Cipriano de Arribas y Sánchez, el farmacéutico...

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Cipriano Arribas y Sán- chez nació en Ávila en 1848. Estudió Ciencias Químicas y Farmacia en la Universidad Central de Madrid, y en 1874 se traslada a Canarias. Durante varios años regenta una oficina farmacéutica en Arrecife, pero en 1879 soli- cita al ayuntamiento de Icod de los Vinos la plaza de far- macéutico, que le es conce- dida. En 1891 decide cerrar su establecimiento y cambia su residencia a Los Reale- jos. Arribas y Sánchez fue una figura apreciada y admi- rada por sus vecinos y un apasionado observador de los usos y costumbres popu- lares en Tenerife. En su único libro, «A través de las Islas Canarias», realiza una descripción geo- gráfica del archipiélago, con un inventario de flores y plan- tas y dedicando una parte importante a la medicina po- pular del norte de Tenerife, publicado por primera vez en 1900, y escrita en cola- boración con su mujer. El epitafio de esta señora, en su tumba del cementerio del Realejo Bajo, reza: Re- cuerdo de su esposo a la historiadora de las Islas Canarias doña Hilaria de Abía y Alonso, 8 de agos- to de 1895. Según Enrique Ro- meu Palazuelos, Conde de Barbate: «Don Cipriano de Arribas y Sánchez, his- toriador y viajero, era un hombre grande, calvo, con enormes bigotazos de pun- tas caídas; llevaba un cue- llo de celuloide duro que cerraba una corbata de amplio nudo. Por los años 1.900 estuvo en las Islas las visitó despacio y escri- bió un libro que llamó «A través de las Islas Cana- rias», tiene varios errores, que en el ejemplar que yo he leído, que son corregi- dos con letra nerviosa y desenfadada, por aquel in- cansable historiador de Canarias que fue José Ro- dríguez Moure». Aunque sus biógrafos hablan de que Cipriano de Arribas fue autor de un úni- co libro, anotamos como curiosidad lo publicado por «La Región Canaria» el 22 de octubre de 1901. «Pron- Cipriano de Arribas y Sánchez, el farmacéutico abulense que profundizó en la vida y costumbres de los habitantes de nuestras islas (Pasa a la página siguente) Enamorado de nuestra tierra y de sus costumbres, tenía su farmacía en San Agustín junto a la plaza de las Flores y participó activamente en la vida cultural de las islas Nº 7 - JUNIO DE 2012 coordina:Isidro Felipe Acosta

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Cipriano Arribas y Sán-chez nació en Ávila en 1848.Estudió Ciencias Químicas yFarmacia en la UniversidadCentral de Madrid, y en1874 se traslada a Canarias.Durante varios años regentauna oficina farmacéutica enArrecife, pero en 1879 soli-cita al ayuntamiento de Icodde los Vinos la plaza de far-macéutico, que le es conce-dida. En 1891 decide cerrarsu establecimiento y cambiasu residencia a Los Reale-jos. Arribas y Sánchez fueuna figura apreciada y admi-rada por sus vecinos y unapasionado observador delos usos y costumbres popu-lares en Tenerife.

En su único libro, «Através de las Islas Canarias»,realiza una descripción geo-gráfica del archipiélago, conun inventario de flores y plan-tas y dedicando una parteimportante a la medicina po-pular del norte de Tenerife,publicado por primera vezen 1900, y escrita en cola-boración con su mujer. Elepitafio de esta señora, ensu tumba del cementeriodel Realejo Bajo, reza: Re-cuerdo de su esposo a la

historiadora de las IslasCanarias doña Hilaria deAbía y Alonso, 8 de agos-to de 1895.

Según Enrique Ro-meu Palazuelos, Conde deBarbate: «Don Ciprianode Arribas y Sánchez, his-toriador y viajero, era unhombre grande, calvo, conenormes bigotazos de pun-tas caídas; llevaba un cue-llo de celuloide duro quecerraba una corbata deamplio nudo. Por los años1.900 estuvo en las Islaslas visitó despacio y escri-bió un libro que llamó «Através de las Islas Cana-rias», tiene varios errores,que en el ejemplar que yohe leído, que son corregi-dos con letra nerviosa ydesenfadada, por aquel in-cansable historiador deCanarias que fue José Ro-dríguez Moure».

Aunque sus biógrafoshablan de que Cipriano deArribas fue autor de un úni-co libro, anotamos comocuriosidad lo publicado por«La Región Canaria» el 22de octubre de 1901. «Pron-

Cipriano de Arribas y Sánchez, el farmacéutico

abulense que profundizó en la vida y costumbres

de los habitantes de nuestras islas

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Enamorado de nuestra tierra y de

sus costumbres, tenía su farmacía

en San Agustín junto a la plaza

de las Flores y participó activamente

en la vida cultural de las islas

Nº 7 - JUNIO DE 2012

coordina:Isidro Felipe Acosta

Los Realejos, cinco décadasLos Realejos, cinco décadasLos Realejos, cinco décadasLos Realejos, cinco décadasLos Realejos, cinco décadas

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Vista de San Agustín a principios del siglo XX. En la primera casa de la izquierda estaba instalada la farmacia de Cipriano de Arribas.

to verá la luz pública unlibro titulado Diccionariogenealógico de las prime-ras generaciones de losconquistadores de Teneri-fe y nobleza guanche, queobtuvieron datas del go-bierno del Adelantado,debido a la pluma del yaconocido escritor Sr. DonCipriano de Arribas.

La reputación de eru-dito alcanzada justamentepor el Sr. de Arribas conmotivo de la publicación desu obra «A través de las is-las Canarias», así como elespíritu de imparcialidad quecampea en la referida suobra, al tratar en ella deasuntos históricos, en dife-rentes pasajes, nos hacenconfiar que la aparición deeste nuevo libro será vistocon agrado por parte delpúblico ilustrado, y que darámucha luz sobre la fusión delpueblo guanche con el pue-blo vencedor, como tambiénsobre la hábil política segui-da por el Adelantado D.Alonso Fernández deLugo».

«A través de las Is-las Canarias» fue amplia-mente alabada y citada has-ta nuestros días por muchosinvestigadores, pero otrosno perdieron la oportuni-dad de criticar sus errores.Uno de ellos obligó a Ci-

priano de Arribas a escri-bir esta carta.

Realejo alto 30 deEnero de 1901

Sr. Director de LAOPINIÓN.

Muy señor mío: Al es-cribir mi humilde libro « Através de las islas Canarias»jamás me llevó la idea ni deadquirir gloria que no me-rezco, ni de perpetuar minombre en la historia; solosí, animado del mejor de-seo, visitó las islas y adquirídatos, que pudiendo ser úti-les a la juventud canaria, noquise quedarán sepultadosen el olvido.

No soy geógrafo, nipretendo reformar estaciencia, y aunque confiesoingenuamente que huboerror al poner en Arucas elpago de Ginamar, se hallatambién colocado en la des-cripción que hago de la ciu-dad de Telde, deduciéndo-se de esto, que se padecióuna distracción al copiar deloriginal las cuartillas para laimprenta.

Profeso un cariño en-trañable a estas privilegia-das islas, y las considerocomo mi segunda patria porhacer treinta años que ha-bito en ellas; impulsándomeeste sincero afecto a escri-bir algo que las dé a cono-cerá propios y extraños.

Pude haber publicadoel libro hace tiempo; pero tí-mido por el conocimientoexacto que respecto a la li-teratura tengo de mi humil-de persona, he diferido elhacerlo hasta que impulsa-do por hijos ilustrados delpaís, y varios amigos aman-tes de las antigüedades Ca-narias que leyeron el origi-nal, me decidí llevar a caboempresa tan ardua. El Sr.Moctezuma no hace en elperiódico La Atlántida jui-cio crítico del libro, y solosí una burla y desprecio asu autor, que aunque no seamás que por el buen deseoque ha demostrado y la im-parcialidad al escribirlo, de-biera haber formado de élotro criterio y usar formasmás delicadas.

Doy a V. las más ex-presivas gracias por lo querespecto a mí dice en su ar-tículo «Quejas sin funda-mento» pues verdadera-mente toda obra por malaque sea encierra algo útil.

De V. afectísimo yatento s. s. Cipriano deArribas

Tenga paciencia el se-ñor D. Cipriano de Arribas,porque a las duras críticasde los Moctezumas esta-mos sujetos todos los que,sabiendo que no sabemosnada, nos atrevemos a es-

cribir donde hay seres,cuya sabiduría llega a talgrado, que hasta saben quese lo saben todo y no pue-den transigir ni poco ni mu-cho, con nuestros atrevi-mientos.

Cipriano de Arribastambién se hizo popular aprincipios de siglo por ser-vir un «Agua Maravillo-sa» preparada por él, queera de gran utilidad y usa-da en fricciones sobre lapiel, en los sitios afectadosde dolores reumáticos, ner-viosos, frialdades, paráli-

sis, debilidad, siendo reco-mendada así mismo parafriccionar el pecho, cos-tados y espalda, en caso deCatarro y para evitar su re-producción. Para poner enel agua del baño y pañuelono tiene rival por su fra-gancia y ser antiséptica.Alivia los dolores de ca-beza, jaquecas, etc, consolo friccionar la frentedos o tres veces con unpoco de dicha agua.

El precio del frasqui-to de esa agua milagrosa erade 1 peseta y 25 céntimos.

2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera2013, el año de Viera

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De la figura y de laobra de Viera y Clavijonos quedan unas cuantasnotas que lanzar al viento,en la coyuntura de este susegundo centenario.

1.—El hombre

Don José de Viera yClavijo fue ante todo unclerc. Clerc significa tantocomo hombre de culturafrente a juglar, hombre deinstinto. Aquí la palabracultura prende y arde en elsiguiente sentido: he aquíesta tierra y en esta tierrasus elementos naturales:montes, valles, ríos, flora,fauna. Y todos estos ele-mentos quietos e inmóviles.

