Con el corazón en su sitio La historia de los hermanos Cerezo

176
Con el corazón en su sitio La historia de los hermanos Cerezo

description

Cuando los hermanos Cerezo, Alejandro, Antonio yHéctor fueron detenidos y encarcelados injustamente en 2001,el “esplendor” del nuevo gobierno de otro partido en la Presidenciaestaba arrancando. Vimos cómo los que en ese momentose introducían a Los Pinos buscaban legitimarse a costa de todoy todos, por la misma violencia, según nos dimos cuenta. Eneste contexto, los hermanos Cerezo fueron víctimas de violacionesa sus derechos humanos más elementales, primeramentepor ser jóvenes universitarios, jóvenes sensibles ante las injusticiasque se vivían en el país, y por abstenerse a abandonar lalucha social, pues en sus propias palabras “la lucha en sí mismaes un acto de libertad, de valor y de amor”.

Transcript of Con el corazón en su sitio La historia de los hermanos Cerezo

Con el corazn en su sitioLa historia de los hermanos Cerezo Cmite Cerezo MxicoMayo 2015Esta es una publicacin de Para Leer en Libertad AC.brigadaparaleerenlibertad@gmail.comwww.brigadaparaleerenlibertad.comCuidado de la edicin: Alicia Rodrguez y Jorge B. Fernndez.Diseo de interiores y portada: Daniela Campero.Foto: Jess Villaseca P/Latitudes Press.DedicatoriaA la memoria de Digna Ochoa y Plcido, abogada de las causas justas del pueblo oprimido.A todos los que han luchado por construir un Mxico donde la desigualdad no impere.A todos los que han sido congruentes a pesar de la desaparicin forzada, la prisin por motivos polticos, la ejecucin extrajudicial, la tortura, la persecucin y las amenazas.A todas las organizaciones sociales, polticas y de derechos humanos que nos han brindado su solidaridad y apoyo incondicional.A todas las personas solidarias que sin ser parte del Comit jams nos han abandonado.A todos los que fueron parte del Comit a lo largo de trece aos y a los que actualmente son parte del mismo.A Brigadas Internacionales de Paz, a sus integrantes que nos han acompaado fsicamente y a travs de su labor de incidencia desde febrero de 2002.A nuestros padres siempre presentes en nuestra vida.

ndicePrlogo ...................................................................................................7Introduccin ........................................................................................11Captulo 1. La dulce cotidianidadLa vida antes del 13 de agosto de 2001 ............................................15Captulo 2. El amor y la concienciaDetencin y tortura..............................................................................19Ingreso al penal de mxima seguridad ............................................27Amigos, conocidos o amistades incmodas ....................................29 Captulo 3. Como lo dijo Gramsci: Para la eternidad...............33El arte, el estudio, el deporte, el trabajo ...........................................35El proceso judicial y las amenazas ....................................................38Huelgas de hambre: estmago vaco, convicciones a prueba .......41Captulo 4. Ante la dignidad ms castigoLa Dispersin .......................................................................................45El encierro dentro del encierro ..........................................................53Ni un bao siquiera ............................................................................55El aislamiento (Antonio Cerezo) .......................................................57Captulo 5. Llegada al primer puertoLibertad de Alejandro ........................................................................59Libertad de Pablo Alvarado con sus palabras ................................67Captulo 6. El regreso a Almoloya ...................................................73La vigilancia especial ..........................................................................74Nos queran suicidar ...........................................................................75Poesa, cuento y novela ......................................................................77Captulo 7. En la tierra de Zapata y Jaramillo. ..............................79El regreso a casa (Hctor Cerezo) ......................................................84Captulo 8. Juntos otra vezAprender a defender los Derechos Humanos .................................87Captulo 9. Desde la calleEmiliana y Francisco Cerezo Contreras ...........................................91El shock ...............................................................................................106Tiempo de decisin ...........................................................................108La fora y fauna del movimiento social ..........................................109La solidaridad atraviesa fronteras,el terror de Estado a la vuelta de la esquina ..................................112Una identidad propia, unos principiosque nos mantienen hasta hoy unidos .............................................114Organizarse, cosa fcil de decir, difcil de conseguir ...................118Educacin Popular ............................................................................119Consolidacin ....................................................................................121Captulo 10. Del tamao del cielo: cartas de mam y pap ......123Eplogo ...............................................................................................138PrlogoCOMIT CEREZO MXICO, UNA EXPERIENCIA DE LUCHA COMPARTIDAPor Miguel Concha MaloEl trabajo autntico por la defensa y promocin de los derechos humanosnacedesdeabajo,desdelospueblosydesdelasvc-timas.Hoysabemosquealolargodedcadaspersonasyor-ganizacionesdedicadasalosderechoshumanoshanconstruido poco a poco medios para defenderlos a partir de su necesidad, de sucreatividad,delaluchacompartidaydesdesuexperiencia. Lapersonifcacindeldolorylainjusticiaenmuchoscasosda paso a grupos y personas verdaderamente comprometidas con un mundo ms justo, digno y en paz. Suena paradjico, aunque no lo es, que de una experiencia trgica las personas vctimas de vio-laciones a sus derechos humanos en muchos casos se conviertan en sus propios defensores, lo que he visto y comprobado perso-nalmente. Adems, su trabajo tiene la fuerza de ampliarse con el paso del tiempo, pues la defensa de la dignidad no slo se refere a su caso, sino tambin se encamina a colaborar en la transforma-cin de situaciones que otras personas padecen de manera simi-lar. Todava ms, conforme consolidan su trabajo o se acercan a su objetivo, ste tambin se robustece, y cuando se avanza en el examen crtico y lcido del actual sistema econmico y poltico, que se caracteriza por violentar, explotar y oprimir sobre todo a los grupos ms excluidos, despojados de sus bienes y empobre-7Con el corazn en su sitio8cidos, entonces rotundamente optan o confrman un modo vida, unaformadeandarenelmundo,queahorapodemosnombrar como la defensa de la dignidad; es decir, la defensa desde abajo delosderechoshumanosdetodaslaspersonasypueblos.No como eslogan, ni en abstracto, sino como prctica cotidiana.ste es el caso de los hermanos y amigos que integran el Comit Cerezo Mxico. Su testimonio es clave para entender la poca que arranc con la llegada de la transicin fallida en el inicio del siglo XXI. Su experiencia tambin es importante para comprender el uso directo de la herramienta de los derechos hu-manos por las propias vctimas, por parte de aquellas y aquellos que son violentados en su dignidad. Vamos por partes.CuandoloshermanosCerezo,Alejandro,Antonioy Hctor fueron detenidos y encarcelados injustamente en 2001, el esplendor del nuevo gobierno de otro partido en la Presi-dencia estaba arrancando. Vimos cmo los que en ese momento se introducan a Los Pinos buscaban legitimarse a costa de todo ytodos,porlamismaviolencia,segnnosdimoscuenta.En estecontexto,loshermanosCerezofueronvctimasdeviola-ciones a sus derechos humanos ms elementales, primeramente por ser jvenes universitarios, jvenes sensibles ante las injus-ticias que se vivan en el pas, y por abstenerse a abandonar la lucha social, pues en sus propias palabras la lucha en s misma es un acto de libertad, de valor y de amor. Este temple carac-terizaba ya a estos jvenes. Ellos, tal como lo narran en este y otros textos, andaban de un lado a otro trabajando y colaboran-do en la construccin de un pas ms digno. Y de repente el apa-rato estatal, con una de sus acusaciones ms graves, la de terro-rismo, avasall su vida, los encerr, tortur, humill e intent cancelarles la esperanza, y con ello su propia humanidad, pero no pudo doblegarlos, aniquilarlos, exterminarlos. La fuerza que les vena de sus experiencias de vida, del apoyo incalculable de cientosdepersonasqueportodosladosexiganlaliberacin de los hermanos Cerezo y de Pablo Alvarado Flores, as como los testimonios de personas que dieron su vida por la causa de La historia de los hermanos Cerezo 9lajusticia,lesmantuvoenpie,frmesylcidosparasoportar la tortura sistemtica que representa estar preso en un penal de mxima seguridad. Mientras las personas solidarias estaban en la lucha por la liberacin de los cuatro, ellos se saban herederos de una forma de vida digna cercana a los pueblos, a los movi-mientossociales,atodasaquellaspersonasqueseorganizan para resistir y defenderse. Lo aprendieron sin duda tambin de sumadreysupadre,ylohanfortalecidoconversandoigual-mente entre hermanos y amigos. En el libro que ahora podemos leer se entretejen en todo momentosusexperienciasfamiliaresconsusconvicciones polticas;loquelescompartensuspadresyloqueentreellos refexionanenvozalta.Elamor,palabrarecurrenteenestos renglones,nocomoformalismovaco,sinocomofuerzaque todo lo transforma, es lo que los mantena, y me atrevo a decir que los mantiene en su compromiso por la verdad, la justicia, la dignidad y los derechos de todas las personas. Ahora se trata de unamorampliado,engrandecido,enriquecidoymaterializado atravsdesutrabajocolectivoyconstanteporlosderechos humanos de todas y todos. Segn narran, y yo doy fe, echando manodemispropiasobservacionesyrecuerdos,esnotableel uso crtico que gradualmente fueron haciendo de la herramienta de los derechos humanos para su defensa. Francisco y Emiliana, quienes por fortuna no fueron encarcelados, usaron lo que esta-ba a su alcance conforme a sus objetivos, y lo que no de cual-quier forma lo buscaron para liberar a sus hermanitos, como lo describen en el libro. Su acercamiento con algunas organizacio-nes que les dieron asesora y acompaamiento sin duda fue im-portante, pero ms importante fue su frme conviccin en que la liberacin de los hermanos Cerezo era irrenunciable, pues con razn sostuvieron que ellos eran totalmente inocentes. No dejo depercibirymencionarlavozsentidadeEmilianaentrelas pginas del libro. Una joven mujer que en ese 2001 de la deten-cinarbitrariadesushermanosinterrumpisuvidacotidiana para enfrentarse de golpe al fro, insensible y misgino sistema penitenciariodelpas.Susrenglonesnarrandedndesaliy Con el corazn en su sitio10hasta dnde llego. Se le enchina a uno la piel al imaginar que cientos de mujeres en el pas sufren esto mismo cuando acuden a visitar a sus presos o cuando padecen el olvido como reclusas. Emiliana, y las compaeras que la apoyaron en la liberacin de sus hermanos a mi mente llega el rostro de la admirable Dig-na Ochoa y Plcido, quien primeramente acompa el caso, son mujeres que