Consuelo Gonzalez Cruz Else Run Osc on Otros

16
 223  Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010. R ESUMEN: El presente trabajo señala algunas de las críticas que se han realizado a la cuestión de lo social en Heidegger. Se muestra que el método por sí mismo excluye la posibilidad de hacer propuestas concretas en lo referente a lo ético o lo social, que no debe traducirse como un desentendimiento de lo humano. Por otro lado, se realiza un recorrido de algunos de los lugares centrales de la ontología fundamental en la que Heidegger aborda el tema de la alteridad. PALABRAS CLAVE: Heidegger, cuestión social, alteri- dad, ética, comunidad. ABSTRACT: This work outlines some of the criticism regarding Heidegger’s social theory. It will be demonstrated that Heidegger’s method itself eliminates the possibility of specic suggestions regarding ethical and social issues, which must not  be interpre ted as a disregard of human issues. On the other hand, we will revisit some key places in his Fundamental Ontology, where the philosopher addresses the theme of alterity. K EYWORDS: Heidegger, social theory, alterity, ethics, community. EL SER-UNOS-CON-OTROS EN LA ONTOLOGÍA FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER Consuelo González Cruz* R ECEPCIÓN: 11 de junio de 2009. ACEPTACIÓN: 15 de octubre de 2009. * Departamento Académico de Estudios Gene rales, ITAM. ©ITAM Derechos Reservados. La reproducción total o parcial de este artículo se podrá hacer si el ITAM otorga la autorización previamente por escrito.

description

filosofia, antropologia, unos con otros,

Transcript of Consuelo Gonzalez Cruz Else Run Osc on Otros

  • 223

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    RESUMEN: El presente trabajo seala algunas de las crticas que se han realizado a la cuestin de lo social en Heidegger. Se muestra que el mtodo por s mismo excluye la posibilidad de hacer propuestas concretas en lo referente a lo tico o lo social, que no debe traducirse como un desentendimiento de lo humano. Por otro lado, se realiza un recorrido de algunos de los lugares centrales de la ontologa fundamental en la que Heidegger aborda el tema de la alteridad.

    PALABRAS CLAVE: Heidegger, cuestin social, alteri-dad, tica, comunidad.

    ABSTRACT: This work outlines some of the criticism regarding Heideggers social theory. It will be demonstrated that Heideggers method itself eliminates the possibility of specic suggestions regarding ethical and social issues, which must not be interpreted as a disregard of human issues. On the other hand, we will revisit some key places in his Fundamental Ontology, where the philosopher addresses the theme of alterity.

    KEYWORDS: Heidegger, social theory, alterity, ethics, community.

    EL SER-UNOS-CON-OTROS EN LA ONTOLOGA FUNDAMENTAL

    DE HEIDEGGER

    Consuelo Gonzlez Cruz*

    RECEPCIN: 11 de junio de 2009.ACEPTACIN: 15 de octubre de 2009.

    * Departamento Acadmico de Estudios Generales, ITAM.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 224

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    EL SER-UNOS-CON-OTROS EN LA ONTOLOGA FUNDAMENTAL

    DE HEIDEGGER

    El ser-unos-con-otros es un exis-tenciario del Dasein que expresa su carcter social; es un modo de nombrar el rasgo estructural que constituye al Dasein y que seala a los otros, al prjimo en el sentido del prximo ms o menos conocido. La investi-gacin del lugar que ocupa tal exis-tenciario, y en general el carcter de lo social, debe tener en cuenta el contex-to y el modo en el que Heidegger lo expone. En primer lugar, es preciso recordar que todo anlisis elaborado en los aos de Ser y tiempo1 estar subor-

    dinado al objetivo fundamental de su tratado: La elaboracin concreta de la pregunta por el sentido del ser.2

    As, cuando Heidegger arma en Ser y tiempo que la pregunta por el ser debe sacarse del olvido y reformu-

    1 Cuando decimos los aos de Ser y tiempo queremos referirnos a la poca alrededor de esa obra, no slo a la obra misma. Es conocido que Heidegger trabajaba de manera distinta, a veces ms detallada-mente o a veces sucintamente, temas reiterados. As, incluiramos en estos aos obras como: Ontologa. Hermenutica de la facticidad (1923), Ser y tiempo

    _______(1927), Los problemas fundamentales de la fenome-nologa (1927), Introduccin a la losofa (1928/1929), entre otras de esos aos. Se trata de un perodo en el que Heidegger desentraa la analtica existenciaria con vistas a la elaboracin de la pregunta por el ser (para un anlisis ms detallado, cfr. ngel Xolocotzi, Fenomenologa de la vida fctica. Heidegger y su camino a Ser y tiempo, 2004, Mxico, UIA/Plaza y Valds, pp. 16-36). En cuanto a las opiniones que dividen tajantemente el pensamiento heideggeriano en uno primero y otro segundo, sin que haya mucha relacin entre ambos, nuestra postura es que, a riesgo de malinterpretarlo, no se puede abordar el pensamiento ltimo sin haber pasado antes por la analtica existenciaria.

