Como tener pureza moral
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Semana Nacional de Ayuno y
Oración
Con Todo por su Voluntad
Como tener pureza moral
Conociendo a Jesús y haciendo que lo conozcan
Contactanos: Calle Vista al Amanecer No. 1766 Fraccionamiento Vista Panorámica Cerro del Tesoro C.P. 45081 Tlaquepaque,
Jalisco. Tels/Fax 01(33)31354370 / 31354272 [email protected] y facebook.com/juventudydiscipulado
La pureza moral es esencial para la
comunión, porque el Espíritu de Dios no
puede tener comunión con el pecado (véase
2 Corintios 6:14).
Tu espíritu es la morada de la
adoración
La verdadera adoración es una función del
espíritu. “Dios es Espíritu; y los que le
adoran, en espíritu y en verdad es necesario
que le adoren” (Juan 4:24).
La adoración se destruye cuando se rechaza
la verdad de las normas morales de Dios, y
por tanto, se entristece al Espíritu Santo.
Tu espíritu es la morada del
discernimiento
El discernimiento de la verdad viene por la
iluminación de tu espíritu por el Espíritu
Santo. Pues “Dios nos las reveló a nosotros
por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aún lo profundo de Dios” (1
Corintios 2:10).
Por otra parte, “El hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente” (1 Corintios 2:14).
El discernimiento de la sabiduría te librará
del hombre malvado y de la mujer extraña
(véase Proverbios 2:12,16).
¿Qué es lo que sucede en tu alma?
La palabra griega para alma, ------ [psu-
psujé], se translitera [pseuqué] y es la
palabra de la que se deriva la palabra
psicología. El alma es la parte “ejecutiva” de
nuestro ser. Recibe información de nuestros
sentidos espirituales, y desarrolla
pensamientos, sentimientos y decisiones en
base a la información.
Cuando tu alma toma decisiones en base a
las direcciones del espíritu, estarás ocupado
del espíritu. Pero si tu alma toma decisiones
en base únicamente a los impulsos de la
carne, tendrás una mente carnal. Esto
producirá esclavitud moral y muerte.
“Porque el ocuparse de la carne es muerte,
pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son
enemistad contra Dios; porque no se sujetan
a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los
que viven según la carne no pueden agradar
a Dios” (Romanos 8:6-8).
Para ser poderoso en espíritu, debes llegar al
punto de someter tu mente, voluntad y
emociones al control del Espíritu Santo.
¿Qué es lo que sucede en tu cuerpo?
De la misma manera en que tu espíritu abre
tu vida al mundo espiritual, tus sentidos
físicos de gusto, tacto, vista, oído y olfato
abren tu vida al mundo físico.
Dios creó los sentidos físicos, y siempre que
estén bajo control del Espíritu Santo, traerán
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gozo y satisfacción para ti y para los que le
rodean.
¿Cuál es la meta final de la libertad moral?
La meta de la vida cristiana es producir amor,
que brota de un corazón puro, una
conciencia, y una fe genuina (véase 1
Timoteo 1:5). Esta clase de amor es posible
sólo cuando estás experimentando libertad
moral en tu vida. La esencia del amor
genuino es dar, mientras que la esencia y la
meta de la lascivia es obtener.
El amor siempre puede esperar para dar,
pero la lascivia nunca puede esperar para
obtener. El amor genuino consiste en dar
para las necesidades básicas de otras
personas, sin la motivación de ganancia
personal.
¿Cómo empieza la impureza moral?
Dios nos ha dado a cada uno de nosotros
apetitos físicos normales; sin embargo,
también hemos nacido con una naturaleza
pecaminosa. En cualquier momento
podemos despertar estos deseos físicos
aparte del control del Espíritu Santo, y luego
rápidamente, los apetitos físicos dominan a
los deseos espirituales.
El proceso de despertar incorrectamente los
deseos físicos dados por Dios se llama
lascivia (véase 2 Corintios 12:21 y Gálatas
5:19). El resultado se identifica en Romanos
7:8 y 1 Tesalonicenses 4:5 como
concupiscencia.
La concupiscencia es la condición del alma en
la cual la lujuria sensual es más fuerte que
los deseos espirituales. Cuando se violan las
limitaciones a los deseos dados por Dios,
inmediatamente hay sentimientos de culpa.
Con mucha frecuencia la persona con la
culpa, intentará volver al equilibrio de los
impulsos, sólo para descubrir que esto no es
posible. Las pasiones sexuales no retornan
automáticamente a niveles más bajos de
intensidad.
Salomón explicó este problema cuando
escribió acerca de las consecuencias de que
un joven pierda su pureza en la casa de una
ramera. “Por lo cual su casa está inclinada a
la muerte, y sus veredas hacia los muertos;
todos los que a ella se lleguen, no volverán,
ni seguirán otra vez los senderos de vida”
(Proverbios 2:18,19).
Las consecuencias se explican aun más en
Proverbios 5:20,23: “Y por qué, hijo mío,
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andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás
el seno de la extraña? Porque los caminos
del hombre están ante los ojos de Jehová, y
él considera todas sus veredas. Prenderán al
impío sus propias iniquidades, y retenido
será con las cuerdas de su pecado. El morirá
por falla de corrección, y errará por lo
inmenso de su locura”.
