Coaliciones Revolución Francesa
Click here to load reader
-
Upload
pedro-carrasco -
Category
Documents
-
view
509 -
download
0
Transcript of Coaliciones Revolución Francesa
1. INTRODUCCIÓN Napoleónicas, Guerras, serie de
guerras libradas entre Francia y varias naciones europeas desde 1799 hasta
1815. En 1799, Francia quedó bajo el dominio de Napoleón, coronado
emperador de Francia en 1804 con el nombre de Napoleón I Bonaparte. Estos
enfrentamientos militares fueron una continuación de las guerras mantenidas
por Francia en Europa durante la Revolución Francesa (1789-1799).
2. LA PRIMERA COALICIÓN
Durante la guerra de la Primera Coalición (1793-1797), Francia luchó contra
la alianza formada por Austria, Prusia, Gran Bretaña, España, las Provincias
Unidas (actuales Países Bajos) y el reino de Cerdeña. El gobierno francés —el
Directorio— confió a Napoleón la dirección de las operaciones militares contra
las tropas austriacas en el norte de Italia en 1796. En menos de un año,
Napoleón había vencido a las fuerzas de Austria, superiores en número. En
1798, se le asignó el mando de una expedición que tenía como objetivo
conquistar Egipto para cortar la ruta británica a la India. La invasión fracasó
tras la batalla del Nilo y Napoleón regresó a Francia. Aunque ambas
campañas se produjeron durante el régimen del Consulado, antes de la
asunción del poder por Bonaparte, suelen ser consideradas como la primera
fase de las Guerras Napoleónicas. Fue en ellas donde el líder francés
desplegó por primera vez a gran escala su talento como jefe militar.
3. LA SEGUNDA COALICIÓN
La victoria de Napoleón en la campaña contra los austriacos en el norte de
Italia puso fin a la Primera Coalición. No obstante, durante su estancia en
Egipto se formó la Segunda Coalición (24 de diciembre de 1798) integrada
por Rusia, Gran Bretaña, Austria, el reino de Nápoles, Portugal y el Imperio
otomano. Las batallas principales de la guerra de la Segunda Coalición, que
se inició a finales de 1798, tuvieron lugar en el norte de Italia y en Suiza al
año siguiente. Los austriacos y los rusos, dirigidos por el general Alexandr
Suvórov, vencieron a los franceses en el norte de Italia en las batallas de
Magnano (5 de abril de 1799), Cassano (27 de abril), el Trebbia (17-19 de
junio) y Novi (el 15 de agosto). La Coalición también tomó Milán; abolió la
República Cisalpina, que se había constituido bajo los auspicios del gobierno
francés en 1797; ocupó Turín y privó a Francia de sus anteriores conquistas
en Italia. El resultado de la lucha en Suiza fue más favorable para los
franceses. Tras ser derrotados en Zurich (7 de junio) por Carlos de
Habsburgo, archiduque de Austria, las fuerzas francesas dirigidas por el
general André Masséna vencieron a las tropas rusas del general Alexander
Korsakov el 26 de septiembre. Suvórov y sus fuerzas abandonaron el norte
de Italia atravesando los Alpes para unirse a Korsakov en Suiza, donde sus
tropas se habían dispersado tras ser vencidas. El ejército de Suvórov hubo de
refugiarse en las montañas del cantón de los Grisones, donde quedó
diezmado a causa del frío y el hambre. Los rusos se retiraron de la Segunda
Coalición el 22 de octubre alegando como motivo la falta de cooperación de
los austriacos.
Cuando Napoleón regresó a Francia procedente de Egipto en octubre de
1799, pasó a ser el líder del Consulado y ofreció la paz a los aliados. La
Coalición rechazó esta propuesta y Napoleón planeó una serie de ataques
contra Austria para la primavera de 1800. Bonaparte se adentró en Italia
cruzando los Alpes con un nuevo ejército formado por 40.000 hombres y
venció a los austriacos en la batalla de Marengo el 14 de junio. Mientras
tanto, las tropas francesas del general Jean Victor Moreau habían penetrado
en el sur de Alemania atravesando el Rin y tomando Munich. Moreau también
había derrotado a las fuerzas austriacas del archiduqe de Austria Juan de
Habsburgo en la batalla de Hohenlinden, que tuvo lugar en Baviera el 3 de
diciembre, y se había aproximado a la ciudad de Linz (Austria). Las victorias
francesas obligaron a firmar a Austria el Tratado de Lunéville el 9 de febrero
de 1801, por el que Austria y sus aliados alemanes cedían la orilla izquierda
del río Rin a Francia y reconocían a las repúblicas Bátava, Helvética, Cisalpina
y Ligur, además de realizar otras concesiones. Asimismo, este tratado marcó
la disolución de la Segunda Coalición. El único aliado que continuó la lucha
contra Francia fue Gran Bretaña. Las tropas británicas se habían enfrentado
sin éxito contra las francesas en territorio holandés en 1799, pero habían
conquistado algunas posesiones francesas de Asia y otros lugares. Gran
Bretaña firmó el 27 de marzo de 1802 la Paz de Amiens con Francia.
