Cincuenta Razones Para Defender Las Corridas de Toros_francis Wolff

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  • 7/26/2019 Cincuenta Razones Para Defender Las Corridas de Toros_francis Wolff

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    Cincuenta razones para defender las

    corridas de toros

    Francis Wolff

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    Le gustan las corridas de toros?

    Sepa defenderl as!

    No le gustan las corridas de toros?

    Sepa comprenderlas!

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    http://www.torosdelidia.org.mx/noticias-actualidad/?cat=1&acc=1&noticia_id=914

    PREFACIO

    Desde hace algunos aos ha comenzado una nueva batalla contra la fiesta de los toros.Diversos tipos de prohibiciones han sido propuestos; han intentando por un ladorestringir el acceso de los menores, como en Francia o en el Pas Vasco, y por otro

    prohibir directamente las corridas de toros, como en Catalua. La restriccin, por elmomento, ha perdido, la prohibicin podra ganar un da de stos. Esta bruscamovilizacin antitaurina ha tenido como consecuencia, en Francia, la creacin de unaorganizacin que aglutina a todas las asociaciones (de aficionados, de profesionales ytambin de polticos) implicadas en la defensa de las corridas de toros, denominada elObservatorio Nacional de las Culturas Taurinas, cuya misin es la vigilancia

    permanente sobre las iniciativas antitaurinas: se ha convertido en el nico interlocutorlegtimo ante los poderes pblicos para tratar de estas cuestiones.

    En Catalua existe la Plataforma para la Promocin y Difusin de la Fiesta, quedesarrolla un trabajo anlogo pero en situacin de urgencia, dadas las amenazasinmediatas que se ciernen sobre las corridas de toros en esa comunidad. Y la Mesa delToro, formada inicialmente sobre todo por profesionales, es la que toma iniciativassimilares en todo el estado espaol, e incluso en la Comunidad Europea. Esta pequeaobra, que no tiene ningn afn comercial ni literario, nace con el propsito de contribuiral esfuerzo explicativo en defensa de las corridas de toros, que las mencionadasorganizaciones llevan a cabo.

    El nico objetivo es ofrecer un resumen de los principales argumentos a favor delmantenimiento de las corridas de toros en las zonas donde estn tradicionalmenteimplantadas. Muchos de los argumentos figuraban ya, de una u otra forma, en mi

    Filosofa de las corridas de toros, Bellaterra, 2008, donde propona desvelar el sentidoy los valores ticos y estticos de la tauromaquia. Este libro fue escrito en un poca enla que las campaas abolicionistas no haban comenzado abiertamente y, por tanto, notena el objetivo apologtico que algunos le han querido ver. Los argumentos paradefender las corridas de toros se encontraban pues dispersos entre propuestas msfundamentales. En el transcurso de las numerosas discusiones trabadas tras la aparicindel libro, qued clara la necesidad de que esos argumentos fueran recogidos ysistematizados en una pequea obra sinttica y accesible. Y es justamente lo que hemos

    hecho: rescatarlos y completarlos con aportaciones surgidas del desarrollo de esasdiscusiones. sta es la nica pretensin de este texto: un arma para una batalla quecreemos justa. Las corridas de toros no son slo un magnfico espectculo. No son slodisculpables sino que adems son defendibles porque son moralmente buenas.

    En las siguientes pginas, no hay ninguna explicacin sobre la historia de la fiesta, eldesarrollo de las corridas, la tcnica y la estrategia de la lidia, las caractersticas de lasdiferentes ganaderas de toros, ni de las diferencias entre las escuelas taurinas y losestilos de los toreros. Todo eso se encuentra fcilmente en excelentes obras. Tampocose encontrar aqu uno de los ms potentes argumentos a favor del mantenimiento de lafiesta de los toros en los pases taurinos: las razones econmicas. Aunque es cierto que,

    en Espaa, en el sur de Francia y en Amrica Latina, la fiesta taurina mantiene decenasde miles de empleos directos e indirectos y constituye una importante fuente de ingresos

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    para las administraciones estatales, regionales y locales, este argumento no vale nada silas corridas de toros fueran inmorales como, por ejemplo, lo son el trfico de drogas o elde animales de especies protegidas. Nos situamos en el exclusivo plano de los valores.Porque pensamos que si las corridas de toros desapareciesen de las regiones del mundodonde hoy son lcitas, sera una gran prdida tanto para la humanidad como para la

    animalidad.

    INTRODUCCIN: SENSIBILIDADES

    Slo hay un argumento contra las corridas de toros y no es verdaderamente unargumento. Se llamasensibilidad.Algunos pueden no soportar ver (o incluso imaginar)a un animal herido o muriendo. Este sentimiento es perfectamente respetable. Y no cabeduda de que la mayor parte de los que se oponen a las corridas de toros son seressensibles que sufren verdaderamente cuando imaginan al toro sufriendo. El aficionadotiene que admitirlo: mucha gente se conmueve, e incluso algunos se indignan con laidea de las corridas de toros. El sentimiento de compasin es una de las caractersticas

    de la humanidad y una de las fuentes de la moralidad. Pero los adversarios de lascorridas de toros tienen que saber que los aficionados compartimos ese sentimiento. Sinduda, esto es algo difcil de creer por todos aqullos que piensan sinceramente queasistir a la muerte pblica de un animal (lo que es un aspecto esencial de las corridas detoros) slo lo pueden hacer gentes crueles, sin piedad, sin corazn. Ah radica suirritacin, su arrebato, su animadversin a las corridas de toros. Es difcil de creer y sinembargo es absolutamente cierto: el aficionado no experimenta ningn placer con elsufrimiento de los animales. Ninguno soportara hacer sufrir, o incluso ver hacer sufrir,a un gato, a un perro, a un caballo o a cualquier otra bestia. El aficionado tiene querespetar la sensibilidad de todos y no imponer sus gustos ni su propia sensibilidad. Peroel antitaurino debe admitir tambin, a cambio, la sinceridad del aficionado, tan humano,tan poco cruel, tan capaz de sentir piedad como l mismo. Es difcil comprender la

    postura del otro pero hay que reconocer que, en cierto sentido, el aficionado tiene lasapariencias en contra. Por eso su posicin necesita una explicacin.

    La sensibilidad no es un argumento y sin embargo es la raznms fuerte que se puedeoponer contra las corridas de toros. El problema consiste en saber si es suficiente: lasensibilidad de unos puede bastar para condenar la sensibilidad de otros? Permiteexplicar el sentido de las corridas de toros y la razn por la que son una fuente esencialde valores humanos? Puede bastar para exigir su prohibicin?

    El autor de estas lneas garantiza que nunca ha podido soportar el espectculo del pezatrapado en el anzuelo del pescador de caalo que efectivamente es una cuestin desensibilidad. Pero nunca se le ha pasado por la cabeza condenar la pesca con caa nitampoco tratar al pobre pescador de sdico y an menos exigir a las autoridades

    pblicas la prohibicin de su inocente ocio, que ofrece probablemente grandes placeresa los amantes de esa actividad. (Sin embargo, se sabe perfectamente que los pecesheridos sufren agonizando lentamente en el cubo, e indudablemente ms que el toroque pelea. Pues bien La fiesta de los de toros suscita en los detractores ms motivosde indignacin y, sobre todo muchos ms fantasmas insoportables, que el eventualsufrimiento objetivo del animal). Tenemos tambin algunas razones para pensar que la

    pesca deportiva con caa ni tiene el mismo arraigo antropolgico ni es portadora de

    valores ticos y estticos tan universales como la fiesta taurina.

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    Una cosa es extraer las consecuencias personales de la propia sensibilidad (por eso, yono voy de pesca) y otra muy distinta es hacer de dicha sensibilidad un estndar absolutoy considerar sus propias convicciones como el criterio de verdad. sa es la definicinde la intolerancia. Cada cual es libre de convertirse al vegetarianismo, o incluso a lavida vegana: nadie prohbe a nadie abrazar ese modo de vida y las creencias que lo

    acompaan. Pero otra cosa es quererprohibirel consumo de carne y de pescado, inclusode leche, de lana, de cuero, de miel y de todo lo que proviene de la explotacin de losanimales. De igual manera una cosa es prohibirse a s mismo ir a las plazas de toros yotra muy distinta es querer prohibir el acceso a los dems!

    De igual manera que el aficionado no debera hacer proselitismo o intentar exportar lafiesta de los toros fuera de sus zonas tradicionales, el antitaurino no debera hacerdemostracin de intolerancia intentando prohibir las corridas de toros all donde estnvivas. Por lo que en estas pginas slo pediremos al lector, sea el que sea, dos cosas:escuchar las sensibilidades y respetar los argumentos.

    Es evidente que la mayora de la poblacin de los pases o regiones concernidas(Espaa, Francia, Portugal y Amrica latina) no es ni aficionada ni antitaurina. Esglobalmente indiferente y estima que hay otras causas que defender antes que la de lafiesta taurina (la gente tiene generalmente otras pasiones) o la del bienestar de los torosde lidia (ya hay bastantes desgracias en la tierra). En ese sentido, los toros ocupan unode los ltimos lugares en la lista de las preocupaciones de los militantesseriosde lacausa animal cuando los comparan con la ganadera industrial, el trfico internacionalde animales, ciertas condiciones de transporte y de experimentacin animal Entre los

    pocos que conocen la fiesta, aunque sea superficialmente, muchos de ellos estiman quelos (supuestos) maltratos achacables a las corridas no tienen parangn con lasverdaderas urgencias y los verdaderos escndalos de la causa animal. Este no es el lugardonde establecer la lista. Incluso algunos tericos serios de esta causa confiesan, eso scon la boca pequea, que las corridas de toros no son ms perjudiciales para los torosque lo seran las carreras hpicas para los caballos. (Por los mismos motivos, se

    prohibiran las carreras de caballos? Qu quedara entonces del ltimo vnculo entre elhombre y el caballo?)

    La desgracia es que en la actualidad prolifera una cierta moda oportunista, vagamentenaturalista, vagamente compasiva, vagamente verde, vagamente victimista y sobretodo completamente ignorante tanto de la naturaleza animal como de la realidad de lascorridas de toros. Esta coyuntura suscita simpata con cualquier causa animal de manera

    tan espontnea como irreflexiva y por tanto despierta la antipata inmediata contra lafiesta de los toros. As, para un gran nmero de personas, no es cierto que las corridasde toros son ese espectculo brbaro donde se matan en pblico pobres animalitos?Entonces, para garantizar el xito de las campaas antitaurinas, basta con que unoscuantos militantes exaltados recurran a algunas imgenes impactantes de la televisin, aalgn eslogan (tortura!) y a alguna injuria (sdicos!) simplistas.

