Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los Revolucionarios

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ACCION DIRECTA; MC-DOCUMENTOS; Chile, primavera-verano 2008

CONTRIBUCIÓN A LA BÚSQUEDA DE LA

CONVERGENCIA DE LOS REVOLUCIONARIOS

“La Unidad es la única riqueza que poseemos”

-FC

“Si algo bueno sale de la crisis que nos muerde los talones es

que nos obliga a pensar distinto a como lo hacíamos ayer”

-RW

A MODO DE PRESENTACIÓN

Hemos tardado algo más de lo que quisiéramos, a nuestro pesar, pero

finalmente acusamos recibo del documento “El Cinismo, la Mentira y la Izquierda

Revolucionaria en Chile”, del compañero Reinaldo Troncoso y publicado en “Rebelión”, medio del Movimiento por la Convergencia Revolucionaria (MCR). Sintiéndonos interpelados por dicho camarada, hemos decidido utilizar su trabajo como

Texto Guía (TG en adelante), para realizar a partir de éste un análisis propio sobre la temática que en él se aborda. Así, en primera instancia y a modo de respuesta, el

presente estudio señala nuestro punto de vista crítico respecto de los planteamientos del compañero. Luego, en una perspectiva más amplia, con nuestras tesis también

deseamos contribuir a desbrozar el camino para la tan necesaria y esquiva unidad de los que están por un cambio social profundo en nuestro país. Es en la perspectiva de esta última aspiración donde esperamos coincidir con el ánimo expresado por Reinaldo.

Antes de proseguir, algunas palabras acerca de nosotros. Somos el Colectivo Acción Directa (CAD), nacido a mediados de los “90 y compuesto básicamente por ex

militantes partidarios, tanto de la izquierda tradicional como de la revolucionaria, además de algunos compañeros jóvenes sin militancia. Nos organizamos como un círculo de estudio y análisis político-ideológico, nucleándonos en torno a un proyecto

que inicialmente perseguía aportar en lo teórico y también a contribuir modestamente a los diversos esfuerzos por evitar el descalabro y dispersión en que derivó la

izquierda, en especial la revolucionaria, luego de la derrota estratégica del movimiento popular durante la segunda mitad de los “80. Posteriormente, luego de algún tiempo de afianzamiento y en la medida de nuestras escasas fuerzas, comenzamos a participar

en variadas coordinaciones con otros Colectivos y organizaciones sociales y políticas, realizando actividades conjuntas en algunas coyunturas emblemáticas y logrando

aportar a una discusión y síntesis comunes. Permítasenos agregar algunas palabras respecto de los ‘Colectivos’. Asumimos como indiscutible la afirmación realizada por Guillermo Rodríguez, cuando en una

Escuela de Verano, años ha, señaló: “Los Colectivos no son más que la excusa para no irse derechamente para la casa”. Con ésta reflexión el compañero Rodríguez graficó la

necesidad vital de proseguir bregando por la causa revolucionaria, en un esfuerzo más allá de la realidad política desoladora de mediados de los “90, cuando los distintos referentes revolucionarios estaban o desarticulados o divididos o neutralizados. Por el

contrario, no compartimos la visión catastrofista del autor del TG en relación a que aquella forma de organización ha operado como un elemento nocivo al interior de las

corrientes revolucionarias, pues pensamos que la existencia de los Colectivos ha permitido lo que acertadamente se denomina ‘la sobrevivencia política de la izquierda revolucionaria’. Y, resulta que ésta devino en la que fuera bautizada, si mal no

recordamos por el mismo autor del TG (¡Oh, paradoja!), como “la izquierda chica”. El CAD también se nutre del marxismo para sus análisis y prácticas político-

ideológicas. Pero debiéramos saber que con apuntar esto, en una especie de auto de fe, ello no nos vuelve automáticamente en Marxistas. Por lo demás, podemos observar la existencia de varios ‘marxismos posibles’ y constatar que las teorías de los maestros

se pueden enfocar desde múltiples ángulos. Asimismo, estamos claros que para

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justificar una u otra acción basta con buscar la cita que nos apoye o

descontextualizarla y por último, si no existe tal prueba, algunos simplemente la inventan. Nos consta que es fácil acusar a otros de no ser marxistas simplemente

porque no citan las frases célebres; que es fácil levantar el dedo y acusar: ‘son postmodernistas’, ‘divisionistas’ o ‘traidores’. En resumen, creemos que existen numerosas variantes para este tema, pero al mismo tiempo y a estas alturas de la

historia, debiéramos saber cuán difícil es considerarse marxistas y, por extensión, revolucionarios. Y entonces llegamos al dichoso lugar común: NO BASTA CON

AUTOPROCLAMARSE COMO MARXISTAS Y REVOLUCIONARIOS, ¡NO BASTA! Incesantemente, los manuales de marxismo repiten que Marx y Engels crearon las bases fundamentales, tanto del Materialismo Histórico como del Materialismo

Dialéctico y que la tarea de todo revolucionario es desarrollar esas pautas, esas directrices (las piedras angulares, dirán los sabios). El propio Marx, en su

correspondencia con Engels, señala que le resultaba difícil ser lo que ya en su época denominaban ‘marxista’, mientras que en otro registro (“Manuscritos de 1844”), dando una lección de serlo hasta la médula, nos esclarece que el Comunismo no sería la

última etapa de la Humanidad; ¡Qué hereje!, dirían algunos. Otro dato de la sana causa iconoclasta lo encontramos en los dichos de Ronald Matthews, en sus

“Conversaciones con Graham Greene”, cuando señalaba: “(…) me agradaba recordar que cuando Engels llegaba de visita a Londres, lo más importante era un recorrido de tabernas a lo largo de Oxford Street con Marx, al final del cual los dos augustos

exiliados terminaban trepándose a los faroles, apoyados el uno en el otro”. Eso de endiosar a los revolucionarios es una tarea solapada de nuestros enemigos de clase

(aunque cuentan con la anuencia de algunos dentro del campo popular), que elevan muy alto a nuestros ilustres luchadores, por ejemplo al Ché y que ahora hacen otro tanto con la figura de Salvador Allende, con el fin de alejarlos de la masa de los

mortales, mostrarles como rarezas o dejarles caer desde tan considerable altura. Nos consta que los insurrectos ruso-soviéticos se aleccionaron del proceso

revolucionario francés (1789-1799) en busca de caminos posibles. Además, estudiaron a fondo todo el agitado período de las revoluciones burguesas y la gesta proletaria de la Comuna de París, durante el siglo XIX europeo. No obstante, el punto de inflexión de

su propia revolución lo daría Lenin, cuando en sus famosas “TESIS DE ABRIL” (1917) señala que la revolución que se avecina sería socialista, permanente e ininterrumpida

(dicen que se volvió ‘trotskysta’ el Pelado). Sin creatividad, los bolcheviques hubiesen recorrido la senda etapista emanada

de la Segunda Internacional, apoyando a la burguesía vernácula en la realización de sus tareas. De esta manera, los bolcheviques habrían pasado a la historia como simples mencheviques (al respecto, recomendamos leer un pequeño texto del

injustamente vilipendiado teórico italiano Antonio Gramsci, titulado “La Revolución contra El Capital”).

En una muestra de la aplicación mecánica de conceptos y palabras, proceso que nos acompaña atávicamente, podríamos anotar la relación existente entre lo que hace mucho tiempo afirmaba la II Internacional, de que “el capitalismo es crisis

permanente” (algo así como una especie de zombi), mientras que, en una moderna copia del mismo despropósito, gran parte de los análisis del conjunto de la izquierda

del Chile reiteran hoy por hoy que vivimos una “crisis económica permanente” (hablamos inclusive de antes del último remezón del sector ‘real’ de la economía capitalista mundial, luego de un nuevo ciclo de crisis acumulativa del centro

capitalista). ¿Y cuál es nuestra aproximación al marxismo? La propia dialéctica marxista nos

ilustra que todo concepto es necesariamente histórico y, por tanto, transitorio, perecedero. Por su parte, los conceptos nos permiten definir las diversas prácticas: sociales, políticas, económicas, ideológicas; empero, la vida está en una constante

transformación y con ella las prácticas y los conceptos. Nuestro deber, entonces, es construir el conjunto de los conceptos que nos permitan aprehender/censar la

cambiante realidad, para luego transformarla revolucionariamente. Ir a los clásicos para extraer definiciones y aplicarlas mecánicamente al Chile actual, no nos hace avanzar ni un milímetro si es que no somos capaces de contextualizar dialécticamente

dichas definiciones. Esa práctica no nos vuelve ni marxistas ni revolucionarios, antes bien nos iguala a aquellos que invocan un texto sagrado, escrito hace miles de años,

para clamar: ¡el fin del mundo se acerca! La tarea es, tomando como guía el arsenal teórico marxista, armarse científicamente para el presente y en el presente.

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PRÓLOGO

“Crisis”; “derrota”; “Reformismo obrero”; “Reformismo pequeño-burgués”;

“Defensismo de izquierda” o “centrismo”; “Radicalismo pequeño-burgués”, son algunos

conceptos que se repiten, que se explican a medias y/o que se dan por sobreentendidos en el TG. Las palabras, que dan contenido a los conceptos, cumplen múltiples funciones: paralizan, movilizan, engañan, clarifican, etc. Invariablemente,

veámoslo o no, consciente o inconscientemente, la práctica y la lucha ideológica tienen un rol de privilegio. Y asistimos a un período único en este sentido, para el que

evidentemente debiéramos proveernos de muchos más aparejos políticos e ideológicos. Creemos que una prueba de nuestra persistente debilidad en los aspectos teóricos se

puede extraer al comparar lo acaecido durante la dictadura militar, cuando los documentos partidarios de la izquierda comenzaban con la típica frase: “Chile vive hoy la más profunda crisis política...”, mientras que en los del actual período el epígrafe

habitual es: “Chile atraviesa por una profunda crisis económica”. AMBAS CONCEPTUALIZACIONES, ¿NO REFLEJARÁN MÁS BIEN NUESTRA INCAPACIDAD PARA

CAPTAR LA REALIDAD, NO SIENDO MÁS QUE MEROS REFLEJOS IDEOLÓGICOS, EN EL SENTIDO DE OCULTAR LA REALIDAD Y NO DEVELARLA?

A este último respecto, es vital que terminemos con uno de los nefastos legados

incubados en aquel período, cuando el militante acostumbraba esperar que le ‘bajara’ el ‘Documento’ desde las alturas del partido, que leía no tanto con el afán de afilar los

instrumentos para aprehender/censar e intervenir la realidad, sino que para ser sumado a una política concreta, esencialmente irreflexiva, aquella que resultaría la más ‘eficaz’ para derrotar a la Dictadura. Sin embargo, esa ‘política’ se implementaba en su

conceptualización usual, esto quiere decir la dominante y la de la dominación, la que hace referencia a la política como un poder, una práctica y sus instituciones, que se

emplea contra otros para mantenerlos en la impotencia relativa, en una impotencia que facilite el que sean usados como mera masa. Estamos convencidos que ya es tiempo que practiquemos la ‘política’ en su otra conceptualización, la inusual, aquella para

designar una orientación y una práctica que acompaña, como servicio, a la producción de poder del pueblo. No sólo a la aprobación o constitución de una gran unidad, sino a

la producción de poder popular alternativo.* Luego del “86 y sobre todo desde el “90, junto con la derrota nos quedamos con

la gigantesca tarea de pensar por nosotros mismos. Logramos seguir existiendo,

incluso sin Vaticanos Ideológicos, por más que algunos languidezcan mirando hacia Cuba, Corea del Norte, China, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil, etc. (¡que decir de

Albania!). Y aquello tiene una arista muy positiva, pues nos obliga a construir ‘Nuestro’ marxismo, Nuestra ciencia revolucionaria, sin que reneguemos de lo construido, sino que, parafraseando a un maestro de la Historia, siendo nosotros como aquel Profeta

que avanza hacia el futuro con su rostro vuelto hacia el pasado. Esto no es nuevo ni menos postmodernista, puesto que lo soñaron los fundadores del Partido Socialista,

plasmado esto en sus tesis programáticas de 1933, y lo postuló el MIR, en sus transgresores planteamientos de 1965. Por si fuera poco, tenemos la siempre vigente frase de Mariátegui: “Ni calco ni copia”.

Es el tiempo de la audacia intelectual y en esa titánica empresa participan los Colectivos, Partidos, Movimientos y los seres humanos sin organización. Que en su

cometido algunos conceptos clásicos sufran una nueva definición o se creen otros más atingentes con el devenir histórico, además de revolucionar sus aplicaciones en la

práctica, no son evidencia de que se esté renegando del marxismo y pasándose a posiciones ‘postmodernistas’, divisionistas o traidoras. Es verdad, y digámoslo sin dilación, que en algunas instancias de discusión se ha dicho públicamente que el

marxismo debe ser echado al tacho de la basura, demostrando tal supina visión que falta aún dar con aquello que nos permita superar estos desfavorables tiempos, pero,

en un sentido contrario y en nombre de la misma ciencia, otros nos quisieran acomodar en el sarcófago del oscurantismo y del cretinismo. Sin caer en la paranoia (se sabe que tener el ojo puesto en todo no ayuda al pie), debiéramos asumir que es más

aconsejable y provechoso para avanzar precisamente no temer avanzar, terminando de por medio con las sacralizaciones impuestas o autoimpuestas. Para avanzar en una

lucha más resuelta y eficaz, proponemos una receta que por su desuso aparece como nueva, pero que no lo es: intensificar y elevar la crítica, el estudio, la discusión y el trabajo consecuente, en el seno del Movimiento Popular (MP), entre todos los que

queremos cambios profundos en pos del socialismo.

* Esta adecuada revisión del concepto “política” se lo debemos a Helio Gallardo. Ver “Elementos de anti-política y de política en

América Latina”, revista Pasos, Nº 68, segunda época, mayo-junio 1996.

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Precisamente, una de las buenas peleas que al nivel ideológico ha dado el CAD y

a contrapelo de la opinión generalizada en el conjunto de la izquierda, es la ocasionada con nuestras aseveraciones críticas respecto del concepto ‘neoliberal’ y de sus

elementos derivados. Pensamos y afirmamos, y de eso hace una década, que a todas luces el artefacto ideológico ‘Neoliberalismo’ carece de arraigo en la realidad, por lo que con él no se puede describir ninguna práctica concreta –sea económica, política,

cultural o ideológica- y, consecuentemente, impide elaborar cualquier táctica y estrategia que contribuyan efectiva y eficazmente en el combate contra nuestro

enemigo de clase. Hemos elaborado al menos tres documentos respecto de esta temática (que hemos hecho llegar a diversas organizaciones hermanas), aparte de intentar discutir sobre ella en diversas instancias, sin recibir ninguna respuesta clara de

parte de los portaestandartes de ese artefacto y menos acerca de nuestras propuestas (eso sí, nos llegaron torpes interpretaciones sobre el imperialismo, la monopolización,

etc.). EN ESTE CAMINAR, NO PRECISAMENTE HACIA EL PANTANO, HEMOS ASUMIDO QUE EFECTIVA Y LAMENTABLEMENTE NO ESTAMOS ATENDIENDO A LA PRODUCCIÓN TEÓRICA DE LAS DEMÁS ORGÁNICAS; NO PRESTAMOS ATENCIÓN A LO QUE ELLAS

NOS QUIEREN DECIR NI A SUS APORTES. Sin embargo, podemos asegurar que tan criticable actitud va más allá de posibles taras morales, del desaliento, de la depresión

o del infantilismo de izquierda, teniendo sus raíces en un proceso de larga data, el que se inició allá lejos, cuando veíamos a una patrulla de milicos quemando revistas, diarios y libros; que siguió con el llamado “apagón cultural” y al que debemos agregar

la derrota política, material e ideológica del MP y sus referentes, tanto en 1973 como en 1986. Al no escucharnos persistimos en la atomización orgánica, en nuestro

aislamiento y como sí todo ello no fuere por sí solo suficientemente nefasto, EN EL ÚLTIMO TIEMPO DEBEMOS AGREGAR A LA CUENTA DEL DEBE OTRO ELEMENTO BASTANTE TRAGICÓMICO: UN SOLAPADO SECTARISMO DE CIERTOS NÚCLEOS

RELATIVAMENTE MÁS GRANDES; NOS PARECEN ELLOS COMO UNA ESPECIE DE CRIATURAS REFORMISTAS DESNUTRIDAS. He aquí dos causas al menos, de entre

muchas, que pensamos contribuyen a la ya dilatada derrota del MP y de sus avanzadas. El famoso término ‘neoliberal’ y sus diversos derivados: ‘neoliberalismo’,

‘neoliberales’, ‘anti-neoliberales’, etc., han hecho correr ríos de tinta. Han sido aceptados y utilizados como monedas de curso legal por toda la izquierda, tanto por la

Tradicional como por la Revolucionaria. Así sea “El Siglo”, “El Rebelde” de M. Quilodrán, los escritos de casi todos los Colectivos, de los partidos estalinistas o trotskystas, de

los grupos Anarcos, etc., fácilmente se puede extraer de todos ellos que el mal de todos los males presentes es el ‘neoliberalismo’. Como dato de la causa señalemos una cita, del Documento “Algunos elementos para discutir SIPONA”, del Movimiento

Asambleas del Pueblo: “Al interior de la Derecha vemos un desperfilamiento de la UDI, que pierde terreno a nivel de poblaciones y pierde liderazgo al interior del

conglomerado de derecha, debido fundamentalmente a la distancia que la separa de Piñera. Además de las posiciones contrarias que se dan en su interior entre un sector populista que está por levantar políticas económicas menos neoliberales, pero con

una postura ideológica más conservadora (Longueira, Lavín y Kast). Por otro lado están los duros encabezados por Novoa, Coloma y Matthei, que defienden una postura

más neoliberal”. De partida, como lo señaláramos, la expresión ‘neoliberal’ no define ninguna práctica real, ni aquí ni en ninguna parte del Universo (claro que no podemos ser tan

taxativos, pues quién sabe si no existirá algún otro planeta donde exista la libre-competencia, los precios de equilibrio, la mano oculta del mercado, donde funcione el

dejar hacer y el dejar pasar, y todas esas chucherías ideológicas creadas por la burguesía europea de los siglos XVII y XVIII, para justificar su liberación de las trabas del sistema feudal). Enseguida, señalar que la caracterización de la cita encierra un

peligro en su aplicación –sólo un peligro virtual, pues pensamos que el ejemplo que indicamos es un despropósito y lo hacemos sólo con fines didácticos: si la UDI tiene un

sector menos ‘neoliberal’, ENTONCES ES POSIBLE LLEGAR A ACUERDOS POLÍTICOS Y ECONÓMICOS CON ESA FRACCIÓN, puesto que no sería tan ‘perversa’. A pesar de todo, debemos decir que el reformismo cae en ese juego, a partir de su errada

caracterización del actual modelo económico (y, por extensión, de toda la superestructura) que ellos identifican como ‘neoliberal’. Apoyó a Bachelet en la

segunda vuelta electoral, pues, para ellos, representaba una detente a las políticas ‘neoliberales’ de Patán Piñera. Sin embargo, desde el otro día del triunfo de la actual mandataria, a través de “El Siglo” seguía con la cantinela de que la Concertación aplica

el ‘modelo neoliberal’. Casi se podría pensar que igualan esa abstracta ideación, de puro nominalismo, con una especie de imprecación.

