Cnhc5 088 m.silva

12
Como en toda Europa, las disponibilidades técnicas y materiales del siglo XIX abrieron nuevos caminos a la arquitectura catalana. Entre ellos, se hizo posible la investigación, por parte de fundidores, constructo- res y arquitectos, en el logro de la estabilidad de es- beltos componentes metálicos estructurales con los recursos constructivos propios de la albañilería tradi- cional. El hierro producido industrialmente sería clave para esta exploración, como también lo sería el ladri- llo a la vista, tradicional y económico, del dominio técnico de artesanos y base para el diseño de las fa- chadas por parte de los arquitectos del modernismo catalán. Unir la estructura metálica y el muro de alba- ñilería, para hacerlos funcionar complementariamen- te, implicaría la racionalización de sus combinacio- nes, de acuerdo a las posibilidades de los materiales, hasta configurar ejemplos de integración en sistemas únicos e indivisibles. 1 Muros de albañilería que, ade- más de otorgar estabilidad a los conjuntos estructura- les ante los esfuerzos horizontales, llevarían otra im- portante carga, fundamental para la arquitectura del siglo XIX: la del carácter, relacionado con su función y con el entorno urbano. MATERIALES Y TÉCNICAS EN EL SIGLO XIX DE BARCELONA: LA INFLUENCIA DE VIOLLET-LE-DUC Entre los arquitectos europeos de fines del siglo XIX, habría cantidad de reflexiones dirigidas a la com- prensión de las estructuras góticas, pregonadas por Viollet-le-Duc como ejemplos a seguir para el diseño de estructuras metálicas combinadas con elementos de mampostería. Los Entretiens sur l’architecture contribuirían al debate y a nuevas propuestas sobre las formas que debía cobrar el hierro para su incorpo- ración a la arquitectura. De ahí ejemplos como el tra- bajo de fin de carrera de Josep Puig i Cadafalch: Se proyecta la sombra de Viollet, los Entretiens resuenan con fuerza. La elegancia del arco de suspensión de la ca- tenaria, calculado para distribuir el peso equilibradamen- te, perfecciona sin embargo el modelo aprendido. En otros detalles estructurales encontramos una vez más la obsesión por dar forma plástica al hierro, en este caso, el pequeño dragón que se ha escapado del castillo. (Rodrí- guez 1996, 54) El carácter del proyecto viene dado por la forma y los materiales de la estructura, tal como en el Café- Restaurante de la Exposición de Barcelona en 1888 [el Castillo de los Tres Dragones], obra de Lluís Do- ménech i Montaner construida apenas tres años an- tes. La complementariedad entre estabilidad y carác- ter se manifiesta en el proyecto de su discípulo. Viollet-le-Duc apunta que el hierro es un excelente material para lograr las condiciones de . . . «estabili- dad y espacio por la combinación adoptada; para evi- tar contrafuertes y un inútil exceso de material que llevaría a gastos adicionales». (Viollet-le-Duc, 1863–1872, 2: 38) Entre sus atrevidas propuestas, enuncia: Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería en la arquitectura del modernismo catalán Mónica Silva Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

description

Cnhc5 088 m.silva

Transcript of Cnhc5 088 m.silva

Page 1: Cnhc5 088 m.silva

Como en toda Europa, las disponibilidades técnicas ymateriales del siglo XIX abrieron nuevos caminos ala arquitectura catalana. Entre ellos, se hizo posiblela investigación, por parte de fundidores, constructo-res y arquitectos, en el logro de la estabilidad de es-beltos componentes metálicos estructurales con losrecursos constructivos propios de la albañilería tradi-cional.

El hierro producido industrialmente sería clavepara esta exploración, como también lo sería el ladri-llo a la vista, tradicional y económico, del dominiotécnico de artesanos y base para el diseño de las fa-chadas por parte de los arquitectos del modernismocatalán. Unir la estructura metálica y el muro de alba-ñilería, para hacerlos funcionar complementariamen-te, implicaría la racionalización de sus combinacio-nes, de acuerdo a las posibilidades de los materiales,hasta configurar ejemplos de integración en sistemasúnicos e indivisibles.1 Muros de albañilería que, ade-más de otorgar estabilidad a los conjuntos estructura-les ante los esfuerzos horizontales, llevarían otra im-portante carga, fundamental para la arquitectura delsiglo XIX: la del carácter, relacionado con su funcióny con el entorno urbano.

MATERIALES Y TÉCNICAS EN EL SIGLO XIXDE BARCELONA: LA INFLUENCIA DE VIOLLET-LE-DUC

Entre los arquitectos europeos de fines del siglo XIX,habría cantidad de reflexiones dirigidas a la com-

prensión de las estructuras góticas, pregonadas porViollet-le-Duc como ejemplos a seguir para el diseñode estructuras metálicas combinadas con elementosde mampostería. Los Entretiens sur l’architecturecontribuirían al debate y a nuevas propuestas sobrelas formas que debía cobrar el hierro para su incorpo-ración a la arquitectura. De ahí ejemplos como el tra-bajo de fin de carrera de Josep Puig i Cadafalch:

Se proyecta la sombra de Viollet, los Entretiens resuenancon fuerza. La elegancia del arco de suspensión de la ca-tenaria, calculado para distribuir el peso equilibradamen-te, perfecciona sin embargo el modelo aprendido. Enotros detalles estructurales encontramos una vez más laobsesión por dar forma plástica al hierro, en este caso, elpequeño dragón que se ha escapado del castillo. (Rodrí-guez 1996, 54)

El carácter del proyecto viene dado por la forma ylos materiales de la estructura, tal como en el Café-Restaurante de la Exposición de Barcelona en 1888[el Castillo de los Tres Dragones], obra de Lluís Do-ménech i Montaner construida apenas tres años an-tes. La complementariedad entre estabilidad y carác-ter se manifiesta en el proyecto de su discípulo.

