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Juan Antonio Barraza Magallanes

The State of the Border (Chapter 2)

El comercio entre Estados Unidos y México es una de las historias de éxito más

subestimadas en la economía global. Eso lo podemos ver con algunos datos que nos ayudan

a tener una visión del panorama económico de la frontera. Más del 70% del total de

comercio binacional pasa a través de la frontera en camiones. Desde la implementación del

Northamerican Free Trade Agreement (NAFTA) en 1994, el comercio de los dos países se

ha quintuplicado. Además, en Estados Unidos se han generado más de seis millones de

empleos y respecto a relaciones comerciales, México es uno de los más grandes

importadores de los Estados fronterizos.

La participación de las exportaciones mexicanas también ha desempeñado un papel

importante ya que México es el primer exportador para 21 Estados del país americano. El

79% de las exportaciones mexicanas son realizadas a los Estados Unidos. Además, hay una

vinculación respecto al mercado de factores y la producción. Las experiencias de

crecimiento y recesión regularmente las viven juntas, las variaciones de la productividad

también modifican las circunstancias de las dos regiones. De esta manera las dos economías

han tenido que unir esfuerzos para incrementar la competitividad. Ha lo anterior se suma

que el constante cruce de mercancías ha ocasionados que las pérdidas y ganancias se

multiplique y afecte la eficiencia de la frontera. Otra dificultad es que los productos

manufacturados sufren los costos de los tiempos de espera impredecibles en la frontera.

Frente a estos obstáculos enfrentados por la región fronteriza se vuelve a presentar la

necesidad de la cooperación y coordinación entre las dos economías. El hecho de que exista

un gran vínculo e interdependencia entre las dos hace que cualquier decisión tomada en

algunos de los dos territorios repercuta en la situación del otro. Para que existan la

coordinación y cooperación se debe dejar en claro cuáles son los fines en común de cada

economía. Por lo menos el empleo derivado del comercio y el movimiento de capitales

justifica una planeación que encamine a las dos economías hacia el crecimiento económico

y el aumento de la circulación de mercancías. El movimiento del trabajo como factor de la

producción es un asunto que no ha sido suficientemente desarrollado en las discusiones de

política bilateral. Agilizando la movilidad laboral los recursos se distribuirán de manera

más eficiente.

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En cuanto a los sectores líderes en comercio son el automotriz, aeroespacial, aparatos

domésticos y dispositivos médicos. En el caso de la agricultura, fluyen alimentos

procesados y granos de México a los Estados de Dakota, Nebraska y Lowa; fruta y

vegetales desde Sinaloa y Michoacán. Para el comercio funcione de manera más eficiente,

es necesario incrementar las obras de infraestructura. Actualmente existen corredores como

el NASCO que conecta a México con el Estado de Texas, CANAMEX que une la parte

occidental de México con Estados Unidos y Canadá. La infraestructura ha servido también

para estimular el turismo ya que en este sector México es el destino número uno para los

turistas Estadounidenses. Los turistas mexicanos, por su parte, es el grupo más numeroso

después de Canadá,que llega a Estados Unidos.

Canadá es el país que más turistas aportó a Estados Unidos en 2010 con mas de 19 millones

seguido por México con 13.47 millones. Estos son los países más importantes en términos

de consumidores ya que el más cercano a México es el Reino Unido con 3.85 millones de

turistas. Aunque Canadá se mantiene en el primer lugar respecto al valor agregado del

turismo en Estados Unidos México pierde lugar (8.7 billones de dólares) frente a Japón

(14.6 billones) y Reino Unido (11.6 billones). Los países que le siguen a México en cuanto

a valor económico turístico son Brasil (5.9 billones), Alemania (5.8) y Francia (4.1).

Así nos podemos dar cuenta de que la situación de la economía mexicana no se encuentra

en las mismas condiciones que las economías de primer mundo. Así como Estados Unidos

logra generar valor mediante el turismo, es necesario que los gobiernos del lado fronterizo

mexicano realicen gasto público en mejorar la imagen de las principales ciudades con el fin

de diversificar el comercio, al mismo tiempo que se generan empleos. Por su parte, Estados

Unidos debe estar pensando en atraer el turismo de países como Alemania y Francia de

donde vienen personas con mayores ingresos. Es decir, que el incremento marginal de valor

turístico generado por un alemán o un francés es superior al generado por un mexicano. Por

el contrario, a México le interese mucho atraer turismo estadounidense por la derrama

económica que generan. Además, saliendo un poco de la frontera, podemos ver que el

territorio nacional tiene un territorio muy extenso en términos de costas, por lo que es un

recurso que no es utilizado eficientemente. Respecto a la agricultura, México tiene una

desventaja por la diferencia de subsidios a dicho sector entre los dos países. Es difícil

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competir con los precios de productos agrícolas subsidiados, por lo que el México se vuelve

dependiente de Estados Unidos en cuestión de alimentación.

