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1 PONENCIA COMISIÓN 4 | GÉNERO Y FAMILIAS.VIOLENCIAS.AUTONOMÍA Y DERECHOS SEXUALES Y NO REPRODUCTIVOS. GABRIEL R. JUAN

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PONENCIACOMISIÓN4|GÉNEROYFAMILIAS.VIOLENCIAS.AUTONOMÍAY

DERECHOSSEXUALESYNOREPRODUCTIVOS.

GABRIELR.JUAN

RESUMEN El fenómeno de la violencia de género es de tal complejidad, que el

abordaje jurídico tradicional resulta insuficiente para comprenderlo de manera íntegra. Por ello es necesaria una perspectiva transdisciplinaria. En este sentido, se propone un punto de vista novedoso, la intersección Derecho en la Literatura, esto es, la forma en la que la Literatura trata y problematiza un asunto de interés iusfilosófico. Esta relación aporta un beneficio para el conocimiento y la interpretación jurídica.

A modo de argumento autoritativo se destaca el caso “Penal Castro Castro”, resuelto por la Corte IDH en el año 2006. En el precedente, el Juez Cançado Trindade reflexiona sobre la maldad de los actos del poder y la influencia sobre el tópico Tiempo y Derecho, a partir de la obra literaria Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago. Todo su análisis contiene, además, una perspectiva de género.

LA VIOLENCIA DE GENERO EN LA LITERATURA

“Más fuerza tiene el tiempo para deshacer y mudar las cosas que las humanas voluntades” (Miguel de Cervantes: El Quijote)

Introducción La violencia de género1 es una categoría jurídica que puede ser

estudiada desde las distintas relaciones que se conocen entre Derecho y Literatura. Esta es una perspectiva de análisis que cuenta con una creciente aceptación en el universo iusfilosófico. Se trata de un enfoque inclusivo, en tanto acepta las contribuciones de las restantes disciplinas, de uso frecuente en el análisis interdisciplinario del Derecho, tales como la Antropología, la Sociología, la Filosofía General y las Filosofías Política y Ética, la Psiquiatría, la Economía o la Historia.

Como punto de partida se elige la pregunta de dos autores brasileros: “Quanta realidade se encontra nas ficções? E quanta ficçăo conforma nossa realidade? Este é o argumento que atravessa a proposta aquí apresentada para a continuaçăo dos estudos relativos ao Direito e Literatura no Brasil”2.

La elección de la cita no es casual. En primer lugar, anticipa de manera expresa la propuesta

transdisciplinaria elegida, la relación entre Derecho y Literatura, en el idioma del país de la Región que más desarrollo ha tenido.3

La segunda razón consiste en la expresión de un símbolo: el reconocimiento a la nacionalidad del Juez de la Corte IDH, que recurrió a la intersección Derecho y Literatura para fundar su voto, en un caso de violencia de género contra mujeres privadas de su libertad.

La última justificación se encuentra en la respuesta que las preguntas sugieren; esto es, que determinadas ficciones conforman una parte importante de la realidad jurídica (me refiero, vgr., a las formas del discurso y a las construcciones jurídicas) y, a su vez, que en la ficción literaria se

1 En el glosario que contiene la OC 24/2017, la Corte IDH formula la siguiente

definición de género: “Se refiere a las identidades, las funciones y los atributos construidos socialmente de la mujer y el hombre y al significado social y cultural que se atribuye a esas diferencias biológicas.”

