Complacer a Una Sombra

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 jOSEPH RODSKY COMPL CER A U NA SOMBRA 1 Cuando un escritor recurre a un idioma distinto a su lengua materna, lohaceyaseapornecesidad,comoConrad,odebi do una ardienteambición, comoNabokov , o po r lograrun mayor extrañamiento, como Beckett. Perteneciente a otro bando, en el verano de 1977 , en Nueva York , y después de haber vividocinco años en Estados Unidos , me compré en una pequeña tienda de laSexta Avenidauna Lettera 22por tátil y me puse a escribir en inglés (ensayos, traducciones y poc que ver con  ~ anteriores . Mi único propósito enton ce s,cornoahora , era sentirme más cerca del hombre al que consideraba el más grande del siglo XX Wystan Auden . Porsupues to que era perfectamenteconscie ntedelafutili dad de mi.empresa, no tanto por haber nacido en Rusia y en su l e ~ g u a e  q ~ e nu .nca ~ b n d o n r é  y espe ro que vicever sa), . smo ~ o r lainteligenc ia de estepoeta que , en mi opinión , notiene nval. Era conscientedelafutilidad deesteesfuerzo además, porque Auden había muerto hacía entonces cuatro años . Sin embargo y para mí, escribir en inglés era la mejor ma :lerade  ~ e r c r m e a él, de trabajar en sus términos, de serJuzgado  nodeacuerdo consucódigodeconcienciaal menospor loque tiene el idioma inglésqu hizo posible ese códigodeconciencia. Estas palabras, la misma estructura de estas oraciones mue.strana cualquiera que haya leído una simple estrofa ¿ un Simple párrafo deAuden enquémedidapuedo fallar . Pe ro, para mí , u ~ fracasoensustérminos es pr eferible a un éxi toenlostérmmosdeotros . Porotraparte , desde elpri nci pio s ~ b í a queestabadestinadoafallar;yanopuedo decir sieste tipo de sobriedad es mía o si la hetomado prestada de su es c r i ~ u r a  Lo único que d e s ~ o al escribir en su lengua es no re bajar su nivel de operación mental, su plano de atención . Esto.es todo lo que uno puede hacer por un hombre mejor : con.tmuarensuvena;estoes,creo,deloquetratanlascivili zaciones , Sabía q ue por temperamento y por otras cosas yo era un hombre .dlferente, y q ~ e ~ n elmejordeloscasos posibles se ríaconsideradocomoImitadorsuyo . Aun así , es o sería para ~ í un halago . También tenía una s e g ~ n d línea de defensa: siempre podría retroceder a mi escritura en ruso de la cual e s ~ a ~ a bastante seguro y que inclusoél, si hubie:a conocido el.ld  lOma: probablementehabríaapreciado. Mideseodees c n ~ l r en mg lés n ~ tea nada . que vercon ningún tipo de se gundad, satisfacción ocomodidad ; era simpl ementeeldeseo decomplacera unasombra . Porsupuestoquedond élesta ba ent onc es , lasbarreraslingüísticasimportabanmuy poco , ¡:)  n  l } Fa ir pero de alguna manera yo pensaba que le gustaría másque yo me hicie ra entender po r él n inglés . (A pesar de que cuando lo intenté , en los verdes pastos de Kirchstetten hace once años, no funcionó; mi inglés en esa época era mejor para leeryescucharque para hablar. Menos mal.) En otras palabras , al ser incapaz de devolver todo lo que se ha recibido , unotrata po r lomenosdepagarconlamisma moneda . Despuésdetodo , élmismo lohizoaltornarpresta da la estrofa del  on  an para su Carta a Lord Byron o los hexámetros para su  Escudo de Aquiles  . El cortejo siempre requiere un grado de autosacrificio y asimilación, sobre todo s i uno e stá c ortejandoaunespíritupuro . Cuando vivía , este hombre h izo tanto que resulta inevitablecreeren la inmortalidad d e su a lma . Lo que nos dejó equivale a un evangelio que surge y e st á lleno de un amor que es todo me nos finito -res de cir, un amor que de ninguna manera puede ser amparado en s u totalidad por la carne y que, por lo tan to, requiere de pal abr a s. Sinohubieraiglesias,fácilmentese habríapodidocre ar una con este poeta , ysupreceptofunda mentalseríaalgocom o l o que é ldijo :  equal aff ection c annotbe , Let the more lovingon e b e me . (Sielafectoigual nopu ede s er  ; que sea yo el que más ame.)  Sialguna obligacióntiene el poeta hacia lasociedad, eslade escribir bien. Al pertenecer a una minoría no tiene otra op ción . Sifracasa enestaobligación , se hunde en el olvido.La sociedad , por otr a parte , n o tiene ninguna obligación haci a el poeta . Siendo por definición un a mayoría, la sociedad se piensaasímismaconotrasopcionesqueladeleerversos,no importa cuán bien escritos es tén . Noteneropcionesdacorno resultado el rebajarse a ese nivel de locución mediante el  cuallasociedadespresa fácil para undemagogoountirano . Este eselequivalente del olvido para la sociedad; un tirano puede, por supuesto , tratar desalvarasusociedaddelolvido pormediodeunespectacularderramamientodesangre. Leí a Au en por primera vez hace veinticuatro años , en Rusia , en unas traducciones bastante flojas y desapa sionadas que encontré en una antología de poesía inglesa contemporáneasubtitulada  D e Browninganuestrosdías .  Nuestros días eran los de 1937 , cuando el volumen fue publicado.Paraquédecirquecasitodoelequipodetraducto res,juntoconsueditor , M . Gutner , fuearrestado poc otiempo después ymuc hos murieron . Paraqué decirqueenlossiguien tes cuarenta años ninguna otra antología de poesía inglesa contemporáneasepublicóen rusia yelvolumen mencionado se convirtió en una especie de objet de colección .

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  • 5/21/2018 Complacer a Una Sombra

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    jOSEPH RODSKY

    COMPL CER

    AUNA SOMBRA

    1

    Cuando un escritor recurre a un idioma distinto a su lengua

    materna, lo hace ya sea por necesidad, como Conrad, o debi

    do a una ardiente ambicin, comoNabokov, o por lograr un

    mayor extraamiento, como Beckett. Perteneciente a otro

    bando, en el verano de 1977, en Nueva York, y despus de

    haber vividocinco aos en Estados Unidos, me compr en

    una pequea tienda de la Sexta Avenida una Lettera 22 por

    ttil y me puse a escribir en ingls (ensayos, traducciones y

    ocasionalmente algn poema) por una razn que tena muy

    poco que ver con

    ~ s

    anteriores. Mi nico propsito enton

    ces, corno ahora, era sentirme ms cerca del hombre al que

    consideraba el ms grande del sigloXX Wystan Auden.

    Por supuesto que era perfectamente consciente de la futili

    dad de mi.empresa, no tanto por haber nacido en Rusia y en

    su

    l e ~ g u a e q ~ e

    nu.nca

    ~ b n d o n r y

    espero que vicever

    sa), .smo

    ~ o r

    la inteligencia de este poeta que, en mi opinin,

    no tiene nval. Era consciente de la futilidad de este esfuerzo

    adems, porque Auden haba muerto haca entonces cuatro

    aos. Sin embargo y para m, escribir en ingls era la mejor

    ma :lera de

    ~ e r c r m e

    a l, de trabajar en sus trminos, de

    ser Juzgado

    no de acuerdo con su cdigo de conciencia al

    menos por lo que tiene el idioma ingls que hizo posible ese

    cdigodeconciencia.

