Colegio Material 3º Trimestre

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Colegio Salesiano “Angel Zerda” – 2º año Ciclo Básico Material de Trabajo Tercer Trimestre La cuestión social en Salta: del Conchabo obligatorio al trabajo sindicalizado Marginada del proyecto agroexportador, Salta basó su economía en la explotación ganadera sobre un modelo latifundista, cuyos mercados fueron los países limítrofes (Chile, Bolivia) y las provincias vecinas. Sólo a partir de las décadas del 20 y 30 tomaron impulso las industrias: azucarera, petrolera, tabacalera, maderera y del cemento en el interior de la provincia. Los dueños de la economía fueron a la vez los dueños del poder. La provincia fue gobernada en forma oligárquica, en la que el poder a veces circuló entre familiares, originando fuertes disputas donde se mezclaban política y negocios, confundiéndose así, lo público con lo privado. Tanto conservadores como radicales emplearon las mismas prácticas políticas; sus dirigentes pertenecían al mismo grupo social y compartían las mismas costumbres. Se podría hablar de una rígida estructura social, con inmigración poco significativa en una provincia con escaso desarrollo industrial. La papeleta de conchabo (del latín conclavāre: asociar) fue un documento de uso obligatorio para todos los no propietarios en edad de trabajar en las zonas rurales de la Argentina a lo largo de casi todo el siglo XIX. Era otorgada por los propietarios de estancias, y acreditaba que el peón que la portaba estaba empleado a sus órdenes. Las autoridades civiles, militares o policiales estaban autorizadas a exigir su presentación, y en caso contrario a detener y castigar al infractor como vago. La condena prevista por vagancia era el servicio de las armas en los ejércitos de línea durante varios años; en caso de que el infractor no gozara de las condiciones de salud requeridas para el servicio militar, era condenado a la realización de servicios públicos sin sueldo por el doble de los años previstos. Los destinatarios de esa medida eran los gauchos y habitantes de las zonas rurales argentinas, a los que se pretendía de esta manera forzar a someterse a relaciones de trabajo asalariadas. El objetivo ulterior era abaratar la mano de obra en las tareas rurales – esencialmente ganaderas – y evitar el merodeo de los gauchos por las estancias, con el consiguiente robo de ganado. En Salta, la papeleta de conchabo también era empleada en la ciudad, con el fin de escarmentar a los “vagos y malentretenidos” (es decir, a los que no tenían un oficio fijo y que eran considerados potencialmente peligrosos ó proclives al delito). El proceso de modernización iniciado a fines del siglo XIX en nuestro país trajo consecuencias en distintos ámbitos. Una de ellas fueron las condiciones de vida de los trabajadores, que concitó el interés de las distintas instituciones del Estado, dirigentes políticos, religiosos y gremiales. Se observaba una preocupación por los problemas urbanos y sanitarios generados por la concentración, sobre todo en las ciudades. La higiene en materia industrial y sanitaria, la vivienda, el abaratamiento de los alimentos y la educación, se convirtieron en asuntos centrales de un proyecto cuyo objetivo era atenuar la conflictividad social y la difusión de ideas contestatarias, apelando a criterios moralizantes. El artesanado : Los artesanos, trabajadores calificados, adquirían sus habilidades en un lento proceso de aprendizaje, que les proporcionaba un mediano status social, un grado económico e independencia social, especialmente a los maestros. Dentro de esta estructura el maestro constituía el engranaje clave que posibilita el vínculo con el ámbito comercial, debido a la necesidad de proveerse de insumos y vender sus productos; por lo cual establecieron fuertes contactos con los tenderos y pulperos de la ciudad. El conjunto de los sectores artesanales constituyó una considerable parte de la sociedad y los rubros que alcanzaron mayor desarrollo en cantidad de integrantes fueron los correspondientes al textil, (téngase en cuenta la incorporación de las mujeres) y en segundo lugar la producción de cueros: alentados por la demanda de carácter interregional (en este ámbito hacia donde se volcó la producción manufacturera); y fueron seguidos por los rubros de construcción y mobiliario: que crecieron según el ritmo de la ciudad. En las márgenes de la ciudad se ubicaron los establecimientos productores de ladrillos y tejas, elaborados con materiales provenientes de localidades muy cercanas. Dentro del ámbito de la construcción, los oficios más numerosos eran los ejercidos por carpinteros y albañiles y luego los pintores. En estos grandes rubros encontramos profesiones muy humildes y numerosas, como las de zapateros y albañiles; entre ellos se registró la mayor cantidad mestizos. Otras profesiones fueron de gran demanda y prestigio como los herreros, y plateros, estos últimos especialmente gozaron de notable reputación entre las élites, pues empleaban gran maestría en el revestimiento de los utensilios y adornos que los diferenciaba del resto de la sociedad.

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Historia regional

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Colegio Salesiano Angel Zerda 2 ao Ciclo Bsico

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Material de Trabajo Tercer Trimestre

La cuestin social en Salta: del Conchabo obligatorio al trabajo sindicalizado

Marginada del proyecto agroexportador, Salta bas su economa en la explotacin ganadera sobre un modelo latifundista, cuyos mercados fueron los pases limtrofes (Chile, Bolivia) y las provincias vecinas. Slo a partir de las dcadas del 20 y 30 tomaron impulso las industrias: azucarera, petrolera, tabacalera, maderera y del cemento en el interior de la provincia.

Los dueos de la economa fueron a la vez los dueos del poder. La provincia fue gobernada en forma oligrquica, en la que el poder a veces circul entre familiares, originando fuertes disputas donde se mezclaban poltica y negocios, confundindose as, lo pblico con lo privado. Tanto conservadores como radicales emplearon las mismas prcticas polticas; sus dirigentes pertenecan al mismo grupo social y compartan las mismas costumbres. Se podra hablar de una rgida estructura social, con inmigracin poco significativa en una provincia con escaso desarrollo industrial.

La papeleta de conchabo (del latn conclavre: asociar) fue un documento de uso obligatorio para todos los no propietarios en edad de trabajar en las zonas rurales de la Argentina a lo largo de casi todo el siglo XIX. Era otorgada por los propietarios de estancias, y acreditaba que el pen que la portaba estaba empleado a sus rdenes. Las autoridades civiles, militares o policiales estaban autorizadas a exigir su presentacin, y en caso contrario a detener y castigar al infractor como vago. La condena prevista por vagancia era el servicio de las armas en los ejrcitos de lnea durante varios aos; en caso de que el infractor no gozara de las condiciones de salud requeridas para el servicio militar, era condenado a la realizacin de servicios pblicos sin sueldo por el doble de los aos previstos.

Los destinatarios de esa medida eran los gauchos y habitantes de las zonas rurales argentinas, a los que se pretenda de esta manera forzar a someterse a relaciones de trabajo asalariadas. El objetivo ulterior era abaratar la mano de obra en las tareas rurales esencialmente ganaderas y evitar el merodeo de los gauchos por las estancias, con el consiguiente robo de ganado. En Salta, la papeleta de conchabo tambin era empleada en la ciudad, con el fin de escarmentar a los vagos y malentretenidos (es decir, a los que no tenan un oficio fijo y que eran considerados potencialmente peligrosos proclives al delito).El proceso de modernizacin iniciado a fines del siglo XIX en nuestro pas trajo consecuencias en distintos mbitos. Una de ellas fueron las condiciones de vida de los trabajadores, que concit el inters de las distintas instituciones del Estado, dirigentes polticos, religiosos y gremiales. Se observaba una preocupacin por los problemas urbanos y sanitarios generados por la concentracin, sobre todo en las ciudades. La higiene en materia industrial y sanitaria, la vivienda, el abaratamiento de los alimentos y la educacin, se convirtieron en asuntos centrales de un proyecto cuyo objetivo era atenuar la conflictividad social y la difusin de ideas contestatarias, apelando a criterios moralizantes. El artesanado: Los artesanos, trabajadores calificados, adquiran sus habilidades en un lento proceso de aprendizaje, que les proporcionaba un mediano status social, un grado econmico e independencia social, especialmente a los maestros. Dentro de esta estructura el maestro constitua el engranaje clave que posibilita el vnculo con el mbito comercial, debido a la necesidad de proveerse de insumos y vender sus productos; por lo cual establecieron fuertes contactos con los tenderos y pulperos de la ciudad.

El conjunto de los sectores artesanales constituy una considerable parte de la sociedad y los rubros que alcanzaron mayor desarrollo en cantidad de integrantes fueron los correspondientes al textil, (tngase en cuenta la incorporacin de las mujeres) y en segundo lugar la produccin de cueros: alentados por la demanda de carcter interregional (en este mbito hacia donde se volc la produccin manufacturera); y fueron seguidos por los rubros de construccin y mobiliario: que crecieron segn el ritmo de la ciudad. En las mrgenes de la ciudad se ubicaron los establecimientos productores de ladrillos y tejas, elaborados con materiales provenientes de localidades muy cercanas. Dentro del mbito de la construccin, los oficios ms numerosos eran los ejercidos por carpinteros y albailes y luego los pintores. En estos grandes rubros encontramos profesiones muy humildes y numerosas, como las de zapateros y albailes; entre ellos se registr la mayor cantidad mestizos. Otras profesiones fueron de gran demanda y prestigio como los herreros, y plateros, estos ltimos especialmente gozaron de notable reputacin entre las lites, pues empleaban gran maestra en el revestimiento de los utensilios y adornos que los diferenciaba del resto de la sociedad.

Se incluyeron cesteros y olleras, en este caso la produccin estuvo en manos de mujeres especialmente. Si bien, ellas estuvieron excluidas de los gremios artesanales, de acuerdo a las pautas fijadas por la tradicin espaola, el trabajo de cesteras y oyeras estuvo a cargo de manos femeninas especialmente, sin embargo su incorporacin en los "gremios tradicionales" fue paulatina y vinculada a lazos de parentesco.

As el factor tnico, que impregnaba todas las relaciones entre los grupos humanos, tambin fue un elemento presente en la composicin y consideracin del sector; as hacia 1865 el contingente de artesanos estaba compuesto por un setenta y uno por ciento de mestizos, un veintisiete por ciento de blancos y un dos por ciento de negros. Estos ltimos se abocaron a diversas especialidades, especialmente las vinculadas al mbito textil (sastres) y de la construccin (albail).

Los indgenas son los grandes ausentes del censo, es muy probable que ello sea as por las razones que esgrime Otero cuando seala: que la licuacin de indios y negros estuvo ligada a las concepciones sobre el indio que prevalecan en la sociedad blanca, identificados como tales a partir de su capacidad militar y de su condicin de enemigo real o potencial. Dentro del sector se mantuvo latente la difundida tendencia entre maestros, oficiales y aprendices de convivir en el taller del maestro, es por ello que la casa - taller era el mbito de convergencia de la vida domstica familiar, la vida laboral y de educacin profesional del ncleo de artesanos.

Los oficios en la ciudad: La lic. Emma Raspi distingue las siguientes categoras ocupacionales presentes en la ciudad:

1.- Esfera comercial: comerciante, almacenero, revendedor, placera, pulpero, bolichero y cigarrero. Ellas incluyen tanto a los grandes comerciantes que conformaron parte de las elites, como aquellos que tenan pequeas tiendas o pulperas, a comerciantes residentes y con establecimiento propio, como aquellos que llevaban una vida itinerante debido a su oficio. El conjunto de integrantes de esta corporacin se convirti en el elemento central y distintivo del escenario urbano, pues convirtieron a la ciudad en la base para sus operaciones de diversa escala.

