CLIMA Y DINÁMICA ATMOSFÉRICA -...

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DINÁMICA

1. CLIMA Y DINÁMICA ATMO

CLIMA Y

DINÁMICA ATMOSFÉRICA

LIMA Y DINÁMICA ATMOSFÉRICA

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ATMOSFÉRICA

SFÉRICA

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TEMPERATURA

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1.1 INTRODUCCIÓN

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, 2001), grupo de más de 2.500 científicos, indican que la temperatura media global en la superficie terrestre ha aumentado 0,6ºC en el último siglo, habiéndose registrado desde 2001, siete de los ocho años más cálidos conocidos. En la segunda mitad del siglo, ha aumentado el doble que en la primera (0,13 ± 0,03 ºC/década vs. 0,07 ± 0,02 ºC/década) (IPCC, 2007). Este crecimiento no sucede simultáneamente en todos los lugares, es más acusado en el hemisferio norte que en el hemisferio sur (Jones, 1994; Jones et al., 1982, 2011), y se nota más en los polos que en las regiones tropicales (Root, et al., 2003). Desde 1979, el incremento de la temperatura del aire ha sido más del doble que en la superficie marina (0,27 °C/década frente a 0,13 °C/década).

Figura 1. Cambio en la temperatura media anual del aire en superficie.

Fuente: Balarion, 2007

En Europa, el ascenso de temperatura ha sido mayor que la media global, de 0,95°C. Los registros más altos se han producido en la península Ibérica, en el noroeste de Rusia y en algunas zonas del Ártico europeo. (Greenpeace, 2009).

En España, el año más caluroso del último medio siglo ha sido 2006, con temperatura media de 1,34ºC superior a la media del periodo 1961-1990 (AEMET, 2008). En el periodo comprendido entre 1850-2005, las temperaturas muestran una tendencia generalizada al alza en todo el territorio con incrementos que oscilan entre 1 y 2º C (Expertos, 2007). Por regiones, las más afectadas por el calentamiento son: las situadas en la mitad oriental peninsular, amplia franja desde Girona hasta Málaga. Este calentamiento se caracteriza en dos fases: una más moderada (primera mitad del siglo) y la segunda, muy destacada, a partir de los años 70, mostrando un claro paralelismo cualitativo con las series de temperatura media del Hemisferio Norte.

Grafico 1 y 2. Series de anomalías de temperatura medias respecto al periodo 1960-90 y medias móviles de 10 años en la península ibérica

(Staudt, 2004) y en todo el Hemisferio Norte. Fuente: Climate Research Unit, School of Environmental Sciences, Faculty of Science – University of East Anglia Norwich

“Este óptimo conocimiento de la tendencia de las temperaturas a nivel global contrasta con cierto desconocimiento a nivel

regional, particularmente en islas oceánicas, donde los estudios climatológicos que implican una amplia variedad de

registros termométricos, son puntuales (Yue & Hashino, 2003; Giambeluca et al., 2008; Trueman & d'Ozouville, 2010). Sin

embargo, la importancia de las islas es crucial, por la vulnerabilidad de sus ecosistemas al cambio climático (Loope &

Giambellucca, 1998; Sperling et al. 2004) y por constituir una red mundialmente distribuida de observatorios sobre los

efectos del calentamiento global (Petit & Prudent, 2008)” (Martín et al., 2011)”.

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1.2 SITUACIÓN ACTUAL EN CANARIAS

El Archipiélago Canario está condicionado por: la corriente oceánica fría, la orientación de las laderas, la inversión térmica, la intensidad y frecuencia de los vientos alisios y presencia de nubes, la insularidad y su posición geográfica subtropical cercana al continente africano, que da lugar una estratificación muy estable de la atmósfera y a una tónica dominante de cielos despejados, condiciones térmicas suaves y escasa oscilación anual en costas y medianías. (Cardós et al., 2007). Estos factores juegan un papel fundamental en la temperatura e influyen en la manera de manifestarse del calentamiento global (Martin et al., 2011).

En general, las temperaturas más cálidas se registran en las costas del sur de todas las islas, donde la media anual supera los 20ºC. En Lanzarote y Fuerteventura, cuyas cotas de altitud no llegan a los 1.000 metros (debajo del nivel de formación del mar de nubes), esta temperatura media se generaliza en casi toda su superficie, siendo las islas más áridas. En las islas restantes, y a medida que se asciende en altitud, la temperatura media anual desciende,14ºC en las cumbres de Gran Canaria, 13ºC en las de El Hierro y La Gomera, 9ºC en las de La Palma o 5ºC en las Cañadas del Teide en Tenerife.

