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EN PORTADA E s el volante de un Tiburón ¡sin discusión!”. Si a un buen mecánico le mues- tran varios pilotos traseros o el pomo del cambio de un vehículo, no dudará en reconocer el mode- lo de coche al que pertenecen (si bien la “convergencia evolutiva” generada en las actuales cadenas de montaje dificulta esa labor al emplearse elementos comunes en varias marcas). Naturalistas cualificados identificarán a la le- gua a qué rapaz pertenece aque- lla silueta que apenas se contras- ta -”¿dónde? ¿dónde?”- en la pe- numbra de un remoto horizonte. Un forense experimentado con- feccionará un retrato-robot del malogrado poseedor de esos hue- secillos que se le presentan en la mesa de su laboratorio… Estas muestras de capacitación profe- sional despertarán admiración, mas no escepticismo, en cual- quier observador de su pericia. Sorprende, sin embargo, al pa- leontólogo, que ese mismo ob- servador se extrañe cuando se re- conoce a un animal a través de uno de los elementos fosilizados de su esqueleto, especialmente si es pequeño. -“Un cuarto premolar superior izquierdo de un jabalí mioceno de unos 300 kilos de peso ¡sin discu- sión!”. -“¡Qué imaginación tenéis los paleontólogos! ¡Seguro que se- ríais buenos novelistas!”- es una reflexión frecuente ante una diagnosis como la anterior. La se- gunda parte del comentario es, curiosamente, más certera de lo que supone quien lo formula: se cuentan reputados escritores en- tre los paleontólogos. El ruso Iván Efremov (1907-1972), fundador de la Tafonomía, o el especialista fin- landés en carnívoros fósiles Björn Kurtén (1924-1988) trascendieron con sus obras (“La nebulosa de Andrómeda” o “La danza del ti- gre”, respectivamente, entre otras) el eco de su propia disci- plina. En España, Eduardo Her- nández-Pacheco (1872-1965), pio- nero de nuestra Paleontología de vertebrados, se apuntó al género con “La Brigadiera”. Ejemplos ac- tuales encontramos en los estan- tes de las librerías, fruto del can- je ocasional de las teclas de artí- culos científicos por las de exito- sos relatos de ficción. En honor a la verdad, también tenemos imaginación: yo mismo imagino -mimbres hay para ello- que Teruel se convertirá en un re- ferente mundial de la gestión in- tegral del patrimonio paleontoló- gico, mediante su cuidado para disfrute de generaciones futuras -y presentes-, el desentrañamien- to de las claves que encierran los fósiles y la comunicación de los resultados de las investigaciones (tanto para incremento de la cul- tura científica general como para divertirnos en momentos de asueto, cualquiera que sea nues- tra edad). Imaginación, también, se necesita para diseñar un pro- yecto paleontológico original y llevarlo a buen puerto, para hacer buena ciencia. Pero cuando el esfuerzo de un buen equipo de paleontólogos consigue hacer aflorar algún fas- cinante episodio de la Historia de la Vida que sucedió hace millones de años no está transmitiendo el fruto de su fantasía, sino el ascen- so de un peldaño más en la larga escalinata que supone descifrar el pasado mediante la aplicación de métodos científicamente con- trastados y contrastables. LUIS ALCALÁ ES DIRECTOR GERENTE DE LA FUNDACIÓN CONJUNTO PALEONTOLÓGICO DE TERUEL-DINÓPOLIS ARAGÓN>EL CIRCE TENDRÁ UN “EDIFICIO CERO EMISIONES”. PÁG.3 CLAUDI MANS<NO BASTA CON SABER UN DATO, HAY QUE SABER VALORARLO> PÁG.7 CIENCIA A TU ALREDEDOR >FUERZAS Y TRAYECTORIAS EN EL DEPORTE. PÁG.8 DESDE DINÓPOLIS Luis Alcalá Imaginación y Ciencia TERCER MILENIO CIENCIA APLICADA CREATIVIDAD EMPRESAS # 404 HERALDO DE ARAGON Martes 07.Feb.2006 CORREO ENTRE CIENTÍFICOS >QUERIDO COLEGA: LA COMUNICACIÓN ESCRITA INFORMAL, DE INVESTIGADOR A INVESTIGADOR, HA SIDO CLAVE EN EL AVANCE DE LA CIENCIA. PÁGS. 4-5 Carta ilustrada con el dibujo de un pez dirigida por Charles Darwin a su editor, John Murray III. EFE Tercer Milenio es un suplemento de ciencia aplicada y creatividad editado por HE- RALDO DE ARAGÓN para el mundo de la investigación, la empresa aragonesa y la enseñanza media y superior, a los que llega con la colaboración del Instituto Tec- nológico de Aragón y de ERZ Endesa. Asesoría Científica: ITA y Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Zaragoza. Coordina: María Pilar Perla Mateo. [email protected] Edita Patrocinan Fondo Europeo de Desarrollo Regional

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EN PORTADA

E s el volante de un Tiburón¡sin discusión!”.