2.- Esfera artesanal: en este rubro incluimos los siguientes oficios: platero, lomillero, albail, sastre, herrero, zapatero, curtidor, carpintero, fundidor, pintor, relojero, latero, sombrerero, talabartero, peinetero, riendero, molinero y blanqueador. Si bien desde tiempos coloniales en Espaa como en Amrica los oficios de mujeres fueron excluidos de los gremios artesanales, optamos por incluir aqu las ocupaciones de costurera, ollera, e hilandera, pues se trata de trabajo manual estrechamente ligado a las artesanas textiles, aunque carezcan del modo de organizacin gremial.

3.- Abastecimiento de Insumos bsicos: En este rubro se incluye una heterognea variedad de individuos, algunos de poca especializacin laboral, aunque todos ellos estuvieron abocados a la produccin y venta al menudeo principalmente de productos de consumo urbano bsico, sus ocupaciones eran las de: abastecedor, panadero, carnicero, aguador, leatero, amasandera, empanadera, lechera, chichera, confitera, chocolatero.

4.- Actividades Domsticas: En este rubro incluimos al extenso contingente de individuos abocados a las actividades de servicio domstico, es decir que trabajaban en el mbito de lo privado, es probablemente en este rubro donde se identifiquen con mayor claridad relaciones de trabajo de tipo precapitalista. Dentro de esta esfera podemos deslindar dos subgrupos:

* Los que trabajan en relacin de dependencia con una familia; trabajan y viven dentro del mbito ncleo familiar del empleador, tales como sirvientes, cocineros, amas, nodrizas y caceros. En algunos casos los sirvientes son identificados con el apellido de la familia a la que sirven.

* Los que trabajan para una o varias familias fuera del mbito del hogar; efectan labores que implican cierta especializacin, adems trabajan y viven fuera del hogar que los emplea, ellas son las planchadoras y lavanderas. Se trata de oficios netamente femeninos, sin embargo se detectaron siete lavanderos son varones, tres son nios y fueron contabilizados en el oficio de sus madres, pero el resto eran hombres que se ocuparon como lavanderos. Un planchador hombre tambin.

5.- Esfera ilegal: quizs la heterogeneidad de las personas involucradas en este rubro merezca denominarlo con el apelativo de "varios", sin embargo, todos ellos lindan con la promiscuidad, y aquellas actividades ilcitamente consideradas: As aparecen ocupaciones como el de "traviata", ejercido por mujeres en los suburbios de la ciudad, tampoco sabemos qu atributos las distingue de la nica prostituta consignada. Aunque con caractersticas diferentes tambin incluimos aqu aquellas mujeres mencionadas como "hembras de..."algn personaje de prestigio de la poca, en esta oportunidad la peyorativa visin machista se entremezcla con probables rivalidades polticas que pretenden dejar a la luz las relaciones ilcitas de los integrantes de facciones polticas adversarias; al respecto cabe mencionar la alusin a la ocupacin de Ladrn asignada a distinguidas familias de comerciantes de la poca. Finalmente incluimos tambin la categora de Jugador.

Dentro de este rubro tambin incluimos algunas actividades que nos resultan an difcilmente catalogables tal como la de: Enamorado pues desconocemos el sentido atribuido a esta posible actividad. En un plano diferente y actuando en una esfera plenamente marginal y claramente ligados a la indigencia incluimos a los pordioseros y aquellos casos aislados de actividades que por los daos sufridos por las fuentes no pudieron ser identificados. En resumen se trata de un grupo extremadamente reducido como heterogneo y ligado a las actividades consideradas socialmente ilcitas.

6.- Profesionales: Rubro integrado por abogados, escribanos, procuradores, Notario, quienes se vincularon estrechamente con actividades poltico administrativas; por otra parte incluimos a mdicos, enfermeros y barberos a pesar que estos ltimos no tuviesen estudios de grado especficos y finalmente los profesionales que comenzaron a surgir con los adelantos propios del desarrollo tecnolgico: impresores y fotgrafos.

7.- Dependientes: los rubros que integraban esta categora mantuvieron relaciones laborales de carcter precapitalista, tal el caso de: empleados, dependientes y changador. Las dos primeras ocupaciones solan convivir con la familia del empleador y guardaban algunas caractersticas del aprendiz en el sentido gremial.

8.- Educacin: Optamos por distinguir por aparte este grupo debido a que su calificacin y modo de integracin social especialmente no es comparable al rubro de los otros profesionales: maestro, estudiante, educando, preceptor, celador, director. Tambin decidimos incluir en este apartado a quienes se dedicaban a las actividades artsticas tales como: msico, cantores, artistas, retratistas y tambores.

9.- Corporaciones: este rubro fue subdividido en dos sectores: por un lado incluimos a quienes formaban parte de las milicias: tanto a los soldados como a quienes componan la jerarqua militar y por otra parte agrupamos tambin al contingente que compone la amplia gama de la jerarqua eclesistica.

10- Rurales: Si bien se trata de una aglomeracin urbana, las actividades rurales estn presentes; en especial aparecen en los distritos de los suburbios en donde los lmites de lo urbano se confunden con lo rural, en este caso incluimos dentro en el mismo grupo a propietarios y trabajadores rurales: hacendados, estancieros, quinteros, peones, jornaleros, labradores, troperos, arrieros, peineteros y poceros.

11.- Alquiler de viviendas: La interpretacin de esta categora nos crea dudas pues incluye a Propietarios e inquilinos, estos ltimos son registrados como si esa fuese la ocupacin de la cual viven y no una condicin como residente. Llamativamente el nmero de inquilinos registrado es mucho menor que el de propietarios, lo cual indicara que se trata de personas sobre las que el censista tuvo problemas para identificar sus medios de vida y opt por mencionarla bajo esta condicin. Respecto a los propietarios tambin se trata de un rubro que crea dudas pues incluye a un grupo de individuos que bien podra pertenecer a los estratos ms altos de la sociedad, siendo su actividad la de un "rentista"; sin embargo, en algunos casos parece simplemente referir el hecho de ser propietario de la vivienda en que reside frente a otros habitantes de la misma supuestamente inquilinos.

12- Administracin: Alguacil, comisario, alcalde, vigilante, rematador, edecn, aduanero, alumbrador, ordenanza, alfrez, escribiente, correo, sereno.

13.- Viajantes: Optamos por considerar a este grupo por aparte pues se trata de individuos que se encontraban en trnsito por la ciudad sin que quede en claro el tipo de actividad que desarrollaban y lo prolongado de su permanencia.

La composicin de la poblacin urbana segn sus actividades econmicas estaba distribuida de la siguiente forma (vase grfico N 2)

Resulta llamativo observar que el 40% de la poblacin activa se dedicaba a las distintas actividades domsticas; en este sentido es importante recalcar aqu que el rubro que nucleaba mayor cantidad de personas era el de la "servidumbre", aqu es preciso sealar que figuran dentro del rubro todos aquellos que fueron as consignados, incluidos los nios y familiares del personal de servicio.

Los sectores correspondientes a artesanos y comerciantes agruparon a un importante contingente de trabajadores, sin embargo es preciso sealar que en ambos casos cada corporacin estaba jerrquicamente organizada y slo una minora de comerciantes detent poder poltico econmico. En el caso del sector artesanal (21% de la poblacin con ocupacin identificada) los modos de relaciones que entablaron guardaban an, una estrecha relacin con las formas de organizacin gremial de tipo medieval.El trabajo femenino: El anlisis de la composicin del trabajo femenino indica que la mayora de las mujeres volcaron sus actividades al campo productivo y actuaron como cuentapropistas, con un grado de relativa independencia respecto al empleador; la mayor parte de ellas se abocaron a las actividades textiles, dentro de la esfera artesanal. (vase grfico N 3)

El contingente que ocup un segundo lugar en cantidad de trabajadoras fue el de carcter domstico, con la particularidad de no estar integradas al grupo familiar de los empleadores, las profesiones mas extendidas fueron las de lavanderas y planchadoras.

En el rubro comercial conformaron una considerable porcin de la poblacin de comerciantes (vase Grfico N 4); sin embargo integraron los rubros de menor consideracin social y peso econmico, la mayora de ellas fueron placeras, revendedoras y pulperas; en los dos primeros casos la venta era de carcter ambulante en lugares pblicos.

Acerca de las pulperas: La pulpera tal como la encontramos en Salta durante el siglo XIX, corresponde a despacho de bebidas y casa de venta al menudeo al mismo tiempo; a los ojos de las autoridades las pulperas se inscribieron especialmente en la tradicin de la sociabilidad de las tabernas, lo cual supone un tipo de control y represin especfico, que poco lograron para erradicarlas como centros de sociabilidad popular; sin embargo la tradicin hispana tambin fue contemplada en trminos fiscales. Fueron las necesidades del fisco, precisamente, las que delimitaron el concepto de pulpera y lo que deba venderse en ellas: establecimientos minoristas donde se expenda artculos agrupados en tres rubros: bebidas alcohlicas para el consumo en el lugar o bien "para llevar" en pequeas cantidades, efectos de ultramar por escaso capital y especialmente efectos del pas, excepto frutas, verduras y lea, expendidos por vendedores ambulantes. Tambin ofrecan artculos manufacturados a nivel local, como velas, jabn, harinas, pan y quesos. Sus dimensiones edilicias variaban desde cuartos con mostrador y mesas para la atencin al pblico, hasta pequeos espacios en los umbrales de modestas casas.

Los pulperos provenan de estratos sociales diferentes al de los mayoristas, el censo registra un nmero mayor de "mestizos" en esta categora y al analizar las listas nominativas de pulperos, ninguno figura entre los apellidos emparentados con las elites locales y por otra parte, slo un reducido nmero de propietarios de pulperas perteneca al grupo de los importantes comerciantes que compona la matrcula de integrantes del Tribunal de Comercio. Engranaje clave dentro del sistema socioeconmico local; el pulpero gozaba de cierta relevancia ante los ojos de la comunidad menos pudiente, ya que poda vender de fiado artculos bsicos de consumo y otorgar pequeos prstamos. Estas operaciones, consideradas como el ltimo eslabn de las formas de crdito mercantil, eran por montos reducidos, efectuadas con total informalidad, manuscritas y sin membrete. La consideracin del pulpero "benefactor" al momento de otorgar el prstamo, decaa a la hora de reclamar a los morosos, siendo objeto de bromas e improperios.

Por su tradicin de sociabilidad popular las pulperas fueron identificadas por las autoridades como espacios de dudosa reputacin y prohibieron la entrada de los "hijos de buenas familias"; las peor consideradas fueron las perifricas, frecuentadas por "vagos y mal entretenidos", donde se ejercan actividades ilcitas, tales como el trfico de objetos hurtados, casa de empeo, juegos de envite o la promiscuidad.

Los primeros sindicatos: A partir de la segunda dcada del siglo XX surgieron sindicatos que tomaron el nombre de sus respectivos oficios. En el ao 1918 se constituy la Sociedad de Obreros Tranviarios y Anexos, que estaba constituida, segn los dichos de su primer presidente, Juan Salvatierra, por socialistas, comunistas y anarquistas. El propio Salvatierra era militante del Partido Comunista.

