Contracorriente #41

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Contracorriente #41 | Periódico de Clase contra Clase - Estado Español

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2 EDITORIAL

El próximo 25 de mayo tendrán lugar las elecciones al Parlamento europeo. La última vez que los ciu-dadanos europeos fueron llamados a las urnas fue en 2009, y mucho ha llovido en estos cinco años. El des-prestigio de la UE y sus institucio-nes, unido a la crisis histórica por la que atraviesa lo que fue la ma-yor conquista de las burguesías del continente desde la segunda guerra mundial, hace necesario que los trabajadores nos armemos con una alternativa independiente.

Cinco años de ofensiva del ajuste y crisis de la UE

En 2009 la crisis capitalista ya co-menzaba a cebarse sobre los trabaja-dores y sectores populares, especial-mente en los países del sur europeo. Lo hacía sobre todo en forma de un incremento brutal de las tasas de desempleo. Poco después de aque-llas elecciones, en menos de un año, comenzaron las crisis de las deudas soberanas de muchos estados. Como piezas de dominó iban desatándose en Grecia, Irlanda, Portugal, Italia... y por supuesto en el Estado español. Era el precio de los rescates milmillo-narios a la banca puestos en marcha desde 2008, y que ahora empezaba a descargarse sobre los sectores popu-lares y la clase obrera por medio de las draconianas políticas de ajuste. Han sido cinco años de ofensiva total contra nosotros que todavía continúa. Una guerra declarada en primer lugar por los diferentes gobiernos nacio-nales, de signo conservador o social-liberal, y apoyada y estimulada por instituciones internacionales como el FMI, el BCE y la Comisión Europea, la terrible troika.

Cinco años en los que en varias oca-siones el proyecto de la UE ha estado en la picota. Si bien todos los gobier-nos nacionales están de acuerdo en los planes para hacernos pagar la crisis capitalista a los trabajadores dentro de cada país, esta unidad se da en el mar-co de crecientes tensiones sobre cómo se reparte el peso de la crisis entre los

diferentes países. Esto es lo que está detrás de disputas como la desatada en torno al grado de corresponsabili-dad de cada uno en los mecanismos para rescatar a sus sistemas financie-ros nacionales, el proyecto de fede-ralización de la UE bajo hegemonía alemana o la idea de la Europa a dos velocidades... En definitiva, termina-dos los años de crecimiento, ha vuel-to a primar el interés nacional de las distintas burguesías, quedando la UE cuestionada por las peleas sobre cómo repartir los costos de la crisis entre los

diferentes capitalismos nacionales. Hasta ahora la estabilización de la cri-sis de deuda -que no su solución- ha alejado al euro y la UE del precipicio, sin embargo quedó demostrado que la unidad política continental “armóni-ca” y “democrática” capitaneada por los Estados capitalistas choca con los intereses particulares de las burgue-sías nacionales. La unidad burguesa del continente se ha mostrado como una utopía reaccionaria.

La profunda crisis se ha hecho notar de manera más aguda en los países del

Editorial

Por una alternativa obrera a la crisis de la Europa del capital - pp.2-3

Elecciones Europeas

Europeas: Carta a Corriente Roja - pp.4-5

Una oportunidad perdida… pero insistimos en un Frente de la izquierda - p.6

Libertades Democráticas Tirar abajo la campaña represiva - p.7

Movimiento Obrero

Seis meses de la “ingobernable” huelga de Panrico - pp.8-9

¿Quiénes son los que ponen palos en la rueda a la huelga de Panrico? - p.10

Panrico y Coca Cola: una escuela de lucha y coordinación - p.11

Coca Cola Fuenlabrada, la última trinchera - pp.12-13

Movimiento Estudiantil Ante la entrada de dirigentes del Sindicato de Estudiantes en IU - pp.14-15

Campaña “un estudiante, un euro” por Panrico - p.15 Debates en la izquierda

La izquierda reformista y las elecciones europeas - pp.16-17

Teoría e Historia Frente único: la actualidad de una cuestión estratégica - pp.18-19

Internacional

Declaración de la FT-CI sobre Ucrania pp.20-21 Preparan una salida reaccionaria a la crisis en Venezuela - p.22

Mujer

Zaragoza. Exposición fotográfica: La lucha de las mujeres por el derecho al aborto - p.23 Contraportada

Argentina. Huelga General contra el ajuste

SUMARIO

Número 41 // Abril 2014

por SANTIAGO LUPE

Unas elecciones europeas en mitad de la peor crisis de la UE

Por una alternativa obrera a la crisis de la Europa del capital

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3EDITORIAL

sur de Europa. Aquí es donde hemos podido ver importantes procesos de re-sistencia, tanto entre la juventud sobre todo a partir de 2011, como también con una vuelta a escena del movimien-to obrero con jornadas de movilización y huelga general en diversos países. También aquí la crisis política golpea de lleno a los regímenes nacionales, como el griego o el español, que ven ahondarse las grietas y el desprestigio de sus partidos e instituciones.

¿Dentro o fuera la UE y el euro? Dos posibles alternativas burguesas con nada que ofrecernos

Con este panorama no es de extra-ñar que las elecciones al Parlamento europeo despierten un muy bajo in-terés. Es consecuencia del creciente desprestigio de la UE y sus institucio-nes ante los ojos de millones de eu-ropeos de las clases populares, cons-cientes del rol que “Europa” juega en coordinar y azuzar los planes de ajuste contra nuestras condiciones de vida.

Además de las candidaturas de social-liberales y conservadores, claramente identificadas con los ejecutores de di-chos planes, aparecen posiciones crí-ticas o contrarias a la UE, que desde nuestro punto de vista poco tienen que ofrecer a los trabajadores del continente.

Por un lado, aquellas candidaturas que alientan un programa de refor-ma “democrática y social” de la UE, y que en el caso del Estado español están representadas en la propuesta de IU y de PODEMOS. Desde la denun-cia a los planes de ajuste -aun cuando algunas de esas formaciones son sus ejecutoras en gobiernos regionales, como IU en Andalucía- llaman a no romper con la UE y el euro, conside-rándolos pasos progresivos en favor de la unidad del continente. Frente al descontento con ésta plantean una serie de propuestas para ampliar los cauces de “participación ciudadana” en la toma de decisiones.

Olvidan y ocultan el verdadero ca-rácter totalmente reaccionario de la “construcción europea” con las dife-rentes burguesías nacionales al frente. La UE, la unión monetaria y el resto de sus instituciones, son una gran con-quista de las burguesías para la coor-dinación continental de las políticas anti-obreras y anti-populares que hoy se manifiestan con la máxima crude-za. También han servido para forta-lecer a las potencias capitalistas del continente como bloque y aumentar el peso de cada uno de los imperialismos europeos en la arena internacional, así como favorecer el proceso de semi-colonización a su favor vivido en los

países del Este de Europa. Alentar la democratización de esta gran conquis-ta de la burguesía es como pelear por un capitalismo de “rostro humano” o un imperialismo más “democrá-tico”, es decir, atar de pies y manos a los sectores populares detrás de un programa de reformas parciales que resulta impotente para acabar con los graves problemas sociales y democrá-ticos.

Lamentablemente en estas eleccio-nes europeas una gran parte de la ex-trema izquierda del Estado español, como Izquierda Anticapitalista y En Lucha, se han sumado a PODEMOS, una de las candidaturas que se prepa-ran para esta especie de regeneración democrática y social de la UE del ca-pital.

En el otro extremo, vienen gana-do peso las posiciones partidarias de la salida de la UE y el euro para una vuelta a los mercados y monedas na-cionales. Se trata de la bandera que sobre todo enarbolan grupos de la de-recha populista y la extrema derecha en base a la exaltación nacionalista y xenófoba. Todavía no hay sectores considerables de las burguesías na-cionales que sean partidarias de esta vía, pero si la crisis se sigue agravan-do y el proceso de avance de los im-perialismo más fuertes sobre los más débiles continúa, no está descartado que este programa termine siendo le-vantado por sectores de la pequeña y mediana patronal para proteger sus in-tereses con una estrategia de devalua-ción monetaria y proteccionismo. Se trata de una alternativa “radical” dada por derecha, y que es vista con buenos ojos por crecientes sectores populares que identifican el brutal retroceso de sus condiciones de vida con la perte-nencia a la UE.

Una posición que también enarbolan sectores de la izquierda, como el esta-linismo griego del KKE o economis-tas de izquierda como Costas Lapavit-zas. Sin embargo, planteada de este modo, se trata de una salida burguesa no menos reaccionaria y costosa para las clases populares. Aceptar la UE y buscar su “reforma democrática y so-cial” desarma a los trabajadores para combatir la Europa de los capitalistas. Pero pelear por una salida de vuelta al mercado nacional los aboca detrás de una alternativa capitalista que descar-garía la crisis sobre nosotros mismos por medio de la devaluación moneta-ria y por lo tanto salarial. El ejemplo de la devaluación argentina de 2001, donde los trabajadores perdieron de golpe más de un tercio de su poder adquisitivo, es una muestra de lo que significa para la clase obrera una sali-da “nacional” de este tipo.

Contra la Europa del capital, luchemos por los Estados Unidos Socialistas de Europa

En contra de estas dos salidas re-accionarias desde Clase contra Clase creemos que los trabajadores debe-mos levantar una perspectiva y un programa propio ante la crisis de la Europa del capital.

En primer lugar un programa que busque la unificación de todas las filas por encima de las fronteras y en con-tra de todos los discursos xenófobos o de vuelta al Estado nación. Y al mis-mo tiempo un programa que suelde la unidad con el resto de sectores popu-lares, pequeños comerciantes y pro-ductores que también están sufriendo la crisis. Ya que de no ser ganados como aliados pueden terminar siendo la base de los proyectos políticos más reaccionarios.

En definitiva, creemos que es im-prescindible levantar un programa para que la crisis la paguen los capi-talistas, con demandas que permitan poner en marcha una movilización de la clase trabajadora y los sectores populares en los diversos países. Un programa que levante demandas fun-damentales para la pelea contra los despidos y el paro, por el reparto de las horas de trabajo sin reducción sa-larial y la expropiación bajo control obrero de todas las empresas que cie-rren. Para liquidar los planes de ajus-te, planteando el no pago de la deuda y la nacionalización de todo el siste-ma financiero y las grandes empresas, poniendo la base para poder sostener los principales servicios públicos que hoy se están desmantelando, para aca-bar con los desahucios y garantizar el derecho a la vivienda y para poder su-ministrar créditos a los pequeños co-merciantes y autónomos.

En definitiva un programa para frenar todo intento de hacer pagar la crisis a los trabajadores, un programa que vaya hasta el final, que no salve una fracción del capital contra otra, ni a un país europeo contra otro, sino que ataque al gran capital. Este programa no se puede encuadrar en la dicotomía de o dentro o fuera de la UE, sino que debe plantearse en la perspectiva de romper los marcos de los diferentes capitalismos nacionales y por esa vía acabar con la UE del capital. Es un programa que no podrá realizarse en los marcos de la UE y el euro, pero tampoco en los marcos de un capita-lismo español y la peseta.

Por ello debemos levantar estas ur-gentes reivindicaciones en la perspec-tiva de acabar con la UE y los regí-menes políticos nacionales actuales. Para, sobre sus ruinas, poder construir

gobiernos de trabajadores en los dife-rentes países, en el camino de poner en pie los Estados Unidos Socialistas de Europa. La única alternativa pro-gresiva a la Europa del capital y a las tendencias de “vuelta a la nación” que amenazan con repetir tragedias como las dos guerras imperialistas que aso-laron el continente en el Siglo XX.

En este sentido, no compartimos la agitación de la consigna de salida o ruptura con la UE y el euro sin ligar-la a esta perspectiva, como levantan los compañeros de Corriente Roja. Si bien el rechazo a la Europa del capi-tal es un punto de partida fundamen-tal para todo programa por una sali-da de la crisis, creemos que amerita abrir el debate sobre cómo debe ser planteado para que quede totalmente diferenciado y opuesto a las “salidas del euro y la UE” levantadas por los sectores de la extrema derecha y el populismo derechista.

Quedarse en la agitación del “No a la UE y el euro” nos dejaría pegados a las visiones que consideran que la vuelta a la moneda nacional y la re-cuperación de todas las parcelas de soberanía económica y política por parte de los Estados nacionales podría ser una alternativa para los sectores populares. O incluso la posible con-formación de un bloque de los países capitalistas del Sur, es decir alentar una política de bloques imperialistas, aunque sea por la vía de alianza de los más débiles. Esto sería otra forma de atar de pies y manos a los traba-jadores detrás de una alternativa bur-guesa, que además tiene el peligro de reforzar las tendencias nacionalistas y xenófobas. Sería ocultar el hecho de que, sin avanzar en la expropiación de los capitalistas, los trabajadores/as y sectores populares seguiremos sien-do los que pagamos esta crisis, ya sea dentro de la UE y el euro, o fuera de la misma, con la peseta o la dracma.

La pelea por este programa y esta perspectiva contra la UE del capital debe estar acompañada de la lucha por la unidad de los trabajadores de toda Europa para defender nuestros dere-chos y conquistas sociales. Debemos pelear por unificar sus luchas contra la austeridad, imponiendo de ser po-sible a las Confederaciones Sindicales la lucha por una huelga general euro-pea. Frente a la mayor ofensiva con-tra los trabajadores desde la Segunda Guerra Mundial y la exacerbación de los odios nacionales que las distintas burguesías europeas están provocan-do en Europa, el renacimiento de un internacionalismo proletario no solo programático sino práctico se torna de vital importancia frente al período que se abre.

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4 ELECCIONES EUROPEAS

Ante su llamamiento para las elecciones europeas

Carta a Corriente Roja: Impulsemos una candidatura conjunta de la izquierda revolucionaria, los trabajadores/as y la juventud en lucha

Introducción

Como parte de los debates políti-cos que recorren a la izquierda, los trabajadores y la juventud a propósito de las elecciones europeas, a principios del mes de abril Corriente Roja hizo un llamamiento público a conformar una candidatura por la ruptura con la UE y el euro. Desde Clase contra Clase respondimos a este llamamiento mediante una carta pública que reproducimos en este número de Contracorriente.Lamentablemente no hemos tenido respuesta por parte de los compañeros y compañeras de Corriente Roja, cuestión que valoramos en otro artículo de estas páginas. Pero a pesar de esto, seguimos insistiendo en la necesidad de dar pasos en la confluencia de la izquierda que defiende un programa revolucio-nario y por la independencia de clase en un frente común para la intervención en la lucha de clases y el terreno electoral.

Compañeras y compañeros,

El pasado lunes 7 de abril hi-cisteis público un llamamiento a conformar una candidatura por la ruptura con la UE y el euro para las próximas elecciones al Parla-mento Europeo del 25 de mayo . 1

En dicho texto planteáis la necesi-dad de poner en pie una candidatura alternativa a los partidos capitalistas. Aquellos que aglutinan a la casta de políticos de la burguesía que es vista por cada vez más amplios sectores de la población, y con razón, como una casta de corruptos profesionales. Una alternativa que consideráis debe le-vantar la bandera de la independencia política de la clase trabajadora y hacer uso de la tribuna electoral para forta-lecer las herramientas prioritarias de lucha de la clase trabajadora: la orga-nización, la huelga y la movilización junto al resto de los sectores popula-res y oprimidos.

También señaláis correctamente que dicha alternativa no la pueden repre-sentar las dos principales opciones de la izquierda reformista que se presen-tan a estas elecciones. Por un lado IU, que demuestra en Andalucía cuál es su receta: la gestión del capitalismo y la aplicación de la política de recortes junto al PSOE escudada en el “impe-

rativo legal”. Una formación política que además tiene innumerables lazos orgánicos con la burocracia sindical de CCOO, uno de los principales obs-táculos con el que tienen que lidiar los trabajadores en sus luchas diarias. Y por otro lado PODEMOS, que gene-ró y aún genera grandes expectativas en muchos sectores de la izquierda y los movimientos sociales, pero que en el proceso de definición de su progra-ma ha terminado siendo una versión de IU-bis -incluso a la derecha en va-rios aspectos-, pero haciendo gala de un método de configuración de listas más “abierto”... tan abierto que inclu-ye al ex Fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, enemigo declarado del derecho de Autodeterminación de Euskalherria, Catalunya y Galiza, o peor aún, al derechista y ex-dirigente del PP, Jorge Vestringe, considerado un “amigo” por el principal líder de PODEMOS, Pablo Iglesias.

En el mismo documento planteáis también varios ejes programáticos progresivos que son una muy buena base para la discusión de un progra-ma que aborde de conjunto los gra-ves problemas sociales que sufrimos las mayorías populares en el Estado español como el paro, la vivienda, la precariedad, el no pago de la deuda, las demandas democráticas irresueltas como el derecho de autodetermina-

ción de las nacionalidades o la lucha contra la Europa de los capitalistas, entre otras cuestiones clave.

Por último, vuestro llamamiento concibe una candidatura abierta a re-presentantes de algunas de las luchas obreras y sociales más importantes del último período, como los trabajadores de UPS, limpieza y jardinería de Ma-drid, Panrico, los mineros, los vecinos de Gamonal y las corralas ocupadas, los estudiantes que combaten la ley Wert... entre otros.

Para nosotros se trata de una pro-puesta cuyo espíritu compartimos y que creemos podría abrir la posibili-dad para avanzar en la constitución de un frente de la izquierda anticapitalis-ta y revolucionaria junto a los trabaja-dores y sectores populares que están enfrentando desde las empresas, cen-tros de estudio y las calles los ataques del Gobierno y la patronal.

Hace un año, al calor de las diferen-tes discusiones surgidas en los movi-mientos sociales y los grupos de iz-quierda sobre qué agrupamiento nece-sitamos los trabajadores y la juventud, vosotros planteasteis la necesidad de impulsar un Frente de Izquierda con un contenido casi idéntico a la candi-datura que proponen para las eleccio-nes europeas.2 En aquel momento el llamamiento estaba dirigido tanto a los activistas obreros y sociales como

por CLASE CONTRA CLASE

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5ELECCIONES EUROPEAS

a las organizaciones entre las que se estaban dando estas discusiones y, particularmente, aquellas que com-partieran el contenido de vuestra pro-puesta del Frente de Izquierda.

Es ese momento desde Clase con-tra Clase consideramos oportuna esta propuesta con cuyo espíritu concor-dábamos. Así señalábamos en junio de 2013 “la necesidad de un Frente que agrupe las fuerzas de la izquier-da anticapitalista y revolucionaria, junto aquellos sectores del movi-miento obrero que salgan a la lucha y se oponen a la política de las direc-ciones sindicales burocráticas. (…) manteniendo la total independencia política y organizativa respecto al reformismo, aun cuando en este mo-mento la influencia de los reformistas crezca electoralmente. Porque vemos necesario que cuando comience la experiencia de los trabajadores y la juventud con esas formaciones, pue-da existir a su izquierda un polo de fuerzas anticapitalista con presencia orgánica entre los trabajadores y la juventud. Y para que eso suceda hay que encarar esa tarea desde ahora. Pero esto no niega, al contrario, la necesidad de un amplio frente único para la lucha con todos los que estén dispuestos a enfrentar las medidas de austeridad, en defensa de la salud y la educación públicas, contra los despi-dos, las rebajas salariales o el ataque a los convenios colectivos. Un amplio frente único basado en la coordina-ción de las luchas en curso, y en for-mas de organización desde las bases, como asambleas o comités de lucha. Y que se proponga retomar el camino de las huelgas generales para unificar y generalizar la lucha contra la ofensi-va del gobierno y la Troika”. 3

En este mismo sentido creemos que la candidatura que proponéis ahora desde Corriente Roja puede ser una oportunidad para avanzar en la con-formación de un Frente de este tipo, tomando como ejemplo otras expe-riencias frentistas de la izquierda re-volucionaria y anticapitalista como es el caso del Frente de Izquierda y

los Trabajadores de Argentina del que nuestro grupo hermano, el PTS, es uno de sus principales impulsores, pero del cual también forma parte y tuvo candidatos el PSTU, vuestra or-ganización hermana en dicho país. El FIT argentino no solamente ha logrado extraordinarios resultados electorales levantando un programa anticapitalista y de independencia de clase (1.200.000 votos, tres diputa-dos nacionales, diputados y senadores provinciales y otros cargos), sino que estas posiciones se conviertan en un activo clave para fortalecer la lucha y la organización de sectores combati-vos y anti-burocráticos del movimien-to obrero, como se vio recientemente en la huelga general que vivió ese país el pasado 10 de abril.

