Contra 221107 Gascon - Osteopata

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VIERNES, 23 NOVIEMBRE 2007 Q ué comprendió trabajando en un gran hospital? En seis años de enfermera del servicio de urgencias en Vall d'Hebron, comprendí que no curábamos nada. ¡...! Descubrí una verdad básica: cuando las personas están bien emocional- mente, están sanas, y los problemas afectivos se reflejan en enfermedades psicosomáticas. Yo quería comprender por qué nos ponemos enfermos y decidí estudiar Medicina. Pero en cuarto curso todo se truncó. ¿Qué ocurrió? Un divorcio muy doloroso me llevó a abando- narlo todo y marcharme con mi hijo de 3 años a África: Túnez, Argelia y finalmente Mali; a intentar vivir en paz. En aquellas circunstan- cias tan duras me di cuenta de que cuando yo me asustaba o deprimía, mi hijo enfermaba. Mal sitio para ponerse enfermo. Como no había hospitales, cuando tenía fie- bre o diarrea nos quedábamos en la cama y cantábamos, jugábamos y reíamos hasta que el mal pasaba. Así conecté con mi fuerza inte- rior. Así verifiqué que la salud de mi hijo esta- ba relacionada con su estado emocional. ¿Verificó, dice? Cuando aún estaba con su padre, médico, aquel ambiente de discusiones, peleas e inclu- so violencia física ponía enfermo a mi hijo, que tenía perpetuas diarreas y bronquitis. Sigamos con su búsqueda... Dos años después me fui a Venezuela, donde me casé y tuve mi segundo hijo, pero también me divorcié; quería seguir estudiando y me fui a París, donde me licencié en Morfopsicolo- gía, el estudio del carácter a través del rostro. ¿Y allí volvió a casarse? Sí, y tuve mi tercer hijo. Los tres me han ense- ñado muchas cosas: Oriol, a escuchar mi cora- zón, porque su mala salud era el reflejo de mi estrés, y por amor a él lo abandoné todo. Marc hizo una grave reacción posvacunal y estuvo en cuidados intensivos; eso me llevó a descubrir las medicinas naturales. Entiendo. Nina nació con un pie torcido; para curarla, descubrí la osteopatía, que para mí significa sentir cómo fluye la vida a través del cuerpo y dónde se bloquea. En mi aprendizaje también fue importante mi hermana pequeña, Marta, a la que le diagnosticaron erróneamente a los 4 años la enfermedad de Recklinghousen. ¿En qué se traducía? Tenía convulsiones y la medicaban diariamen- te con cinco antiepilépticos distintos, estaba desahuciada. Me la llevé conmigo; fue duro, pero sustituimos los tratamientos químicos por medicina natural y recuperó la alegría. ¿Cómo llegó al pericardio? Había constatado en mi práctica diaria como osteópata que muchos de mis pacientes con patologías de los miembros superiores (tendi- nitis, neuralgias de hombro, brazos, codo, mu- ñeca, mano) tenían el pericardio en lesión os- teopática, en restricción de movilidad. ¿Tenían el corazón encogido? Exacto. Elegí el pericardio –la membrana que envuelve, sujeta y protege el corazón– para mi tesis, y a medida que avanzaba comprendí que es el centro de nuestra salud. Explíqueme por qué. Frente a un choque emocional, el pericardio, exactamente como la célula, reacciona retra- yéndose para protegerse, lo que provoca el acortamiento de uno o más ligamentos que aseguran su fijación. ¿Y eso tiene una repercusión directa so- bre los órganos? Sí, y sobre las glándulas, vasos, nervios, mem- branas, músculos, huesos y otros elementos vecinos y distantes. Entonces, ¿las emociones van directas al corazón? Hasta ahora nos han contado que el impacto emocional entra a través de los cinco sentidos directo al cerebro y que de allí pasa al cuerpo. Mi teoría es que el impacto lo recibe el peri- cardio y que de allí pasa a través del ganglio estrellado al sistema nervioso central. ¿Pero no es un caparazón preparado pa- ra los impactos? La retracción adaptativa del pericardio se su- ma a otras más antiguas y no resueltas de las cuales el pericardio guarda memoria (igual que ocurre con la membrana celular). Cuanta más edad y más situaciones emocionales difí- ciles, más retraído y duro está el pericardio. La salud, como la vida, es expansión. ¿Cuál es la sintomatología? La mayoría de las enfermedades son funciona- les (sin causa física aparente). Trastornos fun- cionales cardiovasculares, digestivos, respira- torios, músculo-esqueléticos, hormonales, in- munitarios, linfáticos... tienen que ver con un pericardio retraído. Devolviéndole la expan- sión al pericardio es posible conectar el alma con el cuerpo. ¿El alma? El alma es lo que anima el cuerpo, es la ener- gía vital que debe fluir de dentro afuera. ¿Cuál es la práctica? Liberar el pericardio. A través de mis manos rearmonizo el cuerpo, busco los bloqueos y los libero. La retracción de los tejidos me lle- va a la lesión, y la expansión, a una liberación. ¿Cuál es el resultado? Es un ajuste a nivel físico, músculo-esqueléti- co, visceral, metabólico, emocional y espiri- tual. Cuando se libera el pericardio se modifi- ca, a través del sistema neurovegetativo, el ce- rebro y la manera de pensar. IMA SANCHÍS Ese virus... XAVIER GÓMEZ “La salud, como la vida, es expansión” LA CONTRA VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET Cuando me siento frente a esta mujer vital y entu- siasta, a mí me duele to- do, empezando por las cervicales. “Perdona –me dice–, ¿te importa tumbarte en el suelo?”. Y comienza a masajear- me y hacer brincar mi corazón. Me levanto nue- va. Terapeuta con 30 años de experiencia, tie- ne el virus de la búsque- da en la sangre, empezó como enfermera y ahora da conferencias por las universidades de medio mundo sobre cómo las emociones, en especial el miedo, bloquean nues- tro pericardio (sostén y protección del corazón), lo que nos produce todo tipo de enfermedades. Su teoría está explicada en un didáctico libro, ¡Viva el pericardio libre!, y su práctica consiste en devolver al pericardio su expansión. Tengo 54 años. Nací y vivo en Granollers, pero viajo continuamente dando conferencias y cursos. Me he licenciado en Enfermería, Osteopatía y Morfopsicología. Tengo tres hijos, de tres maridos distintos. Mi política es el frente de liberación del pericardio. Creo en la vida Montserrat Gascón, terapeuta, practica la osteopatía bioenergética celular 45294