2 Streck y Karam Trindade, 2013, p. 3. 3 “Uno de los factores que ciertamente contribuyó para su difusión fue la realización

de un proyecto innovador en el escenario internacional: la producción del programa de televisión Derecho & Literatura, exhibido semanalmente, en red nacional, ininterrumpidamente desde 2008, bajo la dirección de los profesores André Karam Trindade y Lenio Luiz Streck. Tal proyecto contempla la grabación de más de trescientos programas (todo disponibles en Youtube) y que recibió en el 2013, el Premio Açorianos, categoría Destaques Literários. De la misma forma, cabe referirse a la realización del Coloquio Internacional de Derecho y Literatura (CIDIL), evento itinerante, promovido desde 2012, que congrega todos los años a investigadores, nacionales y extranjeros para presentar y discutir sus investigaciones; el CIDIL es, actualmente, el mayor evento en Derecho y Literatura de América Latina. Fundada en 2014, la Red Brasilera Direito e Literatura – RDL (www.rdl.org.br) reúne investigadores de todo el país, promoviendo los estudios, investigaciones, eventos y otras iniciativas, además de la edición de Anamorphosis – Revista Internacional de Derecho y Literatura (http://seer.rdl.org.br).” (Douglas Price, 2017).

pueden reconocer muchos datos reales, que reciben un tratamiento diferenciado, enriquecido, conmovedor, propio de la Literatura.

El presente trabajo parte de la hipótesis que recomienda un abordaje transdisciplinario, cuando se encara el estudio crítico de cuestiones vinculadas a la violencia de género. A los habituales se le agrega, con preponderancia, la articulación Derecho en la Literatura.

La posición asumida es la del humanismo, que deriva de la defensa irrestricta de los Derechos Humanos, propia de un Constitucionalismo Jurídico post positivista4. Desde aquí se interpela al Derecho para tratar de obtener alguna respuesta justificada a un problema jurídico determinado. Un caso ficcional y otro real son las herramientas de trabajo.

1. El Derecho en la Literatura La conexión entre Derecho y Literatura reconoce distintos puntos de

vista. Uno de los más difundidos es el “Derecho como Literatura”, que

postula la aplicación de las pautas hermenéuticas o métodos de análisis de la Literatura a la interpretación jurídica. Esta visión tiene un desarrollo amplio en el sistema del common law, en especial en el movimiento norteamericano conocido como Law and Literature.5 Se destacan los aportes de autores reconocidos, tales como James Boyd White, Ronald Dworkin, Richard Posner o Martha Nussbaum. Esta última autora, en su obra Poetic Justice, entiende el vínculo como un proceso que facilita la imaginación literaria. Y ésta, en tanto crea un registro propio, debe comprenderse como parte de la racionalidad pública. La imaginación literaria logra que nos interese el bienestar de personas lejanas de nuestras vidas, lo que la convierte en un componente principal de la postura ética humanista.6

Una perspectiva narrativista aborda el análisis desde lo estructural y retórico de los escritos jurídicos. La relación se llama “Literatura en el Derecho”. “En un juicio, el demandante y el demandado cuentan su historia de una manera narrativa y retórica de acuerdo con la ley, y el jurado o el juez elige la historia que prefiere”7.

Por último, la interrelación en la cual se basa este trabajo se denomina “Derecho en la Literatura”.

A partir de ella se estudia la forma en la que una obra literaria trata y problematiza un tema jurídico. Y, debido a que el conflicto ficcional está situado fuera y lejos del contexto del intérprete jurídico, la perspectiva facilita la aproximación crítica al Derecho desde la Literatura.

Este punto de vista es el que tiene mayor aceptación en el sistema continental. Talavera sostiene que la “principal virtualidad es la de ofrecernos un acercamiento al derecho desde un enfoque crítico, propio de

4 “El constitucionalismo jurídico (el tipo de concepción en la que se puede incluir a

autores como Dworkin, Alexy, Nino, MacCormick) es realmente una posición distinta a la del positivismo jurídico y a la del derecho natural. Y es precisamente esa vía la que debería transitar sobre todo la filosofía del derecho del mundo latino.” (Atienza, 2014, p. 313-314).

5 Se sostiene que esta perspectiva Derecho como Literatura consta en el programa de estudio del 40% de las facultades de derecho norteamericanas. (Douglas Price, 2017).

