Colinas Como Elefantes Blancos

4
Colinas Como Elefantes Blancos De Ernest Hemingway Las colinas del otro lado del Ebro eran largas y blancas. De este lado no había sombra ni árboles y la estación se encontraban en medio de dos líneas de rieles bajo el sol. A un lado de la estación daba sombra y ahí una cortina de bambú colgaba frente a la puerta abierta del bar para alejar a las moscas. El inglés y la joven que lo acompañaba estaban sentados en una mesa bajo la sombra del edificio. Hacía mucho calor y el tren rápido de Barcelona llegaría en 40 minutos, pararía en la estación por 2 minutos para partir de nuevo a Madrid. La Joven: ¿Qué tomaremos? (Se ha quitado el sombrero y lo ha dejado sobre la mesa.) El Hombre: Hace mucho calor. La Joven: Tomemos cerveza. El Hombre: ¡Dos cervezas! (Grita hacía la cortina.) La Mesera: ¿Grandes? (Contesta una mujer desde adentro.) El Hombre: Sí, dos grandes. (La mesera trae las dos cervezas y dos portavasos que pone sobre la mesa viendo al hombre y a la joven. La joven está viendo la hilera de colinas; son blancas en el sol y la ciudad es café y seca.) La Joven: Parecen elefantes blancos. El Hombre: Nunca he visto uno. (El hombre toma su cerveza.) La Joven: No, nunca hubieras podido. El Hombre: Tal vez pude. El que tú lo digas, no significa nada. (La joven mira la cortina de bambú.) La Joven: Han pintado algo sobre la cortina. ¿Qué dice? El Hombre: Anís del toro. Es una bebida. La Joven: ¿Podríamos probarla? El Hombre: Oiga. (El hombre grita hacia la cortina.) Queremos dos Anises del Toro. La Mesera: ¿Con agua? El Hombre: Sí, con agua. (La mesera trae las bebidas a la mesa.) La Joven: Sabe a ajenjo. El Hombre: Así es con todo. La Joven: Sí, todo sabe a ajenjo. Especialmente las cosas que uno espera por mucho tiempo. El Hombre: Ya basta.

description

Adaptación del cuento de Hemingway a una versión teatral.

Transcript of Colinas Como Elefantes Blancos

Page 1: Colinas Como Elefantes Blancos

Colinas Como Elefantes BlancosDe Ernest Hemingway

Las colinas del otro lado del Ebro eran largas y blancas. De este lado no había sombra niárboles y la estación se encontraban en medio de dos líneas de rieles bajo el sol. A unlado de la estación daba sombra y ahí una cortina de bambú colgaba frente a la puertaabierta del bar para alejar a las moscas.El inglés y la joven que lo acompañaba estaban sentados en una mesa bajo la sombra deledificio. Hacía mucho calor y el tren rápido de Barcelona llegaría en 40 minutos, pararíaen la estación por 2 minutos para partir de nuevo a Madrid.

La Joven: ¿Qué tomaremos? (Se ha quitado el sombrero y lo ha dejado sobre la mesa.)El Hombre: Hace mucho calor.La Joven: Tomemos cerveza.El Hombre: ¡Dos cervezas! (Grita hacía la cortina.)La Mesera: ¿Grandes? (Contesta una mujer desde adentro.)El Hombre: Sí, dos grandes.

(La mesera trae las dos cervezas y dos portavasos que pone sobre la mesa viendo alhombre y a la joven. La joven está viendo la hilera de colinas; son blancas en el sol ylaciudad es café y seca.)

La Joven: Parecen elefantes blancos.El Hombre: Nunca he visto uno. (El hombre toma su cerveza.)La Joven: No, nunca hubieras podido.El Hombre: Tal vez pude. El que tú lo digas, no significa nada.

(La joven mira la cortina de bambú.)

La Joven: Han pintado algo sobre la cortina. ¿Qué dice?El Hombre: Anís del toro. Es una bebida.La Joven: ¿Podríamos probarla?El Hombre: Oiga. (El hombre grita hacia la cortina.) Queremos dos Anises del Toro.La Mesera: ¿Con agua?El Hombre: Sí, con agua.

(La mesera trae las bebidas a la mesa.)

La Joven: Sabe a ajenjo.El Hombre: Así es con todo.La Joven: Sí, todo sabe a ajenjo. Especialmente las cosas que uno espera por muchotiempo.El Hombre: Ya basta.

Page 2: Colinas Como Elefantes Blancos

La Joven: Tú empezaste. Yo me estaba divirtiendo; la estaba pasado bien.El Hombre: Bueno, pues tratemos de pasarla bien.La Joven: Muy bien, eso estaba tratando. Dije que las colinas parecían elefantes blancos.¿No fue brillante?El Hombre: Sí, lo fue.La Joven: Quería probar esta bebida. Eso es lo único que hacemos ¿verdad? Conocercosas nuevas y probar bebidas nuevas.El Hombre: Eso creo.La Joven: Esas colinas son hermosas. (Viendo hacia las colinas.) Realmente no parecenelefantes blancos. Me refería al color que se les ve a través de los árboles.El Hombre: ¿Bebemos algo más?La Joven: Está bien.El Hombre: Que fría y que rica está la cerveza.La Joven: Sí, deliciosa.El Hombre: Realmente es una operación terriblemente sencilla Jig. En realidad no esuna operación.