Por ello estamos convencidos que, a pesar de las diferencias, impulsar en el Estado español una candidatu-ra o frente de este tipo sería un gran paso adelante, ya que podría utilizar la campaña electoral de las europeas –y en perspectiva de las generales- para poder agitar un programa de in-dependencia de clase y fortalecer las principales luchas en curso, como la huelga de Panrico en Santa Perpetua de la Mogoda o la de CocaCola en Fuenlabrada, que vienen forjando una potente coordinación y señalan los nuevos aires que se levantan en el mo-vimiento obrero y dentro de los mis-mos sindicatos mayoritarios. Y por esta vía, comenzar a sentar los prime-ros pasos para que pueda emerger una alternativa política de los trabajadores que ayude en la pelea por recuperar los sindicatos desbancando a la buro-cracia sindical de CCOO y UGT que mantiene atenazada a la clase trabaja-dora para que no pelee.

Creemos que para lograr los fines que se propone el llamamiento es ne-cesario que la candidatura, la defini-ción del programa, las listas y el con-tenido de la propia campaña electoral sea parte de un proceso abierto a todos aquellos luchadores/as y a todas aque-llas organizaciones políticas de la ex-trema izquierda que compartan su es-

píritu y que se han mantenido crítica-mente al margen de la conformación de una nueva mediación reformista como es PODEMOS. Modestamente opinamos que a pesar de las diferen-cias políticas y/o programáticas que nos separan en diferentes aspectos, or-ganizaciones como la nuestra y otros colectivos o grupos, como por ejem-plo Lucha Internacionalista, podrían aportar mucho a impulsar este tipo de agrupamiento tan necesario en base a un acuerdo político-programático cla-ramente anticapitalista y de indepen-dencia de clase.

En este sentido hacemos nuestras vuestras palabras cuando hace un año señalabais que “El Frente de Izquier-das debe acoger en primera fila al sindicalismo combativo y a los movi-mientos sociales más destacados en la lucha y promover la organización del movimiento desde abajo, de for-ma democrática, en base a asambleas que deciden los objetivos y los pasos a dar, elijen a sus representantes y se coordinan entre sí.” 4

Las compañeras y compañeras de Clase contra Clase manifestamos nuestra predisposición a sumarnos a un proyecto así con nuestra fuerza mi-litante que creemos puede contribuir a esta candidatura o frente con jóvenes como los delegados de Telepizza, ex-presión de los trabajadores precarios que pelean por sus derechos sindica-les y laborales en una multinacional explotadora y represiva; o los y las es-tudiantes del Sindicato de Estudiantes de Izquierdas que vienen estando a la cabeza de la lucha contra la Ley Wert en Zaragoza; o nuestras compañeras de Pan y Rosas, que vienen peleando por los derechos de la mujer desde una perspectiva de clase e impulsando campañas de apoyo a las luchas de las trabajadoras, como las de PANRICO o las de la limpieza de hospitales de Aragón que tras más de 40 días de huelga torcieron el brazo a su patronal salvando su convenio.

Nuestra organización no posee los avales necesarios para la legaliza-ción de una candidatura (15.000 fir-

mas), una restricción antidemocrática para la amplia participación electo-ral impuesta por el sistema de repre-sentación del Régimen del ’78. Pero consideramos humildemente que po-demos aportar de manera militante, reconociendo el peso relativo de cada organización, a una perspectiva de agrupamiento unitario y por la inde-pendencia de clase de la izquierda y los trabajadores. Un agrupamiento de este tipo se hace una necesidad cada vez más acuciante para los trabajado-res y sectores populares, en el cami-no de que la clase trabajadora pueda lograr imponer una salida obrera y revolucionaria a la situación cada vez más catastrófica a la que nos lleva el capitalismo, sus gobiernos nacionales e instituciones reaccionarias como la UE. Este tipo de agrupamientos son pasos que pueden ayudar en el cami-no de que la clase trabajadora avance en la tarea de construir un gran par-tido revolucionario de trabajadores, que pelee por un programa que re-suelva las grandes demandas sociales y democráticas y porque dejen de go-bernarnos banqueros y empresarios y pasemos a gobernar los trabajadores.

El tiempo apremia pero aún falta una semana para hacer la presentación de listas y esperamos sinceramente poder avanzar en esta perspectiva. Quedamos a la espera de vuestra res-puesta. Un saludo revolucionario

Clase contra Clase,14 de abril de 2014

NOTAS 1 “Por una candidatura de trabajador@s por la ruptura con la UE y el euro”, Corriente Roja , 7/4/2014.2 “Por un Frente de Izquierdas: unir las luchas, no al pago de la deuda, romper con la UE”, Corrien-te Roja, 26/5/2013.3 “¿Qué agrupamiento de la izquierda necesita-mos?”, Clase contra Clase. 4 “Por un Frente de Izquierdas: unir las luchas, no al pago de la deuda, romper con la UE”, ídem.

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6 ELECCIONES EUROPEAS

Sobre nuestra propuesta a Corriente Roja para las Europeas

Una oportunidad perdida… pero insistimos en un Frente de la izquierday los trabajadores/as

Al cierre de esta edición, martes 22 de abril, todavía no habíamos recibido respuesta de parte de los compañeros y compañeras de Corriente Roja a nuestra pro-puesta (ver pág. 4 de este número de Contracorriente) de impulsar en común una candidatura de independencia de clase para las próximas Elecciones Europeas; propuesta que partió inicialmente de nuestra consideración positiva del llamamiento realizado por Corriente Roja a construir “una candidatura de trabajador@s por la ruptura con la Unión Europea y el euro”.

Habiéndose cerrado el plazo legal para la presentación de candidatu-ras el lunes 21 y sin haber recibido ninguna respuesta por parte de los compañeros y compañeras de CR, es evidente que dicha propuesta no podrá concretarse para esta convo-catoria electoral.

Esperamos en los próximos días poder conocer las razones de los compañeros y compañeras de Co-rriente Roja para rechazar sin con-testación nuestra propuesta. En nuestra opinión, y en el mismo sen-tido de lo que planteábamos en nues-tra carta, creemos que se ha perdido una buena oportunidad para poder avanzar en la conformación de un Frente de la izquierda anticapitalis-ta y revolucionaria junto a sectores de trabajadores/as y de la juventud explotada que expresara un polo de independencia de clase en las próxi-mas elecciones europeas.

Somos conscientes de que entre Clase contra Clase y Corriente Roja mantenemos diferencias políticas y programáticas que no considera-mos secundarias. Sin ir más lejos, en la Editorial de este número de Contracorriente desarrollamos una importante diferencia que man-

tenemos con los compañeros/as, nada menos que sobre la salida que debemos plantear las y los revolu-cionarios internacionalistas frente a la crisis de la UE y para expresar el rechazo a la Europa del capital, que desde nuestro punto de vista debe estar ligada a la pelea por los Estados Unidos Socialistas de Eu-ropa. Esta divergencia, como otras de igual importancia en torno a, por ejemplo, la intervención en la lucha de clases y los sindicatos, o sobre cuestiones de gran actualidad como la que mantenemos sobre la actitud de los revolucionarios frente a los procesos de la “primavera árabe”, la intervención imperialista en Siria, o anteriormente en Libia, entre otros aspectos, explican por qué constitui-mos dos organizaciones diferentes.

Sin embargo, en nuestra carta sostuvimos y seguimos sostenien-do que, a pesar de estas y otras di-ferencias, se impone la necesidad de avanzar en un debate franco que permita clarificar nuestros acuerdos y diferencias programáticas, con el objetivo de avanzar en el impulso de un Frente de izquierda que pue-da presentarse como una referencia política para todas y todos los que luchan por la independencia de los sindicatos y por recuperarlos de las manos de la burocracia sindical, por los derechos de las mujeres y de la juventud, por terminar con los gran-des problemas que azotan a las ma-yorías sociales y por plantear una salida obrera y socialista a la crisis de la Unión Europea.

Desde Clase contra Clase creemos que sigue estando planteado y sigue siendo posible avanzar en esta di-rección, sobre todo pensando en que un frente de este tipo no sólo per-mitiría levantar una alternativa polí-tica independiente en las diferentes convocatorias electorales, sino que podría permitirnos avanzar en un terreno aún más importante, la con-formación de un bloque común para la intervención en la lucha de clases

defendiendo esta misma perspecti-va, rodeando de apoyo y solidaridad las luchas obreras, uniendo esfuer-zos en la pelea contra la burocracia sindical, contra la represión, etc.

En este sentido seguiremos insis-tiendo en nuestra propuesta a los compañeros y compañeras de Co-rriente Roja, haciéndola extensiva a Lucha Internacionalista, por ser los dos únicos grupos de la extre-ma izquierda junto a nosotros que han planteado una crítica desde la independencia de clase a los agru-pamientos hegemonizados por la iz-quierda reformista como Izquierda Unida y Podemos, en los que están integrados otros grupos como Iz-quierda Anticapitalista o En Lucha.

Desde nuestro punto de vista, abrir una discusión pública sobre el programa que debería tener un Fren-te de la izquierda como el que tanto desde Corriente Roja como Clase contra Clase hemos propuesto, así como avanzar en todos aquellos acuerdos políticos para la interven-ción en común en la lucha de clases, sería un importante paso que miles de trabajadores/as y jóvenes activis-tas sociales y políticos que buscan una perspectiva de ruptura con el decadente Régimen del ’78 verían con entusiasmo.

En cuanto a las Elecciones Euro-peas, si finalmente Corriente Roja presenta una candidatura propia, desde Clase contra Clase llamare-mos a apoyarla críticamente, seña-lando todos aquellos puntos progra-máticos con los que acordamos y sin ocultar aquellos aspectos sobre los que mantenemos importantes diferencias, ya que a pesar de esto consideramos que el voto a sus can-didatos y candidatas para las euro-peas puede representar una alterna-tiva para sectores de la vanguardia obrera y juvenil contra las distintas variantes de los partidos capitalistas y las opciones reformistas y de con-ciliación de clases.

por CLASE CONTRA CLASE

Estamos a casi 3 años del movimien-to 15M que supuso el despertar a la lucha política de muchos jóvenes, estudiantes, trabajadores y otros sec-tores que se veían -y se siguen vien-do- amenazados por los draconianos planes de ajuste de los Gobiernos central y autonómicos.

El movimiento de los indignados con la juventud a la cabeza empezó a acampar en cientos de plazas de todo el Estado español, a perder el miedo y a decir basta. También los trabajadores se sumaron a este grito, con las huel-gas generales, conflictos duros como el minero, las luchas del sector público o ahora en la industria con huelgas como las de Tenneco, CocaCola, Panrico... Todos y todas decimos Basta! Basta de ir engullendo todos los recortes y ajus-tes que se empezaban a aprobar para que los sectores más desprotegidos de la juventud y los trabajadores pagáse-mos los costes de una crisis provoca-da por los capitalistas y sus políticos a sueldo, una casta que hoy más que nun-ca está en la picota.

Sin embargo, cuando los sectores oprimidos encabezados por la juven-tud, los trabajadores y trabajadoras pierden el miedo, se organizan y luchan para plantar cara a estos ataques, el pri-mer mecanismo que activa el Gobierno capitalista para intentar erradicar esta amenaza es el de la represión ejercida por las fuerzas policiales. En todo este tiempo han sido miles las movilizacio-nes y movimientos que han sufrido la represión y persecución de sus activis-tas.

Para contener esta combatividad que se viene incrementando desde el 15M, ha ido creciendo también el nivel de una campaña represiva que cuenta con cientos de luchadoras y luchadores de-tenidos entre manifestaciones y las dos Huelgas Generales que se vivieron en 2012 y varios jóvenes que han pasado por prisión preventiva; cientos de he-ridos a causa de las cargas policiales, llegando a provocar pérdidas de visión y contusiones graves en decenas de jóvenes combativos y un fallecido en Bilbao.

A medida que se va perdiendo el miedo, las fuerzas represivas van ra-dicalizando sus actuaciones con ma-terial represivo más sofisticado para hacer frente a las masas combativas, haciendo uso indiscriminado de nuevos

por ARSÉN SABATÉ

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7LIBERTADES DEMOCRÁTICAS

Tirar abajo la campaña represiva

A más combatividad social, más recortes de las libertadesy mejores proyectiles, gases o cañones de sonido. Eso por no hablar de las tor-turas que se efectúan en comisaría y las brutales palizas que han llegado a pro-vocar el fallecimiento de tres personas en menos de un año en Barcelona.

Se intensifica la represión

Los últimos casos de esta escalada represiva orquestados por las fuerzas policiales y sus mandos políticos se han producido en Madrid y Barcelona.

El 22 de marzo pasado confluyeron en Madrid las Marchas por la Digni-dad. Un gran éxito que movilizó cerca de dos millones de personas llegadas de todos los rincones del Estado entre sindicatos, movimientos sociales, co-lectivos y organizaciones de izquierda luchando para echar atrás todos los re-cortes, la pobreza y el paro que se está cebando con la mayoría de sectores de la sociedad. Fue una gran movilización que dejó patente el clamor unánime contra los planes de ajuste del Gobier-no y la Troika. A la vez que dejó al des-cubierto esta campaña represiva contra tantos luchadores.

Sin que hubiera terminado la mani-festación y con miles de manifestan-tes todavía marchando por el centro de Madrid, las fuerzas represivas que contaban con más de 1700 efectivos, iniciaron una brutal carga policial par-tiendo la manifestación y causando de-cenas de heridos a golpe de porra. Uno de los heridos ha llegado a perder un testículo a causa del impacto de una bala de goma.

Entre la carga policial del 22M y la persecución macartista efectuada los días siguientes a la manifestación, el número de detenciones policiales llegó a casi 40 luchadores sociales detenidos, dos de ellos siguen aún en prisión pre-ventiva. Los demás jóvenes salieron en libertad con cargos tras largas horas de torturas en comisaria.

Al día siguiente numerosas ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga se manifestaron por la libertad de los dete-nidos, donde se efectuaron nuevas de-tenciones a golpe de represión, cebán-dose nuevamente con los manifestantes de Madrid. En Barcelona el sábado 29, una semana después de las cargas del 22M, estaba convocada otra moviliza-ción contra los recortes de libertades. En la misma manifestación también se marchaba en solidaridad con los 20 imputados por la acción simbólica de “Aturem el Parlament” de Catalunya el 15 de junio del 2011, cuyo juicio empe-

zaba el lunes siguiente 1 de abril. Antes de empezar la manifestación ya

se advertía del desproporcionado des-pliegue policial. Durante todo el recorri-do se hizo permanente la fuerte presen-cia amenazadora de las fuerzas represi-vas, y poco antes de concluir la protesta, los Mossos d’Esquadra empezaron a advertir de una inminente carga poli-cial sin que se hubiera producido nin-gún enfrentamiento entre manifestantes y Mossos, esto con el fin de atemorizar al conjunto de la movilización. Fue en ese instante cuando empezaron las car-gas policiales contra los luchadores por las libertades sociales lanzando salvas y utilizando indiscriminadamente gases lacrimógenos y el cañón de sonido. Al final, las fuerzas represivas efectuaron numerosas persecuciones por las calles del centro, dejando una decena de de-tenidos y heridos. Por su parte, el juicio contra los 20 imputados del Parlament, es más bien un montaje político-judicial, una más de las palancas represivas que utiliza el sistema capitalista para imponer la po-lítica del miedo. Una campaña represiva que pretende ser un castigo ejemplarizan-te para impedir que miles de trabajadores, jóvenes y demás sectores oprimidos se le-vanten con más fuerza. Y en este sentido, el Gobierno sigue preparando el proyec-to de Ley de Seguridad Ciudadana. Una Ley Mordaza que persigue restringir las más elementales libertades democráticas, cómo es el derecho a manifestarse de los jóvenes, trabajadores y demás sectores populares.

Las fuerzas policiales cómo primer mecanismo contra las libertades

A raíz de las cargas policiales contra las Marchas por la Dignidad del pasa-do 22M, numerosos representantes de las fuerzas represivas y los sindicatos policiales SUP, CEP, SPP y UFP se han mostrado airadamente indignados con sus mandos superiores por el operativo montado que dejó según sus propios datos 67 agentes heridos y una brigada de la UIP -Unidad de Intervención Po-licial- aislada entre miles de manifes-tantes durante los enfrentamientos. Los sindicatos policiales denuncian mala planificación, falta de coordinación y la tardanza en dar la orden de ayudar a policías agredidos, pidiendo por todo ello la dimisión de altos cargos.

Por su parte, los mandos superiores te-nían la intención de no adelantar nada de la investigación interna sobre el operativo, manteniendo la información oculta a los

sindicatos policiales hasta que el núme-ro dos del Director General de la Policía -Eugenio Pino- no hubiera comparecido en el Congreso para dar su opinión de los hechos. Los sindicatos policiales han anunciado que empezaran una campaña de movilizaciones decididas en asambleas con agentes de la escala básica junto a su-binspectores, además de la formación de un nuevo sindicato policial llamado Unipe -Unión Nacional por la Investigación Poli-cial y Especialidades-. Lo que ellos piden es muy sencillo, mejores medios para re-primir -tanto materiales como operativos, por ejemplo aumentar sus descansos- y más impunidad para sus actuaciones -algo que les “encendió” fue la posibilidad de que se investigara el uso excesivo de mate-rial antidisturbios-.

Una clara demostración de lo radical-mente reaccionarias que son las reivin-dicaciones policiales y los mal llama-dos sindicatos policiales, meras asocia-ciones corporativas para la defensa de esta casta de represores. Las protestas de los anti-disturbios sin duda dejan en ridículo a aquellas corrientes políticas y sindicales que plantean que los policías son trabajadores con uniforme y que hay que apoyar sus reivindicaciones laborales. Una mejora de sus derechos laborales solo serviría para una repre-sión más efectiva y contundente contra el conjunto de la clase trabajadora, la juventud y los demás sectores popula-res.

El Estado burgués, visto no cómo ad-ministración pública para gestionar los problemas de la sociedad, sino cómo lo que es, un mecanismo de opresión para defender la posición hegemónica de la burguesía ante las demandas de la clase obrera y la juventud al frente, se sirve de las fuerzas represivas para tal objetivo. Así es cómo se conforman los dos bandos opuestos en el tablero de la lucha de clases, por un lado las masas oprimidas y por el otro el Estado capitalista opresor sirviéndose de sus mecanismos cómo las fuerzas policia-les represivas.

Enfrentar sin miedo la represión para plantar cara al capitalismo

Hoy y siempre, el principal temor para cualquier Estado capitalista es que esta conflictividad social que se está empe-zando a incrementar en el Estado espa-ñol a raíz del sufrimiento que están so-portando los trabajadores, la juventud y los demás sectores populares para pagar la crisis, se convierta en una auténtica lucha de clases. Es por eso que frente

a este temor se está intensificando esta campaña represiva contra tantos lucha-dores. Hoy más que nunca se debe tejer la mayor solidaridad con los detenidos y presos que luchan. Y poner en mar-cha grandes movilizaciones cómo las de Madrid y Barcelona para dar cuen-ta de que estas campañas represivas no nos pararán. Solamente con la unión de todos los que luchan, levantando las banderas de los ingobernables, se podrá enfrentar a las fuerzas represivas que custodian los intereses del Estado y así golpear como un solo puño para plantar cara a la clase política podrida y echar atrás los planes capitalistas.

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Santa Perpètua de Mogoda

Seis meses de la “ingobernable” huelga de Panrico

Seis meses de huelga. Seis meses de experiencias que quedarán se-lladas con fuego en las conciencias de los huelguistas y en la de todos aquellos que siguen, seguimos, esta huelga día a día. Ciertamente se tornó “ingobernable” para la patro-nal, el gobierno de la Generalitat y los dirigentes sindicales vendidos de CCOO y UGT.

Si esta huelga “está haciendo histo-ria” porque es una de las más largas desde la guerra civil, es porque existe entre los trabajadores una nueva moral de resistencia, un abandono a la resig-nación y una firme disposición a luchar expresada en un lema poco común cuando reina negociar el mal menor: “0 recortes, 0 despidos”. Además de la valentía de soportar tanto tiempo sin poder ingresar dinero a esos hogares en los que la vida cambió de un día para el otro.

Ingobernable para la patronal y para el gobierno de la Generalitat

La patronal está acostumbrada a gol-pear a la clase trabajadora con despidos y salvajes ajustes, pero poco acostum-brada a una resistencia tan larga contra un ERE. Las y los trabajadores se están enfrentando a un gigante: un fondo de

capital riesgo, el estadounidense Oak-tree, propiedad del millonario Howard S. Marks que ha amasado una fortuna de 1.400 millones de dólares con la es-peculación y compra de empresas en quiebra. Al frente de este plan está “el liquidador” Carlos Gila, especialista en reestructuraciones como fueron Sintel y La Seda. Por supuesto que estas em-presas siempre estuvieron apoyadas por los gobiernos y el Estado. No es ca-sual que el hermano del president de la Generalitat, Joan Mas, haya sido hasta hace poco director de operaciones de la compañía.

