Concierto de Lapido

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Málaga hoy SÁBADO, 11 DE DICIEMBRE DE 2010 55 Cultura y Ocio MÚSICA Un grande del rock, en la proximidad Pablo Piñero / MÁLAGA La noche parecía un recuerdo. Un tarareo de músicas de otras épo- cas. Guitarras eléctricas con pro- tagonismo sobre el escenario. Y en el patio de butacas abarrotado un público más cerca de los 40 que de los 30. Espectadores a los que apetecía olvidar todo y reen- contrarse con sus viejos amigos para seguir sintiéndose joven. Que parecían querer verse refle- jado en un puñado de canciones para pensar qué ha sido de nues- tras vidas gastadas buscando una dirección. La música de José Ig- nacio Lapido incita a ello: si no la conoces por no haberla escucha- do nunca, sólo un concierto des- pués las canciones te parecen amigos de toda la vida. Más aún cuando el granadino se mete en la piel de 091, cuando el sonido de su Gibson SG recuerda a Grana- da, a rock puro, a otro tiempo que muchos echaron menos durante el concierto. Lapido abrió el jueves en el Cen- tro Cultural de la Diputación la gi- ra de presentación de su sexto dis- co como solista, De sombras y sue- ños (editado por su propio sello, Pentatonia Records), que anoche le llevó a Madrid y que antes de fin de año le permitirá reencontrase con su Granada. La banda propo- nía una música sacada de una re- ceta perfecta, hecha con los ingre- dientes justos. Con el sonido ex- quisito de las guitarras de Lapido y Víctor Sánchez, la batería de Popi González en su punto exacto y el fino teclado de Raúl Bernal, el ba- jo de Paco Solana aumentaba y disminuía el ritmo de un rock de lobo solitario, de bares de carrete- ra, de moteles norteamericanos. De sueños y de sombras. De espe- ranzas y supervivencia. Lugares a los que también recurre alguien con quien Lapido comparte mu- cho: Quique González, que parti- cipa en uno de los temas de De sombras y sueños, al igual que ha- cen Eva Amaral y Miguel Ríos. Durante la hora y media larga de actuación, Lapido y su banda presentaron la inmensa mayoría de los temas del último trabajo, como En medio de ningún lado o La hora de los lamentos. Pero fue con el paso de los minutos cuando el músico se permitió desgranar todos y cada uno de sus discos en solitario; especialmente los tres últimos: De sombras y sueños, Car- tografía y En otro sitio, en otro lu- gar. Un buen concierto en el que Lapido se fue sintiendo cómodo poco a poco: desde un inicio en el que se excusó por los posibles fa- llos de un concierto que sirve de inicio de gira, hasta que sonrió al verse a sí mismo regalando al pú- blico Ladridos del perro mágico, un tema de 1999 que decía no ha- ber tocado “en mucho tiempo”. Un “bravo maestro” desde el ten- dido pareció sentarle bien, así que más tarde llegaron los verdaderos guiños al público: La canción del espantapájaros y, para cerrar, Esta noche. Una noche en la que todos, incluido Lapido, volvieron a casa más jóvenes. Más cerca de los 30 que de los 40. Pablo Bujalance / MÁLAGA Un motivo para el aprendizaje, o para el encuentro. Manuela No- gales y Blud Blumenthal son dos bailarines de amplia experiencia, además de dos primeras figuras de la escena contemporánea. La primera fundó su compañía hace más de quince años en Sevilla. El segundo, estadounidense, hizo lo propio en Bruselas hace dos décadas. Cuando aquello del des- tino les propuso realizar un tra- bajo conjunto, la respuesta no pudo ser otra: ¿por qué no? “No es habitual que a personas de nuestra veteranía nos lleguen es- te tipo de propuestas. Claro que tampoco es habitual seguir en la danza cuando falta poco para cumplir 50 años o ya se han cum- plido, como es nuestro caso”, ex- plicaba ayer Nogales en Málaga. En cualquier caso, de aquella propuesta surgió el primer pro- yecto conjunto de ambos, Dentro por fuera, fuera por dentro, que presentan hoy y mañana a las 20:00 en la Sala Gades, en el Conservatorio de Danza. El montaje sigue la máxima de Samuel Beckett empleada como referencia: “Baila primero. Piensa después. Es el orden natural”. Se trata de un espectáculo “muy sen- cillo, articulado únicamente en torno al espacio, la luz, la música y el movimiento”, según la artista sevillana. En esta arquitectura, Nogales y Blumenthal reconstru- yen su propio encuentro: “Se tra- ta de descubrir lo que puedes dar de ti al otro y lo que puedes tomar del otro para incorporar a tu ofi- cio. Y nada más. Actualmente, los espectáculos de danza contempo- ránea tienden a hacerse muy complicados, se recurre mucho al mestizaje. Yo también lo he hecho con mi compañía. Pero este traba- jo va justo en la dirección contra- ria, como un viaje a la esencia”. Compartir experiencia y dedi- cación conlleva una carga impor- tante de aprendizaje. Según No- gales, “cada vez que te implicas en algo relacionado con la creación estás aprendiendo. Pero eso se multiplica cuando se hace un montaje entre dos que nunca an- tes habían trabajado juntos, como nosotros. Ver a otra persona ha- ciendo lo que tú llevas años ha- ciendo pero a su manera, con sus procedimientos, resulta muy re- velador. La técnica es la técnica, lo es siempre, pero verlo fuera de ti te hace pensar bastante”. Tanto es así que las compañías de Manuela Nogales y Bud Blumenthal han puesto en marcha, a raíz de Den- tro por fuera, fuera por dentro, un proyecto de residencia artística entre Bruselas y Sevilla a modo de laboratorio escénico, con funcio- nes de producción y difusión. El mundo se cambia moviéndolo. Canciones como amigos de toda la vida Lapido brilló con altura el jueves en el Centro Cultural Provincial Manuela Nogales y Bud Blumenthal se alían en la Gades Los bailarines y coreógrafos presentan este fin de semana su primer proyecto conjunto P. PIÑERO José Ignacio Lapido, el jueves, en el Centro Cultural Provincial. Nogales y Blumenthal, en acción.