Todos definidos en suser. Elementos que no setransforman. que no cam-bian, (Eficazmente contrasu aparencial y engañado-ra movilidad utilizamos losargumentos de Zenon deElea.)

De pronto en mediode este círculo de cosas in-móviles aparece el hom-bre. Y el hombre comienzaa arrancar significados, adar finalidad y sentido atodas las cosas. He aquíahora el movimiento. Heaquí el cambio verdaderoy la transformación verda-dera. Entre las manos delhombre el mundo circun-dante adquiere una movi-lidad maravillosa. El hom-bre valora y hace la pers-pectiva del mundo.

Todo lo que no cam-bia, todo lo que es de unavez para siempre, estemonte, este árbol, este ríoconstituye lo que se llamaNaturaleza. Y por el con-trario todas esas distintasencarnaciones de las co-sas, todos esos diversossentidos, son el perfectocontenido de la Cultura.

Para precisar aúnmás podríamos decir, quesi al mundo de la Natura-leza se le pudiera dar elnombre de geografía, almundo de la cultura le co-rresponde en justicia el

nombre de historia. Asípues, historiador en estesentido fue don José deViera y Clavijo.

2. La Vida.

Don José de Viera yClavijo fue en su actuar vi-tal lo que hoy tiene un hon-do sentido ético: servidor.

Servidor no ya en el

sentido vulgar de precep-tor de nobles sino en unsentido más profundo yuniversal.

Servidor de su épocay siglo, Viera, se acomodaa su más íntimo sentir. Si-glo de universalidad y deAufklarung. Siglo de Enci-clopedia. En Viera el afánde universalidad le empu-ja a conocer todas las cien-

cias naturales en la época.Ciencias naturales, cienciasquímicas, primeros delicio-sos experimentos. Como susiglo fué enciclopedista. Yaquí de nuevo y nunca demanera tan clara se nos re-vela el carácter de Clerc deViera. Ya que la Enciclope-dia no fue otra cosa comodecía D’ Alembert en eldiscurso preliminar, que un

diccionario razonado delas ciencias y de las artes.Es decir en nuestro senti-do: Historia.

Servidor de su patria.Viera tiene un rasgo y unrecuerdo conmovedor.Cuando traduce las obrasclásicas de Francia, ponecomo subtítulo Traducida

Viera y Clavijo, un clerc

universal y cándido

Oleo de Viera y Clavijo pintado por José Ossabarry pocos meses antes de la muerte de nuestro paisano en 1813.

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para España por don Joséde Viera y Clavijo. Así tra-ducida para España. Eneste traducir hay un emo-cionante sentido de nacio-nalidad y un desmedidoafán de servir. De servir asu patria tan necesitada deservidores como huérfanaen este siglo de personali-dad y de genio.

Servidor de su regióny de su isla. Cuando Vieraviaja por el extranjeroaprende en él métodos nue-vos de investigaciones y deestudio. Estos métodos losaplica íntegros en transfor-mar la inmovilidad de lascosas canarias en la vibra-ción y estremecimiento desus historias. Historia deCanarias, Diccionario deHistoria Natural, exámenesde aguas medicinales, yluego su afán divulgadoren sus manuales y catecis-mos, de medicina, de as-tronomía, de agricultura.En todo esto Viera con unmaravilloso carácter deservidor entrega íntegra-mente a su pueblo todo susaber enciclopédico y todasu científica labor.

Pero hay aún más. Yeste más, es ya un balbucirrecóndito de su amor a latierra. Aquí ya Viera sesiente pueblo, familia, ho-gar. Hay en este más, unasimple y franciscana emo-ción del mundo. Un amorpor los objetos humildesde uso cotidiano. Así todasaquellas sus recetas inge-nuas, de pura economía do-méstica. Para arreglarsombreros viejos, paraaprovechar el oro de lasmolduras, etc. Recetasdonde vive secretamenteun sentido de proximidadhacia lo pobre y humilde yun deseo de servir. De ha-cer de nuevo servir todasestas cosas maltrechas. Yde cordialidad por la vidapequeña, él, habitador decortes y admirador de lu-jos cortesanos. Más inten-sa esta proximidad tal vezen aquel su retiro de Las

Palmas cuando la soledady el abandono herían sos-layadamente su espíritu,amigo de la conversacióncordial y fina y de la amis-tad limpia de recelos.

3- La obra.

La obra de Viera, todala obra de Viera tiene elsello y la huella del sigloen que vivió. El siglo fueante todo un siglo narcisis-ta. Narcisista en aquel pre-mioso cuidado de la per-sona en aquella su afecta-da elegancia, en aquel go-zarse en las propias mane-ras y gustos Así como tipo,la máxima figura del siglo:Goethe.

Y este siglo XVIII co-medido y mesurado situa-do entre el XVII con aquelsu desprecio hacia toda

forma y fórmula. Caracte-rizado en el Norte por lallamada vida interior. Y enel Sur por la obedienciaciega de la Contrarrefor-ma. Y de otro lado el XIXtan poco grato en sus exte-riores maneras. Y donde eldesprecio máximo por laforma lo alcanza en la bo-hemia. Siglo un poco tuber-culoso, un poco pesimista,un poco romántico.

Viera como todo elXVIII fue también un goza-dor de su personalidad y desu obra. Aquella curiosamanera de hacer de todo yescribir multiplicadamen-te sobre todo fue una ma-nera de retratarse y de fi-jar su rostro en las aguasmóviles del saber. Su Ga-ceta de Daute sus seudóni-mos, costumbre ingeniosade la época era un modo

de verse como en disfraz.Bajo otro nombre una ma-nera de gozarse mejor. Sen-tirse un poco lejano a símismo para encontrar lanecesaria perspectiva deadmiración. Algo así comocuando Goethe se disfrazapara visitar la familia delPastor de Drusenheim, du-rante su estancia en Estras-burgo como nos cuenta elmismo en sus memorias.

Junto a este gozarse,está la primordial inclina-ción científica de la cultu-ra. El hombre de ciencia esen esta época un magnífi-co escritor. Como Lavoi-sier, como Buffon.

El enciclopedismogravita en torno a la natu-raleza y las ciencias expe-rimentales. Como el otrogran movimiento, humanis-mo, gravita en torno a las

ciencias filosóficas y crí-ticas. A los comentariossagaces.

Unidos estos dos dis-pares movimientos por unacosa común: la elegancia.En uno la elegancia interiory personalidad. En el otroelegancia un poco formaly artificiosa. Como unapastoral de Watteau.

Pero la obra de Vieraen su latitudinarismo haceperder en profundidad suencanto máximo. No llegóa realizar plenamente supersonalidad.

No pudo incorporar-se a su siglo, ni a su patria,en un hacer recio y fuerte.Quedó, nos quedó, a noso-tros isleños. Regional sinquererlo, Y se quedó connosotros en lo más exter-no, es decir en aquello queprendió en las cosas inmó-viles y silenciosas. En sucalidad de historiador.

Viera nos es así unconocido. Un paisano. Aldar la vuelta de regreso delXVIII europeo y español,nos tropezamos aquí en laisla la figura amiga de Vie-ra. Y nos parece entoncescomo si Viera no hubierasalido de las islas. Comosi no hubiera vivido encontacto con los sabios dela época y fuese como unhombre humilde que vivie-se el movimiento científi-co del siglo a través de lasrevistas. Con un poco deentusiasmo y otro poco desoledad.

Y nosotros de regre-so de nuestro viaje por elXVIII es como si al trope-zamos con su obra nos en-contrásemos también consu figura y nos diera ganasde acercarnos a él para in-formarle de los últimosacontecimientos científicosde Europa, en el siglo. Ydespués ya a modo de des-pedida saludarle jubilosa-mente como el único Clerccanario del siglo XVIIIuniversal y cándido.

Francisco Aguilar«Revista de Historia Canaria

1 de Octubre de 1931

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Portada de la Historia Natural de las Islas Canarias (1799)

Tesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artístico

Uno de los episodios dela Pasión se sucede con la Fla-gelación o Azote de Jesucris-to. Los evangelistas nos ha-blan ya del hecho, a pesarde haberlo silenciado SanLucas, siendo sin lugar a du-das uno de los más sangrien-tos y tormentosos de los quese hayan representado

La flagelación tiene unavertiente más escultórica,como imaginería procesionalvinculada a los cortejos y cul-tos de la Semana Santa. Lasprimeras representaciones sa-len de los talleres andalucesdel Seiscientos, teniendocomo ejemplo más represen-tativo en Canarias la esplén-dida talla conservada en eltemplo de San Juan Bautistaen la Villa de La Orotava, obrade 1689 del sevillano PedroRoldán. Esta obra cumbredentro del arte pasional en elarchipiélago, queda definidapor el Dr. D. Jorge BernalesBallesteros como una obra deiconografía granadina e in-usual en Sevilla, donde adop-ta la tradicional postura de susfiguras de pies con una cur-vatura en las cervicales y elcuello que le hacen inclinar lacabeza ligeramente hacia de-lante.

En las centurias pos-teriores, llegan a Canariasobras de esta representraciónde Cristo procedentes de dis-tintos talleres genoveses (Ca-tedral de La Laguna, Ntra.Sra. de la Concepción en Val-verde...) como peninsulares(Icod de los Vinos).

A lo largo del siglo XX,fueron las imágenes industria-les las que cubrieron las ne-cesidades parroquiales, obrasseriadas carentes de valor ar-tístico (Puerto de la Cruz,Guía de Isora, Realejo Bajo,etc.)