Diversos estudios relativos a Canarias, han constatado un incremento de temperaturas en el último siglo (Oñate y Pou, 1996):

���� Sperling et al. (2004) señalaron una posible consecuencia del calentamiento en la altitud de las nubes durante los meses de verano.

���� A partir de los años 80, en Canarias, se dispara la temperatura media registrada en diferentes estaciones: Aeropuerto de Los Rodeos, (Tenerife), tmedia 15º C en el 1962 a 17ºC, en 2006, con un incremento mayor en Izaña (Parque Nacional del Teide, en Tenerife), ubicado más al interior y no tan afectado por el océano). (Cuevas, 2007).

���� Sanroma et al. (2010), estudiaron el efecto del oscurecimiento/abrillantamiento global en dos estaciones termométricas de Tenerife y estimaron que el calentamiento en el último siglo en Canarias debía de estar en torno a 1ºC, siendo más intenso en la última década, que coincide con un progresivo aumento en la transparencia atmosférica (recent brightening), confirmado con las mediciones en el Observatorio astronómico de El Roque de los Muchachos en la isla de La Palma. Siendo congruente con la hipótesis de que el calentamiento real podría ser más pronunciado de lo que parece y sólo en los últimos tiempos, cuando el oscurecimiento global se ha visto atenuado, ha empezado a apreciarse en mayor intensidad (Andreae et al., 2005; Stoot, 2008).

a. MAGNITUD DEL CALENTAMIENTO EN CANARIAS

Se ha podido cuantificar de forma precisa la magnitud del calentamiento en la isla de Tenerife desde 1944-2010. Esta isla debido a su geometría morfológica (amplio gradiente altitudinal y laderas enfrentadas), hace que sea muy propicia para investigar los cambios en la temperatura en entornos climáticos y medioambientales muy diferentes y que caracterizan las condiciones existentes en Canarias (Martin et al., 2011)

Temperatura media anual y variación estacional

La tendencia anual en la Isla de Tenerife sugiere una pauta clara de calentamiento global, ya que las temperaturas medias registraron una tendencia positiva de crecimiento entre 1944 y 2010 de 0,09 ± 0,04 ºC por década. (Martin et al., 2011)

Gráfico 3. Tendencia en la evolución anual de las temperaturas medias en la isla de Tenerife.

Fuente: Martin et al., 2011

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Este aumento de la temperatura es más uniforme en otoño e invierno, ya que hay incremento de temperaturas de manera significativa tanto sobre el mar de nubes como bajo él, en toda la isla. En primavera sobre el mar de nubes, si hay elevación de temperaturas en cambio bajo el mismo apenas es significativa la variación. En verano sobre el mar de nubes el incremento de temperaturas es más intenso que bajo el mismo, habiendo incremento en ambos casos. (Martin et al., 2011)

A partir de 1970 el calentamiento se intensifica principalmente en invierno y primavera, hasta el punto de ser más intenso en estas estaciones, que en verano y otoño. (Martin et al., 2011).

En la isla de La Palma, los datos registrados de 1971- 2000, reflejan un aumento de alrededor de 1º C en la temperatura media anual existiendo una variabilidad considerable del crecimiento en periodos de varios años (Graham, 2003): Entre 1970-1987 la temperatura se mantuvo constante, entre 1987-1992, se produce un salto de 0,5 ºC seguido por la rápida caída en 1993-1994. La causa más probable de este descenso significativo en la temperatura, es el aumento de potencia marcada en la frecuencia de oscilación del Atlántico Norte positivo (NAO). Desde 1994 la temperatura se recupera, experimentando de nuevo una tendencia de crecimiento, al disminuir la influencia de los valores positivos de la NAO (la NAO representa la diferencia normalizada media en la presión entre Islandia y las Azores, valores positivos indican un aumento de flujo, los valores negativos indican más bloqueo o anomalías flujo meridional). (Graham, 2003). Todo parece indicar que el aumento de actividad de NAO positivo está ligado a temperaturas más bajas y años más secos en el mismo periodo. (Graham, 2003)

A este respecto (Cuevas, 2006) indica que índices de NAO positivo suponen incrementos de temperatura en Europa.

