Claudio Jorquera Aceituno Maipú Patrimonial, 201 · Las frecuentes salidas del río Mapocho y de...

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1 | Página ANTIGUO CEMENTERIO PARROQUIAL DE MAIPÚ Claudio Jorquera Aceituno Maipú Patrimonial, 2011. El cementerio ha sido tradicionalmente un espacio público donde una sociedad se encuentra ritualmente con la realidad de la muerte. La visión cristiana de la vida y de la muerte- llamó a ese lugar “koimeterion”, tomando el vocablo griego que en español significa " dormitorio". La riqueza patrimonial de estos lugares tiene un fuerte componente simbólico que identifica a quienes han construido y valorado estos singulares “dormitorios”. El conocimiento de las calles o los simples senderos de un cementerio, de los textos en las lápidas, de las sencillas o elegantes tumbas pone en contacto con profundas dimensiones históricas, sociales, artísticas y espirituales de una comunidad. También el cementerio de Maipú, inicialmente Cementerio Parroquial, guarda esa riqueza patrimonial. Conocerlo es descubrir nuevas propiedades de la identidad local. FUNDACIÓN Y PRIMERA UBICACIÓN. En la Fiesta de Pentecostés de 1895, el domingo 2 de junio, se erige la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Maipú. La Capilla de la Victoria, construida para dar cumplimiento a la promesa del pueblo de Santiago y de O´Higgins, se transforma en el templo de esa nueva parroquia. Al poco tiempo de esa fundación, se crea el Cementerio Parroquial. La entonces reciente municipalidad, fundada en 1891, no tenía en sus planes la habilitación de un terreno para inhumar a los fallecidos en la comuna. Los habitantes de Maipú que morían debían ser enterrados en el cementerio de la Parroquia San Luis Beltrán de Barrancas, hoy Pudahuel 1 . La fundación del cementerio de la nueva parroquia fue posible gracias a la donación de un terreno hecha por el vecino don Agustín Santiago Llona, en 1895 2 . El tercer Censo de Población indicaba que Maipú tenía 5.047 habitantes. Capilla de la Victoria. Templo de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen

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ANTIGUO CEMENTERIO PARROQUIAL DE MAIPÚ

Claudio Jorquera Aceituno

Maipú Patrimonial, 2011.

El cementerio ha sido tradicionalmente un espacio público donde una sociedad se encuentra

ritualmente con la realidad de la muerte. La visión cristiana de la vida –y de la muerte- llamó a

ese lugar “koimeterion”, tomando el vocablo griego que en español significa "dormitorio". La

riqueza patrimonial de estos lugares tiene un fuerte componente simbólico que identifica a quienes

han construido y valorado estos singulares “dormitorios”. El conocimiento de las calles o los

simples senderos de un cementerio, de los textos en las lápidas, de las sencillas o elegantes tumbas

pone en contacto con profundas dimensiones históricas, sociales, artísticas y espirituales de una

comunidad.

También el cementerio de Maipú, inicialmente Cementerio Parroquial, guarda esa riqueza

patrimonial. Conocerlo es descubrir nuevas propiedades de la identidad local.

FUNDACIÓN Y PRIMERA UBICACIÓN.

En la Fiesta de Pentecostés de 1895, el domingo 2 de

junio, se erige la Parroquia Nuestra Señora del

Carmen de Maipú. La Capilla de la Victoria,

construida para dar cumplimiento a la promesa del

pueblo de Santiago y de O´Higgins, se transforma

en el templo de esa nueva parroquia.

Al poco tiempo de esa fundación, se crea el

Cementerio Parroquial. La entonces reciente

municipalidad, fundada en 1891, no tenía en sus

planes la habilitación de un terreno para inhumar a los fallecidos en la comuna. Los

habitantes de Maipú que morían debían ser enterrados en el cementerio de la Parroquia

San Luis Beltrán de Barrancas, hoy Pudahuel 1. La fundación del cementerio de la nueva

parroquia fue posible gracias a la donación de un terreno hecha por el vecino don

Agustín Santiago Llona, en 1895 2. El tercer Censo de Población indicaba que Maipú

tenía 5.047 habitantes.