lucharon y siguen luchando para que esto que pas a sus parientes y amigos, jams le pase a alguien ms. Y es que deesosetrata,pueslo queexperimentaronlos herma-nos Cerezo y me ahorrar el describirlo, pues ellos lo hacen pormenorizadamenteenestapublicacin,nofuemotivode parlisis. Todo lo contrario, soportaron el doloroso vendaval de golpes e insultos; de injusticia y discriminacin, porque saban que seran liberados y que su caso ayudara para evidenciar la violencia que otras personas tambin padecen. En este contex-to, ellas y ellos, que se conformaron en el primer Comit por la LiberaddelosHermanosCerezoyPablo Alvarado,exigieron justicia y libertad a travs de huelgas de hambre y peticiones al Congreso de la Unin, como fue la Ley de Amnista para todos los presos y su libertad, as como por medio de movilizaciones, el uso de los medios de comunicacin, y por encima de todo la organizacinsolidaria.Estoltimodeterminmuchoelcurso de la historia.Pienso que su motivacin para describir el horror, dolor yterrorquevivieronnoes,comoellosmismoslodicen,para transmitir miedo o incertidumbre al lector, por el contrario [su] objetivo es infundir la certeza de que vivir con dignidad y enfren-tar las difcultades de esa misma manera, vale la pena. Compar-tirestetipodeexperienciasenclavedeesperanza,resistencia, amor, y con la intencin de no olvidar para no repetir lo mismo, es un trabajo que se agradece, como ellos lo escriben ahora desde el corazn. Mxico, Distrito Federal, abril de 2015.La historia de los hermanos Cerezo 11IntroduccinA fnalesde2011logramoseditarunlibroqueti-tulamos Resistir desde la adversidad. Escritos de los hermanosCerezodurantesuinjustoencierroenlas crceles de mxima seguridad, en esta compilacin recogi-mos la mayora de escritos de flosofa, economa y anli-sis poltico que realizamos durante los aos que vivimos en prisin. Sin embargo varios compaeros y conocidos noshanpedidoescribiralgomspersonal,sobrelavi-vencia del ser detenidos ilegalmente, torturados y encar-celadosenpenalesdemximaseguridad,untextoque narre desde el corazn, desde los sentimientos y desde ese tiempo de lucha, de esperanza, angustia, impotencia y coraje el pedazo de tiempo en el que nos sumergieron con la intencin de que dejramos de ser nosotros mis-mos. Este libro responde a esa peticin.Pero tambin responde a la necesidad de ejercer el derecho humano a la Memoria y a la Verdad, pues hoy, trece aos despus de los hechos que aqu narramos, la campaa de desprestigio y criminalizacin contra nues-tra organizacin contina desde el Estado y desde per-sonas que, sin serlo formalmente, y que se dicen ser de oposicinalmismo,extraamenterepitenmuchosde sus argumentos contra nosotros y nuestro trabajo.Con el corazn en su sitio12Sinembargo,justoesdecirquelacampaade criminalizacin y estigmatizacin por parte del Estado no ha detenido la labor de defensa de los derechos hu-manos del Comit Cerezo Mxico, del cual somos parte; muestradeelloeselPremiodelaPazdeAquisgrn, Alemania,ganadoenel2012,perosobretodoelreco-nocimientodemuchasorganizacionespopularesyde derechos humanos que conocen nuestra labor y nos dan cobijo y fortaleza.Nos hemos tardado de escribir este libro porque, a pesar de haber dado a conocer pblicamente testimo-niossobreloquevivimos,siemprenoshemosnegado a ser vistos con lstima, como meras vctimas de las cir-cunstancias.Loqueunosiente:dolor,frustracin,co-raje, amor y odio, en estos momentos, son sentimientos que a veces son difciles de expresar y lo ms difcil, tal vez, es trascender esos sentimientos y poder dejar ense-anzas a otras personas sobre lo que vivimos.Lo que vivimos, lo que sentimos no es ms cruel de lo que han vivido o viven otras miles de personas en nuestro pas, sin embargo este tipo de vivencias pueden servirparaqueotraspersonasencuentrenelementos que les permitan enfrentar su dolor y la adversidad sin rendirse, sin renunciar a sus ideales y a la lucha cotidia-na por transformar nuestra realidad social injusta.Nunca nos rendimos a pesar de todas las adver-sidades,lodecimosconmuchoorgulloperosinarro-gancia, y no nos rendimos porque siempre tuvimos pre-sente a un pueblo que ha dado generoso miles de vidas portransformarnuestropas.Nosdebemosaesepue-La historia de los hermanos Cerezo 13blo digno que lucha y resiste, ese pueblo que se encarna en sujetos concretos conocidos y desconocidos. Desde nuestra injusta prisin, siempre pensamos que si haba pueblo que luchaba y que haba dejado la vida en la lucha por la justicia y la democracia, nosotros podamoshacerlo,debamoshacerlo,eranuestraobli-gacin voluntaria y conscientemente elegida.Ennuestramentesiempreestuvieronpresentes hombres y mujeres que lucharon durante el presidio en nuestro pas y en otras partes del mundo: los hermanos FloresMagn,JosRevueltas,DavidAlfaroSiqueiros, BenitaGaleana,JuliosFucikpormencionaralgunos, fueron nuestros referentesde lucha y resistencia.EnaqulaoAlejandro,HctoryAntoniote-namos 19, 22 y 24 aos respectivamente, ramos jve-nes, lo cual no disculpa nuestros errores ni engrandece nuestrosmritos,simplementerefejaelhechodeque talveznotenamostantoselementosvivencialespara enfrentar la detencin, tortura y encarcelamiento, y que tuvimos que adquirirlos de manera acelerada. Nada es imposibledeaprender,lanecesidaddevivircondig-nidadensituacionesindignasnoshizocomprender muchascosasdenuestravidapersonal,delavidaso-cial,denuestraeducacinfamiliar,noshizoconstruir un gran caparazn para resistir las constantes y diarias agresionesquetienenporobjetivodestruirlapsique del ser humano.En este libro se expresa parte de lo que vivimos, loquesentimosyloquepensamosnuestroobjetivo no es transmitir miedo o incertidumbre al lector, por el Con el corazn en su sitio14contrario,nuestroobjetivoesinfundirlelacertezade quevivircondignidadyenfrentarlasdifcultadesde esamismamaneravalelapena,signifcaconstruirun sentidoyunlegadoparatodasaquellaspersonasque piensan que este pas puede y debe transformarse.Esperamos que el lector encuentre en estas pgi-nas enseanzas, esperamos tambin que pueda sentirse identifcado con la esperanza y con la conviccin de que nuestra lucha, nuestra resistencia, nuestra capacidad de ser creativos siempre tienen sentido si no perdemos de vista que somos parte de todo un pueblo que ha lucha-do y sigue luchando por la verdadera democracia, la li-bertad y la justicia.La historia de los hermanos Cerezo 15Captulo 1 La dulce cotidianidadLa vida antes del 13 de agosto de 2001Antesdel13deagostode2001,antesdel8de agostodeesemismoao,nosotros:Antonio, Hctor y Alejandro ramos jvenes que estudi-bamos o intentbamos regresar a hacerlo, trabajbamos y nos preocupaba la realidad social en la que vivamos.Nuestro proceso de sensibilizacin ante la injus-ticiaydesigualdadinicimuchoantesdeseruniver-sitarios:nacimosenunacoloniaqueseform,como muchasotrasenelDistritoFederal,delamigraciny ah conocimos el trabajo colectivo, llamado faenas, para construir la iglesia, la escuela, las calles y vimos la pro-blemtica social del alcoholismo, la violencia intrafami-liarylamiseriaeconmica.Yaadolecentes,Antonioy Hctor aprendimos a alfabetizar con el mtodo palabra generadora de Paulo Freire y conocimos la vida de los indgenashuicholesenNayarit,delostotonacasenel nortedeVeracruzylosnahuasenelnortedePuebla, Con el corazn en su sitio16esa participacin empez en 1992 a travs de una Aso-ciacinCivilllamadaBUSCAfueronaosdedescu-brir, como cualquier joven muchas cosas en la vida.Adolecentesdesdelasecundariayconmayor ahnco en los tiempos del Colegio de Ciencias y Huma-nidades plantel sur (CCH Sur) los tres leamos muchos libros: novelas, muchas novelas, cuentos e historia el hbitodelalecturaselodebemosanuestrospadres, quienes nos lo inculcaron desde pequeos, leamos his-torietas con ilustraciones: Hombre y hroes, joyas de la lite-ratura universal, Fantomas, la amenaza elegante y Conan el Brbaro, concesin materna.Leamoselperidicoyrevistasdecontenido poltico,nosinteresabalarealidadsocialquenosro-deaba y tal vez por eso o quin sabe por qu, Antonio yHctorelegimosestudiarflosofayAlejandroeco-noma y sociologa. A nuestra generacin le toc el alzamiento zapa-tista en 1994 y la irrupcin del Ejrcito Popular Revolu-cionario en 1996, la UNAM era, desde el bachillerato, un gran espacio de discusiones, de propuestas, de cuestio-namiento a ese PRI que casi cumpla 70 aos en el poder.No fuimos jvenes sobresalientes acadmicamen-tenilderesestudiantiles,perosramosjvenescom-prometidos con el estudio y nuestro trabajo para ponerlo al servicio de la poblacin ms excluida, ramos jvenes crticos y activos en la lucha social sin llegar a dedicar el cien por ciento de nuestro tiempo a esta actividad.Ya en 2001 no vivamos todos los hermanos jun-tos.Emiliana,mdicopsiquiatra,yFrancisco,enese La historia de los hermanos Cerezo 17tiempocasipasantedelacarreradepedagogaenla UNAM, vivan en sus respectivas casas. Hctor y Anto-niovivamosjuntosyAlejandrorentabasucuarto,sin embargoestadispersinnorompiloslazosafectivos que nuestros padres se encargaron de construir entre no-sotros: tenamos principios muy arraigados como siem-pre ayudar al ms pequeo, no separarnos del grupo si bamos juntos, cuidarnos entre nosotros, protegernosEnjuliodel2001,unmesantesdenuestrade-tencin, publicamos, junto con amistades de la univer-sidad,elprimernmerodelarevistaRevuelta,cultura, poltica y mucho ms, una pequea publicacin que des-de laacademia trat de generar crtica y conciencia so-cial. Aos antes, Antonio haba participado en la revista El Grito y Hctor en la Revista Resistencia, los dos en el Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Sur.El 8 de agosto de 2001 hicieron explosin tres pe-tardosentresbancosdiferentesdelaCiudaddeM-xico.AntonioyHctorvimoslanoticiaportelevisin, Alejandroporelperidicoynonospreocupamospor nosotros en lo ms mnimo. Incluso Hctor, al ver la no-ticia expres un: pobres de los que agarren.La noche del 12 de agosto la pasamos como cual-quier otra, incluso vimos la pelcula mexicana de Bandi-dos, cenamos y Antonio dej la puerta abierta del cuar-todondedormaademsdel,Hctor.Alejandrose durmi tarde leyendo para su escuela en su cuarto.Nadie se imagin lo que nos deparaba la madru-gada y la tarde a Alejandro.La historia de los hermanos Cerezo 19Captulo 2El amor y la concienciaDetencin y torturaAproximadamentealas5a.m.medespertpor elruidodevocesymesentsobreelcolchn, 10 segundos despus fui encaonado por gente encapuchada. Me levantaron y me llevaron al patio de la casa, ah me pusieron en posicin de revisin recarga-do de frente a la pared con las manos y pies separados y con la cabeza agachada. Algunos minutos despus me preguntaron mi nombre y de dnde era, les dije que me llamaba Hctor Cerezo Contreras y era del D.F.1Estaba dormido a un lado de mi hermano Hc-torCerezoContrerasde22aoscuandoescuchuna voz. Despert sobresaltado y lo primero que vi fue a un hombre con pasamontaas negro, vestido de gris y me apuntaba con una pistola, me dijo hncate, manos a la nuca;obedecyviaotroshombresarmadoseigual conpasamontaasnegroyvestidosdegris.Unode 1. Testimonio de HctorCerezoContreras, en:http://www.comitecerezo.org/spip.php?article12Con el corazn en su sitio20ellos me agarr y me sac al patio, atrs de m sacaron a mi hermano Hctor. Yo tena puesta una camisa negra demangalargaytrusa,asmesacaron,descalzo.En ningnmomentomeopusealadetencin,enningn momento de ah hasta la fecha, se me ense orden de cateo u orden de