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Presentación ..........................................................................Anuncio Diocesano de Adviento y Navidad 2013 ................Salmo 95 (94) ........................................................................Celebración en los tiempos de Adviento y Navidad 2013 ....Primera Semana de Adviento ................................................Segunda Semana de Adviento ...............................................Tercera Semana de Adviento .................................................Cuarta Semana de Adviento ..................................................Novena del Niño ................................................................... Primer día ........................................................... Segundo día ....................................................... Tercer día ........................................................... Cuarto día ........................................................... Quinto día .......................................................... Sexto día ............................................................ Sétimo día .......................................................... Octavo día .......................................................... Noveno día .........................................................Celebraciones:Sagrada Familia ....................................................................Santa María, Madre de Dios .................................................Epifanía .................................................................................El Bautismo del Señor ..........................................................Anexos: Rosario a la Sagrada Familia .............................

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DIÓCESIS DE ALAJUELA

ADVIENTO Y NAVIDAD

2013

“Vengan, alabemos alegremente al Señor,entremos en su presencia dándole gracias.”

(Sal 95 (94), 1ª.2ª)

Diagramación por mibs estudio / [email protected] / 8848.0152

Diócesis de AlajuelaAdviento y Navidad

Presentacion

Agradecidos con el Dios de la Vida, ponemos en manos de nuestra comunidad dioce-sana y de las comunidades hermanas este material que hemos preparado con todo amor en Cristo.

Teniendo presente la dimensión de la Liturgia que como Diócesis nos proponemos profundizar en este año, hemos procurado presentar el desarrollo de los encuentros con un sentido celebrativo, contemplativo y comunitario. No dejamos de lado las otras dimensiones enfatizadas en los años anteriores.

Nos guía el texto bíblico fundante:

Vengan, alabemos alegremente al Señor,entremos en su presencia dándole gracias. Sal 95 (94), 1ª.2ª

Nos hemos planteado este año el siguiente Propósito general:

Celebrar diocesanamente de manera actualizada la espera del Mesías (Adviento) y los comienzos de nuestra salvación (Navidad) para que renovemos el ardiente deseo de su segunda Venida, nos abramos a las primicias del misterio de Pascua y en la

caridad demos testimonio de la espera dichosa de la plenitud del Reino.

Este material está pensado para ser usado sobre todo en familia, pero puede ser adapta-do a los grupos y pequeñas comunidades incluyéndole cantos u otras iniciativas en los momentos que las personas animadoras consideren oportunas.

Es para nosotros una gracia el poder servir en la construcción del Reino y colaborar con la misión de nuestra Iglesia Diocesana.

Equipo Diocesano de reflexión y producción de materiales.

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Anuncio Diocesano de Adviento y Navidad2013

Vengan, alabemos alegremente al Señor,presentémonos ante su rostro con acción de gracias. Sal 95 (94), 1ª.2ª

Hermanos y hermanas, “vengan, alabemos alegremente al Señor”1, entremos al Ad-viento y a la Navidad, iniciemos otro Año Litúrgico para celebrar una vez más la gran obra de Dios Padre que es su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. Porque en Él, no hizo otra intervención salvadora más en el mundo y la historia de los seres humanos, sino que se hizo historia haciéndose humano, llevando así al cumplimiento su gran designio salvador2.

Y ahora, Dios Padre a través de la acción del Espíritu Santo “por la predicación y por la celebración de los sacramentos, cuyo centro es la Sagrada Eucaristía, hace presente a Cristo autor de la salvación”3 Es este “Misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia” para que todos nosotros vivamos de él y demos “testimonio del mismo en el mundo”4.

Por eso, no debemos permitir que nuestro corazón se endurezca5 para poder escuchar su voz, que en la plenitud de los tiempos es Cristo. “Su historia única y singular es la palabra definitiva que Dios dice a la humanidad”6. El es la Palabra hecha carne, que por su Misterio Pascual, ahora “viene siempre a nuestro encuentro en cada persona y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y para que demos testimonio por el amor, de la espera dichosa de su Reino.”7

Y sobre todo, viene en la sagrada liturgia que es “el ámbito privilegiado en el que Dios nos habla en nuestra vida, habla hoy a su pueblo, que escucha y responde.”8 Porque en la liturgia celebramos “la Palabra de Dios como palabra actual y viva”.

Como sabemos, la “venida del Hijo de Dios a la tierra es un acontecimiento tan in-menso que Dios quiso prepararlo durante siglos”9 . Esa larga preparación de la primera venida del Salvador se actualiza en la celebración anual de la liturgia del Adviento, y al mismo tiempo, renueva en nosotros “el ardiente deseo” de su segunda venida o definitiva manifestación, pero también nos sensibiliza para que nos esforcemos en dis-cernir en la realidad de la Historia “las señales de su presencia y del designio salvador de Dios”10. Porque la historia humana es el lugar de la historia de la salvación. De ella partimos y a ella volvemos porque fuera del mundo de los hombres y mujeres no hay salvación. Recibimos o rechazamos la salvación siempre a partir de la situación con-creta en que nos encontramos.

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El designio salvador, comenzó su cumplimiento con el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, misterio que conmemoramos en la liturgia del Tiempo de Navidad, y que al mismo tiempo nos comunica “las primicias del misterio de Pascua” 11

“Vengan, entremos en la presencia del Señor”, releamos y reavivemos, con toda la Iglesia, “todos estos acontecimientos de la historia de la salvación en el “hoy” de su Liturgia”12. Bendigamos y adoremos a Dios Padre, quien es “la fuente y el fin de todas las bendiciones de la Creación y de la Salvación”13, dejemos que el Espíritu Santo haga presente y actualice en nosotros la obra salvífica de Cristo14 y nos haga participar ya, mientras peregrinamos, “como en primicias, en la Liturgia celestial. ”15

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1 Salmo 95 (94), 12 Cfr. Gaudiun et spes S 2, 383 Ad Gentes 9. Cfr. Sacrosanctum Concilium 7, 9; Lumen Gentium 74 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica 10 685 Salmo 95 (94), 86 Verbum Domini 117 Prefacio 2 de adviento8 Verbum Domini 529 Catecismo de la Iglesia Católica 522, 52410 Gaudiun et spes 1111 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica 117112 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica109513 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica 198214 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica 111215 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica 111

Salmo 95 (94) 1

El salmo 95 (94) invita a participar en la liturgia, dejando claro que antes de hacerlo es necesario confirmar la propia opción por la fidelidad a Dios (95, 11). No hay que con-tentarse sólo con ver y alabar, sino que hay que escuchar y seguir el camino señalado por el Señor.

El templo es un lugar al que se va (95, 1), en el que se entra (95, 2), en el que se rinde homenaje al Rey (95, 3.6), en el que se hace memorial del tiempo en su triple dimen-sión: pasado, presente y futuro.

La estructura del salmo es la siguiente:

1. Solemne invitación de entrar o invitatorio ( 95, 1-2)2. Pequeño himno de contenido cósmico que celebra la acción creadora de Dios (95, 3-5)3. Pequeño himno de contenido histórico-salvífico que exalta la elección de Israel y la Alianza (95, 6-7)4. Oráculo profético-cultual o llamado a no tener el “corazón endurecido” (95, 8-11).

Después de la solemne invitación de entrar (vv. 1-2) y arrodillarse o postrarse (vv. 6-7), se oye el oráculo de Dios, que anima a la observancia de la Torah o Ley para asegurar el don de la tierra (vv. 8-9).

¿Por qué entrar en la celebración?

El poeta da la principal razón por participar en la liturgia, expresar la gratitud y acla-mar Aquel que: “es nuestro Rey” y “nuestro Dios”. A Dios como creador y como Dios del Éxodo y de la Alianza. A este Dios le pertenece el pueblo que Dios conduce como Pastor a su rebaño.

En la actualidad el pueblo, que con el misterio pascual de Cristo ya vive en la tierra prometida, tiene su templo en el cuerpo de Cristo; con el bautismo hemos llegado al reposo.

Sin embargo, cada día la Iglesia debe escuchar la llamada de Dios y cumplirla, para conservar el don de la vida eterna. Debe evitar los pecados de rebeldía que la gene-ración del éxodo había cometido (vv. 8-9; ver Ex 17, 1-7; Num 20, 2-13). Nuestros antepasados en el desierto endurecieron su corazón, no pusieron atención a la voz de Dios y, como consecuencia, perdieron la paz, la seguridad, los bienes de la promesa. La asamblea actual perderá la tierra ya lograda, si no cultive las actitudes adecuadas y si no conserve su integridad como pueblo de Dios.

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¿Cuáles son las razones para entrar en la liturgia? ¿Qué significa el hecho de que Dios está pactado con su pueblo?

El salmista nos anima: Pónganse en atención. Esmérense a escuchar la voz de Dios. ¿Qué dice? “No endurezcan el corazón”. El salmo 95 (94) nos invita a ponernos atentos en la liturgia, para escuchar la voz de Dios en la liturgia de la Palabra. De otro modo, nos perderemos. El salmo se desarrolla en un contexto litúrgico. El imperativo repetido “Vengan” y otros verbos animan a la asamblea a celebrar con cuerpo y voz, porque “él es nuestro Dios”, el salvador de la esclavitud, nuestro pastor en el desierto.

El salmista nos invita a escuchar. ¿Y el mensaje? En el pasado, nuestros antepasados no escucharon la voz de Dios. Más bien, con corazones endurecidos como piedras, entumecidos los sentidos, se rebelaron, con el resultado de que perecieron en su extra-vío. Que la presente generación no repita la tragedia. Se trata del arte de la escucha. El pueblo de la Alianza se define por tres verbos: ver, oír y obedecer.

¿Por cuáles motivos cierra una persona su corazón a la Palabra de Dios? ¿Cuál sería la consecuencia de la cerrazón del corazón?

El corazón de Dios se abre a nosotros, que tenemos a la misma Palabra de Dios encar-nada entre nosotros. El reto es seguir la dirección de aquella Palabra, abrirnos, no sólo a Dios, sino el uno al otro. Que no seamos sordos a la Palabra de Dios, para que hoy mismo oigamos su voz en cualquier lugar y circunstancia que se nos presenta.

¿Qué dice Dios a mi comunidad por el salmo? ¿Cómo respondemos a Dios por medio del salmo?

La vida de la comunidad creyente tiene un itinerario que, partiendo del lugar en el que vive, se pone en movimiento hacia el encuentro con Dios en el templo; ya en el templo, adora a Dios y le quiere obedecer siguiendo el camino que le conduce al reposo, como meta del movimiento (ver Hebreos 4, 11).

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Celebracion en los tiempos deAdviento y Navidad

Nuestro reconocimiento del tiempo es en sí mismo un testimonio sacramental de la plenitud del misterio pascual. Somos parte de una Iglesia que nos ha dado tiempos litúrgicos para dar testimonio de los grandes misterios de nuestra fe. Como cristianos, las celebraciones y reconocimientos de estas fechas nos ayudan a ser testigos de la verdad y la belleza del Cristo resucitado. Si tuviéramos que omitir el tiempo de Adviento o cualquier otra época, empobreceríamos este testimonio.

Hoy, es un desafío enorme permanecer fieles al tiempo de Adviento cuando estamos rodeados de una sociedad que, aunque dice llamarse cristiana, no toma el tiempo para reflexionar y prepararse como la Iglesia nos pide que lo hagamos.

¿Cuál es el apuro?...Estamos tan ansiosos de poner todas las decoraciones, celebrar y rápidamente quitarlo todo para continuar con el siguiente evento. Si en realidad creemos que la Iglesia es el sacramento de Cristo en el mundo, entonces celebremos la historia de la salvación (Lumen Gentium # 1, 9,48) como se desarrolla en el año litúrgico para que podamos ser testigos del amor profundo y de la misericordia de Dios para con el mundo.

¿Qué nos propone la Iglesia Católica?

1. El tiempo de Adviento

Hay un camino litúrgico que adquiere su mayor significado cuando conduce al encuen-tro comunitario de Adviento y Navidad.

La Iglesia inicia su año litúrgico, es decir, el Año del Señor, con el tiempo de Adviento, con el que celebramos de manera actualizada la espera del Mesías.

El adviento comprende cuatro semanas antes de la Navidad, es tiempo de preparación, esperanza y arrepentimiento de nuestros pecados para la llegada del Señor. Nos prepa-ramos para la navidad y la segunda venida de Cristo al mundo, cuando volverá como Rey de todo el Universo.

Es un tiempo en el que podemos revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra vida en relación con Dios y convertirnos de nuevo. Es un tiempo en el que podemos hacer un plan de vida para mejorar como personas.

Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a prepa-rar más específicamente las fiestas de la Navidad.

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Podemos distinguir dos periodos en el tiempo de Adviento. En el primero, aparece con mayor relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día.

El segundo periodo se orienta más directamente a la preparación de la Navidad. Se nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.

Muy a menudo, anteponemos el tiempo de navidad al tiempo de Adviento opacándolo por “la época de fiestas” y al llegar la actual solemnidad de la Navidad, ya estamos agotados, cansados de todo el “bullicio navideño”, por esta razón la navidad ha perdido su esplendor.

2. El tiempo de Navidad

En el tiempo de Navidad la Iglesia ha querido dedicar un tiempo a profundizar, con-templar y asimilar el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y los comienzos de la pascua.

El tiempo de Navidad inicia el 24 de diciembre por la noche y concluye con la fiesta del bautismo del Señor. El 25 de diciembre de cada año se celebra el nacimiento de Jesús como ser humano. El hijo de Dios ha tomado nuestra carne para salvarnos.

