Cómo alcanzar su mayor potencial para DIOS

Cómo

alcanzarsu mayorpotencial

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CharleS F.Stanley

Cómo

alcanzarsu mayorpotencial

pa raDIOS

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© 2010 por Grupo Nelson®Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenececompletamente a Thomas Nelson, Inc.Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc.www.gruponelson.com

Título en inglés: How to Reach Your Full Potential for God© 2009 por Charles F. StanleyPublicado por Thomas Nelson, Inc.

Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podráser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, otransmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos,fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistasimpresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.A menos que se indique lo contrario, todos los textosbíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960© 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina,© renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas.Usados con permiso.

Traducción: Belmonte TraductoresAdaptación del diseño al español: Grupo Nivel Uno, Inc.Diseño de la portada: Jared McDaniel, Studio430.comFotografía de la portada: Dr. Charles F. StanleyFotografía del autor: Jason H. Smith, Smith Portrait Design

ISBN: 978-1-60255-039-1

Impreso en Estados Unidos de América

10 11 12 13 BTY 9 8 7 6 5 4 3 2 1


Índice

capítulo 1 ¿Quiere lo mejor de Dios para usted? 7

capítulo 2 no se conforme con menos 11

capítulo 3 preparado… listo… ¡persiga su potencial! 29

capítulo 4 esencial # 1: un corazón limpio 43

capítulo 5 esencial # 2: una mente clara 61

capítulo 6 esencial # 3: use sus dones 97

capítulo 7 esencial # 4: un cuerpo sano 133

capítulo 8 esencial # 5: relaciones atinadas 167

capítulo 9 esencial # 6: una agenda equilibrada 191

capítulo 10 esencial # 7: correr riesgos aprobados por Dios 227

capítulo 11 la persecución continua de su potencial 251

capítulo 12 ¡lo mejor está aún por llegar! 263

acerca del autor 267


7

C a p í t u l o 1

¿Quiere lo mejor de Dios para

usted?

m e desperté una noche de manera repentina a las tres en pun-

to. Aunque estaba profundamente dormido, en un instante me

encontré sentado en mi cama, totalmente despierto y con una pregunta

que ardía en mi espíritu:

¿Quieres alcanzar tu mayor potencial?

Inmediatamente respondí: «¡Sí, Señor!».

Me estiré para alcanzar el papel y el lápiz que siempre tengo en mi

mesita de noche, justamente para anotar las palabras que recibo de Dios.

Encendí la luz y comencé a escribir lo que Él me hablaba en mi espíri-

tu: Si verdaderamente quieres alcanzar tu mayor potencial, debes tener un

corazón limpio, una mente limpia, una agenda equilibrada… En cuestión

de minutos, tenía una lista detallada del contenido del libro que tiene

usted en sus manos.


Cómo alCanzar su mayor potenCial par a Dios

8

Al amanecer, me puse de rodillas y dediqué parte de mi tiempo de

oración a hablar de nuevo con el Señor sobre las palabras que me había

dado por la noche. Sabía con seguridad que había de predicar su mensa-

je, y era un mensaje no sólo para mí, sino también para todo el cuerpo

de Cristo.

Me costó esperar la llegada del domingo para poder entrar en este

tema tan extraordinariamente rico que tanto le interesa al Padre: cómo

usted puede alcanzar el mayor potencial que Él le ha dado.

La verdad es que muchas personas no están persiguiendo su poten-

cial. No están teniendo en cuenta a Dios en las decisiones que toman

ni en las metas que se fijan. No pueden decir clara y sucintamente cuál

creen que es el principal propósito y plan del Señor para sus vidas. Le

mirarán desconcertados si les pregunta: «¿Cuál crees que es la voluntad

de Dios para ti? ¿Por qué crees que Dios te ha creado? ¿Qué te está guian-

do el Padre a hacer en tu vida?».

Permítame afirmarle desde el inicio de este libro algunas grandes

verdades:

En primer lugar, Dios tiene un plan y un propósito para su vida a

un nivel individual y personal. Él tiene una voluntad, un plan y un pro-

pósito extensos para toda la humanidad, y le ha diseñado y equipado

específicamente a usted para cumplir una parte de su voluntad, su plan

y su propósito más amplios. Usted no está aquí por accidente, no está

en esta tierra simplemente para vivir un cierto número de años, meses y

días antes de morir, sino que está aquí para llevar a cabo un trabajo que

Dios le ha asignado desde antes de la fundación del mundo.

