Clases Populares y Democracia Representativa

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    Clases Populares y Democracia Representativa en América LatinaAuthor(s): Gino GermaniSource: Desarrollo Económico, Vol. 2, No. 2 (Jul. - Sep., 1962), pp. 23-43Published by: Instituto de Desarrollo Económico Y SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/3465689Accessed: 04-10-2015 18:19 UTC

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    CLASES POPULARES Y DEMOCRACIA REPRESENTATIVAEN AMERICA LATINA *

    GINO GERMANI **

    Un analisis del proceso politico en America Latina -como elde todo proceso social- requiere tener en cuenta en primer lugar

    un rasgo universal de los paises subdesarrollados: la coexistenciade lo no contemporaneo . Se trata de un fenomeno bien conocidoy que no necesita sino ser brevemente recordado aqui.1 Sus ma-nifestaciones mas visibles son sin duda lo que podriamos llamarla asincronicidad tecnologica y la geografica: el uso de los pro-ductos de la tecnologia mas reciente al lado de la supervivenciade instrumentos ya preteritos, o el contraste entre areas desa-rrolladas y areas atrasadas dentro de un mismo pais. Asi deBrasil se

    dijo que podia pasarseen

    pocashoras de avion de la

    epoca nuclear a la edad de la piedra. Pero la asincronicidad afectaa todos los aspectos de la estructura social, tanto a su superfi-cie' material y ecologica como a sus componentes mentales. En lamisma area -no menos que en areas ecologicamente distintas-coexisten grupos adelantados y grupos atrasados . Una mismainstituci6n puede seguir estando regulada por normas contradic-torias: las que corresponden a estados anteriores de la sociedady las que estan surgiendo bajo el impacto de los cambios de di-ferente orden producidos en otras partes de la estructura mien-tras ambas mantienen cierta legitimidad. De manera analogacoexisten actitudes, creencias, valores correspondientes a dife-rentes epocas.

    Por cierto que es por un abuso -acaso inevitable- de lengua-je que hablamos de rasgos arcaicos . de supervivencias. Es obvioque los grupos atrasados contemporaneos no constituyen la fiel

    * Trabajo presentado en las Jornadas Argentinas y Latinoamericanas de Socio-logia , en el Seminario Interdisciplinario: El Desarrollo Econ6mico Social de laArgentina, Historia y Perspectivas , organizadas por el Departamento de Sociologiade la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, bajolos auspicios de la Asociaci6n Soicol6gica Argentina y el Instituto de Desarrollo Eco-n6mico y Social.

    ?* Director del Departamento de Sociologia de la Universidad de Buenos Aires.1 Se trata aqui de la aplicaci6n de la conocida noci6n de Cultural lag .

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    reproduccion de esos grupos tal como eran cuando la transicionhacia estructuras modernas no habia empezado aun. Un pais, unarea, un grupo social, o un elemento de cultura se torna en atra-sado en el momento en que hay un primer pais, otra area, otro

    gruposocial, otra institucion

    quehan

    experimentadouna modifi-

    cacion percibida como avance , progreso , desarrollo , no s6lopor los sujetos del cambio, sino tambien por los portadores de losrasgos no desarrollados. Una sociedad tradicional aislada e inco-municada no es subdesarrollada para sus propios miembros. Maspor cierto se transforma en tal en el momento en que estos se ha-llan en una condicion de dependencia -politica, economica. cul-tural-, del mundo desarrollado , y en este momento, aun-que subsistan todos los aspectos del patron tradicional , nopuede decirse que tales aspectos sean los mismos que antes de lapercepcion del hecho del subdesarrollo. De este modo -exceptoen el caso de total aislamiento, economico, cultural, politico y psico-logico- toda estructura arcaica ; todo grupo social atrasado haexperimentado alguna modificaci6n con respecto al patron tradi-cional . Como es obvio el nivel de tales modificaciones puede variarconsiderablemente tanto desde el punto de vista cualitativo comocuantitativo y la manera mas facil y mas comuin de definir tal ni-

    vel es en terminos de la posici6n alcanzada por el grupo o el rasgoen cuesti6n, dentro del continuum sociedad tradicional - sociedadindustrial . De manera explicita o implicita la mayoria de los auto-res emplea esta u otra tipologia analoga, y mientras los graves pe-ligros y limitaciones del procedimiento no necesitan ser subrayados,por demasiado obvios, no parece que haya muchas alternativas pa-ra tratar este tema brevemente aunque sin duda con poca precision.Con todo es necesario agregar algunas observaciones. Debemos re-

    cordar en particular que las modificaciones experimentadas por ungrupo atrasado pueden ser de orden psicologico (cambios enactitudes, difusion de nuevas ideologias, etc.) u objetivo : cambiosen la organizacion economica, en la estructura demografica o ecolo-actitudes, difusion de nuevas ideologias, etc.) u objetivo : cambiosen ambos ordenes, pero de diferente intensidad. A veces los cam-bios de orden psicologico preceden los cambios objetivos (tal porejemplo la revolucion en las aspiraciones , segin una frase comuin-

    mente usada), a veces ocurre al reves (implantaci6n del trabajoindustrial y permanencia de actitudes tradicionales). Mas frecuen-temente aun, ambos procesos a la vez, y aqui lo esencial es la varie-dad de contrastes que pueden surgir por la yuxtaposici6n de ele-mentos -objetivos y psicologicos- diferentemente avanzados o

    retrasados , tal como se indic6 al principio.

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    Dentro del mismo punto de vista que hemos tratado de sinteti-zar en los parrafos anteriores, la comprensi6n del comportamientopolitico de los estratos populares en America Latina requiere tam-bien tener en cuenta por un lado los contrastantes modelos de desa-

    rrolloeconomico ofrecidos sucesivamente

    por EuropaOccidental

    y los Estados Unidos, por un lado, y luego por Rusia, y, mas recien-temente aun por China, y tambien por las diferentes variantes y

    terceras posiciones (Yugoeslavia, Egipto o India, etc.) Y nomenos importante es la evolucion interna de cada uno de estosmodelos, en particular el modelo occidental, desde su fase liberal ,hasta el welfare state y la fase de consumo masivo . El feno-meno bien conocido del efecto de demostracion (Duesenberry)debe considerarse aqui un factor de gran incidencia para el com-portamiento politico, tanto de los estratos populares como de losgrupos medios y superiores.

