiones o para

alguna en especial serían, por ejemplo: el dibujo, que sirve para todas las artes;

conocimientos sobre la química; principios de la mecánica; conocimientos comunes a la

física; los elementos de la aritmética comercial o de geometría elemental.

Los principios de la educación técnica pública:

1. Es una enseñanza general orientada hacia las artes y oficios.

2. La aplicación práctica debe ser siempre, dentro de lo posible, razonada.

3. El despilfarro de un talento es una aberración social, pero sobre todo es una falta

moral.

En cuanto a la instrucción para las profesiones públicas:

Se dividen en: las artes de curar, la ciencia militar y el arte de las construcciones.

En cuanto a la formación militar: hay una formación que es general para todos los

oficiales y para todo el que ingrese como soldado. Una segunda parte es la formación

para la artillería, que exige un cuerpo de ingenieros y centros escolares destinados a

dicha formación. Estos estudios son más bien de carácter teórico del arte militar, porque

para Condorcet si hay claridad teórica, el ejercicio físico se hace velozmente y son los

artilleros quienes pueden formar a los soldados. Para el autor, si una nación está

apegada a la razón y a la justicia, entonces rechaza la idea de conquista y reconoce la

inutilidad de las guerras, porque conducen al retraso, la ruina y al debilitamiento.

En cuanto a la formación para curar: es propia de los dos sexos. Condorcet hace

especial énfasis en que las mujeres hacen el trabajo de curar: asisten partos, cuidan

enfermos, dan medicinas de pequeñas dolencias, efectúan operaciones más simples que

la cirugía y, en ese sentido, hay que formarlas para que eviten los errores y hagan bien

su trabajo. Hay que formarlas para que superen los prejuicios y las supersticiones.

Además, formarlas en esta área garantiza la salud de los niños en los primeros años.

Incluso, el autor hace alusión a la necesidad de formar a las enfermeras en contra de

aquellos que decían que no se debían formar para que se mantuvieran dóciles.

Page 17: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

17

Condorcet aseguraba que eso era tiranía y explicaba que es necesario que la medicina se

convierta en ciencia.

En cuanto a la formación de la construcción: la formación en esta área es importante

para las edificaciones de carácter público y de uso común, como escuelas, carreteras,

hospitales, entre otros.

QUINTA MEMORIA

En esta memoria, Condorcet hace un resumen de las otras memorias y completa la

empresa en un marco teórico del que se derivará la puesta en práctica legislativa.

Se trata de una instrucción general para todos los ciudadanos, con el propósito de que

las personas gocen plenamente de los derechos, conserven la autonomía y desempeñen

bien las funciones que le corresponden, a fin de evitar la desigualdad, porque es la

principal fuente de los males del hombre civilizado. La instrucción pública tiene un

tiempo limitado y está dividida en grados, dependiendo del nivel del tiempo al que se

quieran dedicar o de las diferencias naturales. Para Condorcet, no hay enseñanza

obligatoria, porque atentaría contra los derechos individuales de tomar las decisiones

sobre su plan de vida. Basta con que ninguna persona se queje de estar excluido. El

poder público debe posibilitar la libre circulación de las ideas con respeto a los textos

escolares.

Condorcet asegura que la educación de las ciencias está destinada a aquellos que están

llamados a aumentar la masa de verdades por observaciones o descubrimientos y

preparar de lejos la felicidad de las generaciones futuras. Por ello, basta una sola

institución en la capital. En esta enseñanza se dedicarán, sobre todo, a hacer comprender

el espíritu y la extensión de los medios que han conducido a nuevas verdades, a mostrar

lo que ha sido el fruto del trabajo y lo que ha sido la obra del ingenio. El maestro

mostrará cómo se resolvió una dificultad. Los libros destinados a esta instrucción serán

elaborados o escogidos por los maestros. No hay que conceder al poder público ni la

escogencia ni la realización de los libros.

La enseñanza de las ciencias morales:

La enseñanza de la metafísica, del arte de razonar y de las ciencias políticas debe ser

liberada de todas las cadenas de la autoridad, de todos los lazos religiosos o políticos.

Condorcet asegura que hay que atreverse a examinar todo, a debatir todo, a enseñar

todo. Condorcet aplica rigurosamente la divisa de las luces a la enseñanza pública: se

enseña todo lo que compete al ejercicio de la razón y todo lo que contribuya a la

perfectibilidad. Este principio excluye la enseñanza religiosa propiamente dicha e

impone, al contrario, el examen razonado de los objetos problemáticos, incluso cuando

no se puedan alcanzar verdades positivas.

Aunque el poder público debe regular la instrucción que es común, no puede regular la

instrucción de las ciencias, porque atentaría contra la libertad de pensamiento y contra la

independencia de la razón. Cuando habla de ciencias, el autor se refiere a verdades

positivas.

Page 18: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

18

Enseñanza de la historia:

Condorcet empieza señalando que las historias que se tienen recogidas sirven para

cautivar, pero no para ilustrar. Explica que la historia moderna ha estado corrompida

tanto por la necesidad de tratar con consideración las tiranías establecidas, como por el

partidismo, pues cada historiador trataba de esforzarse por multiplicar los ejemplos

favorables a su opinión e intereses. Condorcet ya planteaba los problemas de la

historiografía y la dificultad de los sujetos al escribir la historia. En este sentido, asegura

que se necesita una historia nueva, que sea sobre los derechos del hombre, de las

vicisitudes a las que ha estado sometido en todas partes, del conocimiento y el goce de

estos derechos. Una historia en la que podamos dar seguimiento a los progresos o

decadencia de la igualdad.