Hay otro problema más en el área de la
concupiscencia: los deseos sensuales siguen
creciendo. La impureza moral es como un
pozo cenagoso. Entre más lucha un hombre
dentro de él, más profundamente se hunde
en él.
Actividades que antes satisfacían ya no lo
hacen. Se persiguen nuevas formas de placer
sensual y la persona sigue desplazándose
hacia la condición de reprobación.
Una persona reprobada es la que ha
rechazado la verdad, que ha cauterizado su
conciencia, y que cree “la mentira”. La
mentira es que el hombre es dios y que el
placer sensual es el propósito último de la
vida. Los engaños y perversiones sensuales
que conducen a creer la mentira, se
describen en Romanos 1:25-29 “Ya que
cambiaron la verdad de Dios por la mentira,
honrando y dando culto a las criaturas antes
que al Creador, el cual es bendito por los
siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a
pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra
naturaleza, y de igual modo también los
hombres […] Y como ellos no aprobaron
tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a
una mente reprobada.”
El dilema de ser de doble ánimo
Cuando se viola la conciencia mediante un
acto de impureza moral se incrementan los
impulsos sensuales y se disminuyen los
impulsos espirituales, porque se ha
entristecido al Espíritu Santo. Ahora la
mente, la voluntad y las emociones se
encuentran en medio de dos fuerzas que se
oponen.
Por una parte, el alma desea ser espiritual,
pero por otra parte el alma desea ser
sensual. Esta condición de “doble ánimo” es
precisamente lo que Santiago describe en su
epístola. Este: “es semejante a la onda del
mar, que es arrastrada por el viento y echada
de una parte a otra. No piense, pues, quien
tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
El hombre de doble ánimo ----- [díp-su-jos] es
inconstante en todos sus caminos (Santiago
1:6-8).
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El mundo usa el término esquizofrenia para
describir una condición extrema de doble
ánimo. Sin embargo el término del hombre
carece de sentido, porque no da idea ni de la
causa, ni del remedio.
Si se permite que la condición de doble
ánimo persista, el Espíritu Santo seguirá
siendo entristecido y los deseos espirituales
se disminuirán aún más. La persona en este
estado, instintivamente percibe que sus
deseos espirituales deberían ser más fuertes
que sus impulsos físicos.
Por tanto, intenta compensar lo que falta en
su vida espiritual, con esfuerzo religioso. El
resultado trágico es una fachada pseudo-
religiosa. Por fuera parece tener un carácter
espiritual fuerte, pero bajo presión,
manifiesta una naturaleza carnal.
Al poco tiempo se desarrolla en su alma otro
estado: pseudo-intelectualismo. Con deseos
espirituales débiles, e impulsos sensuales
fuertes, empieza a discutir y debatir con
ideas filosóficas que escucha de otros o que
inventa por cuenta propia.
Pablo advierte acerca de estos pseudo-
intelectuales en Tito 3:10,11. Él explica que
estos discuten, porque tienen desviaciones
morales y lo saben.
¿Por qué dos cristianos pudieran diferir
respecto a la misma actividad?
Entre más progresa una persona hacia la
concupiscencia, y posteriormente a la
reprobación, menos le molestan las cosas
que anteriormente inquietaban su
conciencia. Tres factores se combinan para
propiciar esta situación.
Primero, el Espíritu Santo es entristecido, y
por tanto, es apagado su poder para
redargüir la conciencia. Segundo, la Palabra
de Dios es rechazada, y reemplazada por el
razonamiento humano. No hay ningún
pecado que no pueda racionalizarse con el
razonamiento humano. Tercero, puesto que
la lujuria tiende a consumarse, las cosas que
solían producir satisfacción sensual, ya no lo
hacen. Tampoco estimulan los deseos como
antes lo hacían.
En base a esto, dos cristianos en diferentes
niveles en la tabla de reprobación, pudieran
observar la misma actividad, y responder de
maneras muy contrarias.
Uno de ellos vería cierta actividad como
despertador de la sensualidad, y por tanto,
algo malo para él. Para el cristiano que ya
rebasó ese punto, esa actividad no
despertaría ningún nuevo deseo lascivo, y de
esa manera, él lo justificara como algo que
no tiene nada de malo.
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¿Cómo “entrega” Dios a una persona a la
inmoralidad?
Dios describe la gama completa de la
inmoralidad en Romanos 1. Tres veces en
este capítulo encontramos la frase: “Dios los
entrego”. Es importante observar que en la
Escritura esta frase no va seguida de un
punto, sino de la palabra “a”. Dios no
desahucia a la persona que es inmoral; más
bien lo entrega a las consecuencias de su
propia lascivia.
La nación de Israel “se entregaron a un deseo
desordenado en el desierto; y tentaron a
Dios en la soledad. Y él les dio lo que
pidieron: más envió mortandad sobre ellos”
(Salmos 106:14,15).
En Romanos 1, la primera mención de que
Dios “entrego” a una persona, se encuentra
en el versículo 24. Dios primero explica que
ellos tenían el testimonio de Su naturaleza y
deidad, por Su creación (versículos 19,20),
pero se negaron a glorificarle como a Dios, o
darle gracias, y se volvieron vanos en sus
razonamientos (versículo 21).
