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160 Aniversario de la Telegrafía Eléctrica en España: Los Avances Tecnológicos y

los Telegrafistas.

María Victoria Crespo Gutiérrez. Directora del Museo Postal y Telegráfico

y Miembro de la Asociación de Amigos del Telégrafo.

El telégrafo eléctrico se inició en España en 1854, era el comienzo del bienio

progresista (1854-1856) con ideas modernizadoras, que con respecto al telégrafo

supusieron grandes inversiones en red y la adopción de nuevas tecnologías.

La Administración del Estado, en ese año, construyó una primera línea de prueba entre

Madrid e Irún, para poder enlazar con la red telegráfica francesa y, a través de ella, con

algunos países europeos. Cuando empezó a funcionar esta línea sólo se enviaban

telegramas oficiales. El primer telegrama qué se envío y cruzó la frontera fue el

discurso de la reina Isabel II inaugurando las Cortes Constituyentes el 8 de noviembre

de 1854.

Como consecuencia del éxito de la prueba y los beneficios que podría traer el telégrafo

eléctrico para la Administración y para los particulares, el Ministerio de Fomento pidió

un Informe a la Real Academia de las Ciencias de Madrid sobre la telegrafía eléctrica,

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para la implantación de la red telegráfica en España y los aparatos telegráficos

transmisores y receptores que fueran más idóneos.

El Informe se aprobó el 29 de diciembre de 1854 y gracias a este Informe solicitado por

Fomento, el gobierno envió a las Cortes un proyecto de ley para la construcción una de

red telegráfica, que uniera Madrid con todas las capitales de provincia y departamentos

marítimos, y que llegara además a las fronteras de Francia y Portugal. La ley se aprobó,

el 22 de Abril de 1855, fecha que se considera como la del nacimiento del telégrafo en

España. Así pues, desde sus orígenes el telégrafo eléctrico nació con vocación de

servicio público.

El servicio telegráfico venía a cambiar, en la segunda mitad del siglo XIX, la dimensión

espacio-temporal en la sociedad y a modernizar los Estados.

Los primeros clientes del telégrafo fueron:

Los periodistas, que empezaron a hacer una prensa de noticias y los operadores de

Bolsa que vieron como se revolucionaba su profesión, al lograrse la conexión inmediata

entre distintas ciudades y países. También la Administración utilizó el telégrafo y por

primera vez, los particulares. Sin embargo, al principio, las tarifas eran muy altas para

los particulares, que por un telegrama tipo medio tenía que pagar 313 reales, cuando un

telegrafista cobraba 4.000 reales al año.

Samuel Morse y su telégrafo eléctrico.

Samuel Morse (1791-1872) quería dar respuesta a una necesidad social y conseguir que

los mensajes, telegramas, llegaran en pocos minutos, a ciudades distantes entre sí. Para

ello inventó un telégrafo eléctrico en 1837.

El telégrafo constaba de:

Un manipulador, o aparato emisor, que era interruptor que conectaba la pila a la línea

cuando se cerraba y la desconectaba cuando se abría, por medio de este mecanismo se

generaban puntos y rayas en función de los lapsos de tiempo en que se mantenía

presionado el manipulador.

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Con dos tipos de receptores:

Receptor de cinta que consistía en un electroimán que se activaba al pasar la

corriente y su parte móvil que se atraía y detraía, llevaba una pluma entintada que se

apoyaba en una cinta de papel. En esta cinta se iban registrando los puntos y las rayas.

Receptor acústico que no imprimía la señal, los mensajes se recibían “de oído” según

el vocabulario los telegrafistas.

Samuel Morse probó su telégrafo con éxito en 1844 en la línea que unió las ciudades

de Washington y Baltimore.

La línea era una red de alambres metálicos, de hierro o de cobre, colocados sobre

postes de madera, que conectaban un aparato telegráfico que emitía el mensaje con otro

aparato que lo recibía.

El texto del primer telegrama enviado el 24 de mayo desde el Capitolio de Estados

Unidos, con sede en Washington, decía lo siguiente: “¡Lo que Dios ha creado!“, una cita

del Antiguo Testamento. Se acaban de cumplir 170 años del acontecimiento.

El código o alfabeto morse, que favoreció la expansión del telégrafo, estaba formado

por una combinación de puntos y rayas que representaban las letras, las cifras y los

signos necesarios en la escritura.

Las características del código morse, su codificación binaria, y su aceptación por la

UIT, le han hecho sobrevivir más de un siglo, compitiendo con todos los sistemas que

se fueron inventando después como la telefonía y la radio.