La Generalitat es otro de los frentes de tensión de la huelga. Primero, no dudó en desplegar más de 100 antidis-turbios que cargaron contra los traba-jadores cuando éstos intentaron impe-dir entrar a los esquiroles y empresas subcontratadas para vaciar el stock. Es así que las y los trabajadores durante semanas bloquearon el reparto de los productos traídos de otras fábricas, pri-mero en los almacenes de la empresa y después en el puerto contra los camio-nes. Pero la Generalitat retrasó hasta dos meses la resolución de la inspec-ción de trabajo que declaraba “vulne-ración al derecho de huelga” contra la empresa por traer mercancía de otras plantas a Catalunya. No emitió sanción alguna y cuando lo hizo fue de una ri-dícula suma de 6.200 euros. Hoy las y los trabajadores están hoy recogiendo firmas para exigirle a la Generalitat que haga cumplir la resolución y las

sanciones. Durante todos estos meses la “mediación” de la Generalitat ha es-tado del lado de la empresa respetando casi al 100% sus objetivos de despidos y recortes. La última, rechazada por unanimidad en la asamblea, mantenía el número de despedidos en más de 100. Y son incontables las maniobras que ha tratado de imponer para quebrar la huelga, desde ERTEs hasta referén-dums fraudulentos.

Ingobernable para las traiciones de la burocracia sindical

El primero en llamarla “ingober-nable” fue el Consejo Confederal de CCOO Catalunya, el máximo órgano de dirección del sindicato: “Davant la situació creada, en què la direcció del conflicte és impossible governar des dels organismes del sindicat, el Comitè d’empresa i la secció sindical”. Pero lo que no dicen de “la situación creada” es que los trabajadores se rebelaron ante los anuncios en los periódicos de que la empresa había convocado a CCOO y CGT para aplazar el juicio contra el ERE. CCOO a nivel confederal aceptó traicionando abiertamente la voluntad de los trabajadores y trabajadoras de Santa Perpètua, quienes habían resuel-to en asamblea que no hubiese ninguna negociación y se realizara el juicio.

Esto provocó indignación entre los huelguistas de Santa Perpetua y por ello protestaron ante la sede del sindi-cato en Barcelona encontrándose con el

secretario general, Joan Carles Galle-go, y con el secretario de la federación de agroalimentaria, Miguel Ángel Do-mínguez, exigiéndoles explicaciones. Pero el gran golpe llegó el 20 de marzo en la Audiencia Nacional en Madrid, cuando decenas de trabajadores viaja-ron para manifestarse con el apoyo so-lidario de otras luchas como la de Coca Cola y distintos sindicatos alternativos y colectivos de izquierda. Ese día el tan esperado juicio fue aplazado hasta el 6 de mayo por la no comparecencia de uno de los demandados argumentando “motivos de salud”, nada más y nada menos que un miembro de CCOO de Valladolid firmante del acuerdo y que ni siquiera ha sido expedientado por la dirección del sindicato. Qué diferencia de trato, a los trabajadores en huelga se les acusa de “ingobernables” y “vio-lentos”. Pero nada se dice de los dele-gados traidores que firman un acuerdo rechazado en referéndum en dos oca-siones por toda la plantilla del Estado, por el cual incluso son demandados en el juicio.

Es que desde el primer día de huel-ga este fue otro gran obstáculo a saltar. La dirección de la Federación Agro-alimentaria de CCOO que a nivel es-tatal impidió que las demás plantas se sumaran a la huelga, permitió que se aumentara la producción y las horas extras para cubrir el mercado catalán. Y de este modo facilitar la vulneración del derecho de huelga de la patronal. En noviembre la Comisión Negociado-

por CYNTHIA LUB

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ra a nivel estatal y todos los represen-tantes de UGT y 3 de CCOO aceptaron el plan de viabilidad de la empresa: un ERE de 745 trabajadores y rebaja sa-larial del 15%. Pero los ingobernables trabajadores y trabajadoras de Santa Perpètua decididos en asamblea impu-sieron a la dirección del sindicato y una parte del mismo Comité de Empresa continuar con la huelga hasta tumbar dicho acuerdo, peleando contra el ar-gumento de que la misma sería “ile-gal”.

¿Ingobernables? O confianzaen sus propias fuerzas y en las asambleas

Hoy la Confederación tacha de “vio-lentos” a los trabajadores. Como si su rabia no estuviera justificada después de seis meses de huelga en la que los dejaron solos, sin un “calendario” de movilizaciones al nivel que esta gran huelga se merece, sin un aporte serio a la Caja de Resistencia. No se entien-de entonces por qué la Confederación para acusar de ingobernable esta huel-ga se queja de “l’existència d’un àmbit de direcció al marge dels òrgans de direcció del sindicat.”. Es que prácti-camente las y los trabajadores tuvieron que tomar en sus manos las riendas de la huelga. Si esta huelga continúa es por la confianza en sus propias fuer-zas y por su audacia para recuperar las mejores tradiciones de la clase obrera, como la Caja de resistencia, solidari-zándose y buscando la solidaridad. Ta-reas que deberían tomar en sus manos las direcciones de los sindicatos y los comités de empresa.

En la lucha de Panrico, la asamblea viene siendo cada vez más una herra-mienta propia de las y los trabajadores, pasando de ser sólo “informativas” a decisorias. Esto les permitió ir desbara-tando cada una de las maniobras de la patronal, muchas veces a través de los dirigentes del Comité de Empresa o del Sindicato. Ejemplos recientes han sido el intento de referéndum para definir o no la continuidad de la huelga en el que votara toda la plantilla. O la última propuesta del comité de empresa, de decidir o entrar a la fábrica o continuar la huelga en una votación secreta y no por asamblea. Los huelguistas votaron por mayoría continuar la huelga con 154 votos a favor y 11 en contra.

La negación de lucha de clases o la “moral de la derrota”

Un reciente artículo publicado en el blog de la sección sindical de UGT de Panrico decía: “Si alguien cree aún que conseguirán algo que se olviden.2 Las y los obreros de Panrico están

consiguiendo mucho, porque están de-mostrando que se puede luchar, pero también se juegan el todo por el todo para triunfar. Esto va contra la “moral de derrota” de los dirigentes sindicales vendidos y su frase “es lo que hay” para así negociar el mal menor, sin lu-cha. Y sigue el artículo: “(...) nos va-mos a 7 meses de huelga. Pero eso pa-rece que les gusta a algunos que ven en la huelga una lucha de clase, contra los explotadores. Una suerte de romántica lucha de pobres contra ricos”.

No sabemos cómo acabará esta huel-ga. De momento las y los trabajadoras están dispuestos a saltar todos los obs-táculos e intentos de traiciones, logran-do desbaratar las maniobras “sorpresa” en las asambleas. Pero lo que sabemos

es que esta “ingobernable” huelga mar-cará un antes y un después hacia las futuras luchas. Porque la “lucha de cla-ses” no es un invento sino una realidad cotidiana e inevitable ante los “nada románticos” seis millones de parados, jóvenes sin futuro y familias sin casa. Y también tocará -y está tocando- las puertas de los despachos de los buró-cratas sindicales acomodados en sus sillones, acostumbrados a vender los puestos de trabajo y mantener una paz social que ya es una “pax criminal” de pobreza y paro.

Por eso aquellos que estamos desde el primer día apoyando activamente esta heroica huelga, tenemos una gran responsabilidad de seguir volcando to-

das nuestras fuerzas y nuestro tiempo para ayudar a que esta huelga triunfe. No somos románticos, somos realistas y confiamos en la fuerza de una clase que “mueve el mundo”. No tenemos intereses mezquinos ni sectarios, sino que pensamos en las perspectivas que se abren para la emergencia de una nueva clase trabajadora que “no se rinde” y que comienza a plantar cara como en Panrico, en Tenneco, en Coca Cola y en otras luchas.

Panrico Somos Todos

Las obreras y obreros de Panrico lu-chan por los puestos de trabajo en una lucha común, en las calles y donde sea con el resto de trabajadores, la juven-

tud y los movimientos sociales. Han intentado saltar las vallas de la división de los trabajadores buscando la coordi-nación y un verdadero intercambio de experiencias que ayude a avanzar unos a otros. Así fue la experiencia con las trabajadoras y trabajadores de Coca Cola Fuenlabrada en Madrid durante las intensas jornadas de lucha común los días 20-21-22, por dar uno de los mejores ejemplos.

A su vez buscaron la unidad con los estudiantes, porque “nos echan de las fábricas y nos echan de las universida-des”, porque “queremos que nuestros hijos puedan estudiar”. Las mujeres trabajadoras de Panrico luchan contra la Ley del Aborto del PP y se visibiliza-

ron el 8 de marzo. Esto no ocurre hace décadas, siendo otro “hito” de esta huelga: trabajadoras en huelga siendo parte de un gran movimiento de muje-res en las calles; a pesar de que los sin-dicatos tienen secretarías de la mujer y nunca se propusieron visibilizar de manera contundente a las mujeres tra-bajadoras que no han dejado de luchar desde que comenzó la crisis. Luchan contra los desahucios, porque como ellos mismos dicen “el despido de hoy, es el desahucio de mañana”. Con los jubilados, los pensionistas, movimien-tos vecinales.

La Caja de resistencia: una herra-mienta olvidada por los dirigentes sindicales, clave para mantener la huelga, ha sido posible gracias a esas mujeres que hacen manualidades para las decenas de mercadillos y los “Ver-mut solidarios”. También a los grupos de trabajo que sin descanso fueron a otras empresas como los Portuarios, Seat, TMB, entre otros. Hoy a las uni-versidades, donde comités de apoyo como los de la UB-Raval han arro-pado siempre a las y los trabajadores provocando una verdadera “rebelión en las aulas” con las inquietas huchas bajo el lema “Un estudiante, un euro”. La solidaridad traspasó fronteras con el llamado a una “Campaña interna-cionalista” que recibió apoyo desde México con los trabajadores del SME, de Brasil y los barrenderos en huelga y del metro, de Argentina los traba-jadores de los sindicatos combativos y decenas de sectores en lucha, de la fábrica ocupada Zanon, de Francia, de Alemania, Bolivia, Chile.

Innumerable son las acciones de este tipo, como enorme es la voluntad de lucha de estas valientes obreras y obre-ros. En cada aula universitaria, en cada barrio, en las manifestaciones, en las calles, las obreras y obreros de Panri-co están marcando a fuego una nueva forma de luchar y una nueva moral de resistencia para vencer. Es por ello que vibramos con su valor, porque cree-mos que Panrico es parte de un pro-ceso doloroso de recomposición una nueva clase trabajadora, después de décadas de traiciones y retrocesos en las que la combinación de ataques de las patronales, los distintos gobiernos y la domesticación de las direcciones sindicales mayoritarias, minaron no sólo la capacidad ofensiva sino inclu-so defensiva de la clase trabajadora. Y esa capacidad de lucha, de defensa de las viejas conquistas que serán la base para preparar luchas más ofensivas, es la que se está recuperando lentamente y sentando importantes jalones de los cuales Panrico ya ha escrito una página de la historia.

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¿Quiénes son los que ponen palos en la rueda a la huelga de Panrico?

Queda claro que la gran huelga que están llevando adelante con enorme de-terminación los trabajadores y trabaja-doras de Panrico, es un merito propio y no de sus direcciones sindicales en ninguno de sus niveles; se podría decir incluso que es a pesar de las mismas.

CCOO ni a través de sus principales representantes en el Comité de Empre-sa, ni de ninguno de sus organismos ha tenido iniciativa alguna o propuesta para fortalecer el conflicto, la caja de resis-tencia o la solidaridad con la huelga, tarea que fue desempeñada por los tra-bajadores en huelga, junto a los que nos solidarizamos activamente con su lucha.

Por el contrario, desde el presiden-te del comité y desde el sindicato solo han llegado “propuestas”, muchas veces por la prensa antes que por los canales oficiales del sindicato, de aplazamien-to del juicio de impugnación del ERE, “alertar” de la ilegalidad del la huelga para “proponer” entrar a trabajar, de “re-feréndum” que incluye a los esquiroles, de “proponer” entrar a trabajar como “estrategia” y por último, de amenazar a los trabajadores con levantar la im-pugnación, si estos no aceptan que las propuestas que salgan de la negociación con la patronal y la Generalitat, sean so-metidas a referéndum de toda la plan-tilla de Santa Perpetua. Todas estas, re-chazadas una y otra vez por la mayoría aplastante de los huelguistas.

Obstáculos sindicales, obstáculos políticos

La actual dirección sindical de CCOO esta actuando como una loza con la que tienen que cargar los huelguistas, un fren-te más en su pelea por defender sus pues-tos de trabajo. Y entre todos los estratos organizativos el que se está empleando a fondo y de manera directa en contra de la huelga es la dirección de la Federación Agroalimentaria y el Comité de Empresa, en manos de cuadros, algunos históricos, del PSUC-Viu. Hay una relación, a veces directa, a veces más indirecta, entre la bu-rocracia sindical a la cabeza de los sindi-catos y los partidos de la burguesía, como el PSOE con la UGT, o los partidos refor-mistas que se proponen ser gestores “con verso de izquierda” del capital (como IU, el PCE, el PSUC-Viu o el PCC) en CCOO. Importantes sectores de la buro-cracia sindical de CCOO son pues el bra-

zo sindical de partidos, el PSUC-Viu y el PCC, que representan una tradición polí-tica concreta, la del estalinismo catalán.

Es conocida la influencia de estos partidos dentro de CCOO, incluso entre sus órganos dirigentes. Una de sus prin-cipales “posiciones” dentro del aparato de CCOO es precisamente la dirección de la Federación Agroalimentaria. De la misma manera, miembros importantes del Comité de Empresa de esta planta en lucha, se referencian con este agrupa-miento político. Es decir, que cumplen un rol de “dirección” del conflicto por decirlo de alguna manera, si se le puede llamar así, primero por ellos mismos, y segundo, por que CCOO por unanimi-dad con la participación del PSUC y el PCC, ya dejaron claro en una resolución publica que los obreros de PANRICO están siendo para ellos “ingobernables”

Lo que se dice y lo que no se dice

Veamos las declaraciones públicas so-bre la huelga del PSUC, totalmente co-herentes con la actitud de la dirección de CCOO de servir de obstáculo al triunfo de la huelga. Todo editor o colaborador de un periódico o publicación en papel, conoce lo tirano que es el espacio, pero esta consideración no puede aplicarse a los nuevos medios de comunicación. En la página web del PSUC Viu, sobre el conflicto de Panrico solo se puede en-contrar una nota del 17 Octubre 2013, cuatro días después del comienzo de la huelga. De los siguientes casi 6 meses, no hay ni rastro... Sin duda es verdad eso de que muchas veces lo que no se dice, es tan significativo como lo que se dice.

Algo más generosos en la escritura es el apartado de su sección del Vallés, pero no para apoyar la lucha, sino más bien las maniobras que desde la dirección de CCOO y el Comité de Empresa se han ido urdiendo en contra de ella. Veamos un ejemplo de este segundo caso en donde lo que se dice, por escueto y mez-quino que sea, da algunas pistas.

Tan tempranamente como el 30 de oc-tubre de 2013, ya escribían en la web de su sección del Vallés Oriental, embelle-ciendo la propuesta de la empresa y la Generalitat y haciéndose eco de forma acrítica de la información (con juicios de valor incluido) publicada por el pe-riódico Cinco Días: “El fabricante de Donuts y Bollycao ha hecho hoy a los representantes sindicales de la plantilla una oferta que supone una significativa rebaja tanto en el número de despedidos como en el recorte salarial que hasta

ahora estaba encima de la mesa.Panrico ha ido hoy a la reunión con

los sindicatos con un recorte laboral to-tal de 940 trabajadores, cifra que supone 100 despidos menos de los que inicial-mente había propuesto, acompañado de una rebaja salarial media del 25% como máximo. Hasta ahora esa reducción esta-ba en un máximo del 45%.” http://psuc-viubaixvalles.blogspot.com.es/2013/10/solidaritat-amb-els-treballadors-de.html

Eso si, no pierden la oportunidad para sacar una nota de prensa el 17/02/2014 para entre otras cosas hacer gala de que “El PSUC viu,va visitat recentment Pan-rico en companyia del Secretari General del Partit Comunista de España, José Luís Centella que va dir als treballadors de Panrico que no estaven sols en la lluita i va posar la seva disposició el grup par-lamentari de Izquierda Unida per portar el seu cas al parlament espanyol”, visita que más allá de la foto no se tradujo en ninguna iniciativa -ni militante, ni parla-mentaria- para apoyar la huelga, y donde fue iniciativa de los trabajadores hacerle pasar a Centella por la “hucha” para que al menos después de la foto aportase eco-nómicamente a la caja de resistencia.

Cuál es la tradición del PSUC

El Partit Socialista Unificat de Cata-lunya y el Partit Comunista de Catalun-ya tienen como “proyecto estratégico” Esquerra Unida y Alternativa, el re-ferente de IU en Cataluña. A su vez el PSUC-Viu, está hermanado con el PCE. Y a pesar de que se declara un partido “de clase”, utilizan su influencia sindi-cal para practicar la “colaboración de clases” y el electoralismo. Este “curri-culum” se corrobora en su actitud como parte del gobierno ajustador de Andalu-cía junto con el PSOE, y la dirección del PCE, con Centella a la cabeza son los principales valedores de esta colabo-ración. Pero esta política anti-obrera del estalinismo español y catalán no es una novedad, es parte de una larga tradición de traiciones a los trabajadores, desde los años ‘30 en la revolución española y los “hechos de Mayo” donde aniquila-ron a la revolución a sangre y fuego en la retaguardia republicana, pasando por la aceptación de la bandera roja y gualda y el Rey en los pactos de la Moncloa.

por fEdERICO GROM

Las trabajadoras y trabajadores de Panrico y Coca Cola están protago-nizando las huelgas más importantes del Estado español. El grito de gue-rra de Coca Cola fuenlabrada es “ni cierres, ni despidos” en sus más de dos meses de huelga; un programa de lucha hermanado con el “0 recortes, 0 despidos” de Panrico en sus más de seis meses de huelga. Si de coordinar o socializar las luchas se trata, estos valientes trabajadores y trabajadoras están haciendo escuela.

La jornada de marzo: primeras experiencias de coordinación

Las trabajadoras y trabajadores de Pan-rico y Coca Cola luchan por los puestos de trabajo en una lucha común con el res-to de trabajadores, la juventud y los mo-vimientos sociales. Han intentado superar la división obrera buscando la coordina-ción y un intercambio de experiencias que ayude a avanzar unos a otros. Una de las primeras fue la intensa jornada de lu-cha común los días 20-21-22M.

El 20M los huelguistas de Panrico se presentaron en la Audiencia Nacional en Madrid ante el juicio que iba a ce-lebrarse contra el ERE de la empresa. Las y los trabajadores de Coca Cola se solidarizaron con ellos, recibiéndolos junto a otros sindicatos alternativos y de izquierda. Ese día el tan esperado juicio fue aplazado hasta el 6 de mayo por la no comparecencia de uno de los demanda-dos argumentando “motivos de salud”, nada más y nada menos que un miem-bro de CCOO de Valladolid firmante del acuerdo y que ni siquiera ha sido expe-dientado por la dirección del sindicato. Pero los trabajadores de Panrico no es-taban solos, y junto a los trabajadores de Coca Cola fueron hasta la sede del sin-dicato de CCOO a pedir explicaciones, apoyando todas sus reivindicaciones. El mismo día por la tarde, los trabajadores de Panrico estuvieron en el piquete de Fuenlabrada donde los esperaba una co-mida para confraternizar y como parte del recibimiento de una de las marchas de la dignidad del 22M que entraba por esta localidad.

Al día siguiente, el viernes 21, se rea-lizó un emocionante Encuentro de mu-jeres trabajadoras de Panrico y Coca Cola, en el que hablaron e intercambia-ron experiencias sobre cómo las mujeres

por CYNTHIA LUB Y dIEGO LOTITO

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Panrico y Coca Cola: una escuela de lucha y coordinación

trabajadoras viven y sienten la huelga. Un acto muy emotivo organizado por el Comité de apoyo a las luchas de Madrid y Pan y Rosas. Visibilizándose como mujeres y como trabajadoras, estas com-pañeras se han movilizado en las mani-festaciones contra la Ley del Aborto del PP y el 8 de marzo al grito de “Nosotras parimos, nosotras producimos, nosotras decidimos” y “Sí se puede! si una mujer avanza ningún hombre retrocede!”.

Finalmente el 22M en las Marchas por la Dignidad, los huelguistas de Panrico y Coca Cola fueron parte de un gran corte-jo obrero de coordinación de las luchas. Ese día, casi un millón y medio de per-sonas colmaron las calles de Madrid con diferentes cortejos que representaban el conjunto de las luchas obreras y sociales en curso, cuya pancarta de cabecera era llevada por representantes de algunas de estas luchas, entre ellas, la de las bravas trabajadoras y trabajadores de Coca-Cola y Panrico. La movilización junto con la Columna Extremadura desde Ca-rabanchel Alto hasta Colón, fue el punto culminante de tres intensas jornadas de coordinación, en las que las consignas de unidad entre ambas luchas nos con-tagiaron a todas y todos: “No consumas, Panrico y Coca Cola”, “Panrico y Coca Cola sólo entienden un lenguaje: boicot, huelga y sabotaje”, “Los puestos de tra-bajo, no se venden! se defienden!”.

