Circulo de los Derechos · Módulo 13 Observación General 4 Observación General 7 Módulo 14...

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Círculo de los Derechos Prefacio Introducción Siglas Parte I Sección I: Como desarrollar una perspectiva basada en los derechos Módulo 1 Sección II: Historia y descripción general de los DESC Módulo 2 Módulo 3 Sección III: Perspectiva de grupos específicos Módulo 4 Módulo 5 Módulo 6 Módulo 7 Sección IV: Definición de derechos y obligaciones Módulo 8 Módulo 9 Observación General 3 Sección V: Hacia una comprensión de los DESC Módulo 10 Módulo 11 Módulo 12 Observación General 12 Módulo 13 Observación General 4 Observación General 7 Módulo 14 Módulo 15 Módulo 16 Observación General 11 Observación General 13 Módulo 17 Módulo 18 Sección VI: Cómo vigilar y evaluar el goce de los DESC Módulo 19 Sección VII: Estrategias y herramientas en el ámbito nacional Módulo 20 Módulo 21 Módulo 22 Observación General 9 Módulo 23 Sección VIII: Los mecanismos de las Naciones Unidas y los DESC Módulo 24 Observación General 1 Sección IX: Desarrollando estrategias para otros actores dominantes Módulo 25 Módulo 26 Módulo 27 Sección X: Estrategias y herramientas en el ámbito regional Módulo 28 Módulo 29 Módulo 30 Recursos Parte II Como utilizar el manual en programa de entrenamiento Apéndice 1 Apéndice 2 Información de contacto de co-auspiciantes del proyecto

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  • Crculo de los Derechos Prefacio Introduccin Siglas Parte I Seccin I: Como desarrollar una perspectiva basada en los derechos Mdulo 1 Seccin II: Historia y descripcin general de los DESC Mdulo 2 Mdulo 3 Seccin III: Perspectiva de grupos especficos Mdulo 4 Mdulo 5 Mdulo 6 Mdulo 7 Seccin IV: Definicin de derechos y obligaciones Mdulo 8 Mdulo 9 Observacin General 3 Seccin V: Hacia una comprensin de los DESC Mdulo 10 Mdulo 11 Mdulo 12 Observacin General 12 Mdulo 13 Observacin General 4 Observacin General 7 Mdulo 14 Mdulo 15 Mdulo 16 Observacin General 11 Observacin General 13 Mdulo 17 Mdulo 18 Seccin VI: Cmo vigilar y evaluar el goce de los DESC Mdulo 19 Seccin VII: Estrategias y herramientas en el mbito nacional Mdulo 20 Mdulo 21 Mdulo 22 Observacin General 9 Mdulo 23 Seccin VIII: Los mecanismos de las Naciones Unidas y los DESC Mdulo 24 Observacin General 1 Seccin IX: Desarrollando estrategias para otros actores dominantes Mdulo 25 Mdulo 26 Mdulo 27 Seccin X: Estrategias y herramientas en el mbito regional Mdulo 28 Mdulo 29 Mdulo 30 Recursos Parte II Como utilizar el manual en programa de entrenamiento Apndice 1 Apndice 2 Informacin de contacto de co-auspiciantes del proyecto

  • PREFACIO

    Dnde empez este proyecto? Los editores de este manual podramos decir que fue en el taller al que asistimos en Chiangmai, Tailandia, en 1996. Pero tambin podramos rastrear su origen en casi veinte aos de experiencias personales trabajando en el campo de los derechos humanos y, lo que es ms importante, en los cambios que experiment el activismo de derechos humanos durante ese perodo. En muchos aspectos, nuestro ingreso al mbito de los derechos humanos estuvo precedido por nuestras preocupaciones relacionadas con la justicia social. Entendamos nuestro compromiso con los problemas sociales como parte de la lucha por la justicia y no utilizbamos el trmino derechos humanos ni distinguamos especficamente a los derechos civiles y polticos de los derechos econmicos, sociales y culturales (DESC). Sin embargo, cuando comenzamos a trabajar con las organizaciones de derechos humanos, nuestro trabajo se inclin naturalmente hacia los derechos civiles y polticos. Las preocupaciones y experiencias personales respecto dc temas de justicia social ms amplios quedaron incluidos dentro del marco y la direccin general del activismo internacional de derechos humanos, que se preocupaba predominantemente por los temas de derechos civiles y polticos. Cada uno de nosotros, trabajando en terrenos separados, sinti la falta de herramientas conceptuales para tratar con los temas sociales y econmicos que eran nuestra principal preocupacin; resultaba mucho ms fcil abordar los temas de derechos civiles y polticos. Derechos civiles y polticos. El paradigma dominante de los aos ochenta Como consecuencia de diversas circunstancias histricas, polticas y econmicas, los DESC nunca han recibido su debido reconocimiento y desde hace mucho tiempo la idea que muchas personas tienen de los derechos se limita a los derechos civiles y polticos. De manera similar, muchos intereses econmicos consideran a los DESC como restricciones o limitaciones inaceptables de sus propias libertades. Lo que se ha olvidado en este proceso es el sufrimiento de individuos y grupos cuyo acceso a la alimentacin, la vivienda y la educacin es escaso o nulo. En la dcada de 1980, a pesar de que los problemas sociales y econmicos crecan en todas las regiones del mundo, el movimiento de derechos humanos estaba dominado por las preocupaciones acerca dc las violaciones de derechos civiles y polticos. Asimismo, el debate acerca de los DESC era muy intenso. En el mbito internacional los DESC parecan estar perdiendo terreno, an cuando muchos grupos de base estaban luchando para resolver serios problemas que abarcaban a ambos conjuntos de derechos. Para esos grupos, no se trataba elegir unos u otros, o de preguntarse cul de los dos (los derechos civiles y polticos o los econmicos, sociales y culturales) tenan prioridad; ellos tenan que tratar de esforzarse en resolverlos todos.

    Cambios en el escenario A mediados de los ochenta hubo algunos desarrollos positivos en el mbito internacional. La creacin por parte de Naciones Unidas del Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (CDESC) a fin deque supervise la aplicacin del Pacto Internacional de

  • Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (PIDESC), que haba sido adoptado por la organizacin 1966, represent un gran impulso para la legitimacin de los DESC. El establecimiento del Comit le proporcion al Pacto el mismo estatus que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos. Los esfuerzos de Philip Alston, un miembro del Comit, especialmente, y algunas ONG nacionales e internacionales han ayudado a aclarar el contenido de numerosos derechos consagrados en el PIDESC. Asimismo, esos individuos y organizaciones tambin se ocuparon de que la ONU tomara seriamente estos derechos e integrara los temas relacionados a sus actividades y programas. Estos desarrollos, junto con el fin de la guerra fra, permitieron que el debate acerca de los DESC tomara distancia con respecto a las polmicas del pasado. Un proceso de aprendizaje Reclamar un espacio para los DESC sigue siendo una tarea desafiante. Aunque el idioma de los derechos se haya convertido en un elemento importante del discurso internacional de la dcada de 1990, hablar de alimentacin, vivienda y asuntos similares en el idioma de los derechos todava suele generar resistencia. El desarrollo y la aplicacin de los DESC desde una perspectiva de los derechos tambin es difcil, porque requiere aprender y aplicar una amplia gama de conceptos y herramientas que sern nuevos para muchos activistas. En muchos aspectos, el desarrollo de este manual ha constituido una parte esencial de un proceso de aprendizaje de nosotros mismos. De hecho, hemos estado trabajando para saber cmo desarrollar y aplicar una perspectiva basada en los derechos para los temas y preocupaciones relacionadas con los DESC. En ese proceso nos guiamos por las experiencias de grupos e individuos que participan del activismo en el campo de los DESC. El proceso se inici seriamente en 1996. El taller de Chiangmai de 1996 En julio de 1996 el Programa Internacional de Becas en Derechos Humanos (IHRIP) auspici una reunin inicial de una pequea cantidad de activistas. Este taller, organizado por Asian Forum for Human Rights and Development (Eorum-Asia), tuvo lugar en Chiangmai, Tailandia y su objetivo fue que los participantes compartieran sus experiencias y hablaran sobre los parmetros bsicos del activismo en el mbito de los DESC. Los resultados de estos intercambios fueron compilados y publicados en un libro llamado Una onda en aguas tranquilas. Reflexiones de activistas sobre el trabajo al nivel local y nacional en derechos econmicos, sociales y culturales. La respuesta positiva que recibi el IHRIP en relacin con el libro demostr la existencia de un inters importante entre las organizaciones por contar con material generado y probado por las experiencias de los activistas y que, adems, proporcionara informacin y orientacin para quienes quisieran abordar estos temas. Al mismo tiempo Forum-Asia se haba embarcado en un proyecto que consista en desarrollar material de entrenamiento sobre el activismo en el mbito de los DESC a ser utilizado por sus propias organizaciones miembro. Ambas organizaciones decidieron cooperar en el desarrollo del presente manual, basndose una vez ms en el pujante trabajo que se est llevando a cabo en todo el mundo. El taller de la isla Phi Phi

  • En 1998 y 1999 Forum-Asia y el IHRIP encargaron alrededor de treinta trabajos sobre diversos temas especficos relacionados con derechos econmicos, sociales y culturales y con las estrategias y herramientas que utilizan las organizaciones para controlar la vigencia de los DESC en general y exigir su proteccin. En marzo de 1999 la mayora de los autores y algunos otros activistas se reunieron en la isla Phi Phi, Tailandia, durante un taller de cinco das dedicado a criticar los trabajos y un bosquejo propuesto para el manual. El taller fue una increble demostracin de concentracin, compromiso y cooperacin. Los participantes fueron a la vez generosos y despiadados con las crticas del proyecto, los trabajos y el borrador, y los autores fueron receptivos y escucharon con agrado las modificaciones sugeridas para sus trabajos. Varios participantes del taller aportaron estudios de casos que aparecen en varios mdulos. El IHRIP y Forum-Asia encontraron una fuente de inspiracin en la dedicacin desinteresada y bien dispuesta de todos los participantes y autores, y siguen estando agradecidos por su aporte a este proyecto comn. Los apndices 1 y 2 incluyen una lista de los autores de los mdulos, con una descripcin de su trabajo ms general en el mbito de los DESC, y una lista de los participantes del taller de la isla Phi Phi. Despus del taller los autores revisaron sus trabajos en funcin de las sugerencias efectuadas por los participantes. Luego nosotros nos ocupamos de editar los trabajos, incorporando los estudios de casos y compilando todo en un borrador del manual. El taller de Yogyakarta del ao 2000 Pero el proceso no termin con ese trabajo de edicin y compilacin. Era necesario poner a prueba el borrador del manual para asegurarse de que su perspectiva y contenido siguieran siendo claros, pertinentes y accesibles, y que el formato elegido seria fcil de usar para los entrenadores. Para eso organizamos un taller para controlar con las personas que tienen experiencia prctica las fortalezas y debilidades del manual a fin de incorporar los cambios sugeridos antes de la publicacin. El taller se realiz entre el 25 de febrero y el 3 de marzo de 2000 en Yogyakarta, Indonesia. Los participantes, en su mayora, representaban a las organizaciones miembro dc Forum-Asia. La reunin fue organizada por la organizacin miembro de Forum-Asia, SAMIN, que trabaja en Yogyakarta en el rea de derechos de los nios. El simple hecho de que pudiramos realizar una reunin regional de derechos humanos de activistas de base en Indonesia fue una prueba clara de la cultura democrtica que para entonces haba empezado a crecer en ese pas. El trabajo desarrollado en el transcurso de la semana fue acadmico y serio, a la vez que estuvo mareado por la calidez y el buen humor. Dado que era la primera vez que vean el borrador del manual, los participantes pudieron detectar falencias que nosotros no habamos visto. Aportaron un punto de vista nuevo y gran cantidad de informacin adicional (particularmente, ms estudios de casos) que le sumaron riqueza y profundidad al material. El hecho de que el taller pudiera sugerir tantas mejoras a lo que ya era un tesoro de informacin e ideas muy valiosas demuestra la envergadura y la profundidad de la experiencia del movimiento de los derechos humanos. El apndice 2 tambin incluye la lista de quienes participaron en el taller de Yogyakarta. Los talleres del WCLAC del ao 2000

