Control Biologico

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE NICARAGUA-LEON FACULTAD DE CIENCIAS TECNOLOGÍAS CENTRO UNIVERSITARIO REGIONAL (CUR-SOMOTO) Curso: Control biológico de Plagas. Elaborado por: Ing. José Gabriel Delgado M. Somoto, Nicaragua, 2011.

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Control biologico de plagas insectiles en los sistemas de produccion agricolas.

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE NICARAGUA-LEON

FACULTAD DE CIENCIAS TECNOLOGÍAS

CENTRO UNIVERSITARIO REGIONAL

(CUR-SOMOTO)

Curso: Control biológico de Plagas.

Elaborado por: Ing. José Gabriel Delgado M.

Somoto, Nicaragua, 2011.

CONTROL BIOLÓGICO

1. Introducción

El control de plagas con productos químicos es cada vez más complicado. La exigencia por los consumidores en la reducción de la aplicación de estos productos es cada vez más notable. Los productos agroquímicos no siempre dan buenos resultados, por lo que, se presta hoy día, mucha importancia a una agricultura más biológica.

Para iniciar una lucha biológica, se debe reducir las aplicaciones de pesticidas durante un tiempo determinado y estando el agricultor obligado a aceptar la no venta de sus productos hasta alcanzar una producción controlada biológicamente.

En el control integrado de plagas se trabaja de diferente forma. Se recomienda dejar de curar contra plagas y actuar de forma preventiva. El control biológico es el empleo de otros insectos depredadores para combatir las plagas, de forma que, así se evita o reduce el empleo de plaguicidas que dejan residuos tóxicos en los frutos y plantas y son puros venenos para la salud humana.

El empleo de organismos beneficiosos (polinizadores, depredadores y parasitoides) en los últimos años ha demostrado su utilidad en la mejora de la calidad de los productos hortícolas, y en el control de plagas en los cultivos protegidos.

Por ello, el Control Biológico es junto con las medidas preventivas y culturales, y el uso racional de productos químicos, uno de los componentes fundamentales del Control Integrado de Plagas. A lo largo de este curso se exponen de forma clara y amena todos aquellos conceptos relacionados con el manejo de enemigos naturales para el control de agentes causantes de daño. Se estudiarán los diferentes grupos de enemigos naturales, así como los mecanismos de que disponen para ejercer su control sobre los artrópodos plaga.

Este curso pretende ser una herramienta imprescindible para todo tipo de personas interesadas en el Control Biológico de Plagas, con diversos niveles de conocimientos, incluidos los agricultores que pretendan practicarla, así como técnicos y estudiantes.

2. Definiciones de control biológico

* El control biológico es un método de control de plagas, enfermedades y malezas que consiste en utilizar organismos vivos con objeto de controlar las poblaciones de otro organismo. (es.wikipedia.org/wiki/Control_biológico)

* Toda actividad de una especie que reduce los efectos adversos de otra. (urbanext.illinois.edu/veggies_sp/glossary.html)

* Uso depredadores naturales, parásitos o virus para controlar poblaciones de parásitos, malas hierbas y otras plagas. Represión de plagas mediante enemigos naturales, es decir, mediante la acción de predadores, parasitoides y patógenos. (www.peruecologico.com.pe/glosario_c.htm)

* Es la utilización de parásitos, depredadores, competidores o enemigos naturales para regular las poblaciones de animales e insectos plagas y mantener las poblaciones de éstos a un nivel que no causen perjuicios significativos. (www.leyes.com.py/documentaciones/diccionarios/ecoambiental/i…)

* Técnica de la Higiene Industrial paralela al Control Ambiental para intentar valorar su efectividad y que se utiliza en la Vigilancia Individual de la Salud de los Trabajadores como una de las posibles utilizables exploraciones instrumentales de análisis por laboratorio bioquímico. (www.prevencionintegral.com/documentos/salud/GlosarioVig.ht…)

* Diferentes organismos que su función es controlar a otros organismos que son nocivos a los humanos. (ns.marn.gob.sv/cd1/Educación/guías/guia2/glosario.doc)

