comportamiento humano

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SANTIAGO (101) 2003 PSICOLOGIA Rosa María Reyes Bravo “Apuntes para comprender el comportamiento humano.” Sus aristas biológicas, dinámicas y cognitivas Resumen El artículo presenta algunas reflexiones de la autora sobre el comportamiento humano desde el punto de vista teórico, poniendo la mirada en aspectos aún polémicos de la Psicología, así como sus propuestas de integración, tomando como punto de partida algunos autores reconocidos en el tratamiento del tema. A modo de prólogo Hablar sobre la conducta humana no es antojo, capricho o moda en la psicología, ni siquiera un compromiso afectivo con determinada postura o corriente teórica, es realmente una necesidad que emerge de las características de nuestro objeto de estudio: la mente o fenómenos mentales, lo psíquico, lo inconsciente, las variables intermedias entre el estímulo y la respuesta, la conciencia, la subjetividad, por solo citar algunas 341 Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

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SANTIAGO (101) 2003

PSICOLOGIA Rosa María Reyes Bravo

“Apuntes para comprender el

comportamiento humano.” Sus aristas biológicas,

dinámicas y cognitivas

Resumen

El artículo presenta algunas reflexiones de la autora sobre el comportamiento humano desde el punto de vista teórico, poniendo la mirada en aspectos aún polémicos de la Psicología, así como sus propuestas de integración, tomando como punto de partida algunos autores reconocidos en el tratamiento del tema.

A modo de prólogo

Hablar sobre la conducta humana no es antojo, capricho o moda en la psicología, ni siquiera un compromiso afectivo con determinada postura o corriente teórica, es realmente una necesidad que emerge de las características de nuestro objeto de estudio: la mente o fenómenos mentales, lo psíquico, lo inconsciente, las variables intermedias entre el estímulo y la respuesta, la conciencia, la subjetividad, por solo citar algunas

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maneras de asumir el centro de la ciencia psicológica hasta hoy1, no han sido posibles investigarlos alejados de sus propias manifestaciones reales y concretas: la idea, la vivencia(sentimiento o emoción), el proyecto o recuerdo que son verbalizados, o manifestados en gestos o cambios fisiológicos, o traducidos en acciones relacionales con “otros”, son sencillamente conductas, expresiones de todo una historia de desarrollo biológico(hablo de un sistema nervioso y un cerebro como órgano rector, de mapa genético, de hormonas, sustancias químicas y una larga lista bio), de vínculos intra e intersubjetivos, por ende sociales. Nuestra subjetividad o psiquis, como quiera llamársele, no es etérea e inarbodable, es real, es objetiva, concreta, pero no a la usanza conductista, sino demostración de más de cien años de ciencia. Y digo sencillamente conductas, porque no debemos temerles a nuestros propios fantasmas, a esos que alguien o algunos crearon para no permitirnos decir nuevamente este vocablo sin sentir temor o pánico de ser “atacados” vaya a saberse de qué y por qué2.

Pues bien, se trata ahora de que siendo una categoría3 introducida en las últimas versiones de planes de estudio, ocupando el centro de una disciplina, exactamente la de la básica específica por excelencia -téngase en cuenta su salida directa e indirecta al ejercicio de la profesión-, nos preguntemos ¿por qué la conducta? (o como dicen para alejar el fantasma: “el 1 Es preciso recordar la frase de J. Bleger de que “la conducta es la unidad de estudio de toda la psicología y de todas las escuelas; no que lo será, sino que ya lo ha sido. Sean cuales fueren los fundamentos teóricos y los “modelos” de pensamiento empleados, todas las corrientes y todos los campos han estado estudiando consciente o inconscientemente la conducta” en Psicología de la conducta, Editorial Paidós, 1973. 2 Que ya se sabe por qué, es solo una manera de decir, si no estúdiese la historia de este término en la Psicología, ya que lamentablemente aquí no es objetivo recrear, pero bien vale la pena, como dice Manolo Calviño. 3 En todo el sentido de la palabra, pues este concepto es aplicable por muchas ciencias, no solo la de marras.