Si a un buen mecánico le mues-tran varios pilotos traseros o elpomo del cambio de un vehículo,no dudará en reconocer el mode-lo de coche al que pertenecen (sibien la “convergencia evolutiva”generada en las actuales cadenasde montaje dificulta esa labor alemplearse elementos comunesen varias marcas). Naturalistascualificados identificarán a la le-gua a qué rapaz pertenece aque-lla silueta que apenas se contras-ta -”¿dónde? ¿dónde?”- en la pe-numbra de un remoto horizonte.Un forense experimentado con-feccionará un retrato-robot delmalogrado poseedor de esos hue-secillos que se le presentan en lamesa de su laboratorio… Estasmuestras de capacitación profe-sional despertarán admiración,mas no escepticismo, en cual-quier observador de su pericia.Sorprende, sin embargo, al pa-leontólogo, que ese mismo ob-servador se extrañe cuando se re-conoce a un animal a través deuno de los elementos fosilizadosde su esqueleto, especialmente sies pequeño.

-“Un cuarto premolar superiorizquierdo de un jabalí mioceno deunos 300 kilos de peso ¡sin discu-sión!”.

-“¡Qué imaginación tenéis lospaleontólogos! ¡Seguro que se-ríais buenos novelistas!”- es unareflexión frecuente ante unadiagnosis como la anterior. La se-gunda parte del comentario es,curiosamente, más certera de loque supone quien lo formula: secuentan reputados escritores en-tre los paleontólogos. El ruso IvánEfremov (1907-1972), fundador dela Tafonomía, o el especialista fin-landés en carnívoros fósiles BjörnKurtén (1924-1988) trascendieron

con sus obras (“La nebulosa deAndrómeda” o “La danza del ti-gre”, respectivamente, entreotras) el eco de su propia disci-plina. En España, Eduardo Her-nández-Pacheco (1872-1965), pio-nero de nuestra Paleontología devertebrados, se apuntó al génerocon “La Brigadiera”. Ejemplos ac-tuales encontramos en los estan-tes de las librerías, fruto del can-je ocasional de las teclas de artí-culos científicos por las de exito-sos relatos de ficción.

En honor a la verdad, tambiéntenemos imaginación: yo mismoimagino -mimbres hay para ello-que Teruel se convertirá en un re-ferente mundial de la gestión in-tegral del patrimonio paleontoló-gico, mediante su cuidado paradisfrute de generaciones futuras-y presentes-, el desentrañamien-to de las claves que encierran losfósiles y la comunicación de losresultados de las investigaciones(tanto para incremento de la cul-tura científica general como paradivertirnos en momentos deasueto, cualquiera que sea nues-tra edad). Imaginación, también,se necesita para diseñar un pro-yecto paleontológico original yllevarlo a buen puerto, para hacerbuena ciencia.

Pero cuando el esfuerzo de unbuen equipo de paleontólogosconsigue hacer aflorar algún fas-cinante episodio de la Historia dela Vida que sucedió hace millonesde años no está transmitiendo elfruto de su fantasía, sino el ascen-so de un peldaño más en la largaescalinata que supone descifrar elpasado mediante la aplicación demétodos científicamente con-trastados y contrastables.