    2 Heidegger, Ser y tiempo, 2002, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, trad. Jorge Eduardo Rivera, p. 23.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 225

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    larse nuevamente, apunta que dicha tarea no ser posible sin una compren-sin fenomenolgica originaria del nico ente que puede llevar a cabo tal pregunta: el Dasein. Esto ha dado pie a mltiples crticas que reclaman el olvido del otro, esto es, de la alteri-dad, pues les parece que Heidegger se mantiene en una losofa de pers-pectiva egolgica. Algunas de las conse-cuencias que tendra esta marginacin del otro son las siguientes: dnde queda la posibilidad de dilogo?; qu postura tica se puede esperar de una losofa as?; no hay un descrdito de lo social en Heidegger cuando se reere a ello como el se (das Man) en tanto fuerza dominante, a veces equi-valente a la masa?; en dnde tienen cabida aspectos como la corporali-dad y la sexualidad?; no es esto un desprecio a cuestiones que ataen al ser humano? Debemos reiterar que los anlisis que Heidegger lleva a cabo tienen la intencin de preparar el cami-no para la pregunta por el ser mediante una dilucidacin del ser del Dasein. Por otro lado, no cabe duda de que muchas de las crticas carecen de un fundamento slido que se debe como bien apunta Alejandro Vigo3 por un lado, a un desconocimiento del mtodo heideggeriano, y por otro, a una descon-

    textualizacin de las armaciones del lsofo. Respecto a esto ltimo, es preciso decir que, si bien es cierto que cuando se aborda alguna propues-ta losca hay que tratar de hacer-lo teniendo en cuenta la totalidad de la misma, en Heidegger esto se convier-te en una tarea inexcusable, porque su manera de exposicin se aboca muchas veces a profundizar ciertos trmi-nos que no remiten expresamente a otros con los cuales, sin embargo, se relacionan ntimamente. Cabe aclarar que aqu no responderemos cada una de las crticas que se hacen en torno al planteamiento de Heidegger respec-to a la tica o lo social. Bastar con que alcancemos a esclarecer el punto de partida del ser social del Dasein. Enseguida, se har referencia al primero de estos puntos; el segundo de ellos se tendr en cuenta al elabo-rar la exposicin del ser-unos-con-otros.

    El mtodo fenomenolgico hermenutico

    La primera determinacin del Dasein es que se trata de un ente distinto a otros entes como lo son una piedra, un rbol o una bestia, pues dicho ente, a diferencia de los ya mencionados, no se distingue porque contenga una potencia superior, a manera de adita-mento extra respecto a una escala

    3 Alejandro Vigo, Identidad, decisin y verdad. Heidegger, en torno a la constitucin del nosotros, Arqueologa y Aletheiologa y otros estudios heideggerianos, 2008, Buenos Aires, Biblos, p. 261.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 226

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    jerrquica en la que bien se podran colocar la piedra, el rbol o la bestia. La diferencia radical se debe a algo que no se queda en l, esto es, a algo que no est contenido en l. El Dasein es un ente que est abierto al ser: es aperturidad (Erschlossenheit). Para evitar que sus anlisis sean interpretados como una antropo-loga losca,4 Heidegger resalta la dependencia que tiene el anlisis del Dasein de la pregunta que interroga por el sentido del ser. De ah que su denicin sea el ah del ser, el ah-ser, en n, el nico lugar en donde se devela el ser. Por eso, el trmino Dasein no debe ser sustituido por el de persona, conciencia, sujeto, pues, segn Heidegger, tales deni-ciones han tomado al ser humano como un ente similar a los otros entes. La diferencia fundamental que Heidegger tiene con otras nociones de ser huma-no es que la mayora de las nocio-nes otorgan un contenido esencial al mismo. Ya sea que lo califiquen de racional o irracional, con sus mltiples variantes, de acuerdo con Heidegger, dichas concepciones se mantienen en una nocin de ser entendido como presencia, y privilegiando por tanto un modo del tiempo que olvida la movi-lidad de la vida en el ser mismo del Dasein, movilidad de la vida que en ltima instancia apunta a la tempora-lidad misma.

    La necesidad de hacer expresa esta movilidad de la vida fctica mantuvo a Heidegger en sus primeras bsque-das. En este sentido, la herencia de su maestro Husserl lo determin en cuanto a la necesidad fenomenolgica de ir a las cosas mismas, esto es, evitar en lo posible alguna determi-nacin previa al ente que se aborda. Ciertamente, esta intencin crea, en primera instancia, una desconanza fundada en la imposibilidad de expo-ner sin prejuicios una idea de hombre. Mas esta intencin es, sin duda, una empresa que se encarga de defen-der y llevar a cabo el filsofo de Mekirch, y una que mucho trabajo ha costado a sus lectores. La razn de ello no es evitar comprometerse con el carc-ter concreto que tienen los seres huma-nos, sino precisamente, hacer expresas las posibilidades siempre abiertas pero arrojadas del Dasein; de otra mane-ra, denir al hombre, de acuerdo con Heidegger, deja fuera muchas posibi-lidades de lo humano y obliga a la calicacin a partir de los parmetros brindados por cada propuesta.

