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25 ELBIBLIOTECOM COAHUILA HISTORIA Es importante remarcar que no hacía mucho se había abierto la ruta de colonización a la provincia de Texas. Otra de las obligaciones de los soldados presidiales era custodiar a viajeros y colonos. La lenta colonización se prolongó hasta principios del siglo XIX. El gobernador de la Provincia de Coahuila, Antonio Cordero y Bustamante, fundó Cuatro Ciénegas en 1800, y al año siguiente, Nava. Un día después de la salida de Hidalgo y Saltillo, un grupo de contrarrevolucionar- ios tomó preso al gobernador de Monclova, Pedro Aranda y sitió la ciudad. LA INDEPENDENCIA Hidalgo. Monumento a la Independencia. El levantamiento de Hidalgo en el pueblo causó gran conmoción en el virreinato y tan sólo en pocos días la nocia se conoció en casi todas las principales ciudades de la Nueva España. No se conocían las causas ni las intenciones, ni se sabía de sus avances, ni su incre- mento. Se desconocían los detalles. A pesar de esto, el 23 de sepembre, lo que se inició en el curato de Dolores como un pequeño brote de rebelión, se había converdo en un ejército de casi 65 mil individuos mal adoctrinados que, después de saquear Celaya, se disponían a marchar sobre la rica ciudad de Guanajuato. La nocia llegó a Monclova, capital de la provincia, seis días después. Mientras tanto, el ejército insurgente cobró fuerza y aunque sufrió derrotas frente a los realistas, su poder no había disminuido. A mediados de noviembre, Mariano Jiménez solicitó y obtuvo de Allende la autorización para extender la revolución a las provincias del norte. Las fuerzas de Coahuila, que sumaban unos 700 efecvos al mando del goberna- dor don Antonio Cordero y Bustamante, se encontraron el 7 de enero de 1811 en la hacienda de Aguanueva frente a los ocho mil hombres de Jiménez. Los sol- dados realistas, ante la superioridad de su enemigo, rindieron sus armas y se sumaron al ejército rebelde. Al día siguiente, Jiménez y sus hombres entraron a Salllo. Desde esta ciu- dad, Jiménez mantuvo comunicación con Hidalgo y Allende, que estaban en Guadalajara. El 17 de enero, después sufrir su peor derrota en la batalla de Puente de Calderón, lo que quedó del ejército se dirigió al norte a reunirse con Jiménez. La llegada a Salllo, el 24 de febrero de 1811, movó diversas celebraciones. Entre tanto, el virrey había ordenado una ofensiva sobre Salllo desde diversos frentes poniendo en marcha a tres ejércitos (con refuerzos recibidos de España) Con este rumor, los jefes del ejército rebelde se dirigieron a Texas con el objevo de quedarse en Estados Unidos. Dicho ejército lo componía una caravana de soldados a pie y montados a caballo, arllería, carretas, arrieros, mulas que transportaban las cargas y coches donde via- jaban los jefes principales. Las fuerzas de Coahuila, que sumaban unos 700 efectivos al mando del gobernador don Antonio Cordero y Bustamante, se encon- traron el 7 de enero de 1811 en la hacienda de Aguanueva frente a los ocho mil hombres de Jiménez.
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ELBIBLIOTECOMCOAHUILAHISTORIA
Es importante remarcar que no hacía mucho se había abierto la ruta de colonización a la provincia de Texas. Otra de las obligaciones de los soldados presidiales era custodiar a viajeros y colonos. La lenta colonización se prolongó hasta principios del siglo XIX.
El gobernador de la Provincia de Coahuila, Antonio Cordero y Bustamante, fundó Cuatro Ciénegas en 1800, y al año siguiente, Nava.
Un día después de la salida de Hidalgo y Saltillo, un grupo de contrarrevolucionar-ios tomó preso al gobernador de Monclova, Pedro Aranda y sitió la ciudad.
LA INDEPENDENCIA
Hidalgo.
Monumento a la Independencia.
El levantamiento de Hidalgo en el pueblo causó gran conmoción en el virreinato y tan sólo en pocos días la noticia se conoció en casi todas las principales ciudades
de la Nueva España. No se conocían las causas ni las intenciones, ni se sabía de sus avances, ni su incre-
mento. Se desconocían los detalles. A pesar de esto, el 23 de septiembre, lo que se inició en el curato de Dolores como un pequeño brote de rebelión, se había convertido en un ejército de casi 65 mil individuos mal adoctrinados que, después de saquear Celaya, se disponían a marchar sobre la rica ciudad de Guanajuato.
