Coherencia Dinámica - Escuela Internacional de...

Escuela Internacional de Coaching Teléfonos:(+34) 93 517 4250 / 3702

Mail: [email protected] Web: Www.EscuelaInternacionaldeCoaching.com

Quedan reservados todos los derechos de autor intelectual de todo el material.

1

Coherencia Dinámica Inteligencia Corporal

Nancy Diana




2

Coherencia DinámicaFormación Profesional de Coaching

“Expande tu mente y expandirás el mundo.

Expande tu cuerpo y expandirás tu poder.”

Nancy Diana




3

Inteligencia Corporal Nancy Diana

Ser Inteligente o Ser Coherente

Inteligencia por definición de Wikipedia, (del latín intellegentĭa) es la

capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla

adecuadamente. Es la capacidad de procesar información y está

íntimamente ligada a otras funciones mentales como la percepción, o

capacidad de recibir dicha información, y la memoria, o capacidad de

almacenarla.

¿Cuándo podemos decir que “actuamos inteligentemente” o que

“somos inteligentes”? ¿Cuándo podemos demostrar nuestra

inteligencia?

¿Cómo podemos en el día a día “ser inteligentes” en nuestra manera

de responder ante las situaciones?

¿Si entendemos, recibimos y almacenamos información

continuamente que nos ocurre a la hora de poner en práctica todo lo

que “sabemos”?

¿Será que no somos lo suficientemente inteligentes? Tal vez somos

completamente incoherentes.

El aprendizaje, no se da de forma escindida .Quiero decir a nivel

intelectual o a nivel corporal o a nivel emocional, sino que cuando

decimos que hemos aprendido algo es cuando entendemos,

incorporamos y podemos realizar de manera efectiva lo aprendido.

Por ejemplo, podríamos leer un artículo sobre danzas latinas

interesarnos, estudiar el tema y comprender todo acerca ellas,

sentirnos incluso motivados a bailarlas, más aún podríamos ver un

video sobre estos bailes y memorizar una coreografía.




4

Podríamos también mirar a los bailarines y distinguir una danza bien

bailada o de una amateur. Una vez hecho todo esto la pregunta es,

¿eres un bailarín? La respuesta es aún no.

Una tarde estaba volando tranquilamente en una aerolínea hacia

Buenos Aires, iba dormitando hasta que de pronto dieron una señal

de alerta que anunciaba un aterrizaje forzoso, la nave estaba en

perfectas condiciones, pero el capitán y el copiloto se habían

intoxicado con alguna comida que ingirieron antes de subir a bordo, y

ambos se encontraban en un estado deplorable que les impedía

continuar con el vuelo. Al anunciar esto se armó un gran revuelo

entre la tripulación, un joven y brioso Italiano que se dirigía a la

ciudad de destino para celebrar su matrimonio, no pudo contenerse,

al imaginar el desastre que el retraso ocasionaría en su boda, y

comenzó a dar voces preguntando ¿alguien “sabe” conducir un avión?

Un elegante caballero se puso de pié y dijo “Yo! yo he leído mucho

sobre cómo conducir un avión, si me lo permite aquel que quiera

puedo darle instrucciones sobre cómo hacerlo” Entre tanto entusiasta

un niño que se encontraba a mi lado dijo a su abuela “he visto a mi

padre conducir el automóvil cada mañana para llevarme a la escuela,

pero no podría tomar el coche yo solo e ir al colegio, por qué piensa ese

señor que puede manejar la palanca de mando? No pude evitar reírme

ante tanta sensatez.

En muchas ocasiones confundimos “tener información con saber”

para saber hace falta información pero esta por sí sola no basta. Para

decir que sabemos hace falta algo más.

Saber realizar una acción determinada, como conducir un coche, un

avión o andar en bicicleta trae consigo un mundo de consecuencias, si

pensamos, en las relaciones interpersonales contigo mismo y con los

demás esta confusión puede ser motor de muchos sufrimientos que

podrían evitarse.




5

Coherencia Dina mica

El aprendizaje ocurre de manera integrada y simultánea. Muchas

veces nos ocurre que entendemos y sabemos que ciertas acciones a

realizar nos resultarían efectivas sin embargo “no sabemos” por qué

no las concretamos, nos decimos: pero si yo sé que esto es lo mejor

para mí ¿por qué entonces no lo hago?” esa pregunta puede encontrar

múltiples respuestas y razones que nos expliquen a nosotros mismos

por qué seguimos varados en este o aquel dominio de nuestra vida

teniendo lo que tenemos y sin conseguir lo que queremos.

Maguie una entrañable arquitecta de Sevilla, había recibido la oferta

de una importante constructora para realizar un atractivo proyecto

que de aceptarlo, la consagraría como artista, le daría prestigio

profesional además de una abultado incremento en su cuenta

bancaria. Lo único que Maguie debía hacer era una llamada telefónica

en la que diría “acepto, lo haré”. Vino a verme un mediodía y me

contó la excelente propuesta que había recibido, y la angustia que

sentía cada día que pasaba sin que ella hiciera “la llamada”. Estaba

viviendo con inusitado estrés nervios y miedo la postergación de su

respuesta y no sabía qué hacer para salir de esa parálisis. Me explicaba

desconcertada, que poseía los conocimientos, la capacidad, la valía y

las condiciones necesarias para ser la persona idónea para llevar a

cabo la tarea. Pero entonces, ¿por qué no hacía la llamada? El plazo se

acercaba a su fin y su inmovilidad la estaba consumiendo. La invité a

dar un paseo, Maguie necesitaba pasar a la acción y pusimos su

cuerpo en movimiento. Caminamos y caminamos mientras

conversábamos y fuimos realizando una serie de ejercicios

respiratorios. Nos detuvimos frente a la playa, el sol de mayo era

cálido y agradable, ella estaba centrada y calma, había descubierto

que antiguos juicios y creencias habitaban en su cuerpo y que por lo

tanto debía abrirse un espacio de aprendizaje en ese dominio, Maguie

requería aprender a “ponerle el cuerpo” al éxito.




6

Históricamente los seres humanos hemos privilegiado las

explicaciones racionales e intelectuales sobre cualquier otra

explicación y así la inteligencia como Coeficiente Intelectual ha

tenido un papel preponderante en nuestra manera de entender

conocer y explicar el mundo y eso nos ha servido muchísimo para

avanzar y progresar, solo que hemos relegado a la intimidad nuestro

cuerpo y emociones sin tener en cuenta que como en el amor Blaise

Pascal dice “el corazón tiene razones que la razón desconoce” podemos

decir que nuestra corporalidad y mundo emocional tienen razones

que requieren desplegar nuevas habilidades ( maneras de ser) en el

dominio del hacer para pasar a la acción.

No basta con “saber” qué es lo mejor para mí, sino expandir mi

inteligencia emocional y corporal para poder pasar exitosamente a la

acción.

Si queremos ser efectivos debemos comprender que siempre

operamos en una “Coherencia Dinámica” particular. Esto quiere decir

que siempre tenemos creencias y juicios vigentes, siempre estamos en

un estado de ánimo o emoción y siempre que estemos vivos

tendremos un cuerpo experimentando, sintiendo y percibiendo.

Vayamos donde vayamos esto viene con nosotros, no podemos

deshacernos de nuestros pensamientos, emociones y mucho menos

de nuestro cuerpo.

Identificar esta coherencia nos permite movernos efectivamente,

modificar la inercia de nuestro actuar automático e ir descubriendo

qué partes del mapa he de cartografiar para avanzar en el territorio

del autodescubrimiento...

