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La trata de personas en Argentina. La condena como esperanza?

Por Enzo Finocchiaro

Palabras iniciales

La esclavitud y la trata de personas, en cuanto manifestaciones de derechos reales sobre seres humanos, han sido fenmenos histricos que desde la poca de la Ilustracin se quiere desterrar, aunque al da de la fecha, ello sigue sin conseguirse.

La Declaracin Universal de los Derechos Humanos, de 1948, en su Art.4, sostiene que Nadie estar sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos estn prohibidas en todas sus formas.

Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos sostiene en su Art.8 inc.1 que Nadie estar sometido a esclavitud. La esclavitud y la trata de esclavos estarn prohibidas en todas sus formas.

Estos eran conceptos iniciales de la trata, que luego, a nivel internacional consuetudinario, fue evolucionando, hasta llegar a la sancin de instrumentos represivos especficos de la trata, como Convencin de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (Palermo, 2000), el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y nias o el Convenio para la represin de la trata de personas y de la explotacin ajena.

Mediante este ltimo, se gest la base para que Argentina, un pas comprometido formalmente contra la trata aunque en la realidad el combate est lejos de ser ganado y se logr en 2008 la sancin de la Ley 26.364 que introdujo los Arts.145 bis y ter al Cdigo Penal, que rezan:

Art.145 bis: Ser reprimido con prisin de cuatro a ocho aos, el que ofreciere, captare, trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotacin, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros pases, aunque mediare el consentimiento de la vctima

Art.145 ter: En los supuestos del artculo 145 bis la pena ser de cinco a diez aos de prisin, cuando: 1. Mediare engao, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidacin o coercin, abuso de autoridad o de una situacin de vulnerabilidad, o concesin o recepcin de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la vctima; 2. La vctima estuviere embarazada, o fuere mayor de setenta aos; 3. La vctima fuera una persona discapacitada, enferma o que no pueda valerse por s misma; 4. Las vctimas fueren tres o ms; 5. En la comisin del delito participaren tres o ms personas; 6. El autor fuere ascendiente, descendiente, cnyuge, afn en lnea recta, colateral o conviviente, tutor, curador, autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educacin o de la guarda de la vctima; 7. El autor fuere funcionario pblico o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaria.

Cuando se lograra consumar la explotacin de la vctima objeto del delito de trata de personas la pena ser de ocho a doce aos de prisin. Cuando la vctima fuere menor de dieciocho aos la pena ser de diez a quince aos de prisin.

Aunque no haremos una crtica al Art.145 bis y ter en este comentario, s diremos que quizs es una norma con ciertos defectos tcnicos, que se preocupa ms por receptar compromisos internacionalmente adquiridos que por un eficaz combate al delito que se propone sancionar, y que por ello, y por ciertos evidentes defectos judiciales, policiales, polticos y sociales es que no logra desarticularse el flagelo de la trata.

Lo cierto es que por trata, en este sentido, se entiende ofrecer, captar, trasladar, recibiere o acoger a una persona con fines de explotacin comercial o fin de lucro.

Con este breve prlogo, pasemos al anlisis del caso

Antecedentes del caso

El 19 de febrero de 2010, personal de Gendarmera Nacional realiz en forma simultnea distintos allanamientos en cuatro locales -entre moteles y whiskeras- en la ciudad correntina de Ituzaing. La investigacin se inici tras una serie de denuncias de los propios vecinos, quienes aseguraban que en esa localidad exista una red de prostitucin. Los locales allanados fueron: Casablanca (un motel que en la parte de adelante funcionaba un pub); Eros, Escorpin y la whiskera llamada El misionero, o llamada coloquialmente El seor Mongo por los clientes.

En todos los procedimientos se secuestraron elementos de suma importancia que respaldaban lo que los mismos lugareos acusaron. Pero en este ltimo local, rescataron a tres menores: dos de 14 aos y una de 12 (una argentina y dos hermanas paraguayas, a las que la propia madre se encargaba de llevarlas al local por las noches para entregarlas y en horas de la maana las pasaba a buscar y cobrar su parte del dinero por los servicios prestados por sus hijas). La Justicia Federal dispuso la detencin del propietario de El misionero, Juan Carlos Mondo, de 68 aos, y de su concubina en aquel entonces, Isabel Borges de Lima, de 30 aos, imputados por el delito de trata e induccin a la prostitucin de menores. Intervino en la instruccin, la Fiscala Federal de Corrientes y el Juzgado Federal 1 de la misma ciudad.

El caso ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes

Luego del proceso inicial, llegan a la etapa de juicio oral frente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes Mondo y Borges de Lima, asistidos en ambos casos por un defensor oficial. Las audiencias se iniciaron el 17 de abril de 2013.

Ya en las cuestiones previas al debate, el Tribunal resuelve negativamente tres nulidades articuladas por el Defensor de Mondo. En primer lugar, el Dr. Di Tella cuestion que las testimoniales de las vctimas del caso las menores de edad no contaron con el control de la defensa ni la defensa tuvo la oportunidad de preguntarles, entendiendo que ello violaba el derecho constitucional de defensa en juicio. Sobre esto, el Tribunal Oral sostuvo que, dado que el Fiscal no se apoy para acusar en el juicio en estos dichos, la nulidad deviene inoficiosa, y por ello, al no causar perjuicio alguno, se rechaza.