En segundo lugar, su Padre celestial ya ha incrustado en su vida

todos los dones y talentos que usted necesita para culminar la obra que

Él ha asignado, preparado y provisto para usted. Dios ya ha incrustado

en usted toda la materia prima necesaria para que entable una relación

con Él y desarrolle el carácter de su Hijo Jesucristo. Su tarea consiste

en descubrir los talentos que Dios ha colocado en usted, desarrollarlos,


¿Quiere lo mejor De Dios par austeD?

9

y comenzar a usarlos a medida que el Señor le dé oportunidades para

servir o ministrar.

En tercer lugar, nadie puede ser usted, nadie puede reemplazarle, y

nadie más en esta tierra es capaz de cumplir el plan del Padre para usted.

Nadie más puede hacer el trabajo para el cual Él le ha dotado, ni alcanzar

a las personas a quienes Él le dirige, ni ofrecer la alabanza y la oración

que sólo usted puede dar. Usted debe ser y hacer justamente como Dios

le creó para ser y hacer.

En cuarto lugar, debe establecer compromisos firmes en varias áreas

de su vida para emprender la búsqueda y comenzar a alcanzar el poten-

cial que Dios sembró en usted. El potencial no se despliega de forma

accidental ni automática. La búsqueda de su potencial y propósito úni-

cos requiere que obtenga la ayuda específica de Dios en cada área de su

vida.

Ahora que empieza la lectura de este libro, quiero hacerle la misma

pregunta que Dios me hizo a mí:

¿Quiere alcanzar su mayor potencial?

Si su respuesta es un sí rotundo, este es el mensaje definitivo de Dios

para usted.


11

C a p í t u l o 2

No se conforme con menos

¿ Le emociona su vida?

O, ¿siente que apenas está existiendo?

¿Avanza confiadamente hacia una meta deseada?

O, ¿siente que vaga a la deriva un día tras otro, sin ningún sentido de

propósito o dirección?

Quizá hubo un tiempo cuando se emocionó con su vida, pero la

emoción se ha desvanecido y ahora se pregunta: ¿Qué me ha pasado?

¿Por qué estoy tan apático? ¿Qué le ha ocurrido a mi ímpetu interior?

Ciertas personas me han dicho: «Cuando veo mi vida y el mundo de

hoy, no veo razón alguna para emocionarme».

Algunos piensan en su vocación o su trabajo, y dicen: «No puedo

escalar más, ni hacerlo mejor, ni llegar más lejos. No puedo hacer más

aparte de lo que hago ahora mismo».

Otros sienten como si sus vidas se hubieran marchitado. Quizá sus

matrimonios no sean tan dinámicos como antes lo fueron, o han per-

dido el interés en los pasatiempos o las actividades que tanto disfruta-

ban en el pasado.



12

Ciertos individuos me han dicho que se sienten ineptos o mal pre-

parados para el futuro.

Otros afirman que su vida los abruma. Se sienten estancados en sus

circunstancias y se preguntan: ¿En qué consiste todo esto? ¿Qué valor tiene

mi vida? ¿Qué le ocurrió a mi gozo?

Hay razones por las que nos sentimos estancados, desanimados o

perdidos.

Hay razones para que la gente pierda su entusiasmo por la vida.

Hay razones por las que el pueblo de Dios pierde su esperanza, su

sentido de propósito y su gozo.

Hay razones por las que la vida se vuelve tediosa.

En mi opinión, estas son las dos razones principales: (1) los seres

humanos han perdido su identidad como criaturas de Dios, e ignoran

para qué fueron diseñados; como resultado, (2) la gente no persigue de

manera activa, intencional y con propósito, lo que Dios planeó y dispuso

para ellos.

Si usted realmente quiere perseguir y alcanzar su mayor potencial,

debe encarar estas dos verdades:

Verdad Nº 1: Dios ha puesto en su interior más de lo que usted •

se imagina.

Verdad Nº 2: Usted se ha conformado con la vida que tiene •

ahora mismo.

¿Está siENDo coNfor mista?

A lo largo de los años he conocido a innumerables personas que viven lo

que yo llamo una vida conformista. En algún punto de su peregrinaje por

la vida, se sintieron cómodos y se contentaron con sus circunstancias. Se

amoldaron a lo que llegaron a considerar adecuado o satisfactorio.


no se Conforme Con menos

13

Un amigo me recordó recientemente cómo hace varias décadas, los

niños en los primeros cursos de la escuela recibían una de tres califi-

caciones por sus logros: excelente, satisfactorio o insatisfactorio. Los

niños frecuentemente comparaban sus resultados, diciendo cuántas E y

S habían recibido de su maestro. Claro está, nunca alardeaban de las I.