    La evolucion de los paises latino americanos puede ser descri-ta sinteticamente como una serie de seis etapas sucesivas y conse-cuentemente el estado actual de cada pais determinado podra de-finirse con referencia a la etapa alcanzada dentro del procesode transicion. Este esquema tiene obviamente grandes limitacionespero puede resultar de alguna utilidad practica. Como ya fue

    utilizado en otro trabajo,3 desarrollaremos aqui solamente aquellosaspectos que conciernen de manera mas directa la posici6n politi-ca de los estratos populares. Las seis etapas son las siguientes:

    10 Guerras de liberacion y proclamacion formal de la inde-pendencia; 2? Guerras civiles, caudillismo, anarquia; 30 Autocra-cias unificadoras: 4? Democracias representativas de participacion

    limitada u oligarquia ; 59 Democracias representativas de parti-cipaci6n ampliada; 69Democracias representativas de participaciontotal; y, como una posible alternativa a las aludidas formas de de-mocracia: revoluciones nacionales-populares . Durante las pri-meras dos etapas -de muy distinta duracion en los diferentes pai-ses- predomino de manera casi inmodificada el patro6n tradicio-nal de estructura social. Las elites criollas que en la mayoria delos paises hace un siglo y medio llevaron a cabo revoluciones encontra del poder colonial, intentaron superponer a la sociedad

    tradicional las formas modernas de un estado nacional de demo-

    cracia representativa. Este intento estaba destinado a fracasarpues faltaban por un lado la base humana necesaria -burguesias

    2 Segfin W. W. Rostow, The Stages of Economic Growth, Cambridge, UniversityPress.

    3 G. Germani et K. Silvert: Social Structure, Politics and Military Intervention inLatin America en Archives Europeens de Sociologie, Vol. II, 1961, No.1.

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    nacionales suficientemente desarrolladas y por lo menos algunossectores de los estratos populares suficientemente moderniza-dos -; por el otro, el vacio creado por la destrucci6n de la organi-zaci6n colonial y el aislamiento cultural y geografico de la gran

    mayoriade la

    poblacionconstituian un obstaculo

    insuperable.La

    primera fase -independencia formal- fue asi seguida por unasegunda caracterizada por un alto grado de desintegraci6n -anar-quia, caudillismo, fragmentacion politica y fragmentacion geogra-fica, jefes locales en continuas luchas- los clasicos caudillossudamericanos y que sin embargo y a su manera representabanuna forma de democracia elemental cuando se la compara conlas tendencias aristocratizantes y hasta monarquicas de las elitesliberales. Fundado esencialmente sobre un vinculo de lealtad per-sonal y de admiracion hacia las virtudes del jefe (a menudo deorigen popular y hasta perteneciente en algunos casos a gruposetnicos despreciados -mestizos, indios, mulatos o negros-) esteregimen de caudillos implic6 en esencia el mantenimiento del pa-tron tradicional de la estructura social. En muchos casos, alguncaudillo logr6 emerger y establecer una dictadura personal sufi-cientemente fuerte como para asegurar la unidad del pais y man-tener cierta forma de orden. Es la tercera etapa, la fase de las

    autocracias unificadoras las que, si en algunos casos continuaron elaislamiento y la inmovilizacion de la estructura tradicional, enotros implicaron cambios economicos y sociales en sentido moder-nizante; por ejemplo: inversi6n extranjera, inmigracion, integra-cion del pais a la economia mundial (aunque a traves de las for-mas coloniales de exportaci6n de materias primas), construccionde transporte, alguna medida educacional, etc. El paso a la cuartaetapa democracias de participaci6n limitada (lo que en lenguaje

    corriente en America Latina suele llamarse, la oligarquia ) fue enextremo variable: ocurrio tempranamente, como en el caso deChile, despues de Portales, y desde la segunda mitad del siglo. co-mo en la Argentina despues de Rosas. o desde sus ultimos afios yprimeros del actual, como en Uruguay despues de la serie de tresdictadores entre 1870 y 1903; en Brasil tambien podemos hablar deuna transici6n analoga -con todas las reservas del caso- tras ladesaparicion del poder moderador o de la democracia coronada

    representada porPedro

    II, yel establecimiento de la

    Repuiblica.El

    caso de Costa Rica, excepcional en America Latina por su estruc-tura agraria basada en un amplio estrato de campesinos propieta-rios, tambien muestra una transici6n semejante hacia una forma es-table de democracia representativa, especialmente despues de 1889,fecha en que se realizan las primeras elecciones libres. Y por ilti-

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    mo debe mencionarse a Colombia que logra tambien estabilizar unregimen de democracia limitada desde fines de siglo, aunque coninterrupciones no muy frecuentes. Mas en todos los demas -enparticular los paises del Caribe y Paraguay- el circulo vicioso de

    autocracia, crisis de sucesi6n e intentos abortivos de regimen de-mocratico, y por fin nuevas autocracias se ha prolongado hastanuestros dias y solamente en las uiltimas dos decadas, sobre tododesde mediados de los afnos 50, se produjo en numerosos paises nue-vos intentos de pasar a formas mas avanzadas de gobierno. Estoscambios politicos recientes, expresi6n clara de las modificacionessustanciales que estan ocurriendo con gran rapidez en la estruc-tura social de todos los paises latino americanos ,han conducido ala desaparicion de casi todos los regimenes autocraticos (casi siem-pre de tipo militar) con la excepci6n de Paraguay y de la Repui-blica Dominicana. Mas los recientes ensayos de democracia repre-sentativa en Venezuela, Ecuador, Perul y otras naciones se venenfrentados con serias amenazas internas. Al mismo tiempo yparadojicamente graves signos de inestabilidad -aunque en di-ferente medida- afectan tambien a aquellos paises incluidos en elprimer grupo y que habian alcanzado cierta duracion y normalidaden el nivel de la democracia limitada o en el de la ampliada .Dos de ellos -Brasil y Argentina- experimentaron regimenes au-toritarios y, en el caso del segundo de los paises nombrados, unrecrudecimiento en el intervencionismo militar, desde el golpe de1930 que derribo un gobierno legal. Mas el significado tanto de lainestabilidad de los paises que recien ahora estan entrando en lafase de democracia representativa, como de aquellos que recaye-ron en dictaduras militares o de otra indole despues de un largoperiodo de gobierno democratico mas o menos normal , es com-

