Con los pies en la tierra

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46 Repasemos un par de aconteci- mientos de los últimos meses. Des- de mediados de 2009 Computer Associates compró seis compañías de cloud computing invirtiendo aproximadamente mil millones de dólares. Entre agosto y septiembre de 2010 hubo una feroz disputa entre HP y Dell para adquirir 3Par, una compañía de almacenamiento en la nube, por la que se llegó a pa- gar más del triple del valor que cada acción tenía al inicio de esa batalla. Además, mientras que al inicio de la escritura de este artículo la bús- queda del término “cloud compu- ting” en Google entregaba cerca de 10 millones de resultados, en este momento, dicha búsqueda ya supera las 15 millones de entradas. Es decir, el conjunto de la población de la provincia de Buenos Aires o la totalidad de usuarios de Facebook en Argentina. En resumidas cuentas, estamos frente a un fenómeno real, masivo, de interés creciente y que, en opinión de la mayoría de los expertos, llegó para quedarse. Cloud computing, que podríamos resumir como la fusión de outsourcing, virtualización e Internet, es una forma de proveer y consumir servicios de aplicaciones, plataforma e infraestructura a través de Internet. Estos servicios tienen la particularidad de ser ges- tionados mediante autoservi- cio, son elásticos a la demanda y con una disponibilidad casi inmediata. Si bien no existe un registro oficial de servicios de cloud com- puting, se pueden identificar más de 160 opciones disponi- bles, y aunque algunas alterna- tivas contabilizadas podrían no ajustarse cabalmente a la defini- ción que anteriormente dimos, la ausencia de un estándar o certificación internacional transforma cualquier discusión en mera retórica. Para tener una idea, al día de hoy existen al menos nueve grupos (OGF, CCIF, DMTF, OCC, CSA, ETSI, OASIS, OMG, Open Stack) trabajando en la estandarización de cloud computing, cada uno con composiciones de empresas e intereses diferentes. La ISO recién este año ha constituido un grupo de trabajo (JTC 1) para comenzar a delinear un estándar que sea internacionalmente aceptado. Ventajas claras Este creciente interés y el aumento progresivo en la variedad de servi- cios en la nube, va acompañado por un marcado esfuerzo de parte de los Con los pies en la tierra ESTA NUEVA FORMA DE OFRECER SERVICIOS PARA APLICACIONES, PLATAFORMA E INFRAESTRUCTURA TIENE CADA VEZ MÁS ADEPTOS EN INTERNET. UN SISTEMA RÁPIDO, CONVENIENTE Y FLEXIBLE QUE, DESDE EL CIBERESPACIO VIRTUAL, SE ABRE PASO EN LA REALIDAD EMPRESARIA. ACTUALIDAD CLOUD COMPUTING POR LEONARDO FERREIRO Pragma Consultores 47

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Con los pies en la tierra

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Repasemos un par de aconteci-mientos de los últimos meses. Des-de mediados de 2009 Computer Associates compró seis compañías de cloud computing invirtiendo aproximadamente mil millones de dólares. Entre agosto y septiembre de 2010 hubo una feroz disputa entre HP y Dell para adquirir 3Par, una compañía de almacenamiento en la nube, por la que se llegó a pa-gar más del triple del valor que cada acción tenía al inicio de esa batalla. Además, mientras que al inicio de la escritura de este artículo la bús-queda del término “cloud compu-ting” en Google entregaba cerca de 10 millones de resultados, en este momento, dicha búsqueda ya supera las 15 millones de entradas. Es decir, el conjunto de la población de la provincia de Buenos Aires o la totalidad de usuarios de Facebook en Argentina. En resumidas cuentas, estamos frente a un fenómeno real, masivo, de interés creciente y que, en opinión de la mayoría de los expertos, llegó para quedarse.

Cloud computing, que podríamos resumir como la fusión de outsourcing, virtualización e Internet, es una forma de proveer y consumir servicios de aplicaciones, plataforma e infraestructura a través de Internet. Estos servicios tienen la particularidad de ser ges-

tionados mediante autoservi-cio, son elásticos a la demanda y con una disponibilidad casi inmediata.