La metodología de Condorcet: 1) tener en cuenta lo que hay que enseñar, 2) atender

las técnicas de enseñanza, 3) ser respetuoso de cada disciplina, 4) adaptarse a cada

alumno, 5) estar atentos a los errores de los alumnos, 6) utilizar el lenguaje preciso, 7)

revisar regularmente los contenidos, 8) fundamentar el arte de enseñar en una reflexión

ética.

A propósito de las sociedades científicas:

Para Condorcet, las sociedades científicas de la capital tendrían por objeto las ciencias

matemáticas y físicas, las ciencias morales y las civilizaciones antiguas, la historia, las

lenguas y la literatura.

¿Para qué sirven?

1. De las sociedades científicas es necesario obtener un cuadro general y completo

de todas las verdades positivas descubiertas hasta el momento. Se trata de una

exposición sistemática en la que se remita a las obras en las que cada verdad se

encuentra desarrollada.

2. Son un estímulo útil, incluso para los hombres de ingenio. Estas sociedades

pueden estimular los talentos y someter a juicio los trabajos hechos.

3. Aceleran la comunicación de las luces, en tanto por medio de sus órganos de

información se preserva una memoria de las luces.

4. Sirven para que algunas partes de las ciencias se olviden y, por el contrario, se

conserven para renovar su contenido.

5. Sirven también para preparar los descubrimientos reuniendo las observaciones.

Diferencia entre el objeto de esta instrucción y el de la instrucción general:

La instrucción tiene como propósito el perfeccionamiento físico y moral. Esta da a la

patria ciudadanos dignos de la libertad e impide a los intrigantes convertir a sus

contemporáneos en instrumentos o cómplices de sus designios. En cambio, la

instrucción relativa a las ciencias de un grado elevado debe defender y perfeccionar la

libertad misma, así como preservar a las razas futuras de ver que nuevos prejuicios le

arrebatan otra vez al hombre su independencia y su dignidad.3

3 La diferencia de la que habla Condorcet es inseparable de su teoría del progreso: la instrucción relativa a

las ciencias, de un grado elevado, asegura un papel director. Esta instrucción es la que realiza la parte

programática del progreso: permite dominar, prever y adelantar los progresos materiales.

Page 19: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

19

TRATAMIENTO DEL TEMA DE CIVILIDAD Y CIUDADANÍA

Condorcet se compromete con la Revolución francesa y escribe en una época en la que

se levanta un nuevo tipo de sociedad frente a la sociedad feudal del antiguo régimen, y

me atrevería a decir, sin que suene reduccionista, que las características de las nuevas

formas políticas fueron:

Constitucionalismo frente al absolutismo anterior, lo que garantizaba la división

de poderes.

Sociedad de clases frente a sociedad estamental. Hay movilidad, se puede pasar

de una clase a otra (nacer pobre, morir rico).

Libertad de prensa frente a la censura y a la existencia de la inquisición.

Sociedad basada en la naciente industria, que es el germen de la sociedad

industrial.

Nueva educación, universal, libre y gratuita, frente al poder de la Iglesia en este

terreno en la etapa anterior.

Libertad, igualdad y búsqueda de la felicidad son principios básicos de esta

nueva forma de ver el mundo, en claro contraste con la sumisión, la desigualdad

y demás defectos del antiguo régimen.

En este seminario nos hemos aproximado a las nociones de civilidad y ciudadanía.

Desde el estudio hecho, podemos asegurar que con la Revolución francesa nace la idea

moderna de ciudadanía. El paso del súbdito al ciudadano no es más que el reflejo

perceptible de “una forma política fundada en la igualdad y en la libertad”. Este

“acontecimiento constituyente” anunció algo más que el nacimiento de la República:

proclamó la promesa indefinida de la revolución de la igualdad.

De este proceso histórico se desprende, en una época de ruptura, una novedosa

definición de ciudadanía vinculada a la condición de la persona que vive en una

sociedad libre. Para que tal condición sea posible, es necesario que se garantice un

régimen que permita el ejercicio de tales derechos. La ciudadanía aparece como una

condición voluntaria que no puede imponerse a ninguna persona. Entonces, la cualidad

de ciudadano se funda en el pacto social, en un acuerdo libre de las personas para

integrarse y participar en un determinado modelo de organización política. Con la

revolución, la ciudadanía se desglosa en un conjunto de derechos y deberes de las

personas que pertenecen a un determinado Estado. Así, queda claro que son

“ciudadanos” los individuos portadores de derechos (inalienables e imprescriptibles)

que son ejercidos frente al poder del Estado. El hombre aparece como un valor superior

entre todos (naturaleza y cosas) y se convierte en el titular de derechos públicos

subjetivos.4

4 Según Norberto Bobbio, para la modernidad, el derecho es considerado, definitivamente, un atributo del

individuo. Aunque el reconocimiento del individuo como sujeto de derechos es una contribución

innegable del derecho romano, el giro histórico se produce cuando el reconocimiento de los derechos del

hombre se extiende desde la esfera de las relaciones económicas interpersonales a las relaciones de poder

entre príncipe y súbditos, y nacen los llamados “derechos públicos subjetivos”, que singularizan al Estado

de derecho.

Page 20: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

20

La fuente de la ciudadanía es la razón y la autonomía de la voluntad. Únicamente los

individuos autónomos y libres pueden formar parte del cuerpo político de la nación, y

así participar de la vida política. La ciudadanía moderna descansa, entonces, en la

imagen de una sociedad constituida por individuos autónomos, libres e iguales ante la

ley. Muchos pensadores de la época coinciden en señalar que el ciudadano se hace en la

formación y, por ello, le dan tanta importancia a la instrucción pública.