Viollet-le-Duc apunta que el hierro es un excelentematerial para lograr las condiciones de . . . «estabili-dad y espacio por la combinación adoptada; para evi-tar contrafuertes y un inútil exceso de material quellevaría a gastos adicionales». (Viollet-le-Duc,1863–1872, 2: 38) Entre sus atrevidas propuestas,enuncia:

Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería en la arquitectura

del modernismo catalán

Mónica Silva

Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

Page 2: Cnhc5 088 m.silva

El problema a ser resuelto para proveer grandiosos edifi-cios destinados a albergar ambiciosos programas sería elsiguiente: obtener una cáscara completamente de mam-postería, paredes y bóvedas, ahorrando material y evitan-do soportes atravesados con el uso del hierro; mejorar elsistema de equilibrio adoptado por los arquitectos medie-vales mediante el hierro, con la ventaja de las cualidadesdel material . . . (Viollet-le-Duc [1863–1872] 1987, 2: 59)

De particular interés resultan las razones del arqui-tecto para que esa mampostería fuera de ladrillos conterracota esmaltada como acabado:

El arte de fabricación del ladrillo ha sido muy mejoradoen tiempos recientes, porqué entonces no disponer ennuestros edificios públicos las posibilidades que ello im-plica? Porqué emplear piedra cuando podríamos hacer

grandes economías al hacer uso de un material que ofrecetantas ventajas —facilidad de transporte y carga, ligereza,perfecta adhesión a las argamasas y estucos, ventilación ydurabilidad ilimitadas? (Viollet-le-Duc [1863–1872]1987, 2: 39)

Esta llamada de atención encontraría eco entre quie-nes proyectaran edificios combinando metal, ladrillosy alfarería coloreada o esmaltada en Barcelona. Másadelante aparecerán, a partir de razonamientos sobrelas estructuras góticas, las bóvedas de ladrillo atiranta-das de Lluís Muncunill, quien introduciría:

. . . los muros o pilares inclinados para resistir las fuerzasoblicuas, que por los adelantos mecánicos pueden deter-minarse perfectamente, dando manera de contrarrestarlos empujes de las bóvedas sin necesidad de los engorro-sos y costosos contrafuertes antiguos. (Muncunill enFreixa 1996, 38)

No habrá el trabajo de Muncunill la espectaculari-dad de las propuestas de Viollet-le-Duc o de sus se-guidores, pero si la evidencia de la lección bien asi-milada. Una lección llegada no sólo del pensamientoarquitectónico del siglo XIX catalán, sino de la tradi-ción de sus artesanos y constructores.

EL LADRILLO TRADICIONAL Y EL HIERRO MODERNO:UNA PROMETEDORA COMBINACIÓN

La observación de conocidos edificios del modernis-mo ha permitido la determinación de unos tipos es-tructurales básicos, esbozados de acuerdo a a losconceptos expuestos por Paricio sobre la garantía deestabilidad del edificio ante los esfuerzos horizonta-les.2 En estos tipos se consideran los recursos propiosde las estructuras metálicas, así como los elementosde albañilería colaborantes con conjuntos metálicosno estables por sí mismos.

Los recursos del metal para su propia estabilidad

El primer tipo estructural básico lo conforman losedificios que logran su estabilidad ante esfuerzos ho-rizontales mediante enlaces y uniones entre los com-ponentes metálicos, es decir, mediante triangulación,o elementos de rigidez en ángulo, como tornapuntaso cruces de San Andrés. Entre los edificios del mo-

896 M. Silva

Figura 1Josep Puig i Cadafalch. Puente Monumental, 1891. (Rodrí-guez 1996, 55)

Page 3: Cnhc5 088 m.silva

dernismo no hay casos notables de este tipo, pero side estructuras cuya estabilidad se ha logrado median-te nudos rígidos entre vigas y columnas, o medianteel empotramiento al suelo de éstas. Esto funciona enedificios bajos y con plantas cuya extensión contri-buye a la estabilidad del conjunto. El empleo de unou otro recurso causa imágenes distintas, que en la ar-quitectura catalana se asocian a usos determinados,generando una interesante coincidencia del tipo es-tructural con el funcional.

La estabilidad otorgada por nobles muros

El segundo tipo lo constituyen las estructuras metáli-cas cuya estabilidad está garantizada por muros grue-

sos de ladrillo o por la trabazón entre esbeltas pare-des de albañilería, siguiendo la técnica de los muroscapuchinos. Han podido definirse tres grupos dentrodel tipo básico, de acuerdo a la disposición de losmuros con respecto a los componentes metálicos. Poruna parte, los edificios con núcleos de albañilería enlugares estratégicos de su planta, cuya imagen exte-rior sería la del hierro, en tanto su componente mura-ria se encontraría en el interior. Pero el recurso másutilizado a partir de la difusión del uso de columnasde fundición y jácenas de acero, fue el de las estruc-turas metálicas que, con o sin apoyos intermedios,confían su estabilidad a muros perimetrales.