    Estas palabras, la misma estructura de estas oraciones

    mue.strana cualquiera que haya ledo una simple estrofa

    un

    Simple

    prrafo deAuden en qu medida puedo fallar. Pe

    ro, para m,

    u ~

    fracaso en sus trminos es preferible a un xi

    to en lostrmmos deotros. Por otra parte, desde el principio

    s ~ b a que estaba destinado a fallar; ya no puedo decir si este

    tipo de sobriedad es ma o si la he tomado prestada de su es

    c r i ~ u r a Lo

    nico que

    d e s ~ o

    al escribir en su lengua es no re

    bajar su nivel de operacin mental, su plano de atencin.

    Esto.es todo lo que uno puede hacer por un hombre mejor:

    con.tmuar en su vena; esto es, creo, de lo que tratan las civili

    zaciones,

    Saba

    q ue

    por temperamento y por otras cosas yo era un

    hombre .dlferente, y q ~ e

    ~ n

    el mejor de los casos posibles se

    ra considerado como Imitador suyo. Aun as, eso sera para

    ~

    un halago. Tambin tena una

    s e g ~ n d

    lnea de defensa:

    siempre podra retroceder a mi escritura en ruso de la cual

    e s ~ a ~ a

    bastante seguro y que incluso l, si hubie:a conocido

    el.ld

    lOma:

    probablemente habra apreciado. Mi deseo de es

    c n ~ l r

    en

    mg ls n ~

    tena nada .que vercon ningn tipo de se

    gundad, satisfaccin o comodidad; era simplemente el deseo

    de complacer a una sombra. Por supuesto que donde l esta

    ba entonces, las barreras lingsticas importaban muy poco,

    :)

    nl}Fair

    Traduccin de Marina Fe

    pero de alguna manera yo pensaba que le gustara ms que

    yo me hiciera entender

    por

    l en ingls. (A pesar de que

    cuando

    lo intent, en los verdes pastos de Kirchstetten hace

    once aos, no funcion; mi ingls en esa poca era mejor

    para leer y escuchar que para hablar. Menos mal.)

    En otras palabras, al ser incapaz de devolver todo lo que

    se ha recibido, uno trata

    por

    lomenos de pagar con la misma

    moneda. Despus de todo, l mismo lo hizo al tornar presta

    da la estrofa del

    on

    an

    para su Carta a Lord Byron o

    los hexmetros para su Escudo de Aquiles . El cortejo

    siempre requiere un grado de autosacrificio y asimilacin,

    sobre todo si uno est corteja ndo a un espritu puro. Cuando

    viva, este hombre hizo

    tanto

    que resulta inevitable creer en

    la inmortalidad de su a lma . Lo que nos dej equivale a un

    evangelio que surge y est lleno de un amor que es todo me

    nos finito -res decir, un amor que de ninguna manera puede

    ser

    amparado

    en su total idad por la carne y que, por lo tan

    to, requiere de palabra s. Si no hubiera iglesias, fcilmentese

    habra podido crear una con este poeta, y su precepto funda

    mental sera algo como lo que l dijo:

    equal affection cannot be,

    Let the more lovingone be me.

    (Si el afecto igual no puede ser;que sea yo el que ms ame.)

    Si alguna obligacin tiene el poeta hacia la sociedad, es lade

    escribir bien. Al pertenecer a una minora no tiene otra op

    cin . Si fracasa en esta obligacin, se hunde en el olvido. La

    sociedad, por otra parte, no tiene ninguna obligacin hacia

    el poeta . Siendo por definicin

    una

    mayora, la sociedad se

    piensa a s misma conotras opciones que la de leer versos, no

    importa cun bien escritos estn. No tener opciones da corno

    resultado el rebajarse a ese nivel de locucin mediante el

    cual la sociedad es presa fcil

    para

    un demagogo o un tirano.

    Este es el equivalente del olvido

    para

    la sociedad; un tirano

    puede, por supuesto,

    tratar

    de salvar a su sociedad del olvido

    por medio de un espectacular derramamiento de sangre.

    Le a Auden por primera vez hace veinticuatro aos ,

    en Rusia , en unas traducciones bastante flojas y desapa

    sionadas que encontr en una antologa de poesa inglesa

    contempornea subtitulada

    De

    Browning a nuestros das .

    Nuestros das eran los de 1937, cuando el volumen fue

    publicado. Para qu decir que casi todo elequipode traducto

    res,junto con su editor,M.Gutner, fuearrestado poco tiempo

    despus ymuchos murieron. Paraqu decir que en lossiguien

    tes cuarenta aos ninguna otra antologa de poesa inglesa

    contempornea sepublic en rusia y el volumen mencionado

    se convirti en una especie de objeto de coleccin.

    2

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    Sin

    embargo

    un verso de

    Auden

    en esa antologa

    atrajo

    mi atencin. Perteneca, como me enter despus, a la lti

    ma estrofa de uno de sus primeros poemas, Ningn cambio

    de lugar ,

    que

    describa un paisaje

    un

    tanto claustrofbico

    donde n o one goes / Further than ra ilhead or the ends of

    piers, / WiII

    neither

    go nor send his son . .. (Nadie va / ms

    all de los rieles o el final de los muelles.Z no ir ni

    mandar

    a su hijo .. . )

    Esta

    ltima parte, no

    ir

    ni

    mandar

    a su hi

    jo . . . me impresion con su mezcla de extensin negativa y

    sentido comn.

    Criado

    con la dieta esencialmente enftica y

    autoafirmativa del verso ruso,

    pude

    reconocer rp

    idamente

    esta receta

    cuyo

    ingrediente principal era la autorestriccin.

    Aun as, los versos poticos tienen la mana de vagar de un

    contexto a una significacin universal, y el amenazante to

    que de absurdo contenido en no ir ni

    mandar

    a su hijo

    empezaba a vibrar en el fondo de mi mente cada vez que me

    decida a escribir algo.

    Esto es, supongo, lo que llaman una influencia, excepto

    que el sentido del absurdo nunca es una invencin del poeta

    sino un reflejo de la realidad; las invenciones pocas veces se

    pueden reconocer. Lo

    que

    uno puede deberle al poeta no es

    el sentimiento mismo sino su tratamiento: silencioso , sin n

    fasis, sin demasiado esfuerzo, casi como enp ss tEste tra

    tamiento fue especialmente significativo

    para

    rnl justamente

    porque me top con esta tendencia a principios de los sesen

    ta , cuando el

    Teatro

    del Absurdo estaba en pleno apogeo. El

    manejo del tema en Auden destacaba contra ese fondo, no

    slo porque haba tumbado a muchos de un slo golpe, sino

    debido a un mensaje tico considerablemente distinto. La

    manera como

    manejaba

    el verso deca, por lo menos a m,

    algo como No grites el lobo aunque el lobo est en la

    puerta. (Yo aadira , aunque sea exactamente como t : es

    pecialmente

    por

    eso no grites el lobo )

    A

    pesar

    de que para un escritor mencionar sus expe rien

    cias en presidio o , para el caso, cualquier tipo de penuria

    equivale a soltar nombres en el caso deja gente normal, su

    cedi

    que

    mi siguiente

    oportunidad

    de

    mirar

    ms de cerca a

    Auden tuvo lugar cuando estuve preso en el norte, en un pe

    queo poblado perdido entre pantanos y bosques, cerca del

    crculo

    polar

    .