Para Condorcet, un ciudadano es alguien que pertenece plenamente a la comunidad, que

tiene en virtud de ello ciertos derechos y los deberes correspondientes y que de algún

modo toma parte en la vida pública. Ser ciudadano era la manera de realizar y culminar

la esencia humana, la manera de adquirir y ejercer las virtudes más eminentes del

hombre.

La obra de Condorcet evidencia las ideas de un momento histórico con respecto a los

propósitos de la educación y la instrucción diferenciadamente, cuyo asidero estuvo en

los principios de igualdad y libertad:

Ofrecer a todos los individuos de la especie humana los medios de proveer a sus

necesidades, de asegurar su bienestar, de conocer y ejercer sus derechos, de entender y

cumplir sus deberes; asegurar a cada uno de ellos la facilidad de perfeccionar su

industria, de capacitarse para las funciones sociales a las cuales tiene derecho a ser

llamado, de desarrollar en toda su extensión los talentos que ha recibido de la

naturaleza, y de este modo establecer entre los ciudadanos una igualdad de hecho, y

hacer real la igualdad política reconocida por la ley: tal debe ser el primer objetivo de

una instrucción nacional y, desde este punto de vista, constituye para el poder público

un deber de justicia. Tomado de: Informe y proyecto de decreto sobre la organización

general de la instrucción pública.

Tres grandes aprendizajes complementarios y necesarios unifican las tesis de las cinco

memorias sobre la instrucción pública: a) el aprendizaje de los saberes elementales en el

seno de una historia general de la razón humana, b) el aprendizaje de la ciudadanía

ilustrada y de los derechos del hombre, c) el aprendizaje del sentimiento de la

humanidad. Estos aprendizajes tienen su asidero en los principios filosóficos heredados

de las luces: perfectibilidad del hombre, revisionismo de las leyes, racionalidad,

igualdad, laicismo, humanidad.

En las cinco memorias sobre la instrucción pública escritas por Condorcet encontramos

algunos ejes vertebradores que quisiera enunciar, por su estrecha vinculación con los

temas trabajados en el Seminario sobre las formas de civilidad y ciudadanía en

perspectiva histórica y actual.

La separación de lo público y lo privado. Estado docente, sociedad educadora

La Revolución francesa constituye un hito en la diferenciación entre los ámbitos del

Estado y aquellos más propios de la sociedad (Soriano 1996: 46). Mientras que en el

antiguo régimen el Estado se confunde con la sociedad, la representa y actúa por ella, a

partir de la Revolución francesa la sociedad se independiza del Estado afirmando la

primacía de lo privado ante lo público:

Page 21: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

21

El imperio de lo público que había signado el clima de la revolución le sucedió un

tiempo de repliegue de las gentes a su privacidad; al reconocimiento de los dones de la

intimidad burguesa de los espacios familiares, que se expresaba tan bien en tiempos

románticos en las manifestaciones de lo cotidiano (Soriano 1996: 46).

Para moralizar el Estado, para limitar su poder, los liberales tuvieron presente la imagen

reciente del Estado absoluto, en el que la arbitrariedad del rey era la norma. Por ello,

para evitar el abuso del poder político se alzaron los derechos naturales del hombre

como límite infranqueable a ese poder y se acotó un espacio –el mercado– donde el

Estado no podía intervenir. Toda esta construcción teórica que se impone con la

Revolución francesa supone, en la práctica, el fin del Estado absoluto, la limitación del

poder político por la existencia de unos derechos que el nuevo Estado debe no solo

respetar, sino también garantizar. Bobbio ha señalado con especial agudeza cómo el

Estado y la sociedad van a ser considerados como realidades abiertamente distintas y

contrapuestas: de un lado, el Estado, pensado como un régimen de relaciones de poder

entre gobernantes y gobernados, por tanto como un ámbito de relaciones entre

desiguales; de otro lado, la sociedad, conceptuada como un ámbito de relaciones entre

iguales.

De esta forma, el Estado aparece como una esfera de poder que se ocupa de las

instituciones políticas que regulan la convivencia, mientras que la sociedad se

contrapone como una esfera privada que se ocupa esencialmente de procurar la riqueza

de las naciones.

Había clara conciencia de “lo político”, y esa sociedad aseguraba el ámbito de su libre

despliegue fuera del alcance del Estado, de un Estado que se asociaba, en su desarrollo,

con la idea nacional, abocándose a canalizar a la gente en los únicos carriles

susceptibles de encauzarla en los términos del tiempo, a saber, los que representaban las

nociones de ciudadanía y de nacionalidad (Soriano 1996: 47).

Esta separación entre el Estado y la sociedad también se vio reflejada en los asuntos

vinculados con la educación, pues la responsabilidad de instruir era competencia del

Estado y la de educar (por sus implicaciones más privadas) era una responsabilidad de

la familia y de uno mismo cuando adquiriera conciencia. Cabe señalar que a partir de la

Revolución francesa, educar ya no era acercarse a Dios solamente, sino instruir en los

rudimentos de las letras, las ciencias, los números, y, por supuesto, también en la fe. El

proyecto ilustrado de educar para alcanzar la perfección humana en cada individuo y en

la humanidad en general solamente podía hacerse a través de la escuela. La institución

escolar fue prácticamente el único medio a través del cual se podía expandir la

“civilización”. Por otra parte, la sociedad industrial que estaba creciendo necesitaba

transformar las costumbres ancestrales de las comunidades campesinas y promover

nuevas actitudes frente a la vida, nuevas estructuras familiares, nuevos hábitos

personales, en fin, eran necesarios nuevos sujetos sociales para impulsar el “progreso” y

el crecimiento económico que las nuevas formas de producción jalonaban con tanto

ímpetu.