Otra variación la constituyen los testeros de alba-ñilería, que hacen estable a una secuencia de pórticoso cuchillos metálicos. Entre ellos, hay dos configura-

Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 897

Figura 2Sala de Asambleas sobre Mercado Cubierto. E.E. Viollet-le-Duc: (a) Método para apoyar una estructura de mampos-tería sobre una secuencia de columnas de hierro oblicuas;(b) Vista de un Mercado cubierto con Sala de asambleas en-cima; (c) Planta de edificio apoyado sobre una secuencia decolumnas oblicuas. (Viollet-le-Duc [1863–1872] 1987, 2:63–65)

Page 4: Cnhc5 088 m.silva

ciones, los testeros de muros gruesos, que aseguransu propia estabilidad y la de la estructura metálicamediante su corpulencia, y las soluciones con teste-ros de cajas murarias, en que la trabazón de las pare-des es la garantía de estabilidad, por muy alta y es-belta que sea la estructura.

De los Entretiens surgirían análisis, suposiciones ypropuestas muy atrevidas, pero ninguna tan claracomo esta, tal vez la que más directamente, por facti-ble de realizar, entregara Viollet-le-Duc a sus discí-pulos y seguidores. La Sala de Asambleas sobreMercado Cubierto ejemplifica de manera clara estetipo (Viollet-le-Duc [1863–1872] 1987, 2: 65). Laviabilidad de estructuras metálicas estabilizadas porcajas murarias es prácticamente infinita y, sin embar-go, poco empleada entre los arquitectos que estudia-ron su obra.

Algunas de estas opciones fueron metódicamenteempleadas por los arquitectos del modernismo, otrasapenas ensayadas y algunas simplemente descartadaso ignoradas. La siguiente tabla resume los tipos deter-minados, de acuerdo a lo que destaca como elementomás importante en el logro de dicha estabilidad.

Algunos edificios expresan claramente el tipo es-tructural en que se han incluido, otros presentancombinaciones de dos o más, es decir, sus diseñado-res han recurrido a un sistema de estabilidad y lo hanreforzado mediante un mecanismo alterno. Combina-ciones en que es difícil determinar a simple vista lasconsecuencias de la supresión de alguno de ellos.

LOS ARQUITECTOS DEL FIN DEL SIGLO XIX CATALÁN

Y EL CARÁCTER DE LA ARQUITECTURA

Para ilustrar la idea de carácter propia de los acadé-micos del siglo XIX, resulta oportuno volver la vistaa las ideas de Quatremère de Quincy, cuando mani-festaba que éste tenía componentes sensoriales, nológicos, así como otros racionalizables. El carácterrelativo que describía:

. . . hará que se pueda explicar claramente el destino o eluso de cada edificio ligado a aspectos más objetivables ylegibles: tipos, formas que estamos acostumbrados a ver,lo que expresa la planta del edificio y su repercusión enun alzado determinado. (Hereu 1990)

En los Entretiens hay también importantes consi-deraciones referidas al carácter. Viollet-le-Duc llegaa preguntarse: «¿Pero es que no hay nada intermedioentre una bóveda de bloques de piedra, como la Ma-deleine, y una estación de tren?» (Viollet-le-Duc[1863–1872] 1987, 2: 43) En el intento por dar res-puesta, se refiere las aplicaciones del hierro y con-cluye:

. . . ni ingenieros ni arquitectos han sido aún exitosos encombinar de forma realmente satisfactoria la mamposte-ría con la construcción metálica . . . con la condición deque los dos métodos de construcción conservaran sus ca-racterísticas, que no fueran combinadas para su daño mu-tuo. (Viollet-le-Duc [1863–1872] 1987, 2: 62)

Otra idea la proporcionaría Joan Torras en el Con-greso de Arquitectos celebrado en Barcelona en1888. El arquitecto, industrial y diseñador de estruc-turas metálicas, apuntaría:

Se levanta una columna monumental para sostener unaestatua . . . Hacedla de ladrillo y de ella diréis quizás: tie-ne proporciones arquitectónicas; tiene bastante resisten-cia para sustentar la estatua, pero esto parece una chime-

898 M. Silva

Tabla 1Tipos de estabilidad ante esfuerzos horizontales en las es-tructuras metálicas

Page 5: Cnhc5 088 m.silva

nea de una máquina de vapor. ¡Ya se ha perdido toda laimportancia del monumento! . . . Unos pocos ladrillos nopueden desarrollar la grandiosa necesidad necesaria a unmonumento de esta clase. He aquí un ejemplo que poneen evidencia claramente la influencia que en toda obratienen los materiales. (Torrás 1888, p. 101)

Precisaría Torras en varias oportunidades que losmateriales permiten al arquitecto realizar las formasque ha concebido, pero sobre todo expresar el carác-ter, es decir, completar la expresión de la arquitectu-ra a los ojos del público. La idea de carácter asociadaal nacionalismo también se vincula a los textos deViollet-le-Duc: «En mi opinión, podemos decir decualquier nación «muéstrame su arquitectura y cono-ceré su carácter». (Viollet-le-Duc en Rohrer y otros1989, 20)3