6 Nussbaum, 1995, p. 18. Cabe resaltar, como bien lo señala Carlos Cárcova, que la autora se refiere a que la imaginación literaria, “que exalta las emociones y sentimientos, debe impregnar, aunque no reemplazar las reglas que rigen el razonamiento jurídico y moral.” (Cárcova, en Ruiz, Et al, 2014, p. X).

7 Falcon y Tella, 2015, p. 59.

la filosofía del derecho, aportando una reflexión plenamente radicada en las coordenadas reales de nuestra tradición jurídica continental.”8 La Literatura ilumina un aspecto del derecho con una luz diferente.9

Bajo esta “luz diferente” se analiza un aspecto de la violencia de género, la ejercida contra mujeres privadas de su libertad.

2. El caso real.

a) Antecedentes de lo sucedido en el Penal Castro Castro10 En el año 1992, la República del Perú estaba inmersa en un contexto

de conflicto armado interno11. Desde el 6 al 9 de mayo de ese año, el Estado peruano llevó adelante el operativo denominado "Mudanza 1". La finalidad declarada era el traslado de aproximadamente 90 mujeres hacia centros penitenciarios femeninos, quienes estaban detenidas junto a una población también importante de hombres en el penal "Miguel Castro Castro".12 Lo concreto es que se trató de un ataque perpetrado por las fuerzas de seguridad del Estado, en contra de personas desarmadas, sin amotinamiento.

En el hecho murieron -al menos- 41 internos, y otros 175 resultaron heridos. Muchos más (332) fueron sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes. Una gran cantidad de personas no recibió atención médica por varios días y las que fueron trasladadas al hospital no recibieron los medicamentos ni la atención médica que requerían. Algunas mujeres sufrieron abusos sexuales.13

El caso llegó a la Corte IDH. El 25/11/2006, el Tribunal dictó sentencia condenatoria contra el Estado del Perú, por violación al derecho a la vida, a la integridad personal y a las garantías judiciales y protección judicial, receptados en la CADH (arts. 4, 5.1, 5.2, 8.1 y 25, en relación con el art. 1.1.), en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer -Belém do Pará- (art. 7.b), y en la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (arts. 1, 6, 8).

b) Relevancia del caso elegido Este fallo es relevante por diversas razones:

8 Talavera, 2006, p. 55-56. 9 Talavera, 2006, p. 60. 10 Corte IDH, caso “Castro Castro”, 2006. 11 Se recuerda que días antes, el 05 de abril de 1992, se produjo el “autogolpe” de

Estado perpetrado por Alberto Fujimori. 12 “En la época en que ocurrieron los hechos, el pabellón 1A del Penal Miguel

Castro Castro estaba ocupado por alrededor de 135 internas mujeres y 50 varones, y el pabellón 4B lo estaba por aproximadamente 400 internos varones. Los internos de los pabellones 1A y 4B se encontraban acusados o sentenciados por los delitos de terrorismo o traición a la patria, y eran presuntamente miembros del Sendero Luminoso. Muchos eran procesados sin sentencia condenatoria y en algunos casos se dispuso el sobreseimiento de las causas.” (Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 197.13).

“El 14 de abril de 1992 se realizó una inspección en el interior del pabellón 1A del penal Miguel Castro Castro. Intervinieron en la citada inspección, entre otros, directivos del penal, las internas delegadas de dicho pabellón y representantes del Ministerio Público. En el acta de inspección se hizo constar que no se hallaron armas de fuego, explosivos ni excavación de túneles.” (Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 197.14).

13 Relato de los hechos obtenido de: Corte IDH, caso “Castro Castro”, 2006. En igual sentido: Cuadernillo de jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos nº 4: género, 2017.

