Colaboradores de Dios

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COLABORADORES DE DIOS 1 Corintios 3:9 La participación activa del cristiano en proclamar el evangelio es un importante eslabón en la cadena salvadora del hombre perdido en el pecado. El evangelio es el poder de Dios para salvación (Rom. 1:16). Este evangelio salvador debe ser proclamado, anunciado. El evangelio es un tesoro que aún sigue transportado en vasos de barro (II Cor. 4:7). Para el cristiano consiente de la importancia de esta labor es de gran honor ser un colaborador de Dios en la obra de ir, con la enseñanza del evangelio, al rescate del perdido pecador. Es cierto que el apóstol Pablo dice de él y de Apolos: "Porque nosotros somos colaboradores de Dios" (1 Cor. 3:9). Pero también es cierto que hoy el cristiano fiel es colaborador de Dios en la predicación del evangelio. La predicación del evangelio es un trabajo muy serio que requiere preparación seria, pues se debe hacer en armonía con Dios, conociendo todo el consejo de Dios, trabajando codo a codo con Él en el propósito de proclamar el mensaje salvador a los perdidos, pues nos mueve el mismo interés que trajo a Cristo a la tierra “buscar y salvar lo que se había perdido” (Luc. 19:10). Ese es el motivo que mueve a todo cristiano a predicar el evangelio como fiel colaborador de Dios en la iglesia de Cristo. LA PREDICACIÓN “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Cor. 1:21). El tesoro del evangelio sigue aun siendo transportado en vasijas de barro (II Cor. 4:7). No fue a los ángeles que se les dio el privilegio de llevar el evangelio al mundo, este honor y responsabilidad les fue dado al cuerpo de creyentes que es la iglesia, a cada cristiano en particular, a usted y a mí. ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Rom. 10:14) Dios en su sabiduría ha establecido que el hombre redimido anuncie el evangelio salvador al hombre perdido. Observemos los siguientes relatos bíblicos donde esto se hace claro: Al apóstol Pablo se encontró con Cristo camino a Damasco, pero Cristo no le predicó el evangelio, Ananías fue el colaborador con que contaba Dios en este evento, (Hch. 9:5,6,17). Un ángel le comunicó a Cornelio la aprobación de Dios a sus buenas obras, pero recibió instrucción de buscar a Pedro quién

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COLABORADORES DE DIOS1 Corintios 3:9

La participación activa del cristiano en proclamar el evangelio es un importante eslabón en la cadena salvadora del hombre perdido en el pecado. El evangelio es el poder de Dios para salvación (Rom. 1:16). Este evangelio salvador debe ser proclamado, anunciado. El evangelio es un tesoro que aún sigue transportado en vasos de barro (II Cor. 4:7). Para el cristiano consiente de la importancia de esta labor es de gran honor ser un colaborador de Dios en la obra de ir, con la enseñanza del evangelio, al rescate del perdido pecador. Es cierto que el apóstol Pablo dice de él y de Apolos: "Porque nosotros somos colaboradores de Dios" (1 Cor. 3:9). Pero también es cierto que hoy el cristiano fiel es colaborador de Dios en la predicación del evangelio. La predicación del evangelio es un trabajo muy serio que requiere preparación seria, pues se debe hacer en armonía con Dios, conociendo todo el consejo de Dios, trabajando codo a codo con Él en el propósito de proclamar el mensaje salvador a los perdidos, pues nos mueve el mismo interés que trajo a Cristo a la tierra “buscar y salvar lo que se había perdido” (Luc. 19:10). Ese es el motivo que mueve a todo cristiano a predicar el evangelio como fiel colaborador de Dios en la iglesia de Cristo.

LA PREDICACIÓN “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Cor. 1:21). El tesoro del evangelio sigue aun siendo transportado en vasijas de barro (II Cor. 4:7). No fue a los ángeles que se les dio el privilegio de llevar el evangelio al mundo, este honor y responsabilidad les fue dado al cuerpo de creyentes que es la iglesia, a cada cristiano en particular, a usted y a mí. “¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Rom. 10:14) Dios en su sabiduría ha establecido que el hombre redimido anuncie el evangelio salvador al hombre perdido. Observemos los siguientes relatos bíblicos donde esto se hace claro: Al apóstol Pablo se encontró con Cristo camino a Damasco, pero Cristo no

le predicó el evangelio, Ananías fue el colaborador con que contaba Dios en este evento, (Hch. 9:5,6,17).

Un ángel le comunicó a Cornelio la aprobación de Dios a sus buenas obras, pero recibió instrucción de buscar a Pedro quién le hablaría palabras por la cuales sería salvo él y toda su casa (Hch. 10:1-6; 11:14).

El Espíritu Santo dijo a Felipe que se acercara al carro donde viajaba el etiope leyendo al profeta Isaías (Hch. 8:26 - 39).

En cada relato que leemos vemos la manifestación divina pero siempre el evangelio lo predicó un fiel colaborador de Dios.

LA GENTE DE DIOS Por esta razón Dios a tomado gente para sí de cada generación de personas que habitó la tierra, personas que obedeciendo sus instrucciones se transformaban en sus colaboradores anunciando los designios de Dios a otros. Dios visitó a los gentiles para tomar de ellos pueblo para su nombre (Hch.

15:14).

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Cristo se entregó a la muerte para conquistar para sí un pueblo propio. (Tito 2:14).

“... pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2.9).

Las Sagradas Escrituras nos dejan ver que el cielo tiene mucho interés en la labor y trabajo de la iglesia que es el pueblo colaborador de Dios. El apóstol Pedro dice que el trabajo del cristiano es una labor que anhelan ver los ángeles. (1 Ped. 1:12). Así como los profetas indagaron en las cosas del evangelio, también los ángeles del cielo "anhelan mirar" la labor de los santos. Los siguientes textos dan la idea de que los ángeles siguen con atención el trabajo de los colaboradores de Dios. (I Cor. 4:9; Luc. 15:10).

DIOS CUENTA CON NOSOTROS ¡Hermano! En la localidad donde usted vive Dios no tiene otro colaborador más que usted, el sectario no pueden ser colaboradores de Dios por que predican un evangelio diferente, pervertido (Gál. 1:6-7). Tome el peso a este privilegio de ser colaborador de Dios en la obra de predicar el evangelio. Dios cuenta con nosotros: Para anunciar las virtudes (1 Ped. 2:9). Como columnas y baluarte de la verdad (1 Tim. 315). Para glorificar su Nombre (1 Ped. 2:11). En este texto Pedro nos dice que

Dios visita (en su providencia) a los gentiles (inconversos) usando el buen ejemplo de la conducta diaria del cristiano para salvar a los perdidos. (Vea también Mat. 5:16).

Por esta razón la conducta del cristiano debe ser un adorno la doctrina del Señor (Tito 2:10).

¿Está usted consiente del servicio que Dios espera de usted?¿Está usted colaborando con Dios en la propagación del evangelio? Detrás de la sonrisa amable de nuestros amigos y vecinos hay un alma que salvar¿Les hablaremos del evangelio a nuestros amigos y vecinos?