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SERIE POLÍTICAS SOCIALES 30 CONSTRUYENDO CAPITAL SOCIAL COMUNITARIO UNA EXPERIENCIA DE EMPODERAMIENTO RURAL EN GUATEMALA John Durston NACIONES UNIDAS COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Santiago de Chile, 1999

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  • SERIE POLTICAS SOCIALES 30

    CONSTRUYENDO CAPITAL SOCIAL COMUNITARIOUNA EXPERIENCIA DE EMPODERAMIENTO RURAL EN GUATEMALA

    John Durston

    NACIONES UNIDASCOMISIN ECONMICA PARA AMRICA LATINA Y EL CARIBE

    Santiago de Chile, 1999

  • LC/L.1177marzo de 1999

    Este documento fue preparado por el seor John Durston, Oficial de Asuntos Socialesde la Divisin de Dearrollo Social de la Comisin Econmica para Amrica Latina y elCaribe (CEPAL). Constituye la versin revisada de la ponencia que se present al VCongreso Latinoamericano de Sociologa Rural (Chapingo, Mxico, octubre de 1998) yal III Congreso Chileno de Antropologa, (Temuco, Chile, noviembre de 1998). Lasopiniones expresadas en este trabajo, que no ha sido sometido a revisin editorial, sonde la exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de laOrganizacin.

  • INDICE

    Pgina

    Resumen ..................................................................................................... 5

    I. EL CAPITAL SOCIAL............................................................................. 6

    1. Una herramienta conceptual til.......................................................... 62. Dudas sobre la constructibilidad del capital social.................................. 7

    II. LA CONSTRUCCIN DEL CAPITAL SOCIAL EN EL ORIENTEDE GUATEMALA.................................................................................. 8

    1. Las comunidades campesinas de Chiquimula: un paisajesocial institucionalmente vaco?.......................................................... 8

    2. Reduccin y aumento de escala.......................................................... 83. Races del capital social en Zacapa y Chiquimula...................................12

    III. LECCIONES SOBRE LA CONSTRUCCIN DE CAPITAL SOCIAL...................13

    1. Bases del capital social en la reciprocidad vertical campesina..................142. Clientelismo y reciprocidad vertical para el capital social ........................143. Repertorios culturales y normas alternativas .........................................154. Co-evolucin de estrategias................................................................17

    CONCLUSIONS.............................................................................................21

    1. Es posible crear capital social? ..........................................................212. Reflexiones finales............................................................................24

    BIBLIOGRAFA..............................................................................................27

  • 5Resumen

    El trmino capital social hace referencia a las normas, instituciones y organizaciones quepromueven la confianza y la cooperacin entre las personas, en las comunidades y en lasociedad en su conjunto. En aquellas formulaciones del paradigma del capital social (ydel neoinstitucionalismo econmico en que stas se basan en parte) que se concentranen sus manifestaciones colectivas, se plantea que las relaciones estables de confianza ycooperacin pueden reducir los costos de transaccin, producir bienes pblicos yfacilitar la constitucin de actores sociales o incluso de sociedades civiles saludables. Elcapital social comunitario es una forma particular de capital social, que abarca elcontenido informal de las instituciones que tienen como finalidad contribuir al biencomn.

    Existen dudas entre los mismos autores fundacionales del paradigma del capitalsocial sobre la posibilidad prctica de construir capital social en grupos que carecen deello. Las comunidades campesinas de Chiquimula, Guatemala atendidas por el proyectoantipobreza PROZACHI mostraban una cultura relativamente individualista y dedependencia y dominacin, pero al mismo tiempo, paradojalmente, una cultura con unamplio y dinmico repertorio de normas diversas, incluidas las que pueden servir desoporte simblico a prcticas solidarias y recprocas. Chiquimula pareca carecer de lasinstituciones del capital social, pero solamente mientras no se rescataban las prcticasinstitucionales del pasado y surgan nuevos contextos y oportunidades para desarrollarnuevas estrategias grupales. Con apoyo externo y capacitacin, fue posible crearcapital social en estas comunidades y a travs de ello convertir a un sector excluido enun actor social en el escenario microrregional.

  • 6I. EL CAPITAL SOCIAL1

    1. Una herramienta conceptual til

    En crculos acadmicos y tambin en agencias de desarrollo se da actualmente unanimado debate sobre la teora del capital social. Este paradigma emergente pretendeser una suerte de teora unificada que integra conceptos de diversos campos como losde la reciprocidad, las redes sociales, el desarrollo participativo y la gobernabilidad.Promete ser una valiosa herramienta en el anlisis y en la promocin del desarrollo debase campesino. El trmino capital social hace referencia a las normas, instituciones yorganizaciones que promueven la confianza y la cooperacin entre las personas, en lascomunidades y en la sociedad en su conjunto. En aquellas formulaciones del paradigmadel capital social (y del neoinstitucionalismo econmico en que stas se basan en parte)que se concentran en sus manifestaciones colectivas, se plantea que las relacionesestables de confianza y cooperacin pueden reducir los costos de transaccin (Coase1937), producir bienes pblicos (North, 1990) y facilitar la constitucin de actoressociales o incluso de sociedades civiles saludables (Putnam 1993a).

    El inters del presente trabajo no es puramente acadmico, sino operativo. Seconcentra en la problemtica de implementacin del marco terico del capital social enla creacin y fortalecimiento del capital social para el propsito de superar la pobreza yla exclusin poltica de comunidades rurales de Amrica Latina. Por este motivo, setrata aqu de una forma particular de capital social -el capital social comunitario- y deuna definicin adecuada al tema de su posible construccin.

    En la definicin seguida aqu, las normas culturales de confianza y las redesinterpersonales de reciprocidad son precursores de aquellas instituciones, mscomplejas y orientadas por normas de bienestar comn, que constituyen el capital socialcomunitario y que emergen de estos precursores a nivel de comunidad o de sistemasocial. Mientras que para algunos autores el capital social son todos los lazosinterpersonales que puede activar un individuo, esta conceptualizacin corresponde a loque ya se conoca como redes ego-centradas de reciprocidad difusa. Y, en el otroextremo, la definicin de capital social comunitario que se desprende de Putnam y deNorth (desde la perspectiva neoinstuticionalista) -que el capital social sera lo queproduce cooperacin y civismo, ergo, si hay civismo habra capital social- ha sidocorrectamente calificado de tautolgica o circular (Portes 1998 y Portes y Landholt1996).

    A distincin de estos dos enfoques, aqu se plantea: 1). que el capital socialcomunitario no es un recurso individual sino un forma de institucionalidad social (delconjunto, en este caso de la comunidad local); y 2). que los participantes en el capitalsocial comunitario ( en forma explcita o implcita) plantean el bien comn como

    1 El autor agradece los comentarios de Eugenio Lahera, Gonzalo Falabella, Samuel

    Morley, Maximiliano Cox, Roberto Guimaraes, Orlando Peralta, Mario Chamal, Alejandro Medina,Juan Sez, Fernando Baza, Brent Metz, Fernando Rello, Margarita Flores, Ivn Finot, OttoFernndez, Juan Jos Santibaez, Rodrigo Contreras y Anthony Bebbington.