Pocas veces quedaría tan clara la vinculación entrelos materiales y el carácter nacional de la arquitectu-ra entre los arquitectos catalanes como en las aspira-ciones de Josep Pujol i Brull al referirse al Baixadoren el Paseo de Gracia:

¿No sería realmente bello y agradable que al recorrer elviajero las líneas españolas, notara que a la vez que seva modificando la naturaleza cada vez que pasa una delas líneas divisorias, cambia también el carácter artísticode las estaciones, las cuales aunque conserven en sucomposición y líneas generales el carácter propio de lasedificaciones de esta índole, fuese un álbum preciosoque se desarrollaría lentamente ante los ojos del viajero,haciéndole comprender en cada tipo las particularidadesde la construcción local poniéndole de manifiesto la ri-queza de materiales que ésta atesora? (Pujol i Brull1902, 210)

Según los estudiosos del tema, la primera exigen-cia de Elías Rogent para los edificios de la Exposi-ción de Barcelona en 1888, fue construirlos todos. . . «a partir de los proyectos de arquitectos locales,con material aportado por las industrias locales y conmano de obra local». (Arranz, Grau y López 1984,68) De ahí que, así como requirió a la industria meta-lúrgica catalana elementos competitivos y novedo-sos, concentró también el interés de los arquitectosen edificios que permitieran desplegar las técnicaslocales tradicionales en busca de una arquitecturapropia.

El ladrillo quedaba así ligado a arquitectura de lanación catalana y a su modernización, a la imagen delas chimeneas. Recordaba el progreso logrado gra-

cias a las máquinas de vapor y era soporte y módulopara el diseño y la ornamentación de las fachadas denumerosos edificios para varios usos. Un ejemplo se-ría el Arco de Triunfo con que Josep Vilaseca i Casa-novas hizo del ladrillo y la alfarería esmaltada laimagen de entrada a la Exposición.

EL CARÁCTER DEL LADRILLO Y LAS POSIBILIDADES

DEL METAL: LOS ARQUITECTOS Y SUS EXPERIENCIAS

A partir de los tipos estructurales definidos se dibujaun panorama cuya revisión permite reconocer los re-cursos, o combinaciones de ellos, en el trabajo de losarquitectos que emplearon estructuras metálicas en laarquitectura del modernismo. Se destaca la obra dealgunos, aún cuando es posible catalogar estructural-mente en este sentido la obra de como Josep Mari-món i Cot [Fábrica Arañó, 1872–1874]; Josep Peri-cás i Morros [Farinera del Clot, 1900–1902];Marcelino Coquillat Llofriu y Arnaldo Calvet Perou-nill [Mercado de Sarriá, 1910–1911]; Josep Puig iCadafalch [Casa Terrades o Casa de les Punxes,1903–1905, Fábrica Casaramona, 1911–1913]. Así,por ejemplo, en la obra de como Josep Fontseré iMestres destaca el Umbráculo del Parque de la Ciu-dadela, de 1883.

Aún cuando el Umbráculo muestra exteriormenteen sus esquinas alguna similitud con sus antepasadosingleses, como el Palm Stove en Kew Gardens[R.Turner y D.Burton, 1845–1847], cuyas esquinasmuestran sin reparos que las fachadas están subordi-

Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 899

Figura 3Arco de Triunfo, Paseo Lluís Companys, Barcelona. JosepVilaseca i Casanovas, 1888

Page 6: Cnhc5 088 m.silva

nadas a la estructura metálica, el rol estabilizador deltestero está casi a la par de su rol representativo. Laviga en celosía inserta en el mismo, absorbe la ten-sión de los arcos metálicos, mientras los tensores enla primera crujía de cada extremo, de las primerascuatro columnas al testero, hacen estable toda la se-cuencia de pórticos. Las vigas en las fachadas latera-les contribuyen al arriostramiento de esta secuencia ya contener la tensión de los arcos.

Lluís Muncunill, experimentando con naves cu-biertas por bóvedas de rasilla plana con jácenas otensores de acero que permitieran ampliarlas en todolo posible, logró la configuración de una imagen paralas naves industriales de Terrassa que llegó a conver-tir en su marca personal [Vapor Aymerich, Amat iJover, 1907; Sociedad General de Electricidad, 1908;Fábrica Font, 1908].4 Una excepción en su propuestatipológica es el Taller Gibert y Junyent, en cuya es-tructura metálica las columnas armadas, con sencillasjuntas aseguradas con unas pocas tuercas a los cuchi-llos de la cubierta, encuentran estabilidad horizontalen el muro que las rodea.

A pesar de las comprobadas posibilidades del sis-tema mixto resultante de la aplicación de tensores alas bóvedas de ladrillo, Muncunill lo encuentra sóloadecuado a naves industriales, pues interfieren con la«visión monumental» del edificio, «por ser muy difí-cil armonizar tirantes vistos en obras decorativas».(Muncunill citado en Freixa 1996, 54) Este difícilasunto de carácter había sido solucionado por Domé-nech i Montaner con tensores ocultos en los pabello-nes del Hospital de Sant Pau.