    pletamente distinto de la inestabilidad de los habituales pronun-ciamientos militares caracteristicos de la segunda y tercera etapade nuestro esquema. El hecho nuevo es, como es bien sabido, laaparicion en la escena como participantes activos de grandes estra-tos populares, que hasta ese momento habian quedado pasivos yafuera del proceso politico. Las consecuencias de tal hecho se vin-culan en considerable medida con la epoca y las circunstancias dela transicion de las etapas que hemos llamado de participacion

    limitada y de participacion ampliada .La democracia representativa de participacion limitada apa-rece con cierta estabilidad en aquellos paises cuya estructura eco-nomica y social ha madurado lo bastante como para originar -ynecesitar- una capa media urbana que, aunque reducida a unapequefia proporcion de la poblacion (por ejemplo hasta del 10 o

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    del 15 %), por su concentracion ecol6gica (en pocas ciudades, o enuna sola ciudad primate ) y por las funciones que desempefa enun pais cuya economia y organizacion social requieren ya ciertaconcentracion de capacidad especializada, ha adquirido algun peso

    politico. Un peso suficiente para compartir, o por lo menos acom-pafiar, en el poder a las oligarquias propiamente dichas (clasi-camente compuestas de grandes terratenientes ), y restar posi-bilidades a las intervenciones irracionales de otras fuerzas (parti-cularmente militares) o por lo menos encauzarlas en un sentidomenos perjudicial para el funcionamiento de las instituciones deuna sociedad en vias de modernizacion. Estas capas medias crecenobviamente con el incremento de la urbanizacion y de la industria-lizacion y aunque al comienzo mantengan cierta identificacion conla oligarquia acaban por adquirir cierta autoconciencia de supropia existencia y posibilidades. El funcionamiento de la demo-cracia representativa, con el juego normal de las instituciones-segun un bien conocido slogan politico- se funda en realidad so-bre el otro hecho de que tal juego normal solamente abarca esapequefia minoria de la poblacion. El pais se halla dividido (esque-maticamente) en dos partes: areas centrales en las que se haproducido cierto proceso de modernizacion, con la formacion deuna o varias grandes ciudades, asiento de las capas medias aludi-das, y todo el resto, constituido por regiones perifericas que in-cluyen la gran mayoria de la poblacion. Esta uiltima pertenecesociologicamente al patron tradicional (con las reservas sefialadasen los primeros parrafos): economia de subsistencia, formas men-tales y control social basado sobre los mecanismos y las normasde las instituciones tradicionales. De este modo la gran mayoriade la poblacion permanece pasiva en el proceso politico no ya por-

    que se la excluya (por ejemplo a traves de formas legales o ilega-les de limitacion del sufragio), sino y sobre todo por cuanto sumentalidad y nivel de aspiraciones y expectativas estan ajusta-das a las posibilidades y condiciones concretamente ofrecidas porel tipo de estructura en que viven.

    Pero la limitacion en el funcionamiento de la democracia, enesta etapa de participacion limitada no solo implica la no parti-cipacion de los habitantes de las areas perifericas ; supone al

    mismo tiempo la (relativa) marginalidad politica de los estratospopulares que viven en las areas centrales, es decir del nacienteproletariado urbano. Estos, seguin los paises y segun las epocas, sehallan mas o menos avanzados en el proceso de transicion haciauna mentalidad moderna y ejerceran una presion variable sobrelos grupos dirigentes o participantes en el poder, a traves de movi-

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    el seno de partidos, con el ejercicio del sufragio, etc. Es con res-pecto a estas diferentes formas que podemos definir como integra-cion una forma particular de intervencion de los grupos movili-zados: a) por un lado se lleva a cabo dentro de canales institucio-nalizados en virtud del regimen politico imperante (y tal inter-vencion posee por lo menos un cierto grado de efectividad, ademasde un reconocimiento farmal); b) por el otro es percibida y expe-rimentada como legitima por los grupos movilizados, debiendoseagregar que en ese sentimiento de legitimidad esta tambien en-globado, de manera explicita o implicita, conciente o inconciente,el cuadro institucional global, es decir, el regimen politico por unlado, y, por lo menos, ciertos valores basicos que aseguran unminimo de integracion en la estructura social. Esta de mas aclararque se trata de una actitud de legitimidad y no de legitimidad le-gal. Tambien conviene recordar que el proceso es en extremo com-plejo y que la actitud de legitimidad puede perfectamente combi-narse con profundas divergencias, coexistir con gravisimos con-flictos y clivajes entre los grupos sociales que componen la socie-dad global. Lo importante es que por debajo de tales conflictos-incluso de manera implicita y hasta completamente inconscien-te- existe un minimum de acuerdo en cuanto a las reglas del jue-go y que tal respeto se funde en mecanismos de control social nodependientes por entero del ejercicio de la fuerza represiva exter-na, sino que posee algo de la espontaneidad de las normas inter-nalizadas. Como es bien sabido estos mecanismos pueden acompa-fiarse perfectamente con actitudes verbales extremas que impli-quen un rechazo total del orden existente- siempre que implici-tamente tal actitud de rechazo sea suspendida y postergada paraun futuro no especificado.

    Utilizando esta terminologia podemos decir entonces que lademocracia representativa ha funcionado en America Latina en lamedida en que ha habido correspondencia entre movilizacion e

    integraci6n , y que la posibilidad de que ello sucediera ha depen-dido entre otros muchos factores de la capacidad de establecercanales institucionalizados de participaci6n y bases minimas deconsensus, durante la etapa previa a la movilizacion , o por lo me-nos a medida que esta iba afectando a nuevos grupos.