Para la mayoría de los niños, obtener una S de satisfactorio no era más

que eso: satisfactorio.

La S también podría aplicarse a los conformistas. Si un estudiante

se conforma con un esfuerzo satisfactorio, raramente se aplicará para

destacarse y obtener una E.

Lo mismo ocurre en la vida. Si una persona se contenta con el nivel

promedio, con lo mínimamente aceptable o satisfactorio, raramente hará

un esfuerzo real de alcanzar algo verdaderamente excelente o superlativo.

En la gran mayoría de los casos, cuanto más tiempo permanezca

una persona satisfecha con una serie de S en su vida, más conformista se

volverá. Vivir por inercia para conseguir unos resultados satisfactorios

se convierte en la norma.

Finalmente, la persona que se ha acomodado a una vida «normal»

puede llegar a sentirse amenazada por los desafíos de superarse y obtener

mayores logros, de experimentar más de lo que es actualmente la reali-

dad de su existencia. Al final le dará la espalda a su futuro y rehusará

procurar más, buscar más o esperar más de la vida.

Si es ahí donde usted se encuentra hoy, le animo a empezar a verse

como Dios le ve. Cuando se vea a través de los ojos de Dios, dejará de

contentarse con la calificación satisfactoria de su vida conformista.

cómo lE vE Dios

Quizá se pregunte: «Bueno, y ¿cómo me ve Dios?».

Dios le ve con una mirada llena de amor y perdón. Él ve dónde se

encuentra, pero ve más todavía; ve la persona que quiere que usted sea,



14

con todo el potencial y las posibilidades admirables que quiere ver cum-

plidas en usted.

Además, si usted está dispuesto a descubrir y alinearse con el plan

y el propósito de Dios para usted, Él le bendecirá más de lo que podría

imaginarse. Dios ha prometido bendecirle con lo mejor de la vida. Él ve

restaurados el gozo, la paz y la satisfacción de alcanzar las metas que Él

tiene para usted.

El Salmo 139 es un pasaje maravilloso de la Biblia que nos habla de

cómo nos ve el Padre.

Porque tú formaste mis entrañas;

Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;

Estoy maravillado,

Y mi alma lo sabe muy bien.

No fue encubierto de ti mi cuerpo,

Bien que en oculto fui formado,

Y entretejido en lo más profundo de la tierra.

Mi embrión vieron tus ojos,

Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas

Que fueron luego formadas,

Sin faltar una de ellas (vv. 13–16).

Estos versículos de la Palabra de Dios revelan tres verdades impor-

tantes sobre la manera como Él nos ve.

1. Usted es una creación admirable.Ante los ojos de Dios, usted es una creación admirable. Traducciones

de la Biblia, en versiones más recientes, ayudan a explicar el significado

de este versículo usando la expresión «asombrosa y maravillosamente he



15

sido [creado]». Eso es lo que el Padre dice de usted. Él le ha creado de una

manera formidable e increíblemente admirable.

En el primer capítulo de Génesis, Dios dice una y otra vez acerca

de lo que ha creado, que «era bueno». Todo lo que el Creador hizo, en el

principio, era perfecto en su forma y en su función. Era hermoso, orde-

nado, y estaba magníficamente conectado con todas las demás partes de

la creación. Funcionaba como Él quiso que funcionara.

Pero después de la Caída, tanto la forma como la función se estro-

pearon. Cada uno de nosotros tuvo que nacer en un mundo pecaminoso

que no es siempre hermoso y no siempre funciona bien o en armonía.

Sin embargo, y este es un punto vital que usted debe entender, Dios dijo

cuando le creó que «era bueno». El Padre le hizo con buenos propósitos,

y con el potencial de ser perfeccionado por su Espíritu.

¿Significa esto que Dios le hará ser la mujer más bella o el hombre

más apuesto de la tierra? No, significa que Él desea intervenir en el pro-

ceso de transformarle desde dentro hacia fuera, y moldearle continua-

mente para que pueda ser la persona que más ama a Dios, más honra a

Cristo, y más se rinde al Espíritu.

También significa que Dios está haciendo que todas las circunstan-

cias obren para bien suyo, de manera que pueda ejecutar las funciones y

tareas que Él le ha equipado y capacitado para realizar y habilitado para

que logre o termine durante su vida.

Dios tiene un plan increíble y maravilloso para usted. El profeta

Jeremías lo explicó de esta forma: «Porque yo sé los pensamientos que

tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal,

para daros el fin que esperáis» (Jer 29.11). El Señor tiene un gran plan

para usted, y le creó para que lo haga realidad en su nombre.