(i) La Corte IDH aplica por primera vez la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (“Convención de Belém do Pará”). Este instrumento internacional se constituye así en una de las columnas esenciales14 sobre la cual se construye la resolución condenatoria contra el Estado del Perú. Es decir, la Corte adopta de manera inequívoca la perspectiva de género.15

(ii) El Tribunal asume como propia la decisión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en el sentido de considerar que las mujeres detenidas o bajo arresto, no deben ser discriminadas y están protegidas contra todas las formas de violencia o explotación.16

(iii) La Corte fija un criterio de interpretación amplia del artículo 12 de la Convención Belém do Pará y asume plena jurisdicción para fallar con base en ese instrumento internacional, a pesar de que tal pedido no lo hizo la CIDH sino la representación de las víctimas. En consecuencia, asume la perspectiva de género como pauta hermenéutica.17

3. Catorce años cambian y no cambian las cosas. El tiempo y el derecho

Elías sostiene que, del estudio de los problemas del tiempo, “se aprenden algunas cosas sobre la humanidad”.18

Para la humanidad, en tanto ideal de la ética e idea del Derecho19, la valoración del factor tiempo es crucial. El caso Castro Castro muestra como el transcurso del tiempo en el Derecho evidencia la “fragilidad de la condición humana ante la voracidad de la Historia.”20

De manera que toda consideración del tópico tiempo y derecho exige adoptar la posición crítica de colocarlo en una situación de análisis prevalente. Tiempo y derechos humanos son inescindibles; en ese vínculo reposa la idea de humanidad que se sostiene. Este postulado contribuye a la construcción de una mejor interpretación de los derechos humanos, aquella que facilita que ideal (ordenamiento moral) e idea (ordenamiento jurídico) converjan en un concepto objetivo y universalmente aceptado de Género.21 Una comprensión completa del problema jurídico favorece el encuentro con su solución, y ello se refleja en un mejor derecho.

14 Las otras son la CADH y la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar

la Tortura. 15 Ver Convención Belém do Pará, artículo 7.b). 16 Las detenidas deben ser “supervisadas y revisadas por oficiales femeninas y las

mujeres embarazadas y en lactancia deben ser proveídas con condiciones especiales durante su detención” (Corte IDH, caso “Castro Castro”, 2006, p. 303). La Corte cita la siguiente fuente: “Cfr. O.N.U., Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, Adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas por el Consejo Económico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977, párrs. 23 y 53.” (nota 159).

17 La Corte interpreta la demanda de la Comisión como una etapa más del proceso y por lo tanto recepta la alegación de la representación de las víctimas. A mayor abundamiento, ver Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, párrafos 29 a 32 del voto razonado del juez Sergio García Ramírez y párrafos 67 a 73 del voto razonado del juez Antonio Cançado Trindade.

18 Elías, 1989, p. 10. 19 Mayer, 2015, p. 198. 20 García Martín en: Alenza García, 2016, p. 33. 21 El valor moral de los DDHH está previsto expresamente en el art. 41, a) de la

CADH, que establece como función principal de la Comisión “estimular la conciencia de los derechos humanos en los pueblos de América”.

En su voto razonado, el Juez de la Corte IDH Cançado Trindade otorga un trato privilegiado al factor tiempo. Lo considera inherente a la interpretación y aplicación del Derecho. Además, fija posición contraria al positivismo y al realismo, en tanto éstos prescinden del factor tiempo en la tarea interpretativa del ordenamiento y en la valoración de los hechos. “En consecuencia, positivismo y realismo, al hacer abstracción de la relación […] entre el tiempo y el Derecho, se muestran ineluctable y patéticamente subservientes al poder, lo que considero inaceptable, al sostener el primado del Derecho en toda y cualquier situación.”22

En el caso concreto, la preeminencia y necesidad del análisis del tiempo adquiere mayor importancia si se valora, con perspectiva de género, que los hechos ocurrieron en 1992 y la sentencia de la Corte IDH se dictó en 2006. Catorce años, “tiempo de los humanos [que] requiere la verdad, la memoria y la justicia, pues el olvido y la impunidad privarían la vida de sentido y la llenarían de malicia.”23