  • 7objetivo, aunque no necesariamente se logre ese objetivo. Por otra parte, y adiferencia de las instituciones formales de bien comn (cooperativas, por ejemplo) queexisten en el papel, el capital social comunitario hace referencia a normas, prcticasy relaciones interpersonales realmente existentes y observables. Es la institucionalidadinformal al interior y al exterior de las organizaciones formales, a nivel de comunidad osistema social ms amplio, que determina cmo funcionan en la prctica: lo que Firthllama organizacin social (Firth 1963).

    Aunque los miembros de la comunidad en que existe capital social comunitariocomparten un discurso de cooperacin para el bien comn, queda por verse en lasobservacin emprica que este fin se logre efectivamente. De hecho, puedenproducirse efectos contrarios al bien comn, tanto como producto del capital socialcomunitario como de la reciprocidad interpersonal, como es el caso de algunascomunidades tnicas o religiosas con prcticas excluyentes o que no respetan losderechos humanos fundamentales.

    Finalmente, el concepto de la reciprocidad es central al paradigma del capitalsocial. El tratamiento antropolgico del tema se ha construido sobre la base del clsicoEnsayo sobre el Don de Marcel Mauss, que tuvo un enorme impacto en la disciplina apartir de la dcada de los cincuenta2. La importancia de la reciprocidad va ms all desu manifestacin en las relaciones didicas (Foster, 1961) entre dos personas; seextiende como principio regidor a las relaciones institucionales formales e informales anivel de comunidad. Mauss seala que en las sociedades pre-mercantiles (y en menorgrado en las nuestras, fuera del mbito del mercado) operan sistemas de intercambiobasados en obsequios (objetos, ayuda, favores) cuya compensacin es obligatoria, perono en forma inmediata ni siempre de equivalencia precisa, a diferencia de lastransacciones mercantiles (Mauss 1990). En un entorno socialmente delimitado (en unasociedad tradicional o en la mayora de las comunidades campesinas de hoy) y derelaciones establecidas a travs de numerosas interacciones pasadas y con perspectivade largo plazo, las relaciones tienden a darse entre las mismas personas y familias entodos los mbitos y en todas las instituciones de la vida humana: religiosa, jurdica,poltica, familiar y econmica, en un mismo momento, y en estos sentidos sonfenmenos totales (Mauss 1990). Por este motivo la reciprocidad, que a primeravista podra parecer un fenmeno social menor entre muchos, es la base misma de lasinstituciones de capital social en contextos como el de la comunidad campesina.

    2. Dudas sobre la constructibilidad del capital social

    Curiosamente, existen dudas entre los mismos autores fundacionales como RobertPutnam, sobre la posibilidad prctica de construir capital social en grupos que carecende ello. Putnam concluye que en cuanto a la construccin de instituciones, el tiempose mide en dcadas, y la creacin de normas de cooperacin y de participacin cvicaprobablemente sea an ms lenta.

    Esta visin pesimista refleja una creencia en mecanismos de retroalimentacinque reforzaran constantemente las normas y comportamientos existentes, llevando atodo sistema socio-cultural a uno de dos equilibrios sociales: a uno positivo, de

    2 Ni Putnam ni North hace referencia a la obra de Mauss, que inspir casi medio siglo de

    trabajo empirco y terico de antroplogos de varios pases. Hasta ahora, este acervo conceptualde la antropologa ha sido subaprovechado en el debate sobre el capital social.

  • 8acumulacin del capital social, o a otro negativo, de una sociedad acvica. De estamanera, Putnam encontraba que en el Sur acvico de Italia la sociedad llevaba siglosatrapada en una huella negativa que se repeta, en que la desconfianza y la traicinmutua, la dependencia vertical y la explotacinse han reforzado en crculos viciososinterminables (Putnam 1993a).

    II. LA CONSTRUCCIN DEL CAPITAL SOCIAL EN EL ORIENTEDE GUATEMALA

    1. Las comunidades campesinas de Chiquimula: un paisajesocial institucionalmente vaco?

    Las comunidades del Oriente y del Occidente de Guatemala suelen ser contrastadas enlos mismos trminos con los cuales Putnam contrasta el Sur de Italia con el Norte. Seconsidera que las comunidades corporativas mayas del altiplano occidental son msorientadas hacia la toma colectiva de decisiones, mientras que las del Oriente soncaracterizadas como de cultura individualista, con poca participacin enorganizaciones comunitarias.

    Cuando las actividades del Programa de Apoyo a los Pequeos Productores deChiquimula y Zacapa (o PROZACHI; vase FIDA 1998))3 comenzaron en 1991, lasituacin del grupo objetivo -5000 familias campesinas que cultivaban principalmentemaz y frijol en unos 130 aldeas y villorrios de ladera- era de un paisaje social en granmedida vaco de organizaciones de base relevantes (FLACSO 1993). Existan algunoscomits cvicos, pero consistan principalmente en pequeas facciones o en losbeneficarios pasivos de ONGs caritativas. Hubo, entonces, pesimismo y reticenciaentre el personal de PROZACHI para intentar promover la participacin de losbeneficiarios en la toma de decisiones del Proyecto: era, en suma, un ejemplo ms delas culturas acvicas caracterizadas por Putnam.

    2. Reduccin de escala y aumento de escala

    Sin embargo, se detect que el patrn de asentamiento humano disperso en las aldeasde ladera del rea de influencia (Ver Figura 2) del PROZACHI corresponda a lo que sellaman grupos locales de ascendencia -pequeas redes de parientes y vecinos quecomparten una creencia en un ancestro comn (Wolf 1966). En cada aldea se repitenlos mismos apellidos en una alta proporcin de hogares, y algunos topnimoscorresponden a los apellidos de las familias fundadoras (Durston 1992). En estosgrupos locales de ascendencia, que se encuentran en zonas montaosas en todaAmrica Latina, la residencia de los recin casados suele ser cercano a los padres del

    3 Proyecto MAGA/FIDA/OPEP/PMA/Pases Bajos. El rea de accin de PROZACHI cubri la mayor

    parte del Departamento de Chiquimulo e incluy zonas colindantes de dos municipios del Departamento deZacapa. La gran mayora de las aldeas atendidas estn en Chiquimula. Para mayor simplicidad, se refiere slo aChiquimula en este texto.

  • 9marido y los lazos mltiples e interconectados basados en el parentesco llevan a lacooperacin y la confianza tanto horizontal como vertical.

    FIGURA 1

    GUATEMALA

    Fuente: FIDA (1998)

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    Figura 2

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    Un antroplogo guatemalteco, Hugo Zelaya, fue contratado para activar unprograma de planificacin participativa. l dise un sistema de Grupos Ncleo, de7 a 12 hogares unidos por vecindad cercana, como base de la participacin en ladeterminacin de necesidades y prioridades de los beneficiarios, para acceder a losservicios y beneficios del PROZACHI (PROZACHI 1995). Unos 40 promotores dedesarrollo rural, que vivan inmersos en las aldeas de ladera, promovieron los beneficiosde la participacin de casa en casa. En cada grupo se nombraron dos lderes paramoderar sus reuniones y para servir de enlace con PROZACHI. Se crearon ms de 400Grupos Ncleo, que constituyeron una fuente de propuestas que llegaron a modificar elPlan Operativo Anual del PROZACHI.