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VIERNES, 23 NOVIEMBRE 2007

Qué comprendió trabajandoen un gran hospital?En seis años de enfermeradel servicio de urgencias enVall d'Hebron, comprendíque no curábamos nada.

¡...!Descubrí una verdad básica:

cuando las personas están bien emocional-mente, están sanas, y los problemas afectivosse reflejan en enfermedades psicosomáticas.Yo quería comprender por qué nos ponemosenfermos y decidí estudiar Medicina. Pero encuarto curso todo se truncó.

¿Qué ocurrió?Un divorcio muy doloroso me llevó a abando-narlo todo y marcharme con mi hijo de 3 añosa África: Túnez, Argelia y finalmente Mali; aintentar vivir en paz. En aquellas circunstan-cias tan duras me di cuenta de que cuando yome asustaba o deprimía, mi hijo enfermaba.

Mal sitio para ponerse enfermo.Como no había hospitales, cuando tenía fie-bre o diarrea nos quedábamos en la cama ycantábamos, jugábamos y reíamos hasta queel mal pasaba. Así conecté con mi fuerza inte-rior. Así verifiqué que la salud de mi hijo esta-ba relacionada con su estado emocional.

¿Verificó, dice?Cuando aún estaba con su padre, médico,aquel ambiente de discusiones, peleas e inclu-so violencia física ponía enfermo a mi hijo,que tenía perpetuas diarreas y bronquitis.

Sigamos con su búsqueda...Dos años después me fui a Venezuela, dondeme casé y tuve mi segundo hijo, pero tambiénme divorcié; quería seguir estudiando y me fuia París, donde me licencié en Morfopsicolo-gía, el estudio del carácter a través del rostro.

¿Y allí volvió a casarse?Sí, y tuve mi tercer hijo. Los tres me han ense-ñado muchas cosas: Oriol, a escuchar mi cora-zón, porque su mala salud era el reflejo de miestrés, y por amor a él lo abandoné todo.Marc hizo una grave reacción posvacunal yestuvo en cuidados intensivos; eso me llevó adescubrir las medicinas naturales.

