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JULIO DE MANUEL ES Cómo se pasa la vida

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JULIO DE MANUELES

Cómo se pasa la vida

Cómo se pasa la vida

Cómo se pasa la vida

Julio de Manueles

Prólogo

Ricardo senabre

diputación de salamanca2013

1ª Edición: Abril, 2013© Diputación de Salamanca y Julio de Manueles© De la imagen de cubierta: Julio de Manueles

Diseño y maquetación: Difusión y PublicacionesCubierta: Puente Romano. SalamancaA.L. sobre foto de Chema Sánchez

I.S.B.N.: 978-84-7797-399-7

Depósito Legal: S. 58-2013

EdicionEs diputación dE salamanca

sEriE autorEs salmantinos, nº 57

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Imprime: Imprenta Provincial

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Prólogo

Hay poetas disciplinados, constantes, regulares. Aban-donan su refugio secreto y salen al exterior periódica-

mente, como las flores en primavera, para seguir desplegando su fe de vida. Otros, en cambio, se resisten a dejar su mo-rada íntima, aparecen pocas veces y de modo esporádico, y prefieren recluirse en el círculo de una inmensa minoría de amigos cercanos, quizá también poetas, con los que existen asimismo vínculos amistosos, historia común, afinidades só-lidas en experiencias compartidas y en visión del mundo. A este segundo grupo de poetas ocultos, que van elaborando su obra sin grandes gestos, en silencio o en voz baja, y reapare-cen de vez en cuando como singulares guadianas, pertenece Julio de Manueles. Y esa actitud cordial, ese acercamiento a los otros, incluidos por el poeta en el ámbito de su vida perso-nal, está presente en muchos poemas de este libro, a menudo con títulos inequívocos referidos a los destinatarios: «Madre», «Padre», «Queridos compañeros», «Convocatoria». «A José Ledesma». Otras veces, las palabras del poeta se dirigen a un «tú» innominado, como en «Cartas» o «Has vuelto». Mu-chos de estos mensajes, aun manteniendo la cercanía de la apelación, que permite traerlos a la actualidad, están dirigidos a personas desaparecidas, y se convierten de este modo en evocaciones elegíacas.

Porque no debe pasarse por alto el título de este libro: Cómo se pasa la vida. Se trata, como el lector ya habrá adver-tido, de un título prestado, que proviene de una de las gran-des elegías de la poesía española: las Coplas a la muerte de su

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Prólogo

padre, de Jorge Manrique, que en los últimos años del siglo XV comenzaba de este modo su imperecedera composición:

Recuerde el alma dormida,avive el seso y despiertecontemplandocómo se pasa la vida,cómo se viene la muertetan callando.

El verso de Manrique proporciona al libro de Julio de Ma-nueles el título, y a la vez sugiere la naturaleza elegíaca de su contenido. Porque, en efecto, nos hallamos ante una serie de poemas que, con distintas variantes, se proyectan, como en la poesía más honda de Quevedo, sobre el fondo de una reflexión constante acerca del transcurso del tiempo y del dis-currir de todas las cosas hacia su inevitable extinción. Pero la actitud de contemplar ese proceso, que es a lo que invitan los versos de Manrique, exige descubrir la callada presencia de la muerte en las cosas del entorno, donde se multiplican los signos premonitorios de su venida, hasta el punto de que parece inevitable llegar a la conclusión que ya expresó Ovi-dio: «Quocumque adspicio, nihil est, nisi mortis imago». Se impone, en suma, una contemplación sub specie mortis, una mirada que escrute por debajo de las apariencias. En «Te-rrazas de la Plaza Mayor», el bullicio de gentes que pasean o charlan en los establecimientos al aire libre es un estallido de vida que no impide, sin embargo, recordar a «los míos de mi sangre», a quienes «fueron expugnados por la muerte», a «tantos amigos buenos», y también, porque no sólo las perso-nas desaparecen para alojarse en la memoria, a ciertos distan-tes «amores / que andaban de puntillas». El mero título de un poema, «Tristitia», anuncia ya su naturaleza elegíaca. En

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«Puente romano», la contemplación del río lleva a la idea de la vida fugitiva –otra imagen de origen manriqueño–, que ha destruido también las «ilusiones prendidas en los cielos, / más traidoras que cantos de sirenas, / ¡qué burlados dejaron nues-tros vuelos!». Apollinaire había experimentado una sensación análoga, pero de menor alcance:

Sous le pont Mirabeau coule la SeineEt nos amours…………………………………….L’amour s’en va comme cette eau couranteL’amour s’en va…

La visión del poeta francés reduce la nostalgia a los amo-res perdidos, mientras que la meditación de Julio de Manue-les no acude, como la de Apollinaire, al símil –es el lector quien debe identificar la equivalencia entre río y vida–, y, tras aceptar que es inútil el esfuerzo de «nadar contra corriente», remata el soneto con la evocación puramente nominal –como corresponde a un ánimo conturbado– de unas «ilusiones» puras y elevadas (repárese en la atribución «prendidas en los cielos») que seguramente incluyen los amores, pero que también suponen deseos, aspiraciones y esperanzas que re-sultaron abatidas por una fortuna adversa. De modo análogo, el poema «Apunte del destierro» glosa la pérdida de la edad juvenil, que es la de la ilusión, y con ella la sensación de ha-ber sido desterrado de un paraíso: el mismo que se evoca en «Lluvia de nana», placentero recuerdo del sosiego y la segu-ridad infantiles. Y en «El tiovivo» planea un sentimiento de muerte que contrasta con la briosa vida infantil sugerida por el carrusel. En el primero de los dos sonetos de «Curso del 63», la flor arrojada al río representa al enamorado desdeñado que por eso se ve, prolongando la imagen inicial, «empapado

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Prólogo

de agua», es decir, sumergido en la corriente que lo lleva ha-cia la nada. La frustración amorosa conduce a la soledad; por eso el soneto inmediato presenta al sujeto como un indigente, «hambriento, desvestido, al cielo raso». La mirada doliente de Julio de Manueles se extiende abiertamente a elegías personales, como las dedicadas a los poetas José Ledesma y Miguel Torga, y alcanza tal vez su mayor concentración en el conmovedor poema «Madre», que, con su aparente sencillez expresiva, es una notable muestra de intensidad lírica.

¿Hay algún modo de contrarrestar esta sombra perma-nente de finitud y destrucción que acompaña la vida humana? Sin duda, el amor, que es el otro motivo temático que verte-bra Cómo se pasa la vida. «Porque el amor me alza, me mueve, me rescata / del expolio y naufragio que sufro empobrecido». El amor es lo único que puede dar luz a la existencia. Por eso, como afirma el sujeto de «Calles de Salamanca» con rotunda y expresiva simplicidad, «cada vez que te vas se hace de no-che». El poema «Sed» presenta al sujeto como un «náufrago condenado en el infierno» que anhela unos besos que pue-dan aliviar «el crepúsculo del anochecer». El amor es garantía de pervivencia contra el desgaste y la erosión que el tiempo produce en las cosas. Las declaraciones son, en este sentido, muy explícitas: «Entre los que se aman / no podrá levantarse la distancia / ni las fronteras, ni siquiera el miedo, / porque el presente / los moja, los empapa, los anega», leemos en las medidas gradaciones y paralelismos del poema «Aunque ya no sonrías como entonces». Y no estará de más mencionar de pasada algunos motivos que asoman fugazmente, como la compasión ante el dolor ajeno («Un niño enfermo») o las in-vectivas ante una institución universitaria que es «madrastra pupilera sin alumnos insignes» («Alma Mater»).

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Estas dos coordenadas temáticas fundamentales –la muerte y el amor– se sustentan en un lenguaje simple, que no desdeña los giros coloquiales («haz un poder y vente»), los neologismos («enfermizarte», o bien «entrehablarte» y «en-treamarte», para complementar «entreverte») e incluso algún leonesismo («acalugar»). El autor compone con la misma sol-tura versos libres –cuando considera oportuno soltar las rien-das a la emoción– o impecables sonetos –si se trata de refrenar y concentrar el pensamiento en cauces estrictos y rigurosos–, e incluso ofrece la innovación de un soneto que, contravi-niendo deliberadamente las normas, se alarga un verso más de los que determinan los cánones métricos. Quien sea capaz de escuchar, y no sólo de leer en silencio, estas piezas, notará en alguna ocasión aliteraciones buscadas que tratan de subrayar sensaciones, como la de aspereza en estos versos: «Miguel, el hombre enfermo, triste tres veces, / con el ser hecho trizas, / trastornado, transido, desastrado» («Nunca podrás curarte»). Nos encontramos ante un poeta que conoce y sabe manejar muchos recursos, muchos artificios compositivos, pero que evita ostentosos alardes formales –aunque algunos se filtren entre los versos– para llegar directamente al lector, sin obs-táculos que dificulten el mensaje. Porque lo importante es recibir adecuadamente estos versos, notar sus palpitaciones, sentir la emoción de las confesiones sinceras, tal vez identi-ficarse con ellas, salir más plenos y enriquecidos de la lectura gracias a estos sutiles análisis de la naturaleza humana.

RicaRdo SenabRe

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VEN AL CAfé

A Arturo Reglero, amigo y muy antiguo contertulio, que lo pasó muy

mal pero con fe y esfuerzo se volvió por el río Aqueronte, nada menos.

Ven al café, al templo de la amistad y de la compañía, donde la libertad casi es posible y todo puede decirse y desdecirse, comentarse, incluso sin pensar, como un supremo lujo. Siéntate en la tertulia, recréate de nuevo, deja aquí la tristeza, y el cansancio por vivir cada día guerreando con saña, con precisión, midiendo cada asunto, razonando.

Ven al café, descansa amigo mío con nosotros, sin tiempo, sin espacio, sin jueces y sin espectadores y cuenta lo que quieras:todo, o lo que necesites para tapar tus cosas, o lo poco que quieras enseñarnos para tranquilizarte. Habla, grita, descansa, ríe, disfruta, olvídate de lo que pasa fuera, nadie te va a reñir ni va a mirarte mal.

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Ven al café donde la amistad crece y nunca estarás solo, aunque mires al fondo de la taza, debajo de la taza, más allá, como si todo fuera transparente, hacia atrás o adelante de tu vida, que tan difícil fue y queda lo peor. En la tertulia ensimismado, enajenado, mas siempre acompañado, nadie te dirá nada hasta que vuelvas, hasta que vuelvas a mirarnos. Juntos podremos indagar lo que nos cerca.

Aquí todos sabemos que los hijos no saben nada de nosotros, del trabajo que cuesta sostener sus vidas y perder la nuestra, intentando instintivamente –igual que cualquier pájaro–salvarles del diluvio, que se hagan del todo, aunque nunca se dice por dulzura, que no estarán completos hasta que nos muramos. Escápate si quieres con la vista perdida, piensa, cavila, que tampoco sabemos nada de nuestros padres yordenamos sus vidas y lo que nos contaron después que se marcharon.

Toma el café que hoy invita triunfante el que puso a su hijo, después de larga lucha, con la proa al cielo de los hombres.