  • A mediados del ao 2000 el Womens Center for Legal Aid and Counseling de Jerusaln Oriental realiz un taller para controlar la versin en idioma rabe del borrador del manual. Ellos integrarn al borrador los aportes del taller antes de pasar a la versin final en rabe. En caso de que sea necesario volver a publicar este manual, nosotros tambin integraremos esos resultados a la nueva edicin. Principios bsicos Este manual es un intento de recopilar en un solo lugar la informacin sobre los conceptos y herramientas que son centrales para el desarrollo y la aplicacin de una perspectiva basada en los derechos para el anlisis de los temas econmicos, sociales y culturales. Dado que el objetivo del manual es fomentar el activismo, ha sido desarrollado a travs de un proceso basado en las experiencias de individuos y organizaciones que ya estn trabajando con los DESC en diferentes lugares del mundo. El contenido y el enfoque del manual fueron definidos y preparados mediante una serie de procedimientos de consulta que tuvieron lugar en el curso de cinco aos y de los que participaron esos activistas y entrenadores. Los talleres de la isla Phi Phi y de Yogyakarta formaron parte de esas consultas. Como puede verse en la lista resumida de recursos que incluimos al final de la Parte I, este manual no slo se basa en la experiencia diaria de los activistas, pero tambin en una cantidad importante de otras ideas y textos referidos sobre los DESC. Al mismo tiempo, proporciona solamente un tratamiento inicial y resumido de los temas. Esperamos y deseamos que las organizaciones y los activistas que utilicen este manual continen sumando su propia experiencia y materiales a nuestro esfuerzo para de esa manera expandir y profundizar nuestra comprensin y nuestras habilidades colectivas. nicamente a travs de ese trabajo de cooperacin podemos derivar esperanzas de que la lucha de los pobres y desfavorecidos por tener una vida mejor para ellos mismos y sus hijos (y para todos nosotros) llegue a buen trmino. El proceso de empoderamiento Los gobernantes o lderes rara vez otorgan derechos a la gente simplemente por la bondad que guardan sus corazones. El reconocimiento de los derechos es un logro alcanzado por la gente y los movimientos a travs de luchas prolongadas y dolorosas en las que muchos pierden la vida. Sin duda, esto tambin se aplica a los derechos econmicos, sociales y culturales. Este manual es un tributo a los sacrificios que han hecho millones de personas para obtener condiciones justas de trabajo, un techo, un medio ambiente sano para si mismos y sus hijos, y la educacin bsica que les asegure una calidad de vida decente. Tambin es un testimonio de los mltiples pequeos y ocasionalmente grandes triunfos logrados en el camino. Por supuesto, es mucho lo que queda por hacer, pero quienes estuvieron antes que nosotros nos dejaron un modelo. No podemos esperar que nuestros presidentes, primeros ministros u otros lderes, por si solos, demuestren sabidura y compasin. Tampoco podemos esperar que la Organizacin Internacional del Trabajo o los rganos de derechos humanos de Naciones Unidas adopten fuertes medidas a favor de la proteccin de los DESC sin que se haya or la voz de aquellos cuyos derechos no son respetados. Debemos reaccionar cuando nuestra integridad ha sido violada y, al hacemos or, participar en el proceso de definicin y

  • proteccin de nuestros derechos. Ese es el punto de vista que le dio forma al desarrollo del presente manual, En el verano de 1987, en la ciudad de Ahmedabad, en Gujarat, India, las mujeres marcharon por las calles exigiendo dignidad y pan todos los das.

    Eran vendedoras que defendan su derecho a vender sus mercaderas en la ciudad sin tener que soportar el maltrato de la polica. Movilizadas por la Asociacin de Mujeres Cuentapropistas, la manifestacin no fue una protesta convencional de un sindicato contra un empleador... Fue una protesta de trabajadores contra enraizadas fuerzas polticas, sociales y econmicas. La accin dc las mujeres plante la cuestin de los intereses que determinan las leyes y el diseo de las ciudades, la asignacin del espacio para ganar la subsistencia, la distribucin dc los recursos pblicos a favor de un grupo u otro. Para las vendedoras de Ahmedabad, la cuestin del acceso a los recursos apareca vinculada al tema de la distribucin desigual del poder econmico; la protesta, de muchas maneras, reflejaba una demanda de legitimacin y democracia participativa por parte de los trabajadores ms pobres de la ciudad.1

    Este manual busca que recuperen la dignidad todos aquellos que la perdieron debido a la falta de alimentos, salud y un medio ambiente sano, de educacin, vivienda, seguridad social, trabajo o de una calidad de vida que represente y perpete su cultura. Est diseado para posibilitar que las ONG y otros grupos contribuyan y ayuden para que los pobres y otros grupos desfavorecidos puedan reclamar sus intereses econmicos, sociales y culturales como cuestin de derecho. Este manual fue preparado con la idea, en primer lugar, de asistir a quienes se ocupan o quisieran ocuparse de fortalecer el activismo en defensa de los derechos econmicos, sociales y culturales. Pero nuestra esperanza y deseo es que sea utilizado no solamente por esas personas o por activistas de derechos humanos, sino por todos aquellos que ayudan a los pobres y los desfavorecidos a librar luchas eficaces en pos dc mejorar sus propias condiciones de vida y trabajo, y las de sus hijos. Antes de reconocer todos los otros contribuidores a este manual, nos gustara particularmente expresar nuestros ms sinceros agradecimientos al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en Argentina, el cual jug un papel dc suma importancia en la produccin de la versin del manual en espaol. El equipo de trabajo de CELS, y en particular Juana Kweitel, Julieta Rossi y Victor Abramovich, se encargaron de organizar y supervisar la traduccin y edicin de Crculo de Derechos. Tambin le aadieron estudios de casos y jurisprudencia que tendrn una relevancia y uso directo para muchas organizaciones en Latinoamrica. Adicionalmente, incluyeron materiales en espaol en la seccin de recursos del manual. Estamos agradecidos no solo por todo el trabajo de CELS en Crculo de Derechos, pero tambin por su caluroso y cooperativo espritu de colaboracin. Tambin, un elemento clave para la concrecin de este manual fue el aliento y apoyo continuo e inspirado de quienes lo financiaron. Agradecemos a Larry Cox y la Fundacin Ford, Mona Younis y la Joyce Mertz-Gilmore Foundation, la Fundacin Sueca Para 1 Sheila Rowbotham y Swasti Mister, ed., Dignity and Daily Bread: New Forms of Economic Organising among Poor Women in the Third World and the First (Londres:Routledge,1994),1.

  • Derechos Humanos, la John D. and Catherine T. MacArthur Foundation, el Real Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega, y la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional (SIDA). D.J. Ravindran Presidente, Comit Consultivo del IHRIP Asesor, Asian Forum for Human Rights and Development (Forum-Asia)

    Ann Blyberg Directora Ejecutiva Programa Internacional de Becas en Derechos Humanos (IHRIP)

    RECONOCIMIENTO Autores de los mdulos Agradecemos, en primer lugar, a los autores que contribuyeron con este manual, Sin ese aporte, simplemente este manual no existira. Ellos son: Sunila Abeyesekera, Philip Alston, Luis Jess Bello, David Bergman, Nathalia Berkowitz, Anthea Billy, Ligia Bolvar, Matthew Craven, Ma, Socorro (Cookie) Diokno, Alberto Gmez, Mario Gomez, Enrique Gonzalez, Thomas Hammarberg, Johannes (Babes) Ignacio, Miloon Kothari, Rolf Knnemann, Sandra Liebenberg, Felix Morka, S. Muralidhar, Sundari Ravindran, Ton Redegeld, Julieta Rossi, Mas Achmad Santosa y Kay Treakle. Cada mdulo presenta las opiniones del autor o autores, y no necesariamente las de los autores de otros mdulos o de los auspiciantes del manual. Asistencia de produccin El personal del IHRIP y, en particular, Hawanatu Kabba, dedic gran cantidad de horas a la edicin y produccin del manual. Bret Thiele, un abogado que trabaja en los Estados Unidos, colabor editando las citas de los documentos de la ONU y de los rganos regionales. Jonah Lobe, un estudiante secundario de Estados Unidos, dedic muchas horas a producir las ilustraciones que adornan el manual y ayud con el diseo de la tapa. Charlie Roberts se ocup de las traducciones espaol/ingls/espaol del material de los talleres. Dana Buhl, ex-colaboradora del IHRIP, aport comentarios sobre el borrador y Barbara Morrow se ocup de la correccin del borrador final. Agradecemos especialmente a la gente del IHRIP, Bret, Jonah, Charlie, Dana y Barbara por su compromiso y asistencia. Participantes de los talleres de la isla Phi Phi y Yogyakarta Extendemos nuestro agradecimiento a los participantes de los talleres de la isla Phi Phi y Yogyakarta. En el encuentro de la isla Phi Phi tambin tuvimos la suerte de contar con tres intrpretes excelentes y bien dispuestos: Manuel Pastor, Jorge Turini y Jean-Pierre