Otra combinación de los tipos estructurales defini-dos es la Fábrica Mañach de Josep Maria Jujol. La fotode su construcción muestra uniones empotradas que,sin duda, serían suficientes para asegurar la estabilidad

900 M. Silva

Figura 4Umbráculo en el Parque de la Ciudadela. Josep Fontsere i Mestres, 1883: (a) El testero desde el interior; (b) Los tensoresdesde el porticado a la viga en el testero

Figura 5Taller Gibert y Junyent, Terrassa. Lluís Muncunill, 1907–1908. (Feixa 1996, 37)

Page 7: Cnhc5 088 m.silva

de la estructura en un sentido. Sin embargo, a los «ten-sores que, según parece, se colocaron al rojo vivo y alenfriar acortaron su longitud» (Paricio 1993a, 24) yque ocasionaron el desplome de uno de los tramosabovedados durante la construcción, Jujol agregaríamuros perimetrales que garantizaran con creces la es-tabilidad del conjunto en el sentido opuesto.

Sobre estos tensores, comentaría Solà-Morales quela respuesta del arquitecto . . . «fue “gótica”: atiranta-miento y contrafuertes convertidos en mágicos artifi-cios de ladrillo asomando, cual orejas, por encimadel perfil quebrado de la cubierta en shed» (Solà-Morales 1990, 23). Efectivamente, los contrafuertesen los muros del taller poseen una presencia tan defi-

nitiva que hacen evidente su rol pero, además, con-fieren carácter al edificio y lo convierten en muestraexpresiva de la arquitectura modernista.

Pere Falqués i Urpí: carácter estructural para los mercados

A partir de los primeros, hay un interesante procesoque culmina en el carácter propio de los mercadosque iniciaban en siglo XX en Barcelona, con edifi-cios como el Mercado de la Libertad, de FrancescBerenguer y Miguel Pacual entre 1892 y 1893. Deahí, resulta justo reconocer el aporte de Pere Falquési Urpí a la investigación con la incorporación de mu-ros con técnicas decorativas aplicadas a estas estruc-turas, claves en la memoria urbana.

Así, en el Mercado del Clot, la estructura metálicaencuentra estabilidad en los testeros de ladrillo vistoy los contrafuertes en las fachadas laterales absorbenel empuje de los cuchillos parabólicos que sostienenla cubierta. Mientras, en el Mercado de la Unión laestructura muraria perimetral responde por la estabi-lidad del conjunto. El empuje de la cubierta sería me-nor, en tanto se trata de cuchillos triangulares apoya-dos en columnas intermedias.

Para la siguiente experiencia con un edificio demercado, Falqués i Urpí compone una planta en cruzcon una estructura metálica más ambiciosa que la desus predecesores. En el Mercado de Galvany los mu-ros de albañilería no tienen un rol estructural tan de-finitivo, pues la estabilidad del edificio se debe a las

Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 901

Figura 6Fábrica Mañach, Barcelona. Josep Maria Jujol, 1916. (Llinàs1992, 69)

Figura 7Mercado del Clot, Barcelona. Pere Falqués i Urpí, 1889: (a) El testero y los contrafuertes laterales; (b) Los cuchillos para-bólicos en el interior

Page 8: Cnhc5 088 m.silva

rígidas uniones entre las componentes horizontales yverticales de la estructura metálica. Sin embargo, enlos tres edificios encontramos importantes logros enla expresión de los muros de ladrillo en busca del ca-rácter de los mismos en Barcelona.

En la Central Catalana de Electricidad de Barcelo-na, la Central Vilanova, el arquitecto empleó el siste-ma tradicional de bovedillas con viguetas metálicasapoyadas en jácenas, que llevan los esfuerzos a losmuros perimetrales del edificio, responsables de suestabilidad. La gran cantidad de refuerzos metálicosa la vista en ellos permitiría suponerles un rol impor-tante en la estabilidad del edificio, que en el exteriorcontribuyen a su carácter. El cerramiento de albañile-

ría se asociaba de forma inédita al metal, tal vez enbusca del carácter de la industrialización catalanapara el edificio que albergara una novedosa maqui-naria.

Lluís Doménech i Montaner: el carácter nacionalcon la integración estructural

La carrera de este arquitecto estuvo marcada por elensayo con varios de los tipos estructurales delimita-dos. Como puntualiza Paricio:

. . . quiso diseñar un nuevo material constructivo, la alba-ñilería armada. Consciente de las carencias del ladrillocomo material estructural por su escasa resistencia a latracción, se lanzó a estudiar combinaciones de acero yalbañilería para conseguir un material perfecto (Paricio2000, 187).

Con el edificio para la Editorial Montaner y Si-món, el inicio de su carrera quedó marcado con unade las primeras estructuras metálicas catalanas, enque el porticado logra su estabilidad gracias a losmuros perimetrales. La arquitectura fabril se legitimóen Barcelona con este ejemplo que hizo evidente labúsqueda del carácter adecuado a una fachada ur-bana.