(La joven ve hacia el piso.)

El Hombre: Yo sé que no te importaría, Jig. No es nada. Es solo dejar que te metan aire.

(La joven no responde.)

El Hombre: Iré contigo y estaré contigo todo el tiempo. Solo te meten aire y todo lodemás es perfectamente natural.La Joven: ¿Y después? ¿Qué haremos después?El Hombre: Estaremos bien después. Así como lo estábamos antes.La Joven: ¿Qué te lo hace suponer?El Hombre: Que eso es lo único que nos estorba, es lo único que nos hace infelices.

(La joven ve la cortina y la toma en sus manos.)

La Joven: Y crees que entonces estaremos bien y seremos felices.El Hombre: Yo sé que lo seremos. No debemos tener miedo. Conozco muchas personasque lo han hecho.La Joven: Yo también. Y después todos fueron tan felices.El Hombre: Bueno. Si tú no quieres no tienes por qué hacerlo. No dejaría que lohicieras si no quieres. Pero yo sé que es muy sencillo.La Joven: ¿Y tú realmente quieres?El Hombre: Creo que es lo mejor. Pero no quiero que lo hagas si tú no quieres.La Joven: ¿Y si lo hiciera serías feliz y las cosas serían como antes y me amarías?El Hombre: Te amo ahora. Tú sabes que te amo.La Joven: Lo sé. Pero si lo hiciera sería bello otra vez que te dijera que las cosas parecenelefantes blancos y te gustaría.El Hombre: Me encantaría. Me gusta ahora, pero no puedo pensar en eso. Tú sabescomo me pongo cuando me preocupo.La Joven: ¿Si lo hiciera ya no te preocuparías?

Page 3: Colinas Como Elefantes Blancos

El Hombre: No me preocuparía por eso porque es muy sencillo.La Joven: Entonces lo haré; porque yo no me importo.El Hombre: ¿Qué quieres decir?La Joven: Que no me importo.El Hombre: Bueno, a mi sí me importas.La Joven: Sí, pero yo a mi no. Entonces lo haré y todo estará bien.El Hombre: No quiero que lo hagas si lo sientes de esa manera.

(La joven se levanta y camina hasta el final del edificio. Del otro lado hay sembradíos degranos y árboles. A lo lejos hay montañas. La sombra de una nube se ve sobre lossembradíos y ella ve el río a través de los árboles.)

La Joven: Y podríamos tener todo esto. Podríamos tenerlo todo y cada día lo hacemosmás difícil.El Hombre: ¿Qué dijiste?La Joven: Dije, que podríamos tenerlo todo.El Hombre: Podemos tenerlo todo.La Joven: No, no podemos.El Hombre: Podemos tener el mundo entero.La Joven: No; ya no es nuestro.El Hombre: Es nuestro.La Joven: No lo es. Y una vez que nos lo quiten, nunca lo podremos recuperar.El Hombre: Pero no nos lo han quitado.La Joven: Esperaremos y lo veremos.El Hombre: Vuelve a la sombra. No debes sentirte así.La Joven: No me siento de ninguna manera. Solo lo sé.El Hombre: No quiero que hagas nada que tú no quieras hacer.La Joven: Ni que sea bueno para mí. Ya lo sé. ¿Podríamos tomar otra cerveza?El Hombre: Está bien. Pero tienes que darte cuenta.La Joven: Me doy cuenta. ¿Podríamos dejar de hablar?

(La joven se sienta viendo hacía las colinas mientras él la ve.)

El Hombre: Tienes que darte cuenta. No quiero que lo hagas si tú no quieres. Estoydispuesto a sobrellevarlo si es que significa algo para ti.La Joven: ¿Significa algo para ti? Nos podríamos llevar bien.El Hombre: Claro que significa. Pero te quiero sólo a ti en mi vida y a nadie más. No quieroque exista alguien más en nuestras vidas, y sé que es muy sencillo.La Joven: Sí, tú sabes que es muy sencillo.El Hombre: Está bien que lo digas así, pero yo lo sé.La Joven: ¿Podrías hacer algo por mí?El Hombre: Haría cualquier cosa por ti.La Joven: ¿Podrías por favor, por favor, por favor, dejar de hablar?

(Él no dice nada, solo ve las maletas recargadas en la pared afuera de la estación, tienenpegadas etiquetas de todos los hoteles en los que se han quedado.)

Page 4: Colinas Como Elefantes Blancos

El Hombre: Pero no quiero que lo hagas. No me importa.La Joven: Voy a gritar.

(Sale la mesera con otras dos cervezas y les dice que el tren llegará en cinco minutos.)

El Hombre: Mejor iré a llevar las maletas al otro lado de la estación.

(Ella le sonríe. Él va, levanta las maletas y las lleva al otro lado, pasa por entre la genteque espera el tren bebiendo. Se toma un anís. Pasa por la cortina hacia la mesa endonde la joven le espera sentada y le sonríe.)

El Hombre: ¿Te sientes mejor?La Joven: Me siento bien. No me pasa nada. Me siento bien.