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En este andar, alejándonos del pantano, tuvimos el feliz conocimiento que un

antiguo historiador, Luis Vitale, coincidía con nuestra crítica a las tesis en boga en la izquierda y con nuestra propuesta de caracterización de la actual etapa de desarrollo

del imperialismo. Para él, el período 1980-1990 marca el fin de una larga etapa del Modo de Producción Capitalista, en su fase Imperialista. A partir de entonces el capitalismo ingresaba en una segunda etapa, dentro de la fase más general indicada,

que se encuentra en sus comienzos, en su articulación, y que se caracteriza por la búsqueda de la implementación de un Poder Mundial supranacional, el que permita

mantener el pleno desenvolvimiento de los capitales monopólicos transnacionales. El CAD piensa que el FMI y el BM, además de algunos otros organismos financieros intermedios y regionales, serían las instituciones que vendrían a encarnar ese Poder

Mundial. En esta fase de transición del imperialismo, que ya atraviesa la tercera década, todavía se requiere de los Estados nacionales, los que sin pausa van dejando

de ser lo que se pretendía de ellos en la enrevesada teoría del Estado de los ideólogos de la Burguesía.

DENTRO DE AQUEL MARCO, LA ACTUAL AGITACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL LA

VEMOS COMO UN AJUSTE EN LA TRAVESÍA DE ESTA FASE DE TRANSICIÓN DEL IMPERIALISMO. AJUSTE, COMO LO FUE LA DE LOS “80, QUE SE ASOCIA A CRISIS,

pero consideremos el hecho que toda crisis presenta dos caras. Para muchos, lo que sucede es señal que el ‘modelo neoliberal’ tocó techo (aplicación de medidas estatistas en USA e Inglaterra); para nosotros, de lo que se trata es la posibilidad de seguir

concentrando aún más el Poder Económico a escala mundial (como dato de la causa, la fusión de las dos principales firmas automotrices de USA). Pensamos que las medidas

‘estatistas’ se realizan en función de lo que el Estado capitalista cumple en cualquier formación social capitalista; es decir, cohesionar a la clase dominante. Más aún, lo que se está implementando en los Estados del centro capitalista es un reordenamiento de

sus políticas económicas, en bien de los grandes monopolios originarios y con un alcance planetario. Otra característica de esta mentada crisis universal es la recesión,

que como todos saben es el paso previo a las futuras absorciones, fusiones, prácticas de concentración y centralización, todas ellas a escala mundial. En un ejemplo modesto y vernáculo, tenemos los resultados de la recesión de 1982, que acabó con los grupos

Vial-Cruzat-Larraín y fortaleció a los Matte, Angelini y Luksic. Volviendo a nuestra materia de análisis, debemos indicar que en el CAD hemos

estudiado con atención el TG y dedicamos un amplio tiempo al análisis y a la discusión de lo planteado en él. A través del presente trabajo iremos planteando francamente

nuestras inquietudes, propuestas y divergencias frente al mismo. La discusión siempre enriquece, más todavía si ella se realiza en pos de buscar las convergencias que permitan ir generando las fuerzas que nos lleven a ganar esta antigua guerra.

Sabemos que entre los y las que luchan nos separan muchas visiones y prácticas, sin embargo tales discrepancias debemos sopesarlas a la luz de una de las primigenias

elaboraciones del CAD: PENSAMOS Y SOSTENEMOS QUE LA CRISTALIZACIÓN DE LA UNIDAD DE LOS REVOLUCIONARIOS NO SÓLO ES UNA NECESIDAD RIGUROSAMENTE CIENTÍFICA, SINO QUE, ANTE TODO, ES UNA NECESIDAD RIGUROSAMENTE HUMANA.

I.- DESENCUENTROS EN LOS TIEMPOS QUE CORREN O DE CÓMO

CONSTRUIR UNA CONTRAOFENSIVA DE CARÁCTER SOCIALISTA

FRENTE A LA REFUNDACIÓN SOCIAL CAPITALISTA

“De la derrota se sale luchando”, decía una de las tantas consignas de principios

de los ’90, dando cabal cuenta que la derrota del MP no nació con la elección de P.

Aylwin ni con la implementación del pacto ‘por arriba’. La debacle tenía su origen inmediato en la década anterior, cuando en el “86 la alternativa de la izquierda revolucionaria era derrotada y dejaba el campo libre a una más conciliadora, la que se

avenía con el acuerdo de la Oposición Burguesa (OB). Empero, estas vicisitudes vinieron a cuadrar perfectamente en un cuadro mucho mayor, en que los sectores

dominantes mundiales habían decidido que gran parte de América, incluido Chile, debía retornar a una Democracia de ‘baja intensidad’ (‘tutelada’ o ‘de pantalones cortos’ o una Democracia Gorila -que sería la conceptualización más acertada habida

consideración de la matriz que generaba este engendro político), en acuerdo con los renovados bloques internos en el poder, donde debemos anotar a la iglesia católica

oficial. Entonces, nos parece que entre 1986 y 1989 se despliega y realiza la tan

mentada TRANSICIÓN A ESTE-TIPO-ACTUAL-DE-DEMOCRACIA. Con todo, no se arriba

a una DEMOCRACIA BURGUESA FORMAL, como se señala en el TG. Nuestros enemigos

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de clase y de toda la Historia, mediante deslumbrantes pases mágicos (a veces un

tanto violentos, eso sí), nos hicieron arribar al reino de la refundación social capitalista (RSC en adelante). AL RESPECTO, NUESTRA TESIS PRIMORDIAL ES QUE

DESENTRAÑANDO EL PROCESO DE RSC PODEMOS EXPLICAR DE UN MODO CONCRETO EL PRESENTE.

1.- PRELUDIO A LA FUNDACIÓN (1973-1982)

Para comenzar a dilucidar y a caminar hacia este presente coloquemos como

punto de partida un corte histórico: la coyuntura abierta el 11 de septiembre de 1973 (entendiéndose el concepto de coyuntura como el encuentro nodal de todos los

elementos de la lucha de clases). Al mismo tiempo e interpretando a Braudel, ese momento genera una estructura de larga duración, consideración que estará presente

en toda nuestra travesía. ¿Qué fue derrotado aquel aciago día?:

1. Formal y abruptamente, la continuidad del gobierno de una coalición de partidos

de izquierda, la que mediante un programa reformista buscaba crear las condiciones y los cambios que nos llevaran, en algún momento indeterminado, al Socialismo y con el expediente de lograrlo al interior de la propia Institucionalidad Burguesa, la cual había

sido fijada en la Carta Fundamental de 1925; o sea, es derrotada la concepción y la práctica de la ‘Vía Chilena al Socialismo’;

2. La supervivencia del Modelo Económico basado en la Industrialización vía Sustitución de Importaciones (ISI), conocido como Nacional-Desarrollismo o “capitalismo paternalista” (Jocelyn-Holt);

3. La avanzada de la “Revolución por Abajo”, expresada en los Cordones Industriales, los incipientes Comandos Comunales y Provinciales y la organización de

una incipiente fuerza miliciana. Estos embriones de órganos de poder popular fueron promovidos y organizados por la Izquierda Revolucionaria (IR en adelante), junto a las fuerzas “centristas” radicalizadas -Izquierda Cristiana, un sector del MAPU,

independientes concientizados y amplios sectores del PS; 4. La posibilidad de cristalizarse a tiempo la Vanguardia Revolucionaria en Chile;

5. La socialización de la cultura, expresada en una gran demanda y distribución de libros, diarios y revistas, estímulo a la creación musical, teatral, plástica y comunicativa -TV y Radios, etc.;

6. Sobre todo, el ‘sueño’ de millones de chilenos, las amplias masas, que con mayor o menor conciencia percibieron que era posible ‘tocarle el potito’ a eso tan

lejano como es el gobierno del pueblo y la verdadera democracia. Una curiosa consigna resumía ésta sensación: “Este es un Gobierno de mierda, pero es mi Gobierno”;

LO QUE NO LOGRÓ SER DERROTADO ESE DÍA, EN LA FRANJA MÁS AVANZADA DEL MP Y EN SU PERIFERIA, FUE LA IDEA DE QUE ERA POSIBLE EN NUESTRO PAÍS DAR LA PELEA POR CAMBIOS SOCIALES PROFUNDOS, apoyada en el hecho que luego

de 50 años de gravitación sin contrapeso en el movimiento obrero y popular de las concepciones y políticas del reformismo obrero y pequeñoburgués, se desarrollara en el

seno del pueblo una opción revolucionaria. Si bien esta alternativa no alcanzó a cristalizar, tempranamente planteó y practicó todas las formas de lucha en el enfrentamiento contra las clases dominantes, dando vida en su praxis a una valiosa

camada de cuadros, que la represión dictatorial no pudo destruir en su totalidad y de la cual provinieron aquellos que encabezaron las acciones de resistencia antidictatorial en

la etapa siguiente. Se podrían extraer muchas otras consecuencias del hecho en sí. Evaluar, por

ejemplo, el aspecto del poder material por parte de los Partidos de Izquierda –de

ambas-, ante el Golpe y la brutal represión militar posterior; el verdadero rol de las FFAA en el Estado burgués, etc. Empero, para un mayor ahondamiento de tales

efectos, remitimos a nuestros lectores a nuestro otro trabajo “Las dos derrotas recientes del movimiento popular chileno, 1973 y 1986; Consecuencias, lecciones y perspectivas”.†

Prosigamos. El accionar criminal perpetrado por las FFAA da inicio a un régimen burgués de Excepción Constitucional. De acuerdo a la experiencia político-histórica, el

Para este y los epígrafes siguientes permítasenos echar mano a los componentes de la saga “Fundación”, del gran Asimov. Concuerdan muy bien con nuestras definiciones, además que, ¿a quién no le asoman sus autores favoritos en cada una de sus creaciones? † En nuestro blog: www.acciondirectachile.blogspot.com

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marxismo define al menos tres formas prácticas de esta conceptualización: el

Bonapartismo, el Fascismo y la Dictadura Militar. LA IR CARACTERIZÓ AL NUEVO REGIMÉN DE EXCEPCION COMO UNA

DICTADURA MILITAR. MIENTRAS TANTO, EN UNA EXÉGESIS PROPIA DEL 3er PERÍODO, EL PC SEÑALÓ QUE ERA UNA DICTADURA FASCISTA (una tipificación peculiar es la que hace Marta Harnecker, en su texto “Conceptos fundamentales del

Materialismo Histórico”, donde habla de una ‘DICTADURA MILITAR FASCISTA’). ¿QUÉ IMPORTANCIA TIENE LA CARACTERIZACIÓN DEL NUEVO REGIMEN DE

EXCEPCIÓN? Primero, que con ella se está DEFINIENDO CUÁL REGIMEN PRÁCTICO ADQUIERE LA VARIANTE DE DOMINACIÓN QUE SE IMPONE. De otro lado, de ella se derivan ciertas TÁCTICAS y la ESTRATEGIA que se crean más adecuadas para

enfrentar desde el MP a las fuerzas que sostienen al nuevo régimen.

Entonces, según se considere una u otra caracterización, podemos constatar lo siguiente:

A. El MIR y un importante sector del PS (básicamente la Coordinadora Nacional de Regionales e integrantes de su FM), DEFINEN QUE LA CONTRADICCIÓN

PRINCIPAL ES PUEBLO-DICTADURA Y EN CONSECUENCIA IMPLEMENTAN LA TÁCTICA DE RESISTENCIA POPULAR CONTRA ESTA ÚLTIMA, CON EL OBJETIVO DE CONSTRUIR Y ACUMULAR FUERZA SOCIAL REVOLUCIONARIA (FSR, en

adelante) Y QUE SERÍA LA PROTAGONISTA DE LA ESTRATEGIA DE GUERRA POPULAR PROLONGADA (GPP). Esta estrategia se resumía en la trilogía pueblo-

armas-unidad;

B. El PC APLICA LA POLÍTICA DE FRENTE ANTIFASCISTA, UNA DE CUYAS

IMPLICANCIAS ERA LLEGAR A REALIZAR SU INVETERADO DESEO DE ESTABLECER ALIANZAS CON LA DEMOCRACIA CRISTIANA Y SECTORES

BURGUESES DE OPOSICIÓN, considerados por ellos como progresistas u opuestos a la ‘oligarquía’ (política que, con algunas variaciones, se mantiene hasta el día de hoy). SU ESTRATEGIA FUE VARIANDO DESDE EL MERO

DEFENSISMO A LA DE REBELIÓN POPULAR, suponiendo ésta última la ocurrencia de una insurrección, en un momento indeterminado, gracias a una larga adición

de MASAS, MOVILIZACIONES Y PARALIZACIONES. A principios de los “80, daría los pasos necesarios para implementar el REFORMISMO ARMADO, como una

forma de presión graduada.

Consideramos que efectivamente el Golpe de Estado instaló a la Dictadura Militar

del capital monopólico-financiero dependiente transnacionalizado, que en su cometido logró la derrota y aniquilamiento político-material de toda la izquierda. Sin embargo, a

pesar de la pesadilla que significó la brutalidad de las FFAA, las clases dominantes no fueron capaces de extirpar de raíz los valores de humanidad y los lazos de solidaridad que se fueron generando durante varias décadas en nuestro pueblo. Los partidos del

conjunto de la izquierda, pudieron enviar a parte importante de su militancia a la clandestinidad gracias a que contaban con el apoyo de importantes redes sociales, en

que las personas que las componían, pese al terror reinante y a que arriesgaban sus vidas por ello, cooperaban con las labores de salvataje de los/as camaradas. Nos atrevemos a decir que entre 1973 y 1978 gran parte de Chile pasó a la clandestinidad.

1973-1978 es el período donde se tejió otra madeja de la trama social. Pese a que cundía el miedo, el hambre, el duelo, el desaliento, en medio de la barbarie

muchas casas se convirtieron en verdaderos asilos e incluso en sedes partidarias. Se hablaba de lo que fue la UP, de los por qué de la derrota y de los derroteros de la resistencia. Se narraban los hechos escalofriantes de la represión y se iba evidenciando

al enemigo material más enconado: la DINA y las otras fuerzas especializadas en el exterminio. En miles de hogares, con toque de queda, allanamientos masivos, ecos de

tiroteos, estado de sitio o de emergencia, seguía en pie el ‘sueño’, ese que ahora sería casi un imposible recomponer. En innumerables viviendas, tratando de apaciguar de algún modo esos sonidos tan reconocibles de las emisiones de onda corta, se

escuchaban las noticias en Radio Moscú, de la RDA o La Habana. Por las calles se podían encontrar panfletos antidictatoriales, hechos en papel roneo y fabricados

precariamente mediante mimeógrafo o gelatina. Todo era subversivo. Entre 1978-1982, a cubierto gracias a una mejora en lo económico conocida

como el “Boom” (que se sostenía artificialmente con un dólar fijo en los $39), la

Dictadura Militar (DM en adelante) se consolida y da pie entonces a una muy restringida apertura de la expresión social. Esto es aprovechado por los sectores más

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avanzados del MP, los que logran desplegar las primeras huelgas obreras (CORESA,

PANAL) y de protestas nacionales de los presos políticos (lo mismo que de sus familiares), además de manifestaciones callejeras, como la del primer 1° de Mayo post

‘golpe’, del año “78 en Santiago y que fuera duramente reprimida. El MIR, evaluando que se inicia una fuerte y decisiva reactivación social, implementa su ‘Operación Retorno’. Señalemos al paso que los/as Compañeros/as retornados/as contaron con el

apoyo de muchas personas, quienes, desinteresadamente, conformaron una importante red de apoyo. Existía entonces una base social que, aunque poco extensa,

estaba muy comprometida en la lucha por el fin de la DM. A mediados de 1981 estalla Neltume. Una gesta heroica, oculta, ocultada. Neltume, mucho después de Lautaro y Rodríguez. Una guerrilla, los prolegómenos de

ella, en un país donde las clases dominantes han pretendido una mitológica pasividad del gigante popular.