902 M. Silva

Figura 8Mercado en la Plaza de la Unión, Barcelona. Pere Falqués iUrpí, 1887. (Rovira i Roura 1999, 3: 890)

Figura 9Mercado en la Plaza de Galvany, Barcelona. Pere Falqués iUrpí, 1905. (Provansal y Levick 1992, 111)

Figura 10Central Catalana de Electricidad, Barcelona. Pere Falqués iUrpí, 1896–1897. (Fochs y otros 1982, 117)

Page 9: Cnhc5 088 m.silva

Las experiencias siguientes fueron ingeniosascombinaciones para lograr estructuras metálicas esta-bles y con el carácter apropiado a su uso. Así, en elCafé-Restaurante del Parque de la Ciudadela, secombinan tres de los tipos estructurales definidos. Laacción estabilizadora se conjuga entre los muros tes-

teros en los extremos del espacio central del edificio,además de los muros de albañilería que rodean losarcos de acero que conforman la cubierta y, por últi-mo, la configuración de cuatro cajas murarias en lasesquinas con las que se acentúa la trabazón de los al-tos y esbeltos muros. Éstos, en la tradición de losmuros capuchinos, muestran una de las maneras másinteligentes de optimizar el uso del material en laconfiguración de un espacio posible gracias al em-pleo de los arcos metálicos.

En el Hospital de Sant Pau, el arquitecto empleade nuevo muros capuchinos. Esta vez para esconderla secuencia de pórticos metálicos que configuran lasnaves y que encuentran su estabilidad horizontal enlas cajas murarias de los extremos, contenedoras deservicios para cada pabellón. Doménech i Montanerlogró naves sin contrafuertes ni tensores a la vistamediante una integración de materiales sumamenteingeniosa. De cada pórtico metálico hizo empotrardos pletinas inclinadas, a las cuales colgaría la bóve-da que, finalmente, configura el espacio. Como cadauno está formado por perfiles metálicos en pares, esprácticamente imposible la deformación de cada gru-po. La secuencia de pórticos se hace solidaria a lascajas murarias de los extremos mediante viguetas enla fachada longitudinal del edificio y se logra un sis-tema constructivo novedoso y único. Una complejasolución que permitió solventar las exigencias de losespacios y mantener el carácter apropiado a los pabe-

Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 903

Figura 11Editorial Montaner i Simón, Barcelona. Lluís Doménech iMontaner, 1875–1881

Figura 12Café-Restaurante de la Exposición, Barcelona. Lluís Domé-nech i Montaner, 1888. (Paricio 1985, 48)

Figura 13Pabellones del Hospital de Sant Pau, Barcelona. Lluís Do-ménech i Montaner, 1901. (Rams i Colomes 1996, 103)

Page 10: Cnhc5 088 m.silva

llones del conjunto tanto en el exterior como en el in-terior.

La integración de las artes aplicadas a la arquitec-tura confiere carácter a los pabellones y disimulacomponentes funcionales, como los tanques de aguaque coronan las torres en los extremos. A pesar deléxito alcanzado en este conjunto, fue una línea de in-vestigación estructural sin más progresos en la obrade Doménech i Montaner. Pero la integración de al-bañilería y estructura metálica tiene un ejemplo em-blemático en la arquitectura del modernismo: el Pa-lau de la Musica Catalana.

Para hacer posible la sala de conciertos, el arqui-tecto recurrió a una secuencia de esbeltos pórticosmetálicos con altas vigas en celosía. Estos pórticosencuentran su estabilidad en las cajas de albañileríade las esquinas, contenedoras de las escaleras en unextremo y el cerramiento del escenario en el otro. Setrata de una solución en que, como solicitara Viollet-le-Duc, el empleo del material asegura, no sólo eco-nomía en la construcción, sino una estabilidad alconjunto a toda prueba. Sin duda, Doménech i Mon-taner pudo recurrir a un sistema más sencillo y segu-ro, pero sólo estos arriesgados pórticos le permitie-ron lograr las proporciones requeridas para la buenaacústica del auditorio y su iluminación natural desdelas fachadas laterales.

Así como hay un panorama individual de investiga-ción constructiva entre los arquitectos, también las ex-periencias de los constructores, maestros de obras yartesanos resulta sumamente interesante. Fábricas uotros edificios de gran escala, construidos en gran nú-mero a fines del siglo XIX, cuando la industrializaciónde Cataluña exigió los recintos adecuados a nuevasformas de producción, fueron una estrecha colabora-ción entre los distintos participantes de su realización.5

Una serie importante de ellos engloban una investiga-ción empírica en el uso asociado de albañilería y com-ponentes metálicos por sus arquitectos, de la mano desus constructores. A eso puede atribuirse la escasa ex-presión de la estructura en los dibujos proyectuales deedificios tan interesantes como los de Muncunillquien, sin modificar la tipología de las quadres o na-ves industriales catalanas, combinó el acero con lastécnicas tradicionales de ladrillo.

Así, es imposible dejar de apuntar la interesanteconjunción que representa el modernismo catalán encuanto a la integración del trabajo de proyectistas,casas constructoras y artesanos. Esta contribuciónvaría, tal vez de acuerdo a la complejidad de loscomponentes metálicos de la estructura, al arrojo enlos experimentos constructivos y al dominio del ar-quitecto sobre las técnicas tradicionalmente emplea-das por su mano de obra.