LUIS ALCALÁ ES DIRECTOR GERENTE DE LA FUNDACIÓN CONJUNTO PALEONTOLÓGICO DE TERUEL-DINÓPOLIS

ARAGÓN>EL CIRCE TENDRÁ UN “EDIFICIO CEROEMISIONES”. PÁG.3

CLAUDI MANS<NO BASTA CON SABER UN DATO,HAY QUE SABER VALORARLO> PÁG.7

CIENCIA A TU ALREDEDOR>FUERZAS Y TRAYECTORIAS EN EL DEPORTE. PÁG.8

DESDE DINÓPOLIS Luis Alcalá

Imaginación y Ciencia

TERCERMILENIO CIENCIA APLICADA CREATIVIDAD

EMPRESAS

#404

HERALDO DE ARAGON Martes 07.Feb.2006

CORREO ENTRE CIENTÍFICOS>QUERIDO COLEGA:

LA COMUNICACIÓN ESCRITA INFORMAL, DE INVESTIGADOR AINVESTIGADOR, HA SIDO CLAVE EN EL AVANCE DE LA CIENCIA. PÁGS. 4-5

Carta ilustrada con el dibujo de un pez dirigida por Charles Darwin a su editor, John Murray III. EFE

Tercer Milenio es un suplemento de ciencia aplicada y creatividad editado por HE-RALDO DE ARAGÓN para el mundo de la investigación, la empresa aragonesa y laenseñanza media y superior, a los que llega con la colaboración del Instituto Tec-nológico de Aragón y de ERZ Endesa. Asesoría Científica: ITA y Vicerrectorado deInvestigación de la Universidad de Zaragoza. Coordina: María Pilar Perla Mateo.

[email protected]

Fondo Europeo de Desarrollo Regional

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TERCER MILENIO #404MARTES 07.FEB.2006HERALDO DE ARAGON

HERENCIA Quienes trabajancon cartas históricas pararecomponer nuestra he-

rencia científica subrayan el pa-pel de la comunicación escrita in-formal, de investigador a investi-gador, a la hora de intercambiarexperiencias, desarrollar méto-dos y refinar hipótesis. Ése pudoser el caso del médico francésLouis Pasteur, del que se conser-van 17 cartas enviadas a su ayu-dante Louis Thuillier a finales delsiglo XIX. En ellas narra, con to-do lujo de detalles, sus esfuerzoshasta lograr desarrollar una va-cuna contra el ántrax, una enfer-medad causada por Bacillus an-thracis que estaba diezmando elganado europeo, y que fue la pri-mera para la que se desarrolló untratamiento inmunizador.

Antes que él, en el siglo XVII,Athanasius Kircher ya había en-contrado en la correspondenciauna excelente aliada para la co-municación científica internacio-nal. Tanto es así que no faltanquienes hablan de que a través desus cartas creó las primeras “re-des de investigación”. Y es que es-te erudito jesuita alemán llegó aescribirse con 760 personas, en-tre ellos científicos, con los quediscutía de temas tan dispares co-mo Óptica, Música, Egiptología,Botánica o Magnetismo. Ademásde los textos, las cartas enviadasa Kircher solían ir acompañadasde muestra de fauna y flora exó-ticas, incluso artefactos con losque creó una gran colección. Kir-cher también utilizó la corres-pondencia para intercambiar in-formes de observaciones astro-nómicas realizadas por jesuitasmisioneros distribuidos por to-dos los rincones del mundo. Deesta forma estudió, entre otras co-sas, los eclipses lunares.

RÍOS DE TINTA Y REVOLUCIÓN En al-gunas idas y venidas de correosentre científicos se fraguaron, in-cluso, importantes revoluciones.Sin ir más lejos, el astrónomo ita-liano Galileo Galilei encontró enlas cartas el mejor medio para de-fender la hipótesis heliocéntricay a su autor, Copérnico. En 1597 leescribía a Kepler: “Como tú, acep-to la posición copernicana desdehace años, y he descubierto des-de entonces las causas de muchosefectos naturales (...) Pero de mo-mento no me he atrevido a publi-carlos, alarmado por la suerte quecorrió nuestro maestro, que ob-tuvo fama entre unos pocos perofue ridiculizado y deshonradopor la gran mayoría. Me atreveríaa publicar mis pensamientos sihubiera muchos como tú (...)”.

Kepler le respondió con un de-safío: “Dado que una tremenda ta-rea ha empezado en nuestros dí-as, iniciada por Copérnico y con-tinuada por muchos eruditos ma-temáticos, y ya que la afirmaciónde que la Tierra se mueve no de-be ser considerada algo nuevopor más tiempo, ¿no sería mejorempujar hasta la meta uniendonuestros esfuerzos? (…) Con susargumentos hechos públicos ayu-daría a sus camaradas que sufrentantos juicios injustos (...) Aní-mese Galileo y preséntese públi-camente”. La carta de Kepler nosólo sirvió de empujón para queGalileo se lanzara a defender susideas y publicar sus descubri-mientos. El astrónomo tambiéncontinuó escribiendo cartas enlas que reclamaba la libertad depensamiento intelectual y la au-tonomía de la Ciencia respecto dela fe. Como él mismo había pre-sagiado, la Inquisición terminórespondiendo con dureza, y fuecondenado.