La gran jornada del 10 de abril

Este día la Barcelona soleada recibía a los trabajadores de Coca Cola junto a los de Panrico de la fábrica de San-ta Perpètua para movilizarse juntos a Esplugues de Llobregat, donde están las sedes de ambas empresas. Fue una mañana de lucha y combativa, de “her-mandad” como le llaman los trabajado-res. Después de varias horas cantando, cortando la carretera se desplazaron a la fábrica de Coca Cola de Martorelles-Barcelona para explicar a cada trabaja-

dor su situación en Madrid. Acompa-ñados por compañeros de Panrico, con megáfono y panfletos en mano, difun-dieron su lucha y llamaron a la unidad contra la patronal. El hambre no se hizo esperar y así subieron todos al “cam-pamento base” de Santa Perpètua don-de los esperaban con una comida para seguir confraternizando, intercambiar experiencias y reflexionar en común las perspectivas de sus huelgas: cómo for-talecer las cajas de resistencia, las accio-nes de boicot, la difusión, hasta cómo enfrentar las maniobras de la patronal y profundizar la unidad. Tampoco falta-ron las anécdotas y los planes para futu-ras acciones en común.

Ese mismo día las y los trabajadores de Panrico habían sido convocados por la dirección de la CCOO en su sede de Vía Laietana, en una asamblea sólo de afiliados a la que no podían concurrir todos los huelguistas. Allí estaban los representantes de la Federación agroa-limentaria estatal y catalana y de la di-rección de CCOO Catalunya. Era otra de las maniobras que semana a sema-na traen los dirigentes sindicales que vienen intentando, sin lograrlo, que la huelga se levante a pesar de los despi-dos. Pero esta nueva maniobra incluyó una durísima amenaza: suspender el juicio del 6 de mayo si los trabajadores no aceptaban los despidos. Las y los trabajadores respondieron muy firmes, cada vez más convencidos y decididos a no rendirse. Después de un día de lucha junto a Coca Cola, más de cien trabajadores se acercaron a Vía Laieta-na con mucha moral y fuerza, concen-trándose primero en Plaza Sant Jaume: “Los puestos de trabajo, no se venden! se defienden! y ¡Panrico, luchando aca-bará ganando! Era la moral de la uni-dad de la plantilla, de la fuerza de sus asambleas y de su propia confianza, fortalecida con la fuerza de los traba-jadores de Coca Cola después de una gran jornada de coordinación.

Coordinar... socializar las luchas

Los huelguistas de Coca Cola y Pan-rico siempre han buscado la solidaridad y coordinación de todos los sectores en lucha, de la juventud, los parados, de las y los estudiantes. Retomaron la caja de resistencia: una herramienta olvidada por los dirigentes sindicales, clave para mantener la huelga. En cada manifesta-ción tanto de Barcelona como de Ma-drid, los huelguistas, tras cruces de ca-misetas, gritan: ¡Panrico y Coca Cola, la lucha es una sola! La experiencia común de ambas huelgas y la búsqueda de coor-dinación están siendo una verdadera es-cuela. Su intento de superar las vallas de la división entre los trabajadores es un avance que sienta un precedente para las futuras luchas por venir.

Desde el comienzo de las luchas de Panrico y Coca Cola, las y los militantes de Clase contra Clase y Pan y Rosas he-mos apostado a que esta coordinación se extienda y se profundice en la perspec-tiva de que la clase trabajadora comien-ce a dar respuestas ofensivas contra los durísimos ataques del Gobierno y la pa-tronal. Y no lo hemos hecho solos, sino impulsando la unidad entre trabajadores y militantes de otras organizaciones sin-dicales y políticas, que permitió poner en pie Comités de Solidaridad con am-bas luchas tanto en Barcelona como en Madrid y que, a pesar de la mezquindad de la mayoría de las organizaciones de la izquierda política que han estado más bien ausentes en estas grandes huelgas, han jugado un destacado papel en difun-dir los conflictos, desarrollar las cajas de resistencia, impulsar la solidaridad y, so-bre todo, fortalecer la coordinación.

Para las y los militantes revoluciona-rios de Clase contra Clase y Pan y Ro-sas, la coordinación de las luchas obre-ras no es una fórmula abstracta. Porque cuando brota desde la base y la propia experiencia de lucha, no sólo fortalece las huelgas y afianza la moral de las y

los trabajadores, sino que está indisolu-blemente ligada al método de la demo-cracia obrera y la asamblea. Por eso la coordinación es un componente esencial de toda lucha antiburocrática. Además, de este modo la clase trabajadora puede transformarse en un referente para aglu-tinar a todos los sectores populares que sufren los recortes, el paro y la represión.

Estos pequeños grandes pasos en la coordinación son parte de la tradición histórica de la clase obrera, como fueron las huelgas comarcales de solidaridad en los años ‘70. Por nombrar un ejem-plo, la gran huelga en el Baix Llobregat en protesta por las represalias contra los obreros de Laforsa en lucha contra los despidos. La lucha de Laforsa llevó a grandes movilizaciones de solidaridad y a una huelga general comarcal del 19 al 25 de enero de 1976. Este conflicto aca-bó con la reincorporación de los despedi-dos después de una gran manifestación de solidaridad de 25.000 personas hacia el Gobierno Civil de Barcelona

De extenderse el ejemplo de coordina-ción de Panrico y Coca Cola puede dar lugar al desarrollo de un proceso de coor-dinación desde abajo de las luchas en todo el Estado, más allá de los sindicatos a los que estén afiliados los compañeros y compañeras que pelean y resisten en cada fábrica, empresa y establecimiento. Este es el camino que necesita la clase trabajadora: la coordinación democrática y unitaria que surge desde las propias ex-periencias de lucha, y no las convocato-rias a encuentro “por arriba” de las actua-les direcciones sindicales -sean oficiales o “alternativas”-. La lucha es el único ca-mino. Hay que seguir coordinando e im-pulsando las asambleas, para recuperar los comités de empresa y los sindicatos de las manos de los dirigentes concilia-dores. Esta es la única vía realista para conquistar la fuerza que permita imponer la consigna que decenas de miles canta-mos el 22M: “Así, así, ni un paso atrás, unidos en la lucha a la huelga general”.

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12 MOVIMIENTO OBRERO

En pocos días la lucha de Coca Cola fuenlabrada cumplirá tres meses de huelga contra el ERE de Coca Cola Iberian Partners, que se propuso cerrar cuatro de sus plantas en el Estado español, echando a la calle o “recolocando” compulsivamente a 1.253 trabajadores y trabajadoras.

Las plantas de Colloto, Palma de Ma-llorca y Alicante ya están en proceso de desmantelamiento y la mayoría de sus trabajadores firmaron las condicio-nes de su despido o eventual recoloca-ción “voluntariamente”, ante la nula resistencia de USO y UGT (mayoría de la representación sindical en todo el Estado), que rechazaron formalmente el ERE pero se negaron a emplazar un plan de lucha unificado para derrotarlo. No es casualidad, ya que antes de que se presentase lo habían negociado con las patronales y estaban dispuestos a firmar-lo. Se estiman unos 700 despidos y 500 recolocaciones, pero estas últimas han sido un completo engaño –encubierto en forma obscena por los medios de co-municación-, ya que en muchos casos la empresa no garantizó la recolocación y muchos terminaron despedidos.

La planta de Fuenlabrada, en cuyo co-mité de empresa tiene mayoría CCOO, es la única que ha resistido el brutal ata-que de esta multinacional imperialista que en el periodo 2010-2012 cosechó 900 millones de euros de beneficios, con acciones de lucha diarias desde el inicio de la huelga, resueltas en la asamblea de trabajadores. Desde el 1º de abril, Cas-bega Coca-Cola ha empezado a enviar cartas de despido forzoso a 236 de sus trabajadores, ejecutando el ERE que fue rechazado en la mesa de negociación e impugnado judicialmente por CCOO. Fuenlabrada es la última trinchera, pero la lucha continúa.

El significado de lahuelga de Coca Cola

La huelga de Coca Cola Fuenlabrada no es una huelga más. El nivel de la res-puesta obrera, constituye un elemento nuevo de la lucha de clases emparenta-do con otras “luchas duras” como la de Panrico en Santa Perpetua o Tenneco en Gijón. Pero tampoco es una huelga más por el nivel del ataque, una ofensiva en regla contra los trabajadores, que al mis-mo tiempo que busca despejar el camino para una “racionalización” de sus planes

de producción y distribución en Europa a costa de mayor explotación y pérdi-da de conquistas, pretende aleccionar al conjunto de la clase trabajadora. Ni lo es por la envergadura de la empresa. “Coca Cola” es la marca registrada del capitalismo imperialista norteamerica-no. Una empresa que lleva ya 125 años prohibiendo sindicatos y precarizando el empleo como en Chile y Argentina; es-clavizando niños como en El Salvador; asesinando trabajadores y dirigentes sindicales como en Guatemala y Co-lombia; apropiándose de reservas acuí-feras y contaminando el suelo como en la India, Brasil, Argentina y México, o cerrando fábricas y despidiendo trabaja-dores como ahora en el Estado español y antes en Grecia, Francia, etc. Como de-nuncia un muy buen artículo de una re-vista argentina: “Desde sus comienzos, cuando tenían 20 trabajadores y mujeres y niños en plantaciones de algodón, Co-ca-Cola se negó a la sindicalización de sus obreros y este sistema se tomó como modelo a seguir para esta fase del capi-talismo para las corporaciones de todo el mundo. El modus operandi hasta la ac-tualidad siempre fue: contratos tempora-les o hacer firmar despidos voluntarios, cerrar la embotelladora, volverla abrir con otro nombre y sin prestaciones, en ocasiones dándose de quiebra para dejar a los trabajadores en la calle. Así fue en Estados Unidos y cuando la lucha en ese país complicaba las cosas, se extendió al resto del mundo.” (Jessica Stekli, “Ra-zones para creer que Coca-Cola mata y no promueve un mundo mejor”, Revis-ta Proyecto Aire, 26/11/2013).

Por ello, el significado de la huelga también tiene un fuerte componente simbólico. La amplia solidaridad inter-

nacional con la huelga, que ha llegado desde Argentina, Chile, Colombia, Ale-mania, Francia y otros países da cuenta de ello. Porque derrotar a Coca Cola es sinónimo de derrotar a un emblema del capitalismo. ¿Hay acaso una razón de mayor peso para dejarse la piel porque la lucha de Fuenlabrada triunfe?

“Coca-Cola sólo entiende un lenguaje: boicot, huelga y sabotaje”

El 31 de enero las trabajadoras y tra-bajadores de Fuenlabrada iniciaron la huelga indefinida y un plan de mani-festaciones (casi diarias) que se mantie-ne sin pausa. Al mismo tiempo que se montó un campamento frente a la fá-brica, las compañeras y compañeros se propusieron desde el inicio “sacar afue-ra el conflicto” y buscar la solidaridad de otros sectores. Así la “Marea Roja” marchó dos veces desde Fuenlabrada a Puerta del Sol, otras tantas fueron a la Embajada norteamericana, a las oficinas de Coca Cola, al estadio del Real Ma-drid, a Sol, la gala de los Premios Goya, estuvieron junto a las mareas el 23F, en la manifestación de “Todos somos cul-tura”, con el movimiento de mujeres por el derecho al aborto, parando desahucios en Carabanchel, junto a los estudiantes en huelga, denunciando la represión, marchando el 22M, solidarizándose con otras luchas como las de Telemadrid, de la Sanidad, Airbus, Buytrago, Fnac y por supuesto, con las compañeras y compañeros de Panrico, que ya llevan 6 meses de huelga heroica por “0 despi-dos y 0 rebajas salariales”, con quienes compartieron importante jornadas de lucha común tanto en Madrid como en

Barcelona y se han hermanado al calor de la lucha.

Esta orientación no sólo ha fortaleci-do la moral, sino que ha permitido que la huelga ganara cada vez más apoyo social. Un apoyo fundamental para de-sarrollar el boicot a todos los productos de Coca Cola, un eje de lucha privile-giado por los trabajadores. Y aunque el boicot no puede ser más que una medida complementaria a las acciones centrales de lucha, cobra mucho peso en marcas con peso mediático como Coca Cola y ha generado un mayor desprestigio de la marca e incluso ha impactado en las ventas de la empresa por la solidaridad de los consumidores.

Una lucha que cuestiona la política de paz social de las cúpulas sindicales de CCOO y UGT

Coca Cola Fuenlabrada es una fábrica que durante muchos años no vivió nin-gún conflicto de relevancia, y mucho menos como este. Como nos han conta-do muchas veces los y las compañeras, durante años pensaron que “se jubilarían tranquilos” en Coca Cola. Sin embargo, ante el durísimo ataque que están sufrien-do por parte de la empresa, las trabaja-doras y trabajadores están haciendo una acelerada experiencia de lucha de clases, enfrentando a la patronal, el gobierno, la prensa capitalista, y si el curso de la lucha continúa como ahora, seguramente tam-bién a los enemigos internos de la lucha desde las propias filas sindicales.

Desde el inicio la huelga ha sido co-mandada por su Comité de Empresa –dirigido por CCOO- y las decisiones sobre el curso de la lucha tomadas en la asamblea de trabajadores y trabajadoras.

por dIEGO LOTITO

La lucha de Coca Cola continúa

Fuenlabrada, la última trinchera

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13MOVIMIENTO OBRERO

Lo novedoso de este proceso es que, en los hechos, la dura resistencia de los “espartanos” de Coca Cola Fuenlabrada, cuestiona la política pactista y desmovi-lizadora llevada adelante por las cúpulas burocráticas de CCOO y UGT.

Por ejemplo, la Federación Agroali-mentaria de CCOO, que hasta ahora ha expresado su apoyo formal y legal a la lucha, es la misma que en relación a la lucha de Panrico–donde la mayoría de los trabajadores son afiliados a CCOO y parte de la misma Federación- ha jugado un rol perverso desde el comienzo de la huelga en Santa Perpetua, haciendo todo lo posible para que ninguna otra planta del Estado se sumara a la lucha, fomen-tando la suspensión del juicio del 20M contra la voluntad de los trabajadores, boicoteando la movilización, negándose a aportar a la caja de resistencia y un lar-go etcétera de maniobras. Mientras que el Consejo Confederal de CCOO Cata-lunya, máximo órgano de dirección del sindicato, que ha tildado de “ingoberna-bles” a sus propios afiliados que resisten en Santa Perpetua hace seis meses, ha sido el ariete utilizado por la Generalitat y la patronal para intentar una y otra vez –afortunadamente sin éxito por la deter-minación de la base obrera- levantar la huelga y aceptar los despidos, amenazan-do incluso con la posibilidad de retirar la demanda en el juicio contra el ERE.

Pero si miramos más arriba el panora-ma no mejora ni mucho menos. Como decíamos en la última Editorial de Con-tracorriente, desde el inicio de la cri-sis, las máximas cúpulas sindicales de CCOO y UGT han actuado como verda-deros “bomberos sociales” del Régimen. A pesar del creciente deterioro de las con-diciones de vida, de la ofensiva patronal llevada adelante gracias a la Reforma La-boral, de los crecientes recortes sociales, Toxo y Méndez se han negado sistemáti-camente a llevar adelante un plan de lu-cha en contra de todos estos ataques. Las huelgas generales contra la reforma labo-

ral no tuvieron continuidad y así dejaron pasar sin pena ni gloria el mayor ataque a los derechos de los trabajadores de las últimas décadas. Y durante el año 2013 ni siquiera han llamado a jornadas de movilización o huelgas de 24h. Es más, toda su labor ha sido y sigue siendo la de mantener cada conflicto aislado del resto, mientras promueven el “diálogo” con el gobierno antiobrero de Rajoy.

Pero a pesar de esto, lo nuevo es que dentro de las mismas filas de los sindica-tos mayoritarios tienden a surgir luchas duras que ponen en cuestión la estrate-gia de contención y aceptación del “mal menor” a la que vienen llevando a los trabajadores las direcciones de CCOO y UGT. Objetivamente, la lucha de Coca Cola Fuenlabrada es parte de este inci-piente proceso, con todo lo que ello sig-nifica por la visibilidad del conflicto.

Por ello, no es extraño que ante la po-sibilidad de desarrollo de esta tendencia, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, haya cerrado el en-cuentro confederal de secciones sindi-cales que se realizó a principios de abril con la máxima: “más vale un mal acuer-do que una buena pelea”. Y que lo haya hecho tomando como referencia la lucha de Coca Cola. La prensa presentó esta declaración como una “amenaza” a la empresa… pero en realidad ha sido una voz de mando hacia las secciones sindi-cales y los afiliados del sindicato que es-tán luchando o se verán obligados a salir a la lucha más temprano que tarde.

El mensaje es contundente; en el mar-co de retroceso brutal de las condicio-nes de vida y los derechos, para la clase trabajadora es infinitamente mejor “una buena pelea que un mal acuerdo”, por-que “malos acuerdos” es lo único que han ofrecido las cúpulas sindicales desde el comienzo de la crisis… y que alguien se atreva a considerarlas como algo “bue-no”. Las peleas se ganan o se pierden, pero la recuperación de las posiciones perdidas, y más en general, la recompo-

sición de la capacidad defensiva y la sub-jetividad obrera, sólo puede ser producto de librar grandes batallas de clase.

La coordinación comocuestión estratégica

Las compañeras y compañeros de Coca Cola Fuenlabrada han buscado desde el inicio “socializar y coordinar las luchas” y este ha sido uno de los puntos más fuertes de su pelea. La ex-periencia de coordinación entre Panrico y Coca Cola ha sido lo más avanzado de esta perspectiva (ver “Panrico y Coca Cola, una escuela de lucha y coordina-ción”, en este número de CC). Hoy la coordinación se expresa esencialmente en forma defensiva, y su desarrollo es todavía muy incipiente. Pero la coordi-nación entre distintos sectores es clave para ir generando una dinámica que per-mita en los momentos de lucha de clases más aguda conformar más fácilmente organizaciones que expresen el frente único de la mayoría social explotada en lucha. Por ello, la unidad entre Panrico y Coca Cola es sólo un primer paso, pero todavía insuficiente. Es necesario pro-fundizarla y ampliarla para avanzar en una auténtica coordinación basada en un método de democracia obrera, que agru-pe a todos los sectores en lucha más allá de las organizaciones o sindicatos a los que pertenezcan, con el objetivo inme-diato y urgente de defender y rodear de solidaridad a Panrico, Coca Cola y to-das las luchas actuales para que triunfen.

La continuidad de la lucha: en los tribunales, en el piquete, en la coordinación y exigiendo una huelga general de todo el sector Agroalimentario

El 3 de junio es la cita en la Audien-cia Nacional para el juicio sobre la le-galidad del ERE que los sindicatos han denunciado por todo tipo de irregulari-

dades. No resulta insensato mantener cierto grado de expectativas en el resul-tado del juicio, pero no hay que olvidar que en el banquillo de los acusados no está una empresa cualquiera, sino Coca Cola. Mientras tanto, la empresa sigue avanzando con su plan de desmante-lamiento de las plantas, incluida la de Fuenlabrada. En un comunicado del 11 de abril CCOO afirmó que “No va a per-mitir bajo ningún concepto el desman-telamiento de la planta de Coca-Cola de Fuenlabrada”. Esta es la única posi-ción aceptable en el marco de la lucha. Pero para que sea efectiva y no sólo una declaración de intenciones, hace falta preparar la defensa de Fuenlabrada y ga-rantizar las condiciones para el triunfo. Es necesario fortalecer la solidaridad de todas las organizaciones sindicales, so-ciales y políticas, sumar a la comunidad, a las decenas de miles que marcharon el 22M, organizando una red de solidari-dad obrera y popular que forje la fuerza para impedir que Fuenlabrada se cierre. Y seguir profundizando la coordinación, con todas las luchas, y principalmente con Panrico, que resiste en Santa Perpe-tua y también tendrá un juicio –si nadie se propone aplazarlo nuevamente- el 6 de mayo en Madrid, porque “Panrico y Coca Cola, la lucha es una sola”.

Pero sobretodo, emplazando una me-dida que pondría contra las cuerdas a las patronales y permitiría ganar el pulso: la convocatoria a una huelga general de todo el sector agroalimentario, en apoyo a las trabajadoras y trabajadores de Coca Cola para impedir el cierre de Fuenlabrada y por el triunfo de la lucha de Panrico, para que la tortilla comience a darse la vuelta y que sean los capitalis-tas los que paguen la crisis. Son las pro-pias compañeras y compañeros de Coca Cola y de Panrico, con la autoridad que les otorgan varios meses de lucha incan-sable, quienes deben exigir esto a las cú-pulas sindicales. Se acabó la hora de las palabras, es tiempo de hechos concretos.