Dentro del tiempo de Navidad encontramos las siguientes solemnidades:

La Sagrada Familia: Jesús, María y JoséSe celebra el domingo siguiente al día de Navidad. Esta fiesta nos presenta como mo-delo de familia cristiana a la familia de Jesús.

Santa María, Madre de DiosSe celebra el 1 de enero de cada año. Esta fiesta nos recuerda que María es bendecida por Dios.

Epifanía del Señor Se celebra el 6 de enero. Es la fiesta que la gente llama “Los Reyes Magos”. Cristo se manifiesta también a los que no son de raza judía, a los gentiles. Los Reyes Magos no son de raza judía, pero reconocen a Jesús como Dios.

El Bautismo de JesúsEs el domingo siguiente a la Epifanía del Señor. Con esta fiesta se termina el tiempo litúrgico de la Navidad. Se celebra el bautismo de Jesús y el comienzo de su predica-ción y ministerio.

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3. Signos para el tiempo de Adviento y Navidad

Junto a las celebraciones litúrgicas nos acompañan en nuestras casas algunos signos y celebraciones.

3.1. Signos para el tiempo de Adviento

La Corona: Al comenzar el nuevo año litúrgico colocamos la corona con que inaugu-ramos el tiempo de Adviento. La corona de Adviento tiene raíces simbólicas universales: su color verde nos recordará la vida y la esperanza, la luz signo de salvación y la forma redonda la eternidad.

Las velas se encienden progresivamente durante las cuatro semanas del adviento como signo de esperanza por “Él que viene”.

Se sitúa cerca del altar o el ambón de la Palabra si es en el Templo o en un lugar adecuado si se utiliza en un ambiente familiar, para que alrededor de ella la familia se reúna en oración ya sea en la mañana, durante la cena o en algún otro momento donde la familia pueda estar reunida.

En el tiempo de Navidad se puede añadir una quinta vela blanca, hasta el final del tiem-po de navidad que concluye con el Bautismo del Señor. Si se quiere se puede situar la imagen del Niño en relación con la corona y proponemos la colocación de la Biblia, porque por la Palabra “se nos mantiene despiertos y en las cosas pequeñas y en las grandes nos ayuda a descubrir las pruebas del amor de Dios y la alegría que viene de Él” (cfr. Plegaria eucarística misas con niños III)

Iluminación (luces): nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. La luz indica espera, camino, aleja el miedo y favorece la comunión.

Las Posadas son manifestación pública de nuestra Fe

Las posadas nos ayudan a prepararnos con alegría y oración la celebración del Naci-miento de Jesús. Comienzan el día 16 y terminan el día 24 de Diciembre, aunque sabe-mos que por diversos motivos algunas comunidades deben adelantarlas.

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín traditio que viene del verbo tradere, que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

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En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior.

Las posadas tienen su origen en San Agustín de Acolman, dónde los misioneros agus-tinos convocaban al pueblo al atrio de los templos y conventos para rezar una novena como recordatorio de la espera del Niño y del peregrinar de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse. LA novena incluía el rezo del Rosario, cantos y represen-taciones basadas en el Evangelio. Las posadas se desarrollaban los nueve días previos a la Navidad, para representar los nueve meses de espera de María. Al terminar, los monjes repartían fruta y dulces como signo de las gracias que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús.

3.2 Signos para el tiempo de Navidad

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor. Este es un modo de evangelizar.

Existen muchas tradiciones y costumbres que se celebran en el tiempo de la Navidad, entre ellas están:

El árbol de navidad: Se sugiere colocarlo junto al portal o nacimiento.

El árbol de navidad pertenece a la cultura del norte de Europa donde el otoño y el in-vierno dejan sin hojas todos los árboles con excepción de los cipreses, pinos, abetos y otras especies parecidas. A este árbol se le dio el tributo por ser el eternamente vivo, refiriéndose a Jesucristo, el resucitado.

La espiritualidad de este tiempo puede representarse como un árbol de Navidad porque:

a) La persona que sigue a Jesús, como este árbol debe mantener su espíritu vivo y esperanzado.

b) Tiene sus raíces hundidas en la realidad de la comunidad, del país, de ahí bebe su cultura, su vida comunitaria, etc. de la misma manera que un árbol está sembrado en la tierra y de ella se nutre.c) Su tronco es único y derecho y se levanta hacia la estrella que tiene en la punta, de la misma manera la persona creyente crece hacia el Reino de Dios.d) El árbol tiene diversas ramas, de la misma manera hay diferentes campos en que la persona creyente se desarrolla para crecer el Reino. Una rama puede ser la vida familiar, otra la sexual, otra el trabajo, otra la vida familiar, otra la diversión etc. Todas las ramas están unidas al mismo tronco que sube hasta la estrella.

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En esas ramas se encienden luces, como signos de que la vida cristiana en cada una de esas ramas es testimonial, es decir, sus acciones son luces para los demás. Las hojas de este árbol perfuman el entorno, de la misma manera la persona que vive la espirituali-dad de Cristo contagia a quienes les rodean. De estas ramas también nacen los frutos (esferas: dones de Dios a los hombres).

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Tres deseos para navidad

Cuando el Papa Benedicto XVI encendió el árbol de Navidad más grande del mundo, dijo:

“Antes de encender el árbol quisiera expresar tres deseos (...). Cuando lo miramos [el árbol de Navidad], nuestros ojos se dirigen hacia arriba, hacia el cielo, hacia el mundo de Dios.

Mi primer deseo es, por lo tanto, que nuestra mirada, la de la mente y la del corazón, no se detenga solamente en el horizonte de este mundo, en las cosas materiales, sino que sea de alguna forma como este árbol, que tienda hacia arriba, que se dirija a Dios. Dios nunca nos olvida, pero también nos pide que no nos olvidemos de Él”.

“El Evangelio narra que en la noche santa de Navidad una luz envolvió a los pastores, anunciándoles una gran alegría: el nacimiento de Jesús, de Aquel que nos trajo la luz, más aún, de Aquel que es la luz verdadera que ilumina a todos. El gran árbol que encenderé dentro de poco (...) iluminará con su luz la oscuridad de la noche”.

“El segundo deseo es que nos recuerde que también nosotros necesitamos una luz que ilumine el camino de nuestra vida y nos de esperanza, especial-mente en esta época en que sentimos tanto el peso de las dificultades, de los problemas, de los sufrimientos, y parece que nos envuelve un velo de tinie-blas. Pero ¿qué luz puede iluminar verdaderamente nuestro corazón y darnos una esperanza firme y segura? Es el Niño que contemplamos en la Navidad santa, en un pobre y humilde pesebre, porque es el Señor que se acerca a cada uno de nosotros y pide que lo acojamos nuevamente en nuestra vida, nos pide que lo queramos, que tengamos confianza en Él, que sintamos su presencia que nos acompaña, nos sostiene y nos ayuda”.

El último deseo es que cada uno de nosotros aporte algo de luz en los am-bientes en que vive: en la familia, en el trabajo, en el barrio, en los pueblos, en las ciudades. Que cada uno sea una luz para quien tiene al lado; que deje de lado el egoísmo que, tan a menudo, cierra el corazón y lleva a pensar sólo en uno mismo; que preste más atención a los demás, que los ame más. “Pero este árbol tan grande lo forman muchas luces. Cualquier pequeño gesto de bondad es como una luz de este gran árbol: junto con las otras luces ilumina la oscuridad de la noche, incluso de la noche más oscura”. (7 de diciembre de 2011, Benedicto XVI


El Portal de Belén: La Casa del Pan

Belén significa “la casa del pan”. Y precisamente es lo que es Belén: la casa del Pan de vida. En Belén se amasó el pan vivo y verdadero. El pan de fraternidad. Es pan de un mundo nuevo y mejor. Es pan de la Eucaristía Es pan del Amor. Belén es casa, es ho-gar, es familia. Es la casa de Dios, es el hogar de Dios, es la familia de Dios. Y por eso Navidad que es Belén es casa, es hogar, es familia. No hay Navidad sin hogar. Familia es también el nombre de la Navidad.

El Portal de Belén es el altar en nuestros hogares, este se debe de preparar previo al 16 de diciembre, cuando iniciamos la novena al niño Dios. En un ambiente familiar reuni-dos alrededor del portal realizaremos los encuentros de navidad.

La tradición es quitar el portal después del rezo del niño al concluir el tiempo de Na-vidad con el Bautismo del Señor.

Figuras del nacimiento y su significado

• José: Hombre que inspira obediencia y fortaleza.• María: Representa la fidelidad y el amor a Dios, mujer compresiva y bondadosa.• El niño Jesús: Es el Mesías que se aloja en el corazón del hombre para transmitirle su amor al mundo.• Casa/Gruta: Representa sencillez y humildad.• Buey: Su misión era mantener caliente con su aliento, la cuna del niño Jesús. Sirve como ejemplo a los hombres, para que mantengan en sus hogares un ambiente cálido y amoroso.• Burro: Animal más humilde de la creación, motivo por el cual fue el elegido para acompañar a Ma-ría y estar en el pesebre.• El ángel: Simboliza la bondad, el amor y la misericordia.• Tres reyes magos: A través de sus obsequios (oro, incienso y mirra), le muestran a Jesús su natura-leza real, divina, así como su sufrimiento y muerte.• Pastores: Representan la humildad, sencillez, servicio, ayuda y alegría de los humanos que cuidan con amor a su rebaño.• Ovejas: Significan obediencia y docilidad, inspiran confianza.• Estrella: Significa renovación. Representa la luz inagotable y refrescante que disipa las tinieblas para darnos esperanza.Colores simbólicos usados en estos tiempos:• El Color morado: nos recuerda el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener para prepararnos a la llegada de Cristo.• El rojo: representa al fuego y la sangre, así como al amor divino y la generosidad.• El verde: verde simboliza la esperanza, además de la naturaleza y la vida. • El blanco: evoca a la pureza, alegría, fe e iluminación.• El rosado: anuncio de una alegría que está próxima.

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Dios quiera que esta Navidad sea diferente a las demás. Cuando veamos, la Corona, las luces, el árbol navideño, el Portal de Belén, no nos quedemos en qué bonita decoración o qué bien se ve, sino que penetremos en el rico significado que quieren darnos: El Ver-bo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: “En esto se mani-festó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él” (1 Jn 4, 9). “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16) (catecismo iglesia católica #458), festejamos algo grande, inmenso: la presencia de Jesús entre nosotros, y con Jesús la del Padre y el Espíritu por excelencia Santo.

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PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO“Caminar respetablemente”

(Romanos 11, 13)

Desarrollo del encuentro:

Se prepara previamente el lugar donde se tendrá la Corona de Adviento durante todo este tiempo. Se pide a diferentes personas que vayan colocando los distintos elementos que se proponen a continuación: la corona, las velas, la Biblia, trozos de papel y lapicero.

Primer momento: Colocación de la Corona de Adviento:

1. Permaneciendo en pie. Se coloca la Corona de Adviento sin las velas. Y se expresa lo siguiente:

“Al comenzar el nuevo año litúrgico colocamos esta corona con que inaugura-mos el tiempo de Adviento. Su color verde nos recordará la vida y la esperanza.”

2. Le ponemos las velas a la corona diciendo: “El encender, semana tras semana, los cirios de esta corona representaremos nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad. Sus luces nos recordarán que Jesucristo es la luz del mundo. La luz indica el camino, aleja el miedo y favorece la comunión. “

3. Se enciende el primer cirio o vela y se dice la siguiente oración:“La tierra, Padre bondadoso, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo que viene como luz esplen¬dorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado. Llenos de esperanza en su venida, hemos preparado esta corona.

Ya que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Padre, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta co-rona con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Jesucristo que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. R/ Amén.

4. Entronizamos la Biblia: Junto o dentro de la Corona de Adviento, y luego se ora diciendo:

“Padre de la luz, Tú enviaste al mundo tu Palabra, Sabiduría que sale de tu boca y que ha reinado sobre todos los pueblos de la tierra. Haz que tu Espíritu nos dé un corazón capaz de escuchar, nos permita encontrarte en tus Santas Es-crituras y engendre tu Verbo en nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor, Que sea bendito por los siglos de los siglos. Amén”. (Tomada y adaptada de E. Bianchi)

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Segundo momento: Escucha y meditación (Estando sentados)

5. La parábola de la casa demolida

Motivación: Escuchemos con atención el siguiente relato llamado La parábola de la casa demolida. Este relato nos ayudará a reflexionar durante estas cuatro semanas de adviento:

Compartamos:• ¿En qué nos hace pensar este relato?• ¿A qué nos invita?

6. Puestos en pie, proclamamos Romanos 13, 11-14.

“Dos hombres vivían en casa vecinas. Ambos eran religiosos. Oyeron de-cir de buena fuente que en el futuro esas casas tenían que ser expropiadas y demolidas, y que el Gobierno ofrecía a los moradores una región distante donde vivir, donde todo estaría preparado y no tendrían que preocuparse de buscar vivienda. Solamente el viaje correría por cuenta de ellos.

El primer hombre no creyó estas cosas. En cambio se dedicó a ampliar y mejorar su casa. Vivía de la esperanza que su vivienda tenía que durar para siempre, y pasar a sus hijos, a los hijos de sus hijos y así en adelante. Su obsesión era tener la mejor y más sólida casa posible, y agregaba nue-vas comodidades. Siempre estaba descontento, pues continuamente apa-recían desperfectos y los servicios comunes que no dependían de él eran deficientes. Invertía todo lo que ganaba en su casa. Como era religioso, pedía a Dios todos los días por los problemas y progreso de su casa.