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En la actualidad los astronautas, aún disponiendo de modernos sistemas de

comunicaciones, llevan en sus mochilas elementos adecuados para utilizar el morse en

casos de emergencia.

La red telegráfica: la primera red de Comunicaciones.

La red telegráfica inicial de 1855 tenía una configuración radial, con centro en Madrid

respondía al carácter centralista de la construcción del estado liberal en España.

Hacia 1857 la estructura de la red telegráfica española quedó configurada, entendiendo

como tal los medios necesarios para unir dos puntos de la península.

La red básica estaba ya muy completa hacia 1864, tenía: 10.000 Km. de líneas, 194

Oficinas telegráficas , 1.000.000 de telegramas al año. Incluía todas las capitales de

provincia y ciudades principales de territorio peninsular, las islas Baleares y Ceuta.

Melilla y las islas canarias que no tendrían comunicación telegráfica submarina hasta la

década de 1880.

En 1900, Telégrafos era una entidad plenamente consolidada. El telégrafo era el único

medio de comunicación que cubría todas las necesidades sociales. El personal que lo

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atendía superaba los 4.000 funcionarios, 1.491 oficinas, los telegramas nacionales

habían aumentado a 3.779.000 y la tarifa para telegrama 10 palabras 4 reales.

El progreso tecnológico.

Los aparatos telegráficos fueron evolucionando, para tratar de conseguir un mayor

rendimiento en las comunicaciones y responder a las demandas de la sociedad.

En 1875 se instaló en España un nuevo aparato telegráfico el hughes, que permitía que

los mensajes se recibieran impresos en caracteres alfabéticos. Se podía alcanzar 70

palabras por minuto con operadores expertos.

En 1906 se introdujo en España el sistema baudot, en la línea Madrid-París y funcionó

durante cincuenta años. En este sistema el transmisor tenía que conocer un código y

tener la habilidad de trasladar ese código sobre un pequeño teclado manteniendo una

determinada cadencia.

El Factor Humano en Telégrafos.

Con la red telegráfica nació la profesión de telegrafista, que siempre gozó de prestigio

social, por ser capaz de manejar los aparatos telegráficos y sus códigos, y por conseguir

la comunicación entre personas de distintas poblaciones.

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Los funcionarios del Cuerpo de Telégrafos se dividían: en personal del cuerpo técnico

facultativo o mandos superiores de la administración telegráfica, y personal

subalterno facultativo que se debía ocupar de que el telégrafo funcionara.

Dos proyectos importantes que llevaron a cabo los telegrafistas fueron: la creación en

1871 de “los gabinetes telegráficos” en los distintos departamentos ministeriales, para

asegurar las comunicaciones entre organismos oficiales. Funcionaban y funcionan las

24 horas del día. Y la creación de Escuela Superior de Telegrafía en 1913 centro de

donde salieron los primeros ingenieros Superiores e Ingenieros Técnicos de

Telecomunicación.

En la Escuela se impartirían los conocimientos necesarios para desempeñar todos los

servicios de telecomunicación dependientes del Estado, en ese momento, Telegrafía,

Telefonía y Radio.

Entre los alumnos de la Escuela destacó Cesar Nieves que desde 1923 a 1927 realizó

estudios de ampliación en la Escuela Oficial de Telegrafía, para optar a puestos de Jefe

de Sección. Fue profesor políglota de francés, lo que le abriría las puertas para

participar en las Conferencias Internacionales, como delegado de la Administración

española, por sus conocimientos técnicos, en los Congresos Internacionales de la UIT

de Telegrafía y Radiotelegrafía en los años 30 en Madrid, Berlín, Copenhague,

Varsovia, etc Cesar Nieves perteneció al Cuerpo de Telégrafos durante 50 años.

Uno los profesores que impartió clases en la Escuela de Conde de Peñalver a los

ingenieros Técnicos, fue Sebastián Olivé Roig, telegrafista, ingeniero, investigador,

escritor de la Historia de las Comunicaciones y Presidente de la Asociación de Amigos

del Telégrafo hasta 2013 en que falleció. Siempre se sintió orgulloso de de presidir

nuestra Asociación y la prestigió con su trabajo y su buen hacer. Fue un gran Maestro

para quienes nos dedicamos a estudiar y difundir la historia de la Telegrafía y nos

inculco el amor por lo telegráfico, sobretodo por sus compañeros, los telegrafistas.