    Esta

    vez la antologa

    que

    tena era en ingls,

    enviada por

    un

    amigo' de Mosc. T ena bastantes cosas de

    Yeats, a quien entonces yoconsideraba demasiado retrico y

    descu idado en sus metros, y de Eliot , que en esos tiempos

    reinaba

    soberanamente

    en

    Europa

    Oriental. Yo estaba tra

    tando

    de leer a Eliot .

    Pero por

    mera

    casual

    idad

    , el libro se abri en A la me

    moria de W.B. Yeats , de Auden. Entonces yo era

    jo

    ven y

    por lo tanto particularmente entusiasta de las elegas como

    gnero, sin tener

    cerca a alguien

    que

    se muriera

    para

    escri

    birle una .

    Por

    eso las lea quizs con ms avidez que cual

    quier

    otra

    cosa, y frecuentemente pensaba que el rasgo ms

    interesante del gnero era el esfuerzo inconsciente de los au

    tores por

    autorretratarse

    con

    que

    casi

    cada

    poema in m:-

    moriam est salpicado o manchado. Por muy comprensr

    ble que sea esta tendencia, muchas veces hace que un poema

    se convierta en la meditacin del autor sobre el tem de la

    muerte, por lo cual aprendemos ms de l que del fallecido .

    El poema de Auden no tena

    nada

    de

    t ~

    ms, pronto

    di

    cuenta

    que aun su

    estructura

    estaba dise ada pa:a ren.dlr

    homenaje al poeta muerto, imitando ~ un orden invertido

    las formas de desarrollo estilstico propias del gran hombre

    irlands, desde las ltimas a las primeras: los trimetros de la

    tercera y ltima-

    parte

    del poema.

    Debido a estos trimetros, y en particular a ocho versos de

    esta tercera parte,

    ente

    nd a qu clase de poeta estaba leyen

    do. Estos versos ensombrecan

    para

    m aquella asombrosa

    descripcin de el oscuro da fro , el lt imo de Yeats , con

    su estremecedor:

    The mercury sank in the mouth of the dying day . (El mer

    curio se hundi en la boca del da

    moribundo

    .) Ensombre

    can esa inolvidable rendi cin del cue rpo derribado como

    una

    ciudad cuyos

    suburb

    ios y plazas se han vaciado gra

    dualmente despus de una rebelin

    aplastada

    . Ensombre

    can aun la declaracin de la era :

    . .. poet ry makes nothing happen ...

    (la poesa no hace que nada suceda )

    Esos ocho versos en trimetro que had an que e ta tercer

    parte del poema sonara como la mezcla de un himno del

    Ejrcito de Sa lvacin , un canto fn

    ebr

    e y una can in d u

    na, decan

    as :

    Time that is intolerant

    Of the brave and innocent ,

    And indifferent in a week

    To a beautiful physique,

    Worships language

    and

    forgive

    Everyone by whom it lives:

    Pardons cowardice, conceit,

    Lays its honours at their feet.

    (El tiempo que es intolerante/ con lo valiente lo inocen-

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    t s j e indiferente en una semanal a un fsico hermoso., /

    adora al lenguaje y perdona/ a cualquiera que vive

    por

    l

    ;/

    perdona la cobarda, la arrogancia.Z pone sus honores a sus

    pies .)

    Recuerdo haber estado sentado all, en la pequea

    cabaa

    de madera, mirando a travs del tragaluz el camino mojado

    y lodoso y algunos pollos extraviados, sin saber si creer lo

    que acababa

    de leer o

    dudar

    si mi comprensin del ingls es- .

    taba

    hacindome

    trampa

    . Tena conmigo un enorme diccio

    nario de ingls-ruso y revisaba sus pginas una y otra vez,

    verificando cada palabra, cada alusin, esperando que me

    ayudara

    a evitar el significado que me miraba desde la hoja .

    Creo que simplemente me rehusaba a creer que tiempo

    atrs, en 1939, un poeta ingls hubiera dicho, El tiempo.. .

    adora al lenguaje , y que aun as el mundo a mi alrededor si

    guiera siendo loque era.

    Pero esta vez el diccionario no triunf sobre m. Auden ha

    ba ciertamente dicho que el tiempo adora el lenguaje , y la

    serie de pensamientos que esa declaracin puso en movi

    miento en m sigue vigente hasta hoy. Porque adorar es

    una

    acti tud de lo ms pequeo hacia lo ms grande. Si el

    tiempo adora al lenguaje, quiere decir que el lenguaje es ms

    grandioso, o ms viejo, que el tiempo, el cual es, a su vez,

    ms viejo y grandioso que el espacio . As me ensearon y

    realmente as lo senta. De modo que si el tiempo

    -que e s si

    nnimo de, mejor dicho, que hasta absorbe lodivino- adora

    al lenguaje, de dnde entonces surge el lenguaje? Puesel re

    galo es siempre ms pequeo que el que lo ofrece. Y adems,

    no es el lenguaje un depositario del tiempo ? Y no es por

    ello

    que

    eltiempo lo adora? Yno es una cancin , un poema,

    o sin duda el habla misma, con sus cesuras, pausas, espon

    deos , etc., un juego que juega el lenguaje para reestructurar

    el t iempo? Y no son aquellos gracias a quienes el lenguaje

    vive

    losmismos por los que tambin viveel tiempo?Ysiel

    tiempo los perdona , lo hace por generosid ad o por nece

    sidad?

    Y no es la generosidad de todos modos una necesi

    dad?

    Cortos y horizontales como eran, estos versos me parecie

    ron increblemente verticales. Tambin eran muy espont

    neos casi locuaces : la metafsica disfrazada de sentido co

    mn el sentido comn disfrazado de estrofa de cancin de

    cun;.

    Por

    s mismas estas caps de disfraces me estaban di

    ciendo lo que el lenguaje es, y me d cuenta de que estaba le

    yendo a un poeta que hablaba la verdad a travs de quien

    la verdad se haca escuchar. Por lo menos se pareca ms a la

    verdad que cualquier otra cosa que

    pude

    e n t e n d ~ r

    en esa an

    tologa. Y quizs me lopareca

    p r e l s m ~ n t e

    debido al.toque

    de irrelevancia que percib en la descendiente entonacin de

    perdona/ a cualquiera que vive con l ;/ p e ~ d o ~ la cobar

    da, la arrogancia,j pone sus honores a sus pies . Pens que

    estas palabras estaban ah simplemente para compensar la

    ascendente gravedad de

    El

    tiempo. .. adora al lenguaje .

    Pude

    seguir y seguir con estos versos, pero slo puedo ha

    cerlo de verdad ahora. Entonces y en ese lugar estaba sim

    plemente pasmado. Entre otras cosas, lo que me result evi

    dente era que haba que tener cuidado cuando Auden hace

    sus ingeniosos comentarios y observaciones, pendiente.