  • Allain de Conference lnterpreters Asia Pacific (CIAP.) Shomona Khanna, quien particip del taller de Yogyakarta, propuso el nombre del manual; le agradecemos la sugerencia. Debemos agradecer especialmente a Mohammad Farid y al personal de SAMIN, quienes fueron nuestros anfitriones en e1 taller de Yogyakarta. Taller de entrenamiento de WCLAC Tambin queremos agradecerle a Maha Abu-Dayyeh y Soraida Hussein, del Womens Center for Legal Aid and Counseling de Jerusaln por su voluntad de trabajar con nosotros en la versin en rabe del manual, y por controlar y adaptar el borrador para que responda mejor a los problemas y necesidades de quienes luchan por la proteccin de los DESC en el mundo rabe. Video Agradecemos a la Magic Lantern Foundation de Delhi, India y, en particular, a Gargi Sen y Ranjan De, por emprender la produccin de un video sobre el Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales, Out of the Shadows. Este video se produjo en forma paralela y puede utilizarse con el manual en un programa de entrenamiento. Tambin apreciamos la asistencia que le proporcion Scott Leckie, del Centre on Housing Rights and Evictions (COHRE) de Ginebra, a la Magic Lantern Foundation durante la produccin del video. Forum-Asia Agradecemos especialmente a Forum-Asia y su personal por su colaboracin con este proyecto. Queremos mencionar, en particular, el aporte de Somchai Homlaor, el Secretario General, quien aprob la participacin de Forum-Asia en el proyecto y brind todo su apoyo. Tambin agradecemos la asistencia prestada por Pairat Junthong, Kamol Kamoltrakul y Anothai Soma durante todo el transcurso de este proyecto. Reproduccin de textos Agradecemos a los editores del Far Eastern Economic Review, @Dow Jones & Co, Inc., por la autorizacin para reproducir lndonesias Hungry (mdulo 1), publicado en la edicin del 1 de octubre de 1998 del Far Eastern Economic Review, pg. 90. Fotografas utilizadas para ilustraciones Las ilustraciones en Crculo de Derechos estn basadas en fotografas. Agradecemos a los fotgrafos y a las instituciones por permitirnos utilizar sus fotografas en esta manera. Nos gustara darle las gracias a las siguientes personas e instituciones: Chofer de becaks (pg. 14): De la fotografa en la pg. 178 de Chasing Rickshaws por Tony Wheeler y Richard IAnson, utilizada con el permiso de Lonely Planet Images (Australia); Dos muchachos en la escuela (pg. 17): De la fotografa en la pg. 8 de

  • Southeast Asia Chronicle, No. 19 (octubre de 1983), utilizada con e1 permiso del fotgrafo, Jacqui Chagnon; Mdico y paciente (pg. 27): De la fotografa en la pg. 10 de Basic Facts about the nter-American Development Bank, utilizada con el permiso de la Asesora de Relaciones Externas del Banco Interamericano de Desarrollo (Washington, D.C.). Fbrica (pg. 38): De la fotografa en la portada de The Archaeology of the Industrial Revolution por Brian Bracegirdle, utilizada con el permiso de la casa editorial Associated University Presses; Nio obrero (pg. 42): De la fotografa en la pg. 16 de Child Workers in Asia 14, No. 2 and 3 (abril-septiembre de 1997), utilizada con el permiso de los editores de Child Workers in Asia (Bangkok); Agricultor surafricano (pg. 48): De la fotografa en la pg. 10 de Communitv News: Izindaba 3, No. 2 (agosto de 1993), utilizada con el permiso de Community Law and Rural Development Centre (Surafrica). Hombre buscando agua (pg. 54): De la fotografa por Chen Yanai en la pg. 2 de The BTselem Human Rights Report 7 (Fall 1999), utilizada con el permiso de The Israeli lnformation Center for Human Rights in the Occupied Territories (BTselem) (Israel); Mujer Surafricana (pg. 57): De la fotografa en la portada cover de Community Law and Rural Development Centre Annual Report, 1 de Septiembre 1996-31 de agosto de 1997, utilizada con el permiso de Community Law and Rural Development Centre; Tres nios con canastas (pg. 61): De la fotografa en la pg. 31 de UNDP: World Development (mayo de 1989), utilizada con el permiso del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo. Mujer lavando (pg. 83): De la fotografa en la pg. 12 de Southeast Asia Chronicle No. 19 (octubre de 1983), utilizada con el permiso del fotgrafo, Jacqui Chagnon; Mujeres majando (pg. 89): De la fotografa en la portada de Poverty Reduction and the World Bank: Progress and Challenges in the 1990s, utilizada con el permiso del Banco Mundial. Muchacho cerca de un barril de petrleo (pg. 126): De la fotografa en la pg. 36 de Child Workers in Asia 14, No. 2 and 3 (abril-septiembre de 1997), utilizada con el permiso de Child Workers in Asia. Botes de Orang Suku (pg. 137): Del folleto de SAKA KEMUNING Foundation (Indonesia), utilizada con su permiso; Hombre indgena en Brasil (pg. 147): Del folleto del International Rivers Network, utilizada con el permiso del International Rivers Network (US). Refugiados de Rwanda (pg. 1155): De la fotografa en el folleto de Oxford University Press, Refugee Journals 1997, utilizada con el permiso del fotgrafo, Howard Davies. Nia recibiendo inoculacin (pg. 170): Basada en una fotografa de UNICEF Nepal en We Are the Children: A Celebration of UNICEFs First 40 Years, con el permiso de UNICEF. Nio escalando un rbol (pg. 186): Basado en la fotografa 4599/ICEF de UNICEF en We

  • Are the Children: A Celebration of UNICEFs First 40 Years, con el permiso de UNICEF. Hombre trabajando (pg. 205): De la fotografa en la pg. 77 de Thev Are Human Too: A Photographic Essav on the Palestine Arab Refugees por Per-Olow Anderson, utilizada con el permiso de Regnery Publishing, Inc. (Washington, D.C.); Dos agricultores (pg. 218): De la fotografa en la pg. 17 de CAFOD: Review of the Year 1997, utilizada con el permiso del fotgrafo, Jon Spaull; Nio obrero (pg. 221): De la fotografa en la pg. 19 de ChiId Workers in Asia 15, No. 3 (septiembre-diciembre de 1999), utilizada con el permiso de Child Workers in Asia. Hombre en silla de rueda (pg. 2231): De la fotografa en la pg. 4 del NAACP Legal Defense and Education Fund: nnual Report 1991/92, utilizada con el permiso de Impact Visuals (Nueva York); Nia de Afganistn victima de mina terrestre (pg. 234): Basada en la fotografa 5525/Isaac de UNICEF, en UNICEF: At a Glance, utilizada con el permiso de UNICEF. Agricultor de arroz (pg. 261): De la fotografa en Basic Facts abou the Inter-American Development Bank, utilizada con el permiso de a Asesora de Relaciones Externas del Banco Interamericano de Desarrollo. El Cairo (pg. 276): De la fotografa por John Tordai en la portada del Middle East Report 27, No. 1 (Winter 1997) utilizada con el permiso del Middle East Research and Information Project (Washington, D. C.). Fbrica oleando humo (pg. 323): De la fotografa en la pg. 84 de la publicacin de las Naciones Unidas The World Economy: A Global Challenge, utilizada con e1 permiso del Departamento de Informacin Publica; Nio Ogoni (pg. 330): De la fotografa en la pg. 39 de Human Rights Defender 2, No. 8 (1999), utilizada con el permiso del Institute of Human Rights and Humanitarian Law (Nigeria); Torre elctrica (pg. 335): De la fotografa Villagers at Pak MoonSource of their livelihood por Sanitsuda Ekachai on pg. 8 of Outlook (2 de mayo de 2000), utilizada con el permiso del editor de The Bangkok Post. Nia en la escuela (pg. 338): De la fotografa en la pg. 9 de CAFOD: Review of the Year 1997. utilizada con el permiso del fotgrafo, Sean Sprague; Educacin comunitaria (pg. 346): De la fotografa en la pg. 4 de Communitv News: Izindaba 4, No.3 (agosto de 1994), utilizada con el permiso del Community Law and Rural Development Centre. Nias escolares de Mauritania (pg. 380): Basado en la fotografa HQ92-0262/Goodsmith de UNICEF, en UNICEF: At a Clance, con el permiso de UNICEF; Mujeres sobre un asno (pg. 391); De la fotografa en la pg. 69 of They Are Human Too: A Photographic Essay on the Palestine Arab Refugees by Per-Olow Anderson, utilizada con el permiso de Regnery Publishing, Inc. (Washington, D.C.). Paisaje de una granja (pg. 396): De la fotografa en la pg. 57 de Media Studies Journal: Covering China (Winter 1999), utilizada con el permiso del fotgrafo, Marc Riboud, Marc Riboud/Magnum Photos, Inc.; Mujer y nia en la granja (pg. 404): De la fotografa en la pg. 5 de la publicacin Grassroots Development 17, No. 2 (enero de 1994), del nter American Foundation, utilizada con el permiso del fotgrafo, Breslin. Nio durmiendo en la calle (pg. 420): Basado en la fotografa UNICEF/ICEF 8228, en We Are the Children: A Celebration of UNICEFs First 40 Years, con el permiso de UNICEF;

  • Mujer mauritense trabajando en el computador (pg. 427): Basado en la fotografia de UNICEF 5745/Goodsmith, en UNICEF: At a Glance, con el permiso de UNICEF; Calle sin pavimentar (pg. 438): De la fotografa en la pg. 17 de Housing Rights in Latvia: COHRE Mission Report (enero de 2000), utilizada con el permiso de Scott Leckie, el fotgrafo y Director Ejecutivo del Centre on Housing Rights and Evictions (COHRE)(Switzerland). Dos nias en un pozo (pg. 452): Basado en la fotografa UNICEF/ICEF 7458 de UNICEF, en We Are the Children: A Celebration of UNICEFs First 40 Years, con el permiso de UNICEF Mujer sacando agua (pg. 462): De la fotografa en la pg. 12 de Community News: Izindaba 4. No. (agosto de 1994), utilizada con el permiso de Community Law and Rural Development Centre; Mujer en una audiencia (pg. 468): De la fotografa en la pg. 66 de The Peoples Voices: Nationa/ Speak Out on Poverty Hearings, marzo-junio de 1998, utilizada con el permiso de SANGOCO (South Africa). Sala de corte (pg. 491): De la fotografa en la pg, 30 de Temple University Schoo/ of Law: Application Catalogue, 2000, utilizada con el permiso del Decano de Admisiones de Temple University School of Law (Philadelphia); Trabajador en condiciones de servidumbre (pg. 495): De la fotografa en la pg. 123 de State of Human Rights in 1994, utilizada con e1 permiso de Human Rights Commission of Pakistan. Nias buscando agua (pg. 546): De la fotografa en la pg. 102 de They Are Human Too: A Photographic Essay on the Palestine Arab Refugees by Per-Olow Anderson, utilizada con el permiso de Regnery Publishing, Inc. (Washington, D.C.); Mujer cargando hijo infectado con el SIDA (pg. 548): De la fotografa en la pg. 6 de Diakonia Council of Churches: Annual Report 1998/1999, utilizada con el permiso del director de Diakonia Council of Churches (South Africa). Trabajadores en lnea de ensamblaje (pg. 563): De la fotografa en la pg. 21 de China Rights Forum: The Journal of Human Rights in China (Spring 1997), utilizada con el permiso de Human Rights in China (Nueva York). La cosecha (pg. 575): De la fotografa en la pg. 60 de U.S. Agriculture in a Global Economy: 1985 Yearbook of Agriculture, utilizada con el permiso de la casa publicadora, the Food and Agriculture Organization (FAO) of the United Nations; Policas afuera de un caf (pg. 585): De la fotografa en la pg. 18 de In These Times 24, No. 3 (10 de enero de 2000). utilizada con e1 permiso del editor fotogrfico de Agence France Presse (Washington, D.C.). Presa bajo construccin (pg. 598): De la fotografa en la pg. 11 of China Rights Forum: The Journal of Human Rights in China (Spring 2000), utilizada con e1 permiso de Human Rights in China; Protesta sobre la presa Narmada, (pg. 605): De la fotografa en http://www.irn.org/programs/narmada/flood/juli14.html, e1 sitio web de International Rivers Network, utilizada con el permiso del International Rivers Network. Nio Sudans bebiendo de una taza (pg. 620): Basado en la fotografa de UNICEF HQ93- 1007/Press, en UNICEF: At a Glance, con el permiso de UNICEF. Mujer Roma (pg. 632): De la fotografa en la portada de Roma Rights: Newsletter of the European Roma Rights Center (Autumn 1997), utilizada con el permiso de