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Ven al café en donde la mirada es rápida y ligera a ver pasar mujeres de múltiples edades de tersa carne, con los relieves justos para contemplarlas. Algunas por sus ojos dejan fluir el alma y todos nos emocionamos, todos juntos, milagrosamente. Algunas nos saludan aunque jamás nos dieron nada. Ay si otras nos vieran, ay si nos miraran, ay si nos dieran una puntilla de su cuerpo para arrimarnos. Siéntate en la tertulia aunque digan que somos viejos, verdes, viejos verdes, porque sólo queremos mitigar la ansiedadque a todos nos aprieta por ir envejeciendo.

Sentaos y con la taza del café en las manos recordad los amores perdidos y ganados, siempre sin nombre, sin gallear porque un cortejo escueto fue propicio, o sin llorar porque nunca, jamas, volvió a quererte.Ninguno va a envidiarte ni a compadecerte pero estarán contigo cuando te pierdas por el espejo inútil de tan alto, y cuando vuelvas estarán contigo.

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Ven al café para aguantar tu enfermedad, en ese corto tiempo, siempre es corto, nos la repartiremos y casi te sentirás curado. Haz un poder y vente. Acostúmbrate con nosotros a que todo empeore, deje de funcionar, se deshaga del todo. Nos iremos del brazo sonriendo a lo desconocido. Si nos quieres contar alguna idea sublime o de la escuela de Pero Grullo insigne, de enamorados, políticos, artistas, comerciantes,sindicalistas, sabios, bufones, del entorno, los trascendentes fines de la universidad, la inmóvil náusea de la alcohólica noche salmantina, el desfile de ecologistas y hacedores de barcos y de puentes, ven al café porque no sólo vamos a escucharte, sino a aprender aquello que nos cuentes, y a contradecirtey casi a convencerte con nuestro parecer opuesto al tuyo.

Todas nuestras ideas cogidas por los pelos de tanto como pesan, salvadas en el instante último de lo absurdo, no moverán el mundo, ni el velador, mas nos divertiremos, nos reiremos, moviéndolas, cambiándolas de sitio, jugueteando sin pudor alguno.

Ven al café, al templo de la amistad y de la compañía, aunque no puedas coger nada,que mida, pese, o valga, porque estarás más vivo, más feliz y menos dolorido cuando vuelvas a casa.

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LA SOLUCióN, MAñANA

Si uno fuera capaz de organizarel sufrimiento que apedrea su corazón,tal vez el orden mitigara el quebranto.Pero el dolor es tanto y tantas vecesque es inútil la empresa.

Con la angustia que tiene en el minuto antes quien naufraga,y naufraga una y otra vez,llama a su madre que ya no le contesta.Bien sabe que se ha quedado huérfano.Estoy huérfano, contará a sus amigos,con pena y sin vergüenza.Quién me podrá ayudar a colocarel dolor que me viene a cada instante,porque todo se ha puesto cuesta arriba,en el sitio oportuno.

Anda sobrecogido con el desacarreoque se trae entre todo lo que le sucede,sin paz, sin luz alguna.Empuja con las fuerzas que le quedanal tiempo para que corra más,y el cáliz que le asolase pase de una vez.

(La solución vendrá en el diario de mañana,junto a la de los otros pasatiempos).

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AUNQUE YA NO SONRíAS COMO ENTONCES

Es verdad que me acerqué a tu entorno,y comencé a quererte,por tu alegría de baile y tu cascabeleo;que nunca la tristeza se paraba en tu cara,ni en tu voz, ni en tu cuerpo,y si lo hiciera, fuera tan leve el roce,que no me diera cuenta,que no pudiera nunca contagiarme.

Me acerqué un poco mása tu caliente piel de mermeladapara quitarme el frío y la amargura.¿Por qué no iba a acercarmesi te quería, si te necesitaba?

Entre los que se amanno podrá levantarse la distancia,ni las fronteras,ni siquiera el miedo,porque el presente, todo,nace y muere con ellos,los moja, los empapa, los anega.

Y más cerca me puse,y me metí más dentro por cada poro tuyo,y más allá, más lejos cada hora,y pude hurgarte cada recoveco,hasta que un día me asaltó tu penay tuve que cogerla de la mano,medirla, meditarla.

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Los que se aman pueden caer de brucescontra el futuro y partirse el alma.¿Qué pasará?, pregunta el uno al otro,mientras pierden la voz, los dientes y la lengua.¿Qué pasará?, mientras se arruga el pecho,paran los dedos, y el vientre queda solo.¿Hay que marcharse y casi despedirsepara siempre? (Siempre no es tanto).

Nada enloquece tanto como la soledady llegas a perderte por detrás de la carney el tiempo, sumido en tu esperanza.Con avidez de náufrago esperabatu dicha a borbotones, pero no pudo ser.La tristeza te socavaba el cuerpo.Tristes los ojos y la cara triste,triste la espalda y triste la barriga,el pecho triste y triste la entrepierna.Rodeada de pena, aislada por la pena,no pude perseguirte para que me arroparas,no pude recogerte, ni llevarte conmigo.Y tanto me dolías que tuve que pensaren otra cosa.

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Los que se aman aclaman venturososel amanecer, convocan a los soles,pero el día los cercará y los asolará.Mejor quedarse quietos, no buscar,no ganar la partida.Miraban el tiovivo, la luz, el movimiento,podían sentir la vida, tocarla, repartirla.Las vueltas y más vueltas, el vértigo, las olas,enajenarse en cada posiciónde la rosa del viento,la voluptuosidad en un millón de puntos.Los amantes hicieron un descanso,buscaron más adentro,el alma del desconchado carrusel,y vieron la penumbra, los hierros remendados.

Bueno,hoy te sigo queriendo aunque ya no sonríascomo entonces, porque incontables hojasde tu risa ya se han caído.Todo lo que me quieresno tiene solución, ni tampocotodo lo que te quiero,Mas la amalgama hecha de tanto aproximarnosnos podrá defender.

Los amantes se seguirán amandocontra huracanes y contra maremotosporque la vida no puede contenerse.

Mañana podré quererte aún como un extraño loco,cuando lo cotidiano nos diga lo que fuimosy cada día que pase estemos juntos.

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OJOS, CARiCiAS, BESOS

Ojos aún más segurosque la noche que viene cada día,negros, verdes, azules, así sea la luz.Ojos para bañarme en ellos,a veces con la sombra del flequillo,pícaros ojos, incitantes ojoscon la sonrisa al lado,ojos de niña, ojos de esperanza.Nunca cierres los ojoscuando te miro ávidoy las pestañas no puedan esconderme.

Acaricio tu cuerpocon la mirada,suave caricia a veces,a veces posesiva,y bien sé que me sientes,al mirarme un instantecasi como un relámpago.Luego puedes fingir,mirar hacia otro lado,pero yo estoy seguroque se quedo contigola caricia que no pude aguantar.

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Cómo se pasa la vida

Nunca se llenaríasu cuerpo con los besos.Aún había sitiopara besos de reconocimiento,para besos más dulces o más tibios,besos de noche o de mediodía,besos punzantes, estremecedores,besos con dientes de hambre,vertiginosos besos,besos para el descanso,besos de despedida.

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LLUViA DE NANA

Oigo la lluvia como nana nueva,ensayada entre los labios tiernosy desde el pecho dulce de mi madre.

Lluvia de nana, humedad fetal,entre la noche y el silencio.Nana de lluvia y casi letanía:Aquí, quién no vino a la cita,quién no amó la verdad,quién se marchó vacío,quién perdió el tiempo,quién fue culpable,aquí, quién no nació,quién se murió,quién nada.

Cómo me gusta madreque me acunes.

Oigo la lluvia como nana nueva,recogido para saber qué dice.Me emociono indagando,mas no entiendo, no entiendo.Un escalofrío descarga mi pasión.

Amiga lluvia por qué no me lo dices,por qué no me lo dices.

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Cómo se pasa la vida

Me estoy durmiendo,los párpados vencidoscon los recuerdos últimos.Me estoy durmiendo,la rítmica caída de la lluviame apañala, me acuna,me envuelve por completo.

No me duermas, no me duermas, madre,y cuéntamelo todo. Madre, cuéntamelo:Aquí, quién no vino,quién se marchó,quién perdió,quién fue,aquí, quién,quién,quién,quién.

Lluvia de nana que con amor susurra;se van borrando los límites del cuerpo,una tristeza suave nace de mí,crece, se extiende, lo llena todo,y me sustituye.

Y me quedé dormido con la nanaque no entendía.Yo quería saber qué significaba todoy me dormí.Aunque no se lo crean, me dormí.

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PUENTE ROMANO

Estamos apoyados en el puenteviendo pasar el agua por debajo,¡señor, cómo nos duele este trabajode ver correr el agua por la frente¡

No tenemos espalda suficiente para llevar la muerte en este tajo,todo es partir, partir y cuesta abajo,intentando nadar contra corriente.

Persiguiendo ilusiones, con las penasrompiendo los caminos como hielos,cegando los veneros como arenas.

ilusiones prendidas en los cielos,más traidoras que cantos de sirenas,¡qué burlados dejaron nuestros vuelos¡

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Y perdidos sin brújula y sin meta,igual que a viejas hojas poco viento,aunque movido acompasado y lento,nos hizo de la vida una veleta.

Y cambiamos mil veces de maquetaerrantes sin descanso y sin aliento,para seguir nadando con el cuentodiez mil veces de cara y de careta.

El río se nos va , los más ligerostonos del lubricán caen acunantes,y mañana no habrá nuevos senderos

para quijotear igual que andantes,encima del desastre caballeros.Volveremos a ser los mismos de antes.

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Noche tras noche siempre desvelados,ya sin marzo, sin julio, sin enero,descendentes del cien, del diez, al cero,sin contar para nada y devaluados.

Sin recordar a nadie y olvidados,quién ahora el peor, quién el primero,sólo sobrevivir es verdadero,ya acabados, sin luz, desvencijados.

No os remiréis la palma de la manopara saber si el río va derecho,remediarse y curarse es tan humano...

Callad, comed, dormid y buen provecho.¡Cuántas veces te han hecho y contrahechoviejo puente para seguir romano¡

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ViNiSTE DE LA NADA

Me gustaría, como si fuera un niño,que al dejar de mirarte y contemplarte,dejaras de existir.O al dejar de mirarte y preguntarte,aunque existieras,dejar de enamorarme,como si fuera un hombre reflexivo.

Mas otros ojos, amados, consentidos,te miran y renaces.A hurtadillas te miro,mas no puedo dejar de enamorarme.

Hay que esperar que un díano puedas encenderte en mi mirada,nieve mis ojos de frío desconsuelo,cuando deje de ser poquito a poco,para no despertar tu indiferencia,tu cólera, tu odio, tu desprecio.

El caso es, que porque te miraba,viniste de la nada para empezar a ser,y no has vuelto a la nadacuando he dejado de mirarte.Tal vez, incluso, seas la misma.

Recordaré algún día,cuando ya no sea nada para ti,que un día te miré enardecido,y tuve que cegarme y olvidarte,y volver a la nadade donde me escapé para mirarte.

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APUNTE DEL DESTiERRO

¿Quién nos pudo ayudarcuando nos fuimos?

Tantos años teníamos perdidos,para la claridad y la respuesta,escudriñando cada ola,por si tal vez nos daban la señal,mientras la juventud inútilmentese deshacía.