    Aunque ambos fenomenlogos, Husserl y Heidegger, se interesan por las vivencias humanas, y comparten rasgos como la relacin inicial entre conciencia y mundo, cada uno a su manera desformaliza5 la fenome-

    4 Cf. M. Heidegger, Ser y tiempo, 10.

    5 En Fenomenologa de la vida fctica (op. cit., pp. 102-4), ngel Xolocotzi aborda en deta-lle el paso de la fenomenologa husserliana a la heideggeriana; ah mismo se expone la posibilidad de la desformalizacin.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 227

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    nologa para dar respuesta a sus propias inquietudes. La fenomeno-loga trascendental husserliana man-tiene a la conciencia como mbito ltimo de constitucin de las viven-cias, esto es, de una fundamentacin terica de las mismas. La fenomeno-loga hermenutica de Heidegger evita toda determinacin de las viven-cias mediante lo terico-reexivo, y por tanto, mediante la conciencia. En este sentido, el conocimiento que se obtiene con el mtodo heideggeriano es uno que se sita en un nivel funda-mental, algo ms parecido a un cono-cimiento vital, que sera la base de todo otro posible conocimiento. La hermenutica es el carcter que infor-ma ya del ser del mismo ente que es objeto de estudio: el Dasein o vida fctica;6 este rasgo hermenutico de la fenomenologa da noticia del carc-ter de las vivencias evitando partir de lo terico, de ah que el anlisis comience en la cotidianidad de la vida. Para Heidegger, esta determi-nacin del mtodo como hermenuti-co proviene de que en el ser del Dasein se halla la posibilidad de interpretar-se a s mismo, de saber de s y de lo que le rodea, de comprender su entorno y lo que sucede y, en este sentido, develar dicho entorno como verdadero. La verdad ontolgica heideggeriana, llamada aperturidad,

    se aleja de la dependencia del enun-ciado, expreso o implcito, para ser armada. El fenmeno es siempre verdadero aun cuando a su ser le perte-nezca tambin el ocultamiento, el cual, sin embargo, es un rasgo de la verdad total del fenmeno.

    El desglose detallado de los carac-teres de este ente ocupar todo Ser y tiempo: el Dasein es comprensin afectiva de ser; es proyecto arrojado en medio de entes; su temporalidad es fundamento de la esencia que es el cuidado (Sorge). Cada una de estas formulaciones son maneras de nombrar al mismo fenmeno, son direcciones variadas para abordar lo mismo. Los existenciarios son los rasgos que Heidegger atribuye a este ente abierto a la comprensin de ser. Se trata de una multiplici-dad de existenciarios que dan cuenta de un fenmeno unitario. As, algunos de los existenciarios que remiten al carcter social del Dasein son el ser-con (Mitsein); la coexistencia (Mitdasein); el ser-unos-con-otros (Miteinander-sein); y el uno (das Man).

    Debemos sealar el carcter de indicadores formales que prevalece en los existenciarios, debido a que sta es una de las principales caren-cias que se tienen cuando hay un primer acercamiento a Ser y tiempo. Antes de su escritura, en 1927, Hei-degger haba andado por caminos y bsquedas que le permitieran deter-6 . Xolocotzi, op. cit., p. 144, passim.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 228

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    minar lo que a su juicio era ms reve-lador y originario del ser del Dasein. Por ello, en dicha obra, y salvo en el 7, los conceptos utilizados no remi-ten a explicaciones ms detalladas del nivel ontolgico fundamental en el que se mueven, sino que da por supuesto un camino del que muchos no han tenido noticia. Este camino consiste en la acuacin de trminos que descri-ban, sin definir, los rasgos de todo Dasein.

    La diferencia inicial que debemos tener como punto de partida es la que se da entre fenmeno y sustancia; ella sita el anlisis en otro lugar. Una determinacin sustancial del ser humano se funda en la clasicacin de gnero y diferencia especca. Tal de-nicin, por ejemplo, decir animal-racional, expresa la esencia del ente que es, en este caso, el ser humano. Teniendo la denicin, podemos estar seguros de haber descrito en su tota-lidad el ser del ente referido, pues cada singular es slo un caso de una espe-cie, y el modo en que se realice no agrega nada a la esencia de lo huma-no. Pero el Dasein no es el caso singu-lar de especie alguna. Todos los caracteres o existenciarios le perte-necen siempre a todo Dasein, que por denicin es el mo y, respectivamen-te, el de cada uno; el ser-en-el-mundo, la comprensin afectiva de ser, el ser-unos-con-otros, se realiza de manera distinta cada vez. Cada Dasein lleva