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comportamiento”), ¿desde qué concepciones teóricas o principios epistemológicos entenderla o abordarla?, ¿cuáles son sus características o naturaleza?, ¿qué aportaría a la enseñanza de la Psicología y la práctica profesional una mirada concéntrica al comportamiento?, ¿qué ventajas tiene el estudio de lo psicológico basado en este concepto?, si cada día hay más evidencias de la naturaleza biopsicosocial del ser humano, ¿qué formulaciones se hacen necesarias en el estudio del comportamiento humano?.

Comencemos por encuadrar nuestro objeto de reflexión:

Marco teórico general y particular para estudiar el comportamiento humano.

Para el estudio de cualquier dimensión de lo humano es necesario comprender su naturaleza, su esencia, pues ello define no solo sus manifestaciones y relaciones, sino también el modo en que debe ser concebido su abordaje teórico-metodológico y práctico.

Si partimos de una ubicación filosófica general es el marxismo con su concepción materialista-dialéctica la que pauta un conjunto de categorías y leyes que tienen que ver con esta realidad. La idea de Carl Marx de que “la esencia humana[...] no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales”4, ha sido corroborada por las mas disímiles corrientes de pensamiento científico, incluida la propia Psicología: desde Freud5, Watson,

4 C. Marx: “Tesis sobre Feuerbach”, O. E. Editorial Progreso, Moscú, 1973, en: Las Tesis sobre Feuerbach: esbozo de una concepción del mundo, de José Antonio Escalona, DICT, Universidad de Oriente. 5 De éste recordemos la importante frase : “En la vida anímica individual, aparece integrado siempre el Otro, como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo la Psicología individual es al mismo tiempo y desde un principio, Psicología Social en un sentido amplio, pero plenamente justificado” (Freud, S. En García y Waisbrot, 1981).

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M. Klein6, Vigotsky, Rubisnstein pasando por los exponentes del constructivismo, el freudomarxismo, hasta nuestras concepciones actuales en investigaciones y teorizaciones válidas. Por ello estudiar el comportamiento humano debe hacerse en nuestra concepción, bajo una comprensión de su naturaleza social- y no olvidemos esto porque esta es una cuestión que ha estado atravesando toda la teorización psicológica hasta nuestros días y se verá durante todo este material-, que desde los aportes que han hecho las posiciones de diferentes autores nos hacen plantear como principio integrador, cosmovisivo de nuestro objeto de estudio, al enfoque histórico-cultural.

Reconocer que las relaciones sociales constituyen la esencia humana, es también reconocerlas como fundantes de lo psíquico, no solo en su constitución sino también en sus manifestaciones, lo que nos conduce a precisar como marco teórico general desde la propia ciencia, para el estudio y comprensión del comportamiento humano el enfoque histórico-cultural introducido en la Psicología por L. S. Vigotsky, que declara como condición básica del surgimiento y desarrollo del psiquismo humano al proceso de internalización de la experiencia social.

En su obra “Historia de las Funciones Psíquicas Superiores” Vigotsky formula lo que constituye la ley genética general del desarrollo cultural, planteando que: “cualquier función en el desarrollo cultural del niño aparece en escena dos veces, en dos planos: primero como algo social, después como algo psicológico; primero entre la gente, como una categoría interpsíquica, después, dentro del niño, como una categoría intrapsíquica”7. Y pongamos la mirada en esta afirmación: lo

6 Recomiendo indagar sobre la teoría de las “relaciones objetales” de Melanie Klein, importante exponente del psicoanálisis. 7 Desde aquí se origina el enfoque histórico cultural que ha trascendido hasta la actualidad y ha penetrado las más disímiles corrientes y tendencias en la psicología, cobrando cada vez más vigencia e importancia.

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que se intercambia o enseña de un lado y se aprende o incorpora del otro, tiene como vehículo fundamental al comportamiento, es decir, lo intersubjetivo que pasa a ser o se convierte en intrasubjetivo, no tiene otro modo de realización o manifestación que no sea el propio comportamiento.