* Mecanismo natural o artificial por el cual se mantienen estables las condiciones necesarias para que exista un equilibrio en una comunidad dada o para combatir plagas que afectan al hombre. (www.opepa.org/index.php)

Hay varios insectos que son beneficiosos. Estos insectos comen las plagas de los cultivos y no el cultivo. También hay hongos que atacan plagas y otras enfermedades de los cultivos. Hay un ejemplo de un producto beneficial que se vende en el mercado (Bacillus thuringiensis) conocido por Dipel. En el control cuenta biológico, hay que saber cual son beneficios y cuales son malos. Tomar en cuenta los benefíciales en la recomendación de control de plagas y enfermedades. Otra parte de control biológico es conservar y aumentar los niveles de los benefíciales. Un ejemplo es dejando crecer plantas que los benefíciales le gusta. A veces gente aplica los benefíciales vivo o por huevos en un campo. Él más importante es calcular cuantos benefíciales, que tipos hay, y que potencial ellos tiene a controlar los plagas o enfermedades solos antes de recomendar otro método de control.

3. Aparición del fenómeno plaga

Desde sus inicios, la evolución de la especie humana estuvo íntimamente ligada al medio natural en el que se desarrollaba su vida. Esta interacción con el entorno aportó al ser humano suficiente conocimiento empírico de su hábitat como para procurarse alimentos, mayoritariamente vegetales, base de su subsistencia. Durante el extenso periodo Paleolítico, las sociedades humanas eran básicamente recolectoras. Según John Zerzan en El Futuro Primitivo, antes de la invención de la agricultura, la existencia humana estaba basada en el ocio, en la interacción con la naturaleza, en la sabiduría sensual y en la igualdad entre sexos, donde se recolectaban alimentos que se compartían y repartían. Sin embargo, a finales del Paleolítico Superior, hace aproximadamente 15.000 años, aparece otra actividad humana, la caza, y comienza a observarse en algunos grupos humanos una recolección de plantas más especializada. Esto, junto a la aparición de actividades simbólicas (artísticas y rituales), marca el origen de la transición hacia la “civilización” como hoy en día la conocemos.

3.1 Naturaleza domesticada

El inicio de la cultura simbólica, transformada por su necesidad de manipular y de dominar, abrió la vía a la domesticación de la naturaleza. Durante el Neolítico, hace 10.000 años, el ser humano comenzó la actividad agraria, sembrando y cultivando algunas hierbas, raíces y arbustos.

En contraste con los humanos recolectores del Paleolítico que se alimentaban de varios miles de plantas diferentes y compartían los recursos, la agricultura redujo notablemente las fuentes de aprovisionamiento de los humanos del Neolítico. Este hecho dio como resultado la aparición del sentido de la propiedad, la creciente división de trabajo, el establecimiento de una jerarquía social y el inicio de la destrucción de la naturaleza.

Después de dos millones de años de vida humana respetando el medio natural y en equilibrio con otras especies, la agricultura modificó toda nuestra existencia, nuestra manera de vivir y nuestro entorno. Vista la actividad agraria desde esta perspectiva

dominante y exigente con el medio ambiente, alejada del antropocentrismo habitual, nos podemos entonces preguntar: ¿Por qué la agricultura ha triunfado y sigue practicándose en nuestros días?

La respuesta inmediata a esta pregunta sería de nuevo antropocentrista, esto es, la explotación de plantas y animales permite alimentar a la especie humana en creciente expansión. Sin embargo, según el Primer Informe de la FAO sobre el hambre en el mundo, más de 800 millones de personas padecen hambre o desnutrición por lo que, con este argumento, no queda justificada su práctica.

Según Zerzan (El Futuro Primitivo) el triunfo de la agricultura se debe a que implica dominación y continuamente genera y exige su reforzamiento, es decir, la voluntad de producir ha sido más productiva cuanto más se ejercita eficazmente. Sea como fuere, desde hace muchos miles de años, la agricultura ha tenido implicaciones sociales y ambientales en nuestra existencia, y es una actividad creciente en nuestros días.