No obstante, esta paz resultó ser una mera suspensión de las hostilidades.
En 1803 se produjo una disputa entre ambos países a propósito de la
cláusula del acuerdo que establecía la restitución de la isla de Malta a la
orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Gran Bretaña se negó a
entregar la isla, por lo que estalló una nueva guerra contra los franceses. Una
importante consecuencia de este conflicto fue que Napoleón abandonó su
proyecto de establecer un gran imperio colonial francés en Norteamérica, al
verse obligado a concentrar sus recursos en Europa. Así pues, vendió
Luisiana a Estados Unidos. En 1805, Austria, Rusia y Suecia se unieron al
conflicto en apoyo del bando británico, y España se alió con Francia; este fue
el inicio de la guerra de la Tercera Coalición.
4. LA TERCERA COALICIÓN
Napoleón se apresuró a tomar medidas contra la nueva alianza. Había
ejercido una gran presión sobre Gran Bretaña desde 1798 al mantener a un
ejército concentrado en Boulogne —a orillas del canal de la Mancha—, que
hacía pensar a los británicos que se preparaba una invasión de Inglaterra.
Bonaparte aumentó considerablemente el número de fuerzas destacadas en
Boulogne cuando comenzaron las disensiones que hicieron estallar la guerra
en 1803. Tras la formación de la Tercera Coalición contra Francia, sus tropas
abandonaron Boulogne para enfrentarse a los austriacos, que habían invadido
Baviera con un ejército dirigido por Fernando III, el gran duque de la
Toscana, y el general Karl Mack von Leiberich. Varios estados alemanes,
entre los que se contaban Baviera, Württemberg y Baden, se aliaron con
Francia. Napoleón derrotó a las fuerzas de Austria en Ulm, capturó a 23.000
prisioneros y, a continuación, marchó con sus tropas a lo largo del Danubio y
conquistó Viena. Los ejércitos rusos liderados por el general Mijaíl Kutúzov y
Alejandro I, emperador de Rusia, respaldaron a los austriacos, pero
Bonaparte venció a las fuerzas austro-rusas en la batalla de Austerlitz,
también denominada de los Tres Emperadores. Austria se rindió nuevamente
y firmó el Tratado de Presburgo el 26 de diciembre de 1805. Una de las
cláusulas del acuerdo estipulaba que Austria debía entregar a Francia la zona
del norte de Italia y a Baviera parte del propio territorio austriaco; asimismo,
Austria reconoció a los ducados de Württemberg y Baden como reinos.
5. LA CONFEDERACIÓN DEL RIN
Dado que las tropas del general Masséna habían derrotado al ejército
austriaco mandado por Carlos de Habsburgo en Italia, Napoleón aprovechó
esta situación para nombrar a su hermano, José I, rey de Nápoles en 1806;
asimismo, nombró a otro de sus hermanos, Luis I Bonaparte, rey de Holanda
(la antigua República Bátava); el 12 de julio estableció la Confederación del
Rin, constituida finalmente por todos los estados alemanes a excepción de
Austria, Prusia, Brunswick y Hesse. La formación de esta entidad política
puso fin al Sacro Imperio Romano Germánico y casi toda Alemania quedó
bajo el control de Bonaparte. No obstante, los éxitos en el continente
quedaron contrarrestados en gran medida por la derrota que el almirante
británico Horatio Nelson infligió a la fuerza conjunta de la flota francesa y
española frente a las costas del cabo de Trafalgar el 21 de octubre de 1805.
Napoleón implantó en 1806 el denominado Sistema Continental por el que los
puertos de toda Europa quedaban cerrados al comercio británico. La
superioridad naval de los británicos dificultó la aplicación del Sistema
Continental e hizo fracasar la política económica europea de Bonaparte.
6. LA CUARTA COALICIÓN
Prusia, ante el incremento de poder de Francia en Alemania, se unió a la
Cuarta Coalición compuesta por Gran Bretaña, Rusia y Suecia en 1806.
Bonaparte aplastó a las tropas prusianas en la batalla de Jena el 14 de
octubre de ese mismo año y tomó Berlín. A continuación, derrotó a los rusos
en la batalla de Friedland y obligó a firmar la paz a Alejandro I. De acuerdo
con las principales condiciones del Tratado de Tilsit, Rusia tuvo que entregar
sus posesiones polacas y aliarse con Francia, mientras que Prusia perdió casi
la mitad de su territorio, tuvo que hacer frente a cuantiosas indemnizaciones
y se le impusieron severas restricciones al tamaño de su ejército
permanente. Rusia y Dinamarca emprendieron una acción militar contra
Suecia que obligó a su monarca, Gustavo IV Adolfo, a abdicar en favor de su
tío, Carlos XIII, a condición de que éste nombrara como su heredero al
general Jean Baptiste Jules Bernadotte, uno de los mariscales de Napoleón.