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Las Telegrafistas.

En España la mujer se incorpora al mundo laboral de la Administración, a través de los

servicios telegráficos.

En 1880 comienza la mujer a trabajar en Telégrafos como Auxiliar si era mujer, hija o

hermana del encargado de oficinas “limitadas” para que ayudaran en el servicio.

La primera mujer fue Josefa Álvarez Portela, esposa del encargado de la oficina de

Nava del Rey (Valladolid), Esteban Mantilla. Era un primer paso para que a la mujer se

le abrieran nuevos horizontes y fuera ascendiendo en la corporación telegráfica.

En 1882 se admiten 40 mujeres con un sueldo anual de 625 pesetas, cuando un

Aspirante, cobraba 1000 pesetas. Con la explotación e instalación de las redes urbanas

telefónicas que se acaba de aprobar en España se le abría a la mujer otra posibilidad de

trabajo como operadora de centralitas telefónicas.

En 1884 la contratación se hizo extensiva a las mujeres solteras y viudas de telegrafista.

Además se reguló la categoría de Auxiliar Temporera de Telégrafos a la que se podían

incorporar las mujeres para realizar trabajos de oficina y emisión y recepción de

telegramas si era mayor de 16 años y pasaba el correspondiente examen.

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Consuelo Álvarez (1867-1959) una de las primeras periodistas españolas, escritora de

la generación del 98, ateneista, y defensora de los derechos de la mujer, pertenece a la

primera generación de mujeres telegrafistas contratadas, ya que aprobó el examen de

Auxiliar Temporera de Telégrafos en 1885, a la edad de 17 años. Aunque era muy joven

siempre pensó en tener una estabilidad económica realizando un trabajo especializado.

En 1909 Consuelo ingresa, por oposición, como funcionaria de pleno derecho y ejerce

su carrera telegráfica durante cuarenta años. También ingresó en esta fecha Clara

Campoamor.

Consuelo escribía en 1918 defendiendo el trabajo de la mujer telegrafista:“Se dice que

el trabajo del servicio telegráfico es impropio para la mujer, por el esfuerzo que éste

exige, cuando gracias a los motores eléctricos y a los aparatos perfeccionados, ha

perdido su rudeza. Necesita la funcionaria telegrafista ser culta, inteligente, pero no

hercúlea. El esfuerzo que ha de hacer es muy soportable, si las condiciones de

recompensa, de lugar, de consideraciones y de horas de jornada son aceptables y

equitativas”.

Tuvo siempre a gala ser telegrafista y se lo transmitió a sus hijos que también lo fueron

ya a alguno de sus nietos que continuaron con su profesión.

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Hasta 1963 no se le permite el acceso de la mujer al Cuerpo Técnico de Telégrafos. Sin

embargo, de un total de 41 opositores aprobados para Cuerpo Técnico de

Telecomunicación, 5 fueron mujeres.

El progreso tecnológico: los teleimpresores

En la década 1920-1930 aparecieron los primeros teleimpresores o “teletipos”.Eran

« máquinas de escribir a distancia. Estos aparatos sustituyeron a los demás terminales

telegráficos exceptos a los morses.

Los primeros teleimpresores fueron: los Morkrum norteamericanos, los Siemens

alemanes y los Creed ingleses.

Los teleimpresores Creed fueron cambiando a medida que cambiaba la tecnología, pero

mantuvieron siempre un formato parecido. Los primeros aparatos tenían un teclado de

tres filas de teclas, mientras que los posteriores tenían un teclado más parecido a las

máquinas de escribir convencionales, con cuatro filas. Este último modelo incluía un

dispositivo para la “orientación”, es decir para facilitar la recepción.

Hacía 1950 los teleimpresores eran los aparatos telegráficos fundamentales. Para

complementar sus prestaciones se idearon dispositivos para automatizar la transmisión y

la recepción de los mensajes. La transmisión automática no era ninguna novedad, ya

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existían máquinas perforadoras para otros sistemas, sólo había que cambiar los códigos

para adaptarlas a los teleimpresores.

La novedad surge cuando en la parte receptora los teleimpresores además de recibir la

impresión de los signos, pueden recibir el mensaje en cinta perforada, de modo que se

facilita la posible retransmisión, al poder pasar la cinta recibida por otro transmisor

automático.

Por su gran semejanza a las máquinas de escribir convencionales los teleimpresores

entraron en las oficinas y después en los domicilios particulares con el servicio Telex en

1954.