El segundo hombre creyó la noticia de la expropiación. Mantuvo su casa humana y decente, pero no estaba ansioso por mejorarla continuamente. Se contentó con lo suficiente y no se frustró por las incomodidades. En cambio ahorraba para el largo viaje, y se dedicó a conocer cada vez más la región donde tendría que viajar y la mejor ruta a seguir. Como era religioso pedía a Dios todos los días que los problemas de la casa no le quitaran la esperanza de una casa mejor y de un viaje seguro.

Pasaron muchos años, e inesperadamente vino la expropiación y la de-molición. El primer hombre se quedó sin casa y no sabía a dónde ir; el segundo emprendió el viaje felizmente…” (Segundo Galilea, La música de Dios, 1988)

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7. Reflexionemos y compartamos:

Pablo no pretende en este texto lanzar una advertencia sobre la inminencia del futuro, sino indicar que el presente es un tiempo en que los discípulos de Cristo son llamados a demostrar con sus actos que son cristianos y comportarse en armonía con lo que lle-garán a ser plenamente.

La fe nos “da ya ahora algo de la realidad esperada, y esta realidad presente constituye para nosotros una « prueba » de lo que aún no se ve. Ésta atrae al futuro dentro del presente, de modo que el futuro ya no es el puro « todavía-no ». El hecho de que este futuro exista cambia el presente; el presente está marcado por la realidad futura, y así las realidades futuras repercuten en las presentes y las presentes en las futuras”. (Bene-dicto XVI, Spes Salvi 7).

Ese futuro vivido en el presente nos da una identidad, un modo de ser y de actuar que debemos y podemos mostrar ahora: hay que “proceder con decoro” o “caminar respe-tablemente” (11, 13).

“El tiempo que nos ha tocado vivir” (13,11); es la ocasión de que, mediante su fe y sus obras, nos apropiemos del efecto de lo que Jesús realizó de una vez para siempre: Hay que “revestirse del Señor Jesucristo” (13; 14).

• ¿De qué deberíamos de despojarnos para caminar respetablemente? • Escojamos un aspecto concreto y comprometámonos a vivirlo durante esta semana. • Escribámoslo y pongámoslo en un sitio en el que lo podamos ver para recordarlo.

8. Proclamamos el Anuncio Diocesano de Adviento y Navidad. (Si se desea se puede comentar)

9. Oración final.Rezamos un Padre Nuestro y un Ave María. Luego concluímos diciendo:

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Jesucristo, Palabra del Padre,luz eterna de todo creyente:

ven y escaucha la súplica ardiente,ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas, en tu amor tú quisiste ayudarloy trajiste, viniendo a la tierra,esa vida que puede salvarlo.

Ya madura la historia en promesas, sólo anhela tu propio regreso;

si el silencio madura la espera, el amor no soporta el silencio.

Con María, la Iglesia te aguardacon anhelos de esposa y madre,

y reúne a sus hijos en vela, para juntos poder esperarte.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria, que podamos salir a tu encuentroy a tu lado vivamos por siempre,

dando gracias al Padre en el reino. Amén

Para hacer cada día por la mañana

Les proponemos para cada día de la semana profundizar: Romanos 13, 11-14.Proce-diendo así: Leer la reflexión. Meditar e incluso copiar el versículo bíblico para intentar memorizarlo y así recordarlo durante el día, y concluir con la oración.

1. Reflexión para todos los días:

“El Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva.” (Benedicto XVI, Spes Salvi 2).

2. Lunes 2: “Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de despertarse, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe”.

3. Oración final para todos los días:Señor y Dios nuestro, concédenos esperar con amor la llegada de tu Hijo Jesu-cristo, para que cuando Él venga y nos llame, nos encuentre velando en oración y cantando con alegría sus alabanzas. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén

Martes 3: “La noche está muy avanzada y se acerca el día”.

Miércoles 4: “Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la arma-dura de la luz”.

Jueves 5: “Como en pleno día, procedamos dignamente”

Viernes 6: “Basta de excesos en la comida y en la bebida, basta de lujuria y libertinaje, no más peleas ni envidias.”

Sábado 7: “Revístanse del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la carne.”

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SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO“Un solo corazón y una sola voz”

(Romanos 15, 6)


Se busca de antemano Romanos 15,4-9, y se deja la Biblia abierta en este texto bíblico. Se enciende la Primera vela que representa la semana anterior.

Primer momento: Motivación.

1. Puestos en pie. El Señor está cada vez más cerca y debemos prepararnos dig-namente para recibirlo en nuestros corazones. Hagamos un momento de silencio para elevar nuestra oración al Señor. Para unirnos a lo hecho la semana pasada tomamos como oración inicial, la que fue la oración final del encuentro anterior. (Si hay varias personas pueden orar una estrofa cada una)

2. Oración inicial.

Segundo momento: Escucha y meditación (Estando sentados)

3. Vamos primero a recordar el compromiso que asumimos la semana pasada:

• ¿Cómo nos fue con lo que debíamos despojarnos para caminar respetablemen-te? Conversamos.

• ¿En qué nos ayudó durante la semana ir meditando poco a poco Romanos 13, 11-14?

4. Releemos La parábola de la casa demolida, y respondemos:

• ¿La esperanza cristiana es individualista o tiene un sentido comunitario? Conversamos

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Jesucristo, Palabra del Padre,luz eterna de todo creyente:

ven y escucha la súplica ardiente,ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas, en tu amor tú quisiste ayudarloy trajiste, viniendo a la tierra,esa vida que puede salvarlo.

Ya madura la historia en promesas, sólo anhela tu propio regreso;

si el silencio madura la espera, el amor no soporta el silencio.

Con María, la Iglesia te aguardacon anhelos de esposa y madre,

y reúne a sus hijos en vela, para juntos poder esperarte.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria, que podamos salir a tu encuentroy a tu lado vivamos por siempre,

dando gracias al Padre en el reino. Amén.

5. Puestos en pie, proclamamos Romanos 15, 4-9.6. Encendemos la segunda vela de adviento.7. (Nos sentamos). Reflexionemos y compartamos:

Pablo recuerda que ante la renovación de los tiempos finales hay que esforzarse en la hermandad, atendiendo especialmente a los débiles (14,1). Así como Cristo no excluyó a nadie de su misericordioso servicio salvador (israelita o pagano), así también los creyen-tes en Cristo no excluyen a nadie, son inclusivos y misericordiosos (15,9). La concordia, comunión y unidad entre los creyentes permite glorificar al Padre a una sola voz (15,6)

En el contexto del tiempo del Adviento se trae a colación la lectura de este texto por el tema de la esperanza. Esta virtud se asienta, según la experiencia del mismo apóstol, en dos pilares fundamentales: la convivencia fraterna y la escucha de la Palabra de Dios consignada en las Escrituras, que traen la memoria de un pasado para comprender el presente y proyectar el futuro.

En el tiempo de Adviento, también nosotros estamos llamados a escuchar la voz de Dios, que resuena en el desierto del mundo a través de las Sagradas Escrituras. La fe se fortalece cuanto más se deja iluminar por la Palabra divina.

“Se podría decir que el ser humano está vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la esperanza. Y al ser humano se lo reconoce por sus esperas: nuestra «esta-tura» moral y espiritual se puede medir por lo que esperamos, por aquello en lo que esperamos.” (Benedicto XVI 2010)

Cada uno de nosotros, por tanto, especialmente en este tiempo…, puede preguntarse:

• ¿Yo qué espero?• En este momento de mi vida, ¿qué busca mi corazón? • Y preguntémonos como familia o grupo: ¿Qué es lo que esperamos juntos? ¿Qué une nuestras aspiraciones?, ¿qué tienen en común? • Propongámonos de además de ir meditando Romanos 15, 4-9, hacer la lectura orante de al menos un texto bíblico.

8. Oración final.Rezamos tomados de la mano un Padre Nuestro y un Ave María. Luego concluimos diciendo:

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“Algunas veces, Padre Santo, nuestra vida es como una vieja ciudad amurallada. Y descubrimos, al inspec-cionarla, infinidad de grietas y fallas. ¿Por qué el agua que bebemos no apaga mi sed? ¿Cuál es nuestra comida, que seguimos con hambre todo el día? Nos preguntamos dónde está la llave que nos abra y dé acceso al verdadero sentido de la existencia. Y la respuesta es: que no hay otra llave que tu Palabra, Padre. Tu Palabra, que deja abierta la puerta que nadie ya podrá cerrar. Por eso Tú nos dices: “Este es mi Hijo, el amado; escúchenlo”. Que todos preparemos un camino para tu Palabra, y allanemos obstáculos y asperezas, para que llegue a nosotros. Que abramos las puertas para que tu Palabra entre, ponga su morada y se quede para siempre en nuestra casa…Concédenos, Padre, que de verdad esperemos con gozo su llegada, y que sepamos desde la vida que tu Pala-bra al fin ha llegado, y que se puso el delantal para comenzar a trabajar en nuestras fisuras. Amén”



Profundizar: Romanos 15, 4-9. Procediendo así: Leer la reflexión. Meditar e incluso copiar el versículo bíblico para intentar memorizarlo y así recordarlo durante el día, y concluir con la oración.

1. Reflexión para todos los días:

“La salvación ha sido considerada siempre como una realidad comunitaria… Esta vida verdadera, hacia la cual tratamos de dirigirnos siempre de nuevo, comporta estar unidos existencialmente en un « pueblo » y sólo puede realizarse para cada persona dentro de este « nosotros ». Precisamente por eso presupone dejar de estar encerrados en el propio « yo », porque sólo la apertura a este sujeto universal abre también la mirada hacia la fuente de la alegría, hacia el amor mismo, hacia Dios.” (Benedicto XVI, Spes Salvi 14).

2. Lunes 9: “Todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, manten-gamos la esperanza.”

3. Oración final para todos los días:Dios todopoderoso y rico en misericordia, que ninguna de nuestras actividades nos impida acudir al encuentro de tu Hijo, y que guiados por tu sabiduría divina, podamos gozar siempre de su compañía. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

Martes 10: “Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús”

Miércoles 11: “Con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.”

Jueves 13: “Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios.”

Viernes 14: “Cristo se hizo servidor de los judíos para confirmar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas que él había hecho a nuestros padres”

Sábado 15: Cristo se hizo servidor “para que los paganos glorifiquen a Dios por su mise-ricordia. Así lo enseña la Escritura cuando dice: Yo te alabaré en medio de las naciones, Señor, y cantaré en honor de tu Nombre.”

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TERCERA SEMANA DE ADVIENTO“Aguardándolo con paciencia”

(Stgo 5,7)


Se busca de antemano Santiago, 5, 7-10, y se deja la Biblia abierta en este texto bíblico. Se enciende la Primera y segunda vela que representan las semanas anteriores. Se colo-can en torno a la corona y la Biblia algunos frutos de la tierra (verduras, frutas, semillas)


1. Escuchamos en La parábola de la casa demolida que: “El segundo hombre creyó la noticia de la expropiación. Mantuvo su casa humana y decente, pero no estaba ansioso por mejorarla continuamente. Se contentó con lo sufi-ciente y no se frustró por las incomodidades. En cambio ahorraba para el largo viaje, y se dedicó a conocer cada vez más la región donde tendría que viajar y la mejor ruta a seguir. Como era religioso pedía a Dios todos los días que los problemas de la casa no le quitaran la esperanza de una casa mejor y de un viaje seguro.”

2. Puestos en pie hacemos la oración inicial. Porque tú, Señor está cerca, hay que estar contentos, alegrarse y cantar. Que no nos asustemos ni temblemos, porque estás con nosotros, Señor, defensor que libras nuestra vida del fracaso. Tú nos curas, nos sostienes, nos escuchas... Nosotros, si entramos un instante dentro de nosotros mismos, lejos del tumulto de nuestros pensamientos; si arro-jamos lejos las preocupaciones agobiantes que cada día nos acosan y persiguen; si un ratito..., si al menos un ratito te dedicamos y descansamos en tu presencia, podremos decirte de verdad: “Buscamos tu rostro, Señor, anhelamos ver tu rostro”. Tú mismo, Señor, enséñanos cómo y dónde buscarte. Y que porque Tú mismo nos lo explicas, des-cubramos que estás con nosotros y en todas las partes, en las personas y en todo cuanto existe. Amén

Segundo momento: Escucha y meditación (Nos sentamos)

3. Vamos primero a recordar el compromiso que asumimos la semana pasada: ➢ ¿En qué nos ayudó durante la semana ir meditando poco a poco Romanos 15, 4-9?➢ ¿Cómo nos fue con el compromiso asumido? Conversamos.Miremos ahora los frutos que hemos colocado junto a la Corona de Adviento. Tratemos de imaginar el proceso y los esfuerzos que dieron como resultado esos frutos: la prepar-ación de la tierra, la siembra, el cuidado de las plantas, la cosecha final. ➢ ¿Qué enseñanza para nuestra vida podríamos sacar de los trabajos de los agri-cultores y agricultoras?

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5. Puestos en pie, proclamamos Santiago, 5, 7-10.6. Encendemos la tercera vela de adviento.7. (Nos sentamos). Reflexionemos y compartamos:

• Conversemos primero: ¿Qué es para nosotros tener paciencia?• Escuchemos ahora lo siguiente:

Era triste la situación que contemplaba Santiago: pobres, humillados, marginados por los “fuertes” y “ricos” de su tiempo, y los cristianos cayeron en críticas amargas, acusándose mutuamente. Se dividía la comunidad. Por eso, les llamó la atención: ¡miren a los agri-cultores y mediten cómo fue la vida de los profetas! Los frutos de la fe, las alegrías de la adhesión al Señor tienen sus exigencias y sacrificios. Y la gran exigencia es la “pacien-cia” que brota de un “corazón firme”.