Pero insistimos en que no se trata de una noción parcializada y fragmentaria de la manifestación de lo psíquico, se trata de entender al comportamiento como “todas las manifestaciones del ser humano, cualesquiera sean sus características de presentación”8. Para entendernos mejor partamos de la definición que sobre la conducta hace Lagache y que adopta José Bleger en su libro Psicología de la Conducta: es ” el conjunto de respuestas significativas por las cuales un ser vivo en situación integra las tensiones que amenazan la unidad y el equilibrio del organismo”, o como “el conjunto de operaciones (fisiológicas, motrices, verbales, mentales) por las cuales un organismo en situación reduce las tensiones que lo motivan y realiza sus posibilidades”. No se trata solo de fenómenos visibles u observables, sino de que lo psíquico, lo subjetivo, existe solo en el comportamiento; ya sean las vivencias, los sentimientos, recuerdos, pensamientos, taquicardias u otras alteraciones orgánicas, las acciones, son todos comportamientos o manifestaciones de un ser humano, que tienen diferentes niveles o áreas de expresión: mental, corporal y relacional con el mundo externo.

Con todo esto estamos entrando en concepciones teóricas que nos sirven de marco teórico particular, pues las aportadas por Vigotsky brindan principios mas generales que se complementan con estas valoraciones de otros teóricos como Bleger, para darnos una visión mas integral del fenómeno del comportamiento. Así este autor declara como posición de principio estudiar la conducta “...en función de la personalidad y del inseparable contexto social, del cual el ser humano es

8 José Bleger: Psicología de la conducta, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1973.

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siempre integrante; estudiamos la conducta en calidad de proceso-dice- y no como “cosa”, es decir, dinámicamente...”, “...las cualidades de un ser humano derivan siempre de su relación con el conjunto de condiciones totales y reales...”, operando así con una concepción dialéctica, clara y precisa, superando con creces los planteamientos del conductismo y la gestalt y articulando el análisis histórico – cultural con la psicodinámica.

Otros psicólogos han realizado formulaciones que sustentan el presupuesto de la esencia social humana y la naturaleza social –por ende- del comportamiento, que de modo mas particular constituyen teóricos de la conducta humana, por ejemplo en la Argentina, Enrique Pichón Rivière, fundador de la Escuela de Psicología Social, fundamentó una teoría del sujeto a partir de la importancia del OTRO en su constitución psíquica, tomando algunos aportes de S. Freud en la primera tópica, que tenía un sustrato material en contraposición con el carácter idealista de la segunda. Teniendo claro que la conducta no es solo objeto de estudio de la Psicología, este destacado psicólogo ofreció análisis importantes para el estudio del comportamiento humano, que también suponen posiciones de principio desde la dialéctica materialista sobre el tema: “La conducta estudiada en el nivel psicológico, es la conducta molar, es decir una totalidad organizada, formando una unidad de experiencia con una unidad de significado”9, “desde un enfoque totalizador definimos la conducta como estructura, como sistema dialéctico y significativo en permanente interacción, intentando resolver desde esa perspectiva las antinomias mente-cuerpo, individuo-sociedad, organismo-medio(Lagache)”10, “la inclusión de la dialéctica nos conduce a ampliar la definición de conducta, entendiéndola no sólo como estructura, sino como estructurante, como unidad múltiple o sistema de interacción, introduciéndose como concepto de interacción dialéctica la noción de 9 Enrique Pichón-Rivière: Diccionario de términos y conceptos de psicología y psicología social, Nueva Visión, Buenos Aires, 1995. 10 Ibídem.

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modificación mutua, de interrelación intrasistémica (el mundo interno del sujeto) e intersistémica (relación del mundo interno del sujeto con el mundo externo)”11, lo que a todas claras nos deja una valiosa aplicación de la dialéctica materialista al estudio de lo psicológico a través del comportamiento humano. Destacable es esta posición que pone de relieve el carácter unitario del ser humano, despojado de banales y antiguos antagonismos, sentando así las bases para la comprensión de la conducta como fenómeno múltiple, diverso, complejo, dinámico y dialéctico.

Lo biológico y lo social...

Sin embargo esta declaración del papel preponderante de lo social en el origen y manifestación de lo subjetivo, no excluye ni desconoce el lugar de lo biológico en el comportamiento humano, si bien este se estructura en el plano de la relación con los otros, no podemos hablar de lo subjetivo sin el sustrato material de su existencia, aunque no radica en ello su objetividad, pero sin dudas constituye una de sus dimensiones, comprobada hoy sus interrelaciones con las restantes y la diversidad de sus manifestaciones.