    El perodo de mayor crecimiento de los Grupos Ncleo coincidi con un fuerteincremento en el nmero de hogares que recibieron crdito, de slo 525 en 1992 a3,676 hogares en 1994. Aunque varios factores se combinaron para llevar a este grancambio, funcionarios del proyecto y campesinos concuerdan en que la creacin de losGrupos Ncleo contribuy fuertemente a ello.

    Despus de tres aos de funcionamiento de los Grupos Ncleo, una asambleade sus representantes propuso la conformacin de una instancia de coordinacin a unnivel inter-aldea como una manera ms eficiente de trabajar. Un estudio de asesoradise un sistema de Consejos Comunitarios que abarc a todos los comits y gruposorganizados, partiendo del trabajo anterior de base pero sustituyndolo en gran medida.Las iniciativas del personal de PROZACHI empezaron a ceder lugar a las propuestasespontneas de los campesinos, relativas al apoyo a la organizacin y a sus accionesconcretas.

    Los grupos de inters ms especficos, como los comits de agua potable o lasmicro-empresas asociativas, aumentaron en un 28% entre 1991 y 1998 (Vase Cuadro1). Se formaron ms de cien de los Consejos Comunitarios y unos ocho comits decoordinacin a nivel municipal. Lo que parece ms importante es que 56% de lasorganizaciones comunitarias fueron evaluadas como mediana o altamente autnomas ensu gestin (Cuadro 2). Y por ltimo, una asociacin regional de representantes de estasorganizaciones comunitarias rurales fue creada en el primer semestre de 1998, yempez a asumir un papel en el establecimiento de prioridades del desarrollo rural en laregin.

    Cuadro 1

    CRECIMIENTO DE LA ORGANIZACIN CAMPESINA EN ZACAPAY CHIQUIMULA, CINCO NIVELES TERRITORIALES

    1991-1998

    NIVEL TERRITORIAL 1991 1998Grupo local de ascendencia (aldea) 0 440Grupo de inters especfico 380 487Comunitario (inter-aldea) 0 129Municipal 0 8Regional 0 1

    Fuente: PROZACHI.

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    Cuadro 2

    CONSOLIDACIN ORGANIZACIONAL EN LAS COMUNIDADESPARTICIPANTES, 1998

    MICRO-REGIN N DEALDEAS

    NIVEL DE AUTONOMA( N DE ALDEAS)

    Incipiente Intermedio ConsolidadoJocotn 49 14 17 18Olopa 35 18 13 4La Unin 19 11 3 5Quezaltepeque 26 14 12 0TOTAL 129 57 45 27Porcentaje 100% 44% 35% 21%

    Fuente: PROZACHI.

    3. Races del capital social en Zacapa y Chiquimula

    Varios aspectos del proceso en Chiquimula ayudan a explicar, en retrospectiva, por qufue posible construir capital social en esta regin acvica en mucho menos de lasdcadas que plantea Putnam. Uno de estos aspectos fue la presencia de los gruposlocales de ascendencia, repositorios de reciprocidad y precursores de los GruposNcleo. Pero hubo por lo menos cinco factores adicionales que ayudan a explicar estosavances.

    Un segundo factor fue la identidad compartida. Usualmente se refiere alcampesinado del Oriente de Guatemala como ladino (no-indgena), pero hace apenasuna generacin predominaban en gran parte de las comunidades rurales las institucionessociales de la cultura maya Chort, y se habla el idioma hoy en varias aldeas. En elCenso de 1994, ms de 70 000 residentes del Departamento de Chiquimula seautoidentificaron como indgenas. La conciencia de estas races y el fortalecimiento delidioma y la cultura Chort fueron promovidos por el movimiento maya nacional, desdemediados de los noventas (Metz 1998). Otros elementos de identidad son el hecho deser todos campesinos, el hecho de ser de la misma zona y el hecho de pertencer a lamisma comunidad. Las identidades de los campesinos de ladera en Chiquimula son,entonces, hbridas y variables, pero todas se definen en oposicin a los centros urbanosdominantes, lo que otorga a estas identidades una fuerza de cohesin y confianza entrelos miembros de las comunidades rurales.

    El tercer factor fue la memoria histrica. En los sesenta, la Misin Belga de laIglesia Catlica cre varias cooperativas agrcolas y comits de promocin deinfraestructura social, en las mismas aldeas que fueron visitadas por PROZACHI tresdcadas ms tarde. Estas organizaciones, reprimidas hacia finales de los sesenta,fueron recordadas por los campesinos en el contexto de las discusiones sobre lasventajas y peligros de participacin en las nuevas organizaciones promovidas porPROZACHI.

    El cuarto factor fue justamente la reduccin de la represin. Durante losnoventas, el Ejrcito empez a retirarse gradualmente de la participacin directa en la

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    toma de decisiones polticas a nivel nacional; este proceso tuvo su avance msimportante en la firma de los Acuerdos de Paz a finales de 1996. En las aldeas deChiquimula, los Comisionados Militares y las Patrullas de Autodefensa Civil dejaron deexistir, y la base militar regional fue cerrado. En consecuencia, la situacin estructuralse volvi mucho ms propicia para las organizaciones campesinas.

    El quinto factor fue el inicio del empoderamiento de las mujeres campesinas. Lainscripcin por primera vez en el Registro Civil de cientos de mujeres con el apoyo dePROZACHI, la formacin de grupos productivos de mujeres que recibieron crdito yasesora (Lundius 1998), y su incorporacin a las discusiones comunitarias, liberaron ycapacitaron recursos humanos antes excluidos. Estos cambios fortalecieron el procesode diagnstico y la democratizacin del liderazgo, elementos esenciales del capitalsocial.

    El sexto factor fue el hecho de que los promotores vivan inmersos en las aldeasy se saba que su presencia en el entorno social local y regional iba a durar varios aos.En estas condiciones, participaban inevitablemente en los sistemas totales deprestaciones y de relaciones recprocas de las cuales nos habla Mauss. Se generaronrelaciones estables, fortalecidas por la expectativa de interacciones futuras y por lasrelaciones afectivas que surgieron de la historia de prcticas de ayuda mutua y por ladevolucin de estos favores en otros momentos entre Promotores del Desarrollo Rural ycampesinos (cf. Evans 1996). Por un lado, la demostracin de compromiso personal delpromotor con las personas de la comunidad estimul la participacin de los campesinosen las actividades de PROZACHI, el cual se vio prestigiado. Por otro, las ayudasdiversas prestadas por los promotores fortalecieron las relaciones de reciprocidad ysolidaridad entre los mismos vecinos del lugar.

    Estos seis factores contribuyeron a la creacin de capital social, pero larealizacin de su potencial fue resultado de las iniciativas del PROZACHI y, a partir demarzo de 1997, del Fondo de Inversin Social (FIS), en tres direcciones principales. Enprimer lugar, se disearon programas de capacitacin, con el propsito consciente decrear capital social mediante las capacidades individuales de destrezas sociales,diagnsticas, comunicativas y de planificacin. Ya en 1995, y a solicitud de loscampesinos, se realizaron ms de 400 eventos de capacitacin en organizacin en unao. Esta capacitacin organizacional exigi la adaptacin de mtodos y materialesexistentes a las condiciones locales, mediante la produccin de nuevas tcnicas y laedicin de una serie de panfletos para discusin en grupo.