En griego, las palabras para hablar de paciencia son términos de uso militar y se utilizan como comparaciones en conexión con las batallas de la vida. Santiago exhorta a que se tenga una paciencia militante, heroica que sabe aguardar los momentos propicios.

Ser paciente significa perseverar, resistir, ser constante, inquebrantable, inconmovible. Santiago es muy claro al respecto cuando dice en 1,3-4 que la paciencia va acompañada de obras perfectas. Se trata de una paciencia militante que surge a raíz de la opresión. Es una paciencia activa, que trabaja (Stgo 1,12).

Y el secreto de un “corazón firme”, que no titubea, que sabe mantener la serenidad, está en la gran certeza: “¡El Señor está cerca!”, es decir, Él viene a mí, en Él estará la ple-nitud de la alegría que, en medio de la tribulación, debe animar a quienes lo esperan. La paciencia consiste en no desesperarse, en contenerse, en aguardar un evento que se sabe que está por llegar.

• ¿A qué nos invita el texto?• ¿En qué aspecto de mi vida de fe deberái aplicar la paciencia?

8. Oración final.

Rezamos de la mano un Padre Nuestro y un Ave María. Terminamos con esta breve ora-ción en la que se alternan un lector y la familia o el grupo:

Lector: Tened paciencia, hermanos, hasta el advenimiento del Señor.

Todos: En la esperanza del fruto de la tierra, el labrador espera pacientemente, las lluvias y el sereno sobre los cultivos.

Lector: Tened también vosotros paciencia; fortaleced vuestros corazones.

Todos: Porque la venida del Señor está cerca (St 5,7-9).

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Lector: Señor, tú estás cerca. No tengo por qué inquietarme.

Todos: Todas nuestras necesidades están ante Ti. ¡Oh Dios! Tú las conoces bien.

Lector: Las pongo ante Ti, en mi plegaria, y desde ya te doy gracias.

Todos: Tu paz sobre nosotros supera todo conocimiento. Custodia nuestros corazones y nuestros pensamientos, en Cristo Jesús, el Señor (Flp 4,4-7).

Lector: Señor, crea en nosotros un corazón puro.

Todos: Para que esté ante Ti sin temor. (Del Monasterio Apostólico Piedra Blanca, Chile)

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El 16 de diciembre comienza la novena de Navidad. Animamos para hacerla en familia o por sectores con los vecinos. También del 17 al 24, la liturgia de la Iglesia apunta de manera más directa al nacimiento de Jesús. Cada día al inicio de la misa se propone una frase llamada antífona, en este caso llamadas antífonas “¡Oh!” que van celebrando los títulos del Mesías, les invitamos a meditar y orar una cada día incluso copiándola para intentar memorizarla y así repetirla durante el día a modo de breve oración. Adelanta-mos una para el día 16

Lunes 16: ¡Oh, Emmanuel, Rey y Señor nuestro, el Esperado de todas las naciones, Tú serás su salvador divino! ¡Ven a salvar a todos los hombres, Tú, el Dios con nosotros” (Mateo 1,23; Isaías 7,14). (Antífona para el día 22)

El día 17: ¡Oh, Sabiduría, salida de la boca del Altísimo, que penetra todo de un ex-tremo al otro del mundo, disponiendo todo con fuerza y suavidad! ¡Ven a enseñarnos el camino de la prudencia! (ver Sabiduría 7,22)

El día 18: ¡Oh, Señor, Guía de la casa de Israel, manifestado a Moisés en la zarza ardi-ente, Tú que diste la Ley en el Sinaí! ¡Extiende tu brazo, ven a rescatarnos!

El día 20: Oh, retoño de Jesé, alzado como un estandarte para los pueblos, ante quien los reyes cerrarán la boca, a quien invocarán las naciones! ¡Ven a librarnos, Señor, no tardes! (Apocalipsis 22,16; Isaías 11,10)

El día 21: ¡Oh, llave de David, Cetro de la Casa de Israel, que cerráis y nadie puede abrir, abrís y nadie puede cerrar! ¡Ven a libertar al cautivo, al hombre que yace prisionero en las tinieblas! (Isaías 22,22; Ap 3,7; Lucas 1,78-79).


CUARTA SEMANA DE ADVIENTO“Amados de Dios y Roma, santos por vocación”

(Rm 1,7)


Se busca de antemano Romanos 1,1-7, y se deja la Biblia abierta en este texto bíblico. Se enciende la Primera, segunda y tercera vela que representan las semanas anteriores. Se coloca junto a la corona y la Biblia una imagen de María y José (pueden ser las que se usan para el portal).)


1. “Pasaron muchos años, e inesperadamente vino la expropiación y la demoli-ción. El primer hombre se quedó sin casa y no sabía a dónde ir; el segundo emprendió el viaje felizmente…”

“La vida humana es un camino. ¿Hacia qué meta? ¿Cómo encontramos el rumbo? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso, un viaje en el que escudriñamos los astros que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente. Ellas son luces de espe-ranza.” (Benedicto XVI, Spes Salvi 49).

En este día fijamos la mirada especialmente en María de Nazaret.

2. Puestos en pie hacemos la oración inicial. María, este año queremos hacerte una casa diferente, en la que quepan todos. Que-remos que esta casa dure para siempre. Queremos hacerla como la tuya. Porque tú misma eres la casa de Dios: santas tus paredes y horno de luz tu vientre, en el que Jesús late como fruto de aquel “sí” que pronunciaste.

Nuestros días tan llenos de batallas; nuestros días encadenados a violencias tan contra-rias al pesebre de Luz en el que Jesús nace. Es verdad, María: nos escondemos tras las paredes que construimos, para no ver pasar la vida a nuestro lado, tan ligera siempre y sonriente. No permitimos que el amor sea un canto de esperanza y la cuna esencia donde nazca Jesús en nuestro suelo.

Hoy, sin embargo, con nuestras manos entrelazadas, quisiéramos de verdad ser madre –como tú- de la Criatura que salvará al mundo. Desearíamos –como tú- fiarnos de Dios completamente, y decirle –también como tú- con entera confianza: “Cuenta conmigo, cuenta con nosotros”. Si así fuera, se lograría que sucedieran cosas maravillosas entre nosotros, allí o aquí: siempre en donde cada uno viva. Así, el “nacimiento” que cada uno ponga este año en su casa será real y definitivo. Amén

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Segundo momento: Escucha y meditación (Nos sentamos)

2. Vamos primero a recordar lo que hicimos la semana pasada: ➢ ¿En qué nos ayudó durante la semana ir meditando las antífonas “¡Oh!”?

3. Puestos en pie, proclamamos: Romanos 1, 1-7.4. Encendemos la cuarta vela de adviento.5. (Nos sentamos). Reflexionemos y compartamos:

En este texto Pablo se presenta a la comunidad cristiana de Roma, comunidad no fun-dada por él y que quiere visitar para animarlos en la fe. Y puede hacerlo porque el evan-gelio que predica es Jesucristo mismo, su persona, su obra, su muerte y resurrección, de quien es siervo, apóstol y testigo. El Evangelio es el mensaje salvador de Dios (Rom15, 16; 2Cor 11, 7) encarnado en Cristo (1 Cor 9 12; 2 Cor 2 12; 9,13), Hijo de Dios; y forma parte de un plan que comenzó en la Primera Alianza.

Pablo habla a la comunidad cristiana de Roma con un lenguaje que procura incluir a judío y no-judíos bajo la misma experiencia de salvación y les aplica términos usados para Israel en el Antiguo Testamento: amados, llamados y santos.

Ya en el saludo entra de lleno en el tema central de su carta: la salvación de todos los pueblos por medio por medio de la fe en Jesucristo.

“Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía. Y ¿quién mejor que María podría ser para nosotros estrella de esperanza, Ella que con su « sí » abrió la puerta de nuestro mundo a Dios mismo; Ella que se convirtió en el Arca viviente de la Alianza, en la que Dios se hizo carne, se hizo uno de nosotros, plantó su tienda entre nosotros (cf. Jn 1,14)? (Benedicto XVI, Spes Salvi 49).

➢ ¿Somos luz de esperanza para los demás? ➢ Si no lo somos ¿Qué nos falta para poder serlo?➢ Hagamos un propósito de animar con un gesto concreto en la esperanza a una persona o familia en esta navidad.

6. Oración final.

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“¡Madre, ayuda nuestra fe!Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos

la voz de Dios y su llamada.Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo

de nuestra tierra y confiando en su promesa.Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que poda-

mos tocarlo en la fe.Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su

amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de

cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.Recuérdanos que quien cree no está nunca solo.

Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino.

Y que esta luz de la fe crezca continuamente en noso-tros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo

Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.”(Francisco, Lumen Fidei 60)


Para hacer los dos últimos días de Adviento

Meditar y orar Antífonas ¡Oh!, incluso copiándola para intentar memorizarla y así repe-tirla durante el día a modo de breve oración.

El día 23: ¡Oh, Rey de las naciones, deseado de todos los pueblos, Piedra angular que sostiene el edificio! ¡Ven, salva al hombre que formaste de la tierra! (Jeremías 10,7; Ap 15,4; 1 P 2,4-6)

El día 24: ¡Oh, Oriente, esplendor de la Luz eterna, Sol de justicia! ¡Ven a iluminar a los que están sentados en las tinieblas, en la sombra de la muerte!

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NOVENA DEL NIÑO 2

Para tomar en cuenta todos los días:

1. Las personas animadoras deben preparar con anticipación cada día: leyendo el tema y mirando los diversos detalles del encuentro y su desarrollo.

2. Preparar villancicos.

3. No olvidar dar una bienvenida cálida cada día.

4. Indicar a la familia que se va a visitar que debe preparar un altar a la Palabra, abriendo la Biblia en el texto que corresponde ese día. Se le debe entregar la cita bíbli-ca. A partir del segundo día se irá colocando un rotulo con la frase que se indicará.

5. Si es posible hacerse acompañar por las imágenes de José y María (Virgen del Adviento en la aparece embarazada y a veces montada en un burrito) para entronizarla en la casa junto al altar de la Palabra. O bien, pedir a una pareja de niños que los represente.

6. Todos los días, al finalizar, se les un entregará en trozo de papel la cita co-rrespondiente a día siguiente. En el caso de los niños sugerirles que los adultos de sus familias les ayuden a reflexionarlas.

7. Si es posible, pedir a una persona a partir del segundo día que cuente dónde y cómo encontró y encuentra a Jesús. Se le pide que sea lo más sintético posible. Si no podemos buscar el testimonio de santos y santas o de diferentes creyentes.

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2 Para la redacción de los relatos para cada día de la novena se consultaron los siguientes textos

1. Preparación previa: La persona que narrará la parábola y que lea las reflexiones o relatos deberá procurar hacerla de manera vívida y atractiva.

Fuera de la Casa:

2. Bienvenida y motivación:Caminamos hacia la Navidad, ya cercana, un tiempo para reencontrarnos con esos va-lores y sentimientos que nos hacen más sensibles, solidarios y compasivos con los de-más, particularmente con los necesitados y sufridos. Pero sobre todo es un tiempo para disponer una vez más el corazón para el encuentro con Jesús de Nazareth, y en Él, con el amor del Padre y la bondad del Espíritu Santo.

Vamos a celebrar esta “Novena del Niño” como una experiencia de búsqueda, de en-cuentro y reencuentro guiados por la Palabra de Dios escrita. Comencemos.

• “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén• Oremos: “Señor, prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros, proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida”: “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. Amén

3. Canto para pedir posadas.

Dentro de la casa:

4. Motivación.Agradecemos la hospitalidad y motivamos con las siguientes palabras o semejantes: Vamos a escuchar una narración que se llama La parábola de liberador escondido3, escuchemos con atención.

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Primer dia 16 de diciembre“La enseñanza de Jesús”

NOVENA DEL NIÑO

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• Benedicto XVI. Verbum Domoni.• Francisco. Lumen Fidei.• Benedicto XVI. Jesús de Nazaret III. La infancia de Jesús.• Santiago García; Evangelio de Lucas, Desclée de Brouwer• Fausti, Silvano. Una comunidad lee el Evangelio de Mateo. Editorial San Pablo • Fausti, Silvano., Una comunidad lee el Evangelio de Lucas. Editorial San Pablo• Mario Galzzi., Evangelio según Mateo. Editorial San Pablo• Vasconcellos, Pedro Lima, “Una gravidez sospechosa, el mesianismo y la hermenéutica. Anotaciones sobre Mateo 1,18-25”: RIBLA 27 (1997:2) 28-46• Tavares Zabatiero, Julio P., La infancia de Jesús - Análisis narrativo de Lucas 1-2 : RIBLA 53 (2006:1) 75-79.• Navia Velasco, Carmiña, “María e Isabel, diálogo entre mujeres”: 46 (2003:3) 9-16Tonini, Hermes, Silencios, sueños, prodigios y nominaciones: superando las violencias y construyendo nuevas mas-culinidades – Una hermenéutica de género a partir de Mateo 1,18-25: RIBLA 56 (2007:1) 81-98.3 Segundo Galilea, La música de Dios, 1988


La parábola de liberador escondido

“Había un monarca muy sabio y bueno, que tenía un único hijo como heredero. Este tenía la misma bondad y sabiduría de su padre, y era muy querido y esperado como fu-turo monarca por todo el pueblo. Mientras llegaba su hora, el hijo viajó a tierras lejanas para prepararse mejor.

Pasaron los años y el viejo monarca murió, no sin antes anunciar a todo el pueblo que su hijo ya estaba en camino de regreso.