La otra cara, la otra parte de la contradicción principal, se sitúa en la propia DM. Esta presenta una faceta mesiánica, expresada en los discursos que prometen un futuro esplendoroso, distinto a los apremios económicos del período. La noche

mitológica de Chacarillas, en donde el tirano, rodeado de esos jovencitos que hoy monopolizan la política, anuncia LA MODERNIZACIÓN DEL ESTADO EN CHILE, VÍA

CAMBIOS TRASCENDENTES EN SIETE ÁREAS ESTRUCTURALES. TRAS ESE AMBICIOSO PLAN SE HALLABA UN SELECTO GRUPO DE CIVILES QUIENES, COMO INTELECTUALES ORGÁNICOS DE LA BURGUESÍA, FUERON LOS QUE PERFILARON LA RSC, TAL VEZ LA

EMPRESA MÁS IMPORTANTE EMPRENDIDA POR LA CLASE DOMINANTE EN TODA LA HISTORIA DE NUESTRA FORMACIÓN SOCIAL.

Decimos RSC y no Contrarrevolución Burguesa (CB), tal como lo anunciáramos inmediatamente supra este Preludio. Algunos autores, como Moulian, definen y adoptan el concepto de CB, lo que nos hace recordar la caracterización de Ramírez

Necochea acerca del período posterior a la caída del gobierno de Balmaceda, lapso que calificaba de ‘Contrarrevolución’, dando pie a considerar a tal gobierno como

revolucionario (¿?). Sabemos que esa interpretación responde a la concepción reformista acerca de una supuesta ‘Revolución Democrático-Burguesa’, que estaría pendiente y que requeriría de una Burguesía Nacional-Progresista para su realización.

Esa leyenda arranca desde hace mucho tiempo, desde que ellos caracterizaran a la conquista española como ¡Feudal!

El gobierno de la UP, con todo lo progresista y democrático que pudo ser, no significó un proceso revolucionario. Recordemos los escasos avances en el campo,

donde la Reforma Agraria no afectó seriamente al latifundio. No se expropió el total de industrias indicadas en su Programa. En general, se cuidó de implementar medidas plenamente socialistas en la estructura económica; antes bien, insufló las últimas

bocanadas de aire al agonizante modelo de ISI. Se apoyó en la institucionalidad burguesa, legitimándola y limitando el avance a las expresiones de Poder Popular.

Trató de establecer una alianza política con sectores de la pequeña-burguesía, buscando su apoyo electoral a través de beneficios económicos, lo que a la larga resultó inútil. Por lo tanto, no pudo haber una CB si el proceso abierto por la UP no

efectuó cambios radicales en el ESTADO, que invariablemente siguió siendo CAPITALISTA y BURGUÉS.

Precisamente, uno de los objetivos de fondo del Golpe Militar fue dar el acta de defunción al Modelo Nacional-Desarrollista, el que se venía debilitando desde 1955 (año en que la inflación llega al 80%). Por lo tanto, las FFAA (el poder armado y

columna vertebral del Estado Burgués) fueron el factótum en la aplicación de un nuevo modelo de acumulación, que se puede caracterizar como primario-exportador, pero

cuali-cuantitativamente diferente al existente desde la conquista española hasta fines del siglo XIX. Ahora se ponía énfasis en las ventajas comparativas del país, con respecto a la economía de otros países, todos integrados al nivel mundial en un único

sistema. Chile pasaba a ocupar el lugar que le correspondía en la renovada división mundial del trabajo.

Con respecto a la mencionada crisis del modelo ISI, con signos ya a mediados de los “50, debemos apuntar algunos de sus más importantes e inmediatos antecedentes. Luego de la guerra de Corea (1950-1953), EEUU volvió su mirada hacia América Latina

(AL) y el fin del conflicto permitió una mayor afluencia de sus capitales a nuestra industria más dinámica para, desde este sector económico, posesionarse de la totalidad

del aparato productivo nacional, toda vez que el cobre y la casi totalidad de nuestra principal riqueza minera ya les pertenecía. Sin embargo, esto precarizó aún más nuestra deformada y dependiente formación económica. Más encima, durante esa

década se suma a las limitadas capacidades de nuestra formación económica el inicio de la monopolización (dependiente, por cierto) de la industria (ver al respecto el libro

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clásico de Ricardo Lagos “LA CONCENTRACIÓN DE LA INDUSTRIA EN CHILE”, DONDE

EL ENTONCES MILITANTE DEL PARTIDO RADICAL REMATABA SU OBRA EXIGIENDO LA SOCIALIZACIÓN DE LOS MEDIOS Y FUENTES DE LA PRODUCCIÓN ¡CHÚPATE ESA!),

proceso en el cual las fracciones burguesas bancaria e industrial consolidan su fusión -caso clásico: Banco de Crédito e Inversiones y YARUR- y comienzan a operar en el sector primario. Son de amplio conocimiento las causas de la crisis del modelo ISI

(más numerosas que las que aquí apuntamos) y que hemos estudiado en otra parte. Un dato curioso de esta historia es que durante la UP no se afectaron los intereses del

ya pujante capital monopólico dependiente con intereses en los bosques y sus derivados, en la agro-industria y en los productos del mar.

Digámoslo de inmediato e insistiendo: EL PATRÓN DE ACUMULACIÓN PRIMARIO-

EXPORTADOR CON ÉNFASIS EN LAS VENTAJAS COMPARATIVAS FUE IMPUESTO BAJO LA HEGEMONÍA DE LA BURGUESÍA MONOPÓLICO-FINANCIERA DEPENDIENTE,

TENIENDO COMO MOTORES LA CONCENTRACIÓN Y LA CENTRALIZACIÓN EN LOS ÁMBITOS INDUSTRIAL Y BANCARIO, RESPECTIVAMENTE. En forma previa debía arrasar con los obstáculos político-sociales y este trabajo sucio lo efectúa su brazo

armado, las FFAA. Por eso, cuando se dice que el ‘Estado’ privatizó las empresas, los bancos y las tierras (desde el mismo ‘11’), es más riguroso decir que las devolvió,

puesto que las FFAA, que si bien tienen un carácter de clase, no son UNA CLASE SOCIAL (y habida consideración de todo lo que ello puede implicar). Ese ‘Estado’ se encontraba bajo la égida del Bloque en el Poder, hegemonizado a su vez por la fracción

burguesa mencionada. Dicho esto, llegamos a un punto nodal: tanto el MIR como el PS, además de

otros independientes e intelectuales de izquierda, caracterizaron a la Dictadura como una DM del capital monopólico-financiero dependiente. Lo curioso, por decir lo menos, es que esta caracterización del patrón de acumulación y de sus detentores se trucó por

arte de magia por el de ‘neoliberalismo’ o de ‘modelo neoliberal’. Esta transformación se verifica, aproximadamente, desde el año 1984 en adelante. Pensamos que el diablo

metió la cola o, en forma más científica, se puede decir que ya desde 1984 se pergeñaba la crisis ideológica, que luego se desató con furia desde 1986. Era el más grande y desgraciado gambito, la gran impostura de nuestra historia. Invitamos a los

Compañero/as a revisar los Documentos de aquel período, de los distintos referentes de toda la izquierda, para apreciar esas transformaciones conceptuales que

comentamos. ¿Por qué insistir tanto en el apropiado uso de los conceptos? ¿Pueden llegar a

ser tan serias las implicancias de emplear uno u otro concepto? Veamos. EN CONSECUENCIA Y ATENDIENDO A SUS IMPLICANCIAS, DEPENDERÁ DE SI CONSIDERAMOS AL ACTUAL MODELO ECONÓMICO COMO INSERTO EN UNA

TRANSICIÓN GENERAL HACIA UNA NUEVA FASE DEL IMPERIALISMO O BIEN COMO UN MODELO ‘NEOLIBERAL’ LA TÁCTICA Y LA ESTRATEGIA QUE DEBAMOS IMPLEMENTAR.

¡AFIRMAMOS QUE ESTAS SERÁN DIVERGENTES SEGÚN SE ADOPTE UNA U OTRA CONCEPTUALIZACIÓN! El Bloque en el Poder (BP en adelante y tal como lo define Nicos Poulantzas),‡

hegemonizado por la fracción burguesa monopólico-financiera dependiente, logra institucionalizar la RSC entre 1978-1982. Para ello, contó en el período con una clara

reactivación económica, lo que le permite soñar con la construcción de una infraestructura material distinta a la existente, aspirando a la ‘modernización’. El dictador ofrece casa y auto para todos; se inaugura en Santiago el tren subterráneo;

se construyen centros comerciales en el Barrio Alto y ‘Caracoles’ en la periferia; llegan toneladas de productos desechables desde Taiwán, etc.

Por otra parte, el BP logra imponer fraudulentamente y Manu militari la Constitución Política de 1980, en la que se encuentran los sólidos pilares de la renovada Institucionalidad Burguesa. La anterior institucionalidad, vigente desde 1925

y hasta el golpe, se había forjado al calor de un largo proceso de lucha, que del lado del MP había sido encabezada por la clase obrera organizada (eso sí, liderada por el

Reformismo Obrero) y que inclusive había arrastrado a sectores pequeño-burgueses radicalizados. Todo este proceso, aproximadamente desde 1932, cristaliza y se encarna en el “Estado de Compromiso”. La nueva y espuria Constitución, la de 1980, tiene el

sello de la fracción burguesa que hegemoniza el rearticulado BP: es plenamente excluyente, monopoliza y elitiza el ámbito de lo político y la política, asegura el

predominio de la burguesía monopólico-financiera trasnacionalizada y dependiente en la estructura de la formación y sobre lo político-jurídico. No posee un ápice de elementos liberales decimonónicos o tradicionales, por lo que no se puede asimilar a

‡ “Clases sociales y poder político en el estado capitalista”; Editorial Siglo Veintiuno, Argentina; 1969.

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una obra ‘neoliberal’. Inclusive, el sistema electoral es binominal, lo que quiere decir

que concentra y limita en un par de bloques el ejercicio de la ‘política’. La RSC NO PASABA, ENTONCES, POR REFORZAR EL ESTADO (lo jurídico-

político), PUESTO QUE YA LO ESTABA, TANTO POR LA DM COMO POR LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA. ERA PRECISO AHORA ROMPER, DESTROZAR, ACABAR CON EL TEJIDO SOCIAL QUE HABÍA SIDO TAN DIFICULTOSA Y ARDOROSAMENTE FORJADO

HASTA EL GOLPE. LO SOCIAL SERÁ EL ESPACIO A REFORMULAR, PRIVILEGIADO POR LOS ‘INTELECTUALES ORGÁNICOS’ DE LA BURGUESÍA. Las siete modernizaciones,

apuntaban a todo ese proceso de transformación. La Municipalidad se haría cargo de la Salud y la Educación, mientras que los Ministerios sólo fiscalizarían subsidiariamente. Todos los conflictos sociales y económicos se parlamentarizarían (a lo Kafka) en el

futuro Congreso, el cual se blindaría convenientemente con el excluyente sistema electoral binominal. Se crea un Código Laboral, que por definición y esencia debería

denominarse ‘Código Patronal’. Se transforma la Previsión y la Salud con las AFP y las ISAPRE, privatizándolas o dejándolas listas para hacerlo. En lo medular, en lo ideológico, la RSC se funda sobre la promoción del exitismo,

del egoísmo, del arribismo elevado a valor trascendente; también, a partir de la execración de la solidaridad, fomentando el aislamiento de las personas, de los

sectores sociales y, por ende, de sus aspiraciones y luchas.

2.- LA FUNDACIÓN (1982-1986)

Sin embargo, aparecieron nubes en el horizonte; era 1982. Una violenta crisis

económica se desataba en el mundo y aquí. El desempeño económico describe cifras negativas, aumenta la cesantía, quiebran algunos Bancos; comienzan a cerrar múltiples empresas, muchas de ellas vestigios del Nacional-Desarrollismo. La DM, en

un arranque keynesiano ‘a la chilena’ y para minimizar el impacto social, genera planes de empleo de emergencia (PEM, PIMO, POJH). Algo muy significativo y propio de las

conmociones del sistema capitalista, es que se produce un recambio en los grupos económicos dominantes.

Se abría un paréntesis en el decurso del proyecto del BP. Se iniciaba el ciclo de

las Protestas nacionales antidictatoriales. El aprieto económico creaba una crisis nacional. Y aquí nos volvemos a detener:

NOS ATENEMOS AL CONCEPTO DE CRISIS NACIONAL ENTREGADA POR LENIN: Los de arriba no pueden seguir viviendo como lo hacían, mientras que los de abajo no aguantan, no soportan, seguir viviendo como lo hacían hasta ese momento. Además,

se suma la presencia activa de una vanguardia política que da conducción a la explosión de los de abajo y una contradicción de intereses entre las fracciones

burguesas del BP. Mientras tanto, la pequeña-burguesía, flagelada por la crisis económica, deja de ser ‘clase de apoyo’ y se suma en su mayoría al movimiento opositor, que era dirigido por la OB. Finalmente, la figura de Pinochet encarna el

objetivo estratégico a derrotar para lograr la superación del estado de cosas. Señalemos que la OB lo era en términos políticos, de intereses y de posición de

clase, y no en la medida que sus componentes fuesen propietarios de medios y fuentes de la producción y arrendadores de fuerza de trabajo (aún cuando entre ellos igual los había). Se expresaba en dos ejes políticos muy complementarios, la Alianza

Democrática y el Bloque Socialista, los que luego se fundirían en la ‘Concertación’. La oposición más decidida se aglutinaba en el Movimiento Democrático Popular,

MDP, que reunía al PC, al MIR, al PS-Almeyda, a otras fracciones menores del PS (Unitarios, Dirección Colectiva y Allendistas, todos opuestos a las diversas direcciones tradicionales que se desmembraron del mismo y que se habían reencontrado con

Bernstein), figuras y grupos independientes de izquierda inorgánicos y caminando a la par, el novel Movimiento Juvenil Lautaro.

Desde el “82 al “86 se verifica en nuestro país una Crisis Nacional, en donde un elemento fundamental, originado en el proceso recesivo en marcha, es la contradicción interburguesa. Hoy, que se habla de crisis económica inclusive por parte de la izquierda

más avisada, asoma otro de los efectos de la Segunda Derrota del MP (infligida a éste en 1986). La clase dominante, a través de todo su poderoso aparato ideológico-político

y con el ingente soporte de su plenipotencia comunicacional, propaga la sensación de que estamos en medio de un profundo drama económico. Con ello, da pábulo a su

confesado interés por seguir flexibilizando el mercado laboral, continuar con la capitalización a través del alza de precios y la especulación; en una palabra, proseguir con la concentración y la centralización económicas. Basta con leer las astronómicas

cifras de las tasas de ganancias de los Bancos, instituciones financieras, empresas, servicios, forestales, agroindustrias, pesqueras, mineras, AFP, ISAPRE. Un dato duro,

que nos lanza toda la izquierda, son las innegables pérdidas de los fondos de pensiones

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en LOS ÚLTIMOS MESES y las alzas de los servicios y productos de consumo básico.

Sin embargo, como ejercicio mínimo, INVITAMOS A LEER EN LOS PERIODICOS DE CIRCULACIÓN NACIONAL LOS DATOS COTIDIANOS, EN DONDE SE OBSERVARÁ LA

PERSISTENTE EXPANSIÓN DE LOS GRUPOS ECONÓMICOS ‘CHILENOS’ (entre comillas, puesto que el aparato económico está plena y dependientemente trasnacionalizado).

Retomemos la cronología. Los ciclos de Protesta de este período han sido

profusamente historiados. Aquí podemos indicar algunos elementos que nos parecen significativos para el presente:

2.1. Formalmente ellas comenzaron a instancias del sector denominado ‘aristocracia obrera’; específicamente, las primeras jornadas fueron convocadas

por la dirigencia de los trabajadores de CODELCO; 2.2. Se fueron incorporando los estudiantes universitarios y secundarios, los

cesantes, los pobladores, crecientes sectores de la pequeña-burguesía (intelectuales, profesionales y de los relacionados con la producción directa); 2.3. El movimiento no logró cristalizar nunca en un Paro Nacional efectivo, en

un paro productivo (situación que se mantiene hasta el presente en convocatorias similares);

2.4. Algunas se llegan a convertir en verdaderas asonadas, con un alto nivel de combatividad, pero restringidas territorialmente y sin llegar al grado de una insurrección de proporciones y extendida;

2.5. El lugar privilegiado de las protestas fue la localidad, los ‘territorios’ populares en que se transformaron algunas poblaciones, el centro cívico de las

ciudades más grandes, además de los recintos universitarios y los liceos; 2.6. Fueron mediatizadas por los bloques políticos existentes, que buscaban producir y reproducir fuerza social para sus respectivas estrategias;

2.7. Fueron una válvula de escape para expresar de distintas maneras el descontento. A la par, fueron generando la sensación psicológica que “la próxima

protesta seria la definitiva”. La DM respondió con los Estados de Sitio o Emergencia, la militarización de las

calles, el asesinato, la tortura, el exilio, la relegación, la desaparición, el accionar de la CNI. Sin embargo, pese a todo lo anterior, en cada protesta se volvía a manifestar el

descontento en un ciclo incontenible. En la oposición de izquierda, pocos se cuestionaban el después de un posible

derrocamiento de la DM; habían ligeros análisis al respecto (recordamos los famosos ‘12 Puntos’ del MDP). Pero esta situación no era tal en la OB, donde tempranamente se fue esclareciendo su rol en el período post dictadura gracias a sus lazos con el centro

capitalista y al rol de los ideólogos de la Renovación Socialista (incluidos los ex MAPU; IC; PC y del MIR) y de la DC, los que percibieron anticipadamente las transformaciones

políticas venideras y su rol en el futuro mediato. En este período, circulan diversas revistas de análisis político: APSI, ANÁLISIS,

CAUCE, DEBATE Y CAMBIO o culturales, como “LA BICICLETA”, y periódicos

alternativos como “Fortín Mapocho”, y tardíamente “La Época”. Se puede hacer, desde el hoy, la crítica de esas publicaciones, pero en su momento ellas coadyuvaron a la

expresión y difusión de ideas fuera de las impuestas, a fijar posiciones, a alentar la discusión. Al mismo tiempo, se multiplican las peñas, los actos político-culturales; los espacios como el cine-arte Normandie, el Centro Cultural Mapocho y otros centros más

populares, como el Pablo Labrín y Arauco de Santa Rosa (zona sur de Santiago); resurgen antiguos artistas y grupos con canciones de protesta, a los que se suman

otros nuevos, etc., etc. 1986 es definido, por la oposición en torno al MDP, como “el año decisivo”. Se

concentran todos los esfuerzos para derrotar a la DM. Esa perspectiva pasaba por los

grados de radicalización alcanzados por el PS Almeyda, las fracciones PS de izquierda y el PC, que para ese entonces convergen en posiciones rupturistas (recordar que en

diciembre de 1983 el PC exhibe su flamante brazo armado). Pese a toda la radicalidad de ese año, con protestas como las del 2 y 3 de julio, verdaderas asonadas en las principales ciudades; el intento de tiranicidio; los alcances de lo de Carrizal, etc., la DM

se mantuvo incólume y fulminantemente contraatacó hacia el flanco izquierdo de la oposición, cuando se vio respaldada por el acuerdo por arriba con la OB

1986 marca un repunte en lo económico. Eso, más el interés de EEUU de no prolongar la DM, determina la apertura política, el dialogo con la OB y el compromiso de cumplir el itinerario fijado en la misma Constitución Política. Se abrirían los

Registros Electorales, se convocaría a un Plebiscito que definiría la continuidad o no de la DM. Se arribaba a la transición a este-tipo-actual-de democracia; es decir,

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PLANTEAMOS QUE EL LAPSO DE 1986 A 1990 CONCENTRA LA PREFIGURACIÓN DE

TODOS LOS ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA FORMACIÓN SOCIO-POLÍTICA QUE SE DESPLIEGAN HASTA HOY. En estos 18 años sólo se han implementado reformas

que, más que transformar la Institucionalidad, la fortalecen y adecúan a los ‘nuevos tiempos’.