    ~ e

    la

    civilizacin sin .importar cul sea su tema (o su

    cond

    ici n)

    inmediato. Pens que estaba tratando con un nuevo tipo de

    poeta metafsico, un hombre de tremendas dotes lricas que

    se disfrazaba de observador de la moral pblica. Y sospecha

    ba

    que

    esta eleccin de una mscara, la eleccin de esta ha

    bla tena menos que ver con problemas de estilo y tradicin

    que con la humildad personal impuesta, no tanto por un ere-

    do particular, como por su sentido de la naturaleza del len

    guaje. La humildad nunca se escoge.

    Toda

    va ten a que leer a Auden. Sin embargo, y despus

    de A la memoria de W.B. Yeats , supe que estaba frente a

    un

    autor

    ms humilde que Yeats o Eliot, con un alma menos

    petulante que cualquiera de ellos, pero, me lo tema , no me

    nos t r g i Gracias a la perspectiva del tiempo puedo decir

    ahora que no estaba del todo equivocado, y quesialguna vez

    hubo un drama en la voz de Auden, no era su drama perso

    nal sino un drama pblico y existencial. l nunca se habrla

    puesto en e l centro del cuadro trgico; en el mejor de los ca

    sos habra solamente reconocido su presencia en la escena .

    Me faltaba todava escuchar de su propia boca que .S.

    Bach fue tremendamente afortunado. Cuando querla alabar

    alseor, escriba una cora l o una cantata dirigindoseal To

    dopoderoso directamente. Hoy, si un poeta quiere hacer lo

    mismo, tiene que emp

    lear el discurso ind irecto .

    Lo

    mismo,

    supongo, podrla decirse de la plegaria .

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    contenido sino tambin por el olor dulzn de sus portadas y

    sus hojas

    bordeadas

    de amarillo. Se sentan

    tan

    norteame-

    ricanas

    y

    en realidad

    eran

    tamao de bolsillo. Se podan

    meter dentro

    del bolsillo en un tranva o en un

    parque

    p-

    blico, y

    aunque

    el texto fuera comprensible slo a medias o

    en una tercera parte, desdibujaba instantneamente la rea

    lidad local. Sin embargo, mis favoritas eran la de Louis Un-

    termeyer

    y la de Osear Williams, porque

    tenan

    fotografas

    de sus colaboradores que

    llenaban

    la imaginacin como lo

    hacan

    los versos mismos. Por horas y horas me sentaba re

    visando escrupulosamente fotografas en

    blanco

    y

    negro con

    tales o cuales rasgos de un poeta,

    tratando

    de descubrir qu

    tipo de persona era, tratando de darle vida , de hacer coinci

    dir la cara con sus versos entendidos a medias o a tercias.

    Ms

    tarde, acompaado de amigos,

    intercambibamos

    nuestras

    locas conjeturas y los fragmentos de chismes que en

    .ocasiones llegaban a nosotros

    para,

    despus de haber llegado

    a un

    comn

    denominador,

    pronunciar

    nuestro veredicto.

    Una vez ms con el beneficio de la retrospectiva, puedo decir

    que nuestras intuiciones no estaban tan lejos de la realidad.

    As fue como vi la cara de

    Auden

    por

    primera

    vez.

    Era

    una fotografa tremendamente reducida

    u

    poco estudia

    da, con un manejo de la sombra demasiado didctico: deca

    ms

    del fotgrafo

    que

    de su modelo. De esa foto se tena que

    concluir, o bien que el primero era un esteta ingenuo, o que

    los rasgos del segundo eran demasiado neutros tratndose

    de un poeta. Prefer la segunda versin, en

    parte porque

    la

    neutralidad del tono era un rasgo muy de la poesa de Au

    den, en parte porque la postura antiheroica era la i

    ix

    de

    nuestra generacin. La idea era parecerse a todos los de

    ms: zapatos sencillos, gorra de

    trabajador

    , chamarra

    y

    cor

    bata, de preferencia grises sin

    barba

    ni bigote. Wystan era

    reconocible.

    Tambin

    reconocibles, hasta el punto de

    causar

    escalo

    fros, eran los versos de Septiembre 10, 1939 , que explica

    ban

    claramente los orgenes de la guerra que haba acunado

    a nuestra generacin pero que , efectivamente, nos describa

    a nosotros mismos con la misma justeza de

    una

    fotografa en

    blanco y negro :

    1 and the public know

    What

    all schoolchildren learn,

    Those

    to whom evil is done

    Do evil in re turn.

    (El pblico Yyo sabemos/ lo que todos los nios

    aprendem/

    aquellos a los que se hace

    mal/

    hacen mal a

    cambio

    .)

    Sin duda este cuarteto se sala de contexto, igualando a los

    vencedores y a las vctimas, y creo que deber a ser

    tatuado

    por el gobierno federal en el pecho de cada recin nacido, no

    slo por su mensaje sino por su entonacin. El nico argu

    mento aceptable contra tal procedimiento sera que hay me

    jores versos de Auden.

    Qu

    podra hacerse con los siguien

    tes? :

    Faces along the

    ba r

    Cling to their average day :

    The lights must never go out,

    The music must always play ,

    All the conventions conspire

    To make this fort assume

    The

    furniture of home ;

    Lest we should see where we are,

    Lost in a haunted wood ,

    Children afraid of the night

    Who have never been happy or good.

    (Las caras a lo largo de la

    barra/

    se aferran a su da nor

    mal

    i

    las luces nunca deben apagarse, / la msica debe sa

    nar

    siempre ;

    todas las convenciones conspiran/ para que

    esta fortaleza

    adopte/

    el amueblado del hogar

    ;/

    para que

    no

    sepamos dnde

    estamos.j' perdidos en un bosque

    ern ru-

    jada ; nios con miedo a la noche/ que nunca han sido

    eli-

    ces ni buenos.)

    O si consideran que esto suena demasiado a Nueva York,

    demasiado

    norteamericano, intentemos con este pareado de

    E l

    escudo de Aquiles que, para mi gusto, suena un poco

    como epitafio dantesco a un puado de naciones de Europa

    Oriental

    :

    .. . they lost their pride

    And died as men befare their bodies died.

    (. ..perdieron su orgullo/ y murieron como hombres antes

    de que sus cuerpos murieran.)

    O si todava estn contra tal barbaridad, si quieren librar

    a la piel tierna de esta her ida, hay otros siete versos en

    l

    mismo poema

    que

    deberan

    grabarse

    en las rejas de todo es

    tado

    existente, sin

    duda

    en las rejas del mundo entero:

    A ragged urchin, aimless and alone,

    Loitered about that vacancy; a bird

    Flew up to safet y from his well-aimed stone;

    That

    girls are raped, that two boys knife a third,

    Were axioms to him , who 'd never heard

    Of any

    world where promises were kept ,

    Or one could weep because another wept,

    (Un nio harapiento, sin rumbo y solo ; vagaba por ese bal

    do; un pjaro/ vol para escapar de su bien dirigida pie

    dra

    :/

    que las nias son violadas,

    que

    dos nios acuchillan a

    un te rc

    ero ;

    eran axiomas para l, que nunca haba odo ha

    blar/

    de algn

    mundo donde

    se mantuvieran las promesas';

    o que algu ien pudiera llorar porque otro llora.)

    De esta manera, el recin l legado no se engaar sobre la

    naturaleza de este mundo; de esta manera, el habitante del

    mundo no tomar a los demagogos por semidioses.