¿Puede nuestra constitución biológica determinar definitivamente nuestras habilidades, capacidades y posibilidades de desarrollo personal?, suponiendo que se descubra que tenemos codificado genéticamente una enfermedad o aptitud, característica o condición X, ¿serán estos elementos suficientes para que se produzca ese hecho como comportamiento en un futuro?, ¿de qué depende que desarrollemos ciertas habilidades, capacidades o características?, pensemos a modo de ejemplo, en nuestra herencia biológica y cultural, ¿cuánto de lo que somos parecidos a nuestros padres tiene que ver con la información genética y cuánto con lo aprendido desde muy pequeños, tan pequeños que no conservamos, al menos de modo consciente, huellas mnémicas sobre los momentos que produjeron ciertas 11 Ibídem.

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vivencias significativas en nuestro ser y que son recordadas en su impacto por los adultos que nos rodean?, o por el contrario, ¿cuánto de esa herencia biológica y cultural habrá en lo que se conocen como alteraciones de la mente debido a ciertas malformaciones genéticas o en las propias enfermedades que padecemos similares a la de nuestros antecesores?.

Nos podemos formular cuantas respuestas sean posibles, mientras más, mejor y relacionémoslas con las evidencias cotidianas que tengamos a nuestro alcance, pero también con toda la información que científicos de las más diversas ramas han brindado sobre estas y otras interrogantes y que aparecen en la literatura sobre el tema.

Hablar de la dimensión bio de nuestro ser, no significa en lo absoluto condición sine qua non del desarrollo, a pesar de los recientes descubrimientos del mapa del genoma humano, pendiente aún de revelar su significado en la evolución filo y ontogenética; así lo confirman varios científicos; uno de ellos, el destacado biólogo chileno, Dr. Humberto Maturana, plantea: “la constitución genética hace posible el nuevo modo de vida que se conserva, pero no lo determina, porque éste surge como una epigénesis en el encuentro organismo-medio”12. Con lo que reafirma la importancia de otros planteamientos sobre las relaciones estructurales que se establecen al interior del sistema(incluyendo estos aspectos biológicos) con los aspectos externos a él, para dar lugar a una expresión individualizada de lo biológico, lo psicológico y lo social(incluido lo ecológico en su connotación más ortodoxa).

En uno de sus intercambios científicos recogidos en interesantes textos sobre este tema, el reconocido profesor afirmó: “La célula inicial que funda un organismo constituye su estructura inicial dinámica, la que irá cambiando como resultado de sus propios procesos internos en un curso modulado por sus 12 Humberto Maturana: Biología del amor y el origen de lo humano, Ediciones Prometeo y Proteo, (novena edición), Santiago de Chile, 1997.

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interacciones en un medio, según una dinámica histórica en la cual los agentes externos lo único que hacen es gatillar cambios estructurales determinados en ella... El futuro de un organismo nunca está determinado en su origen13. Es desde el comprender esto que tenemos que considerar la educación y el educar”14.

Los nuevos descubrimientos y “avances tecnológicos” en el campo de la biología: dígase la clonación, el mapa genético, la transgenización(aplicada sobre todo a los alimentos), tienen como motor impulsor metas humanas no siempre de carácter ético, provocando en un buen grado, aplicaciones con consecuencias negativas para la humanidad, poniendo de relieve la otra cara de la relación, en el plano científico, de los aspectos biológicos y sociales. “¿Cuánto se puede cambiar el cuerpo humano y aún conservar la identidad humana o una identidad particular?”, se preguntaba el autor ya citado, “La identidad de cualquier entidad es relacional y como tal es sistémica; esto es, no está determinada por ningún aspecto particular de su estructura o de su conducta, sino que surge, se constituye y se conserva, en una dinámica relacional en la que se conservan dinámicamente entrelazadas su estructura y las circunstancias que la hacen posible”15. Evidencia de esto lo constituyen los resultados del Proyecto Roma en Málaga, España, en la educación para la autonomía de niños y niñas, adolescentes y jóvenes con síndrome Down16. Pero también las investigaciones