  • European Roma Rights Center (Hungary). Pescador (pg. 642): De la fotografa en la pg. 11 de BankCheck Quarterly, No. 10 (Diciembre 1994), utilizada con el permiso del International Rivers Network; Corte Interamericana de Derechos Humanos (pg. 650): De la portada de la Gaceta de CEJIL, No. 2 (septiembre-octubre de 1994), utilizada con el permiso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En respecto a las ilustraciones remanentes en Crculo de Derechos, IHRIP ha hecho el mayor esfuerzo en contactar las publicaciones o los fotgrafos de las fotografas sobre las cuales estn basadas las ilustraciones. Si algunos otros permisos fueren recibidos antes de publicaciones adicionales de Crculo de Derechos, los reconocimientos apropiados sern incluidos en dicha versin.

  • INTRODUCCIN CONTENIDO Y ESTRUCTURA DE

    CRCULO DE DERECHOS El inicio de un proceso Aunque los derechos humanos han pasado a ser un componente importante del discurso internacional de los ltimos aos, hablar de la alimentacin, la vivienda, la salud y cuestiones similares en el idioma de los derechos sigue generando resistencia o confusin. La pregunta obvia que plantean incluso los que apoyan la idea de los derechos econmicos, sociales y culturales (DESC) es: Qu quiere decir? Qu quiere decir derecho a la vivienda, derecho a la educacin, derecho a trabajar? Significa que todos tenemos que tener una casa, debemos recibir educacin hasta el nivel universitario, debemos tener trabajo...y el estado es responsable de proporcionar todo eso? Las dudas e interrogantes relacionados con los DESC pueden surgir de la falta de informacin o pueden ser motivados ideolgicamente. No importa de dnde vengan, pero no pueden ser ignorados. Si quienes plantean las preguntas simplemente no tienen informacin, responderlas forma parte del proceso de hacer conocer los derechos que pertenecen a todos los seres humanos. Si las preguntas estn motivadas ideolgicamente, responderlas forma parte del proceso esencial de afirmar o defender este conjunto de derechos. Afirmar (o reafirmar) la teora y prctica de los DESC, incluso frente a quienes pueden oponerse ideolgicamente o permanecer escpticos, es una buena manera de fortalecer nuestro propio anlisis, comprensin y articulacin de esos derechos. Circulo de Derechos busca responder algunas de las mltiples preguntas que se plantean hoy en da sobre los DESC. Su propsito es contribuir al actual proceso de aprendizaje y alentar la expansin del activismo que apunta a la promocin y proteccin de los DESC. Dado que est dirigido al activismo, el manual no slo intenta presentar informacin sobre leyes y estndares relacionados con esos derechos, sino tambin abordar temas de estrategia y tcticas que las organizaciones y los individuos deben considerar cuando piensan cul es la mejor manera de trabajar para promover los derechos econmicos, sociales y culturales. Este manual est dirigido bsicamente a quienes se ocupan o piensan ocuparse de entrenar a activistas de derechos humanos, as como a trabajadores que bregan por el desarrollo, miembros de organizaciones que representan a grupos desfavorecidos y otros grupos que trabajan con problemas econmicos, sociales y culturales. Nuestra esperanza y deseo es que los entrenadores que trabajan con estos diversos grupos puedan tomar el material del manual y, de ser necesario, adaptarlo y expandirlo para llevar a cabo programas de entrenamiento sobre los DESC y el activismo relacionado. Este manual est estructurado de tal manera que tambin puede emplearse para presentar el concepto de los DESC a quienes elaboran polticas, quienes trabajan en los medios, acadmicos, abogados y otros grupos profesionales, as como al personal de organizaciones intergubernamentales.

  • Circulo de Derechos representa solamente el inicio de un proceso. A pesar de su tamao, existen muchos temas importantes para diversos grupos que no aborda. Por ejemplo, no se refiere en detalle a los DESC especficos de los discapacitados, de los desplazados dentro de las fronteras de su propio pas o de sectores especficos como los pueblos pescadores, la mano de obra agrcola y los trabajadores del sector informal. No contiene informacin detallada sobre la constitucin y las leyes relacionadas con los DESC en diferentes pases. En otras palabras, no se trata de un documento exhaustivo y no puede serlo. El objetivo de la produccin de este manual fue proporcionar un marco bsico sobre el activismo relacionado con los DESC, con la esperanza de que en el futuro quienes tengan ms conocimientos y experiencia desarrollen muchos manuales similares que traten en profundidad los temas relacionados con los DESC de grupos especficos o se refieran a temas especficos de los DESC. Este manual es el resultado de un proyecto mundial, y los estudios de casos y ejemplos presentados reflejan experiencias diversas. Son los usuarios del manual quienes debern adaptar el material a sus propios contextos locales. Las experiencias de algunas regiones y pases se describen con ms frecuencia que las de otras, dado que el proceso de produccin del manual debi incluir solamente una cantidad limitada de participantes y el desarrollo del proyecto se nutri ms de su informacin y experiencia que de la de muchos activistas de otros pases y regiones que tambin estn haciendo un trabajo muy valioso. A medida que crezca el activismo relacionado con los DESC habr ms intercambio entre las regiones y pases, y as los futuros proyectos de este tipo reflejarn una gama ms amplia de experiencias. Estructura del manual Crculo de Derechos se divide en dos partes: la parte I se refiere a temas sustantivos relacionados con el activismo en el mbito de los DESC y la parte II trata sobre los mtodos de entrenamiento que pueden utilizarse en un programa de entrenamiento basado en el material de la parte I. La parte I incluye diez secciones. A continuacin se enuncian el objetivo y la lgica de cada seccin: Seccin I- Cmo desarrollar una perspectiva basada en los derechos La seccin I contiene solamente el mdulo I, que tiene el mismo ttulo. Este mdulo es el primero porque comprender qu es una perspectiva basada en los derechos es fundamental para cualquier activismo relacionado con los DESC. El mdulo busca responder preguntas que plantean con frecuencia las personas que ya trabajan con temas econmicos, sociales o culturales: en qu difiere mi trabajo del trabajo de derechos humanos? El Banco Mundial, por ejemplo, afirma que su apoyo a proyectos promueve los derechos econmicos y sociales. El hecho de que una institucin, una organizacin o un activista trabaje con temas de pobreza significa que est trabajando por los derechos humanos? Esta seccin, este mdulo, trata de responder esas preguntas.

  • Seccin II- Historia y descripcin general de los DESC Para ser eficaz, todo activismo de derechos humanos debe basarse en el conocimiento y comprensin de la historia de los temas que busca abordar, los estndares en los que se fundamenta y el contexto en el que tiene lugar. La seccin II es, bsicamente, una breve introduccin a la historia, los estndares y el contexto del activismo relacionado con los DESC. Contiene dos mdulos: El mdulo 2 comienza con un panorama general de la historia del reconocimiento de los DESC. Su propsito es demostrar que esa historia se inicia mucho antes que las iniciativas tomadas por las Naciones Unidas a mediados del siglo XX. El mdulo tambin brinda una breve introduccin al contexto contemporneo internacional dentro del cual se desarrolla el activismo de los DESC. El mdulo 3 presenta y describe el tratado internacional central sobre los DESC, el Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Luego del mdulo 3 se incluye el texto completo del Pacto. Seccin III-Perspectivas de grupos especficos El PIDESC y muchos otros tratados internacionales relacionados con los DESC se aplican a todas las personas de la misma manera. Al mismo tiempo, debido a su historia y su situacin actual, ciertos grupos de personas han desarrollado perspectivas y adquirido experiencias relacionadas con los DESC que plantean desafos conceptuales y prcticos especialmente exigentes. El activismo eficaz del que participan estas personas o quienes las representan requiere conocer bien esos desafos. Es por ello que, antes de continuar con el tratamiento de los DESC en trminos generales, intentamos describir (en la seccin III) las perspectivas, experiencias y estndares especficamente aplicables a cuatro de estos grupos: las mujeres (mdulo 4), los nios (mdulo 5), los pueblos indgenas (mdulo 6) y los refugiados (mdulo 7). Luego del mdulo 4 se citan partes de las Recomendaciones Generales emitidas por el Comit para la Eliminacin de la Discriminacin contra la Mujer (CEDAW). Este manual no es exhaustivo en el tratamiento de los temas, en particular cuando se refiere a la situacin y la proteccin ofrecida a los grupos especialmente vulnerables a la falta de accin de los gobiernos y dems actores responsables de proteger y cumplir con sus DESC bsicos. En este manual no se habla de la situacin y las preocupaciones relacionadas con los DESC de los millones de personas desplazadas dentro de su mismo pas. Por otro lado, el CDESC ha desarrollado Observaciones generales sobre los derechos de los discapacitados (Observacin General 5) y los ancianos (Observacin General 6), pero nosotros no hemos abordado las preocupaciones especficas de esos grupos. Esperamos que quienes tengan ms conocimientos y experiencia desarrollen material que se ocupe en ms detalle de los DESC de esos y otros grupos particularmente vulnerables. Seccin IV-Definicin de derechos y obligaciones