    Hastaaqui

    elesquema que

    se ha tratado de formular no esporcierto novedoso. Es facil reconocer en el mismo un proceso analo-

    go al que condujo a la sucesiva ampliacion de la base politica delas democracias occidentales, a traves de la integracion de los es-tratos populares y la sucesiva extension de los derechos civiles.politicos y sociales por medio del sufragio politico, el welfare state

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    y el consumo masivo, fase mas avanzada del desarrollo economico.El surgimiento y desarrollo de la sociedad industrial requiere yde hecho se acompafia de la movilizacion de la totalidad de loshabitantes de un pais. En el modelo occidental tal movilizacionha consistido tambien en la movilizacion politica. Mas la transicionpresenta en los paises de desarrollo posterior -como en el casode America Latina- rasgos diferenciales de esencial importancia.Es sobre todo a estos rasgos que debemos dirigirnos si queremoscomprender el comportamiento politico de los estratos populares.Tales rasgos pueden probablemente clasificarse en tres grupos:

    a) Diferencias entre la estructura social, la cultura y los tiposde personalidad de los paises de industrializacion temprana, con

    respectoa los actualmente en curso de

    desarrollo;b) Diferente secuencia de los cambios en los distintos sectores

    de la estructura social, y la no menos divergente rapidez delproceso;

    c) Diferencias en la epoca historica, en las circunstancias so-ciales, en el contexto global en que se desarrollo el proceso detransicion temprana en occidente, y de transicion tardia en Ameri-ca Latina y en otras regiones.

    a) El primer punto ha sido elaborado considerablemente en laliteratura sobre desarrollo y no necesita mayores comentarios.Baste recordar que las divergencias pueden abarcar valores, actitu-des, tipo de personalidad, rasgos institucionales, sistema de estrati-ficacion, distribucion del poder politico, condiciones economicas,y que las mismas pueden conducir a una relativa (mayor o menorsegun los casos) inaplicabilidad del modelo occidental.

    b) En cuanto al segundo es bien sabido que el rasgo esencialde la asincronicidad de los procesos de cambio caracteriza tambienel modelo occidental y que por consiguiente discontinuidades ydesniveles considerables se produjeron (y en parte subsisten) tan-to sobre el plano geografico como en el de las instituciones, grupos,actitudes, tambien en los paises de industrializacion temprana. Deeste modo, y para quedar con el paradigma clasico del desarrolloen Occidente es conveniente recordar que la sucesiva extensionde los derechos

    civiles, politicos ysociales se escalona a lo

    largode tres siglos. El proceso de extensi6n de la participacion politica,por ejemplo, fue en extremo gradual. Tipicamente implico, comolo destaca Marshall, la sucesiva extension de los derechos politicosa grupos que previamente estaban excluidos de los mismos. EnInglaterra con la reforma de 1832, que significo un avance con

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    respecto a la situacion anterior, recien un 20 % de la poblacionadulta, en total, llega a poseer el derecho al voto. Casi noventaafios tuvieron que transcurrir todavia para que se perfeccionarala universalidad del sufragio, tanto para los hombres como paralas

    mujeres.5 Aunque porcierto

    que yadesde fines de

    siglola

    proporci6n de votantes habia crecido considerablement sobre elnivel de 1832, seguia siendo sin embargo inferior al 50 % de lapoblacion. Sin embargo lo mas importante aqui no es tan sololentitud y gradualidad sino, sobre todo, la secuencia entre la mo-vilizacion de los estratos populares y la formacion de canales departicipacion. Aunque la primera epoca de la industrializacionen Inglaterra se caracterizo por hondos conflictos sociales es bienposible que el ritmo de movilizacion de la poblacion tradicional,es decir su paulatina emergencia del estado de pasividad tipicade la situacion preindustrial haya guardado cierta correspondenciacon el desarrollo de mecanismos legitimos (formales e informa-les) de participaci6n en la comunidad nacional, tanto sobre el pla-no politico como en el economico y en otros. Por ejemplo en loconcerniente a la actividad sindical que desempeino un rol de tantaimportancia en el proceso general de integracion, incluso en elprimer cuarto del siglo XIX en la epoca de las peores persecucioneslos sindicatos pudieron en cierta medida subsistir y en algunoscasos desarrollarse. Por otra parte es necesario destacar aqui queen el ejemplo ingles, el comienzo del proceso econ6mico del desa-rrollo tendio a preceder el de movilizacion mental y material deIs estratos populares y no fue contemporaneo o incluso sucesivocomo ocurre en los paises actualmente en curso de desarrollo.Hasta que punto por ejemplo se puede hablar en Inglaterra delfenomeno de sobreurbanizacion , de crecimiento excesivo de las

    ciudades con respecto al nivel de industrializacion, tal como ocu-rre en la mayor parte de los paises subdesarrollados? La urbani-zaci6n es, obviamente, uno de los aspectos del proceso de movili-zacion mental . (Aqui se insiste sobre todo en el hecho de la mo-vilizaci6n de grandes masas, de cambios mentales que afectan ala mayoria de una poblaci6n, y no solamente a la formacion degrupos de vanguardia en el seno de los estratos populares). Ladiferencia entre el ejemplo ingles y otros paises de Occidente y el

    caso de AmericaLatina

    resideentonces en el distinto

    gradode

    correspondencia entre la paulatina movilizacion de una proporcioncada vez mayor de la poblaci6n (hasta alcanzar la totalidad) y elsurgimiento de muiltiples mecanismos de integracion -sindicato,

    5 T. H. Marshall: Citizienshlp and social Class, Cambridge, University Press,1950, chap. 1.

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    educacion, legislacion social, partido politico, sufragio, consumo demasa- capaces de absorber estos sucesivos grupos proporcionan-doles los medios para una adecuada expresi6n, en lo academico ylirico asi como en otros aspectos fundamentales de la cultura mo-

    derna.El extraordinario crecimiento de los estratos ocupacionales

    medios (que implico un grado intensisimo de movilidad ascenden-te) y la disminucion proporcional del proletariado (en particularde los obreros industriales), el paulatino incremento en la partici-pacion de los asalariados en el producto nacional, con la consi-guiente mejora en el nivel de vida, la difusion de la educacion yde formas de consumo que otrora eran simbolicas del estilo de

    vida de los estratos medios o superiores, todo esto ha configuradoun amplisimo proceso que podriamos denominar de movilidad as-censional por participacion creciente; analogamente ha sido du-rante la epoca de participacion limitada en la democracia re-presentativa y a la par con el proceso global de progresivaampliacion de la participacion, que se han formado mecanismosformales y sustanciales capaces de asegurar la intervencion poli-tica sobre el fundamento de cierta normas compartidas. de unconsensus basico entre

    los grupos participantes. Por ultimo, la di-fusion de una conciencia nacional, en un primer tiempo limitada a laburguesia, tambien a los estratos populares fue a la vez un efectoy un ulterior factor de integracion.

