Como Elegir Un Proyecto

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Universidad de Valparaíso, Facultad de Arquitectura, carrera de Cine. Sobre la elección de proyectos José M. De la Parra H., profesora Anche Kalashnikova. Al momento de elegir el proyecto en el cual trabajar, lo primero que uno debería tener en conocimiento es el contexto en el cual se va a desarrollar y el ámbito en el cual ese proyecto va a terminar, para evitar la angustia de sentirse descolocado, la cual es más común de lo que se piensa. Por ejemplo, si es que existe la posibilidad de trabajar en un video institucional, el cual no va a traer más satisfacciones que el ingreso económico, no se debe pretender ocupar dicho espacio para realizar nuestras grandes-innovaciones-al-lenguaje- audiovisual las cuales hemos esperado una vida entera para ejecutar; también se debe saber evaluar nuestro poder protagónico o nuestras inquietudes personales al momento de trabajar con alguien de experiencia mayor o para una productora donde estos arranques del ego puedan resultar perjudiciales. Ahora, entre estas situaciones y otras múltiples que se pueden dar, los trabajos del taller resultan una excelente oportunidad de trabajo desde dos puntos principales. Primeramente se trata de un trabajo sin fines de lucro, el cual solo se evalúa por la calidad de la propuesta y la ejecución de ella; por otro lado y como coloralio de lo anterior, el trabajo en equipo no está supeditado a la influencia de un productor-patrón frente al guionista, al fotógrafo o al personaje deudor de quien tiene la batuta, es decir, el financiamiento del film. En virtud de eso, se debe tomar la creación de una película como una generación de capital artístico (forzando conceptos de un viejo barbudo) el cual solo se consigue mediante la elaboración de la práctica

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Universidad de Valparaíso, Facultad de Arquitectura, carrera de Cine.

Sobre la elección de proyectos

José M. De la Parra H., profesora Anche Kalashnikova.

Al momento de elegir el proyecto en el cual trabajar, lo primero que uno debería tener en conocimiento es el contexto en el cual se va a desarrollar y el ámbito en el cual ese proyecto va a terminar, para evitar la angustia de sentirse descolocado, la cual es más común de lo que se piensa. Por ejemplo, si es que existe la posibilidad de trabajar en un video institucional, el cual no va a traer más satisfacciones que el ingreso económico, no se debe pretender ocupar dicho espacio para realizar nuestras grandes-innovaciones-al-lenguaje-audiovisual las cuales hemos esperado una vida entera para ejecutar; también se debe saber evaluar nuestro poder protagónico o nuestras inquietudes personales al momento de trabajar con alguien de experiencia mayor o para una productora donde estos arranques del ego puedan resultar perjudiciales. Ahora, entre estas situaciones y otras múltiples que se pueden dar, los trabajos del taller resultan una excelente oportunidad de trabajo desde dos puntos principales. Primeramente se trata de un trabajo sin fines de lucro, el cual solo se evalúa por la calidad de la propuesta y la ejecución de ella; por otro lado y como coloralio de lo anterior, el trabajo en equipo no está supeditado a la influencia de un productor-patrón frente al guionista, al fotógrafo o al personaje deudor de quien tiene la batuta, es decir, el financiamiento del film. En virtud de eso, se debe tomar la creación de una película como una generación de capital artístico (forzando conceptos de un viejo barbudo) el cual solo se consigue mediante la elaboración de la práctica social y simbiótica, y no desde una construcción fragmentaria y protagónica. El buen trabajador del audiovisual y los buenos proyectos que en un caso ideal a mi me gustaría participar, es donde los talentos personales (los cuales no deben ser negados) se ponen a disposición de una creación que no tiene más dueño que el conjunto, llegue a donde se llegue con las ideas, creo que mediante esa fórmula siempre se llegará a buen puerto.

Por otro lado, para la elección de los proyectos, grupos y propuestas que nazcan desde modelos creativos que tomen estas ideas deberían ser tomados en cuenta por sobre caprichos autorales que están tan de moda por estos tiempos y los que no hacen más que crear elites y por lo tanto gente reprimida de poder compartir su individualidad con el colectivo.

Este es un tema por lo menos para diez hojas. Maldita política del sintetismo.