Otro de los revolucionarios his-tóricos que mantuvo una intensacorrespondencia con sus coetá-

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CORRESPONDENCIACIENTÍFICA>DE PUÑO Y LETRA

DURANTE VARIOS SIGLOS, LAS CARTAS HAN SIDO LAS PRINCIPALES VÍAS DE INTERCAMBIO DE RESULTADOS E IDEASCIENTÍFICAS. LO QUE NINGUNO DE SUS AUTORES IMAGINABA ES QUE, AÑOS MÁS TARDE, SU CORRESPONDENCIA“PRIVADA” SE CONVERTIRÍA EN UN AUTÉNTICO TESORO PARA LOS HISTORIADORES. HOY, EL E-MAIL HA VUELTO MÁSFRÁGIL LA MEMORIA EPISTOLAR; LOS MENSAJES VIAJAN Y SE DESTRUYEN A UN RITMO FRENÉTICO, SIN DEJARAPENAS HUELLA DE LOS PROCESOS DE TRABAJO CIENTÍFICO. TEXTO ELENA SANZ

Carta sobre eclipses enviada por Kircher a un jesuita de Roma el 23 de agosto de 1636. ATHANASIUS KIRCHER PROJECT

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neos fue Charles Darwin. En 1974,la Universidad de Cambridge ini-ció el Darwin CorrespondenceProject para publicar y digitalizarla correspondencia del naturalis-ta británico, utilizando las 9.000cartas conservadas por la Uni-versidad de Cambridge y copiasde 6.000 cartas más procedentesde colecciones privadas. Además,se calcula que cada año se descu-bren en torno a 60 nuevos co-rreos de su autoría. Las cartasofrecen un completo esbozo deldesarrollo de las ideas de Darwindurante sus primeros años, delviaje a bordo del Beagle o del pe-ríodo en que preparaba la publi-cación de “El Origen de las espe-cies”, incluyendo encendidos de-bates que permitieron dar formaa su teoría.

Entre sus destinatarios más fre-cuentes se encontraban el geólo-go Charles Lyell, el botánico Jo-seph Dalton, el naturalista AlfredRussell Wallace y el zoólogo Tho-mas Huxley. Este último fue, pre-cisamente, uno de los primerosen adherirse a las ideas de la se-lección natural, convirtiéndoseen un defensor tan apasionadoque se ganó el apodo de “Bulldogde Darwin”. Una postura que elpropio Huxley ya anunciaba en laprimera carta que escribió a sucolega tras leer su bestseller cien-tífico, el 23 de noviembre de 1859:“Acabé tu libro ayer… Espero queno te permitas sentirte disgusta-do o sorprendido por el abuso ydistorsión que, salvo que yo estémuy equivocado, te tienen reser-vado(…) Debes recordar quecuentas con amigos dotados deun espíritu combativo que temantendrán buen lugar. Estoy afi-lando mis picos y garras para pre-pararme”.

SALVADAS DE LA QUEMA A pesar detodo, hay que decir que Darwintenía una costumbre que no ha fa-vorecido a los historiadores. Solíaalmacenar las cartas recibidas enarchivadores a los que apodaba“asadores” y, una vez llenos, pren-día fuego a su contenido. Una ac-titud opuesta a la de otro científi-co del siglo XIX, el inglés HenryFox Talbot, que contaba sólo 8años de edad cuando le pidió a supadrastro: “Dile a mamá y a todoel mundo que escribo para con-servar mis cartas y no para que-marlas”. Esta precoz decisión sal-vó de la hoguera la correspon-dencia de quien, años más tarde,saltaría a la fama por inventar elproceso fotográfico tal y como loconocemos hoy día.

Uno de los muchos científicoscon quien Talbot se carteó a lolargo de su vida, John Herschel, ledio a conocer el hiposulfito, quele permitió obtener los primerosnegativos. También mantuvo co-municación con el físico MichaelFaraday, a quien hizo partícipe desus experimentos con distintosprocesos de revelado, así como desus esfuerzos para encontrar me-dios de fijación eficaces para laspelículas. De aquellos éxitos yfracasos sólo ha quedado cons-tancia en el correo.