En cuanto a los servicios telegráficos, el giro telegráfico (1922), se anticipó a los

bancos con las transferencias bancarias. En los años 50 y 60 los inmigrantes enviaban

dinero, en pocas horas, a sus pueblos de procedencia, y muchas familias remitían

dinero a sus hijos que estaban haciendo el servicio militar.

Los fines de semana las oficinas de Telégrafos de numerosas poblaciones actuaban

como los actuales cajeros automáticos, se formaban colas para retirar dinero.

Por lo que se refiere a los telegramas llevaban a los destinatarios buenas y malas

noticias. En Navidad, se enviaban miles de telegramas de felicitación y los repartidores

solían entregar una tarjeta con versos navideños pidiendo el aguinaldo.

El Servicio Télex.

En España el servicio Télex se inició en 1954, con 20 abonados en Madrid, permitía la

conexión entre si de abonados, empresas o particulares, por medio de teleimpresores .

Tenía ventajas sobre las comunicaciones telefónicas:

Los mensajes se recibían impresos

No hacía falta que el receptor estuviera presente para recibirlos.

Facilitaba el enlace entre países con horarios diferentes.

En 1987 el Telex tenía en España 40.000 abonados, pero La aparición de los sistemas

de fax y la implantación de redes de transmisión de datos, provocaron su regresión. Sin

embargo la red telex puede considerarse un ensayo de Internet.

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El Burofax

En 1983 nacía el burofax que permitía reproducir al momento y a distancia cualquier

documento o imagen con exactitud a través de las oficinas de Correos y Telégrafos, con

la ventaja de tener efectos legales.

En el siglo XXI el burofax se presta on line a través de un ordenador personal, de la

oficina virtual de Correos y Telégrafos o de la red convencional de oficinas

Los radioenlaces.

En los años 90 se liberalizan los servicios de Telecomunicación. Se crea la Red

Integrada de Comunicaciones Oficiales para dar un servicio integral de voz y datos a

las dependencias de la Administración.

Se utiliza la red de telégrafos, con radioenlaces en todo el país y enlaces por satélite,

tanto para sus oficinas pequeñas, mediante estaciones VSAT, como para las capitales de

provincia, mediante enlaces de gran capacidad, todos proporcionados por el satélite

HISPASAT.

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El telegrama y el WhatsApp.

Hoy millones de internautas, disponemos de numerosos aparatos de telecomunicación:

ordenadores, móviles inteligentes, etc. Los telegramas que los telegrafistas transmitían

equivalen a los correos electrónicos, a los SMS, y a los whatsApps que hoy envía

cualquier usuario desde un ordenador o desde un teléfono móvil.

Al aceptar la definición de la Real Academia de la Lengua de Telegrama como un

mensaje escrito enviado por cualquier medio de telecomunicación, al chatear, al mandar

whatsApps estamos usando la comunicación escrita, la telegráfica, no la voz.

Nuestros jóvenes que están todo el día interconectados, y nosotros mismos preferimos,

gracias a las tarifas planas telefónicas, enviar mensajes a descolgar sus smartphones y

hablar.

Por tanto se puede concluir que el telégrafo le está ganado la partida al teléfono y está

inmerso en la modernidad.

Por último quería resaltar las palabras del telegrafista Pastor Wiliams que en l935

vislumbro como se sentirían las personas que visitaran el Museo de Telégrafos o una

exposición como esta del 160 Aniversario del Telégrafo y que se comunicarían

telegráficamente con aparato que llevarían en el bolsillo, cuando dijo: “Dentro de unos

años los Morses, Hughes, Baudots y teletipógrafos, estarán colocados en vitrinas como

objetos raros. Y el visitante al Museo compadecerá a quienes tuvieron necesidad de

emplear tales cachivaches; porque entonces ese visitante llevarán en el bolsillo un

minúsculo cacharro, no mayor que un encendedor, con quien podrá comunicar

telegráficamente con quien se le antoje.”

Sin embargo no fue capaz de ver, como sería el futuro director del Museo y sus

conservadores al escribir: “Y también habrá entonces al frente del Museo algún

imponente y severo jefe de Administración de primera clase, con un nutrido plantel de

oficiales-cicerones a sus órdenes.” Ya que al frente del Museo hay una mujer, una

Directora, con pocas personas, pero que difunden las colecciones telegráficas con

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mucho entusiasmo, como ahora con motivo del 160 Aniversario de la Telegrafía

Eléctrica en España.