Capilla de la Victoria. Templo de la Parroquia Nuestra

Señora del Carmen

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Hallazgos fortuitos ocurridos en 1989, cuando se

hicieron excavaciones para construir una

población, confirmaron la ubicación de ese

cementerio, señalada en el documento de la

donación. En esa oportunidad se encontró gran

cantidad de cadáveres en el terreno ubicado en la

intersección de Camino a Rinconada con Av.

Olimpo. Los arqueólogos y antropólogos del

Museo de Historia Natural descartaron que fuera

el vestigio de un cementerio de la Batalla de

Maipú, ya que no había señales de muerte

violenta, ni restos de indumentaria militar. Por la

ausencia de signos de violencia y por

característica de los cadáveres, se descartó

también la posibilidad de un entierro clandestino

de detenidos desaparecidos.

Para esclarecer el origen, fueron entrevistados

antiguos maipucinos que coincidieron en sus testimonios. Todos contaron lo que habían

escuchado de sus padres y abuelos: en ese terreno había estado el cementerio. Entre estos

testimonios estuvo el de la señora Verónica de las Mercedes Vargas González, hija y nieta

de los primeros panteoneros, y el de la señora María Muñoz, antigua vecina. Junto a

estos relatos, el conocimiento de don Raúl Téllez Yáñez, historiador, y la experiencia de

don Alejandro Peragallo, antiguo administrador, sirvieron para desentrañar la

procedencia de las tumbas encontradas. Además, coincidía el lugar con la distancia y

ubicación mencionadas en el documento de donación: ”… como á ocho cuadras de la iglesia

parroquial, á orillas del camino que conduce á la Rinconada de Espejo”.

Al año siguiente de la creación de este lugar para la inhumación de los restos de los

maipucinos que fallecían, vecinos y familias empiezan a adquirir terrenos para construir

sus “sepulturas perpetuas”3

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UBICACIÓN ACTUAL

Las frecuentes salidas del río Mapocho y de

canales del lugar, que inundaban la antigua

propiedad de don Agustín Llona, obligaron a

buscar un nuevo terreno para enterrar a los

muertos. Los vecinos entrevistados para

corroborar la antigua ubicación, relataron que

los restos fueron trasladados a la cumbre de la

colina donde actualmente está el cementerio.

No recordaban el año en que se hizo este

cambio. Se estima que fue en la primera

década del siglo XX y, seguramente, quedaron cuerpos sin trasladar que fueron

encontrados accidentalmente en 1989.

El nuevo emplazamiento fue donado por la familia Pérez Canto y hasta fines de los años

60 tuvo su entrada en la esquina del Camino a Rinconada con Av. Victoria, en la parte

baja del cerro. Para llegar al lugar de las

sepulturas se debía subir por un sendero con una

inclinación más o menos pronunciada. Después

el ingreso se cambió a la posición actual, Av.

Victoria con Maipú, en la parte alta de la colina.

Una reja y un portón de fierro forjado,

conseguidos por el ex alcalde don Alberto Bravo,

dan la bienvenida.

Como todas las necrópolis, la de Maipú también

refleja a la ciudad (polis). Maipú era un pueblo

en el que las familias destacadas convivían con

otras más sencillas. En los colegios, los hijos del

médico eran compañeros con los de un

comerciante o un obrero municipal. Los hijos de

católicos fervientes jugaban y compartían con los

de algunos incipientes librepensadores. En la

alcaldía se turnaban los Infante, los Llona, los

Pérez Llona, los Riesco. Sin embargo, también

hubo un alcalde socialista, don Alberto Bravo, y

la vida del pueblo no se alteró. Muchos ni se enteraron que el edil, que más de una vez

organizó una comida en homenaje al cura párroco, tenía un pensamiento político tan

distinto a los demás alcaldes. Era otro Chile, era otro Maipú y el cementerio, en sus

inicios, reflejaba eso. En la avenida principal, continuación del sendero por el que se

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subía, se ubicaban los mausoleos de las familias antiguas y más “pudientes”, pero no

estaban solos. Las tumbas bajas, incluso algunas “en tierra” alternaban con las grandes

construcciones, algunas más hermosas que otras, pero todas austeras. Congregaciones

religiosas, bomberos, sindicatos, fueron edificando su propias construcciones fúnebres.

Destacable es todavía la sepultura del P. Juan

Agustín Ugarte Vial, párroco entre 1912 y 1917.

