“COMPETENCIAS EMOCIONALES Y RENDIMIENTO ACADÉMICO”
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“COMPETENCIAS EMOCIONALES Y
RENDIMIENTO ACADÉMICO”
TRABAJO DE FIN DE MASTER
MÁSTER UNIVERSITARIO EN PROFESORADO DE EDUCACIÓN
SECUNDARIA
Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Maider Balda Pérez
DIRECTORA:
Raquel Chocarro Eguaras
Universidad Pública de Navarra
Pamplona-Iruña
18 de junio de 2019
2
RESUMEN:
El aprendizaje por competencias que promueve la
LOMCE tiene por objeto una formación integrada
de los contenidos conceptuales, procedimentales y
actitudinales a fin de lograr la resolución de
problemas complejos. Sin embargo, la sociedad
actual todavía presenta grandes carencias en lo que
a las competencias emocionales se refiere y, pese
a su importancia, la formación destinada a su
desarrollo es todavía muy limitada. Por ello, este
trabajo estudia el grado de competencias
emocionales que tiene el alumnado de estudios
post-obligatorios y su relación con uno de los
indicadores de logro del proceso de aprendizaje
más frecuentes: el rendimiento académico. Así, se
observa que las competencias emocionales ayudan
a mejorar el rendimiento académico, siendo las
competencias de vida las que tienen un efecto más
pronunciado y la autonomía emocional la que
presenta mayores áreas de mejora. En base a los
resultados, se proponen las estrategias de
intervención pedagógica que se consideran más
adecuadas para trabajar estas cuestiones de forma
transversal en el contexto de la educación
secundaria.
Palabras Clave:
Formación integral, aprendizaje por
competencias, competencias emocionales,
rendimiento académico, educación emocional.
ABSTRACT:
Skills learning promoted by the LOMCE
aims an integral education containing conceptual,
procedural and attitudinal contents in order to
achieve the resolution of complex problems.
However, today’s society still has great
shortcoming regarding emotional competences
and, despite its importance, training aimed at its
development is still very limited. Therefore, this
paper studies the degree of emotional competences
that students of post-compulsory studies have and
their relationship with one of the most frequent
indicators of achievement of the learning process:
academic performance. Thus, it is observed that
emotional competences help to improve academic
performance, with life skills having the most
pronounced effect and emotional autonomy
presenting the greatest areas of improvement.
Based on the results, the appropriate strategies for
the transversal training of these matters in the
context of secondary education are proposed.
Key Words:
Integral education, skills learning, emotional
competences, academic performance, emotional
education
3
T ABL A DE CO NTE NI DO
1 INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 4
2 MARCO TEÓRICO ........................................................................................................ 6
2.1 ¿Qué son las emociones? ............................................................................................... 6
2.2 Tipos de emociones ........................................................................................................ 8
2.3 Competencias emocionales .......................................................................................... 11
2.3.1 Inteligencia emocional y competencias emocionales: ......................................... 11
2.3.2 Clasificación de competencias emocionales: ....................................................... 13
2.4 Rendimiento académico: .............................................................................................. 15
2.5 Rendimiento académico y competencias emocionales: ............................................... 16
3 OBJETIVOS ................................................................................................................... 19
4 DISEÑO Y METODOLOGÍA DEL ESTUDIO.......................................................... 20
4.1 La muestra: .................................................................................................................. 20
4.2 Metodología: ................................................................................................................ 21
5 RESULTADOS .............................................................................................................. 22
5.1 Competencias emocionales:......................................................................................... 22
5.2 Competencias emocionales y rendimiento académico: ............................................... 26
6 IMPLICACIONES PEDAGÓGICAS Y PROPUESTAS DE
INTERVENCIÓN ............................................................................................................... 28
7 CONCLUSIONES.......................................................................................................... 31
8 REFERENCIAS ............................................................................................................. 33
9 ANEXOS ......................................................................................................................... 38
9.1 Descripción del modelo de competencias emocionales elaborado por GROUP: ....... 38
9.2 Propuestas de Educación Emocional .......................................................................... 42
9.3 Resumen de las actividades del programa de educación emocional elaborado por la
Diputación de Guipúzcoa: ................................................................................................... 45
9.4 Cuestionario: ............................................................................................................... 52
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1 I NT RO D U CC IÓ N
Entre los mayores desafíos de cualquier sistema educativo se encuentra garantizar la
formación integral de los alumnos. Pero, ¿a qué nos referimos con una formación integral?
Zabala y Arnau (2007) la definen como “el desarrollo de todas las capacidades de las personas
para poder intervenir eficazmente en los distintos ámbitos de la vida” (p.21). Esto se refiere,
de algún modo, a que la educación debería contribuir a desarrollar al máximo las capacidades
y habilidades del alumnado, además de compensar los aspectos más deficitarios;
contribuyendo, así, al desarrollo integral de la personalidad (Bisquerra, 2006).
Con el objeto de su desarrollo, la LOMCE (2013) promueve el aprendizaje por
competencias; es decir, el aprendizaje de “las capacidades para aplicar de forma integrada los
contenidos propios de cada enseñanza y etapa educativa, con el fin de lograr la realización
adecuada de actividades y la resolución eficaz de problemas complejos” (Art.6). Autores como
Bisquerra (2016), ponen de manifiesto la tradición de la educación centrada fundamentalmente
en el desarrollo cognitivo del alumnado, ignorando, en muchos casos, el desarrollo emocional.
Sin embargo, el cambio educativo hacia el desarrollo de competencias requiere de un
aprendizaje que va más allá de unos contenidos conceptuales (saber). Así, los contenidos
procedimentales (saber hacer) y actitudinales (saber ser) se consideran, también, esenciales
para poder actuar de forma eficiente ante una situación concreta y determinada.
En cuanto a estas últimas, sin embargo, se ha observado que la sociedad actual presenta,
todavía, un analfabetismo emocional que se materializa mediante conflictos, violencia,
ansiedad, estrés, depresión, consumo de drogas, pensamientos auto-destructivos, anorexia,
suicidios, etc. (García, 2011). Por todo ello, desde principios de los años noventa, se han
elaborado numerosas aportaciones al estudio de las competencias emocionales. Pese a su
importancia, la formación destinada al desarrollo de éstas competencias hasta el momento es
muy limitada, en especial, en estudios post-obligatorios.
5
Por ello, este trabajo tiene como objetivo identificar el nivel de competencias emocionales
entre los estudiantes, y analizar el efecto que éstas tienen en el rendimiento académico del
alumnado. Además de la importancia que las competencias emocionales tienen per se, se ha
demostrado que el rendimiento académico tiene importantes repercusiones en el futuro
formativo, laboral y social de los estudiantes. Por ello, en este trabajo se ha considerado
especialmente importante comprender el modo en el que las competencias emocionales se
relacionan con este indicador del logro del proceso de enseñanza y aprendizaje. Dicho análisis
contribuirá a indicar la dirección en la que deberían ir las estrategias para el desarrollo de
competencias emocionales en el aula.
Para llevar a cabo el estudio, se ha elaborado un cuestionario para 51 estudiantes del grado
superior del centro CIP Donapea del ciclo formativo de administración y finanzas. Los
resultados obtenidos indican que las competencias emocionales ayudan a mejorar el
rendimiento académico de manera notable. Además, el estudio en detalle de los diferentes tipos
de competencias emocionales muestra que las competencias de vida son las que tienen un
efecto más pronunciado. En cualquier caso, no hay que olvidar que las todas ellas se relacionan
entre sí, por lo que la importancia reside en que su desarrollo puede tener importantes
beneficios para los estudiantes; como por ejemplo, un aprendizaje mayor de competencias
técnico-profesionales, mejor gestión de situaciones en el entorno laboral, y gozar de un mayor
bienestar personal.
Con todo ello, el trabajo presente se estructura en siete secciones. Tras la introducción, el
segundo apartado describe el marco teórico que contextualiza las competencias emocionales y
su relación con el rendimiento académico. La tercera sección plantea los objetivos del trabajo,
y después se explica la metodología que se utiliza para la obtención de los resultados descritos
en la quinta sección. En la sexta sección se plantean medidas de intervención en el ámbito de
6
la educación, y finalmente el último apartado resume las principales conclusiones de este
trabajo.
2 MA R CO TE ÓR ICO
2.1 ¿Qué son las emociones?
La palabra emoción proviene del latín, movere (mover) y el pre-fijo e (hacia fuera), lo
que relaciona las emociones con una determinada predisposición a la acción. Su estudio ha
sufrido una gran resistencia por no ser controlables, pero han sido objeto de preocupación y
análisis desde la antigüedad. El enfoque biológico de las emociones, originado por Charles
Darwin (1873), lo relacionaba con la función de supervivencia para la que servían las
emociones, por ser un mecanismo de reflejo que desencadena a la acción. Posteriores estudios
de las emociones han centrado el análisis, mayoritariamente, en las emociones negativas. Sin
embargo, hoy en día las teorías cognitivas han dado pie a evaluaciones positivas y negativas
de los estímulos en el análisis de las emociones. De este modo, autores como Bisquerra (2000)
definen las emociones como “un estado complejo del organismo caracterizado por una
excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada. Las emociones se
generan habitualmente como una respuesta a un acontecimiento externo o interno” (p.61).
El cerebro emocional se relaciona con el sistema límbico. Las emociones activan el
sistema nervioso central (SNC), de forma que el tálamo recoge las señales sensoriales de los
oídos y los ojos (hambre, sed, dolor, etc.). Así, el hipocampo se encarga de registrar al detalle
lo ocurrido y dota de significado a los hechos. De esta forma, la amígdala valora la importancia
del hecho asemejándolo a situaciones que recuerda, y puede transmitir la información al neo
córtex (donde se procesa y se organiza la información antes de dar una respuesta razonada
volviendo a pasar por la amígdala) o dar una respuesta inmediata.
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Este concepto, se entiende mejor si describimos el proceso de vivencia emocional tal y
como lo explica el Bisquerra (2000) y que se resume de la siguiente manera:
En el momento que el sistema nervioso percibe un estímulo, sea interno o externo, la
amígdala se encarga de evaluar su importancia y calificarlas como positivas o negativas según
las situaciones previas con las que lo asemeje. Lazarus (1991) en su teoría del appraisal
describe este proceso de valoración como el proceso en el que las decisiones se toman según
la percepción que se tiene, en un momento concreto, de los efectos que la información recibida
puede tener en el bienestar personal. Este proceso depende en gran medida, del dominio del
lenguaje emocional para dar nombre y calificar las emociones experimentadas, y depende de
un gran número de factores. Respecto a los cambios fisiológicos, corresponden a las respuestas
involuntarias como la respiración, la presión sanguínea, taquicardia, rubor, sudoración y
sequedad en la boca, entre otros. Finalmente, los acontecimientos valorados como relevantes
tienden a la acción en forma de comunicación verbal y no verbal (tono de voz, volumen, ritmo,
movimiento del cuerpo, expresión facial, etc.).
En este sentido, para Bisquerra (2000) “las emociones son reacciones a las
informaciones que recibimos en nuestras relaciones con el entorno (…) que impulsan hacia una
forma definida de comportamiento de las situaciones que han provocado las emociones” (p.63).
Cabe matizar que la intensidad de las reacciones varía en función de las evaluaciones subjetivas
que los sujetos realizan sobre la forma en la que información recibida afecta a nuestro bienestar.
Es decir, “una emoción depende de lo que es importante para nosotros”, Bisquerra (2000, p.63),
y en este proceso intervienen los conocimientos previos, las creencias, objetivos personales,
percepción del ambiente, etc.