Tras la muerte de rey comenzaron a surgir muchos problemas en el país, por falta de empleo y guía, de modo que la gente fue en busca del hijo para que se hiciera cargo cuanto antes, pero no lo podían encontrar. Sabían que estaba entre ellos, pero no sabían dónde. Y mientras tanto la situación empeoraba; crecían las injusticias, la corrupción y el espíritu de división y competencia, y el pueblo anhelaba al hijo desaparecido porque sabía que los liberaría de sus miserias.

La búsqueda continuaba, primeramente en lugares más probables, luego en todas par-tes. Un grupo fue a buscar en las universidades, pero ahí no lo encontraron. En cambio quedaron fascinados con los adelantos científicos, se quedaron ahí y se olvidaron de los problemas del país y del liberador que buscaban.

Otros fueron a buscarlo entre los políticos, pero ahí no lo encontraron; en cambio que-daron fascinados con por el poder y sus posibilidades, y se olvidaron de todo lo demás. Otros lo buscaron en el mundo de las finanzas, donde tampoco lo encontraron, y a su vez quedaron fascinados con tanta riqueza, y se quedaron ahí y se olvidaron del resto. Otros incluso fueron a buscarlo en los lugares de diversión y de vicio, y tampoco estaba allí, y se quedaron fascinados con tanto placer, se olvidaron de las miserias del pueblo y de su liberador, y se quedaron ahí.

A todo esto, en uno de los barrios más marginados del país se supo de un hombre sen-cillo y pobre que estaba dedicado a aliviar a los necesitados, y a enseñarles el modo de superar sus miserias y vicios y de ser felices. Nadie sabía de dónde había venido. Y crecía su fama de santo y sabio, y mucha gente comenzaba a guiarse por él y a imitarlo, y comenzó a venir gente de otros lugares.

Todos lo querían y confiaban en él, hasta que un día el hombre bueno les reveló que él era el heredero y el liberador buscado, y todo el barrio le creyó. Y entonces fueron a todas partes del país a comunicar a los demás el descubrimiento, pero muchos ya no se interesaron. Estaban absorbidos en la política, en las finanzas, en sus investigaciones, en sus vicios y pasatiempos…

La gente del barrio no se desanimó y continuó trabajando, inspirados por su guía y liberador, para hacer la vida de su país justa y fraterna como antes.”

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5. (Nota: si es necesario se puede volver al leer) Para compartir: Conversemos• ¿Por qué la gente busca al hijo del Rey que murió?• ¿Por qué muchos fueron donde aquel desconocido que resultó ser a quien buscaban?

6. Proclamación de Mateo 21,23-27• Motivación: Así como la gente de la nación de la narración fue en búsqueda del heredero, hasta que algu-nos lo encontraron; vamos a ir redescubriendo la importancia de Jesús de Nazareth y dónde y cómo encontrarlo. Los textos que contemplaremos cada día nos ayudaran a hacerlo.

Pongámonos en pie, y pidámosle al Espíritu Santo que nos guíe y acompañe en esta búsqueda. (Se puede hacer oración en silencio, un breve canto o tan solo una invoca-ción: “Ven Espíritu Santo) Luego proclamamos San Mateo 21,23-27

• Nos sentamos. Reflexionemos y compartamos:• ¿Qué estaba haciendo Jesús antes de lo interrumpieran con la pregunta que le hicieron (ver Mt 21, 23, se puede releer)?

• Complementación: Solo los sacerdotes judíos podían enseñar en el Templo de Jerusalén, por eso, los sumos sacerdotes y los ancianos le preguntaron a Jesús sobre quién le dio autoridad y autoriza-ción para hacer tal cosa. Jesús no era sacerdote. Pero, Jesús, al igual que Juan Bautista, había recibido tal autoridad directamente de Dios Padre. Pero, estos jefes religiosos no lo reconocían ni aceptaban.

La autoridad de Jesús le viene de ser el Hijo de Dios, pero sobre todo de vivir lo que predicó. Habló de amor y amó sin medida, predicó sencillez y fue el más humilde, en-señó el perdón y perdonó a todos sus ofensores. Se presentó como el más humilde de todos y como el servidor de todos.

“Las palabras de Jesús son siempre más grandes que nuestra razón. Superan conti-nuamente nuestra inteligencia. Es comprensible la tentación de reducirlas, manipu-larlas para ajustarlas a nuestra medida. (Se requiere) la humildad de respetar esta grandeza, que a menudo nos supera con sus exigencias, y de no reducir las palabras de Jesús preguntándonos sobre lo que «es capaz de hacer». Él piensa que puede hacer grandes cosas. Creer es someterse a esta grandeza y crecer paso a paso hacia ella”4.

Al iniciar esta novena de preparación a la celebración del nacimiento de nuestro Sal-vador, el evangelio de Mateo nos recuerda que Jesús está lleno de autoridad para en-señarnos y guiarnos en la vida. Y en su enseñanza lo encontramos a Él y reconocemos quién es. Creer que Jesús es el Hijo de Dios y nuestro Salvador, el Mesías esperado, y aceptar su palabra y vivir según sus enseñanzas, será el signo inconfundible de que hemos aceptado su autoridad.

Aquí cabe preguntarnos: ¿qué importancia ha tenido y tiene en mi vida las enseñanzas de Jesús? ¿Estoy dispuesto reencontrarme con Él y su enseñanza en esta Navidad? ¿Es-toy dispuesto a poner en práctica lo que me enseñe?

304 Jesús de Nazaret III. La infancia de Jesús. Benedicto XVI.


7. Oración final

Concluyamos con oración escrita por Papa Francisco:

“¡Madre, ayuda nuestra fe!Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su

llamada.Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y con-

fiando en su promesa.Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe.Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los

momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.

Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.Recuérdanos que quien cree no está nunca solo.

Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino.Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día

sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.” (Lumen Fidei 60)

8. Cantamos un villancico.9. Despedida.

• Tarea: Entregamos otra pista para encontrar o reencontrar a Jesús. La pista está en Mateo 1,1-17. Léanla y traten de descubrir ese otro lugar dónde poderlo hallar. Miren los detalles, de qué habla, en qué les hacer pensar. Hay Biblias que traen comentarios al texto. Bus-quen en internet la explicación. Y mañana conversaremos de lo que descubrieron. A los niños se les recomienda leerla, ojalá, con adulto de su familia. • Bendición final: El Dios de la Vida, que hizo fecunda la virginidad de María, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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1. Preparación previa: Al altar de la Palabra le ponemos un rótulo que diga: La enseñanza de Jesús.

Fuera de la Casa:

2. Bienvenida y motivación:Seguimos con esta experiencia de búsqueda, de encuentro y reencuentro con Jesucristo. Avanzamos un paso más. Entonemos un villancico.

• “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén• Oremos: “Señor, prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros, proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida”: “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. Amén


Dentro de la casa:

4. Agradecemos la hospitalidad y realizamos lo siguiente:a. Recordamos La parábola del liberador escondido. Se pide a uno de los presen-tes que la narre con sus propias palabras, no hace falta que la diga completa, entre todos ayudamos.b. Vamos a escuchar y conversar sobre Mateo 1,1-17, y juntos descubriremos dón-de podemos también encontrar a Jesús. Preparemos nuestros corazones para escuchar, invocando al Espíritu Santo. Nos ponemos en pie, proclamamos:

5. Lectura del evangelio según San Mateo 1,1-17 • ¿En qué nos hizo pensar este texto? • ¿Pudimos descubrir dónde podemos encontrar a Jesús?


Jesús vino al mundo insertándose dentro de la historia humana, que es una historia de familias. En este camino de preparación inmediata para la Navidad, lo primero que hacemos es situar a Jesús en medio de su pueblo, en el amplio contexto histórico al que pertenece y dentro del cual Él tiene un puesto especial.

Hoy aprendemos que Dios realiza sus promesas en Jesús. Lo que comenzó con Abra-ham, Dios lo ha llevado a término con Jesús. Jesús está profundamente enraizado en la historia de Dios con su pueblo porque proviene de Él en la carne. Precisamente en esa carne están asumidos y redimidos los pecados de esta historia. Las búsquedas más le-gítimas del pueblo que progresivamente fue comprendiendo el plan de Dios encuentran reposo en Él, porque ¡Él es su fin y su cumplimiento!

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Segundo dia 17 de diciembre“Jesús dentro de la historia”

NOVENA DEL NIÑO


La historia no es un caos, sino una serie de acontecimientos que no se escapan de las manos de Dios. Dios orienta esta historia hasta su culminación en el Mesías, para que toda la historia tenga sentido en Jesús de Nazareth. Todo lo que le precede prepara su llegada y con su llegada comienza el tiempo de la plenitud y el cumplimiento.

➢ Preguntémonos: ¿Hemos podido encontrar a Jesús presente en los acontecimientos de nuestra vida y nuestra familia? 7. Si se encontró alguna persona que pueda contar dónde y cómo encontró y en-cuentra a Jesús. Se puede escuchar en este momento. La persona animadora la presenta y pide que cuente su experiencia. Al terminar se le agradece su participación.

8. Oración final. Concédenos, Señor Jesús, la gracia de reconocerte presente en los acontecimientos de nuestra vida y nuestra familia haciendo de nuestra historia un camino que avanza como camino de salvación hacia su plenitud. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

9. Cantamos un villancico.

10. Despedida. • Tarea:

Entregamos otra pista para encontrar o reencontrar a Jesús. La pista está en Mateo 1,18-24.

Bendición final: El Dios que nos salva continuamente, quien ha bendecido a José con Jesucristo, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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1. Preparación previa: Al altar de la Palabra además del rótulo: La enseñanza de Jesús, se agrega otro con la palabra Historia.

Fuera de la Casa:

2. Bienvenida y motivación:En La parábola del liberador escondido, se narra que “Tras la muerte de rey comen-zaron a surgir muchos problemas en el país, por falta de empleo y guía, de modo que la gente fue en busca del hijo para que se hiciera cargo cuanto antes, pero no lo podían encontrar. Sabían que estaba entre ellos, pero no sabían dónde. Y mientras tanto la situación empeoraba; crecían las injusticias, la corrupción y el espíritu de división y competencia, y el pueblo anhelaba al hijo desaparecido porque sabía que los liberaría de sus miserias.”

Dios no nos abandona. En la base de la obra de Dios en el mundo está Jesús, a quién Él le dio la existencia, el nombre y la misión. Avanzamos un paso más en esta Novena. Entonamos un villancico.

• “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén• Oremos:

“Señor, prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros, proclamando con todos los án-geles y a través de nuestra vida”: “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. Amén


Dentro de la casa:

4. Agradecemos la hospitalidad y motivamos con las siguientes palabras o seme-jantes: Jesús es el regalo, el don auténtico de Dios a su pueblo, para que no sufra más con tanta maldad, para que viva plenamente en la comunión con Él y con los hermanos, porque Él es el “Dios que está con nosotros”.

Vamos a escuchar y conversar sobre Mateo 1,18-24, y juntos descubriremos dónde podemos también encontrar a Jesús. Preparemos nuestros corazones para escuchar, in-vocando al Espíritu Santo. Nos ponemos en pie, proclamamos:

5. Lectura del evangelio según San Mateo 1,18-24• Comentamos: ¿Pudimos descubrir dónde podemos encontrar a Jesús?6. Reflexionemos y compartamos:

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Tercer dia 18 de diciembre“José, esposo y padre”

NOVENA DEL NIÑO


José

Como ya saben mi nombre es José. Cuando pasaron estas cosas, María era mi futura esposa. Después de habernos comprometido, ya éramos considerados Marido y Mujer, aunque no íbamos a vivir juntos, sino hasta un año después. Esa eran nuestras cos-tumbres. Fue precisamente durante ese período que se descubrió que María estaba embarazada. Fue una situación vergonzosa y dolorosa. Surgieron muchas preguntas en mí, busqué las respuestas, pero, sobre todo, busqué una salida a aquella situación tan difícil para mí.

Tomé la decisión de repudiarla, pero en secreto. Tanto la amaba que no quise expo-nerla a la pena de muerte, porque aquella situación iba a ser considerada como un adulterio. Y el adulterio se pagaba con la muerte.

Pero Dios cambió mis planes y me puso al servicio de su plan de salvación. El Señor intervino y me involucró en lo que quería hacer. Me indicó nuevos rumbos para aque-lla situación, al punto de que modifiqué el rumbo de mis decisiones.

Cuando el ángel del Señor me llamó, hijo de David y me invitó a “no temer”, entendí que me llamaba para que ejercer mi responsabilidad como miembro del pueblo elegido que aguardaba al Mesías. Debía aceptar sin recelo a María, formar una familia con ella y reconocer al niño que iba a nacer como mi legítimo hijo. Yo sería su padre.

El niño tendría una gran misión, la de “salvar a su pueblo de sus pecados”, por eso se llamaría Jesús, aunque en ese momento estaba amenazado de no nacer por cuenta de un supuesto pecado.

Dios irrumpió en nuestras vidas y las “trastornó”. No nos obligó, nos sedujo. Suscitó el amor y nos llevó por donde no habíamos soñado jamás... Cuando alguien se deja guiar por Dios, debe improvisar, y a pesar de la oscuridad de la fe, al final siempre brilla la luz. La actitud correcta es entonces el abandono en su voluntad.”

Nos preguntamos:

• ¿Cómo busco la voluntad de Dios? • ¿En esta búsqueda estoy dispuesto/a a salvar a las personas aunque estas estén acusadas gravemente? • Cómo familia, comunidad o grupo, ¿a qué personas concretas hemos tratado de salvar?