Bernadotte fue coronado en 1818 con el nombre de Carlos XIV Jean-Baptiste
Bernadotte y fue el fundador de la dinastía actual sueca.
7. EL NACIONALISMO ANTINAPOLEÓNICO En
1808, Napoleón dominaba toda Europa, a excepción de Rusia y Gran Bretaña.
Las principales razones del posterior declive fueron el surgimiento del espíritu
nacionalista en varias de las naciones europeas derrotadas y la persistente
oposición de Gran Bretaña, que, a salvo ya de una invasión gracias a la
superioridad de su armada, no cesó de organizar y financiar nuevas
coaliciones contra Napoleón.
España fue la primera nación en la que Bonaparte tuvo que hacer frente a las
insurrecciones nacionalistas que provocaron su caída. El emperador francés,
después de haber destronado al rey Carlos IV de España, nombró a su
hermano José Bonaparte rey de este país en 1808. Los españoles se
rebelaron y expulsaron al nuevo gobernante de Madrid. Se desató la guerra
de la Independencia española (1808-1814) entre los franceses, que
intentaban restaurar a José I Bonaparte en el trono, y los españoles,
apoyados por las fuerzas británicas mandadas por Arthur Colley Wellesley,
duque de Wellington. Los franceses fueron derrotados, y el número de bajas
que sufrieron perjudicó seriamente a Napoleón cuando se vio obligado a
hacer frente a sus nuevos enemigos del este y el norte de Europa. Su
primera oponente era Austria, que se unió a Gran Bretaña para formar la
Quinta Coalición en 1809. El emperador francés derrotó a los austriacos en
Wagram (julio de 1809) y les obligó a firmar el Tratado de Viena, por el cual
Austria perdió Salzburgo, parte de Galitzia y grandes áreas de sus territorios
del sur de Europa. Asimismo, se divorció de su primera mujer y contrajo
matrimonio con la hija de Francisco II de Austria, con la vana esperanza de
que este país no participara en nuevas coaliciones contra él.
8. LA DERROTA DE NAPOLEÓN
En 1812, Francia y Rusia entraron en guerra porque Alejandro I se negaba a
aplicar el Sistema Continental. Dado que gran parte de sus hombres se
encontraban en España, Napoleón invadió Rusia sólo con 500.000 hombres.
Derrotó a los rusos en Borodino y conquistó Moscú el 14 de septiembre de
1812. Los rusos invadieron la ciudad, impidiendo así a las tropas francesas
establecer allí cuarteles de invierno. Abandonaron Rusia y se adentraron en
Alemania, pero la mayoría de los hombres murieron a lo largo del camino a
causa del frío, el hambre y los ataques de la guerrilla rusa. El Imperio ruso se
unió entonces a la Quinta Coalición, de la que también formaban parte
Prusia, Gran Bretaña y Suecia. Prusia, en un estallido de fervor nacionalista
provocado por las reformas políticas y económicas que se habían implantado
desde la derrota de Jena, inició la guerra de Liberación contra Napoleón en
1813. Éste consiguió su última victoria importante en la batalla de Dresde,
donde el ejército francés derrotó a las fuerzas conjuntas de Austria, Prusia y
Rusia el 27 de agosto de 1813. Sin embargo, durante el mes de octubre,
Napoleón se vio forzado a replegarse sobre el Rin tras la batalla de Leipzig,
quedando liberados los estados alemanes. Los ejércitos rusos, austriacos y
prusianos invadieron Francia desde el norte al año siguiente y tomaron París
en marzo de 1814; Napoleón abdicó y hubo de exiliarse en la isla de Elba,
situada en el mar Mediterráneo.
Los miembros de la Quinta Coalición se reunieron en el Congreso de Viena
para restaurar a las monarquías que Napoleón había derrocado en Europa.
Sin embargo, mientras trazaban el nuevo mapa europeo, Bonaparte
consiguió escapar de Elba, se dirigió a Francia, donde se apresuró a formar
un ejército; tras vencer en Ligny y fracasar en Quatre-Bras, el 18 de junio de
1815 fue definitivamente derrotado en la batalla de Waterloo, que puso fin a
las Guerras Napoleónicas.
9. CONCLUSIONES En un principio, las Guerras
Napoleónicas perpetuaron el conflicto ideológico entre la Francia
revolucionaria y la Europa del Antiguo Régimen. No obstante, las ambiciones
del propio Napoleón se convirtieron en la causa principal del conflicto. Su
afán expansionista se combinó con su talento como estratega y su audacia
para asumir riesgos calculados.1
1"Napoleónicas, Guerras," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.