CONDICIONES LABORALES EN PEQUEÑOS TALLERES DE CONFECCIÓN DEROPA EN LAS CIUDADES DE PEREIRA Y DOSQUEBRADAS.

CORRIENTE PROGRESISTA DE INTELECTUALES – EJE CAFETERO.

PEREIRA, RISARALDA, DICIEMBRE DE 2014.

LA COSTURERA.

Vida y lino lo mismo ata la hebra.Une noche y aurora el pedal, de tope a tope.Miseria, son las ocho, grita el reloja los tristes de la tierra.Una mujer en el silencio cose, cose, cose,cumple mil años al volver la rueda.

Por el telégrafo del carretelos telegramas del cansancio se detienen.Mujer obrera, hecha de carne y llanto,hecha de hambre, luz y manosy de sudor, rocío del hierro.

La máquina de coser es un vampiroy de tu corazón toma su fuerza.

Monotonía, monotonía, chirría la polea,oyendo coser el ruido ya es recuerdo.

Tú tienes el cansancio, tienes la miseria,el dolor cada día renovado, el dolor antiguo que es un morado en tu vida.

Mujer obrera, la que aplancha,la que remienda, la que cose; tres mujeres

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y una sola. Remienda, cose, aplancha y canta,canta la canción:

Mañana nueva del planeta;la insurrección ya incendia el cielo;hay una nueva estación…

Cinco son las estaciones de la tierra:verano, invierno, otoño, primavera… ¡revolución!

Luis Vidales - La obreríada.INTRODUCCIÓN.

La Corriente Progresista de Intelectuales tiene entre sus objetivos la investigación de larealidad local – nacional, la divulgación del conocimiento científico y la vinculaciónefectiva de la intelectualidad con los movimientos de resistencia social y popular. Enconsonancia con dichos objetivos, un grupo de compañera(o)s de la Corriente en el ejecafetero, decidió realizar una investigación entre las trabajadoras del sector de la confecciónen las ciudades de Pereira y Dosquebradas, especialmente los talleres del llamado“moderno trabajo a domicilio”.

Se buscó caracterizar un sector específico de la producción económica y contrastarlo conlas tesis de C. Marx en El Capital, especialmente en cuanto a las formas de explotación deltrabajo, la intermediación laboral, el creciente papel de las nuevas tecnologías en laproducción y la tendencia a la mecanización (automatización) del trabajo. Un elementovital de la investigación, fue ubicar el grado e importancia del trabajo femenino en lageneración de valor global, dada su doble condición de productor de trabajo y reproductorde fuerza de trabajo, por un lado en el taller y, por el otro, en el hogar.

Con esta investigación, la Corriente hace un llamado a la intelectualidad progresista delpaís a generar movimientos de estudio de la realidad colombiana, apuntando a crear núcleosde pensamiento social en las regiones, núcleos con capacidad de realizar aportes teóricosque contribuyan a la lucha y la transformación social. Proponemos que el estudio se integrecon la investigación social, especialmente de los problemas que padece el pueblo, ligando lateoría con la práctica y a los intelectuales con la gente, para avanzar así en el objetivo deuna ciencia para el pueblo y con el pueblo.

METODOLOGÍA.

Para la investigación se definió un instrumento tipo entrevista con preguntas abiertas quepermitieran conversar con las trabajadoras extensamente, pero a la vez siguiendo un ordenpreciso con variables como las siguientes: 1. Datos de identificación; 2. Relacioneseconómicas; 3. Condiciones de producción; 4. Relaciones con el Estado y la sociedad; 5.Nivel de conciencia y organización; 6. Condiciones socioeconómicas, familiares y

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culturales de las trabajadoras. En buena medida, dicho formato se inspiró en la conocida“Encuesta de Marx a los obreros franceses”, que este propuso como un mecanismo para quela misma clase obrera iniciara investigaciones de sus condiciones de trabajo, ante laparálisis del gobierno monárquico francés en este terreno (puede consultarse la encuesta enla siguiente dirección electrónica: http://www.espai-marx.net/es?id=223).

Las trabajadoras debían reunir los siguientes requisitos:

1. Trabajadoras de talleres clasificados como “microempresas”, es decir,establecimientos con planta de personal no superior a diez (10) trabajadoras y,activos totales (excluida la vivienda) por valor inferior a quinientos (500) SalariosMínimos Legales Vigentes (SMLV).1

2. Que laboraran en talleres ubicados en barrios populares de la ciudad de Pereira y/oDosquebradas (Risaralda-Colombia).

3. Que los talleres estuvieran dedicados exclusivamente a la confección de ropa.

Durante el trabajo de campo, se visitaron 12 talleres y se entrevistaron 13 trabajadoras 2. Lasentrevistas fueron realizadas directamente por los investigadores durante el segundosemestre de 2012 y toda la información fue analizada y procesada por el equipoinvestigador el año siguiente (2013).

A continuación se presentan un resumen de los principales hallazgos del estudio. Losresultados de la investigación se entrelazan con citas de El Capital, buscando hacerexplícita la vigencia del pensamiento de Marx, pero también plantear algunos desafíosproducto de nuevas realidades que requieren con urgencia desarrollos teóricos. Se puedeconsultar el informe completo en la página de la Corriente: http://cienciaconelpueblo.org/

IDENTIFICACIÓN DE LOS TALLERES Y LAS OPERARIAS.

Todas las entrevistadas son personas adultas y solo uno de los entrevistados es hombre.Nueve son al mismo tiempo dueña(o)s de sus pequeños talleres, es decir, propietarias de lasmáquinas, materias primas, locales y otros medios accesorios, mientras que las otras cuatrosolo son operarias. El nivel de escolaridad de las entrevistadas es bajo. Algunas solocuentan con formación primaria o algunos años en secundaria. Solo dos han tenido

1 Según la clasificación del gobierno colombiano: http://www.mipymes.gov.co/publicaciones.php?id=2761

2 Dos de las obreras entrevistadas trabajan en el mismo taller.

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educación superior. El género, la baja escolaridad y la edad, son factores que contribuyende entrada a una mayor vulnerabilidad de la fuerza de trabajo.

Más de la mitad de los talleres no cuenta con un nombre que los identifique y 9 de los 12talleres consultados no cuentan tampoco con marca, debiendo trabajar para marcas demayor reconocimiento (sistema de maquila3). Este tipo de talleres se enmarcan plenamenteen lo que Marx denominó en El Capital, como “moderno trabajo a domicilio” y quecaracterizó de la siguiente manera:

“La producción de prendas de vestir corre a cargo de manufacturas, queen el interior de sus talleres se limitan a reproducir la división del trabajo(…), a cargo de pequeños maestros artesanos, que ya no trabajan comoantes directamente para el consumidor, sino para manufacturas yalmacenes, dándose con frecuencia el caso de ciudades y comarcasenteras especializadas en una rama industrial de éstas; y, finalmente,corre también, en gran medida, a cargo de obreros domiciliarios, que sonuna prolongación de las manufacturas, almacenes y hasta de los pequeñosmaestros artesanos. Las masas de materiales, géneros, prendas a mediofabricar, etc., las suministra la gran industria; la masa del materialhumano barato está formada por los elementos que “dejan en libertad” lagran industria y la agricultura. Las manufacturas de esta rama deproducción deben su origen, principalmente, a la necesidad sentida por elcapitalista de tener bajo su mando un ejército capaz de lanzarse al ataquea medida que lo exija la demanda del mercado. No obstante, permitieronque a su lado siguiera viviendo, como base difusa, dispersa, la industriamanual y domiciliaria. La gran producción de plusvalía arrancada a estasramas de trabajo y el abaratamiento progresivo de sus artículos se debía yse debe principalmente a los salarios mínimos estrictamenteindispensables para vegetar de mala manera, unidos a unas jornadas detrabajo que representan el máximum de lo humanamente posible. Estabaratura del sudor y la sangre humanos convertidos en mercancías, es loque dilataba y dilata día por día el mercado (…)”.4

La actividad de los talleres se divide entre aquellos especializados en algún tipo de prendaen particular (ropa interior, camisetas, jeans, etc.) y aquellos no especializados o dedicados

3 Maquila: “La palabra se emplea, a partir del siglo XX sobre todo, para designar una forma de producción industrial en la que los insumos intermedios –bienes empleados en la producción de otros bienes– no cambian su propiedad, sino que son objeto de alguna acción menor, y luego regresan a su lugar de origen. http://www.hispanoteca.eu/Foro-preguntas/ARCHIVO-Foro/Maquila%20y%20maquiladora.htm

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a confección de ropa en general (en palabras de ellos mismos, “se confecciona lo que sea”).La relación es de 7 talleres especializados, contra 5 no especializados.