    Pero en los paises Latino Americanos falto esa sincronicidad,Incluso en los que se adelantaron a los demas en su desarrollo-como Chile, Uruguay, Brasil y a su manera Mexico- y en losque por cierto tuvo lugar en el pasado un proceso semejante aldescrito

    lograndose proporcionarasi cierta

    estabilidada sus dife-

    rentes versiones de democracia representativa , falta todavia unpaso ulterior para asegurar la estabilidad del regimen: en todosellos, como se vera, subsiste una proporci6n muy elevada, mayori-taria en muchos casos, de poblacion que se halla todavia al margende la comunidadc nacional. Solamente en la Argentina el transitode la movilizacion parcial, pero ampliada a la total, se ha pro-ducido ya, pero aqui justamente se pone de relieve el fracaso enla formacion de los mecanismos de integracion y los graves pro-blemas que este pais esta enfrentando con una expresion de talfracaso. La posici6n y las actitudes de las capas populares recien

    movilizadas seran muy distintas no solo segun la velocidad delproceso de movilizacion sino tambien segun el tipo de estructurasocial dentro del cual tal emergencia tiene lugar. En la mayoria de

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    los paises de America Latina tal movilizacion esta ocurriendo enforma vertiginosa, y dentro de una estructura arcaica ; se tratadel paso improviso de la pasividad tradicional a la movilizacion

    total . Pero a la vez en el momento actual, seria completamenteut6pico

    pensaren la posibilidad de repetir la sucesion historica

    de la progresiva ampliacion de las bases de la democracia segunocurrio parcialmente en algunos paises de la region pues la alter-nativa de la limitaci6n de la participacion esta hoy fuera de loposible. Con esto llegamos a la tercera de las diferencias senialadas,entre el desarrollo del modelo occidental y el de los paises deAmerica Latina: el clima historico.

    c) El contexto global y el clima historico dentro de los cua-les tuvo

    lugarla

    emergenciade la sociedad industrial en Occiden-

    te, y en particular en el primer pais que emprendio la transicion,difieren sustancialmente del actual. En un sentido dado cada unode los grupos de paises que han ido entrando sucesivamente en el

    proceso se ha encontrado en una situaci6n relativamente unica eirrepetible, desde este punto de vista. Tambien dentro de AmericaLatina hallamos diferencias comparables con el grupo de paisesque se adelantaron a los demas, desde la segunda mitad del sigloxix. Las diferencias en el contexto global y en el clima histo-rico pueden ejemplificarse con varias categorias. Todas ellas sinembargo apuntan a una sustancial modificacion en la posici6n,actitudes y expectativas de las clases populares.

    1) En primer lugar cabe sefialar la evolucion interna experi-mentada por los paises capitalistas: por un lado el proceso deconcentracion tecnico-economico, la aparicion y desarrollo de lasgrandes corporations . a sustituci6n del entrepreneur por el mo-

    nager, la burocratizacion; porel otro el

    yaaludido

    procesode

    movilidad por participacion creciente: expansion del consumo ma-sivo y de todas las demais formas de participacion (y el consiguien-te aburguesamiento del proletariado urbano en los paises masdesarrollados); y por fin el desplazamiento del ethos de la pro-ducci6n por el ethos del consumo, o en otras palabras el crecientepredominio de la imagen de la affluent society.

    2) Como parte de lo anterior, y en especial de la aparici6n del

    welfare state ydel

    perfeccionamientode los derechos de ciudada-

    nia (en el sentido de Marshall) civiles, politicos y sociales, en lospaises desarrollados, ha ocurrido un cambio sustancial en la posi-cion de los estratos populares con el reconocimiento de la nece-sidad de universalizar a todos los paises y a todos sus habitantestales derechos;

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    dentro de orientaciones ideologicas que, cualesquiera que fuera suactitud militante en contra del orden democratico, compartian coneste muchos de sus principios ideales, los que justamente apunta-ba a llevar a sus ultimas consecuencias. Tal era por cierto en esen-cia la orientaci6n de las elites

    intelectuales y obreras que los diri-gieron y organizaron auin cuando la masa pudiera conservar actitu-des autoritarias derivantes ya sea del autoritarismo tradicional, yasea de las condiciones psicologicas y ambientales de las clases po-pulares.' Los cambios estructurales dentro de la sociedad capita-lista por un lado, y por el otro la adquisicion progresiva de nuevosderechos politicos y sociales, una distribucion mas igualitaria delproducto nacional, la participaci6n efectiva en el poder, todo 6stocontribuy6 luego a asegurar una mayor integraci6n de estos gruposdentro del regimen representativo. Mas en los paises en los cualesla movilizacion de los estratos populares ocurrio despues de lacrisis de las democracias occidentales entre las dos guerras, des-pues del surgimiento y el afirmarse de estados industriales de regi-men autoritario comunista, y sobre todo estando esos paises menosdesarrollados dentro de una situacion de dependencia econ6micao politica precisamente con respecto a los paises de regimen demo-cratico representativo, la orientaci6n de las elites que tomaronla direccion de los movimientos populares debia ser muy distintadel mismo modo que era muy diferente el tipo de problemas queestaban llamados a enfrentar.