1986, entonces, tiene un carácter bifronte. Por un lado, muestra la mayor

radicalidad del MP en el período dictatorial y por el otro, la desmovilización y virtual derrota del mismo. La OB se desmarca de las protestas, rompe con el Comité Político

Privado (instancia amplia de coordinación, que incluía incluso al MDP) y se abre a la inclusión de los sectores de la izquierda socialdemócrata. TODO ESTA COALICIÓN ACTUARÁ DE ‘GRUPO MANTENEDOR’ DE LA ‘CLASE REINANTE’, SUBORDINÁNDOSE AL

BP COMO FUTURO BLOQUE POLÍTICO DE ESTADO (Concertación + Alianza por Chile, donde infructuosamente el reformismo pretende acomodar su trasero). Se abren las

puertas al Acuerdo Nacional. La Burguesía se enardece y siente que ahora sí es posible que cristalice su REFUNDACIÓN SOCIAL CAPITALISTA.

3.- FUNDACIÓN E IMPERIO (1986-2008) En 1986 se produce lo que se ha definido como la Segunda Derrota del conjunto

del Movimiento Popular y Social y sus representaciones políticas de clase. La de 1973 fue catastrófica, pero ésta otra, además de ser política y material, fue capaz de cubrir

el elemento ideológico, moral, humano; las clases dominantes ahora nos vencen con largueza. Insistimos sobre ello, pues así podemos acotar científicamente el corte

histórico, el corte esencial, que nos permite entender nuestra prolongada derrota hasta estos días. Efectivamente, el PC y el PS-Almeyda vuelven a sus concepciones reformistas

(aunque el PS, ya unificado y en el gobierno, además se ‘funcionariza’); el MIR, a partir del “87, comienza un proceso de fraccionamiento devastador, que lo lleva a convertirse

en una expresión ausente; por su parte, el FPMR se autonomiza del PC, para terminar tan desperfilado como dividido; el MJL, muy golpeado, hacia 1994 es definitivamente neutralizado. Es decir, en ocho años, la presencia política de ambas izquierdas queda

reducida a su más mínima expresión. Sin embargo, todas estas expresiones políticas del MP perviven en nuestro pueblo y, como los fantasmas del castillo aquel de Elsinor,

cada cierto tiempo y como si les entrase sangre nueva, atormentan a los detentadores y defensores del Sistema de Dominación Capitalista Otro dato, no menor como dicen hoy, es el acuerdo que la CUT firmó con Aylwin,

comprometiéndose a no hacer problemas bajo su Gobierno. Se quería asegurar a toda costa la paz social, “cuidar la Democracia”. Una de las prácticas ideológicas para ello,

fue echar a correr el cuento que desde el ’90 había comenzado la “Transición a la Democracia”, cuento del lobo que se reflota cada vez que se pone en jaque a este-tipo-actual-de democracia.

IMPERCEPTIBLEMENTE, DESPACIO PERO SIN PAUSA, LO ECONÓMICO VA DELINEANDO UN TRASFONDO DISTINTO. Los ‘caracoles’ dan paso a los Mall; las

anticuadas citronetas, el Fiat 600, el Suzuki -con formas de refrigerador-, los Mini Morris, los Opala, Chevi-nova, dan paso a modernos vehículos; la caluga de aceite “Cada día” o el aceite suelto, dan paso al aceite envasado de a litro; aumenta el

consumo de pan; las bebidas aumentan del litro al litro y cuarto y luego a dos litros; de los típicos piscos Capel-Control, se pasan a otras marcas y licores; las ferreterías de

población dan paso a las grandes cadenas de esa actividad; los negocios de barrio sucumben ante los megamercados. EN SÍNTESIS, CHILE SE ABRE AL MUNDO; SE PERCIBEN “LAS DELICIAS DEL CAPITALISMO”. EEUU Y EL RESTO DE LOS PAÍSES DEL

CENTRO INVIERTEN AQUÍ, SOBRE TODO EN EL SECTOR TERCIARIO DE LA ECONOMÍA, más dinámico, de menos inversión en capital fijo y de rápida capitalización. Estos y

otros datos, que pueden parecer anecdóticos, superficiales, poco científicos, tienen un impacto directo sobre el actuar de cada uno de nosotros y sus efectos los podemos presenciar cotidianamente. Como ejemplo ilustrativo tenemos el paroxismo de

“solidaridad” instigado por la reciente ‘Teletón’, donde los chilenos demostraron su caridad de apariencia ‘satisfecha’ y sin chistar porque las marcas auspiciadoras

redoblen sus ya ingentes ganancias Lo anterior, de alguna manera incidió en que muchos que habían luchado contra

la DM, en forma consecuente y con o sin militancia, se sumaran también a las expectativas de ilusión levantadas por el plebiscito del “88. La inscripción en los Registros Electorales de la DM, sacramentada por la OB, fue masiva. El sueño de

‘terminar’ con la DM con un lápiz y un papel era posible. La campaña comunicacional del ‘NO’ contó con la intervención de psicólogos y sociólogos, quienes presentaron

personajes ganadores y exitosos. No obstante, la última concentración del ‘NO’, en la

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Panamericana de Stgo., que habría contado con varios cientos de miles de asistentes -

se habló de un millón-, tuvo un carácter contradictorio, pues en ella fue posible apreciar la multiplicidad de Partidos y organizaciones que apoyaban el ‘NO’ y, a la vez,

militantes del MJL y del MIR que desfilaron con armamento, a vista y paciencia de la concurrencia. Ello daba cuenta que, hasta entonces, todavía quedaban remanentes de lucha rupturista, en medio de una situación general de derrota política de los sectores

más consecuentemente anti-dictatoriales. Ya el “88, nos encontramos con claros síntomas de la derrota y la confusión

reinantes en la izquierda. Un ejemplo es la críptica consigna del PC: “NO hasta vencer”, que ni siquiera un filósofo francés de los “60 nos podría explicar. Mientras tanto, la IR convoca a boicotear el plebiscito: “No al no, no al sí, la patria se defiende con un fusil”;

“Tío Rico, vota sí; Pato Donald, vota no y los Chicos Malos no se inscriben”. Son vanos intentos de detener la avalancha de millones que ese 5 de Octubre, desde la

madrugada, hicieron fila para votar y sancionar la nueva Institucionalidad que se nos imponía. NO BASTABA CON LEVANTAR UNA POLÍTICA CORRECTA, NI QUÉ DECIR QUE

TAMPOCO CON SUMARSE A LOS NUEVOS TIEMPOS. No concordamos con esos análisis retrospectivos que intentan explicar lo que se debía hacer, pero caemos en la tentación

y nos arriesgamos: SE DEBIÓ RESGUARDAR LAS ESCASAS FUERZAS MATERIALES Y SOCIALES, AGUANTAR A PIE JUNTO LA BORRACHERA DEL ‘NO’ Y DE LA ‘ALEGRÍA’, CON SU ARCOIRIS, PARA LUEGO REINICIAR LA LUCHA EN LAS NUEVAS Y QUIZÁS

MEJORES CONDICIONES. Todo fue cambiando. En la TV ‘democrática’ de verdad llegó la alegría, una

alegría desatada, eufórica. Nuevos formatos para los noticieros, con locutores impecables, intachables, inmaculados. Pero los estelares serían el plato fuerte: diversión por toneladas, mujeres semidesnudas, concursos, los reality. Las teleseries,

otro plato fuerte, contarían con los rostros de aquellos actores que participaron en la Franja del NO. Para la juventud, sólo baile, música, diversión. El proyecto ‘Rock and

Pop’ feneció por no contar con mercado. Otro tanto sucedía con las celebraciones culturales, convocadas desde el Gobierno o por la izquierda tradicional. En ellas, los animadores se encargaban de repetir hasta el delirio que aquello era una fiesta, un

carnaval. EN ESTAS MANIFESTACIONES, A AQUELLOS QUE AGITABAN CONTENIDOS MÁS POLÍTICOS, RUPTURISTAS, SE LES COMENZÓ A ENDOSAR EL EPÍTETO DE

‘INFILTRADOS’. Elemento gravitante y letalmente efectivo de aquel tiempo gatopardesco, fue la

eficiente labor de la Oficina de Seguridad, que ‘infiltró’ (término ahora bien utilizado) a los Partidos y movimientos de la IR, además de contar con la colaboración de los ‘arrepentiti”. Hasta hoy se suele escuchar leyendas que dan cuenta de esa cacería,

terriblemente real, donde fueron asesinados Compañeros, otros encarcelados y no pocos transformados en sus convicciones.

A este período, lo señalamos como ‘Fundación e Imperio’, pues se consolida la fusión entre la RSC y el Imperio. Chile se insertó plenamente en la transición a la segunda Fase del Imperialismo, etapa que se consolida entre 1980-1990,

conjuntamente con el fin del Mundo Socialista históricamente construido. Desde esas fechas, el Imperialismo determinó el papel que debía jugar AL: abastecedor de

materias primas, cada día más baratas, lo que no es nuevo bajo el sol dirán algunos, pero con la impronta de formaciones sociales “formateadas” por Dictaduras Militares, las cuales no sólo aniquilaron a las vanguardias revolucionarias, sino que además le

arrebataron las ganas a sus pueblos de seguir luchando por el Socialismo (hay unas excepciones honrosas). Devenimos en Formaciones Sociales sujetas férreamente a las

recetas del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo, del Club de Paris, hasta de la Reina Isabel y que gozan de una paz social que ya se la quisieran todos los burgueses de la Historia.

Reforzamos la idea nodal que entre 1986-1994 se verifican trascendentes cambios económicos, que impactan en lo ideológico, en lo teórico, en la concepción del

mundo, en las ideas y en la conciencia; es decir, lo que se denomina los objetos de la ciencia marxista. Como trasfondo, lo político y la política se condensan en el GATOPARDISMO. Los enconados enemigos del capitalismo, los Partidos o Movimientos

revolucionarios, fueron prácticamente liquidados. Sobre todo luego del “90, la confusión, la dispersión, la fragmentación, se impusieron. En cuanto al MP, la lucha de

clases se tornaba severamente adversa. Algo anecdótico, pero muy demostrativo, es que desde 1990 y hasta ahora, la apariencia estética de todos los políticos es igual. Recordemos que hasta el “86, al menos, se podía distinguir su pertenencia a uno u otro

partido sólo por el aspecto.

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4.- FUNDACIÓN Y TIERRA; O DE CÓMO ATERRIZAMOS EN ESTA

REALIDAD Luego de un extenso perifraseo, que servirá para dar el contexto a nuestras

posiciones, permítasenos volver al TG. Este comienza con una tesis que compartimos, acerca que fuimos derrotados por nuestros enemigos de clase tanto el “73 como el “86.

Mas, debemos decir de inmediato que toda derrota no es endosable solamente a nuestros enemigos, sino que desde este lado de la trinchera también la abonamos. Los

revolucionarios y la izquierda tradicional ciertamente tenemos grados de responsabilidad, con diferente graduación, en los reveses infligidos al MP. Sucede aquí y en la historia del MP mundial: la heroica Comuna de París; el 1905 Ruso; el no apoyo

del CC a Lenin en 1917; el famoso 3er período de la Internacional Comunista; Italia en 1967; Francia en 1968; el Chile de la UP y entre 1986-1990; el proceso Sandinista

entre 1979-1989, etc. La siguiente tesis del TG se refiere a que los valores del enemigo se han hecho parte del acervo cultural de la IR. Sin perjuicio de ello, algunos en éste sector también

adoptan las categorizaciones de nuestros adversarios y como ejemplo (que antes ya desarrolláramos) tenemos la importación interesada del artefacto ideológico ‘neoliberal’

y sus derivados (se agradece que en el TG no se les utilice). Insistimos en ello, pues tal concepto borra otro, que proviene de la tradición marxista, cual es la dominación de clase. En foros, debates, publicaciones y discusiones se utiliza esta importación como

moneda de curso legal, la cual lo explicaría todo. Entre otros alcances, observamos que sí en AL algunos gobiernos pregonan programas ‘antineoliberales’, en Chile se desata la

euforia. Así, se apoyó a Brasil, Ecuador, Uruguay, para luego caer en la cuenta que son gobiernos que siguen bajo la égida de los mandatos de las instituciones financieras internacionales (IFI). Nosotros afirmamos que un programa, un gobierno, un

movimiento social y/o político, merecen y deben ser apoyados cuando son clara y meridianamente anticapitalistas.

El autor del TG valora a las diversas organizaciones que a lo largo de 20 años de subsistencia política han ensayado varias fórmulas para salir del atolladero. Respecto de ello, no nos queda más que coincidir. LA EXPRESIÓN ‘SUBSISTENCIA POLÍTICA’

CONDENSA NUESTRA SITUACIÓN DURANTE TODO EL PERÍODO QUE VA DESDE 1990 HASTA HOY. Esas estructuras, organizaciones, fórmulas, son las que han impedido

poner fin a la IMAGO MUNDI, por lo menos de unos miles de chilenos de ambas izquierdas. CON TODAS LAS DEFORMACIONES QUE PADECEMOS, CON TODAS LAS

TARAS, LA DEPRESIÓN, UNA MORAL TRASTOCADA, CON LO QUE QUIERAN DECIR, ELLAS NO IMPIDEN QUE PRECISAMENTE SEAN LOS COLECTIVOS LOS QUE HAN PERMITIDO MANTENER VIVA LA LLAMA DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL EN CHILE. SIN

ESTAS ORGANIZACIONES, EL PERÍODO SEÑALADO SERÍA DE UNA COMPLETA Y TOTAL HEGEMONÍA DEL BP Y NI SIQUIERA “EL CINISMO, LA MENTIRA…”, PODRÍA HABER

SIDO ESCRITO. Lamentamos que más adelante, en el mismo TG, encontremos una crítica tan devastadora acerca del papel desempeñado por los Colectivos. Pensamos que fue hecha en nombre de una arbitraria y pesimamente mal entendida ‘rigurosidad

científica marxista’. En lo económico, como trasfondo de toda actuación, el TG nos ilustra acerca de

un modelo económico en crisis. Aquí nos detenemos: lo dijimos en la Introducción, la interpretación de la II Internacional sigue en pie. No sólo para el Autor del TG, sino que para vastos sectores de la izquierda, “Chile vive hoy la más grave crisis económica”.

Para el CAD, tal afirmación, así sin más, implica dejarse caer en el pantano de la ideología del BP. En un breve documento nuestro, “Lo económico “86-“07”, se puede

apreciar como el capitalismo chileno goza hace rato de perfecta salud (lo que no impide sus sobresaltos y contradicciones internas). Ajuste se asocia a Crisis, MAS NO SON IDÉNTICAS. Las caídas de las bolsas

mundiales, la quiebra de algunas empresas, las medidas estatistas en EEUU e Inglaterra, son reacciones de ajuste, de reacomodo de las gigantescas corporaciones

trasnacionales, todo ello representado sobre el escenario de la actual transición a la Segunda Fase del Imperialismo. En nuestro país, la Derecha, el Gobierno y toda la Izquierda, agitan la palabrota CRISIS, aunque parece que debieran darse una vuelta

por los Mall, hipermercados, servicentros, pues pese a la “crisis” allí todos siguen consumiendo. Creemos que frente a tanta algazara los más avisados debiéramos poner

más atención y exhibir las tasas de ganancias, las fusiones y absorciones, la expansión de algunas firmas aquí, en América Latina y en el mundo, recalcando, asimismo, que la inflación es otra vía de acumulación de capital. El temor creado permite que la

Burguesía monopólico-financiera, y el conjunto de las otras fracciones de clase burguesa, prosigan con su plan de flexibilizar el mercado laboral (como dato

“presentista”, lo que está ocurriendo en las empresas salmoneras y elaboradoras de

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madera), acabar con los sindicatos y organizaciones de trabajadores, congelar los

sueldos, etc. Además, de pasada, obtener los regalos crediticios del Estado, o sea, pagados por todos nosotros. Del 10 al 12 de octubre recién pasado el ministro Velasco

estuvo en USA, adonde acudió para recibir las instrucciones del papel que juega Chile en este ajuste universal, luego del cual el mundo estará más monopolizado y centralizado.