Page 22: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

22

Consecuentemente emergieron nuevos sujetos (el escolar y el maestro) y una nueva

institución (la escuela), que debería estar en manos del nuevo Estado, cuya

responsabilidad sería su organización y administración, pero con demarcadas

limitaciones para que no pueda interferir en la enseñanza, porque ésta debe estar en

manos de los más ilustrados, de los hombres de ciencia. El concepto de instrucción

pública en Condorcet se fundamenta en una teoría de la soberanía (la república ilustrada

como crítica reguladora de la democracia unanimista), en una teoría de la familia (como

lugar específico de la educación) y en una teoría de las luces (como factores de progreso

para la humanidad).

Condorcet será muy enfático en atacar en los planes escolares los efectos perversos del

modelo retórico espartano de sus contemporáneos, pero a la vez limitaba la instrucción

de los padres, sin negar su papel educativo. En el fondo estaba la pregunta de ¿cómo

promover una República ilustrada sin sacrificar en ningún momento al individuo libre y

razonable? Una parte de la respuesta reside en un conocimiento de los derechos

naturales asegurado en el seno de la instrucción pública y en el respaldo de las

opiniones formuladas por los ciudadanos.

Entiendo que el carácter público de la educación significa que toda la población tenga

acceso, sin impedimentos sociales, económicos o políticos, es decir, que sea una escuela

para y de toda la sociedad, y una manera de lograr esa apertura y accesibilidad es el

hecho de que esté sostenida con los recursos públicos. Pero ese carácter público también

se lo da su carácter laico, es decir, el ser ajeno a toda creencia religiosa y sobre todo a

intereses políticos y, en ese sentido, no puede ser que tenga un sesgo doctrinal y

excluyente (Condorcet hace fuertes críticas a los catecismos político). Por último, lo

público tiene sustento en la obligatoriedad del Estado para ofrecer servicios educativos a

todos en la instrucción común, porque imponer los demás niveles de la instrucción

también atentaría contra la decisión de las familias y las personas en particular.

Veamos, a partir de la obra de Condorcet, la diferencia entre instrucción y educación,

así como la distinción entre educación nacional e instrucción pública, que no es más que

la evidencia, desde el ámbito educativo, de la separación que se hace en la época de lo

público y lo privado.

Diferencias entre educación e instrucción pública

Educación Instrucción pública

Compete a los padres y a uno mismo,

cuando haya capacidad de juicio. El

individuo es el autor de su propia

educación, que nunca está acabada.

Compete al Estado encargarse de la

creación y sostenimiento de la instrucción

pública para permitir a cada uno

convertirse, lo más pronto posible, en el

sujeto de su propia educación y en un

ciudadano responsable, con autonomía del

juicio.

Es amplia. Es elemental.

Es privada y sujeta a los intereses

particulares o familiares.

Es pública e independiente de cualquier

poder religioso o político.

Dura toda la vida. Tiene un tiempo determinado.

Page 23: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

23

Forja opiniones, puede ser religiosa. Es laica y abarca todas las opiniones

políticas, morales y religiosas. No tiene

ninguna pretensión invasora.

La educación privada acentúa las

diferencias de origen, de modales, de

lenguaje.

La instrucción pública se apoya en la idea

de una cultura universal.

Solo la pueden alcanzar quienes tengan

desahogo económico o tengan una

fortuna independiente que les permita

dedicar tiempo para estudiar.

Se dirige a todos y a cada uno en sus

niveles elementales.

Es pública pero no colectivista.

Se dirige a la razón de cada uno pero en

un contexto institucional.

Diferencia entre educación nacional e instrucción pública

La educación nacional tiene el propósito

de insertar al ciudadano a la sociedad. El

hombre se convierte en ciudadano

incorporándose a una comunidad cuya

idea está preformada, pensada como mito

y como trascendencia.

Esta definición es política.

La instrucción pública tiene el propósito

de formar al ciudadano. El hombre se

convierte en ciudadano desprendiéndose

del error. La instrucción pública debe

desarrollar la razón autónoma de la cual

todo hombre es depositario, en tanto se

pertenezca a sí mismo. La autonomía es la

única forma de autoridad por la cual uno

no es dependiente de nadie.

Esta definición es filosófica.

La igualdad y la libertad: principios necesarios para el ejercicio de la ciudadanía

Asegura Condorcet en su informe que la primera preocupación del plan de organización

general de la instrucción pública debía ser garantizar una educación igual para hombres

y mujeres, universal y completa para todos los ciudadanos sin discriminación.5 Esta

universalidad está garantizada en la educación primaria. Una instrucción que abarque

todas las edades de la vida y ayude a conservar los conocimientos o adquirir unos

nuevos. La idea era que ningún hombre pudiera decir que “aunque la ley me asegure

plena igualdad de derechos, se me han negado los medios para conocerlos”. Es evidente

que el principio rector es la consideración de que cada niño, antes de tener

características particulares (un sexo, un origen socio-cultural, una religión), es un sujeto

racional y un sujeto de derecho y, en ese sentido, la escuela debe tener la capacidad para

desechar como discriminatoria cualquier otra condición sobre él.

5 "El hábito puede llegar a familiarizar a los hombres con la violación de sus derechos naturales, hasta el

extremo de que no se encontrará a nadie de entre los que los han perdido que piense siquiera en

reclamarlo, ni crea haber sido objeto de una injusticia.(...) Por ejemplo, ¿no han violado todos ellos el

principio de la igualdad de derechos al privar, con tanta irreflexión, a la mitad del género humano de

concurrir a la formación de las leyes, es decir, excluyendo a las mujeres del derecho de ciudadanía?