NOTAS

1. En este sentido se han orientado las investigaciones deIgnacio Paricio sobre la construcción del Palau de laMusica Catalana, el análisis de la estrategia estructuralde los pabellones del Hospital de Sant Pau o el empleode muros capuchinos en la estructura del Café-Restau-rante de la Exposición de Barcelona en 1888, edificiosde Lluís Doménech i Montaner.

2. Estos tipos estructurales son independientes de la fun-ción de cada edificio. Las coincidencias funcionalessurgieron a partir del análisis del catálogo de tipos ypermiten establecer una relación entre la solución es-tructural y la imagen de la arquitectura.

3. En Cataluña, el conocido artículo En busca de una ar-quitectura nacional de Doménech i Montaner (1878),mantiene un paralelismo con el mensaje funcional y ra-cionalista de los Entretiens que ha sido apuntado porlos investigadores de su obra. El tema continuaría vi-gente cuando Puig i Cadafalch publicara su Carácterque diferencia (1897), que vincularía el racionalismo alpensamiento catalán y al carácter de su arquitectura.

904 M. Silva

Figura 14Palau de la Musica Catalana, Barcelona. Lluís Doménech iMontaner, 1905. (Paricio 2000, 185)

Page 11: Cnhc5 088 m.silva

4. La experimentación de algunos arquitectos con tensoresde acero tendría su origen en las cubiertas de alfareríacomo opción ante el riego de incendios, pues éstas per-miten suprimir buena parte de los componentes metáli-cos de la arquitectura industrial, entre los cuales valemencionar el trabajo de Rafael Guastavino y los siste-mas constructivos que patentó en los Estados Unidos.

5. Varios estudios sobre la arquitectura de fábricas en Ca-taluña se refieren a la indefinida figura de los proyec-tistas de los edificios del período. Fueron casi siempreingenieros industriales o maestros de obras que nos re-cuerdan que todo el siglo XIX en España estuvo marca-do por un proceso de redefinición de las competenciasprofesionales en el campo técnico-constructivo.

LISTA DE REFERENCIAS

Aguilar, Inmaculada. 1977. Demetrio Ribes, 1875–1921. A.Estudios Pro Arte, 11. Barcelona: 50–69.

Aguilar, Inmaculada. 1981. Trens i estacions. Libro de laexposición, 87–96. Barcelona: Generalitat de Catalunya,Ajuntament de Barcelona.

Aguilar, Inmaculada. 1981–b. La locomotora s’urbanitza:El cas de Barcelona. En Trens i estacions. Libro de la ex-posición, 97–103. Barcelona: Generalitat de Catalunya,Ajuntament de Barcelona.

Aguilar, Inmaculada. 1981–c. Procés històric de l’estacióde Barcelona-Vilanova. En Trens i estacions. Libro de laexposición, 105–111. Barcelona: Generalitat de Catalun-ya, Ajuntament de Barcelona.

Arranz, M.; Grau, R. y M. López.1984. El Parc de la Ciu-tadella. Una visió històrica. Barcelona: Ajuntament deBarcelona, L’Avenc.

Bassegoda i Amigó, Joaquín. 1888. Participación en tornoal primer tema Determinar el modo como influyen la na-turaleza y condiciones de los materiales en las construc-ciones arquitectónicas, bajo el triple concepto artístico,científico y económico. En Segundo Congreso Nacionalde Arquitectos, 122–123. Barcelona.

Basset i Sanchez, Constantí. 1986. La Fabrica Marcet iPoal. Un exemple de les construccions fabrils ambvoltes. Trabajo Fin de Carrera. Barcelona, UniversitatPolitècnica de Catalunya.

Basiana, Xavier. 2001. Barcelona, ciudad de fábricas. Bar-celona, Nau Ivanow.

Cabana, Francesc y Assumpció Feliu. 1987. Can Torras delferros: 1876–1985. Siderúrgia y construccions metàl·li-ques de Catalunya. Barcelona.

Cirici Pellicer, A. 1963. El edificio de la editorial Montaneri Simon. En Cuadernos de Arquitectura y UrbanismoCAU, 52–53: 26–33. Barcelona: Colegio de Arquitectosde Cataluña y Baleares.

Corredor-Matheos, J. y J.M. Montaner. 1984. Arquitecturaindustrial a Catalunya del 1732 al 1929. Barcelona: Cai-xa de Barcelona.

Doménech i Roura, Pedro. 1945. A propósito de Viollet-le-Duc. En Cuadernos de Arquitectura, 4: 3–13. Barcelona:Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y Baleares.

Feliú-Torras, Asunción. 2001. Recuperación del patrimonioindustrial en Catalunya. En Preservación de la arquitec-tura industrial en Iberomérica y España, 213–321. Insti-tuto Andaluz del Patrimonio Histórico, CEDODAL.

Fochs, Pere; Jardí, E.; Lozoya, A. y F. Mascarell. 1982.Central Vilanova. Barcelona: Hidroeléctrica de Cataluña.

Flores, Carlos. 1982. Gaudí, Jujol y el Modernismo Cata-lán. Madrid: Aguilar.

Freixa, Mireia. 1996. Lluís Muncunill (1868–1931) Arqui-tecte. Barcelona: Lunwerg Editores.

Fuchshuber, Gregor. 1992. El edificio de la Fundación An-toni Tàpies. Barcelona: Sapic.