La mayoría de talleres son de reciente creación, dado que 9 de ellos se han creado despuésdel año 2000 y solo 2 se ubican en el lapso entre 1990 – 2000 (faltó información para untaller). Esto es compatible con la poca fortaleza que ofrece la micro y pequeña empresa, sise le compara con las medianas y grandes empresas (respaldadas por el gran capital), y lagran velocidad a la cual se crean y destruyen dichos negocios, fenómeno bien documentadoa nivel de otros sectores de la industria y los servicios.

7 de los talleres realizan sus funciones en predios arrendados y solo 3 de ellos cuentan conun predio propio para su funcionamiento (2 talleres no facilitaron información). Ya seaarrendada o propia, los talleres ubicados en las casas de las obreras (6) se ubicanprincipalmente en la sala, pero también en pieza, garaje, sótano y patio. El espacio varíadesde talleres tan pequeños con áreas de 3,5 X 2,5 mts., hasta un taller de 6 X 11 mts.

Estos talleres hacen muy difícil la vida de las familias, invadiendo áreas vitales yexponiéndolas a riesgos laborales. También contribuyen a elevar la densidad habitacionalhasta alcanzar condiciones de hacinamiento para las familias, y deteriorando lascondiciones de las trabajadoras puesto que éstas deben adaptarse a un espacio que no hasido pensado con fines laborales. De esa manera se deteriora la calidad de vida de unas yotras, con niños pequeños jugando en medio de máquinas peligrosas, materias primaslesivas afectando al núcleo familiar y trabajadoras confinadas a condiciones laboralesinadecuadas, estrechas y asfixiantes.

VARIABLES DE IDENTIFICACIÓN.N° de entrevistas 13N° de talleres 12Talleres sin nombre 7Talleres sin marca 9Talleres especializados 7Talleres creados a partir del año 2000 9Talleres que funcionan en predios arrendados 7Talleres ubicados en casas 6

4 EL CAPITAL, Marx Carlos, Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 393.

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RELACIONES ECONOMICAS.

La materia prima utilizada en los talleres se produce en Colombia, aunque por lo menosuna de las empresas trae sus telas del Perú donde las compran a menor precio. Las materiasprimas las proveen generalmente los intermediarios contratantes, especialmente la telacortada. Las pocas materias primas que deben adquirir los talleres por sus propios mediosse limitan a material accesorio como hilos, botones, cremalleras, etc. 5

Con respecto al número de máquinas, la inmensa mayoría de talleres son pequeños, conmenos de diez máquinas en sus instalaciones. Solo 2 talleres poseen más de diez máquinaspero sin exceder las veinte Las máquinas más comunes son las máquinas planas, lasfileteadoras, las máquinas “dos agujas”, las collarín, las troqueladoras y las cortadoras detela. En 9 talleres afirman que las máquinas no son de tecnologías modernas y de hecho,muchas fueron compradas “de segunda” o usadas. En 3 talleres informan que tienenmáquinas con “tecnología de punta” o “avanzada” (según el criterio del entrevistado), perode hecho solo se pudo identificar un taller que cuenta con una máquina realmente digital.6

La gran variedad de máquinas por taller, parece indicar que en este sector, las distintasoperaciones deben realizarse parte por parte, que cada función exige un tipo de máquinadeterminado y su correspondiente operaria experta, y que la mercancía final es el resultadode un proceso altamente colectivo y dependiente de la experticia de las operarias, algo máspropio de la manufactura que de los procesos automatizados7. En ningún taller se encontróun tipo de máquina que elaborara la prenda en su conjunto, lo que permite concluir que, porlo menos a nivel de las microempresas, no ha sido posible automatizar o sistematizar todoel trabajo, el cual continúa siendo altamente dependiente de la mano de obra y la divisióndel trabajo al interior del taller.

Efectivamente, éste es un rasgo distintivo de la manufactura y del régimen de cooperaciónintroducido por el modo de producción capitalista. Como menciona Marx:

5 Algunas marcas de insumos mencionados son COLTEJER (de la compañía mexicana Kaltex), COATS CADENA (propiedad de la multinacional inglesa del mismo nombre), CRYSTAL (del Grupo Empresarial Antioqueño), HILOS VENUS, entre otras.

6 Es una máquina plana marca “BROTHER” llamada “Posicionadora”, que realiza hasta ocho operaciones distintas, muy silenciosa y que fue comprada de segunda.

7 Se vio también como las operarias más expertas, saben manejar distintos tipos de máquinas y hacen distintos oficios, dependiendo de las necesidades de la producción.

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“La jornada de trabajo combinada produce cantidades mayores de valorde uso que produciría la suma de otras tantas jornadas de trabajoindividuales, disminuyendo, por tanto, el tiempo de trabajo necesario paraconseguir determinada finalidad útil. Unas veces, esta intensificación de lafuerza productiva proviene del hecho de que la jornada combinadaaumenta la potencia mecánica del trabajo; otras veces, extiende su radiode acción, o reduce el campo geográfico de producción en proporción a laescala de ésta; otras, se trata de poner en acción mucho trabajo en pocotiempo, para aprovechar los momentos críticos. Además, este régimen detrabajo fomenta la emulación entre los obreros y pone en tensión susenergías, da a los trabajos análogos de muchos un sello de continuidad ypolifacetismo; permite ejecutar simultáneamente distintas operaciones;economiza medios de producción, permitiendo emplearlos colectivamente;imprime al trabajo individual el carácter de trabajo social medio: enresumen, la fuerza productiva específica de la jornada de trabajocombinada es la fuerza productiva social del trabajo o la fuerzaproductiva del trabajo social. Esta fuerza productiva brota de la mismacooperación. Al coordinarse de un modo sistemático con otros, el obrerose sobrepone a sus limitaciones individuales y desarrolla su capacidad decreación”.8

Todas las máquinas tienen marcas extranjeras, entre las cuales se destacan las marcaschinas, japonesas, coreanas y norteamericanas9. Los precios pueden variar dependiendo delas marcas y la vigencia tecnológica, pero es importante constatar que los precios han caídodrásticamente en los últimos años, debido a la presencia en el mercado de marcas chinas ycoreanas, precios que no se conseguían en el mercado hace apenas una década10. Esto hafacilitado la compra de máquinas nuevas o de segunda por parte de algunas trabajadoras y

8 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, pagina 265.

9 Marcas como JONTEX, SANKEY, VANNY, BROTHER, etc.

10 Los precios oscilan actualmente entre $800.000 para una máquina collarín, $1.200.000 para unafileteadora y $5.000.000 una resortadora (precios de 2012).

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el montaje de sus propios negocios, con la ilusión de escapar de las duras condicionesimpuestas en la gran industria. Pero esto no hace más que agravar el problema:

“Si la maquinaria es el instrumento más formidable que existe para intensificar laproductividad del trabajo, es decir, para acortar el tiempo de trabajo necesarioen la producción de una mercancía, como depositaria del capital, comienzasiendo, en las industrias de que se adueña directamente, el medio más formidablepara prolongar la jornada de trabajo haciéndola rebasar todos los límitesnaturales”. 11

Con respecto al crédito, solo 4 talleres habían tomado alguna forma de crédito. Lasentidades formales mencionadas incluyen al BANCO DE LA MUJER (WWB, entidadtrasnacional), la FUNDACIÓN MUNDO MUJER (con sede en Popayán),BANCOLOMBIA, BANCO DE BOGOTÁ, FIANDINA, etc. Con respecto al créditoinformal fue mencionado “SU PLAN”, un sistema de préstamo, según el entrevistado,“manejado por la mafia” y con tasas de crédito más duras.