    No es preciso ser un gitano o un Lombroso

    para

    creer en

    la relacin

    entre

    la apariencia de un individuo y sus accio

    nes : despus de todo , en esto se basa nuestro sentido de la

    belleza. Sin embargo, qu aspecto tendra que tener el poe

    ta que escribi esto?:

    Altogether elsewhere, vast

    Herds of reindeer move across

    Miles and miles of golden moss,

    Silentl y and very fast.

    (Del todo en otra parte, vastas/ manadas de renos cruzan/

    millas y millas de musgo

    dorado ;

    en silencio y muy rpida

    mente. )

    Qu

    aspecto tendra que tener un hombre al que le gusta

    ba

    tanto

    traduc ir verdades metafsicas al lenguaje pedestre

    del sentido comn como detectar a las primeras en el segun

    do ? Q u asp ecto tendra que tener alguien que siendo muy

    cuidadoso sobre la creacin dice ms del

    Creador

    que cual

    quier agonista impertinente que toma un atajo a travs de

    las esferas? No sera que

    una

    sensibilidad nica en su com

    binacin de honestidad, alejamiento clnico y lirismo con

    trolado tendra que dar por resultado, si no un arreglo nico

    de los rasgos faciales, entonces, por lo menos, una expresin

    especfica, fuera de lo comn ?

    Yesos

    rasgos o esa expre

    6

  • 5/21/2018 Complacer a Una Sombra

    6/9

    sin podran ser captadas por un pincel? Registrados por

    una cmara?

    Me gustaba mucho el proceso de extrapolacin a partir

    de esapequea f o t ~ g r a f i a Uno siempre busca a ciegas una

    c r siempre se quiere tener un ideal que materializar, yen

    esetiempo Auden estaba muy cerca de representar un ideal.

    (Otros dos

    eran

    Beckett y Frost, pero yo ya saba cmo

    eran; aunque fuera aterrador, la correspondencia entre sus

    rostros y sus acciones era obvia.) Por supuesto que

    tarde

    o

    temprano llegu a ver otras fotografas de Auden : en una re

    vista de contrabando o en otras antologas. Pero no agrega

    ban nada; el hombre eluda las lentes, o stas se rezagaban

    detrs de l. Empec a preguntarme si una forma de arte era

    capaz de describir a otra, si lovisual poda aprehender lo se

    mntico.

    Entonces un da creo que fue en el invierno de 1968 o

    1969-, en Mosc, Nadezhda Mandelstam, a quien fui a vi

    sitar, me dio otra antologa ms de poesa moderna, un libro

    muy bonito ilustrado generosamente con grandes fotogra

    f s

    en blanco y negro de, si mal no recuerdo, Rollie Me

    Kenna. Encontr lo que estaba buscando. Unos meses ms

    tarde, alguien me pidi prestado el libro y nunca

    volv

    a ver

    la fotografia ; aun as, la recuerdo bastante bien.

    La foto pareca haber sido tomada en algn lugar de Nue

    va York, en algn paso a desnivel y a fuera el que est cer

    ca de

    Grand

    Cent ra l o el de la Universidad de Columbia

    que llega hasta la avenida Amsterdam. Ah estaba Auden

    parado , como si lo hubieran agarrado desprevenido , de pa

    so, con las cejas levantadas en expresin de aturdimiento.

    Los ojos mismos, sin embargo, eran terriblemente serenos y

    penetrantes.

    Era

    , probablemente, el final de la dcada de

    loscuarenta o principio de los cincuenta, antes de que la

    famosa etapa de las arrugas de la cama sin hacer

    triunfara sobre sus rasgos. Todo, o casi todo, me pareci

    claro.

    El contraste o, mejor

    an

    ,

    grado de disparidad entre

    esascejas levantadas con un aturdimiento formal y lo pene

    trante de su mirada corresponda, a mi modo de ver, a los

    aspectos formales de sus versos (dos cejas levantadas - dos

    vrsos y a la deslumbrante precisin de su contenido. Lo

    que me miraba desde la hoja era

    equivalente facial de un

    pareado, de la verdad que el corazn conoce mejor. Los ras

    goseran normales, hasta muy simples. No haba nada espe

    cficamente potico en su cara, nada byronesco, demoniaco,

    irnico, aguileo, romntico, herido, etc. Ms bien era la

    cara de un mdico que est interesado en nuestra historia a

    pesar de saber que estamos enfermos. Una cara bien prepa

    rada para todo, la suma total de una cara.

    Era un resultado. Su mirada en blanco era el producto di

    recto de esa cegadora proximidad de cara a objeto que pro

    duca expresiones como no un fracaso importante , asesi

    nato necesario , oscuridad conservadora , tumba apti

    ca o desierto bien administrado .

    Daba la impresin de un miope cuando se quita los an

    teojos, excepto que la mirada penetrante de ese par de ojos

    no tena nada

    que

    ver ni con la miopa ni con la pequeez de

    losobjetos a su alrededor, sino con sus firmemente arraiga

    das amenazas.

    Era

    la mirada de un hombre que saba que

    no sera capaz de desyerbar esas amenazas, pero que se in

    clinaba a describir los sntomas as como la enfermedad

    misma. No era lo que se llamaba crtica social aunque

    slofuera porque la enfermedad no era social: era existen

    cial.

    En trminos generales, creo que como comentarista social

    o diagnosticador o algo semejante, este hombre estaba terri-

    b l e m e n t ~

    equivocado. El cargo que se le ha hecho con ms

    ~ r e c u e n c l a es que no ofreca un remedio . Creo que en part

    se lo busc al r e c ~ r r i r primero a la terminologa f r e u d i a ~

    na , I.ueg?a la marxista y finalmente a la eclesistica. El re

    medio,

    s m e m b ~ g o

    radicaba precisamente en su empleo de

    estas

    terminologas,

    porque son simplemente dialectos dife

    rentes con que se puede hablar de

    una

    y la misma cosa : el

    amor. Es el tono con que uno habla a los enfermos lo que

    puede curarlos Este Pl?eta se mova entre los casos graves y

    a veces terminales del mundo, no como cirujano sino como

    e n f r r r ~ e ~ a

    y todo paciente sabe que son las enfermeras y no

    las m C l S l ~ n e s las que tarde o temprano hacen que uno vuel

    va a carrunar. Es la voz de una enfermera, es decir , la del

    amor, la que se escucha en el ltimo dilogo de Alonso y

    Ferdinando en El

    mar

    y el espejo :

    But should you fail to keep your kingdom

    And, like your father before you, come

    Where thought accuses and feeling mocks,

    Believe your pain. . .

    (Pero si fracasaras en conservar tu reino/ y, como tu padre

    antes que t, llegaras/ donde el pensamiento acusa y sen

    timiento burla.j cree en tu dolor . ..)

    Ni un mdico ni un ngel , ni

    menos an

    un amante o

    pariente, dira esto en el momento de nuestra derrota final;

    slo una enfermera o un poeta , a partir de la experiencia y

    tambin a par tir del amor. .

    Y yo me maravillaba ante ese amor. No saba nada de la

    vida de Auden : nada sobre su homosexualidad, ni sobre su

  • 5/21/2018 Complacer a Una Sombra

    7/9

    7

    matrimonio por conveniencia (para ella) con Erika Mann,

    etc.