En el caso de Los Rea-lejos, sus templos atesorarondesde los primeros momen-tos esta representación deCristo Atado a la Columna.En el templo del Apóstol San-tiago se comienza a citar unaimagen del «Señor de la Co-lumna» desde 1775 cuandoel Hermano Mayor de la Her-mandad del Santísimo secompromete a costear su pro-cesión cada Miércoles Santo.La imagen, de tamaño natu-ral, fue rehecha «transforma-da» en 1928 por el escultor

orotavense Nicolás Perdigón,tal y como se desprende desu diario (Archivo FamiliarPerdigón, Diario II, fol. 34):«en ella se utilizó la maderade otro muy antiguo que exis-tía en la misma parroquia».Esta recomposición fue paga-da por lo fieles, haciéndoleuna rebaja por la amistad quemantenía con «Dolores, la deSilvestre» una conocida suya.En este mismo trabajo reali-zó el diseño del destacadosolio de plata que hoy pre-senta la imagen. La obra deserena gracia, prescinde dejuego anatómico intentandoemular a la imagen homóni-ma del sevillano Pedro Rol-dán, mencionada anterior-mente y conservada en eltemplo de San Juan Bautistade La Orotava. La influen-cia de aquel autor sevillano esnotoria, aunque el modelo di-fiere bastante del resultado fi-nal.

En el templo de la Con-cepción, el misterio de la fla-gelación o de los azotes deCristo ha tenido dos represen-taciones. La primera de ellas,desaparecida en el incendio de1978, fue regalada a la Pa-rroquia por D. Martín Tosteen 1941. Era imagen de ta-maño natural, seriada, por ta-lleres peninsulares, de mar-cado idealismo y mística. Conla llegada de ésta, desaparecela antigua procesión del Man-dato que salía cada JuevesSanto después de las celebra-ciones litúrgicas del día. Laimagen fue colocada en el ni-cho superior izquierdo del re-tablo mayor del citado tem-plo. De allí era bajada paracolocarla en el trono que ri-camente adornaba y custodia-ba la familia del donante. Des-de su llegada hasta su desapa-rición, era portada en su sali-da procesional por la Venera-ble Hermandad del Santísi-

mo.No será hasta el año

1999 cuando este tema de laPasión de Nuestro Señorvuelva a procesionar por lascalles del casco del Realejo deAbajo. La nueva imagen fuebendecida el 20 de marzo deese mismo año en el temploparroquial de Nuestra Señoradel Carmen, por parte delmuy Ilustre Sr. D. MauricioGonzález González, VicarioGeneral de la Diócesis, reci-biendo el nombre de NuestroPadre Jesús de la Salud yMisericordia atado a la Co-lumna. Los padrinos fueronsus propios donantes, D. An-tonio Vera Pérez y su esposaDña. Ascensión Pérez Do-mínguez. La obra realizadaen madera de roble, salió dela gubia del escultor sevilla-no Francisco Fernández En-ríquez, que se vio ayudado porparte de sus hijos, Darío yRubén Fernández Parra. De

proporciones que sobrepasanel tamaño natural, nos presen-ta un rostro de marcado dra-matismo y angustia, propia delmomento de agonía y supli-cio por el que estaba pasandoJesús. Su labor escultóricasobresale por el estudio ana-tómico, poniéndose de relie-ve tanto en el trabajo del ca-bello como en el de las ma-nos. En definitiva, en estaimagen observamos la pervi-vencia de la escuela andaluzay, especialmente, los ecos dePedro Roldán.

Cuatro años despuésde su llegada, se funda cofra-día para la custodia y vene-ración de la imagen, cuyosmiembros tienen su culto prin-cipal cada Jueves Santo don-de la procesionan, visitandoel núcleo de San Agustín.

La Flagelación: «Cristo Atado a la Columna»

Manuel J. Hernández GonzálezOrlado Remón Pérez

(Semana Santa de Los Realejos. 2004)

Señor atado a la Columna de Realejo Bajo (1999). Señor de la Columna de la Iglesia del Apóstol Santiago.

Imágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdo«Noticioso el Pueblo

del Realejo de arriba deque el limo. Sr. Obispo deCanaria debía trasladarsea él el 8 del corriente messalieron las autoridadesciviles y militares, una co-misión del clero y perso-nas principales del Puebloa recibirle a la calzada dela Gorvorana, así como lasautoridades, clero y perso-nas notables del Realejo deabajo que también se re-unieron en dicho punto. Alponerse el Sol llegó Suilustrísima acompañado dela autoridad civil y otrasmuchas personas notablesdel Puerto y Villa de laOrotava, de forma que pa-saba de 50 individuos lacomitiva que siguió con elSr. Obispo hasta la parro-quia de Santiago del Rea-lejo alto. Al repique de lascampanas de las ermitaspor donde pasaba el séqui-to acompañando a Su ilus-trísima, con el mayor entu-siasmo. El venerable Ar-cipreste Sr. Chavez con elresto del clero y herman-dad del Santísimo, recibie-ron con palio al Sr, Obis-po en la puerta de la Pa-rroquia; entró en el temploy oró y seguidamente,acompañado siempre detodos, se retiró al Palacioque le tenía preparado elSr. Arcipreste y Beneficia-do Rector D. DomingoGonzález Chaves. Despuésde un corto descanso sesirvió al Sr. Obispo, auto-ridades y demás personasque le acompañaban unabundante y lucido refres-co.

El día 9 se ocupó SuIlustrísima en dar confir-maciones a 725 individuos,y terminadas que fueron,regresó a Palacio en don-de se le sirvió un esplén-dido banquete, al que con-currieron los acompañan-tes, el clero de ambosRealejos, autoridades yotras personas notables deestos pueblos y de la Oro-tava. Durante la comidahubo improvisaciones enhonra del Smo. Padre, de

Nuestra Reina y del Sr.Obispo, entre las cuales elVenerable Arcipreste D.Domingo González Chavezen nombre de los habitan-tes, dirigió al obispo elsoneto del tenor siguiente:

¡Oh que ostensible lamano del Eterno! ¡Cuánadorable es su Providen-cia!., Dios nos envía alhombre de la ciencia, De-chado de virtud, de luceslleno. El eco de su voz esdulce, ameno.

Su semblante deamor y su presencia. Di-cen que el corazón y laconciencia. Son del justo:los del probo y bueno: So-bre sus hombros la ovejadescarriada Lleva alaprisco: solicito cuidado

Ostenta por su grey,su grey amada: Como elIris de paz ha sido envia-do Por la mano de Dios,siéndole dada. La misiónde Jesús, con el cayado.

En la tarde del día 9 setrasladó Su Ilustrísima al pue-blo del Realejo de abajo,acompañado siempre delclero, autoridades y perso-nas notables y a la entrada

del citado pueblo le espe-raban ya el Ilustre Ayunta-miento, autoridades y mu-chas personas del puebloansiosos de ver a S. Iima.Visitó la Iglesia del ex-con-vento de Recoletas y des-pués se dirigió a la Parro-quia de Ntra. Sra. de Con-cepción, a donde fue reci-bido por el clero con palio.Después visitó la ermita deS. Sebastian y siguió en di-rección de la casa de losPríncipes de Asculi en don-de debía pasar la noche. Elrecibimiento fue digno detan ilustre huésped y a sullegada se le sirvió un re-fresco de helados, dulces ypastelería.

La mañana del día 10,después de celebrar el San-to Sacrificio de la Misa en elOratorio, salió en dirección ala Parroquia con el fin de ad-ministrar el Santo Sacramen-to de la Confirmación, acom-pañado de las autoridades ysujetos notables de este Pue-blo y seguido de una Orquestade Música que tanto en lacalle como en la lglesia asu ida y vuelta tocaron va-rias piezas escogidas; fue-

Eclesiásticos de estos Rea-lejos, el sr. Alcalde, Sres.Jueces de Paz Militares ydemás sujetos de la Villa,Puerto y de estos pueblos:durante la comida, la ban-da de Música estuvo tocan-do; se recitaron improvisa-ciones en verso y prosa enloor de N. Santísimo Pa-dre Pio Nono, por su Se-ñoría Ilustrísima, porNuestra Augusta ReinaDoña Isabel II, por el felizéxito de nuestras armas enMarruecos, por el buenacierto de las PotestadesRegia y Pontificia en darla Administración de estaDiócesis a este ilustre Pre-lado y porque se decida fa-vorablemente el nombra-miento de un buen Pastorpropio para esta Diócesisque tanta falta está hacien-do.

La visita a Los Realejos del Obispo

de Canaria, Fray Joaquín Lluch

Garriga (1859)

ron favorecidos y recibie-ron este Santo sacramen-to de la Confirmación1.019 personas de ambossexos. Eran más las tresde la tarde cuando se sen-tó a la mesa el Sr. Obis-po, con los tres Sres. Ca-pitulares de Tenerife, elVenerable ArcipresteVbles. Beneficiados y

En el Pleno delAyuntamiento del RealejoAlto, de 26 de Septiem-bre de 1936, se vio un ofi-cio del Gobernador Civilpara cambiar el nombrede calles y plazas que re-presentan ideas rechaza-das por los verdaderospatriotas de España.

De este modo, laantigua calle del Medio,se llamaría calle de «Ge-neral Franco» como ho-menaje sincero al salva-dor de España.

También se trasladóel nombre de la calle«Viera y Clavijo» a la ca-

lle donde naciera, en sus-titución de Capitán GarcíaHernández y se dio nom-bre de «Calvo Sotelo» a lacalle de Viera y Clavijo,por tratarse de un Mártir delas hordas marxistas. Porúltimo se acordó reponerel nombre de» AvenidaPrimo de Rivera» a la ca-lle del Capitán Fermín Ga-lán.

Realejo Alto cambia el nombre

a sus principales calles (1936)

Fray Joaquín Lluch se alojó en la Hacienda de Los Príncipes.

Fray Joaquín Lluch. Obispode Canaria.

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Tanto el Realejo Altocomo el Bajo son florecien-tes por su agricultura, espe-cialmente en los cultivos deplátanos, tomates, patatas,cereales y vinos, contandocon hermosísimos caudalesde agua que abastecen conexceso el riego de esta zonaagrícola, pues el agua de al-gunos de sus ricos manan-tiales llegan hasta Santa Úr-sula.