    En el fondo, lo ms sorprendente es la pasin absolutamente desenfrenada que suscitanlas corridas de toros y que est en total desproporcin con lo que suponen. Inclusoaceptando las acusaciones ms graves y ms falsas de sus detractores (justamente lo queintentaremos refutar en las pginas siguientes) se debera imparcialmente convenir que

    el pretendido malcausado a los animales (durante unos pocos minutos a unas pocasbestias que han vivido previamente de manera tranquila y libre durante cuatro aos) es

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    incomparable con las condiciones de vida (si es que podemos llamar a eso vida) de lamayora de animales que se cran para el consumo humano, y que apenas suscitanalguna puntual reprobacin y nunca potentes movimientos de indignacin o de rechazo.(Y no hablaremos de todos los sufrimientos, aflicciones, penas, frustraciones,calamidades, carencias, privaciones, miserias, desgracias de todo gnero que afectan a

    los hombres del mundo que son moralmentede un peso infinitamente superior al delmalestar animal y que provocan impotentes protestas rpidamente olvidadas).

    En Francia, los periodistas radiofnicos confiesan que hay dos temas de los que no sepueden ocupar, a pesar de todas las precauciones tomadas, sin recibir miles de cartas deprotesta trufadas de injurias y terribles acusaciones de haberse vendido al lobbyadverso. Estos asuntos son las corridas de toros y el conflicto palestino-israel Davergenza este paralelismo, pero las pasiones humanas son as! Muchas razones

    pueden explicar que los toros provoquen pasiones incontestablementedesproporcionadas en relacin a la causa animal y sobre todo en relacin a lasdesgracias del mundo. A continuacin intentaremos detallar algunas. El objeto de las

    ms fuertes emociones colectivas es siempre irracional. Estas emociones entroncanantes con los males espectaculares y quimricos, siempre que impresionen laimaginacin, que con las grandes desgracias reales. Esto es as tanto en la causa animalcomo en la causa, mucho ms trascendente, de la humanidad.

    Un militante honesto de la causa animal, discpulo del filsofo utilitarista Peter Singer,autor del best-sellerLiberacin animal, me dijo un da: el criterio esencial del bienestaranimal, el nico por el que deberamos luchar, reside en las condiciones de vida. Yhabr que convenir que, desde este punto de vista, las corridas de toros podran recibiruna certificacin de buena conducta de las asociaciones ms exigentes de defensa de losanimales.

    Se encontrarn en las pginas siguientes tres tipos de argumentos. Primero los queresponden a las acusaciones ms graves que se formulan contra la fiesta de los toros(argumentos [1]a [18]). Sin embargo, aunque las corridas de toros no fueran esa

    prctica abominable que sus detractores imaginan o quieren hacer creer, eso no bastarapara hacer de ellas algo bueno, bello o incluso interesante. Hay que poner en evidenciasus valores (argumentos [19]a [43]). Finalmente, conviene preguntarse: las campaasanimalistas contra la fiesta taurina no son potencialmente peligrosas tanto para nuestroconcepto de humanidad como para nuestro concepto de animalidad (argumentos [44]a[50])?.

    SON TORTURA LAS CORRIDAS DE TOROS?

    Calificar las corridas de toros como tortura se ha convertido en un eslogan corrientepara los militantes de la causa antitaurina. Todo detractor serio de la fiesta de los torostendra que avergonzarse de semejante ofensa. Salvo que se acepte traicionar elsignificado de las palabras. Qu es torturar? Es hacer sufrir voluntariamente a un serhumano indefenso, ya sea por puro placer (cruel o sdico), ya sea para obtener algn

    beneficio como contraprestacin de ese sufrimiento (una confesin, una informacin,etc.). Por estas cinco razones, las corridas de toros se oponen radicalmente a la tortura.

    [1] Las corridas de toros no tienen como objetivo hacer sufrir a un animal

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    La tortura tiene como objetivo hacer sufrir. Que las corridas de toros impliquen lamuerte del toro y consecuentemente sus heridas forma parte innegablemente de sudefinicin. Pero eso no significa que el sufrimiento del toro sea el objetivode hechono ms que la pesca con caa, la caza deportiva, el consumo de langosta, el sacrificiodel cordero en la fiesta grande musulmana o en cualquier otro rito religioso. Estas

    prcticas no tienen como objetivohacer sufrir a un animal, aunque puedan tener eseefecto. Si se prohibieran todas las actividades humanas que pudieran tener como efectoel sufrimiento de un animal, habra que prohibir un importante nmero de ritosreligiosos, de actividades de ocio, y hasta de prcticas gastronmicas, incluyendo elconsumo normal de pescado y carne, que implica generalmente estrs, dolor eincomodidad para las especies afectadas.Las corridas de toros no son ms tortura que la pesca con caa. Se pescan los peces pordesafo, diversin, pasin y para comrselos. Se torean los toros por desafo, diversin,

    pasin y para comrselos.

    [2] Las corridas no tendran ningn sentido sin la pelea del toro

    Torturar a un hombre, e incluso a un animal, es hacerlo sobre un ser con las manos y lospies atados, y, en cualquier caso, privado de la posibilidad de defenderse. Y eso, no solono sucede en la lidia sino que adems sera contrario a su sentido, su esencia y susvalores. La palabra corrida procede de correr: es el toro el que debe correr, atacar y portanto pelear. Lo que interesa a los aficionados es, primero, y para muchos sobre todo, la

    pelea del toro. Lo que da sentido a la lidia es la acometividad del animal, su peculiarmanera de embestir, de atacar o defenderse, es decir supersonalidadcombativa. Sin lalucha del toro, su muerte y las diferentes suertes del toreo careceran de valor. Si el torofuera pasivo o estuviera desarmado, la lidia no tendra ningn sentido. De hecho, nosera una corrida sino una vulgar carnicera (y por tanto no habra razn alguna parahacer de ella un espectculo). Por ejemplo, las reglas de la ejecucin de la suerte devaras tienen como principio director que el toro acometa al picador y vuelva a hacerlo,motu proprio. Debe embestir una y otra vez sobre su adversario alejndose de su propioterreno natural, que es el lugar donde se siente ms seguro porque nada le amenaza.Durante toda la suerte debe tener la posibilidad de escoger entre la huda o la pelea.Por decirlo de manera ms directa, la ejecucin de la suerte de varas tiene como

    principio que la herida del animal sea el efecto de su instinto combativo y laconsecuencia de su propia pelea. Esto es justamente lo contrario de la tortura!

    [3] Las corridas de toros no tendran ningn sentido sin el riesgo de la muerte del

    torero

    Torturar a un hombre, e incluso a un animal, no es nicamente hacerlo sobre un ser sinposibilidad de defenderse, es hacerlo con total tranquilidad y sin asumir el ms mnimoriesgo. Somos capaces de imaginar un torturador herido o matado por su torturado?Evidentemente, no. Entonces el sentido, la esencia y el valor de la corrida descansansobre dos pilares: el primero es la lucha del toro que no debe morir sin haber podidoexpresar, de la mejor manera, sus facultades ofensivas o defensivas (argumento [2]); elsegundo pilar, simtrico del primero, es el compromiso del torero, el cual no puedeafrontar a su adversario sin jugarse la vida. Ninguna corrida tendra inters sin ese

    permanente riesgo de muerte del torero. De nuevo, esto es justamente lo contrario de latortura!

    [4] Si un toro fuera torturado huira!

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    La lidia no pretende torturar a un animal indefenso, sino ms bien al contrario consisteen hacer pelear a un animal naturalmente predispuesto para la lucha (de ah el nombrede toro de lidia, ver argumento [7]). Tenemos dos comprobaciones empricas evidentes:si se le hiciera la prueba del puyazo a cualquier otro animal (un buey o un lobo), huirainmediatamente, puesto que la fuga es la reaccin inmediata de cualquier mamfero ante

    una agresin. Sin embargo, el toro de lidia, lejos de huir, redobla sus acometidas.Segunda comprobacin: cuando se le hace sufrir a un toro de lidia una verdaderatortura (por ejemplo, una descarga elctrica como es el caso de algunas vallaselectrificadas), se escapa y huye. Este comportamiento es justamente el contrario al desu reaccin normal durante la pelea en el ruedo.

    [5] Hablar de tortura no es confundir al hombre con el animal?La tortura es una de las ms abominables prcticas del mundo. Sea cual sea su finalidad,no puede ser nunca justificada. Llamar a cualquier cosa tortura, y especialmente hacerlocon las corridas de toros, no es ms bien banalizar el uso de la palabra y as atenuar lacondena sin remisin de esta innoble prctica? (Y eso por no referirnos a todos aquellos

    que se rebajan a aludir al nazismo, no estaramos cerca de una forma denegacionismo?). Queriendo agravar el supuesto maltrato del toro que pelea, recurriendoa una palabra destinada a impactar en la imaginacin no estn corriendo el riesgo dehacer ms benigna la verdadera tortura? Sera tanto como decir que la insoportable einterminable tortura del impotente prisionero poltico que se halla en el fondo de unacelda, es lo mismo que la pelea de un animal bravo en el ruedo. No constituye esto unautntico insulto a todos los torturados del mundo?.

    El sufrimiento del toroSin embargodirn los escpticossigue quedando claro que el toro sufre durante lalidia y por tanto, es insoportable! No sabemos demasiadas cosas sobre el dolor animal,que sin duda existe, hecho que no implica que podamos compararlo con el sufrimientohumano, ya que en el animal es instantneo y no va acompaado de la concienciareflexiva que aumenta el desamparo. Tampoco podemos olvidar que, en el mundoanimal, el dolor tiene esencialmente un valor positivo y un sentido utilitario: poner enmarcha la reaccin adaptada, que consiste generalmente en evitarlo o rehuirlo. Qu eslo que podemos saber del sufrimiento del toro durante la lidia?

    [6] El estrs del toroPara un hombre del siglo XXI, el dolor es el peor de todos los males pues le dejacompletamente impotente. Para ciertos animales, algunos males son peores que el dolor,

    por ejemplo, el estrs que experimentan cuando se encuentran en una situacininsoportable o un entorno inadaptado a su organismo. Los estudios experimentales delprofesor Illera del Portal, Director del Departamento de Fisiologa Animal de la facultadde Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, han demostrado (a travs dela medida de la cantidad de cortisol producida por el organismo) que el toro de lidiasufre ms estrs durante su transporte o en el momento de salir al ruedo que en eltranscurso de la lidia; y que incluso el estrs disminuye en el curso de la pelea. Es lo queya sabana su maneralos ganaderos y lo que confirma el simple sentido comn.Para un animal como el toro de lidia, habituado a vivir en libertad en grandes espacios yresponder a las amenazas de su territorio con el ataque sistemtico, la contencin esmucho ms difcil de soportar que la lucha. En el ruedo, el toro reencuentra su familiar

    propensin a la defensa del territorio en contra del intruso.