Después de que sus corazones necios fueron
entenebrecidos, luego cambiaron la gloria
del Dios Santo en un dios corruptible, que les
permitiera hacer las cosas que ellos querían
hacer.
“Por la cual también Dios los entregó a la
inmundicia, en las concupiscencias de sus
corazones, de modo que deshonraron entre
sí sus propios cuerpos” (Romanos 1:24).
La inmundicia de la lascivia incluiría el primer
nivel de la sensualidad, identificada en la
Escritura como concupiscencia. En este
primer nivel, Dios entrega a la persona, para
que sea el juguete de sus propios deseos
sensuales.
Si esta persona no se arrepiente
participando de la victoria de Cristo y
experimenta libertad, entonces cambiará la
verdad de la Palabra de Dios en “mentira”.
Entonces adorará todavía a Dios, pero
adorará y servirá más a la criatura que al
Creador (véase Romanos 1:25). “Por esto
Dios los entregó a pasiones vergonzosas”
(Romanos 1:26).
La paga de la lascivia es más lascivia, y la
paga de la sensualidad es la destrucción a
través de pasiones vergonzosas. “Pasiones
vergonzosas” incluyen sodomía
(homosexualidad). Esta práctica vil se define
en los versículos 26 y 27. En esta etapa, no
sólo dejaron de adorar a Dios, sino que “no
aprobaron tener en cuenta a Dios” (Romanos
1:28).
Observa que una persona no nace
“homosexual,” sino que voluntariamente
elige participar en la pasión vergonzosa de la
sodomía después de violar la Ley de Dios y
participar de la sensualidad.
Por tanto, “Dios los entregó a una mente
reprobada […] quienes habiendo entendido
el juicio de Dios, que los que practican tales
cosas son dignos de muerte, no sólo las
hacen, sino que también se complacen con
los que las practican” (Romanos 1:28,32).
Se le ordenó a Lot que huyera de Sodoma
8
Una persona reprobada es aquella cuya
conciencia está contaminada. Él cree que lo
malo es bueno y lo bueno es malo. Habla de
libertad, pero él mismo es esclavo de su
naturaleza degenerada. Su mente carece de
la verdad y de la sabiduría de Dios, sin
embargo, se considera sabio mientras
persigue la muerte. Cualquiera que sea el
nivel en el que tú te pudieras encontrar,
reconoce que hay liberación del pecado.
Puedes experimentar esta libertad al
comprender y obedecer plenamente la
verdad de la Escritura. Dios declara, “He aquí
que yo soy Jehová Dios de toda carne;
¿habrá alguien que sea difícil para mí?”
(Jeremías 32:27).
Con los hombres, la liberación de los hábitos
perversos es imposible, “mas para Dios no;
porque todas las cosas son posibles para
Dios” (Mateo 10:27).
Principio de libertad
¿Cómo empezó la impureza moral en tu
vida?
Es muy posible que la impureza moral se
haya iniciado en tu vida con los mismos
pasos que experimento Eva en el huerto del
edén.
1. Curiosidad natural
La curiosidad natural no tiene nada de malo,
siempre que esté bajo el control del Espíritu
Santo. Eva podía satisfacer su curiosidad
comiendo del fruto de todos los árboles del
huerto, excepto uno.
La limitación que Dios le impuso a Eva es
idéntica a la limitación que te impone a ti
cuando se trata de curiosidad. No has de
adquirir conocimiento del mal mediante la
experiencia. Más bien debes discernir con tu
espíritu cuando algo es malo y rechazarlo.
Esta limitación se enfatiza muy claramente
en la escritura: “pero quiero que seáis sabios
para el bien e ingenuos para el mal”
(Romanos 16:19).
“Hermanos, no seáis niños en el modo de
pensar, sino sed niños en la malicia, pero
maduros en el modo de pensar” (1 Corintios
14:20).
La insistencia actual en la “libertad
académica” claramente viola esta limitación.
2. Despertar de la conciencia.
Tu conciencia es un sistema de alarma dado
por Dios. Se activa cada vez que te acercas al
mal, o el mal se acerca a ti. Tu conciencia te
dirá cuando algo está mal, aún cuando tus
amistades o maestros traten de convencerte
de que está bien.
La primera señal de que tu conciencia ha sido
despertada es que viene a tu mente la
pregunta: “ ¿es correcto que yo haga esto?
Si no haces caso a esta señal, entonces
empezarás a pensar en razones para
justificar la actividad en cuestión. Esta
racionalización debe reconocerse como la
siguiente señal de alarma. Recuerda, no hay
pecado que no puedas explicar de manera
racional. Llega un momento en el que
la curiosidad conducirá al despertamiento de
tu conciencia.
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3. Exageración de los límites
establecidos por Dios.
La primera pregunta que Satanás le hizo
a Eva, Exageraba y ridiculizaba la
limitación que Dios había colocado sobre
ella: ¿Con que Dios os ha dicho: No
comáis de todo árbol del huerto?
(Génesis 3:1).