    Esto se reflej6 tipicamente en las llamadas ideologias de in-dustrializacion cuyas caracteristicas esenciales parecen ser el auto-

    ritarismo, el nacionalismo y una u otra forma de socialismo, colec-tivismo o capitalismo de estado, es decir movimientos que han com-binado de variable manera contenidos ideologicos correspondien-

    tes a tradiciones politicas opuestas. Autoritarismo de izquierda,nacionalismo de izquierda, socialismo de derecha y una multitudde formulas hibridas o hasta paradojicas desde la perspectiva dela dicotomia (o continuum) izquierda-derecha.7 Son precisamenteestas formas que, a pesar de sus varias y en muchos sentidos opues-tas variedades, podemos subsumir bajo la denominacion genericade movimientos nacionales-populares , y que parecen representarla forma peculiar de intervencion en la vida politica nacional de

    los estratos tradicionales en curso de rapida movilizaci6n en lospaises de industrializacion tardia.

    En estos movimientos, y en los regimenes que de ellos resultan,

    6 Cf. S. M. Lipset: Political Man, New York, Doubleday & Co., 1960 Workingclass authoritarianism .

    T Cf. S. M. Lipset: op. cit., chap. V.

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    reside en efecto la divergencia mas significativa entre el procesode alargamiento progresivo de la participacion politica tal comoocurrio con el modelo occidental y tal como esta produciendoseen nuestros dias en los paises actualmente en vias de desarrollo o

    porlo menos en fase de

    desintegracionde la estructura tradicional.

    Y para explicarnos tal divergencia debemos tener igualmente encuenta los tres 6rdenes de factores qu se acaban de enumerar -di-ferencias en la cultura preexistente, en el ritmo y secuencia de losprocesos de cambio y en los contrastes en el contexto global y enel clima historico e ideologico en que ambos tuvieron lugar.

    Estos movimientos nacionales-populares han aparecido o es-tan apareciendo puntualmente en todos los paises de America La-tina,

    puesen todos ellos el

    gradode movilizacion de las

    capas po-pulares de las areas marginales dentro de cada pais rebasa o ame-naza rebasar los canales de expresion y de participacion que laestructura social es capaz de ofrecer. Obviamente la situacionpresenta grandes diferencias de acuerdo con las particulares cir-cunstancias en que el proceso acontece. Es muy distinti en lospaises en que se trata de pasar de la movilizacion parcial -ya in-tegrada en formas de democracia ampliada con respecto a aquellaque se da en los paises en que dicho regimen jamas alcanz6 esta-bilidad y duracion. Y este hecho esta relacionado obviamente conel grado de desarrollo econ6mico alcanzado: asi el grupo de paisesque se hallan en tal situacion -Argentina, que ya cumplio el paso,Brasil, Mexico, Chile, Uruguay- son tambien los mas desarrolla-dos economicamente. Con algunas excepciones en todos los demaspaises la movilizacion se esta produciendo ahora en forma rdpiday total, y esto implica una ampliacion subitdnea de la intervencionpolitica, desde una proporcion minima (bien puede ser menos que

    el 10 % de 1a poblaci6n adulta) a una totalidad de la misma. Laforma en que tal movilizacion se produce tambien tiene importan-cia. En la mayoria de los casos se ha tratado de movilizacion atraves de desplazamiento fisico -grandes migraciones urbano-ru-rales. Pero un proceso del todo analogo desde el punto de vista

    psicosocial ha empezado a producirse al mismo tiempo en las zonasrurales mismas, es decir sin desplazamiento fisico. Tal es el casode Bolivia, de Cuba (bajo el impacto de la revolucion que derrib6

    a Batista), del norte de Brasil. Aunque parcialmente. otro ejem-plo lo hallamos en la revolucion mejicana -este movimiento na-cional-popular avant la lettre- que luego evolucion6 hacia unademocracia de participacion ampliada, aunque de tipo sui generis,sobre la base de un partido uinico.

    Otras diferencias se producen por la opuesta naturaleza de las

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    elites que logran constituir o controlar movimientos fundados so-bre estas masas recien movilizadas. Hay aqui algo dificil de en-tender dentro de la experiencia del ochocientos europeo. Grupospoliticos muy distintos, extrema derecha nacionalista, fascistas onazis, comunistas stalinistas, todas las variedades de trotskismo-asi como los sectores sociales mas variados- intelectuales, obre-ros modernizados, profesionales y politicos de origen pequefio bur-gues, militares, sectores de la vieja oligarquia terrateniente endecadencia economica o politica no menos que las mas impensadascombinaciones entre todos ellos, han intentado (a veces con exito)apoyarse en esta base humana, para lograr sus fines politicos. Co-mo es obvio tales fines no siempre coinciden con las aspiracionesde las capas movilizadas mismas; aunque a veces puede haberidentidad de aspiraciones y objetivos entre elites y masas. Conrespecto a esta vasta gama de posibilidades en cuanto a elites y asus relaciones con las masas en los movimientos nacionales-popu-lares es preciso tener en cuenta sobre todo dos aspectos: a) enprimer lugar parece fuera de duda que el origen social y los finespoliticos reales de las elites ponen ciertos limites a la accion deestos movimientos, especialmente en cuanto a su capacidad detransformacion, en un sentido u otro, de la estructura social pre-existente; b) en segundo lugar cualquiera que sea el grado demanipulacion de las masas por parte de las elites -es decir, elgrado de coincidencia en los fines politicos reales de unas yotras- las masas deben poder lograr a traves del movimiento y delregimen que del mismo surja, cierto grado efectivo de participa-cion. Como ilustracion del primer aspecto es interesante observarque. en las filtimas tres decadas, han sido numerosos los golpesmilitares que intentaron transformarse en regimen permanente

    apoyandose en la masa disponible, recien movilizada. Sin embar-go, no hay ejemplos de transformaciones sustanciales de la estruc-tura social a traves de estos regimenes militares, aun cuando tu-vieron exito y estabilidad. Puede ser un azar pero es muy signi-ficativo el que no solamente ningun regimen de origen militarlogro alguna modificacion sustancial de la concentracion latifun-dista, sino que los unicos regimenes que lograron una reformaagraria no surgieron de revoluciones militares.

    Aunque las fuerzas armadas pueden aparecer en movimientosde opuesta orientacion no hay duda de que existen limitaciones asu accion politica (en cuanto grupo social, bien entendido. no co-mo individuos aislados). Limitaciones analogas aunque en dife-rentes sentidos se dan con resecto a grupos de otros origenes so-ciales.