II.- DESANDANDO LOS CAMINOS HACIA EL PANTANO O QUE LA

HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO

Desde 1990, no sólo ofertas culturales (aunque sucedáneas) ofrecía el

capitalismo. Ahora nos ilusionaba con la posibilidad de adquirir, aún ganando el sueldo mínimo, un vehículo a 80 meses plazo, a la vez que se incrementaba, por el mismo recurso, la venta de casas. El sueño del auto y la casa estaba al alcance de todos.

Cuando Pinochet lo señaló, como parte del proyecto modernizador de la DM, todos se cagaron de la risa, pero era uno de los elementos de la RSC. Esta situación de

exaltación del consumo hedonista, que fortalece el arribismo social, es una de las consecuencias de la RSC y no su causa. La fragmentación social y la dispersión ideológica, de igual modo son efectos de ella.

EN EL PERÍODO QUE COMPRENDE LOS GOBIERNOS DE AYLWIN Y FREI, GRAVITANTE FUE LA CONVOCATORIA A MOVILIZACIONES REALIZADA POR LAS

ORGANIZACIONES DE DDHH, LAS QUE PERMITIERON DIVERSOS GRADOS DE AGITACIÓN Y ALGUNOS ENFRENTAMIENTOS CALLEJEROS. Esas movilizaciones se realizaban en el centro de las ciudades principales y en ellas confluían las Agrupaciones

y sus periferias, además de muchos/as sin partido u orgánica, que solidarizaban con sus llamamientos. Sin embargo, AQUELLAS ORGANIZACIONES SE FUERON

CONVIRTIENDO EN ESTRUCTURAS HERMÉTICAS, DESCONFIADAS, TEMEROSAS A UNA SUPUESTA INFILTRACIÓN Y, SOBRE TODO, MODELADAS EN SU ACCIONAR POR LAS POLÍTICAS ORA FUNCIONALES AL SISTEMA (PS), ORA FUNCIONALES A LOS

INTERESES DEL PARTIDO (PC), TODO LO CUAL LAS LLEVÓ AL ESTANCAMIENTO. AL MISMO TIEMPO, EL ESTADO INSTITUCIONALIZÓ LA TEMÁTICA Y CLIENTIZÓ A LAS

OTRORA ACTIVAS ORGANIZACIONES: INFORME RETTIG; COMISIÓN DE DDHH EN EL CONGRESO, INSTITUTOS VARIOS, BENEFICIOS PECUNIARIOS Y BECAS DIVERSAS.

PUDIERON Y DEBIERON SER UNA INSTANCIA DE REAGRUPACIÓN, PERO SE HAN IDO EXTINGUIENDO EN SU VERGONZANTE PARÁLISIS. Por otro lado, son pequeños grupos de trabajadores, estudiantes, pobladores y

cesantes, los que hicieron de la defensa del nivel de vida, del trabajo, de la educación, el motor de su acción. Ellos se expresaron en las marchas del ‘11’ y del primero de

mayo, además de acciones locales. La presión ejercida por el ‘consumismo’ y la florida y abundante sobreoferta, fue generando diversos grupos sociales afectados por el sobreendeudamiento. Se

agruparon para soportar dicha presión. Son los efectos de una causa que les excede con mucho y no tienen potencial revolucionario, más bien son grupos “corporativistas”,

con ciertos grados de explosividad, pero que cuando protestan se encierran en sus reivindicaciones. En el fondo, enfrentan al Estado, pero sin peligro para éste (deudores habitacionales y comerciales).

Otro elemento, que abarca todo el período (“90-“08), fue la instalación y mantención de fechas emblemáticas: 29 de marzo, 11 de septiembre, 1° de Mayo. Esta

última, evolucionó desde un simple desfile pacífico a un día de protesta callejera (recordemos la ‘seria petición’ de un Compañero del MIR-Demetrio, a comienzos del 2000, que gritaba que los 1° de mayo se debían agitar consignas de los trabajadores y

las políticas debían esperar hasta el 11. Claro que el Cumpa ‘maduró’ y ahora se le ve frente a la tumba del Miguel para los ‘11’). En todas esas fechas se despliega la

pequeña fuerza de los Colectivos, que se potencia al sumárseles los sectores anarquistas. La violencia, necesaria en todos los momentos de la lucha de clases, se hace presente en esas ocasiones, sin embargo los grados de violencia son

extremadamente mínimos, son simples escaramuzas. Estos hechos son sobredimensionados por la prensa burguesa y criticados por la Izquierda Tradicional

(IT) e incluso por algunos en la IR. ¿Qué pasará cuando los míseros elementos utilizados en la actualidad den paso a otros más efectivos, aquellos que permitieron ganar en Rusia, China, Cuba o Vietnam?

En cada marcha o movilización es posible ver a los antiguos partidos de la izquierda, de ambas, y a las nuevas organizaciones denominadas Colectivos. Además,

marcan presencia partidos como el PC-AP (estalinista) y diversas fracciones del

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trotskismo, ambos sectores con consignas muy elaboradas y comportamientos que

más bien se corresponden con el enfrentamiento entre las facciones del PCUS de los “30; es decir, ajenos a nuestra realidad.

Luego, nos encontramos en el TG con una afirmación que nos parece insólita. Se habla de “tarjetas de crédito (que) lucían brillantes hasta en las billeteras de muchos militantes de izquierda antisistémica”, y estos justificaban aquello “del mismo modo

que la Concertación justificaba la interminable <<transición a la democracia>>”. Pensamos que el Compañero quiere expresar que esas tarjetas de crédito generan

deformaciones ideológicas en sus portadores. Sin embargo, otra interpretación nos diría que esos Compañeros son parte de la Formación Social Capitalista chilena, de la cual no se pueden disociar. Es como cuestionar que los Compañeros-Compañeras se

casen y procreen, porque iría en contra de lo preceptuado en “El origen de la Familia, la Propiedad…” (Pero, ¡sí hasta Carlitos lo hizo!). Concordemos: las tarjetas de crédito

son las fichas salitreras de hoy, son un efectivo control de dominación, pero en sí mismas ellas no son un fetiche generador de deformaciones teóricas, ideológicas o políticas.

A la crítica anterior, el TG suma otra acerca de “alguna contaminación ideológica burguesa”, la que habría también salpicado a esa franja de la IR (o izquierda marginal,

chica, inquieta). Afirmamos que la principal contaminación sería adoptar la idea de “diversidad” que el autor asume como la usual, siendo que es un elemento de falsa conciencia exportado por “la propia clase dominante”. Pensamos que el BP apostó a

todo lo contrario de lo que se expresa en el TG; entonces, si lo económico y lo político se sostienen sobre la base de la concentración y la centralización, asimismo, en lo

cultural, en lo social y en lo ideológico, se opera del mismo modo. Otra cosa, muy distinta, es que el ‘consumidor’ ‘sienta’ que es diferente al otro por lo que ha comprado, por lo que viste, por lo que bebe, cuando en el fondo TODO ES IGUAL,

UNIFORME, CHATO. LA DIVERSIDAD, EN CAMBIO, TIENDE A SER SUBVERSIVA. Sobre la ‘contaminación’, podríamos complementar que las principales contaminaciones

burguesas, inoculadas en ambas izquierdas, han sido: las prácticas parlamentarias, el acriticismo y la condena al uso de la violencia como práctica política popular legítima.

Normalmente y no debiera sorprendernos, en los períodos de reflujo de la lucha

de clases, como el actual, las expresiones políticas de clase (entendidas como la representación de la clase en el escenario de la lucha política) pierden peso específico

y, a la par, florecen expresiones culturales, artísticas, ecológica, grupos antifascistas y asistémicos en general, etc., las que tienden a llenar el vacío dejado por las

desvanecidas representaciones políticas más formales. No obstante, sin que esto llegue a empañar los valiosos esfuerzos tras la diversidad, un caso clásico de asistémicos-pero-sistémicos lo conforman las famosas Tribus Urbanas, que agrupan a los

adolescentes tras particulares tipos de vestimenta, música y vocabulario, pero donde se escamotea a su contrario, lo que los unifica, es decir, su apoliticismo, su no

rebeldía. Otro elemento que surge con el repliegue del MP, lo constituye el florecimiento de expresiones político-culturales ausentes en el período 1973-1990: estalinistas, trotskistas y anarquistas de diversos cuños. La diversidad, por otro lado,

se expresa en las distintas formas, estilos, modos, prácticas, que los Colectivos, Círculos de Estudio, Movimientos, Partidos, Frentes, reproducen en sus trabajos

político-sociales-culturales. Todo ello en función de marcar presencia, agitar, hacer propaganda, acumular y crear fuerza. Debemos reconocer que esos esfuerzos, aislados, irreductibles, no allanarán el camino a la unidad de los revolucionarios.

A continuación, el autor del TG profundiza sus críticas en contra de “esa” IR, pero de entrada nos apunta que ella se encuentra: “Colocada en una situación de

minoría; sin contar con espacios amplios de gravitación social;…etc.”. Al parecer, el autor no se ha enterado que la lucha de clases no es un continuo. Además, a pesar que supra anotaba dos derrotas recientes del MP, no se ha percatado que nos encontramos

en una bastante profunda y que, dentro de esta, no fue decisión de la IR quedar aislada, reducida, sin expresión hacia el MP. Sus ataques, arrojados desde una

pretendida objetividad Olímpica, más bien se enmarcan en lo ideológico. Veamos. Indica que “esa” IR no ejerce “el debate al interior de una ausente clase obrera”. “CLASE OBRERA AUSENTE”: este es uno de los discursos que predomina en muchos

Colectivos, digámoslo. El cierre o declinación de los gigantescos centros fabriles, causado por su incompetencia relativa o por la dislocación de los procesos productivos

en centros menores, provocó el desaparecimiento de las clásicas concentraciones de trabajadores fabriles. El CAD, además, sostiene que una gran proporción de esos trabajadores fueron desplazados del sector secundario al terciario. En términos de

práctica política, los obreros no están ausentes, incluso se les ve movilizarse de tarde en tarde y son el soporte electoral tanto de la Concertación como de la Alianza. En la

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práctica económica, son los principales consumidores y endeudados. En lo cultural, son

muy permeables al discurso homogéneo de los medios de comunicación, de donde reciben sus predigeridas formas de pensamiento y de opinión, su entretención y su

lenguaje. Otra detracción del autor, se refiere al uso por parte de “esa” IR de “marxismos sui generis” (bueno, aparte que él afirma que es auto-referente y que sólo cree en sus propias verdades). Sería valioso, para la discusión de todos, que los

compañeros del MCR explicaran qué entienden por “marxismos sui generis”. Llegamos a uno de los momentos nodales del TG. Para que la clase obrera se

pueda constituir en clase para sí es necesaria la catálisis del Partido Revolucionario, el que se debe sostener en una FSR activa que desarrolle un protagonismo transformador en los ámbitos políticos, económicos y sociales. He aquí una de las tesis centrales del

Autor, con la que tenemos plena coincidencia. En lo que parece que debemos ponernos de acuerdo, es si el Partido Revolucionario (PR en adelante) funda la FSR o a la

inversa. Como planteara Miguel Enríquez, no fue la IR la que inventó la toma de fundos y fábricas, las corridas de cercos y otras acciones directas, pero las promueve y organiza. Esto nos alecciona en el presente: el rol de los revolucionarios es agitar todos

los conflictos sociales, articulándose en las demandas sectoriales y en sus formas de lucha y organización, para ir generando la FSR (aunque la Derecha hoy hace más

gárgaras con esos conflictos que la misma izquierda). Creemos que ese es uno de los caminos para la recuperación y es un camino viejo, puesto que ya lo planteaba Marx en el Manifiesto. Además, sin el más mínimo ánimo adverso, en el Chile 2008-2009 existe

infinidad de Partidos y de Colectivos con feroces nombres de guerra (inclusive uno de estos con el alucinante nombre de ‘Acción Directa’), que debieran hacer honor a sus

motes y resolver en la práctica la dialéctica PRFSR. Acerca de los tres puntos del apartado nº 1 del TG: la crisis de la IR de fines de

los “80, el ‘postmodernismo’ y la crítica a los anti-sistémicos, ya nos referimos latamente sobre ello desde “Preludio…” hasta “Fundación e Imperio”. Reiterar, eso sí, que los análisis no deben sólo abarcar lo político, sino que también deben contener los

demás componentes vitales: lo humano, lo social, lo cultural, lo psicológico y lo económico, sin caer en explicaciones tipo ‘nariz de Cleopatra’. Es decir, pensamos que

pese a la importancia de la renovación o involución de ciertos socialistas, del rol de comunistas y miristas renegados, no podemos explicar todo lo nefasto del período para el MP sólo por esas acciones, actitudes o disposición. A pesar de la contribución que

hacen esos elementos al BP, convirtiéndose en intelectuales orgánicos, mantenedores o en simples delatores, no poseen la capacidad o el poder suficientes como para disponer

del decurso de la RSC, de la cual ellos son otro efecto. De ser así, como lo plantea el Autor, pero en sus antípodas, bastaría un núcleo similar en número, pero con una impronta revolucionaria, para imponer una Refundación Socialista.

En el apartado nº 2 del TG, el autor las emprende en contra de los Colectivos: “Con justa razón se entendió el surgimiento de los colectivos, como la forma más

genuina de la crisis y derrota de la izquierda y los revolucionarios, (...).” Insistimos, majaderamente, que los Colectivos no son la causa de la crisis y la derrota de la IR, sino que la única forma existente –tal vez no la mejor o más eficaz- para detener

ambos procesos. Los Colectivos han cumplido, en estos 20 años, el rol de unir a los revolucionarios. Es cierto, son innumerables los Colectivos, con diversa extensión,

contenido y disposición y no es de extrañar que en muchos se verifiquen las mismas prácticas eternas de la sobre-figuración, de ‘Reyes Tuertos’, de laboratorios de experimentación, de cuarteles de los ‘generales de mil batallas perdidas’. De igual

modo, es verdad que en muchas instancias en que se coordinan los Colectivos se impone una actitud voluntarista y espontaneista. Creemos que, en gran parte, estas

falencias deben su explicación al hecho que LOS COLECTIVOS NO SON EL PARTIDO REVOLUCIONARIO, CON CARÁCTER NACIONAL, POPULAR, CON CARÁCTER POLÍTICO-

MATERIAL, QUE REQUIERE EL MP Y EL PUEBLO EN LA CONSTRUCCIÓN DE SU CONTRAPODER Y EN SU LUCHA POR EL PODER. Pero, con todo, desarrollan su accionar en múltiples áreas del enfrentamiento social y han podido sortear, y a veces enfrentar,

a los aparatos represivos (que son un elemento central del sistema de dominación capitalista), y es desde esas luchas que van extrayendo las propuestas que nos deben

conducir a la unidad y a la victoria. Además, no es posible desconocer todo su inmenso trabajo social, político, y cultural en lo que se conoce como ‘espacio territorial’. En el TG se desconoce, en toda la línea, el aporte teórico-práctico de los

Colectivos (con Asimov, tendríamos que decir que “Contra la estupidez, hasta los propios dioses luchan en vano”), por eso nos extenderemos un poco más sobre este

tema. Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria, dijo Lenin, pero, en un proceso dialéctico, la práctica a su vez interviene y rectifica esa teoría, haciéndola avanzar si tal retroalimentación le permite aprehender mejor la realidad que se quiere

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transformar. Como ya expresáramos, el balance de estos 20 años nos indica que el BP

ha ejercido la hegemonía sin contrapeso o apuro. Ha contado para ello con la ausencia o impotencia de las orgánicas políticas, además, con el hecho que ni la CUT, ni las

organizaciones sociales territoriales o sectoriales, ni las federaciones estudiantiles u otras organizaciones clásicas, tienden a defender consecuentemente los intereses de los explotados. Ante este desolador panorama, a nuestro entender y más allá de ser

parte interesada, los Colectivos representan a miles de David que, desde diversos flancos y con diversos instrumentos, se enfrentan a un poderoso Goliat. Con todo, a

pesar de pecar de voluntarismo, de espontaneismo y de otras lacras, DESDE LA PRÁCTICA PARTICULAR DE LOS DIVERSOS COLECTIVOS HA LOGRADO SURGIR LA ELABORACIÓN TEÓRICA DEL MOMENTO ACTUAL DE LA LUCHA Y QUE ES UN APORTE

EFECTIVO EN LA DISPUTA POR LAS IDEAS. RECORDAR, ADEMÁS, LAS TESIS DE MARX Y LENIN CON RELACIÓN A LOS PERÍODOS EN DONDE LOS EXPLOTADOS SE

SUMERGEN EN LA PASIVIDAD A QUE LOS SOMETE LA CLASE DOMINANTE, DONDE ELLOS RECOMIENDAN LA TÁCTICA DEL ENFRENTAMIENTO, LA ACCIÓN DIRECTA. En el apartado nº 3 del TG, “LUCHAR, LUCHAR, PERO SIN OBJETIVOS CLAROS”,

el Autor prosigue con su descrédito a los Colectivos. Aquí se plantean como ideas-fuerza: a) los Colectivos critican el partidismo; b) legitiman la militancia social, que

establece una dicotomía entre lo social y lo político; c) levantan el discurso del autonomismo social; d) en definitiva, pierden de vista al Estado, como el instrumento desde el cual la Burguesía proyecta su dominación en el terreno de las ideas y lo ven

como un factor pasivo. Estas cuatro tesis nos conducen a una elaboración extensa. Aquí intentaremos

resumir nuestro parecer respecto de tales juicios:

a) La consigna “el pueblo unido, avanza sin partido” ha sido levantada por

diversos Colectivos u organizaciones de raigambre anarquista y responde a posiciones ideológicas de esos sectores. Por su parte, “obrero entiende, la

CUT no te defiende” es promovida por la totalidad de los Colectivos, Partidos y Movimientos de la IR. No obstante, podemos decir que ambas son el reflejo del desencanto de las nuevas generaciones y a la vez que la

constatación de que ellas no perciben a ninguno de los partidos existentes como ‘el’ Partido, ‘su’ Partido, y que tampoco ven a la CUT u otras

organizaciones formales de los trabajadores como realmente consecuentes con su rol. Pese a todo ello, muchos otros Colectivos levantamos la

consigna: “El Pueblo Unido, construye su Partido”. Además, apoyamos la consigna trotskista “Que vengan luchadores a construir el Partido de los Trabajadores”. Debemos agregar que nos oponemos a un ‘Partidismo’ como

fin en sí mismo (malas experiencias al respecto). El PR es un instrumento, la instancia de síntesis superior de las luchas del MP, lo demás es

burocratización y aislarse de las clases motrices; b) La priorización en la militancia social se desprende de lo anterior. El trabajo

social en y desde la localidad se organiza sin ‘levantar banderas’. Esto,

tiene su origen en el apoliticismo del grueso de la población, que se asusta de los ‘políticos’ o desconfían de ellos, más todavía sí ellos representan a la

izquierda. Con todo, esa militancia social permite contar con un espacio de crecimiento y de potencial cantera y sustento del PR, el cual muchos demandamos;

c) El autonomismo social no encierra ningún peligro para la constitución de un proyecto más político. Antes bien, según lo entendemos nosotros,

constituye la creación de una FSR a nivel local y potencial germen del futuro Poder Popular;

d) Pensamos que ningún Colectivo ha perdido de vista el Estado, su

significado, alcances e importancia. El Estado cohesiona a la clase dominante y fragmenta a la clase dominada. Ahora, en el aspecto de la

dominación en el terreno de las ideas, debe quedar claro que en estas dos décadas son los Colectivos, con exiguos recursos aunque decididamente, quienes le disputan la hegemonía al BP. En ese plano, le corresponde a

ellos haber mantenido en alto los símbolos, las ideas de transformación revolucionaria.