En la Península Ibérica, Esteban-Parra et al. (2003) realizaron un estudio de la influencia de NAO sobre las temperaturas máxima y mínima de la península ibérica, sin llegar a obtener resultados que demuestren la existencia de esta relación y apuntado la posibilidad de que ésta sea más compleja que para otras zonas de Europa. Por otro lado Prieto et al. (2004) estudiaron la influencia de NAO sobre los días de frío extremo en Madrid encontrando una relación significativa entre NAO y la temperatura mínima superficial para la estación donde se midió (Barajas). (Añel Cabanelas et al, 2005)

Amplitud Térmica

La amplitud térmica (diferencia entre las temperaturas medias máximas y mínimas) es un indicador del calentamiento global (Braganza et al., 2004).

Se está produciendo, en Canarias, un incremento de las “noches tropicales” llegando a doblar el número de noches en las que la temperatura no baja de los 20 grados centígrados (Cuevas, 2007). La temperatura crece preferentemente por la noche (temperatura media mínima con tendencia de crecimiento entre 1944-2010 de 0,17 ± 0,04ºC/década) y por el día se estabilizan (las máximas se muestran fluctuantes sin tendencia definida). (Martin et al., 2011).

El aumento de las temperaturas medias mínimas y el estancamiento de las máximas, tiene como consecuencia, una apreciable disminución de la amplitud térmica (Diurnal Temperature Range =DTR), siendo la principal causa del calentamiento global reflejado en Tenerife. (Martin et al., 2011).

Gráficos 4, 5 y 6. Tendencia en la evolución anual de las temperaturas en la isla de Tenerife. Fuente: Martin et al., 2011.

Sectorización geográfica del Calentamiento

El aumento de la temperatura en Tenerife, expresa variaciones de su evolución diferencial, en función de factores geográficos como son, la altitud y la orientación, lo que permite una zonificación.

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Muchos modelos climáticos sugieren una amplificación del calentamiento global en la alta montaña (Diaz & Bradley, 1997; Pepin & Seidel, 2005; Pepin & Lundquist, 2008), y hacen mención al destacado papel de la topografía en la evolución tendencial de las temperaturas (Pepin & Norris, 2005).

El calentamiento es más intenso en las cumbres, por encima de la capa de inversión térmica (600-1.400), siendo el doble que en las zonas bajas, con incrementos de temperatura más intensos en las mínimas aunque también se manifiesta en las máximas, muy influido por la circulación global (large scale circulation). Este hecho ya fue detectado por Oñate y Pou (1996) y coincide con lo observado en muchas otras regiones del planeta (Easterling et al., 1997; Stone & Weaver, 2002; Brunet et al., 2007), incluyendo islas tropicales como Hawaii (Giambeluca et al., 2008). Los datos obtenidos en esta zona son similares al valor medio registrado en estaciones termométricas terrestres del Hemisferio Norte. (Martin et al., 2011)

Sin embargo el calentamiento se reduce, bajo la capa de inversión térmica, influido por el océano y la presencia de los vientos alisios (Martín et al., 2011). La asimetría en la evolución de temperaturas por debajo de la zona de inversión térmica entraña una notable disminución del DTR y constituye un comportamiento observado en otras regiones montañosas (Giambeluca et al., 2008; Weber et al.,1994; Pepin & Norris, 2005 en Martin et al., 2011).

La siguiente zona en importancia en cuanto a la magnitud del calentamiento es la ladera de barlovento, bajo la capa de inversión térmica, donde el crecimiento se concentra íntegramente en las temperaturas nocturnas. El incremento de temperaturas mínimas es más intenso que en sotavento, y por tanto presenta una disminución más significativa del DTR, al producirse un estancamiento de las temperaturas máximas (Martin et al., 2011).

El aumento de las mínimas estaría favorecido, por la barrera que el mar de nubes ejerce, para impedir que la radiación infrarroja procedente del suelo escape a la atmósfera durante la noche, quedando patente la importancia en la temperatura de los vientos alisios generadores del mar de nubes. El estancamiento de las máximas, es consistente con un aumento de la nubosidad, que podría disminuir la insolación y evitar el ascenso de las temperaturas máximas por el día, aunque el oscurecimiento debido a las nubes no parece ser tan importante en Canarias como en otras regiones del globo (Jensen et al., 2008), Klein y Hartmann (1993) lo estimaron en -30 W/m para el mes de julio, cuando las nubes bajas de los alisios se manifiestan con mayor intensidad y en niveles más bajos (Font, 1956) (Martin et al, 2011).