    a plenitud lo que es un ser huma-no.7 As, los reproches respecto a la indiferencia del otro y hacia el otro que Heidegger describe como actitud cotidiana, no tienen en cuenta el nivel descriptivo, y no prescriptivo, de la fenomenologa heideggeriana. Tampo-co debe, por ello, suponerse que haya en el lsofo una concepcin pesi-mista del ser humano. El ser-en-en-el-mundo tiene el carcter de la existencia y la facticidad, esto es, de realizarse siempre con la impronta de la poca y el contexto en el que vive cada Dasein; desde esta armacin debe compren-derse la negativa heideggeriana a pronunciarse por una determinada cosmovisin. Cul es la cosmovisin? Eso lo determinarn los socilogos o los historiadores; a la losofa, de acuerdo con Heidegger, le correspon-de sealar esos rasgos que siempre acompaan al ser humano temporal. La apertura de posibilidades es tambin el sealamiento del carcter arrojado del Dasein, lo cual ubica a sus plantea-mientos en lo ms opuesto a una lo-sofa del sujeto o egolgica. La losofa que toma al ser humano como centro de todo es, por lo menos, ingenua. Respecto al antropocentrismo, Heidegger arma lo siguiente:

    En esta consideracin antro-pocntrica nos percataremos de

    7 Cfr. Jorge E. Rivera, Heidegger y Zubiri, 2001, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, p. 35.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 229

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    que, cuando este ente que es el hombre, supuestamente enamorado de s mismo, se pone a s mismo en el centro, cuando ese ente est en su propio centro, lo que de verdad resul-ta es que, conforme a lo ms ntimo de s, ese ente es excntrico, es decir, que por la propia esencia de su existir, de su Existenz, nunca puede estar objetivamente en el centro del ente. Pues esto es precisamente lo que el losofar pondr de mani-esto, a saber: que es precisamente en virtud de esa su ms ntima esencia por lo que el hombre se ve arrojado fuera de s mismo y ms all de s mismo y no puede ser en absoluto propiedad de s mismo.

    La esencia del Dasein es la exis-tencia. El estar fuera de s. La esencia se aleja de la interpretacin categorial y sustancial del ente que es el hombre. El carcter de existencia del Dasein muestra la imposibilidad de estar constituido esencialmente por centro alguno, y por ello, de rasgos perma-nentes y denitorios. Uno de estos rasgos es el ser-unos-con-otros y otros existenciarios que remiten a lo social. El Dasein es estructuralmen-te un ente que se determina tambin por los otros; sin embargo, las mane-ras en que se lleva a cabo deben ser explicitadas teniendo en cuenta como punto de partida la cotidianidad. Tarea que enseguida nos concierne.

    Apertura y movilidad del Dasein

    El Dasein es ser-en-el-mundo que comprende el ser de los entes que lo rodean; en la cotidianidad se encuentra en la posibilidad de perderse y absor-berse en los entes. La existencia y el ser-cada-vez-mo muestran la esen-cial dispersin y ejecutividad de su ser. El Dasein, volcado sobre los entes que lo rodean y siendo cada vez como puede ser, a partir de las posibilida-des que se le abren, tiene siempre la posibilidad de interpretarse en su singu-laridad y as ser-en-el-mundo, o bien puede olvidarse de s y as ser-en-el-mundo.

    El Dasein se comprende siempre a s mismo desde su existencia, desde una posibilidad de s mismo: de ser s mismo o de no serlo. El Dasein, o bien ha escogido por s mismo estas posibilidades, o bien ha ido a parar en ellas, o bien ha crecido en ellas desde siempre. La existencia es decidida en cada caso tan slo por el Dasein mismo, sea tomndola entre manos, sea dejndola perderse.8

    Estas posibilidades de decisin sobre la propia vida expresan la movi-lidad inherente al Dasein, movilidad que ser caracterizada como la cada.9

    Tomar entre manos la existencia, o dejarla perderse, alude a la propie-dad (Eigentlichkeit) e impropiedad

    8 M. Heidegger, Ser y tiempo, p. 35.9 Ibidem, p. 202.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 230

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    (Uneigentlichkeit) que no son modos de ser excluyentes, sino nfasis en la existencia del Dasein. La propiedad signica que siendo el Dasein con otros seres en el mundo, estando rodeado de entes, elige ser siempre desde sus posibilidades ms propias, es decir, situado en sus lmites fcticos. La impropiedad, en cambio, reere al haber delegado a otros la direccin fundamental de la propia vida y se trata a su vez de un tipo de eleccin. En ningn momento pretende Heidegger hacer expresos los rasgos nticos en que se dan la propiedad y la impro-piedad, menos an intenta elaborar un juicio moral sobre las mismas. La fenomenologa describe lo que perte-nece al Dasein; de ah que la apertu-ridad, constituida esencialmente por los existenciarios de la comprensin y la disposicin afectiva, ambos articu-lados por el habla, tenga el modo de ser de la cada. sta resultar menos extraa si reiteramos que el punto de partida del estudio es el Dasein en su cotidianidad. En ella, el Dasein muestra su esencia como cuidado, es decir, se comporta ocupndose de los entes que lo rodean, y con ello, de su propio ser. Si este es un comporta-miento fundamental o esencial, cabra concebirlo como un ente aislado?