Continuemos. El Autor afirma (y estamos de acuerdo en ello) que los Colectivos

tienen un carácter cortoplacista, el que se sigue de lo precario de sus fuerzas físicas y

por la casi nula unidad y coordinación entre ellos, concluyendo que producto de ello operarían en forma inmediatista. Sin embargo, consideramos que es temerario

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criticarlos porque “no logran ver el conjunto de factores que intervienen en la lucha de

clases”, cuando, insistimos, los Colectivos no son el PR. Otra cosa es que pueden y deben progresar hacia lo indicado en b) supra.

Luego, el Autor del TG pasa revista a lo que denomina miseria intelectual y el consecuente analfabetismo cultural: “(…), los jóvenes de los activos políticos, también en su mayoría despreciaban el intelecto y combatían en el ejercicio político la

necesidad de estudiar, reflexionar y debatir a la luz de las grandes ideas. (...) [El] desarrollo del pensamiento [era] tratado de <<paja mental>> (…)”. Todo esto, para el

Autor, “era necesariamente un enfrentamiento generacional”. Nos encontramos, de manos a boca, con una tesis que nace de una mirada subjetiva y preñada de ‘presentismo’, la que plantea que la Formación Social Capitalista chilena se funda sólo

a partir de 1990. Esta interpretación cae directamente en una visión que no contiene lo genético-evolutivo, un aspecto básico del materialismo histórico.

El fenómeno ampliamente comentado y debatido del “apagón cultural”, arranca con los inicios de la DM. Las FFAA (y los paniaguados de civil) debían intervenir en lo cultural, en la educación y en la información, para generar promociones de jóvenes

acríticos, apolíticos, sumidos en la ignorancia. En “La cultura huachaca”, es posible encontrar una tesis con relación al ‘apagón’: la TV sería el principal vehículo para lograr

los fines aculturales propuestos. Agréguese al fenómeno, durante el período dictatorial, el toque de queda, los estados de sitio y de emergencia, las purgas de bibliotecas, el cierre de teatros o salas de espectáculos, las toneladas de películas de karate, etc. La

cantidad de publicaciones de libros entre los “70 y “80 en Chile fue casi inexistente. El Ministerio de Educación, las principales universidades y Liceos, la TV abierta, eran

dirigidos por uniformados. Hoy, efectivamente nos hallamos inmersos en medio de una avalancha de información pre-digerida y donde el lugar común ya señala que lo importante es lo urgente y no lo significativo; es decir, ser acríticos es el lema. Con la

llegada de internet y de la TV-cable se vienen a sumar otros medios a la casi totalidad de diarios, revistas y TV abierta que dicen prácticamente lo mismo, para fundar una

masa compacta de analfabetos. Al cotejar el fenómeno en estos dos momentos, pensamos que el ‘analfabetismo político’ cruza lo generacional y se transforma en una condición y efecto de la RSC.

En los “80, en el período que cubre las protestas, encontramos un repunte de la cultura popular y política de la IMAGO MUNDI de ambas izquierdas, tal como lo

señaláramos en el subtítulo 2, “La Fundación”. Sin embargo, de una forma marginal aunque consistente, se estaba prefigurando el presente, a través de muchos jóvenes

que preferían ir a la disco y/o consumir todo lo que fuera de moda. Hoy por hoy, los “80 siguen vendiendo, pero fueron vaciados de su contenido histórico-político-social; Quilapayún, Inti-Illimani, Silvio, etc., se compran en las cadenas trasnacionales de

música, pero existen igualmente grupos y cantautores independientes; la prueba SIMCE sólo constata los efectos de la distinción socioeconómica de los tres tipos de

educación, pero fueron los secundarios del sector municipal, el de peores resultados en esa prueba, los capaces de enrostrarle a todo el país su crítica y repudio a la mediocre Educación recibida. Todos estos son fragmentos aparentemente contradictorios del

desarrollo desigual de la RSC triunfante, que logra poner de rodillas a sus principales oponentes, el MP y el pueblo, pero los cuales a veces igual dan muestras de

desobediencia. Antes de seguir, señalar algo sobre lo que hemos denominado ‘presentismo’, el

que vemos en la base de algunos conceptos del TG cuando comprobamos que no dan

cuenta del conjunto de factores que intervienen en la lucha de clases. El ‘presentismo’ corresponde al proceso subjetivo y no dialéctico de enfocar la atención, todos los

análisis, los esfuerzos, sobre un conflicto social abierto, en el cual se condensan todas las esperanzas de que sea el que jalone una crisis nacional (un ejemplo fue la movilización de los subcontratistas de CODELCO y, el último, la de los funcionarios

públicos). Volvemos. Las expresiones del TG sobre el desapego de los jóvenes de los

activos políticos respecto del conocimiento, de la ciencia, de las grandes ideas, pensamos que precisamente no se corresponden con lo que ocurre con los integrantes de los Colectivos. Desde los ’90, estas organizaciones, y otras formas de

estructuración, han colaborado en lo teórico (también en lo práctico) para alejarnos del pantano. No nos podemos hacer cargo de la expresión ‘paja mental’, que

efectivamente hemos escuchado -y que incluso a nosotros, como Colectivo, nos han enrostrado su práctica algunos jóvenes y no tanto-, pues eso responde a otros fenómenos, más bien emparentados con el desencanto, la desilusión, la decepción. Y

no nos podemos quejar. Debemos asumir nuestra culpa, reconocer nuestras

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insuficiencias en relación a la construcción de una alternativa, la responsabilidad que

nos corresponde en esta Historia. Otra tesis subjetiva del Autor se puede extraer de lo siguiente: “(…) se asumió

una suerte de acuerdo tácito, que en los espacios de discusión soslayaba recurrentemente los temas estratégicos, (...) el gran pretexto que utilizaron los caudillos para mantener a toda costa sus pequeñas propiedades o capillas político-

ideológicas”. Y aquí nos encontramos, finalmente, con una de las tesis estratégicas que cruza y sostiene el TG: los caudillos y su rol en la debacle. Esta tesis se había

vislumbrado en el apartado nº 2 anterior (“Los caminos hacia el pantano”). Sobre ella nos referiremos en profundidad más adelante.

III.- CUANDO LA RAZÓN NO NOS ASISTE, ¿SE DEBE INVENTAR O

IMPONER?

El apartado del TG acerca de la ‘razón’, arranca apuntando a que los ’90 en vez

de ser un período de autocrítica, de corrección de los métodos de construcción, de

análisis y profundización teórica, fue todo lo contrario: autodesarme, divisiones y subdivisiones, fragmentación social y dispersión en el plano de las ideas. Desde el CAD y desde Su Señoría la Realidad, se percibe que la situación no era

tan maniquea como lo afirma el TG, si no de una matización notable. Y he aquí que nos adentramos en el terreno de la simbolización de la relación subjetividad/objetividad. Es

efectivo lo del proceso de la división y la subdivisión; en fin, la fragmentación del campo popular y de la IR. Mas esto no es tanto una apuesta como un efecto sobre y en estos, desde que el “86 el BP fue capaz de imponer sin contrapesos los términos de su

victoria, la que en su substancia consideraba inyectar hasta en los más mínimos vericuetos de la formación social la argamasa de su Filosofía Idealista, Metafísica, esa

que ve todo eterno e inmutable y a los fenómenos como aislados y pura representación del pensamiento (por supuesto del burgués triunfante); donde A es A y no puede ser B; donde la historia y el pensamiento se detienen en un presente perpetuo y

reaccionario; en una palabra, la eterna gloria de la ideología del victorioso capital transnacionalizado.

Subyacente a esta gran obra de albañilería, encontramos el completo rediseño de la estructura económica que las clases dominantes consiguieron imponer con éxito a

través de dos décadas y el que en su despliegue conlleva otro tipo de fragmentación, la del otrora poderoso ejército de trabajadores fabriles. Tal desintegración se sostuvo finiquitando el modelo entonces vigente, de nacional-desarrollismo, y a través de la

implementación del nuevo patrón de acumulación, desplazando amplios sectores del sector secundario al terciario, dislocando la producción en unidades menores y sin

lazos contractuales, tercerizando la producción, bloqueando la sindicalización y la labor de los sindicatos, adocenando a la CUT, etc., todo lo cual termina por rematar en la clase obrera los niveles de conciencia de clase alcanzados hasta 1986 y obteniendo su

conversión a pasivo elemento de la estructura del sistema de dominación capitalista. Como demostración de que dichas transformaciones han hecho mella en el MP,

podemos constatar la nula coordinación entre las movilizaciones de diversos sectores de trabajadores (un día paralizan los Profesores y días después la Salud, etc.); muy bajo interés en las bases por el sindicalismo tradicional, menos por uno alternativo;

gran temor entre los proletarios por lo precario del empleo y ante su posible pérdida, etc., y otras situaciones más, como las que apuntamos más arriba.

Con todo y como ya mencionáramos en diversas partes de este trabajo, afirmamos que la división, la subdivisión, la anomia del campo popular, se deben a causas de larga duración, que arrancan mucho antes de los ’90, de carácter endógeno

y exógeno y en un contexto de derrota del MP, de la IT y de la IR. Desde la última década del siglo pasado ha habido un extenso, aunque ignoto,

período de autocrítica, corrección y mejoramiento de los métodos de construcción. Mucho análisis y profundización teórica. Todo esto debiera reflejarse, entonces, en la creación de un escenario de la más amplia unidad de esfuerzos y convergencia de las

orgánicas, situación que debiera dar paso a la constitución de un PR. Sin embargo y más allá de lo relatado por el TG, que explica todo a través de una estéril y estrecha

visión de personalismos, HEMOS SIDO LOS PROPIOS COLECTIVOS LOS QUE HEMOS COMETIDO ERRORES O CAÍDO EN GRAVES INSUFICIENCIAS -TALES COMO LA DESCONFIANZA HACIA LAS DEMÁS ORGANIZACIONES POPULARES, EL PURISMO, LA

SOBREIDEOLOGIZACIÓN, EL SECTARISMO, ETC.-, Y, POR SOBRE TODO, PORQUE EL SUSTRATO POPULAR, QUE OTORGA SANGRE Y CARNE A CUALQUIER PROYECTO DE

CAMBIO, SE ENCUENTRA POBREMENTE REPRESENTADO. En fin, el que debiera ser el

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principal protagonista de cualquiera de estas propuestas en su gran mayoría se halla

sirviendo de base de sustentación del sistema de dominación capitalista, sea a través del consumo-deudas; a través de lo electoral, apoyando a la Concertación o a la

Alianza; o bien, ha sido presa del desencanto, la desilusión, la apatía y/o el apoliticismo (más bien, ignorancia política).

Antes de proseguir, apuntar que desde los “90 y hasta hoy se han buscado

variadas instancias de coordinación entre los activos político-sociales. A comienzos de esta década, por ejemplo, en la sede de los Colectivos de Trabajadores (CCTT), de la

Avenida España de Santiago, era posible encontrar una variopinta gama de Colectivos. En aquellas reuniones se discutía fraternal y permanentemente la elaboración de cualquier informativo o declaración, en los que se cuestionaba cada coma, cada acento.

Fuimos capaces de operar todos juntos para diversos 1° de Mayo y ‘11s’, así como para otras jornadas. Cada Colectivo le imprimía su sello a las acciones acordadas y el

resto solidarizaba y acompañaba. Recordamos que el CAD, para un 1º de mayo, propuso quemar un mono en el transcurso de la consabida marcha por el centro de Stgo., lo que desató una encendida discusión en torno a la violencia y a la pertinencia

política o no de hacerlo. Igual lo hicimos y no hubo dramas en su consecución. Fue el año en que la coordinación de los Colectivos y de todos aquellos contrarios a las

prácticas reformistas y solapadas, permitió que se lanzaran huevos en contra de Martínez y de los organizadores del acartonado show de la CUT. Desde ese día, como se sabe, esa fecha se tornó agitada, dejando de ser un desfile, un paseo familiar, una

“fiesta del trabajo”. Lo que queremos señalar con todo esto es que cuando existe la disposición, cuando se pone la mirada más allá del afán estrecho y autocomplaciente,

se allanan todos los caminos para la acción y el entendimiento comunes y por supuesto que se facilita el camino de la Unidad de la IR. Continuemos. En el TG se reseña: “Los militantes de los 60 y de los 70 no fuimos

capaces -según ellos [se refiere a las nuevas generaciones de críticos activos políticos]- de tomar el cielo por asalto y heredarles una sociedad nueva en la cual volcar todo su

ímpetu imaginativo y creativo y el gran reproche que se instala, es que fuimos demasiados intelectuales y poco prácticos en el terreno de la lucha por el poder. Que particularmente los partidos de la izquierda revolucionaria, gastamos demasiado

tiempo y energía en elaborados diagnósticos; pero, nos hicimos incapaces e impotentes para imponer revolucionariamente el remedio que nuestras sociedades

necesitaban.” (Página 7 del TG). Acerca de tal crítica, y sin tener la dicha de ser jóvenes en nuestra mayoría, debemos decir que estamos completamente de acuerdo

con ella. El ‘Chino’, combativo locutor de la Radio “Primero de Mayo” (Radio Popular de La Victoria), al que tampoco le asiste el tesoro de la juventud, en su colorido programa “El Quiosco”, de igual modo realiza esa autocrítica. RECONOCER NUESTROS ERRORES,

NUESTRAS INCAPACIDADES, NO NOS HACE MENOS REVOLUCIONARIOS, COMPAÑEROS DEL MCR; AL CONTRARIO.

Luego, el Autor del TG expone unas erradas conclusiones, hechas a partir de otras tantas antojadizas afirmaciones, con respecto a que los jóvenes izquierdistas desacertadamente pondrían en entredicho: a) los métodos de lucha, b) el modelo

orgánico y c) la teoría revolucionaria. Desentrañemos estos tres sofismas:

a) Sobre el aspecto de los métodos, el TG reincide en el ‘presentismo’, como si

Chile se fundara en 1990. La lucha que vienen dando los jóvenes, y el

conjunto de la ‘franja de los revolucionarios’, se expresa en marchas, agitación y propaganda, movilización en las fechas emblemáticas, que

ocurren en forma muy similar a las protestas de los ’80, pero en menor escala; se realizan tomas de liceos y universidades, huelgas legales e ilegales, ocupa de casas, tomas parciales de predios y fundos. De hecho se

ha mejorado el aspecto propagandístico, en la medida que se van empleando más instrumentos y recursos tecnológicos. Asimismo, se sigue trabajando en

Juntas de Vecinos, Centros Culturales, Clubes Deportivos, Casas-Ocupa, Radio-Prensa populares, grupos ecológicos, Círculos abocados a variadas temáticas, etc.;

b) En cuanto al modelo orgánico, este ha devenido en el Colectivo, que representa un espacio democrático de discusión y acción, muy flexible y que

brinda una eficaz raigambre en los espacios territoriales, laborales y estudiantiles. No se conoce el ‘caudillismo’ dentro de estos, de lo que no pueden ufanarse las orgánicas tradicionales. La moraleja es que para evitar la

existencia de los “caudillos”, debería existir la Dirección Colectiva, con

Page 23: Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los Revolucionarios

recambio permanente de los Dirigentes y estableciendo su revocabilidad

(¡cómo se revolcarán los cuadrados con el atávico partido leninista!); c) La Teoría Revolucionaria merece ser siempre puesta en entredicho. Por

antonomasia, es decir por definición y esencia, para que ella sea una real y eficaz Teoría Revolucionaria, debe ser rectificada y enriquecida por y con la práctica. De lo contrario, deja de dar cuenta de la realidad, de la vida, del

cambio permanente de los procesos sociales, se anquilosa, se muere y mata; deja de ser una Teoría Revolucionaria. En ella no tienen cabida el

‘integrismo’, el ‘purismo’, el sectarismo. Esto no es un llamado ni al relativismo ni al postmodernismo, fenómenos de los cuales los Colectivos no tenemos porqué hacernos cargo. La caza de brujas mejor dejémosla en

manos de los Ratzinger de la izquierda.