    Un segundo aporte esencial de PROZACH y FIS fue la provisin deoportunidades para que los campesinos pudieran ejercer estas nuevas destrezas yasociaciones de capital social en el contexto real de los beneficios materiales inmediatosde ambos proyectos. Y en tercer lugar, PROZACHI y FIS sirvieron de colchn protectorpara las embrinicas instituciones campesinas de capital social comunitario, mientrasan predominaba el clientelismo autoritario en la regin. Tambin intervinieron cuandoestas instituciones se vieron amenazadas por actores sociales hostiles.

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    III. LECCIONES SOBRE LA CONSTRUCCIN DE CAPITAL SOCIAL

    La lectura hecha aqu de la experiencia de Chiquimula sugiere que hacen falta algunasrevisiones en el paradigma del capital social, en cuanto a los obstculos a suconstruccin. Estas modificaciones tericas tienen, a su vez, implicancias para polticas.

    En primer lugar, la confianza y la reciprocidad que se extienden ms all delhogar nuclear, y que se encuentra en los grupos locales de ascendencia, se asocian conlos lazos de parentesco cercano y con largos aos de interaccin con vecinos, y porende es probable que existan en todas las sociedades campesinas (cf. Wilson 1997).

    En segundo lugar, y en consonancia con la teora de juego ms moderna, larepeticin frecuente de ejercicios de confianza y cooperacin entre los campesinosprodujeron una creciente disposicin -al principio lenta e insegura, despus acelerada- acooperar entre s en la vida comunitaria (Axelrod 1997). La confianza se construyesobre el pasado, no sobre el futuro: sobre la experiencia de cumplimiento quecomprueba la confiabilidad de las personas, no sobre acuerdos y contratos de promesasa futuro. En situaciones de conflicto pasado que mina la confianza (como enChiquimula), estos ejercicios de cooperacin crearon una historia reciente deconfiabilidad como base de la colaboracin futura.

    En tercer lugar, la reciprocidad vertical result ser una parte necesaria de laconstruccin del capital social, tanto dentro de la comunidad como fuera de ella. Paracasi todos los tericos del capital social, las relaciones de reciprocidad vertical son locontrario del capital social, porque unen a personas de poderes desiguales, y son porende asimtricas. Sin embargo, la distincin entre la reciprocidad vertical y lahorizontal no es tan ntida en el mundo real.

    1. Bases del capital social en la reciprocidad vertical campesina

    En las comunidades campesinas de Chiquimula, algunos jefes de hogar, especialmentelos de mayor edad, lideran grupos (o cuasi-grupos [Mayer 1966] menos definidos) denumerosos hogares de los parientes y vecinos que les rodean, que sirven para acumulartanto bienestar material como prestigio. De esta manera, por un lado, tanto lareciprocidad vertical como el faccionalismo son intrnsecos a las redes interpersonalesde la comunidad campesina. Pero por otro lado, el liderazgo basado en estareciprocidad vertical puede ser la base de la cooperacin y la ampliacin de laorganizacin ms all de la aldea local. Estos lderes de cuasi-grupos son losempresarios del capital social, y gestionan los recursos humanos de sus parientes yvecinos, a los cuales tienen obligaciones y deben rendir cuentas.

    En Chiquimula, las destrezas sociales y prcticas de cooperacin que sedesarrollaron en los Grupos Ncleo fueron transferidos por los lderes al nivel regional,donde estos representantes negociaban con sus pares de otras organizaciones. Porende, las tcnicas para crear cooperacin tambin fueron tiles en el aumento de escalade la organizacin campesina. Estos nuevos lderes, formalizados en los Grupos Ncleo- cerca de 800, en el rea de PROZACHI- y los coordinadores regionales que fueronelegidos entre ellos tambin crearon una densa red de comunicaciones en un sistemasocial disperso en el cual la represin haba aumentado el aislamiento.

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    2. Clientelismo y reciprocidad vertical para el capital social

    El clientelismo vertical que ligaba las aldeas de ladera a la sociedad mayor nodesapareci cuando se retir la presencia militar directa. Continu operando en formaautoritaria, tanto a travs del caciquismo en la poltica partidaria como en las relacioneseconmicas dependientes con terratenientes e intermediarios en los centros urbanos.An las reformas de la descentralizacin administrativa de la toma de decisionesoficiales y la gestin de nuevos recursos fiscales, a pesar de su gran potencial comocomplemento del capital social local, servan para fortalecer a los caciques localesmediante su acceso privilegiado a estos recursos y espacios (cf Galeano y Yore 1994).En suma, la presencia continuada del clientelismo autoritario en la zona hizo necesarioalguna instancia de apoyo externo al embrinico capital social comunitario.

    Sin embargo, este tipo de apoyo externo es tambin una forma de clientelismo.En este contexto, resulta muy relevante la distincin que hace Jonathan Fox entre elclientelismo autoritario y el semi-clientelismo(Fox 1996). A distincin delclientelismo autoritario, los actores predominantes en relaciones de tipo semi-clientelistarechazan el uso de la fuerza, y promueven sus intereses a travs de la provisin deservicios a sus clientelas, o ganan su apoyo poltico en una causa compartida ynegociada.

    PROZACHI y FIS se acercan a la definicin de Fox de agencias externas semi-clientelistas. Su personal se identificaba con los beneficiarios y proveyeron relacionesms democrticas de reciprocidad vertical, que facilitaron el acceso de los campesinos arecursos pblicos en expansin y a aliados reformistas a nivel central (cf Tendler 1997).Ambas instituciones aportaron al proceso de democratizacin local y microrregional. Suactuacin fue clave para crear las condiciones necesarias para el surgimiento del capitalsocial comunitario campesino. Actuaron al mismo tiempo para potenciar latransformacin de la reciprocidad y la identidad locales en instituciones de capital socialcampesino, por un lado, y para aprovechar los cambios en el contexto nacional, al crearun paraguas protector de este capital social embrinico.

    Aunque parte de su trabajo fue la constitucin de una institucionalidad formalpara la participacin, mucho ms importante fue el impacto que lograron surtir en lainstitucionalidad informal (Figura 2), la cual, como seala Putnam (1993a), compenetralas organizaciones formales, frecuentemente cambiando su funcionamiento real encontra del desarrollo democrtico. Tal como resume la Figura 2, la introduccin delsemiclientelismo, en un contexto de nuevas oportunidades, debilit el clientelismoautoritario. El capital social comunitario surgi de la sinerga entre este semiclientelismoy los precursores de reciprocidad en los grupos locales de ascendencia campesinos; ensu momento tambin aport a debilitar el clientelismo autoritario en la zona, con elsurgimiento de un actor social campesino a nivel regional y la resultantedemocratizacin de las relaciones en la regin.

    3. Repertorios culturales y normas alternativas

    En trminos ms generales, la experiencia de Chiquimula sugiere algunas revisiones a lavisin de determinismo cultural y de equilibrios sociales negativos que forman parte delmarco terico del capital social de Putnam y otros. Para Putnam, las normas culturales

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    de desconfianza y de dependencia son rgidas tradiciones que resisten el cambioestructural de las instituciones formales. Pero los campesinos en Chiquimula mostrarontener un repertorio cultural muy amplio, con normas alternativas que incluan no slo ladesconfianza y la dependencia, sino tambin normas de autonoma y de responsabilidadde sus lderes hacia sus parentelas y sus comunidades.