13 El subrayado es del autor. 14 Humberto Maturana: Emociones y lenguaje en Educación y Política. Editorial Hachette, 6ta edición, Santiago de Chile, 1992(primera edición 1990). 15 Ídem: Biología del amor y el origen de lo humano. 16 Se trata de un proyecto de investigación y desarrollo que se ejecuta por más de seis años en la facultad de Educación de la Universidad de Málaga, coordinado por el reconocido Dr. Miguel Melero, con ramificaciones en Chile, México, Colombia, Argentina y la propia Cuba, en la Habana. Sus resultados han llevado en esa localidad a la licenciatura en Educación y otras especialidades universitarias a personas que portan este síndrome. De este proyecto puede

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sobre lo que se conocen hasta hoy como alteraciones de la mente humana-dígase el autismo, la esquizofrenia y síndromes tan llamativos como el Sevant17- dan cuenta del interjuego dialéctico que se produce entre los factores biológicos, psicológicos y sociales, con predominio de estos últimos, en la producción del sujeto y sus manifestaciones comportamentales.

Aún así se pretende mostrar cada día el predominio de los determinantes biológicos del comportamiento humano, así las llamadas pruebas de la “inferioridad biológica de la mujer”, que tratan de demostrar que ciertas alteraciones en el comportamiento femenino se deben a ciertas modificaciones en la segregación glandular de algunas hormonas o a la mutilación de sus órganos sexuales para la reproducción, obvian la confluencia de aspectos psicológicos y sociales, relacionados en lo fundamental con el modo de vida y las relaciones que derivan de este, para producir por consiguiente, el carácter multideterminado de la conducta.

Por eso, mas allá de pensar en los llamados límites que lo biológico le impone a lo social, debemos analizar las ricas y complejas relaciones dialécticas que se establecen entre ambas dimensiones del comportamiento humano, para dar cuenta de un estatus en el desarrollo de cada ser.

consultarse su material programático con la profesora Rosa María o en la dirección del Dpto. 17 Recientemente se proyectó en la televisión cubana, en el programa Fotogramas, un documental sobre este síndrome y en el que a pesar de lo interesante de sus informaciones no se preguntó en ningún momento por los determinantes externos(sociales) del comportamiento de las personas que lo padecen, incluso del papel que tenían en las variaciones de habilidades que presentan estas personas portadoras.

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El comportamiento humano como fenómeno complejo...

Justamente todos estos elementos están apuntando a la necesidad de comprender al comportamiento como un fenómeno complejo. Recordemos que anteriormente habíamos hablado de cómo Lagache definía a la conducta como “el conjunto de operaciones (fisiológicas, motrices, verbales, mentales) por las cuales un organismo en situación reduce las tensiones que lo motivan y realiza sus posibilidades”; definición que está haciendo referencia ya de por sí a una estructura muy compleja, pues son todas estas expresiones diversas de un mismo organismo, que bajo un principio activo se movilizan para reducir tensiones que le provocan sus propias motivaciones, permitiéndole realizar sus posibilidades. ¿Podremos hablar de un comportamiento verbal o mental que no suponga al mismo tiempo manifestaciones fisiológicas o motrices, en mayor o menor intensidad?, o por el contrario, conductas fisiológicas, como la taquicardia que se produce ante un fuerte susto o impresión, ¿no implican correlativamente conductas motrices, verbales o mentales?, pensemos.

Hasta hoy la ciencia se ha empeñado en demostrar el funcionamiento humano fragmentariamente18, como si así se produjera la realidad, lo que ha limitado el acercamiento cada vez más profundo al conocimiento de cómo transcurre y se produce lo humano.

Si nos detenemos a pensar en esto por caminos no trillados, nos daremos cuenta de la naturaleza compleja de nuestro objeto de estudio, el más general, que compartimos con todas las ciencias sociales y humanísticas: el ser humano, es un ser evidentemente biológico, pero al mismo tiempo, evidentemente cultural, social,

18 Bajo el paradigma de la simplicidad, que ve a lo uno y a lo múltiple, diferenciadamente, pero no puede ver que lo Uno puede, al mismo tiempo, ser Múltiple. En esencia, según Edgar Morin, el principio de la simplicidad o bien separa lo que está ligado(disyunción), o bien unifica lo que es diverso(reducción).