Este sacerdote dejó tras sí una huella de trabajo

pastoral, al estilo de su época, que marcó a los

habitantes de ese tiempo, especialmente a sus

queridos “obreros de San José”. Tanto fue el

cariño que sembró y recibió, que fue enterrado en

este cementerio, a pesar de que al momento de su

muerte no servía pastoralmente en Maipú. Los

habitantes de la comuna, a través de suscripción popular, erigieron la sepultura que

acogió su cuerpo. Fue ubicada en el centro del camino principal, transformándose, hasta

hoy, en un lugar de veneración popular. La palabras inscritas en la tumba “Amicus

pauperum hic quiescit in domino” (Agobiado amigo reposa aquí en el Señor) fueron, al

parecer, premonitorias. Desde su instalación, ha sido el lugar de descanso de los cortejos

fúnebres y el espacio preferido para las palabras de despedida. Es un monumento

fúnebre que tiene en su frente, esculpido en alto relieve de mármol de Carrara, un gran

retablo donde se destaca la figura de un ángel.

La Parroquia Nuestra Señora del Carmen administraba el camposanto bajo la conducción

de los respectivos párrocos. Son destacables el trabajo de ordenamiento y registro del ya

mencionado administrador don Alejandro Peragallo y la preocupación del párroco P.

Alfonso Alvarado. El año en que finalizada la conducción pastoral del P. Mauricio

Hourton y cuando era administrador don Enrique Araya, sucedió la mayor catástrofe de

Maipú… el terremoto de 1985.

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CONSECUENCIAS DEL TERREMOTO DE 1985

El domingo 3 de marzo de ese año, a las 19.50 horas,

aproximadamente, la zona central de Chile fue remecida

por un fuerte terremoto. En Maipú los efectos del sismo

fueron devastadores. Muertos, heridos, damnificados y

destrucción del patrimonio material, especialmente del

barrio antiguo, fueron las consecuencias. Además de las

casas, resultaron destruidos o con severos daños lugares de

innegable valor patrimonial. Entre estos, el monumento a

los Héroes de Maipú, los muros que recuerdan a la antigua

Capilla de la Victoria, el Templo Votivo, el antiguo edificio

consistorial, la casa en la que funcionaba la alcaldía, el

cuartel de la 25ª, comisaría de Carabineros, la capilla del

Niño Jesús de Praga. El cementerio fue uno de los lugares

patrimoniales más afectados.

“A primera hora del lunes 4 de marzo, los numerosos transeúntes que pasaron por el Cementerio

Parroquial de Maipú fueron sorprendidos por la escena que allí se les presentaba: el cementerio

prácticamente en su totalidad estaba en el suelo. Todos los pabellones edificados en altura habían

caído, observándose a simple vista féretros por doquier, incluso algunos semidestruidos.” Así

describía la situación el Periódico Maipú, medio comunal que cubrió ampliamente las

consecuencias del terremoto.

La autoridad sanitaria de la época decretó la clausura temporal del recinto. Después de

un año, aproximadamente, volvió a funcionar.

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ADMINISTRACIONES

La entidad dueña del Cementerio Parroquial, actual Cementerio Católico de Maipú,

siempre ha sido el Arzobispado de Santiago. Sin embargo, la administración ha sido

delegada, a través del tiempo, a distintas organizaciones.

Quien primero administró este camposanto fue la Parroquia Nuestra Señora del Carmen,

desde el año de su fundación, 1895. Bajo la conducción parroquial del P. Mauricio

Hourton Poisson (1972-1985), la parroquia inició un proceso de reorganización para

atender más eficientemente la amplia jurisdicción que le correspondía. Las comunidades

eclesiales de base se multiplicaban impulsadas por los católicos de los distintos barrios de

Maipú y el P. Mauricio decidió organizar el territorio parroquial en catorce sectores que

se agruparon en cinco unidades pastorales. Estas unidades se transformarían, con el

correr de los años, en cada una de las nuevas parroquias de Maipú. La última fue erigida

en 1995.

Frente a la nueva realidad, se decide organizar la Fundación del Carmen que sucede a la

parroquia fundadora en la administración del cementerio. Desde ese momento se pasa a

llamar Cementerio Católico de Maipú.

A partir de los últimos años, la organización Acoger Santiago S.A. se ha hecho cargo

desarrollando nuevos proyectos y reconociendo el valor patrimonial del antiguo

Cementerio Parroquial.