¿Puede existir una prueba más evidente del poder que crea el hábito incluso cerca de los hombres

eruditos, que el de ver invocar el principio de la igualdad de derechos (...) y de olvidarlo con respecto a

doce millones de mujeres?" Condorcet, 1790, en Essai sur l’admission des femmes au droit de cité.

Page 24: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

24

Para Condorcet, la desigualdad cultural atenta contra la libertad, porque no es libre el

que por ignorancia pone su destino en manos de otro. De modo que la preocupación por

la desigualdad tiene sus fundamentos en la defensa de la libertad como principio

regulador de la vida social. El autor asegura que la libertad es hija de la igualdad y ésta

solo es posible por la instrucción. Para Condorcet, la instrucción es necesaria, ya que

proporciona una realidad a la simple igualdad formal enunciada por la declaración de

derechos. La instrucción produce una igualdad tal que todos se pueden sustraer a la

servidumbre.

Para Condorcet, la desigualdad no es injusta más que cuando somete a los unos a la

voluntad de los otros. Entonces es en ese momento cuando hay que combatirla, sobre

todo si es resultado de un orden social. El autor es muy insistente en señalar que

restablecer o instituir la igualdad es procurar que cada sujeto pueda sustraerse a una

dependencia semejante.

Es importante para la prosperidad pública dar a los hijos de las clases pobres, que son

las más numerosas, la posibilidad de desarrollar sus talentos: es un medio, no solamente

de asegurar a la Patria más ciudadanos en condiciones de servirla, a las ciencias más

hombres capaces de contribuir a sus progresos, sino también de disminuir la

desigualdad que nace de la diferencia de las economías, de mezclar entre sí las clases

que esta diferencia tiende a separar. El orden de la naturaleza no establece en la

sociedad otra desigualdad que la de la instrucción y la riqueza y, extendiendo la

instrucción, debilitaréis a la vez los efectos de estas dos causas de distinción. Informe y

proyecto de Decreto sobre la organización general de la instrucción pública presentado en la

asamblea Nacional en abril de 1792.

La escuela pública satisface esta exigencia instaurando una red de instrucción

homogénea en el territorio. Esto trae tres consecuencias:

1. Nadie se puede quejar de que la voluntad pública lo haya forzado a un estado de

embrutecimiento. Por el contrario, ésta dio todas las posibilidades para que saliera

de su ignorancia y se sirviera de su propia inteligencia, como recomendara Kant.

2. Todo ciudadano que se haya beneficiado de una instrucción elemental puede

gozar de una independencia de juicio para escapar a la tutela intelectual y no estar

sometido a la voluntad de otros.

3. La interrupción de los estudios no es un obstáculo para la reanudación posterior.

Cada persona puede decidir cuándo entrar y cuándo salir según sus capacidades

económicas. Lo importante es que haya un sistema que esté dispuesto para

recibirla, a lo largo de toda la vida.

Ahora bien, a mi juicio, el principio nuclear de las cinco memorias es el respeto a la

libertad. La libertad abanderó el acceso a la educación, a la libertad de cátedra y a la

elección de los contenidos. La libertad abanderó la escogencia y el diseño de los textos

y los manuales y la libertad en la elección, tal y como se ha señalado. La libertad

abanderó la persona para recibir educación laica o confesional. Condorcet es claro a lo

largo de todas las memorias con respecto a la necesidad de establecer:

1. Libertad para crear centros de enseñanza privados.

Page 25: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

25

2. Libertad de cátedra.

3. Libertad traducida en autonomía con respeto al poder ejecutivo.

Desde estas premisas, asumo que el propósito de la instrucción pública es la

preservación del ejercicio de la autonomía. Por ello: a) todos deben aprender lo que

podría permitir a cada uno defender su opinión ante todos, en el momento de votar y de

denunciar los riesgos de abuso de poder; b) todos deben ilustrarse, porque ahora es el

pueblo quien dictamina las leyes que ha de obedecer; c) nadie puede quejarse de haber

sido adoctrinado ni positivamente (no se ha impuesto ninguna creencia), ni

negativamente (no se ha atacado ninguna creencia). De hecho, Condorcet critica

severamente a quienes pretendieron imponer una religión civil y deducir una

concepción catequística de la constitución política y de las leyes en general. Condorcet

asegura que confundieron religión y acción política olvidando todo espíritu crítico,

pasaron de la valoración a la santificación y, después, a la fetichización de la

constitución y de las leyes. La voluntad de luchar contra las religiones reveladas dio

lugar a catecismos republicanos que debían aprenderse de memoria,6 asunto que atenta

contra la libertad de pensamiento, libertad de cátedra y libertad con respecto al poder

ejecutivo.

La deducción que podemos hacer es que la igualdad es un concepto subordinado al de la

libertad, y que no todas las desigualdades en el orden de los conocimientos son

necesariamente alienantes. Si la ley tiene por primer deber impedir que un individuo

esclavice a otro, no puede, en compensación y bajo pretexto de la igualdad, impedir que

alguien disfrute plena y pacíficamente de sus fuerzas y sus talentos; al contrario, debe

procurar que cada sujeto pueda alcanzar su punto de excelencia. Para ello es necesario

que la instrucción alcance a todos y que el método de la enseñanza esté basado en un

modelo razonado fundado en los elementos, nacido de las ciencias clásicas y de la

filosofía de las luces. El poder público, asegura Condorcet, no debe hacer la felicidad de

los ciudadanos, ni imponerles una felicidad social a la que ellos deban doblegarse.