El injustificable sectarismo de la izquierda sindical y política con la lucha de Coca Cola

A pesar de haber transitado ya tres meses de huelga, la lucha de Coca Cola no ha contado con los apoyos concretos que debería desde la izquierda que se reivindica anticapitalista. Organizacio-nes como Izquierda Anticapitalista o En Lucha, no han participado siquiera de la lucha. Esto nos sorprende aun cuando son organizaciones que, salvo honrosas excepciones de sectores y militantes que siguen confiando en las fuerzas de la cla-se trabajadora, cada día están más ale-jadas de la lucha de clases. Pero lo más

triste es la actitud de la izquierda sindical y política, principalmente de CGT y Co-Bas, que teniendo una relativa capacidad de movilización –al menos CGT- no han hecho nada por apoyar activamente esta gran huelga. Es más, en el caso de Co-Bas y Corriente Roja –organización que influencia este sindicato-, desde el 22M directamente han negado la existencia de la lucha de Coca Cola en sus materia-les públicos, sin siquiera nombrarla en-tre las distintas luchas en curso, y mucho menos reivindicar la enorme experiencia de coordinación con Panrico (un flaco favor a todos los enemigos de que esta coordinación se extienda). En conver-saciones informales, militantes de estas

organizaciones nos han planteado que no apoyaban la lucha porque la dirige “la burocracia de CCOO”, sin conocer los diferentes sectores dentro de CCOO que son parte de la huelga, ni conside-rarla objetivamente por las acciones que vienen realizando las y los huelguistas, algunos de los cuales ni siquiera están afiliados. Una actitud completamente estéril y sectaria, porque incluso si la huelga fuera dirigida totalmente por la burocracia sindical ni hubiera un solo individuo con una perspectiva de clase en la lucha (cosa que no es así), para nosotros, siguen siendo válidas las pala-bras de León Trotsky cuando decía: “No apoyamos todas las huelgas. Si alguien

llama a una huelga para echar a obreros negros, chinos o japoneses de una fábri-ca, nos oponemos. Pero si el objetivo de la huelga es mejorar (en la medida de lo posible) la situación de los obreros, par-ticipamos en primera fila cualquiera que sea la dirección. En la inmensa mayoría de las huelgas los dirigentes son refor-mistas, traidores profesionales, agentes del capital. Se oponen a todas las huel-gas. Pero de vez en cuando la presión de las masas o la situación objetiva los obliga a embarcarse en el camino de la lucha.” Y más aún en este caso, el de-ber de todo militante clasista es apoyar la lucha y pelear dentro de ella por una perspectiva de clase.

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Uno puede encontrarse discusiones “de corrillo” en las clases, en los pasillos de los institutos o las facul-tades sobre la situación actual. Es innegable que entre la juventud se ha abierto múltiples debates sobre cómo enfrentar a la crisis económica, políti-ca y social que padecemos, y que una parte de ellos debate sobre qué alter-nativa anticapitalista es necesaria, es también indudable.

Actualmente estamos viviendo una crisis de carácter histórico, una situación en la cual la burguesía viene imponien-do las consecuencias de su crisis sobre el conjunto de los sectores oprimidos, una crisis que se descarga sobre los hombros de la clase obrera y la juventud con múl-tiples padecimientos en forma de paro masivo, pobreza y precariedad.

Sin embargo, como ha demostrado la historia, es el escenario propicio para el desarrollo de procesos impulsados por el auge de la lucha de clases. Uno de estos sectores que viene intermiten-temente luchando es la juventud. Desde el inicio de la crisis se expresa un auge de la intervención de la juventud en las luchas a nivel global, como las luchas estudiantiles en Francia o Italia contra la degradación de la educación pública en 2008-2009, las protestas de la juven-tud en Québec o Gran Bretaña contra el encarecimiento de la enseñanza o espe-cialmente el conjunto de los procesos de lucha en América Latina, como el movi-miento #Yosoy132 en México o la lucha del combativo estudiantil chileno. En el Estado Español también se suceden acontecimientos de importante carácter juvenil, como el 15-M, que supuso “un antes y un después” despertando a nue-vos sectores de jóvenes a la vida política en clave anticapitalista. O el posterior aumento del movimiento estudiantil en defensa de la educación pública.

Frente a este panorama el conjunto de las organizaciones, sindicatos y partidos de la izquierda vienen ofreciendo distin-tas alternativas políticas a la juventud. En este marco durante la asamblea de Izquierda Unida del 1 y 2 de marzo, To-hil Delgado y Beatriz García, los prin-cipales dirigentes más reconocidos del Sindicato de Estudiantes (organización impulsada por la corriente marxista El Militante) se unieron a IU en un acto en el que el Coordinador General, Cayo

Lara, les hizo entrega personal del car-net y donde manifestaron “adherirse a IU para fortalecer y construir con las ideas del marxismo revolucionario”. No nos parece extraño que organizaciones juveniles estén en IU, ya que las UJCE del PCE son la juventud de IU desde su nacimiento. Lo que pretendemos con este artículo es discutir, precisamente, la entrada a este tipo de partidos de la izquierda reformista organizaciones que se reclaman revolucionarias – en par-ticular del SE - y su llamamiento a dar “falsas ilusiones” a la juventud a votar y organizarse en IU para acabar con el sistema capitalista.

¿La juventud puede confiar en un partido que co-fundó y sostiene el régimen del 78?

Quien niegue que IU no es parte orgá-nica del Régimen del ‘78 está mintiendo. La reemergencia de corrientes políticas reformistas de izquierda como IU, que le otorgan un aumento en la intención de votos, proyecta su estrategia en ser una alternativa electoralista al bi-partidismo español. Mediante la acumulación de po-siciones institucionales por la vía electo-ral, y con la perspectiva de un gobierno de izquierdas, cuya experiencia y ejem-plo concreto es el gobierno andaluz de los recortes. Sin embargo, aun cuando quie-ren presentarse como los abanderados de una “ruptura democrática” con el Ré-gimen del ‘78, su rol estratégico es más bien de intento de regeneración. Todo lo contrario a las tendencias incipientes que expresa la movilización social, su rol es de conservación del régimen político, sus instituciones, sus reglas y su legali-dad, mediante una reforma o “regenera-

ción democrática”. Los cuestionamien-tos que hacen a los aspectos más irri-tantes del régimen, como la monarquía, los preparan para actuar como “válvula de escape” frente a mayores crisis. Si el desprestigio de los partidos del régimen y/o la movilización social se agudizara al punto de colocar a IU en posiciones de gobierno, su papel será el de mante-ner lo esencial de las “reglas del juego”, intentando una “gestión benévola” del capitalismo español, como si eso fuera posible de algún modo. Así pues “lo que hace” lo indica la experiencia de la histo-ria reciente, donde el PCE (impulsor de la creación de IU) fue clave para la cons-titución del Régimen del ‘78, aceptando la Monarquía, firmando los Pactos de la Moncloa y la Constitución, mientras im-ponían la desmovilización social. Pero también lo confirma la experiencia ac-tual en el gobierno de Andalucía, cons-tituyendo gobierno –nuevamente- con el PSOE y votando al corrupto Griñan como senador, sosteniendo al gobierno del PP en Extremadura o al Ayuntamien-to gobernado por el PSOE en Zaragoza. Esto muestra que actúan como “salvado-res” del Régimen del ‘78, y no como una alternativa frente al mismo. En este sen-tido la crítica del SE a la participación de IU en el gobierno de Andalucía es co-rrecta en general, pero ignora problemas centrales a la hora de unirse a IU “Noso-tros no estamos de acuerdo por ejemplo en que se de un barniz de izquierdas en el fondo como se hace en el gobierno de Andalucía, estamos en contra de los recortes vengan de donde vengan, aun-que se sostenga a un gobierno como el de Extremadura” (extractos compare-cencia pública Sindicato de Estudiantes, “Intervención de Tohil Delgado - Asam-

blea IU”, en Youtube). La posición del SE es que es una diferencia más entre tantas otras, y que ello no quita partici-par desde dentro. Para nosotros es una diferencia de suma importancia, es una diferencia estratégica que nos separa a los marxistas revolucionarios de la “ges-tión benévola” del capitalismo español. ¿Cómo la juventud puede confiar en un partido que cuando está en el gobierno, -recordemos el Tripartit de Catalunya-, ni si quiera paraliza la sangría de parados o que le haya permitido al corrupto de Griñán ser senador? Cuando el Sindicato de Estudiantes habla de hacer frente a la derecha y de la necesidad de un gobierno de la izquierda, de lo que está hablando es de un gobierno de IU y PSOE como el de Andalucía, que no expropia a los “grandes de España” como la duquesa de Alba, ni a la mafiosa red de los gran-des constructores de Andalucía. Que ni siquiera, de muy mínima, ha revertido el drástico aumento de la pobreza.

El Sindicato de Estudiantes pretende que la juventud deposite su confianza en un partido que hasta ahora sólo ha jugado el rol de “contención” de las lu-chas con una estrategia de “regenerar” la democracia. “Queremos anunciar aquí que desde el SE y antes los próximos comicios electorales, no solamente el de las europeas, pediremos a los jóve-nes que siguen a nuestra organización, que pertenecen a nuestra organización y a los que movilizamos cada vez que tenemos ocasión, que tiene que votar a IU, que tienen que fortalecer a IU” (In-tervención de Tohil Delgado - Asamblea IU). Tohil ensalza la importancia de que IU haya participado -como única orga-nización política- en paralizar los des-ahucios, en defensa de la sanidad y de

por JORGE REMACHA e IVÁN UBICO - SEI-NO PASARÁN

Ante la entrada de dirigentes del Sindicato de Estudiantes en IU

Un giro oportunista que da “falsas ilusiones” a la juventud

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15MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

Campaña “un estudiante, un euro” por la huelga de Panrico

¡Por el fortalecimiento de la caja de resistencia”

Los días pasan para la lucha de Panri-co y nos encaminamos para el sexto mes de huelga. La determinación de los tra-bajadores es llegar a la celebración del juicio el 6 de Mayo en huelga. Sin lugar a dudas fortalecer la caja de resistencia es una demanda de primer orden. Una demanda que desgraciadamente no está siendo tomada por ninguno de los esta-mentos de CCOO, a pesar de haber sido exigido por los trabajadores en nume-rosas ocasiones, y que contrasta con la solidaridad de múltiples organizaciones sindicales, sociales y políticas, e inclu-so algunas iniciativas de delegados de CCOO en sus lugares de trabajo.

A lo largo de los seis meses de huelga las y los trabajadores de esta histórica huelga han puesto en práctica acciones y herramientas de la clase trabajadora que parecían olvidadas. Han sumado so-lidaridad, a pesar del desgaste de su dura lucha, a otros conflictos obreros, han marchado en las manifestaciones contra la ley del aborto, en la marcha contra los recortes, se han desplazado para dar apo-yo y combatir unidos junto a la otra gran huelga hoy en día en el Estado Español, la de las y los trabajadores de Coca–Cola en Fuenlabrada.

En esta línea han impulsado una de las más viejas, útiles y necesarias armas que la clase obrera tenemos para combatir en nuestras luchas, la caja de resisten-cia. Con innumerables actos, conciertos,

visitas a otras fábricas, etc… han conse-guido aumentar el grueso de dinero para poder resistir.

Desde Clase contra Clase y No Pasa-rán lanzamos la campaña “1 Estudiante 1 Euro”, que contó con el apoyo del con-junto de trabajadores. Si participar en las protestas estudiantiles del pasado mes de Marzo fue un primer paso, esta acción demuestra la solidez de convicción que los trabajadores en lucha de Panrico tie-nen en hacer carne la frase “Obreros y estudiantes, unidos y adelante”.

Desde hace unas semanas impulsamos con grupos de trabajadores y trabajado-res los pasaclases por diferentes univer-sidades. En estas semanas las acciones se han realizado en varias facultades de la Universidad de Barcelona y la Uni-

versidad Autónoma de Barcelona. Con el objetivo de aumentar la caja de resis-tencia, estas acciones de unidad obrero estudiantil se seguirán desarrollando en las próximas semanas, buscando así dar oxígeno a una lucha dura que es de to-dos, y que merece ganar.

Algunas asambleas como la de Co-municación de la Universidad Autóno-ma de Barcelona se han sumado a esta campaña, pero animamos al resto de las asambleas de estudiantes, así como a las organizaciones y sindicatos de estudian-tes y activistas a impulsar y extender esta campaña como propia.

¡Viva la unidad obrero – estudiantil!

por NO PASARÁN - SEI

la educación...Pero ¿cuál es el interés de IU de participar en las movilizaciones? Conducir las movilizaciones hacía el parlamento, o dicho de otra forma, “ins-titucionalizar” o “parlamentarizar” el aumento de la lucha de clases de los últi-mos años. Para IU la acción parlamenta-ria no es un “medio táctico”, sino que re-presenta su orientación estratégica. Una estrategia que, tomando las palabras de la revolucionaria Rosa Luxemburgo en su debate con la socialdemocracia alemana a principios del siglo XX, es “nada-más-que-parlamentarismo”. Y re-petimos “uno es lo que hace y no lo que dice”, y lo que hace IU cuando habla de “defender los derechos de los trabajado-res” es “defender” los lazos orgánicos con la burocracia sindical en CCOO. Ya que una parte de la burocracia es parte de IU o del PCE, y lo que hacen es acep-tar ERES, rebaja de salarios, contener huelgas como la de Panrico o Cocacola entre otros muchísimos ejemplos... ¿Por qué el Sindicato de Estudiantes no ha denunciado todo esto?

Izquierda Unida: un callejón sin salida para la juventud

“Y para ir finalizando, y para con-tribuir al fortalecimiento de esta IU que nosotros queremos, una izquierda unida, combativa, de clase, con un pro-grama revolucionario” (Tohil Delgado, ídem), toda una definición de una nue-va “ilusión política”. Si antes llamaban a votar al PSOE (“¿Para quién gobier-na Zapatero?” Editorial de El Militante nº207 Julio/Agosto 2007) y ahora fruto del desgaste y de la experiencia de miles de jóvenes con el PSOE, llaman a votar

a IU. La lógica es presionar a IU para que sea un partido revolucionario con un programa revolucionario. Cuando en realidad es un sueño de infancia, una no comprensión de la naturaleza del Régi-men heredero del Franquismo, del que este partido es co-fundador e integrante fundamental. Es no comprender que la izquierda reformista lleva años adap-tada a los distintos regímenes políticos en Europa. Es no entender que el voto obrero que recibe este partido, como también lo recibe en mayor medida el PSOE, no se traduce en una mutación de su carácter de clase, sino que es parte de la expropiación política que sufren los trabajadores por los partidos reformis-tas con tintes “obreristas” cada vez más desteñidos.

La teoría marxista del Estado, sinte-tizada brillantemente por Lenin en “El Estado y la Revolución”, explica que el estado es un órgano de dominación de una clase por otra. Actualmente el Es-tado es el instrumento de la burguesía, por lo tanto el Gobierno, como brazo ejecutivo y legislativo de este aparato, también está en manos burguesas. Nin-gún Gobierno electo puede acometer esas tareas, que están reservadas a una clase en el combate frontal y violento, no electoral, el proletariado. La revolu-ción y la conquista del poder, son susti-tuidas por una vaga esperanza en que las elecciones permitan la formación de un Gobierno electo que adopte un programa socialista. Como si esto de por sí no fue-ra lo suficiente utópico, este Gobierno debe conformarse con dos partidos con un historial de traiciones y ataques a los trabajadores más que extenso.

En vez de alentar a los trabajadores y

jóvenes de que el objetivo central debe ser preparase para luchar contra el si-guiente Gobierno de turno, que sabemos será más duro que el anterior, y tratar de difundir la idea de que la clase trabajado-ra tiene que independizarse de la tutela de la burocracia sindical y los partidos del Régimen, recuperando los sindicatos y construyendo un instrumento político propio independiente de cualquier ala burguesa y que levante un programa re-volucionario, los compañeros del Sindi-cato de Estudiantes alientan a reforzar la confianza en el “mal menor”, llamando a la movilización electoral para dejar fuera de la Moncloa a Rajoy, es decir a refor-zar con el voto obrero la versión “ama-ble” de los planes de ajuste por venir.

¿Qué alternativanecesita la juventud?

Lo que es indudable que el SE apa-rece como la fuerza con mayor poder de convocatoria del movimiento estu-diantil de las enseñanzas medias, una juventud de gran potencial combativo. Y que los compañeros/as del Sindicato de Estudiantes de Izquierdas en Aragón siempre han apoyado y convocado las huelgas impulsadas por el SE, porque consideramos que ser esquirol no es una opción. Así mismo siempre hemos he-cho lo mismo con otras convocatorias de otras organizaciones de las univer-sidades ya que para nosotros el mayor frente único frente a un ataque, como en la educación, es primordial aunque man-tengamos nuestras diferencias.

Los aires están cambiando y frente a la confianza que millones de traba-jadores y jóvenes aún depositan en la

democracia burguesa y los partidos que expropian la representación política de los explotados, los revolucionarios no podemos sumarnos al coro de voces que embellecen este régimen político ni las fórmulas partidarias que dejan fuera de la política a la clase obrera. Al contrario nuestra labor es combatir estos prejui-cios pacientemente, explicando que las urnas y el Parlamento no son la vía de transformación de la sociedad, y que el uso que les debe dar nuestra clase es el de tribunas de los explotados. La misión de los revolucionarios es alentar entre la vanguardia obrera y juvenil la idea de construir una herramienta política inde-pendiente de nuestra clase, un Partido Revolucionario. Pero parece ser que ésta idea de independencia política de los tra-bajadores/as y de la juventud para el SE no es la correcta: “Pero se puede defen-der desde dentro y no montando chirin-guitos que debilitan a la izquierda real que defiende los intereses de la juventud y de la clase trabajadora” (idem).

La juventud necesita de una gran or-ganización juvenil revolucionaria y anti-capitalista en los institutos en las faculta-des, ligada a la clase trabajadora, contra la monarquía, contra los partidos del ré-gimen y contra este sistema que sólo nos deja que “ni estudiemos ni trabajemos” que ligue los principales problemas de los estudiantes con los derechos de las mujeres, el racismo, la cuestión LGTB... Así pues es necesaria la organización de base de la juventud para lograr que el movimiento estudiantil mantenga su combatividad y avance, como hicieron miles de jóvenes que nos precedieron, como hizo la juventud y los trabajadores en el Mayo del ‘68.

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16 DEBATES EN LA IZQUIERDA

Sobre Izquierda Unida y PODEMOS

La izquierda reformista y las elecciones europeas

La cercanía de las elecciones euro-peas ha incentivado el debate sobre las perspectivas de las candidaturas a la izquierda del PSOE en estas elecciones. IU tiene una intención de voto que ronda el 14% y la reciente-mente formada Podemos, aunque a una escala menor, ha generado ex-pectativas mediáticas y en sectores de activistas. En este artículo quere-mos continuar los debates políticos y programáticos iniciados en artícu-los anteriores sobre la estrategia y el programa de estas formaciones, que se proponen como una alternativa por izquierda al bipartidismo y los recortes del gobierno y la Troika. Porque más allá de los resultados de las elecciones europeas, considera-mos que es fundamental continuar el debate estratégico sobre las estra-tegias de la izquierda y su relación con el movimiento obrero y los mo-vimientos sociales.

IU y el pacto de Andalucía

Días pasados el “affair andaluz” ocupó las principales portadas infor-mativas. Reuniones a la madrugada, amenazas de ruptura, y finalmente la reconciliación y la renovación del pac-to de gobierno. Los protagonistas eran

la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y los dirigentes de IU que forman parte de su gobierno. Sin em-bargo, la crisis no llegó a mayores y el acuerdo de gobierno entre el PSOE e IU salió ratificado. Pero estos hechos echaron luz sobre cuestiones más pro-fundas que permiten sacar conclusio-nes sobre el papel de IU dentro del gobierno de la Junta y su estrategia de “gobiernos de izquierda”.

En primer lugar, el hecho de que las familias de la Corrala Utopía lle-vaban 2 años ocupando ese espacio y exigiendo una vivienda digna. Justo ahora, después de ser desalojados… y a semanas de las europeas, intervinie-ron los responsables de la Conserjería de Fomento de IU para ofrecer 8 llaves de urgencia a algunas de esas familias y el compromiso de palabra de resolver la situación para el resto. En segundo lugar, hay que señalar que la verdadera magnitud de la crisis de la vivienda en Andalucía quedó disimulada detrás de estas noticias. Tan sólo en Sevilla unas 10.000 familias están en la lista de espera para la adjudicación oficial de viviendas, pero son muchísimos más los casos en toda la región. Durante el año 2012 en Andalucía se produjeron 13.638 desahucios, siendo la tercera comunidad con el mayor número de casos. Durante el año 2013 el 22% de los desahucios a nivel estatal se lleva-ron adelante allí. Estos datos contras-

tan dramáticamente con las 700.000 viviendas vacías que están en manos de los bancos en Andalucía (bancos que fueron rescatados por el Estado a fuerza de recortes y austeridad).