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y parafraseando a Edgar Morin19, es un ser meta-biológico, que vive en un universo de lenguaje, de ideas y de conciencia. Sin embargo, “...a esas dos realidades, la realidad biológica y la realidad cultural, el paradigma de la simplificación nos obliga ya sea a desunirlas, ya sea reducir la más compleja a la menos compleja. Vamos entonces a estudiar al hombre biológico en el Departamento de Biología, como un ser anatómico, fisiológico, etc., y vamos a estudiar al hombre cultural en los departamentos de ciencias humanas y sociales. Vamos a estudiar al cerebro como órgano biológico y vamos a estudiar al espíritu, the mind, como función o realidad psicológica. Olvidamos que uno no existe sin el otro; más aún, que uno es, al mismo tiempo, el otro, si bien son tratados con términos y conceptos diferentes”20.

La noción de complejidad está asociada a las paradojas, contradicciones o dicotomías, a la completud y multidimensionalidad. Las contradicciones o dicotomías se asocian a la idea de que el orden supone el desorden, lo uno está en lo otro y viceversa; la completud está asociada a la complejidad por lo multidimensional de lo complejo, ninguna dimensión está aislada de las otras, pensar bajo el paradigma de la complejidad es pensar que cualquier dimensión de lo humano es complementaria de otras: en lo económico está lo psicológico, en lo cultural lo político y lo económico, etc.

Si pensamos en los tres principios que articulan la noción de complejidad, nos percataremos de por qué el comportamiento humano es un fenómeno complejo:

• El principio dialógico: nos permite mantener la dualidad en el seno de la unidad, asocia dos términos a la vez complementarios y antagonistas. En ese sentido la misma definición de comportamiento es prueba de ello, la concepción de la conducta como una expresión unitaria

19 Destacado teórico del paradigma de la complejidad. 20 Edgar Morin: Introducción al pensamiento complejo, Editorial Gedisa, Barcelona, 1996(segunda reimpresión), impresión original ESF Editeur, París, 1990.

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del ser en diferentes áreas y campos: área de la mente, del cuerpo y del mundo externo, campo psicológico y ambiental como corte transversal en el tiempo de una misma situación, con sus contradicciones y coincidencias internas. Se expresa aquí al comportamiento como resolución conceptual de las unidades antagónicas presentadas hasta hoy en la ciencia psicológica: es, según sus propias dimensiones, biológica y social a la vez, objetiva y subjetiva, cognitiva y afectiva21, consciente e inconsciente(campo psicológico y de conciencia vs. campo ambiental).

• El principio de la recursividad organizacional: similar al proceso del remolino, cada momento del remolino es producido y al mismo tiempo productor; los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce, esta idea rompe con la idea lineal de causa / efecto, de producto / productor, estructura / superestructura, porque todo lo que es producido reentra sobre aquello que lo ha producido en un ciclo en sí mismo auto-constitutivo, auto-organizador y auto-productor: “Los individuos producen a la sociedad que produce a los individuos, somos a la vez, productos y productores22”. Esto equivale a plantearnos al comportamiento en su relación con la subjetividad como expresión de la relación inter-intrasubjetivo, lo que se produce entre dos o más provoca lo que se produce al interno de cada cual y a su vez lo de cada cual produce lo que ocurre entre dos o más, en una relación cíclica, donde cada comportamiento producido es al mismo tiempo productor de otros, lo que equivale a plantearnos cada conducta no solo en términos de su policausalidad o plurideterminación, sino en el carácter recíproco de sus

21 Los remito al libro del profesor Manuel Calviño, Orientación psicológica, Esquema referencial de alternativa múltiple, Editorial científico-Técnica, 2000, páginas 108-134. 22 Ibídem, Ob. Citada.

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determinantes(por ejemplo las series complementarias, el teorema de Thomas o profecía autocumplida, etc.). De otra manera también pudiera ser al decir de Calviño, que el comportamiento del otro puede empezar en uno mismo23.