EventoValoración cognitiva
Cambios fisiológicos
Predisposición a la acción
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No existe una respuesta concluyente a cerca de la función de las emociones. Sin
embargo, existen autores que destacan su función de motivación a la conducta; otros su función
adaptativa al entorno; la vertiente biológica que menciona la función de alterar el equilibrio del
organismo para informar; y el enfoque funcional que asegura los efectos que las emociones
tienen sobre otros procesos mentales como la percepción, la atención, la memoria, el
razonamiento, la creatividad y otras.
En cualquier caso, no existe duda de la relevancia de las emociones, y es por ello por lo
que conviene distinguir algunos conceptos que son a menudo confundidos. Las emociones se
consideran evaluaciones de pérdida o beneficio para el bienestar que se experimentan de
manera inmediata y breve. Un sentimiento (pena, placer, repugnancia, etc.), por otro lado, “es
una actitud originada a partir de una emoción, pero perdura más allá del estímulo que lo
origina”, Bisquerra (2000, p.66). Es decir, es la toma de conciencia de las sensaciones en el
cuerpo de una emoción, y por lo tanto es un componente más subjetivo. Los estados de humor
o de ánimo (estar alegre, feliz, irritable, etc.) son reacciones transitorias que tienen que ver con
experiencias de la vida pasada que hacen que uno se sienta de manera determinada durante un
periodo más largo que las emociones. Finalmente, los rasgos de personalidad son
“disposiciones o tendencias a reaccionar y comportarse de determinada manera”, Bisquerra
(2000, p.66). Con todo ello, hay que añadir que las emociones se convierten en hábitos. Es
decir, las personas que experimentan con frecuencia emociones negativas tienden a ser
negativos, y viceversa. De ahí la importancia de afrontar las emociones de manera efectiva.
2.2 Tipos de emociones
Existe una gran cantidad de palabras para denominar las emociones según sus matices.
En general las emociones pueden situarse en ejes cuyos extremos son el placer – displacer.
Dentro de este eje, las emociones pueden ser calificadas y etiquetadas según su especificidad.
Además, la fuerza con la que se experimentan éstas, determina su intensidad. Teniendo en
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cuenta la cantidad de matices pueden tenerse en cuenta para referirse a las emociones, es
necesario clasificarlas para facilitar su comprensión.
Una clasificación frecuente es la distinción entre emociones negativas y positivas. Las
emociones negativas pueden describirse como desagradables; es decir, implica experiencias de
amenaza o pérdida que impiden alcanzar un objetivo, por lo que frecuentemente requieren
energía y movilización para afrontar la situación de manera más o menos urgente. Por el
contrario, las emociones positivas se experimentan cuando se alcanzan los objetivos, y por ello
son agradables. Es importante no confundir las emociones negativas con emociones “malas” y
las emociones positivas con emociones “buenas”, ya que dichas consideraciones se relacionan
únicamente con el comportamiento, y no con la emoción directamente. Es decir, toda situación
que implique un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos produce emociones negativas
inevitablemente.
Por otro lado, algunos autores hacen mención a una tercera clasificación: las emociones
ambiguas, que su clasificación entre positivas y negativas depende de las circunstancias.
Bisquerra (2000) destaca que las emociones ambiguas se asemejan a las positivas por su
brevedad temporal y a las negativas por la movilización de recursos que implican para su
afrontamiento. En cuanto a las emociones estéticas, se definen como reacciones emocionales
ante ciertas manifestaciones artísticas (literatura, pintura, escultura, arquitectura, música,
danza, cine, teatro, etc), científicas o religiosas. Es decir, producen las anteriores emociones,
sin implicar conceptos nuevos.
Además, las emociones se clasifican como emociones básicas cuando “se caracterizan
por una expresión facial determinada y una disposición típica de afrontamiento”, Bisquerra
(2000, p.93). En cambio, cuando se trata de combinaciones de emociones básicas y no existen
rasgos faciales característicos en la manera de dar respuesta, nos referimos a emociones
complejas.
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Con todo ello, los autores como Bisquerra (2000) han diseñado familias de emociones
haciendo mención a “un conjunto de emociones de la misma especificad, cuya diferencia reside
en la intensidad o en matices sutiles” (p.95). Así, la tabla 1 recoge las emociones que pueden
diferenciarse en cada familia.
Tabla 1. Clasificaciónd de Familias de Emociones:
EMOCIONES NEGATIVAS
Ira Rabia, cólera, rencor, odio, furia, indignación, resentimiento, aversión,
exasperación, tensión, excitación, agitación, acritud, animadversión,
animosidad, irritabilidad, hostilidad, violencia, enojo, celos, envidia,
impotencia
Miedo Temor, horror, pánico, terror, pavor, desasosiego, susto, fobia
Ansiedad Angustia, desesperación, inquietud, estrés, preocupación, anhelo, desazón,
consternación, nerviosismo
Tristeza Depresión, frustración, decepción, aflicción, pena, dolor, pesar,
desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento,
desgana, morriña, abatimiento, disgusto, preocupación
Vergüenza Culpabilidad, timidez, inseguridad, vergüenza ajena, bochorno, pudor,
recato, rubor, sonrojo, verecundia
Aversión Hostilidad, desprecio, acritud, animosidad, antipatía, resentimiento,
rechazo, recelo, asco, repugnancia
EMOCIONES POSITIVAS
Alegría Entusiasmo, euforia, excitación, contento, deleite, diversión, placer,
estremecimiento, gratificación, satisfacción, capricho, éxtasis, alivio,
regocijo
Humor Sonrisa, risa, carcajada, hilaridad
Amor Afecto, cariño, ternura, simpatía, empatía, aceptación, cordialidad,
confianza, amabilidad, afinidad, respeto, devoción, adoración, veneración,
enamoramiento, ágape, gratitud
Felicidad Gozo, tranquilidad, paz interior, dicha, placidez, satisfacción, bienestar
EMOCIONES AMBIGUAS
Sorpresa Sobresalto, asombro, desconcierto, confusión, perplejidad, admiración,
inquietud, impaciencia
Esperanza
Compasión
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2.3 Competencias emocionales
Tradicionalmente, la sociedad ha valorado la inteligencia de las personas por encima de
otras cualidades. Sin embargo, la evidencia empírica ha puesto de manifiesto que ser
cognitivamente inteligente no es suficiente para garantizar el éxito académico, profesional y
personal (Extremera y Fernández-Berrocal, 2001; Goleman, 1995). Goleman (1995), por
ejemplo, menciona que el CI (coeficiente de inteligencia) es un buen predictor del escalafón
profesional al que una persona puede acceder. Sin embargo, recientes estudios sobre liderazgo
en el mundo empresarial y profesional han destacado la importancia de otras habilidades para
el éxito. Así, Goleman (1995) incide en que el CI no es un buen predictor del éxito en la vida,
ya que el 80% depende de otras causas, entre las cuales se incluyen las competencias
emocionales.
2.3.1 Inteligencia emocional y competencias emocionales:
Por tanto, ¿es posible determinar qué es lo que hace que una persona sea considerada
competente? Para responder a esta pregunta, es necesario definir lo que entendemos por
competencia. Según Bisquerra y Pérez (2007) competencia es “la capacidad de movilizar
adecuadamente el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias
para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia” (p.63).
Tradicionalmente, los estudios han puesto el foco en el estudio de las competencias
profesionales. Sin embargo, recientemente, el concepto competencia ha adoptado una visión
más integral y se distinguen dos dimensiones fundamentales a la hora de clasificar las
competencias:
Por un lado, Bisquerra y Pérez (2007) hacen mención a las competencias de desarrollo
técnico-profesional o funcionales referidas a aquellos “conocimientos y procedimientos en
relación a un determinado ámbito profesional o especialización. Se relacionan con el saber y
12
el saber hacer necesarios para el desempeño experto de una actividad laboral”. Por otro lado,
estarían las competencias de desarrollo socio-personales o emocionales.
La creciente importancia de éstas últimas tiene su origen en los años noventa, cuando
surgen teorías como la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1995) que distingue
siete tipos de inteligencias: musical, cinético-corporal, lógico matemática, lingüística, espacial,
interpersonal e intrapersonal. El hecho de que una situación determinada, requiera de aptitudes
específicas, daba importancia a la utilización de diferentes tipos de inteligencias. Las dos
últimas se refieren a la inteligencia emocional, término originado por Mayer y Salovey (1997)
y que hace mención a “la habilidad para manejar los sentimientos y emociones, discriminar
entre ellas y utilizar estos conocimientos para los propios pensamientos y acciones” (p.10).
Este concepto cobra especial atención con la aparición de la obra de Goleman en 1995.
Este concepto está todavía en debate en el campo de la psicología, puesto que se ha
conceptualizado de manera muy diversa por diferentes autores. Pueden distinguirse dos
corrientes basadas en el procesamiento de la información emocional (Fernández-Berrocal y
Extremera, 2005; Mastre, Palmero y Guil, 2004; Pena y Repetto, 2008). Por un lado, los que
se centran en habilidades emocionales básicas (Mayer y Salovey, 1997) que definen la
inteligencia emocional como la “inteligencia basada en el uso adaptativo de las emociones de
manera que el individuo pueda solucionar problemas y adaptarse de forma eficaz al medio que
le rodea”, Jiménez y López (2009, p.68). Por otro lado, estaría el enfoque mixto centrado en
los rasgos de personalidad (Bar-On, 1997; Goleman, 1995) que definen el término como
aquellos “rasgos estables de comportamiento y en variables de personalidad como la empatía,
asertividad, impulsividad”, Jiménez y López (2009, p.68). En cualquier caso, no se pone en
duda que éste término, que hace referencia a ser competente emocionalmente, es un factor
crucial a la hora de explicar el funcionamiento de las personas en todas las áreas vitales
(Mikolajczak, Luminet y Menil, 2006).
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En 1997, Salovey y Sluter identifican 5 dimensiones básicas en las competencias
emocionales: cooperación, asertividad, responsabilidad, empatía y autocontrol. Estas
dimensiones, se solapan con el concepto de inteligencia emocional propuesto por Goleman
(1995) quien incluyó 25 competencias clasificadas en 5 dimensionas que forman el constructo
de inteligencia emocional: concer las propias emociones (conciencia emocional, valoración
adecuada de uno mismo, confianza en uno mismo), manejar las emociones (autocontrol,
confiabilidad, integridad, adaptabilidad, innovación), auto-motivación (motivación del logro,
compromisos, iniciativa, optimismo), empatía (comprensión de los demás, orientación hacia el
servicio, desarrollo de los demás, aprovechamiento de la diversidad y conciencia política) y
habilidades sociales (influencia, comunicación, resolución de conflictos, liderazgo,
canalización del cambio, establecer vínculos, colaboración y cooperación, habilidades de
equipo).
El concepto de inteligencia emocional es revisado en 2002 por Goleman, Boyatzis y
Mckee e incluye 4 dimensiones para clasificar 18 competencias emocionales: conciencia de
uno mismo (conciencia emocional de uno mismo, valoración adecuada de uno mismo,
confianza en uno mismo), autogestión (autocontrol emocional, transparencia, adaptabilidad,
logro, iniciativa, optimismo), conciencia social (empatía, conciencia de la organización,
servicio) y gestión de las relaciones (liderazgo inspirado, influencia, desarrollo de los demás,
catalizar el cambio, gestión de conflictos, establecer vínculos, trabajo en equipo y
colaboración).