El Sindicato de la Construccin reuna a trabajadores de diversas ramas: albailes, ladrilleros, empapeladores, pintores, marmoleros, mosaiqueros, plomeros, carpinteros, herreros, vidrieros y electricistas. La heterogeneidad de los oficios se corresponda con un verdadero mosaico de ideologas, siendo fuerte la presencia del marxismo. La ausencia de unidad impeda reclamar al gobierno reivindicaciones laborales y ocupar espacios importantes, sobre todo por el nmero de sus integrantes.

En el Gremio del Transporte estaban incluidos: carreros, aurigas, choferes, ferroviarios, motormans, guardas de tranva, mensajeros y troperos. De acuerdo al censo de 1914, aproximadamente, mil personas prestaban servicios en el transporte. Sus trabajadores se vieron afectados por la llegada del progreso, ya que ste dejaba atrs a una serie de oficios, que desaparecan silenciosamente, para dar paso a otros nuevos. En 1918 los conductores de automviles formaron su propio sindicato.

Los ferroviarios salteos integraban la Federacin Nacional del gremio. Por las importantes funciones que cumplan, por su nmero y disciplina, constituyeron uno de los sindicatos ms importantes de la provincia y, hacia 1929, contaron con una escuela de capacitacin. Se agrupaban en dos: la filial de La Fraternidad, que reuna a maquinistas y foguistas y la filial de la Unin Ferroviaria, a la que pertenecan el personal de trenes, estaciones, playas, seales, telgrafos, serenos, talleres, administracin, va y obras.

El gremio de Repartidores de Leche agrupaba a ms de trescientas personas y sus familias. En 1935 entr en vigencia una ley que obligaba a los productores, entregar la leche a la planta pasteurizadora "La Saltea", instalada recientemente. Los repartidores a domicilio se vean perjudicados por esta medida y, en defensa de sus tradicionales fuentes de trabajo, decidieron vender leche sin pasteurizar. El 14 de junio de ese ao decretaron una huelga que cont con el apoyo de otros sindicatos y de estudiantes secundarios. Provocaron una movilizacin que paraliz toda actividad en la ciudad y termin con la detencin de setenta lecheros. Sin embargo, quienes se manifestaron no tenan una definida conciencia de clase.

El Centro de Empleados y Obreros de Comercio, adherido a la Federacin Nacional, se destacaba por su espritu de lucha y disciplina sindical. Sus objetivos tendan a mejorar la situacin de sus afiliados y a actuar como bolsa de trabajo. En 1934 el sindicato consigui el reconocimiento, por parte del Poder Ejecutivo provincial, del sbado ingls, con extensin al personal de hospitales, clnicas, museos, estaciones de servicio y telgrafos.

En 1941 por iniciativa del Sindicato de Obreros Plomeros, se conform en la ciudad de Salta, la filial de la Federacin Obrera Nacional de la Construccin (FONC). Este hecho produjo enfrentamientos entre los dirigentes de las distintas ramas y, a pesar de la unificacin en una entidad centralizada, internamente siguieron funcionando como antes.

La iniciativa de la iglesia en el mbito del trabajo: En el marco de un incipiente desarrollo industrial y ante el avance de las ideologas rechazadas por la Iglesia catlica: liberalismo y socialismo, a partir de los aos noventa algunos catlicos tendieron a privilegiar la accin social. El centro de la organizacin del laicado catlico pas de la cuestin educativa a la social, y las experiencias polticas se mantuvieron en una situacin marginal.

La primera tentativa seria de acercamiento hacia los trabajadores urbanos por parte de los catlicos sociales fue la del Padre Federico Grote, Este redentorista alemn, al ao siguiente de la publicacin de la encclica Rerum Novarum (1891), fund en 1892 en Buenos Aires el primer Crculo de Obreros inspirado en el movimiento social catlico de su pas de nacimiento.

El artculo primero del estatuto fundador de los Crculos defina su objetivo principal "defender y promover el bienestar material y espiritual de la clase obrera en marcada oposicin de la funesta propaganda del socialismo"Despus de la accin laicizante de los aos ochenta, los catlicos comprendieron la necesidad de establecer una organizacin slida que tuviera a la doctrina catlica como fundamento de su propia identidad y como gua, a la Iglesia. En esta empresa no exista homogeneidad de criterios. As el padre Federico Grote, uno de los fundadores del catolicismo social argentino, era partidario de un modelo de organizacin en el que se diferenciara la "accin religiosa" de la "accin social".

En la primera el clero deba desempear un papel de conduccin y en la segunda el laicado deba tener una amplia autonoma; de esta manera, el movimiento catlico era concebido como una "confederacin" de iniciativas autnomas. Este modelo buscaba un compromiso ms directo de los catlicos con la vida pblica que implicaba la toma de medidas ms avanzadas, en especial en el terreno social. Sin embargo, este criterio no era compartido por la mayora de las cpulas eclesisticas que propiciaban un modelo centralizado y jerrquico, que fue en definitiva el que se impuso.

El 22 de abril de 1897 se constituy en la ciudad de Salta el "Crculo de Obreros de San Jos", siguiendo el pensamiento del Padre Federico Grote y teniendo como base doctrinaria la Encclica Rerum Novarum de Len XIII. Este importante documento representaba un paso adelante con respecto a las encclicas anteriores: a las condenaciones al Estado liberal y al socialismo, agrega un verdadero programa de accin social, que propone como solucin a los conflictos de la poca Para ser socio del Crculo se requera tener entre 15 y no ms de 50 aos, poseer una profesin honesta, no adolecer de ninguna enfermedad crnica, no formar parte de ninguna sociedad secreta y tener reputacin de buena conducta y honradez. La admisin estaba sujeta a la aprobacin por parte de la Comisin previa presentacin por otros socios, quienes atestiguaban las condiciones expresadas. Entre los deberes se estipulaba: llevar una vida moral, de lo contrario eran expulsados; pagar puntualmente las cuotas para tener acceso a los beneficios; no practicar "juegos peligrosos"; asistir a las reuniones y conferencias de adoctrinamiento. Como contrapartida, tenan derechos tales como: asistencia mdica; pensin diaria durante el perodo de reposo, siempre que la enfermedad no fuera crnica, contribucin para gastos de entierro y descuentos en los comercios con los cuales el Crculo tena convenios. El Crculo no constitua un sindicato, ms bien era una asociacin de carcter mutualista. El gobierno y administracin estaba a cargo de una comisin directiva.

La primera Comisin Directiva del "Crculo de Obreros de San Jos " se constituy as:

Presidente Honorario: Angel Zerda

Presidente efectivo: Dr. David Zambrano

Vice-presidente 1ro.: Joaqun Snchez

Vice-presidente 2do.: Manuel Araoz

Secretario: Jos M. Gorriti

Pro Secretario: Luis Peralta

Tesorero: Hugo Ziegert

Pro Tesorero: Madeo Carrasco

Vocales: Roberto Ritzer, Ramn Sanmilln, Eucarpio Nieva, Juan Meregaglia y Carlos Macchi.

Directores Espirituales: Presbteros: Gregorio Romero y Jos Petazzi. Posteriormente se agregaron Comisiones Revisoras de Cuenta y de Propaganda y Visitadores de Enfermos.

El presidente honorario como el efectivo perteneca a "familias tradicionales" y fueron miembros de la oligarqua saltea. Los cargos menores estuvieron ocupados por artesanos con apellidos criollos y algunos extranjeros. Los puestos jerrquicos, en general fueron desempeados por profesionales y algunos ligados a la poltica, as figuraban: Dr. Daro Arias, Dr. Julio Figueroa, Cruz F. Medina. Dr. Nstor E. Sylvester, Ingeniero Jos Alonso Peralta. La composicin social de la Comisin Directiva revelaba el carcter paternalista y una visin jerarquizada de la sociedad.

El peridico Democracia: "El Crculo de Obreros de San Jos" contaba con una imprenta donde editaba semanalmente su rgano de difusin: "Democracia". A pocos aos de iniciada su labor, en 1905, se vio envuelto en un conflicto a raz de la publicacin de un artculo que con el ttulo "Msicas y Danzas", realizaba una feroz crtica a las costumbres de las "familias tradicionales", en especial a los bailes de carnaval que se realizaban en el Club 20 de Febrero. Una de las frases que ms despert la indignacin de los aludidos deca:

Atencin que la sala empieza a poblarse. All como desterradas en un gabinete contiguo, la cochera, estn las ya ancianas madres de familia, colocadas en el punto y forma conveniente para no ver ni or la manera con que sus hijas se exponen a perder la modestia, la honra y el alma.

Alrededor de 300 jvenes que despus sumaron mil, entre ellos ex ministros, miembros de la magistratura, de las cmaras legislativas, abogados; todo lo "ms selecto"; lo "mejor de la sociedad"; varios de "guantes blancos", decidieron el empastelamiento de la imprenta de "Democracia" como represalia y hacia all se dirigieron provocando todo tipo de destrozos, terminando con una manifestacin en la plaza principal. En este episodio intervino el gobernador de la Provincia Dr. David Ovejero (1904-1906) y el diputado nacional Dr. Mariano Ovejero, quienes disuadieron a los manifestantes de no atentar contra el domicilio de un sacerdote, a quien acusaban ser el autor del artculo cuestionado.

Los diarios autotitulados liberales, reprocharon los atropellos pero al mismo tiempo los justificaron porque "... se ataca a lo ms sagrado del hogar, colocando a nuestras madres, a nuestras esposas y a nuestras hijas, a la par de esos seres desgraciados que el destino los arroja con el tiempo a las masas de anatoma". La jerarqua eclesistica local conden el atentado y defendi a "Democracia". Comenz as, una dura crtica contra los sacerdotes, a travs de la prensa local y de otras provincias.

Se sostena que el clericalismo era oscuridad, intriga, malicia, atraso, factor de malestar, un peligro para las instituciones, se acusaba de rechazar el liberalismo y pretender inculcar principios fanticos; tambin se denunci a la Curia eclesistica por su imposicin en los nombramientos de los curas prrocos para los departamentos del interior, cuando le corresponda al gobernador ejercer el derecho del vicepatronato. A su vez el diario catlico de Buenos Aires "Democracia Cristiana", aseguraba que los acontecimientos haban sido obra de la masonera, ya que sta era muy activa en Salta. Por su parte el "Crculo de Obreros de San Jos", con la firma del presidente de la Comisin Directiva, emiti una severa protesta por los daos sufridos y por las aseveraciones del diario "La Montaa".

El episodio relatado no puede ser analizado desde la perspectiva de un enfrentamiento entre liberales y catlicos. Por empezar la clase dirigente no era atea, por el contrario se declaraban catlicos. Por otro lado, el liberalismo que se adjudicaban, lo practicaban a su manera, pues en el orden poltico negaban la participacin del resto de la poblacin a travs de diversos mecanismos, an despus de la sancin de la Ley Senz Pea y en materia econmica, la riqueza obtenida no era repartida igualitariamente. Lo que s quedaba claro era el conservadurismo de las costumbres, la defensa de las mismas a manera de un cuerpo corporativo y el sentirse los ms capaces, los mejores frente a una mayora que slo miraba.

Labor cultural del Crculo de Obreros San Jos: cumpliendo con sus objetivos desarroll una activa difusin de los postulados de la Encclica "Rerum Novarum" a travs de conferencias a cargo de los directores espirituales, de sacerdotes y obispos de la dicesis saltea y del Padre Federico Grote. Los propios socios realizaban lecturas comentadas y representaciones teatrales. En las reuniones se abordaban temas como: "Antecedentes de la Encclica "Rerum Novarum"; "La Dignidad Humana"; "Frente al materialismo de la poca"; "El Cristo de los comunistas"; "El Sptimo Mandamiento"; "Conversin de un socialista" (drama); "Poltica Rural"; "El Hijo Perdido" (comedia), etc. Con este tipo de actividades no slo se buscaba alejar a los trabajadores del "peligro rojo", sino tambin difundir un discurso moralizador y por otra parte, se trataba de fomentar la sociabilidad. Es decir, se pretenda crear vnculos de pertenencia pero con una serie de valores, normas y creencias a partir del pensamiento de la Iglesia.