“Aceitunilla comida, hueso tirado”, dijo el coordinador general de IU-Los Verdes, Antonio Maíllo, para transmi-tir el regreso a la “normalidad”. Cayo Lara también se refirió a los hechos de Andalucía, diciendo que era “agua pasada”, que no quedaba “ningún res-quemor” y que IU mantiene su com-promiso de gobierno en la Junta an-daluza, mientras responsabilizó al PP por frenar la ley antidesahucios. Pero al ratificar el compromiso de gobierno con el PSOE, no sólo le quita responsa-bilidades sobre la situación social ex-trema que se vive allí –donde gobierna hace ¡35 años!- y en el resto del Esta-do español, sino que ratifica la propia complicidad de IU en este drama cogo-bernando con el PSOE la comunidad con mayor número de parados de todo el Estado y el territorio de los escanda-losos casos de corrupción de los EREs, las subvenciones para cursos de forma-ción “fantasma”, etc.

IU se presenta a las elecciones como una “alternativa” frente al bipartidis-mo, los planes de austeridad y la Troi-ka. Pero la realidad de Andalucía sigue demostrando que juegan el papel de salvataje del régimen y “gestión” de la austeridad, preparándose para gobernar

con el PSOE a más amplia escala si los resultados electorales se lo permiten.

Podemos: de sujetos, discursos y desencantos

Desde su lanzamiento hace unos meses hasta el día de hoy, Podemos fue tomando un curso de mayor mo-deración en su discurso y programa, al mismo tiempo que en su funcionamien-to interno se evidenció un “retorno” a muchas de las prácticas de los partidos tradicionales de la izquierda reformista o socialdemócrata. La “prueba” de las elecciones europeas será una platafor-ma para presionar a IU por candidatu-ras comunes, objetivo que han expresa-do una y otra vez los dirigentes de Po-demos. A continuación argumentamos por qué consideramos que la candida-tura y programa de Podemos no es nin-guna alternativa para millones de traba-jadores que hoy están pagando la crisis capitalista, para terminar con un breve intento de “deconstrucción” –concepto tan afín a posmodernos y posmarxis-tas- del discurso mediático de Podemos para cuestionar sus fundamentos.

La fábula del capitalismo “ético”

En su momento, en un artículo eva-luamos críticamente el programa esbo-zado en el Manifiesto “Mover ficha”,

por JOSEfINA MARTÍNEZ

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17DEBATES EN LA IZQUIERDA

debido a su moderación y limitaciones (ver “PODEMOS... o los límites de ‘mover ficha’ sin ‘romper la baraja’”, Clase contra Clase, 24/01/2014). Sin embargo, al poco tiempo, ese progra-ma fue abandonado por los propios líderes de Podemos. En su lugar pro-pusieron otro, elaborado por una “co-misión de expertos”, que se colgó en la web para ser “enmendado colecti-vamente” vía internet y discutido en los círculos, al que también nos refe-rimos en otro artículo (ver “Un debate sobre PODEMOS. De ilusiones, can-didaturas y programas”, por Josefina Martínez, en Contracorriente Nº40). El resultado final de este proceso, que dejó mucho que desear en cuanto a sus formas y su contenido democrático, es un programa alejado de toda referencia o “espíritu” anticapitalista. Muy por el contrario, nos encontramos con un programa que propone una serie de re-formas para “humanizar” el capitalis-mo español, de contenido abiertamente socialdemócrata. El programa incluye propuestas como: “Programa de in-versiones y políticas públicas para la reactivación económica, la creación de empleo de calidad y la reconver-sión del modelo productivo hacia una economía basada en la innovación que contribuya al bien común teniendo en cuenta criterios de responsabilidad social, ética y medioambiental. Pro-moción del protagonismo de la peque-ña y mediana empresa en la creación de empleo, resaltando el papel de las entidades de la economía social.” Es decir, un programa para desarrollar un “capitalismo social” y “ético”, una economía capitalista “que contribuya al bien común” (sic!). O sea, algo así como proponer que un asesino en se-rie se perfume antes de salir a la calle a matar gente… “por el bien común” de sus vecinos. Además, es digno del libro Guinness de los record que en un programa de 40 páginas hayan logrado que no se encuentre la palabra “capita-lismo” ni “capitalista” por ningún lado, aun cuando se la busque con lupa. Más extraño aún, si se tiene en cuenta que Podemos ha sido impulsada desde sus inicios por Izquierda Anticapitalista, que mantiene varios militantes full time que pertenecen a la organización, sus principales dirigentes se han volca-do a promocionar Podemos y la segun-da candidata de la formación, Teresa Rodríguez, es también una reconocida militante de IA.

Sintetizando, la política de Podemos es claramente reformista y de concilia-ción de clases, ya que busca “promo-cionar” a los pequeños empresarios españoles, olvidando que la mayoría de ellos han sido los primeros en apli-car EREs, despidos y rebajas salariales

amparados en la reforma laboral. Lo que propone Podemos es lo contrario a lo que en las marchas del 22M can-taron miles de trabajadoras, trabajado-res y jóvenes, junto a los de Panrico y Coca Cola: “No hay otra manera, o con la patronal o con la clase obrera”. Para que ese canto se pueda transformar en una realidad, es necesario un programa que partiendo de las demandas más urgentes de la población trabajadora (defender el trabajo, acabar con el paro de millones, viviendas dignas, termi-nar con la estafa de los bancos, salud y educación gratuita y de calidad, de-rechos democráticos, etc.) avance en cuestionar el poder de la banca y los grandes capitales del Estado español y las multinacionales, que son los que es-tán imponiendo que la crisis la pague-mos los trabajadores y el pueblo.

Populismo y reformismo: ¡nada nuevo bajo el sol!

Los líderes mediáticos de Podemos se presentan como portadores de una “renovación” de la izquierda, con un discurso que supera “viejas ortodo-xias”. En realidad no hay “nada nuevo bajo el sol” en su discurso. En general han planteado la idea de defender la “patria” y la “soberanía”, en una lucha de los “de abajo” contra “los de arri-ba”, desarrollando una gesta ciudadana para “construir la democracia”.

En primer lugar, la retórica de la “de-fensa de la patria” implica una visión equivocada sobre el carácter del estado imperialista español. Pablo Iglesias ha planteado en reiteradas ocasiones su opinión de que hay que enfrentar los intentos de Alemania y la Troika de convertir a “España” en una colonia. Esta afirmación se apoya en el hecho de que en el marco de la UE imperia-lista, Alemania busca evitar asumir los “costos” de la crisis capitalista, “apre-tando las tuercas” de los Estados del sur de Europa más afectados por la crisis, como el Estado español, Italia, Grecia y Portugal. Pero de ahí a decir que el Estado español está por conver-tirse en una colonia hay un salto que deforma la realidad y edulcora el con-tenido imperialista del propio Estado español, que juega un papel expoliador de primer orden en América Latina, en varios países africanos y al interior de sus propias fronteras, con las naciona-lidades a las que niega sus derechos como catalanes, vascos y gallegos… a los que, valga decir, Pablo Iglesias de-dica muchísimos menos minutos de te-levisión para defender su derecho a la autodeterminación… que a la defensa de la “patria”.

Por otro lado, respecto a los sujetos que protagonizan el cambio social, Po-

demos plantea articular la lucha de “los de abajo” contra “los de arriba”, para impulsar una gesta de la ciudadanía que permita “construir la democracia”. En el discurso de los “notables” de Pode-mos, la división clasista de la sociedad se difumina en la constitución de un su-jeto “popular” o “ciudadano” más am-plio, que se presenta a su vez como una renovación de la práctica y la teoría po-lítica, superando el “esencialismo cla-sista” de los teóricos de la “revolución permanente”. Sin embargo esta “nove-dad”… en realidad “atrasa el reloj” por lo menos 200 años en la teoría política. La categoría abstracta de “ciudadano” no puede dar cuenta de la complejidad de las sociedades modernas capitalistas y “mete en el mismo saco”, como si fueran iguales, al trabajador o trabaja-dora de una fábrica, al joven precario o al inmigrante pobre, con el dueño de una empresa, un comerciante con em-pleados a su cargo o un integrante de las fuerzas represivas del estado. Pero no, no son todos “ciudadanos iguales ante la ley”, porque la homogenización formal de los “ciudadanos” en el capi-talismo se opone a la desigualdad real en el terreno de la producción y repro-ducción de la vida material, como ya explicara Marx leyendo críticamente a Hegel hace unos 150 años… y con un poco más de fundamentos que los “no-tables” de Podemos.

Este tipo de planteamientos, que nie-gan en una doble operación tanto la di-visión clasista de la sociedad como la centralidad de la clase trabajadora en la sociedad capitalista, y por lo tanto su capacidad de transformarse en su-jeto revolucionario, son tributarias del auge de las teorías posmodernas y pos-marxistas en la academia durante las últimas décadas. Un “posmarxismo” populista que los líderes de Podemos han transformado en programa y movi-miento político, acompañados en esta “gesta”, lamentablemente, por la direc-ción de Izquierda Anticapitalista. Uno de sus referentes teóricos es Ernesto Laclau, intelectual argentino fallecido hace unos días en Sevilla, quien en su búsqueda de un sujeto popular para “radicalizar la democracia” desdibu-jaba las contradicciones de clase exis-tentes en la sociedad y terminaba pro-poniendo una “radical” resignación a los estrechos marcos de la democracia liberal. Su sofisticación teórica, en la medida en que se transformó en polí-tica concreta, terminó en el apoyo acrí-tico a gobiernos como el de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, contra el que millones de trabajadores y trabajadoras de ese país llevaron ade-lante una huelga general hace tan sólo unos días, reprimida por el gobierno que Laclau (y hasta donde conocemos,

también los principales referentes de Podemos) defendía.

En sentido contrario al “giro popu-lista” que han emprendido los líderes de Podemos acompañados por la direc-ción de Izquierda Anticapitalista, las trabajadoras y trabajadores del Estado español están comenzando a mostrar la emergencia de una nueva subjetivi-dad. Luchas duras como la de Panrico, Coca Cola en Fuenlabrada, Teneco en Asturias, la limpieza o la sanidad en Madrid, y muchas otras, muestran que se ha iniciado una creciente resisten-cia obrera frente a la crisis. Una nueva subjetividad obrera que los militantes que se consideran anticapitalistas de-berían destacar y apoyar activamente. Lamentablemente, la teoría y la prác-tica política de la dirección de IA, se ha alejado cada vez más de la clase tra-bajadora, y en su búsqueda de “nuevos sujetos”, “atajos” y “hegemonía” se ha lanzado de lleno a impulsar el proyecto populista de Iglesias, Monedero, Erre-jón y compañía.

* * *

En las últimas semanas se han suce-dido varias críticas a Pablo Iglesias y el núcleo dirigente de Podemos por el modo de funcionamiento interno muy poco democrático. La cuasi imposición a los círculos de un programa elabora-do por la “comisión de expertos”, “de-cisiones de cúpulas”, “personalismos”, son algunos de los vicios de la “vieja política” que ya están presentes en Podemos a poco de su fundación. Así también fue muy criticada la “incor-poración” del ex-dirigente del PP Jor-ge Vestrynge a Podemos y la defensa que le brindó Pablo Iglesias, contra la opinión de muchos de los militantes. Podemos se ha transformado en una hermana menor de IU, de la que no se diferencia ni por su programa ni por sus objetivos estratégicos.

Frente a la crisis del régimen político y la Europa del capital, lejos de ensa-yar “nuevos” (viejos) experimentos reformistas basados en figurones me-diáticos cuya estrategia es reformar el capitalismo y extender la democracia liberal, es necesario que las fuerzas de los militantes anticapitalistas (aunque sean pequeñas aún) puedan unificarse para levantar una perspectiva y un pro-grama verdaderamente anticapitalista y revolucionario. No estamos en contra de soñar ni de emocionar… Pero a no-sotros lo que nos apasiona y nos sigue ilusionando es la posibilidad de tomar el cielo por asalto y enfrentar este sis-tema capitalista que ha convertido al mundo en una sucia prisión para millo-nes de seres humanos.

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18 TEORÍA E HISTORIA

En las conclusiones del libro Las an-tinomias de Antonio Gramsci, Perry Anderson planteaba a fines de los ‘70 que “(…) la tarea que debía realizar el frente único está aún, cincuenta años después, sin resolver. Las masas de Norteamérica, Europa occidental y Ja-pón aún tienen que ser ganadas para el socialismo revolucionario en su pluralidad. Por lo tanto, la problemá-tica central del frente único –el último consejo estratégico de Lenin al movi-miento de la clase obrera occidental antes de su muerte, el interés principal de Gramsci en la cárcel– conserva hoy toda su validez (…) Las discusiones internacionales que unieron y divi-dieron a Luxemburg, Lenin, Lukács, Gramsci, Bordiga o Trotsky sobre estos temas representan la última gran polémica estratégica en el movimiento obrero europeo”.1

Se refería a la política de frente único, del Tercero y el Cuarto Congresos de la Internacional Comunista, que respondía tanto a la necesidad de dar combates de-fensivos como a la de ganar a la mayoría de la clase obrera como condición nece-saria para la lucha por el poder. En nues-tro país, cuando atravesamos un período de emergencia de la izquierda, sobre todo agrupada en el Frente de Izquierda y los Trabajadores, recuperar y actuali-zar estas discusiones clásicas que hacen a la táctica y la estrategia revolucionaria, se vuelve una tarea esencial.

Un repaso histórico y algunas consideraciones

Hay dos argumentos sobre la cuestión del frente único, instalados casi como un lugar común indiscutible en ciertos sec-tores de la izquierda reformista.

El primero, que la política del frente único de la Tercera Internacional impul-sada en 1921 y 1922, implicaba, de desa-rrollarse consecuentemente, abandonar “la perspectiva de toma del poder” hacia una propuesta de progresión gradual al estilo de la vieja socialdemocracia.

El segundo, es que hay una continui-dad natural entre el frente único prole-tario y la política de “frentes popula-res” con la burguesía “antifascista” o “progresista”, interrumpida por el breve lapso de sectarismo ultraizquierdista del

“tercer período”, como fue denominado por la Internacional Comunista, ya bajo dirección estalinista. Incluso Perry An-derson, a quién citábamos más arriba, tendía a caer en esta postura, cuando afir-maba sobre la posición de Trotsky hacia el Frente Popular en Francia: “mientras que en sus ensayos sobre Alemania su-brayaba la imperativa necesidad de ga-nar a la pequeñoburguesía local para una alianza con la clase obrera (citando el ejemplo clásico del bloque contra Kor-nilov durante la revolución Rusa NdR), en sus ensayos sobre el Frente Popular descartaba a la organización tradicional de la pequeña burguesía local, el Partido Radical, por considerarlo meramente un partido de ‘imperialismo democrático’ que en principio debía ser excluido de toda alianza antifascista”.2

Recapitulemos un poco para refutar estas distorsiones. Los dos primeros congresos de la Tercera Internacional (Comunista) se dan en el marco de un ascenso revolucionario de la lucha de clases, con epicentro en Europa Occi-dental, después de la Revolución Rusa. En este contexto, el Primer Congreso (1919) sienta las bases de la nueva or-ganización revolucionaria internacional y se separa de manera tajante del refor-mismo, planteando que el único camino posible hacia el poder obrero es el de-sarrollo de la lucha de clases, la guerra civil y la necesaria instauración de la dictadura del proletariado.

El Segundo Congreso (1920) sigue en la misma línea, en un contexto en que la Tercera Internacional ha profundizado la política hacia las alas izquierdas de los partidos socialistas que se acercan a los bolcheviques y en ese marco, busca esta-blecer una relación entre la política par-

lamentaria y la estrategia insurreccional, en la que se delimita de la práctica paci-fista y gradualista de los parlamentarios socialdemócratas, al mismo tiempo que combate las posiciones “ultraizquierdis-tas” que negaban la intervención en los sindicatos y el parlamento.

En 1920-21, se dan tres hechos que expresan un cambio en la relación de fuerzas entre las clases. En Italia, son de-rrotadas las ocupaciones de fábricas, por una combinación de concesiones econó-micas y represión militar. En Polonia, el Ejército Rojo llega hasta las puertas de Varsovia, luego de derrotar a los re-accionarios en Ucrania, pero este avan-ce, contra la previsión de Lenin, no es acompañado por un levantamiento del proletariado polaco y los bolcheviques deben retroceder. En Alemania, el Par-tido Comunista protagoniza la llamada “acción de Marzo” (1921), con el llama-miento a la huelga general para “derro-car al gobierno” (socialdemócrata), en-trando en la provocación de la burguesía que saturaba de policías las regiones obreras. Se enfrentan en las calles los obreros contra los policías y soldados, y son derrotados.

Estos hechos imponen un viraje a la Tercera Internacional que se resume en la expresión “conquista del poder, pre-via conquista de las masas”. Y la orien-tación del Tercer Congreso de 1921 se sintetiza en la política de frente único proletario para la lucha por las reivin-dicaciones elementales o parciales de la clase obrera.

En este contexto, el Manifiesto de la Tercera Internacional publicado en el Tercer Congreso, llama a oponer la es-trategia de los trabajadores a la estrate-gia del capital, asimilando el concepto

de estrategia con la preparación cuida-dosa de los combates y con la astucia para no entrar en provocaciones en las cuales los comunistas se enfrenten en malas condiciones con la burguesía y sus fuerzas represivas.

El Cuarto Congreso (1922) profundi-za esta orientación con las Tesis sobre la unidad del Frente Proletario, agregando la hipótesis de que la forma posible en que se pueda llegar a la dictadura del pro-letariado en Alemania puede ser la lucha por un Gobierno Obrero (de los partidos de la clase obrera) que rompa con la bur-guesía y arme a la clase trabajadora, ace-lerando la experiencia de los trabajado-res con la socialdemocracia, política que se planteaba como consecuencia lógica de la táctica del frente único.3

La política de Lenin y Trotsky se des-marcaba de los ultraizquierdistas, más proclives a denunciar a los traidores que a superarlos en influencia real, que lla-maban a pasar a “la ofensiva” cuando la burguesía retomaba el control y los par-tidos comunistas de Europa Occidental eran débiles o no habían conquistado la mayoría del movimiento obrero.

Esta política fue objeto de fuertes po-lémicas. Mientras en un “ala derecha” del PC alemán y de la Tercera Interna-cional había una tendencia a transformar el frente único en un objetivo en sí mis-mo, los ultraizquierdistas tenían una in-terpretación de “frente único por abajo” o de llamados testimoniales con el sólo fin de demostrar la negativa de la social-democracia a la unidad con los comunis-tas. Este debate se zanjó en la práctica contra las dos posiciones, en un nuevo momento de lucha de clases en 1923: el ala derecha “suspendió” la insurrección porque los socialdemócratas amenaza-

por JUAN dAL MASO Y fERNANdO ROSSO (PTS-Argentina)

Cuestiones de teoría política y estrategia proletaria

Frente único: la actualidad de una cuestión estratégica

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19TEORÍA E HISTORIA

ron con romper el frente único, mientras los ultras no jugaron ningún rol.

Y todo esto mientras había dos go-biernos obreros regionales entre el PC y el ala izquierda socialdemócrata, y la revista político-militar del PC alemán declaraba tener 100 mil obreros organi-zados en “centurias proletarias”.4

No en vano diría Trotsky que ambas “alas” estaban caracterizadas por un fatalismo similar La política de frente único sufrió asimismo los efectos de la burocratización de la Tercera Interna-cional. El V Congreso (1924) impuso un giro hacia la alianza con los partidos burgueses con base campesina. Esta po-lítica, que impuso al PC chino la subor-dinación al nacionalismo burgués, tuvo un alto costo con la derrota de la Revo-lución China (1925-1927). En el período abierto por el VI Congreso (1928), bajo la creciente stalinización, la IC pasó a negar la política de frente único (“tercer período”), acusando de “socialfascistas” a los reformistas, política que desarmó completamente al proletariado alemán frente al ascenso de Hitler en 1933.

Dos años después, el VII Congreso proclamaba el frente único con los parti-dos de la burguesía “democrática”, pos-tulando a su vez el “gobierno de frente único” entre los PC y dichas corrientes burguesas, así como en otros casos las ex-periencias de “unidad orgánica” entre los PS y los PC, de la que el PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) fue un ejemplo paradigmático, por su rol contra-rrevolucionario en la guerra civil españo-la. De ahí que se haya suplantado en la mayoría de la izquierda la idea del frente único obrero, por la de Frente Popular.

Frente único y estrategia proletaria

Habiendo señalado el contexto en que la Tercera Internacional impulsara la po-lítica del frente único, nos interesa plan-tear por qué es un componente central de la estrategia proletaria, incluso en la actualidad.

Hay cuatro aspectos que hacen a la cuestión: Desde el punto de vista social, la división de la clase obrera entre ocu-pados y desocupados, trabajadores sin-dicalizados bajo convenio y terceriza-dos, contratados, precarizados, nativos e inmigrantes, hombres y mujeres con desigual retribución por igual tarea, etc.