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Crítica del concierto de José Ignacio Lapido en el Centro Cultural Provincial de Málaga.

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Málagahoy ● SÁBADO, 11 DE DICIEMBREDE 2010 55

Cultura yOcioMÚSICA Un grande del rock, en la proximidad

Pablo Piñero /MÁLAGA

La noche parecía un recuerdo. Untarareo de músicas de otras épo-cas. Guitarras eléctricas con pro-tagonismo sobre el escenario. Yen el patio de butacas abarrotadoun público más cerca de los 40que de los 30. Espectadores a losque apetecía olvidar todo y reen-contrarse con sus viejos amigos

para seguir sintiéndose joven.Que parecían querer verse refle-jado en un puñado de cancionespara pensar qué ha sido de nues-tras vidas gastadas buscando unadirección. La música de José Ig-nacio Lapido incita a ello: si no laconoces por no haberla escucha-do nunca, sólo un concierto des-pués las canciones te parecenamigos de toda la vida. Más aúncuando el granadino se mete en la

piel de 091, cuando el sonido desu Gibson SG recuerda a Grana-da, a rock puro, a otro tiempo quemuchos echaron menos duranteel concierto.

Lapido abrió el jueves en el Cen-tro Cultural de la Diputación la gi-ra de presentación de su sexto dis-co como solista, De sombras y sue-ños (editado por su propio sello,Pentatonia Records), que anochele llevó a Madrid y que antes de fin

de año le permitirá reencontrasecon su Granada. La banda propo-nía una música sacada de una re-ceta perfecta, hecha con los ingre-dientes justos. Con el sonido ex-quisito de las guitarras de Lapido yVíctor Sánchez, la batería de PopiGonzález en su punto exacto y elfino teclado de Raúl Bernal, el ba-jo de Paco Solana aumentaba ydisminuía el ritmo de un rock delobo solitario, de bares de carrete-ra, de moteles norteamericanos.De sueños y de sombras. De espe-ranzas y supervivencia. Lugares alos que también recurre alguiencon quien Lapido comparte mu-cho: Quique González, que parti-cipa en uno de los temas de Desombras y sueños, al igual que ha-cen Eva Amaral y Miguel Ríos.