    Tanto North como Putnam reconocen la existencia de mecanismos deretroalimentacin entre los subsistemas social y cultural, pero la argumentacin deambos con respecto al capital social es fundamentalmente determinista, puesto queatribuye prcticamente todas las conductas a factores culturales. A partir del dobleestudio de caso realizado en Italia, Putnam llega a una conclusin universal, segn lacual existe un "doble equilibrio social": el equilibrio de las sociedades con una grandotacin de capital social y el equilibrio de las que se caracterizan por la desconfianza,la traicin y el autoritarismo (Putnam, 1993a, p. 177). En esencia, este modelo,derivado implcitamente de la teora del equilibrio econmico, postula que la"dependencia de la trayectoria" supone un fortalecimiento constante de estos dosconjuntos de normas y prcticas contrapuestas, cuya direccin qued determinada en elpasado (Putnam, 1993a, p. 179).

    Sin embargo, todas las culturas, lejos de ser conjuntos coherentes e inmutablesde reglas y creencias, cambian constantemente y por ende incluyen una enorme gama orepertorio (Swidler 1986) de sentencias alternativas en desuso y fragmentos desentencias que son re-elaborados y re-combinados diariamente por personas y gruposde acuerdo a los desafos de adaptabilidad que los cambios en el entorno presentanconstantemente a las culturas. Estas alternativas normativas se mantenan sumergidasdurante la poca de clientelismo autoritario represivo, pero re-emergieron cuandocambi el clima socio-poltico. Cuando algunos lderes continuaban suscomportamientos huella-dependientes de pasividad y subyugacin, sin tomariniciativas independientes o sacando beneficios personales de su papel de nexo con elmundo exterior, la comunidad (especialmente los jvenes) les recordaba estos otrosprincipios tradicionales, cambiando el comportamiento de los lderes o, en algunoscasos, cambiando a los lderes mismos. La presencia de estos repertorios culturalesalternativos tambin explica por qu cambios en la estructura social (en este caso, ladesarticulacin del sistema de los Comisionados Militares y la emergencia de litesnacionales reformistas) pudieron llevar a cambios rpidos en las normas relativas a lacooperacin y el capital social.

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    Figura 3

    CAMBIOS EN LA INSTITUCIONALIDAD INFORMAL EN PROYECTOSCON PARTICIPACIN CAMPESINA

    Nuevo :

    SEMICLIENTELISMO

    CAPITAL SOCIALCAMPESINO

    Viejo :

    AUTORITA-RISMO

    PRECURSORES: RECIPROCIDAD, IDENTIDAD,COOPERACIN PARIENTES Y VECINOS

    NIVEL TERRITORIAL

    NACIONAL

    REGIONAL

    COMUNITARIO

    GRUPO LOCALDE

    ASCENDENCIA

    4. Co-evolucin de estrategias

    El segundo aspecto dbil del argumento de Putnam en contra de la construccin rpidadel capital social es la idea de que los sistemas sociales acvicos tienden siemprehacia un equilibrio negativo de un alto grado de desconfianza y egosmo. Sin embargo,el sistema socio-poltico regional de Chiquimula dej rpidamente de ser puramenteautoritario y empez a transformarse en un sistema semi-clientelista, en lo que la teorade la complejidad llama una fase de transicin en un sistema basado en agentes (Cowany otros 1994). En esta visin, los sistemas sociales nunca tienden naturalmente hacia elequilibrio, sino que las estrategias de mltiples actores sociales co-evolucionanconstantemente, a veces lenta, otras veces rpidamente, y las relaciones e institucionessociales emergen de esta co-evolucin (Arrow 1994).

    La fase de transicin sistmica en Chiquimula signific el fin de un cambio lento,del perodo largo de clientelismo autoritario y represivo, cuando las condiciones nuevasdesataron cambios muy rpidos en las estrategias y relaciones de los actores antiguos ynuevos, que terminaron con la huella-dependencia anterior y aceleraron laconsolidacin del capital social campesino y de su presencia como actor social regional.

    La co-evolucin acelerada de las estrategias de los actores sociales empez enlos primeros meses de l997, cuando PROZACHI y FIS estimularon la formacin deAsociaciones para la coordinacin de las organizaciones comunitarias rurales, en losescenarios municipales. Alcaldes autoritarios y sus partidos co-optaron estos comitsmediante la participacin de funcionarios locales y nacionales en las mesas directivas.Los campesinos reaccionaron en algunos municipios, proponiendo que los funcionarios

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    se limitaran a roles de asesora. Los alcaldes pararon esta estrategia, quejndose alGobernador Departamental. La reaccin de los campesinos fue boicotear las reunionesde sus propios comits de coordinacin municipal. Funcionarios regionales del FISreaccionaron con una propuesta al Gobierno nacional de aceptar el planteamiento de loscampesinos. Con esta legitimacin oficial, los campesinos formaron nuevos comitsmunicipales en que los funcionarios pblicos fueron limitados al papel de asesores. Lasestrategias de los alcaldes divergieron: algunos siguieron resistiendo la dilucin de sucontrol local, mientras que otros se aliaron con estos nuevos actores sociales,proveyendo espacio y transporte para la realizacin de sus reuniones de coordinacin.El FIS empez a canalizar su apoyo financiero y tcnico a la construccin deinfraestructura social a travs de estos comits ms autnomos y de los consejoscomunitarios.

    El concepto de equilibrio de los sistemas econmicos y sociales ha sidocuestionado por las versiones ms recientes de la teora de los sistemas adaptativos ycomplejos basados en agentes, aplicable a una amplia gama de reas, desde losecosistemas a los mercados burstiles. Esta lnea terica de reciente desarrollo planteados cuestionamientos al concepto de equilibrio dual de Putnam y North, provenientes dela teora de la complejidad. En primer lugar, como afirma Durlauf (1997), ladependencia de la trayectoria slo se mantiene hasta que el sistema reciba un nuevoimpacto. En un comienzo, ste puede ser limitado, pero si modifica la estructura deoportunidades de distintos actores, los cambios resultantes de su conducta puedenterminar borrando las antiguas trayectorias y creando otras nuevas. En segundotrmino, Kenneth Arrow (1994) afirma que la teora de la complejidad ha demostradoque las instituciones econmicas y sociales no son un producto de la planificacin ni dela tendencia al equilibrio, sino que se derivan de la evolucin simultnea de lasestrategias de numerosos agentes que interactan tanto en trminos de colaboracincomo de competencia. Por lo tanto, un sistema puede mantenerse estable por untiempo, hasta que una masa crtica de agentes perciba un cambio, opte por nuevasestrategias y descubra cmo aplicarlas para que se adecuen a las de los dems. Estecambio de estrategias puede dar origen a una etapa de transicin gradual dentro delsistema, en la que un cambio institucional muy rpido abre nuevos caminos,contrariamente a lo que ocurre en el caso de los cambios lentos, unidireccionales yreforzadores que se dan mientras subsiste la dependencia de una trayectoria.