Si se segregan los datos de la fachada de barlovento en las dos series a distintas altitudes, de costa y medianías, se constata que el crecimiento asimétrico de las temperaturas nocturnas y la disminución de la DTR son mayores en las medianías (400-800 m), coincidiendo con parte del ámbito de variación del mar de nubes. En la costa las temperaturas solo manifiestan una tendencia al alza a partir de los setenta, sin que llegue nunca a ser tan acusada como en las medianías.

Por último se encuentra la zona de sotavento, bajo la capa de inversión térmica, la cual también muestra una disminución del DTR, pero de manera menos aparente, al no contar con el mar de nubes, aunque significativa estadísticamente, debido probablemente al calentamiento en la superficie del mar. (Martin et al., 2011).

Cambios en la DTR “se asocian a menudo a variaciones en el forzamiento de las nubes bajas en la parte inferior de la

tropósfera y la humedad del suelo (Dai et al.,1999; Stone & Weaver, 2002, 2003). Se sabe poco de los posibles cambios

tendenciales en la intensidad y frecuencia de las nubes en Canarias. Sperling et al., (2004) establecieron la hipótesis de que

el límite inferior del mar de nubes podría estar perdiendo altura en verano, y recientes descubrimientos de la expansión

hacia los polos de la célula de Hadley, relacionada con la constancia y frecuencia de los vientos del noreste (Hu & Fu, 2007;

Seidel et al., 2008) podría incidir en la circulación de los alisios y afectar al mar de nubes". (Martin et al, 2011)

Figura 2. Esquema del aumento de la temperatura y variación de la amplitud térmica en la isla de Tenerife periodo 1944-2010 Fuente: Martin et al., 2011, elaboración propia

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Posibles causas del calentamiento ajenas al Cambio Climático

Se podría sospechar la influencia del aumento de urbanización sobre el calentamiento observado, puesto que Tenerife ha experimentado en las últimas décadas una apreciable expansión urbana en los primeros 400 m de altitud. Dos consideraciones contribuyen a restar importancia al posible efecto de calentamiento urbano:

���� Las zonas de mayor expansión urbana son precisamente las que registran menor calentamiento, posiblemente debido a la proximidad del mar y a la buena ventilación ocasionada por el régimen de alisios (Martin et al., 2011).

���� A excepción de una, las estaciones climatológicas utilizadas para el estudio, están ubicadas en áreas naturales o rurales, donde el aumento de calor debido al crecimiento urbano es intrascendente. (Martin et al., 2011)

Magnitud del calentamiento en relación a las mediciones globales

El calentamiento del aire registrado en Tenerife respecto a la serie de referencia de GHCN (Global Historical Climate Network) del GISS para las latitudes 24º-44º, es un 30% menor entre 1944-2010, y casi un 40% entre 1970-2010. Bajo la capa de inversión es todavía menor y en sotavento es la mitad del promedio. En las cumbres, ocurre lo contrario, el calentamiento es más intenso, tanto en 1944-2010 como 1970-2010, congruente con los observado en otras regiones montañosas del mundo (Pepin & Lundquist, 2008) (Martin et al., 2011).

Esto implica que el calentamiento global de Tenerife, se manifiesta de forma más suave que la media del hemisferio norte, y se equipara más al calentamiento asociado a los registros de la temperatura sobre la superficie del mar para la latitud 24º-44º N debido posiblemente a la insularidad, excepto en las cumbres, donde el efecto atemperante del océano y el impacto de los cambios en los estratocúmulos son menores (Martin et al., 2011).

b. OTROS FACTORES QUE INFLUYEN DE MANERA PUNTUAL SOBRE LAS

TEMPERATURAS

Las olas de frío y calor son producto de un fuerte y anormal enfriamiento o calentamiento del aire motivado por la invasión de una masa de aire muy fría o muy cálida, según el episodio del que se trate, que se extiende sobre un amplio territorio y durante un periodo de tiempo prolongado.