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    [7] La adaptacin fisiolgica del toro a la lidia El toro de lidia (Bos taurus ibericus) no es para nada un apacible rumiante. Es una muyespecial variedad de bovino, lejano descendiente del uro, que vivi ms o menos enestado salvaje hasta el siglo XVIII y que estaba dotado de un instinto de defensa de suterritorio muy desarrollado, una forma de fiereza. El auge de las corridas de toros

    permiti la creacin de grandes ganaderas en las que los toros eran y son criados encondiciones de libertad para preservar esa acometividad natural, a la cual se le aadiun proceso selectivo en funcin de la aptitud de cada ejemplar para la lidia. Estas doscondiciones, la natural y la humana, crearon un animal original, una especie de atletadel ruedo, dotado de bravura, es decir, de una capacidad ofensiva para el ataquesistemtico contra todo lo que pueda presentarse como una amenaza, y muyespecialmente la intromisin en su territorio. Esta agresividad se observa desde elnacimiento: basta con ver un becerro recin nacido dando cornadas (imaginarias, claro)al hombre que se le acerca. Se manifiesta tambin entre los propios toros (las peleas porla jerarqua son frecuentes) e innegablemente contra el hombre, que no debenormalmente acercarse a ellos, sobre todo si estn solos o aislados. Por eso no

    sorprende que los estudios de laboratorio del ya citado Juan Carlos Illera del Portalhayan demostrado que este animal, particularmente adaptado para la lidia, tengareacciones hormonales nicas en el mundo animal ante el dolor (quele permitenanestesiarlo casi en el mismo momento en que se produce), especialmente debido a lasegregacin de una gran cantidad de beta-endorfinas (opiceo endgeno que es lahormona encargada de bloquear los receptores del dolor), sobre todo, cuando se produceen el transcurso de la lidia. Otro descubrimiento que demuestra la singularidad del torode lidia en relacin a las dems razas de bovinos es la talla del hipotlamo (parte delcerebro que sintetiza las neurohormonas que se encargan especialmente de la regulacinde las funciones de estrs y de defensa) que es un 20% mayor que el de los dems

    bovinosdato que es considerable. Todo esto no hace sino explicar las causasfisiolgicas de un comportamiento que cualquier ganadero de toros de lidia o cualquieraficionado conoce (pero que ignoran todos los profanos) y que hace posible la lidia: eltoro bravo, en lugar de sentir el dolor como un sufrimiento, lo siente como unestimulante para la lucha. Se transforma inmediatamente en una excitacin agresiva.

    [8] Dolor y lidiaYa hemos dicho (ver argumento [4])que, al contrario de los dems animales, el toro delidia no reacciona a las heridas huyendo sino atacando. Es el nico animal que, herido

    por los puyazos, vuelve a la carga para atacar al picador en lugar de huir de l (siendo lafuga la respuesta normal, naturalmente adaptada, al dolor). Sin embargo, esta reaccin

    es perfectamente natural en un animal genticamente predispuesto para el combate.Sabemos que en el ser humano sucede algo parecido. Miles de testimonios de soldadosheridos lo confirman. Ellos explican no haber notado nada, o casi nada, de las gravesheridas recibidas a causa del fragor del combate. Esto mismo les ocurre a algunostoreros cuando reciben una cornada, que comienzan a sufrir despus de acabada la lidia.Cunto ms verdad es en el caso de un animal fisiolgicamente dotado y genticamenteseleccionado para la lidia, y que no deja de combatir, mientras le reste un hilo de vida!

    [9] Pero el toro no quiere luchar!A veces se contesta a los argumentos precedentes con tal sentencia: el hombre (eltorero) lucha si quiere, elige arriesgar su vida; el animal, por el contrario, no elige el

    combate sino que est condenado a la lucha y a la muerte. Respondo: es cierto. Peroes que los animales en general no eligen conscientemente una u otra conducta! Es

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    decir, no se marcan un objetivo en su mente al que intentaran llegar por tal o cualmedio requerido. Muy al contrario, actan de manera conforme a su naturalezaindividual o a la de su especie. De esta forma, un toro que acomete, que ve en cualquierintruso un adversario que debe expulsar y que ataca a un hombre que no le ha hechonada malo, no acta por eleccin o por voluntad consciente y clara, sino que su

    comportamiento obedece a su naturaleza, a su carcter, a la bravura que est en l.Sin lugar a dudas, el toro no quiereluchar, pero no es porque sea contrario a sunaturaleza el luchar(bien al contrario!) sino porque lo que es contrario a su naturalezaes el querer!

    [10] Pero la lucha es desigual: el toro siempre muereAnte esta aseveracin, respondo: la lidia es una lucha con armas iguales, la astuciacontra la fuerza, como David contra Goliat. Es tambin una lucha con suertes desiguales

    puesto que ilustra la superioridad de la inteligencia humana sobre la fuerza bruta deltoro. Pero, entonces, qu pretenden? Que las posibilidades del hombre y del animalfuesen iguales, como en los juegos del circo? Pero, si muriera unas veces uno y otras

    veces otro sera ms justa la lidia? En absoluto! Sera, en todo caso, ms brbara. Lacorrida de toros no es una competicin deportiva en la que el resultado habra de quedarimprevisible. Es una ceremonia en la que el final se conoce de antemano: el animal debemorir, el hombre no debe morir (aunque puede suceder, que un torero muera de maneraaccidental, y que un toro, de manera excepcional sea indultado por su bravura). Esta esla moral de la lidia.Pero que sea desigual no significa que sea desleal. Justamente, la demostracin de lasuperioridad de las armas del hombre sobre las del animal slo tiene sentido si dichasarmas (el trapo, los pitones, la fuerza) son potentes y no han sido mermadasartificialmente. Esta es la tica taurmaca: una lucha desigual pero leal.

    La muerte del toroCuando los argumentos que giran alrededor del dolor del toro comienzan a agotarse, eldetractor de la fiesta escoge el nervio central de la lidia: la muerte. Preguntan: por qumatar al toro? Tenemos derecho a hacerlo? Es necesario? Esta protesta sincera contrala muerte del toro se formula de manera confusa. No se sabe bien lo que se condena: elacto de matar un animal? El hecho de matarlo para algo diferente de comrselo (comosi el toro no nos lo comiramos, y como si comer fuera la finalidad ms elevada y lams defendible)? O el hecho de matarlo en pblico? Habitualmente es este ltimo

    punto el que genera el mayor malestar, en la imaginacin de la gente. No el acto en s,sino su publicidad. Estamos rozando lo irracional. Nos damos cuenta de que, tras la

    defensa del animal, se disimula un malestar ante la visibilidad de la muerte. Novaldra ms ocultarla?

    [11] Tenemos derecho a matar animales?El respeto absoluto de la vida humana es uno de los fundamentos de la civilizacin. Nosucede lo mismo con la idea de respeto absoluto hacia la vidaen general. De hecho seracontradictorio con la idea misma de vida: la vida se alimenta sin cesar de la vida. Unanimal es un ser que se alimenta de sustancias vivas, sean vegetales o animales.Proclamar por tanto que todos los seres vivos tienen derecho a la vida es un absurdo yaque, por definicin, un animal slo puede vivir en detrimento de lo viviente. Losanimales se matan entre ellos para cubrir sus necesidades, y no exclusivamente

    nutritivas (contrariamente a lo que comnmente se cree), a veces lo hacen poragresividad, por juego, o por instinto de caza (como en los casos del gato, del zorro, o

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    de la orca) De la misma forma, los hombres siempre han matado animales: bien,porque tenan la necesidad de hacerlo para deshacerse de bestias dainas (portadoras deenfermedades o causantes de plagas), bien, para satisfacer sus necesidades, nutritivas ode cualquier otro tipo: cuero, lana, etc.; bien, por razones culturales o simblicas(sacrificios religiosos, demostraciones cinegticas, juegos agonsticos). Pero lo propio

    del hombre, que le diferencia de los dems animales, es lo siguiente: cuando mata unanimal respetado (y no una bestia daina de la que tiene la obligacin de deshacerse), elacto de darle muerte va generalmente acompaado (en las sociedades tradicionales orurales) de un ritual festivo o de una ceremonia expiatoria. Hay una excepcin a estaregla: la muerte mecanizada, estandarizada e industrializada de los mataderos. sta esfra, silenciosa, ocultada ypor decirlo de alguna formavergonzosa, que es lo quecaracteriza a nuestras sociedades urbanas. La corrida de toros satisface al mismo tiempolas necesidades fsicas (el toro es comestible) y simblicas (las corridas de toros son uncombate estilizado y una ceremonia sacrificial). Y, al contrario del matadero industrial,siempre van acompaadas de todas las marcas de respeto tradicional hacia el animal:ritual regulado precediendo al acto y recogido silencio en el momento de la muerte. La

    pregunta del derecho a matar animales se plantea por tanto mucho ms en el caso delmatadero industrial que en el de la muerte del toro en el ruedo.

    [12] Por qu matar a los toros?La muerte del toro es el fin necesariode la corrida. Podramos enumerar razonesutilitaristas. El toro est destinado al consumo humano y en ningn caso puede volver aservir para otra corrida, porque en el transcurso de la lidia ha aprendido demasiado, seha convertido en intoreable. Pero esto no es lo esencial. Las verdaderas razones sonsimblicas, ticas y estticas. Simblicamente, una corrida es el relato de la luchaheroica y de la derrota trgica del animal: ha vivido, ha luchado, y tiene que morir.ticamente, el momento de la muerte es el instante de la verdad, el acto msarriesgado para el hombre, en el que se tira entre los cuernos intentando esquivar lacornada gracias al dominio tcnico que ha adquirido sobre su adversario en el desarrollode la lidia. Estticamente, la estocada es el gesto que finaliza el acto y hace nacer laobra; la estocada bien ejecutada, en todo lo alto y de efecto inmediato confiere a lafaena la unidad, la totalidad y la perfeccin de una obra.Estas tres razones son las que dan sentido a las corridas de toros.

    [13] Pero al menos se podra no matar al toro en pblico, tal como prescribe la ley

    portuguesa?

    Hemos recordado ms arriba las razones esenciales (simblicas, estticas y ticas) de la

    muerte pblica, fin necesario de la ceremonia sacrificial. Por otra parte es un error creerque una muerte ocultada sera menos cruel para el animal. Es ms bien lo contrario.Un toro que sale vivo del ruedo tendr que esperar largas horas antes de ser llevado almatadero donde ser abatido por el carnicero. Dejar al animal malherido y confinado enun espacio reducido sin opcin a la lucha, s que sera un autntico calvario para l (verargumento [8]). La nica beneficiada de esta solucin sera la hipocresa: lo que no seve no existe. (Tapemos la sangre y la muerte, lo esencial es que no se vean!)