La construcción hebrea de esta pregunta
implica interrogativo, expresando
sorpresa. La pregunta literalmente, “¿De
verdad es un hecho que Dios te ha
prohibido comer de todos los árboles del
huerto? “
Este ataque deliberado contra el carácter
de Dios se declara en Génesis 2:16,17 y
mando Jehová Dios y la sabiduría de su
ley, logró el objetivo que llevaba. Eva
trató de defender la limitación, pero al
hacerlo, excedió lo expresado en la
Palabra de Dios.
La limitación que en realidad impuso
Dios se declara en Génesis 2:16,17: “Y
mandó Jehová Dios al Hombre, diciendo:
De todo árbol del huerto podréis comer;
más del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás”.
Eva fue más allá de estas palabras al
agregar: “ni le tocareis” (Génesis 3:3). Al
ir más allá de la Palabra de Dios, se hizo
vulnerable a Satanás. Cuando Satanás
tentó a Jesús en el desierto, Satanás citó
incorrectamente la Escritura, pero Jesús
lo obligó a Huir, Citando correctamente
la Palabra de Dios.
Si Satanás no puede lograr que niegues
la Palabra de Dios, te tentará a
distorsionar su significado, o agregarle
restricciones que no estaba en las
intenciones de DIOS.
4. Enfoque sensual.
Al escuchar la burla de Satanás y luego u
negación de la Palabra de Dios, se
sembraron dudas en la mente de Eva.
Respecto a lo que Dios realmente había
dicho, y sus razones para decirlo. Ella
siguió contemplando el fruto prohibido y
empezó a codiciarlo “ y vio la mujer que
el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y árbol codiciable
para alcanzar la sabiduría; y tomo su
fruto “ ( Génesis 3:6).
Si te permites seguir contemplando lo
que Dios ha prohibido, o visualizar en tu
mente el deleite o placer potencial que
habría en ello, seguramente serás
derrotado, “ Sino que cada uno es
tentado, cuando de su propia
concupiscencia, después que ha
concebido, da a luz el pecado; el pecado,
siendo consumado, da a luz la muerte”
( Santiago 1:14,15).
5. Violación de la conciencia.
Eva alargó la mano, tomó el fruto y lo
comió, en violación directa de la Palabra
de Dios. Si tú te encuentras esclavizado
por algún hábito sensual, probablemente
puedas recordar la vez que
conscientemente hiciste lo que en tu
corazón sabías que era malo.
Quizá esperabas, como Eva, el juicio
inmediato de Dios, no reconociendo que
ya había ocurrido la muerte espiritual,
junto con la servidumbre invisible “¿ no
sabes que si os sometéis a alguien como
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esclavos para obedecerle, sois esclavos
de a2uel a quien obedecéis, sea del
pecado para muerte, o sea de la
obediencia para justicia?” (Romanos
6:16).
Cada vez que haces caso omiso de una
advertencia de tu espíritu, estás violando
tu conciencia. Dios califica eso de
pecado. “Bienaventurado el que no se
condena a sí mismo en lo que aprueba.
Pero el que duda de sobre lo que come,
es condenado, porque no lo hace con fe,
es pecado” (Romanos 14: 22,23).
6. Despertar de la culpa.
“Entonces fueron abiertos los ojos de
ambos, y conocieron que estaban
desnudos;… y se escondieron de la
presencia de Jehová” (Génesis 3:7,8).
La culpabilidad es para la conciencia, lo
que el dolor para el sistema nervioso. La
función del dolor es avisarte que está
ocurriendo algún daño y que si no
efectúas algún cambio sufrirás un daño
mayor.
De manera similar, la culpabilidad fue
diseñada por Dios para avisarte que te
estás dañando, y que tu único recurso es
volverte de tu pecado y acercarte
arrepentido a Dios. El pecado causa
vergüenza y temor: “oí tu voz en el
huerto, y tuve miedo “(Génesis 3:10).
¿Recuerdas las manifestaciones de
culpabilidad cuando por primera vez
violaste tu conciencia en el área de la
moralidad?
7. Respuesta a la culpabilidad.
Adán y Eva reaccionaron a su
transgresión, uniendo hojas de
higuera para cubrir su desnudez el
uno ante el otro y luego para
esconderse de Dios.
Estas respuestas violaron el propósito
mismo de la culpabilidad, que es
traernos al arrepentimiento y restaurar
nuestra comunión con Dios.
La falta de arrepentimiento hizo que,
tanto Adán como Eva culparan a otro de
sus trasgresiones: Adán culpó a Eva y a
Dios: “la mujer que me diste por
compañera me dio del árbol y yo comí”.
(Génesis 3:12).
El arrepentimiento incompleto conduce
a una compensación religiosa (al estilo
hojas de higueras) para poder ser
respetables ante los que nos rodean. Sin
embargo, nos separa de Dio, y nos
conduce a una mayor esclavitud, y a la
justificación de mayor inmoralidad.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo
por un hombre, y por el pecado la muerte,
Así la muerte pasó a todos los hombres, por
cuando todos pecaron” (Romanos 5:12).
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SIETE PASOS PARA CONQUISTAR HÁBITOS
PECAMINOSOS
I. INJERTA A TU ALMA Romanos 6 y 8
Uno de los capítulos más claros en la
Biblia, sobre victoria en la tentación, es
Santiago 1. Contiene una mandamiento y
una promesa que debes aplicar a tu vida,
para poder experimentar victoria
diariamente, “Recibid con mansedumbre
la palabra implantada, la cual puede
salvar vuestras almas ( Santiago 1:21).