2.3.2 Clasificación de competencias emocionales:
Se han realizado numerosas aportaciones por diferentes autores respecto a la
clasificación de competencias emocionales, sobre las cuales se ha considerado interesante
destacar la clasificación elaborada por GROUP (Grupo de Recerca en Orietación
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Psicopedagógica) de la Universitat de Barcelona. El modelo del GROP clasifica las
competencias emocionales en cinco grandes competencias:
En primer lugar, la conciencia emocional que se define como “la capacidad para
conocer las propias emociones y de las emociones de los demás, a través de la autoobservación,
así como de la observación de las personas que nos rodean”, Bisquerra (2016, p.3). Se incluyen
los siguientes componentes que se detallan con mayor detalle en el anexo de este trabajo en
base al marco teórico de Bisquerra y Pérez (2007, p.70-74): toma de conciencia de las propias
emociones; dar nombre a las propias emociones; comprensión de las emociones de los demás;
tomar conciencia de la interacción entre emoción, cognición y comportamiento.
En segundo lugar, la regulación emocional es “la capacidad para dar una respuesta
apropiada a las emociones que experimentamos” según Bisquerra (2016; p.3), quien menciona
los siguientes componentes: expresión emocional; capacidad para la regulación emocional;
habilidades de afrontamiento; competencia para autogenerar emociones positivas.
Por otro lado, se hace mención a la autonomía emocional como “la capacidad de no
verse seriamente afectado por los estímulos del entorno” (Bisquerra, 2016, p.3), de manera que
se detallan los siguientes componentes: autoestima; automotivación; actitud positiva;
responsabilidad; autoeficacia emocional; análisis crítico de normas sociales; resiliencia para
afrontar situaciones adversas.
También se refieren a las habilidades sociales como “la capacidad para mantener buenas
relaciones con otras personas” (Bisquerra, 2003, p.25), distinguiéndose: dominar las
habilidades sociales básicas; respeto por los demás; comunicación receptiva; comunicación
expresiva; compartir emociones; comportamiento prosocial y cooperación; asertividad;
prevención y solución de conflictos; capacidad para gestionar situaciones emocionales.
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El último grupo de competencias son las competencias para la vida y el bienestar; es
decir, “el conjunto de habilidades, actitudes y valores que promueven la construcción del
bienestar personal y social. El bienestar emocional es lo más parecido a la felicidad, entendida
como la experiencia de emociones positivas. No podemos esperar a que nos vengan dados los
estados emocionales positivos, sino que hay que construirlos conscientemente, con voluntad y
actitud positiva”, Bisquerra (2016, p.4). Se incluyen: fijar objetivos adaptativos; buscar ayuda
y recursos; ciudadanía activa, cívica, responsable y comprometida; bienestar subjetivo; fluir.
2.4 Rendimiento académico:
Una de las dimensiones de mayor importancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje
es, sin duda, el rendimiento académico (Edel, 2003). Este concepto se relaciona con la aptitud
escolar y el desempeño académico, y puede considerarse como “el reflejo de las evaluaciones
y los exámenes donde el alumno ha de demostrar sus conocimientos sobre las distintas áreas o
materias que el sistema considera necesarias y suficientes para su desarrollo como miembro
activo de la sociedad” Cascón (2000:1-11). Sin embargo, autores como Tejedor (2007)
destacan el bajo rendimiento académico como uno de los problemas frecuentes del proceso de
aprendizaje de los alumnos.
A pesar de la dificultad que engloba su medida, se acepta de forma generalizada como
indicador del nivel educativo adquirido (Edel, 2003). Adell (2006) menciona que la medida del
rendimiento académico presenta algunas dificultades puesto que es un constructor que engloba
diferentes dimensiones; es decir, está determinado por un gran número de variables
(inteligencia, motivación, aspectos personales, etc.) y es influido por múltiples factores
(personales, familiares, escolares, etc.). En cualquier caso, la medida del rendimiento
académico se ha recogido por las calificaciones frecuentemente (Hernández, 2005), teniendo
en cuenta limitaciones relacionadas con las dificultades para representar el reflejo fiel del
mismo.
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Autores como Bisquerra, Pérez y García (2015) han hecho hincapié en las importantes
repercusiones que tiene el rendimiento académico en el futuro formativo, laboral y social de
los estudiantes. Es por ello, que considerar la forma en la que las diferentes competencias
emocionales se relacionan con éste concepto puede contribuir a mejoras considerables en el
ámbito educativo.
2.5 Rendimiento académico y competencias emocionales:
Chabot y Chabot (2009) mencionan que el aprendizaje en cualquier campo se logra
verdaderamente, no cuando se comprende sino cuando se llega a sentir, ya que las emociones
tienen un impacto muy fuerte sobre la percepción, el juicio y los comportamientos. Cuartero
(2007) afirma que en el momento que las emociones se integran a la razón la sabiduría es mayor
que cuando únicamente se hace uso de aspectos intelectuales. Entre los motivos que pueden
explicar esto podríamos destacar el hecho de que “las emociones tienen una gran relación con
la motivación y la acción, mientras que la cognición está vinculada con el conocimiento y el
análisis de la decisión de la acción” Gaeta y López (2013: p.15). Además, ser emocionalmente
competente ayuda a estar motivado, controlar los impulsos, tener iniciativa y ser responsable,
entre otros (Bisquerra y Pérez, 2007); factores que, sin duda, tienen una estrecha relación con
el proceso de aprendizaje.
Por todo ello, en los últimos años, las competencias emocionales han sido consideradas
cruciales en el proceso de aprendizaje y bienestar de los estudiantes (Bisquerra, 2008; Carmona
y López, 2015). Autores como Álvarez (2001) afirman que las emociones son uno de los
factores más importantes de muchos éxitos o fracasos producidos durante el ciclo académico.
Así, durante los últimos años, el estudio y la intervención en el bienestar del alumnado y el
rendimiento académico ha dado mayor importancia a variables del tipo emocional (Eisenberg
y Spinrad, 2004). A pesar de ello, los estudios orientados a la relación entre inteligencia
emocional y rendimiento académico se han mostrado inconsistentes.
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Salovey y Mayer (1990) iniciaron el estudio del papel de las habilidades emocionales en
el aprendizaje proponiendo una teoría de Inteligencia Emocional (Parker et al., 2004;
Humphrey, Curras, Morris, Farrel y Woods, 2007). Éste estudio también se ha realizado con
otras medidas de inteligencia emocional. Algunas de ellas mostraban correlaciones positivas y
significativas (Gil-Olate, Palomera y brackett, 2006), mientras que el efecto de otras
investigaciones resultó nulo (Chico, 1999; Newsome, Day y Catano, 2000; Barchard, 2003;
Austin, et.al. 2006) La competencia socio-emocional si que ha tenido un resultado más similar,
mejorando el rendimiento académico (Mestre, et.al. 2006).
La mayoría de estas diferencias, según lo explican Jiménez y López (2009) se debe a la
falta de consenso sobre qué se considera inteligencia emocional (Newsome et al., 2000); las
diferencias metodológicas; y herramientas empleadas para su evaluación. A modo general, sin
embargo, se considera que la inteligencia emocional se relaciona con el rendimiento
académico, siempre que se controlen variables tales como la inteligencia general y
características de personalidad (Fernández-Berrocal y Extremera, 2006; Pena y Repetto, 2008).
Respecto a las relaciones entre competencias emocionales y su influencia en el rendimiento
académico, se encuentran las siguientes explicaciones, tal y como mencionan Jiménez y López
(2009):
1. La habilidad de regular las emociones facilita el pensamiento incrementando, por ejemplo,
la concentración, ayudando a controlar conductas impulsivas y aumentando la capacidad
de rendir en condiciones de estrés (Mastre et al., 2006).
2. Las competencias emocionales aumentan la motivación intrínseca (la capacidad de
motivarse a sí mismo) al realizar un trabajo lo que, a su vez, tiene una gran influencia en el
rendimiento académico.
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3. Los incrementos en la percepción de auto-eficacia (la creencia de su propia capacidad para
alcanzar un buen rendimiento) también tienen un efecto positivo en el rendimiento
académico.
4. Se identifican mejoras respecto a la constancia, entendida como la diligencia y esfuerzo
para llevar al día las actividades y alcanzar las metas establecidas.
5. Facilitan la interacción social, lo cual ayuda a establecer relaciones con iguales y
profesores.
6. Contribuyen al equilibrio psicológico y su relación con el rendimiento (Extremera y
Fernández-Berrocal, 2003). Por ejemplo, se conoce que las dificultades en concentrarse y
recordar, llevan a resultados pobres que generan ansiedad y frustración (Abdullah, Elias,
Mahyuddin y Jegak, 2004). Así pues, mejoras en el bienestar subjetivo tienen efectos
positivos respecto al rendimiento académico.
7. Tienen repercusiones en el rendimiento académico a través del efecto indirecto que tienen
en otras variables: asignaturas que tienen como objeto de estudio el afecto (literatura, arte,
diseño), Petrides et al. (2004).
8. Diferencias en el rendimiento académico según los rasgos de la personalidad (Austin et al,
2005): el neuroticismo, por ejemplo, tienen una relación negativa por mayor ansiedad,
vulnerabilidad y condiciones de estrés; la extraversión, apertura, amabilidad y
responsabilidad se relaciona con una mayor competencia, obediencia y orientaciones al
logro.
9. También el auto concepto académico, la auto-eficacia y la auto-regulación están muy
relacionadas con variables meta-cognitivas que afectan al rendimiento académico (Vallés
y Vallés, 2000).
Por todo ello, algunos autores han concluido que la inteligencia emocional junto o el
bienestar de los alumnos son mucho más predictivos del rendimiento académico y adaptación
19
al medio escolar que cualquiera de las medidas de evaluación intelectual (Parker, Sumertieldt,
Hogan y Majeski, 2004). Además, hoy en día la inteligencia no se asocia únicamente a la
capacidad cognitiva, sino que se aceptan otras cualidades que convierten a la persona
inteligente ante una situación. Por todo ello, hemos de ser conscientes de que las competencias
emocionales inciden en el desarrollo integral de los estudiantes y en la eficacia del proceso de
aprendizaje (Bisquerra, 2008; Carmona y López, 2015).
3 OB JET I VOS
El presente trabajo tiene como objetivo principal analizar el grado de competencias
emocionales que tienen los alumnos y alumnas, y comprobar si éste está relacionado con el
rendimiento académico. Por otro lado, con el objetivo de enfocar las estrategias de desarrollo
emocional de la manera más adecuada posible, se pretende analizar si existen diferentes tipos
de competencias emocionales que guarden una relación más estrecha con el rendimiento
académico.
En base a la literatura mencionada en el apartado anterior, la primera hipótesis planteada
es que cuanto mayor sea el grado de competencias emocionales de los estudiantes, mayor sea
el rendimiento académico. Por otro lado, dado que la literatura existente coincide en el efecto
más pronunciado de las competencias sociales en el rendimiento académico, una segunda
hipótesis podría referirse a que éste tipo de competencia emocional destacara sobre el resto.
La repercusión de tal resultado implicaría que el énfasis que actualmente se pone en el
desarrollo de competencias de carácter técnico-profesional podría ser incluso más eficaz si se
trabajasen, a su vez, aspectos emocionales y, además, contribuir al bienestar de los alumnos y
alumnas.