Cuántos días pasaron, cuántos himnos,qué cantidad de barcos atracaroncon banderas y estrellas,que zarparon de nuevo.Pero entonces éramos valientesy aguantábamosmás tenaces que el tiempoy creíamos que estaba ya en caminoel mensajero.

¿Quién nos pudo ayudarcuando nos fuimos?Y ahora estamos tan lejos.

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Cómo se pasa la vida

Haber tenido un sueño entre los labiosy no habernos bebido ni una gota.Muertos de sedhoy expatriados silenciosamente.Haber amado tanto avergonzabay en todos los países nos dolíala casa que perdimos.

¿Quién nos pudo ayudarcuando nos fuimos?Y nos tuvimos que marchar tan solos.

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UN NiñO ENfERMO

Se desvanecía sin alzar la caraen su mal incurable,niño de cera, niño de cristal,sin poder tomar parte en el océanode la pura esperanza cotidiana.

No mires al espejo, niño mío,que te quiere enseñar la cara tristey un cuerpo derrotado;no dejes que te enseñetu destrucción, tu pena,la niñez que has perdido para siempre.No dejes que te engañe. Mira las plantas, qué verdes y jugosas,los incansables pájaros de marzo,las ligeras cometas que danzan para ti,los relámpagos de todos los colores de la televisión.Alégrate que pronto estarás buenoy volverás al parque con los niños.

El niño alzó la cara con delgada luz,niño de carne y sangre,otra vez encendido,para ocupar el centro de la historia,y una lluvia de besos le durmió.

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CURSO DEL 63

Has cogido una flor de unos matojosal borde del camino polvoriento,altiva estaba en vivo movimiento,confiada al sol y ajena a los antojos.

Para adornar tu pelo y por tus ojosse asoma la alegría y un momentose entreabre el alma y un ligero alientode fresca luz brilla en tus labios rojos.

Te aburría la flor y con un besola separas de ti, se cayó al río,y el agua se la lleva, blando peso.

Mírame sin tu amor, muerto de frío,voy empapado de agua, sin el beso,repasando en las calles mi vacío.

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Julio de Manueles

Vacío y soledad, todo desierto,me alejaré despacio, paso a paso,con mi triste decoro de payaso,con el amor callado y encubierto.

Enfermo de zozobra y desconcierto,los días sin aurora y sin ocaso,hambriento, desvestido, al cielo raso,aguantando sin cartas y sin puerto.

Borracho de recuerdos, de mal vino,giran mis ansias y mi desconsuelo, de milagro de pie, de numantino.

No tendré curación para mi anhelomas dejaré mi pecho cristalinoy si me llamas volveré en un vuelo.

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TERRAzAS DE LA PLAzA MAYOR

i.

Las terrazas de la Plaza Mayor como colmenas,llenas de enjambres de miradas ágiles,de palabras inquietas, de gestos afilados,que bisbisean y lo ocupan todo.El pertinaz zumbidohasta roe las piedras de este panal histórico.

En esta mesa a solas, aislado del bullicio,mucho más desvelado que este reloj vigía,miro el denario, ganado y convenido,por haber trabajado en este día glorioso.Bueno, aún tuve mucho tiempo para amary para que me amaran, sin concierto.Así que hoy la suerte me ha tocado,por haberme afanado con vosotros al sol,por recoger y dar todo el amor que pude.

En la Plaza Mayor de Salamancalas terrazas de anhelos, luchas, lágrimas.Miro a otras mesas para asegurarme:Todos palpan y observan su denario,me levanto un instante y oteo más alláy he comprobado que todos hemos quedado en pazen esta abigarrada taracea.Ya nos han dado lo justo por amar y por vivir,no nos condenarán por regalías.

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Julio de Manueles

ii.

Cómo no hacerun exacto inventario en esta plaza seria,recamada de gente sentada en las terrazas,conversando insistente, casi con terquedad, sobreexcitada.Cómo no hacer balance estando solo,acariciando con remordimientosla híspida piel del tiempo que se ha ido.

Bien puedo recordarme en una Plazade un pasado perfecto del que no queda nada.La Plaza renació por la mañana,eran las piedras de color barquillo,y el cielo de un blanco azul y casi trasparente.Aún puedo oler las obleas recientesen la cesta de mimbre, ver los niñospendientes de la roja barquillera.

Yo tengo tantas ganas de vivir que subversivose me ha descarrilado el corazón:Trabajo quince horas cada día,disfruto dieciocho,me aman durante veinte horas,amo las veinticuatro que aún me quedan,y me bebo los vientos a deshoras.Todo por un denario.

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Cómo se pasa la vida

iii.

Tiento el denario y me voy acordando.La vida al mediodía ha llegado a buscarme,y aquí estoy, no me voy a esconder.Seré ordenado y pagaré mis cuentas.Tengo que ser el cariñoso puerto de mis padres,hombre de mi mujer,el acicate de mis cinco hijos,la confianza de todos mis amigos.Conviviré con ellos y con todo,me pegaré a la tierra convencido,para que la armonía presida mi quehacer.

Miro la Plaza de color canela,el cielo azul celeste inmaculado.Me premiaré con un café con lecheen la fresca terraza del Pasaje.Es verdad que aún puede aparecercualquier sorpresae incluso seré capaz de amarla.

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iV.

El cielo de la Plaza se oscurece,se va poniendo añil, me voy poniendo triste,porque presiento que se va a terminar el espectáculoantes de lo previsto.Tal vez no pueda ni escribir mi nombre.Las piedras de La Plaza ya encendidascomo azúcar quemada.Se ha apagado el rumor,todo va muy deprisa,Dies irae, el cielo está ya cárdeno. Se ha puesto negro el cielo y la piedra de bronceporque La Plaza como una fortaleza quiere cerrarse para la eternidad,y en todas las terrazas ondean los crespones.

Nadie entrará jamás en esta misma plaza,en esta misma piedra, en este mismo cielo,nadie podrá mirar la misma luz de hoy.Ninguno volverá con el mismo denario.

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V.

Sigo sentado aquí con mi desvelorumiando mi pasado aunque a regañadientes.

Ahora, en esta última hora,cómo os echo de menosmientras remiro mi denario.Tal vez yo llegué el últimoy me pagaron como a los demáscon el mismo dolor, la misma sal.

No pasarán al lado los míos de mi sangreque me dieron su pulso y su pan blancoy fueron expugnados por la muerte,no pasarán tantos amigos buenosque fueron mi alegría y mi firmezay fueron sorprendidos indefensos,no pasarán tampoco los amores que andaban de puntillas,que otoñizos fueron envejeciendoy en enero se helaron.Son muchas las ausencias pero seré valiente,y en esta noche triste os velarécercado por la pena y la desgana.

Aunque iluso y absurdo aún os espero,que me tendáis las manos y besarlas,ya no siento vuestro recio latir,ya no os queda ni vida en mi memoria.

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Vi

Dulce es dormir y amargo es despertar,porque en el sueño anida el embeleco,que palpita y se mueve y ronronea,y canta y salta y vuela y revuela alto,y viene y va ondulante y sube y baja,y te abraza y te mima y te calienta,y te arrulla y te mece y te consuela,y aún te adormece más.

Despertar a la vida te escuece cada día,que la vida es verdad, incluso cuando juega,nunca te engaña, ni puedes engañarla,y siempre te amenaza, puede herirte,y al fin darte la muerte.Y a pesar de todos estos riesgos cotidianos,la Plaza es mi testigo, yo nunca fui insolente,ni me encaré lleno de presunción con mi destino,tal vez para que no se fuera mi esperanzay a sabiendas que las cadenas atan pero también sujetan.

Las terrazas vacías tienen escalofríosy yo sigo despierto en esta amanecida de la Plaza.Enfermará del todo mi cuerpo con mi almay ya me duele hasta mi misma sombra.Ay, si fuera capaz de dormir un instante,descansar un instante, trasponerme,olvidarme un momento de todos los pesares desbocados,descontar una a una las heridas que tengo,recomponer mis manos con las vuestras.Ay, si pudiera apaciguar mi soledad crispada,apuntalar mi fe, aliviar mi ruinera.

Si pudiera dormir olvidaría el denarioen medio de la Plaza.

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No quieras consolarme porque no podré sertu deshumanizado amigo de cartón,tu desalmado compañero inerte.No seré nada tuyo, para qué,si no me dejas ser tu amante victorioso.

No me fijé en tus labios para oír tus palabrassino para gozarlos, y para remamarlosy sorberte entera y alimentar mi enteco corazón.Y como no te tengo no logro descifrarlo que me estás diciendo, extranjero perdido,encendido de sed, comido por la fiebre.

Delante están de mí tus ojos pensativos,para no delatarte, celando tu temor;tu bolso de sorpresas, tu bolígrafo bic,tu cara adolescente y tus enhiestas tetas,tu barriga incipiente, tu pubis levantado,tus magras piernas recién depiladitas,tus zapatos con polvo, tu ropa de almacén,tu trasero carnal vibrando entre tus faldas,y tu jugoso cuerpo comestible del todo.Cómo te amo, cómo te quiero entera,incluso besaría tu aureola en presencia de todossi mi pasión no fuera pudibunda.

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Julio de Manueles

funámbulo en la rosa de los vientospodría olerte, palparte y apretarte,poner mi cuerpo alrededor del tuyo,mas por de dentro para sentir el centro de la vida.Desengañado dejaría las nubes, los propósitos hueros,y posado en tu tierra podría descargarme,despejarme, aquietarme, dormirme, renacer otra vez gracias a ti.

No me arrepentiré de esta pasión de piedra,como una catedral, que ha dejado una simaen la cantera de mi castillo de orden.Si no puedo tenerte mejor seráque no te vuelva a ver o al menosque no vuelva a mirarte,que te olvide del todo hasta la senectud,que seas un sueño roto irrecordable.

No voy a preguntarte, qué más da,qué podría hacer con una frase insípida,qué valor me daría un sorites perfecto;porque lo malo es quedarse solo,acobardado en medio de la feriamás asustado aúnque un niño abandonado.

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Cómo se pasa la vida

EL ENiGMA

Ese enigma, que te hace remolinosentre el sentido y el conocimiento,que va y que viene sin desentrañar,calentándote sin que te des cuenta,para que vayas viviendo cada día,le convocó a tu lado para amarte.

El enigma,tal vez, sería pasión amordazada,amor contracorriente, olvido tristea cuestas, desgana o desencanto,o miedo a la sorpresa.

El amante preguntaría tantas cosasa su amada, mirándola, tocándola,insistiendo una y otra vez,para saber su historia y sus afanes,meterla dentro de él y dominarla.

Y volvía una vez y otrade un sitio a otro.¡Ay la pregunta, entre tanta emoción!Dónde estará el sosiego y la respuesta.

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Julio de Manueles

Mas el amante sólo podía entenderlaentre el gozo y la dicha que esperaba;se iba cansando de asomarse a sus ojos,de buscarle las vueltas a cada movimientode su vida, su cuerpo, sus palabras,cuando estaba a su lado o soñaba con ella.

No la podía cercar, hacerla suya.

El amor imposible y la amistad inútil,se ha ido pasando el tiempo,el frío le ha invadido,y el enigma de entonces ya no es nada.