Hablando de territorio podríamos decir que el aprendizaje consiste en

ir conquistando nuevos territorios de mí mismo, averiguando quién

soy desde mis creencias, desde mis emociones y desde mi cuerpo. Y

permitirme un modelo de aprendizaje no tradicional en el que el

cuerpo y las emociones formen parte del desarrollo de mi inteligencia

para gestionarlos.




7

El crecimiento personal y la capacidad profesional aumentan si

conseguimos distinguir la coherencia entre cuerpo emoción y

lenguaje y lograr un equilibrio entre estos tres mundos, al que

llamamos Coherencia Dinámica y que yo agregaría efectiva, dado que

al ser dinámica permite una gran capacidad de adaptabilidad. Son

múltiples los beneficios de una formación que integre estos tres

dominios como ámbitos de aprendizaje, en esta ocasión destaco tres:

Estabilidad, plenitud, felicidad.

A medida que vayamos trabajando e integrando estos tres territorios

podrás ir construyendo tu propia lista de beneficios.

El cerebro Aprende El cuerpo

Acciona

No creo que pese mucho en los destinos de los hombres qué ideas

abstractas pueda tener uno, respecto a la naturaleza y principios de las

cosas y si bien existen muchas teorías antiguas y muchas otras nuevas,

tantas como teorías de los cielos se puedan suponer, las cuales difieren

las unas de las otras aunque se avengan todas con los fenómenos

observados. Por mi parte no me preocupo por temas tan especulativos y

en general tan poco provechosos. Mi propósito es el de sentar

firmemente las bases y extender más ampliamente los límites del poder

y la grandeza del ser humano.

Francis Bacon (Novum Organum)

La mayoría de la gente concebimos el cuerpo y la mente como partes

separadas de un mismo organismo y, como consecuencia caemos en

la pretensión de que todos los males, dificultades y deficiencias

humanos se pueden etiquetar como “físicos” o “mentales” y dado esto

entonces pretendemos tratarlos de una manera específica y escindida

como “físico” o “mental”.




8

A través de mi experiencia práctica en las clases y trabajos que he

realizado con muy diversos alumnos, me vi obligada a abandonar esta

idea de separación y desarrollar un punto de vista de unicidad.

Aunque en la experimentación de procesos y trabajos con personas de

las más diversas actividades y profesiones, veía cada vez más, que la

no-separación se manifestaba siempre e inevitablemente, me

encontraba ante el desafío de explicar y demostrar cómo funciona en

la práctica la teoría de la unidad.

Responder la pregunta ¿cómo funcionan juntos lo mental y lo físico, y

qué implicaciones prácticas conlleva esta teoría? Puede empezar a

arrojar luz sobre cómo utilizarnos a nosotros mismos de la forma más

efectiva.

El cerebro es un instrumento de creación

No pretendo desarrollar una clase de biología con explicaciones

científicas que justifiquen algunas de las aseveraciones que iremos

haciendo, aunque estas estarán presentes para fundamentar nuestros

postulados. El objetivo es que podamos empezar a tener una mirada

sobre un territorio que aunque lo experimentemos cada día y nos

resulte evidente, no demos por sentadas sus posibilidades.

No dar por sentado que sabemos o conocemos lo suficientemente

nuestro instrumento de vida, es lo que en el transcurso de la

experiencia de conocerte a ti mismo marcará una impactante

diferencia entre lo que es “hablar acerca de” o “Ser”, y ser del modo en

el que nos referiremos a ser, corresponde al dominio del actuar “la

manera en la que estoy siendo” y la acción ocurre en ese maravilloso

territorio, El Cuerpo, y es este único y hermoso instrumento el que

nos ampliará potentemente nuestro poder de acción. Para ello no

hemos de olvidar que “El mapa no es el territorio.”

Familiarizarnos con nuestra biología y la indivisibilidad de nuestro

ser, es el inicio de este viaje hacia el autodescubrimiento hacia el




9

territorio de las cosas que son posibles en la vida para nosotros dado

esto

Nuestro cerebro posee en su complejidad redes de fibras y células que

se agrupan en dos Hemisferios, derecho e izquierdo, unidos justo por

el cuerpo calloso que se encuentra justo en la parte central. Alrededor

del cuerpo calloso conformando la neo corteza se encuentran cuatro

lóbulos cerebrales: frontal parietal temporal y occipital. Debajo del

cuerpo calloso existe una estructura redondeada que corresponde al

tálamo y bajo éste se localiza el hipotálamo, muy cercano a la

hipófisis Sobre el cuerpo calloso existe una zona que corresponde a la

circunvolución cingulada y en la base del cerebro esta la

protuberancia y en su parte posterior el cerebelo. También se alojan

en el cerebro la amígdala y el hipocampo.

Todas las redes que armónicamente funcionan en nuestro antiguo

cerebro, lo hacen en una perfecta danza. La exquisita coordinación

existente entre cada uno de los componentes emerge desde cientos de

miles de años de aprendizaje.

Esta música, esta sinfonía nos permite expresar, nuestras emociones,

nuestra gestualidad y nuestro lenguaje, de manera coherente, en una

representación magnífica de nosotros mismos.

Para adquirir un nivel de consciencia que nos permita expresarnos

libre, adecuadamente y auténticos, debemos comprender que no

somos partes separadas de un Ser, somos el Ser.

Concebimos el mundo en opuestos en pugna alto, bajo, grande

pequeño, largo , corto, adentro, afuera, y así delimitamos,

demarcamos las fronteras de lo que somos y de lo que no somos y el

cuerpo, la materia ,nuestra biología, ha quedado del lado de afuera de

nuestra frontera de lo que somos y de lo que no somos.

Existen varios opuestos importantes, dice Ken Wilber (La consciencia

sin fronteras) pero uno de los más significativos es la oposición entre lo

voluntario y lo involuntario. El ego y el cuerpo identificados




10

respectivamente con estos procesos. El Ego se identifica con lo

voluntario, la manipulación, la actividad querida y voluntaria. El

cuerpo es una colección bien organizada de procesos involuntarios: la

circulación, la digestión, metabolismo, crecimiento, etc. Explica que si

prestamos atención a nuestra forma de hablar y escuchamos con

atención, encontramos qué cosas identificamos como Yo y que cosas

no y así decimos: que “cierro los ojos” pero que “me crece el pelo”,

decimos que “muevo el brazo” pero no que “lato el corazón” y más

adelante pregunta: ¿No parece raro que nos identifiquemos solo con

una fracción de nuestro ser total? ¿No llama la atención que solo

consideremos “yo” a la mitad del organismo? ¿A quién pertenece la otra

mitad? Evitamos el cuerpo porque es la morada de la muerte. Nos

sentimos acorralados por la vulnerabilidad del cuerpo al dolor. El

dolor, el sufrimiento, la intensa sensibilidad del tejido viviente y, las

terminaciones nerviosas, es natural querer apartarse de esa fuente de

dolor. Creemos que separándonos del cuerpo lograremos evitar el

dolor, pero esta separación esta división, nos deja cojos. Si bien el

cuerpo es la fuente del dolor, es también cierto que es la fuente del

placer. No habrá más sufrimiento, pero tampoco habrá alegría, ni

placer. Mientras no integremos nuestro cuerpo a los procesos de

aprendizaje, no podremos expandirnos realmente, tendremos una

sensación de mayor entendimiento, más conocimiento, pero

estaremos invadidos por una profunda sensación de falta de

completad de sensación significativa. Abandonar la idea de una

identidad reducida, nos permitirá descubrir una expansión en

comunión con la totalidad del organismo psicofísico.