    Aparicin de los otros en el mundo cotidiano

    Si el punto de partida es el ser-en-el-mundo en su carcter de aperturidad, no podemos concebir el ser del Dasein como un ser aislado inicialmente. Su facticidad implica la intervencin de otros para que su ser sea posible. El carcter de apertura, gracias al cual el Dasein se halla a la intemperie, brinda la posibilidad de que su ser sea afectado por otros. Esto se realiza de diversas maneras, pero el Dasein nunca es meramente activo o pasivo; el encuentro con las cosas y los dems Dasein se realiza como espontanei-dad receptiva:10 afectando y dejn-dose afectar, y en el manifestarse el ser de los entes que lo rodean, compa-recen para l mismo las posibilidades de su propio ser.

    Los tiles, y en general las cosas que rodean el cotidiano mundo circun-dante, tienen sentido desde la utilidad que brindan o desde su slo estar ah en su lugar de siempre. Para ocupar-nos de un ente debemos tener abierta una totalidad de remisiones que hacen posible absorbernos en l, por ejemplo, utilizar una computadora para elaborar un escrito que ser entregado la prxi-ma semana. Aqu, en el uso de las cosas, comparece nuestro ser, pero

    10 Cf. M. Heidegger, Introduccin a la losofa, 2001, 3 ed., Madrid, Ctedra, trad. Manuel Jimnez Redondo, p. 83.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 231

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    tambin el ser del otro que se hace maniesto como generoso, autorita-rio, exigente, amable. En la realizacin de la obra se tiene presente a un otro, aquel para quien la obra est desti-nada. Pero tambin en los entes, en medio de los cuales estamos, se hace maniesta la presencia del otro como una presencia agradable, desagrada-ble, o aun indiferente:

    En el material empleado compa-rece, como alguien que atiende bien o mal, el productor o provee-dor. Por ejemplo, el campo a lo largo del cual salimos a caminar se mues-tra como pertenencia de tal o cual, y como bien tenido por su dueo; el libro que usamos ha sido comprado donde..., regalado por..., etc. La barca anclada a la orilla remite, en su ser-en-s, a un conocido que hace sus viajes en ella, pero tambin, como embarcacin ajena, seala hacia otros.11

    El mundo que habita el Dasein est desde siempre determinado por el signicado que los otros contribuyen a darle. Asimismo, el ser-cada-vez-mo determina el mundo de quienes lo rodean. Los comportamientos concre-tos son variables, pero el carcter ontolgico del ser-con otros y el de los otros respecto a cada Dasein, es descri-to por Heidegger de la siguiente mane-ra: quin es el otro Dasein?

    Los entes que tienen nuestra misma forma de ser, pero que, sin embargo, no somos nosotros mismos, o no soy yo mismo, sino que es en cada caso el otro, otra exsistencia [otro Dasein], la exsistencia [el Dasein] de los otros, no es algo que simplemente est ah delante junto a nosotros, y entre ambos quiz algu-nas otras cosas, sino que esa otra existencia, ese otro ser-ah, ese otro Dasein, es ah con nosotros, co-es-ah, es co-existencia, es Mit-dasein; [pero] nosotros mismos [el Dasein mo] [] venimos determinados y definidos por un con-ser, por un Mit-sein con los otros [] Dasein y Dasein son un uno-con-otro.12

    Esto es: el Dasein que es ser-cada-vez-mo tiene el modo de ser del ser-con (Mitsein), gracias a lo cual el otro Dasein comparece para m en el modo de la coexistencia (Mitdasein), y yo comparezco para l en tanto coexis-tencia. El mundo tiene pues el carcter de ser-unos-con-otros y puede expre-sarse como ser-en-el-mundo comn y compartido.