Entiendo.Nina nació con un pie torcido; para curarla,descubrí la osteopatía, que para mí significasentir cómo fluye la vida a través del cuerpo ydónde se bloquea. En mi aprendizaje tambiénfue importante mi hermana pequeña, Marta,a la que le diagnosticaron erróneamente a los4 años la enfermedad de Recklinghousen.

¿En qué se traducía?

Tenía convulsiones y la medicaban diariamen-te con cinco antiepilépticos distintos, estabadesahuciada. Me la llevé conmigo; fue duro,pero sustituimos los tratamientos químicospor medicina natural y recuperó la alegría.

¿Cómo llegó al pericardio?Había constatado en mi práctica diaria comoosteópata que muchos de mis pacientes conpatologías de los miembros superiores (tendi-nitis, neuralgias de hombro, brazos, codo, mu-ñeca, mano) tenían el pericardio en lesión os-teopática, en restricción de movilidad.

¿Tenían el corazón encogido?Exacto. Elegí el pericardio –la membrana queenvuelve, sujeta y protege el corazón– parami tesis, y a medida que avanzaba comprendíque es el centro de nuestra salud.

Explíqueme por qué.Frente a un choque emocional, el pericardio,exactamente como la célula, reacciona retra-yéndose para protegerse, lo que provoca elacortamiento de uno o más ligamentos queaseguran su fijación.

¿Y eso tiene una repercusión directa so-bre los órganos?Sí, y sobre las glándulas, vasos, nervios, mem-branas, músculos, huesos y otros elementosvecinos y distantes.

Entonces, ¿las emociones van directas alcorazón?Hasta ahora nos han contado que el impactoemocional entra a través de los cinco sentidosdirecto al cerebro y que de allí pasa al cuerpo.Mi teoría es que el impacto lo recibe el peri-cardio y que de allí pasa a través del ganglioestrellado al sistema nervioso central.

¿Pero no es un caparazón preparado pa-ra los impactos?La retracción adaptativa del pericardio se su-ma a otras más antiguas y no resueltas de lascuales el pericardio guarda memoria (igualque ocurre con la membrana celular). Cuantamás edad y más situaciones emocionales difí-ciles, más retraído y duro está el pericardio.La salud, como la vida, es expansión.

¿Cuál es la sintomatología?La mayoría de las enfermedades son funciona-les (sin causa física aparente). Trastornos fun-cionales cardiovasculares, digestivos, respira-torios, músculo-esqueléticos, hormonales, in-munitarios, linfáticos... tienen que ver con unpericardio retraído. Devolviéndole la expan-sión al pericardio es posible conectar el almacon el cuerpo.

¿El alma?El alma es lo que anima el cuerpo, es la ener-gía vital que debe fluir de dentro afuera.

¿Cuál es la práctica?Liberar el pericardio. A través de mis manosrearmonizo el cuerpo, busco los bloqueos ylos libero. La retracción de los tejidos me lle-va a la lesión, y la expansión, a una liberación.

¿Cuál es el resultado?Es un ajuste a nivel físico, músculo-esqueléti-co, visceral, metabólico, emocional y espiri-tual. Cuando se libera el pericardio se modifi-ca, a través del sistema neurovegetativo, el ce-rebro y la manera de pensar.

IMA SANCHÍS

Ese virus...

XAVIER GÓMEZ

“La salud, como la vida,es expansión”

LA CONTRA

VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Cuando me siento frentea esta mujer vital y entu-siasta, a mí me duele to-do, empezando por lascervicales. “Perdona–me dice–, ¿te importatumbarte en el suelo?”.Y comienza a masajear-me y hacer brincar micorazón. Me levanto nue-va. Terapeuta con 30años de experiencia, tie-ne el virus de la búsque-da en la sangre, empezócomo enfermera y ahorada conferencias por lasuniversidades de mediomundo sobre cómo lasemociones, en especialel miedo, bloquean nues-tro pericardio (sostén yprotección del corazón),lo que nos produce todotipo de enfermedades.Su teoría está explicadaen un didáctico libro,¡Viva el pericardio libre!,y su práctica consiste endevolver al pericardiosu expansión.

Tengo 54 años. Nací y vivo en Granollers, pero viajo continuamente dando conferencias ycursos. Me he licenciado en Enfermería, Osteopatía y Morfopsicología. Tengo tres hijos, detres maridos distintos. Mi política es el frente de liberación del pericardio. Creo en la vida

Montserrat Gascón, terapeuta, practica la osteopatía bioenergética celular

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