Citas No Siempre Citables - Manuel Rodríguez Rivero

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Como ya saben todos ustedes (si es que siguen ahí), Mark Zuckerberg se ha convertido en el nuevo rey Midas de la edición internacional. Celebridades mediáticas prescriptoras de libros las ha habido siempre, pero no con el éxito obtenido por el fundador de Facebook en su primera recomendación. Que, además, viene acompañada de la creación de un singular club de lectura universal que ofrece a sus socios una inyección de pertenencia a una comunidad.

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Citas no siempre citablesMark Zuckerberg se ha convertido en el nuevo rey Midas de la edicin internacional.MANUEL RODRGUEZ RIVERO 17 ENE 2015 - 00:01 CET1Archivado en: Mark Zuckerberg Lectura Jeff Bezos Albert Einstein Amazon Charlie Hebdo Humor grfico Libros Prensa Cultura

Albert Einstein. / ALFRED EISENSTAEDT / GETTY IMAGESRecomendar en Facebook0Twittear0Enviar a LinkedIn0Enviar a TuentiEnviar a EskupEnviarImprimirGuardarComo ya saben todos ustedes (si es que siguen ah), Mark Zuckerberg se ha convertido en el nuevo rey Midas de la edicin internacional. Celebridades mediticas prescriptoras de libros las ha habido siempre, pero no con el xito obtenido por el fundador de Facebook en su primera recomendacin. Que, adems, viene acompaada de la creacin de un singular club de lectura universal que ofrece a sus socios una inyeccin de pertenencia a una comunidad. La frmula ya es antigua, sobre todo enEstados Unidos, donde buena parte de la poblacin vive relativamente aislada en urbanizaciones alejadas del centro de ciudades que quedan desiertas tras el fin de la jornada laboral: esa fue la clave del xito deOprah Winfrey, otra prescriptora clebre, cuando an no exista Facebook y las redes sociales andaban en paales. Lo de Zuckerberg, al que Time ha considerado en repetidas ocasiones una de las 100 personas ms influyentes del planeta, no es tan inocente como parece. Su competidor en la ciberindustria Jeff Bezos, fundador deAmazon, ya comprendi hace tiempo las posibilidades de hermanar la autoridad que confieren el xito y la celebridad con Internet: por eso hace un par de aos compr Goodreads, la mayor comunidad de lectura, por una cantidad nunca declarada que los expertos en cibernegocios cifraron entre 800 y 1.000 millones de dlares. Y lo hizo porque necesitaba, adems de prescripciones externas ms fiables que las proporcionadas por el propio Amazon, un vnculo ms estrecho y vivo entre sus clientes potenciales. Por cierto, y como no hay nada fortuito, Goodreads lanz unos das antes de que Zuckerberg presentara su club su ya tradicional Reading Challenge desafo lector, apelando, como es tpico en Estados Unidos, al compromiso moral (pledge) de sus miembros: uno se inscribe comprometindose a leer un determinado nmero de libros al ao, y la compaa le ayudar animndole a cumplir el objetivo, al tiempo que le informa de cmo van los compromisos de los otros y le suministra sugerencias de lectura. La ltima vez que consult la pgina se haban inscrito 625.000 participantes comprometidos a leer 31 millones de libros en 2015, lo que da una media envidiable. Ya ven: la lectura lleva camino de convertirse en deporte olmpico de masas, al tiempo (y no por casualidad) que la crtica literaria vive su peor momento desde que Aristteles la invent en su Potica. Mientras tanto, convendra utilizar mejor las escasas prescripciones involuntarias de nuestros famosos, sean polticos o celebridades. Un ejemplo: ignoro la repercusin que habr tenido en las ventas deTusquets la cita de Haruke [sic] Murakami que incluy el seor Monago en uno de sus ltimos discursos. Pero, conociendo la aficin del estlido presidente extremeo por los aviones, no me extraara que hubieran aumentado la venta de obras del japons en las libreras de aeropuerto, siempre atentas a ese tipo de novelas sin demasiada chicha ni limon a las que, si me permiten