    El carcter ontolgico de ser-unos-con-otros

    El hecho de que Heidegger conside-re al ser-con, a la coexistencia y al ser-unos-con-otros como existencia-

    11 M. Heidegger, Ser y tiempo, p. 143.

    12 M. Heidegger, Introduccin a la losofa, pp. 93-4.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 232

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    rios impide que estos se vuelvan un agregado superpuesto al signicado de los entes que nos rodean. El ser-unos-con-otros no emerge gracias a que varios entes que tienen el modo de ser del Dasein se junten o se hagan presentes, es decir, no se trata de una condicin que surge cada vez con la presencia de otros.13 Ahora bien, el modo en que los otros comparecen puede ser expreso, discreto o privati-vo. Tales modos no van en detrimento del carcter ontolgico de ser-unos-con-otros. La apertura del ser-en-el-mundo remite a un mbito de patencia que pertenece a cada Dasein, de ah que slo donde hay un mbito de patencia, quede la posibilidad de que haya un con otro. El Dasein irrumpe en el mbito de patencia de todo otro Dasein: La exsistencia lleva ya consigo la esfera de una posi-ble vecindad; es ya de por s veci-na-de, mientras que por ejemplo, dos piedras carecen de relacin de vecin-dad, el ser-con implica: dar, soltar, ceder, liberar Ah[] es un mani-esto haber roto, haber abierto, haber irrumpido.14

    Comprender al Dasein como suje-to o conciencia comporta el problema de cmo hacer que ambos lleguen a compartir algo de fuera. Aun la rela-cin yo-t que se propone como inicial no acaba de esclarecer el tipo

    de vnculo que se alcanzara entre ambos; antes, es preciso expresar el modo en que se concibe al yo. Heidegger realiza una crtica a la introspeccin proyectiva o empa-ta (Einfhlung),15 que es propuesta como una manera de comunicacin para establecer un puente entre un suje-to y otro. Sin embargo, ese camino tiene un supuesto fundamental: que el estar vuelto del Dasein hacia s mismo es equivalente al estar vuelto hacia otro,16 lo cual tendra necesa-riamente que mostrarse antes de poder suponerse. Heidegger no duda en ar-mar la falta de originariedad de estas propuestas, que ms bien acaban por complicar la ya de por s difcil inten-cin de explicar la forma en que onto-lgicamente nos relacionamos unos con otros: la empata (Einfhlung) es slo posible sobre la base del ser-unos-con-otros.

    Las maneras discretas e imper-ceptibles en que aparecen los otros ya han sido mencionadas cuando se habl de que los tiles que nos rodean remiten a posibles portadores. Ahora bien, una manera privativa de ser-con otro es el aislamiento; sin embargo, tan slo en y para un ser-con puede faltar el otro. El estar solo es un modo deciente del ser-con, su posibilidad es la prueba de ste.17 Para Heidegger

    13 M. Heidegger, Ser y tiempo, pp. 143-5.14 Ibidem, p. 150.

    15 M. Heidegger, Introduccin a la losofa, p. 153; Ser y tiempo, p. 149.

    16 M. Heidegger, Ser y tiempo, p. 149.17 Ibidem, p. 145 (traduccin modicada).

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 233

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    el modo cotidiano de convivencia es un modo deciente: precisamen-te los modos de la deciencia y la indi-ferencia [] caracterizan el convivir cotidiano de trmino medio.18 Aun cuando un Dasein fctico no se vuelca hacia otros o cuando cree prescindir de otros, es en el modo del ser-con. Reiteramos: el plano descriptivo de lo que encontramos cotidianamente no debe hacernos perder de vista al fen-meno mismo, que precisamente se oculta en la evidente cotidianidad.

    En cuanto a los modos positivos del ser-unos-con-otros, se encontrara el modo de ser que aliviana al Dasein de la responsabilidad de eleccin y, con ello, acaba reemplazndolo en lo que slo a cada uno le atae, sta se ubicara en la caracterizacin del uno (das Man) como lo dominante en la vida cotidiana. Para el uno, todas las posibilidades son posibles, an las impo-sibles, pues su carcter comunitario obnubila la facticidad de la perspec-tiva individual. Otro modo positivo de la convivencia es aquella que ayuda al otro a hacerse transparente para s mismo y sus posibilidades, modo que no es tan comn porque requiere que el Dasein, que se comporta as, sea l mismo propio, en el sentido de haberse hecho claro para s mismo y haberse resuelto.

    La determinacin de la cada como uno de los existenciarios del Dasein

    debe llevarnos a comprender que se trata de una tendencia inherente a su ser, esto es, insuperable. Difcil-mente se podra mantener el Dasein en el modo siempre propio respec-to a su ser y respecto a los otros. Heidegger no pretende sino describir la manera en que cotidianamente se da esto, aun cuando para su propio planteamiento sea necesario que la verdad del Dasein se haga mani-esta por medio de la propiedad, modo de ser en el que alcanza la totalidad de su ser y con ello su verdad ms radical.