En la audiencia pública que se realizó ante la Corte, la representante de las víctimas (Mónica Feria Tinta), también víctima, señaló que:

"14 años cambian y no cambian las cosas". En cierto sentido, "el tiempo se ha paralizado", por cuanto su vida ha sido consumida por nueve años en la investigación de este caso; entre las madres victimadas, una (Sra. Auqui) ha fallecido el año pasado, y otra le comentó sobre la muerte de su hijo. Los muertos no se han ido, […] están presentes en las reflexiones y los sueños de las sobrevivientes de la masacre de la Prisión de Castro Castro. Agregó que todo está frenado hasta que "pueda desencadenarse la justicia", pero, mientras tanto, pasa el tiempo, "nos hacemos viejos y no viene la justicia y corre el reloj. Muchas de nosotras no hemos podido ser madres todavía"; hay un derecho a la memoria que "es parte del derecho a la verdad", y en el presente caso "hicimos un esfuerzo sobre-humano para presentar evidencia que nos permita una sentencia" que ampare "este grupo de víctimas".24

El Juez reconoce distintas manifestaciones del tiempo; el cronológico, el biológico, el psicológico y el existencial. Mientras el tiempo cronológico y el biológico continúan, lo que aumenta la desesperación de las víctimas, el tiempo psicológico frena lo que denomina el “curso natural de la vida”, pues las víctimas buscan la realización de la justicia, y ello “consume tiempo”25. Y en el extremo están los muertos (41), a quienes se los privó de su tiempo existencial.

Este análisis profundo se puede relacionar con el diálogo de los personajes de Borges, Albert y Yu Tsun, en El jardín de senderos que se bifurcan, cuando el primero reflexiona que el antepasado de su interlocutor,

22 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 3 del voto razonado del Juez A. Cançado

Trindade. 23 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 6 del voto razonado del Juez A. Cançado

Trindade. Más adelante agrega: “Tiempo y Derecho desunidos conllevan a la desesperación, paralizando el curso de la vida circundada de sentido y realización. Tiempo y Derecho unidos ponen fin a la impunidad, tornando la vida un privilegio nutrido por la paz de espíritu y la tranquilidad. El tiempo con justicia es el tiempo que vale recordar, es el tiempo de la levedad del ser. El tiempo con impunidad es el tiempo que cabe soportar, es el tiempo de la pesadilla del ser…” (ídem, párrafo 8).

24 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 13 del voto razonado del Juez A.

Cançado Trindade. 25 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 14 del voto razonado del Juez A.

Cançado Trindade.

a diferencia de Newton y de Schopenhauer, no creía en un tiempo uniforme y absoluto. “Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades.”26 Es decir, un laberinto vital temporal antes que espacial.

4. La ceguera blanca. En lo que respecta a la brutalidad humana, Cançado Trindade

reconoce que los hechos del caso Castro Castro superan con amplitud lo que la imaginación humana pudo prever en una representación literaria.

Al estudio del tiempo y del derecho ya reseñado, el Juez agrega otro concepto de interés iusfilosófico: la maldad, en un contexto de abuso de poder estatal. La relación Poder y Derecho es inevitable. El análisis parte de la obra Ensayo de la ceguera, de José Saramago27.