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Cómo se pasa la vida

ALMA MATER

La secuoya de Onís ya casi se ha escapado del cielo de este patioy ahí siguen los enigmas que antaño me atrajeron.Aún escucho el frufrú de las calumnias que tanto me asustarony se emboca en el claustro el ronroneo traidor de tanta envidia,el desalmado aliento de la insidia académica.Nada puede crecer con la discordia, con la justicia torcida [y retorcida.

Yo soy aquel becario que se creyó algún díaque tu alma siempre era de madre redentoray ahora ya sé que ha sido de madrastra.Yo soy de aquellos hombres que mejorar quisierony me afané y luché por ganar maestría,y corriendo despacio en tus aulas matricespensaba y deseaba que algún díasería capaz de hacer lo que quisiera.Y ofrecérselo a Dios para que custodiaracon firmeza mi vida y me defendiera de todos los peligros.

Hijo mío, por qué has vuelto a la Universidad,por qué no te has deshecho del engaño inservible.No has tenido bastante con vagar impotente tantos díassin encontrar empleo de tu tallao realizando efímeros trabajos.Cómo te has olvidado del vergonzante pan de tus padresque tantas tantas veces has comido con tu título inútil.Por qué me haces llorar.

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Julio de Manueles

Madre mía, no he vuelto a pisar Salamancay llevo tanto tiempo errabundo llorándome hacia adentro,sin descanso sin tregua este llanto de acíbar,que necesitaba remirar el principio de mi desgracia.Déjame, madre, que apure el cáliz de mi abatimiento,que no puedo evitar ni siquiera un peldañode mi desespero. Ay si pudiera empezar otra vez.

Quién se pudo salvar de aquel diluvio de igualdad injustaque echó a perder tu vientre cada día,madrastra pupilera sin alumnos insignes.

Hijo mío, yo no quiero otra cosa que poseasun lugar en la tierra, un sitio entre los hombres,y cuando los encuentres descansaré porque te he puesto a salvo,y sobre tus rodillas se sentarán mis nietos.

Madre, detén tu amargo llanto que no puedo mirartecon tanto desconsuelo porque mi amor no abarca tu desgracia.Escapa, madre, de esta angustia moradaque adelgaza tu pecho compasivoque aún debe ser feraz para su hijo durante mucho tiempo.Ay madre, sujeta como puedas el llanto que te cuesto,tu desazón de espinas aunque te falte poco para estallar,para romper tu amante corazón.No llores, madre, por tantas cosas como no han sucedido.

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Cómo se pasa la vida

Taimada entre tus aulas has defendido todo:a los perfectos dictadores y a los sanguinarios sonrientes,a los blanqueados genocidas y a los terroristas razonados,a los expropiadores por supremo interés y a los ungidos salva-dores.Y has buscado el aplauso de los provechosos papanatas. Dónde está tu opulenta sabiduría que todos envidiaron.Ahora estás indagando los flecos de la cienciacon las ideas desarrapadas desbordantes de solidaridad.

No llores, madre, aunque sea en silencioporque aún no trabaje aunque tengas mi orlacolgada en el salón.Yo no tengo la culpa de que los herederosun dineral ahorraran en la Universidad,que después emplearon en aunar amistadesy másteres carísimos.Yo no tengo la culpa de compartir mis clasescon tantos compañeros que jamás intentaronmanejar los cabos más sencillos de la ciencia,que amanecían tres veces por semanaentre el alcohol, las pastis, los canutos.

Hijo, si yo hubiera podido tener siete cabezas incendiariaspara hacer de ese mundo de perversa igualdadun montón de pavesas y cenizas,mezclarlas con las babas de todos los culpables,de los que maltrataron a Minerva,y hacerles un colchón movedizo inhóspito y heladopara que nunca nunca pudieran descansar.

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Julio de Manueles

No creo que te puedas olvidar del salón de retratos,de tus muros gravados con mistificadores de oropel,de los exámenes y créditos patrióticos,de los vagos de todas las españas,de la barbarie de todos los colores,de las masas rebeladas que te ocupan y cubren.No podrás resistirte a la fornicación con la políticay no podrás llenarte del saber de alumnos y maestros.

Hijo mío, yo anhelo que te vayas por tu senda adelantepara secar mis ojos y sacar las espadas de mi pechoy que los años, que te esperan propicios,se vayan sucediendo unos tras otros.Abre tus manos, hijo, y camina.

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Cómo se pasa la vida

SED

Ya tenías los labios preparadospara que los besara con ternura,con veneros de amor y regocijo.Besos que recurrentes te aliviarandel crepúsculo del anochecery extendiera las claras por tu día,tu sangre renacida por tus huesos.El gallo sorprendido cantaríaa todas horas la tercera vezy tendrías más tiempo para amarla.

Pero seca y lejana proseguía con la savia pasmada e indolente.¿En dónde está que ni viene ni vuelve?,te preguntabas desesperanzadocasi marchito ya, aridecido.

De acero es el dolor que te atenaza,que calcina tu paz y te derrotaaunque mantengas firme tu figura.Escocido de miedo y abandonosuspirabas la sal que te quemaba.Por las esquinas del secadal vacíoescudriñabas las enjutas sombras,tus ojos sólo cuencas desterradas,tu lengua sólo trapo desabrido,indagabas su aparición sublimey creías que escuchabas su voz.Cuántos vaivenes de pasos prevenidos,qué vértigo de vueltas y revueltas,para cambiar tu sino desvalido.

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Julio de Manueles

Pero nunca llegaba enamoradani siquiera de amiga conmovida,para enfriar tu fiebre desatada.Y siempre el horizonte requemadoy un olor miserable a formalina.No volvería a refrescar tus sueñosa soplar tu pasión y tu resaca,a humedecer tus manos cuarteadas.Si al menos escuchara tu repicar inútil,o tu llanto que se quedó sin lágrimas.

Andas más desvelado que las horas,encadenado a la ardorosa ruedaigual que ixión, amante y atrevido,y Orfeo no vendrá, no habrá descanso,sin besos, sin caricias, sin palabras,pasando tu ansiedad de un sitio a otro.Náufrago condenado en el infiernocon una insolación interminable,tiendes tus dedos para poder coger unas gotas de lluvia de su cuerpopara regar un poco tus arenas,sin poder acercarte ni alcanzarla.

Ya resecos los labios azotadosse te queman de sed y ella no vienecon una brisa leve ni una rosa.

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Cómo se pasa la vida

RESiGNACióN

Ya no la encontrarás, ya lo presientes,por más lluvia que caiga interrogadatodos los días, todas las primaveras,por más que entre tus dedos se deshojenlas flores, los correos, los mensajes,por más que se deshagan cada tardelos pasos, los caminos, y los mapas.Duermen las aves, la víspera se acaba,el día que vendrá es como el anterior,o más vacío aún, aún más perdido.Sólo el otoño seguirá creciendoy acabará cegándote y ahogándote,cuando las hojas del olvido ocupenel dolorido mar de tus entrañas.

Es cierto, sí, o al menos lo recuerdasque algún instante estuviste con ella,adulciguante te recogió las manos,–¿cómo sentirse a gusto sin ternura?–y te quedaste acurrucado y quieto.Y como Circe ungió todo tu cuerpo,y aligeró tus hombros de pesares,nunca más te volvería a hacer daño.Compartiste la paz que te entregaba,la mirada y el cuerpo y la saliva.Su calor breve derritió tus alasy en su fuego te hubieras consumido,seducido, sumiso, satisfecho,para escapar del frío cotidiano.

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Julio de Manueles

Es cierto, sí, que desde su llegada,y su partida, hubo mujeres buenas,sencillamente buenas, niñas tristes,humildemente tristes, y muñecas,casi de escaparate, de domingo,hubo amigas, amantes, compañeras.Es verdad que habrá mujeres buenas,preciosamente buenas…Letaníaincansable de soledad a plazosque se te va juntando entre las sienes.

Tanto corrió tu amor por alcanzarlaque te ha dejado atrás desamparado;alejado su amor estaba inmóvil,se había hecho invisible, inexistente.Tienes razón. Ya no la encontrarás.¿Para qué necesitas sortilegios?Ríndete ya, que todo es imposible.No calientes tu pulso ni olfateesel aire rebuscando la sorpresa.Resígnate que ya estás agotado,derrotado tejiendo y destejiendo,esperando el prodigio que no llega.Tu juventud que se bebía los vientos,poco a poco se volverá silenciocon augurios más negros y más tristes.Nada queda que pueda reanimarte,que levante tus ojos y tus brazos,que componga tu cuerpo descosido,que ilumine tus sueños repetidosque opacos van sin luz llenos de barro.¿Cuántos recuerdos llevarán tus manossin que se vuelvan cieno con tus lágrimas?

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Cómo se pasa la vida

Cierra la puerta y cierra las ventanasque detrás del espejo ya no hay nadie,no preguntes, no llames, no te quejes.Ni siquiera tu madre se ha quedado.

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QUERiDOS COMPAñEROS

No pudimos quitarles la mano aciaga del que desahucia haciendo el penoso papel insoslayable; ni el quebranto que recorría sus cuerpos; ni el ingente desasosiego cada vez más helado y silencioso. Apenas si pudimos sonreírles del miedo que teníamos. La muerte inexorable creció desde sus corazones y se adueñó de todo hasta las uñas, hasta siempre.

Tal vez si no se hubieran emplazado a dejarlo todo, dejarlo todo pronto, no hubieran sucumbido y estarían aquí porque el hombre y sus cosas son lo mismo. ¿Qué clave desconocida se descompuso y dejó que el destino les agujereara? ¿Qué deseo se les tronchó? ¿Qué engaño descubrieron? ¿Qué les robó las ganas de vivirse, de recrearse a pesar de todo?

Yo sé muy bien que cuando el tiempo pasa cada vez pesa menos, y las horas, los días, los disgustos, sin molde y sin medida, sólo serán recuerdos con un sabor sin nombre. Pero todo está cerca todavía. ¿Cómo pudo asomarse, suceder, tan alto sufrimiento? ¿Quién pudo haber soñado tan intensa desgracia?

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Cómo se pasa la vida

En el tráfago insomne cotidiano ellos eran la compañía amorosa, la dulce y tibia ayuda, el reposo incansable, la caricia que achicaba las penas, eran casi todo lo bueno.

Amigos, compañeros, dejadme que os evoque, que os nombre a cada uno y os salude. ¡Cómo envidio vuestra serenidad y valentía! Chea, Dorita, Bueso, Don Sisinio, isabel, Preciado, Manuel Pérez, ¡cuántas vidas se os deben, cuánto dolor curasteis!Recio Ruano, Hochi, Bernardino, Sala, Castaño, Ricardo San Román, ¡cuántos hombres aún andan por vuestra mano y ciencia!, Mariano, Gloria, fernando de mi herida, Oscar, colega, y Miguel de mi alma, ¡cuántos duelos se fueron por vuestro bien hacer! ¿Por qué ninguno pudo devolveros ni siquiera un adarme de la salud que disteis cuando tanto la necesitabais?

(Me he olvidado de muchos sin querer; ya nos pondremos pronto a vuestro lado)

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Julio de Manueles

Ayudadme a soplar el torbellino de la desesperanza, para que se disipe cuanto antes y podamos seguir; dadme fuerza para golpear el filo de la angustia hasta dejarlo romo y soportable, para que no haya sangre, ni perdón, ni arrepentimiento. Para que los recuerdos (cuántas guardias contra viento y marea, cuánto esfuerzo obstinado, qué camaradería, cuántos firmes afanes compartidos) se vayan disolviendo, se evaporen, y llueva suavemente mientras nos alejamos.