Luego, el mismo defensor plantea la nulidad de todos los actos de instruccin, dado que Mondo haba tenido un defensor particular ineficiente, que no cumpli acabadamente su funcin y que lo puso a su asistido en situacin de desamparo procesal. A esto, el Tribunal respondi que Mondo haba optado por un defensor particular, que estuvo presente en todos los actos, que nunca esto fue planteado por el asistido, y que ello era una apreciacion subjetiva y exclusiva del ahora defensor y por ello deba rechazarse.

En tercer lugar, el Defensor actual de Mondo plante la nulidad de la declaracin indagatoria de su asistido por considerar que no se le haba intimado el hecho claramente ni expuesto cules eran todas las pruebas en su contra. El Tribunal no cree lo mismo, sostiene que s se le hizo una minuciosa exposicin de cul era el hecho enrostrado y la prueba que lo sustentaba, y por ello rechaza la nulidad.

Seguidamente, el mismo defensor plantea la inconstitucionalidad de los Arts.145 bis y ter del Cdigo Penal, por entender que el tope del mnimo previsto excede y no es congruente con las consecuencias jurdicas derivadas del accionar de su defendido, mencionando afectacion de los principios de dignidad de la persona, culpabilidad y proporcionalidad, apoyndose en Herrera Ulloa, de la Corte IDH. En concreto, dice que el mnimo de diez aos supera incluso al homicidio, el delito ms grave tpicamente considerado. El Tribunal Oral responde que la lesin causada a un menor de edad sometido a trata es tan grave que justifica dicha escala penal, la que por otra parte fue establecida y defendida por el legislador, e incluso a nivel internacional, y por ello rechaza el pedido defensista.

Haciendo un racconto de la etapa instructoria, el Tribunal Oral rese que en la indagatoria Mondo se desentendi de la acusacin, sealando que el lugar si bien era de l, fue alquilado varias veces y que por sus problemas de salud, quien lo atenda y manejaba todo era su concubina, Borges de Lima, ignorando cmo llegaban las chicas y qu hacan, ya que l casi ni iba al lugar. Su concubina, al contrario, dijo que esto no era cierto, que Mondo la haba inducido a ella misma la prostitucin, que la obligaba a atender y recibir a las chicas, que todo lo haca coaccionada y que Mondo tena total dominio y conocimiento de todo lo que aconteca.

Luego de ello, el Tribunal describe las acusaciones para cada uno de los coimputados, los alegatos defensistas y las pruebas aunadas en la causa. Entonces, tiene por acreditadada la presencia y albergue en el lugar de tres menores de edad, que haban sido llevadas all por la fuerza, obligadas a prostituirse, en un marco de extrema vulnerabilidad, explotacin y desamparo afectivo y social. En cuanto a la responsabilidad de los acusados, el Tribunal Oral estim que Mondo era el dueo, que tena vasta experiencia all, conoca perfectamente que quienes trabajaban all eran menores y que ello le haca ganar ms dinero y que incluso embarc en ello a su concubina, quien era la regente del comercio.

Respecto a Borges de Lima, el Tribunal encontr acreditado que ella era la encargada del lugar, que conoca perfectamente qu se haca all y la edad de las chicas que regenteaba y la explotacion comercial a la que eran sumidas.

Acto seguido, el Tribunal tiene por acreditada la plataforma fctica contenida en la acusacin fiscal. En cuanto al encuadre jurdico, el Tribunal estima que slo debe estarse al Art.145 ter, y desecha el concurso real con el Art.125 bis propiciado por la fiscala, toda vez que se trata de un concurso aparente, y que dicha figura directamente se subsume en el delito de trata de personas que pena el Art.145 ter.

Luego, analizan la autora de los acusados, y coinciden en aplicar la coautora para ambos, desechando en el caso de Borges de Lima la excusa absolutoria del Art.5 de la Ley 26.364 (que exime a las vctimas de trata de los delitos de la Ley), pues Borges de Lima claramente estaba en posicin dominante, se quedaba all porque quera y porque econmicamente le convena y al momento de los hechos era explotadora y no explotada.

Ya al momento de la determinacin judicial de la pena, teniendo en cuenta las condiciones personales, las caractersticas del hecho y su actitud posterior, los jueces unnimentemente resolvieron aplicar doce aos de prisin a Mondo, y diez aos a Borges de Lima, ms el decomiso de los efectos y de los locales allanados.

Eplogo

Hemos reseado una sentencia modelo, bien estructurada, con una correcta definicin conceptual y una evidente conciencia de los jueces de lo que este flagelo significa (tngase en cuenta que para el momento de redaccin de este comentario, Corrientes figuraba en tercer lugar provincial en trata de personas, segn la ex UFASE).

Claramente, la trata de personas requerir mucho ms que uno o varios lindos fallos judiciales, aunque estos sirvan como modelo para unos y ejemplo para otros. Requiere un esfuerzo mancomunado de policas, jueces, legisladores, gobernantes, vecinos y principalmente, de nosotros, los hombres de a pie, de la sociedad, de aquelllos que les damos motivos a los tratantes para que exploten mujeres. Sin clientes no hay trata, eso est claro. Lo dems, son detalles.