El poder de la Palabra de Dios para
conquistar la impureza moral también se
enfatiza en el Salmo 119: 9-11 ¿con qué
limpiará el joven su camino? Con guardar
tu palabra. Con todo mi corazón te he
buscado; no me dejes desviarme de tus
mandamientos. En mi corazón he
guardado tus dichos, para no pecar
contra ti”.
Un olivo silvestre ilustra las ricas analogías de
Implantar la escritura.
La Escritura compara al creyente con un olivo
silvestre, y el proceso de doble injerto que se
realiza en el árbol, también ha de realizarse
en nuestra vida: “y tú, siendo olivo silvestre,
has sido injertado en lugar de ellas, y has
hecho participante de la raíz y de la rica savia
del olivo” (Romanos 11:17).
Primero un olivo joven, silvestre, has sido
injertado en el tronco talado de un olivo
bueno, maduro, con un sistema de raíces
fuerte y sano. Desde este sistema de raíces,
fluyen nutrientes hacia el olivo joven,
dándole crecimiento rápido.
La segunda etapa del injerto ocurre cuando
se plantan las ramas de olivo bueno al olivo
silvestre. Estas entonces producen buen
fruto.
Al ser salvo fuiste injertado en Cristo. De él
recibes vida y nutrientes para el crecimiento
espiritual. Sin embargo, existe además la
necesidad de injertar a tu alma, ramas de la
escritura, para poder producir buen fruto.
“Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho” (Juan 12:7)”.
Proyecto I Hoja de trabajo: libertad moral.
Comienza a injertar a tu alma Romanos 6 y Romanos 8
memorizándolos. Tanto como vayas progresando en
los capítulos, ve marcando los versículos de la
columna 2 en la hoja de trabajo (página 18).
Romanos 6
6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 6:2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida
nueva. 6:5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
12
2. Medita en la escritura de día y de noche.
Al meditar en Romanos 6 y 8, estos pasajes se
convertirán en una expresión en tu propia mente,
voluntad y emociones para con el Señor y el fruto
de ellos entonces se convertirá en una realidad en
tu vida.
El fruto de Romanos 6 es victoria sobre el pecado:
“El pecados no se enseñoreará de vosotros”
(Romanos 6:14).
El fruto de Romanos 8 es andar en el Espíritu:
nosotros, que no andamos conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:4).
La meditación incluye el poner el pasaje en
primera persona y aplicarlo directamente al
pecado que Dios quiere conquistar en tu vida. Si
estas lidiando con el pecado de pensamientos
lascivos, Romanos 6:1-3 podría personalizarse de
la siguiente manera:
3. visualízate muerto al poder y a lo
atractivo del pecado.
La clave de la libertad moral es saber que has
muerto a los pecados que te acosan. Este
hecho se enfatiza vez tras vez en Romanos 6
y en otros pasajes.
¿Pues qué diré? Me mantendre pecando para que la
gracia crezca? De ninguna manera. Porque que yo he
muerto al pecado, ¿cómo viviré aún en él? ¿Voy a
ignorar que yo he sido bautizado en Cristo Jesús, y
por lo tanto bautizado en su muerte?
Proyecto 2 Hoja de trabajo: libertad moral.
Personaliza Romanos 6, mencionando una tentación
específica que enfrentes, úsalo como tu oración al señor al
dormirte por la noche, al despertar en la mañana, y cada
vez que seas tentado durante el día repasa las preguntas de
la columna 2.
Romanos 6
6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 6:7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 6:8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 6:9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 6:10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 6:11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 6:12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
6:13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Siervos de la justicia
6:15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 6:16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 6:17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 6:18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 6:19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. 6:20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 6:21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
13
Cuando Cristo murió, tú moriste.
-“sabiendo esto, que nuestro viejo hombre
fue crucificado juntamente con él, para que
el cuerpo del pecado sea destruido
(inutilizado), a fin de que no sirvamos más al
pecado” (Romanos 6:6)
“Porque el que ha muerto, ha sido justificado
del pecado” (Romanos 6:7)
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y
ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi” (Gálatas
3:3).
El hecho de que has muerto al pecado, debe
primeramente ser discernido por tu espíritu,
luego entendido por tu mente. El
discernimiento espiritual viene por medio del
“oír con fe” (véase Gálatas 3:2) y mediante
la confirmación del Espíritu Santo con tu
espíritu, de que estás en Cristo. El
entendimiento de la mente se da al
considerar que este hecho es así.
La palabra considerándote muerto al pecado,
probablemente oras al ser tentado: “Dios,
dame la victoria sobre este pecado”.
Una oración así es inexacta. En lugar de orar
que Dios te dé la victoria sobre el pecado,
debes reclamar la victoria que él ya ganó
sobre el pecado al morir en la cruz. Cuando
tú te convertiste a Cristo, participaste en su
muerte, sepultura y resurrección. De ser
posible has esta oración audiblemente.
¿Cómo respondería un muerto a la
tentación que tú enfrentas?
Al considerarte muerto al pecado, imagina lo
que esto significa en la realidad, tus ojos y
oídos estarían cerrados a la tentación. No
tendrías ningún deseo ni afecto para el mal,
tus labios no hablarían ningún engaño.