Olas de Calor

Figura 3. Configuraciones sinópticas de olas de calor en Canarias y frecuencia de las olas de calor 1974-2005 Fuente: Cardós et al., 2007 a partir del análisis del modelo ECMWF

Durante el verano, el intenso calentamiento del suelo produce una bajada térmica sobre el área comprendida entre el sur de Argelia, Mali y Mauritania. Con frecuencia, esta depresión se extiende hacia el Atlántico quedando el archipiélago bajo su circulación, extremadamente seca y cálida. En estas condiciones, suele ocurrir que el anticiclón atlántico oceánico se

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prolongue sobre Marruecos o se retire a las Azores, reforzando la advección térmica sobre Canarias. Durante el resto del año, la franja de altas presiones subtropicales presenta mayor continuidad sobre el norte de África debido a la formación de un anticiclón térmico. En este contexto, las olas de calor se presentan cuando Canarias queda bajo la acción del flanco meridional anticiclónico y el flujo del E o ENE inyecta sobre las islas el aire cálido del interior del continente. (Cardós et al., 2007).

Los episodios cálidos son cortos y de poca extensión geográfica (los que no afectan simultáneamente a la totalidad del archipiélago) son y han sido relativamente frecuentes en cualquier época del año, los de mayor persistencia y extensión geográfica parecen ser cada vez más frecuentes. Teniendo en cuenta determinados parámetros (superación de un percentil mínimo, acción del evento y zona media afectada), se ha constatado que: en el periodo 1974-1982, no se han registrado un incremento de las olas de calor; en 1983, se registraron dos, y a partir de 1994 hasta 2005, el número de olas de calor se dispara en Canarias. Además, estas olas de calor duran más tiempo y son más persistentes, lo que podría estar asociado al calentamiento global. (Cuevas, 2007).

Olas de frio

Las olas de frío en Canarias son escasas (sólo tres episodios en 31 años según el criterio de referencia). Las configuraciones sinópticas bajo las que se desarrollan son aquellas que canalizan de forma eficiente el transporte de masas de aire polar o siberiano sobre Europa hacia el SW. Un potente anticiclón sobre las islas británicas y un centro depresionario en el golfo de Génova durante los meses de invierno suelen ser motor suficiente para provocar descensos inusuales de la temperatura en la España peninsular, pero sólo cuando esta situación se prolonga suficientemente en el tiempo se llega a detectar la advección fría en la latitud de Canarias. (Cardós et al., 2007).

1.3 EVOLUCIÓN ESPERADA

���� Aunque las emisiones de gases se reduzcan considerablemente, en 2100 la temperatura habrá subido 2ºC; y, si las emisiones continúan, aumentará entre 3 y 5ºC en muchas zonas en 2020. (IPPC, 2001).

Figura 4. Previsión del cambio en la temperatura media anual del aire en superficie, bajo un escenario de emisiones muy altas Fuente: Balarion, 2007

���� A nivel global se espera un descenso generalizado en la variabilidad diaria de la temperatura media del aire en la superficie durante el invierno en las zonas terrestres del Hemisferio Norte, y un crecimiento de esa variabilidad en verano. Un aumento de la temperatura media y la varianza (variabilidad) producirán una elevación de las temperaturas mucho más marcada que si solo aumentara la media y no la variabilidad. Los días calurosos y olas de calor irán en ascenso, tanto en frecuencia como en intensidad, y los días fríos, heladas y olas de frío disminuirán (Informe de evaluación de 2001 del grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPPC).

���� Según los modelos, los cambios en temperatura y precipitación de las áreas de las islas que están prácticamente al nivel del mar (Lanzarote, Fuerteventura) seguirán los cambios previstos a gran escala que se prevean en la región. Sin embargo para aquellas islas con orografía importante (Tenerife, La Palma, la Gomera, El Hierro y Gran Canaria) que tienen multitud de climas locales. Los cambios en temperatura y precipitación dependerán totalmente de las características climáticas locales. (Cuevas, 2007).

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���� En el periodo 2070-2090 las temperaturas medias en Canarias se habrán incrementado entre 1ºC y 3ºC en todas las estaciones, siendo las predicciones más altas en el escenario que supone mayores emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) con incrementos entre 2ºC y 3ºC. (Cuevas, 2006).