• El principio hologramático: No solamente la parte está en el todo, sino que el todo está en la parte. Principio que sintetiza lo dialógico y lo recursivo al mismo tiempo. Podemos conocer las cualidades emergentes de un todo por sus partes y viceversa, en un mismo movimiento productor de conocimientos. El análisis de un comportamiento desde su arista dinámica(las necesidades, por ejemplo), nos permite conocer el comportamiento y al sujeto, desde la comprensión de las relaciones internas entre estas y otras partes que conforman el todo comportamental, como manifestación unitaria del sujeto; viceversa.

Hasta aquí un reducido análisis de algunos pilares del paradigma de la complejidad que les permitirán tomarlos como herramientas para armarse y poder realizar muchos análisis del comportamiento desde todas sus aristas. Solo les pongo como ejemplo para ejercitar lo conocido y entrar en nuevos niveles de aprendizaje la siguiente interrogante: ¿es el proceso de conocer una conducta que se basa solamente en modelos cognitivos?, ¿es el proceso de aprendizaje un fenómeno complejo?, ¿por qué?.

Pero, ¿qué significa toda esta complejidad para la eficiencia del sujeto y su comportamiento?

23 Les recomiendo leer el libro de Manuel Calviño Psicología y Marketing, contribuciones al posicionamiento de la Psicología. Editorial Política, La Habana, 1999.

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El comportamiento eficiente.

Indiscutiblemente una respuesta lógica después de este análisis nos llevaría a plantear como cuestión de principio que la eficiencia del comportamiento humano no depende solo de la satisfacción de las necesidades que lo movilizan, o de las competencias y capacidades que se realicen en la solución de problemas, o de un funcionamiento orgánico congruente o armónico que le permitan al sujeto la funcionalidad de todas sus estructuras para una relación equilibrada con el medio y la realización exitosa de todas sus necesidades.

Hasta ahora queda claro que el ser humano es único y diverso en sí mismo, a la vez, que si bien podemos hablar del ser como unidad, esta no excluye rupturas, contradicciones, ambigüedades, por lo que si hablamos de unidad entre lo afectivo y lo cognitivo, también puede darse por sentado que existan entre estas dimensiones rupturas o contradicciones, no olvidemos las posibilidades de autonomía de cada elemento psíquico, en términos de relaciones de dependencia-independencia, e interdependencia entre sus componentes.

Desde el punto de vista dinámico la eficiencia parte del criterio de realización de las necesidades, que constituyen el motor impulsor del comportamiento, el punto de partida de toda conducta, lo que la sostiene, le da dirección, la moviliza en el sentido de la realización, lo que nos conduce a fundamentar y sostener un punto de vista psicodinámico en este análisis, que no excluye por supuesto la aplicación de la dialéctica materialista24 al mismo, pero que da por sentado, que si hay un nivel de análisis y regulación del comportamiento, ese es el psicodinámico. Ya Carl Rogers en una de sus veintidós proposiciones sobre la personalidad, dijo: “La conducta es, en esencia, un intento del organismo dirigido hacia la meta, por

24 Ya Marx en la Ideología Alemana planteaba que nadie hace nada que no sea en función de alguna de sus necesidades.

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satisfacer las necesidades experimentadas en el campo percibido”25.

Si las necesidades son el punto de partida del comportamiento, pues son la demanda de algo que garantiza el equilibrio, la adaptación al medio y el desarrollo, es evidente que en la medida que ellas se realicen, es decir, se satisfagan, el comportamiento será eficiente. No olvidemos que en su doble carácter, pasivo y activo, las necesidades pueden expresarse como carencias o como deseos, esto es, las de déficits y las de desarrollo, provocando comportamiento diferentes: las primeras producen dependencia, repetición, involución y las segundas producen conductas creativas, independientes, desarrolladoras.

Las primeras se manifiestan las más de las veces como conductas parásitas, asociadas a la expresión activa de otras necesidades, por lo que no quedan claras las demandas ni para el sujeto de necesidades ni para los otros significativos, lo que reduce las posibilidades de su realización o satisfacción, produciendo conductas ineficientes en términos de la factibilidad de la realización; hasta tanto no quede claro para el sujeto sus propias demandas y con ello gane su comportamiento dirección y movilización, es decir, se haga activa la necesidad, no será posible la realización de la misma.