Es evidente que su práctica ha inducido un cambio en la composición de los ecosistemas naturales, sustituyendo especies vegetales autóctonas por otras alóctonas, alterando el flujo de materia y energía propia de los ecosistemas sin perturbar. Esto ha provocado el incremento de algunas especies más generalistas, que denominamos plagas, y que se adaptan y proliferan por la presencia de un recurso trófico abundante al que llamamos cultivo

3.2 La plaga como amenaza

El concepto de plaga tiene, de nuevo, un sentido marcadamente antropocéntrico puesto que se aplica a todo aquello que produce daño al ser humano (Selfa y Anento, 1997), estableciéndose umbrales, generalmente de tipo económico, por encima de los cuales la población se considera perjudicial, por lo que entonces “plaga es todo lo que el ser humano considera que sea plaga” (Rey, 1976).

Según la FAO, plaga es toda aquella “especie, raza o biotopo vegetal o animal o agente patógeno dañino para las plantas o productos vegetales”.

Desde este punto de vista, la propia humanidad constituye una plaga (figura 2), ya que altera y extingue la Biodiversidad y amenaza con la destrucción de la biosfera, e incluso, de su propia supervivencia (Rey, 1976).

A pesar de que plaga puede ser cualquier especie animal o vegetal, el concepto se asocia casi exclusivamente a los insectos (figura 3).

Esto puede deberse a que en todos los ecosistemas, incluidos los agrícolas, las cadenas tróficas que comprenden plantas verdes, insectos herbívoros e insectos parasitoides, representan aproximadamente la mitad de la biodiversidad de metazoos (Strong, et al, 1984; Price, 1980), lo que hace de los insectos uno de los grupos zoológicos más diversos y mejor representado de nuestro planeta.

Si analizamos más detenidamente la aparición del fenómeno plaga, existen variables que regulan sus poblaciones, estas son, el potencial biótico (capacidad reproductiva de una especie) y la resistencia del medio (factores abióticos que disminuyen la capacidad reproductiva). La relación entre ellas nos indicará la abundancia poblacional de una especie dada. Cuando la resistencia del medio disminuye, se incrementa el potencial biótico y con él la abundancia de insecto, apareciendo la plaga (figura 4) (Barrientos, 1997; Selfa y Aneto, 1997).

Han sido muchos los métodos usados para el control de plagas, los más antiguos y simples son los mecánicos, donde el impacto ambiental era prácticamente nulo. Estas técnicas se basaban en disminuir el potencial biótico de la especie aumentando la resistencia del medio de forma manual, destruyendo huevos, larvas o plantas ya infestadas.

En ciertos casos, como en pequeños cultivos, el control mecánico puede aplicarse con relativa eficiencia, sin embargo, en cultivos extensivos los métodos mecánicos están desechados, siendo los agentes químicos los más extendidos.

Los productos químicos de síntesis, llamados plaguicidas o insecticidas, son los más usados (figura 5 y 6), algunos de ellos como el DDT, fueron prohibidos hace ya varias décadas por su persistencia en el medio.

Es evidente que la utilización masiva de estos productos podría producir la extinción de especies, y con ella, una pérdida irreversible de biodiversidad. El balance entre control de plagas con insecticidas de síntesis y el deterioro ambiental se inclina hacia el segundo término, esto es, mientras que la disminución de las plagas no es progresiva de un año a otro, la pérdida de biodiversidad sí lo es, esto podría deberse a la resistencia que algunas especies desarrollan ante el plaguicida.

3.3 Polémico uso de insecticidas

Esta degradación ambiental que supone el uso de insecticidas de síntesis ya fue denunciada por Rachel Carson en su libro Primavera silenciosa. Desde entonces no ha cesado la

polémica a cerca de estos productos, abordándose estudios sobre su uso y su toxicidad que permitan establecer el modo de aplicación más óptimo y menos agresivo para el entorno. Surgió entonces el concepto de “lucha dirigida” que consiste en el conocimiento de la evolución de las plagas y en la determinación del momento más idóneo de aplicación del producto químico. Esto permitió reducir la cantidad de plaguicida y con ello disminuir el impacto ambiental y económico. Aunque la lucha dirigida supone un gran adelanto, no elimina todos los inconvenientes de la utilización de los productos fitosanitarios.