La noticia llegó a Monclova, capital de la provincia, seis días después. Mientras tanto, el ejército insurgente cobró fuerza y aunque sufrió derrotas frente
a los realistas, su poder no había disminuido. A mediados de noviembre, Mariano Jiménez solicitó y obtuvo de Allende la autorización para extender la revolución a las provincias del norte. Las fuerzas de Coahuila, que sumaban unos 700 efectivos al mando del goberna-dor don Antonio Cordero y Bustamante, se encontraron el 7 de enero de 1811 en
la hacienda de Aguanueva frente a los ocho mil hombres de Jiménez. Los sol-dados realistas, ante la superioridad de su enemigo, rindieron sus armas y se sumaron al ejército rebelde. Al día siguiente, Jiménez y sus hombres entraron a Saltillo. Desde esta ciu-dad, Jiménez mantuvo comunicación con Hidalgo y Allende, que estaban en Guadalajara.
El 17 de enero, después sufrir su peor derrota en la batalla de Puente de Calderón, lo que quedó del ejército se dirigió al norte a reunirse con Jiménez.
La llegada a Saltillo, el 24 de febrero de 1811, motivó diversas celebraciones.
Entre tanto, el virrey había ordenado una ofensiva sobre Saltillo desde diversos frentes poniendo en marcha a tres ejércitos (con refuerzos recibidos de España) Con este rumor, los jefes del ejército rebelde se dirigieron a Texas con el objetivo de quedarse en Estados Unidos. Dicho ejército lo componía una caravana de soldados a pie y montados a caballo, artillería, carretas, arrieros, mulas que transportaban las cargas y coches donde via-jaban los jefes principales.
Las fuerzas de Coahuila, que sumaban unos 700 efectivos al
mando del gobernador don Antonio Cordero y Bustamante, se encon-
traron el 7 de enero de 1811 en la hacienda de Aguanueva frente a los
ocho mil hombres de Jiménez.
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Estos hombres contrarrevolucionarios componían una fuerza de 492 al mando de Ignacio Elizondo y Tomás Flores. Se había decidido frenar el movimiento independentista.Mientras los insurgentes marchaban lentamente con rumbo norte, los hombres al mando de Elizondo y Flores se instalaron en Acatita de Baján, paso obligado en el camino que une Saltillo con Monclova. Idearon una estrategia y acamparon para esperar a los rebeldes.Más de 600 insurgentes fueron capturados incluidos los jefes principales. Custodiados por unos 40 soldados, se enviaron los primeros 400 presos a Monclova. Con el temor que se les tenía a los rebeldes, las autoridades de Monclova decidieron el traslado de los jefes principales a Chihuahua. Eran 28 prisioneros, entre ellos se encontraban los principales caudillos: Hidalgo, Allende, Juan Aldama, Jiménez, Abasolo, Pedro Aranda, Manuel Santamaría, Francisco Lanzagorta y otros importantes oficiales. Cuatro clérigos y seis frailes. En Monclova se fusiló a Ignacio Aldama, fray Juan de Salazar y Juan Bautista Casas. Los tres habían sido capturados en San Antonio de Béjar (en el actual San Antonio, Texas). Además de ellos, los realistas fusilaron a varios más.Los únicos dos coahuilenses trasladados a Chihuahua fueron José Andrés Molano y José Plácido Monzón. El primero fue condenado a destierro con confiscación de bienes y al segundo se lo fusiló en junio de 1811.
Carteles del Centenario por la independencia.
Captura de Hidalgo.1811.
Sitio donde estuvieron presosJosé Andrés Molano y José Plácido Monzón.
Durante los subsiguientes años, Coahuila no intervino activamente ni se dio cita en su territorio ningún otro acontecimiento relacionado con la guerra de independencia.
Los únicos dos coahuilenses trasladados a Chihuahua fueron
José Andrés Molano y José Plácido Monzón. El primero fue condenado
a destierro con confiscación de bienes y al segundo se lo fusiló en
junio de 1811.
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Conservadores y Liberales
Desde el principio de febrero de 1811 se había instalado un nuevo frente de combate: el de las ideas. Se luchaba en la misma España por flexibilizar la política virreinal en México. Con el fin de participar en las Cortes de Cádiz, viajaron a la península varios diputados coloniales. Miguel Ramos Arizpe se cuenta como el más sobresaliente. Su talento parlamentario se demostró al abordar temas trascendentales para el futuro de las colonias en América, entre los que se cuen-tan: la creación del municipio libre, una administración de justicia recta y expedita, el fomento de la colonización, el libre comercio con la supresión del monopolio, la derogación del sistema de alcabalas y la libertad de imprenta. Además fue él mismo quien propuso una ley de amnistía general para todos los rebeldes que desearan rendir las armas.