El Realejo Alto es pue-blo que, debido sin duda al-guna a su riqueza, se ha pre-ocupado constantementepor su buena administraciónmunicipal, pudiendo decirseque no ha sido nunca inte-rrumpida a pesar de las ad-versidades de la política, ycomo muestra de su intensalabor, posee unas magníficasCasas Consistoriales, cuyosalón de sesiones es admi-rado por muchos visitantesen cuanto al exquisito gustocon que está instalado.

También la labor muni-cipal del Realejo Bajo esdigna de elogio, pues aunquees más pobre y sus ingresosmás escasos, ha hecho cuan-to humanamente le ha sidoposible por el mejoramientoy urbanizado del pueblo,realizando importantes obrasen estos últimos años.

REALEJO ALTO

Pueblo con más de8.000 habitantes y a 298metros sobre el nivel del mar,pueblo principalmente agrí-cola, siendo sus principalescosechas las de plátanos,maíz, patatas, tomates y tri-go.

Cuanta en la actualidadcon catorce escuelas unita-rias y un colegio de segundaenseñanza, de preparaciónpara ingreso en el Instituto.Tiene una estación de Telé-grafos y comunicación tele-fónica con todos los pueblos,tanto urbanos, como interur-banos.

Tiene hermosos ba-rrios, como el de San Agus-tín, donde se halla la clínicadel doctor Estrada, dotada

con todos los mayores ade-lantos del día, farmacia cimportantes comercios. LaCruz Santa, popular por susvinos; La Carrera, San Be-nito, Palo Blanco y Longue-ras.

Su principal actividadindustrial son las galerías deagua, hoy en decadenciapor la baja del plátano. Tie-ne instalada en Gordejuelauna gran máquina de vaporpara elevar las aguas queallí brotan.

Cuenta con dos socie-dades de recreo y un hos-pital o casa de socorro, de-

bido a la fundación delabintestato de don Juan RuizAndión. Este hospital fueinaugurado oficialmente eldía 7 de agosto de 1932 yen él han recibido asisten-cia médica cerca de un cen-tenar de enfermos de estepueblo y otros de la isla.Consta de sala de operacio-nes, dos salas para enfer-mos operados, cuatro salaspersonales, sala de esteri-lización, sala de recibo,baño y demás servicio, todoel con material moderno,sobre todo el quirúrgico deoperaciones. Como direc-

tor figura el reputado mé-dico, don José García Es-trada.

Tiene este puebloalumbrado eléctrico, casade Correos. También cuen-ta con sitios de esparci-miento y recreo, haciéndo-le sólo falta para que pue-da ser conocidos estos her-mosos sitios, la carretera ala Guancha, que parte, se-gún su trazado, desde laplaza de este Pueblo.

REALEJO BAJO

Pueblo como el Rea- Díario «Hoy». Enero de 1934

lejo Alto. Con 5.000 habi-tantes, y a 250 metros so-bre el nivel del mar. Cuen-ta este pueblo con un belloejemplar de Drago, él máshermoso de la isla.

Sus produccionesprincipales son los pláta-nos, las patatas y las legum-bres. Tiene sitios tan deli-ciosos y de esparcimientocomo la Rambla de Castro,Tigaiga, Los Lagares deAbajo, San Vicente y el nun-ca bien ponderado miradordel Valle, «El Lana». Tieneteléfono, cartería, notaría, 4sociedades de recreo, 12escuelas unitarias. Y cuen-ta también con cuatro her-mosas plazas de recreo, so-bre todo la que se hallafrente a la iglesia, que tieneun bello tapiz de flores yárboles y un excelente pisode losetas de granito.

Posee el Ayuntamien-to un buen edificio, en elcual además de las oficinasde secretaría, juzgado, re-caudación y otras depen-dencias, tiene instaladosdos buenos salones de es-cuelas, uno de niñas y otrode niños. Este edificio, quefue en otro tiempo conven-to de monjas, es uno de losconventos más modernosedificados en esta isla. Suprimera piedra fue coloca-da el 4 de abril de 1601,por el capitán don Juan deGordejuela y Palacio, re-gidor de Tenerife, y su es-posa, Catalina de Mesa.

Los dos Realejos, algunos

datos informativos (1934)

Calle de la Alhóndiga ( Realejo Alto)

Plaza de la Iglesia (Realejo Bajo).

Imágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoImágenes para el recuerdoIcod el Alto, el más

pintoresco de los pobla-dos tinerfeños, es conoci-do sólo por su nombre porcasi todos los habitantesde esta isla. Todos hanoído hablar de la existen-cia de este rincón del Rea-lejo Bajo. Pero de las be-llezas de su paisaje no seha enterado relativamentenadie. Son muy pocos loshijos del terruño que hantenido ocasión de saborearun paseo por sus campos,alfombras policromas,que en todo tiempo alber-gan en su seno una semillaque germina para conver-tirse luego en sustento oahorro.

Esta ignorancia a quesiempre ha sido sometidoIcod el Alto se debe úni-camente a la falta de víascómodas de comunica-ción, pues hasta los actua-les tiempos sólo le unencon el casco del pueblo unmal camino de herraduraque en invierno, a más depeligroso, es casi intran-sitable.

Si este pintoresco ba-rrio contara con una carre-tera que le pusiera en con-tacto con la red general deTenerife pronto se conver-tiría en un lugar predilec-to para el turismo que cadadía afluye con mayor in-tensidad a nuestra isla, yque aparte de su climabenigno y saludable a tra-yecto, que se recorra seestá ante un nuevo pano-rama siempre bello y atra-yente que son precisamen-te los motivos primordia-les por los cuales se vie-ne ganando la atención delforastero.

Son incontables losparajes hermosos del so-lar icodaltero; pero por suimportancia sobresalientehe de citar el panoramaque se domina desde «ElLance», el único que sepuede llamar sin ser unafarsa, el más precioso ycompleto del valle de laOrotava.

También es admira-ble la «vista de pájaro» de

las ramblas que se dominadesde «El Riego» y otroslugares a gran altura sobreel nivel del mar, y casi ver-ticalmente con la costa.Igualmente sublime es la fi-

gura majestuosa del Teide,que de todos puntos del ba-rrio se presencia, y que noobstante hallarse a una grandistancia de nuestro sitio, lalongitud aparente nos hace

pensar que en breves mo-mentos nos podríamos co-locar en su vértice.

Todas estas bellezas, ymuchas más que no cito, nose imponen a la contempla-

ción del turista porque seríabaladí hacer eco de ellas,puesto que se tropieza conel sacrificio que significa elacceso a aquellos lugarespor caminos en pésimascondiciones, por cuyo mo-tivo la necesidad de que seconstruya la trazada carrete-ra, hace muchísimos años, seimpone a grandes voces.

Como más arriba dejodicho, Tenerife va ganandoterreno en las corrientes tu-rísticas mundiales; pero aúnquedan en nuestra isla mu-chos parajes de mucho inte-rés que presentar al que nosvisita, y éstos que encierraIcod el Alto, son de ellos losmás necesitados.

Así, pues, correspondea las entidades competentesel poner el máximo interés enel asunto de dicha vía da co-municación, que es el clamorunánime de aquellos más dedos mil vecinos, lo únicos enTenerife que están injusta-mente faltos de tan necesa-rio beneficio en pro del turis-mo y del comercio.

Icod el Alto: un álbum de

paisaje olvidado

Se ha llamado la aten-ción de las autoridades deeste pueblo respecto alabandono en que se tienenlos intereses Agustín, espe-cialmente de la plaza deJoaquín Estrada, sin quenuestros lamentos hayanllegado a oídos de la Cor-poración.

La plaza jardín que an-tes citamos es actualmente unverdadero asco, no pudién-dose permanecer en ella por-que la enorme cantidad depolvo que se levanta cubrelas flores y bancos, así comoel traje del que se detengaunos minutos dentro de suárea.

Estas anomalías de-penden, en su mayor parte,de la poca vigilancia exis-tente por este barrio, pueses raro ver en estos contor-

nos a guardia alguno, y sioteamos a estos agentes mu-nicipales, es casi siempre detránsito en los autobuses deservicio entre los dos Rea-lejos. No sabemos a qué sereduce el servicio de losguardias municipales delRealejo Alto.

Sabemos que a estosguardias no se las nombra

el servicio diario, por lo queellos hacer lo que mejorcreen, sin que se les ocurradarse una vuelta por SanAgustín.

Este Ayuntamiento tie-ne suficientes guardias paravelar perfectamente la po-blación. Lo que falta es unfuncionario que se dediquea nombrar los servicios,

sin olvidar que el barrio deSan Agustín, por ser el nú-cleo de más habitantes den-tro del pueblo y el más im-portante por existir en éllos establecimientos másfrecuentados e imprescin-dibles, requiere también elmejor servicio.

El mal estado de la plaza de Joaquín García Estrada

Diario «Hoy» mayo de 1934

Vista de uno de los caseríos de Icod el Alto.

Plaza de Joaquín García Estrada.

J. PÉREZ SIVERIODiario Hoy, enero de 1934.

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El maestro de la Cruz Santa

que cantaba la misa en

Realejo Alto (1915)

Hace algunos días, elperiódico republicanopuro de la capital « LaPrensa», publicó una de-nuncia de varios vecinos dela Cruz Santa, en la que seacusa al maestro de aquelpago nada menos que detener abandonada la Es-cuela por irse a cantar enla iglesia del Realejo altoen los días de Semana San-ta.

Nosotros nos entera-mos de tal denuncia, peronos pareció tan inocenteque ni siquiera la conside-ramos digna de ser refuta-da; pues el hecho de queun maestro, en días comolos citados, que son de va-caciones, o en cualesquie-ra otros días festivos, quees cuando se celebran lassolemnidades en las igle-sias de estos pueblos, vayaa ellas a cantar, ni consti-tuye falta, ni su denunciamerece defensa.

Además, todo el mun-do sabe ya como son esasdenuncias que salen en losperiódicos políticos firma-das por varios vecinos. Alo mejor, ni hay tales va-rios ni mucho menos, sinoun cacicastro cualquiera,el que tal vez no manda sushijos a clase por no lavar-les los pies, pero que sabeque los políticos profesio-nales le adulan porque tie-ne cuatro votos, lanza con-tra el maestro uno de esoscartuchos de dinamita bienporque el funcionario nocomulgue en su parroquia,bien porque al saludarlealgún día no le mostraratodo el servilismo a que elmontera se consideraacreedor.