Tampoco se puede convertir en un mandato público la excelencia, y tampoco la

generosidad, porque aunque es una falta moral, no es un delito.

La derivación que logro hacer es que, para Condorcet, el Estado tiene la responsabilidad

de crear y sostener el sistema de instrucción pública, pero evitar inmiscuirse en la

enseñanza, ya que una escuela que no esté concebida como un órgano de la libertad está

expuesta, sin duda alguna, a la alienación y ésta atenta contra la libertad de cátedra, de

pensamiento y, por tanto, de autonomía.

Perfeccionar la humanidad es la tarea excelsa de la instrucción

La idea de perfectibilidad es esencial en el pensamiento de Condorcet, quien asegura

que la humanidad debe superar por sí misma los obstáculos objetivos: la limitación de

las facultades humanas y la masa creciente de conocimientos. Es la forma en que se

6 Aseguran nuestras intérpretes que quizás Condorcet está pensando en Raynal, Mably, Robespierre,

Masuyer, Durand-Maillanne o quizás en Saint-Etienne (2001: 109).

Page 26: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

26

reorganizan los conocimientos de una generación a otra, con ayuda de los más sabios.

Asegura nuestro autor que el mundo puede progresar, si los esfuerzos de los hombres se

orientan convenientemente; de ahí la importancia de las luces, de una buena

constitución, de buenas leyes y de una instrucción pública de calidad. Condorcet asume

que el progreso es ante todo una cuestión de elecciones intelectuales. Las disposiciones

natas de la vida con los demás requieren ser activadas mediante el aprendizaje. Por

ejemplo, la disposición para hablar se activa mediante el aprendizaje de una lengua. Los

seres humanos, no solo pueden, sino que deben aprender a regular su modo de

comportarse unos con otros atendiendo a las limitaciones o normas especificas del

grupo. Sin aprender no pueden funcionar como individuos ni como miembros del grupo.

En la disciplina interior de las escuelas, se harán esfuerzo por instruir a los alumnos a

ser buenos y justos; se les hará practicar, los unos con respecto a los otros, los principios

que se les habrán enseñado, y de ese modo, al mismo tiempo que se les hará adquirir el

hábito de conformar a ellos su conducta, los niños aprenderán a comprenderlos mejor, a

sentir con más fuerza su utilidad y su justicia… incluso se puede familiarizarlos con

algunas funciones sociales, como las elecciones, el orden de una Asamblea, etc. Informe

y proyecto de Decreto sobre la organización general de la instrucción pública

presentado en la asamblea Nacional en abril de 1792.

Justo en este punto, Condorcet se encuentra con los planteamientos de Norbert Elias que

hemos ido analizando en torno a los procesos civilizatorios.7 Elias define la civilización

como un fenómeno históricamente determinado, que se va transformando en el tiempo

con los cambios que sufren las estructuras de la personalidad y, consecuentemente, las

formas de comportamiento humano y, por ende, las estructuras de poder. Así, el grado

de desarrollo de los modos de comportamiento trasmitidos por la sociedad se

corresponde con una estructura social absolutamente determinada. Por ello, el estudio

de las maneras cobra sentido en la medida en que se complementa o compagina con el

estudio de las estructuras sociales que las determinan; y así cobra sentido el estudio de

cómo se alcanzan los cambios en las maneras de comportamiento. En el caso que nos

ocupa, cabe señalar que se está proponiendo la instrucción pública con el propósito de

generar nuevas formas de comportamiento que puedan favorecer las nuevas formas

políticas, asidas en el ejercicio de los derechos fundamentales. Para Condorcet era muy

claro que cada generación formada promovería la perfección de la siguiente. Por este

motivo, hace tanto hincapié en la necesidad de la instrucción universal, asunto que

coincide con los planteamientos de Norbert Elias, quien expone la importancia de no

7 En el conjunto de la obra de Norbert Elias puede apreciarse cierta constante que explica en lo

fundamental el interés investigador del sociólogo alemán: la historia como desarrollo evolutivo e

interdependiente solo comprensible como proceso en permanente transformación. Elias, en la amplia

introducción que acompaña a la edición alemana de 1968, expone su deseo de contrarrestar la visión

estático-estructuralista predominante en los círculos sociológicos por aquel entonces, personificada sobre

todo en la obra de Talcott Parsons. Es fundamental, a su juicio, entender la realidad actual a la vista de los

procesos históricos que la han precedido, haciendo hincapié en la necesidad de una sociología histórica

alejada tanto del historicismo simplificador como de una sociología centrada en el individuo productor de

ideas y constructor consciente de su medio externo o, por el contrario, que sobrevalore las estructuras

sociales en cuanto determinantes de su personalidad.

Page 27: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

27

obviar la interconexión entre individuo y sociedad, de manera que solo mediante un

análisis comprensivo de la dependencia que se da entre ambos pueden entenderse, en su

complejidad, los mecanismos que guían el desarrollo de la evolución humana.

Pasar de “súbdito” a “ciudadano” significó un cambio en la estructura de la

personalidad, en tanto los nuevos comportamientos fueron generando hábitos que,

aunque parezcan hoy en día como estructuras inherentes de la personalidad, son una

construcción histórica que guía nuestro comportamiento y moldea situaciones sociales

específicas. Pasar de súbdito a ciudadano significó la incorporación de nuevas formas

de comportamiento en estructuras sociales mayores, que forzaron el cambio a lo largo

del tiempo en un proceso que, por lo demás, Elias entiende que se produce en distintos

niveles: en un nivel individual, en un nivel de sociedades particulares y en el nivel de la

humanidad como un todo. Elias observa que en el presente el individuo puede actuar

sobre él mismo hasta determinar su dirección, y ello, de acuerdo con las perspectivas de

la sociología del conocimiento, a través de la conciencia de sí mismo. Destaca su

análisis de las formas de comportamiento y de los hábitos de conducta en conexión con

los procesos de transformación de las estructuras sociales y de las posiciones de poder

en las sociedades occidentales.