    En Chiquimula, el desarrollo del capital social respondi a la vez a mensajesculturales y cambios estructurales. Por una parte, la campaa de los funcionarios delPROZACHI en favor de la colaboracin evocaba antiguos pero conocidos principios debuena vecindad y los imperativos de una difusa reciprocidad, mientras que los llamadosa la paz y la democracia planteaban ideas nuevas que entraron en conflicto con lasrelaciones establecidas de las estructuras de clientelismo autoritario. A consecuenciade esto, los dirigentes comenzaron a tomar iniciativas en lugar de esperar que les dieranrdenes y los ms jvenes empezaron a rechazar a los intermediarios localesautoritarios y corruptos, recordndoles y recordando a la comunidad la antigua normasegn la cual deban ante todo ser leales a los suyos.

    Cualquier cambio en el equilibrio de poder entre las lites polticas nacionalespuede abrir posibilidades que pongan fin a la dependencia de la trayectoria enestructuras clientelistas y autoritarias. Esto significa que el surgimiento de nuevasformas de semiclientelismo no obedece exclusivamente a la accin de reformadoresprogresistas, dado que incluso los relativamente conservadores pueden tener motivospara aliarse con grupos locales de base. Ambos grupos contribuyeron a la rpidatransicin que se produjo en Chiquimula a mediados de los aos noventa.

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    La transicin de un sistema autoritario a un sistema semiclientelista en la reginconsisti en la aceleracin de las reacciones y la adaptacin de estrategias de losactores sociales, despus de una etapa inicial de cambio lento, y dio origen a nuevasnormas, conductas y relaciones que aceleraron la consolidacin del capital socialcampesino y, fundamentalmente, crearon un nuevo contexto institucional regional.

    El proceso de fortalecimiento del capital social campesino a nivel regionalconsiti en una cadena de accin y reaccin de al menos tres de los principales actoressociales: las lites urbanas provinciales, los organismos externos de lucha contra lapobreza y las comunidades de las zonas montaosas. La historia de la construccin delcapital social campesino en Chiquimula tambin es la historia de la creacin de unnuevo actor social y de la transicin de las normas, conductas y relaciones tpicas delclientelismo autoritario regional al semiclientelismo.

    Ese cambio slo pudo darse gracias a que las comunidades de las zonasmontaosas ya haban desarrollado (o reconstruido) su capital social rudimentario alcomienzo de este proceso, por lo que podan intervenir y adaptarse como actoressociales, reaccionando tanto a las estrategias de su adversarios como de sus aliados.Aunque el semiclientelismo no es el medio ideal para el capital social campesino, tolersu existencia y permiti su creciente fortalecimiento y acumulacin.

    La evolucin simultnea de las estrategias de los actores sociales en Chiquimulaen el perodo de siete aos considerado puede dividirse, entonces, en cuatro etapasamplias:

    1. CAMBIO LENTO - CLIENTELISMO AUTORITARIO (1991-1993): en esta primeraetapa, los partidos polticos clientelistas y las lites econmicas locales dominan a lapoblacin en virtud de sistemas clientelistas autoritarios y con apoyo del ejrcito; losorganismos de lucha contra la pobreza se limitan a la prestacin tecnocrtica deservicios a beneficiarios pasivos en los pueblos, en el marco de una relativa estabilidaddel sistema regional.

    2. ETAPA DE TRANSICIN INCIPIENTE (1993-1996): esta etapa se inicia con ladecisin del PROZACHI de adoptar una nueva estrategia; sta fomenta el desarrollo delas organizaciones campesinas embrionarias, en torno a grupos reducidos dedicados a laproduccin y la comercializacin, e invita a la poblacin a participar en la planificacinde proyectos por intermedio de los "Grupos Ncleo", dentro del mbito protegido de lasactividades de un proyecto y ofreciendo beneficios materiales a corto plazo.

    Los partidos polticos clientelistas expresan la alarma que esto les provoca atravs de los caciques polticos locales, pero mientras parte del personal de losproyectos va siendo sustituido, el PROZACHI puede seguir ejecutando sus nuevasactividades gracias a alianzas con los grupos nacionales reformistas. Los campesinosde las zonas montaosas comienzan poco a poco a colaborar entre ellos y a cultivar unaalianza con el PROZACHI que, a su vez, y en respuesta a solicitudes de stos,intensifica su labor de capacitacin en materia de organizacin.

    3. EVOLUCIN SIMULTNEA Y ACELERADA DE LAS ESTRATEGIAS DE LOSACTORES (1997):

    Comienzos de 1997: el PROZACHI y el FIS fomentan la creacin de consejosrurales, con representacin de varios pueblos, y de comits municipales coordinadoresde dichos consejos.

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    Febrero y marzo de 1997: el FIS ofrece capacitacin y da apoyo a lasorganizaciones campesinas para la presentacin de propuestas de proyectos para elfinanciamiento de obras de infraestructura social y productiva.

    Abril a junio de 1997: las organizaciones rurales se renen con el fin deorganizar comits municipales coordinadores. Los partidos polticos de orientacinclientelista logran dominar la mayora de los comits, mediante la participacin defuncionarios de los gobiernos locales y del gobierno nacional en sus directorios. Loshabitantes de la zona proponen, entonces, que la participacin de los funcionarios selimite a prestar asesora. Los partidos polticos protestan ante el gobernador regional(departamental), por intermedio de los alcaldes, arguyendo que eso sera ilegal. Loshabitantes de la zona responden con un boicot de las reuniones de los comitsmunicipales. Ante esto, los funcionarios locales del FIS proponen al gobierno nacionalque se acepte la propuesta de la poblacin del lugar. El FIS organiza un seminarioregional, con el objeto de explicar las ventajas de esta alternativa en el marco histricoposterior a la firma del acuerdo de paz, en el que participan funcionarios de lagobernacin y las municipalidades.

    4. SURGIMIENTO DEL SEMICLIENTELISMO (1997-1998).Mediados de 1997: los consejos rurales crean nuevos comits municipales

    coordinadores, lo que relega a los funcionarios pblicos a una funcin de asesora. Losalcaldes difieren en cuanto a la estrategia empleada; mientras algunos se oponenterminantemente a la innovacin, otros se alan con los nuevos actores sociales, a losque ofrecen instalaciones y transporte para celebrar reuniones. El FIS aportafinanciamiento directo a estos consejos autnomos.

    Fines de 1997, comienzos de 1998: un partido poltico pide apoyo a laorganizacin campesina en la campaa electoral para el cargo de alcalde. Laorganizacin se niega a drselo, por no haber participado en el proceso de seleccin delcandidato.

    Mediados de 1998: ocho comits municipales coordinadores se unen para crearuna organizacin regional. El PROZACHI subcontrata a la organizacin campesina paramantenimiento de caminos y la prestacin de otros servicios. Las organizacionescampesinas locales dan muestran de ms iniciativa, concretamente presentanpropuestas de proyectos de infraestructura y participan en los programas deadministracin conjunta de escuelas. Un dirigente campesino es elegido miembro de unconsejo municipal. La organizacin campesina regional pide prestada al PROZACHI sumaquinaria pesada para mantencin de caminos. PROZACHI inicia una nueva etapa(PROZACHI 2), en la que organizaciones campesinas locales, municipales y regionalesparticipan en un proceso de administracin conjunta destinado a dar sustentabilidadinstitucional a las organizaciones y empresas creadas en el perodo 1991-1998.