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    Con respecto a la segunda condicion -el grado de partici-pacion politica- puede tomarse otro ejemplo de movimiento deorigen militar. El peronismo constituye sin duda un caso de ma-nipulacion, que sin embargo fue exitosa pues logro proporcionarun grado efectivo de

    participaciona las

    capas movilizadas, aunquepor supuesto absteniendose de reformas sociales o en todo casomanteniendolas dentro de limites aceptables por los grupos socia-les y economicos mas poderosos. El peronismo presenta un interesteorico extraordinario pues fue iniciado y dirigido por un grupode orientacion definidamente fascista y nazi. Sin embargo comolas circunstancias historico-sociales del pais no le proporcionabanlas capas medias que habian formado la base del modelo europeotuvieron que acudir a los estratos populares -en su mayoria pro-ducto de las grandes migraciones internas-. Pero esto implic6algo mas que un mero cambio de terminologia, de mitos, de su-perficie ideologica. No se trato solamente de sustituir las palabras

    Orden, Disciplina, Jerarquia por justicia social o gobierno delos descamisados ; lo que ocurrio fue que la manipulaci6n tuvocierta reciprocidad de efectos. El peronismo difirio del fascismoeuropeo justamente en el hecho esencial de que, para lograr el apo-yo de la base popular, tuvo que soportar de parte de su base huma-na, cierta participacion efectiva, aunque por cierto limitada. Es jus-tamente en la naturaleza de esta participacion que reside la ori-ginalidad de los regimenes nacionales-populares latinoamericanos.

    En efecto ella no se realiza a traves de los mecanismos de lademocracia representativa: goce de los derechos individuales deexpresion, de organizacion, etc., y de la opcion a trav6s del voto(aunque en algunos casos en America Latina esto ultimo se prac-tico: asi ocurrio en la Argentina con Peron y en Brasil con Var-

    gas). Ni tampoco de la participacion regimentada y burocratizadade los regimenes totalitarios europeos de derecha o de izquierda.No solamente hay espontaneidad, sino que, lo que mas cuenta,

    dicha participaci6n implica el ejercicio de cierto grado de libertadefectiva completamente desconocido e imposible en la situaci6nanterior al establecimiento del regimen nacional-popular. Tal li-bertad se ejerce al nivel inmediato de la experiencia personal, sehalla implicada de manera concreta en la vida diaria del individuo.Se trata de

    personas quehan

    emergido solamente ahora del patrontradicional de la accion prescriptiva; que por primera vez sonconcientes de la posibilidad de tomar decisiones en una serie deesferas que anteriormente estaban fijadas de una vez para siempre.Participar de una huelga, elegir un representante sindical dentrodel taller, discutir en pie de igualdad con el patr6n, alterar el

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    nivel de comportamiento individual y en sentido igualitario lasrelaciones Sefior-Siervo (todavia tan comunes en America Lati-na) he aqui mil ocasiones de vivir un cambio efectivo.

    Ciertamente los mecanismos de participacion de la democraciarepresentativa no excluyen estas formas inmediatas: por el con-trario estas pueden constituir una experiencia mediadora capazde otorgar significado a aquellos y es bien posible que un procesode este tipo haya ocurrido en el modelo occidental de desarrollo.

    Pero tampoco los implican necesariamente y en las presentescircunstancias de America Latina. incluso donde hay regimenesque practican la democracia representativa, los muchos elementos

    arcaicos de la estructura social, excluyen toda posibilidad de par-ticipaci6n en el sentido arriba indicado a la vez que tienden amantener cerrados, para las capas recien movilizadas, los canalesde participacion propios de la democracia representativa. Losgrupos dirigentes en efecto apuntan al mantenimiento del statuquo, lo que implica la restriccion de la participacion. Pero tal res-triccion se enfrenta ahora con masas movilizadas lo que con-trasta con la situacion anterior en que se contaba con su pasividad.

    A menudo la gama de partidos existentes no les ofrece posi-bilidades adecuadas de expresion. Se configura asi una verdaderasituacion anomica para estos grupos de cuya disponibilidad pue-den alimentarse movimientos nuevos, dirigidos por elites dotadasde la flexibilidad necesaria para utilizarlos, o bien coincidentescon sus aspiraciones.

    Pero hay tambien otras poderosas razones por las cuales lasformas inmediatas de participacion pueden ejercer tanta influen-

    cia. Para la mayoria de los paises de America Latina, y en par-ticular para las capas recien movilizadas, los simbolos de lademocracia han perdido -o mejor aun, nunca han tenido- unasignificacion positiva. Por el contrario, debido a la tradicion po-litica de esas naciones, tienden a poseer mas bien un valor nega-tivo. No ha habido dictadura, autocracia absoluta y arbitraria queno haya empleado desmedidamente los simbolos y la terminologiade la democracia.

    Los dictadores y los generales siempre se consideraron pre-sidentes constitucionales popularmente elegidos, todos tuvieronparlamentos y sobre todo abundaron las constituciones en ex-tremo generosas en cuanto a derechos politicos, y recientementetambien en cuanto a derechos sociales. Pero en ningun lugar huboun abismo mas profundo entre la realidad y la ley. Para los gru-

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    pos emergentes de las zonas atrasadas, incluso las democraciaslimitadas funcionantes con cierta regularidad aparecen como uninstrumento de dominacion en beneficio de minorias. Si bien escierto que en algunos paises de mas larga tradicion democratica-como

    Argentina, Chile, Uruguay y algunotro- la unica forma

    de obtener legitimidad es a traves de una eleccion correcta, enla mayoria de las naciones menos desarrolladas especialmentefuera de las ciudades el voto carece de valor simbolico o lo tienenegativamente. Cuando Castro afirma que los cubanos tienen algomas que el voto pues recibieron un rifle, no expresa por ciertouna concepcion de la democracia aceptable por los obreros urbanoso las clases medias de los paises mas desarrollados de Am6ricaLatina, pero si refleja probablemente una actitud que puede ex-tenderse a gran parte de la poblacion recien movilizada o enrapido proceso de movilizacion en el resto del continente.