Moralizar para que haya ciudadanos

Generalmente, se confunde la moral con los dogmas religiosos. Sin embargo, cuando

nos detenemos a reflexionar sobre la pluralidad de religiones y sobre la coincidencia de

las reglas de la moral,8 no podemos sino reconocer que cualquiera que sea la íntima

relación que entre unos y otros se haya querido establecer, existe entre ambas cosas una

diferencia radical y una independencia evidente. Sobre este particular, Condorcet

explica que los preceptos morales de todas las religiones son una verdad independiente

de los dogmas de dichas religiones, y que el origen de las ideas de justicia y de virtud,

así como el fundamento de los deberes, se debe buscar en la constitución moral del

hombre. Este deseo de Condorcet de buscar en el hombre mismo, y no en los dogmas,

religiosos la causa y el fundamento de la moral tiene su asidero en su profunda creencia

en que el hombre tiene tendencias innatas ambivalentes, que lo inclinan hacia el bien y

otras, hacia el mal. Entonces, es propósito de la instrucción convertir a los hombres en

sujetos virtuosos, capaces de llegar a Dios a través de la moral y jamás viceversa,

porque no sería un ejercicio de la propia voluntad, sino una imposición que atentaría

contra la autonomía de los sujetos.

Condorcet, como buen hijo de su tiempo, critica severamente las imposiciones

religiosas. Esta visión hace referencia directa a la posibilidad de construir un Estado

desde un enfoque secular. Convencido de la necesidad de cambiar el monopolio de la

verdad religiosa, al pluralismo de los sistemas de convicciones o de referencia, nuestro

autor hace una propuesta de educación laica, cuyo designio está en la moralización en

8 Cabe señalar, por una parte, que los dogmas religiosos cambian esencialmente con los progresos de la

civilización, desde el cándido fetichismo primitivo o la adoración de los astros y el politeísmo que le

sucedió, hasta el monoteísmo cristiano, y musulmán, o el deísmo y aun el panteísmo modernos. Por otra

parte, que todos, a pesar de las profundas diferencias que los separan, se ponen de acuerdo en cuanto a los

fundamentos de la moral.

Page 28: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

28

tanto que, desde ésta, se podría promover una sociedad abierta, configurada por

conciencias individuales y libertades inalienables, en la que la autoridad de la

conciencia antecede a la tutela de lo celestial e impugna sus pretensiones absolutistas.

Condorcet insistía en que esta idea de laicidad, en cuanto a autonomía de la esfera civil

y política respecto a la religiosa y eclesiástica, es la actitud del espíritu de quien respeta

las verdades que emanan del conocimiento meramente racional sobre el ser humano que

vive en sociedad.

Muchísimos años después, estas ideas de secularización lograron irrumpir incluso

dentro de la Iglesia Católica en tiempos del Concilio Vaticano II (convocado por el Papa

Juan XXIII en el año 1959), porque se terminó definitivamente con el rechazo a la

laicidad, se aceptó la autonomía de lo temporal y, en ese sentido, se reconoció en

definitiva la mundanidad del mundo y éste como un lugar de la acción del espíritu de

Cristo.

Un concepto clave en Condorcet, igual que en Kant, es el concepto de “moralizar”. Para

Condorcet, la moral constituye el núcleo de las ciencias humanas. Se trata de formular

una moral social, es decir, se trata de encontrar las pautas de una organización social

que haría a los hombres necesariamente virtuosos. Para Condorcet, la civilización se

alcanza cuando moralizamos a los sujetos y es mediante la educación como se logra

alcanzar la moralización de los ciudadanos, que no nacen ni buenos ni malos.

Al gozar de sus talentos, señala nuestro autor, el hombre se moraliza y se civiliza. Este

goce permite a cada uno ganar su propia estima, porque la igualdad moral, fundada

sobre la dignidad y la estima recíprocas, no descansa, en modo alguno, en el deseo de

nivelación o en la renuncia a sí mismo. De ello resulta una cohesión humana, una forma

de fraternidad derivada de la igualdad de los sujetos morales, y no una comunidad

obtenida a fuerza de sacrificios y cimentada por la vigilancia mutua. Al igual que Kant

en su obra Pedagogía, Condorcet cree que el hombre llega a ser hombre exclusivamente

por la educación; es lo que la educación hace de él. En la educación se encuentra el gran

secreto de la perfección de la naturaleza humana. Gracias a ella, el hombre puede

alcanzar su destino, pero ningún individuo puede alcanzarlo solo. Que importante es fundar la moral únicamente sobre los principios de la razón.

Cualquiera que sea el cambio que experimenten las opiniones de un hombre en el curso

de su vida, los principios establecidos sobre esta base serán siempre igual de

verdaderos, serán invariables como ella. Él los opondrá a las tentativas que se puedan

hacer para extraviarse, conservará su independencia y su rectitud, y no veremos el

espectáculo tan penoso de hombres que se imaginan cumplir sus deberes violando los

derechos más sagrados, y obedecer a dios traicionando su patria. Informe y proyecto de

Decreto sobre la organización general de la instrucción pública presentado en la asamblea

Nacional en abril de 1792.