7. Si se encontró alguna persona que pueda contar dónde y cómo encontró y en-cuentra a Jesús. Se puede escuchar en este momento. La persona animadora la presenta y pide que cuente su experiencia. Al terminar se le agradece su participación.

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8. Oración final: (Del Papa Juan XXIII)

San José, sé siempre para nosotros un protector.Que tu espíritu interior de paz, de silencio,

de trabajo honrado y de oración al servicio de la Iglesia,nos vivifique y nos alegre, en unión con tu esposa bendita,

nuestra dulce e inmaculada madre María,en el amor fuerte y suave a Jesús, Rey gloriosoe inmortal de los siglos y de los pueblos. Amén.


10. Despedida. • Tarea: Entregamos otra pista para encontrar o reencontrar a Jesús. La pista está en Lucas 1, 5-25.

Bendición final:Que el Dios creador, que nos recuerda su amor cada día, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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1. Preparación previa: Al altar de la Palabra además de los rótulos que se tienen, se agrega otro con la palabra José.

Fuera de la Casa:

2. Bienvenida y motivación:Según la parábola la búsqueda del liberador se hizo “, primeramente en lugares más probables, luego en todas partes.” Hay lugares y momentos muy especiales en dónde podemos encontrar a Jesús. Dispongámonos para descubrir un nuevo sitio en donde encontrarlo.




Dentro de la casa:

4. Agradecemos la hospitalidad y motivamos con las siguientes palabras o semejantes:

5. Puestos en pie, proclamamos: Lectura del evangelio según San Lucas 1, 5-25.

• Nos preguntamos: ¿qué experiencias agradables sobre la presencia de Cristo hemos tenido en el templo y las celebraciones litúrgicas?


Zacarías

La acción de Dios no esta fuera de la historia humana. Dios toma el mundo tal como es, y ahí realiza su promesa. Y en el mundo y en la historia se fija no en los poderosos y conocidos, como Herodes; sino en los débiles y desconocidos. Pero aceptarlo requie-re fe. Eso era yo, un débil de edad avanzada y sin hijos. Mi esposa y yo éramos fieles cumplidores de la ley de Dios.

Yo era de la tribu sacerdotal, que servía por grupos en el templo de Jerusalén. En una de esas ocasiones que servía a nuestro grupo me toco entrar a ofrecer el incienso en el Santuario del Señor. Era un momento y lugar muy sagrados, estaba ante la presencia de Dios y mucha gente estaba en oración. Me toco revisar las brazas y los perfumes en el altar del incienso que se hallaba en el lugar mas sagrado del templo de Jerusalén.

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Cuarto dia 19 de diciembre“Un momento y lugar muy sagrados”

NOVENA DEL NIÑO

Yo estaba en oración, cuando se me apareció un ángel que dijo llamarse Gabriel, y me anunció el nacimiento de un niño que estaría consagrado a Dios, sería un profeta que llamaría a todos a convertirse, su predicación ayudaría a descubrir el plan salvador de Dios. Seria como el gran profeta Elías. El ayudaría a nuestro pueblo a dar el paso a la siguiente etapa de la historia de la salvación guiada por el Mesías.

Esto me pareció muy difícil y que ese niño fuera a ser mi hijo me pareció imposible. Me costaba aceptar lo que escuchaba, y me costaría hablar de ello. Mi asombro se convirtió en incredulidad.

Por eso, el ángel me dejó sordo y mudo, hasta que naciera el niño. Fue por mi objeción y como signo de que lo que anunció de ese niño era verdad; como era verdad que el Señor Dios de Israel, visitaría y redimiría a su pueblo, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte y para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

7. Nos preguntamos:¿Qué nos enseña lo vivido por Zacarías? ¿A qué nos invita?


9. Oración final. Leemos el Salmo 95 (94).


11. Despedida. • Tarea: Entregamos otra pista para encontrar o reencontrar a Jesús. La pista está en Lucas 1, 26-38.

Bendición final:Que la alegría de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos acompañe siempre y la lleve-mos a los demás. Amén

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1. Preparación previa: Al altar de la Palabra además de los rótulos que se tienen, se agrega otro con la palabra Templo.

Fuera de la Casa:

2. Bienvenida y motivación:Hay personas que con su vida nos ayudan a encontrar al Liberador que andamos bus-cando y nos muestran cómo hacerlo presente en nuestras vidas, haciendo que la verdad del Evangelio impregne nuestro modo de ver, pensar y de actuar. Hoy nos encontrare-mos con una persona muy especial.




Dentro de la casa:


5. Puestos en pie, proclamamos:Lectura del evangelio según San Lucas 1, 26-38.


María de Nazareth

“De camino hacia las montañas de Judea, un nombre no dejaba de repetirse dentro de mí: Jesús, Jesús, Jesús.

Mientras caminaba a casa de mi prima Isabel pude repasar cada palabra y cada gesto de lo que viví.

Dios entró en mi historia para entrar en la historia de mi pueblo y en la historia de todos los pueblos de una manera nueva. Como se anunció a nuestros antepasados, cumplía las promesas de amor y alianza que le hizo a Abraham y a sus descendientes.

Si Él actuó por su Palabra en nuestros padres y madres y seguía haciendo proezas con su brazo, yo también podía dejarle espacio a su Palabra, dejarla vivir y crecer dentro de mí. Y sólo bastó con decir con libertad: “Que me suceda lo que tú me dices”.

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Quinto dia 20 de diciembre“María de Nazareth”

NOVENA DEL NIÑO

Sólo bastó que mi corazón escuchara con nobleza y generosidad para que aquella se-milla comenzara a germinar en mí.

¿Qué vendría después? No lo sabía. Lo iría descubriendo poco a poco. Como poco a poco el nombre Jesús iría teniendo cuerpo y rostro dentro de mí. Le llamarán Hijo del Altísimo, pero yo le podré llamar hijo…

Todo un Dios omnipotente será un niño en mi regazo, y el amor más infinito buscará un poco de mi amor 5.”

7. Compartamos: ¿Qué nos hizo sentir y pensar esta narración?


9. Oración final. (Tomada y adaptada de oración del Papa Benedicto XVI a la Virgen de Loreto)

10. Cantamos un villancico.11. Despedida. • Tarea: Entregamos otra pista para encontrar o reencontrar a Jesús. La pista está en Lucas 1, 39-45. Bendición final: Dios que nos envía a anunciar su redención a todos nuestros hermanos y hermanas, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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5 Paráfrasis del canto Madre del Redentor.

María, Madre del sí, tú escuchaste a Jesús y conoces el timbre de su voz

y el latido de su corazón. Estrella de la mañana, háblanos de él

y descríbenos tu camino para seguirlo por la senda de la fe. María, que en Nazaret habitaste con Jesús, imprime en nuestra vida tus sentimientos,

tu docilidad, tu silencio que escucha y hace florecer la Palabra en opciones de auténtica libertad. María, háblanos de Jesús, para que el frescor

de nuestra fe brille en nuestros ojos y caliente el corazón de aquellos

con quienes nos encontremos, como tú hiciste al visitar a Isabel, que en su vejez se alegró contigo

por el don de la vida. María, Virgen del Magníficat

ayúdanos a llevar la alegría al mundo…Ora para que Jesús, muerto y resucitado,

renazca en nosotros y nos transforme en una noche llena de luz,

llena de él. María,…puerta del cielo,

ayúdanos a elevar nuestra mirada a las alturas. Queremos ver a Jesús, hablar con él y anunciar a todos su amor. Amén


1. Preparación previa: Al altar de la Palabra además de los rótulos que se tienen, se agrega otro con la palabra María.

Fuera de la Casa:

2. Bienvenida y motivación:Leemos en la Parábola del Liberador escondido:

“…en uno de los barrios más marginados del país se supo de un hombre sencillo y po-bre que estaba dedicado a aliviar a los necesitados, y a enseñarles el modo de superar sus miserias y vicios y de ser felices. Nadie sabía de dónde había venido. Y crecía su fama de santo y sabio, y mucha gente comenzaba a guiarse por él y a imitarlo, y co-menzó a venir gente de otros lugares.

Todos lo querían y confiaban en él, hasta que un día les reveló que él era el heredero y el liberador buscado, y todo el barrio le creyó.” En los lugares menos pensados tam-bién encontramos a Jesús.


“Señor, prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros, proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida”: “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. Amén


Dentro de la casa:

4. Agradecemos la hospitalidad y motivamos con las siguientes palabras o semejantes: 5. Puestos en pie, proclamamos: Lectura del evangelio según Lucas 1, 39-45

Isabel

Yo era descendiente de Aarón, el primer sacerdote colaborador de Moisés. Mi esposo y yo éramos de familia sacerdotal. Yo era también de edad avanzada y estéril. No podía tener hijos. Cuando creí que esto ya no podía ser, el Señor manifestó su misericordia en mí. Pero mi hijo, no sólo iba a ser bendición para nuestra familia. Su vida marcaría el final de una época y el inicio de otra nueva, porque el proyecto salvador de Dios orientaba toda su existencia.

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Sexto dia 21 de diciembre“Las cosas sencillas y comunes de la vida”

NOVENA DEL NIÑO

Y como si esto no fuera suficiente, el Señor, me permitió otra experiencia gozosa cuando una de mis primas que vivía en Nazareth vino a visitarme y a ayudarme durante los tres últimos meses de mi embarazo.

Bastó que ella entrara en mi casa y me saludara para que yo me llenara de una alegría inmensa y me sintiera impulsada a alabarla. Yo supe en ese momento lo que sucedía en ella y que lo que yo vivía estaba en relación con lo que le estaba pasando. Somos parte de un pueblo que esperaba el cumpli-miento de las promesas de nuestro Dios. Y en nosotras comenzaba el cumplimiento.

A mis palabras, mi prima respondió con un hermoso himno de alabanza al Señor. No era a ella a quien había que alabar, sino a nuestro Dios que hacía obras grandes y su grandeza debía ser reco-nocida por todo ser humano.

• Preguntémonos, como María e Isabel: ¿soy capaz de percibir y experimentar la presencia de Dios en las cosas sencillas y comunes de la vida de cada día?


7. Oración final. En silencio pedimos a Dios nos ayude a encontrar a Jesús en las cosas sencillas y co-munes de la vida de cada día.


• Tarea:Entregamos otra pista para encontrar o reencontrar a Jesús. La pista está en Mateo 1,18-24.

Bendición final: El Dios que enaltece a los humildes, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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1. Preparación previa: Al altar de la Palabra además de los rótulos que se tienen, se agrega otro con la palabra Las cosas sencillas y comunes de la vida

Fuera de la Casa:

2. Bienvenida y motivación:Un signo de la presencia de Jesús es la manera en que nos tratamos los unos a los otros, ¿cómo puede ser esto posible?




Dentro de la casa:

4. Agradecemos la hospitalidad y motivamos con las siguientes palabras o semejantes: Puestos en pie, proclamamos: Lectura del evangelio según San Mateo 1,18-24


La justicia de José

Se preguntaran ustedes porqué decidí repudiar a María en secreto y en silencio. Lo primero que tengo que responder es que la Ley de Moisés me daba el derecho, como a todos los hombres, de repudiar a María en una plaza pública o en la puerta de la ciu-dad. Como hombre pude defender mi honor de esa manera, pero no lo quise.

María y el niño en su vientre permanecían en silencio, silenciados y enmudecidos. Y, yo también estaba aprisionado por que establecido. Tenía que actuar como hombre según la Ley y las costumbres.

Pero, ¿cómo ir más allá de aquella justicia que condenaba a María, que estaba en evi-dente inferioridad e indefensión, y que podía llevarla a la muerte? Era necesaria una justicia que fuera más allá de lo que estaba establecido, y yo no sabía cómo hacerlo. Tan sólo alcance a decidir hacerlo en secreto para no humillarla más.

Fue un ángel del Señor, que me indicó en un sueño, una justicia que superaba aquella manera de hacer las cosas. Se me propuso una comprensión de Dios y de su acción que

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Setimo dia 22 de diciembre“La justicia de José”

NOVENA DEL NIÑO

no obedecía a aquellas maneras de pensar y de actuar. El niño que iba a nacer no era ni un error ni una maldición. Y yo no tenía porqué actuar como se me mandaba, podía ser hombre y creyente de otra manera a la establecida.

Para liberar a María y al niño, yo también tenía que liberarme del modo de entender la relación con los demás, en especial, con las mujeres. Y aquel niño, al que le tenía que poner por nombre Jesús porque “salvaría a su pueblo de sus pecados”, me salvó a mí, de una manera de ser, pensar y actuar que yo creí que estaba bien.

María y yo viviríamos con aquel niño una nueva manera de ser hombre y de ser mujer, una nueva manera de relacionarnos. Sería a la manera del reino de Dios y su justicia. Una manera libre para amar y construir nuevas maneras tratarnos los unos a los otros.

Nuestra casa sería una casa para todos y todas, casa de las diferencias, donde se pudiera amar y ser amados y amadas plenamente. En esta casa, nacería y crecería Jesús, que nos enseñaría a ser nuevos hombres y nuevas mujeres, capaces de recrear la manera de relacionarnos.

Nos preguntamos:• ¿Cómo nos relacionamos hoy los hombres y las mujeres? • ¿Qué nos enseña lo que hizo José?


7. Oración final: (del Papa Juan Pablo II).

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Oh san José, contigo y por tu mediación bendecimos al Señor. Él te ha elegido entre todos los hombres para ser el casto esposo de María, aquel que está a las puertas del miste¬rio de su maternidad y que, después de ella, lo acepta con fe, como obra del Espíritu Santo.