aprehensin.2Alejandro:Medetuvieronelda13deagosto aproximadamente a las 4:00 de la tarde, cuando yo, pro-venientedemidomiciliollegabaalacasaubicadaen Santiago Tepalcatlalpan, para lavar ropa y comer3Qu pensamos? Qu sentimos? Es difcil decirlo ahora, casi trece aos despus de aquellos sucesos la mente nospuedeengaar,laintensidaddelosentidopuede aminorarse, magnifcarse pero claro que sentimos do-lor y miedo, mucho miedo, el miedo que provoca estar indefenso frente a decenas de hombres armados con ca-pacidad para matar, para torturar, para decidir el grado de dolor que te quieren causar y que te confrontan a esa realidad,peroalmismotiempoteofrecenunasalida para no ser vctima de su sevicia: la traicin, la traicin a tu dignidad, al afecto que se construye entre hermanos. Quvidavalems:lapropia,ladelhermanomenor quevistecrecercontigo,ladelhermanomayorquete ayud y te molest? Con el que peleaste por cualquier cosa y con el que fuiste feliz jugando, platicando y cono-ciendo lo que te rodeaba?2. Testimonio de Antonio CerezoContreras , en: http://www.comitecerezo.org/spip.php?article133. Testimonio de Alejandro Cerezo Contreras, en:http://www.comitecerezo.org/spip.php?article11La historia de los hermanos Cerezo 21A esas disyuntivas nos enfrent la tortura:Comoveinteminutosdespusdequenossa-caronycomocincoodiezdequeestabaenlacocina, escuch que mi hermano Hctor grit en dos ocasiones me estn torturando!, yo le pregunt al seor que estaba en el cuarto por qu le pegaban a mi hermano A partir de ah comenzaron los golpes en la cabeza, los daban con el puo cerrado, pero no golpeaban con los nudillos sino de lado, los golpes eran donde caan y en la sien, no recuerdo el nmero de golpes que me dieron, pero si fueron durante todo el tiempo en que estuve de-tenido en mi casa.4Un polica me puso la pistola en la sien, una vez prendida la computadora uno de la PGR empez a usar-la y me pregunt por unas claves, yo le dije que no saba claves de qu. En ese momento un polica que estaba a mi espalda me agarr los cabellos que estn arriba de la nuca y me comenz a jalonear hacia arriba, despus me agarrelcabellodediversaspartesdelacabezayme jaloneabahaciendocrculos,yogritfuertemente:Me estn torturando, me estn torturando. Al or eso, los de la PGR me colocaron una bolsa de plstico en la cabeza tratndome de ahogar, instintivamente quise quitarme labolsaconlasmanos;enrespuestaaesomeesposa-ron las manos en la espalda, las esposas eran de plstico blando, de las que no se quitan, a no ser que se corten. Nuevamente me colocaron la bolsa en la cabeza tratan-dodeahogarme,yotratabademorderlabolsapara 4. Testimonio de Antonio Cerezo Contreras, en: http://www.comitecerezo.org/spip.php?article13Con el corazn en su sitio22que entrara aire, pero me pegaban con los puos en el estmago. Como senta que me estaba ahogando quise pararme de la silla, pero no pude, logre morder la bolsa ypuderespirarunpoco,segundosdespusagarraron unabolsadeplsticogruesoqueestabaenlacasa,la bolsa traa tunas no peladas, los de la PGR sacaron las tunasymecolocaronesabolsaenlacabeza.Alsentir que me ahogaba trat de pararme nuevamente, pero me azotaron en el piso golpendome en la boca y en la parte superiordellabioendondemesalisangre.Despus me quitaron la bolsa de plstico y me volvieron a sentar en la silla y me vendaron los ojos.5Porqusoportarelmiedo,ladesesperacin,eldolor propio y ajeno? Acaso los cristales rotos de los bancos endondeexplotaronlospetardosjustifcabanloque nosestabanhaciendolospolicasymilitaresenese momento?Erajusto?Lejosquedabanesosdiscursos triunfalistasdeladerrotadelPRIenel2000ydela bienvenida a la democracia si los cuerpos policiacos y militares con el PAN actuaban igual que cuando estaba el PRI cul era ese nuevo tipo de democracia?Aquaferrarseenesemomento?Quexiste dentro de nosotros que nos puede permitir mantener la lucidez e intentar proteger lo que ms queremos ante la amenaza de la muerte?Nosabemossieslomismoentodosloscasos, pero en el nuestro fue el amor y la conciencia. El amor dehermanos,puessetratabaenesemomentodeno 5. Testimonio de HctorCerezoContreras, en:http://www.comitecerezo.org/spip.php?article12La historia de los hermanos Cerezo 23permitir ese cruel chantaje de aceptar la vida a costa de lamuertedeunseramado:morirjuntosovivirjun-tos,nuncaacostadesafuenuestradecisinyfui-mosconscientesdequeesaeralamaneramsdigna deenfrentarunasituacindeesandole,mximeque tenamostotalconcienciadequeramosinocentes,de quelaacusacindehaberpuestolospetardosenlos bancos era falsa.Hastaesemomentoseidentifcaroncomomiembros de la PGR, me decan que si no cooperaba con ellos me iban a desaparecer y que por meses o por aos me iban a torturar con toques elctricos, pocito y golpes, me de-canquesielCheGuevarahabahabladoyotambin lohara,quetodostenamosunlmiteyqueellosme haran llegar a mi lmite, que iban a torturar a mi herma-no enfrente de m y que si yo cooperaba a m me iban a presentar ante el ministerio pblico, pero que a mi her-mano lo iban a desaparecer.6steesunprocesomedijo,quierespasarala otraetapa?No,respondentoncesaydanos,todos tenemos un lmite y te vamos a hacer llegar a ese lmite, tevamosareventartumadreyvasadesearnohaber nacido, vas a odiar a tu madre Quieres que te trate-mos como bestia o como humano? Preguntaba, como humano respond. Entonces habla, no s nada te vamos a reventar tu madre, deca.76. Testimonio de HctorCerezoContreras, en:http://www.comitecerezo.org/spip.php?article127. Testimonio de Antonio CerezoContreras, en: http://www.comitecerezo.org/spip.php?article13Con el corazn en su sitio24Siempre nos hemos preguntado qu sentan o pensaban hombres como Ricardo Flores Magn, tantas veces en-carcelado junto a sus hermanos y compaeros de lucha, nos hemos preguntado qu habr sentido Benito Jurez frenteaesaprisinytumba que eraSan Juan de Ula Porqunoabandonaronsusconvicciones?Ydeuna uotramaneracuandopensbamosenellosoenotras personasconocidasdelahistorianospreguntbamos si nosotros seramos capaces de resistir con dignidad la tortura,lamuerteolaprisin.Claroquetodoesose piensaosesienteconunavelocidadvertiginosapues est uno a merced de los interrogadores, a la prdida de la nocin del tiempo, del instinto de supervivencia, del amor a la vidaNosabamosquibaasucederconnosotros,el tiempo transcurra entre golpes, preguntas y movimien-tos bruscos, la amenaza de la desaparicin espantaba, el traslado al tenebroso campo militar nmero 1 signifca-ba la certeza de que, tarde o temprano, bamos a morir.Cuandonossubieronalacamionetaquenostraslada-ranosabamosadnde,nosabamosHctoryAnto-nioquenuestrohermanoAlejandroibaconnosotros, bamos sentados uno en medio de las piernas del otro, sentirnos a pesar de estar esposados con la manos hacia atrs fue un instante de calma, de certeza, de saber que pasara lo que pasara ninguno de nosotros rompera ese compromiso de enfrentar juntos lo que viniera.No sabemos cunto tiempo dur el traslado, los frenones, los ruidos de los autos y de la vida cotidiana La historia de los hermanos Cerezo 25que transcurra indiferente a nuestra situacin nos aleja-ba cada momento del lugar de detencin y tortura pero nos acercaba a un destino an ms incierto.Nosbajarondelacamionetaconlatoallaenlacabe-za,subimosunasescalerasymequitaronlasesposas, despusmequitaronlatoallayvicomotresocuatro personas de civil y dos agentes de la PGR, vi a mi her-manoHctoryamihermanoAlejandro.Elcuellome dolamuchoypocoapocololevantmantenindolo muy recto para calmar el dolor, vi a mi hermano Hctor igual,salierondosdoctoresdeuncuartoyllamarona mi hermano Alejandro, nos dijeron que nos sentramos enelpisoynossentamos,enfrentehabaunrelojde pared que daba las 5:45 de la tarde.8Nolosupimoshastallegarallugar:estbamosenlas instalacionesdelaPGRdeCamarones,fueunalivio paratodosvernosyverquenoeraelcampomilitar nmero 1. A partir de ese momento fueron muchas las fotografas,preguntas,muestrasdehuellasdactilares, revisiones y fue ah en los separos, esos pequeos cuar-tos con camas de cemento y sin baos donde la solida-ridadyelafectocobrnuevosrostrosynuevafuerza, puesalosdosdasdenuestradetencinpudimosver a nuestra hermana Emiliana Cerezo Contreras y a otras personas de organizaciones que nos visitaron, ella pas a visitarnos, a verifcar cmo estaba nuestra salud y en 8. Testimonio de Antonio CerezoContreras, en: http://www.comitecerezo.org/spip.php?article13Con el corazn en su sitio26qucondicionesfsicasnosencontrbamosyfuecon ella que platicamos lo que haba pasado, decidimos ha-blarydecirloquenoshabanhecho,sabamosqueen los separos nos podan volver a torturar, pero tenamos quedecirloquehabapasadodurantenuestradeten-cin como un antecedente a lo que pudiera ocurrir.Enlosseparostambinconocimosadosperso-nasms:PabloAlvaradoFloresySergioGaliciaMax, a quienes nunca habamos visto antes, pero que por los interrogatorios y las fotografas que nos tomaron juntos supusimos acusaban de lo mismo que a nosotros.Enesospocosdasdeltrecealdiecisisde muchatensin,tenamoslaalegradepodernosvery laincertidumbredeunprocesojudicialqueesnuevo para cualquier persona comn que no lo ha enfrentado. Cuando vimos a mi hermana, en tono de broma, le diji-mos que nos veramos en Almoloya, penal de mxima seguridad; a esto un funcionario de la PGR que estuvo presenteenlaentrevistatodavacontestquenonos adelantramos, que tal vez no sera as Nuestro tras-ladoalpenaldemximaseguridaddeAlmoloyaLa Palma, hoy Altiplano fue en la madrugada del 17 de agosto de 2001.Ingreso al penal de mxima seguridad Nospusieronalostresenelasientotraserodeuna camionetaSuburban,losantebrazosdelospolicasa nuestroalrededornosagachabanlacabeza,lasmanos las llevbamos esposadas hacia atrs. Ya en ese momen-La historia de los hermanos Cerezo 27tocomenzabaaclarear,escuchbamoselcantodelos pjaros y los comentarios de los policas.De pronto avanz la camioneta y los ladridos de perros se escuchaban muy cerca, despus todo fue gri-tos,rdenes,perrosladrandosalpicndonoselrostro con su saliva. Estbamos sentados con las piernas abier-tasyunpolicanosagachabaconlarodillalacabeza casi hasta tocar el piso con ella.SiemprehemosdichoqueingresaraunCentro Federal de Readaptacin Social (CEFERESO) es la con-tinuidaddelatortura,sumtododerecepcindelos queingresanessometerlosalahumillacin,alavio-lencia psicolgica y fsica para destruir todo vestigio de resistencia, ingresar es como si dejaras de existir como persona, pues te dan un nmero que pintan en la ropa y al cual debes responder, el ingreso es un intento de des-personalizacin,dequenotesientasdueodetimis-mo, de tus decisiones, de tus emociones y sentimientos. Elobjetivodetodoestoesconstruirmarionetas,seres humanos que dejen de serlo para someterse a la volun-tad y autoridad de otros que dicen serlo.EntramosaAlmoloyadeJurezaliasLaPalma,nos bajaronconlacabezaabajo,habaunperroladrando, me pusieron en la pared, me quitaron mis cosas, me ca-tearon, todo pas como en los videos que pasaron en la tele,medijeronquecontestarasseor,noseor,me indicaron que me quitara un zapato y el calcetn y lue-go en otro lado me desnudaron completamente y me ordenaron que hiciera tres sentadillas, luego me dieron Con el corazn en su sitio28un vaso de agua y que hiciera buches y escupiera, des-pusmedieronunatrusa,unpantaln,unoszapatos, una camisa, una chamarra y una gorra, me pusieron las esposas atrs y me recargaron con la cabeza a la pared y de frente a la pared con posicin de revisin, me acuer-do que me temblaban las piernas un ofcial me meti elbrazoentremibrazoconsumanoenmicabezay