Dentro del edificio, el estruendo de los disparos, con resonancia ensordecedora en el espacio limitado del zaguán, había causado pavor. En los primeros momentos se creyó que los soldados iban a irrumpir en las salas barriendo a balazos todo lo que encontraran en su camino, que el Gobierno había cambiado de idea, optando por la liquidación física en masa (...). Vieron a los cuerpos amontonados, la sangre sinuosa arrastrándose lentamente por las losas como si estuviese viva, y las cajas de comida. (...) El peligro acecha a los imprudentes, en aquellos cuerpos sin vida, sobre todo en la sangre, quién podría saber qué vapores, qué emanaciones, qué venenosos miasmas estarían desprendiéndose ya de la carne destrozada de los ciegos. Están muertos, no pueden hacernos nada, dijo alguien [; ...] fijaos, ni se mueven ni respiran, pero quién nos dice que esta ceguera blanca no será precisamente un mal de espíritu, y si lo es, partamos de esta hipótesis, los espíritus de aquellos ciegos nunca habrían estado tan sueltos como ahora, fuera de los cuerpos, y por tanto libres de hacer lo que quieran, sobre todo el mal, que, como es de conocimiento general, siempre ha sido lo más fácil de hacer.28

El juez se apoya en la descripción de la representación literaria, para concluir que bien podría tratarse de las consecuencias del ataque a la Prisión Castro Castro; de la “masacre” Castro Castro, como la denomina en ocasiones. Y rápidamente vuelve a la obra.

La conciencia moral, a la que tantos insensatos han ofendido y de la que muchos más han renegado, es cosa que existe y existió siempre, no ha sido un invento de los filósofos del Cuaternario, cuando el alma apenas era un proyecto confuso. Con la marcha de los tiempos, (...) acabamos metiendo la conciencia en el color de la sangre y en la sal de las lágrimas, y, como si tanto fuera aún poco, hicimos de los ojos una especie de espejos vueltos hacia dentro, con el resultado,

26 Borges, Jorge Luis, “El jardín de senderos que se bifurcan”, en “Ficciones”, en

Borges, 2011, p. 776. 27 Saramago, 2015. 28 Saramago, 2015, p. 104 y 105. Estos párrafos del libro de Saramago, con algunas

omisiones señaladas con puntos suspensivos, está incorporada en el párrafo 17 del voto razonado del Juez A. Cançado Trindade.

muchas veces, de que acaban mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca.29

José Saramago (Azinhaga, Portugal, 1922 - Tías, Lanzarote, España, 2010), autor también de: El evangelio según Jesucristo, El hombre duplicado, Todos los nombres, entre otros títulos, es uno de los escritores portugueses más conocidos. Su reconocimiento alcanza no solo al canon literario (vgr., fue premio Nobel de Literatura en 1998), sino también a estudiosos de otras disciplinas, vgr. sociólogos, filósofos, juristas (recibió numerosos Honoris Causa de diferentes universidades europeas y americanas).

En Ensayo sobre la ceguera, Saramago utiliza un narrador omnisciente, que se focaliza de manera privilegiada sobre uno de los personajes principales, la mujer del médico. Luego de una pandemia, la ceguera blanca se expande de manera indiscriminada, transformando la sociedad en una distopía. La obra muestra cómo las personas y el Estado son capaces de realizar las acciones más dañinas y egoístas, bajo el justificativo de la supervivencia o de una situación de excepción. La mujer del médico (en la obra no se conocen los nombres de los protagonistas) es la única que no fue “contagiada” del mal de la ceguera blanca, aunque finge estarlo. Ella asume la responsabilidad de guiar a los ciegos por el camino comunitario, degradado por la maldad humana.

La obra es totalmente apropiada para encarar un estudio iusfilosófico de la maldad y del abuso del poder. Muestra que no existe ningún justificativo para el uso desproporcionado de la fuerza contra otro ser humano, detenido, indefenso y enfermo. En el caso de las mujeres, el trato cruel e inhumano se entiende agravado por su percepción diferenciada.

La representación literaria nos coloca ante un test de humanidad, desde lo moral y desde lo jurídico. Es elocuente la reflexión final de la protagonista: “Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven”.30 Ante ello, el Derecho de los derechos humanos aparece como un remedio contra cualquier eventual pandemia de ceguera blanca.