Miremos la naturaleza, hay una semilla, cuando la semilla se expande,

no se convierte en una semilla más grande, diferente o mejor, se

“expande” en un tallo y este tallo crece y se expande en ramas, hojas y

llega la belleza de la flor y ella misma se realiza y se expande en fruto

y el fruto se expande en semilla y así conforman la maravillosa

unicidad sincrónica de la vida, el maravilloso fenómeno del retorno.




11

Expandirse, a veces puede doler, y morir a las viejas creencias y

paradigmas que ya no nos sirven es parte de la vida plena. El dolor y la

muerte forman parte de la vida

Una noche en el teatro en el que trabajaba como actriz, me sentía

profundamente frustrada por no conseguir ser creíble en mi papel.

Esa noche acudirían a la función, algunos críticos teatrales de

renombre, cuyas opiniones tenían el poder de definir importantes

oportunidades en nuestro futuro como jóvenes actores. Me había

esforzado mucho para lograr subir a un escenario de la mítica calle

Corrientes estaba nerviosa y ansiando acabar las horas del día en que

había olvidado la letra de mi texto frente a todo el público.

Las amargas lágrimas de tal fracaso corrían como un río por entre los

dedos con los que me apretaba con fuerza la cara que no quería ver

reflejada en el espejo del bochorno de mi misma nunca más. Entre

bambalinas me acurruque entre las viejas cortinas de un decorado en

desuso y lloré preguntándome ¿por qué había olvidado algo que

sabía, que había estudiado, por qué la voz me abandonó en un

momento crucial? ¿Por qué si había hecho todos los esfuerzos en ser y

hacer lo mejor posible, nada había resultado? ¿Por qué si alguna vez

había sido yo misma espléndida auténtica, ahora no lo era? Agotada

por el estrés y la congoja, me quedé dormida y soñé que hacía estas

mismas preguntas a un anciano que desde el proscenio me hablo

mientras yo permanecía de pie en el escenario. Su voz llegaba calma

serena, aplomada y me dijo:

¿Estas dispuesta a renunciar a no Ser y desnudarte y quitarte las

máscaras? ¿Estas dispuesta a ser vulnerable, sencilla como el agua?

Yo tímidamente pregunté: ¿Podré así “actuar” y ser yo misma?

El continuó, ¿Estas dispuesta a restaurar la esencia, la niña auténtica,

bella en la sencillez? ¿Estás dispuesta a ser íntegra y coherente?

Sí, sí, clamé, si eso va a hacer que sea yo misma otra vez, dígame ¿qué

debo hacer?




12

He aquí tu decisión dijo taimadamente, se acercó al escenario, me

incliné sobre él y casi en un susurro me dijo -si escoges renunciar al No-

Ser, vivirás plena auténtica y bella y jamás volverás a olvidar las

palabras ni la voz volverá a mudarse de tu boca.

Morimos cuando No-Somos, cuando no vivimos en nuestra esencia,

cuando no estamos en nosotros, cuando nos descentramos, cuando nos

desplazamos del centro. “Los principales desplazados del mundo somos

nosotros mismos cuando aplazamos la vida”

El anciano desapareció en una intensa luz, y esa misma luz me saco

del sopor del sueño encendieron las bombillas entre bambalinas y

“desperté”.

El viaje de retorno a uno mismo es un arriesgado emprendimiento

una aventura que requiere estar dispuestos a despertar a renunciar a

esa forma de vida hipotecada en el pasado y nacer a una nueva

consciencia.

Este viaje, no es meramente intelectual es un viaje en el que vas a

reconciliar el alma el cuerpo el intelecto y vas a permitir que hable el

corazón, que hable el Ser. Y como el cuerpo obedece sabiamente al

cerebro ambos cuerpo y mente aprehenderán las nuevas formas de

ser que traerán plenitud y felicidad a tu vida.

“El cuerpo es el instrumento de la vida, la vida es música y mi cuerpo la

cuerda….el cuerpo es el templo del espíritu, templar las cuerdas del

instrumento para que el alma de la nota y así ser los músicos, los

artistas del arte del vivir”

Dr. J. Carvajal




13

El cerebro Triúnico

Nuestro cerebro ha evolucionado maravillosamente durante millones

de años y comprender esta evolución es comprender las raíces de

nuestras acciones de nuestras emociones de nuestra manera de

pensar humana. Las investigaciones de Paul Mac Lean,(The Triune

Brain in evolution.NY 1990) investigador del Instituto Nacional de

salud Mental de los Estados Unidos desarrollo el concepto de

“Cerebro Triúnico” en el que expone que en el cerebro de los seres

humanos se dan tres funciones que “actúan simultáneamente”: Las

del cerebro Reptiliano, que son aquellas que controlan el

comportamiento para la supervivencia básica; las que se dan en el

sistema límbico siendo el motor de las emociones y las que ocurren

en la corteza cerebral, el razonamiento la expresión lingüística y la

memoria verbal.

Estos tres cerebros, coexisten en una danza indivisible en el ser

humano, ya que en la evolución biológica del hombre no existió una

substitución total de un sistema por otro, sino una adición de

funciones nuevas a las antiguas, Morgado y Crossley (Génesis y

recuperación de las enfermedades) nos dan el ejemplo de la

construcción de una casa, a partir de una habitación de múltiples

usos, a la que se adosan otras nuevas, con funciones especiales, pero

sin dejar de utilizar ni clausurar la primera. Los niveles del cerebro

triunico están en una perfecta unicidad y se influyen recíprocamente.

Reptiliano: Posee una estructura ancestral e inició la formación de

nuestro cuerpo a partir de la columna vertebral y la base del cerebro.

Este es nuestro cerebro instintivo y cono tal es el que preserva nuestra

supervivencia, reacciona a los estímulos forma modelos de

comportamiento instintivo. Cuando decimos instinto nos estamos

refiriendo al sentido darviniano, en e l que un acto mental se ejecuta

sin experiencia previa del mismo modo por muchos individuos,

quienes desconocen el fin para el que lo realizan. Los actos

instintivos, conside3ran una pequeña dosis de juicio o razón, son




14

inconscientes y adoptan la forma de habituales, en abierta oposición

con nuestra voluntad consciente.

Aquí se sostienen los procesos fisiológicos básicos de la supervivencia:

la respiración, dormir, los latidos cardíacos, la digestión la actividad

sexual. Sin embargo sus funciones van más allá de lo básico. Algunos

estudios arrojan que es posible que aquí se configuren los arquetipos

que Carl Jung expresara como el “inconsciente colectivo”. Es decir las

figuras simbólicas de una cosmovisión primitiva como, doctrinas,

tribales, mitos y leyendas.

En los millones de años de evolución el cerebro reptiliano ha

conservado nuestro comportamiento de resguardo de la seguridad

presente en todo nuestro comportamiento. Esta búsqueda de la

seguridad define un comportamiento de alejarse o acercarse según lo

observemos para preservarnos. Si nuestro comportamiento

dependiera solo de este cerebro no seríamos criaturas sociales e

individuales con necesidades de afecto y comprensión de nuestras

diferencias.

Schopenhauer (Filósofo alemán del siglo XIX) decía que somos como

los puerco espines en invierno. Estos se aprietan unos con otros para

darse calor, pero se pinchan con sus púas y entonces se alejan.

Repiten este comportamiento una y otra vez hasta que regulan la

cercanía para evitar congelarse o hacerse daño. Nosotros requerimos

de cercanía para no sentirnos solos y al mismo tiempo de distancia

para preservar nuestra individualidad. En este contexto la dualidad, el

mundo de opuestos del que hablamos anteriormente nos sitúa ante

un conflicto de participación o independencia.

Queremos participar y “acercarnos” cuando nos sentimos atraídos

hacia el placer, donde juzgamos que no hay peligro. Nos “alejamos”

cuando detectamos una mirada huidiza, una mano estrechada

blandamente o un beso al aire, actos que podríamos percibir como

potencialmente peligrosos y ponernos en alerta.