En el caso que nosocupa, puede ser que ni si-quiera de la Cruz Santa, nidel Realejo a que este pagopertenece, sean los variosvecinos firmantes del bó-lido. Pero estas cosas lassaben las autoridades y nolas ignora ni siquiera elmás palurdo concejal de unayuntamiento de aldea. ¿Aqué, pues, tomarse la mo-lestia de defender en tal

caso al maestro?Pero el citado perió-

dico, que se tiene la honrade estarse distinguiendopor sus frecuentes ataquesa los funcionarios docen-tes, sobre todo a los máshumildes, a los que por lasinjustas pretericiones deque son objeto, sólo com-

pasión y defensa merecen,«La Prensa», decimos,vuelve a tocar de paso elresorte de esa denunciainocente, en un artículoque publica el día 8 delactual, bajo el rimbom-bante epígrafe Desbara-juste en el que recuerdacon orgullo las saludables

gestiones del célebre go-bernador de España Sr.Eulate, aquella recta auto-ridad que ostenta en losfaustos de su brillante his-toria política, el hecholaudatorio de cometer conun pobre maestro el mayoratropello que ha sufridojamás uno de su clase. ¡Y

cuidado que han sufridoatropellos y vejámenes losmaestros.

De algún tiempo aesta parte es cuando «LaPrensa» se viene dandocuenta de que la enseñan-za en estas islas se encuen-tra abandonada. Y paraella, la mayor parte de cul-pa la tienen los maestros,porque se van a cantar a lasparroquias los días de va-caciones.

¡Miren ustedes quetiene razón de estar alar-mado el colega! ¡Lástimaque el actual gobernadorSr. Centaño no dispusie-se una amarrada de maes-tros sochantres. ¡Y preten-den estos parásitos delPresupuesto que se lesconceda la gratificaciónde residencia y que perió-dicos que se tienen porserios y justicieros lesapoyen en sus reclama-ciones! ¡No faltaría más!¡Leña es lo que merecen!Y, efectivamente, leña eslo que el querido colegatiene para los maestros.Dios se lo, pague, com-pañero.

Todo el vecindariodel Realejo-Alto se hallamuy preocupado con la tar-danza que se observa, porparte de los poderes públi-cos, en la reparación de suhistórico templo que, dedía en día, se halla en es-tado más ruinoso. Muchoscatólicos temen ya asistira la misa dominical te-miendo serios peligros.

***********Para fomentar la agri-

cultura y extender más elriego en estos Realejos,trata de montar una máqui-na que eleve unas tres milpipas de agua, que existenen unos manantiales de la«Rambla de Castro», elrespetable señor de la Oro-tava, D. Fernando Salazar.

Se están ya haciendo losestudios previos.

***********Sigue mejorando muy

notoriamente nuestro con-vecino D. Vicente Hernán-dez, que, atacado de la le-

pra, se halla bajo el régi-men curativo del renom-brado curador de la mis-ma don Ángel García, hon-ra de Tenerife.

Sigue en aumento elinterés de muchísimos pue-blos de la provincia por

saber el curso de esta en-fermedad en el menciona-do paciente, y se va hacien-do cuerpo la idea de ofre-cer al señor García la can-tidad de cincuenta mil pe-setas, para que venga a estaisla o a la provincia, conel fin de que cure a los ata-cados de dicho mal que sehallan en el Hospital de S.Lázaro de Las Palmas, ydemás pueblos del archi-piélago.

¡Oh! ¡Si los Cabildos,la Diputación, los Ayunta-mientos y los acaudaladosde la provincia se movie-ran ante esta idea, cuantobien se haría y cuanto malse remediaría!...

A. H.«Gaceta de Tenerife»

septiembre de 1917

La Iglesia de Santiago, manantiales de Rambla de Castro y la lepra (1917)

«Eco del MagisterioCanario» julio de 1915

Niños en la plaza de La Cruz Santa.

Plataneras en Rambla de Castro.

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Ruiz de Andión espara la gran mayoría de LosRealejos un gran descono-cido. Sabemos de su exis-tencia porque una de lascalles más populosas de LosRealejos, la que va desde elPuente de San Agustín, alPabellón de Deportes deLa Carrera, lleva su nom-bre, y por la fundación be-néfica que se había creadoen el año 1925 con el nom-bre de Fundación de Abin-testato de don Juan RuizAndión y cuya finalidad eracontribuir a elevar la cultu-ra de los hijos más necesi-tados del pueblo.

Juan Ruiz de AndiónCapitán de Infantería retira-do murió el 19 de enero de1910 y tras su fallecimientoapareció un curioso testa-mento que por su redacciónfue recogido por la prensade las Islas. En estas pági-nas damos a conocer estetestamento y la fradulentaventa de una propiedadsuya en La Laguna:

Como complemento ala historia del famoso rema-te de la finca de San Luis,llevado a efecto por el Re-caudador de contribucionesde La Laguna, hemos ob-tenido una copia del curio-so testamento que a conti-nuación reproducimos yque pudiera dar mucha luzen este ruidoso asunto.

Honestas doncellas deLos Realejos, atención: Tes-tamento de Doña Catali-na de Andión y Calderin,23 de Mayo 1860 anteDon Miguel Quintero—Realejo Bajo.

«Cláusula 44. Institu-yo por mi único y universalheredero al referido mi hijoD. Juan Ruiz y Andión,para que haya y herede elremanente de todos mis bie-nes, pero si este falleciesedespués que yo y sin dejarsucesión ni institución deheredero, quiero que con laproducción de todo se do-ten a las pobres huérfanashonradas que haya en estos

Realejos, vistiéndose deblanco y con vela encendi-da en las manos el día dela Purísima Concepción yel día del Carmen en estosRealejos colocándose enuno y otro día delante delaltar de la Imagen. De todoesto datará la comisión quedebe componerla el Alcal-de, el Personero, los vene-rables Párrocos con asis-tencia del Excmo. que defe, y de no haberlo del Srio.de este Pueblo, cuyo dine-ro les serán repartidos ental caso a las huérfanas eldía treinta de Abril ytreinta de Mayo de cadaaño. El testamento es ce-rrado y lleva esa fechapresentado al escribano el23 del mismo mes».

Se conoce que el Re-caudador de La Lagunaconocía este curioso testa-mento. Y lo que él diría.Para que le enciendan ve-las a la virgen del Carmen,primero estoy yo que to-das las doncellas.

Historia curiosa.Los bienes del señor

Ruiz Andión. Pujas a lallana. Cinco mil duros en

promesas.

Por lo edificante yasombrosa, copiamos da ElProgreso la sabrosa histo-ria siguiente: Aunque no so-mos precisamente los másllamados a romper lanzas endefensa de los intereses delEstado— que para eso es-tán los funcionarios que co-bran espléndidos sueldos—como se trata de un caso queha sorprendido y escandali-zado a muchas gentes,nuestro deber de cronistas einformadores nos obliga arelatarlos con todos sus de-talles, para satisfacer de estamanera la natural y veces in-sana curiosidad de los lec-tores. Se trata, pues, paralos fines reporteriles de unbuen suceso, con bastanteenjundia de textos legales ycifras de duros y pesetas.

Y vamos al caso. Hace

días fue sacada a remateen la Laguna una hermosafinca, propiedad del finadocaballero don Juan Ruíz deAndión, cuya finca radicaen el pueblo de Tegueste ytérmino conocido por SanLuis....

¿Causa de remate?Un débito de contribucio-nes por valor de 365 pese-tas y 92 céntimos, con in-clusión de apremios y de-más impuestos. Total, comodecimos, 365 pesetas y 92céntimos.

El mandamiento deembargo fue presentado enel Registro de la propiedadde la Laguna el 28 de Ene-ro último, encontrándose elSr. Ruíz Andión gravemen-te enfermo, y cumplidos és-tos y los demás trámites queel celo del Recaudador tuvopor conveniente practicar, lafinca fue rematada en la Re-caudación de contribucionesde La Laguna, siendo pos-tores Don Manuel Ruíz Gui-

Los bienes del señor Ruiz Andión. Las doncellas

de las 25 mil pesetas. ¡Ojo con la herencia!

(Pasa a la página siguente)

Un testamento de la madre de Ruiz Andión legaba su fortuna a las honestas doncellas de Realejo Bajo para que acompañaran con velas a la virgen del Carmen.

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rola y D. Francisco Cáce-res, conocido por PanchoDora, íntimos amigos y co-rreligionarios del Sr. Pintode la Rosa, Recaudador.Se hizo, en efecto, la su-basta en familia, y despuésde varias pujas entre am-bos amigables señores, ad-judicósele la finca a D.Francisco Cáceres, comomejor postor, por la sumade 6.400 pesetas.

¿Está esto claro,como diría Maura?.... Puesbien; añora resulta, segúnmanifestaciones de variospropietarios de Tegueste,que esa finca da San Luisvale, por lo menos, unas¡¡30.000 pesetas!!.... Y hayalgo todavía más gráfico yelocuente. Uno de los co-lindantes de la citada fincahabía autorizado a un suamigo, residente en la La-guna, pera el caso de quefuera subastada la finca,que subiera el tipo de lamisma a 25.000 pesetas ;pero ese señor no pudoconcurrir a la subasta por-que ignoraba el día en quese verificaba, de donde re-sulta que todos los aspiran-tes y licitadores, con ex-cepción de los dos amigosdel Recaudador, vivía enBabia o en el Limbo.... ¡Siserían miopes!