20
4 D ISE ÑO Y ME TOD OL O GÍ A DE L EST U DIO
Pérez (2015) manifiesta que “cualquier intervención en educación emocional, como
cualquier acción orientadora, precisa de una evaluación rigurosa que permita conocer las
necesidades de los destinatarios y orientar las decisiones a cerca de los contenidos y las
estrategias más apropiadas de las intervenciones” (p.690).
4.1 La muestra:
Los participantes de esta investigación corresponden a 51 estudiantes de primer y
segundo curso del Grado Superior de Administración y Finanzas de CIP Donapea. El 62,70%
son hombres, mientras que el 37,30% son mujeres. Más de la mitad, 56,80%, cursan sus
estudios en euskera, respecto al 43,10% que lo hacen en castellano. La edad media es de 22,20
años, aunque los estudiantes tienen entre 18 y 61 años. Por otro lado, el 29,40% de los
estudiantes se encontraba trabajando en el momento en el que se recogieron los datos para el
análisis, mientras que el 37,30% había trabajado en algún otro momento, y el 33,30% no había
trabajado nunca como se presenta en la tabla 2.
Tabla 2. Descripción de la muestra: sexo, idioma, edad, estudios previos y situación laboral.
Frecuencia Porcentaje
Sexo
Mujer 19 37,30
Hombre 32 62,70
Idioma de Estudios
Euskera 29 56,90
Castellano 22 43,10
Situación laboral
Trabajando actualmente 15 29,40
Ha trabajado pero no
actualmente
19 37,30
No ha trabajado 17 33,30
Media Desv.
Típica
Min. Máx.
Edad 22,20 6,95 18 61
21
4.2 Metodología:
El instrumento utilizado para recoger los datos correspondientes a las competencias
emocionales y el rendimiento académico ha sido el cuestionario que se encuentra disponible
en el anexo de este trabajo. Dicho cuestionario analiza variables como las competencias
emocionales, el rendimiento académico y otras que permiten identificar características de la
muestra que se consideran de interés como el sexo, la edad, la situación laboral, y el idioma de
estudios, entre otros. Los datos se recogen durante los días 16 y 17 de abril del 2019 y su
posterior tratamiento estadístico se ha realizado mediante el programa SPSS 25.0.
Tal y como se ha mencionado en el marco teórico, existen diversos modelos de
competencias emocionales (Salovey y Sluyter, 1997; Graczyk et al., 2000; Payton et al., 2000;
Goleman, Boyatzis y Mckee, 2002; Saami, 2000; CASEL, 2006). Sin embargo, el modelo
aportado por GROP de la Universidad de Barcelona (Bisquerra y Pérez, 2007) se ha
considerado el más interesante para analizar las competencias emocionales de la muestra
seleccionada.
Entre los principales motivos se encuentran el hecho de que la clasificación de cinco
grupos de competencias (conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional,
competencias sociales, y competencias para la vida y el bienestar) están fundamentadas en un
extenso marco teórico, lo cual facilita su posterior interpretación. Además, este grupo de
investigación ha elaborado numerosos cuestionarios (Cuestionario de Desarrollo Emocional de
Adultos versión extensa, Cuestionario de Desarrollo Emocional de Adultos versión reducida,
Cuestionario de Desarrollo Emocional para Educación Secundaria 12-18, y Cuestionario de
Desarrollo Emocional para Niños 9-13) para evaluar la autopercepción que los diferentes
grupos de edad tienen respecto a las diferentes competencias emocionales. Finalmente, estos
22
cuestionarios se han implantado en diferentes entornos educativos del Estado español con éxito
anteriormente (Obiolis, 2005; Filella-Guiu, Pérez-Escoda, Agulló y Oriol, 2014).
Dada la complejidad que engloba la medición de cuestiones emocionales, se ha
considerado apropiado utilizar el Cuestionario de Desarrollo Emocional de Adultos en su
versión reducida (CDE-A35) porque todos los estudiantes del Grado Superior de
Administración y Finanzas son mayores de edad. Este cuestionario proporciona una puntuación
global y otra para cada una de las competencias emocionales del modelo de GROP, y utiliza
una escala de Likert con once opciones. Así, las puntuaciones siempre oscilan entre 0 y 10,
siendo 0 carencia absoluta de competencia en la dimensión y 10 un dominio absoluto.
Por otro lado, se ha utilizado como variable la nota media esperada en el curso presente
para medir el rendimiento académico de los estudiantes. A pesar de sus limitaciones, se ha
considerado imprescindible que los estudiantes contesten al cuestionario de manera anónima,
por lo que se ha empleado este indicador ya que suele presentar correlaciones altas con las
notas obtenidas. Además, siendo conscientes de la posible relación que puede existir entre
rendimiento académico y otras variables como el grado de satisfacción con el grado, se han
elaborado una serie de preguntas para su identificación.
5 R ES ULT A DOS
5.1 Competencias emocionales:
En referencia a la tabla 3, los resultados obtenidos muestran que como media, los
estudiantes han obtenido una puntuación de 6,22 en cuanto a la competencia emocional total,
siendo la puntuación máxima un 8,57 y la puntuación mínima de un 3,94. Este valor se
aproxima a la media obtenida en otros trabajos en los que se ha utilizado este cuestionario para
evaluar el nivel de competencias emocionales (Mestres, L. Y Pérez-Escoda, N., 2015; Filella,
Pérez-Escoda, Aguilló, Oriol, 2014; etc.) El desglose por los diferentes tipos de competencia,
23
nos aporta más detalle en relación al margen de mejora que se observa. En cualquier caso, cabe
añadir que todas las medias obtenidas resultan ser significativas, tras comparar las medias
mediante la prueba T, como se presenta en la tabla 3.
La autonomía emocional, es la competencia emocional que presenta la menor puntuación
media (5,01) y también una de las mayores variaciones, siendo la desviación típica de 1,74
puntos, puesto que tiene un valor mínimo de 0,67 puntos y un valor máximo de 8,83 puntos.
Esto indica que el desarrollo de elementos relacionados con la autogestión personal
(autoestima, automotivación, actitud positiva, responsabilidad, autoeficacia emocional, análisis
crítico de normas sociales y la resiliencia para afrontar situaciones adversas) deben ser
considerados prioritarios en cuanto a programas que busquen el desarrollo de competencias
emocionales.
Por otro lado, las competencias sociales, que obtienen una puntuación media de 5,84
puntos presentan variaciones que oscilan entre 1,60 puntos y 9,40. Es por ello, que puede
afirmarse que se observan estudiantes con un mejor dominio de habilidades sociales básicas
(escuchar, saludar, despedirse, dar las gracias, pedir un favor, manifestar agradecimiento, pedir
disculpas…); respeto por los demás (aceptando y apreciando diferencias individuales y
grupales); que practican comunicación receptiva y expresiva; que comparten emociones y
tienen comportamientos pro sociales y de cooperación; y también una mayor asertividad,
capacidad de prevenir y solucionar conflictos, y gestionar situaciones emocionales que otros.
Por otro lado, los estudiantes presentan una mayor conciencia emocional (puntuación
media de 6,80) que regulación emocional (puntuación media de 6,09). Además, la conciencia
emocional presenta el mayor de los valores mínimos (puntuación de 4,00 puntos). Por lo tanto,
puede decirse que, aunque los estudiantes presentan áreas de mejora en la denominación de las
emociones, su comprensión y toma de conciencia; los aspectos relacionados con su regulación,
24
expresión, afrontamiento y capacidad para autogenerarse emociones positivas requieren una
intervención mayor.
Finalmente, los estudiantes presentan la mayor puntuación en las competencias de vida,
y también uno de los mayores valores mínimos (3,88 puntos) y máximos (9,50 puntos). Esta
capacidad incluye: fijar objetivos adaptativos; toma de decisiones en situaciones personales,
familiares, académicas, profesionales, sociales y de tiempo libre; buscar ayuda y recursos;
ciudadanía activa, cívica, responsable, crítica y comprometida; capacidad para gozar de forma
consciente de bienestar subjetivo; y la capacidad para generar experiencias óptimas (fluir).
Tabla 3. Estadísticos descriptivos de las competencias emocionales
Media Desv.
Típ.
Máximo Mínimo t Sig
CE Total 6,22 1,05 8,57 3,94 42,394 ,000
Conciencia Emocional 6,80 1,23 9,25 4,00 39,493 ,000
Regulación Emocional 6,09 1,19 8,50 2,88 36,583 ,000
Autonomía Emocional 5,01 1,74 8,83 0,67 20,543 ,000
Competencia Social 5,84 1,76 9,40 1,60 23,689 ,000
Competencias de Vida 6,91 1,17 9,50 3,88 42,353 ,000
*CE= Competencia Emocional
Por otro lado, conviene estudiar si existen diferencias relevantes en las puntuaciones de
competencias emocionales obtenidas. Así, la tabla 4 presenta los datos obtenidos al comparar
las medias mediante el ANOVA de un factor. Se observa, que existen diferencias significativas
entre hombres y mujeres en las puntuaciones correspondientes a las competencias emocionales
totales, autonomía emocional, competencias sociales, y competencias de vida. Además, son las
mujeres las que presentan en todos los casos valores promedio mayores que los hombres.
Puede apreciarse, que no existen diferencias significativas entre las puntuaciones
medias obtenidas entre el alumnado que estudia en euskera y en castellano. Sin embargo, los
estudiantes que trabajan actualmente presentan medias significativamente superiores respecto
25
al resto en las competencias emocionales totales, conciencia emocional y competencias
sociales. Por otro lado, aquellos alumnos y alumnas que han trabajado en otro momento distinto
al momento en el que se responde al cuestionario, presentan una media significativamente
inferior al resto en autonomía emocional.
Tabla 4. ANOVA de un factor y las competencias emocionales:
Sexo
Mujer Hombre F Sig.
CE Total 6,62 5,98 4,732 0,034
Conciencia Emocional 6,89 6,75 0,166 0,685
Regulación Emocional 6,24 6,00 0,489 0,488
Autonomía Emocional 5,82 4,52 7,467 0,009
Competencia Social 6,55 5,43 5,251 0,026
Competencias de Vida 7,37 6,64 5,021 0,030
Idioma de Estudios
Euskera Castellano F Sig.
CE Total 6,26 6,17 0,092 0,763
Conciencia Emocional 6,69 6,96 0,599 0,443
Regulación Emocional 5,93 6,30 1,211 0,276
Autonomía Emocional 5,30 4,61 1,073 0,166
Competencia Social 6,07 5,55 1,107 0,298
Competencias de Vida 7,00 6,17 0,343 0,561
Situación Laboral Actualm
(Contrario)
F
(Sig.)
Ahora No
(Contrario)
F
(Sig.)
Nunca
(Contrario)
F
(Sig.)
CE Total 6,72
(6,01)
5,221
(0,027)
6,00
(6,35)
1,333
(0,254)
6,02
(6,32)
0,883
(0,352)
Conciencia Emocional 7,39
(6,56)
5,343
(0,025)
6,74
(6,84)
0,083
(0,775)
6,35
(7,03)
3,580
(0,064)
Regulación Emocional 6,30
(6,00)
0,687
(0,411)
6,08
(6,09)
0,001
(0,974)
5,90
(6,18)
0,587
(0,447)
Autonomía Emocional 5,67
(4,73)
3,226
(0,079)
4,35
(5,45)
6,353
(0,015)
5,26
(4,87)
0,570
(0,454)
Competencia Social 6,64
(5,51)
4,668
(0,036)
5,58
(6,00)
0,677
(0,415)
5,44
(6,05)
1,377
(0,246)
Competencias de Vida 7,29
(6,75)
2,319
(0,134)
6,76
(7,00)
0,535
(0,468)
6,75
(7,00)
0,484
(0,490)
26
5.2 Competencias emocionales y rendimiento académico:
El segundo objetivo del trabajo presente, consiste en analizar la posible relación entre
competencias emocionales y el rendimiento académico. En concreto, se espera que un mejor
dominio de las competencias emocionales ayude a obtener mejores resultados en relación al
rendimiento académico. Así pues, la tabla 5 nos muestra que como media los estudiantes
esperan obtener una calificación de 7,09 puntos, siendo los valores mínimos puntuaciones entre
4-5 puntos, y los valores máximos entre 9-10 puntos.