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Cómo se pasa la vida

HAS VUELTO

Yo llevaba la cuenta,de los días que todavía faltabanpara que volvierasdesde tu mundo al nuestro.Y señalando el día,con la ardiente ilusión de tu presenciame emocionaba todo;saltando y sonriendome iba comiendo el mundo.

Tal vez porque creciste demasiado,desde mi corazón a mi cabeza,a fuerza de extrañar tu lejanía,creía que al volverfueras distinta,y crecería tu viday nuestra viday andaríamos juntos.

Confieso poro a poro dolorido,que tu vuelta no fuemás que tristeza,decepción, atraganto.

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Julio de Manueles

No podía entrar en ti,a través de tus ojos que no esperaban nada,ni ayudado con todas mis palabras delirantes;no pude ni siquiera asomarme, ni entreverte,ni entrehablarte, ni reconocerte.¡Cómo poder tan sólo entreamarte!De ninguna forma pude arrimarme a tini un repoquito al menos.

fue tu vuelta la nadao el naufragio.Vaya una soledad que me ganédespués de tanta espera,repito a cada instante y me consuelaque a ver cuando te vas para olvidarte.

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Cómo se pasa la vida

NUNCA PODRáS CURARTE

A Miguel Torga

i.

Le conocí hace mucho y me di cuentade que era eminente entre los mejores.Sucede pocas veces que los dioses benévolos te ayuden a encontrar,entre tanta hojarasca descompuesta,un poeta, que replete tu pecho de emociones,que merezca la pena compartir, incluso repartir.No era Miguel del envanecido parnasoque errático y raquítico quería marcar el paso.Vehemente y laborioso oficiaba solemnede médico y poeta,siempre soberbio, siempre solidario,curando y consolando los males de los hombres.La coruja Minerva le hacía mirar las cosascon una despiadada lucidez;no le dejaba nunca que su temperamentopudiera desbordarse, gemelo de miguelesrebeldes e inconformes.

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Julio de Manueles

Sus versos se movían con una magia leve,crecían con el viento, cantaban en racimos,llevándonos desde la noche opaca al día luminoso.Versos vestidos con las costuras justas,sin bodoques, sin trampa, sin disimulo alguno;todos cernidos y sin desparramarse,siempre hablando del hombre y de sus cosas.Su palabra preciosa y desbrozada,raigón de humanidad, universal, ibérica,desmenuzaba al hombre y su escenario,siempre amorosa y siempre de consuelo.

Nadie estuvo más cerca de los hombres,pequeños, atrevidos, cotidianos,resistentes como la eternidad, casi inmortales.En su destino inconmovible y claro,¡cómo amaba a los hombres Miguel Torgay cómo le dolían!;era Miguel un lígrimo poeta,una estrella en el suelo tan grande como el sol.

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Cómo se pasa la vida

ii.

Miguel, tú sabes bien que hay días como espadas,llenos de incomprensión, hostiles, sanguinarios,y hay que seguir curando y escribiendo,ayudando a los otros, tantas veces, Miguel.Y además nunca sopla un oportuno vientoque te lleve amistoso hasta un puerto tranquilo,porque la paz es inalcanzable y también imposible,y las almohadas no sirven para nada,y con la soledad y en solitariohay que beberse el cáliz hasta el tártaro.Qué bien sabes lo que cuesta vivir como un atlante,sin doblegarse nunca, sosteniendo la vida,nada menos. Siempre con fe y siempre confiado.Que todo se podrá remediarsi se quiere vivir, si se quiere nacer cada mañanay exponerse a la muerte cada noche.Seguir erguido siempre aunque te cueste muchoy más si estás cruzado por muchas cicatricesdel vitriolo que lanza la infamia y la injusticia.

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Julio de Manueles

iii.

Siempre ante el mismo enfermo,siempre ante el mismo hombre,Miguel, el hombre enfermo, triste tres veces,con el ser hecho trizas,trastornado, transido, desastrado.

Un diluvio de amor nunca podrá curarte.Nunca podrás curarte, Miguel Torga,de amar tanto a los hombres, de estar solo.¿Por qué te hiciste el dueño de la culpa de todos,de las sombras de todos, de todas las heridasincurables que obstinadas nos pueblan?¿Cómo podrás vivir sin el dolor diariohasta el día que te mueras en el nombre de todos?

Más recio eres y arraigado que el urce,soga de pozo más dura que el brocal de roca,para sacar poesía de la tierray hacerla fruta y agua y quitarnos el hambre y quitarnos la sedy limpiarnos las pupas.

Vamos a ver si podemos pagarteclamando lo que has sidoaunque nunca repiquen las campanas.

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Cómo se pasa la vida

iV.

Nunca podrás curarte porque no dejaremos que te duermas,no dejaremos que sueñes con nada.Te despertaremos cuando estés descansando,a punto de curarte, como Lázaro;cuando te hayas sobrepuesto a casi todoy a punto de morirte.Te despertaremos para que sigas amándonos,curándonos, contándonos tantas cosas y cosas,interpretando signos con mayor precisión,arrimándonos luz para aliviar el miedo.

Nunca podrás curarte de amarnos tanto y siemprehasta los átomos atormentados de nuestro corazón.Tú que has curado a tantos, Miguel Torga,mientras platicabas incansable con la vida,nunca podrás curarte sin dormir, sin un sueño.Nunca podrás ser dios sin descansary te vas a quedar de hombre por los siglos.

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Julio de Manueles

COHELET, 3:8

Un día le contó entusiasmadolas cosas que le hicieron felizunos momentos.No consiguió encenderla.Otro día desvergonzadamentele enseñó todas las cicatricesque sin mérito algunole dieron por vivir.No logró su ternura.Otro día le dijo atropelladoque cómo iba a saberlo que iba a pasar si no sabíasiquiera lo que había pasado.No consiguió asombrarla.Y otro día con ansia adelantó sus labiospara besarla, chuparla, respirarla.Ella puso sus labios de frontera.

Mucho tiempo pasóhasta que se dio cuentade que sólo era su desvelo un espejo,impenetrable, frío.Tanto dolor de golpele anudó el corazón,y sin aire y a oscurascayó contra el espejo y lo rompió.

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Cómo se pasa la vida

DOS SONETOS DE BERNARDO DEL CARPiO EN SU PLAzA MAYOR

No me canso después de tantos añosen esta plaza grande, en mi destinode no ser ya guerrero peregrinoy todos mis castillos desengaños.

Dicen que lo que fui fueron apaños;mis empresas , mis luchas, desatino;mentira fue mi cuna y mi camino;Roncesvalles, Roldán, fueron engaños.

Vosotros mis vecinos que habéis sidounos mucho, otros poco, pero ciertos,si la gloria os dio luz hoy el olvido

os va cegando. No jactaros tuertos,no me hagáis burla, ni tampoco ruido,que si fuisteis más vivos hoy más muertos.

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Julio de Manueles

Salamanca, mi novia y mi madraza,aunque todo lo dicho por juglaresmentira fuera en todos los cantares,me dejará este hueco en esta plaza.

Salamanca, memoria de mi raza.Cuando sea nada en todos los lugares,de norte a sur, del cielo, de los mares,ella será mi amor y mi coraza.

Vecinos de mi patio en cada arcada,no me relatéis a cada momentovuestra gloria sin par, vuestra cruzada

más huera cada vez, más esperpento;la historia no podrá vencer al cuentopara no ser leyenda, piedra, nada.

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Cómo se pasa la vida

APUNTE PARA JOSé LEDESMA

Sabías claramente, aunque no lo dijeras,que los médicos no se habían confundidoni las radiografías les habían engañado.Esa sombra tan densa era el cero finaldonde el silencio comenzaría a soplar.Así pudiste sorprender a la muertecon los ojos abiertos.

Tal vez, amigo Pepe, ya puedes contemplar,desde los luceros que mirabas en tu juventud,cuando eras adicto a los sueños más altos,la deforme quimera de no ser y haber sido,de ser cabal a veces y otras veces mentira;sentir que tu viaje aún prosigue y se alarga,porque muchos amigos aún te echan de menos,a ratos con la alegría candente y chispeantey a ratos con la fría y plomiza pesadumbre,con sus pasiones que van llegando al puerto,para poder dormir, soñar y renacer más limpios.

Tienes razón, no te descorazonesporque muchos amigos no servirán de nada,ni sus floreos esponjarán tu obra.Qué muerto puede ser un amigo de un vivoaunque no se haya helado del todo, y solemnemente quiera tener un sitio en los diarios,hacer convocatorias, andar de boca en boca.Porque no estás conforme con ser inamoviblese te agolpan engaños de todas las especiesque te acosan hostiles y acabarían contigo si pudieran.Sacúdete las atrevidas moscas,no pagues a la fama no descansar en paz.

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Julio de Manueles

Sabes que estuve muchas veces contigo,tú estuviste conmigo muchas más.Que lo diga la historia verdadera.Guardo en mi corazón tertulias, recitales, galeradas,festivos ágapes casi familiares, que tanto disfrutamos,en el regazo del álamo querido.No quiero pasar lista, para que tú presidasa todos los que faltan, –en nada otro cantará mi nombre–,para no terminar ahogado en remolinos de penas acolchadas.Algunas cosas tuyas las guardaré asustado.Yo hablaba algunas veces de la vida contigoy en esta hora no quiero hablar de la vida sin ti.Cierro el cajón.Y nunca ya te adularán los pájaros trigueros,ni podré reprenderte, porque ser de verdades algo más difícil que ser a la medida,ni podrás ayudarme,ni compadecerme.No encenderé tu genio, no te reirás conmigo,para aliviar tu alma de las dudas de seguir subsistiendo.Ya nunca crecerán recuerdos en tus ojos,se meterá el olvido, el desamor, la nada,aunque intentes mirarnos dulcemente mientras la luz se apaga.

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Cómo se pasa la vida

DESCANSE CON LA VERDAD EN PAz

Las verdades que cuentas qué daño hacen,como puños, las puras o las compasivas.Además verdades que no importan, no sirven para nada,apenas para que tu apariencia sea bienhechora.Déjalas olvidadas en cualquier huequecito, que bien caben,y vente con el amor, acércate y déjalo a mi lado,conmigo, entre los dos, contigo para todos los gozos,los calculados, los imprevisibles, los que aran el alma,porque el amor me alza, me mueve, me rescatadel expolio y naufragio que sufro empobrecido.

Te aseguro querida que no me han derrotado del todoaunque me hayan herido con todas las verdades afiladas,y aún estoy vivo sin poder descansar, ni detenermeun instante siquiera, aunque lo intento una y otra vez,una vez y otra con innumerables novedades,y aún sigo haciendo cosas y cosas, sin pensar.El amor que me queda, todo el amor que tengodisponible, dispuesto, puntual, no lo quiero cambiarpor todas las verdades que tienes para mí.Mal negocio sería cuando tú las componespara rehuir la vida que se te está escapando.