    El uno (das Man) como existenciario

    Al armar que el uno o el se es un existenciario, debemos aclarar con Heidegger que no debe verse tal modo de ser como meramente negativo, espe-cialmente en un sentido moral. En la cotidianidad, la aperturidad del ser-en-el-mundo se mueve en el modo de ser del uno. De esta manera, comprender, disposicin afectiva, y hablar cobran los matices de la habladura, la ambi-gedad y la curiosidad:

    Sin llamar la atencin y sin que se lo pueda constatar, el uno despliega una autntica dictadura. Gozamos y nos divertimos como se goza; leemos, vemos y juzgamos literatura como se ve y se juzga; pero tambin nos 18 Ibidem, p. 146.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 234

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    apartamos del montn como se debe hacer; encontramos irritante lo que se debe encontrar irritante. El uno, que no es nadie determinado y que son todos (pero no como la suma de ellos), prescribe el modo de ser de la cotidianidad.19

    Ciertamente, las caracterizacio-nes que se le atribuyen no son las ms alentadoras, pues llegan a sealar el tono de rebao que tienen muchos de nuestros comportamientos. Sin embar-go, precisamente ese comportamien-to otorga datos del ser del Dasein: El uno es un existenciario, y pertenece, como fenmeno originario, a la estruc-tura positiva del Dasein. Tambin l presenta distintas posibilidades de concretarse a la manera del Dasein. La fuerza y la explicitud de su dominio pueden variar histricamente.20

    Dnde queda entonces la esencial singularidad y facticidad del Dasein? Para armarla debemos tambin ar-mar el carcter social y comn que tiene toda singularidad humana. Las propuestas que hacen al Dasein nico e irrepetible se fundan en el hecho ontolgico de compartir un mundo comn, pues slo en un mundo de signi-cados compartidos puede alguien tener el cariz de ser nico e irrepetible, pues tal carcter se adquiere en compa-racin con los dems. Ahora bien, es

    preciso que haya cierto emparejamien-to en el mundo pblico en donde todo se concibe para un Dasein estndar o regular. En la utilizacin de los medios de transporte, en la produccin de objetos en masa cada cual es igual al otro; de no ser as, difcilmente podra funcionar un mundo pblico. Pero esto no es una desgracia, pues, debido a esa nivelacin del uno, pode-mos movernos en la cotidianidad. Gracias a que me han tomado como uno entre tantos, indiferenciado, Dasein de trmino medio, puedo ocupar el elevador, manejar una bicicleta, leer un libro y usar una cuchara. Me muevo en ese modo de ser del uno. Ahora bien, la cuestin est en que a veces se hace o se funda la comunidad en esta igual-dad ntica aparente. Se crean barre-ras frente a quien desde otra cultura (Weltanschauung) se comporta dife-rente respecto del Dasein medio de una cultura. Mas no debe confundir-se lo ntico con lo ontolgico aunque, ciertamente, uno no se d sin el otro.

    Debemos dejar claro lo siguien-te: somos iguales en cuanto a la estructura ontolgica que nos corres-ponde, y por eso somos tambin con otros Dasein, compartimos un modo de ser desde el Dasein que somos y desde el Dasein que los otros son para m; ser tambin con ellos no es estar fcticamente presentes, como ya se ha expuesto arriba. Podramos decir que no importa que se trate de un senega-

    19 Ibidem, p. 151.20 Ibidem, p. 153 (traduccin modicada).

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 235

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    ls, de un berlins o de un mexicano: todos compartimos una estructura existenciaria. Pero esta igualdad no es de contenido, porque la estructura que nos corresponde a todos slo dice que nuestro ser es concreto, es cada vez mo, y por tanto cada vez diferenciado. As pues, en cuestin de contenidos, no podramos ser nunca iguales. A pesar de ello, o quizs preci-samente por ello, el modo cotidiano de llevarse a cabo nuestra concrecin y singularidad dice Heidegger se caracteriza ms bien por un empe-arnos en ser iguales. Pues el uno lo somos todos, es un existenciario de cada cual. Con todo, el ser-cada-vez-mo implica la facticidad y el propio tener-que-ser, lo cual muestra a nuestro propio ser como una carga. De ah que el uno se nos manieste como algo que nos abraza y nos aligera por momentos la carga de nuestro ser. Por ello, dice Heidegger: El uno tiene algo ciertamente positivo, no es slo un fen-meno de abandono, sino en cuanto tal un cmo del existir fctico.21 Es positivo en tanto muestra cmo somos.

    La mirada comn y cotidiana

    Aunque el habla (Rede) es el existen-ciario articulador de la comprensin

    y la disposicin afectiva, debemos resaltar especcamente el carcter que cobra desde el ser-unos-con-otros. Para empezar, recordaremos lo funda-mental de la estructura de algo como algo (Als-Struktur). Un ente nunca aparece aislado, sino en tanto se expli-ca como remitido a un contexto que antes ya hemos comprendido. Para usar el martillo debimos antes tener presente el clavo, la pared en la que golpearemos, el peso de aquello que el clavo sostendr, en n, una totalidad de remisiones que son anteriores al hecho de martillar. La estructura remisional de los tiles, de compren-der algo como algo, no se dara sin compartir referencias comunes con los otros Dasein que nos rodean. El habla es un existenciario que enfati-za precisamente nuestra pertenencia a una comunidad y a una poca, nos sita de manera radical y seala abiertamente el carcter de arrojado del Dasein.