Tú has dado a Jesús una paternidad legal en la estirpe de David. Tú continuamente has vi-gilado con afectuosa solici¬tud a la Madre y al Niño Dios, para hacer que sus vidas fuesen seguras y pudieran cumplir con su misión.

Jesús Salvador se ha dignado someterse a ti, como a un padre, durante su infancia y adoles-cencia y recibir de ti las enseñanzas para la vida humana, mientras tú compartías su vida en la adoración de su misterio.

Tú ahora vives con él. Continúa protegiendo a toda la Iglesia, familia nacida de la salvación traída por Jesús. Mira las necesidades espirituales y materiales de todos aquellos que acuden a tu intercesión.

Acuérdate de las familias y particularmente de los pobres: por tu mediación ellos están seguros de obtener la mirada maternal de María y la mano de Jesús que les socorre. Amén.

8. Cantamos un villancico.9. Despedida. • Tarea: Entregamos otra pista para encontrar o reencontrar a Jesús. La pista está en Lucas 1, 57-66.Bendición final: Dios que es fuente de verdadera humanidad, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


1. Preparación previa: Al altar de la Palabra además de los rótulos que se tienen, se agrega otro con la palabra Nuevos hombres y nuevas mujeres.

Fuera de la Casa:

2. Bienvenida y motivación:Hemos venido compartiendo como vecinos y amigos, y ya casi concluimos este recorri-do. Ojalá que lo vivido hasta este momento nos haya llenado de alegría, paz y asombro.




Dentro de la casa:


5. Puestos en pie, proclamamos: Lectura del evangelio según San Lucas 1, 57-66.

6. Preguntémonos:• ¿Cómo hubiéramos reaccionado nosotros y nosotras de haber estado en ese momento?• ¿Por qué y cómo Juan el Bautista nos ayuda a descubrir a Jesús?

7. Escuchemos ahora la siguiente narración:

Los vecinos

Sabíamos lo que le había ocurrido a Zacarías, pero no sabíamos que Isabel esperaba un niño. Al enterarnos de su nacimiento fuimos a felicitarla. Nos alegramos mucho con la noticia. Ellos eran muy buenos y religiosos.

Pero la cosa no quedó ahí, el día que el niño fue circuncidado y quedaba así bien claro que era ciudadano del pueblo israelita, cuando le fueron a poner el nombre sucedió algo que nos asombró a todos y nos dejó a la expectativa de lo iba a pasar con ese niño.

Fíjense que cuando le preguntaron a Zacarías si en verdad el nombre para el niño iba a ser Juan, como había indicado Isabel; nomás terminó de escribirlo, por que estaba sordo y mudo, se soltó a hablar y ha salido de su boca un poema tan hermoso que a todos se nos puso “la piel de gallina.”

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Octavo dia 23 de diciembre“Juan el Bautista”

NOVENA DEL NIÑO

Dijo que ese niño era profeta del Altísimo, que nos ayudaría a conocer la salvación que Dios ofrece, porque Dios nos hará participar de su amor mediante el perdón de los pecados.

Y lo más sorprendente es que Zacarías anunció que va llegar el Mesías y que Juan es quien nos ayu-dará a reconocerlo.

Zacarías actuaba como un profeta, no veía el futuro, sino que describía la realidad tal cual la estaba viendo. El veía que la fuerza salvadora de Dios se había hecho presente y ya estaba actuando. No eran promesas para el futuro, eran cumplimiento.

8. Pidamos en silencio a San Juan Bautista que nos ayude a preparar nuestros corazones para recibir a Jesús que se acerca.

9. Si se encontró alguna persona que pueda contar dónde y cómo encontró y encuentra a Jesús. Se puede escuchar en este momento. La persona animadora la presenta y pide que cuente su experien-cia. Al terminar se le agradece su participación.

10. Oración final:


• Tarea: Entregamos otra pista para encontrar o reencontrar a Jesús. La pista está en Lucas 1, 67-79. Bendición final: El Señor que nos pone en camino hacia su encuentro, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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Padre todopoderoso, ayuda a tu familiaa caminar por la senda de la salvación,

para que siguiendo la voz de san Juan, el Precursor,pueda encontrar con alegría al Salvador que él anunció,

Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigoen la unidad del Espíritu Santo y es Dios

por los siglos de los siglos. Amén


1. Preparación previa: a. En la última casa pedimos que al altar de la Palabra además de los rótulos que se tienen, se pongan otro con la palabra Juan Bautista. b. Si es en el templo o capilla de la comunidad hacemos el altar de la Palabra con todos los rótulos que se tienen, incluido otro con la palabra Juan Bautista.c. Se le pide a uno de los asistentes que cuando se le indique ponga el último rótulo.d. Si es posible preparar un refrigerio para el final.

Fuera de la Casa o capilla:

2. Bienvenida y motivación:Agradecemos nos hayan acompañado durante todas las posadas. E instamos a vivir este último día con gozo y devoción.

• Oremos:



Dentro de la casa o capilla:

4. Motivamos con las siguientes palabras o semejantes: Hoy vamos a encontrar la última pista de esta búsqueda que comenzamos hace nueve días. Vamos a cantar al Espíritu Santo para nos guíe en este encuentro como la ha hecho hasta hoy.

5. Puestos en pie, proclamamos: Lectura del evangelio según Lucas 1, 67-79.


Aceptando la voluntad de Dios

Después del anuncio que el ángel Gabriel me hizo y que comenzó a cumplirse con el embarazo de Isabel, ella y yo nos apartamos de la rutina diaria a la que estábamos acostumbrados. Yo sordo y mudo y ella recluida en casa, casi ni salía.

Nuestro retiro comenzó a terminar con la visita de María, la prima de Isabel. Pero mi sordera y mi mudez no terminaron sino hasta que acepté la voluntad de Dios sobre mi hijo. El se llamaría Juan, nombre que Dios mismo le asignó.

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Noveno dia 24 de diciembre“Nos visitará el sol que nace de lo alto”

NOVENA DEL NIÑO

Cuando creí definitivamente y acepté lo que se me anunció sobre la persona y misión de Juan pude hablar de eso, pero sobre todo pude ver y hablar de la actuación de Dios en la historia de nuestro pueblo, alabarlo y bendecirlo.

No podía quedarme callado, me sentí tomado por el Espíritu de Dios que me hacía ver, comprender y anunciar la presencia salvadora de Dios, que por su gran bondad nos visitaba de una manera nueva e indescriptible.

¡Y mi hijo, tan frágil y pequeño en ese momento, era ya parte de su plan de salvación!

Nos preguntamos:

• ¿Qué pasó para que Zacarías pudiera volver a oír y hablar?

7. Colocamos la última pista sobre lo que nos ayuda a encontrar a Jesús, el Libe-rador escondido. Se le pide a alguien que coloque el rótulo.

8. Entonamos un canto de adviento.

9. Preguntamos:• ¿Qué les ha parecido la experiencia realizada durante esta novena?• Pedimos a una persona a una que comente lo que ha descubierto o redescubierto.

10. Agradecimientos.

11. Oración final: Concluimos con el Padre Nuestro y el Ave María. Y con la siguiente oración:

Señor Jesús, apresúrate y no tardes, para que tu venida consuele y anime a quienes confiamos en tu bondad. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén

A continuación, celebraciones para fechas importantes dentro de la Navidad.

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Reunidos en comunidad o como familia leemos:

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30 de diciembre del 2013SAGRADA FAMILIA

En familia vino Dios al mundoy, con una Madre de familia al pie de la cruz,

el Señor marchó humildemente de él.En familia, lloró Dios en la primera noche de la Navidad,

y en familia, Dios gozó por servir a la humanidad.En familia, Jesús, recibió humildes y regios honores

En familia, subió y bajó a Jerusalén a cumplir con la Ley.En familia, Jesús, aprendió el valor del trabajo

y, en familia, respetó y rezó en el día de descanso.En familia, el Niño Dios, nació en la más fría noche

en familia, ese mismo Niño, recibió el alientoque, ante la ausencia del calor humano,

un buey una mula le ofrecieron.¡En familia! ¡Sí! ¡En familia!

En familia, Jesús, crecióy, en familia, Jesús, el amor de Dios aprendió

En familia, Jesús, emigró lejos de su paísy, en familia, volvió a la tierra que le vio nacer.

En familia, Jesús, se instruyó en el lenguaje del cieloy, en familia, Jesús, entendió los signos de la tierraEn familia, Jesús, cultivó el valor de la fe en Dios

y, en familia, compartió las esperanzas de los hombres.

¡En familia! ¡Sí! ¡En familia!Algo de bueno, debe de tener la familia

cuando, el mismo Dios, eligió formar parte de una de ellas.Cuando, el Padre, quiso ser Padre en el cielo

y, por una familia, Padre de todos los hombres y mujeres de la tierra

Cuando, Dios, teniendo todo…quiso una mujer como Madreun José como padre para Jesús

y una casa donde entretejer la más bella historia de amor.

Algo, fuera de serie, divino y humano, tiene la familiacuando Dios, puso en el tiempo señalado por los profetas

al Verbo Encarnado en el corazón de la misma.Algo, grande, noble, insustituible y santoposee la familia cuando, el mismo Dios,

siendo Dios, quiso dejarse abrazar, acariciarcuidar, querer, sostener, mimar, educar y corregir en una de ellas.

Javier Leoz

• Leamos y comentemos Heb 10,23-25.

• Tomemos un momento para dar gracias a Dios por todo lo que nos ha concedido como familia, expresemos nuestras peticiones también para que cada hogar crezca en el encuentro con el resucitado.

Oramos

Bienvenido, Señor, esta es tu casaHaz de nuestro mundo

un hogar de pan y de pazlos hombres rompemos en pedazos la gran casa del mundo

reconstrúyela con tu nacimientoBienvenido, Señor, a la tierra

haz de nuestro suelo, caminos de amor y de concordia

los hombres rompemos la gran partitura que Dios compuso en el principio de la historia.

Bienvenido, Señor, en esta noche silenciosaa un lugar donde habita y reina el ruido;

queremos escuchar palabras de amorqueremos ver el rostro de Dios

queremos comprender que, para llegar hasta El,hay que inclinarse y entrar pequeño en Belén.

Bienvenido, Señor, a nuestra miseria¿Te das cuenta, Jesús, dónde has entrado?

¿Conoces, Jesús, el estado de nuestro corazón?Aún así, Señor, ¡gracias por venir!Eres la gran noticia de esta noche

La luz que ilumina el camino incierto del hombreEl llanto que nos hace de nuevo ser solidarios

El Niño que, en el mundo, es salvación y futuroBienvenido, Señor, a este vallePermítenos, como los pastores,

Ofrecerte lo que somos y tenemosDéjanos, en el universo que rodea este Misterio,

Unirnos al coro de los ángeles y arcángelesDoblamos nuestras rodillas ante, Ti, Señor,

¡Eres tan pequeño y tan grande!¡Tan débil y tan fuerte!

¡Tan inocente y tan sabedor de lo que te espera!¡Bienvenido, Señor, a nuestra tierra!

Protegedle, José y María, La paz, el amor, la concordia,

La fraternidad, el mundo, el hombre..Todo le espera y todos le necesitamos.

Amén

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En familia, encendemos una vela, la que hemos estado usando desde que inició el tiem-po de navidad y leemos esta narración:

Fue allá en los tiempos eternos. En una de esas oportunidades de amanecer en el seno mismo de la Santísima Trinidad.

Porque hay que saber que en Dios también existe una vida íntima. Dicen que es un diá-logo entre el Tata, el Hijo y el Espíritu Santo. De eso nada sabríamos, si no fuera porque el Hijo, cuando vivió entre nosotros, nos lo reveló.

Bueno: en una de esas conversaciones que Dios tiene consigo mismo, Tata Dios co-mentaba medio entristecido:

-¡Mal la veo! Mala tos le siento al gato. Fijate que creamos al hombre para que fuera feliz en la tierra, obedeciendo a nuestra palabra. Y resulta que el hombre y la mujer, mal anoticiados por Mandinga (el Maligno), prefirieron hacerle caso a él, y agarraron nomás por mal camino. De nada sirvió echarlos del paraíso. No comprendieron ni se corrigieron. Les mandamos el diluvio, y de entre los pocos que se salvaron, volvió a renacer la mala semilla. Los desparramamos en la torre de Babel... y nada, sino peor. Ya no sé qué hacer. No puedo seguir castigándolos. Pareciera que aunque vean clarito la buena senda, no tienen la fuerza para seguirla. ¡Qué hacer! ¿A quién enviaré?

Parece que entonces, el Espíritu Santo le inspiró al Hijo la respuesta:-¡Ofrecete Vos! Ofrecete Vos.

Y el Hijo, inspirado por el Espíritu, se puso a disposición del Tata para lo que se ofreciera:

-¡Aquí estoy para hacer su voluntad! ¡Envíeme!Y, como cuentan los ancianos, de esta manera nació lo que llamaron la economía de la salvación. Es decir, el proyecto por el cual el Tata mandó a la tierra a su Hijo para que cumpliera plenamente su voluntad y nos la enseñara también a nosotros. Y no sólo eso: sino que llegara, por obediencia, a dar su propia vida para que nosotros tuviéramos la gracia y la fuerza para seguir la buena senda que nos devolviera a la casa paterna. De ese lugar de vida de donde nos habíamos apartado por la desobediencia.

Pero el Verbo de Dios le pidió a su Tata un regalo. Quiso poder elegirse y prepararse a su propia madre. Nadie de nosotros puede pretender esto. Pero el Hijo de Dios, sí.