La poltica de los Crculos de Obreros no era compartida por toda la cpula eclesistica nacional, quien vea con preocupacin su autonoma y trataba de eliminarla. Esto se materializ con el desplazamiento del Padre Grote de la direccin de los Crculos (1912), en Buenos Aires, siendo reemplazado por Monseor Miguel De Andrea. Progresivamente los Crculos fueron tomando un carcter confesional, pasando a denominarse "Crculos Catlicos de Obreros" y a depender de la "Federacin de Crculos Catlicos de Obreros". En Salta, tambin tom la denominacin de "Crculo Catlico de Obreros de San Jos".

A pesar de la oposicin del P. Grote, quien expresaba que la reforma de su nombre no slo era innecesaria sino tambin perjudicial para los Crculos y, sobre todo, porque su accin se encontraba "perfectamente ajustada a las normas de la accin catlica, de la cual forma parte integrante y (...) a las normas de la accin social cristiana (...) trazadas por la Santa Sede". Dentro de la Iglesia nacional termin por imponerse la corriente partidaria de una organizacin rgidamente jerrquica y clerical.

El reglamento de los Crculos fue modificado en el ao 1916. All se explicit que su fin era "defender y promover el bienestar material y espiritual de la clase obrera, sobre la base de los principios de la economa social cristiana". Para su concrecin se propona la creacin de agencias de trabajo; el dictado de conferencias sobre temas cientficos, morales y religiosos; la celebracin de congresos de obreros y la formacin de gremios profesionales, entre otros.

Un intento de modernizacin laboral La Ley Gemes (1921): La Ley Gemes fue una de las ms complejas y cuestionadas leyes castellanistas. El mensaje con que elev a la Legislatura es significativo por cuanto desnuda el estado de miseria de los trabajadores, los abusos de que eran objeto, la incidencia de stos en su salud y rendimiento laboral. Por esto pretenda establecer una justa armona en las relaciones del capital y el trabajo y marchar hacia nuevos destinos de justicia y solidaridad social. La ley consta de seis captulos: contrato de trabajadores mediante convenio escrito que garantizara tanto el derecho del obrero como el del patrn. El convenio sera firmado por ambas partes. Si el obrero no saba firmar deba autorizarlo el comisario del pueblo. Tambin determin la forma de pago de los jornales, la obligacin de proporcionar al obrero vivienda y alimentacin higinicas y:

"[...] prohibe la inconcebible y brbara costumbre de subarrendar peones a terceros".

El conchabo de peones deba hacerse mediante libreta provista por el Departamento Provincial de Trabajo. Estableca condiciones de trabajo y forma de liquidacin de jornales. Se prohibi a los patrones la entrega de:

"[...] billetes, vales, bonos, fichas o cualquier forma de moneda de su emisin que importe el pago, aplazamiento o retencin de los salarios".24

En el captulo referente a los arriendos estableca tambin contrato escrito entre el propietario de la tierra y el obrero rural, plazos y condiciones de desalojo, prohibicin terminante de exigir servicios gratuitos, comunes en las zonas rurales de la provincia. Tambin estableca:

"[...] libertad de trnsito y comercio desconocidos por ciertos seores feudatarios".

Fijaba la jornada legal de trabajo en ocho horas para los trabajadores urbanos y nueve para los rurales. Legislaba minuciosamente sobre las indemnizaciones por accidentes de trabajo. Pasamos por alto las cuestiones relacionadas a salarios y seguro de trabajo para dedicar unas lneas a la legislacin sobre la mano de obra de mujeres y nios. Para las primeras fue una legislacin avanzada pues prevea la licencia por maternidad. Estableci la obligacin del patrn de reservar el puesto de trabajo, habilitacin de guarderas donde las madres pudieran amamantar a sus hijos. Respecto a los nios queda prohibido el trabajo de menores de 12 aos y de mujeres y menores de 16 aos en empleos nocturnos.

La "Ley Gemes suprimi el conchabo como forma coercitiva de trabajo. Pero el cumplimiento de la ley fue burlado luego de la intervencin a la provincia decretada por Yrigoyen, ya que su interventor el Dr. Arturo Torino- era un miembro del sector terrateniente que reaccion, oponindose a su aplicacin

El catolicismo social entre los aos 20-30: La figura principal del catolicismo social a nivel nacional, desde los aos veinte, fue monseor De Andrea. El ideal de organizacin social de De Andrea era un corporativismo democrtico, frmula que buscaba ordenar la sociedad en grupos de inters evitando recetas polticas autoritarias. Seguidor de los postulados de la doctrina social de la Iglesia, era profundamente anticomunista y antiliberal. Con l se impuso la idea de construir un sindicalismo confesional explcito. Esta postura fue avalada por los sectores ms conservadores del catolicismo y por la jerarqua en general.

Hacia 1931, el "Crculo Catlico de Obreros de San Jos" de la ciudad de Salta, se encontraba en total decadencia a pesar de los esfuerzos que se realizaban para su mantenimiento a tal punto que sus socios no pasaban de 30. De all que en 1935 las autoridades nacionales de los Crculos ordenaron su intervencin. La nueva Comisin Directiva, producto de esta intervencin, cre una agencia de locaciones a fin de despertar mayor inters en el trabajador, procedi a reparar el local y emprendi una activa propaganda en el "ambiente de la vida obrera, ya muy castigada por la miseria y la desocupacin".

El desarrollo urbano de la ciudad de Salta

Las dimensiones que Salta haba adquirido a principios del Siglo XIX, llev a las autoridades locales a subdividirla en siete "barrios", los cuales probablemente dieron origen a algunos de los cuarteles sobre los que posteriormente se relev el censo de 1865. Es probable que el criterio funcional de divisin de las autoridades no coincidiera con los que a la larga se consolidaron en el imaginario social; en donde sigui vigente la cuatripartita demarcacin colonial. Bernardo Fras ofrece algunas pistas acerca de la composicin social de cada barrio; ello, sumado a la informacin que brinda el censo nos permiti delinear el siguiente cuadro:

El Barrio Central: rodeaba la plaza y se extenda tres manzanas hacia el este; si bien en l se emplazaban los edificios pblicos de la comunidad, constitua el recinto aristocrtico y rico, all las viviendas y dems construcciones eran "espaciosas y alegres" segn las impresiones de Temple construidas de piedra, ladrillo y adobes, con techos de tejas . A principios del siglo XIX comenzaron a levantarse las primeras casas de dos pisos, "o de alto", la parte superior era destinada para alquiler a los numerosos forasteros y los pisos bajos para el establecimiento de tiendas y almacenes que constituan las casas comerciales de mayor jerarqua.

El Barrio de la Banda: segn las impresiones de Bernardo Frias se trataba de "verdadero barrio de artesanos, no se oa ms que el golpe del martillo sobre las suelas de las numerosas talabarteras". Los talleres se agrupaban especialmente en la calle de las artes y en el interior de los mismos se tejan vnculos de sociabilidad domstica, semiprivada a partir de la convivencia de la familia del maestro artesano junto a sus oficiales y aprendices.

El Barrio de Abajo: poblado con abundancia de negros y mulatos. "All vivan las mejores empanaderas y esclavas", el barrio terminaba en un campo abierto que daba al camino de las carretas.

El Barrio de Arriba: fue hogar de cholos, en donde residan las familias de "segundo pelo", de escasos recursos que remataban el barrio en quintas.

Los dos ltimos eran barrios pobres, y segn las descripciones de Fras, las viviendas eran silenciosas de da y bulliciosas de noche, por las numerosas fiestas de sus propietarios "calaveras". An en tiempos tardos se perciben algunas peculiaridades pintorescas de localidades pequeas, como aquellas que hacan fcilmente legible la vida de los habitantes ms cercanos, es decir que todos parecan conocer la vida y milagro de sus vecinos; al punto de conocer al dedillo los precios de venta de algn comerciante competidor, la falta de necesidad de especificar en los testamentos el nombre completo de algn deudor o bien el de ubicar ciertos establecimientos no por el nombre de las calles sino a partir de su relacin con ciertas casas de familias.

Un hecho importante que marca una ruptura con el pasado es la numeracin de las calles las que hasta ese entonces reciban el nombre de la persona destacada de la cuadra. El 10 de agosto de 1889 se dicta una ordenanza que estableca la divisin de la ciudad de Salta en cuatro Secciones formada por la interseccin de las calles: Boulevar Belgrano de Este a Oeste; Boulevar Sarmiento de Norte a Sud. Y para los efectos de dar cumplimiento a la Ley de 10 de agosto de 1888 se fijan como lmites de la ciudad: Por el norte: el ro de Vaqueros; por el Sud: el ro de Arias; por el Este el Cerro de San Bernardo; y por el Oeste: las Lomas de Medeiros. Tambin se modernizan los transportes: la primera empresa de mnibus automviles la establecen los seores Ramn Barbarn y Fermn Delclau.

A fines del siglo XIX el gobierno de Salta (una ciudad tradicional del Norte de Argentina), se vende el Cabildo para construir la Casa de Gobierno y se demuele la iglesia de los Jesuitas para construir la Catedral. "El gobierno federal fomentar la inmigracin europea..." dice la Constitucin Nacional. Pronto llegan a la ciudad espaoles, italianos y alemanes, ms adelante, sirios, libaneses y judos. Las ideas de Alberdi contribuyen a dar perfil de nueva Repblica a la que haba que educar y cultivar como afirmaba Sarmiento. La ideologa de la Generacin del 80 fue en el Siglo XIX un smbolo de orden y progreso en un proyecto laico y democrtico unificador de la nacionalidad.

La Casa de Gobierno de Salta, fue pensada para abrir el Siglo XX con una actitud propia de sociedades o cofradas que universalizaban el saber y sus beneficios. Como lo demuestra el Cuadro Lgico de integrantes de la Logia General Belgrano Nmero 250 publicado en 1914 con nombres del viejo patriciado criollo al lado de inmigrantes recin llegados. Los maestros que laboraban eran en su mayora italianos contratados para trabajar en la obra pblica de la ciudad. Francisco Righetti fue uno de ellos y particip como proyectista y constructor de la Torre de la iglesia de San Francisco, -una de las ms altas de Sudamrica-, la fachada de la Catedral, la Iglesia de La Via, el Matadero y la Casa de Gobierno.

La provisin de agua: El ms caro anhelo de los salteos de colocar las Obras Sanitarias en la ciudad se concreta el 5 de julio de 1902 fecha en que se autoriza convenir con el Gobierno Nacional, para proveer el agua y cloacas a la ciudad de Salta que hasta ese entonces segua levantando el agua de un depsito instalado al efecto en la margen derecha del ro de Arias, como antes lo haba hecho del Llocci. En las casas que se surtan para uso generales de pozos perforados, que muchas veces se encontraban contaminados con las filtraciones de los pozos ciegos excavados en la mayora de los casos, cerca de los mismos, con el consiguiente peligro para la salud pblica, al consumirse sus aguas sin precaucin. A tal efecto, con fecha 1 de junio de 1903 se dict la ley declarando de utilidad pblica los manantiales de Las Costas situados en la finca de los herederos de don Custodio Lpez y todos los terrenos necesarios para las galeras filtrantes que provean de agua a Salta, como as tambin los necesarios para depsitos de materiales, depsitos de aguas, establecimiento purificador, desage de la cloaca mxima. Siguiendo con las medidas de saneamiento, se expropia el 28 de julio los terrenos necesarios para el trazado del Canal del Oeste (actual avenida Esteco). Todas estas obras de Salubridad se inauguran y se realizan por el apoyo del Ministro Emilio Civt de Obras Pblicas y del Gobernador de Salta ngel Zerda el da 28 de junio de 1908 acundose en esa fecha una moneda conmemorativa.