Se comenzó a hablar entonces de la “lucha integrada” que considera el fenómeno plaga dentro de un contexto ecológico amplio (Vives de Quadras, 1988). Según la Organización Internacional de Lucha Biológica (O.I.L.B) se entiende como “lucha integrada” aquella que pretende el control de organismos “nocivos”, utilizando métodos que minimicen tanto el impacto ambiental como el gasto económico que se deriva de un tratamiento masivo con plaguicidas convencionales.

La adopción de este método de lucha pretende, por tanto, integrar todos los métodos posibles para reducir el deterioro ambiental, controlando únicamente la proliferación de las especies que dañan los cultivos, sin que el tratamiento empleado afecte al resto de la fauna de artrópodos, entre las que podrían encontrarse insectos beneficiosos tales como los polinizadores o incluso los propios enemigos naturales (depredadores y parásitos) de las plagas que pretendemos controlar.

La estrategia para la lucha integrada con insecticidas biorracionales es el último paso en el control de plagas de insectos. Se basa en los mecanismos fisiológicos y de comunicación química entre insectos, activados por hormonas (ecdisona, hormona juvenil) y feromonas respectivamente. Estos mecanismos inciden directamente sobre el desarrollo del insecto induciendo o inhibiendo mudas o desencadenando un tipo determinado de comportamiento sexual, gregario o de ovoposición, estimulado por la liberación de feromonas al medio.

Las feromonas pueden ser usadas como insecticidas biorracionales. Estas moléculas liberadas al medio son capaces de desencadenar una modificación del comportamiento sobre otros miembros de la misma especie, de esta manera se puede diseñar una estrategia de “manipulación” del comportamiento de la plaga. Además su gran especificidad disminuye el impacto ambiental sobre otros organismos, y al tratarse de moléculas naturales, propias del insecto que se pretende controlar, no se desarrolla resistencia.

Otras formas de control de plagas que permitan la preservación del medio ambiente deben ser estudiadas y analizadas. El ser humano actual se encuentra en una encrucijada donde no hay vuelta atrás. Los bosques ya están talados, las selvas ya están deforestadas, los campos ya están sembrados. No se puede cambiar el pasado, ni predecir el futuro, pero, si realmente nos consideramos merecedores de nuestro calificativo de Homo sapiens, tendremos que ser

capaces de vivir el presente con la sabiduría que nos aportan dos millones de años de evolución para construir un futuro en equilibrio con el planeta que nos dio la vida.

4. El control biológico

El control biológico es un método de control de plagas, enfermedades y malezas que consiste en utilizar organismos vivos con objeto de controlar las poblaciones de otro organismo.

Hay que tener en cuenta que su uso ha tenido significados diferentes a lo largo del tiempo; así, los fitopatólogos han tendido a usar el término para denotar métodos de control que incluyen rotación de cultivos, alteraciones del pH del suelo, uso de enmiendas orgánicas, etc. (Baker, 1985; Schrot & Hancock, 1985); otros investigadores diferencian un control biológico clásico del control biológico moderno donde se incluyen las técnicas de control por interferencia. Sin embargo, la definición más aceptada en la actualidad es la que han utilizado tradicionalmente los entomólogos: Es un método agrícola de control de plagas (insectos, ácaros, malezas, enfermedades de las plantas, etc.) que usa depredadores, parásitos, herbívoros u otros medios naturales. Puede ser un componente importante del control integrado de plagas y es de gran importancia económica para la agricultura.

5. Tipos de plagas

• Endémica: Esta presente en una región en gran numero y siempre aparece como una amenaza importante para la producción de un cultivo dado. Ej. Mosca blanca en frijol.