La inmensa mayoría de la producción se destina al mercado local-regional, en menorproporción al mercado nacional y solo un porcentaje muy pequeño se exporta a paísescomo España, EUA, Ecuador, Perú, Chile y Venezuela. Los talleres atiendenfundamentalmente mercados del eje cafetero, trabajando para firmas más grandes odirectamente para el comercio local, a través de distintas modalidades de intermediación.Esto contrasta con el con el pasado industrial de la ciudad, centrado en medianas y grandesempresas de ropa en función del mercado nacional y de exportación. Algunos analistasargumentan una supuesta “desindustrialización” del sector de la confección en la región,debido a la desaparición o el encogimiento de las grandes empresas del sector, pero lo queestá sucediendo es una reestructuración industrial con énfasis en la maquila descentralizada,como estrategia de supervivencia frente a la aguda competencia nacional e internacional (ycomo reacción a la política de “apertura económica”).

Esta modalidad de producción parece confirmarse en el hecho de que solo 1 de los talleresvisitados, comercializa directamente sus productos, en tanto que los otros trabajan paradistintos tipos de intermediarios, y éstos a su vez, para empresas más grandes y/o cadenasde almacenes12. Se detectaron dos tipos de intermediarios, los que trabajan para empresasconsolidadas y los que de manera individual mueven la tela cortada hacia los pequeños

11 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 331.

12 Aunque 3 talleres cuentan con marca propia, trabajan principalmente para otras empresas bajo sus respectivas marcas.

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talleres para posteriormente vender la mercancía a la industria o al comercio local,obteniendo algunas ganancias. Independiente del tipo de intermediación, es claro que en elpresente caso, la mayoría de talleres trabajan o maquilan directamente para otros, ya seapara empresas más grandes o para individuos.

Finalmente, como ocurre con toda la maquinaria que no forma un sistemacoherente y que, además, puede aplicarse en un formato diminuto,abundan los casos de que los artesanos o los obreros domiciliarios,ayudados por su propia familia, o por la aportación de unos cuantosobreros contratados por ellos, emplean máquinas de su propiapertenencia. En realidad, en Inglaterra impera actualmente el sistema deque el capitalista concentre en sus locales un gran número de máquinas,distribuyendo luego el producto de éstas entre un ejército de obrerosdomiciliarios para que los rematen. Sin embargo, esta abigarradavariedad de formas de transición oculta la tendencia hacia latransformación de estas industrias en verdaderas fábricas (…)”.13

Todos los talleres estudiados son propiedad de individuos (8 de ellas mujeres) conexcepción de uno que se califica como “propiedad familiar”. Los propietarios informaronque el capital de sus empresas, no excedía los $30 millones de pesos, con excepción de untaller que valdría aprox. $40 millones.

RELACIONES ECONÓMICAS.Talleres con menos de 10 máquinas 10Talleres con tecnología “atrasada” 9Talleres con maquinaria extranjera 12Talleres que han tomado alguna forma de crédito 4Talleres que reciben los insumos de otras empresas 11Talleres que comercializan directamente sus productos 1Valor de mercado de los talleres (inferior a $40 millones) 12

CONDICIONES DE PRODUCCIÓN.

La mayoría de talleres (7 en total) exigen requisitos para la contratación de las operarias. Elrequisito más frecuente es la “experiencia”, seguido de otros como “calidad en el trabajo”,“no estar embarazada”, “responsabilidad” y “disponibilidad” (tiempo completo y horas

13 EL CAPITAL, Marx Carlos, Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 395.

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extras). Muy pocos talleres imponen límites de edad y sexo, de hecho, la mayoría aceptancontratar ancianas y menores de edad.

La forma de contratación se hace directamente, primando los contratos de tipo verbal einformal, sin garantías de ley, prestaciones sociales y con una precariedad laboral (pagos adestajo y horarios extensos de trabajo). Solo en 1 taller se realiza el verdadero contratoformal y por escrito de las operarias. Estos hallazgos son compatibles con el carácterinformal de los talleres, de hecho, estos talleres no pueden contratar a sus trabajadores enmejores condiciones pues los márgenes de rentabilidad son precarios debido a los bajosprecios que pagan los intermediarios. La superexplotación de las operarias es el factor clavepara la existencia de este tipo de talleres, lo que incluye no solamente a las obreras, sinotambién las mismas propietarias y sus familias.

Todos los talleres pagan el salario en dinero. Regularmente, no existe el pago en especie omediante bonos. Los pagos se efectúan quincenalmente y son puntuales en la mayoría delos casos. Con respecto al tipo de salario, en 8 talleres el salario es a destajo (o por piezas) yen 4 es por tiempo (entre 8 y 10 horas de trabajo diario). El hecho de que la mayoría detalleres se rija por el salario a destajo, indica el carácter de superexplotación de esta rama dela industria y es un indicador más de la informalidad del sector, puesto que este tipo desalario hace que cada operaria se esfuerce al máximo por producir el mayor número depiezas en el menor tiempo posible, aumentando peligrosamente la jornada laboral y laintensidad del trabajo14.

En el salario por tiempo, las trabajadoras realizan su trabajo en una cantidad de tiempoestipulado y las presiones para aumentar la productividad del trabajo son menores, lasformas de contratación otorgan mayores derechos, estabilidad, etc. En cambio, el salario adestajo -como dicen las mismas trabajadoras-, “se lo pone una misma”, con largas yextenuantes jornadas para las trabajadoras, donde se aprovecha la fuerza de trabajo de niñoso ancianos, a quienes se les permite trabajar por horas o media jornada, con tal de hacerse aunos cuantos pesos.

“Como aquí la calidad y la intensidad del trabajo son controladas por laforma misma del salario, éste hace inútil una parte de la fiscalización deltrabajo. Por eso este régimen de salarios constituye la base del modernotrabajo a domicilio, y de todo un sistema jerárquicamente graduado deexplotación y opresión. Este sistema presenta dos formas fundamentales.De una parte, el destajo facilita la interposición de parásitos entre elcapitalista y el obrero, con el régimen de subarrendamiento del trabajo.

14 Algunos patrones alegan que cuando se les pagaba a las trabajadoras por tiempo, estas “se echaban a las petacas” (es decir, trabajaban con flojera).

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La ganancia de los intermediarios se nutre exclusivamente de la diferenciaentre el precio del trabajo abonado por el capitalista y la parte que va aparar a manos del obrero. Este sistema tiene en Inglaterra un nombre muyelocuente: se le llama ´sistema de sudor´. De otra parte, el régimen dedestajo permite al capitalista cerrar con el obrero principal, un contrato arazón de tanto por pieza, a un precio que deja al obrero principal margenpara contratar y pagar a sus obreros auxiliares. De este modo, laexplotación de los obreros por el capital, reviste la forma indirecta de laexplotación de unos obreros por otros (…). De lo expuesto se deduce queel salario por piezas es la forma de salario que mejor cuadra al régimencapitalista de producción”.15

Algunas de las operaciones realizadas por las obreras son pegar cuellos, cerrada de blusa,pegada de botones y cremalleras, sentada de pretina, hacer ruedos, prendida de bolsillo,pespunte, planchada, empacada, revisada, etc. Estas operaciones tienen precios que oscilanentre $30 y $250 por operación, dependiendo de la complejidad de la tarea. Así porejemplo, una obrera informa que realiza aproximadamente 250 operaciones diarias (en laconfección de pantaloncillos), a $80 la operación, colocándose un salario equivalente a$20.000 diarios (menos del salario mínimo vigente / para 2012).