Desde el punto de vista político, la persistencia del reformismo, expresada bajo distintas variantes de sindicalismo. Trotsky dice que los reformistas son agentes del imperialismo en decaden-cia, pero la clase obrera no comparte aún nuestra caracterización del refor-mismo. Esto obliga a tener una política tendiente a que los obreros hagan la ex-periencia con los reformistas, dentro de

la cual la lucha por la unidad de la clase obrera es central, ya que son los refor-mistas y burócratas los que dividen las organizaciones de masas (veamos si no el ejemplo de las centrales sindicales en la Argentina). En el caso de nuestro país, es el peronismo el que ha jugado histó-ricamente el rol que en Europa jugara el reformismo, con la peculiaridad propia de lo que Trotsky denominaba “Frente Popular bajo la forma de partido”, es de-cir un partido que en sí mismo expresa una “alianza policlasista”, a través del control de los sindicatos por el Estado, lo cual plantea la necesidad de combinar la lucha por el frente único obrero con la lucha por la independencia de los sin-dicatos respecto del Estado y contra las variantes políticas patronales.5

Desde el punto de vista organizativo, la existencia de grandes sindicatos esta-tizados, que ponen la formidable fuerza social del movimiento obrero detrás de salidas políticas de los capitalistas por la política de la burocracia sindical, pero a su vez agrupan las fuerzas de carác-ter estratégico que pueden golpear de lleno el dominio capitalista. El hecho de que agrupen una minoría de la clase obrera, plantea que cuando se desarrolle la lucha de clases, junto al combate por recuperarlos y cambiarlos de raíz, serán necesarias otras instancias como coordi-nadoras, comités de fábrica (para estos en la Argentina se cuenta con la ventaja de la existencia de las comisiones in-ternas), para agrupar a los sectores que no están organizados en los sindicatos. Pero la existencia misma de los sindica-tos, plantea la necesidad de políticas de frente único que vayan señalando la ne-cesidad de superar los estrechos marcos corporativos de cada sector.

Por último, hay un problema de “ar-quitectura institucional” del proletaria-do, que hace al desarrollo de un partido revolucionario. En este sentido, la estra-tegia de los “partidos de masas” (y sus caricaturas, es decir, los que tienen la misma práctica aunque nunca lleguen a ser “de masas”) se basa en la conquista gradual de parlamentarios, sindicatos y distintas organizaciones de la clase para lograr la dirección de las masas y avan-zar por la vía evolutiva hacia una trans-formación social.

En la estrategia de un “partido de vanguardia” inserto en las organiza-ciones de masas, el frente único (a tra-vés de la lucha por recuperar los sindi-catos, por instancias de coordinación y organización de base más amplias, por una alternativa política y un programa de independencia de clase) es la polí-tica que permitiría a los revoluciona-rios tener “peso de masas”, sin trans-formarse en un “partido de masas” al estilo de los viejos partidos socialistas reformistas.

El frente único, la experiencia de la clase obrera y la cuestión del poder

El frente único, si se constituye como unidad de las organizaciones de masas a escala nacional, implica una cierta “pari-dad” de las posiciones de las tendencias políticas dentro de la clase obrera, pero a su vez marca un primer paso fundamen-tal en la constitución de la clase obrera como sujeto político. La unidad en de-fensa de un programa común, empieza por poner de relieve su peso social cen-tral (correlación de fuerzas “objetiva”), para plantear un posicionamiento políti-co de clase.

El frente único solamente puede dar-se como institución con peso de masas, cuando la posición del partido revolu-cionario y su influencia es fuerte y eso obliga a los reformistas a la unidad. La necesidad de la existencia de posiciones de fuerza con peso real en las organiza-ciones de la clase obrera es una condi-ción para la “eficacia” de la política de frente único. Esto desmiente otra inter-pretación vulgar que tuvo y tiene cierta izquierda argentina que considera a la política de frente único como una per-manente exigencia a la burocracia sindi-cal hecha solo desde la agitación perio-dística o la prensa partidaria.

La política de frente único puede lle-gar hasta la formulación de un gobierno obrero. En el caso de Alemania en los años ‘20, era un gobierno de frente úni-co entre la izquierda socialdemócrata y el PC. Pero también podríamos pensar variantes de gobiernos “de las organiza-ciones obreras”, en el sentido del plan-teo de “todo el poder a la COB” (Bolivia 1952) o “gobierno metalúrgico” (Berlín 1953), donde los sindicatos, con meca-nismos tendientes a expandir sus fron-teras más allá de la cuestión corporati-va, jueguen un rol central en plantear la cuestión del poder.

Esto es así porque una lucha conse-cuente de las organizaciones obreras por las demandas parciales o defensivas plantea la cuestión de que las conquistas “defendidas” están bajo ataque más o menos permanente por parte de los ca-pitalistas y su estado, con lo cual la lu-cha “ofensiva” se vuelve necesaria para conservar y ampliar esas conquistas, lo que su vez plantea el problema político como algo cada vez más central.

Hipótesis para frente único en la Argentina actual

Los sindicatos en la Argentina están divididos en cinco centrales, una divi-sión nunca vista en la historia del movi-miento obrero. Además de ellas, existe otro espectro de organizaciones sindi-cales que se desarrolló en estos años y

se conoció como el “sindicalismo base” o antiburocrático. Dentro del mismo avanzó la influencia de los partidos que pertenecen al Frente de Izquierda y los Trabajadores (y especialmente del PTS en el proletariado industrial). Además, otros sectores opositores a la burocra-cia o combativos, pero no estrictamente clasistas. Ninguno de ese espectro pue-de por sí mismo imponer una política de frente único nacional clásica a las direc-ciones de las grandes organizaciones del movimiento obrero (aunque sí en algu-nos casos pueden hacerlo por gremio).

Sin embargo es posible, si estos sec-tores avanzan en unir sus fuerzas en un bloque o un polo con un programa de-finido, fortalecer una voz que plantee a todo el movimiento obrero la necesidad del frente único a la política divisionista de la burocracia sindical.

Esa unidad diferenciada, con la obli-gación por parte de los revolucionarios clasistas de mantener la independencia y la libertad de crítica frente a las “na-turales” vacilaciones de los aliados, im-plicaría un paso hacia una política tra-dicional de frente único, en momentos en que se está llevando adelante el ma-yor ataque hacia el movimiento obrero en una década (devaluación, inflación, enfriamiento de la economía; un ajuste bastante ortodoxo). La unidad y más en momentos de crisis, es una aspiración justa de los trabajadores (ese es el fun-damento último de la política de frente único), llevada a la acción, como lo de-mostró el paro general del 20N de 2012, que aunque fue impulsada por solo una fracción de la dirigencia sindical, logró cierta unidad; cambia la autopercepción y las fuerzas morales de la clase obrera y la convierten en un factor político. En este contexto, la lucha por “recuperar los sindicatos” y la política de frente único son tareas íntimamente relacionadas y de primer orden, tanto para el avance del clasismo y la izquierda, como para con-quistar la unidad de la clase obrera.

NOTAS *Este artículo fue publicado originalmente en la revista Ideas de Izquierda Nº 7, Buenos Aires, mar-zo 2014. Blogs de los autores: losgalosdeasterix.blogspot.com.ar y elviolentooficio.blogspot.com.ar1 Anderson, Perry, Las antinomias de Antonio Gramsci. Estado y Revolución en Occidente, Mé-xico DF, Fontamara, 1998, p. 126.2 Anderson Perry, Consideraciones sobre el mar-xismo occidental, México DF, Siglo XXI Editores, 1987, p. 144.3 Para más detalles sobre la cuestión del “gobierno obrero”, ver Albamonte, Emilio y Maiello, Matías, “Trotsky y Gramsci: debates de estrategia sobre la revolución en ‘occidente’”, Estrategia Internacio-nal 28, 2012. 4 Milos Hajek, Historia de la Tercera Internacional, la política de frente único (1921-1935), Barcelona, Crítica, 1984, pp. 81-86. El autor señala que la ci-fra puede ser exagerada.5 Ver nota “Los sindicatos y la estrategia” en IdZ 6.

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Las movilizaciones que sacudieron Ucrania desde noviembre pasado y ter-minaron con la destitución de Yanuko-vich y la instauración de un gobierno pro occidental, abrieron una crisis de magnitud que superó las fronteras del país convirtiéndose en un conflicto in-ternacional en el que intervienen acti-vamente los imperialismos norteameri-cano y europeos por un lado, y Rusia por el otro. Este conflicto, que generó la tensión más importante entre Rusia y Occidente desde la caída de la URSS, tuvo su punto más alto con la anexión de Crimea por parte de Rusia y hoy continúa en las negociaciones entre el secretario de estado norteamericano y su par ruso sobre el futuro de Ucrania, en el marco de un clima de tensión, como muestran las movilizaciones –aun minoritarias- en el este del país reclamando la unificación con Rusia. La injerencia directa de Occidente y de Moscú no representa ninguna sali-da progresiva para los trabajadores y el pueblo de Ucrania.

El carácter de las movilizaciones de la plaza Maidán

La decisión en noviembre de 2013 del gobierno pro ruso de Yanukovich de cancelar la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE), disparó una ola de movilizaciones en algunas ciudades occidentales del país con centro en la plaza Maidán de la ca-pital, Kiev.

Tras intentar por diversas vías des-montar las manifestaciones, el gobier-no de Yanukovich dio luz verde a una violenta represión que terminó precipi-tando su caída. Luego de varios días de enfrentamientos que dejaron un saldo de casi 100 muertos, y de un intento fallido de salida negociada con la UE que preservaba a Yanukovich hasta di-ciembre, el 23 de febrero el parlamen-to ucraniano destituyó a Yanukovich, y nombró a Alexandr Tuchinov (del principal partido opositor liberal) como presidente provisorio y llamó a eleccio-nes anticipadas para el 25 de mayo.

Si bien las manifestaciones tuvieron como trasfondo el malestar por la pro-fundización de la crisis económica y el odio contra el gobierno corrupto y re-presor de Yanukovich, agravado por la dura respuesta represiva de las fuerzas de seguridad, en lo esencial albergaron esperanzas en que un tratado de libre

comercio con la Unión Europea podía dar respuesta a sus penurias, justamente en momentos en que la UE viene apli-cando brutales planes de ajuste para descargar la crisis sobre los trabajado-res. Estas movilizaciones estuvieron teñidas por un fuerte nacionalismo anti ruso, manipulado por los partidos de la oposición burguesa liberal –como el partido Patria de Yulia Timoshenko y la Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma (UDAR) del exboxeador Vi-tali Klitschko ligado a Alemania- para su política de aliarse a las potencias imperialistas. Sobre este nacionalismo también actúan los grupos de la ex-trema derecha, integrados al régimen como el partido Svoboda o sectores más radicalizados, incluso neonazis, como el Sector de Derecha que jugó un rol importante en el proceso que llevó a la caída del gobierno, y según varios analistas, fueron el núcleo de las mili-cias armadas de la plaza Maidán. Esta alianza entre partidos neoliberales y grupos de extrema derecha al servicio de los intereses de la clase dominante, le imprimió su sello al movimiento.

La caída de Yanukovich también es producto de que la fracción de oligarcas alienados con su gobierno, entre ellos Rinat Ajmetov, el hombre más rico de Ucrania que amasó su fortuna quedán-dose con las principales minas de la re-

gión de Donestk a la sombra del poder estatal y el oficialista Partido de las Re-giones, le quitaron el apoyo y se pasa-ron al bando de la oposición, entre otras cosas, por diferencias de intereses con miembros de la familia Yanukovich de-venidos oligarcas. Estos magnates –que dividen sus apoyos entre el Partido de las Regiones y los partidos de la opo-sición liberal- se benefician tanto de la relación con Rusia como con occidente donde tienen negocios millonarios.

La estrecha relación entre la burgue-sía y los partidos políticos ucranianos, que viene desde los inicios de la restau-ración capitalista, se expresó en la de-signación de prominentes oligarcas al frente de distintas gobernaciones tras la caída de los partidarios de Yanukovich.

Para dejar en claro su carácter reac-cionario y pro occidental el nuevo go-bierno acaba de anunciar un aumento del 50% en el precio del gas, lo que es parte de un paquete de ajuste exigido por el FMI que incluye el congelamien-to del salario mínimo, aumentos de impuestos y de los precios de los com-bustibles y la electricidad, entre otras medidas.

Por otra parte una de las primeras me-didas votadas por el parlamento fue la abolición de la ley que protegía las len-guas minoritarias no ucranianas, lo que afecta directamente a la población ruso

parlante que es mayoría en la península de Crimea y todo el Este del país. La medida se sumó al odio anti ruso que ya venía expresando la derecha nacio-nalista y los grupos neonazis dentro del movimiento de la Plaza Maidán.

Por esto, a pesar de que el gobierno de Yanukovich haya caído, la crisis se cerró con un recambio de las fracciones de las camarillas capitalistas que están en el gobierno.

La intervención de las potencias imperialistas y de Rusia

Ucrania se transformó en un campo de batalla entre Estados Unidos (y la Unión Europea), por un lado, y Rusia por otro, donde hay en juego importan-tes intereses económicos y geopolíticos.

Las potencias imperialistas quieren capitalizar la caída del gobierno pro ruso de Yanukovich y su reemplazo por un gobierno pro europeo para avanzar en arrancar a Ucrania de la órbita de influencia de Rusia y alinearla con los intereses de Estados Unidos y la UE, amenazando (aunque cada vez menos) con la expansión militar de la OTAN hasta las fronteras rusas. Como respues-ta, el presidente Vladimir Putin desple-gó decenas de miles de soldados en la frontera occidental con Ucrania y alentó el referéndum en Crimea que definió su

Declaración de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional

Ucrania. Crisis política y disputas entre las potencias imperialistas y Rusia

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independencia de Ucrania y la reunifi-cación con Rusia. Crimea es una región estratégica donde está alojada la flota rusa del Mar Negro. La movida rusa fue originalmente repudiada por EEUU y la UE que incluso hicieron votar una resolución de la ONU desconociendo la separación, sin embargo el punto de Crimea ya estuvo afuera de las últimas negociaciones entre Kerry y Levrov. Todavía está por verse si la anexión de Crimea implicará para Putin la pérdi-da de su influencia en Ucrania, el país más importante en su frontera occiden-tal y uno de los pilares de su estrategia geopolítica de recrear una esfera de in-fluencia que amortigüe la ofensiva de Estados Unidos y la UE, frene el avance de la OTAN y garantice su estatus de potencia regional con cierta proyección para influir en conflictos internacionales de importancia estratégica.

Si bien la política de Rusia plantea un desafío a las potencias imperialistas al modificar por segunda vez las fronteras (ya lo había hecho en 2008 en Georgia con la independencia de Osetia del Sur y Abjasia), su intención no es declarar una guerra a las potencias occidentales, sino mejorar la relación de fuerzas para negociar. Es que si bien Rusia viene ocupando en los últimos años un rol de potencia regional, está lejos de ser un país imperialista como plantea un sec-tor de la izquierda a nivel internacional.

Desde la desintegración de la ex Unión Soviética en 1991, y aprove-chando el caos de los primeros años de la restauración capitalista bajo el gobierno de Yeltsin con la consecuente decadencia económica, política y social de la exURSS, Estados Unidos avanzó sobre Rusia y su zona de influencia, aunque no pudo transformar a Rusia en un país semicolonial. Con la llegada de Putin al poder este curso de desinte-gración comenzó a revertirse, pero sin modificar ninguno de los parámetros estructurales de la decadencia rusa. Pu-tin estableció un régimen bonapartista, fortaleciendo la autoridad estatal, tomó el control férreo de los principales re-cursos del país –enfrentando incluso a algunos de los oligarcas que se habían quedado con el botín de las privatiza-ciones, reconvirtió a Rusia de vieja po-tencia industrial en un país exportador de petróleo y gas, beneficiándose am-pliamente de los altos precios de estas materias primas y recompuso su ejérci-to. Esto llevó a que en los últimos años Rusia resurgiera como una potencia re-gional y que intentara resistir la política ofensiva de las potencias occidentales sobre su esfera de influencia más cerca-na desplegando una serie de iniciativas como la Unión Aduanera Euroasiática, o subsidiar el precio del gas, aunque de ninguna manera transformarse en una

gran potencia: su economía es cada vez más rentística y depende del precio del petróleo y el gas. En el plano geopolí-tico, tres exrepúblicas soviéticas, Es-tonia, Letonia y Lituania y el resto de los aliados del Pacto de Varsovia han ingresado a la OTAN.

Es por esto que Rusia juega entre las contradicciones de occidente para disimular su propia debilidad. Por su parte, ni Estados Unidos ni la UE están dispuestos a ir a una ruptura insalvable con Rusia, menos aún a un enfrenta-miento militar.

En el marco de su decadencia hege-mónica la política de Estados Unidos fue amenazar con imponer sanciones económicas marginales sobre algún miembro del gobierno ruso, mientras que la Unión Europea, aunque apoyó el levantamiento contra Yanukovich y busca incorporar a Ucrania a su órbita económica y militar, no puede avalar un régimen de sanciones económicas ya que esto iría en contra de los inte-reses de sus principales miembros. El abastecimiento de energía de la Unión Europea depende del gas que importa desde Rusia. Esto explica la línea ma-yoritariamente negociadora de la UE, en particular de Merkel que incluso se opone a implementar sanciones leves, que buscan un equilibrio entre san-cionar la ofensiva rusa sobre Crimea pero sin que esto afecte sus relaciones económicas.

Incluso si se mantuviera en su dimen-sión actual, el conflicto en Ucrania ya ha puesto las relaciones entre Rusia y Occidente en su punto más bajo desde la disolución de la URSS y ha abierto una crisis internacional que potencial-mente puede alterar las coordenadas del sistema internacional surgido tras la guerra fría. Si se percibe que las poten-cias occidentales y en particular Esta-dos Unidos, no son capaces de impo-nerse y mantener el orden, otros acto-res, desde Corea del Norte o Irán hasta China podrían verse alentados a hacer avanzar sus intereses.

Durante los últimos días continuó la injerencia sobre Ucrania de los im-perialismos y de Rusia. El FMI y la UE prometieron un paquete de ayuda a cambio de un ajuste brutal y espe-ran a ver la confiabilidad del gobierno que surja de las elecciones del 25 de mayo (en el que esperan tenga menos peso el sector nacionalista). Putin por su parte anunció un aumento del 40% para el gas que le vende a Ucrania, lo que empeorará aún más las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo, al mismo tiempo que anunciaba ayuda financiera y aumentos de salarios para los habitantes de Crimea, alentando el nacionalismo ruso en el resto del país y llamando a una mayor federalización

y autonomía de las distintas regiones.

Una salida obrera e independiente

Ante la crisis ucraniana una parte de la izquierda salió a encolumnarse detrás de las movilizaciones de la plaza Mai-dán, absolutizando el componente de odio hacia el gobierno pro ruso de Ya-nukovich y las penurias producidas por la crisis económica y negando el pro-grama pro occidental que levantó desde el principio, como así también a las di-recciones reaccionarias que estaban a la cabeza del movimiento. Organizaciones como la LIT o la UIT, que ya práctica-mente ven revoluciones democráticas triunfantes en todas partes, volvieron a quedar como furgón de cola de un campo burgués al definir el proceso que terminó con la destitución de Yanuko-vich y la asunción de un nuevo gobierno neoliberal, pro occidental y derechista, como una “victoria democrática” de las masas. Incluso la LIT dio a entender que el movimiento de la Plaza Maidán sería similar a los organismos de auto-determinación revolucionarios y que las comisiones de autodefensa tuvieron un papel de vanguardia “aunque en ellas había sectores de ultraderecha”. Tampo-co le da su justa importancia a las am-biciones geopolíticas de las potencias imperialistas al interior del proceso. Posiciones así solamente pueden crear confusiones y errores.

Por otra parte, un sector minorita-rio de la izquierda terminó apoyando a Rusia frente al ataque de occidente, replicando la teoría de los campos pero a nivel internacional, como si todavía hubiera guerra fría y una URSS que de-fender. Es decir una política que alber-ga expectativas en que el nacionalismo bonapartista de Putin puede ser una al-ternativa progresiva frente a EEUU y la UE, sin dar cuenta de que los intereses de potencia regional de Rusia y los de la oligarquía que parasitó la economía ucraniana desde la caída de la URSS son contrarios a los de los trabajadores y los pueblos oprimidos de Ucrania, cualquiera sea su etnia o nacionalidad.

Es que en esta trama de intereses eco-nómicos y geopolíticos de las potencias imperialistas y Rusia, los trabajadores y los sectores populares ucranianos son utilizados como moneda de cambio.

En las dos décadas de restauración capitalista, tanto con gobiernos pro ru-sos como pro occidentales, los oligarcas han saqueado la propiedad estatal que-dándose con los principales negocios.

Tanto las potencias occidentales como Putin están usando la carta nacional para hacer avanzar sus intereses, opues-tos por el vértice a los trabajadores y los sectores populares rusos y ucranianos.