2. Dios sabe todo acerca de usted.El salmista escribió: «Mi embrión vieron tus ojos». Su embrión es más

que su carne. Es la suma de todos sus dones y talentos naturales, sus sueños,



16

su personalidad y sus capacidades. Aún antes que usted fuese concebido

en el vientre de su madre, Dios le vio como un todo y una persona única.

Él le hizo único en su especie, y desde el principio, vio su final. El Señor

siempre ha sabido lo que podría ser y hacer, porque Él es quien le creó.

3. Dios es el autor y consumador de sus días.El salmista escribió que todos los detalles de su vida fueron «prepa-

rados» para él. Usted también nació en un tiempo en particular y le puso

en una familia específica, en un lugar específico. Él designó que su vida

tuviera cierto número de años y le ubicó en un entorno para que pudiera

ser y hacer todo lo que Él le creó para ser y hacer.

Cada persona nace en un conjunto de circunstancias con aspec-

tos tanto buenos como malos. Cada uno de nosotros encontrará cierta

medida de maldad y de justicia en el mundo. Todos afrontaremos las

realidades de la muerte y de la vida. Dios le creó, le equipó, y luego le

llenó con su Espíritu Santo, para enfrentarse a situaciones de todo tipo.

Con su ayuda y su guía, esas situaciones se transformarán de muerte a

vida, de maldad a bondad, y de mal a mejor.

Su propósito en esta tierra es desarrollar lo mejor que pueda los

dones, talentos y habilidades que Dios le ha dado, para que usted tenga

un impacto para Cristo en el mundo que le rodea. En Mateo capítulo 6,

Jesús les enseñó a sus discípulos a orar:

Padre nuestro que estás en los cielos,

santificado sea tu nombre.

Venga tu reino.

Hágase tu voluntad,

como en el cielo, así también en la tierra (Mt 6.9–10).

Dios le ha colocado a usted en un tiempo y un lugar que le permitan

maximizar su contribución al establecimiento de la voluntad de Dios



17

«como en el cielo, así también en la tierra». Usted lo logrará por medio

de sus oraciones, su carácter, sus palabras sobre Jesús como su Salvador

y Señor, y el uso de sus dones y talentos.

Si alguna vez se ha preguntado por qué está usted en esta tierra,

entienda que Dios le ha puesto aquí como una persona única con una

misión única destinada a establecer y extender su reino «como en el cie-

lo, así también en la tierra». Su potencial descansa seguro y completo en

ese propósito.

su potENcial DEscaNsa EN los plaNEs y propósitos DE Dios par a ustED

Es algo increíble, revelador e inspirador tener un destello de cómo Dios

está obrando en su vida, entretejiendo todo lo que Él quiso que fuera con

aquellas cosas que ha preparado para que usted las experimente y haga.

Los hilos que le entretejen como individuo único están siendo combina-

dos con los hilos de situaciones, circunstancias, experiencias y relaciones

únicas. En cualquier momento, Dios le está preparando para las perso-

nas y las cosas que Él ha dispuesto para usted.

Él pone en su camino personas, oportunidades, retos y recursos.•

Él está colocando en usted sueños, deseos y expectativas por los •

retos que ya vienen en camino.

Él le está preparando en todas las formas posibles para las •

oportunidades que tiene por delante.

Él está poniendo dentro de usted la anticipación de que algo •

lleno de propósito y vigor está a punto de emerger.

Cuando comience a percatarse del futuro maravilloso que Dios le

ha preparado y que está desplegando ante usted, la vida adquirirá mayor



18

importancia y propósito. ¡Despertará cada mañana con emoción y deseo

de experimentar todo lo que Él ha planeado para usted!

Por otro lado, podría perderse esas oportunidades de ver a Dios

obrando en su vida.

Tal vez esté tan enfrascado y tan satisfecho con su vida conformista,

que se dé la vuelta cuando suene el despertador y siga durmiendo. Puede

que esté tan acomodado y apático que no vea el hecho de que el Señor

todavía tiene más, y más, y más recursos inagotables para que usted sea,

experimente, reciba y haga la voluntad de Dios.

Dios tiene más oportunidades para que usted sienta gozo.•

Dios tiene más ocasiones para que experimente su paz.•

Dios tiene más maneras de ayudarle a apreciar su belleza.•

Dios tiene más ideas para compartir con usted.•

Dios tiene más expresiones de amor para derramar sobre usted.•

Dios tiene reservas infinitas de nuevas misericordias, nuevos •

logros, nuevas revelaciones y nuevas inspiraciones para

impartirle.