15

Este es el cerebro de “La reacción vs. La respuesta” es el cerebro

donde aprendemos desde pequeños lo que podemos o no podemos

hacer, ya que la manera de aprendizaje del reptiliano es por

comandos directos y por la imitación o repetición de actos recibidos

como información ancestral, donde nada se cuestiona y las cosas son

así. Muchas conductas limitantes de nuestra vida las hemos

aprendido a través de órdenes recibidas e integradas desde el

reptiliano. Mi pequeña sobrina María Emilia, al cruzar el umbral de la

puerta de su casa, automáticamente me da la mano, con un año de

edad no prevé los peligros y consecuencias de ir o no de la mano,

simplemente “sabe” que no puede salir sin ir tomada de la mano.

Cuántos de los no puedo de su corta vida determinarán las opciones

de ella en su vida adulta.

¿Cómo influye en nuestra vida el cerebro reptiliano?

Como dijimos, en este cerebro actúan las dinámicas de nuestro

comportamiento “acercarse, alejarse; atracción, rechazo; imitación,

engaño; puedo, no puedo; preservar, evitar” y aquí se generan los

modelos, hábitos, roles y agresividad. Los modelos o patrones de

comportamiento por los cuales nos movemos que adquirimos familiar

o socialmente, no son necesariamente permanentes. La reiteración de

nuestros hábitos nos da seguridad.

Morgado y Crossley sostienen que conocer las funciones de nuestro

reptiliano nos permite canalizar voluntariamente nuestros hábitos

hacia un propósito y así gobernar nuestro cerebro ancestral.

Este ha puesto a nuestra disposición conductas que no nos gustan

tanto (como el engaño), pero que forman parte de la caja de

herramientas destinada a resguardar nuestra seguridad. Reconocer

esto es el primer paso para empezar a aceptarnos como personas.

Nuestros instintos reptilianos están íntimamente ligados a la

dirección que vayamos tomando en la vida en continuo movimiento:

nos acercamos y alejamos de personas, lugares, ideas, emociones y




16

situaciones. Nuestra piel, ese maravilloso “cerebro periférico” está

conectada a este cerebro y le proporciona información para

relacionarse con el medio. Así vamos creando los contextos de los

entornos en los que nos movemos, nuestras familias, trabajos,

nuestras relaciones.

Al asociar la repetición, las rutinas, los roles, con la seguridad,

nuestro sistema de alerta se activa ante cualquier cambio,

diciéndonos que no podemos controlar los hechos de la manera en la

que estábamos haciéndolo. Entonces se activa la agresión instintiva,

un antiguo comportamiento que hasta hoy con millones de años de

evolución no hemos conseguido erradicar. Cuando percibimos que

perdemos poder, gritamos a nuestros hijos, damos órdenes en el

trabajo, discutimos con nuestros vecinos, nos enojamos con a nuestro

cónyuge, increpamos a desconocidos automovilistas. Aunque no nos

guste después de tanta evolución, conservamos el instinto reptiliano

de dominación de los chimpancés, y buscamos cualquier argumento

que nos parezca “razonable” para defender nuestra posición y si es

necesario defender a fuerza de espada.

No debemos olvidar que los reptiles, cocodrilos y tortugas han

logrado sobrevivir millones de años con su cerebro netamente

reptiliano como única herramienta de conducta, así que no

subestimemos el uso de este recurso. Los comportamientos

instintivos son muy útiles y en ocasiones estimulan nuestro

comportamiento emocional. Aprender nuevas maneras de ser para

operar un cambio en nuestras vidas, requiere flexibilidad, apela a que

seamos capaces de soltarnos de desprendernos, de equivocarnos,

ensayar y probar de nuevo .De este modo conseguiremos desafiar los

designios del cerebro reptiliano.

Sistema Límbico

Nuestro cerebro límbico está asociado a los mamíferos. En

contrapartida al reptiliano este cerebro está dispuesto a aprender a

cambiar a adaptarse y no acata ningún tipo de órdenes.




17

Toda la información sensorial de nuestro cuerpo, lo que oímos,

vemos, palpamos degustamos y olemos, llega en forma de impulsos

nerviosos al tálamo, donde se concentra se procesa y se transmite a

otros lugares del cerebro que conforman el sistema límbico.

Este cerebro nos abre a una vida de afecto de comunión de

socialización con los otros. Creándose el contexto propicio para su

propio desarrollo, que es lento y aprende en el amor y la protección.

Límbicamente tendemos a aunarnos con la vibración límbica común,

lo que determina el comportamiento idiosincrásico de muchas y

diversas comunidades.

El aprendizaje emocional, activa o desactiva circuitos neuronales.

espacios de relaciones conmigo mismo y con los demás.

En el capítulo de las emociones nos adentraremos en la esencia y

alma del mundo emocional y sus implicancias en la vida cotidiana y

en la vida profesional. Aprenderemos a distinguir nuestras emociones

de los estados de ánimo y comprender como funcionan nuestro

centro generados de repuesta emocional. También veremos que las

emociones como la ternura la gratitud la alegría, pueden aprenderse

Nuestro viaje de descubrimiento en este universo nos mostrará como

desactivar los juicios que sostienen aquellas emociones que nos

cierran posibilidades y que dificultan nuestro aprendizaje, así como

nuestra felicidad.

Neo corteza cerebral

La Neo corteza es el cerebro del pensar e imaginar.

Es donde se genera el lenguaje, es en el que habitan los pensamientos

y es el que sin dudas más se ha desarrollado, lo cual, lo ha situado en

una posición privilegiada respecto de los otros. Sin embargo Mac

Lean sostiene que los tres interactúan en el proceso de la información

su recepción y la forma de responder en nuestra conducta. Está




18

compuesto de billones de células capaces de hacer cuatrillones de

conexiones, un número difícil de imaginar no?.

El propósito de este cerebro es hacer distinciones, por lo tanto es

capaz de hacer diferencias sin fin.

Procesa información y genera conocimiento. Imagina y anticipa el

devenir. Este cerebro cumple (80%) de funciones de asociación, en

particular las que se relacionan con actividades integrativas y

cognoscitivas como el lenguaje, cálculos numéricos y razonamiento

abstracto.

Está conformado por los dos hemisferios en donde se llevan a efecto

los procesos intelectuales superiores. De allí que la neo corteza sea

identificada, como el cerebro que rige la vida intelectual.

Esta subdivisión de la "neo corteza" en dos hemisferios ha despertado

tanto interés como los estudios acerca del "cerebro triuno". En esta

línea han sido de gran significación los experimentos de Sperry,

Gazzaniga y Bogen, los cuales han demostrado que en los humanos

existe una hiper especialización hemisférica.

El hemisferio izquierdo, rige el lado derecho del cuerpo, es el

asentamiento de facultades como el lenguaje, el razonamiento lógico,

las matemáticas.

El hemisferio derecho rige el lado izquierdo del cuerpo y controla

facultades referidas a la intuición, las relaciones espaciales,

reconocimientos de imágenes, patrones y configuraciones.