mellevcasicorriendoconlacabezaymediocuerpo hacia abajo hasta una celda, la trece del pasillo dos, de tratamientos especiales, en la catorce qued Hctor, en la diecisis otro seor, diecisiete otro seor y en la die-ciocho Antonio.9El rea en donde por normatividad nos deba de haber llevado se llama Centro de Observacin y Clasif-cacin (COC), sin embargo nos llevaron al rea de casti-go del penal, donde el tiempo pasa en una celda dentro deotracelda,trataremosdedescribirla:esunespacio como de dos metros y medio por cuatro, la puerta es de barrotes y puedes ver hacia adentro o afuera, pero a ve-ces es de lmina y no puedes ver nada. Al entrar a metro ymedioencuentrasotrapuertastaconunamallade alambrn que deja pequeos huecos para ver, es un rec-tngulo enrejado dentro de la celda con un hueco abajo por donde te pasan la comida, est un espacio para ba-artedondehayunaregaderayalladounapiezade plstico en el piso donde te paras para defecar u orinar, pues no hay taza de bao. El foco de sesenta watts est empotrado en la pared y lo protege una reja para que no 9. Testimonio de Alejandro Cerezo Contreras, en:http://www.comitecerezo.org/spip.php?article11La historia de los hermanos Cerezo 29lo pueda uno agarrar, hay un lavabo, una plancha de ce-mento donde est el colchn, una mesa y un banco. Slo puedes dar dos pasos y medio entre las distancias ms largas. En esa celda pensamos que bamos estar todo el tiempo de la prisin, viviramos en la semipenumbra y saldramosaunpatiodenomsdecuatroporcuatro con una malla de alambrn como techo a una altura de tresmetros tal vez.Ah vivimos nuestros primeros trece das de pri-sin, separados, en celdas distintas, sin poder hablar en-tre nosotros, siendo objeto de estudios y ms estudios, desdelosmdicoshastalosdelasreasdepsicologa, psiquiatra, pedagoga, trabajo social y no recuerdamos quotros.Almismotiempoelprocesojurdicoavan-zabayhablabandetrminosquenoentendamosdel todo, en esos da vimos a mi hermana Emiliana una vez, media hora en un pequeo espacio que le llaman locu-torio, nos divida la mica gruesa y rayada casi siempre.Alterminodeesosprimerostrecedassupimos por fn de los delitos que nos imputaban y por los cua-lesnosjuzgaran:modifcacindeartifciosexplosi-vos,almacenamientodeartifciosexplosivos,daoen propiedadajena,terrorismo,delincuenciaorganizada, posesin de armas de uso exclusivo del ejrcito, fuerza areaymarinayposesindecartuchosdeusoexclu-sivodelascorporacionesyamencionadas.Entotallas penasmximasdetodoslosdelitosquenosacusaban sumabanenaqul,2001msde70aosdeprisinsin derecho a ningn benefcio.Norecordamoslafechaenlacualnosvisitaron los abogados, pero s recordamos que fueron Pilar No-Con el corazn en su sitio30riega, Digna Ochoa y Plcido y Leonel Rivero, los vimos por locutorios, Alejandro a Pilar, Hctor a Leonel y An-tonioaDignaelloshabanllegadoanosotrosdesde los separos de la PGR a travs de Pilar a quin una ami-ga de Alejandro le llam.Mesy mediodespus, el 19de octubre de 2001, undaantesdelaprimeraaudienciadelcasonuestro, DignaOchoafueejecutadaextrajudicialmente,nos quedamossinabogadosdefensoresporalgntiempo, mientras el juez declaraba la audiencia por vista ante la falta de inters de la defensa.Amigos, conocidos o amistades incmodasAntes de continuar vale la pena mencionar un ejemplo decmolaamistadenocasionespuedetrascenderlas posturas polticas divergentes.Francisco Cerezo, el mayor de los hermanos va-rones de la familia no se haba presentado ni en los se-pararosnienelpenalparabuscarnos,laprimeravez quevimosaEmilepreguntamosporl,sisabacmo estaba, pero ella no lo saba.Despusnosenteramosquesabedordenuestra situacin decidi esconderse mientras tramitaba el am-paro para evitar una detencin arbitraria como la nues-tra, sabia decisin, pues l llevara con Emiliana el ma-yor peso de nuestra defensa.Lointeresanteesquequienleprestresguardo fue una amiga, los hechos nos ensearon que las diver-gencias no siempre pueden romper los lazos de amistad La historia de los hermanos Cerezo 31ysolidaridadydesdeesosdascomenzamosajuzgar alaspersonasporsusactosmsallqueporsuspa-labras,puesfuehastaciertopuntoperturbadorvery escuchar cmo viejos y nuevos militantes que se decan (y muchos todava se dicen de izquierda) y defensores de las causas justas se deslindaban con vehemencia de nosotros, mientras que personas que no militaban en la izquierda,peroqueeransolidariasnosextendieronla mano a pesar de la campaa de estigmatizacin medi-tica contra nosotros y del riesgo que signifcaba en aquel entonces (como ahora) ser amigo, conocido o compae-ro de unos terroristas.Yadecamosquevariosmaestrosyactivistasconside-rados de izquierda presurosos se deslindaron de noso-tros,nonosconocan,nuncanoshabanodomencio-nar, condenaban las acciones que nos imputaban, sin si-quiera saber si habamos sido nosotros o no, y era cierto algunos de ellos no nos conocan pero otros estudian-tes de la UNAM, sin conocernos, cerraron Insurgentes a la altura del estadio de CU y fueron claros con Emiliana hayansidoonohayansidocuentanconnosotrosviejos conocidos de la preparatoria y de la universidad se acercaronAhnuestroshermanosconocieronestudiantes, periodistasyorganizacionesquefueronsolidarias,s-tas contadas con los dedos de una mano, y reafrmaron como nosotros que valen ms los hechos que el discurso y que el miedo siempre es utilizado y fomentado desde las instancias del gobierno para debilitar o bloquear la Con el corazn en su sitio32solidaridad entre las personas que somos o hemos sido vctimas de injusticias y de violaciones a nuestros dere-chos humanos.La historia de los hermanos Cerezo 33Captulo 3. Como lo dijo Gramsci: Para la eternidadNuestra vida daba un cambio violento y en esos das fnales de 2001 estaba marcada por la in-certidumbre.Cuntotiempoestaramosen prisin? Bajo qu condiciones? Pero tambin por la cer-teza: ramos inocentes de los delitos que nos imputaban y por lo tanto tarde o temprano saldramos libres.Enseptiembrede2001AlejandroyAntoniovi-van juntos en una celda para dos personas en el mdu-lo ocho, Hctor y Pablo Alvarado vivan juntos en una celda para dos en el mdulo siete, desde ese momento nunca pudimos estar ms de una hora con Hctor, fue hasta seis aos despus, diciembre de 2007 y marzo de 2008 que pudimos hacerlo.La crcel, esa geometra enajenada como dira JosRevueltas,senosimponacomonuestropresente y futuro, ambos construidos de cemento, sin pasto, sin foresy con slo tres colores: gris, verde y azul pastel al interior de la celda.Con el corazn en su sitio34Sabamosquelavidaafuerahabasidocortada detajo,nadaseracomoantes,losplanesacadmicos estaban frustrados, la carrera de Hctor y Antonio, am-bosestudiantesdeflosofaenlaUniversidadNacio-nalAutnomadeMxico(UNAM)ylasdoscarreras de Alejandro, economa en la UNAM y sociologa en la UniversidadAutnomaMetropolitanaplantelXochi-milco. La nica certeza es que tenamos que luchar por nuestra libertad y esa lucha pasaba tambin por luchar pormejorescondicionespenitenciarias,pueslacrcel intuamosnodebasignifcarlarupturacontodoslos lazosconelmundoexteriorcomolopretendanlas autoridades,asqueademsdeescribirnuestrostesti-monios de la detencin, tortura e ingreso al CEFERESO, tambin buscamos imponernos un horario de trabajo.EnpalabrasdeHctorescritasenabrilde2003 decamos que: La libertad se consigue luchando, la lu-chaensmismaesunactodelibertad,devaloryde amor, es el germen de la libertad.10Esosprimerosmesesdeprisintambinsigni-fcaronelreencuentroconamistadesdetiempoatrs, varios amigos del Colegio de Ciencias y Humanidades plantelsur(CCH-Sur)dondehabamosestudiadolos tresseacercaronapreguntarsobrenuestrasituacin, amistades con las cuales compartimos nuestra experien-cia de trabajo en comunidades indgenas tambin.LadecisindeEmilianayFranciscoCerezo, nuestros hermanos de luchar por nuestra libertad y de denunciar la forma ilegal y arbitraria en que habamos 10. Crcel y libertad.Hctor Cerezo Contreras, en:http://comitecerezo.org/spip.php?article111La historia de los hermanos Cerezo 35sido detenidos y la tortura de la cual fuimos objeto abri la posibilidad de que las personas y organizaciones so-lidarias pudieran tener un interlocutor que los enterara de nuestro estado y del tortuoso camino del proceso ju-dicial.Aspues,alospocosdasdenuestradetencin seconformelComitporlaliberacindelosherma-nosCerezoyPabloAlvaradoFlores,esteltimoind-genanhuatl,vendedorambulante,vctimatambin delainjusticia,perosinlasposibilidadesdequesus familiares o amigos conformaran su propio comit.El arte, el estudio, el deporte, el trabajoPorqunoderrumbarseyponerseallorartodoslos daspornuestramalasuerteopreguntandoporqua m? Por qu no huir en el caso de hermanos y amista-des que luchaban por nuestra libertad? Por qu denun-ciar la injusticia y los abusos a pesar de las represalias?En primer lugar por amor, por amor a nuestros herma-nos de sangre y de lucha Cmo entregar a un herma-no a la tortura sin morir por dentro? Cmo saber que unhermanoestpresoinjustamenteyvivirsinhacer nada por l? No podamos, el amor nos haca sostener-nos unos a otros, Hctor escriba diciendo tu fortaleza eslamaentoncescmofaquear?Todosdebamos yqueramosganarnuestralibertad,mantenernuestra dignidad, nuestros ideales.Esto escriba Alejandro Cerezo en septiembre de 2001:Hoy estoy aqu, maana espero estar a su lado, spordiversoscomentariosdelosinternos,quesigue Con el corazn en su sitio36habiendo movilizacin, siendo una de las exigencias en-tre otras, la libertad de mis hermanos, de los dos seo-resylama.Slolespuedodecirquesiganluchando, que nunca se cansen, as como yo nunca me cansar de vivir y tener la esperanza de que algn da nos podre-mos echar una chela con los que ya me la he echado y con los que no, el gusto de ver por primera vez y com-partir un nuevo momento. A los chavos del CGH, que nos mandan a saludar, agradecemos sus saludos y espe-ramos que luchen por toda injusticia en cualquier lugar quesepresente.Vivalalibertaddepalabra,demani-festacin, de pensamiento...!11Antonio escriba en una carta de octubre de ese mismo ao:Hemos comenzado a contar los meses, aunque comenzamos contando semanas y tal vez despus con-temos aos. Tan difcil es describir el cmulo de emo-cionesysentimientosdeesemomento,cmoolvidar-los,sonprofundascicatricesterrenales,queeltiempo no podr borrar jams. Algunos podrn considerarnos afortunados, por el momento, ya que no estamos desapa-recidos, tal vez es cierto, pudo y puede ser mucho peor, sin embargo una certeza se acumula en los das, la cer-tezadeserpartedelamemoriacolectivaqueresiste asumaneraelacosoidiotizantedelamayoradelos medios de comunicacin.1211. Al tempo, al hombreCarta de Alejandro Cerezo Contreras, en: http://comitecerezo.org/spip.php?article1912. Carta al mundo noviembre de 2001, Antonio Cerezo Contreras, en:http://comitecerezo.org/spip.php?article69La historia de los hermanos Cerezo 37Decidimos resistir dentro de la prisin, no slo escribien-do nuestros testimonios de detencin y tortura, sino que decidimos continuar estudiando, nuestros compaeros fueronalaUNAMainscribirnosenalgunasmaterias, lesexplicabanalosprofesoresnuestrasituacinynos mandaban los materiales fotocopiados para que los le-yramos, la biblioteca del CEFERESO es amplia y varia-dayenesosprimerosaospodamostenertreslibros diferentesalasemana,asquecontinuamosleyendo mucha literatura universal, en la crcel haba una clase de pintura y aprendimos a dibujar a lpiz y a pintar al leo. Nuestra hermana nos depositaba 50 pesos al mes