  • Uno de los principales desafos que enfrentan quienes se ocupan de proteger y promover los DESC es el lenguaje relativamente vago que se utiliza para articular la mayora de los derechos. Cmo se pueden rellenar los huecos de los estndares actuales? Otra pregunta relacionada es: Quin es responsable de asegurar el respeto y el disfrute de estos derechos? La seccin IV aborda estos temas. El mdulo 8 se ocupa de la primera pregunta, y prescrita algunas explicaciones del contenido de varios DESC y algunas experiencias desarrolladas en la bsqueda de una mejor comprensin de ese contenido. El mdulo 9 bsicamente examina la obligacin de los gobiernos de asegurar el disfrute de esos derechos y tambin se refiere brevemente a las responsabilidades de los actores no estatales, tales corno las empresas. Seccin V- Hacia una comprensin de los DESC El PIDESC incluye derechos especficos. La seccin V explica varios de estos derechos en detalle, incluyendo el derecho a trabajar y los derechos en el trabajo (mdulo l0), el derecho a la seguridad social (mdulo 11), a una alimentacin adecuada (mdulo 12), a la vivienda (13), a la salud (mdulo 14), a un medio ambiente sano (mdulo 15), a la educacin (mdulo 16) y los derechos culturales (mdulo 17). La seccin tambin incluye un mdulo sobre derechos relacionados con la tierra (mdulo 18), a los que el PIDESC no se refiere especficamente, pero que tienen una gran importancia para muchas personas. El objetivo de esta seccin es brindar un panorama general de cmo se entienden actualmente los diferentes derechos. Seccin VI - Como vigilar y evaluar el goce de los DESC Cmo sabemos si un gobierno (u otra parte responsable) est cumpliendo con sus obligaciones respecto de los DESC? Una de las caractersticas peculiares del trabajo con derechos humanos es el proceso de vigilancia de las acciones de un gobierno tendiente a determinar qu est haciendo para cumplir con las obligaciones asumidas conforme al derecho internacional y nacional, y la evaluacin de si esas acciones son adecuadas. Esta seccin abarca el mdulo 19, que resume algunas de las complejidades que conlleva vigilar los DESC y analiza algunas herramientas de vigilancia disponibles. Seccin VII - Estrategias y herramientas en el mbito nacional Una vez que conocemos las diferentes garantas de los DESC y sabemos cmo vigilar y evaluar su cumplimiento, la siguiente pregunta es: cmo utilizamos ese conocimiento para proteger y promover los DESC? La seccin VII es la primera de cuatro secciones que abordan esta pregunta describiendo estrategias y herramientas disponibles en el mbito nacional; se trata de estrategias y herramientas que han sido utilizadas en alguna medida por activistas y organizaciones en diferentes pases. Contiene cuatro mdulos. El mdulo 20 se refiere a algunos puntos clave relacionados con una estrategia que es fundamental para todas las dems: la educacin sobre derechos humanos. El mdulo 21 explica cmo se pueden utilizar las polticas, planes y leyes de desarrollo y reforma para proteger y promover los DESC. El mdulo 22 proporciona algunos anlisis detallados y sugerencias sobre cmo plantear los DESC ante los tribunales e incluye un largo estudio de caso sobre la experiencia de la Corte Suprema de la India con el tema de la justiciabilidad de estos derechos. El mdulo 23 se refiere al papel que pueden desempear las comisiones

  • nacionales de derechos humanos en la proteccin de los DESC. Seccin VIII - Los mecanismos de las Naciones Unidas y los DESC El PIDESC y otros tratados internacionales relacionados con los DESC disponen el establecimiento de varios mecanismos y procedimientos diseados para supervisar y vigilar el cumplimiento por parte de los gobiernos de los trminos de los tratados. Aparte de los tratados, la ONU ha creado otros rganos de derechos humanos y mecanismos que estn facultados para abordar una serie de temas relacionados con los DESC. El mdulo 24, el nico mdulo de la seccin, trata sobre los mandatos y procedimientos de varios de esos rganos y mecanismos de Naciones Unidas. Seccin IX - Cmo desarrollar estrategias para otros actores dominantes Adems de las Naciones Unidas, ninguna otra institucin u organizacin internacional tiene la responsabilidad asumida de proteger y promover los DESC. Al mismo tiempo existen actores muy poderosos en el mbito internacional que poseen la capacidad actual y el potencial futuro para actuar tanto en forma positiva como negativa respecto de los DESC. La seccin IX est pensada para analizar algunas de las actividades y efectos de estos actores y revisa las estrategias que los activistas podran usar para alentar a estas instituciones a aprovechar su poder e influencia para influir en forma positiva en el goce de los DESC. Esas instituciones son las empresas (mdulo 25), los acuerdos multilaterales de comercio e inversin (mdulo 26) y el Banco Mundial (mdulo 27). Seccin X - Estrategias y herramientas en el mbito regional Existen rganos intergubernamentales en tres regiones del mundo que poseen mandatos explcitos para proteger y promover los derechos humanos. Aunque estos rganos hasta ahora tienen poca experiencia en el manejo de los DESC, s tienen el potencial necesario para proporcionar reparaciones para los abusos relacionados con los DESC. Por eso se los describe en esta seccin. El mdulo 28 resume el mandato y las actividades de la Comisin Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos, el mdulo 29, los rganos y mecanismos pertenecientes al sistema europeo de proteccin de los derechos humanos, y el mdulo 30, el sistema interamericano de derechos humanos. Recursos: La parte I de este manual concluye con una breve lista del material impreso y las organizaciones correspondientes a cada mdulo. Esta lista no es exhaustiva, pero proporciona algunas sugerencias para quienes desean obtener ms informacin sobre el tema de cada mdulo. La parte II proporciona algunas ideas y sugerencias para quienes emplean el manual en un programa de capacitacin. El manual en su totalidad se basa en la premisa de que, para ser eficaz, todo aprendizaje debe comenzar con las experiencias, las ideas y necesidades de los participantes de cualquier programa. En la mayor medida posible, este punto de vista se refleja en la parte II, que se inicia con algunos puntos generales sobre la organizacin de un programa de capacitacin. Luego se incluyen algunas ideas para transmitir cada mdulo junto con sugerencias de mtodos posibles. Los mtodos no pretenden ser exhaustivos ni en el manejo de los temas y estrategias presentadas en el manual, ni en los enfoques que

  • pueden emplear los entrenadores. Las sugerencias se ofrecen simplemente para ayudar a estimular las ideas y la creatividad de quienes se ocupen de presentar el material. El apndice 1 incluye una lista descriptiva de los autores de los diferentes mdulos. El apndice 2 proporciona los nombres y la informacin de contacto de quienes participaron en los dos talleres mencionados en el prefacio que, segn se dijo, fueron claves para el desarrollo de este manual.

  • SIGLAS AC Asociacin Civil ACNUR Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados BDM Banco de Desarrollo Multilateral CCPR Comit de Derechos Humanos CDESC Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales CEDAW Convencin sobre la Eliminacin de Todas las Formas de Discriminacin

    Contra la Mujer - o - Comit para la Eliminacin de la Discriminacin contra la Mujer

    CEDH Convenio Europeo de Derechos Humanos - o - Comisin Europea de Derechos Humanos CEI Comit de Expertos independientes CERD Comit para la Eliminacin de la Discriminacin Racial CFI Corporacin Financiera Internacional COE Consejo de Europa CRC Convencin sobre los Derechos del Nio - o - Comit sobre los Derechos del Nio CSE Carta Social Europea CSW Comisin sobre la Situacin Jurdica y Social de la Mujer DESC Derechos Econmicos, Sociales y Culturales DUDH Declaracin Universal de Derechos Humanos ECOSOC Consejo Econmico y Social ET Empresa Transnacional FMI Fondo Monetario Internacional ICERD Pacto Internacional para la Eliminacin de Todas las Formas de

    Discriminacin Racial IDA Organismo Internacional para el Desarrollo INCHRITI Comit Internacional de ONG de Derechos Humanos en el Comercio y la

    Inversin OACDH Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos

    Humanos OCDE Organizacin de Cooperacin y Desarrollo Econmicos OIT Organizacin Internacional del Trabajo OMC Organizacin Mundial del Comercio OMS Organizacin Mundial de la Salud ONG Organizacin No Gubernamental ONU Organizacin de Naciones Unidas PAE Programa de Ajuste Estructural PIDCP Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos PIDESC Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo RG Recomendacin General TEDH Tribunal Europeo de Derechos Humanos UNCTAD Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo UNESCO Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

  • PARTE I

  • SECCIN I

    Como desarrollar una perspectiva basada en los derechos

  • MDULO 1 CMO DESARROLLAR UNA PERSPECTIVA BASADAEN LOS DERECHOS

    El objetivo del mdulo 1 El objetivo de este mdulo es lograr que los participantes aprendan a analizar las cuestiones econmicas, sociales y culturales desde una perspectiva basada en los derechos. El mdulo analiza el desarrollo de una perspectiva basada en los derechos; el valor intrnseco de los derechos econmicos, sociales y culturales (DESC); la necesidad de reflexionar sobre las polticas y estrategias de desarrollo; el debate sobre el papel del estado en la proteccin de los DESC; y la indivisibilidad de los derechos. Cmo desarrollar una perspectiva basada en los derechos La dignidad de un individuo no puede y no debe ser dividida en dos esferas, la de lo civil y poltico, y la de lo econmico, social y cultural. El individuo no debe sufrir carencias y tampoco miedo. El objetivo ltimo de asegurar el respeto a la dignidad de un individuo no puede lograrse sin que la persona goce de todos sus derechos. En ltima instancia, se trata de colocar al ser humano en el centro, no como un individuo formado por tomos, sino como parte de una comunidad y un sistema ecolgico. Para lograr que los DESC avancen es necesario contar con un nuevo paradigma y una nueva percepcin de los derechos. En febrero del ao 2000 el gobierno de Indonesia prohibi el uso del becak en la capital, Yakarta. Los becak son triciclos empleados para transportar bienes y personas, y son el medio de subsistencia de las numerosas personas que los conducen. Al imponer la prohibicin, el gobierno argument que los becak causan embotellamientos de trnsito: se mueven lentamente y son una rareza en una ciudad repleta de automviles nuevos y otros vehculos motorizados. No es la primera vez que el uso del becak es declarado ilegal. La prohibicin anterior fue revocada en 1997 debido a la severa crisis econmica que enfrentaba el pas. Los becak proporcionaban puestos de trabajo entonces muy necesarios. Muchas personas pobres vendieron sus magras pertenencias para comprar un becak a fin de poder ganarse la vida pedaleando. Ahora, con la nueva prohibicin, vuelven a foja cero. El supuesto que subyace a la decisin del gobierno es que para los conductores de becak ya no hay lugar en el agitado entorno urbano, donde su modo de subsistencia dej de tener importancia. La prohibicin tambin implica que el gobierno no se hace responsable de la marginalizacin de los conductores de becak; a pesar de que pueden tener derechos que los protegen contra la detencin arbitraria, la tortura y el homicidio, no tienen ningn derecho que les asegure el bienestar econmico y social.