¡Y así será tambiénsorprendente el caso! Por-que lo cierto, lo innegablees que ni aquel señor de laLaguna ni otros que queríanacudir a la subasta supie-ron que se hubiera produ-cido edictos, aunque dadaslas condiciones de integri-dad del Secretario da Te-gueste, se presumen comono podía ser menos publi-cados. Esta es la historiadel original y sorprendenteremate, que puede conden-sarse en dos palabras. ElEstado, señores funciona-rios llamados a velar porsus intereses, ha perdido enesta subasta, o como quie-ra llamársele, ¡Unos cincomil duros!

¿Quiénes han sido loscausantes de todo esto? No

lo sabemos ni nos importasaberlo. Si fuésemos noso-tros los herederos del Sr.Ruiz Andión, ya sabríamosque cartas tomaríamos enel asunto. Pero aquí el úni-co heredero universal delseñor Andión, por no de-jar éste parientes dentro delsexto grado, es el Estado,y las personas llamadas aintervenir en el asunto,como representantes de él,son: El Abogado del Esta-do en esta Capital, el De-legado de Hacienda, y elJefe del Establecimiento deBeneficencia de la provin-cia conforme al artículo956 del Código Civil».

Junta deBeneficiencia

En mayo de 1926, se-gún publicó el diario «ElProgreso» Con la presi-dencia del Sr. Villar yGrangel, se reunió en elGobierno civil la Juntaprovincial de Beneficencia

en la que se dio cuenta a laJunta del expediente de he-rencia de don Juan Ruiz An-dión, fallecido en RealejoAlto, por abintestato. LaJunta acordó, en cumpli-miento de la R. O. de 18 deJunio del año anterior, quepor el señor tesorero se re-tire de esta Delegación deHacienda la cantidad de51.984 pesetas, importe dellegado, con objeto de entre-garlo al Patronato constitui-do en dicha localidad, apli-cándolo a material de ense-ñanza

Fundaciónbenéfico- docente

En julio de 1933, lafundación benéfico - docen-te «Juan Ruiz de Andión»realiza un comunicado a tra-vés del periódico «Gacetade Tenerife»: «Teniendo no-ticias de que muchos vecinosde este pueblo se desconocela verdadera finalidad de lafundación benéfico-docente,de carácter popular, «Don

Juan Ruiz de Andión», hacien-do interpretaciones erróneas,el Patronato que suscribehace constar: 1.º Que esta fun-dación sólo cuenta con unarenta anual de dos mil cuatro-cientas nueve pesetas con se-senta céntimos, distribuidade la siguiente forma, conarreglo al presupuestoaprobado por el Ministeriode Instrucción Pública yBellas Artes: Para profeso-res, 1.400,00 pesetas; paramaterial, 600,00; para al-quiler del edificio, cuya can-tidad se abona al Ayunta-miento por ocupar la casaque estaba destinada a ha-bitación del maestro del cas-co número 1, 500,00; se-guro de incendio del mate-rial y mobiliario, 260,00;alumbrado y limpieza,158’55; gastos de adminis-tración: honorarios al apo-derado en la capital (entreotros), 240,95; 1 por 100a la Junta Provincial de Be-neficencia, 241,00.—Total,2.409’60 pesetas.

2.° Que conforme or-den del expresado Ministe-rio, de Febrero del año de1931, esta fundación soloestá obligada a dar clasegratuita a 30 niñas pobresprocedentes de las escue-las nacionales, explicándo-les Matemáticas, Gramáti-ca Castellana, Historia,Geografía y Ciencias natu-rales de modo que sirvanpara el ingreso en los estu-dios del Bachillerato; y 3.°Que como sólo cuenta con1.400’00 pesetas para pro-fesores, desde Septiembrepróximo se dedicará a cum-plir estrictamente su única fi-nalidad.

Realejo Alto, 12 deJulio de 1933. El alcalde ac-cidental-patrono, JoséGonzález González; el pá-rroco patrono, Lic. CarlosDelgado; el presidente delConsejo Local de PrimeraEnseñanza, patrono en re-presentación de dicho Con-sejo, José Hernández Quin-tero .

(Viene de la página anterior)

Calle de Ruiz de Andión en La Carrera.

Programa de los fes-tejos que se celebrarán enel Realejo bajo durante losdías 23, 24, y 25 del co-rriente mes de Agosto enhonor de la Stma. Virgen,bajo el nombre de los Afli-gidos N. S.

Día 23.—En la ma-drugada de este día alegresrepiques de campanas y eldisparo de cohetes anun-ciará al vecindario el co-mienzo de las fiestas. |

A las 9 de la mañana,misa en el altar de N. S. Alas tres de la tarde, solem-nes vísperas.

A las 8 de la noche,nombre a la Stma. Virgen,con sermón que pronuncia-rá el distinguido orador D.Jerónimo Padilla.

Y, como final de losfestejos de este día, paseoen la Plaza de la Iglesiaconvenientemente ilumina-do, amenizado por la Ban-da de música de este Rea-lejo y quemándose vistososfuegos artificiales, entreestos los graciosos caba-llos de fuego.

Día 24. A las 10 dela mañana, solemnísimamisa, con vestuarios, can-tándose la del maestro Bor-desse y hallándose el tem-plo parroquial suntuosa-mente adornado; exposi-ción de ( S. D. Majestad.

A las 4 concierto enla Plaza de la Iglesia porlas Bandas de música, delPuerto de la Cruz y de estalocalidad. Durante esteconcierto se elevarán va-rios globos aerostáticos.

A las 8 de la noche,nombre a la Santísima Vir-gen con exposición de S.D. M. y sermón a cargo delnotable orador D. Francis-co Herráiz Malo, termina-do el nombre, saldrá pro-cesionalmente la veneradaImagen recorriendo la Pla-za de la Iglesia, y calles dela Iglesia y Cantillo, acom-pañada del Clero, Herman-dades y de las dos bandasde música citadas. En eltrayecto se quemarán mul-titud de bengalas, piezas de

fuego de artificio e innume-rables cohetes. Tanto laPlaza como las calles re-feridas, estarán profusa-mente iluminadas a la vene-ciana y con acetileno; y alretorno de la procesión ten-drá efecto el sorprendenteacto llamado «La Entrada»,que convertirá la referidaPlaza durante breves minu-tos, en mágico edén.

Después de la proce-sión tendrá lugar un anima-do paseo en la propia plaza,durante el cual ejecutará es-cogidas partituras la Bandamunicipal del Puerto de laCruz, y se quemarán precio-sas piezas de fuegos artificia-les.

Día 20. — A las diezde la mañana la solemne fun-ción religiosa denominada delas «Proveedoras», en la quepredicará el mismo oradorSr. Herráiz y procesión de laSagrada Efigie que recorre-rá, acompañada de sus de-votos, del Clero Parroquialy de las bandas de S. Juande la Rambla y de este pue-blo, las plazas de la Iglesia ySan Sebastián, y calles delMedio, Marquez, Cruz Ver-de, hasta el Cementerio,

donde descansará la San-tísima Virgen, y predicaráun distinguido orador sa-grado.

Alas 4 de la tarde con-cierto musical en la ya repe-

tida plaza por las mencio-nadas agrupaciones artísti-cas de la Rambla y el Rea-lejo, y como fin de fiestashabrá una animada verbe-na en la propia plaza a las

Las Fiestas de Afligidos de 19138 de la noche, ejecutandoalegres composiciones labanda de S. Juan de laRambla.

Realejo bajo, Agosto 18de 1913.

El día 21 de los co-rrientes fue sorprendido enla carretera de La Laguna elcarrero vecino de Realejo-Bajo, Nicolás HernándezSiverio, de 18 años de edad,quien conducía en un carrode su propiedad una pipa deaguardiente de caña de 480litros y un garrafón con 16litros del mismo líquido, todode 55 grados, careciendo dela correspondiente guía parasu circulación, por cuyo mo-tivo se hizo cargo del con-trabando supuesto o real laautoridad competente, y fuedenunciado el mencionadocarrero. El aguardiente fuecomprado en un estableci-miento de esta Capital e ibadestinado a un comerciantede Realejo Bajo.

Detenido un carrero de Realejo Bajo

por contrabando de aguardiente

«El Progreso»Agosto de 1912

Lunes de Afligidos, la imagen en la calle de la Cruz Verde tras permanecer en el cementerio de San Francisco.

Carrero en la carretera de San Vicente.

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En las horas presentes,en que mayormente se notala división profunda queexiste entre los diversossectores de la opinión, y enlas que claramente se des-linean los contornos de laverdad— distinguiéndosedel error—, y aparecenperfectamente definidoslos dos campos en que alfin y a la postre ha de que-dar dividido el mundo, nopuede menos de agradar ysatisfacer cualquier mani-festación entusiasta y ver-dadera de fe y de religio-sidad, características es-peciales del campo de lavirtud y de la honradez.

Momentos de innega-ble fervor y de recogimien-to profundo fueron los quepresenciamos el pasado lu-nes en la iglesia parroquialdel pintoresco y progresi-vo pueblo del RealejoAlto, cuando celebraba lafiesta religiosa de su Pa-trono el Apóstol Santiago.

Un templo hermoso yrico, cuajado de flores yresplandeciente de luces,acusando aún en sus míni-mos detalles el celo delvenerable párroco, genero-samente secundado por sufeligresía; una muchedum-bre devota y creyente, queinvadía las naves del tem-plo; una solemnidad reli-giosa verdaderamente en-cantadora.

Los Ministros del Al-tar estrenaban un terno deterciopelo, alarde de gustoy de desprendimiento, en elque la Juventud entusiastadel Realejo Alto puso todosu empeño y todo su arte,plasmando en la realidadde su ofrenda su intensa de-voción al Apóstol.

La parte coral estuvoa cargo de los seminaristasde dicho pueblo, que inter-pretaron brillantemente laMisa «Te Deum lauda-mus», del maestro Perossi,siendo ello un verdaderoexponente de la labor mu-sical llevada a cabo en elSeminario en estos últimosaños.

Y una oración sagra-da, verdadera pieza de ora-toria, llena de unción evan-gélica y a tono completa-mente con la brillante fun-ción que se celebraba. Heaquí algunos conceptos queentresacamos del discursodel señor Peláez.