Tabla 5. Estadísticos Descriptivos del Rendimiento Académico Esperado
Media Mínimo Máximo
Rendimiento Académico 7,09 4-5 9-10
En el caso del rendimiento académico, la tabla 6 muestra que no existen diferencias
significativas entre esta variable y los factores como el sexo, idioma de estudios o el esfuerzo
realizado.
Tabla 6. ANOVA de un factor y el rendimiento académico:
Sexo Mujer Hombre F Sig.
Rendimiento
Académico
7,342 6,938 1,583 0,214
Idioma de Estudios Euskera Castellano F Sig.
Rendimiento
Académico
7,155 7,000 0,238 0,628
Esfuerzo Nada Poco Bastant
e
Mucho F Sig.
Rendimiento
Académico
6,500 7,000 7,093 7,700 0,947 0,426
Teniendo dicha consideración en mente, en este trabajo se analiza la relación que tienen
las competencias emocionales con el rendimiento académico. La tabla 7 muestra los resultados
27
obtenidos. De esta forma, se observa que las competencias emocionales totales, tienen una
correlación positiva y significativa con el rendimiento académico, tal y como se esperaba
quedando de manifiesto que se cumple la hipótesis 1. El estudio detallado de las diferentes
competencias emocionales y su relación con el rendimiento académico, muestra que las
competencias de vida son las que tienen un mayor impacto en el rendimiento académico, siendo
esta correlación significativa. En cambio, las competencias sociales no presentan correlaciones
tan pronunciadas, tal y como se planteaba en la hipótesis 2.
Tabla 7. Correlaciones bivariadas del Rendimiento Académico con las Competencias
Emocionales
Correlación Sig.
Correlación Rendimiento Académico y
Conciencia Emocional
0,230 0,104
Correlación Rendimiento Académico y
Regulación Emocional
0,248 0,079
Correlación Rendimiento Académico y
Autonomía Emocional
0,162 0,256
Correlación Rendimiento Académico y
Competencias Sociales
0,113 0,430
Correlación Rendimiento Académico y
Competencias de Vida
0,389 0,005
Correlación Rendimiento Académico y
Competencia Emocional Total
0,299 0,033
Sin embargo, la tabla 8 muestra que la satisfacción tiene una correlación positiva y
significativa con el rendimiento académico. Por lo que, existen factores distintos a las
competencias emocionales que afectan significativamente el rendimiento académico.
Tabla 8. Correlaciones bivariadas del Rendimiento Académico con la Satisfacción
Correlación Sig.
Correlación Rendimiento Académico y
Satisfacción
0,312 0,039
28
Por tanto, de forma resumida observamos que las competencias emocionales influyen el
rendimiento académico de los estudiantes de forma considerable, siendo conscientes de que
ésta variable se relaciona con otros muchos factores. En concreto, las competencias de vida son
las que se relacionan en gran medida con los resultados académicos. Por ello, la formación
proporcionada en los centros educativos debería contribuir a desarrollar todos estos aspectos
ya que inciden de manera notable en cuestiones tan importantes como el nivel de logro del
proceso de aprendizaje.
6 IMPLICACIONES PEDAGÓGICAS Y PROPUESTAS DE
INTERVENCIÓN
A lo largo de todo el trabajo se ha incidido en la idea de que la inteligencia cognitiva no
es suficiente para conseguir el éxito sea cual sea el ámbito. Por este motivo, la educación
emocional cobra hoy en día una importancia creciente, ya que contribuye al desarrollo integral
de la personalidad de los individuos, dotándoles de herramientas y estrategias emocionales que
permiten afrontar los retos que le plantea la vida cotidiana (Bisquerra, 2003).
Los esfuerzos del sistema educativo por contribuir a una formación integral del alumnado,
capacitándoles para intervenir eficazmente en los distintos ámbitos de la vida, se ven reflejados
en el hincapié por el aprendizaje por competencias. Éste incide en la necesidad de adaptar a
diferentes contextos contenidos tanto conceptuales (saber), como procedimentales (saber
hacer) y actitudinales (saber ser).
En cuanto a éstos últimos, la etapa de la educación secundaria – tanto en su etapa
obligatoria, como la etapa del bachillerato o la formación profesional – son periodos en los que
las emociones se manifiestan de un modo muy intenso. Los adolescentes experimentan cambios
corporales, desarrollan nuevas consideraciones de su identidad, tienen sus primeras relaciones
29
amorosas y sexuales, se independizan progresivamente del entorno familiar (jugando las
relaciones sociales un papel fundamental), entre otras.
Todo ello, junto a los resultados del presente trabajo que ponen de manifiesto que las
competencias emocionales tienen una influencia significativa en el proceso de enseñanza y
aprendizaje – materializado frecuentemente por el rendimiento académico – refuerzan la idea
de que es necesario contribuir a su desarrollo en el ámbito educativo.
Pero la cuestión es, ¿cómo podemos intervenir en el desarrollo emocional del alumnado?
Poniendo como ejemplo el contexto educativo de los participantes de esta investigación –
estudiantes del ciclo formativo de grado superior de administración y finanzas –, ¿qué cabida
podrían tienen las emociones en las sesiones de contabilidad?
Desde luego, la respuesta a esta pregunta no es sencilla. Sin embargo, incluso desde la
perspectiva de una educación con un enfoque totalmente técnico y profesionalizador, cabe decir
que cualquier profesional de un departamento como el de la contabilidad requiere del manejo
de capacidades emocionales como la de fijarse y perseverar en sus objetivos, auto motivarse,
gestionar las frustraciones, controlar el estrés en periodos como puede ser el cierre contable del
año, por mencionar unos pocos ejemplos.
Además, no podemos olvidar que los resultados de este trabajo ponen de manifiesto que
las competencias técnico-profesionales se aprenden mejor cuanto más desarrolladas estén las
competencias emocionales. Por tanto, la formación más integral debe considerar actividades
que contribuyan a desarrollar competencias emocionales del alumnado.
Las propuestas de intervención en educación emocional, presentan opciones como las de
incluir orientaciones ocasionales de los profesores (donde se aprovechen las ocasiones para
impartir conocimientos relacionados con la educación emocional); programas en horario
extraescolar de participación voluntaria; asignaturas optativas de educación emocional; acción
30
tutorial; integración curricular, etc. Ésta última hace referencia a trabajar la educación
emocional como tema transversal, lo que implica trabajar contenidos cuyos temas “no están
ligados a ninguna materia académica, pero pueden estar presentes en todas ellas”, Bisquerra
(2016, p.111).
Sin embargo, el desconocimiento de la importancia que las competencias emocionales
tienen, por un lado, y la falta de formación en cuestiones de educación emocional, por otro
lado, dificultan la implementación de programas de desarrollo emocional. Por ello, en el anexo
trabajo se muestra un listado de la literatura que presenta algunas propuestas de programas de
actividades concretas para el desarrollo emocional. También se resumen las propuestas de
algunas actividades elaboradas por la Diputación de Gipuzkoa que pueden contribuir al
desarrollo de las competencias emocionales descritas durante éste trabajo para incluirlas de
manera transversal adaptándolas a las diferentes materias.
Como ejemplo, sería posible ayudar los estudiantes a mejorar sus habilidades de vida
capacitándoles en la gestión del tiempo mediante la actividad “Un montón de trabajo” antes
del periodo de exámenes; o en el establecimiento de objetivos tras una evaluación con
actividades como “Éxito costoso”, “¡Envido”, “¡Todo preparado, vamos!”. Por otro lado, para
reforzar la autoestima tras un periodo de exámenes podrían adaptarse a la materia actividades
como “Más que preocuparse, responsabilizarse”, “Disgusto”, “Así, si”, “¡Cómo eres!”, o “¡Y
estoy orgulloso/a!”. Finalmente, antes de llevar a cabo un trabajo en grupos podrían incluirse
las siguientes actividades: “¿qué he dicho?”, “No, pero sí”, o “To Sir, with love”.
En cualquier caso, este trabajo destaca que aunque las competencias para la vida sean las
que influyen en mayor medida en el rendimiento académico, las competencias emocionales
afectan significativamente de manera global en éste. De hecho, podría decirse que es necesario
ser consciente de las emociones para poder regularlas, etc. Por lo tanto, todas ellas están
relacionadas y hay que tomarlas en consideración, aunque pueda hacerse un mayor hincapié en
31
aquellas que presentan una mayor área de mejora o las que contribuyen en mayor medida a
mejorar el rendimiento académico. Así, por ejemplo, la autonomía emocional presenta una
necesidad de desarrollo prioritaria como media en la muestra recogida, y las competencias de
vida afectan más al nivel de logro obtenido en el proceso de aprendizaje.
7 C O NC LU SIO NES
Desde los años noventa, el estudio de las competencias emocionales presenta una
importancia creciente. Tradicionalmente, la sociedad ha valorado la inteligencia cognitiva de
las personas por encima de otras cualidades. Sin embargo, autores destacados en el campo de
la inteligencia emocional como Goleman (1995) inciden en que el CI no es un buen predictor
de éxito en la vida, ya que el 80% depende de otras causas, entre las cuales se incluyen las
competencias emocionales. Pero a pesar de las carencias que la sociedad actual presenta en
relación a estos aspectos, la formación destinada a su desarrollo es todavía muy limitada.
Tales afirmaciones han motivado el estudio del nivel de competencias emocionales entre
el alumnado de educación secundaria post-obligatoria y su relación con el indicador del nivel
de logro del proceso de aprendizaje más frecuente: el rendimiento académico. Para ello 51
estudiantes del grado superior del ciclo formativo de administración y finanzas CIP Donapea
han respondido a un cuestionario de tipo auto-informe, mediante el cual se han podido extraer
los resultados que se resumen de la siguiente manera:
En primer lugar, puede afirmarse que, tal y como se esperaba, cuanto mayores son las
competencias emocionales, mayores son los resultados académicos. En cualquier caso, dado
que las personas que trabajan tienen un mayor nivel de competencias emocionales que el resto,
podríamos pensar que la experiencia consigue mejorarlas. También, el hecho de observar
diferencias por género, siendo las mujeres las que obtienen un mayor nivel de competencias
emocionales que los hombres, podría implicar algún tipo de relación ligada a diferencias en la
educación recibida.
32
Es por ello que este trabajo destaca la importancia de contribuir al desarrollo de las
competencias emocionales. Además, puede considerarse prioritario desarrollar las
competencias de vida por presentar una incidencia mayor en el rendimiento académico, o la
autonomía emocional al mostrar las mayores áreas de mejora entre los alumnos y alumnas.
Cabe añadir que el rendimiento académico guarda relación con otras muchas variables tal y
como se ha estudiado en este trabajo.