Si estuvieras muerto, y pasara frente a ti una
mujer indecentemente o decentemente
vestida, no la seguirías con la vista, no
codiciarías su belleza en tu corazón. No le
coquetearías y no pondrías en tu mente una
imagen sensual con ella.
Un hombre cristiano que había estado
tratando de vencer el hábito del cigarrillo
durante seis años, fijo súbitamente para sí
mismo, “¡Vaya los muertos no fuman!” la
conciencia de esto, junto con los demás
pasos, le permitió liberarse de su vicio.
4. No proveas para los hábitos pecaminosos.
Un joven era continuamente atormentado
con imaginaciones lascivas y pensamientos
codiciosos. Memorizó Romanos 6 y lo
meditó, pero no podía librarse de esta
esclavitud en su vida.
La razón era obvia: en su cuarto tenía
guardadas unas revistas pornográficas. En los
momentos de tentación, las sacaba para
verlas.
Estaba haciendo lo provisión para los deseos
de su carne, en violación al mandato de
Proyecto 3 Hoja de trabajo: libertad moral.
En la columna 3 de la hoja de trabajo sobre libertad
moral, responde a las preguntas en base a Romanos 6,
Luego enumera los miembros de tu cuerpo que tienes
que considerar muertos, a fin de poder vencer la
tentación específica que enfrentas.
14
Romanos 13:14: “sino vestíos del Señor
Jesucristo, y no proveáis para los deseos de
la carne”.
Un alcohólico que guarda licor en la casa,
está haciendo provisión para los deseos de la
carne. Un consumidor de drogas que
mantiene contacto con quienes venden
drogas, está haciendo provisión para los
deseos de la carne.
Cualquiera que provee para la carne no
puede experimentar victoria sobre los
hábitos de pecado. En realidad, los que sí
están experimentando libertad en Cristo, no
tratan de ver cuándo puede acercar al
mundo y seguir considerados buenos
cristianos. Más bien buscan cuanto pueden
acercarse al Señor para disfrutar de
comunión con Él. Han aprendido a huir de las
pasiones juveniles. Su lema es “otros podrán,
pero yo no “.
Consecuencias de leer material sensual.
Experimentas culpabilidad al violar las leyes
morales que Dios escribió en tu corazón.
“Mostrando la obra de la ley escrita en sus
corazones, dando testimonio su conciencia,
y acusándoles o defendiéndoles sus
razonamientos”. (Romanos 2:15).
Dañas tu matrimonio al cometer adulterio
mental.
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a
una mujer para codiciarla, ya adulteró con
ella en su corazón” (Mateo 5:28). Y si
piensas, soy soltero o soltera, estas
experiencias afectaran significativamente de
forma negativa, tu futuro matrimonio.
Promueves la prostitución al pagar por
materiales lascivos.
“Tienen los ojos llenos de adulterio, no se
sacian de pecar, seducen a las almas
inconstantes, tienen el corazón habituado a
la codicia, y son hijos de maldición” (II de
Pedro 2:14).
Pones el fundamento para la enfermedad
mental, al tener placer sensual sin
responsabilidad.
“El hombre de doble ánimo es inconstante
en todos sus caminos” ( Santiago 1:8) ( véase
también Romanos 1:28)
Siembras las semillas de la destrucción de tu
carne
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado;
pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará” (Gálatas 6:7).
Fomentas el crimen violento en la nación.
“no contamines a tu hija haciéndola fornicar,
para que no se prostituya la tierra y se llene
de maldad (crimen violento)” (Levítico 19:29)
Debilitas tus sentidos espirituales y
entristeces al Espíritu Santo.
“porque el deseo de la carne es contra el
espíritu, y el Espíritu es contra la carne; y
estos dos se oponen entre sí” (Efesios 5:6).
Consecuencias de ver televisión.
Estableces la práctica de tolerar lo malo a
fin de disfrutar un poco de bueno.
“El temor de Jehová es aborrecer el mal”
(Proverbios 8:13).
15
“un poco de levadura leuda toda la masa “(1
Corintios 5:6).
Disminuyes tu resistencia al mal
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu
corazón; porque de él mana la vida
(proverbios 4:23).
Tienes acceso constante a las filosofías y
conceptos falsos del mundo.
“Mirad que nadie os engañe por medio de
filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo, y no según Cristo”
(Colosenses 2:8).
Cauterizas tu conciencia y pierdes tu amor
por el Señor.
“Y por haberse multiplicado la maldad, el
amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12).
Te expones a gente inicua que ni siquiera
debe entrar a tu hogar.
“El que se junta con necios será
quebrantado” (proverbios 13:20).
“vete de delante del hombre necio, porque
en él no hallarás labios de ciencia”
(Proverbios 14:7).
Permites que sea devorado uno de tus
recuerdos más valiosos: el tiempo
“Enséñanos de tal manera a contar nuestros
días, que traigamos al corazón sabiduría”
(Salmos 90:12).
Te constituyes enemigo de Dios
“¿No sabéis que la amistad con el mundo es
enemistad contra Dios? Cualquiera, pues,
que quiera ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios” “Santiago 4:4).
Consecuencias de consumir alcohol.