    Por lo tanto, la acelerada transformacin de las estrategias de los actores en laetapa de transicin y la modificacin sistmica que ste produce son una de las posiblescausas de la relativa rapidez con que se desarroll el capital social en Chiquimula. Otrofactor imperante es la existencia de metodologas de desarrollo de capital socialcomunitario, que permitieron alcanzar los objetivos propuestos intencionalmente. A suvez, esto permiti al personal del PROZACHI y el FIS dar formacin a los actoressociales nefitos de las zonas montaosas, a tiempo para que pudieran aprovechar lasoportunidades y desafos planteados a mediados de los aos noventa en Chiquimula;esta metodologa estndar dio resultados ms rpidos que los cambios espontneos o la

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    confianza en los efectos secundarios de otros tipos de medidas pblicas (Putnam1993b).

    CONCLUSIONES

    1. Es posible crear capital social?

    Demuestra lo ocurrido con el PROZACHI y el FIS que es posible desarrollar capitalsocial en situaciones en las que predominan normas y prcticas "acvicas"? Larespuesta a esta pregunta depende en parte de si los logros descritos anteriormenteconstituyen o no capital social, de acuerdo con la estricta definicin presentada alcomienzo de este 4artculo, es decir si se trata o no de instituciones basadas en laconfianza y la cooperacin, que representan "bienes pblicos" econmicos o quecontribuyen al "bien pblico" cvico. En el primer caso se trata de un asunto decarcter econmico, que merecera un estudio ms a fondo4 . En el segundo caso larespuesta es positiva.

    En primer lugar, el desarrollo intencional de capital social campesino se tradujoen el logro (relativo) de un objetivo limitado: la adquisin de poder de los campesinos delas zonas montaosas, como parte del intento por mitigar la pobreza en formasostenida. En segundo trmino, esta adquisicin de poder condujo al surgimiento de unnuevo actor social regional, dada la incorporacin a las actividades cvicas de un nuevosector social hasta entonces excluido del proceso de adopcin de decisiones pblicas, loque por s solo constituye un refuerzo de la democracia local y regional en Guatemala.En tercer lugar, la consolidacin de las organizaciones campesinas territoriales setradujo en una rpida transicin de una estructura represiva y autoritaria a un sistemasemiclientelista en estado de flujo, lo que representa un paso adelante en elestablecimiento de una slida sociedad civil regional y abre la posibilidad de nuevosavances en la misma direccin.

    El principal propsito de este estudio ha sido demostrar, en un caso concreto,las razones y el grado de invalidez del principio terico segn el cual el desarrollo decapital social a partir de cero siempre es un proceso lento y una tarea prcticamenteimposible. El anlisis de este proceso tambin apunta a la necesidad de reexaminar lateora del capital social y ofrece algunas conclusiones sobre polticas y medidasconcretas destinadas a dar poder a los actores comunitarios rurales. Las resultanteshiptesis de trabajo y sugerencias de prcticas para fomentar el capital socialcomunitario se resumen en los Cuadros 3 y 4, a continuacin.

    4 Sin embargo, los datos preliminares indican que, en el caso de la mayora de las familias

    campesinas, mejor tanto la disposicin de insumos, como el acceso a los mercados y laproductividad, En el marco del PROZACHI se crearon alrededor de 200 nuevas microempresasasociativas, supuestamente con economas basadas en la transaccin. Por ltimo, se redujeronlas imperfecciones de los mercados para ventas al por mayor de los pequeos cafetaleros y parajornaleros rurales.

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    Cuadro 3

    HIPTESIS SOBRE LA CONSTRUCCIN DE CAPITAL SOCIAL

    1. En todos los grupos locales pequeos, en todas partes, se dan normas y prcticas dereciprocidad. La cooperacin y la rendicin de cuentas de quienes desempean funcionesdirectivas forman parte de la mayora de las culturas, como consecuencia de una seleccin avarios niveles; la iteracin de prcticas adecuadas suele traducirse en cooperacin.

    2. Las culturas presentan repertorios cambiantes con contenidos contradictorios. El cambiosistmico puede provenir de la cultura o de la estructura social. La eliminacin o reduccin dela represin posibilita el resurgimiento del capital social. Los sistemas complejos no tienden alequilibrio, sino que cambian constantemente a travs de una "co-evolucin" de las estrategiasde diversos actores. La huella-dependencia slo se mantiene hasta que se inicia una nuevaetapa de transicin provocada por un impacto externo.

    3. Las modificaciones de las lites nacionales ofrece posibilidades de surgimiento de capitalsocial local. Las alianzas con sectores reformistas del gobierno abren posibilidades dedesarrollo de capital social.

    4. La confianza, la cooperacin, la identidad compartida y la reciprocidad creadas en lacomunidad pueden reproducirse entre los dirigentes, a fin de "trasladar" el capital social depequeas comunidades al plano regional.

    5. Actualmente existen metodologas y tcnicas de desarrollo de capital social que permitencrearlo a voluntad, en lugar de esperar a que surja como un subproducto de otros actividadeso como un fenmeno espontneo.

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    Cuadro 4

    MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DE CAPITAL SOCIAL COMUNITARIO RURAL

    1. Realizar un bsqueda de normas y prcticas de sobre confianza, reciprocidad y cooperacin engrupos locales de descendencia en culturas campesinas aparentemente dominadas por elindividualismo y el "familismo".

    2. Analizar y aprovechar condiciones favorables para el resurgimiento del capital social, creadaspor el debilitamiento del clientelismo autoritario.

    3. Realizar una "excavacin arqueolgica" del capital social, a fin de identificar episodios anterioresde desarrollo que puedan haber sido reprimidos o desalentados, pero que se han conservado en latradicin oral colectiva.

    4. Iniciar un proceso de desarrollo de aptitudes sociales en grupos de descendencia integrados porun mximo de 10 a 15 hogares unidos por relaciones de parentesco, residencia y reciprocidad.Asegurar que la mayora de estos grupos, no slo las facciones dominantes, estn representados enejercicios de desarrollo de capital social en los que participe toda la comunidad.

    5. Ofrecer reiteradas oportunidades de creacin de lazos de familiaridad y cooperacin a nivelcomunitario.

    6. "Proteger" a las asociaciones campesinas incipientes del clientelismo autoritario regional, tantopoltico como econmico. Perfeccionar en esta etapa protegida las aptitudes sociales de lderes;procesar los conflictos que surgen del faccionalismo en las organizaciones.

    7. Estar pendiente de las perturbaciones que puedan sufrir los sistemas de clientelismo autoritario,que debilitan la dependencia negativa de la trayectoria y ofrecen posibilidades de resurgimiento delcapital social campesino.

    8. Desarrollar una rpida capacidad de respuesta en los proyectos y programas, para contrarrestarlas acciones de los actores clientelistas en procesos de transicin. Fomentar el desarrollo de lacapacidad de negociacin estratgica de los dirigentes campesinos.

    9. Otorgar prioridad al fomento del sentido de misin entre los funcionarios de un proyecto,orientado al desarrollo de capital social autnomo.