No podemos olvidar que los datos de este trabajo deben ser tratados con cautela, puesto
que representan una muestra limitada del contexto de educación de secundaria de estudios post-
obligatorios. Además, se este trabajo ha empleado el cuestionario auto-informe como
herramienta para la obtención de datos, lo cual podría no representar una imagen del todo fiel
de la muestra. Por ello, sería muy interesante abordar estas cuestiones con diferentes
metodologías y en diferentes momentos del tiempo – por ejemplo después de aplicar un
programa de educación emocional – en futuras investigaciones.
En cualquier caso, de los resultados de este trabajo se concluye que el desarrollo de
competencias de carácter técnico-profesional podría incluso ser más eficaz si se trabajasen, a
su vez, aspectos emocionales y, además, contribuir al bienestar de los alumnos y alumnas. Por
ello, a lo largo de este trabajo se ha hecho mención a algunas propuestas de intervención
pedagógica que podrían servir de utilidad para el desarrollo de las competencias emocionales
en estudios de secundaria post-obligatorios. Así, se espera que este trabajo facilite comprender
la importancia de que las competencias emocionales sean trabajadas, y que contribuya a superar
las barreras existentes para la implementación de programas de educación emocional.
33
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38
9 A N EX OS
9.1 Descripción del modelo de competencias emocionales elaborado por GROUP:
Conciencia emocional “Capacidad de tomar conciencia de las propias emociones y
de las emociones de los demás, incluyendo la habilidad para
captar el clima emocional de un contexto determinado”
Toma de conciencia de
las propias emociones
“Capacidad para percibir con precisión los propios
sentimientos y emociones; identificarlos y etiquetarlos.
Contempla la posibilidad de experimentar emociones
múltiples y de reconocer la incapacidad de tomar consciencia
de los propios sentimientos debido a inatención selectiva o
dinámicas inconscientes”
Dar nombre a las
emociones
“Eficacia en el uso de vocabulario emocional adecuado y las
expresiones disponibles en un contexto cultural determinado
para designar las emociones”
Comprensión de las
emociones de los demás
“Capacidad para percibir con precisión las emociones y
perspectivas de los demás y de implicarse empáticamente en
sus vivencias emocionales. Incluye la pericia servirse de las
claves situacionales y expresivas (comunicación verbal y no
verbal) que tienen un cierto grado de consenso cultural para el
significado emocional”
Regulación emocional “Capacidad para manejar las emociones de forma apropiada.
Supone tomar conciencia de la relación entre emoción,
cognición y comportamiento; tener buenas estrategias de
afrontamiento; capacidad para autogenerarse emociones
positivas, etc.”
Tomar conciencia de la
interacción entre
emoción, cognición y
comportamiento
“Los estados emocionales inciden en el comportamiento y
éstos en la emoción: ambos pueden regularse por la cognición
(razonamiento, conciencia)”
Expresión emocional “Capacidad para expresar las emociones de forma apropiada.
Habilidad para comprender que el estado emocional interno no
necesita corresponder con la expresión externa que de él se
presenta, tanto en uno mismo como en los demás. En niveles
de mayor madurez, comprensión del impacto de la propia
expresión emocional en otros, y facilidad para tenerlo en
cuenta en la forma de mostrarse a sí mismo y a los demás”
Regulación emocional “Los propios sentimientos y emociones a menudo deben ser
regulados. Esto incluye, entre otros aspectos: regulación de la
impulsividad (ira, violencia, comportamientos de riesgo);
tolerancia a la frustración para prevenir estados emocionales
negativos (ira, estrés, ansiedad, depresión) y perseverar en el
logro de los objetivos a pesar de las dificultades; capacidad
39
para diferir recompensas, inmediatas a favor de otras más a
largo plazo pero de orden superior, etc.”
Habilidades de
afrontamiento
“Habilidad para afrontar emociones negativas mediante la
utilización de estrategias de autorregulación que mejoren la
intensidad y la duración de tales estados emocionales”
Competencia para
autogenerar emociones
positivas
“Capacidad para experimentar de forma voluntaria y
consciente emociones positivas (alegría, amor, humor, fluir) y
disfrutar de la vida. Capacidad para auto-gestionar su propio
bienestar subjetivo en busca de una mejor calidad de vida”
Autonomía emocional “Concepto amplio que incluye un conjunto de características
y elementos relacionados con la autogestión personal, entre las
que se encuentran la autoestima, actitud positiva ante la vida,
responsabilidad, capacidad para analizar críticamente las
normas sociales, la capacidad para buscar ayuda y recursos,
así como la autoeficacia emocional”
Autoestima “Tener una imagen positiva de sí mismo; estar satisfecho de sí
mismo; mantener buenas relaciones consigo mismo”
Automotivación “Capacidad de automotivarse e implicarse emocionalmente en
actividades diversas de la vida personal, social, profesional, de
tiempo libre, etc.“
Actitud positiva “Capacidad para tener una actitud positiva ante la vida.
Sentido constructivo del yo (self) y de la sociedad; sentirse
optimista y potente (empowered) al afrontar retos diarios;
intención de ser bueno, justo, caritativo y compasivo”
Responsabilidad “Intención de implicarse en comportamientos seguros,
saludables y éticos. Asumir la responsabilidad en la toma de
decisiones. Incluso ante la decisión de las actitudes a adoptar
ante la vida: positivas o negativas”
Auto-eficacia emocional “Capacidad de auto-eficacia emocional, el individuo se
percibe a sí mismo con capacidad para sentirse como desea.
Es decir, la auto-eficacia emocional significa que uno acepta
su propia experiencia emocional, tanto si es única y excéntrica
como con las creencias del individuo sobre lo que constituye
un balance emocional deseable. En esencia, uno vive de
acuerdo con su – teoría personal sobre las emociones – cuando
demuestra auto-eficacia emocional que está en consonancia
con los propios valores morales.
Análisis crítico de
normas sociales
“Capacidad para evaluar críticamente los mensajes sociales,
culturales y de los mass media, relativos a normas sociales y
comportamiento personales”
40
Resiliencia “Afrontar situaciones adversas que la vida pueda deparar”
Competencia social “Capacidad para mantener buenas relaciones con otras
personas. Esto implica dominar las habilidades sociales,
capacidad para la comunicación efectiva, respeto, actitudes
pro-sociales, asertividad, etc.”
Dominar las habilidades
sociales básicas
“Escuchar, saludar, despedirse, dar las gracias, pedir un favor,
manifestar agradecimiento, pedir disculpas, mantener una
actitud dialogante, etc.”
Respeto por los demás “Intención de aceptar y apreciar las diferencias individuales y
grupales y valorar los derechos de todas las personas”
Practicar la
comunicación receptiva
“Capacidad para atender a los demás tanto en la comunicación
verbal como no verbal para recibir los mensajes con precisión”
Practicar la
comunicación expresiva
“Capacidad para iniciar y mantener conversaciones, expresar
los propios pensamientos y sentimientos con claridad, tanto en
comunicación verbal como no verbal, y demostrar a los demás
que han sido bien comprendidos”
Compartir emociones “Conciencia de que la estructura y naturaleza de las relaciones
vienen en parte definidas tanto por el grado de inmediatez
emocional o sinceridad expresiva como por el grado de
reciprocidad o simetría en la relación”
Comportamiento pro-
social y cooperación
“Capacidad para aguardar turno; compartir en situaciones
diádicas y de grupo; mantener actitudes de amabilidad y
respeto a los demás”
Asertividad “Mantener un comportamiento equilibrado, entre la
agresividad y la pasividad. Esto implica la capacidad para
defender y expresar los propios derechos, opiniones y
sentimientos; decir – no – claramente y mantenerlo; hacer
frente a la presión de grupo y evitar situaciones en las cuales
uno puede verse coaccionado; demorar actuar o tomar
decisiones en estas circunstancias de presión hasta sentirse
adecuadamente preparado, etc.”
Prevención y solución de
conflictos
“Capacidad para identificar, anticiparse o afrontar
resolutivamente conflictos sociales y problemas
interpersonales. Implica la capacidad para identificar
situaciones que requieren una solución o decisión preventiva
y evaluar riesgos, barreras y recursos. Cuando inevitablemente
se producen los conflictos, afrontarlos de forma positiva,
aportando soluciones informadas y constructivas. La
capacidad de negociación es un aspecto importante, que
41
contempla una resolución pacífica, considerando la
perspectiva y los sentimientos de los demás”
Capacidad de gestionar
situaciones emocionales
“Habilidad para reconducir situaciones emocionales muy
presentes en los demás que requieren una regulación. Podemos
asimilarlo a la capacidad para inducir o regular las emociones
en los demás”
Competencias para la
vida y el bienestar
“Capacidad para adoptar comportamientos apropiados y
responsables para afrontar satisfactoriamente los desafíos
diarios de la vida, ya sean privados, profesionales o sociales,
así como las situaciones excepcionales con las cuales nos
vamos tropezando. Nos permiten organizar nuestra vida de
forma sana y equilibrada, facilitándonos experiencias de
satisfacción o bienestar”
Fijar objetivos
adaptativos
“Capacidad para fijar objetivos positivos y realistas”
Toma de decisiones “Toma de decisiones en situaciones personales, familiares,
académicas, profesionales, sociales y de tiempo libre, que
acontecen en la vida diaria. Supone asumir la responsabilidad
por las propias decisiones, tomando en consideración aspectos
éticos, sociales y de seguridad”
Buscar ayuda y recursos “Capacidad para identificar la necesidad de apoyo y asistencia
y saber acceder a los recursos disponibles apropiados”
Ciudadanía activa, cívica,
responsable, crítica y
comprometida
“Implica reconocimiento de los propios derechos y deberes;
desarrollo de un sentimiento de pertenencia; participación
efectiva en un sistema democrático; solidaridad y
compromiso; ejercicio de valores cívicos; respeto por los
valores multiculturales y la diversidad, etc. Esta ciudadanía se
desarrolla a partir del contexto loca, pero se abre a contextos
más amplios (autonómico, estatal, europeo, internacional,
global)”
Bienestar subjetivo “Capacidad para gozar de forma consciente de bienestar
subjetivo y procurar transmitirlo a las personas con las que se
interactúa. Contribuir activamente al bienestar de la
comunidad en la que uno vive (familia, amigos, sociedad)”
42
Fluir “Capacidad para generar experiencias óptimas en la vida
profesional, personal y social”
Bisquerra y Pérez (2007, p.70-74)
9.2 Propuestas de Educación Emocional
Materiales para la Educación Secundaria Obligatoria (ESO):
- Agullo Morera, M. J., et al. (2010). La educacion emocional en la practica. Barcelona:
Horsori-ICE.
- Bisquerra, R. (Coord.). (2011). Educacion emocional. Propuestas para educadores y
familias. Bilbao: Desclee de Brower.
- Bisquerra, R. (Coord.), Colau, C., Colau, P., Collell, J., Escude, C., Perez-Escoda, N.,
Aviles, J. M., y Ortega, R. (2014). Prevencion del acoso escolar con educacion emocional.
Bilbao: Desclee de Brower.
- Elias, M. J., Tobias, S. E., y Friedlander, B. S. (2001). Educar adolescentes con inteligencia
emocional. Barcelona: Plaza Janes.
- Pascual, V., y Cuadrado, M. (Coords.). (2001). Educacion emocional. Programa de
actividades para la Educacion Secundaria Obligatoria. Barcelona: Praxis.
Materiales para la Educación Secundaria Postobligatoria y vida adulta:
- Guell Barcelo, M. y Munoz Redon, J. (2000). Desconocete a ti mismo. Programa de
alfabetizacion emocional. Barcelona: Paidos.
- Guell, M., y Munoz, J. (Coords.). (2003). Educacion emocional. Programa para la
educacion secundaria postobligatoria. Barcelona: Praxis.