Acarreas destrucción sobre ti mismo
“No mires al vino cuando rojea, cuando
resplandece su color en la copa. Se entra
suavemente; más al fin como serpiente
morderá, y como áspid dará dolor”
(Proverbios 23:31,32).
Disminuyes inhibiciones vitales contra el
mal
“tus ojos mirarán cosas extrañas, y tu
corazón hablará perversidades” (Proverbios
23:33).
Te expones a la esclavitud del vicio.
“! Ay del que da de beber alcohol a su
prójimo ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le
embriagas para mirar su desnudez! (Habacuc
2:15).
Eres tropiezo para cristianos más débiles,
“Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni
nada en que tu hermano tropiece, o se
ofenda, o se debilite” (Romanos 14:21).
Lo que los padres permiten con moderación
sus hijos lo hacen con exceso.
“Bienaventurado el que no se condena a sí
mismo en lo que aprueba (…) porque todo lo
que no proviene de fe, es pecado” (Romanos
14:22,23).
Proyecto 4 Hoja de trabajo: libertad moral
Quita de tu vida cualquier provisión para la carne.
Quema los materiales de ocultismo y de dioses falsos
de acuerdo con Deuteronomio 7:25,26 y Hechos
19:19,20. Llena la columna 4 de la hoja de trabajo.
16
5. Compara la ley del pecado con la ley de la
gravedad.
Probablemente sea difícil para ti comprender
el hecho de que estás muerto al pecado,
cuando aún son tan reales las tentaciones. El
problema es la ley del pecado que Pablo
describe en Romanos 7:21-24; “Así que,
queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley;
que el mal está en mí. Porque según el
hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
pero veo otra ley en mis miembros, que se
revelan contra la ley de mi mente, y que me
lleva cautivo a la ley del pecado que está en
mis miembros. ¡Miserable de mi! ¿Quién me
librará de este cuerpo de muerte?”.
La ley del pecado es como la ley de la
gravedad. Opera comúnmente en nuestros
miembros; sin embargo, cuando andamos en
el Espíritu no satisfacemos los deseos de la
carne, pero, sí nos alejamos del Señor, nos
domina la ley del pecado y empezamos a
caer hacia la derrota espiritual.
Lo único que tiene que hacer el águila para detener su
caída es extender sus alas y la fuerza de ascensión
vencerá la ley de la gravedad.
Lo único que tú tienes que hacer para vencer
el poder de la tentación es extender tus “alas
espirituales” mediante la tentación es
extender tus “alas espirituales” mediante la
recitación de Romanos seis ú ocho, ó algún
otro pasaje y reclamar la victoria que Cristo
ya ha ganado para ti mediante su muerte,
sepultura y resurrección.
Esta es la promesa de Romanos 8:2-4:
“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo
Jesús me ha librado de la ley del pecado y de
la muerte. Porque lo que era imposible para
la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios,
enviando a su hijo en semejanza de carne de
pecado y a causa del pecado, condenó al
pecado en la carne; para que la justicia de la
ley se cumpliese en nosotros, que no
andamos conforme a la carne, sino conforme
al Espíritu.”
6. Responsabilízate por la victoria, ante las
autoridades establecidas por Dios.
Este es uno de los pasos más importantes
para conquistar hábitos. Muchos han dado
testimonio de que aun habiendo dado los
otros seis pasos no han podido conquistar su
hábito.
Únicamente cuando informaron
directamente acerca de su derrota moral a
su Padre, esposo ú otra autoridad por Dios y
asumieron diariamente la responsabilidad,
entonces experimentaron victoria completa.
¿Por qué es tan importante comprometerse?
Parte de la respuesta está en 1Pedro 4:1
“Puesto que Cristo ha padecido por nosotros
en la carne, vosotros también armaos del
Proyecto 5 Hoja de trabajo: Libertad moral.
Después de usar Romanos 6 y 8 para responder a
la tentación, llena la columna 5 de la hoja de
trabajo. Si no experimentas victoria, revisa si has
terminado completamente las primeras 4
columnas, lo mismo que la 5 y 6.
17
mismo pensamiento; pues quien ha padecido
en la carne, terminó con el pecado “.
¿Cómo padeció Cristo en la carne? Él no sólo
sufrió dolor físico, sino que también sufrió
vergüenza pública por nuestro pecado.
Uno de los engaños más astutos de Satanás
es hacerte pensar que puedes pecar en
secreto. Nada hay oculto que no haya de ser
manifestado, y nadie puede pecar sin afectar
a los que lo rodean.
Por esto se nos manda que nos exhortemos
“los unos a los otros cada día, entre tanto
que se dice: Hoy; para que ninguno de
vosotros se endurezca por el engaño del
pecado”. (Hebreos 3:13).
Hay otra razón, por la que debemos,
honestamente, pero correctamente,
compartir nuestras derrotas. El orgullo
usualmente es lo que nos impide hacerlo y el
orgullo estorba la gracia de Dios, que es la
que nos da el deseo y el poder para
conquistar los hábitos malos. De modo que
“él que cubre sus pecados no prosperará;
más el que los confiesa alcanzará
misericordia.” (Proverbios 28:13).
7. Presenta tus miembros a Dios como
instrumento de justicia
No basta con considerarte muerto al pecado;
Dios también quiere que estés vivo para Él.