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    Un argumento comn es que la eleccin del medio de subsistencia de los con- ductores de becak debera ceder para dar lugar al desarrollo econmico, que, en el largo plazo, los salvar de la fa- tigosa tarea de pedalear todo el da. Mientras tanto, en vez de decirles que tienen derechos, por qu no prodigarles algo de caridad para que no se mueran de hambre? El alimento, la vivienda, la salud y otras necesidades bsicas de los conductores de becak son consideradas desde la perspectiva del desarrollo: simple- mente como necesidades y no corno derechos. El supuesto es que el desarrollo econmico le permitir a una persona o grupo satisfacer sus necesidades bsicas.

    El problema dc los becak no es novedoso. Sus circunstancias y las circunstancias similares de muchas otras personas plantean una pregunta difcil: por qu entendemos y hablamos de estas situaciones en trminos de caridad o desarrollo, y no en trminos de derechos humanos, especficamente de los DESC? Es fcil decir que los DESC existen, pero sostener esta afirmacin ante situaciones de la vida real corno sta, constituye un desafo. Resulta esencial entender que no es lo mismo trabajar en pos del desarrollo extendiendo los servicios o satisfaciendo necesidades bsicas que trabajar para asegurar el goce de los DESC. No podemos ignorar el efecto que tiene la privacin de los derechos econmicos, sociales y culturales bsicos sobre la dignidad de una persona. No se es puede pedir a los individuos que esperen hasta que llegue el desarrollo econmico para que su dignidad sea respetada. La dignidad y el bienestar de los seres humanos constituyen los cimientos sobre los que se construye la perspectiva basada en los derechos. Los DESC parten del entendimiento de que las privaciones econmicas y sociales deben dejar de ser consideradas el resultado de las condiciones naturales dispuestas por Dios o e1 destino, como se ha credo con frecuencia a lo largo de la historia. Tambin se fundamentan en la idea de que quienes no gozan de estos derechos no son culpables de su situacin por ser haraganes, descuidados en sus gastos o por carecer de espritu emprendedor. La perspectiva basada en los derechos se funda en la conviccin de que cada uno de los seres humanos, por el hecho de ser humanos, es poseedor de derechos. Un derecho implica la obligacin de parte del gobierno de respetarlo, promoverlo, protegerlo y cumplirlo. El carcter legal y vinculante de los derechos y de las obligaciones gubernamentales que de ellos derivan se basan en los tratados internacionales de derechos humanos y otros estndares, as como en las clusulas de la constitucin nacional de derechos humanos. Por lo tanto, una perspectiva basada en los derechos no involucra la caridad o simplemente el

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    desarrollo econmico, sino un proceso para incentivar y empoderar* a quienes no gozan de los DESC para que los reclamen. Cuando los individuos o los pueblos no pueden ejercer lo que ellos entienden y creen que son sus derechos, los activistas pueden alentarlos y ayudarlos a reclamarlos a travs de canales judiciales y administrativos o, cuando no existe un mecanismo establecido, por otros medios, tales como manifestaciones pblicas. El proceso de defender pblicamente un reclamo no solamente afirma la titularidad de un individuo respecto de ese derecho, sino que ayuda a definir el derecho mismo y alienta la toma de conciencia respecto de que lo que se reclama no es un privilegio ni una aspiracin, sino un derecho. Una activista de derechos humanos describi una perspectiva basada en derechos de la siguiente manera:

    Qu significa un enfoque basado en los derechos? Primero, significa entender claramente la diferencia entre un derecho y una necesidad. Un derecho es algo que me corresponde legtimamente por el slo hecho de ser una persona. Es lo que me permite vivir con dignidad. Asimismo, un derecho puede ser exigido frente al gobierno e implica la obligacin por parte del gobierno de honrarlo. En cambio, una necesidad es una aspiracin que puede ser muy legtima, pero no necesariamente est asociada a una obligacin por parte del gobierno de cumplirla; la satisfaccin de una necesidad no puede exigirse. Los derechos se relacionan con ser, mientras que las necesidades se relacionan con tener.

    Segundo, un enfoque basado en los derechos no puede centrarse en defender o atacar la forma de gobierno, en hacer declaraciones a favor o en contra de la preferencia poltica de la vctima o en las motivaciones (supuestas o reales) dc quienes violan los derechos humanos, sino en los derechos mismos que estn siendo violados y en el aparato que posibilita esas violaciones. En otras palabras, un enfoque basado en los derechos no puede atacar o apoyar un sistema poltico en particular, aunque tampoco puede ignorar la resistencia del sistema como un factor que bloquea o favorece el ejercicio efectivo de los derechos humanos...

    Tercero, y como consecuencia de lo anterior, un derecho se define en base a la dignidad, es decir, en base a ser y no a tener, o al programa social o econmico de un partido o gobierno. Un programa poltico puede (y debe) negociarse, pero la dignidad no es negociable. Los programas polticos son necesarios para honrar los derechos humanos, pero no pueden sustituirlos. Los programas polticos estn sujetos a los cambios en la dinmica social y econmica, y lo que es importante hoy puede no serlo maana. La dignidad de un individuo es inmutable: es la misma en todos los tiempos y todos los lugares, y su esencia trasciende las particularidades culturales.1

    El valor intrnseco de los DESC

    * En la versin en espaol de este manual la palabra empowering se traduce por empoderamiento.

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    Los DESC (por ejemplo, el alimento, la educacin, la vivienda) suelen ser percibidos solamente como instrumentos para lograr ciertos objetivos, como el desarrollo y el crecimiento econmico. Esta percepcin coincide con la nocin dc que los DESC son slo aspiraciones y no realmente derechos. De esto se deriva la idea de que estos derechos nicamente pueden lograrse en forma gradual, dado que su ejercicio est relacionado con la disponibilidad de recursos. En este punto entra en juego la categorizacin negativa y positiva de los derechos, segn la cual los derechos civiles y polticos pueden ser exigidos inmediatamente, porque solamente requieren la no intervencin del estado, mientras que todos los DESC supuestamente requieren que el estado desempee un papel positivo. As es corno el debate sobre los DESC se entrelaza con la cuestin poltica del mercado libre versus la intervencin del estado. El debate sobre la titularidad de los DESC suele tener lugar no desde la perspectiva de los derechos sino desde la perspectiva de las polticas de desarrollo o bienestar social. Un enfoque que hace depender los derechos sociales de la existencia de polticas de desarrollo socava el principio fundamental de que los derechos humanos no pueden ser ni otorgados ni quitados. Es esencial definir el valor intrnseco de los DESC; tienen un valor (y son un fin) en s mismos. El enfoque basado en la capacidad sugerido por el economista ganador del Premio Nobel Amartya Sen proporciona un marco til para comprender el valor intrnseco de los DESC. Segn Sen, la nocin de capacidad tiene que ver esencialmente con la libertad: la variedad de opciones que posee una persona para decidir qu tipo dc vida desea llevar.2 Sen sostiene que la pobreza y la privacin econmica deben ser consideradas en relacin con la incidencia que tienen en la restriccin de la libertad de una persona para vivir una vida que aprecie. La libertad de vivir una cantidad normal de aos, por ejemplo, se ve restringida por la mortalidad prematura; la libertad de leer o escribir est restringida por el analfabetismo. El goce de los DESC extiende la libertad de los individuos aumentando sus capacidades y su calidad de vida. Considerar la pobreza como un problema de capacidad puede dar lugar a demandas de medidas sociales apropiadas que se concretan imponindole obligaciones al estado. Este enfoque tambin proporciona un marco para juzgar las polticas segn el efecto que tienen sobre el mejoramiento de las capacidades de los ciudadanos (si la capacidad mejorada es o no consecuencia del crecimiento de los ingresos reales). Finalmente, un enfoque basado en la capacidad puede utilizarse para evaluar el impacto de la discriminacin por motivos tales como la raza, clase, casta y gnero. Por ejemplo, la discriminacin puede restringir la capacidad y, en consecuencia, la libertad de una persona al negarle un empleo o el cuidado mdico apropiado. Sen identifica cinco maneras en que la educacin y la salud pueden contribuir a la libertad de una persona.

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    1. Importancia intrnseca

    Haber recibido educacin y estar sano son logros valiosos en s mismos y la oportunidad de poseerlos puede tener una incidencia directa en la libertad real de una persona.

    2. Efecto personal instrumental

    La educacin y la salud de una persona pueden ayudarle a hacer muchas cosas (no solamente a ser educado y sano) que son valiosas. Por ejemplo, pueden ser importantes para conseguir un trabajo y, en trminos ms generales, para hacer uso de las oportunidades econmicas. El aumento resultante en los ingresos y medios econmicos puede, a su vez, contribuir a la libertad de la persona para lograr funciones que valora.

    3. Efecto social instrumental

    Una mayor alfabetizacin y la educacin bsica pueden facilitar el debate pblico de las necesidades sociales y alentar las demandas colectivas informadas (por ej.:, de atencin mdica y seguridad social), las que, a su vez, pueden ayudar a expandir los servicios de los que disfruta el pblico y contribuir a un mejor aprovechamiento de los servicios disponibles.

    4. Efecto del proceso

    El proceso de la escolaridad puede tener beneficios que, incluso, van ms all de sus objetivos explcitos, es decir, la educacin formal... La escolaridad tambin pone a los jvenes en contacto con otras personas y, de tal manera, ampla sus horizontes, lo que puede ser particularmente importante para las nias.

    5. Efecto facultativo y distributivo

    Una mayor alfabetizacin y los logros educativos de los grupos desfavorecidos pueden incrementar sus posibilidades de resistir la opresin, organizarse polticamente y conseguir que los traten mejor.3

    Los efectos de la educacin y la salud no se limitan necesariamente a la persona que las recibe.

    La expansin de la salud y la educacin puede tener consecuencias que van mucho ms all de los efectos personales inmediatos. Por ejemplo, la educacin de una persona puede ser til para otra. Las relaciones interpersonales pueden tener tambin importancia poltica; por ejemplo, una comunidad puede beneficiarse en general con la atencin cvica que recibe a travs del activismo educado de un grupo en particular.4

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    Sen tambin analiza la funcin de la alimentacin en la promocin de la libertad: La libertad de las personas que les permite llevar una vida decente, incluyendo la libertad de no tener hambre, de la morbilidad evitable, de la mortalidad prematura, etc., est esencialmente vinculada a la satisfaccin de la necesidad de alimentacin y otras necesidades relacionadas. Tambin la compulsin a adquirir suficiente alimento puede forzar a las personas vulnerables a hacer cosas que les molestan y a aceptar vidas con poca libertad. La funcin de la alimentacin en la promocin de la libertad puede ser extremadamente importante.5 Respecto de la poltica relacionada con los alimentos, Sen distingue dos tipos de perspectivas: la instrumental y la intrnseca. La perspectiva instrumental enfatiza los incentivos econmicos de la expansin de la produccin nacional, incluyendo la produccin de alimentos. Sen propone que la perspectiva instrumental no debera limitarse a promover la libertad para generar ganancias, sino que deberan fomentarse otros tipos ms amplios de libertades, tales como la libertad de informacin, de reunin y de oposicin. Estas libertades tienen una funcin crucial en la entrega y el uso de los alimentos. En la perspectiva intrnseca, segn Sen, la libertad de no tener hambre puede verse como con un valor en s mismo. Es por ello que el desarrollo econmico y el progreso social deben ser evaluados analizando si mejoran las libertades positivas bsicas a fin de evitar la mortalidad prematura y la morbilidad, eliminar la desnutricin, etc.