19




20

Aprendizaje en Movimiento

Cuando hablas, hablas también con las manos, las mueves creas un

mundo con ellas. Mira por un instante tu mano, esa mano que ha

evolucionado que se ha expandido (como la semilla) en el milagro de

los dedos, dedos que han contribuido a crear tecnología, escritura, y

eso no solo han sido las manos con la neo corteza del cerebro. Con las

manos creamos la poesía de las caricias, la magia del alivio y esto no

solo con el cerebro límbico. “Manos” elogio de poetas, contadoras de

historias, exploradoras, sanadoras. Piensa, hace millones de años

éramos palmípedos, teníamos que nadar. Nuestra mente evolucionó,

nuestro cerebro comenzó a expandirse, nuestro cuerpo comenzó a

expandirse. Expandirse es aprender nuevas formas de hacer, y en

esa continua innovación, flexible, incansable, nuestro cuerpo creó

nuevas sinapsis, creó nuevas redes neuronales, y estas crearon “la

muerte de las viejas redes que ya no servían”.

Cuando tu aprendes, tu cuerpo está totalmente involucrado en ese

aprehender, tu cuerpo, forma parte de todo proceso de evolución y

aprendizaje que hagas, donde tu mueres a viejas formas y vas

naciendo a las nuevas. Cuando aprendes tu biología se modifica,

evolucionas. Cambias de forma, como la semilla, como las manos.

Desde el punto de vista celular esto se llama “apoptosis”

“Apoptosis” La muerte celular programada es muy importante para el desarrollo y

funcionamiento del sistema inmunitario, debido a que interviene en los eventos de

formación del repertorio de células T y B, en los mecanismos de tolerancia central y

periférica, en la eliminación de células autor reactivas, en el establecimiento de la

memoria inmunológica y en los mecanismos cito líticos de células asesinas

naturales y linfocitos T cito tóxicos (Osborne B. Apoptosis and maintenance of

homeostasis in the immune system.Current Opinion in Immunl.1996;8(2):245-54)

La muerte celular programada, esta es una bella y ordenada forma de

muerte que deja paso a lo nuevo.

Cuando no aprendes, cuando no te abres a lo nuevo, estas apegado

al pasado, no puedes aprender, has de morir al pasado, vaciarte de




21

tanta herramienta que hoy resulta inútil, desalojar la mochila de las

piedras del pasado! de los resentimientos, de las programaciones y las

culpas. Cuando No mueres al pasado te generas una muerte psíquica,

te enfermas, te deprimes!

Nos morimos cuando dejamos de movernos en el aprender, cuando

nuestras acciones no tienen las raíces en nuestro corazón, cuando

estas apegado a tus razones, cuando reprimes, niegas o ignoras tus

emociones, te mueres emocionalmente y cuando eso ocurre

perdemos el sentido de vivir.

Nuestra coherencia como seres humanos es aprender a danzar con la

vida y la muerte.

Si tú estás dispuesto a cartografiar un nuevo mapa de ti mismo, a

mirar el territorio, tu cuerpo y adentrarte en él con nuevos ojos,

descubrirás que nuevas acciones son posibles, que siendo coherente

con tu cuerpo-emociones y lenguaje un auténtico cambio puede

operarse en ti.

Estamos ante las puertas de un nuevo modo de observar y

observarnos, y nuestro cuerpo trae en su memoria ancestral,

misterios y secretos, que no por permanecer ocultos a nuestra

consciencia son menos ciertos.

Queremos ser felices, queremos ser auténticos, coherentes, exitosos,

pero no nos hemos atrevido a ser realmente “nosotros” y esta

incoherencia es fuente de sufrimiento, porque durante toda nuestra

vida hemos estado haciendo todo tipo de cosas para evitar estar

expuestos, vulnerables y ese ejercicio permanente de “no-ser” ha

creado redes y circuitos neuronales de los que hoy somos prisioneros.

Romper esos circuitos desactivar esas redes, requiere comenzar a

mover el cuerpo en direcciones armónicas con nuestros valores

principios y con aquello que queremos y que creemos que es

importante para nosotros

.“Saber y no actuar, es no saber”




22

Empezar a poner tu cuerpo en las acciones que has de realizar, para

operar una auténtica transformación en ti, requiere que aprendas a

conectar con él a gestionarlo adecuadamente.

Los ejercicios que iré proponiendo te acompañarán a descubrir

mucho sobre ti mismo y te ayudarán a develar donde habitan pegadas

como sanguijuelas, tus creencias limitantes.

Había una vez un par de hermanitos de 6 años el mayor y 9

meses el pequeño, que vivían en la segunda planta de un

antiguo edificio en una ciudad cercana al mar. Los padres

trabajaban durante el día y dejaban a sus pequeños al

cuidado de una joven sobrina de la pareja.

Cierta tarde, mientras los niños hacían la habitual la siesta,

la joven niñera mantenía una acalorada discusión con su

novio por teléfono, reprimiendo la ira y descontrolada entre

lágrimas, bajó a la calle a tomar un poco de aire para

reponerse, miró el reloj de su muñeca y calculó que sus

primitos estarían durmiendo como siempre hasta las cinco,

eran las cuatro tenía tiempo de sobra, para ir hasta la

heladería, que se encontraba apocas calles de allí, tomarse

un helado despejarse y traerle otro a los niños.

Así lo hizo. Cuando faltaban dos calles para llegar de vuelta

a casa de sus tíos, pudo ver desde lejos, un camión de

bomberos, una ambulancia y dos coches de policía

apostados en la puerta del edificio, del departamento en el

que hacía quince minutos, cerrara con llave la puerta.

No daba crédito a sus ojos y hecho a correr en dirección a la

gente que se agolpaba entre bomberos policías y

paramédicos moviendo camillas de un lado a otro, el

corazón le palpitaba como nunca antes y empezó a

imaginarse lo peor.




23

Durante la ausencia de la joven niñera, en el departamento

vecino se produjo un cortocircuito que originó el fuego que

ahora mismo estaban tratando de controlar. Le explicaba

un robusto bombero a la joven que le miraba con los ojos

como platos. El niño de 6 añitos se había despertado con la

discusión de la adolescente con su novio y seguía despierto

cuando ella dio dos vueltas al cerrojo, y se marchó, el niño

no dijo nada porque la ausencia de su prima mayor le

permitiría ver la tele sin restricciones, durante el tiempo

que fuera posible.

Mientras se servía un vaso de gaseosa hasta arriba de todo

percibió que su hermanito tosía incesantemente, acudió a

la habitación, pero antes de cruzar el pasillo vio que todo

estaba lleno de un humo oscuro y espeso, y entonces

empezó a escuchar gritos en las escaleras, se asustó mucho

y quiso pedir ayuda, pero la puerta estaba cerrada con llave.

Esto impidió que las llamas entraran rugientes en busca de

oxígeno para alimentarse.

El niño corrió entonces hacia la ventana, no sabía cómo

abrirla así que tomo un viejo perchero y lo estampo con

toda su fuerza haciendo trizas los cristales que rebotaron

contra en mosquitero. Recordó que mamá guardaba una

reluciente tijera en el costurero que él no debía tocar jamás,

la tomó y con firmeza corto la tela alambica, arrimó una

silla a la ventana, buscó su mochila y vació lo útiles en el

suelo tomo a su hermanito lo metió dentro, se la colocó en

la espalda, subió a la ventana, se deslizó por la rama de un

generoso ombú y poco a poco fue descendiendo hasta llegar

al jardín del edificio que tenía puerta a la calle, allí se

encontró con el bombero al que le narrara los hechos. Los

hermanitos se encontraban en perfecto estado y la prima

los abrazaba y besaba prometiéndose no dejarlos ni a sol no

asombra nunca más. Una vecina que escucho el relato




24

atentamente de cerca e incrédula ante tal hazaña, no pudo

contenerse y espetó: cómo “pudo” ese niño hacer algo así!!?

Muy sencillo, respondió un anciano que observaba la

situación desde la acera: no hubo ningún adulto que le

dijese que “no podía”.

¿Cuántos “No puedo” de la infancia han limitado nuestra vida de

adultos?