la maldad, pertenece siempre en mi opinin la empalagosa Los aos de peregrinacin del chico sin color, un best seller de qualit, que ha vendido lo que no est escrito.LmitesY, hablando de citas, ignoro si Monago se escribe sus discursos o si tiene a mano un letraherido encargado de buscarle las referencias culturales cosmopolitas (ya nadie se acuerda de Gabriel y Galn: seol jues, pase ust ms alanti y toda aquella antigedad) tan necesarias en la poca de la globalizacin. En todo caso, en Espaa nunca han proliferado esos estupendos diccionarios de quotations a los que son tan aficionados los anglohablantes y que sirven para todo tipo de rotos y descosidos. Universidades prestigiosas como Yale, Oxford o Cambridge publican peridicamente una nueva edicin de los suyos, siendo muy consultados por quienes desean sembrar en sus discursos pldoras de sabidura o gracejo ajenos. A veces esos vademcums corrigen citas mal citadas: Sherlock Holmes nunca dijo elemental, mi querido Watson y Rick Blaine nunca le pidi a su pianista play it again, Sam, al menos de ese modo. Y es que es muy habitual que la gente se invente citas ingeniosas y se las atribuya, con ancdota aadida, a autoridades famosas por su ingenio. En el mundo hispnico, Borges es, junto a Quevedo, uno de los autores a los que ms se le atribuyen. Hace poco un amigo argentino, y fan de Sergio Chejfec, me cont una apcrifa del autor El Aleph segn la cual a un acompaante que, durante un paseo, le daba la vara insistindole en que en los ltimos cien aos la humanidad haba hecho grandes conquistas en el conocimiento del tiempo, Borges replic que no le extraaba, porque en los ltimos cien metros l mismo haba hecho grandes conquistas en el conocimiento del espacio. A propsito de tiempo y espacio, y de su carcter relativo, estos das abro de vez en cuando las pginas de Albert Einstein, el libro definitivo de citas (editorial Plataforma) y leo al azar alguna de las ms de 1.500 del cientfico cuidadosamente documentadas y recogidas por temas y apartados (desde el patriotismo a los judos, pasando por Dios o la educacin). Mis preferidas son algunas de las ms clebres: la que afirma que la imaginacin es ms importante que el conocimiento (mejor que lo diga un cientfico que un novelista) o que la diferencia entre la estupidez y el genio reside en que el genio tiene sus lmites. Por cierto, a ver cundo se atreve algn editor con las citas del presidente Monago, que quizs dieran para otro pequeo libro rojo de venta ms limitada que el de Mao.WolinskiEmpec a amar a Georges Wolinski, uno de los ilustradores asesinados en la masacre de Charlie Hebdo, cuando descubr sus dibujos anarcoides y salvajes en aquella legendaria revista que se llam Hara Kiri y que tena como lema, al que sin duda se atena con rigor, el de journal bte et mchant. En seguida me gustaron sus dibujos agresivos y repletos de disparatadas historias crueles y de mujeres libres con una permanente tendencia al despelote y a ridiculizar a sus parejas. Wolinski me llev luego a Charlie Hebdo,que hered el magnfico plantel de dibujantes cuando Hara Kiri fue censurada por el ministro del Interior, tras publicar aquella mtica portada en la que se lea: Baile trgico en Colombey: 1 muerto,publicada a la semana siguiente de la muerte del general Charles de Gaulle en su casa de Colombey-les-Deux-glises. De hecho, y segn el propio Wolinski, el Charlie del ttulo era un irrisorio homenaje al militar. Ahora, mientras por un lado siguen vivos el dolor y la rabia por la nueva matanza perpetrada por quienes han convertido su religin en un pretexto para el asesinato y, por otro, crece la inquietud ante las previsibles consecuencias liberticidas de la rampante pulsin islamfoba, me imagino que el gran dibujante se ha colado (slo por un rato) en la Yann a la que aspiraban como premio sus asesinos, provisto de un juego de lpices con los que mejorar la imagen del profeta y dos o tres cosas ms que all necesitan retoques.