Las construcciones religiosas: En setiembre de 1910 se coloc la piedra fundamental del Nuevo Templo de Nuestra Seora de la Merced bendecida por el obispo Matas Linares y Sanzetenea y en 1911 se concluye la Iglesia de San Alfonso, cuya piedra fundamental haba sido colocada el 29 de abril de 1894. Fue realizada por el Arquitecto constructor Santiago Ziegelmeyer. Se inicia el 16 de julio del ao 1909, se bendice el 1 de julio de 1911 con fondos de sus bienhechores y fieles. Tambin realiz este arquitecto el edificio de la capilla del Colegio de Jess inaugurado en 1913 y la Iglesia de La Merced bendecida por el Obispo Piedrabuena en 1914; las torres de estos edificios parecen que penetraran en el cielo azul de la ciudad con los materiales recin usados por primera vez, la pizarra. La euforia de las construcciones religiosas culminan con la inauguracin del Colegio Salesiano "ngel Zerda". La obra fue realizada por el Sr. Luis Bierti sobre planos diseados por el Arquitecto Salesiano Presbtero Ernesto Vespignani. Los pilares de hierro fueron fundidos en los talleres de Vasena e hijos en Buenos Aires.Salta en el proceso de organizacin nacional: el pensamiento de Facundo de ZuviraLa actuacin poltica de Facundo Zuvira atraviesa toda la primera mitad del siglo XIX. Miembro del Cabildo salteo desde 1816, fue opositor a Gemes y responsable de firmar el armisticio con las fuerzas espaolas que haban asesinado al gobernador de Salta en junio de 1821, y ante las cuales se haba comprometido a dictar un reglamento que hiciera ms previsible la designacin de los gobernadores de la provincia. Presidente de la Asamblea Provincial que aprob el primer reglamento "constitucional", redactor de las instrucciones a los diputados de Salta para las sesiones del Congreso Constituyente de 1824, fue miembro de la Junta de Representantes de la Provincia hasta 1831, ao en que por la derrota de la Liga del Interior tuvo que emigrar a Bolivia retornando al pas en 1849, para mantenerse recluido en sus propiedades. En marzo de 1852, la cada del gobernador rosista Cnel. Jos Manuel Saravia le permiti retornar a la actividad poltica para ocupar una banca en la Junta de Representantes. Luego fue designado diputado al Congreso Constituyente de Santa Fe, al que presidi durante sus sesiones. Su carrera poltica no termin all. Form parte del gobierno del presidente Justo Jos de Urquiza y finalmente fue designado miembro de la Suprema Corte de Justicia hasta la dcada del 1860.

La ms importante etapa de su reflexin intelectual podemos situarla durante el perodo que dur el exilio en Bolivia. All Zuvira fue madurando un programa de reforma poltica y social recogido en textos que integraron diversas recopilaciones. Entre ellas, Discursos morales y filosficos (1863); Seleccin de Escritos y Discursos (publicado recin en 1932), La prensa peridica (1857) y El principio Religioso (1860). Cada uno de estos escritos constituye un esfuerzo de Zuvira por establecer los principios y normas que deban organizar a la sociedad argentina en torno a los valores cristianos y una repblica moderna gobernada por "comerciantes y rentistas", inclinndose por combinar las ms amplias garantas para las libertades civiles con una ciudadana restringida.

Zuvira, conocedor profundo de las persistencias en la sociedad saltea, intentaba vincular el liberalismo con el iusnaturalismo de vertiente cristiana. Para sostener la nocin de individuo orgnicamente inserto en la "comunidad y el Estado", instituciones que al estar orientadas por el principio religioso constituan la nica forma de alcanzar el bienestar general y limitar cualquier tipo de despotismo. Principal preocupacin de Facundo Zuvira.

La nocin de individuo en Zuvira: En el Discurso de apertura a la XXII seccin de la Legislatura de la Provincia de Salta, en 1852, Zuvira realizaba un anlisis del origen de la anarqua y el despotismo que haban imperado antes de Caseros y buscando las causas de "tales males", expresaba:

"... La Repblica Argentina, abundante de libertad desde su cuna, abus de ella como se abusa de todo lo que abunda. Adoptando mximas exageradas elev a principios, teoras y hechos que no eran verificables a costa de pueblos no preparados para la libertad... " "... Qu remedio a nuestros males poda esperarse de gobiernos que (...) crean factible plantear en nuestra patria la constitucin y leyes inglesas, modificadas con las teoras de la revolucin francesa e incrustada con muchas instituciones norteamericanas? Sin duda olvidaron que cada pas, cada poca, cada pueblo, tiene sus leyes propias tan naturales y tan justas como las leyes de la naturaleza...""... Porque seores, los caracteres nacionales son los nicos que revelan la cantidad de libertad, la fuerza y duracin del poder que necesitan los pueblos (...) los argentinos por la misma energa y altivez de nuestro carcter, siempre necesitamos de un poder fuerte y enrgico, que nos asegure una moderada libertad..." "... Tampoco aspiremos a una libertad excesiva, para la que nuestros pueblos no estn preparados despus de tantos aos de pesadas cadenas..."

En esta misma lnea discursiva, en el informe sobre el proyecto de ley de elecciones presentado a la Legislatura provincial en agosto de 1852, Zuvira sostena:

"... Dominados de tal mana, que entre nosotros bien podra denominarse nacional u orgnica (...) ya no parecer extrao que nuestros publicistas en el dogma de la soberana popular, base y origen de todo derecho poltico, le hayan dado una ilimitada extensin para sacar de aquel principio consecuencias exageradas y destructoras..."

Los planteos de Zuvira podran identificarse dentro del "conservadurismo liberal", tal como designan Jos Luis y Luis Alberto Romeroa la tendencia que se caracteriz por la aceptacin de ciertos principios del liberalismo, pero que a su vez argumentaba en contra de sus excesos y sus falsas interpretaciones en relacin a su concepcin de individuo, de sociedad, de poder, de relaciones Estado - religin, etc.En los escritos analizados puede observarse que si bien aparecen algunos planteos cercanos a los postulados del liberalismo, sin embargo, uno de los pilares constantes en su pensamiento fue la necesidad de sostener el principio de que la sociedad era producto de las leyes de la naturaleza, por lo tanto expresin de la voluntad divina. Este principio religioso deba mantenerse inmutable o con el menor cambio posible (cuestin que lo vincula a las principales premisas del tradicionalismo filosfico francs del siglo XIX: Bonald, de Maistre y en particular Lamennais). Por otro lado, para Zuvira la poltica era expresin de la actividad humana y poda ser sometida a modificaciones y cambios de acuerdo a las caractersticas histricas de los pueblos. "...Para sofocar y dominar en nuestra patria el germen de la anarqua (...) se necesitan de pocas leyes, pero vigorosas y fuertes como la hidra que tiene que reprimir (...) Leyes que garanticen el hecho de la propiedad de los ciudadanos, son las primeras que demanda nuestra provincia (...) la propiedad es la base y el principio conservador del orden social..."

La propiedad privada de bienes y la propiedad de s mismo, son inseparables para Zuvira por cuanto de ser propietario de bienes materiales deviene en ser independiente de otros hombres y por lo tanto propietario de s mismo. Esta idea la expresaba en sus escritos cuando sostena:

"... la condicin de propiedad es indispensable y no puede ser de otro modo porque a quienes oprime la indigencia no alumbra la libertad. Esclavos de una perpetua dependencia, carecen de opinin propia (...) Si alguna vez se quiere sustraerlos de su dependencia por otro medio que el de ilustrarlos y hacerlos propietarios, no es para que pasen de la esclavitud a la libertad, sino para que salten a la ms desenfrenada licencia (...).porque seores no basta querer una cosa para conseguirla, ni basta querer ser libre para serlo, es preciso saberlo hacer..."

Tambin es posible decir que en Lockeexiste la idea de que por medio del trabajo el hombre conquista independencia y se vuelve amo de la naturaleza y dueo de s mismo, en cuanto por medio de la propiedad ocupa un lugar en la sociedad y puede desarrollar su capacidad de ser un individuo. Ser un individuo es existir sin referencia (dependencia) a otros. Este sentido del trmino individuo se encontraba presente en Zuvira.

"...Tan recomendada es por todos la condicin de propiedad, que hoy es generalmente recibido en las naciones mas cultas dar preferencia en gran nmero de casos al derecho de propiedad, an sobre el de la misma libertad individual..."

La concepcin de individuo propietario se encuentra de este modo estrechamente ligada al establecimiento del rgimen poltico moderno, "la repblica de los ciudadanos". Es importante recordar que el soporte necesario para la ciudadana es tener un mnimo de propiedad. Zuvira en este sentido sostena:

"....Confundiendo al hombre con el ciudadano, los derechos civiles con los polticos, los del elector con los del elegible, y los del individuo con los de la sociedad, nuestros legisladores han establecido la eleccin popular directa y general, sin restriccin alguna, ni consideracin de las diferentes condiciones de moralidad, propiedad resaltado del original, ilustracin, residencia ni otras exigidas como esenciales al voto activo y pasivo an en los pueblos mas demcratas del mundo...".

En contraposicin, encontramos la nocin de vagabundo, que segn Castel es un individuo en sentido negativo, ya que al estar fuera de las relaciones de trabajo no tienen un lugar en el espacio social. Esta idea apareca con fuerza en Zuvira:

"... Los vagabundos, los ociosos, los proletarios y los desnudos han sido y son en todo tiempo los mayores enemigos de todo orden de toda ley, institucin, propiedad, etc..." "... No as el propietario, que, en garanta de si mismo y de su propiedad, respeta la de todos, ama el orden y sostiene el gobierno que lo protege. Con el mismo inters es conducido por un espritu de asociacin a la defensa de los inters comunes (...) es conducido al establecimiento de una familia que le de hijos a quienes pueda trasmitir en la crianza, en la educacin y carrera, el fruto de sus trabajos y economas..."