���� Se considera un incremento de la temperatura media que iría (datos para Santa Cruz de Tenerife) de 0.5 grados centígrados en el año 2010 (incremento virtualmente ya alcanzado), a 1 grado centígrado en el año 2030; 2 grados centígrados en el año 2060 y un margen de 2.5 - 3.5 grados centígrados en el año 2100, dependiendo del escenario. Este incremento de las temperaturas sería mayor en zonas del interior. Este incremento de las temperaturas puede considerarse incluso más “suave” que en zonas continentales. (Cuevas, 2007).

���� A partir de la variación de la temperatura máxima (en el periodo de junio a septiembre), respecto al periodo de referencia 1961-1990: se predice un calentamiento de la zona del Sáhara de 1.5 grados centígrados, en el periodo 2010 - 2039, que va a afectar a Canarias, ya que las masas de aire que lleguen (con mayor frecuencia, como se ha comentado) será más calientes. (Cuevas, 2007).

���� Debido al calentamiento, se producirá un incremento de la frecuencia e intensidad de olas de calor en verano (+7% - +36%). (Cuevas, 2006). Si bien dada la poca frecuencia natural de las olas de frío en Canarias, es difícil estudiar cualquier tipo de tendencia en su ocurrencia o intensidad. (Cardós et al., 2007).

1.4 PROBABILIDAD

���� Los cambios en el sistema climático y los impactos durante el siglo XXI, serán “muy probablemente” mayores que en el siglo XX (Sanz, 2009).

���� Incremento de la frecuencia e intensidad de olas de calor en verano (+7% -+36%). Muy probable (Cuevas, 2006).

���� Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, es muy probable que cada vez sean más frecuentes las temperaturas altas extremas, las olas de calor y las precipitaciones intensas (OMT, 2008).

1.5 CONSECUENCIAS

���� Una de las consecuencias, aunque no se puede afirmar con total certeza, del calentamiento podría ser un cierto decrecimiento de las precipitaciones. Este decrecimiento sería casi inapreciable en las Islas orientales, donde ya las lluvias son muy escasas. No existen, en lo relativo a las proyecciones de temperatura, un cambio de las mismas para las islas occidentales u orientales, sino cambios a medida que se sube de altura en la propia isla. (Cuevas, 2007).

���� Existen estudios que calculan que los aumentos de la temperatura media en 1, 2 ó 3 grados centígrados a nivel global, será el responsable directo de la fusión de los casquetes polares y la mayoría de los glaciares y a medida que los océanos se calientan, su volumen aumenta, lo que contribuye al ascenso del nivel del mar. (Brito, 2008).

���� Los cambios bruscos de la temperatura y la combinación de esta con la humedad y el viento origina en la población falta de confort térmico. (Marzol, 2001). Un aumento de la temperatura podría generar una pérdida de confort térmico en la población.

���� En las islas Canarias se registraron trece víctimas mortales por Olas de Calor, únicamente, durante el periodo comprendido entre el 26 de julio y 1 de agosto de 2004; siendo las únicas que se ocasionaron por este Riesgo, en ese año, en toda España (Arranz, 2006). Un aumento de las olas de calor en Canarias podría aumentar estos registros.

���� Incremento de la magnitud de los incendios, principalmente relacionados con las olas de calor y el aumento de la temperatura. (Dorta et al, 1991 en Marzol 2001).

���� Un calentamiento global promedio en la superficie terrestre, superior a los 2ºC provocará muy probablemente efectos irreversibles en los ecosistemas, y por ende en las sociedades humanas, incluyendo la economía y la salud. (Sanz, 2009).

���� Un aumento de las temperaturas máximas en la zona del Sahara podría provocar una aumento de los flujos migratorios hacia las islas. (Cuevas, 2007)

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1.6 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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GAPS (FALTA DE INFORMACIÓN)

- Martín et al. destacan: "Es preciso realizar más análisis relacionados con las variaciones tendenciales en la

frecuencia, intensidad y orientación de los alisios y cómo ello está influyendo en la formación del mar de nubes en

la fachada norte de la isla de Tenerife. Futuros estudios enfocaran los trabajos hacia la evolución tendencial

mensual y estacional de las temperaturas, por su importancia climática y particular trascendencia en la formación

y estructura de los ecosistemas terrestres, como demostró el estudio preliminar de Sperling et al. (2004)".