acadaunoparacomprarpapelhiginico,detergente, jabn u otras cosas que no daba el penal, la pintura o el dibujarnospermitahacertrueque,dibujosporsham-poo o pasta dental o desodorante. Hacamos ejercicio, entre dos horas a tres diaria-mente, para aliviar el estrs decamos, para estar en for-ma si nos tenamos que defender de alguien, Alejandro yAntonioseincorporaronalasclasesdeteatroypre-sentamos una obra llamada Dos hombres en la mina, si la memoria no nos falla y una pastorela con otros presos.Nos reencontramos con la poesa, intentamos es-cribir cuentos y Hctor incluso escribi una novela.Todo esto lo hacamos entre audiencia judicial y audiencia judicial, es decir tenamos que ir a los juzga-dos del penal para escuchar los interrogatorios de nues-tra defensa y el ministerio pblico a los policas que su-puestamente nos haban detenido, a nuestros vecinos o Con el corazn en su sitio38personas testigos de los petardos que haban sido colo-cados en los bancos.El proceso judicial y las amenazasLaprimeraamenazadetrecequehastahoyharecibi-do el Comit Cerezo Mxico se recibi en diciembre de 2001,dejaronlavozdeunachicaaparentementealco-holizada o drogada grabada en la grabadora del telfo-no de la casa-ofcinaDesde ese momento los seguimientos, el hostiga-miento, el ser fotografado en la calle y en algunos even-tos se convirti en un asunto cotidiano, que variaba su intensidad de acuerdo a los momentos ms importantes del proceso judicial o de la situacin poltica del pas.Losprimerosdelitosqueeljuezdesechpor nocontarconpruebasennuestracontrafueronlosde modifcacin de artifcios explosivos y dao en propie-dadajena,esosignifcabaqueeljuezconsiderabaque nohabaelementosparadeterminarnuestrarespon-sabilidadcomoautoresmaterialesenloshechosdel8 deagostode2001,esdecirnihicimosnipusimoslos petardosperoelexpedientejudicialennuestracon-tranosresponsabilizabadeemboscadasenGuerrero, EstadodeMxicoyotrascosassucedidasenlaCiu-daddeMxico.Cmosiemprealperromsfacose lecargabantodaslaspulgas,pueslasautoridades queranresponsabilizarnosdehechosquenohaban resuelto desde aos antes.La historia de los hermanos Cerezo 39DespusdelaejecucinextrajudicialdeDigna Ochoa y Plcido quedamos sin defensa particular hasta que Brbara Zamora y Luis tomaron nuestro caso.Las audiencias eran largas y tediosas, los respon-sables de nuestra detencin no se acordaban de nada, de ningndetalledelamisma,todosdecannorecordar, lostestigosdenuestrodomicilioaseguraronnosaber nada ni haber visto armas en nuestra casa, como lo afr-maba la autoridad lo haban hecho, se descubri que las autoridadeshicieronfrmaraunmenordeedadcomo testigo del cateo y que no le ensearon todas las hojas de lo que supuestamente encontraron, solamente la ltima. Los testigos de la explosin en el banco de la colo-nia Bondojito que haban visto a jvenes colocar el petar-dononosreconocieroncomotalesjveneslasprue-basennuestracontrasedesvanecanlasacusaciones erancadavezmsincreblesenalgunosactossuce-didosen2000Alejandroeramenordeedaden1992 AntonioCerezoalaedaddequinceaoshabaestado en Guerrero y en Nayarit al mismo tiempo el don de laubicuidadfueundonquenosatribuyeronlasauto-ridadesparapresentarnoscomoautoresmaterialesde diversoshechosquenohabanresuelto,perotambin para demostrar nuestra extrema peligrosidad y justifcar as nuestra estancia en penales de mxima seguridadTrascurri de esta manera un ao y cuatro meses, el 10 de diciembre (irnicamente el da de los Derechos Humanos) de 2002 se nos notifc la sentencia que nos dictaba el juez: trece aos y seis meses de crcel sin de-rechoafanzaybenefciosdeleyalostreshermanos Con el corazn en su sitio40Cerezo Contreras, diez aos y seis meses al seor Pablo AlvaradoFlores.Apelamosadichasentenciaporpa-recernos injusta, para esa fecha ya sabamos que a casi todo menos a nuestra libertad tenamos que apelar.Llegamosanuestraceldaehicimosclculosa los cuantos aos saldramos de la prisin? A los treinta y ocho, treinta y seis, y treinta y cuatro aos respectiva-mente, toda la juventud en la crcel pero poda haber sidopeorsieljuezlehubierahechocasoalministerio pblico federal que peda ms de sesenta aos.Creemosqueesodesiemprepreparaseparalo peor siempre nos ayud muchsimo para que el impacto de las malas noticias no fuera tan grave, tan desoladoras que pensamos que como fuera lucharamos esos tre-ce aos y medio dentro de prisin para salir antes o para que fueran trece aos y medio de lucha con dignidad.A inicios del ao 2003 ya habamos sido cambia-dos de mdulo, ahora Hctor viva en el cuatro con Pa-blo Alvarado Flores y Alejandro y Antonio vivan en el mdulo uno en celdas individuales en el mismo pasillo, desdenuestrocambioalreadepresossentenciados decidimossolicitarquesenosdieralaposibilidadde trabajar en algn taller de la prisin, pues era un dere-chodepresoyunaobligacindelainstitucindarla oportunidad a los presos sentenciados de trabajar un ao despus aproximadamente de que las autoridades aceptaron que trabajramos en los talleres nos platic el profesor del taller que lo estaban dudando ya que ra-mos considerados problemticos, la razn fundamental de catalogarnos as fue que ya habamos realizado dos La historia de los hermanos Cerezo 41huelgas de hambre por mejoras penitenciarias, una ley federaldeamnistaparatodoslospresospolticosdel pas y nuestra libertad.Huelgas de hambre: estmago vaco, convicciones a pruebaEl20abrilde200213iniciamosunahuelgadehambre. En esta participamos ochenta y seis presos polticos re-cluidos en penales de varios estados: Guerrero, Jalisco, Oaxaca, Sonora y Estado de Mxico.Nunca antes habamos pasado la experiencia de soportar el hambre voluntariamente, pero creamos que eraunamanera,talvezlamsextrema,dedemostrar queestbamosdecididosalucharpornuestralibertad y la de otros presos que estaban recluidos tambin por motivos polticos.Al comenzar la huelga de hambre sacamos todos los alimentos de nuestras celdas, tenamos la obligacin de bajar al comedor y ver comer a todos. Desde el primer da las autoridades del penal por medio de los custodios nos preguntaban si comeramos o no, despus fueron a nuestras celdas y grabaron lo que tenamos y posterior-mente nos llevaron al rea de enfermera para pesarnos y tomarnos los signos vitales no estaban preocupados por nuestra salud, ms bien queran comprobar que es-tuviramos en huelga y descubrir si estbamos hacien-do trampa y comiendo a escondidas.Cuandoporlasnochesllegabanlosmandosde loscustodiosapreguntarnosporquestbamosen 13. http://comitecerezo.org/spip.php?article6Con el corazn en su sitio42huelga de hambre respondamos que lo hacamos para luchar por una Ley Federal de Amnista para todos los presospolticosdetodoelpasypornuestralibertad, entonces nos ofrecan de comer lo que pidiramos: po-llo, pescado, carne de resNuestras actividades se redujeron a dormir y me-dioleerpueslafaltadealimentosnotepermitehacer lo que se hace habitualmente, algunos presos comunes nos vean con un poco de burla, otros con respeto y nos decan que no nos entendan que cmo castigbamos a nuestro cuerpo sin comer si ya la crcel era un castigoPero esta huelga slo fue un ensayo, por decirlo as de la otra huelga de hambre que se realiz despus y que dur 30 das.No recordamos la fecha exacta de la misma tal vezfueenmayode200314slorecordamosesasensa-cin de hambre, mucha hambre cuando a partir del da veintedebamosverenelcomedorcomeratodoslos dems presos, dormamos mucho y bajamos entre ocho ydiezkilosdepeso.Lasautoridadesmonitoreabana diarionuestroestadodesalud,losmdicosnosreco-mendabancomersabamosqueloscalambresenel estmagoseranlasealdeabandonarlahuelgapara notenerdaosfsicosirreversiblesperonadiehaba sentido con anterioridad qu era un calambre en el es-tmago, nadie quera sufrir daos en el rin, en el h-gado y la demanda era la misma: aprobacin de una Ley Federal de Amnista para todos los presos polticos de pas que mantena el democrtico gobierno de Vi-cente Fox en diferentes crceles.14. http://comitecerezo.org/spip.php?article204La historia de los hermanos Cerezo 43Sabamos que no bamos a salir, estbamos plena-mente conscientes de que todava no habamos acumu-lado la sufciente fuerza para que aprobaran dicha Ley, pero sabamos que ese esfuerzo permitira tal vez la sali-da de varios presos y abonar para la lucha por nuestra li-bertad. Estbamos convencidos de lo anterior porque ya para mayo de 2003 una resolucin judicial a la apelacin de nuestra sentencia anterior haba determinado quitar-nos nuevos delitos y bajar nuestras condenas a siete aos y seis meses para los hermanos Cerezo Contreras y cinco aos para el seor Pablo Alvarado Flores.El delito que nos quitaron en la resolucin de ju-niode2003yquebajnuestrascondenasfueeldete-rrorismo, nos dejaban cuatro delitos: delincuencia orga-nizada, posesin de armas y cartuchos de uso exclusivo del ejrcito, y almacenamiento de artifcios explosivos.Despusdetodo,lashuelgasdehambre,lade-nuncia constante y el trabajo de todos los amigos, orga-nizaciones y comits que luchaban por nuestra libertad sevearefejadoenlaesperanzaconcretadeestarme-nos aos en prisin.Podemos decir que el ao 2004 fue un ao tran-quilo a comparacin de los anteriores, nos dedicamos a estudiar, a hacer ensayos para las materias de la facul-tad a las cuales habamos sido inscritos, a pintar, a tra-bajar, a escribir sabamos que las represalias por todo lo que hacamos llegaran de una u otra forma y as fue.La historia de los hermanos Cerezo 45Captulo 4Ante la dignidad ms castigoLa dispersinTodoslospresossabamosquelascosasnoesta-ban bien, ese 14 de enero de 2005 no nos haban bajado a desayunar ni comenzaban las activida-desnormales,desdeelmdulounoseveanalgunas casasalrededordelpenalyporesosrumbosunpreso vio tanques de guerra apuntando al penal y comenz a gritarnos a todos para que nos asomramos era cierto, estbamos rodeados por tanques de guerra y poco des-pus las noticias por radio lo confrmabanDespusdequelacorrupcinenAlmoloyafue inocultable por los asesinatos de varios presos a manos de otros y se ventil en medios de comunicacin se ini-ci un operativo por parte del ejrcito y la entonces Poli-ca Federal Preventiva (PFP) para, supuestamente, reto-mar el control del penal, supuestamente porque desde el 2003 la PFP controlaba la vigilancia externa y parte de la vigilancia interna del mismo.Con el corazn en su sitio46Este fue el momento ideal para que las autorida-des nos castigaran todava ms. El 16 de enero de 2005 HctorCerezoyAntonioCerezofuerontrasladados elprimeroalCEFERESOdePuenteGrandeenJalisco yelsegundoalCEFERESOdeMatamorosenTamau-lipas,peronosloeso,fueelmomentodehacertoda unacampaamediticaparadesprestigiarnuestralu-cha, pues como no podan aceptar abiertamente que lo hacan como manera de castigo por nuestra permanente denunciacontralasviolacionesdederechoshumanos dequeramosobjeto,inventaronqueramosreosde alta peligrosidad que ponamos en riesgo la estabilidad delpenal,nosligaronanarcotrafcantesconunpoder econmico inmenso e incluso nos trasladaron con ellos en el mismo helicptero previa flmacin para hacernos parecer como iguales, como si estuviramos presos por los mismos motivos que ellos.Del 14 al 16 de enero fueron registros tras regis-trosenlasceldas,llegaronlosGruposdeOperaciones de Fuerzas Especiales (Gopes) de la PFP sin armas pero tapadosdelrostroyconchalecosantibalasentrarona lasceldas,nosotrostenamosquesalirydesnudarnos, hacer tres sentadillas, se llevaron teles, cosas de comer, jarras para calentar el agua, rastrillos algunos presos