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Julio de Manueles

Sólo puedo entenderte si me dejas que de piesa cabeza te rodee, lo más lejos que pueda,pondré anillos de calambres y gusto insoportables,sin plazos, sin reloj y por todos los ríos y los mares.Sabré que estás conmigo a ciegas y en silencioy que me estás curando del ansia de estar solo.Con la verdad a cuestas no puedo dar un paso,y al final crucificado quedo en la tramoyadiseñada, en la pauta de araña, reo de todo,copiosa seriedad, maduro y acabado.

La alcandora me llama desde lo más oscuroy dejo que el instinto me empuje, aunque me falle,me confunda, me pierda y se burle de mí.Por ponerte un ejemplo y lo comprendas bien:Qué difícil se me ha puesto la vidadesde el instante en que empecé a querertecon la verdad bailando alrededor sin arreglarme nada, porque empujaba poco o no hice caso.

Pero seguro estoy, te lo confirmo, que vivo todavía,porque no puedo encontrar la paz, ni un ratode sosiego, por más que los procuro y los persigo.Mira a ver si es posible, prescindiendo de la verdadque tienes para consolarme, sin paz y sin descanso,que te siga queriendo y que me quierasy acabes condenada para siempre.

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Cómo se pasa la vida

TRiSTiTiA

Vayamos al Savor, cola con tankeray, tónica sólo,y gaseosa y media. Mejor estar despiertospara saber los ojos que nos miran, las bocas que nos llaman.Qué noches tan difíciles sin poder disipar tantos desvelos,las reiteradas nieblas que cada día arrastrábamos,paseando sombríos entre las luminarias de alegría.Conservando el coraje y jamás lagrimososseguíamos navegando aunque la estiba no fuera perfecta.Eran duras casi todas las noches y qué largas,cuánto dolor costaba volverse más vacíos, más cansados,sin disfrutar un poco, sin poder hilvanar una esperanzajaspeada de amor.Tal vez el sacrificio mereciera la penaporque en aquellas horas estábamos más cerca,un poco más amigos, porque tal vez la nochenos hiciera más cómplices con la vida creciente y casi llena.Sentenciosos aprendices de oráculo decíamos: Es posible que hoy haya tantas luces como primos gemelos;la noche iluminada es poca noche y se quiere burlarde todo lo ordenado, del preciso equilibrio de todas las hormonas;hay que hacer un descanso para pensar con tantísima luz,en la tiniebla inmensa que nos está esperando,en los eternos días que estaremos a oscuras;hay que rever la oscuridad sin fin, sentirla sin zozobra ni agobio,en medio de este mar cuajado de bombillas,en aquella Gran Vía con la luz desbordada a media noche;Paseemos aún más nuestra tristeza antes que todo se despuebley nos quedemos solos.

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Julio de Manueles

Te he visto muchas veces igual que un niño grande,ocupando tu afán día tras día en incontables juegos sucesivos,como un yunque incansable.Y como un niño al que todos escuchanpodías contarlo todo entusiasmadocomo quien hace un encantamiento.igual que un niño grande que perdió un jugueteansiado mucho tiempo y al que se quiso mucho,te has quedado en silencio y sorprendido.Te he visto como un niño perdido en medio de la plaza,que nadie está buscando ni preguntan por él,defraudado hasta el tuétano, empapado de engaño.Y tienes todavía fortaleza de sobra para creer en todo,en la completa sanidad para todos los públicosque nos no podrá dar la mitad de un adarme de salud.Y no quieres salirte del camino tan serio de los hombres,de hombres sin enseña que están reunidos siemprey esconden en una mahonesa de palabras su avaricia y crueldad.

No te pongas tan grave, sonríe y no te quedes solo,Recuerda que cualquier desengaño es malo para el páncreas.

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Cómo se pasa la vida

Ya no puedo mirarte a los ojos con fuerzaporque todo es inútil, y todo se torció.Y he celado mis ojos para que no te enteresque te he visto menguado y perecedero,que esperas la derrota, la corrupción, la destrucción total,y tengo que evitar enfermizarte.Te voy a dar la mano aunque el desasosiego por los malos augurios me consume,para tirar de ti y sacarte del pozo,para poder llevarte a la tertulia,para que seas el centro de la vida preciosa.Perdernos por París, recrearnos, derramar el salterio por París.Qué buenos tiempos fueron.Cuántas tardes he estado rodeado de París contigo,con todos, íbamos y veníamos, todas las calles nuestras,izando la amistad hasta las claraboyas de las casas más altas.Ya casi me he quedado sin aire por París.Aunque puedas permanecer impávido en la total voráginede todos los recuerdos, de sólo los recuerdos,cuando los engranajes afilados del cáncerte hieren, te quebrantan, te trituran,dame la mano y vente a sonreír.Aunque seas figura de firmeza,acosado por el dolor más negro y absoluto,cógete de mi mano, levántate y sigamos andando.

Me marcharé hasta el sur sin despedirme definitivamente,Ay, si acaso pudiera emplazarte para volver a verte,hacer un humilde milagro y al menos estirajar tu vida,y aunque siguieras un poco traspillado,quitarte el desamparo, la palidez, el frío.

Me quedaré contigo y seguiré contigo.

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Julio de Manueles

Siéntate con nosotros un rato en el Novelty,no haremos una pausa de silencio,no queremos oír como crece tu ausencia.Siéntate aunque no quieras decir naday en este escaparate que cambia a cada instanteaún seremos los mismos.Quédate con nosotros mientras el tiempo insomneaventa tus cenizas por todos los lugares que te fueron propicios, donde te acariciaron,donde te dieron gloria.Y cuando sólo el viento te pueda acompañarporque nunca quisiste que las lluvias de Octubrerecorrieran tu cuerpo, vuelve otra vez un día,cuéntanos si La Habana sigue igual.

En estas circunstancias tan adversasles contaré a tus hijosy a todas las mujeres que te amaron,que eres amigo míoy que vendrás conmigomuchas veces.

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MADRE

Me imponía observarla y me dolía. Era más llevaderomirar su cama quieta y su reloj andando.Estaba recogida, acurrucada, volviendo a sus orígenes,sobre el lado derecho, como durmió durante ochenta años.Tal vez había intentado volverse al vientre de su madrehaciéndose un ovillo con el excelso hilo de su vida,dando ejemplo a las moiras de sólida destreza.Pasar de ser anciana, pequeña, apiñonada,a ovoide fortaleza inexpugnable, llenándose de luz,con los ojos cerrados, para no olvidar nada, repasando por dentro los gozos y los males, y el fuego y las cenizas.

Había preferido ir enfermando sola, ir muriéndose sola,para qué dar trabajos si no puedes cerrar ni un solo poropara que el mal no entre y se adueñe de todo.Una y otra vez, una y otra vez reclamó ayuda al cieloy la desesperanza se acercó a su paciencia en los últimos días.Yo miraba su cuerpo quieto y su reloj andando.Ay madre, me sosiega que ya lo sepas todo,aunque estés tan callada, sobre todo lo mucho que te quiero,que es mi fuerza y amparo todo lo que me amas,que nunca tuve nada de más valor que el amor que me tienes,madre mía.

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Julio de Manueles

Aún no podía llorar porque estaba pasmado y sobrecogidopor la muerte más pura y más pesada que ha conocido el sol;temeroso de que la vida se descompusiera sin su manoy un mundo hostil creciera y me comiera el alma.Días vendrían en que la pesadumbre se aliviaray ya podría recorrer mi existencia con ella,su existencia conmigo, saborear su amor,avivar los rescoldos de todas sus palabras.Llorar sin disimulo un llanto descosido,para intentar pagar todos sus sufrimientosy desahogar alguna vieja culpa que nunca me echó en cara.

Es posible que nunca me acostumbre a que tú faltes,que no podamos ir a la misa mayor de San Juan Bosco.Madre, tu seguirás detrás de mi ángel de la guarda,para que no se distraiga ni siquiera un momento,yo seguiré mirando a los espejos por si acaso te asomasa decirme: hijo mío.

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Cómo se pasa la vida

EL GALLO

i.

Hiciste trampa tirando la moneda,echaste cara o cruz, a la medida,quisiste retorcer, marcar la vida,cambiar por cien atajos la vereda.

Hiciste con tu fe pobre almoneda;barata fue tu alma travestidaen carne desbocada y presumida,que pudiste vender puesta de seda.

Mujeres con tus besos maldecidas,que te amaron sinceras y valientes,te dejaron contigo, no vencidas.

Amigos traicionados y dolientespudieron remediarse las heridasque por orgullo pusiste en sus frentes.

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Julio de Manueles

ii.

Coge el mayor y ponte a hacer balance:no pensabas que estabas tan desnudo,ni tan sordo, tan ciego, ni tan mudo,ni que la soledad te diera alcance.

No vengas con la risa en este trancemanteniendo el engaño, testarudo,no prodigues con todos tu saludoahora que sin remedio estás de lance.

Pronto estará tu espejo desaladoy te dirá vengándose certero,que nadie te verá ni irá a tu lado.

Con el fiel del silencio justicieropronto estarás con todos nivelado.Gallo sin plumas en el reñidero,en un rincón, caduco y jubilado.

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Cómo se pasa la vida

CARTAS

Carta primera

Te pido que no olvides que no me voy,sólo voy a ausentarme, a separarme un poco,mas seguiré contigo sin dejar de mirarte.Con la ilusión inquieta dejaré todo listo;me tocará tu mano si la extiendesy te devolveré con creces la caricia,te podré acalugar con toda precisiónpara llevarte al centro de la paz.Te brotará la risa, esa risa que yo he querido tanto.

Aún tengo suerte de saber que he sidoaunque se me rompió el camino a la mitad;vendrá conmigo siempre el quiebro dulce y cortocon que pude librarme del tedio cotidiano,la doblez que encendió la luz que me quedaba;seré casi feliz cuando repiquen los recuerdossobre mi corazón lleno de parches que voy a llevar a rastras.

He sentido con los cinco sentidos a la vez,igual que un animal empapado de gozo,los minutos ardientes, frenéticos, fugaces;también me he atragantado callando a borbotonespor no enturbiar mi amor con las palabrasy he pagado con el dolor que me correspondíapor la desesperanza de lo que no es posible y tampoco se acaba.

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Julio de Manueles

El destino se puso de mi lado y pudedeslizarme en tu vida; te tuve de puntillasigual que un inquilino que todo lo aprovechay que parecerá que no se lleva nada del mundo que ocupó.Espero que me dejes que te siga queriendo,no quiero despedirme ni te daré la espalday además no me olvides porque sólo me ausento sin querer.

(Piensa el cartero)

Afortunado y bendito es quien se sintió la vidaquemando en cada poro y no rehuyó la citay pudo ser capaz de apreciar el regalo inmerecido.Dichoso es el que puede evocar cuanto amóy se levanta y anda y se sonríe y cantaaunque ahora le anegue una tristeza demasiado honda.

Contestación

Ya no estás a mi lado, ni siquieraestás cerca de mí para poder hablarte;en tu ausencia el tiempo pasarásin medir nada y sin valor alguno,ya no será mi yugo ni mi cómplice,ni me desvelará con sus agujas.

Nunca llegas a la estación vacíapara ofrecerme tu ternura suave,ya no me cerca tu alegría tenaz.Anda mi corazón desdibujado,hueco, perplejo, sin sosiego alguno,cargando con un vértigo redondotan grande como el cielo por no amarte.