El salario a destajo varía dependiendo de la cantidad de trabajo realizado y por supuesto, dela temporada. En temporadas altas las obreras “se matan trabajando” y de esa maneralogran mejores salarios (entre $600.000 y $700.000), pero a costa de su salud y bienestar.Según sus propias palabras, para alcanzar ese monto “toca esforzarse demasiado”.

En la mayoría de talleres las obreras no reciben los subsidios de ley como transporte,vestuario, alimentación, etc. Esto se debe no solo a las condiciones de informalidad laboral,sino además al hecho de que las obreras viven generalmente en el vecindario, llevan suspropios alimentos y se ponen sus propios vestidos o delantales. No obstante, en algunostalleres de vez en cuando, les dan “bonificaciones” en dinero, algunas veces refrigerios yalmuerzos, sobre todo cuando la jornada laboral se prolonga demasiado, pero siempre alcapricho de los patrones.

Las horas de trabajo extras no se reconocen como tal en 10 talleres, debido a la modalidadde trabajo a destajo; solo en 1 taller reconocen horas extras después de las 5:30 PM y paganun día más por trabajar un festivo y, en otro taller, aceptan aumentar un poco el pago portareas realizada en dichas horas. En 7 de los talleres consultados, los salarios son igualespara todas las obreras (no existe el salario diferencial), mientras que en 2 de ellos se

15 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 464 y 466.

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encontró que se paga más según la experticia (no hay información con respecto al resto delos talleres).

En 5 talleres no se efectúan descuentos del salario cuando las obreras realizan trabajosdefectuosos, en 4 de ellos sí se realizan este tipo de descuentos y en los 3 restantes les tocatrabajar más tiempo sin remuneración (toca desbaratar o arreglar el daño). Es decir, en lamayoría de talleres sí se realizan descuentos, ya sea en dinero o en tiempo de trabajo extra yno remunerado. En algunos casos, se ha pagado parte del salario con las prendasdefectuosas, debiendo las obreras venderlas por su cuenta para recuperar su salario. Aquílos defectos de producción los asumen los pequeños talleres y se los ahorran loscontratistas, siendo parte del “éxito” del sistema de maquilas basado en el ahorro de costosde infraestructura, salarios y defectos de producción.

Al parecer en ninguno de los talleres se aplican “multas”, sistema que penaliza el salario delas obreras por distintos motivos (incumplimientos de horarios, lentitud en el trabajo, faltasdisciplinarias -reales o imaginarias-, etc.), pero sí existe la pena (ya mencionada) deprolongar la jornada cuando se presentan defectos de producción o existen retrasos en laentrega de los lotes (se informa de 3 talleres donde esto sucede). No se evidenciaron formasde castigo directo hacia las trabajadoras, tales como violencia física, verbal o acoso sexual.

En cuanto a la seguridad social (salud, pensiones y riesgos profesionales), en ninguno delos talleres se cumple plenamente con este requisito de ley. Solo en 2 talleres se detectó quea algunas trabajadoras se les paga cotización a salud y pensiones, al parecer por sermiembros de la familia. De resto la gente tiene acceso al SISBEN16 o cuenta con laafiliación como “beneficiario” del régimen contributivo de salud, aunque ambasmodalidades ofrecen servicios de pésima calidad.

Estos llamados “programas sociales del Estado”, a la par con otros como Familias enacción, Programa de Alimentación Escolar (PAE), el Programa para la alimentación deladulto mayor, el sistema de guarderías y “madres comunitarias”, “educación gratuita”, etc.,son políticas que permiten a los capitalistas superexplotar la fuerza de trabajo, canalizandoparte del salario a través de instituciones del Estado, Fundaciones, ONGs e Institutos debeneficencia (ligados a la clase dominante y a la iglesia católica), lo cual permite aceitar lamaquinaria del Estado, reforzar el gamonalismo y fomentar la mentalidad servil. Se le niegaasí a la clase trabajadora, una mayor porción del producto social por la vía del salario – locual daría poder y capacidad de acción a los trabajadores en la lucha de clases – y se leotorga por la vía del “solidarismo” y la caridad social, atando más al pueblo a un modelocorporativo de Estado, profundamente antidemocrático.

16 Sistema de Identificación y Clasificación de Potenciales Beneficiarios para programas sociales.

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Con respecto a la duración de la jornada de trabajo, ésta excede la jornada legal de 8 horasen la mayoría de talleres, con jornadas que se extienden y que varían dependiendo del tallery de la temporada de producción. Existen dos temporadas de alta demanda: la primeraempieza en julio y va aumentando hasta diciembre, el período de mayor consumo del año.La segunda empieza con la temporada escolar -a mediados de enero- y se prolonga hastabien entrado febrero. La temporada baja se da entre los meses de marzo a junio. En todoslos talleres (menos 1) los horarios de trabajo se extienden en temporada alta, con jornadasque oscilan entre 12, 14, 16 y hasta 18 horas de trabajo continuo. La jornada “normal”debería empezar a las 7:00 AM y terminar a las 5:00 PM, pero en realidad las obreras estánterminando su jornada tipo 7:00, 9:00 o 10:00 PM y hasta más, incluyendo sábados ydomingos.

Dice Marx al respecto:

“El capitalista tiene sus propias ideas sobre la frontera necesaria de lajornada de trabajo. Como capitalista, él no es más que el capitalpersonificado. Su alma es el alma del capital. Y el capital no tiene másque un instinto vital: el instinto de acrecentarse, de crear plusvalía, deabsorber con su parte constante (los medios de producción), la mayormasa posible de trabajo excedente. El capital es trabajo muerto que nosabe alimentarse, como los vampiros, más que succionando trabajo vivo, yque vive más cuanto más trabajo vivo succiona”. 17

El fenómeno se invierte en temporada baja cuando el ritmo de trabajo decae, se despidenobreras y las demás trabajan a media máquina, incluso menos de la jornada ordinaria,reduciendo sustancialmente sus salarios. En dicha temporada, la jornada habitual deberíaser de 7:00 AM a 5:00 PM, pero muchas veces no hay contratos y el ritmo de la produccióndecae. Debido a la modalidad del trabajo a destajo, estos períodos “suaves” se traducen enun deterioro marcado del salario de las obreras. Son entonces las microempresas (y tal vezla pequeña empresa), las que reciban el golpe principal en los ciclos productivos,ahorrándoles buena parte del impacto a las grandes empresas, pues éstas incrementan loscontratos con los pequeños talleres en época “caliente” y los suspenden en tiempo “frío”,ahorrándose costos laborales, de infraestructura, servicios, almacenamiento, etc., regulandoasí a expensas de otros sus niveles de producción.

Como se expone Marx en El Capital…

“(…) En la órbita del trabajo domiciliario, ya de suyo muy irregular ysupeditada por entero, por el lado de las materias primas y por el lado de

17 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 178, 179.

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los encargos, a los caprichos del capitalista, a quién aquí no contieneningún miramiento hacia la rentabilidad de los edificios, las máquinas,etc., y que no arriesga tampoco nada más que la pelleja de los mismosobreros, se va formando y disciplinando así, sistemáticamente, un ejércitoindustrial de reserva siempre disponible, diezmado, durante unatemporada al año por el más inhumano yugo del trabajo y sumido en lamiseria durante el resto del año por no tener en que trabajar. ´Lospatronos explotan la irregularidad consuetudinaria del trabajo adomicilio para forzar a estos obreros a trabajar hasta las 11:00, las 12:00y hasta las 2:00 de la mañana y, en realidad, a todas las horas del día, enlas épocas en que hay demanda de trabajo extraordinario (…)”. 18

Son precisamente los pequeños talleres y sus obreras las que sufren el rigor de estasoscilaciones de mercado, ya sea con un trabajo excesivo y agobiante durante una parte delaño, o con el paro forzoso en el otro, pagando así con su miseria las ganancias de losgrandes capitales.