    [14] Todas las tauromaquias implican el respeto al toroLa corrida de toros es una de las formas de tauromaquia. Existen cientos, de las que

    perviven unas cuantas decenas. En todas las sociedades donde han vivido toros bravos

    ha existido alguna forma de tauromaquia, ora deporte, ora rito (en ocasiones ambos a lavez), ora caza solitaria, ora espectculo de una lucha, ora gratuito desafo del hombre al

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    animal, ora sacrificio ofrecido por los hombres a los dioses. El punto comn de todas lastauromaquias es que ellas denotan la fascinacin y la admiracin que ejercen, en todotipo de culturas, el toro y su poder, sea real o simblico. El toro se transforma en elnico adversario que el hombre encuentra digno de l. Es el animal con el que se puedemedir con orgullo y que por consiguiente lo afronta con la lealtad que se debe a un

    adversario a su medida. Podramos demostrar nuestro propio poder ante un adversarioal que desprecisemos y maltratsemos? En todas las tauromaquias, al animal se lecombate con respeto y no se le abate como a un bicho daino, ni se le mata de cualquiermanera como a una simple mquina de produccin crnica.

    [15] La norma taurmaca consiste en afirmar que no se puede matar al animal sin

    arriesgar la propia vidaPrueba fehaciente del respeto hacia el toro es que en la corrida slo se puede dar muerteal toro poniendo el torero en peligro su propia vida. El deberde arriesgar la propia vidaes el precio que uno tiene que pagar para tener el derechode matar al animal. Lo quehace posible la necesidad de la muerte del toro (ver argumento [10]) es la posibilidad

    siempre necesaria de la muerte del torero. La mayora de normas que ilustran la ticataurmaca se inspiran en esta norma esencial: engaar al toro para no resultar cogido

    pero exponiendo siempre el cuerpoal riesgo de la cornada.A la inversa, si se vence sin peligro se triunfa sin gloria.

    [16] El toro no es abatido, tal como lo atestigua el ritual taurmaco. La corrida de toros no sera nada sin su ritual. Desde el pasello inicial hasta las mulillasque arrastran el cadver del toro, todos los actos, todos los gestos, todas las actitudes delos actores intervinientes estn ritualizados y tienen su sentido. El ritual porta dosfinalidades. Proteger simblicamente los actos de un hombre que arriesga su vida decualquier accidente imprevisible, al rodearlos de una tranquilizadora barrera repetitiva.Envolver con un ritual festivo y trgico a la vez los momentos en los que se juega lavida de un animal respetado (ver argumento [11]) y por lo tanto singularizado. Al torose le distingue como un ser vivo individualizado, que cuenta con un nombre propioconocido por todos y con una procedencia genealgica sabida por los aficionados, y alque muchas veces se le aplaude por su belleza, se le ovaciona por su combatividad, eincluso se le aclama como a un hroe.Alguien hablaba de desprecio o de crueldad? Habra que hablar de admiracin (verargumento [26])

    [17] El toro no es abatido, se le respeta en su propia naturaleza

    El toro de lidia es un animal bravo, lo que significa que es por naturaleza desconfiado,taciturno y agresivo. Esta natural combatividad no tiene nada que ver con la deldepredador azuzado por el hambre, puesto que el toro es un herbvoro, ni tampoco estvinculada con un instinto sexual, pues se manifiesta tambin ante individuos de otrasespecies. Para un animal como ste, una vida conforme a su naturaleza salvaje,rebelde, indmita, indcil, insumisa, tiene que ser una vida librepor tanto la mejor

    posible. Y as, una muerte conforme a su naturaleza de animal bravo tiene que ser unamuerte en lucha contra aqul que cuestiona su propia libertad, es decir, contra aquel servivo que le disputa en su terreno su supremaca. ste es el drama que se muestra en elredondel: el toro libra su ltimo combate para defender su libertad. Sera ms conformea su bravura y a la propia naturaleza del toro vivir esclavizado por el hombre y morir en

    el matadero como un buey de carne?

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    [18] La mejor de las suertes?Es debido a un proceso de identificacin por lo que el animalista slo es capaz deimaginar al toro como chivo expiatorio del hombre. Tambin dicho proceso hace quealgunos lo vean como vctima y no como combatiente. As, puestos a identificarse conel toro propongamos a esos animalistas que se identifiquen con otras especies bovinas y

    pidmosles que elijan cul es la mejor de las suertes: la del buey de tiro, la del ternerode carne (criado normalmente en batera y muerto a corta edad) o la del toro de lidia:cuatro aos de vida libre a cambio de quince minutos de muerte luchando. Entonces la

    pregunta sera: con quin quiere usted identificarse?

    Los toros y el medio ambienteIgual que la pera, el flamenco o el ftbol, los toros no son ni de derechas ni deizquierdas. Sin embargo, algunos partidos deberan reconocer en la fiesta de los torossus propios valores: me refiero a los partidos verdes o ecologistas. Lo decepcionantees que normalmente estn impregnados de una ideologa animalista nada ecologista, yentre sus militantes hay pocos que conozcan la realidad de la vida del toro en el campo

    y la de su muerte en el ruedo.Se confunde animalismo con ecologa. Y sin embargo, lo uno es lo opuesto de lo otro.Ocurre que numerosos ecologistas olvidan sus propios valores para abrazar losvalores animalistas, que son contrarios. Defender el equilibrio de las especies y laconservacin de los ecosistemas no tiene nada que ver con el hecho de ocuparse de lamuerte de cada animal considerado individualmente y an menos con el sufrimientoindividual de todos los animales que pueblan los ocanos, las montaas y los bosquesdel mundo. No se puede al mismo tiempo salvar a la especie leopardo y preocuparse

    por el sufrimiento de las gacelas. No se puede al mismo tiempo salvar a la especieoveja y preocuparse por la suerte individual de los lobos hambrientos (la afirmacininversa tambin es cierta). No se puede alimentar a las palomas (por sentimientoanimalista) y preocuparse por sus plagas (por razones ecologistas). Hay que elegir: laecologa o el animalismo. La fiesta de los toros est radicalmente en el bando de laecologa.Por las cuatro siguientes razones.

    [19] Una de las ltimas formas de ganadera extensiva en EuropaDefender la fiesta de los toros es apostar por una de las ltimas formas de ganaderaextensiva que existen en Europa, en la que cada animal dispone de una extensin de 1 a3 hectreas de terreno. Puede alguien mejorar esa realidad tratndose de animalesdomsticos? Si se suprimen las corridas de toros muchas de esas tierras hoy destinadas

    al toro de lidia se entregaran al uso de la agricultura intensiva o industrial. No deja deser curiosa la inversin de valores: en la poca de la mercantilizacin de lo viviente, dela cra de bovinos en autnticas fbricas de filetes, de la produccin en cadena de

    pescados estandarizados, algunos se indignan por las condiciones de vida y de muertede los toros de lidia.

    [20] Un ecosistema nicoEsta ganadera extensiva, preservada de la mecanizacin indiscriminada gracias al amor

    por el toro y a la abnegacin personal de algunos ganaderos (que a buen seguro tendranmucho ms inters -econmico- en fabricar carne en ganadera intensiva) slo se

    puede hacer en unos espacios y unos pastos nicos: la dehesa en Espaa (de Salamanca

    a Andaluca), en Portugal (en el Ribatejo), y en Francia (en la Camarga). Gracias a lapresencia del toro de lidia, estos espacios son autnticas reservas ecolgicas de

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    incomparable riqueza de flora y de fauna (jabal, lince, buitre, cigea, etc.) similar a lade los grandes parques naturales protegidos. (En el caso de La Camarga nos podemosreferir, por ejemplo, a los trabajos del equipo de Bernard Picon y en especial a su libroEl espacio y el tiempo en La Camarga). Esto lo saben bien los eclogos, que nodeben ser confundidos con algunos tericos de la ecologa poltica.

    http://cultoro.com/390/19-23-cincuenta-corrida-defender-razones-toros

    [21] Defensa de la biodiversidad

    Un verdadero ecologista defiende la biodiversidad y lucha contra la desaparicin de lasespecies. Los animalistas que hoy batallan por la prohibicin de la fiesta de los torosluchan, muchas veces sin ser conscientes de ello, por la desaparicin de los toros delidia (Bos taurus ibericus). Esta variedad nica de toro salvaje preservada en Europadesde el siglo XVIII gracias a las grandes ganaderas estara condenada al matadero sise suprimieran las corridas de toros. Con lo cual, para salvar la especie (o la variedad) es

    necesario "sacrificar" algunos toros en el ruedo. El animalista querra "salvar" a esosejemplares del destino que les espera. Pero cmo sera eso posible sin condenarlos, aellos y a todos los dems, al matadero?

    Qu haramos con todas esas vacas, erales, becerros, que hoy viven exclusivamentepara posibilitar que unos cuantos toros adultos sean lidiados en el ruedo? En efecto, esnecesario contar con una ganadera de unas trescientas cabezas de ganado para"producir" anualmente tres corridas de seis toros adultos, (cuatro aos). (A esto, elantitaurino generalmente contesta que no siendo el toro de lidia, en la estricta acepcin

    biolgica del trmino, una especie sino solo una "variedad" su patrimonio gentico notendra que ser protegido: pero podramos deshacernos de los perros con el pretexto deque tenemos lobos, o viceversa?)

    Supongamos que, aguijoneado por estos argumentos, el animalista insista en su empeode pretenderse "ecologista" y vuelva a las consideraciones morales sobre la necesidadde reducir el "sufrimiento" animal. Preguntmosle entonces:

    disminuira verdaderamente el sufrimiento animal si se suprimiesen las corridas detoros? (Claro, si suprimimos todos los individuos de una determinada poblacin, de un

    plumazo suprimiremos sus "sufrimientos". Pero a nadie se le escapa que esto es unsofisma). Pero, sigamos con ese razonamiento "utilitarista": qu pasara con todas esas

    vidas libres (y por tanto "mejores" que las de la mayor parte del resto de animales queviven bajo la dominacin del hombre) de esos centenares de miles de bestias(sementales, vacas, utreros, aojos, becerros) que disfrutan actualmente de unavida conforme a su naturaleza y que no mueren en el ruedo? (De unos 200.000 animalesque viven actualmente en las ganaderas destinadas a la lidia, slo el 6% muere en elruedo). Cmo contabilizar la prdida de su existencia y de calidad de vida si sesuprimieran las corridas de toros? Vayamos ms lejos y volvamos a los doce mil torosque mueren cada ao en los ruedos: estamos seguros de que disminuiramos sussufrimientos privndoles de una buena vida si se suprimieran las corridas de toros? Yfinalmente estamos seguros de que disminuiramos los sufrimientos de los torosdestinados a la corrida si se les privase de la corrida? (ver argumento [18])

    [22] Respeto de la naturaleza del animal

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    Una ltima consideracin ecologista: el toro de lidia es el nico animal criado por elhombre que vive y muere conforme a su naturaleza (ver argumento [17]).