Gumà i Esteva, Ramon. 1996. Origen i evolució de les tipo-logies edificatòries i característiques constructives delsedificis de la indústria tèxtil a Catalunya (període1818–1925). Tesis doctoral. Barcelona: Universitat Po-litècnica de Catalunya.

Hereu, Pere. 1990. El carácter en la arquitectura. Conferen-cia dada en la Escuela Técnica Superior de Arquitecturade Barcelona (transcripción por Azier Calvo Albizu).

Llinàs, José. 1992. Josep María Jujol. Colonia: Taschen.Martorell, J.M. 1963. El Café-Restaurante de la Exposición

Internacional. En Cuadernos de Arquitectura y Urbanis-mo CAU, 52–53: 17–25. Barcelona: Colegio de Arqui-tectos de Cataluña y Baleares.

Martorell, Jerónimo. 1910. Estructuras de ladrillo y hierroatirantado en la arquitectura catalana moderna. Anuariopara 1910. Barcelona: Asociación de Arquitectos de Ca-taluña, Imprenta y Litografía de Henrich y Ca.

Montaner, Josep Maria. 1983. L’Ofici de l’arquitectura. Elsaber arquitectònic dels mestres d’obres analitzat a tra-vés dels seus projectes de revalida (1859–1871). Barce-lona: Universitat Politècnica de Catalunya.

Paricio, Ignacio. 1983. La construcción de la arquitectura.Las técnicas. 4ª ed. Barcelona, Institut de Tecnologia dela Construcció de Catalunya.

Paricio, Ignacio. 1985. La construcción de la arquitectura.Los elementos. 4ª ed. Barcelona: Institut de Tecnologiade la Construcció de Catalunya.

Paricio, Ignacio. 1993a. La albañilería postensada. Mono-grafías A&V, 43: 24–25. Madrid.

Paricio, Ignacio. 1993b. La pátina monumental de la cons-trucción homogénea. Monografías A&V, 43: 18–23.Madrid.

Paricio, Ignacio. 1993c. Cables, tubos y conductos frente alos tipos convencionales. Monografías A&V, 43: 82–87.Madrid.

Estabilidad y carácter complementarios: Estructuras metálicas y albañilería 905

Page 12: Cnhc5 088 m.silva

Paricio, Ignacio. 1993d. De los macizos excavados a laláminas plegadas. Monografías A&V, 43: 34–39. Ma-drid.

Paricio, Ignacio.1994. La construcción de la arquitectura.La composición. 4ª ed. Barcelona: Institut de Tecnologiade la Construcció de Catalunya.

Paricio, Ignacio. 1996. El largo ciclo académico. En Escolad’Arquitectura de Barcelona. Documentos y archivo.Editado por A. Ramon y C. Rodríguez, 94. Barcelona:Ediciones de la Universitat Politècnica de Catalunya.

Paricio, Ignacio. 2000. La construcción del Palau. En ElPalau de la Música Catalana de Lluís Doménech i Mon-taner, 183–190. Barcelona: Lunwerg.

Provansal, Danielle y M. Levick. 1992. Els mercats de Bar-celona. Barcelona: Ajuntament de Barcelona.

Pujol i Brull. 1902. Apeadero en el Paseo de Gracia. Arqui-tectura y construcción, 120: 209–211. Barcelona.

Rams i Colomés, Oriol. 1996. El Pavelló del Salvador del’Hospital de Sant Pau. Un exemple de l’utilització delferro dins de la arquitectura del segle passat. TrabajoFin de Carrera Arquitectura Técnica. Barcelona: Univer-sitat Politècnica de Catalunya.

Rodríguez, Carmen. 1996. Debemos ser eclécticos. EnEscola d’Arquitectura de Barcelona. Documentos y ar-chivo. Editado por A. Ramon y C. Rodríguez, 54. Bar-

celona: Ediciones de la Universitat Politècnica de Ca-talunya.

Rohrer, J.; Solà-Morales, I.; Barral, X. y J. Termes. 1989.J. Puig i Cadafalch: l’arquitectura entre la casa i la ciu-tat. Barcelona: Fundació Caixa de Pensions.

Rovira i Roura, Albert. 1999. Dibuix d’una tipologia carac-terística. Els mercats de Barcelona del segle XIX. Te-sis Doctoral. Barcelona: Universitat Politècnica de Cata-lunya.

Solà-Morales, Ignasi 1990. Jujol. Barcelona: Polígrafa.Tarragó i Cid, Salvador. 1974. La posible Barcelona de

Cerdá. Cuadernos de Arquitectura y Urbanismo, 101:2–44. Barcelona: Colegio Oficial de Arquitectos de Ca-taluña y Baleares.

Torras, Juan. 1888. Participación en torno al primer temaDeterminar el modo como influyen la naturaleza y con-diciones de los materiales en las construcciones arquitec-tónicas, bajo el triple concepto artístico, científico y eco-nómico. En Segundo Congreso Nacional de Arquitectos,98–109. Barcelona.

Viaplana, Albert. 2001. Tecla Sala. En Quaderns d’arqui-tectura i urbanisme, 230: 72–77. Barcelona: Col·legid’Arquitectes de Catalunya.

Viollet-le-Duc, Eugéne-Emanuel [1863–1872] 1987. Lectu-res on Architecture. Dover.

906 M. Silva