Durante la hora y media largade actuación, Lapido y su bandapresentaron la inmensa mayoríade los temas del último trabajo,como En medio de ningún lado oLa hora de los lamentos. Pero fuecon el paso de los minutos cuandoel músico se permitió desgranartodos y cada uno de sus discos ensolitario; especialmente los tresúltimos: De sombras y sueños, Car-tografía y En otro sitio, en otro lu-gar. Un buen concierto en el queLapido se fue sintiendo cómodopoco a poco: desde un inicio en elque se excusó por los posibles fa-llos de un concierto que sirve deinicio de gira, hasta que sonrió alverse a sí mismo regalando al pú-blico Ladridos del perro mágico,un tema de 1999 que decía no ha-ber tocado “en mucho tiempo”.Un “bravo maestro” desde el ten-dido pareció sentarle bien, así quemás tarde llegaron los verdaderosguiños al público: La canción delespantapájaros y, para cerrar, Estanoche. Una noche en la que todos,incluido Lapido, volvieron a casamás jóvenes. Más cerca de los 30que de los 40.

Pablo Bujalance /MÁLAGA

Un motivo para el aprendizaje, opara el encuentro. Manuela No-gales y Blud Blumenthal son dosbailarines de amplia experiencia,además de dos primeras figurasde la escena contemporánea. Laprimera fundó su compañía hacemás de quince años en Sevilla. Elsegundo, estadounidense, hizolo propio en Bruselas hace dosdécadas. Cuando aquello del des-tino les propuso realizar un tra-bajo conjunto, la respuesta nopudo ser otra: ¿por qué no? “Noes habitual que a personas denuestra veteranía nos lleguen es-te tipo de propuestas. Claro quetampoco es habitual seguir en ladanza cuando falta poco para

cumplir 50 años o ya se han cum-plido, como es nuestro caso”, ex-plicaba ayer Nogales en Málaga.En cualquier caso, de aquellapropuesta surgió el primer pro-yecto conjunto de ambos, Dentropor fuera, fuera por dentro, quepresentan hoy y mañana a las20:00 en la Sala Gades, en elConservatorio de Danza.

El montaje sigue la máxima deSamuel Beckett empleada comoreferencia: “Baila primero. Piensadespués. Es el orden natural”. Setrata de un espectáculo “muy sen-cillo, articulado únicamente entorno al espacio, la luz, la músicay el movimiento”, según la artistasevillana. En esta arquitectura,Nogales y Blumenthal reconstru-yen su propio encuentro: “Se tra-ta de descubrir lo que puedes darde ti al otro y lo que puedes tomardel otro para incorporar a tu ofi-cio. Y nada más. Actualmente, los

espectáculos de danza contempo-ránea tienden a hacerse muycomplicados, se recurre mucho almestizaje. Yo también lo he hechocon mi compañía. Pero este traba-jo va justo en la dirección contra-ria, como un viaje a la esencia”.

Compartir experiencia y dedi-cación conlleva una carga impor-tante de aprendizaje. Según No-gales, “cada vez que te implicas enalgo relacionado con la creaciónestás aprendiendo. Pero eso semultiplica cuando se hace unmontaje entre dos que nunca an-tes habían trabajado juntos, comonosotros. Ver a otra persona ha-ciendo lo que tú llevas años ha-ciendo pero a su manera, con susprocedimientos, resulta muy re-velador. La técnica es la técnica, loes siempre, pero verlo fuera de tite hace pensar bastante”. Tanto esasí que las compañías de ManuelaNogales y Bud Blumenthal hanpuesto en marcha, a raíz de Den-tro por fuera, fuera por dentro, unproyecto de residencia artísticaentre Bruselas y Sevilla a modo delaboratorio escénico, con funcio-nes de producción y difusión. Elmundo se cambia moviéndolo.

Canciones comoamigos de toda la vidaLapido brilló con altura el jueves en elCentroCultural Provincial

Manuela Nogales y BudBlumenthal se alían en la GadesLos bailarines y coreógrafospresentan este fin de semanasuprimer proyecto conjunto

P. PIÑEROJosé Ignacio Lapido, el jueves, en el Centro Cultural Provincial.

Nogales y Blumenthal, en acción.