Muchos de estos “No puedo” han corroído nuestro poder y están

pegados en nuestro cuerpo, nos restringen el área de acción.

¡Empecemos a sacudirnos las sanguijuelas!!

Nuestro cuerpo es un instrumento maravilloso, que sigue

evolucionando. Y lo hace de forma unificada, armónica, hermosa,

ordenada.

En investigaciones científicas recientes, los investigadores E.D´Aquilli

y Newberg de la universidad de Pensylvania, comienzan a arrojar luz

sobre la cuestión de la espiritualidad y nuestra biología. Señalan que

la espiritualidad es un comportamiento que ayuda a nuestra salud,

ellos dicen haber encontrado en nuestro cerebro el “circuito de la

espiritualidad”.

En la investigación realizada con un grupo de voluntarios de distintas

prácticas espirituales se han apreciado cambios en el cerebro

relacionados con los estados de conciencia que posibilitan la

disolución de la individualidad y abre la identificación con la

totalidad. Según lo expresan estos científicos, el cerebro tiene la

capacidad de conectar con una realidad oculta, más allá del universo

físico.

En nuestro cuerpo, materia, energía, mente y emociones se halla todo

lo que necesitamos para ser felices.

Gestionar con inteligencia nuestro aprendizaje corporal nos permite

aprender, el Amor, el coraje, la ternura, la gratitud, la alegría!




25

Tal vez te estés preguntando ¿Puede aprenderse el coraje la ternura o

la alegría?

La respuesta es un rotundo sí!

Conectar contigo mismo

Para empezar a conectar con tu cuerpo, lo primero es empezar a

sentirlo. Aunque esto parezca sencillo muchos tropiezan con la

conceptualización del cuerpo. Entonces cuando intentan conectar

con su cuerpo, no puede simplemente “sentir” las piernas, el vientre

los hombros o los brazos, sino que “piensan” en las piernas, el vientre,

Los hombros o los brazos. Recuerda que el mapa no es el territorio.

Te propongo un sencillo ejercicio (*) para comenzar a “sentir” tu

cuerpo conectar con su lenguaje y empezar a escuchar lo que tiene

para decirte.

Ejercicio:

1º PASO Busca un lugar en el que puedas estar cómodo y sepas que no

van a interrumpirte. Tiéndete de espaldas en el suelo, cierra lo ojos,

respira profundamente, suavemente sin esforzarte. No trates de sentir

nada. Empieza a explorar tus sensaciones corporales. No fuerces

ninguna sensación, limítate a dejar que la atención recorra todo su

cuerpo, como si flotaras y fíjate si notas alguna sensación, positiva o

negativa, en las diferentes partes del cuerpo, por ejemplo, ¿puedes

sentir las piernas? ¿Puedes sentir el vientre?, ¿puedes sentir los ojos?

Los genitales, las nalgas, el diafragma, los pies…? Nota que partes del

cuerpo parecen bullir de sensaciones, plenamente vitales y fuertes, y

qué partes te parecen opacas, pesadas, sin vida, borrosas, tensas o

doloridas. Intenta hacerlo durante tres minutos, y nota con qué

frecuencia has dejado de atender al cuerpo para perderte en




26

ensoñaciones. ¿ te parece raro que no puedas permanecer en tu cuerpo

durante tres minutos? ¿si no estás en el cuerpo, dónde estás?

2ºPASO Siempre tendido boca arriba con los ojos cerrados, las piernas

estiradas y ligeramente separadas, los brazos a los lados, respira muy

profundamente pero con lentitud, lleva la respiración desde la garganta

hasta el abdomen, hasta que llenes todo el vientre. Imagínate, que

tienes por dentro, todo el pecho y todo el vientre revestido con un globo,

que tú vas llenando con cada respiración. El globo ha de expandirse por

todo el pecho y sobresalirse en el abdomen, si no puedes sentir en

ninguna de estas zonas el globo expandirse, limítate a dejar que se

hinche un poco más y se expanda, luego exhala con lentitud, dejando

que el globo se vacíe por completo. Repítelo siete veces, manteniendo

dentro del globo una presión firme pero suave, de manera que se hinche

el abdomen y llegue hasta la pelvis Nota que partes o zonas sientes,

adormecidas, tensas o doloridas. ¿Puedes sentir que toda la zona

revestida por el globo es de una sola pieza? O ¿Te parece dividida y

segmentada en el pecho, abdomen, o zona pélvica? ¿Sientes cada

sector separado de los otros por zonas o bandas de tensión o de dolor?

Pese a esos pequeños dolores o incomodidades, es posible que empieces

a advertir que la sensación que se extiende por todo el globo es de un

sutil placer. Al inhalar estás inhalando fuerza vital y estas irradiándola

por todo tu conjunto psicofísico. Al exhalar, no pierdas el aliento déjalo

salir, liberándolo en forma de placer, que impregne tu cuerpo entero. De

esta manera un placer sutil fluye por tu cuerpo y mente y se hace más

pleno con cada ciclo. Si no estás seguro aún, completa otras tres o

cuatro “expansiones” respiratorias totales, abandonándote al placer

que experimentes.

Los Yoghis expresan que la respiración completa, el inhalar y exhalar

“fuerza vital”, no en el sentido filosófico sino en el sentido sensorial,

contiene un enorme poder.




27

Puede que en cada a cada paso de este ejercicio hayas experimentado

que alguna parte de tu cuerpo se encuentra insensibilizada, falta de

sensación, rígida o de tensión por un lado y laxitud excesiva por otro.

Esto es lo que llamamos bloqueos, has sentido bloqueos en el libre

fluir de la atención sensible. La mayoría de las personas siente, rigidez

y tensión en el cuello, la zona de los ojos, el ano, el diafragma, los

hombros y la parte baja de la espalda. La insensibilidad se encuentra

en la zona de los genitales, el corazón, el bajo vientre y las

extremidades.

Es importante que descubras con la mayor exactitud posible donde se

encuentran tus bloqueos, para empezar el proceso de disolverlos.

Para eso iremos viendo que significan estos bloqueos y resistencias,

esas franjas de tensión ancladas en el cuerpo.

Si venimos diciendo que el cuerpo y la mente no son “dos cosas”

separadas, ¿qué sucede en el cuerpo cuando experimento, hostilidad

rabia angustia miedo?

¿Qué sucede en el cuerpo cuando la hostilidad es reprimida?

¿Cómo suprimimos en el nivel corporal una emoción fuerte que

procura descargarse en alguna actividad?

La respiración es un aliado al que no hemos de subestimar, las

culturas orientales, han sabido servirse de ella, conocerla practicarla.

En el mundo occidental, trabajos de distintos investigadores nos

enseñan cómo la respiración puede ser un comienzo de apertura al

fluir de nuestras emociones sin limitar o reprimir nuestro cuerpo. La

investigadora chilena Susana Bloch ( directora del Centro Nacional de

Investigación Científica de Francia) desarrolla un trabajo en el ámbito

del rol de la corteza cerebral en el aprendizaje y psicofisiológica de las

emociones, creando el método “Alba Emoting”, que permite a los que

lo practican, inducir, expresar, modular y gestionar emociones básicas

a partir de patrones corporales y respiratorios. Entraremos con más




28

profundidad en este tema cuando abordemos el mundo de las

emociones.