Como hija o hijo amado de Dios, usted está en las manos de un

Padre todopoderoso, omnisciente, amante e infinito que tiene planes y

propósitos divinos para usted, no sólo en esta tierra, sino en la eternidad.

Simplemente, su potencial no tiene fin cuando usted sirve a un Dios

infinito en un cielo eterno.

Nuestra responsabilidad es optar por lo que Dios ya ha escogido para

nosotros. Repetidas veces en su Palabra, el Señor nos alienta a que «esco-

jamos la vida». Una y otra vez nos dice a sus hijos que ha puesto delante

de nosotros las posibilidades de la vida. Él quiere que acojamos la vida

que Él ha planeado para nosotros. Esto significa que debemos resolver

en nuestro corazón y nuestra mente que viviremos todos nuestros días



19

al máximo. Debemos acoger cada nueva oportunidad, aferrarnos a cada

nuevo reto y afrontar cada nuevo día con el anhelo de descubrir lo que

Dios nos tiene reservado.

Además, el Señor nunca nos dispone una vida ordinaria, trivial, ni

meramente buena o satisfactoria. Jesús dijo: «Yo he venido para que ten-

gan vida, y para que la tengan en abundancia» (véase Jn 10.10). Una vida

abundante rebosa de la presencia de Dios; es una vida que rebosa de su

amor, gozo, paz, esperanza, bendiciones y poder inagotables.

¿Le apasiona la vida?

¿Desea profundamente experimentar todo lo que Dios tiene para

usted?

¿Realmente quiere lo mejor del Señor para sus finanzas, su traba-

jo, su esparcimiento, sus aficiones, sus relaciones, su matrimonio y su

familia?

O, ¿acaso se ha conformado con una existencia conformista?

las pr EguNtas QuE DEbE hacEr lE a Dios

¿Alguna vez se ha detenido a preguntarle a Dios seriamente cuál es la

voluntad, el propósito y el plan que tiene para su vida? ¿Está totalmente

dispuesto a recibir sus respuestas? Estas son algunas de las preguntas que

yo le hago a Dios, y le animo a que usted también se las haga:

«¿• Qué quieres hacer en mi vida?»

«¿Qué quieres hacer con mi vida?»•

«¿Qué deseas aún que yo experimente?»•

«¿Qué posibilidades hay dentro de mí?»•

«¿Qué potencial tengo a mi disposición?»•

«¿Qué podría llegar a ser?»•



20

«¿Qué tenías en mente cuando me creaste?»•

«¿Qué deseas para mí?»•

Sólo Dios puede responder estas preguntas, y para la gran mayoría

de personas en la inmensa mayoría de situaciones y circunstancias, Él las

responderá sólo si se las plantean.

Miles de jóvenes definen ahora mismo sus planes para el futuro

según: el trabajo que quieren hacer, los lugares donde quieren viajar, la

gente que quieren conocer, las experiencias que quieren tener. Mi pre-

gunta para ellos es: «¿Le han preguntado a Dios qué es lo que Él quiere

que hagan y sean? ¿Le han preguntado al Señor cuáles son sus planes y

su propósito para ustedes?».

No obstante, los jóvenes no son los únicos que deberían hacerse

estas preguntas. Cada persona necesita hacerle estas preguntas a Dios,

periódicamente y a lo largo de su vida. Por ejemplo:

la persona que hace poco perdió a su cónyuge•

la persona que acaba de perder su empleo•

la persona que se ha jubilado•

la persona que está a punto de casarse•

la persona que en poco tiempo tendrá un hijo•

Todos necesitamos preguntarle a Dios reiterada y frecuentemente:

«¿Qué es aquello para lo que me creaste que fuera e hiciera? ¿Qué tienes

planeado y asignado para mí?».

ciNco priNcipios vitalEs sobr E su potENcial

La Palabra de Dios nos presenta cinco principios vitales para que enten-

damos nuestro potencial:



21

1. Cada persona tiene un potencial, sin importar cuánto haya

logrado ya, ni cuál sea su edad. ¡Dios tiene aún más para que

hagamos y seamos!

2. Cada persona ha sido creada para darle gloria a su Creador.

¿Cómo logramos esto? Siendo las personas que Dios quiere

que seamos, como individuos y luego colectivamente como

su iglesia. También le damos gloria cumpliendo sus propósi-

tos para nosotros en la tierra.

3. Nadie puede alcanzar su potencial sin la ayuda de Dios o sin

los talentos y dones que Él da.