    10. Fomentar la reflexin sobre las redes interpersonales existentes entre el gobierno y la sociedadcivil. Facilitar el acceso de las comunidades marginadas a redes que ofrecen la informacin y losservicios a los que tienen acceso los estratos ms integrados. Fomentar el establecimiento deredes entre la sociedad y el gobierno, que otorguen ms poder a las comunidades campesinas.

    11. Tomar medidas para asegurar que el capital social cvico de las comunidades pobres ofrezcabeneficios materiales a corto plazo y, a la vez, contribuya a la habilitacin en el terreno poltico.

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    2. Reflexiones finales

    A fin de cuentas, el estereotipo de la cultura campesina de Chiquimula tiene algo decierto. Es, efectivamente, una cultura relativamente individualista y de dependencia ydominacin, pero al mismo tiempo, paradojalmente, una cultura con un amplio ydinmico repertorio de normas diversas, incluidas las que pueden servir de soportesimblico a prcticas solidarias y recprocas. Chiquimula pareca carecer de lasinstituciones del capital social, pero solamente mientras no se rescataban las prcticasinstitucionales del pasado y surgan nuevos contextos y oportunidades para desarrollarnuevas estrategias grupales.

    La huella-dependencia cultural result ser un obstculo menor a laconstruccin de capital social campesino, en comparacin con el obstculo estructuraldel clientelismo autoritario, el cual cedi rpidamente al cambio estructural en elcontexto desatado por la presencia de nuevos actores sociales en Chiquimula y por losacuerdos de paz.

    La ausencia aparente de capital social en las aldeas de ladera escondaprecursores importantes de cooperacin, que fueron aprovechados mediante lareduccin inicial de la escala de accin del PROZACHI al nivel de los grupos locales deascendencia y su posterior aumento de escala a los niveles comunitario, municipal yregional. Una arqueologa del capital social detect la memoria histrica de los xitosde una generacin anterior.

    Los emergentes actores sociales campesinos, apoyados por aliadosinstitucionales externos, aprovecharon las ventanas de oportunidad creados por loscambios en las lites nacionales, participaron en una rpida co-evolucin de lasestrategias de diversos actores sociales regionales y ayudaron a colocar las bases deuna nueva estructura regional semi-clientelista ms propicia al desarrollo de unasociedad civil democrtica y participativa.

    La aplicacin de los mtodos existentes de capacitacin en organizacin (verBibliografa) y el papel de colchn de los proyectos de desarrollo hicieron posible laconstruccin intencional del capital social, en contraste con el postulado de Putnam deque ste es siempre el resultado indirecto de acciones pblicas con otros fines. Estacombinacin de factores llevaron a la construccin de capital social comunitariocampesino en Chiquimula. Independientemente de la cuestin a futuro de si ese capitalsocial comunitario llevar a conseguir los beneficios (economas de transaccin, bienespblicos y constitucin de una sociedad civil fuerte) que se espera de ello, fue posiblecrearlo en unos pocos aos.

    El anlisis realizado aqu sugiere que, entre los seis factores identificados comobases de la construccin de capital social en Chiquimula, tres fueron claves: laexistencia de formas de reciprocidad en la cultura campesina; el surgimiento de unaventana de oportunidad de cambios favorables a la constitucin de un actor socialcampesino; y la apropiacin de capacidades de autogestin comunitaria.

    Todo parece indicar que no existen comunidades rurales intrnsecamenteacvicas, que carezcan del potencial de construccin de capital social, aunque estepotencial est sumergido en la memoria histrica y en partes del repertorio culturalactualmente en desuso. Lo que debe aadirse, sin embargo, es que las formasparticulares de reciprocidad en una comunidad dada pueden diferir de aqullas que semanifestaron en Chiquimula, basadas en el parentesco en grupos locales de ascendenciarelativamente estables. Pero en estos casos tambin, otras manifestaciones dereciprocidad, asociadas a formas propias de vecindad, pueden ser convertidas en los

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    ladrillos culturales y sociales con los cuales se construyen las instituciones del capitalsocial comunitario.

    Por otra parte, aunque los cambios en el contexto poltico en Chiquimula fueronparticularmente rpidos y dramticos, tambin es cierto que cambios aparentementemenores en otros pases han desatado dinmicas de fortalecimiento de actores socialesembrinicos cuyas evoluciones resultaron ms importantes que lo predecible. Cualquiercambio en la conformacin de las lites y en el ethos polticos pueden constituir unaventana de oportunidad para el capital social.

    Finalmente, en algunos casos el desarrollo de capacidades de autogestin y departicipacin poltica se realiza por las comunidades mismas, sin mayor apoyo externo.Pero la doble funcin de los agentes externos, de provisin de las metodologas yadisponibles en este campo y de paraguas durante la fase de constitucin de un actorsocial nuevo en el escenario regional, es esencial para que el capital social campesino sedesarrolle con rapidez y seguridad.

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    16 Amalia Anaya y otros, Las reformas sociales en accin: educacin (LC/L.1000),diciembre de 1996.

    17 Luis Maira y Sergio Molina, Las reformas sociales en accin: Experiencias mi-nisteriales (LC/L.1025), mayo de 1997.

    18 Gustavo Demarco y otros, Las reformas sociales en accin: Seguridad social(LC/L.1054), agosto de 1997.

    19 Francisco Len y otros, Las reformas sociales en accin: Empleo (LC/L.1056),agosto de 1997.

    20 Alberto Etchegaray y otros, Las reformas sociales en accin: Vivienda(LC/L.1057), septiembre de 1997.

    21 Irma Arriagada, Polticas sociales, familia y trabajo en la Amrica Latina de finde siglo (LC/L.1058), septiembre de 1997.

    22 Arturo Len, Las encuestas de hogares como fuentes de informacin para elanlisis de la educacin y sus vnculos con el bienestar y la equidad(LC/L.1111), mayo de 1998.

    23 Rolando Franco y otros, Social Policies and Socioeconomic Indicators forTransitional Economies (LC/L.1112), mayo de 1998.

    24 Roberto Martnez Nogueira, Los proyectos sociales: de la certeza omnipotente alcomportamiento estratgico (LC/L.1113), mayo de 1998.

    25 Gestin de Programas Sociales en Amrica Latina. Marco conceptual, Vol.I(LC/L.1114), mayo de 1998.

    25 Gestin de Programas Sociales en Amrica Latina. Metodolgica para suanlisis, Vol.II (LC/L.1114/Add.1), mayo de 1998.

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    26 Rolando Franco y otros, Las reformas sociales en accin: La perspectiva macro(LC/L.1118), junio de 1998.

    27 Ana Sojo, Hacia unas nuevas reglas del juego: Los compromisos de gestin ensalud de Costa Rica desde una perspectiva comparativa (LC?L.1135), julio de1998.

    28 John Durston, Juventud y desarrollo rural: Marco conceptual y contextual(LC/L.1146), octubre de 1998.

    29 Carlos Reyna y Eduardo Toche, La inseguridad en el Per, (LC/L.1176), (enprensa).

    30 John Durston, Construyendo capital social comunitario. Una experiencia deempoderamiento rural en Guatemala (LC/L.1177), marzo de 1999.