    La existencia de este sentimiento de participaci6n no guardanecesariamente relacion con la influencia efectiva que las capaspopulares puedan ejercer sobre el gobierno.

    Aunque, como ya se indico, la manipulacion tenga limites, setrata sin embargo de limites amplios. Tampoco hay una estrecha

    relacion con las mejores de orden economico que estos regimenespuedan efectivamente proporcionar. Contrariamente a la opinionmuy difundida de que la adhesion de las capas populares se logra abase de promesas demagogicas en el orden economico, la basereal del apoyo es aquella experiencia de participacion que he-mos intentado describir.

    Estos movimientos y los regimenes resultantes tienen caracterautoritario. No hay duda de que la situaci6n existencial, el tipode vida de las capas populares recien movilizadas, las predisponefavorablemente, mas no hay que olvidar que hay formas de au-toritarismo que pueden afectar solamente los derechos individua-les de los miembros de la clase media o de los intelectuales. Sise limita la libertad de expresion , son los intelectuales los que enprimer lugar se sienten perjudicados (es una libertad concretapara ellos), pero ,qu6 repercusiones tiene ello para los campesinosy los obreros? Para estos las limitaciones a la libertad de expre-

    sion pueden coexistir con significativas experiencias de libertadconcreta, en la esfera de sus vidas individuales. Es obvio queestamos hablando de formas autoritarias que no han alcanzado laperfeccion tecnica del totalitarismo. Este regimen en efecto suponeuna estructura industrial y una tecnologia relativamente avanza-da. Incluso en Rusia adonde por la demas se trabaj6 sobre el

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    suelo firme de la autocracia tradicional, se alcanza una organiza-ci6n totalitaria real solamente con el primer plan quinquenal.

    Nos hemos referido hasta ahora a lo popular . Lo nacionalrequerira solo una corta referencia. Aqui tambien puede descu-brirse cierto paralelismo con la evolucion en las clases popularesen Europa. Estas llegaron a experimentar sentimientos de iden-tificacion nacional tardiamente: fue en parte un efecto de su cre-ciente participacion, de su derecho y ciudadania. En los paisesde America Latina es parte de la movilizacion. Esta se producetambien con la transferencia de lealtades de la comunidad local,a la comunidad nacional. Pero el proceso se ve enormementefacilitado por el hecho de que se trata de paises dependientes osemidependientes y que los grupos dirigentes son (o son perci-bidos) como aliados de las potencias coloniales . Las elites decualquier orientacion tienden a utilizar esta circunstancia y ainterpretar en terminos de interes nacional las aspiraciones de lascapas populares. Mientras en la Europa del siglo XIX la nacionera para los movimientos de izquierda leur patrie , la patria delos burgueses , en la America Latina (como en todos los demaspaises ex coloniales), el interes nacional es reclamado como ex-presion del pueblo atribuyendose a la oligarquia , la burgue-sia , etc., el interes extranjero. Como nadie acepta en definitivatal atribucion se llega a la caracteristica inflacion de ideologiasnacionalistas, especie de componente universal. En otro sentidopor lo demas el sentimiento de identificacion nacional juega unrol integrativo de suma importancia, al asegurar la cohesion dela pluralidad de grupos recien emergidos de las pequefias comu-nidades locales.

    En este trabajo nos hemos limitado a examinar unicamente

    los aspectos politicos y psicosociales de la posicion de las clasespopulares con respecto a la democracia representativa. Es obvioque se trata de un examen bien parcial, y que se requeriria unanalisis que abarque los demas aspectos. Sin embargo ha permitidoun primer acercamiento al problema mostrando algunos de losfactores que dificultan el paso a formas de democracia represen-tativa de participacion global en las presentes circunstancias hist6-rico-sociales de America Latina.

    RESUMEN

    En este articulo se realiza una descripci6n del desenvolvimiento dela historia socio-politica de los paises de America latina que se correspondecon el proceso de desarrollo de esos paises hacia las formas modernas de

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    ia sociedad industrial. Se seiiala la existencia de las si.guientes etapas:1) guerras de liberacion y proclamacion de la independencia, 2) guerrasciviles, caudillismo y anarquia, 3) autocracias unificadoras, 4) democraciarepresentativa con participacion limitada , 4) democracia representativacon participacion ampliada , 6) democracia representativa con partici-

    pacidn total .Es considerada la necesidad de que existan canales de integracionpara que cada uno de los sectores de la sociedad latinoamericana seincorpore a la vida moderna de acuerdo con los lineamientos generalesdel modelo de democracia representativa occidental. Pero en la me-dida de que por una serie de factores no se presente coincidencia en losprocesos de movilizacion e integraci6n , especialmente a nivel de lasclases bajas, pueden aparecer movimientos politicos nacionales-popula-res que brindan posibilidad de participacion rapida para los sectoresde clases bajas, que el resto de la sociedad hasta ese momento les

    negaba.Tales movimientos

    puedenmostrar diversos caracteres, que son

    estudiados te6ricamente.Tambien se destaca en este articulo que la evoluci6n politica de los

    paises de America Latina no puede seguir necesariamente el modelo delos de Europa occidental por una serie de factores diferenciadores, queson analizados.

    SUMMARY

    A history of the socio-political development of Latin American coun-tries related to their development process towards modern forms ofindustrial society is presented in this article. The following stages arepointed out: 1) wars of liberation and declaration of independence;2) civil wars, caudillismo and anarchy; 3) unifying authocracies; 4)representative democracy with limited participation , 5) representativedemocracy with a wider participation ; 6) representative democracywith total participation .

    The need for channels of integration is considered so that all sectorsof Latin American society may be incorporated to modern life accordingto a general outline of representative democratic models of the west.But to the extent that certain mobility and integration factors do notappear, in particular on lower class levels, national-popular politicalmovements may appear. These open up participation possibilities rapi-dly for lower class sectors, which the rest of society up to that momenthad denied. Such movements may denote diverse characteristics whichare analysed.

    It is also pointed out that the political evolution of Latin Americancountries need not necessarily follow the model of Western Europe dueto a series of diferentiating factors which are considered.

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