    -nada. Una

    cosa que intua muy claramente

    era

    que

    este amor rebasara su objeto. En mi mente -ms bien, en

    mi imaginacin- se trataba del

    amor

    desplegadoo acelerado

    por el lenguaje, por la necesidad de expresarlo; y el len

    guaje -eso ya lo saba yo- tiene su propia dinmica y es

    capaz

    especialmente en la poesa, de usar sus propios re

    cursos de autogeneracin: metros y estrofas que llevan al

    poeta

    mucho ms all de su destino original. Y la otra ver

    dad sobre el amor en la poesa que uno recoge de la lectura

    es

    que

    los sentimientos de un escritor se subordinan inevita

    blemente a la progresin linear e irreversible del arte. Este

    hecho garantiza, en el arte, un mayor grado de lirismo; en la

    vida , un equivalente en el aislamiento. Aunque slo fuera

    por

    su versatilidad estilstica, este hombre debe

    haber

    cono

    cido un grado de desesperacin extraordinario, como lo de

    muestran

    muchos de sus ms bellos y hechizantes poemas.

    Porque en el arte los rasgos de ligereza surgen, con mucha

    frecuencia, de la misma oscuridad de su ausencia.

    y

    sin embargo, era de todos modos

    amor

    , perpetuado por

    el lenguaje, olvidado

    -porque

    el lenguaje era el

    ingls-

    del

    gnero, asistido de la ms profunda agona, porque la ago

    na , a fin de cuentas, tendra que ser articulada. El lenguaje,

    despus de todo, es consciente de s mismo por definicin, y

    quiere apropiarse de cada nueva situacin. Mientras mira

    ba la fotografa de Rollie McKenna, me agradaba que el

    rostro no revelara una tensin neurtica ni de ningn otro

    tipo, que fuera plido, ordinario, que no expresara, sino al

    contrario, que absorbiera lo que tena lugar frente a esos

    ojos.

    Qu

    maravilloso sera, pens, tener esa cara, y trat de

    imitar su gesto en el espejo. Obviamente fall, pero saba

    que fallara porque una

    cara

    as estaba destinada a ser una

    en su gnero. No haba necesidad de imitarla: ya exista en

    el mundo, y el mundo me pareca de algn modo ms agra

    dable debido a que esa cara estaba en alguna parte.

    Son cosas raras las caras de los poetas. En teora, el aspec

    to de los autores debera de ser irrelevante

    para

    sus lectores :

    la lectura no es una actividad narcisista, ni tampoco lo es la

    escritura, pero sucede que cuando a uno le gusta un buen

    nmero de los versos de un poeta se empieza a preguntar so

    bre la apariencia del escritor. Esto seguramente tiene que

    ver con la sospecha de que gustar de una obra de arte es re

    conocer la verdad, o el grado de verdad , que el arte expres a.

    Inseguros por naturaleza, queremos ver al artista, al que

    identificamos con su obra, para que la prxima vez podamos

    saber a qu se parece la verdad en la vida real. Slo los auto

    res de la antigedad escapan a este escrutinio, y es por eso,

    en parte, que son considerados clsicos, y sus generalizados

    rasgos de mrmol esparcidos en nichos de bibliotecas estn

    en relacin directa con el significado absolutamente arquet

    pico de su ouu e Pero cuando leemos:

    ...To visit

    The grave of a friend, to make an ugly scene,

    To count the loves one has grown out of,

    Is not nice,

    but

    to chirp like a tearless bird ,

    As though no one dies in part icular

    And gossip were never true, unthinkable ...

    (. ..Visitar/ la tumba de un amigo' hacer una escena desa

    gradable.Zcontar los amores de los que uno seha desprendi

    do /

    no es placentero, pero piar como un ave sin lgrimas

    /

    como si nadie en particular se

    muriera/

    y la murmuracin

    nunca

    fuera verdad, impensable.. .) empezamos a sentir que

    detrs de estos versos se encuentra no un autor concreto, ru-

    bio, castao, plido, moreno, arrugado o de piel lisa, sino la

    vida misma; y o quisiramos conocer, con eso nos gustarla

    encontrarnos en proximidad humana. Detrs de este eseo

    no hay vanidad sino cierta fsica

    humana

    que empuja una

    partcula pequea hacia un gran imn, aunque podamos

    terminar

    repitiendo con Auden:

    He

    conocido a tres gran

    des poetas, cada uno un

    gran

    hijo de

    puta .

    Yo: Quines?

    l: Yeats , Frost, Brecht . (Pero con Brecht seequivocaba:

    Brecht no era un gran poeta.)

    El 6 de junio de 1972, unas cuarenta y ocho horas despus

    de dejar Rusia algo precipitadamente, me encontr con mi

    amigo Carl Proffer, profesor de literatura rusa en la univer

    sidad de Michigan (que haba volado a Viena para reunirse

    conmigo), frente a la casa de veraneo de Auden en elpeque

    o pueblo de Kirchstetten, explicando a su propietario la

    razn por la que estbamos all. Este encuentro por poco no

    tuvo lugar.

    Hay tres Kirch stettens en Austria del norte , habamos pa

    sado por los tr es y estbamos a punto de regresar cuando

    coche pas por una angosta y silenciosa pradera donde

    VI

    mos una flecha de madera que deca : Audenstrasse . Antes

    se haba llamado (si mal no recuerdo) Hinterholz , porque

    la pradera daba, detrs del bosque, al cementerio local. El

    darle un nuevo nombre tena seguramente mucho que ver

    con la disposicin de los habi tantes a deshacerse de este

    memento moti as como con su respeto por el gran poeta

    que viva entre ellos. El poeta consideraba la situacin con

    una mezcla de orgullo y de vergenza . Senta, sin

    e m r ~ o

    mucho aprecio por el sacerdote local, que sellamaba Schic

    kelgruber: Auden no poda resistir la tentacin de llamarlo

    Padre Schicklgruber .

    De todo eso me enterara ms tarde. Por elmomento , Carl

    Proffer estaba tratando de explicar la razn de nuestra visita

    a un hombre rechoncho que sudaba abundantemente, con

    camisa roja y tirantes anchos, una

    chamarra

    sobre el bra.zoy

    una pila de libros debajo de ella. Acababa de.llegar de l e ~

    por tren y, tras subir la colina , le faltaba el ahento y no t e m ~

    ganasdeconversar. Estbamosa punto de darnos por venci

    dos cuando de pronto entendi lo que Carl Proffer deca, ex

    clam Imposible

    Y

    nos invit a la casa . Era Wystan Au

    den , y sucedi menos de dos aos antes de su muerte.

    Djenme tratar de aclarar cmo surgi todo esto. En 1969,

    George Kline, un profesor de filosofa de Bryn Mawr, me

    hab a visitado en Leningrado . El profesor Kline estaba tra

    duciendo mis poemas al ingls

    para

    la editorial Penguin y

    mientras revisbamos

    el

    contenido del futuro libro me pre

    gunt a quin escogera idealmente

    para

    escribir la intro

    duccin. Suger a Auden

    orque Inglaterra y Auden eran

    sinnimos para m. Pero, en aquel momento, todo el proyec

    to de que mi libro se publi car a en Inglaterra era bastante

    irreal. Lo nico que confera una apariencia de realidad a

    esta aventura era su tota l ilegalidad bajo la ley sovitica.