    La importancia de esta perspectiva surge en parte del hecho de que las mediciones del producto bruto nacional, los ingresos reales, etc., suelen ser muy engaosas acerca del alcance de la libertad que las personas tienen en realidad y sobre la que pueden construir sus vidas. Incluso en cuestiones tan elementales como evitar la mortalidad prematura, tas estadsticas del producto nacional (incluyendo las de produccin de alimentos) pueden esconder ms de lo que revelan. Es posible que el producto nacional per cpita y la disponibilidad de alimentos por persona aumenten significativamente sin reducir las tasas de mortalidad y estando acompaados, en algunos casos, por una mayor modalidad.6

    Los argumentos de Sen sobre la poltica relacionada con los alimentos se pueden extender a los temas de poltica social y econmica (poltica de desarrollo) en general. Pueden ser analizados para evaluar si mejoran intrnsecamente los DESC y, de esa manera, la dignidad y la libertad del individuo.

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    Los conductores de becak vistos con el lente de la capacidad

    A simple vista, la prohibicin de los becak parece afectar solamente la situacin laboral de los conductores. Sin embargo, un anlisis efectuado desde el enfoque basado en la capacidad propuesto por Sen revela un impacto mucho mayor sobre los derechos y libertades del conductor de becak ahora marginalizado:

    El hecho de tener trabajo como conductor tena un valor en s mismo. La oportunidad de trabajar y de ganarse un lugar en la sociedad aumentaba la libertad real del conductor y su calidad de vida en general.

    El trabajo independiente del conductor le permita mantenerse a si mismo y potencialmente a su familia. Esto, a su vez, aumentaba sus posibilidades de participar de la vida de la comunidad y de acceder a servicios bsicos como una alimentacin adecuada, atencin mdica, etc.

    En su trabajo, el conductor de becak entraba en contacto con muchas personas y as lograba expandir su conocimiento y comprensin de la sociedad en su totalidad. Estas interacciones eran esenciales para su libertad dentro de la sociedad y la comunidad.

    Es muy probable que la capacidad del conductor de ganarse la vida haya influido en su capacidad de organizarse, de resistir la opresin y de crear una vida ms justa para l y su familia.

    La decisin del gobierno de Indonesia de prohibir los becak fue tomada sin la participacin efectiva de aquellas personas cuya subsistencia depende de ellos. De esta manera, los conductores no slo se vieron privados de su capacidad de ganarse la vida y de las libertades que ello implica, sino tambin se les neg la voz, la funcin y el potencial. Fueron efectivamente desaparecidos de la sociedad. Un enfoque basado en los derechos de esta situacin tendera a alentar y ayudar a los conductores a reclamar su derecho a un medio de subsistencia y las libertades asociadas que les pertenecen como seres humanos.

    Reflexiones sobre las polticas y estrategias de desarrollo La defensa de los DESC implica un cambio de paradigma desde los modelos existentes de desarrollo. Suele ocurrir que los DESC se asocian con las necesidades y se limitan al mbito de la poltica de desarrollo. Es esencial que, a fin de promover los DESC, los activistas reflexionen sobre las consecuencias de las polticas de desarrollo instauradas por los gobiernos nacionales y los organismos internacionales. Tambin deben contar con una perspectiva histrica sobre las estrategias de desarrollo empleadas para poder criticarlas y, de ser necesario, proponer modelos alternativos que respeten los DESC. Breve historia de la planificacin nacional y el significado de desarrollo La revolucin industrial hizo nacer la necesidad de contar con una planificacin social. La sordidez y la pobreza urbana causadas por la industrializacin exigieron el diseo de medidas de bienestar social. (Vase algunos antecedentes de los primeros esfuerzos de vigilancia de la situacin en el mdulo 19.) Inicialmente, se dej que las organizaciones de caridad se ocuparan de estos problemas sociales. Pero los problemas eran tan enormes que al poco

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    tiempo hizo falta la intervencin de profesionales y del estado. La pobreza, las enfermedades, la falta de educacin e higiene y el desempleo requeran un gran esfuerzo de planificacin social y una intervencin en la vida diaria. La planificacin se convirti en una tcnica central del desarrollo y redefini la vida social y econmica de acuerdo con las demandas de la sociedad industrial. Esta planificacin cientfica (racional y eficiente) fue infundida hacia las personas y la naturaleza con una actitud instrumental. En las dcadas de 1920 y 1930, luego de la movilizacin de los recursos nacionales para librar la Primera Guerra Mundial, la planificacin adquiri prominencia con la planificacin sovitica, el movimiento de la administracin cientfica en los EE.UU. y la poltica econmica keynesiana.7 La propagacin del colonialismo y la exportacin de modernidad prepararon el camino para la planificacin en las colonias. La planificacin se convirti en una herramienta central de la modernizacin de las sociedades en desarrollo tradicionales. Los nacionalistas que surgieron en las colonias tambin crean en la planificacin como una manera de construir naciones postcoloniales fuertes y modernas. El modelo de planificacin tena el objetivo de lograr la transformacin en gran escala de estructuras humanas y sociales reemplazndolas por estructuras nuevas y racionales. El fervor que haba despertado este tipo de transformacin se evidencia en un artculo publicado en 1952 en el Journal of Economic Development and Cultural Change. El autor, al referirse a los factores que obstruyen el desarrollo en los pases recientemente independizados, sostiene:

    Si tratamos de interpretar las aspiraciones de los pases actualmente menos adelantados econmicamente, observamos tambin all una extraa ambigedad que parece ser el resultado del parcial desconocimiento de la estrecha interrelacin que existe entre e1 progreso econmico y el cambio cultural. As es como los voceros de los pases ms pobres se pronuncian enfticamente en favor del progreso econmico en el entendimiento de que traer una elevacin general de los niveles de vida y culpan por la pobreza a su previa condicin de colonias o a la explotacin imperialista cuasi colonialista. Al mismo tiempo ese rechazo del colonialismo y del imperialismo se manifiesta en un elevado sentido del nacionalismo, cuya expresin simblica consiste en el repudio de las filosofas forneas y de los patrones de conducta externos, y en la reafirmacin de las maneras tradicionalmente respetadas de actuar y pensar. Por ejemplo, el nacionalismo del movimiento independentista de Gandhi estuvo asociado al retorno a los mtodos extremadamente ineficientes de las actividades tradicionales de la India y hoy en da en Burma la independencia no slo est acompaada por el retorno a los nombres y vestimentas tradicionales, sino por un fortalecimiento del budismo, una religin que refleja una ideologa totalmente opuesta a la actividad econmica eficiente y progresista. As es como la concrecin del progreso econmico se enfrenta a numerosos obstculos e impedimentos.8

    El Fervor por la modernizacin de las sociedades en desarrollo tambin se vio reflejado en las polticas oficiales de las instituciones internacionales. Por ejemplo, la primera misin del Banco Mundial en Colombia, en 1949, llam a un amplio programa de desarrollo. La misin

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    del Banco sostuvo:

    Es el desarrollo econmico sinnimo de bienestar social? Los casos del yacimiento Tambogrande y de la minera Yanacocha en Per9

    En Per se ha declarado de necesidad nacional la explotacin de un yacimiento mineral en Tambogrande, Piura. El yacimiento, cuyos derechos de explotacin pertenecen en mayora a la transnacional canadiense Manhattan Minerals Corporation, se encuentra debajo del pueblo, que tiene ms de 21 mil habitantes. La explotacin del yacimiento no slo acarrear dao ambiental, sino la destruccin del pueblo, donde se concentra la mayor parte de las familias del proyecto de irrigacin de San Lorenzo. En San Lorenzo hay 37 mil hectreas de cultivo de arroz, algodn, ctricos y frutales que producen 408 mil toneladas anuales, junto a 65 mil cabezas de ganado que dan empleo a 37,243 personas. La construccin de la infraestructura de riego tom 12 aos y cost 73 millones de dlares y hoy slo los terrenos estn valorizados en 280 millones de dlares, sin contar con la infraestructura agroindustrial. Las reservas de mineral calculadas son de 42 millones de toneladas en cobre, zinc y plata y 30 millones de toneladas en piritas masivas que sirven para la produccin de cido sulfrico. Se estima que el tiempo de explotacin de estos minerales es de 15 aos, con una inversin de 100 millones de dlares y la generacin de 500 puestos de trabajo. Es comparable la riqueza que producir una mina durante 15 aos con la que ofrecer la explotacin agropecuaria de esta irrigacin durante muchsimas dcadas por delante? La llegada de empresas transnacionales mineras para explotar diversos yacimientos en todo el pas, hace pensar a muchos que el crecimiento de la minera traer el desarrollo. Pero, muchas veces se olvida el impacto social y cultural que produce esta actividad. Los pobladores de las provincias ven la aparicin de una mina como la expectativa de que les traer empleo, salud y educacin y se sabe que muchas veces no es as. El caso de la minera Yanacocha ubicada en Cajamarca, que utiliza una tecnologa de avanzada que busca disminuir el impacto ambiental es un ejemplo de esta contradiccin: una mina que explota oro no acaba con la miseria de las zonas que la rodean. La Vicara de Solidaridad del obispado de Cajamarca ha denunciado en reiteradas ocasiones la presin que se ejerci sobre los campesinos para que vendieran sus tierras a precios nfimos y aos despus todava se palpa la pobreza en que se encuentran las comunidades aledaas.