4. Ninguna persona puede alcanzar su potencial sin tener en

cuenta la dimensión espiritual que va asociada al potencial.

Dios no sólo le ha creado con los dones y talentos para hacer

su obra en esta tierra, sino que Él también le ha creado con el

deseo, el sueño y el interés de convertirse en una persona con

la que Dios disfrute estar y tener intimidad espiritual. Parte

de su potencial reside en quién le ha hecho Dios para ser, no

sólo en lo que Dios le ha creado para hacer.

5. Solamente Dios conoce los límites de su potencial. Usted

es finito, y no tiene la capacidad de descifrar todo lo que

Dios se ha propuesto hacer con usted. Nadie puede com-

prender totalmente las profundidades de su amor, la ayuda

que Él desea dar, ni las bendiciones y recompensas que ha

preparado.

Puede que un individuo llegue a la cima de una profesión y sea acla-

mado como el mejor del mundo en un deporte, habilidad o arte. Tal vez

ocupe los primeros lugares según los criterios de evaluación del mundo.

Pero a menos que la persona incluya a Dios en su vida y procure amarlo

y servirlo de todo corazón, no habrá alcanzado todo su potencial. Habrá

maximizado sus habilidades externas, pero no sus atributos internos.



22

su potENcial iNcluyE taNto atributos como capaciDaDEs

La diferencia entre capacidades y atributos vale la pena recalcarla. Sus

atributos son sus rasgos de carácter; son el verdadero «usted» que existe

independientemente de las circunstancias externas. Son el «usted» que

aparece dondequiera que vaya o con quienquiera se asocie. La Biblia nos

da una descripción muy buena del carácter que Dios desea ver en cada

uno de nosotros. El apóstol Pablo escribió que el propósito del Padre es

conformarnos a la imagen de su Hijo Jesús, para que podamos reflejar la

naturaleza y el carácter de Cristo en el mundo que nos rodea (véase Ro

8.29). En otro de los escritos de Pablo, ese carácter distintivo se descri-

be en términos de «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre y templanza» (véase Gá 5.22–23).

Estos no son atributos que podamos producir por nosotros mismos,

sino que se desarrollan en nosotros cuanto más decimos «no» a la carne

y «sí» al Espíritu Santo, quien vive y obra en nosotros. El Espíritu San-

to nos hace crecer hasta la plenitud del carácter de Cristo. Él genera en

nosotros la conciencia, la capacidad y el valor para vivir una nueva vida

marcada por la piedad.

Usted no puede alcanzar el potencial pleno de sus atributos apar-

tado de Dios.

Lo mismo ocurre con sus capacidades. Quizá piense que al ejercitar,

practicar o adquirir educación y formación, puede alcanzar la plenitud

de las capacidades que Dios le ha dado. Sin embargo, la verdad es que

no puede. El Señor le da oportunidades para desarrollar sus talentos y

dones. Él dirige su vida para ponerle en compañía de los maestros ade-

cuados, las personas que le animen e incluso sus contrincantes. Todos

ellos desempeñan un papel para presionarle en la consecución de su ple-

no potencial. Pero nunca olvide que es Dios quien le da la energía física y

mental para desarrollar sus talentos y dones. Él es quien le suministra el



23

siguiente latido de su corazón, su próxima respiración, su siguiente idea

y su siguiente reconocimiento de lo que aún podría ser posible. Además,

Dios le da las oportunidades para mostrar y usar sus talentos y dones de

maneras que produzcan un verdadero crecimiento.

Un sabio profesor de la universidad me dijo: «La teoría está muy

bien. Aprender y entender los conceptos es algo esencial. Las reglas, los

principios y los preceptos son vitales, pero al final, sé que un estudian-

te realmente ha entendido un tema o adquirido una capacidad cuando

llega a ponerlo en práctica en la vida real. El aprendizaje se completa con

la aplicación».

No podría estar más de acuerdo con él. La vida cristiana nunca ha

consistido en aprender un libro ni adquirir conocimiento intelectual.

Dios quiere que vivamos de la manera que dispuso para nosotros. La

Biblia nos dice repetidas veces que consigamos conocimiento y entendi-

miento, pero luego nos reta a perseguir la sabiduría, que es la aplicación

de tal conocimiento y entendimiento a situaciones de la vida real, según

los mandamientos y principios de Dios.

Pero debemos dar un paso más allá de la mera aplicación de lo que

sabemos; es el paso del servicio. Nuestras capacidades realmente se

ponen de manifiesto cuando las usamos en situaciones de la vida real

para ayudar de manera genuina a otras personas.