El TG remata el primer párrafo del epígrafe de autos apuntando tres ‘deformaciones teóricas’, en que, al parecer, su autor quiere implicar no tan sólo a los desventurados jóvenes. A saber: a) la crítica al marxismo, en lo que sería su variable

estalinista; b) el postmodernismo, que arremete con sus juicios escépticos y poniendo el acento en la derrota y c) el radicalismo pequeño-burgués, legitimado y justificado

por lo anterior, el que a su vez posibilita el desarrollo de “expresiones orgánicas seudo-anarquistas”.

Entonces: a) Al nivel mundial y de tradición histórica, el estalinismo se inscribe como uno

de los ‘marxismos posibles’. No es este el lugar para desarrollar una crítica profunda a lo que, a nuestro parecer, es una aberración teórica, pero como ha sido citado en el TG debemos esbozar algo de nuestra posición. A la

muerte de Lenin (1924), la URSS deviene en un Estado Obrero Burocratizado, donde se comienzan a imponer las sui generis políticas de

Stalin y sus ‘teóricos’. El PC chileno, que en 1922 adscribe a la Internacional Comunista, se torna el más feroz PC estalinista en el mundo. Esa nefasta doctrina prosigue, una veces explícita otras más veladamente, en la esencia

del reformismo actual. Lo curioso es que existe un PC-AP, que se proclama estalinista, que enrostra al otro PC de haber renegado del estalinismo (¿?).

Si el TG crítica el reformismo obrero, con todo lo que sus prácticas ideológicas han implicado, ¿por qué hace una defensa velada del estalinismo,

el cual le es consustancial? ¿En qué quedamos? De hecho, ya lo dijimos: cuando el Autor tipifica el radicalismo pequeño-burgués, en lo que sería las páginas 8-9 del TG, es como leer lo que fue y lo que es la práctica política

estalinista. El estalinismo, que posa como un tipo de marxismo, sin duda es uno de los

elementos nocivos para la teoría y práctica de los revolucionarios de todas partes. Sin embargo, no debemos cerrar las puertas a sus seguidores en la más amplia discusión y acción, toda vez que es al interior de la unidad de la

IR en donde se libran los combates ideológicos fundamentales, aquellos que permiten avanzar;

b) Sobre el postmodernismo, es poco lo que podríamos señalar. Dicen que es la ideología del ‘fin de las ideologías’, la del ‘fin de la lucha de clases’, lucha de la cual resultó vencedor el Capitalismo a fines del siglo pasado (¡Siempre

habrá Coca-Cola!, rezaba un comercial en 1990). El postmodernismo recurre a la softideologie y su intelectual orgánico más conocido es Fukuyama (no

confundir con SAKAYAMA, ¡ese es otro!), quien realiza una simple puesta al día del idealismo Hegeliano. Con todo, la ‘ideología del fin de las ideologías’ no es algo nuevo, pues se le agitó mucho junto con el término de la Segunda

Guerra Mundial (CFR., Nicos Poulantzas, “Clases sociales y poder político en el Estado Capitalista”) e incluso se le puede rastrear desde mucho antes, o si

no leer el “Antidhüring”, de Federico Engels. Por cierto en Chile, tercermundista y dependiente, algún impacto tuvo esa conceptualización, puesto que se le puede apreciar en palabras, términos, conceptos, usados

por la clase política reinante y, por defecto, en los propios Colectivos y otras organizaciones sociales y políticas. En estos últimos, una saludable y franca

discusión podría dar cuenta de la afección; c) El TG nos informa que el radicalismo pequeño-burgués, prohijado por el

postmodernismo, permite el desarrollo de expresiones orgánicas seudo-

anarquistas. He aquí una cadena insólita de entelequias que sería bueno poder verificar en la realidad. Conocemos diversos Colectivos y

Page 24: Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los Revolucionarios

organizaciones anarquistas, en donde sus integrantes han profundizado la

teoría anarquista y se reconocen decorosos seguidores de Buenaventura Durruti, vilmente asesinado por sus ‘aliados’ de un gobierno formal.

La tesis final, que señala: “Esta generación expresaba aversión al ejercicio

intelectual, por la mismo construyen sus argumentaciones con lecturas fragmentarias y

desarrollan clichés sub-culturales que se asientan fundamentalmente en la irreverencia como conducta o comportamiento social” (página 7 del TG), más bien es endosable,

como descripción, a las famosas, conocidas, comentadas, Tribus Urbanas. En el segundo párrafo del epígrafe, se plantean unas tesis definitorias,

aplastantes y demoledoras en contra de ciertos oscuros caudillos de la IR y de sus prácticas. De todas ellas, haremos algún comentario:

a) El período que adviene con la Concertación (y hasta hoy, imaginamos), el TG

lo señala “como un espacio árido”. Eso puede ser válido para la IT y para

ciertos sectores de la IR. Para nosotros, desde el punto de vista de la producción de la suma de los Colectivos y ya lo dijimos, ha sido todo lo

contrario; b) “Con una clase obrera y con amplias capas populares inmersas en un reflujo

social y político profundo, atentos sólo a los cantos de sirena de la clase

dominante”. Lo mencionamos antes: la clase obrera en su conjunto es hoy la base social, electoral, de consumo e ideológica del BP ¿Será traidora está

clase obrera o le asiste culpa y responsabilidad de su deriva a los que se dicen sus representantes políticos, incluidos los Colectivos, of course?;

c) El TG señala a las pequeñas organizaciones remanentes de la izquierda, que

se asemejan a círculos de discusión política en tiempos de derrota, como el lugar donde se comienzan a cultivar las desviaciones ideológicas, las trancas

morales (¿?) y los prejuicios, y que a causa de estos pecados todas ellas están impedidas de convertirse en vanguardia revolucionaria. Todo esto nos parece palabrería fútil, pues las desviaciones ideológicas, las trancas morales

y los prejuicios, son elementos inherentes al ser humano, a la especie, en todos los tiempos, y no nos podemos pasar la eternidad explicando nuestras

penurias sólo por ellos. Ante todo, debemos esforzarnos por construir el socialismo en nuestras propias organizaciones, prefigurándolo desde ahora y

ventilando todas las debilidades y flaquezas fraternal, pero vigorosamente. Con relación al descrédito con que se muestra a los círculos de discusión política, recordemos que en Rusia, en el difícil período que va desde 1905 a

1917, es decir largos 12 años, fue en ellos que anidó la débil llama de la revolución;

d) Luego, aparecen las palabras mágicas: “Ellos [los caudillos o ‘patrones de fundo’] se nutren de las descalificaciones, de las injurias y vilipendios que lanzan contra aquellos militantes que les “roban protagonismo” o que

demuestran ser más consecuentes, más capaces y más ejecutivos que ellos en la realización de las tareas revolucionarias. (...) Muchas veces su conducta

política ha resultado mucho más dañina que las tareas de zapa de los agentes del enemigo, y siguen en nuestras filas sin que ninguno, hasta hoy, hayamos tenido la capacidad de neutralizarlos o derechamente expulsarlos de las filas

revolucionarias” (p 8 del TG). He aquí la tesis que nos permitiría acabar con todos nuestros males: BASTARÍA CON DETECTAR A ESTOS “CAUDILLOS”,

“QUINTA COLUMNAS” DEL ENEMIGO, PARA LUEGO NEUTRALIZARLOS Y FINALMENTE EXPULSARLOS, PERO CON DICHA ORIENTACIÓN MÁS BIEN OCULTAMOS LA NECESIDAD DE DAR UNA LUCHA MUCHO MAYOR EN

NUESTRAS ORGANIZACIONES Y EN NOSOTROS MISMOS; POR FAVOR, ¡DEJEMOS DE PURO MIRARNOS EL OMBLIGO!

IV.- NO LE ECHEMOS LA CULPA AL EMPEDRADO, PORQUE, ADEMÁS DE

COJOS, PODEMOS TENER CIERTO GRADO DE CEGUERA

El TG nos advierte de la existencia de una reactivación en algunos sectores de

trabajadores y del Pueblo. Por cierto que este proceso tiene un carácter más bien

recurrente, y en el cual juega un importante rol una delgada franja popular más consciente y que se encuentra inserta y movilizada en dichos sectores. Luego, el autor

Page 25: Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los Revolucionarios

plantea que esta reactivación se da en fracciones que tienen contradicciones con el

modelo económico, por lo tanto, se lamenta, es una lucha limitada a lo economicista. Coincidimos con que en una primera instancia esas movilizaciones tienen un

carácter de lucha economicista, pero debemos recordar que, a la par, es o debiera ser el primer paso en el proceso de la toma de conciencia de clase -el clásico paso de la clase en sí a la de clase para sí-. No obstante, han sido los Colectivos los que en cada

coyuntura y en los diversos planos de ella han planteado y practicado la lucha político-social-ideológica en contra del Estado capitalista, intentando elevar junto a los

movilizados el carácter de su enfrentamiento en contra del sistema de dominación y explotación. Mientras tanto, el reformismo obrero (PC), sus adláteres y el centrismo de la IR, ponen el acento sólo en la lucha económica y se limitan a ella, actitud muy

bienvenida por la patronal y el BP. Luego, el autor del TG procede a ponernos en alerta, pues ¡hasta en nuestras

propias filas! podemos hallar: Reformismo Obrero; Reformismo pequeño-burgués; Defensismo de izquierda, con posturas centristas; Radicalismo pequeño-burgués. Permítasenos unas palabras sobre este sensible tema.

No ahondaremos sobre el reformismo pequeño-burgués, fenómeno político representado por el Partido Radical, lo que fue el Partido Radical Social-Demócrata y

mucho antes, el Partido de Izquierda Radical, que durante la UP terminó en la Oposición. Creemos que hablar de este tipo de reformismo es anacrónico, pues si bien puede estar presente en algún sector de la Concertación, no es ni siquiera una fuerza

social pertinente. De cuando en vez aparecen con alguna ‘rectificación’ al alma de este conglomerado, sumándoseles algunos militantes del PS-PPD, todos conocidos como los

‘flagelantes’. Por lo tanto, en las filas de la IR no existe ni rastro de ese Reformismo. El Reformismo Obrero tiene su espacio político natural, agrupándose en torno al

PC. Hoy en día se ha visto reducido a éste, más la Izquierda Cristiana y el Partido

Humanista. Ellos rompieron el Juntos Podemos Más, al cual pertenecían también el PC-AP, fracciones del trotskismo, el MIR-Quilodrán y algunos Colectivos, incluidos la barra

“Los de Abajo”. Ese proyecto, antes de su quiebre, logró concitar cierto apoyo popular y aumentar su votación en las Municipales de 2004. En la dinámica social y política, gestada detrás del escenario puramente electoral, desde el Podemos se lograron crear

algunas vinculaciones hacia la IR, además de permitir la agitación pública de medidas insertas en un Programa no reformista. La decisión de la dirección del PC de apoyar a

Bachelet en la segunda vuelta presidencial, en una movida sectaria y aprovechada, creó una pequeña franja de descontentos al interior de ese Partido. Decir de inmediato

que pese a todo el daño corrientemente involucrado en las prácticas del Reformismo, en tiempos de crisis y derrota él permite aún mantener algunos espacios, levantar símbolos, tener contacto con las personas, con organizaciones y con las masas.

El Defensismo de izquierda con posturas centristas, estaría representado por aquellos que, desde una sospechosa ubicación dentro de la IR, condenan el legítimo

uso de la violencia popular, las acciones de los jóvenes anarquistas y a los Colectivos que privilegian la acción callejera y directa. Arriesgan ardorosos discursos rupturistas, mas, como dice el propio TG, postergan permanentemente las tareas revolucionarias.

Son aquellos que se apegan en forma ‘purista’ y agarrotada a los textos de los clásicos y que ven deformaciones ideológicas en todos aquellos que no aprendieron marxismo

vía Editorial Progreso. En una palabra, son un lastre y devienen en feroces canes ladradores cuando hay señales de que avanzamos.

Finalmente, acerca de la definición sobre el radicalismo pequeño-burgués

entregada por el TG, observamos la misma actitud subjetivista con que se refiere a la del reformismo pequeño-burgués, en cuanto a que ambas se basan en

descalificaciones personales antes que en la descripción de prácticas políticas. De lo que se trata, entrambos, es más bien un ataque muy personal y visceral del Autor en contra de los “caudillos” y sus “acólitos”. Para sustentar tales definiciones, el

compañero apela a la ‘extracción social’ de los que intenta ‘definir’, extracción que inherentemente, parece, viene asociada con una serie de epítetos, características y

actitudes, rematando su mañosa exégesis con un Lenin lanzafuego; ¿No será mucho, Compañeros? La ‘extracción social’ no es una determinante de clase, ni de la posición de clase. Eso lo indica toda la tradición marxista, LO INDICA TODA LA HISTORIA DE

LA LUCHA DE CLASES, menos, por supuesto, los sobrescritos manuales emanados de lo que fue el principal Estado Obrero Burocratizado. Recordemos que aplicar el

marxismo a través de citas y sin relación con la praxis, en una metodología escolástica, nos aleja del mismo. Por otro lado, repasando la definición entregada por el TG sobre el radicalismo pequeño-burgués (páginas 8-9 del TG), antes bien ella nos rememora lo

que ha sido la propia práctica estalinista. Debemos anotar que dos párrafos más delante de su insatisfactoria definición, el Autor nos notifica que el radicalismo

Page 26: Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los Revolucionarios

pequeño-burgués y el reformismo pequeño-burgués se tomaron de la mano y se

tomaron todas las dirigencias de la IR, para lo cual les habría ayudado en su complot una lucha de clases muy caprichosa y que existe como un espíritu o demiurgo fuera de

nosotros (aparte del hecho que se muestra muy chúcara y de difícil aprehensión por parte del mismo autor).

Creemos que, metodológicamente, la lucha de clases debe ser abordada en la

totalidad de sus causas, efectos e implicancias, y cuidarnos de transformarla en una especie de artefacto ajeno a la práctica concreta, en una entelequia o un artilugio que

sucede por fuera de esa praxis. Ella implica enfrentamientos de diversa especie, en diversos niveles y con diferentes instrumentos, implicando grupos humanos movidos por intereses de suyo particulares y contradictorios, y en un proceso en el tiempo y en

el espacio. Por esto, es necesario aclararle al Autor del TG, sin ánimo pedante o de superioridad, que así como profundizó bastante el “Qué hacer”, lo haga también con

“Clases sociales y poder político en el estado capitalista”, de Poulantzas y, por supuesto, con “Las luchas de clase en Francia”, de Carlitos. Con todo, sólo nos resta coincidir con el TG en la necesidad que sea a la luz de una ACTIVA LUCHA CLASISTA

desde donde extraigamos las lecciones de pasado, presente y futuro. Hemos dado otro extenso rodeo. Hemos definido someramente los ‘cuatro

elementos’ que, según el TG, minan la moral, la unidad, la propia existencia de los revolucionarios, llegando a la conclusión que sólo dos son reales y ocupan un espacio político y que los otros dos son entelequias, que no existen o sirven para tipificar

actitudes personales y no prácticas políticas. Todo éste circunloquio es fundamental pues, a continuación, el TG se enfoca a concluir que sólo la lucha de clases puede

darnos la coherencia de análisis -con lo cual estamos plenamente de acuerdo, pero con la salvedades mencionadas infra-, incluso se intenta en él una metodología de análisis para apreciar cómo se llegó a la derrota del MP y de la IR y a la crisis involucrada. En

términos generales y sintéticos, el CAD arriesga otro tanto desde “Preludio a la Fundación” hasta “Fundación e Imperio”

Finalmente, el autor del TG, ante los embrionarios niveles de una reactivación social mayor, nos convoca a la convergencia revolucionaria, reiterando el llamado a expulsar a los renegados pequeños-burgueses de las filas de los mismos.

Coincidimos en que hoy, producto del ajuste que sufre el sistema capitalista mundial, es posible que se puedan producir algunos estallidos sociales, PERO, para que

ello detone una crisis social y política nacional, resta un arduo trabajo de compartir las luchas populares, de educación y preparación de aquellos y aquellas llamados a la

transformación revolucionaria. UNA DURA TAREA A LA QUE ESTÁN LLAMADOS NO SÓLO LOS TRABAJADORES, SINO QUE TODO AQUÉL O AQUELLA QUE SABIÉNDOSE UN EXPLOTADO POR EL SISTEMA DE DOMINACIÓN CAPITALISTA TOME POSICIÓN EN LA

LUCHA POR EL SOCIALISMO.

V.- CONCLUSIONES, SIEMPRE PROVISORIAS Y SUJETAS A LA CRÍTICA

DE QUIEN LO DESEE HACER

La REFUNDACIÓN SOCIAL CAPITALISTA, soñada por los instigadores y

aprovechados del ‘golpe’, ha cristalizado en plenitud luego del 2000. El BP, donde la fracción monopólico-financiera dependiente impuso su hegemonía desde 1975,

institucionalizó y perpetúa su poder a través de la Constitución Política de 1980 y de todo el aparato jurídico-político creado al efecto. El funcionamiento del prohijado

modelo primario-exportador, con énfasis en las ventajas comparativas, le permite al BP avanzar cada día en el fortalecimiento y en la reproducción de su modelo de explotación y dominación. Nos permitimos aquí recordar aquellos análisis de los ’90

(porque análisis y debate hubo), en donde se creía percibir la necesidad de la fracción burguesa hegemónica de pasar a una fase secundario-exportadora, lo que al poco

andar se demostró carente de toda posible base en la realidad.