Tanto el estar muerto para el pecado, como
el estar vivo para Dios son esenciales para la
victoria sobre los hábitos. Pablo combina
estas ideas en Romanos 12:21 “No seas
vencido de lo malo, sino vence con el bien el
mal .“
Un joven confirmo la importancia de esto,
cuando dio testimonio que experimentó
libertad de los malos hábitos al concentrarse
en la obra positiva que Dios quería lograr a
través de su vida, cuando se enfocaba
únicamente en su muerte al pecado, tenía
un enfoque negativo. Experimentó gozo y
libertad al tener los impulsos bíblicos del
Espíritu Santo y obedecer por la gracia que le
fue dada.
Aprender a ser sensible a los impulsos
bíblicos
Dios quiere lograr su voluntad por medio de
tu vida. Únicamente será posible si estás
viviendo conforme a la ley del Espíritu y no
conforme al pecado.
El Espíritu Santo traerá a tu mente el orar
por una persona necesitada, escribir una
carta de aliento, testificar a alguien con
quien te encuentres, hacer un regalo, ayunar
por un día o poner especial diligencia tu
trabajo.
Al vivir por encima de lo que mandan tus
pensamientos y deseos lascivos, sea que
comas o bebas o cualquier cosa que hagas,
hazlo todo para la gloria de Dios (véase 1
Corintios 10:3).
Proyecto 6 Hoja de trabajo: libertad moral.
Pídeles a tus padres, marido, ó a un adulto maduro,
piadoso, que te pida cuentas de las escrituras
injertadas en tu alma y las usadas para la victoria
diaria. Sugiérele a la persona preguntas apropiadas
que puede usar para medir tu progreso.
Proyecto 7 Hoja de trabajo: libertad moral
En la columna 7 de la hoja de trabajo sobre
libertad moral, empieza a enumerar los impulsos
que el Espíritu Santo te da, para poderlos reportar
como testimonio a tu “grupo de compromiso”
para más información véase Historia del Águila.
Hoja de trabajo: Libertad moral
1 2 3 4 5 6 7
¿He memorizado Romanos 6 y 8? ¿Puedo personalizar
Romanos 6 y 8?
¿Me visualizo muerto al pecado?
¿He eliminado toda provisión de la
carne?
¿He experimentado
victoria en Cristo sobre el pecado?
¿Qué compromisos he hecho para mi victoria
diaria?
¿He presentado mis miembros a
Dios?
o ¿qué pues diremos?... o ¿o no sabéis que todos… o Porque si fuimos plantados… o Porque el ha muerto… o Sabiendo que Cristo… o Así también vosotros… o No reine, pues, el pecado… o Mi tampoco presentéis… o ¿Qué pues? ¿Pecaremos... o ¿No sabéis que si nos
sometéis…. o Pero gracias a Dios que … o Hablo como humano… o Porque cuando eráis esclavos… o Mas ahora que habéis sido… o Porque la paga del pecado… o Hora pues ninguna … o Por quela ley del Espíritu… o Para que la justicia de la ley… o Porque el ocuparse de la… o Y los que viven según la… o Pero si Cristo esta en… o Así que, hermanos, deudores… o Porque a los que son… o El Espíritu mismo da… o Pues tengo por cierto que las… o Porque el anhelo ardiente de… o Porque sabemos que toda la… o porque en esperanza fuimos
llamados…. o Y de igual manera el espíritu… o Y sabemos que a los que… o Porque a los que antes… o ¿Qué, pues, diremos a esto?... o ¿quién acusará a los… o ¿Quién nos separará del amor…
En base a lo que he memorizado hasta
ahora :
o Personalice Romanos 6 al dormirme en la noche?
o ¿ Lo
personalice al despertarme esta mañana?
o ¿Lo he
personalizado durante el día?
o ¿ Lo
personalicé al ser tentado?
Según Romanos 6:
¿Cuándo morí?
¿Cómo morí?
¿A qué morí?
¿hasta cuándo estaré muerto?
¿Cómo responde un muerto ante está tentación?
o Malas amistades
o Literatura sensual
o Mala Música o Actividades
sensuales o Imaginaciones
perversas o Materiales de
ocultismo
o Drogas y alcohol
o Televisión
mundana
o Al ser tentado, ¿recientemente inmediatamente Romanos 6 u 8 o algún otro pasaje?
o ¿Estuve consciente de que Cristo ya ganó la victoria?
o ¿Me imaginé como un águila extendiendo mis “alas”.
o ¿Recité la escritura hasta que hubiera pasado la tentación?
o He hecho un pacto con mis ojos.
o He hecho el propósito de vestir con modestia.
o Tengo responsabilidad de dar cuentas a:
o Tiempo para
reportar
_________ Preguntas que esta persona me puede hacer: o ¿Qué leíste de la
escritura esta mañana?
o ¿Qué pasaje usaste para dormirte anoche?
o La última vez que fuiste tentado, ¿venciste citando las Escrituras y reclamando victoria en Cristo?
o ¿Qué impulsos de la Escritura experimenté en esta semana?
o ¿Cómo se
relacionan éstos impulsos con mis ciclos de la vida?
o ¿cuáles
fueron los resultados de obedecer al Espíritu Santo?