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Cómo se pasa la vida

Mi desamparo en medio de la nocheocupándolo todo me amenazay la angustia me sobrecoge el vientre.Sin tu regazo para acurrucarmees inhóspito todo.

Pienso si alguna vez podrás tenermeretenerme casi por un milagro,como fue prodigioso que me amaras.Cómo podré vivir en la ansiedadde no esperarte nunca, que no llegues,que no me nombres y pueda hablar contigo.

Mejor sería que te quedaras cerca por si el otoño no es bueno contigo y quiere arrebatarte la sonrisa.Tengo miedo que por las calles nuevaste extravíes y pueda sorprendertealguna desventura.De exvotos cubriré los techos y paredes si vuelves algún día. Nos vamos a contartodo lo que ha pasado lo mismo que se cuentaun cuento seductor, nos acariciaremos, nos entremeteremos,nos reiremos.

(Piensa el cartero)

No importa que sea tarde si al fin podéis reuniros después de que habéis dado tantas vueltas y vueltas,tampoco que el lugar esté lejos de todoporque de cualquier forma vais a llegar cansados.No queda más remedio que conjurar la inerciapara volver a casa y juntos recrearse y renacer.

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Julio de Manueles

EL TiOViVO

Con los ojos de fuego y de codiciamira el niño el tiovivo.Corre su corazón, salta, se escapay nos salpica a todos. Ay la vida.Quiere coger el coche de carreras,los bomberos, el cohete, la ambulancia,el caballo violeta, el alazán , el bayo.Quiere cogerlo todo y lo conseguirá.

Gira el tiovivo, al niño desbordadono le cabe la dicha, grita, ríe.Emocionado por lo que le rodea,para un rato, cambia de carricochey otras vueltas y aún otras vueltas más.El niño está contento con la vida, que entera y renovada le rodea,donde todo comienza a cada instantesin desgastarse, una y otra vez.

En la solanera de la plaza mayorvan a poner aburridos tiomuertos,porque vosotros ya habéis crecido muchocon los vientos y con las mareas y trampeando os sujetáis tenacesy sólo reclamáis una vida que permanezca y dure.Habéis dicho: con una larga vidacasi todo se alcanza. (Nadie dijo:casi todo se pierde y hay que apurar el cáliz).

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Cómo se pasa la vida

¿De qué sirve el camino y la posada?¿Quién sabe revejido de qué sirve su vida?,si la tiene delante o a la espalda,o la pierde o la gana o la soporta.

Ay la muerte. En las postrimeríascada vez más deprisa y aturdidossin remedio ni enmienda,qué tormentas de males nos arrebatarán.No veremos ni el sol. No veremos el cielo.No nos conoceremos rematados.

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Julio de Manueles

CALLES DE SALAMANCA

Cada vez que te vas se hace de nochey se evapora la cerúlea dichaque lo besaba todo, todo lo que mirabas.Y la noche me mata. He visto muchas vecessus incontables puñales plateadosy a las sombras haciendo férrea guardiapara que nadie llore, nadie grite,ni los faroles de las esquinas hablende la ciudad sino de cruz y calles.La noche troncha todo con su peso.Cada vez que te vasla noche se me cae encima de la bocay me pone un dolor en cada dientecada vez que te vas y me atragantocon una soledad amarillenta y pálida.

Cada día el desamor me palpa más cercanoy te vas alejando regresando sin fin.Ahonda en mi memoria un cruel desconsuelocomo una espada larga que cortara mil veces,mil veces afilada.intentando escapar cuento tristes poemasa mis alas, como podía decirque todo ha sido el viento,y todos los sentidos nos engañan.No vuelves y no vuelves.Todo estará sin luz y silenciosocuando me venga abajo por estas calles hoscas,desarropada el alma y tiritando.

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Cómo se pasa la vida

El aire de mi casa se ha quedadotan repleto de ti que me persigues,y aunque pueda esconderme entre la gente,perderme en el bullicio de las calles, no me deja tu olor que llevo entremetido;que aún me calienta aunque sea un rescoldo.Y me husmeo las manos que tocaron tu piely hurgaron en tu cuerpo complacido;ya casi no me huelen al fruto de la vidade tu ubérrimo vientre. Poco a poco llegaste, mucho a mucho te has ido,ya sólo te has quedado entre mis sienes,ya sólo estás entre mis secos labios.

¡Si estuvieras aquí, si vierascomo ha cambiado todo!Ay si volvieras, nadie te diría adiós.Ni las fuentes del parque se dejarían mirar,ni los niños te seguirían con su sonrisa tierna.Está todo velado de recuerdos.Mi mano derrotada, sin tu manoque volaba incansable de alegría,sin tu piel, sin tu olor, sin tus caricias,ya no tira los sombras en el mar.Sin receta, sin cura, sin remedio,errabundo paseo por desalmadas calles;desdichado y sin consuelo algunoporque sigues tan lejos que no vienes.¿Dónde está mi camino y tu camino?¡Cómo ha cambiado todo!

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Julio de Manueles

Tu te fuiste. Se han ido casi todos.¿Quién se acuerda de mí, quién me conoce?Estas extrañas calles ¿dónde acaban?¿Cuándo acaba el dolor, cuándo la muerte?Ya no conozco a nadie ni tampoco les quiero.

Que me quiten el son de tanto entierrosi acaso pueden, si acaso,el luto que me cubre de todas las exequias.Que me quiten las manos que ya no podrán nunca bendecirteni levantar tu corazón de gozo,que me quiten incluso las pestañas que escondieron mi orgullo y mi deleite,que me lo quiten todo para hacer un balance de la pena que arrastro.Si acaso pueden,que me desvistan aunque venga roto,me pongan una colcha para tapar la ruina.Que me digan si pueden,que el viaje prosigue hacia algún sitioy pongan en mis ojos un poco de esperanza.Que me limpien las lágrimas oceánicas de tantas despedidasque me quiten del cielo los pañuelos de todos los adioses.Que me digan si pueden que aún puedo ver el sol.Si acaso pueden.

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Cómo se pasa la vida

Ya he recogido todas tus cosas, todas,que quedaron sembradas por las calles.Era más triste aún verlas perdidas.Nada saben las gentes que paseancomo tus cosas lo llenaban todo.¿En dónde estás? ¿Adónde te has marchado?¿A quién estás amando cada día?Pasan los salmantinos con un réquiem pesado,luciérnagas de cirios en las calles sin luces.Estoy pasando lista mientras ando:La Cuesta de San Blas, Campo de San francisco,Agustinas, Prior, Plaza Mayor,Calle zamora, Plaza de San Boal, Paseo Carmelitas, La Ribera del Puente,Catedrales, La Rúa, La Gran Vía.¿Dónde? ¿Dónde? Me zumban los oídos,y mi anhelo de ti nunca se acabaen esta Salamanca de enturbiada canela.No hay nada ya que alivie mi desvelo,las sombras donde vivo,mis palabras sin eco,no hay quien seque la lluvia que me cala.

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Julio de Manueles

PADRE

1.–

Déjame, madre, que le mire otra vez,para sentir su muerte, entre sus manos quietas.Retírale el pañuelo de la carapara que me acostumbre,mientras intento reconstruir su vida.Padre, nunca quisiste ser protagonista,¿qué diario tendría Prometeo?,es que era lo importante sortear dócilmentelos minutos, las horas rigurosas.Crecimos entre tus manos todopoderosas.Manos hermosas, que amaban, protegían,consolaban, pensaban y enseñaban,curaban y hacían muchas cosas.Ningún dios tiene mejores manos.Yo iba aprendiendo sin saber casi nada de ti.Cómo te complacías cuando íbamos poniendocada paso en un mundo mejor, menos hostil.Para el último esfuerzo sacabas tu carteracasi de rico y casi sin dinero,con los ciegos, quiniela, lotería,–aún conservo tu décimo postrerosin cobrar la centena–las fotos de nosotros y una estampa,y saldrían los últimos ahorrillos necesarios.

Madre, cómo está de aseado y repeinado.igual que estuvo siempre.

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Cómo se pasa la vida

2.–

El firme vencedor de los peores malesahora sólo un enfermo de médicos y médicos.Tu colon resecado y con los huesos rotos,tus arterias tupidas y el oxígeno huyendopor tu cuerpo poroso, aflojado y ligeroy casi de papel, listo para volar.Se te escapó una infidente lágrimaque no era por lo que dolíasino por lo pasado y el futuro,que no quieres contarnos.Dócil ante la muerte inexorable tu tristeza lo iba llenando todocomo una extremaunción de madrugaday sólo eras tristeza en el último instante;tú que siempre habías sido el pedernal más purochispeando incansable alegrías y bromas.

–Moreno, acércate, recógeme la manoque te llevó a la escuelay bendijo tu pan de cada día.Hijo, apriétala con fuerza,¡que vaya porvenir que nos espera!

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Julio de Manueles

3.–

Mientras tu muerte se va redondeandome sigo preguntando lo que no sé de ti.Nunca dejaste ver ninguna de las cosasque te comían el alma cada día,ni los sueños que cada noche te hacían renacer,para seguir valiente a la vida sujeto,(nadie vendría a romper las cadenas).Y te miro insistente y no averiguo nada;con un pequeño punto levantaría la historia.Tendré que conformarme con saberque eres el padre que necesitaba.Perdóname si algún daño te hiceporque fue sin querer,y el suspenso cruel de matemáticas,que estoy arrepentido y no ocurrirá más.

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Cómo se pasa la vida

LA PLAzA ABANDONADA

Hasta la soledad se ha quedado vacía,en esta plaza ausenteigual que una memoria deshojada.Ha bajado la noche compasivay un silencio de guataarropa los tendidos,la grada, la andanada, cada sitiosin nadie.Esta quietud de pozo me amedrentamientras los astros lloransin la luz de la luna.Un volcán apagado sin banderas,grises cenizas que lo tapan todo.

La plaza abandonada y desgraciada.Acuérdate de los alegres díascuando no había otra cosaque ojos y colores y oídos y palabras.

Quieren borrar la fiesta, quitarla de la historia,los mismos que venían para ver las cornadas terribles,el sobresalto unánime, la tez agonizandoy los trajes sin brillo llenos de cuajarones.La fiesta no ha existido. España no ha existido.Quieren cerrar España.fariseos vocean el dolor del toro.Pero sueñan los toros con ser toros de muerte,no tener que sufrir un día y otro díalos cohetes, las maromas, los vómitos, la risa.No terminar tediosos en el campo bonitoesperando ser carne. El toro es el pretexto.

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Julio de Manueles

Yo soy torero y acepto el cataclismo.Qué puede ser más triste que un asta de sorpresa,mortal y marcialmente te dé un derrote insigne.¿Qué hay de mi dolor y de mi sufrimiento?Cómo poder quedarse sólo de espectador,sin sentir el desgarro, todo el dolor latiendo,el supremo desastre junto al arte infinito.Qué puede haber más serio y trascendenteque morirse en la plaza desangrado,muerto de frío en medio del calor,muerto de blanco en medio de las luces,la sinfonía chirriando descompuesta.