El nuevo gobierno pro occidental alienta al odio ancestral anti ruso fun-dado en la opresión histórica sufrida primero bajo el imperio zarista y luego bajo el estalinismo, para sus fines reac-cionarios de aliarse las potencias impe-rialistas y pactar su sumisión al FMI y Bruselas a favor de los negocios de los oligarcas locales. Putin utiliza el nacio-nalismo y la identidad étnica rusa para establecer en Crimea una posición de fuerza en su relación con las potencias occidentales y reafirmar los intereses de los capitalistas rusos.

Mientras tanto, los trabajadores y los sectores populares, tanto en Rusia como en Ucrania, sufren condiciones de vida cada vez más degradadas, y van a ser quienes paguen los costos de la crisis capitalista.

En los países de la ex Unión Sovié-tica y del este europeo, las décadas de opresión bajo los regímenes de la buro-cracia estalinista y la falta de una alter-nativa, facilitaron la propaganda proca-pitalista de occidente y la identificación entre socialismo y estalinismo, lo que llevó al desarrollo de una ideología an-ticomunista reaccionaria, sobre la que se basan los grupos de extrema dere-cha, incluso neonazis. Sin embargo, a más de dos décadas de la caída de los regímenes estalinistas y la desaparición de la exURSS, está claro que la restau-ración capitalista solo significó el enri-quecimiento de una pequeña minoría de oligarcas y penurias para las amplias masas de trabajadores.

Aunque hoy parezca una perspectiva lejana, la única salida progresiva sur-girá de la lucha unificada de la clase obrera contra sus explotadores locales y sus socios imperialistas, esto es de una política independiente respecto tanto al bando “pro-occidental” como “pro-ruso”.

Es por eso que los trotskistas de la FT-CI planteamos que la única pers-pectiva realista para que Ucrania sea independiente es expropiar a los oli-garcas –los nuevos capitalistas que se quedaron con las grandes empresas públicas- dejar de pagar la deuda exter-na, nacionalizar la banca, el comercio exterior y los principales recursos de la economía y ponerlos al servicio de los trabajadores y sectores populares, es decir, luchar por una Ucrania obrera y socialista con derechos democráticos para todos los grupos étnicos y nacio-nales. Esta sería una palanca para la revolución social en Rusia y Europa, donde se jugará, en última instancia, el destino de Ucrania.

07/04/2014

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Con los buenos oficios de UNASUR, se avanza en pactos y negociaciones con la derecha

Preparan una salida reaccionaria a la crisis en Venezuela

Las conversaciones y acuerdos con los grandes sectores empresariales por parte del gobierno de Maduro marchan a paso acelerado en el país. El gobierno viene cediendo en todo lo que ellos solicitan, desde los aumentos de precios, constantes devaluaciones de la moneda, el aval generalizado para que las empresas puedan despe-dir libremente, hasta las ya conocidas exoneraciones de impuestos y otras ventajas para el gran capital. El go-bierno se decidió, bajo un falso dis-curso en medio de un ajuste macro-económico, a que los platos rotos de la crisis económica que corroe al país los pague el pueblo trabajador.

Se inician los diálogos entre el gobierno de Maduro y la oposición de derecha

Al compás de estos acuerdos con la patronal, el gobierno comienza a avan-zar también en las conversaciones con los sectores de la oposición política de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) bajo la mediación de los canci-lleres de UNASUR, más precisamente los integrantes de la troika compuesta por Brasil, Colombia y Ecuador, y el representante del Vaticano. Tras la úl-tima llegada a finales de marzo de un vasto sector de representantes de paí-ses de América del Sur, en el que se entrevistaron con la mayoría del espec-tro político nacional tanto del gobierno como de la oposición, la tensión del país continuaba marcada por el impas-se político de una situación que no avi-zoraba destrabarse. Pero el arribo en los últimos dos días de los cancilleres de UNASUR, y sus encuentros por se-parado primero, tanto con el gobierno como con los sectores de la MUD, y luego entre todos conjuntamente este martes 8/4, concluyó con el acuerdo de iniciar un proceso de diálogo que se-gún el propio gobierno dará inicio este jueves 10/4. El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, rápidamente manifes-tó que existen “excelentes condicio-nes para el diálogo en Venezuela” en medio de declaraciones en la que todo parece apuntar no solo a salir de la ten-sión política del momento sino a acuer-dos de más largo aliento. Al cierre de esta edición en el Palacio de Miraflo-res Maduro recibió a los gobernadores

de Lara, Henri Falcón, y de Miranda, Henrique Capriles, junto a otros líderes de la MUD, el Nuncio Apostólico del Vaticano Aldo Giordano y los canci-lleres de UNASUR, encuentro que es saludado como “un paso para la paz” pero cuyo resultado es incierto.

Por otro lado, el partido de Leopol-do López, Voluntad Popular, y la tam-bién integrante del sector “duro” de la oposición María Corina Machado, han salido a manifestar que no participarán de ningún encuentro con el gobierno, planteando que se trata de “un show político utilizando a los cancilleres de la Unasur como interlocutores”. Esto no se trata de un dato menor, pues como sabemos, es justamente este sec-tor “duro” quienes han venido marcan-do la agenda de la tensión política del país desde el pasado 12 de febrero, y son los más importantes impulsores del conjunto de marchas y actos políticos, con acciones callejeras violentas de por medio, en todo este tiempo. De los movimientos políticos de este sector en el plano interno, dependerá en bue-na parte el futuro de los acuerdos a los que puedan avanzar entre el gobierno y el grueso de la oposición de derecha.

El papel de UNASUR funcional al imperialismo norteamericano

El ex presidente de Brasil Lula Da Silva, empieza a presionar por derecha al gobierno nacional, planteando que “Maduro debería intentar disminuir el debate político para dedicarse entera-mente a gobernar, establecer una políti-ca de coalición, construir un programa mínimo y disminuir la tensión. Estoy haciendo fuerza para que se encuentre una solución en la negociación porque para Brasil Venezuela es estratégica” (El Universal, 8/4), al mismo tiempo que felicitó a Capriles Radonski por no ser parte de los “extremos”. Esto más allá de que Maduro saliera a res-ponderle que “no hemos dejado de go-bernar ni un segundo” y que “no tengo nada que negociar con nadie, aquí lo que hay es un debate, un diálogo”.

El imperialismo norteamericano no se ha quedado inmóvil sino que, con la presencia de Colombia entre los mediadores y la fuerte influencia del gobierno brasileño, y viendo que su política vía Panamá y la OEA no fructificó, espera que los mediadores de UNASUR consigan hacer avanzar a las partes en acuerdos a su medida . No es casualidad, ni acto de benevo-

lencia del Departamento de Estado, el hecho de que Kerry haya asegurado que “su país no tomará medidas sobre la situación en Venezuela mientras es-tén en marcha gestiones como la que realiza Unasur para que el Gobierno y la oposición mantengan un diálogo”, pues sabe que es una buena carta que los representantes de estos gobiernos hagan el trabajo funcional a sus inte-reses imperialistas, esto es, comenzar a recortar los márgenes de la cierta y relativa independencia política que el gobierno de Chávez había alcanzado, más allá de que nunca llegara a romper con el imperialismo, ni siquiera a afec-tar seriamente sus intereses.

Se trata de una verdadera conspiración contra la clase trabajadora

Si bien desde hace meses se vienen realizando las negociaciones con los sectores empresariales cuyo resultado es pechar al pueblo trabajador, éstas se han acelerado por la presión que ejer-cen las manifestaciones y acciones des-de febrero en adelante, dirigidas por la oposición burguesa, y específicamente por su ala más “dura”, apoyados por el imperialismo yanqui. Son los mismos sectores empresariales que siempre han estado con la oposición derechista, como es el caso de Lorenzo Mendoza, del grupo Polar, y de la propia Fedecá-maras, y que estuvieron al frente en el golpe de 2002. Lo nuevo de la actual situación son las negociaciones con la mayoría del sector político de la derecha aglutinado en la MUD, con la interme-diación de Unasur y el Vaticano, donde seguramente comenzarán a discutir los marcos de una transición menos trau-

mática de la que se está viviendo, y que seguramente pactaran, más allá de que Maduro lo niegue, acuerdos donde los únicos perjudicados terminarán siendo los trabajadores y el pueblo pobre. Por eso sostenemos que todos estos acuer-dos y negociaciones, en verdad de lo que se trata es de una verdadera conspi-ración contra la clase trabajadora.

Pongamos miles de trabajadores y trabajadoras en pie de lucha con nuestras propias demandas y métodos de lucha

Desde la LTS planteamos que sólo la intervención contundente de la clase trabajadora, en alianza con los secto-res populares y campesinos pobres de nuestro país, puede parar el curso an-tiobrero y antipopular que toma la si-tuación nacional, para evitar que sigan descargando la crisis económica sobre nosotros, y que la crisis política la ca-pitalicen la oposición de derecha y el imperialismo.

Hay que exigirle a los sindicatos, federaciones y centrales que hagan asambleas en los lugares de trabajo, que convoquen encuentros obreros para juntar las luchas de las distintas empresas, con miras a un encuentro na-cional de trabajadores en lucha, donde votemos un programa obrero y popular y enfrentar los ajustes pactados entre el gobierno, los empresarios y la oposi-ción de derecha que vienen en camino. Debemos movilizarnos, con nuestros propios métodos de lucha y nuestras propias demandas, con total indepen-dencia política frente al gobierno y la oposición, y dar una salida propia de los trabajadores, planteando bien alto que la crisis la paguen los capitalistas.

por MILTON d’LEÓN (LTS-Venezuela)

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Políticos opositores al gobierno por derecha como Sergio Massa y Mauricio Macri habían condenado previamente la huelga. Pero el mismo jueves no hubo político patronal ni medio de comunica-ción que no hiciera campaña contra los piquetes. El gobierno optó por reprimir con la Gendarmería el más importante, el de la autopista Panamericana. Pero no pudieron evitar que se realizara y allí los dirigentes de Kraft, Pepsico, Donnelley y diputados como Christian Castillo del PTS y del FIT, entre otros, denunciaron el ajuste del gobierno, exi-gieron un plan de lucha a las CGT y a las CTA y reclamaron la absolución de los petroleros de Las Heras.

La izquierda obrera estuvo en este y otros piquetes en todo el país. En todos el PTS aportó las principales columnas y sus dirigentes fabriles fueron claves en promover la participación obrera que fue el sello distintivo de los pique-tes. Los medios debieron reflejar esta nueva realidad de un sector de la clase trabajadora donde la izquierda obrera comienza a pisar fuerte.

Un nuevo estado de ánimo en la clase obrera

El giro a la derecha del gobierno que incluye devaluación, tarifazos, suspensiones y hasta despidos, in-

demnización a Repsol y nuevo endeu-damiento con los organismos de cré-dito internacionales, logró reunir con-senso burgués. El escenario a derecha se completó con la campaña contra la inseguridad y las políticas de mano dura de oficialistas y opositores que sembraron el clima para que sectores de las clases medias se sintieran va-lientes para salir a practicar el método fascista del linchamiento.

La huelga del 10 es la primera gran acción obrera que se opone con contun-dencia a la ofensiva ajustadora y al giro a la derecha del gobierno. La gran huel-ga de los docentes de la provincia de Buenos Aires fue un anticipo que obli-gó a Scioli a retroceder. Pero esta huel-ga nacional está mostrando, de con-junto, un cambio de ánimo en la clase obrera adelantando una probable mul-tiplicación de las luchas. La burocracia oficialista (Caló y Yasky) no pudo salir peor parada, arrodillada ante un gobier-no que sólo ofrece ajuste y con decenas de miles de trabajadores que le dieron la espalda este 10 de abril.

Por su parte, los dirigentes sindica-les burocráticos como Moyano, Ba-rrionuevo y Micheli no quieren pelear hasta derrotar el ajuste. Convocaron a una medida aislada y al hacer su ba-lance, estuvieron lejos de comprome-terse en darle continuidad. Estos diri-gentes quieren utilizar la fuerza de la clase trabajadora al servicio de algún político patronal opositor.

Desafíos

Se abren grandes posibilidades para la izquierda clasista y el Frente de Iz-quierda (integrado por el PTS, PO e Izquierda Socialista). La gran elección del FIT de 2013 ya había mostrado que cientos de miles de trabajadores que se oponen al gobierno optan por una alternativa de independencia de clase. Ahora la huelga ratifica la im-portancia estratégica de los sindicatos en nuestro país y la emergencia de las organizaciones de la clase obrera en la vida política nacional pese a los lí-mites evidentes de sus direcciones bu-rocráticas. El futuro para desarrollar a la izquierda clasista y revolucionaria depende de comprender estas conclu-siones. Está planteado impulsar el FIT como herramienta de independencia política de los trabajadores, pero debe estar combinado con promover una política para recuperar los sindicatos de manos de la burocracia e iniciati-vas de reagrupamiento de los sectores combativos como las que impulsa-mos desde el Encuentro de Atlanta. Limitarse solo a la agitación política sin ver la importancia de desarrollar fracciones clasistas orgánicas en los sindicatos termina en el mero electo-ralismo; al igual que limitarse solo a la lucha sindical deriva en sindicalis-mo. Nuestra estrategia se define por la articulación de estas peleas en torno a un programa y métodos de acción que

señalen una perspectiva de indepen-dencia política de los trabajadores y la construcción de un gran partido re-volucionario que agrupe a lo mejor de la vanguardia obrera que se proponga luchar conscientemente por el gobier-no de los trabajadores.

Entre las variantes del frente único obrero está la de impulsar medidas de lucha cuando las centrales obreras convocan pero levantando un progra-ma propio, como hicimos este jueves 10 para desenmascarar la política de los convocantes; o reagrupando a los sectores combativos, como en Atlan-ta. La “vuelta” de los sindicatos mues-tra la potencialidad de la clase obrera si estas organizaciones estuvieran en manos de la izquierda para desarro-llar las aspiraciones de los trabajado-res y ponerlas al servicio de derrotar el ajuste. Para eso hay que conquis-tar más posiciones en los principales batallones de la clase obrera. Se tra-ta, sí, de pelear por un plan de lucha nacional y de levantar todas nuestras reivindicaciones. Pero fundamental-mente de levantar una alternativa para que las organizaciones de lucha recu-peradas de manos de la burocracia le-vanten un programa de unidad de las filas obreras, de unidad con el pueblo pobre en la perspectiva de la huelga general para derrotar el ajuste y que la crisis la paguen los capitalistas.

viene de contraportada

El pasado viernes 11 de abril desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas rea-lizamos una exposición fotográfica en la Casa de la Mujer. En la que abordamos el tema de la lucha de las mujeres a lo largo y ancho del mundo y a través de la historia por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.

Realizamos esta exposición en el mar-co de que la lucha por el derecho a deci-dir es una consigna histórica de nuestra organización, pero como es lógico no es una lucha solo nuestra, sino más bien, es la lucha que han dado las mujeres histó-ricamente a lo largo y ancho del plane-ta, cientos de organizaciones y también miles de mujeres anónimas. Hoy aquí en el estado español nos toca volver nueva-mente a las calles para reivindicar este derecho que nos quieren arrebatar el go-

bierno con la iglesia de la mano. No pa-raremos hasta echar atrás definitivamente la ley de Gallardón pero incluso aunque esta se logre parar, seguiremos en la lu-cha por la despenalización total del abor-to y por el acceso a los anticonceptivos de forma gratuita para todas las mujeres. Este derecho tiene que ser público porque incluso con la actual ley, que es mucho más permisiva que la que nos quieren imponer, está en manos de la sanidad pri-vada y lo han convertido en un negocio de miles de millones de euros al año. Por eso nosotras luchamos porque todas las clínicas privadas pasen a una red pública y gratuita para todas las mujeres. Aunque sabemos que hoy la lucha es contra la ley de Gallardón, nos parece importante te-ner en cuenta este horizonte.

Creemos que la lucha de las mujeres y de la mujer trabajadora es internacional por eso abordamos la exposición des-de una perspectiva mundial recogiendo

algunas de las experiencias de lucha en otros países y en otras épocas históricas como la transición española.

Antes de ver la exposición realizamos una mesa redonda que presentó una com-pañera nuestra. Este foro trató de ser una pequeña expresión de diferentes perfiles de mujeres que viven y han vivido esta lucha por el derecho a decidir. Por eso invitamos a Pili Lainez que vivió la lu-cha en la transición, fue fundadora de la Librería de Mujeres, y hoy participa en la Comisión de Mujeres de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza y en la Coordinadora feminista y en la Women’s International League for Peace and Freedom. Después intervino la com-pañera Gisela,que ademas de ser mujer es inmigrante y delegada sindical de CCOO en Vips. Finalmente habló nues-tra joven compañera de Pan y Rosas, es-tudiante y militante de No Pasarán- SEI, Vanesa que expuso el perfil de una mujer

joven. Al finalizar la mesa redonda y el caluroso y emotivo debate que se generó pasamos a ver la exposición y a tomar un picoteo. Que nos permitió seguir char-lando y debatiendo al calor de la visita a la exposición. Queremos agradecer a los que nos acompañaron esa tarde par-ticipando con nosotras en esta actividad y también aportando nuevamente apoyo a nuestra hucha para ayudarnos a seguir realizando actividades.

ZARAGOZA: Exposición fotográfica

Ayer y hoy... La lucha de las mujeres por el derecho al abortopor PAN Y ROSAS Zaragoza

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por l a reconst rucc ión de la cuar ta in te r nac iona l

órgano de expres ión mensua l de C lase cont ra C lase

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La jornada de huelga general del 10 de abril convocada por las CGT de Hugo Moyano y Luis Barrionue-vo y la CTA de Pablo Micheli (las centrales sindicales mayoritarias, opositoras al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner) se convirtió en un pronunciamiento nacional de la clase obrera contra el ajuste. Con masiva adhesión en los lugares de trabajo fue un “parazo nacional” (un verdadero “huelgón”).

Esta segunda huelga contra el gobier-no kirchnerista tuvo mucha más ad-hesión que el del 20 de noviembre de 2012. Fue total en el transporte y en los servicios donde dirigen las principales centrales convocantes. Y en la indus-tria, en numerosas fábricas de gremios de la CGT oficialista también se sintió

con fuerza. En el cordón industrial de la Zona Norte de Buenos Aires, se paró en alimenticias como Kraft, PepsiCo, Proc-ter, WorldColor y Unilever, autopartistas como Lear, gráficas como Donnelley y Printpack. También jaboneras como Alicorp de la zona oeste. En otra ciu-dad, Bahía Blanca, se paralizó el polo petroquímico. En el cordón metalúrgico de la ciudad de Rosario (donde los obre-ros de la fábrica Liliana que vienen de una dura lucha) muchas fábricas no tra-bajaron. En la gran siderúrgica Siderar más de la mitad adhirió a la huelga. En la Renault de la provincia de Córdoba y la Ford los patrones directamente dieron asueto ante lo que se preveía como una huelga total. En la Ciudad de Buenos Aires fue importante en el metro donde los trabajadores masivamente no concu-rrieron a su trabajo. Miles de docentes también se sumaron a la medida en todo el país pese a su dirección abiertamen-te kirchnerista (afín al gobierno). Los sindicatos, comisiones internas (equi-

valentes de los comités de empresa) y cuerpos de delegados nucleados en el Encuentro del Sindicalismo Combativo junto a otras organizaciones, y particu-larmente el PTS impulsamos asambleas en los lugares de trabajo y promovimos los piquetes obreros para ayudar a ga-rantizar el paro allí donde los burócratas oficialistas no llamaban a parar.

El gobierno miente

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, atacó la huelga diciendo que no se pudo ir a trabajar por falta de transporte y por los piquetes, desmereciendo el gran pronunciamiento de la clase obrera. De-bería recordar que cuando la clase obre-ra argentina se decide a luchar lo hace contundentemente. Y es lo que empe-zó a hacer. La gran mayoría se sumó libremente a la huelga porque sobran motivos: la devaluación se come gran parte del salario, el gobierno quiere po-ner tope en las paritarias, el 35% de los

trabajadores está en negro, la mayoría de los pensionistas cobra la mínima de poco más de $ 2.700.

Los piquetes de huelga colaboraron en convencer a miles de trabajadores. Este método histórico de lucha de la clase obrera nacional y mundial, lo im-pulsamos orgullosamente desde el PTS y otras fuerzas que izquierda, desde el Encuentro Sindical Combativo reunido en marzo, en Atlanta, con numerosas comisiones internas y sindicatos. Mu-chos piquetes ayudaron a los precariza-dos, contratados y tercerizados (los más vulnerables frente a patronales que pre-sionaban con amenazas de descuentos o quita de presentismo) a encontrar una “excusa” para no llegar al trabajo. Y sir-vieron además para amplificar una voz alternativa a la burocracia y transformar el paro en activo en fracciones significa-tivas de los trabajadores.

Por RUTH WERNER (PTS – Argentina)

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