    Algunos existenciarios no son mencionados expresamente como referentes de lo cultural, tal vez para evadir la reaccin inmediata de agregar contenidos; sin embargo, la apertura lingstica, que va de la mano de la comprensin, es un modo de referirse a lo contextual y cultural. La compren-sin y la interpretacin, desplegadas en el 32 de Ser y tiempo, brindan algunas referencias en este sentido. El mbito de patencia que acompaa

    21 M. Heidegger, Ontologa. Hermenutica de la facticidad, 1999, Madrid, Alianza, trad. Jaime Aspiunza, p. 36.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 236

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    a todo Dasein abre para l un crculo de contextos que comprende e inter-preta para vivir cotidianamente. La comprensin es posibilitadora de la interpretacin. El trato de un ente como tal es interpretacin que ha sido abierta y posibilitada por la compren-sin. Aqu podemos situar las mlti-ples referencias culturales que tambin son histricas: el lenguaje, los smbo-los, las costumbres, las creencias, etc. Los crculos compartidos varan de acuerdo con el mbito en el que nos hallemos, en la familia, en el trabajo, en el pas, compartimos referencias y siempre se trata de un cmulo de haberes previos que no sera posi-ble tematizar. El mundo circundante es diferente en cierto modo para cada uno de nosotros y, sin embargo, nos movemos en un mundo comn.22 Nos movemos en mbitos de patencia compartidos, y cuando intentamos hacerlos explcitos, estamos ya inter-pretando, es decir, situndonos en una perspectiva; a esto Heidegger lo nombra la manera previa de ver (Vorsicht). Ms explcitamente, la manera previa es la manera de mirar lo que para nosotros comparece. Las posibilidades de esos modos pueden ser mltiples: si vamos al campo, podemos ver ese campo como posi-ble objeto de una explotacin agrco-

    la o lo podemos ver poticamente en su belleza, o como lugar para fundar una ciudad, etc.23 Pero esta modi-cacin vertical, por decirlo de una forma, de los lmites de un ente, puede ser llevada a cabo tambin de mane-ra horizontal, comprendiendo esta interpretacin horizontal como los lmites fenomenolgicos de mundo. Este punto de partida en Heidegger, hecho expreso magistralmente por Klaus Held, es determinante para el dilogo intercultural, pero aun para la comprensin del otro ms prximo. As, respecto al concepto fenomeno-lgico de mundo, Held arma:

    Slo la referencia de un signi-cado particular a otros signicados le conere pleno sentido. Por eso se remiten todos los signicados los unos a los otros. Mediante estas remi-siones de sentido le es posible a cada hombre ordenar todos los aconteci-mientos de su vida en un amplio contexto de remisin y de esta mane-ra comprenderlos.24

    Esta remisionalidad o signi-catividad habla de una apertura de horizontes, en cierta medida restrin-gida, pero con la permanente posibili-

    22 M. Heidegger, Los problemas fundamen-tales de la fenomenologa, (1927), 2000, Madrid, Trotta, trad. Juan Jos Garca Norro, p. 207.

    23 El ejemplo es de Jorge E. Rivera, cfr. Ser y tiempo, p. 478.

    24 Klaus Held, Europa y el entendimiento intercultural, en Investigaciones fenomenolgicas, Sociedad Espaola de Fenomenologa, (Anuario), 2001, Madrid, Universidad Nacional de Educacin a Distancia, nm. 3, pp. 303-24.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 237

    NOTAS

    Estudios 95, vol. VIII, invierno 2010.

    dad de ampliarse, pues dice Heidegger: la mundaneidad misma es modica-ble segn la variable totalidad estructu-ral de los mundos particulares. Y como sabemos, no hay mundo particu-lar (perspectiva) sin mundo comn (mbito de patencia).

    Hasta aqu hemos dejado claro que la investigacin del ser del Dasein debe aludir a los caracteres que se dan en dicho ente comprendido como fenmeno. Heidegger es consciente de que proponer la relacin inicial y ontolgica del ser-unos-con-otros no elude todas la problemtica tica y de conicto entre culturas; antes bien, se compromete a un punto de partida

    radical: la poderosidad del origen.Ah, justamente, debe comenzar el planteamiento de tales problemas. Ha propuesto un camino que comien-za en un mundo comn de referencias compartidas, a partir del cual es po-sible el conicto. En otras palabras, el conicto no se da por una incompren-sin total del otro, sino precisamente por una comprensin de lo que el otro es y por un negarse a aceptar como modicables los contenidos propios o ajenos. Esa fue una tarea que alen-t y que no gratuitamente dio por resul-tado una revitalizacin de la losofa prctica en muchos de los que fueron sus alumnos.

    ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.