Si bien no existe un registro oficial de servicios de cloud com-puting, se pueden identificar más de 160 opciones disponi-bles, y aunque algunas alterna-tivas contabilizadas podrían no ajustarse cabalmente a la defini-ción que anteriormente dimos, la ausencia de un estándar o certificación internacional transforma cualquier discusión en mera retórica. Para tener

una idea, al día de hoy existen al menos nueve grupos (OGF, CCIF, DMTF, OCC, CSA, ETSI, OASIS, OMG, Open Stack) trabajando en la estandarización de cloud computing, cada uno con composiciones de empresas e intereses diferentes. La ISO recién este año ha constituido un grupo de trabajo (JTC 1) para comenzar a delinear un estándar que sea internacionalmente aceptado.

Ventajas clarasEste creciente interés y el aumento progresivo en la variedad de servi-

cios en la nube, va acompañado por un marcado esfuerzo de parte de los

Con los pies en la tierra

ESTA NUEVA FORMA DE OFRECER SERVICIOS PARA APLICACIONES,

PLATAFORMA E INFRAESTRUCTURA TIENE CADA VEZ MÁS ADEPTOS EN

INTERNET. UN SISTEMA RÁPIDO, CONVENIENTE Y FLEXIBLE QUE,

DESDE EL CIBERESPACIO VIRTUAL, SE ABRE PASO EN LA REALIDAD

EMPRESARIA.

A C T U A L I D A D

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principales proveedores de tecnología para no perder su protagonismo.La actual oferta de servicios se puede clasificar en servicios de

Infraestructura (IaaS), de Plataforma (PaaS) y de Software (SaaS). IaaS son servicios de procesamiento y almacenamiento, generalmente virtualizados, a los que se accede a través de Internet y que residen en servidores físicos e instalaciones del proveedor. SaaS son suscrip-ciones para la utilización de aplicaciones “enlatadas” que se alojan en la infraestructura del desarrollador o de la nube. PaaS son servicios de entorno integrados para el desarrollo de aplicaciones en la nube.

Si bien la disponibilidad de servicios aplicativos para el mercado argentino es aún incipiente, los servicios de infraestructura y de plata-forma se pueden considerar utilizables en nuestro mercado. En parti-cular, los de plataforma aparecen como una alternativa atractiva para las empresas de tecnología regionales dado que les permite migrar o desarrollar su actual oferta aplicativa como servicio en la nube. En este sentido, el principal desafío reside en la utilización de aplicaciones de negocio incluyendo ERP por parte de las empresas, y para ello se

plantean varias modalidades de servicio cada una con diferente nivel de riesgo y de beneficio (ver recuadro).

Para describir los beneficios en términos generales, podríamos partir de las ventajas propias de cualquier tercerización de servi-cios, sumados a una mayor agilidad para responder a requerimientos del mercado (time to market), una reducción de costos ocultos, una menor inmovilización de capital, un acceso desde mayor cantidad de tecnologías o dispositivos, un ajuste continuo de los niveles de capacidad con la demanda y, en algunos casos, la posibilidad de alcanzar estándares de calidad e innovación que sólo eran asequibles para grandes corporaciones.

No todo es un amanecer brillante

Estos tentadores beneficios van acompañados de riesgos más o menos evidentes, pero en ningún caso despreciables. El primero y que surge a simple vista es la vulnerabilidad de la información: la confidencialidad y la integridad de los datos de nuestra empresa se ven seriamente comprometidos cuando se alojan en una infraestructura que no sabemos ni siquiera donde está. En paralelo, la dependencia es otro factor a evaluar, tanto para la continuidad de nuestro negocio como para enfrentar eventualmente un cambio de proveedor. En simultáneo, otros riesgos son la pérdida de control sobre la operación delegada (como en cualquier outsourcing), la descapitalización y el costo financiero a largo plazo, la pérdida de elementos diferenciadores frente a la competencia y, en algunos casos, la necesidad de adecuar los procesos del negocio a los servicios (y no al revés).