Esta RSC apuntó precisamente y con ‘rigurosidad científica’, como diría el TG, a

la transformación de aquellos y aquellas que en su momento fueron considerados las fuerzas motrices de la Revolución Socialista en Chile. Desde hace ya mucho tiempo, LA

FELICIDAD ES TENER; los chilenos prefieren ir a pasear al Mall; se celebra el ‘Día de’ cualquier cosa; se aspira a poseer todos los artefactos de la revolución científico-tecnológica; la cobertura escolar aumenta y el conocimiento disminuye; los medios de

comunicación entregan los paradigmas sociales a seguir; los ciudadanos que votan, cada vez que pueden despotrican contra los políticos, pero terminan votando por los

mismos; la solidaridad se encauza en la Teletón, obras de caridad, los pesos de los

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Supermercados; hasta la frase: “más malo que la comida de los perros”, ha

desaparecido, dando paso a un mercado para animales, que incluye comida, veterinarios, peluquerías y hoteles. En fin, y sobre todo, el crédito y el consiguiente

endeudamiento cubren esta REVOLUCIÓN DE LAS EXPECTATIVAS.

Podríamos continuar con muchos más elementos que impactaron en la

subjetividad de aquellos y aquellas llamadas a realizar las transformaciones revolucionarias. Ese proceso, efecto de la RSC, ha sido poco aquilatado por ambas

izquierdas. Se enfatiza la derrota del ’86 sólo a nivel de las representaciones políticas, de la derrota político-material, pero no con fuerza en el aspecto ideológico. Recordemos unas sabias palabras de ese viejo milico alemán, Von Clausewitz: LA

GUERRA LA GANA NO EL QUE ANIQUILA MÁS ENEMIGOS, SINO QUE EL QUE ES CAPAZ DE ARREBATARLE AL CONTRARIO LAS GANAS DE SEGUIR PELEANDO (Algo sabía el

viejito). Y eso precisamente fue lo que hizo y sigue haciendo nuestro enemigo de clase mediante su RSC: les quito a muchos las ganas de seguir peleando; de seguir jugando a lo perdido, como dice Silvio; terminó de transformar a varios reacios; les agotó los

sueños o los compró en módicas cuotas mensuales y muchos se rindieron para poder recuperar algo ‘del tiempo perdido’ en los “80.

Para esclarecer lo anterior, permítasenos unas palabras. Apuntamos en lo

ideológico al nivel del conjunto de ideas prácticas de los chilenos, además y más allá, a

su concepción del mundo, allí donde se da paso a las desviaciones ideológicas (desviaciones en su sentido más original, y no el despotrique personalista del TG).

Estas últimas, que existieron-existen, no son elemento suficiente para explicar el estado de dispersión actual. Creemos que necesariamente se debe atender al acumulado de cambios en las condiciones de vida material, tanto locales como en el

sistema capitalista mundial, para desde allí ir explicando los cambios en las mentalidades y saber cómo incidir en ellas. Por favor, recabemos mediante nuestros

instrumentos de análisis científicos en el contexto real, luego apliquemos la inducción para condensar nuestras tesis y contrastemos permanentemente estas en la realidad misma, la que ciertamente incide y modifica el imaginario colectivo, que es en donde

se gana o se pierde el esquivo apoyo popular para las causas más nobles. Lo demás es tiempo perdido y discusiones bizantinas (“pajeo” diríamos con el TG)

¿Quiénes harán la Revolución? El concepto de ‘fuerza social’ nos permite pasar al

de las famosas fuerzas motrices. En 1922, el PC definió a obreros y campesinos como las fuerzas motrices de la revolución. En 1933, el PS amplía estas al incluir a los trabajadores intelectuales. En 1965, el MIR señala que a aquellas se debía incorporar a

los Pobres del campo, la ciudad, las minas y los puertos. Durante la UP, la IC y el MAPU suman a los cristianos a la lucha por el Socialismo. Finalmente, el MOVIMIENTO

JUVENIL LAUTARO, desde 1986, incorpora también como fuerza motriz a la JUVENTUD. El MJL fue y esperamos que lo siga siendo, parte de la vanguardia revolucionaria, una fuerza capaz de instalar unas prácticas y un lenguaje renovadores dentro del campo de

los revolucionarios, siempre ellos tan serios, graves y adustos. LA ALEGRÍA, LA SONRISA, EL AMOR, LA HUMANIDAD, DEBEN SER COMPONENTES FUNDAMENTALES

DE LA CONTRAOFENSIVA DE CARÁCTER SOCIALISTA. Finalmente, acerca del tema, decir que existen ejemplos arquetípicos de hombres y mujeres que hoy ocupan cargos públicos en los gobiernos de mantención de la RSC y con ello desconciertan, pero, en sí

mismos, no constituyen fuerza social.

Recordamos la enjundiosa discusión desplegada en los “90, sobre el concepto de ‘SUJETO HISTÓRICO’. Hizo correr mucha tinta y saliva, en otra circunstancia que echa por tierra la tesis del autor, acerca que en 20 años en Chile habíamos guardado un

silencio muy parecido a la estupidez en lo que respecta a la discusión teórica. Decir, en todo caso, que la búsqueda del Sujeto Histórico fue infructuosa: algunos lo vieron en

los temporeros; otros dijeron que era el “Pueblo Pobre”; no faltó quien afirmaba que eran todas las minorías discriminadas, juntas y revueltas, etc.

Como propuesta frente a esta temática, el CAD expresa: las fuerzas motrices en Chile siguen las mismas. En ellas, obviamente y atendiendo a los objetivos históricos

de esta larga lucha, los trabajadores deben tener la hegemonía. PERO, EN EL MOMENTO ACTUAL, NUESTRA CONVOCATORIA PARA CONSTITUIR FUERZA SOCIAL REVOLUCIONARIA DEBE SER ABIERTA A TODO AQUÉL O AQUELLA QUE ASUMIENDO

SU CARÁCTER DE EXPLOTADO POR PARTE DEL SISTEMA DE DOMINACIÓN CAPITALISTA Y QUE LUCHE EN POS DE UNA SOCIEDAD SOCIALISTA SUSTENTADA EN

Page 28: Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los Revolucionarios

EL PODER POPULAR, PUEDE Y DEBE SER CONSIDERADO/A PARTE DEL CAMPO DE LOS

REVOLUCIONARIOS.

Permítasenos unas breves palabras acerca de la Historia de la formación de la IR en Chile. En 1965, confluyeron trotskistas, anarquistas, viejos y honestos sindicalistas, ex militantes de la IT, etc., para dar vida a un PR, el MIR, el cual fue la cristalización de

una FSR que aparece en los “50. Es cierto, el “67 se expulsó a los trotskistas, pero se mantuvieron, en gran medida, los aportes del creador del Ejército Rojo y lúcido teórico

de la Revolución Permanente. El FPMR nace formalmente a fines de 1983 como una decisión política del PC y desde un principio fue capaz de cautivar a muchos militantes del PC, que vieron en él la posibilidad de volcar sus anhelos revolucionarios, los que

rezan en la Declaración de Principios de ese Partido. El MJL nace al calor de las protestas de los “80, a instancia política de un pequeño sector escindido del MAPU

oficial y que quería radicalizar la lucha en contra de la DM. Existen sectores dentro del actual PS que, hasta principios de los “90, se agrupaban en orgánicas más ofensivas y consecuentes, que fueron conocidas como Allendistas, Dirección Colectiva y de los

Unitarios. Muchos de sus militantes ingresaron a continuación al PS de la Concertación, sin embargo, en muchas poblaciones, es posible establecer trabajo político-social-

ideológico con elementos provenientes de esas vertientes políticas.

En la pléyade de los Colectivos surgidos en estos 20 años, es posible rastrear las

vertientes que fueron dando vida a esa IR, siendo por ello portadores de la rica praxis de esta. Debiéramos, aquellos que estamos por el cambio social profundo en Chile,

avanzar en la unidad de las actuales ramificaciones de la IR, de los Colectivos, de los militantes descontentos con las direcciones del PC y del PS; de los jóvenes activos político-sociales inorgánicos; además, como ya lo dijimos, debemos sumar a los

sectores estalinistas y a sus antagonistas trotskistas, que consecuentemente, sin sectarismos chatos ni prácticas extemporáneas, efectúen su importante aporte. Lo

mismo vale para los anarcos. En fin, debemos allanarnos a la unidad más amplia y profunda de las fuerzas que están por la justicia social y por el fin de la explotación en nuestro país.

Los Colectivos somos expresión orgánica y política de estos tiempos de derrota

del MP y de la IR, con todo lo que ello implica, para bien o para mal. Somos instancias de respuesta inmediata o de mediano plazo a los requerimientos de la lucha de clases,

incidiendo en esta desde diferentes frentes y niveles del enfrentamiento. No somos instancias perennes y que se crean a sí mismas como depositarias de la sacra verdad. EXISTIMOS Y SEGUIMOS DÁNDOLE AL SISTEMA, CON LA SEGURIDAD QUE PODEMOS

CONTRIBUIR A LA CONFORMACIÓN DEL PR, ESE QUE MUCHOS ANHELAMOS NO SÓLO COMO UNA NECESIDAD ‘RIGUROSAMENTE CIENTÍFICA’, SINO PORQUE LA VIDA,

TODAS NUESTRAS VIDAS, LO DEMANDAN.

Es cierto. En muchos Colectivos podemos encontrar “caudillos”, “vacas

sagradas”, “figurones”, ello dicho primorosamente. Pero, tampoco es nueva esta situación. En el acto de recordación junto a la tumba de Miguel Enríquez, con el que se

remata la gran marcha del ‘11’ en Santiago, –actividad iniciada hace unos cinco años por un gran número de Colectivos-, es posible apreciar a algunos de ellos, que hacen latamente uso de la palabra, ¿O es qué acaso ellos no caben en la definición entregada

por el Autor del TG? Al principio los discursos eran plenos de integración y de respecto revolucionarios, pero, desde un tiempo a esta parte, algunos ‘caudillos’ se han

apropiado de esa pequeña tribuna. El punto es que no caen en cuenta que alejan más que arriman gente a sus proyectos, pero también se hace necesario que aquellos que somos los más, los que desean la unidad de los que luchan, empiecen a aclararles las

cosas.

La problemática planteada por el TG, acerca de las dificultades en la integración de los jóvenes activos a una instancia más orgánica de IR, no es ni puede ser generacional, pues bastaría con un pequeño núcleo de viejos militantes que encuentren

consenso en parte importante de la nueva generación y asunto resuelto. Esa disyuntiva entre los antiguos militantes y los nuevos contingentes nos debe interpelar con

respecto a qué queremos construir en conjunto y de existir tal dilema creemos que se puede resolver como se da al interior de varios Colectivos, de una manera dialéctica y en la práctica. Todas las hornadas de revolucionarios/as tienen mucho que decir,

mucho que aportar.

Page 29: Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los Revolucionarios

El proceso de conformación de la vanguardia ha de ser un proceso de larga data

y maduración, sobre todo luego de una derrota tan grave como la ocasionada al MP. En el caso Ruso, se extendió desde la derrota de 1905 y hasta poco antes del victorioso

alzamiento de octubre de 1917. Sin embargo, debemos apuntar que ellos contaban con dos genialidades: LENIN Y TROTSKY. En cambio, nosotros, aparte de carecer de líderes de esa envergadura, en la actualidad enfrentamos muchos y serios obstáculos: el

sectarismo, enfermedad ya clásica en el conjunto de la izquierda; un excesivo teoricismo, que muchas veces nos imposibilita la lucha política práctica y que nos aleja

de aquellos que son los llamados a engrosar las filas de la FSR; nos falta, entonces, educación, pedagogía, lucidez, paciencia, para crear cada vez más conciencia. Existen más obstáculos, pero su planteamiento y superación corresponde al conjunto de los

revolucionarios.

La coordinación de los Colectivos es una tarea prioritaria. Ella se debe plantear en función de un trabajo común, mancomunado, que nos permita potenciar nuestras fuerzas, irradiar nuestras ideas, escalar en el incremento de la escasa FSR. Además,

continuará siendo fundamental el trabajo en la localidad, cubriendo las problemáticas locales, sectoriales, enlazándolas entre sí y con las problemáticas nacionales. Esta

coordinación debe superar el ‘presentismo’, es decir, esa lucha que se desgasta en luchas parciales, focalizadas, aún cuando tampoco nos podemos restar ante estas luchas, pero nuestro objetivo en ellas será siempre darles continuidad y llenarlas de

contenidos políticos más ofensivos.

Un gran debate que debemos dar es cómo esta coordinación establece como estrategia, para un largo período, el asumir todas las formas de lucha y que vayan allanando el camino para otras más efectivas: levantar centros culturales, centros

juveniles, participar en las juntas de vecinos y en las organizaciones de los trabajadores (y en sus acciones de descontento), construir preuniversitarios populares

y toda instancia de instrucción en cada localidad, trabajo directo con los niños. Aunar financiamiento y editar publicaciones de calidad, teórico-pedagógicas, de bajo costo y aprovechando todos los medios de difusión. Implementar campañas de agitación y

propaganda, de impacto no sólo estético, sino que ideológico-político; ayudar a organizar en cada pobla el combate a los narcos que envenenan a nuestra juventud y

al lumpen que roba a los que ya son despojados. Seguramente, en el despliegue de una firme coordinación y con la realización de todo este gran quehacer, estaremos

dando pie a la conformación del PR, ese que debe servir de crisol y síntesis de todas las luchas y potenciarlas hacia la victoria.

Se vuelve necesario decir algo respecto del ámbito electoral. Sabemos que este tema es sensible para muchos revolucionarios, que ven en ella una mera práctica

reformista (decisiva es la consigna del GAP: “Si el voto sirviera de algo, estaría prohibido”). Nosotros no participamos ni llamamos a participar en ellas al pueblo. No obstante, detrás de las campañas electorales de la IT hay un espacio que puede y debe

ser utilizado como una táctica y no como una estrategia, sobre todo en un país electoralista como Chile y donde aún nos encontramos en un serio reflujo del MP. No

debiéramos quedarnos con el puro dato que señala que gran número de jóvenes no están inscritos o que votan nulo, PUES ESA PORCIÓN NO ES UNA FUERZA SOCIAL PERTINENTE; es decir, no se le puede sumar mecánicamente al campo de los

revolucionarios. No perdiendo de vista que la práctica electoral más que cuestionar al Estado Capitalista lo fortalece y sin hacer profesión de fe de lo electoral, aprovechemos

los intersticios que se crean para generar vínculos, abrir la discusión, empujar a los reformistas. Respecto de estar en todos los espacios, aún sin ser de nuestra devoción, recordemos que a mediados de los “80 la OB implementó en varias poblaciones la

realización de ‘Cabildos Populares’, como táctica para divulgar su vergonzante programa. La IR no cedió el espacio que se creaba y participó en dichas instancias en

la medida de sus débiles fuerzas, haciendo agitación de su propio programa y dándoles un contenido plenamente anti-DM. Más o menos, de esto es de lo que hablamos respecto a aprovechar los espacios que se abren por abajo en tiempos de elecciones,

para agitar allí nuestras propios programas y radicalizar todas las demandas que necesariamente aparecen durante su trascurso.

Page 30: Contribución a la Búsqueda de la Convergencia de los Revolucionarios

Finalizamos estas conclusiones saludando la articulación del Frente por el Rechazo, instancia que puede operar como polo de reagrupación de los diversos

sectores de la IR. Es titánica la tarea que nos toca en suerte, la que se reinicia cada día, y a ella están convocados/as todos y todas. Vayamos adelante, entonces, discutiendo todo lo que haya que discutir, confrontando nuestras posiciones en la

práctica misma, puteándonos si fuere necesario, pero uniendo y uniéndonos por el Amor a la Humanidad, ¡el que no nos pueden ni nos podrán arrebatar jamás!

¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!

ESTE TRABAJO ESTÁ DEDICADO A LA MEMORIA Y AL EJEMPLO DE:

NELSON GUTIÉRREZ, QUIEN FUERA UN DESTACADO DIRIGENTE DEL MIR. SU

RESPONSABILIDAD EN EL QUIEBRE DE ESE PARTIDO NO INVALIDA SU

CONTRIBUCIÓN EN EL PROCESO REVOLUCIONARIO CHILENO;

GUILLERMO BILLEKE, EL BYLLY, JOVEN COMPAÑERO QUE APORTÓ A LA

LUCHA DE LOS REVOLUCIONARIOS, COMO UN ACTIVO ESTUDIANTE DE

PEDAGOGÍA EN HISTORIA Y GEOGRAFÍA EN EL PEDAGÓGICO Y COMO MILITANTE

DEL CORDÓN POPULAR DE EDUCACIÓN;

JOSÉ AMIGO, EL MALITO, Y LUIS BARRA, ALEJO O ALEJANDRO,

INOLVIDABLES Y ENTRAÑABLES COMPAÑEROS, CAÍDOS JUNTOS EN COMBATE

HACE 22 AÑOS. SU CONSECUENCIA Y TERNURA NOS ALIENTA EN LA ÁSPERA

SENDA QUE CONDUCE AL SOCIALISMO.

COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA

OCTUBRE-NOVIEMBRE DE 2008

MESES DE MIGUEL, EL CHE Y LA REVOLUCIÓN RUSA