    Esto no es fruto del azar, sino la consecuencia misma del sentido de la corrida ya questa exige la bravura del toro. Es un caso nico de ganadera que debe respetar

    necesariamente las exigencias de la vida salvaje del animal (territorio, alimentacin,coexistencia de las cras con sus progenitores, etc.) precisamente porque hay quepreservar lo ms intacto posible el instinto natural de agresividad, defensa del territorioy desconfianza ante cualquier intruso, especialmente ante el hombre. El toro de lidia esel nico animal domstico que slo puede servir a los fines humanos para los que hasido criado a condicin de no ser domesticado. De ah que deba ser criado de la manerams "natural" posible; en caso contrario, su lidia sera imposible y la corrida de toros

    perdera todo su sentido.

    Por definicin la corrida de toros es la prctica humana que debe respetar ms y mejorlas condiciones naturales de la vida de los animales que viven bajo la dominacin

    humana.

    [23] Humanidad y animalidad

    Los animalistas defienden que como "todos somos animales", deberamos dispensar elmismo trato a los animales que a los hombres. Se equivocan. Es justamente porque elhombre no es un animal como los dems por lo que tiene deberes hacia ellos y no alcontrario. Estos deberes no pueden, en ningn caso, confundirse con los deberesuniversales de asistencia, reciprocidad y justicia que tenemos para con los otroshombres en tanto que personas. Sin embargo, est claro que tenemos deberes haciaalgunos animales. A priori hay tres formas de relacionarse con los animales. A losanimales de compaa, les damos afecto a cambio del que ellos nos ofrecen: por eso, esinmoral traicionar esa relacin, por ejemplo abandonando a un perro en el rea deservicio de una autopista. A los animales domsticos, les proporcionamosciertas condiciones de vida, a cambio de su carne, leche o cuero...; por eso, es inmoralconsiderarlos como meros objetos de produccin sin vida, como sucede en las formasms mecanizadas de la ganadera industrial; pero no es inmoral matarlos, puesto quecon esa finalidad han sido criados (argumento [22]). Y, respecto de los animalessalvajes, con los que no nos liga ninguna relacin individualizada, ni afectiva ni vital,sino solamente una vinculacin con la especie, es moral, respetando los ecosistemas yeventualmente la biodiversidad, luchar contra las especies perjudiciales o proteger

    ciertas especies amenazadas.Ahora bien, qu ocurre con los toros bravosque no son animales propiamentedomsticos ni verdaderamente salvajes? Qu deberes tenemos para con ellos? Yorespondo: preservar su naturaleza brava, criarlos respetando esa naturaleza, y matarlos(puesto que solo viven para eso) conforme a su fiereza natural (ver argumentos [14]a [16]).

    http://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/391/24-28-cincuenta-corrida-defender-razones-toros

    [24] "No es un espectculo cruel y brbaro?"

    http://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/391/24-28-cincuenta-corrida-defender-razones-toroshttp://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/391/24-28-cincuenta-corrida-defender-razones-toroshttp://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/391/24-28-cincuenta-corrida-defender-razones-toroshttp://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/391/24-28-cincuenta-corrida-defender-razones-toroshttp://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/391/24-28-cincuenta-corrida-defender-razones-toros
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    Entre las representaciones que se hacen los adversarios de la fiesta de los toros, una delas ms comunes consiste en considerarla como un espectculo cruel y brbaro. Noniego que es un espectculo singular y violento, aunque esta violencia est sublimada yritualizada, como en otras formas artsticas.

    Pero no admito que sea un espectculo brbaro: naci en el siglo de las Luces como unailustracin del poder del hombre y de la civilizacin sobre la naturaleza bruta (verargumento [29]). La verdadera barbarie, no consistira en poner en el mismo plano lavida del hombre y la vida del animal, "considerando por tanto al hombre como una

    bestia"? Tampoco admito que sea un espectculo cruel, puesto que la crueldad supone elplacer que se obtiene con el sufrimiento de una vctima (ver argumento [1]). Porsupuesto, el aficionado tambin es sensible al drama del toro (el antitaurino no tieneel monopolio de la sensibilidad y de los buenos sentimientos) pero no ve en l unavctima de malos tratos sino un peligroso combatiente, muchas veces heroico, por msque resulte casi siempre vencido. La autntica crueldad, no es la de aquellosantitaurinos que afirman desear la cornada y la muerte del torero? Esto supone, una vez

    ms, colocar al hombre y al animal en el mismo plano.

    [25] "No son perversos los placeres de los espectadores?"

    Una de ms habituales e injustas de las injurias que los antitaurinos regalan a losaficionados, consiste en tratarlos como "perversos", "sdicos", etc. Es absurdo. Nadieconoce a ningn aficionado que disfrute con el sufrimiento del toro. De hecho es difcilencontrar alguno que sea capaz de pegar a su perro, e incluso de hacer dao de maneravoluntaria a un gato o a un conejo. Y para todos aqullos que imaginan a los aficionadoscomo una casta particular de humanos sin corazn ni humanidad, slo me permitorecordarles el nombre de todos los artistas, poetas, pintores, que, con independencia desu procedencia y de sus convicciones, son al menos tan sensibles a la vida y alsufrimiento como todos los dems hombres, y en modo alguno carecen de moralidado humanidad. Cabra pensar que Mrime, Lorca, Bergamn, Picasso, etc.(ver argumento [30]) han sido psicpatas y perversos sedientos de sangre? Se podra

    pensar que hayan mentido hasta ese punto sobre lo que vean?

    Habran sido capaces de traicionar hasta ese punto lo que experimentaban en el fondode su sensibilidad y expresaban con su arte? Sera posible que un profano, que jamsha visto una corrida de toros, sepa ms que ellos sobre lo que realmente es? Y sobretodo, cmo puede saber lo que esos mismos artistas han sentido al verlas?

    [26] La mayor emocin en la plaza: la admiracin

    Cul es la principal y ms grande emocin que un aficionado siente, como otrosmuchos espectadores ocasionales, en una plaza de toros? No es un gozo perverso omaligno, sino una emocin inmediata, tan carnal como intelectual, que se llamaadmiracin. Admiracin antes que nada hacia la bravura del toro: por su poder, por suincesante combatividad, a pesar de las heridas y por sus repetidas acometidas, a pesar desus fracasos. Y admiracin tambin hacia el valor del hombre, por su audacia, su coraje,su sangre fra, su calma, y su inteligencia en relacin con el adversario. S! Vamos a la

    plaza, por encima de todo, a admirar. Es el ms sano y ms delicioso de los placeres.

    [27] "La corrida de toros genera violencia"

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    Es una idea simplista. Bajo el pretexto de la existencia de violencia en la lidia, segenerara violencia automticamente. Insisto: se trata de una violencia estilizada yritualizada, es decir, sublimada y canalizada y por tanto no de una violencia catica,absurda, desenfrenada, sin fe ni ley..., con la que a veces la realidad (o surepresentacin) nos confronta. Por eso no se ha visto nunca a ningn espectador que se

    haya vuelto violento o agresivo hacia los hombres o los animales despus de haber vistouna (o cien) corrida(s). Rara vez se han registrado actos de violencia cometidos por losespectadores durante o despus de una corrida. El ftbol es seguramente un deportemenos violento que el rugby, pero todo el mundo sabe que la violencia en los estadiosde ftbol es mucho ms habitual y desenfrenada que la que se produce en los estadios derugby y por supuesto superior a la de las plazas de toros. El pblico que asiste a unacorrida es a menudo gente cultivada y educada, que manifiesta de manera muy pacficasus emociones, e incluso las ms fuertes e indignadas, cuando el espectculo nocorresponde a sus expectativas.

    En realidad, si hubiera que considerar la fiesta de los toros como una "escuela" de algo,

    sta sera la del respeto: por el rito y su sentido; por la animalidad y la manera como seexpresa; y por la humanidad que triunfa y la manera como lo consigue.

    [28] "Son las corridas de toros un espectculo traumatizante para los nios?"

    Cualquier cosa puede traumatizar a un nio. Especialmente la violencia muda, ciega yabsurda, a la que no se le puede dar ningn sentido ni razn. Lo que puede contribuir altrauma es el silencio. Un nio puede soportar o no el espectculo de la corrida de torosni ms ni menos que un adulto. El nio puede aprender y comprender, igual que lo

    puede hacer un adulto. Puede rpidamente percibir la diferencia entre el hombre y elanimal, y sobre todo, entre el animal admirado y temido como el toro, y el animalafectuoso y querido como su perro o su gato. Y la corrida de toros puede ser la ocasin

    para que los padres den explicaciones sobre los signos del ritual (hecho al que losnios son especialmente sensibles), dialoguen con ellos sobre la vida y la muerte,y tambin ofrezcan las explicaciones pertinentes sobre el comportamiento animal y elarte humano. La corrida de toros, por s misma, no es ni "traumatizante" ni "educativa".Lo que puede contribuir a traumatizar a los nios es el miedo de los padres atraumatizarlos. Al contrario, es el deseo de los padres de compartir sus alegras y hacercomprender a los nios un espectculo tan singular, lo que puede resultar educativo.

    http://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/2319/cultura-fiesta-historia-toros

    Hasta el momento nos hemos situado en territorio adverso. Hemos respondido a losataques de los que afirman que no les gusta la fiesta de los toros que estn en suderechoy de los que, a veces sin saber nada del asunto, pretenden prohibirla o limitarel acceso a los demsya no estn en su derecho. Hemos dicho, por tanto, todo lo que lafiesta de los toros no es. An no hemos empezado a decir lo que es. No se trata de unfenmeno sin races histricas y geogrficas. Est integrada en una cultura, lo que noquiere decir que se reduzca a ella. Es creadora de una diversidad de culturas

    particulares, lo que no significa que no sea en todos los casos portadora de los mismosvalores. Es tambin inspiradora de "alta cultura", lo que no significa que estdesconectada de la cultura popular.

    [29] "Es arcaica la fiesta de los toros?"

    http://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/2319/cultura-fiesta-historia-toroshttp://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/2319/cultura-fiesta-historia-toroshttp://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/2319/cultura-fiesta-historia-toros
  • 7/26/2019 Cincuenta Razones Para Defender Las Corridas de Toros_francis Wolff

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    A este respecto, los prejuicios abundan a uno y a otro lado de la barrera que separa a losaficionados de los antitaurinos. Para stos, la fiesta de los toros es arcaica,remontndose a una especie de edad brbara de la humanidad. Para aquellos, la fiesta delos toros es arcaica, encontrando su legitimidad en las ms antiguas y respetablesfuentes. Estas dos utilizaciones de la antigedad son igualmente ideolgicas. En

    realidad la corrida es una invencin moderna.