En el pabellón 1A del penal se encontraban detenidas 131 mujeres. Entre ellas había mujeres embarazadas y ancianas. El ataque contra éstas se realizó el 06 de mayo de 1992 (de madrugada), y estuvo a cargo de 500 miembros de la policía y cerca de 1.000 efectivos de las fuerzas armadas. Utilizaron armas pesadas. Más tarde, gas de fósforo blanco, que causó asfixia y "un sufrimiento excruciante: la sensación que la tráquea se partía en dos y que el sistema respiratorio se quemaba químicamente; piel y órganos internos quemaban como si hubiera sido prendido en fuego. (...) Los explosivos causaban ondas expansivas que herían los tímpanos en fuego" (párr. 20).”31

En el párrafo 25 de su voto razonado, el Juez Cançado Trindade reproduce lo relatado por la representación de las víctimas, a fin de dar cuenta el sufrimiento masivo de las mujeres, aún después de terminada la incursión militar y policial.

29 Saramago, 2015, p. 29. Este párrafo del libro de Saramago, con algunas omisiones

señaladas con puntos suspensivos, está incorporada en el párrafo 18 del voto razonado del Juez A. Cançado Trindade.

30 Saramago, 2015, p. 375. 31 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 24 del voto razonado del Juez A.

Cançado Trindade.

[…] varias mujeres quienes estaban seriamente heridas pero quienes pudieron resistir y llegar vivas al hospital y a donde llegaron transportadas en camiones, una encima de la otra, fueron violadas en el hospital por personas encapuchadas quienes supuestamente las revisaban al llegar. No se les dio ninguna atención médica y algunas murieron como consecuencia. Los sobrevivientes varones fueron obligados a permanecer por casi 15 días sin atención médica sometidos a posiciones forzadas, de cúbito ventral con las manos en la nuca (...). El 10 de mayo Fujimori inspeccionó la Prisión de Castro Castro personalmente, paseándose por entre los prisioneros torturados en la posición forzada de cúbito ventral, y aprobando el resultado de la operación. (...) Las prisioneras mujeres fueron divididas en dos grupos. Un grupo fue llevado a [la] prisión de Cachiche en Ica, y el otro a la prisión de Santa Mónica en Lima. Las mujeres de Santa Mónica fueron sujetas a similares condiciones a las de los varones: fueron forzadas a permanecer con las mismas ropas que habían usado desde la masacre y no se les permitió el ducharse por más de 15 días. Permanecieron completamente incomunicados del mundo exterior por caso 5 meses posterior a la masacre y sus paraderos fueron desconocidos por todo ese tiempo a sus familiares. Ningún acceso a abogados o visitas de familiares fue permitido hasta finales de septiembre de 1992. (...) Sólo una mujer sabe lo que es estar sangrando cada mes sin tener forma de cuidar de su higiene. Estas privaciones fueron intencionales: para infligir sufrimiento psicológico severo (párrs. 25-27 y 29).32

Otras dos mujeres perdieron su salud mental como consecuencia de la violencia sufrida.33

En otro precedente de la Corte IDH, dictado meses antes, el mismo juez había advertido sobre la necesidad de defender la humanidad, ante la total indefensión de las personas víctimas de las prácticas criminales del Estado. Al igual de lo que sucede en este caso, allí también se apoyó en representaciones literarias.34

5. La necesidad e importancia del análisis de Género El voto razonado resalta la necesidad e importancia de analizar este

caso bajo la perspectiva de género35. Recuerda que el artículo 5 de la CEDAW impone a los Estados la obligación de tomar las medidas necesarias para modificar los “patrones socio culturales de conducta”.36 Asimismo, aplica los principios de igualdad y no discriminación, explicitados por la Opinión Consultiva 18/200337, que forman parte del dominio del jus cogens.

La perspectiva de género parte de la consideración que “las mujeres se vieron afectadas por los actos de violencia de manera diferente a los hombres, [por]que algunos actos de violencia se encontraron dirigidos

32 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, cita que contiene el p. 25 del voto razonado

del Juez A. Cançado Trindade. 33 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 26 del voto razonado del Juez A.