quecuestionabanfuerongolpeadosllegaroncusto-dios de Puente Grande el otro penal federal que est en Jalisco, llegaron las revisiones de la PFP todos armados con grandes toletes, las revisiones fueron en el da, pero tambin en la madrugada de un enero fro en Almoloya como todos sus enerosLa historia de los hermanos Cerezo 47A las 6:30 am, aprximandamente, nos hicieron una revisin corporal, que para no hacerla larga te des-nudas y haces tres sentadillas. En esa ocasin se lleva-ron mi tele, la mayora de los libros, las libretas y toda mi correspondencia de carcter personal; cartas, tarjetas postales y fotos. Desde ese momento no salimos de las celdas,nonosdieronbao,pueslasregaderasenese mdulo estn fuera de la celda, la comida nos la pasa-ban por la reja y suspendieron las llamadas y las visitas. Nadie nos dio una explicacin salvo que todas las acti-vidadesestabansuspendidashastanuevoaviso.Yas melapas,leyendounlibroquemedejaronhastael domingo 16 de enero porque al medioda otra vez entr laPFPalpasilloynuevamentenoshicieronotrarevi-sin corporal y se llevaron todo lo que tena para leer o parapoderescribir,tambinsellevaronmispinturas, pinceles,bastidoresyuncuadropintadoamedias.Es decir casi sin nada, bueno, ni detergente nos dejaron, a la maana siguiente cumpl 26 aos y entrara una nue-va etapa dentro de nuestra injusta e ilegal reclusin.15El da 16 por la tarde varios policas federales se asoma-ronenlaceldadeAntonioyHctorylesdijeronque arreglaran sus cosas personalesSabamos porque ya antes lo habamos escucha-do que eso signifcaba el traslado a otros penales es-cuchamos nuestros nombres en un pasillo, bamos con las manos en la nuca con los dedos entrelazados, segn la indicacin y llevados por policas vestidos de negro y con pasamontaas15. Relatora de Hctor Cerezo sobre su traslado a Puente Grande, en:http://comitecerezo.org/spip.php?article1123Con el corazn en su sitio48Eldomingo16deenerocomoalas6:00dela tarde, dos hombres con la cara cubierta me pidieron que saliera de la celda, me hicieron una revisin corporal y conlasmanossobrelacabezamecondujeronaCOC (CentrodeObservacinyClasifcacin)ahmientras memetanaunpequeocuartoviamihermanoAn-tonio, al cual traan de la misma forma que a m. Luego vino un breve examen mdico y posteriormente nos f-charon nuevamente. En ese momento me di cuenta que nos trasladaran a otro penal. Matamoros y Guadalajara cruzaron por mi mente. Antes de subir a una camioneta esposados con las manos en la espalda pude preguntar-le a Antonio por Ale y Pablo, se quedaron me contest antes de que nos callaran. Minutos despus estaramos volandoenunhelicpterodelaPFP,escoltadoscomo por veinte militares vestidos de gris, con la cabeza aga-chada y llena de preguntas que slo el tiempo nos dara respuesta.16En el rea de COC nos tomaron datos generales, nos hi-cieron una breve inspeccin mdica y nos encaminaron a la salida del penal, ah nos veramos por ltima vez en mnimo 1 ao y medio Hctor y Antonio, formados en una hilera junto con otros tres presos, esperbamos que no trasladaran tambin a Alejandro y el seor Pablo.El primer helicptero era pequeo, el segundo en el cual nos subieron en el aeropuerto de Toluca era ms grande,amboshermanosllevbamoslasmanosespo-sadas hacia atrs, los otros tres presos hacia adelante 16. Ibid.La historia de los hermanos Cerezo 49Haciadndenosllevaran?Acasonosesperabaesa macabra amenaza de ser aventados desde el helicpte-ro? Nos amarraran los pies y nos aventaran cmo lo haban hecho con otros presos polticos?Elhelicpterovol,nosabemoscuntotiempo, pero cuando aterriz haba anochecido, en esa primera paradabajaronaAntonioylosubieronaunautobs, ambos nos recordamos uno frente al otro con dos poli-cas a los lados con su mano en nuestra nucaElavinaterrizenMatamoros,bajaronami hermano y cuando pas cerca de mi alcanc a escuchar unnosvemos,lecontestconuns,aunquenossi me pudo escuchar. Se lo llevaron minutos despus, su-pongo a bordo de un autobs como a m.17Hctorfuebajadodelhelicpterocuandostellegal aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, ms noche an.Otravezelingreso:losgritos,losperros,lahu-millacinporprimeraveznosingresaronalCentro de Observacin y Clasifcacin y nuevamente a caminar deunladoalotrodelacelda,acantar,amultiplicar nmeros etc., sabamos que por normatividad nos espe-raban mnimo 15 das de aislamiento, de exmenes m-dicos y de interrogatorios de todas las reas del penal: Elreajurdicapreguntabaporquestaqu?Lade psicologa por qu cree que est aqu?La primera noche en Matamoros fue de mucho fro. Slo me dieron una playera, una camisa de manga corta y un pantaln en la celda slo haba un colchn 17. IbidCon el corazn en su sitio50y un par de chanclas fro, mucho fro y si uno camina mucho y suda ms fro cuando te paras y se enfra el su-dor otro preso peda cobijas y nunca se las dieron, mejor lo callaron y al otro da a las 6 am la indicacin de baarse en 5 minutos con el chorro de agua tan fro que al contacto con la cabeza, sta te duele pero des-pusdeesebaoelcuerpoentraencalorytepermite sentirte calientito por un rato.YmientrasAntoniopasabaestoenMatamoros, con Hctor pasaba casi lo mismo al bajar del helicptero en Guadalajara:Me subieron al autobs con gritos y me senta-ron con la cabeza hasta las rodillas. Dur poco el tras-ladoalpenal.Mebajaronalltimoymevolvierona colocar las esposas en la espalda y me sentaron con las piernasabiertas.Mientrascomenc a escuchar los gri-tosylashumillacioneshacialosdospresosqueiban delantedem.Llegmiturnoymelevantarondelas esposas y me gritaban en las orejas y a empujones me pusieron en posicin de revisin. Me quitaron mi reloj y mis lentes que me don el Comit Internacional de la Cruz Roja un par de semanas antes. Despus tuve que desnudarme,abrirlabocayhacertresgrgaras,vol-tearmeyhacertressentadillasseparandomisnalgas con las manos todo esto al ritmo de gritos y sin levantar la cabeza. Me dieron un uniforme y despus de frmar los recibos por mis cosas me llevaron a COC con gritos, con las manos atrs, corriendo y con dos custodios ha-cindome palanca en cada uno de mis brazos, para que seden una idea mi cabeza tocaba misrodillas cuando mellevabancorriendo.AlllegaraCOCmehicieron La historia de los hermanos Cerezo 51unarevisinmdicadepurotrmite,puesnomede-jaban hablar sobre otra cosa que no preguntara el m-dico.Luegonuevamentemefcharonycorriendome metieron a empujones a una celda. El ingreso a Puente Grande fue igual de degradante que el de La Palma, sloqueestavezunapersonameflmdurantecasi todo el tiempo, as que si alguien quiere comprobar lo que he dicho que le pida al Gobierno una copia de ese video,aunqueclarotalvezlonieguenolesdenuna versin arreglada para que no se d a conocer la viola-cin hacia nuestros derechos humanos.18Cadaunodenosotrospensabaenlosdems,deseba-mos que nos les fuera peor de lo que estbamos vivien-do, Hctor y Antonio pensaban en Alejandro y Pablo, y en la suerte de cada uno; Alejandro y Pablo en Hctor y Antonio, en saber a dnde se los haban llevadoHe aqu las posdatas de Hctor en su testimonio del traslado:PD 1 Dicen que la muerte anda tras mis huesos /siesaslaesperoparadarlesusbesos/ysinome alcanza la muy condenada / me espero tantito pa verla enojada.PD2Aclaroqueamolavidayquejamsaten-taracontramiexistencia,estoselodigoporsialGo-bierno se le ocurre suicidarme como a Digna Ochoa o Pvel Gonzlez.PD 5 Saludos a Ale, y Pablo, dganles que si bien est cabrn, aqu seguimos frmes y dignos.18. Ibid.Con el corazn en su sitio52PD 6 Saludos Too, la verdad es el que ms me preocupa, dganle que su fortaleza es mi fortaleza y vi-ceversa.PD 9 Durante los 15 das incomunicado, descubr que me s 35 canciones de memoria, cont 18 araas vi-viendo en mi celda, vi dos gatos pasar frente a mi celda (es real), y pens en el prximo cuento, adems de abu-rrirme y preocuparme una y otra vez.PD 10 Casi se me olvida, mis lentes no me los han dado.19Angustia, s creemos que sa es la palabra, preocupacin y momentos de angustia pero tambin de certezas, de confar que resistiramos, los presos y los amigos, fami-liaresycompaerosafuera,momentosdeesperanzas, dejamsperderlaesperanzadevolvernosaverli-bres o en otro penal.Enestemomentocruzannuestrasmenteslas imgenesdeloquevivimos,nuestrosrostrosconesos lentes grandotes que nos donaba la Cruz Roja Interna-cional, pelones todos, vestidos de beige con esas chama-rras grandes que dan en el penalNopudieronconnuestrosidealesynopodrn aunquedespusdeestelibrovengaotravezlacrcel, la tortura, la ejecucin extrajudicial, la desaparicin for-zada, porque nuestros ideales de justicia, democracia y libertad son los de miles de mexicanos19. Ibid.La historia de los hermanos Cerezo 53El encierro dentro del encierroMientras Hctor y Antonio eran trasladados Alejandro yPabloquedabanpresosenAlmoloya,conlaincerti-dumbre del destino de sus compaeros y con una nueva dinmica de reclusin que podramos llamar el encierro dentrodelencierro,puessibienesciertoestabanpre-sos, a partir del 14 de enero estuvieron 24 horas encerra-dos en las celdas y unos quince das despus se les fue dado el derecho de bajar al patio 30 minutos.El14deeneromelevantyloprimeroquevi por la ventana, desde el nivel en que estaba, fueron tan-quesdelEjrcito.Encuestindeminutosyaestaban agentes de la AFI, con pasamontaas, revisando las es-tancias,confscandocasitodoloqueunotena.Alos queseopusieronlesdieronunagarrotiza.Apartirde ese momento nos aislaron totalmente, nos dejaron ence-rradosdurante19das.Suspendieronlasllamadas,no huboaccesoanoticias,nianada.Hastaelda16me gritaron que se estaban llevando a mis hermanos. Al da siguientemeenterquefuerontrasladados;Hctor,a Puente Grande, y Antonio, a Matamoros.20Adems de llevarse libro y libretas los custodios se lle-varon los pinceles, las pinturas, los bastidores; antes de esafechalospresospodanteneresematerialconsigo ydesarrollarlaactividaddelapinturatodosfueron castigados a travs del ocio forzoso una forma de tor-20. Entrevista de Blanche Petrich a Alejandro Cerezo publicada en La Jornada el sbado 5 de marzo de 2005. http://www.nodo50.org/comitecerezo/jornada050305.htmCon el corazn en su sitio54tura, pues la ociosidad obligada puede ser causa de tris-teza, depresin, desesperacinSin sol, sin posibilidad de distraerse en el arte, en la lectura,sometidosarevisioneshumillantes a diario, a veces varias veces al da, a cualquier hora con perros entrando a las celdas a subirse en el colchn, las cobijas, la poca ropa que haba, escuchar gritos y soportar casti-gos por quitarse el calcetn izquierdo en vez del derecho oporresponderanterdenesinjustasyhumillantesse fue el mtodo de readaptacin que se agudiz en Almoloya.As lo deca Alejandro das despus de su salida de prisin:Esunasituacinmuyextrema,temantienen constantemente con tortura psicolgica, un acoso cons-tanteporpartedelosofcialesenelpatiocadamedia hora. Es casi estar encerrado 22horas de las 24 que tie-ne el da con revisiones ultrajantes y humillantes, es so-meterte a un trato tal que te denigre y no seas humano, eresunobjetoelcualestasudisposicindeloque ellos digan, es muy difcil.21Cadaqueunpresosaladesuceldatenaquedesnu-darsecompletamentedeacuerdoalasinstrucciones delcustodioenturno,ademsyadesnudotenaque hacertressentadillasylevantarseelpeneenseando lostestculos.Elargumentoeraquedebanasegurar-se que los presos no llevaran nada oculto a los lugares 21. Entrevista a Alejandro Cerezo por Carlos Loret de Mola. http://comitecerezo.org/spip.php?article310La historia de los hermanos Cerezo 