    El toreo a pie no va ms all del siglo XVIII; se codifica progresivamente a principiosdel siglo XIX y, tal cual lo conocemos hoy, no tiene ms de un siglo y medio deexistencia. Es ms o menos la poca en la que llega a las regiones francesas deAquitania, Camarga y Provenza, que conocan los juegos taurinos desde haca muchotiempo. La historia se opone al prejuicio. Se cree que la

    muerte pblica del toro es lo que es arcaico y que el aspecto ldico de las tauromaquiaspopulares es reciente (conforme al actual prejuicio segn el cual el proceso de"civilizacin" supone la progresiva depuracin de la muerte). Sin embargo, lo cierto es

    justamente lo contrario: en toda la cuenca mediterrnea siempre hubo diversos juegospopulares con el toro. La codificacin de la

    popular corrida de toros con muerte pblica es recientecomo puede comprobarse conun argumento econmico: criar toros "salvajes", que slo pueden ser empleados unavez, presupone un elevado grado de desarrollo econmico.

    En compensacin, lo que est demostrado son los tres hechos siguientes.

    La corrida de toros no ha dejado de desarrollarse en Espaa a lo largo de todo el sigloXX y est ms viva que nunca. Como nos recuerda Pedro Cordoba en su excelente libroLa corrida (Coleccin "Ide reues", editorial "Le cavalier bleu", Paris, 2009), en 2008se celebraron en Espaa aproximadamente novecientas corridas de toros formales;cuatro veces ms que un siglo antes; y tambin (contrariamente a un prejuicio conmucha aceptacin) cuatro veces ms que en 1950.

    En Francia, la "corrida" no ha dejado de desarrollarse desde su introduccin (hacia lamitad del siglo XIX), y ha conocido un autntico boom especialmente en estos ltimosveinticinco aos. A modo de ejemplo, en el ltimo cuarto de siglo, la asistencia a la

    plaza de Nmes se ha duplicado prcticamente, pasando de unos 70.000 espectadorespor ao a comienzos de los ochenta a unos 133.000 en el 2007. Lo mismo ha ocurrido

    en el mundo ganadero: la primera ganadera se fund en 1859 (H. Yonnet) y durantemucho tiempo fue la nica; en la actualidad, Francia cuenta con 42 ganaderas,distribuidas por el sureste del pas (especialmente en La Camarga) y algunas en elsuroeste. La gran mayora fue fundada a partir de 1980.

    Lo que por otro lado nutre la idea de arcasmo es el hecho de que la corrida de toros seha convertido en uno de los pocos acontecimientos en el que se perpetan actos que,hace poco, eran habituales y formaban parte de la vida cotidiana. Cualquier forma deritualizacin ha desaparecido prcticamente de nuestras vidas en los ltimos treintaaos, sobre todo las que estn ligadas a la muerte: no hay cortejos fnebres en lasciudades, no se colocan marcas de duelo en las casas, y las personas tampoco llevan ya

    signos visibles de luto. La muerte de los animales se ha refugiado en el glacial silenciode mataderos industriales; de igual manera, la de los hombres ha emigrado hacia

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    clnicas hiper-especializadas y aspticas o hacia las antecmaras de la muerte, annimasy disimuladas, de las residencias geritricas. Por otro lado, en una sociedad que hastahace poco tiempo tena races y sensibilidades rurales, la muerte regulada y festiva deun animal domstico (la del gallo o la del cerdo) era un acto familiar que daba ritmo a lavida ordinaria mediante la excepcionalidad de los solemnes actos de comunin

    colectiva. Todo eso ha desaparecido de manera brusca.

    Por tanto, la perspectiva animalista contempornea que considera estos fenmenoscomo arcaicos no se equivoca del todo. Pero con una matizacin: lo que desde esasensibilidad se considera arcaico no se remonta de ninguna manera a la noche de lostiempos sino, como mucho, a una o dos generaciones. Lo que ignora esa sensibilidad esque ella misma es el fruto muy reciente e hiper-moderno de una prdida de contacto conlos animales y con la naturaleza reales. Los animales que imagina son todos buenoscomo los animales de apartamento, o todos vctimas, como los cerdos criados en

    bateras que a veces vemos por la televisin: ambos tipos de animales son el resultadode una ideologa urbana reciente.

    Hay un nexo de unin evidente entre estos tres hechos. Justamente porque nuestra pocaha perdido poco a poco el sentido de los ritos, de la muerte, de la naturaleza, de laanimalidad, es por lo que necesita volver a encontrar al mismo tiempo la realidad, laimagen y el smbolo en la corrida. De ah su modernidad!

    [30] La fiesta de los toros no est ligada al franquismo.

    Como toda gran creacin cultural es polticamente neutra Hay un hondo prejuicio,puramente espaol, que identifica las corridas de toros con el franquismo. Estaconsideracin no resiste ni el anlisis ni el peso de los hechos. Los hechos? Porsupuesto, las corridas de toros existan con anterioridad al franquismo y se handesarrollado perfectamente despus. Cosa distinta es que el rgimen haya sabido utilizary manejar en beneficio propio los fenmenos ms espectaculares de la pasin taurina lo trgico de Manolete y lo desenfadado de El Cordobs, las dos caras de la popularfiesta de los toros.

    Esto es sin duda lo que hacen todas las dictaduras. As, Salazar se esforz en recuperarel fado portugus y atraer hacia s el icono popular que fue la genial Amalia Rodrigues.Por eso el fado conserv durante algn tiempo despus de la "revolucin de losclaveles" cierta imagen fascista cuando sin embargo nunca dej de ser la expresin ms

    profunda del alma popular lisboeta. Tambin el rgimen militar brasileo intentrecuperar para su favor la pasin futbolstica del pueblo brasileo y la victoria de laSeleo en 1970. Todo esto nada tiene que ver con el ftbol, la msica o los toros.Recordemos, porque la gente olvida, que hubo aficionados tanto en el bandoantifranquista (pensemos en Lorca, Bergamn o Picasso) como en el bando franquista.En Francia, la fiesta desata pasiones entre personas de izquierdas (por ejemplo, losescritores Georges Bataille o Michel Leiris) como de derechas (por ejemplo, Henry deMontherland o Jean Cau); y al contrario de lo que ocurre en Espaa, los medios decomunicacin meridionales apoyan la tauromaquia independientemente de cualquierconsideracin ideolgica.

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    En la Espaa actual, el hecho de que los partidos de derechas favorecen con msfacilidad la fiesta de los toros que los de izquierdas, tiene que ver con losenfrentamientos entre posturas nacionalistas y planteamiento centralista.

    [31] La fiesta de los toros transmite valores universales, no los de la Espaa negra

    Para algunos espritus ms cultivados que los anteriores, la fiesta de los toros no estasociada al franquismo sino, ms generalmente, a la "leyenda negra de Espaa", en laque se encuentra totum revolutum la expulsin de los judos, la Inquisicin, laexterminacin de los indios americanos, el oscurantismo, etc. Algunos hispanistas hanmostrado cmo esa leyenda, montada pieza a pieza, ha podido contribuir a una cierta"culpabilizacin" de las lites espaolas. sta es una de las fuentes del sentimientoantitaurino de algunos intelectuales contemporneos, que asocian las corridas de toroscon la representacin que tienen de la imagen que los extranjeros se hacen de su pas yde su cultura. Por eso quieren romper con esa representacin que estiman trasnochada,folclrica y sobre todo nefasta.

    De otro lado, la fiesta de los toros no puede ser separada de su marco histrico ygeogrfico. Marco que es al mismo tiempo ms estrecho (ya hemos escrito que estligada a la modernidad, argumento [29]) y ms ancho que la supuesta "Espaa negra".Su raz es fundamentalmente la de las culturas mediterrneas.

    Entre los orgenes lejanos de la tauromaquia moderna, se citan los grandes mitos de laantigedad (la leyenda de Hrcules o el mtico triunfo de Teseo) y la religin romanadel dios taurino Mitra. Como todas las grandes creaciones culturales donde se mezclanelementos populares y cultos, el arte taurino est al mismo tiempo ligado a unacivilizacin particular y expresa valores universales: la fiesta, el juego, el valor, elsacrificio, la belleza, la grandeza...

    De esta manera la tragedia griega depende de su lugar de nacimiento, la Atenas clsica,y al mismo tiempo vehicula emociones y pensamientos en los que todos los sereshumanos pueden reconocerse, independientemente de la poca: la fatalidad, la pasinque corroe, las coincidencias funestas, los conflictos del deseo y de la sociedad... Seratan absurdo reducir la fiesta de los toros a la "Espaa (llamada) negra" como reducir latragedia griega al antiguo esclavismo. La moderna corrida de toros ha conquistado elmundo a pesar de haber nacido en algunas regiones de Espaa (Andaluca, Castilla o

    Navarra). Y todas las poblaciones que adoptaron este ritual y sus valores los integraron

    en sus culturas y sus tradiciones particulares porque reconocieron en ellos una parte desu propia humanidad. As ha pasado con el pueblo vasco, cataln, valenciano,extremeo, gallego, portugus, y con los de la Provence, del Languedoc, de laAquitaine, y por supuesto las poblaciones mexicanas, colombianas, ecuatorianas,venezolanas, peruanas, que mantienen viva la fiesta, incluso cuando algunos quieranrenegar de esta parte de ellos mismos

    http://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/3351/cultura-forja-taurina

    [32] La tradicin ha forjado una cultura taurina

    Algunos defensores de las corridas lo hacen arguyendo que debe su legitimidad a latradicin. Y ante eso los antitaurinos lo tienen fcil para responder que la tradicin no es

    http://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/3351/cultura-forja-taurinahttp://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/3351/cultura-forja-taurinahttp://cultoro.com/Cultorizate/50_razones/3351/cultura-forja-taurina
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    un argumento y que la mayor parte de los grandes progresos de la civilizacin se hanhecho contra costumbres bien arraigadas, y por tanto supuestamente legitimadas por latradicin. Enumeran con razn la esclavitud, la sumisin de las mujeres, la pena demuerte, etc. No es menos cierto que hoy continan existiendo tradiciones absolutamentedetestables como el suicidio de las viudas en India o la ablacin de nias y jvenes de

    acuerdo con determinados ritos religiosos.

    Sin embargo, en Francia una prudente ley (la del 24 de abril de 1951, transcrita tambincomo uno de los supuestos del artculo 521.1 del Cdigo Penal) declara las corridas detoros lcitas "cuando existe una tradicin local ininterrumpida". Quiere esto decir quela tradicin es el motivo de la licitud?