- Redorta, J., Obiols, M., y Bisquerra, R. (2006). Emocion y conflicto. Aprenda a manejar
las emociones. Barcelona: Paidos.
43
Materiales para la Formación del Profesorado:
- Agullo Morera, M. J., y otros (2010). La educacion emocional en la practica. Barcelona:
Horsori-ICE.
- Alvarez, M. (Coord.) et al. (2001). Diseno y evaluacion de programas de educacion
emocional. Barcelona: Praxis.
- Bach, E., y Darder, P. (2002). Seducete para seducir. Vivir y educar las emociones.
Barcelona: Paidos.
- Bisquerra, R. (2000). Educacion emocional y bienestar. Barcelona: Praxis.
- Bisquerra, R. (2008). Educacion para la ciudadania y convivencia. El enfoque de la
educacion emocional. Barcelona: Praxis - Wolters Kluwer.
- Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogia de las emociones. Madrid: Sintesis.
- Bisquerra, R. (2012). Orientacion, tutoria y educacion emocional. Madrid: Sintesis.
- Bisquerra, R. (2013). Cuestiones sobre bienestar. Madrid: Sintesis.
- Bisquerra, R. (Coord.). (2011). Educacion emocional. Propuestas para educadores y
familias. Bilbao: Desclee de Brower.
- Bisquerra, R. (Coord.), Colau, C., Colau, P., Collell, J., Escude, C., Perez-Escoda, N.,
Aviles, J. M., y Ortega, R. (2014). Prevencion del acoso escolar con educacion emocional.
Bilbao: Desclee de Brower.
- Sastre, G., y Moreno, M. (2002). Resolucion de conflictos y aprendizaje emocional.
Barcelona: Gedisa.
- Salmurri, F. (2004). Libertad emocional. Estrategias para educar las emociones. Barcelona:
Paidos.
- Salmurri, F., y Blanxer, N. (2002). Programa para la educacion emocional en la escuela.
En R. Bisquerra, La practica de la orientacion y la tutoria (pp. 145-179). Barcelona: Praxis.
44
- Segura, M., y Arcas, M. (2003). Educar las emociones y los sentimientos. Introduccion
practica al complejo mundo de los sentimientos. Madrid: Narcea.
- Valles Arandiga, A., y Valles Tortosa, C. (1999). Desarrollando la inteligencia emocional.
Madrid: EOS.
- Valles Arandiga, A., y Valles Tortosa, C. (2003). Psicopedagogia de la inteligencia
emocional. Valencia: Promolibro.
Materiales para las Familias:
- Bisquerra, R. (Coord.). (2011). Educacion emocional. Propuestas para educadores y
familias. Bilbao: Desclee de Brower.
- Dolto, F. (1998). El nino y la familia. Desarrollo emocional y entorno familiar. Barcelona:
Paidos.
- Elias, M. J., Tobias, S. E., y Friedlander, B. S. (1999). Educar con inteligencia emocional.
Barcelona: Plaza Janes.
- Faber, A., y Mazlish, E. (1997). Como hablar para que sus hijos le escuchen y como
escuchar para que sus hijos le hablen. Madrid: Medici.
- Faber, A., y Mazlish, E. (2002). Como hablar para que sus hijos estudien en casa y en el
colegio. Madrid: Medici.
- GROP (2009). Actividades para el desarrollo de la inteligencia emocional en los ninos.
Barcelona: Parramon. (version en castellano, catalan, frances, portugues, holandes y
esloveno).
- Lopez Agrelo, V. L. (2005). La comunicacion en familia. Mas alla de las palabras. Madrid:
Sintesis.
- Pearce, J. (1995). Berrinches, enfados y pataletas. Soluciones comprobadas para ayudar a
tu hijo a enfrentarse a emociones fuertes. Barcelona: Paidos.
- Perez Simo, R. (2001). El desarrollo emocional de tu hijo. Barcelona: Paidos.
45
- Valles Arandiga, A. (2000). La inteligencia emocional de los hijos. Como desarrollarla.
Madrid.
9.3 Resumen de las actividades del programa de educación emocional elaborado por la
Diputación de Guipúzcoa:
OBJETIVOS ACTIVIDADES
CONCIENCIA EMOCIONAL
Estoy siendo
consciente de
mis emociones
Ser capaces de
identificar las emociones
que las sensaciones
físicas provocan en
nosotros/as
“Imaginarse las emociones”
Lectura de un texto para identificar y
recordar la emoción que experimentamos.
Se busca que sean capaces de regenerar
situaciones que produzcan emociones
positivas cuando nos encontramos bajo la
influencia de emociones negativas.
“Estados corporales”
Relacionar cambios físicos presentados en
una tabla con las emociones que los generan
para dominar estrategias que consigan
cambiarlos.
Ser capaz de
diferenciar las
emociones y
ponerles
nombre
Ser consciente de la
importancia de tener un
vocabulario rico a la
hora de hablar de las
emociones
“El ser necesita nombre”
Conocer el vocabulario relacionado con las
emociones mediante juegos como “Saber y
ganar”, donde se lee la definición y deben
adivinarse las palabras. _ _ _ _ _ _ _
“Empaparnos con el significado”
Identificar el significado de la filosofía
recogida por diferentes refranes, y elegir
aquel que se adecué más a nuestra forma de
ver las cosas.
Estoy
conociendo las
emociones de las
demás personas
Expresar a través de los
gestos las emociones
básicas
“Estoy representando las emociones”
Representar la emoción básica asignada al
grupo mediante sus gestos más comunes,
para subrayar que a menudo expresar las
46
emociones mediante gestos resulta más
sencillo que hablar sobre ellas.
“¿Qué tal estás?”
Identificar por grupos las emociones que
representan las fotografías repartidas por el
lenguaje no verbal que presentan, para
contribuir a entender las emociones de los
demás.
Estoy
reconociendo
mis errores
Asumir los errores como
una lección
“Meter la pata todos/as, ¿sacarla?”
Role playing de un texto que representa un
conflicto para darse cuenta de los beneficios
de asumir los errores como lecciones para
que no vuelvan a ocurrir, sin culpabilizar a
nadie (solamente buscando soluciones y
aceptando que todo el mundo tiene derecho
a equivocarse).
“Cada uno/a su canción”
Representar mediante texto/ imagen/ música
el poema de Tolba Phanem “Cada uno su
canción” para ser comprensivos con los
errores.
Saber utilizar
de forma
adecuada las
opiniones y los
prejuicios
Darnos cuenta de las
limitaciones que tiene,
en muchos casos, la
primera opinión que
tengamos
“Los tres cedazos”
Lectura de un texto de Sócrates sobre “La
triple criba” y responder a unas preguntas
para reflexionar sobre las limitaciones de las
primeras impresiones y los prejuicios.
“Prejuicios”
Unir fotos y pistas de un personaje no muy
conocido para identificar la influencia de los
perjuicios en nuestra capacidad para tomar
decisiones.
REGULACIÓN EMOCIONAL
Estoy siendo
consciente de la
interacción
entre la
emoción, el
pensamiento y
Ser capaces de
identificar los
pensamientos y las
emociones que están
detrás de nuestros
comportamientos
“Tabla de entrenamiento”
Presentar el comportamiento relacionado
con diferentes emociones y reflexionar a
cerca de nuestras actuaciones por si se
considerase necesario cambiar.
47
el
comportamiento
“La calma viene antes de la
tempestad”
Repartir una foto e identificar las actitudes
que adoptamos por costumbre en situaciones
difíciles para reconstruir por otras más
apropiadas.
Soy capaz de
expresar mis
sentimientos de
una forma
adecuada
Identificar las actitudes
que por costumbre
adoptamos en
situaciones incómodas y
conocer los pasos para
integrar las que nos
parezcan más adecuadas
“En busca del tesoro”
Llevar un objeto como signo de la pareja e
intercambiarlo con otras parejas. Uno
llevará los ojos tapados y otro las manaos
asadas y deberán localizar el objeto. Para
ello tendrán que regular sus emociones y
verán su importancia para el trabajo en
equipo.
“Trivial”
En círculo, representar una situación
embarazosa. Transmitir mensajes positivos
para que las emociones no sean un obstáculo
y puedan ser superadas.
Aprender a
regular las
emociones
Saber reestructurar los
sentimientos y los
pensamientos ante un
problema
“Mil al azul”
Se forman tríos. El del medio presenta un
problema, y el de la izquierda aporta
mensajes positivos, mientras que el de la
derecha expone los negativos. Al abordar un
problema debe intentar que los
pensamientos positivos cobren fuerza,
alejando los negativos.
“Un montón de trabajo”
Representar una situación caótica (música,
todos los papeles por la clase) donde deben
tomar decisiones en relación a 15 tareas,
rellenando una ficha por tarea. Después se
trabajarán técnicas para hacer frente a
situaciones donde el estrés esté presente:
organización (importancia>urgencia);
técnicas de relajación (respiraciones);
ejercicio físico; dormir lo suficiente;
diferenciar el trabajo de la vida personal.
48
Hacer frente a
las situaciones
que generan
emociones de
gran intensidad
Hacer una reflexión
sobre la forma que cada
alumno/a tiene de
enfrentarse a los
exámenes
“Enseñar lo que sabes”
Rellenar una tabla donde han de completarse
las respuestas fisiológicas, de
comportamiento o de pensamiento que se
dan ante diferentes situaciones; para
reflexionar sobre el mejor modo de
enfrentarse a ellos.
“Resignarse, mantenerse,
abandonar”
Completar un cuestionario donde se
responde sobre la respuesta más común ante
emociones fuertes. La respuesta más
apropiada dependerá del contexto.
Ser capaz de
crear emociones
beneficiosas
para uno/a
mismo/a
Ser capaces de crear
emociones beneficiosas
en uno/a mismo/a
“¡La vida es bella!”
Reflexionar a cerca del personaje de la
película “La vida es bella” y relacionarlo con
las actitud positiva ante las desgracias.
“El fuerte eco de las verdades
ocultas”
Aprender a expresar nuestras emociones
recordando una experiencia donde aparezca
una emoción fuerte, y representarla en una
cartulina para después colgarlas.
AUTONOMÍA EMOCIONAL
Ser capaz de
autovalorarnos
(autoestima)
Ser capaces de
diferenciar si nuestras
acciones cotidianas nos
ayudan a valorarnos a
nosotros/as mismos/as
“Así sí”
La imagen que tenemos de nosotros/as
mismos/as está muy influenciada por las
actividades que nos salen bien. Se trata de
escoger las 6 frases de 18 con las que mejor
identificados/as nos vemos, y registrar los
actos que se relacionan con éstas.
“Millones de veces”
Hacer un listado de las actividades que
hemos realizado en los últimos días y
calcular el porcentaje de las que salieron
bien. Después, analizar el porcentaje que
corresponde a las actuaciones de ejemplos
reales de la vida.
49
Automotivación Recibir la buena imagen
que el resto tienen de mí,
valorarlo y ser capaz de
compararlo con mis
ideas
“¡Cómo eres!”
Recibir en un papel la buena imagen que el
resto tiene de mí, valorarlo y compararlo
con nuestras ideas. Se busca también ser
capaces de expresar características
positivas.
“Disgusto”
Reflexionar sobre la actitud que puede
tomarse ante situaciones difíciles tras
escuchar dos canciones que hablen sobre
historias de amor, por ser un ejemplo común.