• Esporádica Aparece con alguna frecuencia y puede no causar serios daños a la agricultura de una zona. Ej. Trichoplusia ni en algodón.

• Ocasional Aquella que por condiciones ambientales especiales puede hacer aparición fugaz causando daños importantes. Ej. Blissus leucopterus en pastos.

• Inducida Una plaga “hecha” por la humanidad como resultado de un mal manejo. Ej. Minadores de frijol (excesivo uso de plaguicidas contra mosca blanca)

• Clave Es la especie que tiene mayor importancia económica en el cultivo. El insecto que representa la mayor amenaza para la producción en una región. Aparece año tras año en poblaciones altas siempre como factor crucial

6. Ventajas e inconvenientes del control biológico

6.1. Ventajas del control biológico.

La incorporación del control biológico, es un medio de lucha integrada respetando el medio ambiente, debido a que no se emplean insecticidas, lo que da más seguridad, evitar estos productos tóxicos para la salud humana.

El método de control biológico impide las poblaciones de parásitos en las plantaciones agrícolas y por consiguiente la pérdida de altos niveles de producción

El uso de productos biológicos ya viene ajustados al tipo de parásito y llegan a matar una amplia gama de insectos y no producen daño a los insectos benignos.

6.2. Inconvenientes del control biológico.

El control biológico requiere mucha paciencia y entretenimiento y un mayor estudio biológico.

Muchos enemigos naturales son susceptibles a pesticidas por lo que su manejo debe de ser cuidadoso.

Los resultados del control biológico a veces no es tan rápido como se espera, ya que los enemigos naturales atacan a unos tipos específicos de insecto, contrario a los insecticidas que matan una amplia gama de insectos.

7. Métodos del control biológico

El concepto de control biológico hay que diferenciarlo del control natural, que es el control que sucede en las poblaciones de organismos sin intervención del hombre y que incluye además de enemigos naturales la acción de los factores abióticos del medio. Por ello hay que entender el control biológico como un método artificial de control que presenta limitaciones especialmente en cuanto al conocimiento de los organismos afectados, lo que trae consigo una serie de ventajas e inconvenientes en su aplicación, sobre todo si se relaciona con los métodos químicos de control. Entre los inconvenientes más importantes se encuentran:

1. Normalmente su aplicación requiere un planteamiento y manejo más complejo, mayor seguimiento de la aplicación, y es menos rápido y drástico que el control químico.

2. El éxito de su aplicación requiere mayores conocimientos de la biología de los organismos implicados (tanto del agente causante del daño como de sus enemigos naturales).

3. La mayoría de los enemigos naturales suelen actuar sobre una o unas pocas especies, es decir son altamente selectivos. Esto puede resultar una ventaja (como se comentará a continuación) pero en ocasiones supone una desventaja al incrementar la complejidad y los costes derivados de la necesidad de utilizar distintos programas de control.

A pesar de ello, también presenta una serie de ventajas que hace que este tipo de control se convierta en uno de los más importantes para la protección fitosanitaria. Entre ellas se pueden destacar (Barrera, 2006):

1. Poco o ningún efecto nocivo colateral de los enemigos naturales hacia otros organismos, incluso el hombre.

2. La resistencia de las plagas al control biológico es muy rara.

3. El control es relativamente a largo término, con frecuencia permanente. 4. El tratamiento con insecticidas es eliminado por completo o de manera sustancial. 5. La relación costo/beneficio es muy favorable. 6. Evita plagas secundarias. 7. No existen problemas de intoxicaciones. 8. Se le puede usar dentro del Manejo integrado de plagas (MIP).

7.1 Estrategias de control biológico

El control biológico puede llevarse a cabo a través de manera intencional, directa por parte del hombre o bien a través de acciones indirectas mediante el manejo de las interacciones existentes en el agro ecosistema.

La lucha contra la mosca del olivo, Bactrocera oleae, por medio de una serie de agentes parasíticos proporciona ejemplos de una variedad de controles biológicos.