55donde eran trasladados, adems al salir al pasillo se de-bacaminarconlasmanosentrelazadasenlaespalda, conlacabezabajamirandoalpiso,nosepodahablar conotrospresoscualquierincumplimientosecasti-gabaencerrandoalpresonuevamente24horasensu celdaotrasladndoloalreadeConductasEspeciales del penal, lugar de castigo. El aislamiento era el castigo estipuladoenelreglamentodel penal pero tambin se proporcionaban golpizas a varios presos comunes o por motivospolticos;enunacrcelllenadecmarasexis-ten pasillos donde no las hay, o cuartos donde no hay y ah se golpeaba a los presos, en los casos ms extremos selesdejabaencalzoncillos,selesesposabadepiesy manos hacia atrs y se les encerraba en las llamadas cel-dasacolchonadas,celdasqueseencuentranenCOCy que slo tienen colchones en las paredes, sin bao y con pequeas ventanasLa luz en las celdas estaban encendidas 24 horas al da, si se funda el foco el preso deba avisar al custo-dio para que lo cambiaran as vivi Alejandro el mes y medio ms que permaneci en Almoloya antes de re-cuperarsulibertadyenesascondicionesdejaPablo Alvarado Flores, quien para marzo de 2005 cumpla tres aosymediodeprisinylefaltabaaoymedioms para compurgar su condena de cinco.Ni un bao siquieraDespus de los das de aislamiento en COC, Hctor fue trasladadoaunmdulo.Enlaceldaqueloinstalaron Con el corazn en su sitio56habaotrosdospresos,ledieronelderechodepartici-par en las actividades del penal, le dieron su derecho a llamarasusfamiliaresperonoledieroncambiosde ropa, del uniforme entonces Hctor tuvo que estar con un solo uniforme ms de cuarenta das, sin poderlo lavar porque era castigado si lo encontraban sin uniformeTal vez era la preparacin para ser hippie en el fu-turo, pero esas pequeas cosas, esos detalles que pue-den pasar desapercibidos son los detalles que las auto-ridades planifcan para que el preso no est a gusto, para que recuerde que est castigado y que debe sufrir el castigo, es la muestra de que la autoridad puede con-trolar hasta esos detalles que despus dir son un error administrativo o un descuido.Yclaro,todaslaspertenenciasdelpresoyel mismo preso tienen un nmero de expediente, el preso puedeolvidarmuchascosasmenossunmerodeex-pediente, entonces Hctor en Almoloya era el 1106 y en Puente Grande el 1123.El asilamiento (Antonio Cerezo)Del 16 de enero de 2005 hasta fnales de abril (fueron 96 das de aislamiento en total) de 2005, estuve aislado de toda la poblacin penitenciaria en una celda del Centro deObservacinyClasifcacin.Apartirdeldadieci-sis de aislamiento se me comenz a dar el derecho de salir al patio una hora. El patio era de unos diez metros por diez metros con una cmara en cada esquina pero tambin me dieron el derecho de leer, escoga los libros La historia de los hermanos Cerezo 57ms gruesos que me llevaban y le en esos das El conde deMontecristo,quemocionantelecturapudellamar a mi domicilio como veinte das despus de mi llegada y enterarme as que Hctor estaba en Puente Grande y Alejandro y Pablo seguan en AlmoloyaUn da la psicloga del penal me pregunt cmo mesentaylerespond:aislado,peroquenosabasi era mi percepcin o era una realidad qu preguntas! Ydespusdeesapreguntquequpensabadeestar aisladoQupensaba?...Enquinpensaba?...Haba tantotiempoparapensarparasentirseaislado peronuncasolojamssolocaminar,desayunar, estudiar los libros de matemticas desde primaria has-ta los de secundaria, escribir poemas y dibujar hacer ejercicio,trapearlaceldaylavarlaropainterior,leer loquesepoda,loquecaaenmismanos,devorarlo yaprendersepoesas,variaspoesasdeGorostiza,de Sabines, de KavafsPensar que hubo presos polticos que haban pa-sadodiezomsaosaisladosyquehabantriunfado como Mandela, como el secretario del partido comunis-ta Sirio y si tan slo nos faltaban cuatro aos por de-lante por qu no podramos nosotros resistirlo?Los hermanos, los amigos, las cartas de ellos, las de Alejandra cada quince das podra ser que a un m-nimo nmero de personas les interesara con sinceridad nuestrasuerteynuestracircunstanciayconellasnos bastaba para estar felices y para sentir hondamente que estbamoscumpliendoconnuestrodeberesedeber Con el corazn en su sitio58de resistir a la adversidad a pesar de todos y de todoSentirsesolocuandoexistanpersonasquearriesga-ban su vida o daban su tiempo, su dinero y su esfuerzo paravernoslibresoenmejorescondicioneseranoco-rresponder a ese esfuerzo, era no valorarlo, era perder elsentidodelasolidaridadydelsentidohistricode nuestra existencia y el cmo vivamos las circunstancias de lo que nos tocaba enfrentarYa haban pasado tres aos y medio de crceldebamos resistir ms en peores condiciones resistir, resistir, resistir sa era desde donde fuera y como fue-ra,nuestramsgrandevictoriaynuestramsgrande satisfaccin.La historia de los hermanos Cerezo 59Captulo 5 Llegada al primer puertoEl1demarzode2005AlejandroCerezoContre-raserallamadoalarejacontodoychivas:el amparoquehabametidonuestradefensalegal se haba resuelto a favor de Alejandro. Hctor, Antonio y Pablo Alvarado no haban corrido la misma suerteVestidodepantsysudaderagris,conloszapa-tosbeigedelpenalAlejandrosalaexoneradodetodo delito de Almoloya. Peln, con sus grandes lentes y sus cosaspersonalesenvueltasenunasbana,Alejandro sereencontrabaconfamiliares,amigosycompaeros, terminaba una etapa de su vida y comenzaba otra he aqu sus palabras.Libertad de Alejandro Slo somos pequeos granos de arena de esta gran playa llamada pueblo.Hace ya casi 10 aos que sal de la crcel con un da de retraso,porcierto.Porqu?Porquealasautoridades Con el corazn en su sitio60delpenalselespegabalagananosacarmeeldaque el tribunal dio la orden, as que fue hasta el 1 de marzo que reconoc la libertad.Laceldaespequea,podarecorrerlaalolargo con siete pasos y si me acostara y estirara no caba a lo ancho. Estaba en la zona donde slo vivamos una per-sonaporcelda,elbaoestabaadentro:unatazayun espacio para la regadera, un banco de concreto asido al suelo, una mesita igual de concreto y luego al fnal una plancha de concreto sobre la cual estaba mi colchn de hule comprimido y la ventana por la cual el 16 de enero de2005observelosdoshelicpterosquesellevabana mishermanosalospenalesfederalesdePuenteGran-de,JaliscoyMatamoros,Tamaulipas;ventanasquese abran a lo mucho 45 grados.Cuandosaldelacrcelestbamosenlapoca que el gobierno mont todo un escenario para presun-tamenteretomarelcontroldelpenaldeAlmoloyade Jurez, hoy La Palma, CEFERESO no. 1. No tenamos patio, no haba actividades, ni siquiera nos dejaban ba-jar al comedor por los alimentos, estbamos encerrados 24horasdeldaconelhermosofoquitodelacelda prendidotodoelda,nohabateleniradio,nilibros, nada;saeralageneralidad.Derepentelaautoridad te sacaba 30 minutos al patio. Yo tena copias de libros enlaceldaquenosellevaronyentoncesinventuna estacinderadiodondeellemaqueabralaradioera ... desde Almoloya de Jurez donde se acab el pan y quedlapuravergaesoenalusinaldichopopular de te traen a puro pan y verga, pues as nos traan los La historia de los hermanos Cerezo 61pefepos.Aalgunabandalegustabalalecturaenvoz altaydramatizadaqueleshaca deMedea, pues les entretena un poco y dejaban de pensar en pendejadas.Ah... s, recuerdo que en esos das me castigaron poraventarunpapeldebaoalcagndealladoque se haba acabado el suyo, esa solidaridad me vali das decastigoenunaceldadondenotenanadasalvola mudaderopaquellevabapuesta,fueronpocosdas, creo tres o cinco, ya no recuerdo bien. Despus de esos dasmedevolvieronamicelda.Asunamaanades-pusdedesayunaryestarestirandoparahacerejerci-cio se me ocurri prender la tele, que ya a algunos nos habandevueltoymeroqueestoyviendolasnoticias escuchoquemehandictadoautodelibertadydein-mediato me gritan otros presos Cerezo ya te vas y les contesto pues hasta no salir no creer, en realidad me valimadresunpocolanoticiayseguhaciendomis ejercicios,mimentesehabapreparadoparaestarah todalavida,asquehastaquenoestuvierafueracon lagentequequera,esanoticiaeraespeculacin.Creo habrn pasado varias horas y yo normal, tranquilo dn-dole al ejercicio y a la lectura, fue como a medio da que lleg un custodio a tocarme la celda y me dijo: prepare todassuscosas.Unapartedemidijo,averadnde me llevan estos, pues la experiencia pasada fue ver a mi hermano Antonio a travs de un espejo desde mi celda salir con todas sus cosas, luego ver los helicpteros le-vantar el vuelo y enterarme que se lo haban llevado a Matamoros. A dnde me llevarn, me preguntaba. Re-sult que tena una buena cantidad de copias de libros, Con el corazn en su sitio62cuadros,pinturas,maderasparapirograbar,lacosaes que tuve que hacer con las sbanas mi carga porque no lesibadejarnada,buenoslesdejeunrecuerditoque ya otros presos habrn visto, jajaja. Como dijo Gramsci FurEwingparalaeternidad.Salcargandosobrela cabeza y los hombros mis sbanas y en bolsas de pls-tico mis dems cosas, el custodio ni ayud ni nada, me llevaronalazonadeatencinmdica,cuandollegu estaba mareado y plido, casi como que me desmayaba ytuvequeconcentrarmeparanohacerlo.Mehicieron un chequeo mdico, me imagino que para que no dije-ranquemehabandejadojodido.Recuerdomuybien que pas mi psicloga y se sorprendi al verme y le dije claramente a su cara no que haba que aceptar la culpa para sobrellevar la crcel mejor, mreme soy inocente. S,tenaquedecrseloporqueeralapsiclogaqueme tocaba y siempre me repeta de diferentes maneras que habaqueaceptarlaculpabilidadylaresponsabilidad delosdelitosquelaautoridadhabadichoquecome-t, que de esa manera vivir la crcel era ms llevadero, ahhh... siempre debata con ella sobre su falsa creencia demiculpabilidadysobresumentiradequeasumir una injusticia te hace vivir mejor, era de las pobres que crea en el sistema, una autmata ms. Para m fue grato decirleensucaraqueyameibadelacrcelyhacerle ver su equvoco respecto a m y mis hermanos.Recuerdo que me condujeron por pasillos en los cualesnuncahabapasadoyderepentemehicieron descenderunasescaleras,mepidieronquemequitara el uniforme y me pusiera un pantaln deportivo y una La historia de los hermanos Cerezo 63sudadera,ascomounostenis,lasudaderamequed chica,lostenisnomequedaban,detalmaneraqueal fnalsalconmiszapatosyconlaminisudadera.Me subieron a una van y se abri un portn y sali la van conmigo,loscustodiosqueibanconmigomedijeron anquebajaralacabezaysloveaelpavimentopor lapuertadelavanabierta.Parlavanmebajarony pude ver una garita y gente a lo lejos que me esperaba, seveancmarasyseescuchabangritos.Mehicieron ver hacia una cmara que estaba arriba y esculcaron mis cosas muy brevemente y fue entonces que frm mi sa-lidaylascosasquemequitaronalingresaraprisin, un pantaln negro y una camisa. De la mesa cargu mis cosasquevenanensbanasyelcustodiomeayud con unas bolsas de plstico que traa, le dije al custodio sonra que va a salir en la foto y el baj su cabeza con la gorra que traa puesta.Alacercarmeunaemocininvadimicuerpo, busquamihermanayhermano,slopudeverami hermanayaalguienquefueunagranamiga;unsen-timiento de extraeza por no ver ah a Pancho, mi her-manomayordeloshombresyaquiennohabavisto durante 3 aos y medio que estuve preso me sobresalt. Los fashes de las cmaras de fotografa, las cmaras de video, gente dicindome cmo me senta al salir, qu se-gua. Yo abrac a mi hermana hermosa y una sensacin detriunfomeinvadi,unaeuforiacontenida,habla los medios y dije que faltaban mis hermanos por salir y que estaba feliz, me dirigieron as a un automvil para salir del lugar y a cierta distancia de Almoloya de Jurez Con el corazn en su sitio64paramos y