En este ltimo prrafo se desliza una aparente contradiccin en el pensamiento de Zuvira, en el sentido de que parece retornar al modelo que haba primado en la antigedad. Donde la sociedad representaba el estado genrico de naturaleza, en la que los individuos no vivan aislados sino en grupos organizados cuya primera expresin era la familia. La familia pasa por fases intermedias en su desarrollo y continuidad, desde la simple unin entre ellas, la formacin de aldeas, hasta llegar a la constitucin del estado civil o poltico: la ciudad. Es necesario realizar aqu una aclaracin metodolgica, ya que sera imprescindible preguntarnos hasta qu punto es posible hablar de individuo propiamente dicho en la concepcin de la tradicin cristiana, en cuanto el individuo es identificado a las normas colectivas del grupo y expresa directamente su estatuto social a partir de l. Por lo que ste individuo no es identificado y valorizado en forma particular. Sin embargo, intentamos realizar una genealoga del concepto de individuo reconstruyendo el sistema de transformaciones histricas que conducen a la configuracin moderna y para ello pretendemos identificar los rasgos principales de lo que se entenda por esta nocin en la concepcin religiosa tradicional. El individuo est inserto e indisolublemente ligado a la sociedad familiar, que involucra tanto las relaciones familiares, como las de seores y siervos. Las relaciones econmicas se establecan a partir de la produccin de los bienes necesarios para la subsistencia. As, los individuos se encontraban en relaciones jerrquicas dentro del seno de la propia familia, las que se prolongaban a las formas de organizacin social, en donde algunos individuos eran superiores y otros inferiores (padre e hijo o seor y siervo). Esta concepcin de sociedad apareca en Zuvira expresada en el siguiente prrafo:

"... Si es cierto que el ciudadano pertenece a su patria por los indestructibles y sagrados vnculos que le ligan a ella, tambin pertenece a la religin por lazos mas poderosos a causa de la dualidad de su ser (...) El vinculo que lo liga a la religin es mas fuerte, si su conciencia le ensea que en la religin est la base de toda sociedad, la fuente de toda ley y progreso social, los elementos de dicha pblica y privada, la garanta mas slida de las instituciones humanas, de los gobiernos y de los pueblos, la primera necesidad social acrecida con la democracia por la misma debilidad relativa de los frenos que ella impone, el nico catecismo que civiliza al ignorante y al salvaje elevndoles a mayor altura(..)la nica ley que sobrevivi a la destruccin de las dems, la nica que purifica las costumbres, modera las pasiones, releva el infortunio(..)la cuna, en fin de todo nuestro ser moral, poltico social y domstico(...) es un imperioso deber consagrar a mi patria las ideas que me dominan sobre la necesidad del principio religioso como elemento poltico, social y domstico, como un remedio el mas heroico de los males que la han afligido ..." En otro prrafo reafirma:

"Si nada sucede ni existe en el mundo sin razn suficiente para ello, de esta verdad debemos deducir que el sentimiento religioso tiene su origen en la primera razn que rige el mundo y que siempre ha sido una con la condicin necesaria de los individuos y las sociedades..."

Las citas del texto de Zuvira nos remiten necesariamente a dar cuenta de la presencia del pensamiento tradicionalista francs inspirado en Lamennais, para quin la indiferencia religiosa era la enfermedad de la "razn ilustrada" a la cual opuso la "razn comn a todos los hombres" depositaria de las verdades eternas enraizadas en la tradicin universal y fruto de una revelacin primitiva y originaria custodiada histricamente por la IglesiaZuvira, al igual que Lamennais, negaba la preeminencia del individuo sobre la sociedad y sostuvo que el paso de un estado menos desarrollado a uno ms desarrollado se produca por medio de causas naturales (vinculadas a la ampliacin del territorio, necesidades de subsistencia, etc.) por lo que el Estado no es menos natural que la familia. El hombre era por naturaleza un ser social y la finalidad de la vida en sociedad era paliar la debilidad y flaqueza del hombre. La concepcin de Zuvira afn a esta tradicin puede leerse en los siguientes prrafos:

"...la sociedad es el estado natural del hombre porque sin ella no podra reproducirse ni conservarse..."

"...La familia es la primera institucin social que se conoce, y las instituciones domesticas basadas sobre el matrimonio, el poder paternal, la obediencia filial y la sucesin de la propiedad, son las que han servido de base a todo derecho en la antigedad (...) de la familia naci la idea de autoridad en guarda de su seguridad y garanta de esta..."

Para la tradicin religiosa, el individuo tiene un sentido espiritual y es identificado como tal, en relacin a Dios.

"... Lo que es del instinto del hombre, lo que es de su necesidad y su verdadera utilidad, lo es tambin del instinto y necesidad de las sociedades. Por esta razn, en todo tiempo se ha conocido y confesado que el principio religioso era el fundamento de todos los deberes, como estos el nico lazo de todas las sociedades(...) No bastara que tal principio fuera la fuente de todos los deberes,( ...) si tambin no envolviera en si el principio del inters individual y de la pblica utilidad; porque sera intil que a los hombres se les hablase de bien pblico y de inters general, si el bien individual y el inters particular que son su mvil constante y mas enrgico no estuvieran comprendidos en aquel(...) Pues bien el inmenso poder de la religin consiste en que ella ofrece y muestra a cada uno su inters y bienestar individual en su concurso voluntario y eficaz al bien general..."

La sociedad poltica carecera de toda eficacia si no se propone como fin propio la consecucin del bien comn. La sociedad poltica, como fruto artificial de una convencin entre individuos, no puede ir en contra del plan divino.

"... De tan funesto error ha resultado nuestra mana de querer explicar y resolver todos los problemas fsico, morales y sociales por una filosofa independiente de toda religin, sin advertir que la verdadera filosofa no es otra cosa que el verdadero conocimiento de las causas y sus efectos de todo orden o la investigacin de la verdad por el socorro de la razn humana, destello de la razn divina...".

El individuo se encuentra aprisionado en una relacin estrecha de dependencia y de interdependencia que son producto de los lazos familiares y las costumbres. Es un individuo en la medida en que establece una relacin personal de dependencia con Dios; se encuentra por lo tanto determinado por la alteridad religiosa.

"... Los hombres prominentes de cada pas (...) son en la sociedad como en la naturaleza son los grandes ros (...) destinados por el Criador para el servicio de los dems..."

"... El hombre tomado individualmente bien podr no apercibirse en todas ocasiones de la alternancia simultnea de sus creencias religiosas y sus creencias polticas, morales y sociales (...) Podr tambin no apercibirse en ciertos casos del fuerte sacudimiento que experimentan sus ideas, sus sentimientos y todas las pasiones de su espritu a consecuencia del cambio de sus principios religiosos (...) Mas no as la sociedad, que en el acto siente los efectos de ese cambio y ve debilitarse y alterarse juntos el culto publico y el gobierno, la religin y las mas vitales instituciones polticas que forman la constitucin de un Estado...".

Para la tradicin religiosa la libertad humana se da en un orden que emerge de la providencia divina y ella es la que garantiza ese orden:

"... Tan estrechamente ligados se hallan entre si y con el principio religioso los inters polticos sociales y domsticos (...) que es difcil ocuparse de los unos con absoluta independencia de los otros, como sera hablar de la materia sin forma (...) Es mas difcil tal separacin se reflexiona en como la familia reconoce por cabeza el padre de ella y sus preceptos como sus nicas leyes, as tambin la sociedad publica que parte de aquella reconoce por jefe al que ella hubiera creado y encargndole la sancin de las leyes que deben regirla en guarda de sus derechos individuales y sociales..." El hombre es ante todo miembro de un conjunto social, del cuerpo social, y luego individuo. El "todo" es el cuerpo social y el individuo slo vale dentro de esa dependencia. As, para esta concepcin la sociedad es un organismo en el que cada individuo cumple una funcin y obedece a las leyes naturales que rigen las relaciones entre la parte (el individuo) y el todo (la sociedad o comunidad). En este sentido Zuvira sostena:

"... Sin desconocer la influencia de las leyes y de la opinin en las acciones de los hombres, no se puede reconocer a aquellos agentes subalternos como causa de la moralidad de estos. Podrn influir en la de muchos individuos de la sociedad (...) pero la moral y virtudes de esos individuos tomados colectivamente y en el cuerpo de sociedad no pueden partir sino de los principios religiosos incrustados en el alma y en el corazn de la mayora de los individuos que constituyen la sociedad, cuya moralidad y costumbre parten de la observancia de las leyes constitutivas de la sociedad domestica y privada..."En otro prrafo afirmaba:

"... Sobre esta verdad forzoso es ver en el individuo dos seres o sustancias que se armonizan para construirlo en hombre exterior y en hombre interior. Si bajo el primer aspecto necesita de un poder exterior que regle sus acciones exteriores por la esperanza del premio o por el temor a las penas de la ley, bajo del segundo aspecto necesita de un poder interior que regle su voluntad y sentimientos hacia Dios y sus semejantes por la esperanza y temor de otra clase de premios y castigos (...) Y cual otro poder que el de la religin ser el que impere sobre ese hombre interior por medio de sus leyes y ministros y por el resorte de los premios y castigos con que la religin estimula al bien y reprime al mal? (...) De ese poder interior emanan algunos preceptos que encierran todas las leyes de la moral y la sociedad. El solo precepto de amarse unos a otros, base de toda moral religiosa y social no solo establece el orden en las familias, sino tambin en los pueblos que tienen entre si las mismas relaciones y obligaciones que los individuos (...) Paz y unin es la base de todo orden social, poltico y domstico..."

Recordemos que en la tradicin catlica para lograr una sociedad poltica ordenada, que contribuya a la consecucin del bien comn, el gobernante deba garantizar la paz y el orden, lo que constitua la finalidad moral ms importante. La ley humana derivaba de la natural, que era reflejo de la razn divina en las cosas creadas, en tanto que de stas derivaban las leyes civiles. Concepcin que estaba fuertemente inscripta en el pensamiento de Zuvira cuando proclamaba:

"... Qu importa nuestro individuo despus de lo que hemos sufrido solo por haber proclamado con tesn y firmeza paz y unin entre argentinos? (...) Paz y unin nombres simpticos para todo corazn sensible que ni haya abdicado de los sentimientos de justicia, humanidad, religin y patriotismo (...) Paz y unin las dos nicas ruedas sobre que gira el carro que conduce los pueblos e individuos a su dicha y bienestar (...) Solo a la sombra de la paz y unin el ciudadano reposa de las fatigas (...) solo a su sombra se desarrollan los elementos de prosperidad social e individual, las cualidades intelectuales y morales, las virtudes religiosas y civiles del hombre y del ciudadano (...) Paz y unin, el nico y divino presente con que el Creador del mundo se anuncio a los hombres que vena a redimir"

La conflictiva construccin de la repblica: el caso salteo. Caractersticas de la etapa oligrquica en la regin.

La ley de educacin laica y el conflicto con la iglesia: Dos fueron los motivos del conflito entre las autoridades civiles y religiosas en salta: la sancin de la Ley 1420 de Educacin Comn, y el nombramiento del nuevo Obispo. Al conocerse la aprobacin de la ley antes mencionada, el Obispo de Salta, Fray Buenaventura Rizo Patrn mediante una Carta Pastoral del 13 de septiembre de 1884 denunciaba que

Existen ya en algunas ciudades de la dicesis escuelas, cuya direccin y cuerpo docente estn a cargo de protestantes, o que la enseanza religiosa no est comprendida en sus programas o que de hecho, por lo menos, no se ensea el catecismo de la doctrina cristiana (...) est de manifiesto la existencia de un propsito deliberado, cuyos fines son la paulatina descatolizacin del pueblo, sin renunciarse por cierto a medios violentos, cuando el caso se presente propicio.

En otra ocasin manifest que los "padres catlicos estaban obligados a retirar sus hijos de las escuelas laicas o que de hecho estuviese excluida la enseanza del catecismo". Quedaba as planteada la lucha por los espacios de poder. Sectores catlicos rechazan el avance del Estado en materia educativa.