“Por lo que se refiere a las formas intermedias entre la manufactura y eltrabajo a domicilio y a este mismo en particular, su base se derrumba allimitarse la jornada de trabajo y restringirse el trabajo infantil. Sucapacidad para competir con la nueva industria no tiene más base que laexplotación ilimitada de fuerzas de trabajo baratas”. 19

Todas las trabajadoras afirman tener la doble jornada laboral característica de la mujer: una“jornada” en el hogar y otra en el trabajo, lo cual es un nuevo factor de estrés y cansancio,que se suma a los anteriores. Un caso típico es el testimonio de una de las obreras:“Trabajo desde los 16 años y desde esa época estoy acostumbrada a levantarme a las 4:00

18 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 400.

19 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, pagina 397. Y más adelante, cita un informe médico de la época… “Si el negocio fracasa (se refiere a las costureras), tiene que dirigirse forzosamente a un taller de costura, donde siel trabajo no es menor, encuentra, por lo menos, un salario seguro. En estas condiciones, se convierte en una verdadera esclava, azotada por el oleaje de la sociedad, condenada a morirse de hambre, o poco menos, en un cuartucho estrecho y a trabajar 15, 16, y hasta 18 horas de las 24 quetrae el día, en una atmósfera casi irrespirable y con un alimento que, aun suponiendo que sea bueno, no puede digerir por falta de aire puro. De estas víctimas se nutre la tisis, que no es más queuna enfermedad respiratoria”. Dr. Richardson, citado por Marx, Op. Cit., pag. 198.

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de la mañana. Hago el desayuno y el almuerzo para mí y para mi esposo que trabaja en elsector de la construcción. También lavo la ropa en lavadora y hago algo de aseo antes desalir para el trabajo. Algunas veces mi esposo me ayuda con el aseo.” Con frecuenciacuando regresan a la casa, el trabajo doméstico continúa, aunque algunas reconocen quepagan a otras personas para que les hagan parte del oficio, o se apoyan en otras mujeres delnúcleo familiar, como madres o hijas, con frecuencia también trabajadoras del mismo taller.

El número de personas empleado en los talleres es pequeño: en 10 talleres el número deobreras no excede las 5 trabajadoras, mientras que en otros 2 oscila entre 10 y 15trabajadoras. La situación varía en temporada alta, pues el personal se incrementa en 9talleres y, en algunos de ellos, considerablemente. Solo en 3 talleres el personal permaneceestable a lo largo del año, siendo talleres que no cuentan con las condiciones locativas,máquinas accesorias o capital suficiente para ampliar los niveles de producción de acuerdoa las necesidades del mercado. Pero lo que sí pueden hacer (y varios lo hacen), es prolongarla jornada de trabajo y exigir una mayor productividad a las trabajadoras, aumentando laintensidad del trabajo y por lo tanto la creación de valor (y plusvalía). Es decir, la cadena serompe por el eslabón más débil, por el lado de las obreras.

Esta es una de las “ventajas” del trabajo a domicilio para los capitalistas, puesto que lallamada “flexibilización laboral” se da aquí de hecho (sin necesidad de leyes que lareglamenten), siendo un mecanismo imprescindible para la llamada “competitividad”, esdecir para la acumulación capitalista, pues permite prescindir o enganchar la fuerza detrabajo según las necesidades de la producción, sin ningún tipo de restricción, como porejemplo, los derechos laborales y sindicales favorables a los trabajadores que impiden losdespidos y reglamentan la duración de la jornada de trabajo.

Con respecto a la toma de alimentos y los períodos de descanso durante la jornada laboral,en todos los talleres existen pequeños períodos de descanso en medio de la jornada, perocon variaciones en el tiempo y las condiciones. La mayoría de trabajadoras a destajo, seimponen jornadas laborales prolongadas, con descansos más cortos e incluso ingiriendo losalimentos en medio del trabajo, sobre todo en las temporadas de alta demanda del producto.Si bien existen horarios de alimentación establecidos (media hora para el desayuno y elalmuerzo, quince minutos para los refrigerios), éstos poco se respetan por los afanes queimpone la modalidad de trabajo (a destajo).

La ley colombiana reconoce el llamado “derecho de lactancia” que implica que la madrepueda dedicar a su bebé una hora al día de atención efectiva, independiente del tiempo quedemore el desplazamiento al sitio donde se encuentre. En las empresas consultadas,simplemente no se habla para nada de este “derecho” (recordar que uno de los requisitos decontratación más frecuente es no estar embarazada). Solo en un caso, se informa que sepermite a las madres lactantes tener los bebés al lado de la máquina y lactarlos en cuantosea necesario; en otro caso, se permite a las obreras salir del taller, pues habitan en el

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vecindario y se toman muy poco tiempo en la diligencia. Este tipo de “libertades”permitidas en dichos talleres, con relaciones de tipo patriarcal entre las patronas y susobreras, sería impensable al nivel de la gran industria, pero son “favores” que se concedengracias a la familiaridad o la vecindad, en vez de obedecer a “derechos” establecidos y queno dependan del capricho o la relación personal entre unas y otras.

Las obreras son mayoritariamente mujeres adultas, algunas de la tercera edad. En 10 de lostalleres visitados se utiliza fuerza de trabajo familiar que incluye la presencia de esposos,hijos, madres, entre otros, empleando entre 2 y 3 familiares por taller. Estos familiaresreciben pago por su trabajo como cualquier otro personal, pero sin precisar la cantidad.Algunos informan que sus ingresos “van para el fondo de sostenimiento de la familia”,otros que la remuneración es menor que la de una obrera común, otros dicen que ganan lomismo. La realidad es que solamente en 2 talleres no se utilizan familiares en el trabajo deconfección.

En 3 talleres se detectó trabajo infantil (trabajadores con menos de 17 años), pero esto no esextraño en el sector. Muchas de las obreras comentan que así comenzó su aprendizaje en eloficio, ingresando de niñas a los talleres haciendo trabajos menores (como “aprendices”) y,a medida que iban aprendiendo el oficio, enganchándose plenamente como obreras. Dehecho, se detectaron 2 talleres donde se utilizan los llamados “aprendices” (uno de ellosmenor de edad), trabajando en oficios menores, mal pagados. En temporada alta, menoresde edad cumplen algunas labores que exigen menor experticia, tales como revisión deprendas, empacado, diligencias de la empresa, etc., generalmente hija(o)s de las patronas.

Comenta Marx al respecto:

“Por oposición al período manufacturero, el plan de la división deltrabajo se basa ahora en el empleo del trabajo de la mujer, del trabajo delos niños de todas las edades, de obreros no calificados, siempre y cuandoello sea factible; en una palabra, de trabajo barato, “cheap labour”, comocon frase característica lo llaman los ingleses. Y esto no solo en toda laproducción en gran escala, se emplee o no maquinaria, sino también en lallamada “industria doméstica”, lo mismo la que se ejerce en las casas delos propios obreros que la que se alberga en pequeños talleres (…). Laindustria doméstica se convierte ahora en una prolongación de la fábrica,de la manufactura o del bazar. Además de los obreros fabriles, de losobreros de las manufacturas y de los artesanos, concentrados en elespacio y puestos bajo su mando directo, el capital mueve ahora, por

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medio de hilos invisibles, otro ejército de obreros, disperso en las grandesciudades y en el campo (…)”.20

Con respecto al proceso de producción, en algunos talleres existen dos áreas bien separadas:una zona de producción propiamente dicha y otra de revisión y empacado. En un tallertípico (por ejemplo de confección de camisetas), la zona de producción se estructura en unsistema de trabajo en cadena (las telas las entrega el intermediario ya cortadas), donde laspiezas se unen en la máquina plana, se pasan a la fileteadora para hacer los cuellos y luegoa la máquina collarín para el cerrado de la prenda. En la segunda zona, se cortan las hebras,se planchan las prendas, se les coloca la marquilla y se empacan en bolsas contadas y listaspara despachar. Por supuesto, la división del trabajo al interior de cada taller, variará deacuerdo al tipo de prenda, pero en general se puede decir que la producción en el sector,obedece todavía a las leyes de la manufactura, donde los procesos no están automatizados yla mercancía requiere aportes sucesivos de distintos operarios, de forma que, la pieza final,solo aparece como el producto del trabajo de un obrero colectivo.