    De ninguna manera. Lo nico que hace la ley es definir su extensin. El matiz esimportante. Las corridas de toros son autorizadas no porque hay tradicin, sino alldonde hay. La tradicin tiene como efecto forjar una cultura local y una determinadasensibilidad. Es justamente esto lo que confirma una sentencia de la Cour d'Appel

    d'Agen del 10 de enero de 1996: "la tradicin local es una

    tradicin que existe en un entorno demogrfico determinado, por una cultura comn, lasmismas costumbres, las mismas aspiraciones y afinidades...una misma manera de sentirlas cosas y entusiasmarse por ellas, el mismo sistema de representaciones colectivas, lasmismas mentalidades".

    stos son los frutos de la cultura taurina, all donde existe tradicin. Coexistir condiscursos taurinos, vivir prximo a los toros, relacionarse desde nio con este magnficoy fiero animal, y tener admiracin hacia el toro y su bravura, son elementos que hanforjado la sensibilidad necesaria para la percepcin de este singular espectculo. De estaforma, lo que sera visto como un acto de

    crueldad en Londres, Boston, Estocolmo o Estrasburgo se comprende, se vive y seentiende en Dax, Bziers, Bilbao, Barcelona, Mlaga o Madrid como un acto de respetoinseparable de una identidad.

    [33] Fiesta de los toros y defensa de la diversidad cultural

    La fiesta de los toros es efectivamente inseparable de las identidades que ha forjado ystas recprocamente se han construido gracias a ella. No es posible imaginar las ferias

    de Nmes o de Vic-Fezensac, de Pamplona o de Valencia, de Jerez en Andaluca o deCret en Catalunya francesa, sin el toro en la plaza, ni en las calles, ni en los carteles, nien las exposiciones, ni en las libreras, ni en toda la fiesta, etc. En una poca en la que sedefiende la diversidad cultural, en la que se pretende resistir a la mundializacin de la

    cultura, en la que se lucha contra la uniformizacin de los valores y de las costumbres,en la que se denuncia la omnipotencia de la dominante y avasalladora civilizacinanglosajona... no hay que defender las identidades culturales locales, regionales,minoritarias? No hay que defender, ahora ms que nunca, los "pueblos del toro"?

    [34] Unidad de cultura, diversidad de interpretaciones

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    Como toda gran creacin humana, la fiesta de los toros expresa valores universales (verargumento [31]). Como toda cultura popular, es inseparable de la identidad de los

    pueblos que la han inventado o adoptado (ver argumentos [32] y [33]). Pero como todacultura que es a la vez local y universal, la fiesta de los toros se vive, se siente, seexpresa diferentemente segn las ciudades, regiones o pases que la han hecho suya. Lo

    destacable es que la misma fiesta de los toros, que se desarrolla en la actualidadexactamente de la misma manera en Sevilla, Mxico, Pamplona, Madrid, Bayona, Arleso Cali, no es, de ningn modo, interpretada de la misma manera en esas diferentesciudades.

    En ocasiones se vive como una desinhibida fiesta dionisaca, en otras como unaceremonia apolnea, en algunos casos como un ritual receloso y circunspecto. La lidia aveces es vista como un juego de quiebros y fintas, a veces como un arte plstico, a vecescomo una tragedia al anochecer. Las faenas a veces son sentidas como la expresin de laanimalidad salvaje y otras veces como la de la humanidad ms educada. Todas estasinterpretaciones de la fiesta de los toros, y muchas ms, son posibles, dependiendo de la

    idiosincrasia de cada pueblo, y hasta de cada persona. Basta con examinar los dosextremos geogrficos de Espaa, el Pas Vasco y Andaluca, para comprender comocada uno de ellos traduce en su propia sensibilidad la universal fiesta de los toros (de lamisma manera que se representa hoy a Sfocles en japons o en alemn). En el Norte deEspaa, les gustan los toros duros y fuertes y los toreros guerreros que aceptan susdesafos. En esos ruedos se admira la audacia, la dominacin y la demostracin del

    poder. La corrida de toros es vista como un rito festivo y como un arte marcial. Sinembargo, en el Sur, prefieren los toreros artistas y los toros que se prestan a ese juego.En esos ruedos se admira la elegancia, la gracia profunda y la armona sensual. Lacorrida de toros es una de las bellas artes, algo entre la tragedia y la escultura. EnFrancia, slo el Sur es taurino y el contraste est entre el Oeste y el Este.

    Cada pueblo dispone de multitud de maneras para adaptar y traducir a su propiovocabulario cultural el mensaje universal de la fiesta de los toros.

    [35] La cultura taurina y la "alta cultura"

    Todo lo expuesto inscribe la fiesta de los toros dentro de las grandes manifestaciones dela cultura popular (argumentos [29] a [34]). Con la variedad innumerable detauromaquias que los pueblos taurinos han inventado, en su territorio, ocurre lo mismo.Pero lo que le diferencia a la fiesta de los toros de una simple manifestacin folclrica

    es haber sido adoptada y convertida en objeto de reflexin de la cultura "culta". Launiversalidad de la fiesta de los toros no es solamente la de los valores que transmite(ver argumento [31]) sino tambin la de los mundos artsticos y cultos donde ha sidoacogida y la de las obras que ha producido en las dems artes. Pintura? Slo hay quecitar los nombres de Francisco de Goya, Eugne Delacroix, Gustave Dor, douardManet, Claude Monet, Ignacio Zuloaga, Ramn Casas, Pablo Picasso, Andr Masson,Salvador Dal, Joan Mir, Francis Bacon y, en la actualidad, los de Soulages,Alechinsky, Botero, Arroyo, Chambs, Barcel, Combas, entre otros muchos...Refirindonos a escritores, podemos mencionar a Luis de Gngora, Nicols Fernandezde Moratn, Prosper Mrime, Thophile Gauthier, Gertrude Stein, Manuel Machado,Jean Cocteau, Jos Bergamn, Henry de Montherlant, George Bataille, Federico Garca

    Lorca, Ernest Hemingway, Michel Leiris, Miguel Hernndez, Camilo Jos Cela...; yhoy, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Florence Delay, etc. A esta lista habra que

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    aadir la poesa de Fernando Villaln, de Gerardo Diego, de Rafael Alberti, de RenChar, de Yves Charnet, entre otros muchos. Sin olvidar las msicas de George Bizet, deIsaac Albniz, de Joaqun Turina, las esculturas de Benlliure, y, en las artes del sigloXX, dentro de la fotografa, la obra de Lucien Clergue, en el jazz las composiciones deJohn Coltrane y de Eric Dolphy, en el mbito de la alta costura las creaciones de

    Christian Lacroix y de Jean-Paul Gaultier, y en el cine las pelculas de Henry King, deRouben Mamoulian, de Sergei M. Eisenstein, de Abel Gance, de Budd Boetticher, deLuis Buuel, de Pedro Almodvar, etc.

    Cmo explicar que una tradicin tan particular, y aparentemente tan limitada histricay geogrficamente, haya podido inspirar las obras de artistas pertenecientes a modos deexpresin, nacionalidades, horizontes y estilos tan diversos, si no fuera porque la fiestade los toros encierra en s misma tantos tesoros de expresin artstica (ver argumentos[39] a [43]) y tantos valores humanistas (ver argumentos [36] a [38])?

    https://www.facebook.com/notes/t%C3%BA-prohibes-los-toros-yo-no-compro-

    productos-catalanes/reflexiones-22/157492620971263

    [36] Comprender la animalidad

    Hoy por hoy, no tenemos nada ms que relaciones con animales de compaa,"humanizados" por nuestra permanente convivencia con ellos. En el ruedo vernos alanimal, en toda su naturalidad, o, mejor dicho, a un animal singular, y aprendemos acomprenderle y a pensar con l. Ese es uno de los esenciales placeres del aficionado. Estambin Ia primera sorpresa del profano cuando escucha Ios comentarios de Iosiniciados. Hablan del toro, de su tipo, de su comportamiento e intentan descifrar sucarcter singular, anticipar sus acciones y comprender sus reacciones: "Por quacomete aqu y no all? Por qu a determinada distancia y no a otra? Por qu en esteterreno y no en aqul? Por qu repite sus embestidas? Por qu mide sus arrancadas?Se percatar de la presencia del hombre tras el engao?". Aprender a ver los toros engeneral y a comprender un toro en particular es una fuente de educacin de "etologa"

    para os nios. Finalmente, es la condicin indispensable para apreciar el trabajo deltorero: ver lo que l comprende, apreciar cmo se adapta a su adversario, juzgar si leentiende o no y admirar que le haya entendido mejor que nosotros. iEstamos lejsimosde gozos perversos!

    [37] Admirar las virtudes intelectuales del torero

    Torear no es slo atreverse a ponerse delante de un animal que podra (y "querra")matar. Torear es demostrar una forma muy peculiar de inteligencia (los griegos habrandicho "astucia"). Consiste en presentar el propio cuerpo a una fiera peligrosa de formaque lo pueda coger, desviando su acometida con un engao de trapo. Una finta hecha deaudacia y astucia. Torear consiste sobre todo en enlazar una serie de quiebros quenecesitan un conocimiento del toro, una penetracin intuitiva de sus acciones y susreacciones, una inteligencia estratgica de la lidia adaptada a cada toro y un sentidotctico de los gestos necesarios en cada fase de Ia lidia. La finalidad de todos esos actos,que culminan con la muerte, gesto de suprema maestra, es la dominacin del hombresobre el animal: se trata de forzar al toro a actuar contra su propia naturaleza, es decir

    obligarlo a acometer dnde, cundo y cmo el hombre ha decidido, cumpliendo con la

    https://www.facebook.com/notes/t%C3%BA-prohibes-los-toros-yo-no-compro-productos-catalanes/reflexiones-22/157492620971263https://www.facebook.com/notes/t%C3%BA-prohibes-los-toros-yo-no-compro-productos-catalanes/reflexiones-22/157492620971263https://www.facebook.com/notes/t%C3%BA-prohibes-los-toros-yo-no-compro-productos-catalanes/reflexiones-22/157492620971263https://www.facebook.com/notes/t%C3%BA-prohibes-los-toros-yo-no-compro-productos-catalanes/reflexiones-22/157492620971263https://www.facebook.com/notes/t%C3%BA-prohibes-los-toros-yo-no-compro-productos-catalanes/reflexiones-22/157492620971263
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    gratuidad del juego y la seduccin del engao. De todo ello resulta una faena que vienea ser como una accin domesticadora concentrada en unos pocos minutos.

    No hay placer taurino sin esa admiracin por la inteligencia del torero. Y la fiesta de lostoros no tendra sentido sin esas virtudes de la inteligencia humana que ganan a las

    fuerzas de la naturaleza. Esta es la leccin constante y universal de todo humanismo.