El Gobernador de Salta, Coronel Juan N. Sol (1883-1886) alineado con los postulados establecidos en el orden nacional denunci estos dichos ante el Ministro de Instruccin Pblica y Culto, Dr. Eduardo Wilde. El presidente Roca no se hizo esperar e inmediatamente emiti un decreto por el cual suspendi al Obispo de la administracin de su dicesis, separando al mismo tiempo de sus cargos a los Vicarios Forneos de Santiago del Estero y Jujuy. Ante esta medida del gobierno nacional, la autoridad eclesistica de Salta recibi el apoyo del Arzobispo de Buenos y de los Obispos de Crdoba y Paran.

El conflicto qued resuelto con la reglamentacin de la Ley 1420 en la provincia, previo debate en la Legislatura en 1885. El artculo que haba motivado un fuerte debate en el Congreso Pedaggico de 1882, fue aprobado en Salta por 12 votos contra 11 y estableca que eraobligatoria la enseanza de la religin catlica en las escuelas siendo atributivo de los nios recibir o no dicha enseanza.

El resultado de la votacin en la Legislatura provincial expresaba una situacin de tenso equilibrio. Por un solo voto se impuso el sector que negaba al Estado el derecho a la direccin nica y exclusiva de la educacin. El nombramiento del nuevo Obispo de Salta fue objeto de problemas entre las autoridades nacionales y el clero. En dos oportunidades el presidente Miguel Jurez Celman propuso como candidato al primero de la terna confeccionada por el Senado de la Nacin y en ambos casos fueron rechazados por el Papa Len XIII. De acuerdo a informes solicitados dichos candidatos no reunan el perfil requerido. Por su parte, el Cabildo Eclesistico salteo realizaba gestiones para que fuera nombrado el Vicario Capitular, Monseor Pablo Padilla y Brcena. Este recin fue propuesto durante la presidencia de Carlos Pellegrini y fue nombrado en 1893. Despus de casi nueve aos de vacancia, tom posesin del Obispado de Salta, Monseor Pablo Padilla y Brcena. Su pensamiento no concordaba con la intromisin del Estado en cuestiones que hasta entonces eran propias de la Iglesia. Esto se vea reforzado por las denuncias que haca el Cabildo Eclesistico salteo sobre el debilitamiento de la fe cristiana y el xodo de sacerdotes. La falta de religiosos se atribua a la persecucin ejercida por las autoridades civiles o a la falta de recursos para mantenerse, debido a que el Estado cobraba los aranceles que antes eran percibidos por ellos. Se sostena que la creciente ola de laicismo y materialismo tenan como causas principales las leyes anticatlicas en vigencia (Ley 1420 y ley de Registro Civil).

Los gobiernos oligrquicos en Salta: La oligarquia saltea fue protagonista de la situacin paradigmtica en el marco del sistema. Ella form un bloque solido, sin fisuras, ni contradicciones en su accin poltica. Esto asegur a la provincia una gran estabilidad. Desde 1880 hasta 1916 los gobiernos se sucedieron regularmente sin que nunca los poderes nacionales hayan tenido que recurrir a la intervencin federal. Para armonizar los intereses del grupo dominante con la orientacin del gobierno nacional contribuy eficazmente la participacin relevante de salteos en el poder central. Dos presidentes de la nacin (Jos E Uriburu y Victorino de la Plaza), varios ministros y senadores nacionales que descollaron por su capacidadIntegrados al juego inestable del pacto oligrquico nacional, los grupos dominantes en la Provincia de Salta, arribaron al siglo XX, bajo la gobierno de don Po Uriburu (1898-1901), miembro de una de las conflictivas familias tradicionales.

La maquinaria del nepotismo ocupaba los distintos niveles del poder nacional y provincial, en un encadenamiento de situaciones, donde las piezas y los dispositivos del poder parecan ensamblarse armnicamente: un primo del gobernador, el Dr. Jos Evaristo Uriburu terminaba el mandato presidencial inconcluso del Dr. Luis Saenz Pea, frmula pergeada en el acuerdo de 1892, entre el roquismo y Bartolome Mitre para poner lmites al avance del Partido Modernista. Maniobra exitosa que le permiti a Roca, a la postre, retornar al poder para ejercer su segundo periodo presidencial (1898.1904) venciendo, en esta ocasin, a la oposicin encabezada por la Unin Cvica Nacional de Mitre (su anterior aliado) y la Unin Cvica Radical presidida por Bernardo de Irigoyen.

En la provincia de Salta, Po Uriburu sucedi en el gobierno, al Dr. Antonino Daz quin cumpliendo con el ritual habitual del cursus honrum continuaba su carrera poltica como Senador Nacional (1898-1907), acompaado por el hermano del gobernador, don Francisco Uriburu.

Julio A. Roca, como en la primera presidencia, mantuvo buenas relaciones con las familias gobernantes de Salta, no obstante, es difcil sostener que contara con la adhesin incondicional. Es importante recordar que los principales miembros de la familia Uriburu desde la dcada del 60 del siglo anterior haban adherido siempre al nacionalismo mitrista, condicin que tampoco era una brecha insuperable para los pactos de familia, en el rgimen oligrquico. Las peleas en el espacio pblico siempre tenan una historia de amor dispuesta a tender un cuente de acuerdo entre los contendientes. Las familias Roca y Uriburu, quedarn ntimamente vinculadas a partir del casamiento, en 1903, de Jos E. Uriburu (hijo de Jos Evaristo Uriburu) con Agustina la Gringa, hija del Gral. Roca.

Lo cierto es, que por aquellos tiempos, Roca no poda contar con el apoyo absoluto de los cuatro diputados salteos en el Congreso de la Nacin. Uno de ellos, Eliseo Outes, rector del Colegio Nacional desde 1882 hasta 1896, fecha en que asume la cartera de Gobierno de la administracin de Antonino Daz, fue un antiguo militante del autonomismo provincial que haba mantenido una actitud crtica hacia el roquismo e integraba un grupo de viejos dirigentes situados en forma oscilante entre la adhesin al radicalismo y el sostenimiento de una fuerza poltica heredera del autonomismo provincial.

Otro de los diputados nacionales, el Dr. Andrs Ugarriza se haba desempeado en 1868, como Ministro Plenipotenciario del Presidente Mitre. A comienzo de los 80 haba actuado como apoderado de Po Uriburu en los negocios vinculados a la explotacin de los ingenios de San Isidro y La Esperanza, en sociedad con las familias propietarias de esos establecimientos, los Fernandez Cornejo, los Araz y su hermano Angel Ugarriza, primer jefe del Registro Civil inaugurado en Salta en 1899.

Andrs Ugarriza, antes de ser electo como diputado nacional, ejerci entre 1898 y 1899 el cargo de Ministro de Gobierno de Po Uriburu, para ser reemplazado luego por el Dr. Julio Cornejo Uriburu.

Sin mayores sobresalto las piezas de la dominacin familiar se desplazaban sobre el tablero institucional ocupando los espacios del poder, en cuyos intersticios los miembros ansiosos de las familias principales, tejan las alianzas planificando el reemplazo del gobernador al momento de que este, siguiendo la tendencia tradicional fuera elevado al Congreso de la Nacin como diputado nacional, tal como aconteci en 1901.

La proximidad del recambio en la administracin provincial debi poner en marcha a principios de 1900 el mecanismo de funcionamiento del rgimen oligrquico, con el objetivo de colocar en el gobierno a una nueva faccin que respondieran en forma adecuada a las necesidades polticas del roquismo, obteniendo como compensacin los beneficios correspondientes por mantener controlada la situacin provincial.

Analizar el juego -de presiones, rompimiento de lealtades (personales y familiares) y reestructuracin del grupo dominante- abierto entre marzo de 1900 y julio de 1901 y que se prolongara en los sucesos posteriores, permite un conocimiento primordial del funcionamiento del rgimen oligrquico, adems de comprender y explicar las tendencias centrales en el desarrollo del proceso histrico, entre 1901 y 1918.

Como el movimiento de placas subterrneas que entran en tensin antes de un terremoto, una serie de sacudones previos se fueron produciendo bajo los pies de la familia Uriburu. El domingo 4 de marzo, el escenario electoral tradicional para renovar la Legislatura local, fue instalado bajo la mirada montona y ausente de los pobladores de la ciudad. Lentamente, se fueron acercando a las mesas parroquiales, algunos ciudadanos dispuestos a participar en la asamblea electoral. Sin embargo, el diario el Cvico del da posterior informaba:

Alguien dijo que Teodoro (se refiere a un tristemente celebre sobrino de Po Uriburu) viendo la columna de artesanos en actitud de acudir a las urnas y temeroso de ser derrotado como hombre no acostumbrado a ello, cargo a cuesta con la desvencijada mesa que haba sido colocada en su lugar correspondiente para el acto electoral, con el objeto de darse ms tiempo y poder duplicar sus elementos, pero no, el poder de Morfeo es el que cargo con los escrutadores hacindoles prolongar plcidos sus sueos de la maana, pues como jvenes y amantes de Venus, como cualquier hijo de vecino, tuvieron necesidad de dar cumplidamente satisfaccin a las exigencias sociales pasando en alegres danzas la noche anterior...por consiguiente las mesas electorales no pueden constituirse. (Diario El Cvico, lunes 5 de marzo de 1900).

La simptica crnica periodstica daba cuenta de una situacin habitual de la parodia electoral a la que apelaba el oficialismo, durmiendo a los escrutadores, cuando no poda controlar con seguridad el voto de los sufragantes. En esta ocasin, representaba un claro indicio que algo haba comenzado a enturbiar el funcionamiento de los acuerdos previos que legitimaban cannicamente al rgimen.

La presencia de los artesanos y la ausencia de la clientela electoral de los notables fue una maniobra de presin, jugada por quienes haban comenzado a mover las piezas con el objetivo final de condicionar el recambio gubernamental.

El domingo 19 de marzo, se repiti la escena electoral frustrada das antes, pero esta vez El Cvico pudo informar que

el voto electoral que tuvo ayer en esta Capital se verific sin que se produzca desorden alguno, pues el elemento obrero abandon las urnas sin haber sufragado quedndose slo los votantes de la lista oficial, la que result triunfante. Segn se nos ha informado, los obreros se han retirado para hacer una protesta fundndose en la inutilidad de la lucha ante un sistema de multiplicacin de los partidos en el momento del sufragio...El Partido Autonomista Nacional y la Unin Provincial, dos entidades polticas que han hecho causa comn para combatir y derrotar con una sola bandera a esos obreros, han aparecido como por encanto resucitando el uno entre los muertos y actuando el otro precozmente, antes de abandonar los paales. (Diario El Cvico, lunes 19 de marzo de 1900).

Esta vez el acuerdo oligrquico entre las facciones oficialistas y disidentes funcion sin problemas produciendo el efecto esperado por ambos contendientes. Por un lado, el gobernador recibi la advertencia, que iba a estar obligado a negociar, en el seno de los notables, la futura sucesin. Por otro lado, la dirigencia de las clases subalternas, qued notificada que su participacin, estaba sujeta a los intereses y objetivos de la clase dominante.

El gobierno de don Angel Zerda: el primer inconveniente que tuvo que salvar fue la epidemia de viruela, que azotaba la provincia, la que logr controlar, declar la vacunacin antivarilica obligatoria y gratuita. En este gobierno adems tuvo lugar la coronacin de los Santos Patronos de la Ciudad en septiembre de 1902. Inici los trabajos de prolongacin del ferrocarril a Bolivia, Ledesma y Orn. Se cre el Juzgado de Paz Letrado del Departamento de la Capital. Durante su gestin se concluyeron las obras del Palacio de Gobierno.