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1 de enero del 2014SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Y como venía a luchar contra el pecado, quiso vencerlo de entrada en la que debía ser su madre. En previsión de los méritos, que él nos conseguiría con su misterio Pascual, la preservó de todo el pecado desde el momento mismo de su concepción.

Por eso María nació pura y limpia desde el principio. Sin mancha de pecado. Hasta ella no llegaría el contagio que Adán y Eva nos habían agarrado allá debajo del árbol, cuan-do desobedecieron a Dios. Ella quedó preservada de aquella herida, gracias a la obe-diencia de Jesucristo, el nuevo Adán, que venciera a Mandinga en el árbol de la cruz.¡Lindo regalo el del Hijo para su madre! De lo que a nosotros nos vendría a curar, ella la preservó. La hizo llena de gracia. Evidentemente, el Tata la estaba prefiriendo entre todas las mujeres, porque su vientre sería el lugar donde habría de nacer el fruto bendito que nos daría la salud a todos.

Pero esta preferencia de Dios no significó para María el que todo le iba a resultar fácil y simple. Más vale lo contrario. A la planta que el jardinero ama, es a la que más poda. Y lo hace para que dé más fruto. Y que su fruto sea el mejor.

Mamerto Menapache

Leer el relato de la anunciación (Lucas 1, 26 - 38)

• ¿Qué habrá pensado y sentido María? ¿Cómo se habrá preparado durante el embarazo para esperar a Jesús? ¿Cómo nos preparamos nosotros para recibir a Jesús en nuestra vida?

Oramos:

Padre misericordioso y autor de nuestros días, escucha nuestras inquietudes: aleja de nosotros todo mal, motiva nuestro corazón para hacer el bien sin límites ni condiciones, líbranos de los remordimientos del pasado y refuerza nuestra esperanza ante el futuro. Haz que, iluminados por tu paternidad, sepamos ser providencia tuya para todos con obras, intenciones y gestos concretos. Por Cristo nuestro Señor. AMÉN

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Ambientación

Reunirnos alrededor del Portal o Nacimiento.

Saludo

La iglesia nos invita a vivir este año con un corazón renovado. Sabemos que hay millo-nes de personas que aún no saben nada de Jesús. Si nuestro corazón se renueva haremos que Jesús llegue a muchas personas.

Nos planteamos

- ¿Cómo hemos vivido estos días de Navidad?- ¿Qué hemos hecho por Jesús?Lectura del Evangelio: Mateo 2, 1-12

Reflexión

Siguiendo a una Estrella

Fue una pequeña luz en el cielo, en medio de la oscuridad del firmamento de cada no-che, la que guió durante meses a aquellos Magos, sabios de la época, que supieron des-cubrir que algo tan insignificante, un puntito de luz entre millones de otros similares, estaba indicando algo grande: el camino hacia la salvación. Encontraron un horizonte hacia el que caminar, y lo dejaron todo detrás, y sortearon todos los obstáculos, hasta conse-guir llegar al objetivo. Y cuando llegaron, sus ojos no buscaron otra cosa que lo que allí se les ofrecía: un Niño.

El ejemplo de los Magos dice mucho acerca de lo que significa celebrar que el Señor se manifiesta como Luz: el mismo Jesús es hoy para nosotros la estrella, y hoy es día para ver si realmente estamos siguiendo su luz.

Y hoy, al llegar a nuestras casas, nosotros tenemos que alumbrar a los nuestros en su nombre para que puedan llegar hasta Jesús.

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6 de enero del 2014EPIFANÍA

Actividad

Los padres habrán preparado una estrella, no muy pequeña, para cada miembro de la familia. Todos sentados alrededor del nacimiento, que tendrá la vela encendida recibi-rán su estrella. Se invita a pensar cómo podría cada uno ser estrella, en este nuevo año. Después de unos momentos de silencio cada uno escribe detrás de la estrella lo que cree que puede hacer. Cuando todos hayan escrito, se les invita a dar gracias a Jesús y a pedirle el poder cumplir el propósito escrito. (Si lo quieren comunicar, mejor)

Compromiso

Colocar la estrella en un lugar visible para no olvidar el compromiso de ser estrella misionera.

Oración final

Jesús, amigo y hermano nuestro. Estamos muy contentos hoy;Los Reyes nos han traído muchas cosas y queremosdarte las gracias, porque todo lo bueno procede de ti.Te queremos pedir también por lo niños que sufren y

pasan más necesidad, para que reciban hoy tu bendición.A ellos y a nosotros enséñanos a ser siempre buenos.

Que seamos obedientes con nuestros padres,que te amemos a Ti y a nuestra familia cada día másy podamos darte la alegría de ser cada vez mejores.

Amén

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Jesús con su Bautismo nos presenta una nueva manera de entender nuestra relación con Dios. De la mano de Benedicto XVI avancemos en la comprensión de este misterio de amor:

Toda Judea y Jerusalén acudía para bautizarse, como acabamos de escuchar. Pero ahora hay algo nuevo: «Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bauti-zara en el Jordán» (Mc 1, 9). Hasta entonces, no se había hablado de peregrinos venidos de Galilea; todo parecía restringirse al territorio judío. Pero lo realmente nuevo no es que Jesús venga de otra zona geográfica, de lejos, por así decirlo. Lo realmente nuevo es que Él —Jesús— quiere ser bautizado, que se mezcla entre la multitud gris de los pecadores que esperan a orillas del Jordán. El bautismo comportaba la confesión de las culpas (ya lo hemos oído). Era realmente un reconocimiento de los pecados y el propósito de poner fin a una vida anterior malgastada para recibir una nueva. ¿Podía hacerlo Jesús? ¿Cómo podía reconocer sus pecados? ¿Cómo podía desprenderse de su vida anterior para entrar en otra vida nueva? Los cristianos tuvieron que plantearse estas cuestiones. La discusión entre el Bautista y Jesús, de la que nos habla Mateo, expresa también la pregunta que él hace a Jesús: «Soy yo el que necesito que me bautices, ¿y tú acudes a mí?» (3, 14). Mateo nos cuenta además: «Jesús le contestó: “Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan lo permitió» (3, 15).

Papa Benedicto XVI Jesús de Nazareth

Renovemos nuestra condición de bautizados:

Guía: ¿Están dispuestos a luchar contra el pecado, es decir, contra la envidia, el deseo de venganza, la mentira, el egoísmo y todo aquello que suponga hacer daño a otro?

Todos: Sí, estoy dispuesto.

Guía: ¿Están dispuestos a amar a todos, a perdonar, a ayudar a los que os necesiten y a trabajar por un mundo mejor?

Todos: Sí, estoy dispuesto.

Guía: ¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?

Todos: Sí, creo.

Guía: ¿Creen en Jesús, su Hijo, nuestro amigo y salvador, que murió y ha resucitado?

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12 de enero del 2014EL BAUTISMO DEL SEÑOR

Todos: Sí, creo.

Guía: ¿Creen en el Espíritu Santo, que nos da la vida y el amor de Dios?

Todos: Sí, creo.

Oramos:

Escucha, Dios nuestro, la voz de tu Iglesia aquí reunida: ilumínala con la verdad de tu Espíritu Santo y con la presencia salvadora de tu Hijo Jesús, quien contigo vive y reina, por los siglos de los siglos. AMÉN.

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ANEXOS

Nos unimos en familia al frente del portal o de la imagen de la Sagrada Familia.

Por la señal, de la Santa Cruz………….

PARA PEDIR PERDÓN: Jesús mi Señor y Redentor…

ORACIÓN:Nos dirigimos al Padre Celestial por medio de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, dando gracias por todas las bendiciones que hemos recibido cada uno de los miembros de nuestra familia. Te pedimos que este año que empieza esté lleno de amor, comprensión, diálogo y sobre todo perseverancia para poder seguir el Camino, la Verdad y la Vida que Tú Hijo Jesucristo nos muestra para alcanzar la vida eterna. Po-nemos también en tus manos a todos los miembros de nuestra Santa Madre Iglesia: al Papa Francisco, a todos los Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Religiosos y Religiosas, Misioneros, Seminaristas, Laicos comprometidos y Familias cristianas, para que se-pamos dar testimonio del Amor de Dios, siendo instrumentos útiles para que haya paz en el mundo y seamos solidarios con las personas que sufren. Amén.

PROFESAR NUESTRA FE: Creo en Dios Padre…….

MISTERIOS DE GOZO

PRIMER MISTERIO: LA ANUNCIACIÓN DEL HIJO DE DIOS. (Lc 1, 26-38)

“Dijo María: He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y el ángel se fue de ella” ¿Haces en todo la voluntad de Dios?

Señor, en este misterio te encomendamos a todas aquellas personas que buscan la su-peración personal en los estudios, los escolares, colegiales y universitarios, para que no se entretengan solo en su intelecto sino que te busquen como superación espiritual sabiendo que solo contigo pueden encontrar al Salvador de su alma, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, diez Ave María y Gloria al Padre.

Jesús, José y María…Os doy el corazón y el alma mía.

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ROSARIO A LA SAGRADA FAMILIASEGUNDO MISTERIO: LA VISITACIÓN DE MARÍA A SU PRIMA ISABEL. (Lc 1,39-45)

“En aquellos días, se puso María en camino y con prontitud fue a la montaña a una ciudad de Judá y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel” ¿Eres solidario con tu hermano necesitado?

Señor, en este misterio te pedimos por las personas que son atraídas por la política, para que no encuentren en ella el poder para enriquecerse, sino que te encuentren a Ti, e impartan justicia en todos los pueblos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


María sierva del Señor…Haz que le entreguemos nuestro corazón.

TERCER MISTERIO: EL NACIMIENTO DE JESÚS EL SEÑOR. (Jn 1,14)

“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria, gloria como el Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” ¿Has dejado que Jesús nazca también en tu corazón?

Señor, en este misterio te pedimos por las personas que buscan en las diversiones y los vicios la felicidad, para que buscándote en lo profundo de su corazón puedan verte a Ti, y sepan que solo contigo pueden encontrar la verdadera felicidad, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padre nuestro, diez Ave María y gloria al Padre.

Niñito Jesús que naciste en Belén…Bendice este hogar y a nosotros también.

CUARTO MISTERIO: LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO. (Lc 2,22-35?

“Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor” ¿Nos presentamos al Señor en el templo regularmente?

Señor, en este misterio te pedimos por todas las personas que se encuentran enfermas, las que sufren por las guerras, por la fuerza de la naturaleza y por todas las que sufren por algún motivo, para que buscando consuelo sepan encontrarte y sentir el consuelo de tu amor infinito por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Patriarca San José protector de Jesús y María…Proteje nuestra familia.

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QUINTO MISTERIO: EL NIÑO JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO. (Lc 1,42-52)

“Al cabo de tres días, le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyén-doles y preguntándoles” ¿Escuchas regularmente la Palabra de Dios?

Señor, en este misterio te pedimos por las personas que nos encontramos aquí presentes para que no te busquemos en lugares equivocados, sino que atentos a tu Palabra encontre-mos en nuestros hermanos necesitados, tu imagen para poder tender nuestra mano y ayu-dar y sobre todo encontrarte como nuestro Salvador por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Jesús, José y María…Con vosotros en paz está el alma mía.

Padre nuestro

Dios te salve María hija de Dios Padre, la más poderosa, llena eres de gracia, el Señor es….Dios te salve María madre de Dios Hijo, la más sabia, llena eres de gracia, el Señor es…Dios te salve María esposa de Dios Espíritu Santo, la más amable, llena eres de gracia…Dios te salve María templo y sagrario del Espíritu Santo concebida sin pecado origi-nal, auméntanos la fe, la esperanza y el amor. Dios te salve, Reina y Madre…

Letanías a la Santísima Virgen María:

Señor, ten piedad de nosotrosJesucristo, ten piedad de nosotrosJesucristo, óyenosJesucristo, escúchanosDios Padre celestial…Ten piedad de Dios Hijo Redentor del mundo…Ten piedad Dios Espíritu Santo…Ten piedad de nosotros.Trinidad que eres un solo Dios…Ten piedad Santa María…Ruega por nosotros.Santa Madre de DiosSanta Virgen de las vírgenesMadre de JesucristoMadre de la Divina GraciaMadre purísimaMadre castísimaMadre sin manchaMadre amableMadre admirableMadre del Buen ConsejoMadre del CreadorMadre del SalvadorVirgen prudentísimaVirgen digna de veneraciónVirgen digna de alabanzaVirgen poderosaVirgen fielEspejo de justiciaTrono de la SabiduríaCausa de nuestra alegríaVaso espiritual

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Vaso digno de honorVaso insigne de devociónRosa místicaTorre de DavidTorre de marfilCasa de oroArca de la AlianzaPuerta del cieloEstrella de la mañanaSalud de los enfermosRefugio de los pecadoresConsoladora de los afligidosAuxilio de los cristianosReina de los ÁngelesReina de los PatriarcasReina de los ApóstolesReina de los MártiresReina de los ConfesoresReina de todas las VírgenesReina de todos los SantosReina concebida sin pecado originalReina Asunta al CieloReina del Santísimo RosarioReina de las FamiliasReina de la paz.Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo; perdónanos, Señor.Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo; escúchanos, Señor.Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo; ten piedad y misericordia de noso-tros y del mundo entero, y de las benditas Ánimas del Santo Purgatorio. Amén.

Oración:Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen glo-riosa y bendita, amén.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las pro-mesas de nuestro Señor Jesucristo, amén.

Jesús, José y María…Os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María…Asistidme en mi última agonía. Amén.

ORACIÓN FINAL:Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes, y ya que me proteges tanto como verdadera madre, haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

NOS DAMOS EL ABRAZO DE PAZ. Compartimos un refrigerio.

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