Por su parte, Faraday, tambiénfue productivo escribiendo car-tas. Entre los 4.800 mensajes re-cuperados de su correspondenciase han encontrado algunos inter-cambiados con William Whewellen los que se acuñaron los térmi-nos ahora familiares de electro-dos, cátodo, ánodo e ión. Tambiénutilizó el correo para anunciarpor primera vez su gran descu-brimiento, en una brevísima car-ta a Charles Schoenbein (1845):“Parece que he descubierto unarelación directa ente el magnetis-mo y la luz, también entre la elec-tricidad y la luz (…) En este mo-mento no tengo tiempo de con-

tarte qué es, porque ahora no veoa nadie ni hago otra cosa que nosea trabajar”.

En muchas ocasiones los diálo-gos por carta duraban años. Ésefue el caso de los físicos Einsteiny Bohr, quienes mantuvieron in-tensas conversaciones sobre Me-cánica cuántica, esgrimiendo só-lidos argumentos a favor y encontra de la nueva Física. De lacorrespondencia de aquella épo-ca se conservan frases memora-bles, como las que escribió Eins-tein a otro físico y amigo, MaxBorn, en diciembre de 1926: “LaMecánica cuántica es muy im-presionante. Pero una voz intername dice que esto no es todavía loauténtico. La teoría da mucho, pe-ro difícilmente nos acerca al se-creto del Viejo -refiriéndose aDios-. De todas maneras estoyconvencido de que Él no juega alos dados”.

MÁS INFORMACIÓN■ Los archivos de Einstein on-line:alberteinstein.info■ Base de datos con la correspondencia deDarwin:darwin.lib.cam.ac.uk/■ Correspondencia del Proyecto William HenryFox Talbot:www.foxtalbot.arts.gla.ac.uk■ Correspondencia de Athanasius Kircher:archimede.imss.fi.it/kircher/

EL PROYECTO EPÍSTOLA■ ”Una tentadora encrucijada de inten-ciones”. Ésa es la mejor definición de unacarta para el investigador aragonés José-Carlos Mainer, que ha encontrado en lasnuevas tecnologías de la información unimportante aliado para escudriñar en laHistoria de España a través de la corres-pondencia intercambiada por algunos desus intelectuales. Su Proyecto Epístola seocupa de digitalizar y archivar en una ba-se de datos documentos de un períodocultural conocido como Edad de Plata(1868-1936), prestando especial atenciónal epistolario del librero León SánchezCuesta y de escritores como Juan RamónJiménez, Pedro Salinas, José Moreno Vi-lla y Manuel Altolaguirre. Entre los próximos trabajos a abordar, ex-plica Mainer, destaca la edición de cartasde los primeros miembros de la históricaInstitución Libre de Enseñanza, a la queestuvieron vinculados científicos comoel biólogo Augusto González de Linares yel médico y cirujano Federico Rubio.Con este proyecto, que incluye tanto ladigitalización de los manuscritos comosu inclusión en una base de datos, el pro-fesor Mainer pretende sentar las basespara la exportación de este sistema a lainvestigación y aportar a la comunidadcientífica un material de archivo y docu-mentación hasta ahora aislado en fondosbibliotecarios y en manos privadas.

DEL PAPEL AL E-MAILRITMO DE RESPUESTA CharlesDarwin (1809-82) y AlbertEinstein (1879-1955) son, sin

duda, los reyes indiscutibles de lacorrespondencia científica. A lolargo de su vida, Darwin envió almenos 7.591 cartas (0,59 diariaspor término medio) y recibió6.530. Einstein, por su parte, en-vió más de 14.500 (1,02 al día) yrecibió más de 16.200. En amboscasos, según revela un estudiorealizado en la Universidad deNotre Dame (Indiana, EE UU) ypublicado recientemente en “Na-ture”, la correspondencia se dis-paró tras alcanzar la fama.

Pero lo realmente curioso de suactividad epistolar no es tanto elnúmero de cartas como el ritmode respuesta. La mayoría de lascartas eran enviadas y respondi-das en menos de diez días. Com-parando este flujo de comunica-ción con el correo electrónico, elmedio universal de intercambiode información entre científicoshoy día, los investigadores hanllegado a la conclusión de que elpatrón de respuesta coincide. Unminucioso análisis matemáticoha revelado que la clave de estasimilitud reside en que a cada car-ta, como a cada correo electróni-co, se le asignaba una prioridadde respuesta: algunas eran con-testadas inmediatamente, mien-tras que otras debían esperar.