Sobre esta división del trabajo, explica Marx en la obra citada:

“¿Qué caracteriza, en cambio, a la división manufacturera del trabajo? Elhecho de que el obrero parcial no produce mercancías. Lo que seconvierte en mercancía es el producto común de todos ellos (…). En lamanufactura, los obreros, aisladamente o en grupos, tienen que ejecutarcada proceso parcial específico con sus herramientas”.21

Y más adelante cita a Adam Smith para argumentar los efectos lesivos de la división deltrabajo:

“Un hombre que se pasa la vida ejecutando unas cuantas operacionessimples… no tiene ocasión de disciplinar su inteligencia… vaconvirtiéndose poco a poco y en general en una criatura increíblementeestúpida e ignorante… Su pericia para una ocupación concreta parecehaber sido adquirida a costa de sus dotes intelectuales, sociales yguerreras. Y, sin embargo, es éste el estado en que tiene necesariamenteque caer el trabajador pobre, es decir, la gran masa del pueblo, en todasociedad industrial y civilizada”.22

20 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 385.

21 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 289 y 310.

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Aproximadamente en la mitad de los talleres, se exige a las trabajadoras cumplir funcionesdistintas para las que fueron contratadas, e incluso, existen algunos talleres donde “todashacen de todo”. El trabajador tipo “todero”, existe en 8 de los talleres consultados. En 8 delas empresas no existen controles sobre los tiempos de producción, mientras que en 4 deellas sí los hay. Esto es compatible con el número de talleres que funcionan bajo el sistemade “trabajo a destajo”, donde el control lo ejerce el mismo trabajador, quién se ve obligado asacar el mayor número de productos en el menor tiempo posible, espoleado por lanecesidad.

En ninguno de los talleres estudiados se detectaron casos de abuso sexual o maltrato físicopor parte de las propietarias, compañeras u otro tipo de personas. Las condiciones aquí sonde familiaridad entre vecinas, parientes, colegas, etc., con relaciones menos verticales ydominantes, al contrario de lo que ocurre en la gran industria, donde es muy común que lossupervisores y otros mandos medios, chantajeen sexualmente a las trabajadoras.

Con respecto a las condiciones de salud ocupacional, las trabajadoras consideran que en 6talleres las condiciones son “buenas”, en tanto que en 2 de los talleres las condiciones son“malas” (no hay información sobre los otros 4 talleres). En general las entrevistadasperciben su ambiente laboral como “bueno” debido a que están acostumbradas a su propioambiente doméstico. El grado de acostumbramiento es tan alto, que muchas no percibeninsalubridad, hacinamiento, falta de ventilación e iluminación, calor excesivo, etc.,condiciones que se viven en no pocos talleres y que no fueron señaladas en la entrevista,pero que los entrevistadores pudieron constatar directamente. La información consignada eneste aparte es, por lo tanto, altamente subjetiva.

Igual sucede con las condiciones ergonómicas. Los entrevistadores pudieron constatar sobreel terreno que las condiciones no son tan “buenas” como se mencionan, pues lastrabajadoras laboran en sillas inadecuadas, máquinas de tecnologías caducas y no ajustadasa las características de las trabajadoras, sin guardas de protección, cableado en el piso, etc.Vimos que es la trabajadora la que debe adecuarse a las condiciones de la máquina y no,como debe ser, que la máquina se adapte a la trabajadora y su fisiología. Además, el espacioentre las máquinas es bastante estrecho y en general en todas las dependencias, los talleresle están robando espacio vital a los hogares (ya de por sí, estrechos). Las obreras trabajanlas máquinas sentadas y colocan cojines sobre precarios asientos, mientras que las querevisan la mercancía trabajan de pie. El sedentarismo es un riesgo siempre presente en estetipo de oficio.

Las quejas de salud más frecuentes entre las obreras son dolores de espalda (especialmentedolor lumbar), dolor en hombros, brazos y manos, también en las piernas, calambres en lospies, problemas del aparato circulatorio y también “cansancio” o “desgaste” en los ojos.

22 Op. Cit. Página 295.

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Pero la queja más grave es el estrés laboral, sobre todo en temporada alta, cuando lasjornadas se alargan y existe presión para terminar los pedidos. También se reconocemaltrato sicológico por parte de algunos intermediarios, especialmente porque presionan alas dueñas de talleres para la entrega de los lotes.

Con respecto a la salud ocupacional, dice Marx lo siguiente:

“Todos los sentidos se sienten perturbados por la elevación artificial de latemperatura, por la atmósfera cargada de desperdicios de material, por elruido ensordecedor, etc. Y no hablemos del peligro que supone tener quetrabajar y circular entre la máquina apretujada que produce sus partesindustriales de batalla(lesionados) con la periodicidad de las estaciones.La tendencia a economizar los medios sociales de producción, tendenciaque bajo el sistema fabril, crece de maravilla, se convierte, en manos delcapital, en un saqueo sistemático contra las condiciones de vida delobrero durante el trabajo, en un robo organizado de espacio, de luz, deaire y de medios personales de protección contra los procesos deproducción malsanos o insalubres (…). ¿Tiene o no razón Fourier cuandollama a las fábricas ´presidios atenuados´?”23

En cuanto a medidas de protección, en 8 talleres las trabajadoras a veces utilizan tapabocasdebido a la pelusa que sueltan algunas telas (algodón y poliéster), pero sin criteriosdefinidos sobre cómo y cuándo usarlos, tratándose de una medida de protección muysuperficial. En ningún taller se realiza mantenimiento preventivo de las máquinas, sino quese reparan a medida que se van dañando. Las obreras desconocen normas básicas de saludocupacional y seguridad industrial y tampoco se aplican programas al respecto.

Como consecuencia de lo anterior, en 5 talleres informan de accidentes de trabajo talescomo heridas con las agujas de la máquina y cortaduras con las tijeras. Hay anécdotasdramáticas con estos accidentes24, pues los propietarios evitan llevar a las obreras a lasinstituciones de salud para no revelar las condiciones de informalidad en que funcionan,“atendiéndolas” ellos mismos (u otras personas no capacitadas) y en condicionescompletamente inadecuadas. Ninguna trabajadora hizo alusión a enfermedades

23 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, páginas 352 y 353.

24 Una obrera se atravesó un dedo con la aguja de la máquina y al tratar de sacarla la quebró. La aguja la extrajo con un alicate un operario tipo “todero”, sin conocimientos médicos y sin respetar las mínimas condiciones de asepsia y anestesia.

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profesionales, siendo algo casi desconocido para ellas, debido a la carencia casi total deservicios de salud, medicina preventiva y/o salud ocupacional.

CONDICIONES DE PRODUCCIÓN.Talleres que exigen requisitos para la contratación 7Talleres con formas de contratación informal 11Talleres con pago del salario en dinero 12Talleres con pagos regulares quincenales 9Talleres con pago del salario a destajo 8Talleres con pago del salario por tiempo 4Talleres que desconocen el pago de horas extras, nocturnos y festivos 10Talleres donde se realizan descuentos del salario por trabajo defectuoso 4Talleres donde se prolonga la jornada para compensar trabajo defectuoso 3Talleres sin aportes a la seguridad social de las trabajadoras 10Talleres con extensión de la jornada laboral ordinaria (temporada alta) 11Trabajadoras sometidas a la llamada “doble jornada laboral” 12Talleres con presencia de fuerza de trabajo del núcleo familiar 10Talleres con presencia de trabajo infantil 3Talleres con presencia de aprendices 2Talleres donde se exigen labores distintas al objeto del contrato 6Talleres con presencia de trabajador tipo “todero” 8Talleres donde no existen controles sobre los tiempos de producción 8Talleres con “buenas condiciones ” de salud ocupacional 6Talleres donde se han presentado accidentes laborales 5

RELACIÓN CON EL ESTADO Y LA SOCIEDAD.