La “Infelicidad Autogenerada”

Carlos Castaneda decía “Somos lo que creemos que somos” y lejos del

decir místico de Don Juan, 30 años después la ciencia desarrolla el

poder para reconocer en esta premisa, con fundamentos científicos,

que la realidad es pura interpretación. La actividad desequilibrada de

los hemisferios cerebrales ha arrojado a la humanidad a una epidemia

de infelicidad. Esto es que por décadas y hoy mismo la hiperactividad

del hemisferio derecho del córtex cerebral ha generado en nuestras

vidas una tendencia o inercia a la ansiedad, la depresión, la envidia, la

hostilidad y los celos, hacia uno mismo y hacia los demás. Generamos

alrededor de sesenta mil pensamientos diarios qué porcentaje de esta

afluencia de pensamiento es negativo? Cuánto porcentaje de esa

corriente vibratoria de energía son pensamientos que nutren el córtex

izquierdo, predisponiéndonos a ver el lado amable de la vida? No se

trata de negar las cosas que nos ocurren y resultan desagradables, el

trabajo consiste en debilitar los músculos de la infelicidad que tanto

hemos fortalecido,( nos explica Matthieu Ricard, nombrado por Los

especialistas en neurociencia afectiva de la universidad de Wisconsin,

como «el hombre más feliz de la Tierra») creyéndonos víctimas del

pasado, de los padres o del entorno y comenzar paralelamente a

ejercitar los músculos mentales que nos hacen absolutamente

responsables de nuestra propia felicidad (M.Ricard En defensa de la

felicidad Ed. Urano) Ser inteligentes corporalmente es una manera de

empezar a gestionar nuestras infinitas posibilidades de ser felices,

siendo felices aumenta nuestro nivel de consciencia y conexión con el

todo, y de esta conciencia de unidad empezaremos a comprender que

la felicidad no es ya un asunto individual sino colectivo.

“Vivir la experiencias que nos ofrece la vida, es obligatorio, sufrirlas o

gozarlas, es opcional” M. Ricard.




29

Este es un artículo que encontré interesante respecto al poder que se

hace accesible cuando tomamos la genuina decisión de emprender un

nuevo aprendizaje, por ejemplo el de ser feliz.

Declarado el hombre más feliz del planeta

Es más feliz que usted, seguro. Mucho más. Matthieu Ricard obtuvo una nota

inalcanzable en un estudio sobre el cerebro realizado por la Universidad de Wisconsin

(EEUU). Los especialistas en neurociencia afectiva le nombraron «el hombre más feliz de

la Tierra». A sus 61 años, quien hoy es asesor personal del Dalai Lama tiene una vida digna

de un guión de cine. Biólogo molecular, hijo de un filósofo ateo, dejó su carrera por

abrazar al budismo.

Por David Jiménez

¿Una bonita casa en la playa? Matthieu Ricard prefiere el monasterio apartado de toda

civilización donde vive, en las montañas de Nepal. ¿Una cuenta bancaria boyante? Ha

entregado todo el dinero de las ventas de sus libros a la caridad. ¿Quizá un matrimonio bien

avenido o una excitante vida sexual? Tampoco: a los 30 años decidió acogerse al celibato y dice

cumplirlo sin descuidos. En realidad, Matthieu Ricard carece de todas las cosas que los demás

perseguimos con el convencimiento de que nos harán un poco más felices. Y sin embargo, este

francés de 61 años, biólogo molecular hasta que decidió dejarlo todo y seguir el camino de Buda,

es más feliz que usted y yo. Mucho más feliz. El más feliz.

Científicos de la Universidad de Wisconsin llevan años estudiando el cerebro del asesor personal

del Dalai Lama dentro de un proyecto en el que la cabeza de Ricard ha sido sometida a constantes

resonancias magnéticas nucleares, en sesiones de hasta tres horas de duración. Su cerebro fue

conectado a 256 sensores para detectar su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción

y así con decenas de sensaciones diferentes.

Los resultados fueron comparados con los obtenidos en cientos de voluntarios cuya felicidad fue

clasificada en niveles que iban del 0.3 (muy infeliz) a -0.3 (muy feliz). Matthieu Ricard logró -0.45,

desbordando los límites previstos en el estudio, superando todos los registros anteriores y

ganándose un título –«el hombre más feliz de la tierra»– que él mismo no termina de aceptar.

¿Está también la modestia ligada a la felicidad? El monje prefiere limitarse a resaltar que

efectivamente la cantidad de «emociones positivas» que produce su cerebro está «muy lejos de los

parámetros normales».

El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos

deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su

tiempo en la contemplación y que carece de bienes materiales es capaz de alcanzar la dicha

absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en un

trabajo mejor, un coche más grande o una pareja más estupenda?

Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del Laboratorio de Neurociencia

Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que la mente es un

órgano en constante evolución y, por lo tanto, moldeable. «La plasticidad de la mente», en




30

palabras del científico estadounidense, cuyo estudio es el quinto más consultado por la

comunidad investigadora internacional.

Los científicos han logrado probar que la corteza cerebral izquierda concentra las sensaciones

placenteras, mientras el lado derecho recoge aquellas que motivan depresión, ansiedad o miedo.

«La relación entre el córtex izquierdo y el derecho del cerebro puede ser medida y la relación

entre ambas sirve para representar el temperamento de una persona», asegura Ricard, que

durante sus resonancias magnéticas mostró una actividad inusual en su lado izquierdo.

Los neurocientíficos americanos no creen que sea casualidad que durante los estudios llevados a

cabo por Davidson los mayores registros de felicidad fueran detectados siempre en monjes

budistas que practican la meditación diariamente. Ricard lo explica en la capacidad de los

religiosos de explotar esa «plasticidad cerebral» para alejar los pensamientos negativos y

concentrarse sólo en los positivos. La idea detrás de ese concepto es que la felicidad es algo que se

puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y, lo que es más improbable, alcanzar

definitivamente y sin condiciones.

Éxtasis mental. Lograr el objetivo de la dicha no es fácil. Ricard ha escrito una decena de libros –

estos días combina sus retiros espirituales con la promoción de su obra Happiness en el mundo

anglosajón– y cientos de artículos tratando de mostrar el camino y, aunque la mayoría de sus

obras se han convertido en éxitos editoriales, el propio autor descarta que su lectura garantice el

éxito. Al igual que un logro en atletismo o en la vida laboral, el cambio sólo es posible con

esfuerzo y tenacidad, pero Ricard asegura que todo habrá merecido la pena una vez se alcanza el

estado de éxtasis mental que logran los elegidos. En su Defensa de la felicidad (Urano), la

traducción de su último libro publicado en España, el monje explica cómo nuestra vida puede ser

transformada incluso a través de variaciones mínimas en la manera en que manejamos nuestros

pensamientos y «percibimos el mundo que nos rodea».

Es un viaje hacia el interior de uno mismo que Matthieu Ricard recorrió contra todo pronóstico.

Nacido en París en 1946, el «monje feliz», como se le conoce en todo el mundo, creció en un

ambiente ilustrado. Su padre, Jean-François Revel, fue un reconocido escritor, filósofo y miembro

de la Academia Francesa que reúne a la elite intelectual del país galo. Su madre dedicó gran parte

de su vida profesional a la pintura surrealista y tuvo un gran éxito antes de convertirse también

ella en monja budista. Ricard vivió en su juventud los excesos propios del París de los años 60 y

tras terminar sus estudios de secundaria se decidió por las ciencias. Hizo su doctorado en genética

celular en el Instituto Pasteur de París y trabajó con el premio Nobel de medicina François Jacob.

Parecía destinado a convertirse en uno de los grandes investigadores del campo de la biología

cuando le dio a su padre el disgusto de su vida.

El estudio de textos budistas desencadenó una llamada espiritual que le llevó a dejarlo todo.

Decidió que el laboratorio no era lo suyo y partió hacia el Himalaya para hacerse discípulo de

Kangyur Rinpoche, un histórico maestro tibetano de la tradición Nyingma, la más ancestral

escuela del budismo. Era 1972 y las próximas tres décadas de este francés de carácter suave y

cultura exquisita –el único europeo que lee, habla y traduce el tibetano clásico– iban a ser dignas

del mejor guión de una película.