Cançado Trindade. 34 Las referencias son las tragedias griegas de Eurípides y Sófocles. Ver Corte IDH,

caso Masacres de Ituango vs. Colombia, 2006, voto razonado del Juez A. Cançado Trindad, párrafos 18 a 24.

35 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 58 a 74 del voto razonado del Juez A. Cançado Trindade.

36 CEDAW, 1979, art. 5. 37 Corte IDH, OC 18/2003, p. 97 a 111.

específicamente a ellas y otros les afectaron en mayor proporción que a los hombres.”38

En este entendimiento, la visibilización de la maldad, antónimo de ideal e idea (de humanidad) que persigue el sistema internacional de derechos humanos, justifica el análisis del caso con perspectiva de género.

Y en ese marco, la incidencia del factor tiempo muestra las diferentes afectaciones temporales (cronológico, biológico, psicológico y existencial) de violencias: a) violencia prenatal, física y psicológica, contra las mujeres embarazadas39, b) violencia en la propia vivencia de la maternidad, frente a la brutalidad perpetrada contra los hijos e hijas detenidos en la prisión40, c) violencia por la maternidad denegada o postergada; muchas mujeres no pudieron ser madres (al momento de la sentencia), porque habían consumido su tiempo existencial (14 años) en busca de la verdad y justicia41, d) la dimensión de la post vida también se vio afectada en la vivencia de la maternidad (vgr., búsqueda desesperada en las morgues, entre los restos de los internos muertos en el ataque), frente a la indiferencia de las autoridades estatales.42

Conclusión El Derecho en la Literatura no es ni pretende ser él método de

conocimiento e interpretación de los problemas jurídicos, sino tan solo un aporte más, predisponente y complementario de las herramientas que proporciona la propia ciencia jurídica.

La representación literaria aporta a la jurídica algo más que la estética, propia de la intertextualidad; agrega una mirada empática y una perspectiva diferente para el intérprete. Y es ese interés en la lejanía lo que favorece un análisis crítico racional. El voto analizado es un ejemplo de ello. El juez construye una visión de tiempo y derecho a partir de la maldad ficcional. Se trata de un discurso jurídico profundamente comprometido con lo humano.

No es un dato menor que la articulación haya sucedido en el precedente de la Corte IDH, donde se aplicó por primera vez la Convención Belém do Pará y se impuso la perspectiva de género como guía y pauta hermenéutica. En suma, se trata de instalar en el discurso la dignidad de la persona humana, como idea y como ideal convergiendo en un mejor derecho.

38 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 226. 39 Ver in extenso, Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 197.57, 292 y 298. 40 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, párr. 62 del voto razonado del juez Antonio

Cançado Trindade. Es impactante el relato testimonial que valora el juez, transcripto en este mismo párrafo de su voto razonado.

41 Ver Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 63 del voto razonado del Juez A. Cançado Trindade.

42 Corte IDH, caso Castro Castro, 2006, p. 64 del voto razonado del Juez A. Cançado Trindade.

Referencias *AMERICA

-Convención Americana sobre Derechos Humanos. 22 nov. 1969. -Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura. 12 set. 1985. -Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la

violencia contra la mujer (Convención Belém do Pará). 9 jun 1994. *ATIENZA, Manuel, (2014), “Una filosofía del Derecho para el

mundo latino. Otra vuelta de tuerca”, en DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho, N° 37 (2014), Alicante, ISSN: 0214-8676, pp. 299-318.

*BORGES, Jorge Luis (2011), Obras completas 1, Sudamericana, Buenos Aires.

*CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -Opinión Consultiva 24/2017 de 24 de nov. 2017. -Caso “Penal Miguel Castro Castro vs. Perú”. Sentencia 25 nov. 2006. -Caso “Masacres de Ituango vs. Colombia”. Sentencia 1 jul. 2006.

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