    [38] Admirar las virtudes morales del torero

    Torear no es slo arriesgar su cuerpo o ejercer su inteligencia. Es tambin demostrarvirtudes morales que se deducen del acto taurmaco. Es ilustrar cinco o seis grandesvirtudes intemporales. El toreo no es solamente una tcnica, ni un arte, sino tambin unasuerte de "arte de vivir" que requiere que se actue siempre respetando algunos de losgrandes principios morales.

    Para ser torero, o mejor, para merecer ese ttulo:

    - Hay que combatir a un animal naturalmente peligroso, lo que exige valor y sangre fra.

    - Hay que afrontarlo en pblico, sin perderle la cara, lo que exige caballerosidad ydignidad.

    - Hay que dominarlo, to que exige antes que nada, el dominio de s mismo, del cuerpo,de las reacciones instintivas y de las emociones incontroladas.

    - Hay que matar, tambin, a ese adversario, lo que slo se justifica si, para hacerlo, sepone la propia vida en juego (ver argumento 3): esto supone lealtad para con eladversario y total sinceridad en relacin con su propio compromiso fsico y moral.

    - Finalmente hay que saber ser solidario con los compaeros ante el peligro, lo queexige, una vez ms, sacrificio de su propia persona, an a riesgo de su vida

    No es el Torero con maysculas un autntico ejemplo de lo que querramos poderhacer y un verdadero modelo de lo que nos gustara poder ser?

    [39] Diversidad cultural e imperativos universales de la humanidad

    Hemos expuesto cmo defender la fiesta de los toros era resistir a la globalizacin (verargumento 33). Pero defender la diversidad cultural no significa defender cualquierprctica cultural. No todas son obligatoriamente "buenas" o defendibles. Algunaschocan con prohibiciones o tabs absolutos. Son aquellas que transgreden lo que puedeser resumido en la idea de "derechos humanos". Condenar a Ia esclavitud a un hombre ouna mujer; no reconocer a una persona como tal; tratar a un ser humano como un medio

    para satisfacer cualquier necesidad; rechazar los principios de reciprocidad y justicia;violar los principios de libertad, igualdad y dignidad de los seres humanos ... sonacciones que nada tienen que ver con la diversidad cultural ni tampoco con la placenterarelatividad de las costumbres. Son pura y simplemente barbarie. Por definicin, estos

    principios universales no pueden aplicarse a Ios animales, ya que suponen el

    reconocimiento del otro como un igual, es decir imponen la reciprocidad sin la cual nohabra justicia. Si el hombre hubiera tenido, o tuviera, que aplicar a los animales Ios

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    principios que debe aplicar al hombre, no habra habido domesticacin, ni ganadera, niagricuItura, ni, en definitiva, civilizacin propiamente humana. Esto no significa que

    podamos hacer lo que queramos con los animales, ni que no tengamos deberes haciaellos (ver argumento 24). Signifiea que no podemos confundir esos deberes con los quetenemos hacia los hombres, ni los principios del humanismo con los del animalismo. El

    animalismo no es una extensin de los valores humanistas. Es su negacin.

    LA FIESTA DE LOS TOROS ES CREADORA DE INESTIMABLES VALORESESTTICOS

    Sin embargo, la fiesta de los toros no sera nada si se quedara ah. Sera slo defendiblepero no admirable. Si tantos artistas han visto en el toreo un arte que poda ser traducidoa su forma de expresin, si la fiesta de los toros procura a los que la aman tanincomparables placeres, si hay que preservarla como una fuente de valores estticos queno debe perderse, es porque el toreo es un arte raro, que entronca posiblemente con elorigen mismo del arte: dar forma humana a una materia natural.

    [40] La sublime grandeza del espectculo

    Entre en una plaza de toros Ilena un da clave. Nunca antes ha asistido a una corrida. Noest ni a favor ni en contra. Solamente quiere ver. Le horroriza la violencia y no Ie gusta

    para nada la sangre. A pesar de todo es posible que la grandeza del espectculo Ieconquiste poco a poco. Si es as, djese arrastrar por sus sensaciones: la solemnidad delritual, la Iigereza de la msica, el destello inesperado de los trajes, el poder de la fieraque ataca en todas direcciones, la coreografa tan regulada como imprevisibie de lascuadrillas, el capote que gira, el impresionante choque del toro con el caballo de picar(la suerte que ms inspir a Picasso), las banderillas que revolotean, la increbleserenidad del hombre durante el duelo, las audaces y deslumbrantes figuras de su danzacon el animal, la muerte en el recogido silencio de la multitud ... Ya ha visto usted algo

    parecido? Ha visto algo que Ie deje atnito hasta ese punto? Ha visto alguna cosa quepueda as trastornar y hacer naufragar sus sentidos? Este espectculo incomparable,nico, tan potente como singular, esta fiesta total de la grandeza y de la desmesurarecibe el nombre de lo sublime. Usted quizs vuelva. O quizs no. Pero seguro que estde acuerclo en afirmar: slo las corridas de toros pueden procurarnos hoy emocionescomo stas.

    http://www.torosdelidia.org.mx/noticias-

    actualidad/16556/?cat=1&acc=1&noticia_id=952[41] La creacin de lo bello

    Todo eso no son ms que las primeras sensaciones del profano, que el aficionado sloreencuentra en las grandes ocasiones. Pero, da a da, el arte del toreo consiste en algocompletamente diferente: simplemente crear belleza. La belleza del toreo es la msclsica: supone elegancia, armona de movimientos, perfeccin de formas, equilibrio devolmenes. El toreo crea formas, obras humanas a partir del caos, es decir la acometidanatural de un toro. Inmvil pone, con un solo gesto, orden donde no haba ms quedesorden y movimiento. Dibuja curvas poticas donde el animal naturalmente slo

    produce lneas rectas (para coger, para matar). Intenta, como los ms clsicos pintores,

    http://www.torosdelidia.org.mx/noticias-actualidad/16556/?cat=1&acc=1&noticia_id=952http://www.torosdelidia.org.mx/noticias-actualidad/16556/?cat=1&acc=1&noticia_id=952http://www.torosdelidia.org.mx/noticias-actualidad/16556/?cat=1&acc=1&noticia_id=952http://www.torosdelidia.org.mx/noticias-actualidad/16556/?cat=1&acc=1&noticia_id=952http://www.torosdelidia.org.mx/noticias-actualidad/16556/?cat=1&acc=1&noticia_id=952
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    producir el mximo efecto sobre su materia prima (la acometida del toro) con lasmnimas causas, es decir en el menor espacio, tiempo y movimiento.Claro que no slo existe la corrida de toros para crear belleza. Pero slo la corrida detoros puede crear esta belleza a partir de su contrario, el miedo a morir.

    [42] Un arte original, entre el clasicismo y la modernidad

    El arte del toreo es original. Tiene algo de msica (armona de los acontecimientosconsonantes), algo de las artes plsticas (equilibrio de lneas y de volmenes en tensinopuesta), algo de las artes dramticas (alianza del azar y de la necesidad).El toreo tiene al mismo tiempo algo de clsico y algo de contemporneo. La mayora delas artes cultas han abandonado hace tiempo la creacin de belleza, valor esttico que se

    juzga desfasado. Desde este punto de vista, el toreo es un arte extremadamente clsico.La mayora de las artes cultas han abandonado la representacin, para transformarse enartes de la actuacinnica y de lapresentacindirecta (ver el happening, el body-art, elready-made, la instalacin, la intervencin, etc). Desde este punto de vista, el toreo es

    un arte completamente contemporneo: presentacin bruta del cuerpo, de la herida, de lamuerte.

    El toreo tiene al mismo tiempo algo de las artes cultas y de las artes populares. Da a losprofanos las ms inmediatas emociones y a los cultos las ms refinadas conmociones,que corresponden a las artes ms estticamente correctas. Y da a todos, a la par que latensin permanente debida al riesgo de muerte, el alivio transfigurado debido a la

    belleza.

    [43] Lo trgico

    Y a todas las artes, el toreo les aade la dimensin que ninguna otra arte podr nuncadar: la dimensin de la realidad. Todo est representado, como en el teatro, y sinembargo, todo es verdad, como en la vida. Puesto que el juego es a vida y a muerte.Orson Welles dijo: el torero es un actor al que le suceden cosas de verdad!. Lacorrida de toros es un drama trgico al que le toca presentar sin ambajes la herida y lamuerte. Y decir y afirmar esta verdad: s, es innegable, morimos.Es esta verdad la que rechaza nuestra poca, la cual slo ama la naturaleza asptica, yslo acepta la realidad a condicin de que est desinfectada, y que afirma amar la

    juventud siempre que sea eterna?

    [44] La fiesta, comunidad espiritual

    Sin embargo, las corridas de toros son, y quizs por encima de todo, una fiesta. Losfestejos taurinos siempre han ido de la mano de perodos de ruptura con la vidacotidiana, es decir de los momentos de conmemoracin en los que una comunidad seencuentra y se recrea. Nuestra poca, ms que cualquier otra, tiene necesidad de fiestas,

    porque nuestra modernidad es cada vez ms individualista, circunscrita al hogar, a loprivado y a lo ntimo. Mientras que la fiesta es la calle, lo de afuera, lo pblico. Quizses por eso por lo que las corridas de toros dominicales han ido siendo paulatinamentereemplazadas por las ferias. No hay corrida de toros sin fiesta, pero para los pueblostaurinos no hay fiesta posible sin toros. Porque, hay alguna imagen ms bella de la

    comunidadque el mismo ruedo, redondo, circular, donde todo el mundo ve todo, dondetodo es visto desde todos los lados y donde, sobre todo, toda la comunidad se ve a s

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    misma, comulgando de un mismo espectculo, de una misma ceremonia, y siguiendo unmismo ritmo de ols, con el sentimiento de vivir juntos un acontecimiento nico?Este es el poder de la fiesta de los toros, bien conocido por los alcaldes de las ciudadestaurinas, atentos a la vida de su comunidad. Saben que no se hace la misma fiesta en las

    bodegas de Mont-de-Marsan que en el Real de la feria de Sevilla, que no se canta

    igual en las Fallas de Valencia como se corre en Pamplona, que no se baila igual enNmes que en Granada, que sin toros durante el da no se hara, por la noche, fiesta conel mismo nimo. Porque lo que hemos vivido durante el da, todos juntos, es el triunfode la vida sobre la muerte.

    LOS PELIGROS DEL ANIMALISMO

    Hemos intentado responder a los detractores de la fiesta de los toros. Hemos intentadodecir tambin, en pocas palabras, lo que son las corridas de toros y los valores de losque son portadoras. En este momento, hay que intentar esbozar las razones queconvierten en peligroso el movimiento antitaurino. En s mismo slo lo es para la fiesta

    de los toros; pero el movimiento ms general del que es su manifestacin y los valoresque lo inspiran amenazan mucho ms all que a la fiesta de los toros.Despus de todo, puede usted pensar que si maana, o en diez aos, las corridas de torosse prohben en los lugares don