En ese sentido, Condorcet elabora un programa de aprendizaje de la ciudadanía que se

desarrolla a lo largo de la segunda memoria. El autor preconiza para la educación cívica

un método razonado y activo que estimula la autonomía de los alumnos. En él, los

motivos de la acción moral están determinados por la combinación libre de preceptos

adquiridos por la razón y de sentimientos vividos. Al igual que Kant, piensa que en el

origen de la moralidad está el hábito, contraído en la infancia y desarrollado como

consecuencia de reflexionar sobre la sensibilidad y la razón. Asegura igualmente que los

Page 29: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

29

hombres son seres sensibles y, al razonar, son capaces de formar ideas y de reflexionar

sobre ellas: son los datos naturales de la moral.9

Los principios de la moral enseñados en las escuelas y en los institutos serán los que,

fundados en nuestros sentimientos naturales y en la razón, son propios por igual de

todos los hombres. La constitución, reconociendo el derecho que tiene cada individuo a

escoger su culto, estableciendo una igualdad completa entre todos los habitantes de

Francia, no permite admitir, en la instrucción pública, una enseñanza que, rechazando a

los hijos de una parte de los ciudadanos, destruiría la igualdad de las ventajas sociales, y

daría a dogmas particulares una ventaja contraria a la libertad de las opiniones. Informe

y proyecto de Decreto sobre la organización general de la instrucción pública presentado en la

asamblea Nacional en abril de 1792.

Para Condorcet, la manera más natural de conducir a un ser sensible y racional hacia la

elevación moral sigue la vía analítica. He aquí por qué la educación moral, en su primer

período, al dirigirse a niños muy pequeños, se limita a relatos y desecha las máximas

generales, que reserva para una edad más avanzada en la cual la instrucción se debe

preocupar por formar el hábito de utilizar la razón, de juzgar, de dudar, de mirar más

allá de sí mismo, porque elevan el espíritu y lo salvan de la estrechez. Por eso,

Condorcet no hace de la declaración de derechos un dogma inconmovible: no es más

que el resultado, o la expresión jurídica, de una reflexión filosófica que siempre es

bueno profundizar y revisar:

Un pueblo nunca gozará de una libertad constante, asegurada, si la instrucción en las

ciencias políticas no es general, si no es independiente de todas las instituciones

sociales, si el entusiasmo que excitáis en el alma de los ciudadanos no es dirigido por la

razón, si puede encenderse por lo que no sea verdad, si ligando al hombre por el hábito,

por la imaginación, por el sentimiento hacia su constitución, hacia sus leyes, hacia su

libertad, no le preparáis, por una instrucción general, los medios de llegar a una

constitución más perfecta, de darse mejores leyes y de alcanzar una libertad más entera.

Pues con la libertad, la igualdad, estos grandes objetos de meditaciones políticas, ocurre

como con las otras ciencias: existe en el orden de las cosas posibles un último término

al que la naturaleza ha querido que podamos acercarnos si cesar, pero que nos está

negando poder alcanzar nunca. Informe y proyecto de Decreto sobre la organización general

de la instrucción pública presentado en la asamblea Nacional en abril de 1792.

No quiero terminar esta aproximación al pensamiento de Condorcet sin enunciar, de

forma taxativa, algunas de las críticas que se le hizo al autor en el momento en que

presentó su propuesta en la Asamblea Nacional.

La primera crítica que se le hizo es que las memorias eran la expresión de un laicismo

radical, del liberalismo en su exaltación por la libertad y la subordinación de la igualdad

a ésta.

La segunda crítica estuvo centrada más bien en que resultaba contradictorio que, por un

lado, recomendara la no colegiatura de los maestros y que, por otra parte, incentivara la

sociedad de ciencias y artes, porque éstas tenían un profundo sentido corporativista.

9 De esta manera, Condorcet se emparentó con el empirismo racionalista que domina en el siglo XVIII.

Page 30: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

30

La tercera crítica era la excesiva independencia que reivindicaba para la instrucción

pública y el predominio de ésta por encima de la educación.

La cuarta crítica hecha a nuestro autor fue que el plan que estaba recomendando era un

plan excesivamente costoso para la nueva República.

La quinta y más fuerte crítica la recibió de Lepelettier, quien abogaba más bien por una

educación gratuita y sostenía que si se implementaba el plan propuesto por Condorcet,

se excluirían a aquellos niños cuyas familias no tuvieran la capacidad de financiar sus

estudios.

Page 31: Cinco memorias sobre la instrucción pública y otros escritos

31

Bibliografía

Bobbio, Norberto. (1987). Estado, gobierno, sociedad. Contribución a una teoría

general de la política. Barcelona, España: Plaza y Janés.

Bobbio, Norberto. (1991). El tiempo de los derechos. Madrid, España: Editorial

Sistema.

Condorcet, Jean Antoine-Nicolas de Caritat. (2001). Cinco memorias sobre la

instrucción pública. Madrid, España: Ediciones Morata.

Elias, Norbert. (1987). El proceso de la civilización. Investigaciones socio-genéticas y

psico-genéticas. Bogotá, Colombia: Fondo de Cultura Económica.

Ferry, Luc y otros. (1990). Filosofía política. De los derechos del hombre a la idea

republicana. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.

Furet, François. (1980). Pensar la revolución francesa. Barcelona, España: Ediciones

Petrel.

Kant, Inmmanuel. (1991). Pedagogía. Madrid, España: Editorial Akal.

Soriano, Graciela y Humberto Njaim. (1996). Lo público y lo privado. Tomo I.

Caracas, Venezuela: Fundación Manuel García Pelayo.

Algunas páginas web que facilitaron elementos biográficos del autor examinado:

http://www.eumed.net/cursecon/economistas/condorcet.htm

http://www.artehistoria.com/historia/personajes/6339.htm

http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2527