Comentario Dos Poemas Contemporáneos COPIA
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PABLO CALVO GONZLEZ
COMENTARIO DE DOS POEMAS CONTEMPORNEOS
TEMAS Y GNEROS DE LA POESA HISPNICA II
CURSO 2014-2015
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ALGO MS PICO SIN DUDA
Las 00.30 y heme aqu fumando hasta matarme delante de una pantalla negra con manchas de verde embadurnndola. 5
Ah fuera, en alguna parte, en todas,ensayos de cadverse arrastran hacia el maana en la estela de otra 10noche vaca.
Me preguntoqu hubiera dicho Hornero.
(Roger Wolfe, 1996)
Contenido en su libro Mensajes en botellas, este poema de Roger Wolfe condensa en su
mnima extensin una acertada reflexin sobre el contenido y forma de la pica, haciendo una
composicin anti-pica pura y dura. En lugar de una interminable tirada de hexmetros, trece
versos irregulares; en vez de las gestas de los grandes hroes que conquistaron la Troya de Pramo,
un tipo fumando ante el ordenador, ajeno a las posibles tragedias de quienes comparten su mundo;
las gestas blicas de Aquiles, el de los pies ligeros y de Hctor, domador de caballos, dejan paso
aqu a las pequeas miserias de gente annima que el poeta representa en un epteto muy poco
homrico: ensayos de cadver.
En un mundo en el que ya no hay espacio para cantar las clebres hazaas de los hijos de los
dioses (hay posibilidad de genuina pica, despus de Auschwitz?) qu escribira Homero? A
quin hara hoy portador de una gida? Wolfe, a mi parecer, deja patente que el gnero de la poesa
pica tal y como lo concebimos (como la ms antigua literatura de todas las civilizaciones,
depositaria de las leyendas fundacionales y de la gloria de cada nacin en la que se gesta) es
absolutamente inviable en nuestros das. O acaso hace falta la genialidad de un Homero resucitado
que convierta esa estela de noches vacas (v. 11) en hexmetros dactlicos de contenido pico? El
autor lanza el guante, uno puede recogerlo o no.
La pequea composicin de Roger Wolfe est en conexin con la tradicin pica (yendo a
sus mismas races) en tanto que niega toda validez que sta pueda tener en un universo
completamente alejado ya de las sociedades que escuchaban a los rapsodas.
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DEL EPTETO HOMRICOA Francisco Castao
Los feroces hexmetrosen que juegan los hroes con la muerte. Las naves cncavas. El azaroso ponto con reflejos de vino.Diosas de ojos de vaca. 5El oro presentido de la piel de Criseida.
Pero las horas grvidas de tedio en las aulas plagiadas malamente del Instituto Escuela.El dmine insufrible. El lomo gris 10del diccionario griego de Sopena.
Repaso detenido de los primeros cantosante el cercano junio cebado de amenazas. Segados por las flechas del hijo de Letona, caan los argivos en los surcos 15de dctilos sangrientos.La cosecha del Orco slo se interrumpapara el rezo del ngelus (o del Regina Coeli?).
El verano vena, y, con l, la nostalgia de tu piel por la arena, 20de tu piel siempre esquiva. Encadenado a ringleros de aoristos y duales e inextricables desinencias jnicas, cmo te odiaba, Elena, la de ligeros cascos. 25
(Jon Juaristi)
Si en el poema anterior Wolfe negaba la pica mediante la reflexin literaria cerrada con
una pregunta retrica (respondida por su ttulo), Jon Juaristi aqu hace lo propio pero mediante la
burla y la autobiografa. Juaristi mezcla en su composicin, salpicada de guios a la pomposidad y
dureza del lenguaje homrico (parodiando mediante versos endecaslabos, metro pico hispano por
excelencia, el ritmo dctilo de Homero) el humor y el recuerdo.
Recuerdo de sus clases de griego en la que lenta y pesadamente traducan los primeros
cantos de la Ilada; humor con el que parodia los rasgos ms tpicos del estilo pico arcaico, siendo
uno de los ms representativos el que da ttulo al poema: el epteto.
Frmulas como el azaroso ponto (v. 4) y las naves cncavas (v. 3) se repiten hasta la
saciedad en los poemas homricos, de forma que Juaristi se lo toma a guasa aplicndolo a objetos
absolutamente ajenos al mundo de la pica, pertenecientes a ese otro mundo, al del recuerdo, al de
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las horas grvidas de tedio (v. 7) en su instituto. As, encontramos usos tan chocantes como
dmine insufrible (impagable guio al domine Cabra de Quevedo v. 10); El lomo gris del
diccionario (v. 10); Repaso detenido (v. 12); cercano junio cebado de amenazas (v. 13);
inextricables desinencias jnicas (v. 23); Elena, la de ligeros cascos (v. 25).
La burla se extiende, adems, al juego metaliterario cuando el poeta mezcla el plano de la
ficcin (las hazaas de Ilin) con el de la realidad (la sesiones de traduccin). As ocurre en los vv.
1-2: Los feroces hexmetros / en que juegan los hroes con la muerte; y en los vv. 14-18:
Segados por las flechas del hijo de Letona, / caan los argivos en los surcos / de dctilos
sangrientos. / La cosecha del Orco slo se interrumpa / para el rezo del ngelus.
Pero el mejor chiste llega al final: quin tiene la culpa de que este chaval est pasando
tan mal rato traduciendo aoristos y midiendo hexmetros? No es Homero, sino la casquivana y
mtica Elena, esposa de Menelao, que fugndose con Paris fue la causa de la guerra de Troya
cantada por el poeta ciego. Contra ella diriga su enfado el malhumorado escolar, trocando su
epteto tradicional la de nveos brazos, por una maligna mezcla con el de Aquiles, pasando a ser
Elena, la de ligeros cascos (v. 25).
Mediante la amarga reflexin y la pregunta retrica en un caso, y sirvindose de la
chocarrera y del recuerdo autobiogrfico el otro, estos dos poetas rinden con sus obras un modesto
homenaje a la tradicin pica de la nica manera que en el mundo actual se puede hacer: negndola.