A MODO DE CONCLUSIÓN…

Cuando este lugar fue creado, Maipú contaba con 5.047 habitantes. En el último censo, el de 2002,

fueron contabilizados 468.390. Para 2010, el INE estimó que la población fue de 698.732 personas.

El desafío para preservar la memoria es, por tanto, considerable. Mostrar el lugar sobre el que la

Parroquia Nuestra Señora del Carmen construyó el cementerio, conocer su historia y valorizar los

ritos son partes del necesario proceso de patrimonialización de este espacio local. De esta forma el

componente simbólico del “koimeterion” (cementerio/”dormitorio”) adquirirá significado para los

nuevos vecinos –también para los antiguos- y lo harán parte de su identidad de maipucinos.

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SÍNTESIS GRÁFICA:

Infografía: Manuel Roco Kliebs

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IMÁGENES DEL ANTIGUO CEMENTERIO PARROQUIAL DE MAIPÚ

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FUENTES:

Dibam (s/a) “Los cementerios en el siglo XIX” *en línea+ Memoria chilena,

http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=loscementeriosenelsigloxix

Fecha de consulta: 29 de octubre de 2011.

Municipalidad de Maipú (2005) Crecimiento demográfico intercensal 1992-2002 y

proyecciones período 2005-2015, Secretaría Comunal de Planificación, Unidad de

Estudios y Proyectos.

Municipalidad de Maipú (2005) Cronología de la historia de Maipú, Secretaría Comunal

de Planificación. Unidad de Estudios y Proyectos

Periódico Maipú (1985) “El drama del cementerio parroquial de Maipú”, Periódico

Maipú , N° 187, 3 de abril al 2 de mayo.

Téllez Y., Raúl (1981) Historia de Maipú, Editorial Antártica, Santiago de Chile.

Fotografías: Archivo fotográfico de Jaime Mallea Peñaloza.

Archivo fotográfico de Claudio Jorquera Aceituno.

NOTAS:

1 La inscripción de la primera defunción en el libro parroquial, iniciado el 26 de julio de 1895,

consigna: “En la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Maipú, a veintiséis de julio de 1895 se ofició

el entierro con rito menor al cadáver de Daniel Álvarez, casado con Santos Águila, de 65 años, anteayer

fallecido, sepultado en el Cementerio de San Luis Beltrán y natural de este curato. Recibió los sacramentos

de la Penitencia, Eucaristía y Extremaunción.” (Citado en Téllez, 1981, pp. 88-89).

2 En el Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago, bajo el número 471, quedó la donación

del terreno:

“Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Maipú.- Iltmo. y Rvmo. señor.- Habiéndose ya iniciado los

trabajos para cerrar el sitio que ha de servir de cementerio parroquial, se hace indispensable el proceder á

efectuar la correspondiente escritura de donación.

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Con este objeto, á V. S. Iltma y Rvma. pido se digne autorizarme para aceptar, en nombre del Ordinario

Eclesiástico, el retazo de terreno que ha de servir de cementerio parroquial y que lo ha ofrecido en donación

el respetable vecino don Agustín Santiago Llona. El expresado terreno está situado en la subdelegación de

Maipú, como á ocho cuadras de la iglesia parroquial, á orillas del camino que conduce á la Rinconada de

Espejo; abarcará una extensión de ciento cuarenta metros de largo por sesenta y cinco de ancho y tendrá por

límites, al Norte, Este y Poniente, la propiedad del mismo donante, y al Sur, el camino público.- Dios

guarde á V. S. Iltma y Rvma.- Germán Gamboa, Cura y Vicario.

-Al Iltmo y Rvmo. señor Arzobispo de Santiago.

Santiago, 20 de Diciembre de 1895.- Como se pide. Tómese razón. –ALMARZA. –Román, Secretario.”

3 El Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago, bajo el número 845 de 1896, informa lo que

sigue: “Iltmo. y Rvmo. señor. –Algunos feligreses desean adquirir por un precio equitativo título de

sepultura en el cementerio parroquial. Por este motivo á V. S. I. y R. pido se digne autorizarme para hacer

la concesión que se solicita en conformidad al artículo 623 del Sínodo Diocesano. Dios guarde á V. S. I. y R.

–Germán Gamboa, Cura y Vicario Parroquia de Maipú”.