Por lo tanto, desde el punto de vista dinámico26, un comportamiento será eficiente en la medida que esté movilizado por necesidades activas que faciliten al sujeto su realización y desarrollo.

25 Carl Rogers: “A theory of therapy, personality, and interpersonal relationships as developed in the client-centered framework” en Psicología y Marketing de Manuel Calviño, página 123. 26 Recuerdo que este solo es un nivel de funcionamiento del sujeto, según el modelo que presenta Manuel Calviño en su libro Orientación Psicológica. Existen dos niveles más: el caracterológico o personológico y el interactivo, que supondrán otros indicadores de eficiencia comportamental, que incluya al mencionado obviamente.

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Solo me he referido hasta aquí a la dimensión psicodinámica27, pero es obvio que entrando en criterios articuladores de todas las dimensiones de lo subjetivo, habrán otros indicadores de eficiencia, lo cuales incluso serán importantes valorar a partir de toda las teorías y prácticas posibles(las asistenciales también) por su incidencia en las labores de intervención psicológica: sea orientación, psicoterapia, rehabilitación u otras; la meta que debe conducir todas nuestras practicas profesionales es la de producir o propiciar cada vez más, una mayor eficiencia de nuestros comportamientos en aras de nuestro bienestar, salud y crecimiento personal.

A modo de conclusiones:

Creo firmemente en la necesidad de estudiar más desde el punto de vista teórico el comportamiento humano, no solo por la importante que es definir un ECRO28 para su tratamiento, sino también por constituir la unidad de trabajo cotidiana de nosotros, los y las profesionales de la psicología.

Dada la naturaleza compleja de lo psíquico y todos los fenómenos humanos que deriven de su expresión, se hace necesario que hurguemos en los complejos mecanismos internos del ser humano para entender mejor sus congruencias y divergencias, sus unidades y rupturas, en fin, su funcionamiento complejo como sistema.

Por último, esta misma complejidad de nuestro comportamiento -en definitiva de nuestro ser-, determina la necesidad de que precisemos desde una óptica dialéctica aquellos indicadores que

27 Es obvio que la manera en que me recreo en los ejemplos tienen que ver con mi experiencia docente en el tema, sin embargo estos criterios no excluyen en lo absoluto otros análisis desde el punto de vista cognitivo, biológico o incluso a nivel de funcionamiento personológico, lo cual no significa ya otras precisiones más. 28 Bajo similar comprensión de lo que definió E. Pichón Rivière como esquema conceptual referencial y operativo.

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definen nuestra eficiencia comportamental como sujetos, para una mayor eficiencia y eficacia en la labor profesional de potenciar y desarrollar lo humano.

Bibliografía:

1- Bleger, J.: Psicología de la conducta, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1973.

2- Calviño, M.: Orientación psicológica, Esquema referencial de alternativa múltiple, Editorial científico-Técnica, 2000.

3- ___________: Análisis dinámico del comportamiento, Fab. José Maceo, Septiembre 2001, La habana.

4- ___________: Psicología y Marketing, contribuciones al posicionamiento de la Psicología. Editorial Política, La Habana, 1999.

5- Escalona, J. A.: Las Tesis sobre Feuerbach: esbozo de una concepción del mundo, , DICT, Universidad de Oriente.

6- García, M. y Waisbrot: Pichón-Rivière: una vuelta en espiral dialéctica. Centro Editor Argentino. Argentina, 1981.

7- Maturana, H.: Biología del amor y el origen de lo humano, Ediciones Prometeo y Proteo, (novena edición), Santiago de Chile, 1997.

8- ___________: Emociones y lenguaje en Educación y Política. Editorial Hachette, 6ta edición, Santiago de Chile, 1992(primera edición 1990).

9- Morin, E.: Introducción al pensamiento complejo, Editorial Gedisa, Barcelona, 1996 (segunda reimpresión), impresión original ESF Editeur, París, 1990.

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10- Pichón-Rivière, E.: Diccionario de términos y conceptos de psicología y psicología social, Nueva Visión, Buenos Aires, 1995.

11- Vigostky, L.: Historia de las Funciones Psíquicas Superiores. Editorial Científico Técnica. Ciudad de la Habana, 1987.

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