Caben distinguir tres estrategias básicas de aplicación del control biológico: importación e incremento, como resultado de la intervención directa del hombre y conservación como resultado de acciones indirectas. Algunos autores (Dent, 1995) definen dos estrategias adicionales al considerar al mismo nivel que las anteriores las estrategias de inoculación e inundación; sin embargo en este caso se va a seguir el esquema clásico, por lo que se considerarán estas dos últimas como tipos especiales dentro de la estrategia de incremento.

Larva de la mariquita Harmonia axyridis depredando a los áfidos fitopatógenos Eriosoma lanigerum.

7.1.1 Importación

Se puede decir que el control biológico inicia su desarrollo con el éxito obtenido en 1880 tras la importación a EE. UU. Desde Australia del coccinélido Rodolia cardinalis para el control de una plaga exótica en América, la cochinilla acanalada Icerya purchasi. De esta forma se plantea la estrategia de importación como la introducción de un enemigo natural para el control de un agente exótico productor de daños. A pesar de la aparente sencillez del

planteamiento, su puesta en práctica requiere una serie de pasos, en ocasiones sumamente especializados.

Desde entonces, ha sido la técnica más frecuentemente utilizada contra plagas introducidas en nuevas áreas y establecidas de forma permanente sin un complejo de enemigos naturales asociado; habiéndose introducido tanto invertebrados como vertebrados, así como también microorganismos en áreas agrícolas, naturales y urbanas.

La principal ventaja de esta estrategia de control biológico es la posibilidad de obtener niveles de control permanentes, resultando, a pesar de la inversión inicial, una relación costo/eficacia muy favorable, que algunos autores estiman en una proporción de 30:1 (Cate, 1990), la más alta obtenida en cualquier sistema de control de organismos perjudiciales.

Recientemente, se está sugiriendo e incluso aplicando esta estrategia para el control de organismos perjudiciales nativos que no presentan enemigos naturales eficaces o cuando el control natural no es capaz de limitar las poblaciones a las densidades requeridas por la agricultura intensiva. Sin embargo en la actualidad se discute la inconveniencia ecológica de introducir especies en lugares donde antes no existían. Por ello, la técnica clásica de importación sólo debe aplicarse para el control de organismos nocivos foráneos habiendo realizado previamente serios estudios ecológicos con objeto de evitar desplazamientos de los enemigos naturales autóctonos.

7.1.2 Incremento

La estrategia de incremento consiste en aumentar artificialmente la población de enemigos naturales con objeto de producir una mayor tasa de ataque y con ello una disminución de la población del agente productor de daños; esta estrategia tiende a ser utilizada en situaciones donde el control natural está ausente o se encuentra a niveles demasiado bajos para ser efectivos.

Tradicionalmente, ha sido una técnica considerada prohibitiva en la mayor parte de las aplicaciones debido al elevado costo de producción y aplicación de las liberaciones de enemigos naturales; sin embargo, cada vez más aparecen empresas especializadas o administraciones públicas que ofrecen el material dispuesto para su liberación o aplicación a un costo que lo hace perfectamente viable. El gran éxito de esta técnica surge con los cultivos protegidos debido a que son sistemas cerrados, con problemas constantes, ambiente controlado y producción elevada tanto en cantidad como en valor económico.

En función de las características de aplicación y planteamiento del control es posible diferenciar dos tipos fundamentales: inoculación, con finalidad preventiva; e inundación, con finalidad curativa.

7.1.2.1 Inoculación

La inoculación es una estrategia utilizada cuando es posible una cierta permanencia del enemigo natural en el cultivo pero que es incapaz de vivir sobre él de forma permanente. Las liberaciones inoculativas se hacen al establecimiento del cultivo para colonizar el área durante el tiempo de permanencia del cultivo (o estación climatológica) y de esta forma prevenir los incrementos de la densidad del agente perjudicial.