Responsabilidad Ser capaz de diferenciar
los quebraderos de
cabeza,
responsabilidades,
problemas y quehaceres
que están bajo mi
influencia y los que no
“Más que preocuparse,
responsabilizarse”
Enumerar los pasos a seguir para solucionar
problemas en los distintos “círculos de
influencia” (salud, familia, estudios…).
Anotar también el tiempo empleado y el
lenguaje utilizado. “Los 7 hábitos de la gente
altamente efectiva” de Stephen R. Covey.
“Justificarse, denigrar el entorno”
Conocer y asumir un procedimiento STOPP
SPA para tomar daciones, y no culpar a
nadie.
Ser capaz de
pedir ayuda
Diferenciar los aspectos
que pueden condicionar
la construcción de la
autoestima
“Sin poder desatar los nudos”
Rellenar un cuadro con los personajes de la
película “Good Will Hunting” a cerca de la
importancia de nuestras propias prioridades.
“Te quiero, o te necesito”
Completar un test para reflexionar a cerca de
la dependencia y lectura de un texto del libro
“El infierno del hogar”.
“¡Y estoy orgulloso/a!”
Comentar un artículo que habla sobre la falta
de autoestima, y reflexionar sobre los
factores externos que pueden influir en ella.
Completar un cuestionario para ser
conscientes.
50
Capacidad para
criticar las
normas sociales
Darse cuenta de que los
derechos y deberes
suelen ir juntos
“Revolución en clase”
Discutir sobre un conflicto sucedido en el
entorno académico y la importancia de
cumplir con los derechos y deberes, tras
debatir sobre la película “Rebelión en el
aula 1D”
HABILIDADES SOCIOEMOCIONALES
Desarrollo de la
cortesía
Darse cuenta de las
ventajas de actuar con
cortesía
“To sir, with love”
Responder a unas preguntas tras ver la
película para reflexionar sobre las ventajas
de la cortesía para mejorar las relaciones,
puesto que está en nuestras manos preparar
la impresión que vamos a dar al resto.
“Ética”
Reflexionar sobre nuestros
comportamientos diarios y evaluar lo
respetuosos que somos analizando manuales
antiguos. Preparar una campaña para
fomentar el respeto.
Empatía Percatarse de la
importancia del lenguaje
corporal
“La expresión silenciosa del cuerpo”
Leer el artículo “¿Qué sienten las
máquinas?” donde se explica cómo los
programadores de robots utilizan el lenguaje
corporal para conseguir que éstos entiendan
las emociones. Percatarse de la importancia
de la expresión física de las emociones.
“De la palabra al gesto”
Buscar imágenes que se puedan relacionar
con partes del texto de José Agustín
Goytisolo “Palabras para Julio”, y distinguir
entre estímulos y estados emocionales.
Saber escuchar Conocer cuáles son las
actitudes adecuadas a la
hora de hablar con otra
persona
“¡Vaya diferencia!”
Role playing de un texto, donde hay un
narrador y participantes que quieren
escuchar y otros que no tienen interés, para
comentar las emociones experimentadas, y
reflexionar sobre las actitudes que más nos
gustan.
51
“¿Qué ha dicho?”
Leer una frase de una noticia con varios
detalles, y hacer un comentario. Después
preguntar si recuerdan el comentario
realizado por los demás, a que a menudo no
escuchamos lo que están diciendo los demás
por estar nosotros pensando en qué vamos a
decir.
Asertividad Ser capaz de darme
cuenta de mi
comportamiento habitual
ante los problemas
“No, pero sí”
Darnos cuenta de nuestro comportamiento
habitual ante los conflictos (huir, luchar,
intentar razonar) y fijarnos en los de los
demás para mejorarlo a través de un
cuestionario.
Resolución de
conflictos
Darse cuenta de los
beneficios que nos puede
acarrear el trabajo en
equipo
“Elemental, querido Watson”
Aprender a trabajar en grupo para
beneficiarse de sus ventajas resolviendo en
grupos de 5 el caso del “viajero de la fila 22”
del libro “La noche de los detectives”.
“¡Hablar sí, escuchar también!”
Aprender cómo hay que hablar y escuchar
para buscar una solución al conflicto elegido
siguiendo el modelo de discusión “En tres
turnos” de Elkarri.
HABILIDADES DE VIDA Y BIENESTAR
Éxito Darse cuenta de que el
éxito es la consecuencia
del trabajo bien realizado
“Éxito costoso”
Hablar sobre el “éxito” reflexionando sobre
la “suerte” y el camino recorrido para lograr
nuestros objetivos de vida. Preguntar a
personas de diferentes edades si creen que el
éxito de 5 personas famosas corresponde a
la suerte o al trabajo.
“El escondite perfecto”
Reflexionar sobre la frase “el éxito es eso
que quieres conseguir. La felicidad, valorar
lo que tienes”. Reflexionar sobre los
mensajes de los mensajes publicitarios.
52
Objetivos Reflexionar para
distinguir entre las
necesidades y deseos
reales y los creados por
el entorno
“Necesidades, deseos, sueños y
delirios”
Completar unas cuestiones sobre un texto
para trabajar el problema relacionado con la
elección deseos inadecuados.
“¡Envido!”
“El destino reparte las cartas, pero nosotros
las jugamos”. Lectura de biografías y
reflexionar sobre la necesidad del esfuerzo.
Plan de acción Darse cuenta de la
importancia de pensar lo
que vamos a hacer para
llegar a cualquier meta
“¡Todo preparado, vamos!”
Tener sueños es necesario, pero para que se
conviertan en objetivo hay que pensar en
cómo conseguirlo y realizar un “plan de
acción”. Propuesta de viaje y organizarlo.
“Cuestión de estrategia”
Analizar “la operación Minecemeat” de la
segunda guerra mundial y los planes de
actuación para conseguir objetivos.
Películas como “Man Who Never Was”
Bienestar
subjetivo
Reflexionar sobre las
cosas que hacen falta en
la vida para tener
bienestar
“La vida es un regalo”
Reflexionar sobre ¿qué hace falta en la vida
para ser feliz? Y dibujar el lema que dirigirá
vuestra forma de vida (pensar en
prioridades, características de tu forma de
ser, aficiones, etc.).
“¿Qué te molesta?”
Intentar cambiar lo que no te guste
ayudándote de terminar unas frases.
9.4 Cuestionario:
CUESTIONARIO Éste cuestionario es parte del Trabajo Final del Máster Universitario en
Profesorado de Educación Secundaria por la UPNA. El cuestionario es anónimo, por
lo que es confidencial y no contempla ningún dato que pueda servir para identificarte. Es corto y sólo os llevará unos pocos minutos. Así pues, muy agradecida de
antemano, solicito vuestra colaboración.
1. ¿Cuáles son los MOTIVOS por los que estás cursando el Ciclo Formativo de Grado Superior en Administración y Finanzas?
Completamente en desacuerdo
Completamente de acuerdo
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Porque me permitirán desarrollar la profesión que me gusta en el futuro.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Porque éstos estudios tienen muchas salidas laborales.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
He elegido estos estudios de manera vocacional. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Porque me gustan sus asignaturas 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Por la corta duración de los estudios. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Por el enfoque práctico de éstos estudios. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Por no haber sido admitido/a en otros estudios. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Porque mi familia me ha influido a la hora de elegir estos estudios.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Porque mis amigos están también estudiando lo mismo.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
He elegido estos estudios para superarme a mí
mismo/a.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Porque creo que mis aptitudes son las adecuadas
para realizar estos estudios.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
2. ¿En qué medida estás SATISFECHO/A con el curso actual?
Completamente en
desacuerdo
Completamente de
acuerdo
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
3. ¿Cuánto consideras que te has ESFORZADO durante éste curso académico?
Nada Poco Bastante Mucho
54
4. Señala con una “X” la respuesta que más se aproxime a tus preferencias en las siguientes afirmaciones:
Es muy importante que respondas con sinceridad. No hay respuestas correctas o incorrectas, ni buenas o malas.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Completamente
en desacuerdo
Completamente
de acuerdo
1. Me resulta difícil relajarme 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
2. Cuando me doy cuenta que he hecho algo mal me preocupo durante mucho tiempo.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
3. Estoy satisfecho con mi manera de afrontar la vida y ser feliz.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
4. Me siento herido fácilmente cuando los otros
critican mi conducta o trabajo.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
5. Sé ponerme en el lugar de los otros para
comprenderlos bien.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
6. Acepto y respeto que los demás piensen y
actúen de forma diferente a mí.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
7. Me resulta fácil darme cuenta de cómo se sienten los otros.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
8. Conozco bien mis emociones. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
9. Puedo hacer amigos con facilidad. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
10. Puedo esperar pacientemente para conseguir
lo que deseo.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
11. Sé poner nombre a las emociones que experimento
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
12. Para sentirme bien necesito que los otros vean con buenos ojos lo que digo y hago.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
13. Noto si los otros están de mal o buen humor. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
14. Tengo a menudo peleas o conflictos con otras personas próximas a mí.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
15. Me siento una persona feliz. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
16. Hablar con otras personas poco conocidas me resulta difícil, hablo poco y siento
nerviosismo.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
17. Me cuesta defender opiniones diferentes a las
de las otras personas.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
55
18. Acostumbro a moderar mi reacción cuando tengo una emoción fuerte.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
19. A menudo me siento triste sin saber el
motivo.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
20. A menudo me dejo llevar por la rabia y actúo
bruscamente.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
21. Tengo claro para qué quiero seguir viviendo. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
22. Nada de lo que pueda pensar o hacer puede
cambiar las cosas que me pasan
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
23. Estoy descontento conmigo mismo. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
24. Hablar delante de muchas personas me
resulta realmente difícil.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
25. Algunas veces me planteo seriamente si vale
la pena vivir.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
26. Tengo muchos amigos. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
27. Me cuesta expresar sentimientos cuando
hablo con mis amigos.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
28. No sé qué responder cuando me hacen un
elogio o me dicen cosas agradables sobre mí.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
29. Me desamino cuando algo me sale mal. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
30. Cuando alguien me provoca, me calmo
diciéndome cosas tranquilizadoras.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
31. Me pongo nervioso/a con mucha facilidad y me altero.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
32. Me resulta difícil saber como se sienten los otros.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
33. Puedo describir fácilmente mis sentimientos. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
34. Soy capaz de mantener el buen humor aunque hablen mal de mí.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
35. Me preocupa mucho que los otros descubran
que no se hacer alguna cosa.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
*Cuestionario de desarrollo emocional CDE-GROP-A35 (v3) elaborado por Grup de Recerca en Orientació Psicopedagógica (GROP)
5. ¿Cuál es la nota media que ves como PROBABLE al final de éste curso
2018-2019?
Responde con la máxima sinceridad marcando la casilla correspondiente:
(0-1) (1-2) (2-3) (3-4) (4-5) (5-6) (6-7) (7-8) (8-9) (9-10)
56
Los datos que se solicitan a continuación no pretender servir de identificación personal. Su única finalidad es analizar el colectivo objeto de estudio.
6. Edad: ________ años.
7. Sexo:
Mujer
Hombre
8. Nivel de estudios PREVIOS al curso actual:
Señala todas las opciones que consideres necesarias para dar respuesta a la pregunta:
Ciclo Formativo de Grado Medio
Bachillerato, BUP, COU
Ciclo Formativo de Grado Superior
Estudios Universitarios
Prueba de Acceso
Otras (especificar):
9. ¿Has trabajado alguna vez?
Actualmente
Sí, pero no actualmente
No
10. Modalidad de idioma del curso ACTUAL:
Castellano
Euskera