Plaza vacía, llena de hostiles sombras,sin la fiesta, sin ruido, sin corazón, sin alma,sin toros, sin toreros, sin música, sin nada.Tuviste todo el aire y toda la grandeza,te lo quitaron todo.No se pudo pactar un leve aplazamiento,aunque se rezó muchoy que no sucediera la ruina y el olvido.Te llevaré conmigo a todas las ciudadesy te estaré olvidando muchos añosy otros tantos te recordaré.Y cada día que pase, en un tiempo monótonode un mundo casi desconocidopero nuestro del todo, aunque baldío,me dolerán todas las cicatrices muchas veces,me creeré que en la plaza preguntaron por mí.

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Cómo se pasa la vida

Tal vez el gallo cante por tercera vez,renacerá la fiesta mejor que el ave fénixy toreando todo se arreglará.Y no quiero descorazonarmeporque si España vuelvele volveré a dar mi corazón.

Plaza cerrada, anonadada plaza,te conjuro en el nombre de la memoriaque han de tener los hombres para ser humanos,para que vuelvas a la luz y al artecon los carteles nuevos y la vida.

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Julio de Manueles

NO MORiRSE DESPACiO

Buena suerte, Miguel, no morirse despacio,cada día un poco más sin solución;has cerrado los ojos como se apaga el último relámpago del cielo.No hubo tiempo para la sorpresa ni tampoco para que el miedose extendiera implacable.

La enfermedad creciendo al centro de tu almate había azotado en todos los segundosde un año de tormento, un año de desastres,el redoble final de los últimos tiempos, para intentar menguarte sin misericordia.Te ha dejado sin sitio y cada vez son menos los que dicen tu nombre o te reclaman.Y en la Plaza Mayor de tantos días gloriososno te echarán de menos, no te conocerán,casi un cero en la izquierda y medio en la derecha.La guerra se lo ha llevado todopara echarlo en tu heriday ha empañado tu espejo.Pero renacerás cuando la guerra acabe.

Todo estaba revuelto, la enfermedad de España,y en medio del diluvio seguir siendo Unamunocon la coraza rota y el yelmo descolgado,mas la lengua valiente y la palabra izada,nimbado por la fuerza y la firmeza.

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Cómo se pasa la vida

Qué poema de tuétanos y luz hubieras levantadode la definitiva enfermedad, ya sin rédito alguno,que voceara todo tu desaliento, tu rebosantedesesperación y el espanto de tu fe burlada,que limpiara tu noche.Porque todo, Miguel, iba empeorandomientras tu prójimo sin compasión algunacobarde te negaba sin esperar la aurora.La vida se ocultaba y también los amigos,desleales, desamorados, hoscos, despiadados,se apartaban de ti por si los señalaban.Y no podías librarte del ansión trágico de tu propia vida.

Cómo apurar consciente y condescendiente la agonía,toda la agonía que le correspondía al cristiano Miguel,el dolor enredado, los trozos de la respiración y la zozobra,las náuseas del engaño y la fiebre del desasosiego.¡Ay!, si pudieras pactar tu paz y la salud de España,aunque tuvieras que hacer el inventario y el balance.

Hasta este año aciago reavivabascada mañana la libertad y el fuego,y ahora vas vigilado, prisionero,como cualquier enfermo desahuciado,con la censura encima y en peligro de muerte.No te encerró en tu casa la rampante vejezsino el cáncer de España desbocado.Serías expatriado en Salamanca y parece mentira.

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Julio de Manueles

Muchos te amaban mucho y disimulabanpor el calvario que te atenazaba, tu recorrías sus gestos, sus ojos inseguros,para encontrar la clave y abrir una ventana.Y te seguían mirando y te seguían queriendo.Tu imagen destilaba todo el mal incurable,la pena por la culpa, sin querer abrazartea las rodillas de cualquier remedio.Y rezabas: Aunque sea una carga imposible,al menos que no me dejen solo y me cojan las manos.

Y la última gota cayó del segundero,y dulcemente se paró el corazón.Te quedaste dormido de lo que habías llorado.Otros dijeron que fue como en el frente, de repente,en la guerra que hacías contra ti interminable.Te cambió el Padre eterno todo el duro bregarde tus últimos siglos por una buena muerte,y has salido ganando. En su pecho descansa en Paz, Miguel,y a ver si España también puede salvarse.

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Cómo se pasa la vida

LA REiNA HELENA

Ay Helena, rechuparon tu cuerpo peligroso, manchado tantas veces,sin temor al contagio disolvente, comieron tu corazón envenenado.Cuántas delicias celaba tu peplo blanco que te donó Afrodita,cuántos amantes lo habían levantado encandilados, ciegos,para mirar tu piel rosa de rosa, tus tobillos sin par, para apretar tus nalgas. Y tú los engañabas con tu armoniosa voz, y los manjares se volvían miserias,y no encontraron más que dolor y sangre en tu esplendido cuerpo desalmado.Cuajarones de sangre surcan tu peplo blanco, por culpa de tu voluble amor,tu intemperante hastío, de amantes debelados y luego escarnecidos.irresoluta Helena, soñabas dédalos con la luna, el sol y las estrellas;sueños revueltos que ajaban tu firmeza y te enfermaban más.Cuántos derrocharon la vida esperándote, dejaron inhumanos de rezar y reír, cuántos nigromantes y hacedores de horóscopos escalaron tu cuerpo,cuántos que eran poetas por piedad subieron a tu vientre,cuántos sabios, cuántos titiriteros atrevidos.Amores que pinchaban como chispas y como fuegos fatuos se marchaban.Ay Helena, nunca quisiste esperar a nadie y odiabas a Penélope.

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Julio de Manueles

No te recrees en tu juventud que decadente mengua cada día,no te envanezcas de lo que tienes sin mérito alguno, no halconees ufana entre los cotidianos antihéroes.Qué vale haber nacido después que otro,quién te podrá pagar los años que no tienes, que siempre serán pocos,cómo sabrás tu precio cuando te quedes como moneda vieja sin el cuño.Sabes acaso, Helena, los años que tendrás cuando te mueras.

Cuántos dijeron: Todo te lo daré si me amas…Y te lo dieron todo, aunque nunca los amaste dos veces,ilusos pródigos con todos los sentidos desahuciados.No subsistieron con tu óbolo mientras los despreciabas,ni pudieron levantar honesta la mirada entre los suyos,ni hacer crecer un ápice su estima maltrecha de desdén, ni contar pretenciosos algún deleite inédito;iban perdiendo tu amor a todas horas, que tan breve había sido,pidiendo resignados que el tiempo se escapara incontenible.Por qué te ríes de aquellos que afilaron con el amor su vida,sin reclamar a Némesis, víctimas de una pasión inútil;de sus mujeres engañadas, defraudadas, cubiertas de sevicia,que negaban la afrenta y vivían de soslayo entre la gente;de sus hijos hambrientos de cariño que imploraban piedad.

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Cómo se pasa la vida

Helena, ahora que tus amantes ven más claro, se agudiza el dolory aún se les clava más y hasta parece un dolor novísimo.El fuego que exhalabas se va helando y tu boca herrumbrosase hace un puñal de frío, Helena, no volverás a calentarlos nunca.Solamente quieren dormir un poco, descansar, evadirse.Nunca soñareis juntos, ni en el mismo sitio, ni el mismo sueño nunca,¿cómo podrán contarte sus sueños esenciales para que los entiendas?Nunca quisieron, ni pudieron, mentirte, ni obligarte a creerles.Helena, por favor, ahora deja que duerman, y no inquietes su sueño,que están a punto de lograr su curación; bizmándolos de olvido,no los despiertes cuando casi se han sobrepuesto a todo,y están ya casi en paz, casi impasibles, y a punto de morirse.

Pero a pesar de todo, todos te echan de menos y corren en tu busca,van cargados de espejos para atraer tu espíritu y traerte de nuevo,y disponer de ti una vez más, una hora más, un goce más.Por un conjuro excelso dejarás de ser invisible y lejana.Porque sienten espanto por tu ausencia, quieren seguir contigo,y desgranan su alma, para no perderse, por todos los caminos consabidos;miran la misma luz que entonces contemplabais, los pájaros que oíais;no les importa seguir intoxicados.

Tal vez tengas razón cuando no reapareces, ni vuelves a estar cerca,porque ya no te quieren como entonces y no harán nada por reconquistarte,por quedarse a tu lado, ni siquiera aquel fausto que cohabitó contigoa punto de extinguirse y condenarse.

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Julio de Manueles

CONVOCATORiA

Ya sé que todos somos poco, casi nada.irrelevantes son, incluso, los que se satisfacenen los espejos y se sienten seguros y se quiereny vienen a engañarnos con cada pluma de su felicidad.Con la insuficiencia de nuestro poco ser,muevo las manos, os grito, os llamo para que nos juntemos.

Venid a la reunión, a encontrarnos al lado,los que estéis sobrecogidos por el dolor, medrosos,acobardados por el dolor, desvaídos sin paz.Os convoco para indagar con los ojos de todoslos signos del desastre que viene, por si acasopodemos protegernos, salir airosos al menos una vez.Quiero daros la mano como si fuera el corazóny quiero vuestra mano zozobrante también.Que vamos a intentar caminar, aunque seaen retirada, más cuesta abajo, a trancas y barrancascomo si nada hubiera sucedido.

Para seguir, para enmendarse, para reconstruirse,los nuestros que acaban de morirse, al fin dóciles,que tanto nos amaron, cuidaron de nosotros,nos dieron compañía,miraron nuestros ojos y fueron y serían nuestra historia,nos dicen al oído, nos repiten vehementes:olvidadnos, arrumbarnos cada día un poco más,para que las heridas sanen y podáis pasarpara seguir viviendo, subsistiendo con la adecuada compostura;olvidadnos para que podáis contar el dolor que os aprieta,que se aquieten las lágrimas y las noches no seanesferas inmedibles de tristeza.

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Cómo se pasa la vida

Os convoco para que escuchéis a los que cerrasteis los ojospara siempre jamás, con el consuelo malo:que ya estaremos juntos en unos pocos días.Todos juntos donde no hay nada, ni nadatiene nombre, ni nunca pasa nada.

Os convoco para que aguantéis el dolorde olvidar si podéis.

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íNDiCE

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

RicaRdo SenabRe

Ven al Café . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

La solución, mañana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Aunque ya no sonrías como entonces . . . . . . . . . . . . . . . 18

Ojos, caricias, besos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

Lluvia de nana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Puente Romano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

Viniste de la nada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

Apunte del destierro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

Un niño enfermo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

Curso del 63 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

Terrazas de la Plaza Mayor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

1 9 6 7 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

El enigma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

Alma mater . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44

Sed . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

Resignación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50

Queridos compañeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

Has vuelto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56

Nunca podrás curarte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58

Cohelet, 3:8 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

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Cómo se pasa la vida

Dos sonetos de Bernardo del Carpio en su plaza mayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

Apunte para José Ledesma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

Descanse con la verdad en paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

Tristitia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

Madre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

El gallo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

Cartas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78

El tiovivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

Calles de Salamanca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

Padre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

La plaza abandonada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90

No morirse despacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

La Reina Helena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96

Convocatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

JULIO DE MANUELES

Cómo se pasa la vida

ISBN: 978-84-7797-399-7

9 7 8 8 4 7 7 9 7 3 9 9 7