Hijo de quien donara los terrenos y el edificio para que all funcionara el Colegio Salesiano que naci como escuela de Artes y Oficios a comienzos del siglo anterior. Existen pocos datos biogrficos pero si se conoce que ocup dos veces la gobernacin de la provincia, siendo la primera desde el l de setiembre de 1901 hasta esta misma fecha de 1904, sucediendo en el cargo a Don Po Uriburu. Su segundo su mandato fue provisorio por desempearse como presidente del Senado de la Provincia ante la renuncia del gobernador doctor David Ovejero para ocupar una banca como senador nacional. Este ltimo mandato fue desde el 20 de noviembre de 1906 hasta el 20 de febrero de 1907.La principal gestin de Zerda proclamado candidato por los Partidos Unidos- al asumir a sus funciones fue la de captar la voluntad de todos los ciudadanos en razn que la sociedad estaba hondamente fraccionada, situacin agravada por la aguda crisis econmica.Para ello orden los ingresos fiscales y creo mano de obra para las tareas de saneamiento, culminando las construcciones iniciadas por gobiernos anteriores. Se ocup de la provisin del servicio de agua corriente y se interes por la expropiacin te terrenos necesarios para la ejecucin del canal Oeste. Del gobierno nacional acord la transferencia de los fundos de Buena Vista, y los de Patrn previa expropiacin, con destino a los Cuarteles para maniobras del Ejrcito. Particip con funcionarios nacionales, locales y de Jujuy a la inauguracin de los trabajos de prolongacin del Ferrocarril Central Norte (F.C.C.N.) a Ledesma, Orn y Bolivia.Termin la edificacin del Palacio de Gobierno (Mitre, entre Rivadavia y Leguizamn) donde alberg las dependencias de la Casa de Gobierno, Poder Legislativo y Poder Judicial. Al gobernador ngel Zerda le toc el privilegio de asistir a la coronacin de las imgenes del Seor y de la Virgen del Milagro, el 13 de setiembre de 1902, solemnidad que estuvo a cargo del Obispo de Salta Monseor Matas Linares y Sanzetenea.Entre otras cosas dignas de mencionar vinculadas al mandato de Zerda se encuentra la lucha contra la epidemia de viruela; la cesin a la Nacin segn cuenta el doctor Atilio Cornejo- el ejercicio de la jurisdiccin y soberana que corresponda a la provincia sobre un rea de terreno ubicada en el Partido de San Antonio de los Cobres, Departamento de La Poma, con el objeto y condicin de que en ella se establezca la Capital de la Gobernacin del Territorio de los Andes y si en que dicha cesin altere los derechos que los particulares tuviesen adquiridos en el rea cedida, ni las concesiones que por cualquier ttulo legal hubiese acordado la Provincia.Otra transferencia que hizo la provincia a favor del Estado Nacional fue la manzana comprendida entre las calles Ro Bamba (actual Alsina), Mitre, Balcarce y Canal Norte (Entre Ros) para que all se levante el edificio de la Escuela Normal de Maestras, establecimiento donde actualmente se encuentra.Para terminar esta sntesis del gobierno de ngel Zerda, a quien lo sucedi el doctor David Ovejero, le aporto una nota de alegra para los albos. El mandatario saliente instal a favor del Club de Gimnasia y Tiro el local del antiguo Polgono, al igual que los componentes y recursos de la silenciada sociedad de la Liga Patritica.Gobierno de don Avelino Figueroa: entre 1910 1913. Durante su gobierno tuvieron lugar los festejos del centenario de la Independencia Argentina y la fundacin de la Escuela Normal de Rosario de la Frontera. Se ocup de la cuestin de lmites con la Provincia de Santiago del Estero; de la tierra pblica, de su mensura y venta, de las obras pblicas en especial las de irrigacin para distintas localidades del Valle de Lerma y Calchaqu. Finalizando su gestin se coloc la piedra fundamental del colegio Salesiano Angel Zerda.

El radicalismo en SaltaEn la gnesis del siglo pasado la amenaza real y concreta a la ideologa tradicional no provena de los anarquistas socialistas, sino del Partido Radical, triunfante en el pas desde 1916. Es importante aclarar que en Salta conservadores y radicales eran retoos de una misma cepa. Las generaciones jvenes de varias familias tradicionales haban optado por la militancia radical y mostraban cierto entusiasmo por la modernizacin poltica y social. El Partido Radical posibilit la incorporacin a sus filas de otros sectores sociales y estos remozaron, en alguna medida, los viejos esquemas partidarios.

La lucha inmediata, impostergable, era la de instruir al pueblo en sus derechos electorales. Ardua y despareja lucha. En toda la provincia se convoc a los sectores ms desamparados a defender la libreta de enrolamiento por ser el documento que habilitaba para votar:

"La voz radical se hace or para decir a los criollos y viejos extranjeros que defiendan la libreta de enrolamiento por ser la nica prueba de identidad personal y el nico instrumento con que los argentinos podan detener el avance de la ola extranjerizante y ponemos el ejemplo de Crdoba donde el 1 de mayo no menos de quince mil empleados desfilaron por las calles con la libreta de enrolamiento en alto ante la estupefaccin de sus rivales al grito de: Aqu estn los que no se venden! [...] Hay que sustraer la libreta de enrolamiento al comercio que con ella se ha hecho.

Tambin, desde el Poder Central se tomaron medidas para hacer posible el gobierno de acuerdo a los ideales liberales de la Unin Cvica Radical. Yrigoyen haba convenido con el presidente Saenz Pea la Intervencin Federal para obligar a las provincias, an a las ms recalcitrantes, a adoptar la ley del voto universal, secreto y obligatorio:

"La reforma electoral deba sancionarse conjuntamente con la intervencin de todas las provincias, cuyas autonomas haba abolido el Rgimen. El incumplimiento de esta promesa por el presidente, puso a Yrigoyen frente a la tarea ineludible de devolver a los pueblos las autonomas que detentaban los usurpadores".3

Al ao siguiente de sancionada la Ley Senz Pea se realizaron en Salta elecciones para renovar los tres poderes. Los conservadores fundaron la Unin Provincial y postularon para el cargo de gobernador de la provincia al Dr. Robustiano Patrn Costas. Sus opositores radicales proclamaron la candidatura de Joaqun Castellanos, figura poltica apoyada por el diario porteo La Nacin:

"[...] Quien cuenta con las simpatas generales del pas... una candidatura que les honra, la del Dr. Joaqun Castellanos, escritor y orador de nota, caballero irreprochable extensamente vinculado".Por esos aos, a pesar de la ley electoral, las elecciones continuaron siendo amaadas. Las llevadas a cabo en 1913, no fueron la excepcin. La ley electoral sirvi para poner al desnudo el paternalismo imperante en Salta y las dificultades reales para modernizar el estado, sanear la poltica y la economa provincial. En otras palabras, continuaba casi sin variantes, el dominio de las prcticas de la sociedad tradicional.

El fraude electoral se haca en forma tan descarada en la provincia que, para garantizar la vigencia de la ley del voto universal y secreto, fueron necesarias tres intervenciones federales enviadas una tras otra por el gobierno nacional.El primer interventor fue el cuestionado Dr. Emilio Gimenez Zapiola, quien, apenas llegado a Salta anunci desde las pginas de Nueva poca:

"[...] Las policas sern ntegramente renovadas y ocupar para ello a oficiales del Ejrcito. Desde ya puedo decir que llegadas las elecciones el Jefe de Polica ser YO mismo".Acto seguido, declar en comisin a todos los miembros del Poder Judicial y nombr nuevos funcionarios en su reemplazo, orden depurar y ampliar el Padrn Electoral e hizo cesar a todas las comisiones municipales de la provincia. Estas medidas, necesarias, pero tomadas con agresiva intemperancia, provocaron las iras de los radicales y del propio Presidente de la Repblica, quin lo removi de su cargo acusndolo de haber incurrido en "inconcebibles herejas jurdicas".

Un trabajador de la ciudad, don Felipe Eduardo, salteo de 95 aos, herrero artstico, recuerda al primer interventor federal, Emilio Gimenez Zapiola, con particular buen humor.

Pregunta: Qu recuerdos tiene de las primeras intervenciones radicales en Salta?

Felipe: El interventor que ha venio aqu era un magnate de la carne, ese Gimenez Zapiola, radical pues. Ese hombre traa un odio concentrao. Era tocarlo noms pa que reviente no?... Ha hecho dos cosas, ha sacao a todos los comisarios de todos laos y ha puesto oficiales militares

Lo primero que ha hecho cuando se ha percatao de que aqu, en la calle Ituzaing entre San Luis y Rioja, donde actualmente funciona el Centro de Jubilaos de la Provincia, en las afueras de la ciudad, ah haba un reidero de gallos. El reidero era un antro de juego donde concurra toda la gente pudiente de Salta, empezando por Patrn Costas y todos esos no?... All se apostaban inmensas cantidades de dinero. A veces algunos perdan casas, propiedades y como exista la hombra de bien, el respeto a la palabra dada, no haba boletas ni contratos escritos. Decan: bueno... me has ganao, no tengo plata pero tengo la finca. Esta tarde automticamente pasa a tu nombre con el nico compromiso de que cuando pueda juntar la plata me devolvs la finca, previo pago de lo que te debo.

Pregunta: Cmo continu la cosa?

Felipe: Bueno, entonces lo primero que ha hecho el interventor fue cerrar el garito ese. Ha sacao una orden del juez federal y veinte soldaos se han presentao ah una maana, a las once de la maana, porque aprovechando eso haba gente que le gustaba la comida criolla no?... comer sus buenos locros, sus buenas empanadas, esas cosas. Entonces ha llegao l, ha hecho rodear la manzana y ha entrao, los ha encontrao ah, con las manos en la masa, como se dice, y les ha ordenao que alcen sus gallos. Pero, cmo!.. S, s. Aqu no hay recurso de habeas corpus ni nada, ustedes alcen sus gallos y vienen en fila india al Departamento Central de Polica. Ah era la penitenciara que le decan, un lugar ttrico, eso nada tena que envidiar a las catacumbas de la Inquisicin. Y entonces los ha llevao en fila india, contento, como sacndose un gusto personal que l tena no?... y los ha metio ah un domingo a la maana en la crcel, en los calabozos comunes para contraventores que haba, llenos de orina. Adentro! Y si no les gusta agarran una escoba y limpien. Adentro!... Y qu... ha empezao el revuelo pues y como era da feriao tampoco haba jueces ni nada. Los ha hecho dormir ah y al otro da, en la plaza Belgrano, que era como es ahora noms, solamente un poco ms destartalada. Y ah en la esquina, sobre la calle Sargento Surez, haba una mansin de don Agustn Usandivaras, un hombre poltico, bastante bueno era el hombre, ha sido intendente de Salta tambin. Y entonces ha hecho cortar gajos de palmeras y los ha sacao a todos, toda esa crema que haba. Todo eso no?... Han salo en fila india con un bombero. Imagnese... con un bombero!... Bueno, les dice, agarren la escoba que hay que barrer aqu.

Cmo que barrer!

Hay que barrer, noms y una patada en los tobillos, as (hace el ademn).

Entonces inmediatamente se han percatao ah, en el diario, del espectculo ese que estaban proporcionando. Creo que era el diario Nueva poca. Y entonces han mandao al fotgrafo. Pero no era como ahora que sacan la foto y listo, yast. No... haba que traer la mquina, acomodarla bien y entonces le han preguntao:

Quin es usted?

Yo soy el fotgrafo del diario Nueva poca.

Vaya