7.1.2.2 Inundación

La estrategia de inundación consiste en liberaciones de un número muy elevado de enemigos naturales nativos o introducidos, generalmente patógenos, para la reducción de la población del agente dañino a corto plazo cuando la densidad alcanza niveles de daño económico. Esta estrategia es muy similar a la aplicación de productos fitosanitarios tanto en sus objetivos como en su formulación y aplicación.

7.1.3 Conservación

La estrategia de conservación de enemigos naturales es la menos estudiada y la más compleja de las estrategias de control biológico, fundamentalmente debido a que, a diferencia de las anteriores, su aplicación se lleva a cabo a través del manejo de las interacciones del agroecosistema para potenciar la eficacia de los enemigos naturales autóctonos y de esta forma prevenir el ataque a niveles de daño económico de los agentes perjudiciales a las plantas cultivadas.

Para poder llevar a cabo esta estrategia es fundamental la existencia de enemigos naturales que lleven a cabo un control natural de la población que produce el daño, pudiendo actuar sobre los elementos del medio tanto modificando los factores que interfieren con las especies beneficiosas como realizando un manejo de los requerimientos ecológicos que necesitan las especies beneficiosas en su ambiente.

Se emplea para aquellas especies fitófagas cuya densidad de población nunca llega a rebasar el UED (umbral de daño economico). Consiste en la aplicación de medidas de control biológico (conservación de enemigos naturales) y de métodos culturales. Este caso suele ocurrir con fitófagos que originan daños indirectos, es decir, que no atacan directamente al órgano cosechable. Para tomar esta decisión, es necesario realizar un

programa muestreo riguroso que nos confirme que se está produciendo una satisfactoria regulación de la densidad de población del fitófago como resultado de os factores naturales de mortalidad y que confirme que lo más apropiado es no tomar medidas.

La diversidad biológica constituye en la actualidad, la mayor riqueza potencial de los

países del tercer mundo. Las perspectivas de su explotación adecuada y racional están

relacionadas con el conocimiento sobre su uso, lo que es a su vez otra riqueza potencial

conservada por las culturas locales.

Sin embargo, todo este caudal de recursos (alimentos, medicamentos, pigmentos, fibras, ornamentos, aromas, insecticidas, aditivos, resinas, biopolímeros, etc.), no son objeto de una explotación local, porque las perspectivas dominantes de generación de riqueza giran en torno al monocultivo extensivo e intensivo, según las inclinaciones del mercado.

En este sentido, la relación entre la actividad agrícola y la conservación/explotación de la biodiversidad, no sólo tiene un carácter excluyente, sino que además existe un componente de afectación negativa sobre la biodiversidad, con el uso de insumos externos, como es el caso de los agroquímicos. Estos agentes tóxicos son capaces de dañar la biodiversidad colindante a las áreas de cultivo, en proporciones de alto riesgo, que se expresan en la eliminación de especímenes de fauna, flora o microbiota, afectando a las cadenas tróficas en sus diversos niveles, con suficiente eficacia como para inducir desequilibrios drásticos en bosques, ríos, etc. Asimismo, al eliminar especies benéficas, estos productos externos y artificiales afectan a la propia producción agrícola, como es el caso del incremento de plagas, generando un círculo vicioso del que el gran beneficiario es la empresa generadora de los insumos químicos.

En base a lo anterior, está clara la contradicción existente entre el control químico y la conservación de la biodiversidad, la cual incluye la disminución de las posibilidades del control biológico por dos razones:

a) El uso de agentes agrotóxicos, determina la desaparición de enemigos o depredadores naturales locales de las plagas y afecta además a la existencia de adecuados nichos para la reproducción de dichos biocontroladores.

b) Al disminuir la biodiversidad, se incrementa la posibilidad de eliminar parientes silvestres de las especies en cultivo, con lo que se extinguen las perspectivas de mejoramiento genético asociados a la misma resistencia a plagas o factores climáticos.

8. Bibliografía

1. www.infoagro.com/abonos/control_biolo 2. http://www.monografias.com/trabajos29/control-plagas/control-plagas.shtml 3. http://www.controlbiologico.com/ 4. http://www.slhfarm.com/plaga.html