me encontr con mi hermano Francisco. Fue una sensacin de rencuentro, de satisfaccin, de triunfo que an hoy cuando escribo estas lneas regresa a mi ese poder que en mi pecho rebosaba. Con mis brazos bien ejercitados en la crcel abrac con fuerza a mi hermano, el Pancho, y le dije abrzame fuerte cabrn. l tan se-riocomosiempremeabraz.Nosabrazamoslostres: Emi, Pancho y yo,un amor haca vibrar los suelos, una hermandad y una camaradera fraterna rompa todo lo que se nos pudiera anteponer.Tambin vi a la mam de la mujer a la que le ha-bl desde los separos en la PGR de Camarones, cuando fuidetenidoel13deagostode2013,porlacualPilar Noriega nos visit en los separos para verifcar en qu condiciones estbamos y para decirnos que no frmra-mosnadaautoinculpatorio;luegonosvisitaraDigna Ochoa en la crcel tambin por ella. Estuvo ah tambin quien nos hiciera el protocolo de Estambul para probar que a mis hermanos los haban torturado y que a m me haban sometido a tratos crueles e inhumanos.Eltrayectoderegresoalaciudadfueimpre-sionante,aunquenolorecuerdomucho,eselapsode tiempo de Almoloya a casa de mis hermanos Emiliana yFranciscoesenciertamedidanebuloso.Recuerdola entradaporlacasetaalDF,lanoche,laslucesdelos coches, el perifrico transitado, paisaje citadino por tres aos y medio ausente.Porfnenunacasaquenovisitabadesdehace muchosaosydondepasmiinfanciaypubertad,la sent pequea, mi mente la recordaba enorme, se nota-La historia de los hermanos Cerezo 65ba en mi mente que haban pasado aos. Caras nuevas, aunque algunas conocidas por carta, saban cosas de m que en otros tiempos para m sera inimaginable, siem-prefuidiscreto,creoyo,ytuveamigosyamigaspara cada cosa que me gustaba hacer, lo cual me haca tener no slo amigos que en su momento se dijeron progresis-tasodeizquierdaozapatistas,sinopersonasquems all de la poltica nos una un gusto por una actividad particular como la msica o el deporte.Una de mis mejores amigas que me escribi a la crcel, que me visit incluso, estuvo ausente, me doli su ausencia y poco a poco con el pasar de los das enten-d el por qu: alguien haba llenado su mente de dichos y pendejadas increbles y lo ms cobarde de l fue que cuando cierta vez lo encar ni valor tuvo de mirarme a los ojos y cual nio rezong y se fue, pattica actitud de quien se deca ejemplo de ser distinto.Otrademisgrandesamigas,lalucecilladela maanaestuvoenlacrcelvisitndome,meescribi yalfnalcreonosforjamosdiferentesrumbos.Ahora recuerdo que mi viejo me deca que en las decisiones de lavidaseasemejanauntrenyquehaypersonasque llegan hasta cierto punto del camino y se bajan y otros continuamos en l. Me dej un sabor amargo y de frus-tracin suave y pasajera.Creo,unadelascosasmsdulcesyanheladas quevivalsalirfueelrencuentrodelagranmujerde la cual me haba enamorado perdidamente en un viaje hermoso por el sureste mexicano y parte de Centroam-rica,nomediaronpalabrasslomiradasyunapasin Con el corazn en su sitio66inmensaalencontrarmeconelladespusdesuaban-dono en la crcel. No le exig demasiado, slo lo que el momento histrico amerit y no pudo con ello y prefri tener una vida normal. Me parti el alma y slo quisiera que sepa que la admir mucho y que le agradezco pro-fundamente el haber estado el tiempo que estuvo a mi lado en ese castillo de hielo llamado CEFERESO no. 1, La Palma.La casa chica que recordaba inmensa, varia gente enellugar,miprimeranochefueradelacrcelenun cuarto, con una ventana grande, un tragaluz con domo hacialanochecitadina,unapuertademaderalacual poda abrir a diestra y siniestra, un bao fuera del cuar-to, un jardn, una casa normal que despus de pasar in-justamenteenlacrceltresaosymediosemehizo hermosa.El sabor a triunfo, a victoria parcial asomaba cal-mandomiorgullolastimado,faltabanmisdosherma-nos y como ha dicho mi madre, un pedacito del mundo llamado Mxico por transformar. 2 de septiembre de 2014A Lenin Sers el imperdonable eternamente se quemarn tus librospensarn haberte ledo sin leertesoarn derrotartepisarn a la humanidad construida en la historiase cagarn en lo que nunca dijistereconstruirn tus palabras sin un planoLa historia de los hermanos Cerezo 67realizarn prcticas destacadasimpulsarn los sueos ms bellos de los hombresy despusse sentarn y llorarn el costo humano de sus erroresya para qu preguntars.2002 desde el castillo de hielo, Almoloya de Jurez, CEFERESO no. 1Libertad de Pablo Alvarado con sus palabrasEnjuliode2006,unmesantesdeobtenersulibertad, Pablo Alvarado Flores fue trasladado al CEFERESO de mediana seguridad El rincn, cerca de Tepic, Nayarit. Como en todos los traslados no se le notifc a la fami-lia y al preso, si se le notifc, fue cuando ya estaba con sus cosas en la aduana del penal esperando subir a los camiones que los llevaran a su destino.Y la recepcin igual que antes: humillacin, gri-tos,golpes,aislamientoSinembargoel13deagos-to de 2006 Pablo Alvarado Flores recobraba su libertad despusdecincoaosdeinjustoencierroydehaber cumplido su injusta condena en su totalidad.El da 13 de agosto de 2006 cumpla mi sentencia, eran las 8 de la maana, cuando nos llevaron al desayu-no.Yonotenahambre,puesmepasabapensandoen mi libertad, justo cuando nos llevan a encerrar a nues-Con el corazn en su sitio68tra celda, me par y le pregunt al guardia que ese da cumpla mi sentencia y me urga hablar con el jurdico, me contest hoy es domingo y no vienen los de jurdico, meindicquecaminarahaciamiceldayquepregun-tara hasta maana, lunes. As transcurri hasta las diez delamaana,tiempoquesemehizoeterno,entonces mellamaron2guardiasymeindicaronquepreparara mis cosas, no saba si me iban a trasladar o me dejaran libre, me indicaron que me llevara todo, mi colchn, mi ropa.Mediahoradespusregresaronlosguardiaspor m y me sacaron de la celda y camin todo el pasillo del penal hasta llegar el rea de observacin y clasifcacin. Desde otro dormitorio me grit un preso ya te vas libre Pablo;loquehicefuesaludarlo,levantandolamano, pues no saba realmente a dnde me llevaran. El guar-dia me grit diciendo que saba muy bien que a nadie se le puede hablar y as me llev a una celda a encerrarme, tequedascastigado,meencerryfuecomoalas11 quemellamarondenuevoparatomarmefotografas, huellas dactilares y escner de iris. Un hombre de bata blanca me pregunt que si vena llegando o iba de tras-lado, no s si vaya de traslado, le contest. Me regresa-ron a la celda, esper media hora hasta que fueron por m, me dijeron toma tu colchn, luego mientras camina-ba por un pasillo me indicaron que dejara el colchn y las cobijas y un custodio me dijo te vas libre, pasamos como tres puertas de mallas ciclnicas hasta llegar a un readeaduanas,dondeestabanunasautoridadesdel rganodesconcentradodereadaptacinsocialfederal ymepreguntaronyasabesquetevaslibre?Vienen La historia de los hermanos Cerezo 69porti?Haciadndevas?Yolecontestquehaciala capital, me tomaron otros datos como mi nombre, edad, lugardeorigen,estadocivil,etc.Medieronotraropa diferente a la del uniforme de la prisin, yo an no me crea que estuviera libre, tena una sensacin de no creer loqueestabapasando,hastamiedomedabaqueme fueran a detener de nuevo, a matar o desaparecer. Yo no conoca la ciudad de Nayarit, no saba que tan lejos es-taba el penal de la ciudad, porque haca un mes que me habantrasladadodeAlmoloyadeJurezalpenaldel Rinconcito,Nayaritycomonosllevaronagachados todoeltiempo,puesnuncavipordndeestabaelpe-nal. Despus de darme la ropa me dieron un sobre con 600 pesos, me dijeron que era para el pasaje, por fn se abri el portn de la crcel y dos guardias me llevaron hastalagaritadelpenal,ahmeentregaronunabolsa de plstico transparente con todas mis cosas que me ha-bansidorecogidasenelpenaldeAlmoloyaenenero de 2005, yo no saba que haban recogido las cosas de mi celda de Almoloya y las haban trado a Nayarit, entre lascosaspudevermispinturas,copiasdelibros,cua-dros sin terminar de pintar. Cargu mi bolsa de plstico y pase el ltimo torniquete del penal, ah vi a mi espo-saymihija,tirmibolsaylasabrac.Yaestabalibre, por fn libre, despus de haber vivido 5 aos de injusto encierro, mi esposa llor y a m tambin se me salieron unas lgrimas de alegra, mi Azucena lloraba tambin, se me hizo gigante, pues ya tena 10 aos y me arranca-ron de ella cuando tena 4 aos y medio, ese momento donde estbamos los tres juntos al fn me llen de feli-Con el corazn en su sitio70cidad.Yolanda,miesposa,mecomentquenohaba transporteparairnos,quesolamenteentraban hasta el penal taxis que tomaban los familiares que visitan a los presos, pero que le indicaron los custodios de la crcel que se no era da de visita, por lo cual no haba trans-porte.Tambinmemencionqueenlacasetacomoa dos kilmetros se qued Alejandro y Emiliana Cerezo, junto con dos acompaantes de Brigadas Internaciona-lesdePaz(PBI).Pasaroncomo10minutosesperando eltaxiyvisaliralamujerquemehabaentregadoel sobre con el dinero, me acerqu a preguntarle que si nos poda llevarnos a la salida, me dijo que no poda. Luego llegaron unos chicos, una pareja, en una camioneta, les pregunt que si iban a visitar a alguien, me dijeron que no y que slo iban a depositar unas cartas, me pregun-taron usted s viene a visitar a alguien? No, les contest y agreguque iba saliendo del penal, les pregunt que sinospodandarunaventn,medijeronques,pero que iban a tardar unos 10 minutos o ms y as despus de esperar fuera del penal nos subimos a la parte trasera de la camioneta y fuimos al encuentro de los hermanos Cerezo. Luego nos dieron un aventn a todos cerca de la ciudad de Tepic y ya en la ciudad tomamos dos taxis para llegar a una casa de estudiantes donde me dieron unabienvenida.Losjvenesintegrabanunaorganiza-cin comunista que estaba al tanto de mi caso y de las injusticias que haba vivido, dieron un discurso para sa-ludarme y todos me aplaudieron.Pareceraabsurdo,peroeldelitodePablofue noserfamiliardeloshermanosCerezoContreras.Lo La historia de los hermanos Cerezo 71explicamos: el delito de delincuencia organizada no se puededarentrehermanos,entoncessinoshubieran acusado de eso a Antonio, Hctor y Alejandro habran tenido que quitarlo y liberarnos, por esa razn (adems desuinocencia)dejaronlibreaAlejandroypusieron aPablocomopartedelastrespersonasquesegnel jueznohabancometidoningndelito,perosseha-ban organizado y pensado delinquir, slo con Pablo se cumplan los requisitos para acusarnos de delincuencia organizada y dictarnos sentencia y as lo hicieron.Pablo recuper su libertad, se reencontr con su hijaysuesposaydecidiincorporarsealComit(del cual es parte hasta hoy, mayo del 2015) para luchar por la libertad de Hctor y Antonio.La historia de los hermanos Cerezo 73Captulo 6 El regreso a Almoloya22En enero de 2006 Antonio viaj por primera vez en un pequeo avin que llaman jet, nuevamente es-posado de pies y manos era regresado a Almoloya. El recibimiento fue igual a los que ya hemos descrito y na-rrado con anterioridad: gritos, golpes, amenazas cuatro das sin cobijas, sin colchn, en la celda de COC y despus de los das de aislamiento ahora s a poblacin, al mdulo dos, a vivir con otro preso ah se reencontr con Pablo Alvarado todava y con otros presos polticosHctorfuetrasladadodePuenteGrandeaLa Palmaenfebrerodeesemismoao:gritos,golpes, amenazascontra l como en todos los ingresos. l fue ubicado en el mdulo uno. No me dieron ms papel de bao que el inicial y aun cuando tena dinero no me permitieron comprar los pro-22 ltimas noticias sobre el traslado de Antonio Cerezo del Penal de Matamoros, al penal de extermino de