    Es inevitable concluir que la confianza en las fuerzas naturales no ha producido los resultados ms felices, Igualmente inevitable es la conclusin de que conociendo los hechos y procesos econmicos subyacentes, con una buena planificacin en la definicin de objetivos y asignacin de recursos, y llevando adelante con firmeza un programa de mejoras y reformas, es posible hacer mucho para mejorar el entorno econmico dando forma a polticas econmicas destinadas a cumplir con ciertos requerimientos sociales determinados cientficamente... Al hacer tal esfuerzo, Colombia no slo lograra su propia salvacin, sino que, al mismo tiempo, sentara un ejemplo inspirador para todas las dems reas

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    subdesarrolladas del mundo.10 Es decir que el desarrollo tena que ver con la salvacin. El proceso fue facilitado por el lanzamiento de las Dcadas de Desarrollo por parte de Naciones Unidas. Con cada dcada cambiaba el nfasis. En los aos cincuenta, era el crecimiento y la planificacin nacional; en los sesenta, la Revolucin Verde y la planificacin sectorial y regional; en los setenta, las necesidades bsicas y la planificacin en el mbito local; en los ochenta el nfasis cambi hacia la planificacin ambiental para el desarrollo sustentable y la planificacin que incorporaba en el desarrollo a las mujeres o a las bases. El impacto de estos programas de desarrollo no siempre ha sido positivo, como lo ilustra la situacin de los conductores de becak. De hecho, con frecuencia estos programas han sido particularmente perjudiciales para las mujeres y los indgenas. Segn una opinin crtica:

    Incluso en trminos de una mayor produccin, los programas de desarrollo rural han tenido resultados a lo sumo dudosos. La mayor parte del aumento de la produccin de alimentos en el Tercer Mundo tuvo lugar en el sector capitalista comercial, dado que buena parte del aumento afect a cultivos comerciales o de exportacin. De hecho, como se ha demostrado ampliamente, los programas de desarrollo rural y la planificacin del desarrollo en general han contribuido no slo a la creciente miseria de la poblacin rural, sino que han agravado los problemas de desnutricin y hambre.11

    Por lo tanto es importante que las organizaciones no gubernamentales (ONG) que se ocupan de llevar adelante programas de desarrollo estudien sus programas desde la perspectiva dc los derechos. Contribuyen a expandir los derechos de la gente o los socavan? Este es un debate real que no puede ser ignorado. El debate sobre el papel del estado La editorial de Far Eastern Economic Review que aparece en la pgina siguiente ilustra el debate sobre el crecimiento econmico versus los DESC. Defendiendo el crecimiento econmico, la editorial ignora la dignidad y la libertad de la mujer que describe (y de muchos otros que se encuentran en situaciones similares.) Tambin propone reducir el papel del estado en la lucha contra la pobreza, porque la asistencia social no ayuda a los pobres; lo que se necesita es actividad econmica generada por empresas privadas. Como muestra la editorial, quienes se preocupan por los temas econmicos y sociales no pueden evitar el debate sobre el papel del estado. A nivel de las bases, los activistas estn comprometidos con el cuestionamiento de los efectos negativos del desarrollo y el papel del estado en su contribucin con esos efectos negativos. Al mismo tiempo, la intervencin del estado en la promocin del desarrollo est siendo cuestionada por quienes son partidarios de la reduccin del papel del estado en las actividades econmicas y de desarrollo de manera ms general. En esta era de la globalizacin, el concepto del estado mismo y sus responsabilidades, incluyendo su funcin en las polticas pblicas, es objeto de controversia. El consenso de posguerra que predominaba en la mayora de los pases de Europa occidental sobre el papel del estado en la proteccin del bienestar bsico humano ya no es tal.

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    Editorial de Far Eastern Economic Review

    Los necesitados de Indonesia

    Ser la asistencia social el camino correcto? No fue la tristeza de la imagen de esta Pgina lo que primero nos llam la atencin, sino el epgrafe escrito por el fotgrafo, Maya Vidon: Una mujer de Indonesia cocina un gato en una olla junto a las vas del tren Sin lugar a dudas, Indonesia es el pas que ms ha sufrido la crisis econmica de Asia. A unque en Corea del Sur el desempleo puede haber llegado a niveles impens ables a principios de esta dcada, all los problemas son los de una economa de clase media que est en medio de un lo ( por ms complicado que sea ).

    Lo que nuestro amigo not fue la

    diferencia entre la marginalidad de la necesidad de asistencia social y la

    responsabilidad personal. Porque aunque Hong Kong ofrece algunos

    beneficios sociales, pocos los aprovechan ( atribyase al qu

    dirn ). Por eso, mientras la asistencia social promueve una

    dependencia perezosa del estado, los asiticos libres de subsidios se

    hacen cargo de sus propias vidas. Uno se viste bien si tiene la espe

    ranza de sacar algo de una entrevis ta. Y en Hong Kong por lo menos Pero los negocios siguen marchando.

    Esta semana LG Semicon obtuvo un hay pruebas anecdticas de un mayor espritu emprendedor, con contrato de $700 millones para proveer

    pantallas de alta tecnologa a Philips, la pequeos comercios y puestos ( alimentos, artculos de librera ) compaa electrnica holandesa. Y en

    Kuala Lumpur, el gas lacrimgeno que que aparecen en las esquinas y en locales antes cubiertos por maderas. recibi a los protestantes luego del arresto de Anwar Ibrahim le agreg una preocupante dimensin

    poltica a las dificultades econmicas. Sin embargo, incluso con la economa en recesin observamos que la vida normal (lejos de la polica) contina: la gente sigue frecuentando los parques y come en los patios de comidas de los centros de compras. En cuanto a los empleos perdidos, recientemente lemos acerca de un trabajador de una fbrica reducida que ahora limpia cuartos de hotel, aunque por la mitad del dinero. No estaba contento, pero tampoco estaba cocinando una mas-cota. Pero en Indonesia actualmente ms de 17 millones de familias se enfrentan a la escasez de alimentos. En Java Central y Oriental ms de 4 millones de hogares no pueden solventar ms de una comida al da. Nadie lo hubiera imaginado hace dos aos. Ahora las cifras y las imgenes de Indonesia infunden coraje en quienes antes haba silenciado la antigua prosperidad de Asia trada por e1 capitalismo: buscan reconstruir en nuestro medio ese paraso terrenal llamado Suecia. En una conferencia en Manila o aqu en Hong Kong escuchamos hablar cada vez ms de que Asia necesita una red de proteccin social (lase: asistencia social). Pero aunque los tiempos difciles pueden volver los rumores socialistas ms crebles para algunos, nuestro propio temor es que el subsidio (en cualquiera de sus formas), una vez establecido, nunca desaparezca. Los mejores tiempos futuros solamente despertarn movilizaciones para atrincherar ms slidamente la asistencia social, ampliando su alcance.

    El orgullo que persiste incluso en los tiempos difciles significa que cuidamos el medio ambiente. En Indonesia, es ms difcil conseguir un trabajo: han desaparecido. O abrir un puesto: no hay dinero. Pero las islas son ricas en recursos naturales, todos con precios en dlares, no rupias. Entonces por qu se mueren de hambre? Tomemos el ejemplo del petrleo: a OPEP permite al monopolio petrolero de Indonesia, Pertamina, producir hasta 1,28 millones de barriles por da. Los costos de extraccin son de alrededor de $3 (onshore) y $8 (offshore) por barril, lo que debera ser lo suficientemente barato como para generar ganancias, incluso con el precio del crudo a $12/14 el barril. En otros tiempos, aunque los parientes de Suharto se llevaran la mayor parte de las ganancias, las migajas de ste y otros negocios de la fa-milia del presidente ayudaron a crear la clase media. Hoy en da, con todo desgastado, desde el capitalismo de compinches hasta la infraestructura y los riesgos morales en alza, el di-nero est escaseando. La mayor parte del crudo de Indonesia se refina en el extranjero Los riesgos de Indonesia significan que ni siquiera la riqueza natural se puede usar para alimentar a la gente. Desde la coyuntura actual, la salida parecera ser abrir el camino para que la gente comn pueda ganarse la vida. Eso implica que el gobierno repare los bancos y el crdito, pero tambin que se libere de reglas innecesarias y que acte con dureza contra la corrupcin menor (y mayor) que hace imposible hacer un trabajo o abrir un pequeo negocio. Tambin significa no crear la dependencia del estado (de todas maneras el tesoro est vaco). Nada de esto ser fcil, pero no hay dudas de que la mujer de la foto no necesita la asistencia social para mantenerse en la pobreza decente. Necesita poder ganar dinero para que sus hijos puedan dejar la villa.

    Un visitante reciente se sorprendi al ver razonablemente contento al pueblo de Hong Kong, que sufre la recesin, y las calles y estaciones de tren no ms sucias que antes. Un con-traste importante, coment, con la suciedad de las ltimas recesiones europeas.

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    El debate del mercado versus el estado es importante para quienes trabajan con temas relacionados con los DESC. Al mismo tiempo, debe quedar claro que los estados tienen la obligacin de defender los derechos humanos independientemente del sistema econmico que adopten. El Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (CDESC) ha establecido claramente que conforme al Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales emprender la adopcin de medidas [para garantizar los DESC] no requiere ni excluye ninguna forma en particular de gobierno o sistema econmico. El siguiente texto de Jean Dreze y Amartya Sen proporciona un marco til para acercarse al debate del mercado versus el estado.

    Se ha hablado mucho en la literatura de las virtudes en pugna del mecanismo del mercado y la accin del gobierno. Pero los mritos comparativos de las dos formas de decisin econmica dependen tan profundamente del contexto que casi no tiene sentido abrazar en general la causa pro-estado o pro-mercado. Para ilustrar esta idea en el nivel ms obvio podemos mencionar el simple hecho de que lo que el gobierno hace y, de hecho, har depende de la naturaleza de ese gobierno... La fe implcita en la bondad y el sentido comn del gobierno que subyace a muchas de las argumentaciones a favor del desarrollo econmico guiado por el gobierno muchas veces no resiste ningn anlisis...

    Tambin existe una pregunta similar acerca de la dependencia del contexto en relacin con el papel del mecanismo del mercado. De qu tipos de mercados estamos hablando? La mayor parte de la teora de la eficiencia o efectividad de los mecanismos del mercado se refiere a mercados competitivos en equilibrio. No es ilgico suponer que las pequeas violaciones de esas condiciones competitivas no necesariamente alteran los resultados en forma violenta, pero es verdad que los mercados reales pueden adoptar diferentes formas. Por ejemplo, el acaparamiento de bienes de oferta limitada por parte de unos pocos operadores (que conduce a una masiva acentuacin de la escasez y el sufrimiento) ha ocurrido demasiadas veces como para descartarlo como una pesadilla imaginaria. La historia reciente de Asia y frica proporciona numerosos ejemplos de mercados burstiles empleados para obtener ganancias a costa de la miseria de millones.

    Tambin existen casos en los que el mercado juzga equivocadamente la medida de un faltante y causa sufrimiento (incluso caos), sin que se trate de una gran manipulacin deliberada. Esto ocurri, por ejemplo, en la hambruna de Bangla Desh de 1974, cuando la especulacin mal asesorada de los operadores contribuy a una enorme suba de los precios del arroz seguida por una brusca cada hasta los precios originales (mientras tanto, la hambruna ya haba cobrado sus vctimas). Adoptar una posicin general pro-mercado sin establecer condiciones no es menos problemtico que adoptar una posicin general pro-gobierno.12

    Debemos acentuar que no es cuestin de una tipo u otro de gobierno. Ms bien es cuestin de un tipo de poltica de gobierno que asegure la efectividad de los DESC. En el debate actual, se le ha dado mucha prominencia al papel negativo del estado (particularmente en relacin con las restricciones y controles).

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    La informacin como presupuesto del ejercicio de un derecho El derecho de los jubilados y pensionados en Argentina

    El caso Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y otro c. Instituto Nacional de Servicios Social