    Aun as, las cosas seecharon a andar. Se le dio a Auden

    el

    manuscrito para que lo leyera y le gust lo suficiente como

    para escribir la introduccin. Asque cuando llegu a Viena,

    llevaba conmigo la direccin de Auden en Kirchstetten. l

    recordar y pensar en las conversaciones que sostuvimos du

    rante las tres semanas siguientes en Austria y ms tarde en

  • 5/21/2018 Complacer a Una Sombra

    8/9

    Londres, escucho ms su voz que la ma, a pesar de que,

    debo decirlo, lo atorment demasiado extensamente con el

    tema de la poesa contempornea, especialmente sobre los

    poetas mismos.

    Aun

    as, esto era bastante comprensible, ya

    que la nica frase inglesa con la que saba que no me estaba

    equivocando era

    Sr.

    Auden, qu piensa usted sobre.. . ?

    seguida de un nombre.

    Quizs

    era

    lo mejor, porque qu poda yo decirle que l

    no supiera ya de

    una

    u otra manera? Por supuesto poda de

    cirle cmo haba traducido algunos poemas suyos al ruso

    para

    llevarlos a una revista en Mosc; pero resulta que el

    ao haba sido 1968, los soviticos haban invadido Checos

    lovaquia y

    una

    noche la BBC transmiti : El Ogro hace lo

    que los ogros pueden... de Auden, y ah haba terminado

    mi aventura. La historia probablemente habra provocado

    su simpata hacia m, pero de todos modos yo no tena muy

    buena opinin sobre esas traducciones.) Que nunca haba

    ledo ninguna buena traduccin de su obra en alguna de las

    lenguas que conoca? Eso l

    ya

    lo saba, quiz demasiado

    bien . Que me haba entusiasmado enterarme un da de su

    devocin a la

    trada

    kierkegaardiana, que tambin

    para

    mu

    chos de nosotros era la clave de la especie humana? Pero te

    ma que no sera capaz de art icular lo.

    Era

    mejor escuchar. Como yo era ruso , Auden

    hablaba

    de

    los escritores rusos . No me gustara vivir bajo el mismo te

    cho con Dostoyevsky, deca . O: El mejor escritor ruso es

    Chejov -

    Por

    qu? Es el nico de ustedes

    que

    tiene

    sentido comn . O me preguntaba sobre lo que pareca

    asombrarlo ms de mi tierra: Me dijeron que los rusos

    siempre se roban los limpiaparabrisas de los coches estacio

    nados.

    Por qu?

    Pero mi respuesta -porque no venden

    piezas

    sueltas-

    no lo satisfaca: obviamente l pensaba en

    una razn ms inescrutable, y despus de haberlo ledo yo

    mismo empec a pensarlo. Entonces se ofreci a traducir al

    gunos de mis poemas. Esto me impresion .sobremanera.

    Quin

    era yo

    para

    ser traducido por Auden? Yo saba que

    grac ias a sus traducciones algunos de mis compatriotas ha

    ban logrado ms de lo que sus versos merecan; sin embar

    go, no poda permitirme

    pensar

    que

    l

    trabajara para m.

    Por eso dije Sr . Auden, qu piensa usted de.:. Robert Lo

    well?

    No

    me gustan los hombres , respondi,

    que

    dejan

    tras ellos un rastro fresco de mujeres llorando.

    u r a n t ~

    esas semanas en Austria cuid de mis asuntos

    con la diligencia de

    una mam

    gallina. En primer lugar, em

    pezaron a llegarme, inexplicablemente, cartas y telegramas

    a la direccin de Auden. Despus escribi a la Academia de

    Poetas Norteamericanos pidiendo que me otorgaran alguna

    ayuda financiera. As fue como recib mi primer dinero nor

    teamericano

    -mil

    dlares,

    para

    ser

    exacto-

    que me

    dur

    hasta mi

    primer

    da de pago en la Universidad de Michigan.

    Me haba recomendado con su agente, me haba instruido

    sobre quin conocer y a quin evitar, presentado amigos,

    protegido de los periodistas, y explicado con tristeza

    que

    ha

    ba dejado su departamento en StoMark s Place

    -como

    si

    yo

    planeara

    vivir en su Nueva York. Sera bueno

    para

    ti .

    Aunque slo fuera porque hay

    una

    iglesia armenia muy cer

    ca, y la misa es mejor cuando no se ent ienden las

    palabras

    .

    No sabes armenio, verdad? Yo no saba armenio.

    Entonces lleg de Londres l direccin de W. H . Au

    den-

    una

    invitacin

    para

    que yo participara en el encuentro

    de Poesa Internacional en el Queen Elizabeth Hall , y reser

    vamos el mismo vuelo en British European Airways. Aqu

    tuve la oportunidad de pagarle un poco en especie. Sucedi

    que durante mi estancia en Viena haba sido protegido por

    9

    la familia Razumovsky descendientes del Conde Razu

    ~ s ~ de los Cuartetos de Beethoven). Un miembro de esa

    f ~ l h lga Razumovsky, trabajaba entonces con la Aus

    trIan.Airlines,

    Cuando

    supo que W. H . Auden y yo volara

    mosJuntos a Londres, habl a BEA y sugiri que les dieran a

    estos dos pasajeros un trato real. Naturalmente lo recibimos.

    Auden estaba contento y yo estaba orgulloso.

    .En esa poca me pidi varias veces que lo llamara por su

    primer ~ o m b r e Por supuesto .me resist

    y

    no slo por lo

    que

    ~ e n t I a

    por el como poeta ,

    sino tambin

    por nuestra dife

    rencIa.de edades : los rusos son muy respetuosos de esas co

    s ~

    m ~ l m e n t ~ me dijo en Londres : No podemos seguir

    asi. O tu me dices Wystan, o yo tendr que llamarte Mr.

    Brodsky . Esta amenaza me son tan grotesca que me di por

    vencido. S, Wystan , respond. Lo que t digas, Wys

    tan

    . Despus fuimos a la lectura . Se incl in sobre el

    at r

    il y

    durante una media hora llen la habitacin con los versos

    que conoca de memoria . Si alguna vez dese que el tiempo

    se detuviera, fue entonces, dentro de aquella gran habitacin

    oscura en la orilla

    sur

    del

    Trness.

    Desgraciadamente no fue

    as. Sin embargo, un ao despus, tres meses an tes de que

    muriera en un hotel austriaco, lemos juntos otra vez. En la .

    misma habitacin.

    v

    En aquel tiempo, tena casi sesenta y seis aos . que ve

    nir a Oxford. Tengo buena salud , pero necesito tener a al

    guien que me cuide. Lo que yo

    pude

    ver cuando fui a visi

    tarlo , en enero de 1973, era que lo

    cuidaban

    nicamente las

  • 5/21/2018 Complacer a Una Sombra

    9/9

    cuatro paredes de la cabaa del sigloXVI

    que

    le haba dado

    la ~ e r s i d d y la sirvienta. En

    el

    comedor, los miembros

    de la facultad lo empujaban fuera de la barra. Supuse que

    simplemente era la costumbre en las escuelas inglesas los

    chicos siempre son chicos. Sin embargo, al verlos no

    pude

    evitar recordar una ms de esas frases deslumbrantes de

    Wystan: t rivial idad en la arena.