¿Una nueva burbuja?Si bien el proceso de consolidación de la industria de IT es general y

no es nuevo, en este caso la tendencia es bastante específica: “integración vertical en la nube”. La explicación es sencilla: mientras los principales jugadores de este mercado –Amazon, Google, Oracle, HP, IBM y Mi-crosoft–, poseen un alto grado de autonomía, los que quieren ingresar (por ejemplo CA o Dell) no desean depender de terceros para ofrecer servicios en la nube. En el actual contexto –carente de estándares y marcos regulatorios–, la dependencia se transforma en una clara desven-taja competitiva porque mitigar eventuales riesgos de disponibilidad de terceros implica elevar los costos de prestación de los servicios.

Pronóstico del tiempo

Cada organización define, implícita o explícitamente su posición frente a la adopción de nueva tecnología y la adopción de servicios en la nube no es la excepción. Sin embargo, la magnitud y agresividad de los proveedores, el aumento de las velocidades de conexión, la sofisticación de contenidos y servicios actualmente disponibles para los usuarios finales, insertará capilarmente estos conceptos en sus organizaciones antes que se lo propongan formalmente.

Una manera de abordar este fenómeno sin que nos sorprenda es seleccionando una prueba de concepto en servicios puntuales y de bajo riesgo. Naturalmente el significado de “bajo riesgo” dependerá del nivel de madurez del gobierno de IT y de la integración de ser-vicios de cada empresa. Ambos factores determinan el nivel de riesgo inherente a la propia arquitectura, mientras que el nivel de madurez del gobierno de IT permite establecer con mayor o menor confianza el apetito de riesgo de la organización. Pero esto ya es materia de otro “parte meteorológico”.

Nubes a medida

Así como en la vida real, y de acuerdo con el clima o la geografía de un lugar, en el ciberespacio también hay una variedad de nubes, cada una adaptada a necesidades y requerimientos específicos. Así, vemos cómo se instrumentan distin-tas formas de cloud computing, dife-renciadas, sobre todo según los riesgos de seguridad que la corporación desea asumir. En paralelo, cada estrategia limita el riesgo pero también sus posibilidades.~ La Nube Pública representa la imple-mentación más genuina del concepto (con mayores riesgos y beneficios), donde los proveedores están en sus propios centros de procesamiento y el acceso es el habitual como a cualquier servicio de Internet.~ La Nube Privada es una implementación de la tecnología con riesgos y beneficios muy limitados. En este caso, los pro-veedores instalan los servicios de cloud computing en el propio centro de proce-samiento para que sea utilizado dentro de la propia red. Puede ser una opción muy tentadora para corporaciones con alta dispersión geográfica y despliegue de soluciones regionales.~ La Nube Comunitaria es aquella donde los proveedores instalan los servicios de cloud computing en un centro de procesa-miento compartido para que sea utilizado dentro de la red de la comunidad. Habi-tualmente esta comunidad está compuesta por un grupo de entidades que comparten intereses y estándares de seguridad. Puede ser una opción interesante para redes federales de gobierno, redes compartidas por grupos de bancos o cualquier red de organizaciones medianamente grande.~ La Nube Híbrida es la combinación de algunas de las anteriores a través de mecanismos controlados, como gateways, y de una integración mediante servicios. Seguramente será la alternativa que más se desarrolle y se utilice en los inicios, considerando que es la que permite in-tegrar gradualmente los servicios dispo-nibles en la nube con las redes existentes en las empresas.

Cloud computing es un paradigma que permite ofrecer servicios de apli-caciones, plataforma e infraestructu-ra a través de Internet. Los beneficios esperados (además de los de cual-quier tercerización) son: mayor agili-dad para responder a requerimientos del mercado, reducción de costos ocultos, menor inmovilización de capital, ajuste continuo a la demanda y calidad e innovación al nivel de las grandes corporaciones”.