En cuanto a los procesos de formalización empresarial, solo 3 empresas afirman estarinscritas ante la Cámara de Comercio y demás autoridades competentes, en tanto que 7empresas no cuentan con ningún grado de formalización (las 2 empresas restantes, nodieron información al respecto). Esto confirma la tendencia a la informalidad de la mayoríade micro empresas que trabajan bajo la modalidad de trabajo a domicilio. Comoconsecuencia de lo anterior, en 8 empresas no existe ningún tipo de supervisión por partedel estado ni tampoco pago de impuestos.

Entre los problemas que esto genera, algunos mencionaron la dificultad para conseguircontratos con los proveedores pues son relativamente desconocidos y no se promocionan.Además se quedan por fuera de los programas de apoyo a la micro, pequeña y medianaindustria, por parte del estado o de los gremios. Otras dificultades mencionadas son, el

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acceso al crédito y el no poder participar en ferias del sector confección para comercializarproductos.

Ninguna empresa está asociada a alguna organización de tipo gremial25, de hecho sonmicro-empresas que solo en apariencia se encuentran sometidas al régimen de “libreempresa” (o “libre competencia”), pues en realidad –la mayoría de ellas- son apéndices delas grandes o medianas empresas del sector y sobreviven solo en la medida en que dichasempresas les den contratos. Son una especie de “asalariados colectivos descentralizados”.La relación de dependencia con la gran industria es directa e, incluso, algunos dueños detalleres tienen claro que sus talleres no son otra cosa que “maquiladoras”, apéndices de lagran industria. La informalidad del sector, por lo tanto, no es un accidente, sino un hechointencional y condicionado por las necesidades de la gran industria. Éste es uno de los“sórdidos secretos” de la “competitividad” capitalista actual.

En el presente estudio, ninguna de las empresas está relacionada con organizacionespolíticas. Por lo menos uno de los talleres era manejado como una cooperativa, peroaceptan que esto era una simple formalidad para justificar la tenencia de las máquinas“donadas” por el programa de ACOPI.

CONCIENCIA Y ORGANIZACIÓN.

En general se percibe un muy bajo nivel político y organizativo de las obreras del sector, lascuales afirman estar agradecidas pues “por lo menos sobreviven”. Las dueñas de los talleresestán en una condición similar, agravada por un bajo nivel de asociación gremial. Unas yotras cuentan con muy poco tiempo libre, el trabajo absorbe buena parte de sus energías yno cuentan con el tiempo necesario para dedicarse a otros asuntos, tales como elevar sunivel intelectual, organizarse, movilizarse, etc. La mayoría desconoce los derechos laboralesmás elementales, pero tampoco se ha interesado por comprenderlos. El espíritu de luchaestá ausente en la mayoría de las obreras, e incluso, valoran esta actitud de manera muynegativa. Son mujeres mayores y cansadas por el excesivo trabajo que realizan y elprolongado tiempo que llevan en el oficio.

Un factor que contribuye a este atraso y desorganización, es el hecho de la poca continuidadde los trabajos, sometidos a los vaivenes de la gran industria. El subempleo y desempleocunde en estos sectores de trabajadores. No obstante, algunas madres cabeza de familia,argumentan que esta informalidad y cierta flexibilidad, les permite estar más tiempo con sus

25 La cooperativa que inició labores producto de un programa de la ACOPI, no tiene ninguna relación actual con dicha entidad.

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hijos, lo que no sucedería en la gran industria. “Estoy conforme de trabajar en mi casa”,dicen.

Las obreras anhelan mejores sueldos, trabajos estables y prestaciones de ley. Tambiénquisieran que los pagos fueran más puntuales, pero desconocen la forma de lograr susanhelos. Algunas patronas quisieran organizarse para reclamar mejores precios a losintermediarios, el pago a tiempo, etc., pues a su juicio, cada vez pagan más poco y solo porla fuerza podría ser posible elevar estos precios, algo así como un paro de lasmicroempresas. Estuvieron dispuestas a organizarse en este sentido (la minoría).

Otros patrones tienen mentalidad capitalista en grande, sueñan con ampliar su taller paraescapar de las microempresas, tener “bodega de ventas” y “boutiques” para comercializardirectamente sus productos, incluso cubriendo los municipios del departamento.

CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS, FAMILIARES Y CULTURALES.

Casi la mitad de las obreras encuestadas empezaron a trabajar desde la niñez. La mayoría deellas tradicionalmente ha trabajado en el sector de la confección, pero hay una granvariedad de sectores en las que alguna vez han trabajado, sobre todo trabajo no calificado,empleadas domésticas, dependientes de comercio y cafeterías, modistería, secretarias,camareras, obreras de trilladoras, fábricas de vidrio, panaderías, etc.

La formación la han adquirido de múltiples maneras sin que hubiera –al parecer- unatendencia dominante. Algunas, en el núcleo familiar, otras en fábricas, en pequeños talleresy en centros de formación técnica, incluido el SENA y COMFAMILIAR. Los ciclos deaprendizaje se operaron en períodos muy cortos y vinculados muy directamente a lapráctica productiva.

La mayoría de las familias viven con menos de 2 Salarios Mínimos Legales Vigentes(SMLV), lo cual demuestra que se trata de familias en condición de pobreza. De hecho, 4 delas familias de las obreras entrevistadas, viven con menos de 1 SMLV. La condición depobreza es clave para la explotación de los obreros. Es preciso recordar que el capitalismose reproduce a sí mismo, acumulando riqueza en uno de los polos (la burguesía) y pobrezaen el otro (el proletariado). En este sentido dice Marx lo siguiente:

“Así como la reproducción simple reproduce constantemente el propiorégimen del capital, de un lado capitalistas y del otro obreros asalariados,la reproducción en escala ampliada, o sea, la acumulación, reproduce elrégimen del capital en una escala superior, crea en uno de los polos máscapitalistas -o capitalistas más poderosos- y en el otro más obrerosasalariados. La reproducción de la fuerza de trabajo, obligada, quiéralo o

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no, a someterse incesantemente al capital como medio de explotación, queno puede desprenderse de él y cuyo esclavizamiento al capital nodesaparece más que en apariencia porque cambien los capitalistasindividuales a quien se vende, constituye en realidad uno de los factores dela reproducción del capital. La acumulación del capital supone, por tanto,un aumento del proletariado”.26

Con respecto a la vivienda de habitación, en 7 de los casos las viviendas son alquiladas y en5 casos se trata de viviendas propias (en 1 caso la vivienda es prestada por un familiar). Esdecir, que por lo menos en 8 de los casos, las obreras no cuentan con vivienda propia, locual es compatible con las estadísticas nacionales sobre el problema de la carencia deviviendas para las clases populares. Salta pues a la vista la pobreza de las familias, algomuy necesario para que la acumulación capitalista pueda continuar:

“De lo dicho se desprende que en un país libre, en el que no se consientela esclavitud, la riqueza más segura está en una muchedumbre de pobrestrabajadores y aplicados. Aparte de que son la cantera inagotable quenutre las filas del ejército y la marina, sin ellos no habría disfrute posibleni podrían explotarse los productos de un país. Para hacer feliz a lasociedad (que naturalmente, está formada por los que no trabajan-acotación de Marx-), y conseguir que el pueblo viva dichoso, aun enmomentos de escasez, es necesario que la gran mayoría permanezcainculta y pobre. El conocimiento dilata y multiplica nuestros deseos, ycuanto menos deseos tenga un hombre, más fácil es satisfacer susnecesidades.”27

La mayoría de estas familias son de tipo nuclear, es decir, familias encabezadas por unmatrimonio (o una madre soltera), conformadas por los hijos y, en algunos casos, otrosfamiliares cercanos. En el caso que nos ocupa, 5 mujeres son cabeza de hogar, con los hijosy otros familiares, es decir, una cifra cercana al 40% de las familias entrevistadas. Hayfamilias casi solo de mujeres, por ejemplo, una donde conviven la obrera, su madre, su hijay su nieta (el único hombre es un primo), u otra donde hay más nietos que hijos. Es comúnque en dichos hogares estén el padre o la madre de la obrera (ya ancianos, algunosjubilados), hermanos y otros familiares cercanos.