Tras estudiar con los grandes maestros del budismo, pasar meses en retiros y recorrer los pueblos

del Himalaya, conoció al Dalai Lama y en 1989 se convirtió en uno de sus principales asesores y en

su traductor al francés. Su posición como mano derecha del Señor de la Compasión le ha




31

convertido en la figura budista occidental más influyente del mundo y llevaron al gobierno

francés a concederle la Orden Nacional Francesa.

La vida elegida por Ricard le enfrentó a los ideales en los que se había formado y al ateísmo de su

padre. Ambos decidieron discutir sus diferencias en El monje y el filósofo, un diálogo que sólo en

Francia vendió 500.000 copias y en el que la búsqueda de la felicidad está presente en cada

capítulo. «Tenía muchas esperanzas en su futuro profesional y me parecía una lástima que

abandonara [su carrera científica]. Después me di cuenta de que había transferido su espíritu

científico al estudio del budismo», decía el padre antes de morir, una vez hubo aceptado la

elección de Matthieu.

La idea de Ricard de ofrecerse para los estudios de la mente que llevaba a cabo la Universidad de

Wisconsin estuvo influenciada por el propio Dalai Lama, que durante años ha colaborado con

científicos occidentales, facilitando el análisis cerebral de los monjes y su capacidad de aislar la

mente durante las sesiones de meditación. Uno de los aspectos que más ha fascinado a los

investigadores es la capacidad de los monjes de suprimir sentimientos que hasta ahora creíamos

inevitables en la condición humana: el enfado, el odio o la avaricia. El estudio de sus cerebros

demuestra una capacidad extraordinaria para controlar sus impulsos basados en el principio de

que Buda no prometió a sus seguidores la salvación en el cielo, sólo el final de sus sufrimientos en

la tierra si lograban controlar sus deseos. Para muchos ese ha sido uno de los puntos flacos del

budismo: la limitación de las ambiciones personales y la pasividad.

Ricard suele acudir a una anécdota del Dalai Lama para negar que el control de los impulsos

negativos sea igual a pasividad o falta de respuesta, por ejemplo ante un crimen o un genocidio.

«Alguien le preguntó en una ocasión al Dalai Lama qué haría si alguien entra en una habitación

para matar a todos los presentes. Su respuesta irónica fue: «Empezaría por dispararle a las piernas.

Y si eso no funciona, apuntaría a la cabeza».

Ricard cree que el problema es que nuestros sentimientos negativos hacia otras personas no están

a menudo justificados, sino que los hemos creado nosotros en nuestra mente de forma artificial

como respuesta a nuestras propias frustraciones. Y ése es uno de los impulsos que el monje

francés piensa que hay que aprender a controlar si se quiere ser feliz. Para el escritor, la felicidad

es «un tesoro escondido en lo más profundo de cada persona». Atraparla es cuestión de práctica y

fuerza de voluntad, no de bienes materiales, poder o belleza. Los que llegan al final del viaje y

logran la serenidad que lleva a la dicha, asegura Ricard, sienten lo mismo que «un pájaro cuando

es liberado de su jaula».

Satisfacción filipina. Tampoco es necesario leer a este hijo adoptivo de Buda o retirarse a un

templo en el Himalaya para comprobar que el «dinero no da la felicidad». Los habitantes de las

barriadas pobres de Manila se muestran, a pesar de sus dificultades, aparentemente más

contentos que los tiburones financieros de la vecina y multimillonaria Hong Kong. Cada vez que

se hace una encuesta sobre felicidad global, los filipinos aparecen entre los pueblos más

satisfechos. Ni la pobreza ni el hecho de que su país haya sido declarado el «lugar del mundo más

afectado por los desastres naturales» por el Centro para la Investigación y Epidemiología de

Desastres parecen afectar su visión positiva de la vida. Su intensa vida social y familiar compensa

penurias privaciones. Los honkoneses, con una renta per cápita 20 veces mayor, aparecen

sistemáticamente en los últimos lugares en los mismos sondeos de felicidad. La presión

consumista, el estrés y el deterioro de las relaciones sociales figuran entre las causas de




32

insatisfacción más citadas por los ciudadanos. Todo el desarrollo y el dinero del mundo no han

logrado levantar el ánimo de la Nueva York de Asia.

Matthieu Ricard ve en resultados como éste la prueba de que cualquiera, no importa las

desgracias que haya vivido, puede alcanzar la felicidad si cambia el chip mental que a menudo nos

hace detenernos en los aspectos negativos de la existencia. Incluso la pérdida de los seres queridos

puede sobrellevarse con relativa facilidad si se afronta la muerte desde una perspectiva nueva,

menos centrada en su dramatismo. «Mi padre murió el año pasado a los 82 años. Como dependía

tanto de su brillantez intelectual, cuando se vio limitado se desanimó», asegura el monje, para

quien la muerte de quienes nos rodean debe ser aceptada como un paso más en el ciclo natural de

la vida y no necesariamente como un episodio triste. «El mejor homenaje que podemos ofrecer a

los que ya no están con nosotros es vivir la vida de forma constructiva, ser conscientes de que

nacemos solos y morimos solos. ¿Por qué no sentir que cada ser humano es nuestro familiar, que

cada casa es nuestro hogar?».

Los investigadores que han estado analizando las emociones de Ricard creen que los resultados

podrían servir para paliar enfermedades como la depresión y llevar a la gente a entrenar una

mente saludable de la misma forma que hoy se acude al gimnasio a mejorar la forma física. Más

aún, si como sugiere Ricard, una de las claves de la satisfacción personal es el control y la

supresión de instintos negativos como el odio, y si existe una forma de limitarlos, estaríamos ante

la posibilidad de mejorar la condición humana y enmendar sus peores defectos.

Por supuesto son muchos los que apuntan a la inocencia y la sobredosis de utopía que supone

pensar en una aldea global en la que todo el mundo perdona a los demás y nadie se enfada con

nadie, un mundo basado en las buenas maneras y sentimientos, sin guerras ni luchas de poder. El

monje francés responde a quienes dudan con la pregunta que mejor define su visión de la vida:

«¿Acaso quieres vivir una vida en la que tu felicidad dependa de otras personas?».

Matthieu Ricard No quiere. Por eso en lugar de una casa en la playa ha elegido una vida

contemplativa en el monasterio nepalí de Shechen; por eso ha regalado los millones de euros

procedentes de sus libros (se han vendido millones de copias en todo el mundo y han sido

traducidos a una decena de lenguas); y quizá por eso ha evitado los conflictos propios de la vida

matrimonial. El «hombre más feliz del mundo» no sugiere que todo el mundo haga lo mismo

para encontrar la dicha. Sólo que aprendamos que la deseada casa de la playa, los millones en el

banco o esa pareja tan atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo

que tenemos quizá sí.

Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y

manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.

Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la

existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.

Soledad :existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres

como parte de nuestra familia.

Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior,

encontrarla y transmitirla.




33

Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es

nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes

nos rodean.

Conflictos de pareja minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la

confrontación.

Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y

reducir nuestro nivel de exigencia.

Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. Verlo como el principio

de una nueva vida y no el principio del fin.

Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal

es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la

amabilidad.

Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe

cuando no la encontremos allí.

Su última obra traducida al español: «Defensa de la felicidad»

(*)Ken Wilber “La conciencia sin fronteras” Ejercicios.

Coherencia Dinámica - Escuela Internacional de...

Documents

Transcript of Coherencia Dinámica - Escuela Internacional de...