«Acaso la raíz de mu-chas de las calamidadesque padecemos tenga porfundamento el desconoci-miento de nuestros debe-res, mientras que sólo cui-damos de pregonar y exi-gir derechos a los demás,olvidando que estos dosconceptos son totalmentecorrelativos, que soncomo dos rayos de luz quedimanan de un mismofoco. (Exposición detalla-da de estas dos ideas bá-sicas de la justicia, uncanto magnífico a la Pa-tria y a sus atributos y unaexhortación vibrante paraescuchar y poner en prác-tica unas palabras que sepueden poner en boca delApóstol. Hasta aquí.. Nomás... Que no haya nin-gún cristiano que desoigasus deberes».

Los árboles seculares

y añosos no ceden al ven-daval, aunque su ramajepuede seguir el vaivén delhuracán e inclinarse a laviolencia de su embate.Pero de nuevo vuelven arecobrar su anterior esta-do, y aún si cabe con ma-yores bríos. De igual ma-nera la fe católica de Es-paña, sembrada hace vein-te siglos por Santiago, po-drá hoy aparecer amorti-guada y acaso en muchosindividuos cederá al empu-je bravío de tantas olas depasiones conjuradas y em-bravecidas...; pero volveráa recobrar su primitiva po-sición, y su nuevo desenvol-vimiento la recompensarácrecidamente de las pasa-das pérdidas, si pérdidapuede llamarse el desalo-jar de su seno los elemen-tos nocivos, indignos o in-diferentes...

La procesión del San-to por las principales callesde la población, acompaña-do de innumerables devo-tos... Sin aparato externo,sin ruidos que alborotaranla paz de los espíritus, másatentos entonces a la rumiade la verdad católica. Sin

apenas oír los ecos de unamúsica ligera... Únicamen-te oímos las plegarlas re-petidas del Rosario, hacién-donos recordar aquellostiempos en que la piedad denuestros padres entretejíacada noche una mística guir-nalda para ofrecerla a laVirgen, que sobre un Pilary en las márgenes del cau-daloso Ebro se apareció alApóstol Santiago...

¡Oh, qué grande eraEspaña entonces..., cuandotodos rezaban el Rosario!

Jesús CABRERA«Gaceta de Tenerife»

Realejo Alto, julio de 1932

La Fiesta de Santiago de 1923

Cuando otros pueblosse preocupan de realizarlas festividades de sus pa-tronos, hemos visto, conprofundo desaliento, queen esta localidad se haechado en olvido la que fuegrandiosa fiesta de Santia-go.

En este año, siguien-do la rutinaria costumbre,mejor dicho, acentuándolahasta, casi, llegar al ente-

Cara y Cruz de la Fiesta de

Santiago, 1932 y 1923rramiento de dichas fies-tas, si otros más entusias-tas elementos no procuranen los sucesivos despertarlas dormidas energías va-liosísimas que existen en-tre nuestra juventud, se re-dujo la festividad organi-zada, mejor, desorganiza-da por el presidente encar-gado de ello, a las funcio-nes religiosas, debiéndo-se a iniciativas de variospatriotas la tocata de laBanda del vecino pueblodel Realejo bajo en la tar-de y noche del veinticin-co del mes en curso, díade la festividad de que nosocupamos, organizándose,con este motivo, un luci-do paseo que terminó, enmedio da la mayor anima-ción, a altas horas de lanoche.

Muy bien por los or-ganizadores de la suscrip-ción y que los designadospara hacer las fiestas delpróximo año no echen enolvido de que se trata dela festividad de nuestropatrono.— realejero.

Gaceta de Tenerife» julio de 1923

La imagen de Santiago, llegó a la parroquia a finales del siglo XIX, y fue reformada por Perdigón en 1926.

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Los Jardines de Castro y la recuperación de un paraiso

Cuando Hans Meyer,aquel explorador alemán quevisitó Tenerife a finales del si-glo XIX, se acercó a la Ram-bla de Castro quedó fascina-do ante la variada y exube-rante vegetación que se exten-día a golpe mágico por todoel litoral de Este a Oeste. Y lamisma fascinación envolvió alnaturalista e historiador fran-cés Sabin Berthelot (†1880),quien no dudó en compararlacon los jardines de Armida,legendario personaje e inspi-rador de la ópera que lleva sunombre compuesta en 1777por Glück. De igual manera,Jules Leclercq, otro científi-co francés que pudo disfrutarde este hermoso paraje, afir-mó que la variedad de su flo-ra era comparable a la quecontempló en Río de Janeiroy que sus abundantes grutas-refiriéndose sobre todo aaquellas que se abren en losacantilados- le recordaban laisla de Calypso, célebre ninfaque retuvo a Ulises durantesiete años prometiéndole la in-mortalidad si se casaba conella. Y no podemos olvidar losmerecidos elogios que el pro-fesor de Economía Política dela Universidad Complutense(Madrid), don Benigno Car-ballo Wangüemert, dejó ensus numerosos artículos. Unode ellos, publicado en «Las

Afortunadas» (1857), calificala Rambla de Castro como«bellísimos jardines casi a laorilla del mar». La misma opi-nión tuvieron otros tantos ilus-tres visitantes, viajeros yamantes de la naturaleza,como Adolph Coquet, arqui-tecto y escritor nacido enLyon (1841), contratado parallevar a cabo el Hotel Taoro(Puerto de la Cruz). Una vezen su país natal publicó la co-nocida obra que lleva por tí-tulo Une excursión aux ÎlesCanaries (1884) donde se re-coge sus experiencias en laRambla de Castro, que fuetambién observada y admira-da por los artistas tanto loca-les como foráneos; recordara Alfred Diston, J.J. Williams,Marianne North que, hospe-dada en la casa de Castro(1878), llevó al lienzo dos in-teresantes y sugestivas pano-rámicas del barranco y de susjardines, hoy expuestos elKew Garden (Londres); Oli-via Stone, Elizabeth Murray,Florence Du Cane, o nuestroafamado fotógrafo MarcosBaeza.

Con toda seguridad, elpromotor de estas tierras, elmercader portugués Hernan-do de Castro (comienzos delsiglo XVI), que da nombre ala conocida Rambla y casasde su propiedad, no se hubie-

se imaginado que esta here-dad sería objeto de admira-ción y de estudio. Sus des-cendientes, que gozaron dereconocido prestigio social,fueron los verdaderos artífi-ces de los jardines. Unos jar-dines que, a pesar de los con-tinuos reclamos por parte decientíficos y estudiosos, nofueron los únicos de Los Rea-lejos. Sin pretender ahondaren ello, debemos de recono-cer el planteamiento, la belle-za y la riqueza botánica delperteneciente a la hacienda de«Los Príncipes» (RealejoBajo), que fue propiedad delos Adelantados de Canarias;fruto de los avatares históri-cos, aún este jardín parece es-forzarse por no sucumbir atanta adversidad, mostrando,al menos veladamente, lagrandeza del pasado. Asimis-mo, los «jardines de Poggio»,que debido a su popularidaddieron origen al topónimo lo-cal «El Jardín», entre «La Ca-rrera» y «La Zamora». Conun trazado más modesto, sonlos que rodean las haciendasde «El Socorro» y «La To-rre», de vegetación cuidada ydiversa, en plena Rambla deCastro.

Todos estos jardines noobedecen a modelos estable-cidos; su organización es el re-sultado de la complicada

adaptación al terreno, gene-ralmente en pronunciada pen-diente, primando, como enCastro, la naturaleza sobre elarte, tal y como lo definió elgran teórico de la jardineríafrancesa Dezallier dArgenvi-lle (1709). Aprovechando lasventajas orográficas - rápidacaída de la desembocaduradel barranco...-, aquellos jar-

dineros, dejándose llevar porla natural intuición, supierondistribuir ingeniosamente la di-versidad botánica, confirién-dole una armonización y unaestética dignas de todo respe-to. Esta armonización ha sidola que nos ha cautivado y se-ducido a todos. Los que pu-dimos contemplar y disfrutar

“La naturaleza logra una configuración ordenada e inteligente...” Hans van Groen

(Pasa a la página siguiente)

Rambla de Castro fascinó a todos los viajeros que recorrían la isla.

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«La Madre del Agua».

Gerardo Fuentes Pérez«Rincones del Atlántico» 2003

de este excelente paraje da-mos testimonio de ello. Por-que hasta los años setenta delpasado siglo, es decir, hastaun poco antes de que se pro-dujera aquel atentado permi-tido por nuestras autoridadescon objeto de reducir a lanada este hermosísimo lugar,autorizando la construcción deuna de las urbanizaciones máslujosas de Europa, la Ramblade Castro con todo su conte-nido histórico, artístico y bo-tánico aún permanecía radian-te, tal y como lo contempla-ron aquellos viajeros del pa-sado; apenas había diferencia.La misma plasticidad percibi-da por el citado profesor Car-ballo Wangüemert: «Verdade-ros sitios de placer en dondese pueden disfrutar los gocesde la vida campestre». Preci-samente, los que fuimos ni-ños allí, los que correteamosy jugamos en sus laberínticospaseos, bajo las sombras desus gigantes árboles, podemosafirmar que las palabras delprofesor eran ciertas; él des-cubrió lo mismo: «Cascadasdonde salta caprichosamenteel agua, fuentes que le dan vidacon su agua pura y cristalina».El agua, ¡qué dulce sensación

y que grato recuerdo! El se-ñor Carballo no se equivocó.