26 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, página 518.

27 Bernard de Mandeville, citado por Marx, Op. Cit., página 519.

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Este tipo de familia cada vez más reducida al matrimonio y los hijos, o el madresolterismo,es el tipo de familia urbana moderna producto del capitalismo, donde las familias viven devender su fuerza de trabajo (al tiempo que la reproducen), en ambientes cada vez máscerrados y con vidas fragmentadas debido a las necesidades del capital; contrario a lasfamilias extensas de antaño que obedecían a lógicas de producción pre-capitalistas,ubicadas en zonas rurales y dedicadas a oficios agrícolas y/o artesanales propios, formasque aún subsisten en zonas rurales de Colombia, entre indígenas y afrocolombianos.

Las obreras describen muy poca vida social, cultural y/o deportiva. En el poco tiempo librede que disponen, su vida se limita a compartir en familia, ver televisión y otras actividadesde ocio improductivo. Ninguna de ellas reconoce alguna filiación política ni ideológica,pero en 6 casos reconocieron pertenecer a agrupaciones religiosas de distinto credo. Lareligión, efectivamente, es una de las pocas actividades sociales identificadas, por supuesto,el complemento “espiritual” a la cruel explotación en la que viven.

“Nos encontramos con la verdad, de que el obrero no es, desde que nacehasta que muere, más que fuerza de trabajo; por tanto, todo su tiempodisponible es, tiempo de trabajo y pertenece, como es lógico, al capitalpara su incrementación. Tiempo para formarse una cultura humana, paraperfeccionarse espiritualmente, para cumplir las funciones sociales delhombre, para el trato social, para el libre juego de las fuerzas físicas yespirituales de la vida humana, incluso, para santificar el domingo –aunen la tierra de los santurrones, adoradores del precepto dominical- ¡todouna simulación! En su impulso ciego y desmedido, en su hambre caninadevoradora de trabajo excedente, el capital no solo derriba las barrerasmorales, sino que derriba también las barreras puramente físicas de lajornada de trabajo. Usurpa al obrero el tiempo de que necesita su cuerpopara crecer, desarrollarse y conservarse sano. Le roba el tiempoindispensable para asimilarse el aire libre y la luz del sol. Le capa eltiempo destinado a las comidas y lo incorpora siempre que puede alproceso de producción, haciendo que al obrero se le suministren losalimentos como a un medio de producción más, como a la caldera carbóny a la máquina grasa o aceite. Reduce el sueño sano y normal queconcentra, renueva y refresca las energías, al número de horas de inerciaestrictamente indispensables para reanimar un poco un organismototalmente agotado. En vez de ser la conservación normal de la fuerza detrabajo la que trace el límite a la jornada, ocurre lo contrario: es elmáximo estrujamiento diario posible de aquella el que determina, por muyviolento y penoso que resulte, el tiempo de descanso del obrero. El capitalno pregunta por el límite de vida de la fuerza de trabajo. Lo que a él leinteresa es, única y exclusivamente, el máximo de fuerza de trabajo que

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puede movilizarse y ponerse en acción durante una jornada. Y, paraconseguir este rendimiento máximo, no tiene inconveniente en abreviar lavida de la fuerza de trabajo, al modo como el agricultor codicioso hacedar a la tierra un rendimiento intensivo desfalcando su fertilidad.

Por tanto, al alargar la jornada de trabajo, la producción capitalista, quees, en sustancia, producción de plusvalía (absorción de trabajoexcedente), no conduce solamente al empobrecimiento de la fuerzahumana de trabajo, despojada de sus condiciones normales de desarrolloy de ejercicio físico y moral. Produce, además, la extenuación y la muerteprematuras de la misma fuerza de trabajo. Alarga el tiempo de produccióndel obrero durante cierto plazo a costa de acortar la duración de suvida”.28

Las entrevistadas niegan la existencia de algún tipo de violencia intrafamiliar.

CONCLUSIONES.

En el presente ensayo, las conclusiones se insertan a lo largo del texto a la par con las citasde Marx. Valdría la pena citar finalmente a dos autores más. En primer lugar a John StuartMill quién en sus Principios de economía política, afirma lo siguiente:

“Hoy día, el producto del trabajo se divide en razón inversa al trabajo: laparte mayor va a parar a los que nunca han trabajado, la siguiente aaquellos cuyo trabajo casi es puramente nominal, y así, descendiendo enla escala, la recompensa va haciéndose menor y menor a medida que eltrabajo se hace más duro y más desagradable, hasta llegar al trabajofísico más fatigoso y agotador, que a veces no rinde siquiera loestrictamente necesario para vivir”. 29

Y en concreto, sobre la situación de las trabajadoras, comenta Luz Gabriela Arango:

“En lo que respecta a la participación de las mujeres en laindustrialización y en el mercado laboral, es interesante observar cómo laaplicación del modelo de industrialización por sustitución de importacionesgeneró un desplazamiento progresivo de las mujeres de la industria, lascuales se habían incorporado en altas proporciones a los primeros

28 EL CAPITAL, Marx Carlos, Editorial Fondo de Cultura Económica, Cuarta Edición, 1966, México, Tomo I, páginas 207 y 208.

29 Citado por Marx, Op. Cit., página 515.

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esfuerzos fabriles de finales del siglo XIX y comienzos del XX. A lo largo dela década de los cincuenta, la participación femenina en la industria, yespecialmente en la gran industria moderna, se reduce en muchos países,quedando confinada a los segmentos más artesanales, a la pequeña ymediana industria, o a sectores considerados femeninos como lasconfecciones. Las mujeres se vinculan fundamentalmente al comercio, losservicios y el sector informal. Una clara segmentación de génerocaracteriza entonces al mercado laboral, diferenciando los sectoresfeminizados en los cuales el trabajo corresponde a una extensión de lastareas domésticas y familiares: servicios personales, actividades de cuidadode niños, ancianos, enfermos, tareas manuales segmentadas, minuciosas yrepetitivas en la industria, oficios de limpieza y aseo en todos los sectoresde la producción; profesiones técnicas y universitarias femeninas en lasáreas de la educación y la salud. Esta segmentación horizontal quediferencia, aunque de manera raras veces tajante, las áreas de trabajopropias de los hombres y de las mujeres, va acompañada de unadesigualdad flagrante en las remuneraciones y el reconocimiento socialatribuidos.

El segundo ejemplo de las modalidades de incorporación de las mujeres ala industria en el marco de la nueva división internacional del trabajo es eltrabajo a domicilio, integrado a cadenas internacionales desubcontratación que lo ubican como su eslabón más débil. Benería yRoldán en una investigación ya clásica, reconstruyen las cadenas desubcontratación que articulan a corporaciones multinacionales en paísescentrales con empresas y talleres nacionales y trabajadoras a domicilio enciudad de México. Otros estudios realizados en Brasil, Colombia, Méxicocoinciden en señalar las condiciones precarias de trabajo de estas mujeres,sometidas a pagos a destajo, extensas jornadas laborales, sin seguridadsocial y sin ninguna estabilidad en el empleo. Son una muestra extrema dela flexibilización y precarización del empleo y uno de los ejemplos que másdirectamente revela las articulaciones entre los sectores dinámicos ycompetitivos de la economía con las modalidades más precarias einformales de trabajo”.30

30 Arango, Luz G., Mujeres Trabajo y Tecnología en Tiempos Globalizados, Profesora Asociada, Departamento de Sociología, Bogotá, junio de 2004. http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/colombia/ces/Cuaderno%20CES%205.pdf

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