Con todo, y aunque el patrón derespuesta se haya mantenido, elcontenido de los correos electró-nicos difiere mucho de las cartasconvencionales. Donde Darwinse sentaría y escribiría una cartaa un colega discutiendo los resul-tados de varias semanas de expe-rimentos, obteniendo a cambiouna larga respuesta detallada se-manas después, un científico ac-tual puede lanzar simplementeuna serie de preguntas rápidas aun colega al otro lado del mundoy obtener la respuesta en cues-

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tión de horas. Los autores del es-tudio de la universidad estadou-nidense aseguran que, además derápido, el correo electrónico esinherentemente anticontemplati-vo y poco dado al desarrollo deargumentos razonados.

Otro inconveniente importan-te es que normalmente los corre-os electrónicos no se conservan.Muestra de ello es que ni siquie-ra existe un registro de quién en-vió el primer correo electrónicode la Historia, en 1964, y por su-puesto su contenido no sobrevi-vió. Solamente se sabe que suemisor se encontraba bien en elInstituto de Tecnología de Mas-sachussets (MIT), en el InstitutoCarnegie de Tecnología o en laUniversidad de Cambridge.

Ante esta “fragilidad de la me-moria cultural y científica” queanuncia la era digital, son muchoslos que sugieren poner en marchainiciativas globales para preser-var los mensajes electrónicos. Sino actuamos, aseguran, corremosel riesgo de que desaparezca todala información sobre los procesosde trabajo científico a favor, ex-clusivamente, de los resultados fi-nales.

QUERIDO ALBERT:CARTAS REVELADORAS Pocoscientíficos han despertadotanto interés como Albert

Einstein. Gran parte de la culpa latienen sus cartas, que han permi-tido indagar sobre aspectos de supersonalidad y pensamiento entodos los ámbitos de la vida. Es-pecialmente trascendentes fue-ron sus cartas en los momentosprevios a la Segunda GuerraMundial, que Einstein vivió pri-mero desde Alemania y más tar-de desde Estados Unidos. El físi-co llegó incluso a escribir al pre-sidente Roosevelt una misiva ad-virtiendo del peligro de que laAlemania de Hitler fabricase laprimera bomba atómica. Esa car-ta, de la que Einstein se arrepin-tió profundamente el resto de suvida, fue el desencadenante paraque Estados Unidos fabricase lasbombas lanzadas sobre Hiroshi-ma y Nagasaki. “Mi pacifismo esun sentimiento instintivo, un sen-timiento que me domina porqueel asesinato del hombre me ins-pira profundo disgusto”, escribíaaños después en tono de lamen-tación.

Con todo, si hay algo que defi-nió a Einstein fue su inagotable einteligente sentido del humor. En“Los papeles de Fantova”, porejemplo, se recoge una anécdotacontada por el físico a Hanna Fan-tova en relación con uno de losmuchos correos que recibía a dia-rio. “He tenido una divertida car-ta de un vienés que me ha envia-do su trabajo, filosófico, sobre el

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que debo pronunciarme -decía-.No es bueno, por lo que le he es-crito que si le complazco y le en-vío una crítica favorable del tra-bajo, se hará también famoso y re-cibirá, como yo, muchísimas car-tas”.

El humor estuvo también pre-

sente en el continuo intercambiode cartas del genio alemán con losniños. En 1946, una niña sudafri-cana llamada Tyffany Williamsexpresó en una carta su sorpresapor que Einstein estuviera vivo, alo que él contestó: “Tengo que pe-dirte disculpas porque estoy to-

davía entre los vivos; sin embar-go, habrá un remedio para esto”.“No te preocupes por tus dificul-tades con las Matemáticas -le res-pondía en otra ocasión a un chi-co de 12 años con problemas en laescuela-, puedo asegurarte quelas mías son mayores”.

Carta firmada por Einstein, dirigida a su mujer Mileva Mari, junto a un retrato de ambos. REUTERS

El teclado ha sustituido a la pluma.

Una curiosidad: carta de la colección “El correo espacial” que fue llevada en el glo-bo Strato-Lab en el vuelo que, el 18 de octubre de 1957, alcanzó la estratosfera. EFE