Permítame mostrarle un ejemplo. Un joven podría querer ser car-

pintero. Quizá tenga la aptitud física para trabajar con sus manos, jun-

to con cierto grado de habilidad artística que le dé una noción de lo

que es un trabajo de artesanía bonito y de calidad. Supongamos que

trabaja con un maestro ebanista para desarrollar su talento y conver-

tirse en alguien muy experimentado como trabajador de la madera. Al

desarrollar sus habilidades, obtiene un entendimiento de los diferen-

tes tipos de maderas, de cómo se envejece la madera, cómo se trata la

madera, cómo se pinta la madera y se trabaja con las vetas de la made-

ra. Luego llega el día en que termina un proyecto por sí solo. A medida



24

que termina más y más proyectos, mostrando una destreza cada vez

más fina, parecería que su potencial está plenamente realizado. No

obstante, desde la perspectiva de Dios, este carpintero no ha alcanzado

su pleno potencial hasta el día en que convierta su destreza en servicio.

Cuando le construya una vivienda adecuada a una familia que vive en

cajas de cartón, cuando erija un templo para el culto a Dios, cuando

edifique una escuela para educar a la gente en las verdades de la Biblia,

o cuando comience a enseñarles a otros cómo adquirir y usar sus habi-

lidades con la madera para la gloria de Dios, será cuando su potencial

podrá verse totalmente realizado.

Lo mismo ocurre con una joven que tiene capacidad musical. Puede

estudiar con excelentes maestros y aprender a leer música y tocar un ins-

trumento o cantar con mucha técnica y destreza. Después llega el día de

la presentación, y se luce frente a un auditorio para obtener sus aplausos,

o hasta una ovación. Pero luego se presenta la oportunidad de usar su

bonita voz o su habilidad para tocar un instrumento con un verdadero

propósito evangelístico o para la adoración. Es entonces cuando su pleno

potencial empieza a realizarse desde la perspectiva de Dios.

Sólo Dios provee esas oportunidades genuinas de servicio, y luego

las recompensa con su presencia.

Las habilidades o capacidades que se usan en situaciones de la vida

real para un servicio verdadero para el Señor, le aportan una nueva

dimensión a la palabra propósito. Ese es el punto en que una persona

realmente experimenta plenitud y gozo.

Sí, Dios ha puesto en usted las actitudes que le motivarán a desarro-

llar los atributos correctos que le darán gloria a Él.

Sí, el Padre ha depositado en usted las aptitudes que pueden ser

adiestradas y moldeadas para formar las capacidades correctas que le

dan gloria a Él.

Y sí, Dios obra en todo el transcurso de su vida para llevarle a la ple-

nitud tanto de sus atributos como de sus capacidades. Usted no puede



25

hacerlo en sus propias fuerzas. Sólo puede hacerlo con la fuerza y la pro-

visión de Dios.

Esa es la razón por la que digo con osadía: sólo Dios conoce su poten-

cial, y sólo Dios puede ayudarle a realizarlo.

Si nunca le ha preguntado al Señor «¿qué quieres que sea?», hágale

hoy mismo esa pregunta.

Si nunca le ha preguntado «Señor, ¿qué quieres que haga con mi

vida?», pregúntele ahora mismo.

abr a su mENtE a toDas las posibiliDaDEs DE Dios

El significado de la palabra potencial se acerca mucho al de la palabra

posibilidades.

Nadie conoce totalmente el alcance de las posibilidades que Dios

ordenó para su vida. Nadie puede asomarse a la vuelta de la esquina y ver

cómo se extiende su vida hasta la puerta del cielo. Ninguno de nosotros

puede entender del todo su potencial, porque nadie puede ver todas las

posibilidades que aún quedan por delante.

Tampoco se puede conocer totalmente el potencial o las posibilida-

des finales en la vida de otra persona.

Quizá vea a alguien practicar algún deporte o escuche a alguien can-

tar en un musical, y deduzca: «Esa persona tiene un gran potencial».

Algo en el comportamiento o el desarrollo de esa persona indica que tie-

ne cierta aptitud para tener éxito en esa área en particular. La evaluación

del potencial se basa en la evidencia de un talento o cierta habilidad. La

conclusión es que el talento está latente o la capacidad está presente, pero

sin desarrollar.

Ahora bien, ¿qué ocurre con las áreas en la vida de una persona que

no han sido exploradas, y como resultado, no hay una manifestación



26

concreta de su potencial? ¿Qué ocurre con las áreas escondidas de talen-

to que no se han reconocido o puesto a prueba?