Miguel Ramos Arizpe.
Fernando VII.
Agustín de Iturbide, proclamador de la autonomía de México.
De las Cortes de Cádiz surge la Constitución de 1812. De carácter liberal, derogada dos años después cuando Fernando VII fue reinstalado en el trono.
Sin embargo, las ideas liberales de la Constitución de 1812 se mantuvieron vivas. Fernando VII no sólo no lograba sofocarlas, por el contrario, parecía insistir en no querer acabar con ellas. El gran fuego estalló en 1820. Un batallón acantonado en Cádiz inició la rebelión liberal que se propagó rápidamente a otras unidades del ejército. El golpe fue incruento, rápido y efectivo. Fernando se vio obligado a suprimir el absolutismo y a restablecer la Constitución. Estos sucesos favorecieron a la lucha por la libertad que mantenían las colonias españolas en América. Con su ejército reunido en Iguala, el 24 de febrero de 1821, Agustín de Iturbide dio lectura al Plan de Iguala, el cual proclamaba la autonomía de México frente a España e incitaba a todas las provincias a seguirlo. Muchas de ellas se adelantaron a la proclamación oficial de la independencia. En Saltillo, una junta de vecinos la proclamó el 1 de julio de ese mismo año.
Agustín de Iturbide dio lectura al Plan de Iguala, el cual proclamaba
la autonomía de México frente a España e incitaba a todas las
provincias a seguirlo.
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En busca de un sistema de gobierno
A fines de 1823 se reunió el nuevo congreso. El representante de Coahuila, Miguel Ramos Arizpe, era el dirigente de mayor influencia entre el bando de federalistas. Dentro del grupo de cen-tralistas, se hallaban intelectuales de la talla de fray Servando Teresa de Mier, Lucas Alamán y Carlos María Bustamante.
Los centralistas planteaban que era necesario evitar realizar un cambio rotundo, sosteniendo que la república central era la transición natural y necesaria entre la colonia y una vida independiente.
Con la Constitución, jurada el 4 de octubre de 1824, empezó la vida de la República Federal, compuesta de 19 estados y 4 territorios federales. Con la intervención de Miguel Ramos Arizpe, Texas quedó unida a Coahuila en un solo estado, y la sede del gobierno se trasladó de Monclova a Saltillo, lo cual ocasionó ciertas hostilidades entre estas dos poblaciones durante los siguientes diez años.
Dentro del grupo de centralistas, se hallaban intelectuales de la talla de fray Servando Teresa de Mier, Lucas Alamán y Carlos María Bustamante.
Servando Teresa de Mier.
La pérdida de Texas.
Con la Constitución, jurada el 4 de octubre de 1824, empezó la vida de la República Federal, compuesta de 19 estados y 4 territorios federales.
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No obstante, la lucha entre simpatizantes del federalismo y del centralismo fue un problema grave. Transformados en liberales y conservadores, durante más de la mitad del siglo XIX los dos bandos políticos mantendrían encendido un conflicto nacional que se plasmó en golpes de estado, sublevaciones y cuartelazos. Dichos eventos tuvieron consecuencias graves como la pér-dida de Texas, la Guerra de Reforma y la Intervención francesa.
LA INVASIÓN NORTEAMERICANA
La ocupación del noreste de México se inició en enero de 1846, cuando el general en jefe de las fuerzas norteamericanas, Zachary Taylor, inició el avance desde la bahía de Corpus Christi hacia el río Bravo, después que recibió las órdenes de James Polk, presidente de la Unión por aquel-los años.
Batalla de La Angostura.
Pintura de Hidalgo y su ejército.
Zachary Taylor y Polk.
Durante más de la mitad del siglo XIX los dos bandos políticos mantendrían encendido un
conflicto nacional que se plasmó en golpes de estado.
El general mexicano Mariano Arista le solicitó a Taylor que retroceda y, ante su negativa, cruzó el río Bravo para detenerlo.
En Washington, Polk, preso de la impaciencia, empezó a preparar una declaración de guerra tomando como base las indemnizaciones que México no había pagado. Al ser informado del triunfo de los mexicanos en una batalla, utilizó este hecho el principal para declararle la guerra a México.
Al ser informado del triunfo de los mexicanos en una batalla, utilizó
este hecho el principal para declararle la guerra a México.