Aún permanece vivo,muy vivo, en mi recuerdo elruido del agua por las atarjeasy acequias, a veces manso ysilencioso, y a veces alborota-do. Ese sonido tangible, irre-futable, constante e invariable,casi iconográfico, que definiódesde el siglo XVI este paraí-so. Los estanques, rodeados deuna densa capa de musgo, re-cibían sin detenerse los cho-rros del preciado líquido pro-cedentes de otros manantiales.Sin embargo, el rincón más ín-timo, generador del jardín, erasin duda, «La Madre delAgua», como si de una gruta

El alcalde del Reale-jo Alto, don Agustín Rodrí-guez de la Sierra, con fe-cha 5 del actual mes deAbril de 1927, nos envía,para su publicación, la si-guiente nota oficiosa: «Te-niendo noticias esta Alcal-día de que varias personasde la Cruz Santa se lamen-tan de que la Jefatura deObras públicas haya re-suelto adoptar como trave-sía provisional, para el en-lace de la carretera del Pi-nito al ramal que va de lageneral a este pueblo, lacalle, principal de dicholugar; y queriendo esclare-cer el asunto se permitehacer las siguientes mani-festaciones:

1.» Que en sesión ce-lebrada por el Pleno de esteAyuntamiento con fecha 14

de Agosto de 1926, se diocuenta de una instanciasuscrita por unos 50 veci-nos de dicho barrio, entreellos los principales con-tribuyentes, por la que sesolicitaba del Ministeriode Fomento, entre otras co-sas, que la carretera deOrotava a Realejos por laPerdoma y Cruz Santa, en

vez de pasar por la callepasase por fuera, cuya ins-tancia, apoyada por losconcejales del mencionadobarrio, fue remitida con in-forme favorable de dichoPleno al referido Ministerio.

2.° Que en la presentesemana ha manifestado elseñor ingeniero encargadode dicha obra, que debido a

la resistencia de los pro-pietarios no era posiblepasar la aludida carreterapor fuera del barrio, cortan-do sitios, patios y algunascasas, teniendo que habili-tar la calle como travesía,fórmula única, actualmente,de que el mencionado ba-rrio quede urgentemente concomunicación directa con

los Realejos, Puerto y Oro-tava, y, por ende, con la redgeneral de carreteras.

3.» Que se hacen pú-blicas estas manifestacio-nes para rogar a los dueñosde sitios, patios y casas aque afecta el cruce de la ca-rretera por fuera del barrio,para que, si están confor-mes, expresen por escritoante esta Alcaldía la con-cesión de su licencia paraque la Jefatura de Obras Pú-blicas haga, en su caso, eltrazado por fuera, declinan-do, en caso contrario, laresponsabilidad que pu-diera interpretarse le cu-piese por no haber inter-venido oficiosamente en elasunto, requiriendo, comose hace, a los mencionadospropietarios para que densu autorización.»

Vecinos de la Cruz Santa piden pasar la carretera que

une con La Orotava por fuera del barrio (1927)

(Viene de la página anterior)

Los jardines de Castro hacían felices a muchas generaciones de realejeros.

mítica se tratara, sombría ymisteriosa. En lo alto del ba-rranco, entre grandes helechosy frondosa arboleda, brotabael agua; el murmullo de la cas-cada se expandía por todas lasterrazas. El agua bajaba porla estrecha quebrada, de pri-sa, tropezando con los pedre-gales que se ocultaban bajoel nutrido follaje para moriren la playa. Las esbeltas ydesafiantes palmeras, eternasy sublimes, los dragos, loslaureles de Indias, nogales, ta-baibas, cañaveras, tarajales,adelfas, arrayanes, las flores...todo, todo fue nuestro; un ver-dadero paraíso «a la carta».No necesitábamos nada más.

Los jardines de Castro nos ha-cían felices. Los paseos a di-ferentes niveles siempre nossorprendían con pequeñasfuentes, grutas, canapés, flo-rones, placitas recoletas queinvitaban al descanso o a lalectura, teniendo el murmullodel agua como cómplice denuestros pensamientos. Lospuentes sobre la quebrada, re-pletos de enredaderas, los ce-nadores y la cueva de «ElGuanche»; abajo, la playaacantilada, de arena negra,frente al islote de «El Came-llo». Y en medio de esta na-turaleza se alzaba la casa, unavieja casa que pudo escaparde la barbarie, y que hoy con-

templa un escenario triste,poco grato, degradante, pau-pérrimo, desprovisto de aque-lla rica, variada y selecciona-da vegetación que dieronfama a los jardines. Las te-rrazas permanecen solas, de-vastadas. Los paseos hanperdido su dirección; sólo unonos conduce al fortín de SanFernando. El manantial de«La Madre del Agua» semuere; la arboleda es pobre,sin fuerzas, y sus caracterís-ticos olores, aromas y perfu-mes son ya recuerdos. Unpaisaje lamentable. Lo que fuey lo que es. ¿Dónde estáaquel jardín que descubrieronlos viajeros y los realejeros deentonces? ¿es posible recupe-rarlo? Todo depende de no-sotros, de la formación inte-lectual y moral de nuestrosgobernantes que aún no handescubierto el «paraíso» quenos hace hombres libres. DonHernando de Castro y descen-dientes, señores Berthelot,Coquet, Diston, Williams, Car-ballo Wangüermet, Baeza, ytantos otros, distinguidas se-ñoras Murray, Stone, DuCane, North... sinceramente,lo sentimos.

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Relatos de viajerosRelatos de viajerosRelatos de viajerosRelatos de viajerosRelatos de viajeros

Elizabeth Murray,pintora y escritora inglesaesposa del Cónsul de suMajestad Británica, JohnMurray, residió en Tene-rife durante el periodoconsular de su marido ennuestra isla entre los años1850 y 1860. Desde el pri-mer momento de su llega-da, la señora Murray re-corrió la Isla plasmandoen sus lienzos y anotandoen su bloc todos aquellosrincones interesantes parala segunda edición de sulibro «Sixteen years of andartist`s life in Morroco,Spain and the Canary Is-lands».

Sus descripcionesminuciosas sobre nuestrasfiestas, costumbres, histo-ria y folclore despiertan lacuriosidad de nuestrospaisanos hasta el punto deque el Eco de Comercio,empieza en 1851 a hacerla traducción de su obra,traducción que debido a sucruda realidad, despiertagrandes polémicas en al-gunos sectores de la ciu-dad de Santa Cruz de Te-nerife. Polémica que lle-va al general Ravenet adar la orden de suspender

la edición en el citado dia-rio.

«Cuando miramosdesde el puerto hacía laparte occidental del Vallese ven dos pequeñas po-blaciones como un nido enlo alto entre las hermosascolinas, bajo la cordille-ra de Tigaiga. Son Reale-jo Alto y Realejo Bajo,cuyas espirales puedenverse definidas bajo latransparente atmósfera. Ladistancia entre ellos es deuna milla y están separa-dos por un profundo ba-rranco. Cañada abajo co-rren irresistiblemente lasaguas de un fiero torrentemontañoso, mientras susempinadas laderas apare-cen adornadas con las fra-gantes y hermosas floresque se enredan en una in-trincada confusión.

En cada estación delaño, variadas flores se su-ceden unas a otras dandoun aspecto alegre y agra-dable a una escena quetambién tiene rasgos sal-vajes. Estas notables ca-ñadas representan unanotable característica delpaisaje de Tenerife, se vena través de toda la isla en

diferentes direcciones.Generalmente arrancandel pico o de alguna de lasaltas tierras, y así conti-núan valle abajo hasta lle-gar a la costa. Las pobla-ciones mencionadas conpobres e insignificantes, ysin ninguna importanciacomercial. Pero sin em-bargo tienen un conside-rable interés por el im-portante puesto que ocu-pan en los anales de la his-toria de la Isla».

Una monja anciana

Para Elizabeth Mu-rray aparte del interés his-tórico, poco había en es-tos dos lugares que exci-tase la curiosidad del vi-sitante. En su visita al con-vento de las Agustinas Re-coletas, último conventode monjas establecido enla diócesis de Canarias,según Viera y Clavijo. Laseñora Murray conoció asor María de San José delos Ángeles, con la cualhizo una pronta amistad.El convento en esa épocapresentaba un aspecto la-mentable y se dedicaba aotros menesteres que no

fuesen los originarios y asípodianse ver cerdos ali-mentándose de raíces en-tre las ruinas, aves pican-do semillas y muchos ni-ños jugando durante el día.Las vacías celdas, anti-guos dormitorios de laspiadosas monjas, se hantransformado en almacénpara higos secos,, trigo deindias y cualquier cosa quese pueda guardar. SegúnJosé Siverio en su libro«Los Conventos de El Rea-lejo», algunas de estas re-ligiosas pasaron a otrosmonasterios de las islas,concretamente al de lasClarisas de La Laguna y alde las Concepcionistas deGarachico. De la suerte deotras tres monjas no se hasabido nada, pues sus se-pulturas ni sus partidas dedefunción no parecían enninguna de las parroquiasdel Realejo cuando en1849, el vicario capitularde la Diócesis dispuso quese incoara expediente paraaveriguar este asunto.

Según la señora Mu-rray: «Pronto logré haceramistad con la pobre an-ciana, era una pobre cria-tura y a menudo disfruté

charlando con ella. Aunqueuno de imagina que su co-razón estaba enterrado enrecuerdos del pasado, aúntenía un ojo ávido para lascosas del presente. No nosconocíamos, pero siempretenía encargos que hacer-me. Necesitaba, por ejem-plo, buena ropa que espe-raba ansiosa conseguirdesde Inglaterra, así comocualquier cosa que vinie-se de mí, porque en ver-dad notaba que estaba todomuy caro en Los Realejosy no tenía mucho dineroque gastar. Sus ingresoseran verdaderamente muypocos, no excedían, segúnme informó, de cuatro pe-niques al día. En tales cir-cunstancias era lógico quebuscase lo que pudiera ob-tener al precio más mode-rado».

Sor María de SanJosé continuó viviendosola en su celda hasta sumuerte ocurrida en 1856,no sin antes enviar unallamada de socorro a laReina Isabel II pidiendo larestauración de las Agus-tinas, mensaje que no sesabe si llegó a manos dela Reina.

Elizabeth Murray y Sor María de San José, la última

monja del convento de las Agustinas (1850)

Elizabeth Murray, pintora y escritora inglesa, era la esposa del Cónsul de su Majestad Británica en la Isla, John Murray.