Estoy totalmente convencido de que hay talentos escondidos, o lo que

podríamos llamar capacidades naturales latentes, en las vidas de muchas

personas. Estas áreas están presentes, pero aún no se han cultivado. O

quizá fueron exploradas por un tiempo en la vida de esa persona, como

su infancia o su adolescencia, pero luego fueron asfixiadas. Los talentos

pueden haber estado quedado inactivos durante décadas.

¿Qué decir de aquellas capacidades que no han sido reconocidas aún

o no se han manifestado, explorado ni probado?

Sólo Dios conoce la plenitud de los dones y talentos que ha puesto

en usted, y sólo Dios sabe cómo quiso que esos dones y talentos fueran

expresados en un marco de tiempo y espacio en particular, para cum-

plir su voluntad, su plan y su propósito. Dios sabe con exactitud qué ha

designado que usted sea y haga en los años que le quedan por vivir y en

los lugares concretos donde estará, obrando con y por medio de personas

en particular para lograr ciertas tareas y propósitos específicos.

Ya sea que tenga dieciséis o noventa y seis años, ¡Dios le tiene trabajo

para hacer!

las posibiliDaDEs soN iNfiNitas

Dios no sólo tiene un plan en efecto para su vida entera. Su plan prosi-

gue en las generaciones futuras, hasta llegar a la eternidad. De nuevo,

considere la vida del apóstol Pablo. ¿Qué cree que pasó por su mente

estando en una cárcel romana? ¿Acaso pensó que las cartas que escri-

bió desde ese lugar seguirían transformando vidas casi dos mil años

después? Dios sabía lo que el apóstol Pablo jamás habría podido ima-

ginarse o anticipar.

Usted no puede saber a cuántas personas influenciará su vida.

No sabe quién le está viendo, escuchando o aprendiendo de usted. Es



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imposible saber con certeza qué harán las personas que usted influencia-

rá, ni a quiénes influenciarán ellos, ni cómo afectarán al mundo.

Cada persona tiene algún impacto en la historia, sea para Dios o

para el enemigo, para el bien o para el mal. Lo que usted hace y dice

repercute y persiste en los corazones y las mentes de otros hasta cierto

grado, con un resultado concreto o una consecuencia definida.

¿Está dispuesto a alinearse hoy con la voluntad, el propósito y el plan

de Dios para su vida, y empezar a descubrir lo que aún le tiene reservado

para ser y hacer?

Los que nunca descubren ni buscan el propósito de Dios para sus

vidas, usualmente se sienten desanimados, vacíos y decepcionados. Su

frustración los lleva a vivir con afanes e incertidumbre. Si tal preocupa-

ción y ansiedad crecen sin control, caen en la depresión, y una depresión

que no se revierte puede convertirse en una desesperación angustiosa y

profunda. Esta espiral descendente puede ser devastadora.

Lo contrario les ocurre a quienes persiguen de todo corazón la volun-

tad, el plan y el propósito de Dios para sus vidas. Se sienten vigorizados,

satisfechos y animados. Tienen gozo y esperanza, y se remontan sobre las

olas de los problemas y los retos, confiando en que Dios está usando esas

situaciones y circunstancias para impulsarlos hacia un bien mayor y una

confianza más firme en Él. Cuanto más experimentan al Señor obrando

en ellos y a través de ellos, más confían en Dios y crecen en su intimidad

con Él. Esta espiral ascendente los edifica y continúa en ascenso hasta su

llegada al cielo.

En cierta ocasión escuché la historia de una niña que iba caminando

por su casa de puntillas. Su padre le preguntó: «¿Por qué caminas así?».

Ella respondió: «Quiero saber cómo se siente ser una niña mayor».

Dios tiene una voluntad, un plan y un propósito tan especiales para

su vida, ¡que deberían mantenerle caminando de puntillas! Él todavía

tiene una mayor madurez espiritual que ofrecer, una recompensa mayor,

un gozo más grande y un éxito superior; y todo esto, desde la perspectiva



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de Dios, es tan maravilloso, que usted ni siquiera puede empezar a ima-

ginarse lo bueno que será.

¿Realmente quiere lo mejor de Dios para sus finanzas, su trabajo, sus

relaciones personales, su matrimonio y su familia?

O, ¿se ha conformado con una existencia conformista?

Muchas personas viven en el nivel de lo bueno, y como resultado, se

pierden lo mejor de Dios.

No cometa hoy ese error. ¡Opte por la plenitud de la voluntad, el

plan y el propósito de Dios!


Cómo alcanzar su mayor potencial para DIOS

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