    Esta bobera no era ms que una variacin sobre el tema

    de que la sociedad no tiene ninguna obligacin hacia el poe

    ta, especialmente hacia un poeta viejo. Es decir que la socie

    dad

    puede escuchar a un poltico de edad

    madura

    , o hasta

    viejo, pero no a un poeta. Hay una serie de razones

    para

    esto ,

    desde las antropolgicas hasta las del servilismo. Pero la

    conclusin es simple e inevitable: la sociedad no tiene dere

    cho a quejarse si un poltico la engaa. Porque, como Auden

    escribi una vez en su Rimbaud ,

    But in that child the rhetorician's lie

    Burst like a pipe : the cold had made a poet .

    (Pero en ese nio la mentira del retrico/ explot como una

    caera: el fro haba creado a un poeta.)

    Si la mentira explota de esta manera en ese nio qu

    pasa con ella en el viejo que siente el fro ms agudamente?

    Por muy presuntuoso que suene viniendo de un extranjero,

    el logro trgico de Auden como poeta fue precisamente ha

    ber

    deshidratado a su verso de cualquier tipo de engao, sea

    retrico o brdico. Este tipo de cosas aleja a uno no slo de

    losmiembros de la facultad , sino tambin de loscolegas en el

    rea, porque cada uno de nosotros albergamos a ese joven

    con espinillas sediento de la incoherencia de la elevacin.

    Esta apoteosis de barros, al volverse crtica, considera la

    ausencia de elevacincomo debilidad , descuido , charlatane

    ra, decadencia . A este tipo de gente no se le ocurrira que un

    poeta envejecidotiene el derecho de escribir peor i en rea

    lidad lo hace , que no hay nada tan desagradable como la

    vejez que descubre el amor y los trasplantes de glndula

    de mono. Entre la impetuosidad y la sabidura, el pblico

    siempre escoger la primera (y no porque esa opcin refleje

    su composicin demogrfica o por la costumbre romnti

    ca

    de los poetas de morirse jvenes, sino debido a la aver

    sin innata de la especie por pensar en la 'vejez, sin hablar de

    sus consecuencias). Lotriste de este aferrarse a la inmadurez

    es que la condicin misma est lejosde ser permanente. Ah,

    si por lomenos lofuera Entonces todo podra explicarse por

    el miedo de la especie a la muerte. Entonces todos

    esos

    Poe

    mas selectos de tantos poetas seran inofensivos como los

    ciudadanos de Kirchstetten que rebautizaron su Hinter

    holz . Si slose tratara del miedo a la muerte, los lectores, y

    especialmente los crticos agudos tendran que haberse sui

    cidado uno tras otro, siguiendo el ejemplo de sus queridos

    autores jvenes. Pero eso no sucede.

    La verdadera historia del aferramiento de nuestra especie

    a la inmadurez es mucho ms triste. Tiene que ver no con la

    renuencia del hombre a saber de la muerte, sino con su no

    estar dispuesto a oir hablar de la vida. Sin embargo, la ino

    cencia es lo ltimo que puede sostenerse naturalmente. Por

    eso es que los poetas -especialmente los que han vividomu

    cho

    deben ser leidos en su totalidad, no en selecciones. El

    comienzo tiene sentido slo en la medida en que hay un fi

    nal. Porque a diferencia de los escritores de ficcin, los poe

    tas nos cuentan toda la historia : no slo en trminos de sus

    propias experiencias y sentimientos, sino y esto es lo ms

    importante para

    nosotros

    en trminos del lenguaje mismo,

    en trminos de las palabras que escogen finalmente.

    Un hombre que envejece, si todava sostiene una pluma

    tiene una opcin: escribir sus memorias o llevar un

    diario

    :

    Por la misma naturaleza de su arte, los poetas son diaristas.

    Muchas veces contra su propia voluntad, siguen la pista de

    lo que est sucediendo: a ) a sus almas, ya sea la expansin

    de un alma o

    con

    ms frecuen

    cia

    su encogimiento, y b)a

    su sentido del lenguaje , porque son los primeros para quie-

    nes las palabras se comprometen o se devalan. Nos gusteo

    no, estamos aqu para

    aprender

    no' slo lo que el tiempo le

    hace al hombre, sino lo que el lenguaje le hace al tiempo. Y

    los poetas, no hay que olvidarle, son aquellos por loscuales

    (el lenguaje) vive. Esta es la ley que le ensea a un poeta

    mayor rect itud que cualquier credo.

    Es por esto que se puede construir mucho con W. H. u-

    den . No slo porque muri cuando tena el doble de la edad

    de Cristo o deb ido al principio de repeticin de ierke-

    gaard. Simplemente estuvo al servicio de una infinidad ma

    yor de la que normalmente reconocemos, y es testigo de su

    disponibilidad ; lo que es ms , l hizo que fuera hospitalaria.

    Lo menos que se puede decir es que cada individuo debera

    conocer

    por

    lo menos a un poeta de principio a fin: si no

    como un gua en el mundo, entonces como un patrn para

    medir el lenguaje. W. H. Aud en servira muy bien para

    bos fines, aunque slo fuera por sus respecti vas semejanzas

    con el Infierno y el Limbo .

    Fue un gran poeta (lo nico que est mal en esta oracin

    es l tiempo, ya que la naturaleza del lenguaje pone los lo

    gros -personales invariablemente en el presente), y yo me

    considero inmensamente afortunado de haberlo conocido.

    Pero aunque no lohubiera conocido, siempre estara lareali

    dad

    de su trabajo. Uno debera sentirse agradecido con el

    destino por haber sido expuesto a esta realidad, por la prodi

    galidad de estos dones,

    an

    ms inapreciables por no haber

    sido designados a nadie en particular. Se puede llamar a esto

    una generosidad del espritu, excepto que el espritu necesita

    a un hombre a travs del cual refractarse. No esel hombre

    el

    que se vuelve sagrado debido a esta refraccin: es el espritu

    el que se vuelve humano y comprensible. Esto - y el hecho

    de que los hombres son finito

    es suficiente para que uno

    idolatre a este poeta . ,

    Cualesquiera que sean las razones por las cuales cruz

    el Atlntico y se hizo norteamericano, el resultado fue que

    fusion ambas lenguas inglesas y se convirti para para

    frasear uno de sus propi os versos- en nuestro Horacio

    trasatlntico. De una u ot r

    a manera, todos los viajes que

    emprendi por tierras , cuevas de la psique , doctrinas, cre

    dos sirvieron no tanto para mejorar su razonamiento

    como para expander su diccin . Si alguna vez la poesa fue

    para l un medio de ambicin, vivi lo suficiente para que se.

    convirtiera simplemente en un medio de existencia. De ah

    su autonoma, su cordura, su equilibrio, su irona, su des

    prendimiento

    en

    suma, su sabidura. Sea lo que sea, leerlo

    es una de las pocas maneras (si no la nica) a nuestro alcan

    ce

    para

    poder sentirnos decentes . Me pregunto, sin embar

    go, si ese fue su propsito .

    Lo vipor ltima vez en julio de 1973, en una cena en casa

    de Stephen Spender, en Londres. Wystan estaba ah sentado

    a la mesa, con un cigarro en su mano derecha y una copa en

    la izquierda, hablando sobre el tema del salmn fro. Como

    la silla era demasiado baja, la duea de casa le haba puesto

    dos viejos volmenes del Oxford nglish icton

    ry par..

    sentarse. Pens entonces que estaba viendo al nico hom

    bre que tena derecho de usar esos volmenes como

    asiento .