La congestión en los cruces internacionales es otro problema muy marcado por diferentes

voces. Los eventos que han tenido efectos en el comercio bilateral son el NAFTA y el

ataque del once de septiembre de 2001 a las torres gemelas. El primer evento sirvió para

incrementar el flujo de mercancías dado que se quintuplicó, y el segundo sirvió para

aumentar la vigilancia y los tiempos de espera en los cruces. Este incremento en la

vigilancia ha tenido como efecto el incremento de los costos en las manufacturas y para las

personas de la frontera. Desde 1993 (en el contexto del NAFTA) y 2000 (antes de los

ataques) el comercio se incrementó en 17% y después de 2000 hasta el 2008 sólo creció

4.5%.

Ante la crisis global, se ha puesto énfasis en incrementar la competitividad de la región

industrial que lleva a debatir sobre la posible eliminación de obstáculos al comercio como

el cobro de aduanas y la protección en la frontera. Eliminar también los tiempos de espera

en los cruces internacionales es otra buena manera de reducir costos. En el caso del flujo de

vehículos personales y peatones ha habido una disminución a partir del comienzo de siglo.

La congestión en los cruces genera una cantidad grande de costos que se ve reflejada en

pérdida de empleos y disminución del comercio. Existen algunos estudios que intentan

cuantificar la magnitud de dichos costos.

En 2007, los costos derivados de los tiempos de cruce en Tijuana-San Diego se estimaron

en 7.2 billones de dólares y ocasionaron la pérdida de 62,000 empleos. Para Ciudad Juárez

el tiempo de espera de 132 minutos tuvo un costo de 1.5 billones de dólares en 2007-2008 y

ocasionó la pérdida de 87,600 empleos. Para el caso de Nogales, 66 minutos de espera han

representado un costo de 0.2 billones de dólares y se han perdido 18,000 empleos. Nos

podemos dar cuenta de que los costos y la pérdida de empleos son una oportunidad

desperdiciada para fortalecer la actividad económica entre los dos territorios. Es decir, los

empleos perdidos son una demanda agregada potencial que se está perdiendo. Es necesario

que las dos partes lleguen a un acuerdo de agilización del flujo y aprovechar los beneficios

de un verdadero libre comercio. Aunque, por otro lado, Estados Unidos es muy celoso

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respecto a su seguridad por lo que no será muy fácil convencer a sus legisladores de que la

agilización es la mejor opción.

Para eliminar la congestión en los cruces, se han creado programas de viajero de confianza,

el cual consiste en que los viajeros que deseen evitar las revisiones en aduanas al momento

de cruzar la frontera, tienen la posibilidad de hacerlo si antes permiten hacer una revisión

exhaustiva de su historial personal. De esa manera se realiza un registro de tal manera que

el momento de cruzar solo diga su nombre. Esta política propone una situación ganar-ganar

porque el viajero tarda menos en cruzar y los gobiernos incrementan la eficiencia en

seguridad. De esa manera se resuelven dos problemas con una sola política. Sin embargo,

no todas las personas viven cerca del límite fronterizo, por lo que no tienen la oportunidad

de presentarse a una revisión de sus antecedentes. Para la cobertura completa de dicho

programa es necesario que las autoridades estadounidenses trabajen de manera conjunta

con su contraparte mexicana y de esa manera no seguir con la tendencia de empleos

perdidos.

El Secure Electronic Network for Travelers Rapid Inspection (SENTRI) es el programa de

viajero de confianza con más personas afiliadas. De tener 75,000 afiliados en 2006 pasó a

tener 282,536. Además de SENTRI existe el Free and Secure Trade (FAST), el Customs-

Trade Partnership Against Terrorism (C-TPAT) y el Nuevo Esquema de Empresas

Certificadas (NEEC). Este tipo de programas es una gran herramienta para incrementar el

flujo de mercancías y consumidores en la frontera. El problema de seguridad se resolvería,

pero, solo parcialmente porque a los estadounidenses también les interesa el cruce ilegal.

Pero como el cruce ilegal no se realiza por los puentes internacionales, ello no afecta el

comercio en la región.

Otro de los problemas importantes es el número de agentes en la frontera y su efecto en las

economías locales. Mientras que el número de agentes de la patrulla fronteriza se ha

duplicado, la vigilancia de Office of Field Operation ha permanecido estable. A primera

vista, se puede justificar el número de agentes por el problema de migración. Sin embargo,

está en duda si realmente la entrada ilegal de extranjeros tiene un efecto positivo ó negativo

en la economía estadounidense

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Los encargados de la seguridad de la frontera tienen como primera misión proteger a la

nación de la entrada de armas terroristas, artículos de contrabando e inmigrantes. Pero a su

vez tienen la misión de facilitar el tráfico comercial. Ante ello, los agentes, supervisores y

oficiales deben hacer un balance con el fin de proteger la seguridad y la economía.

Entonces, es necesario experimentar con diferentes maneras de agilizar el comercio sin

perder de vista la seguridad (por ejemplo, los programas de viajero de confianza).

Otra de las maneras de frenar la congestión en el cruce de la frontera es la expansión de la

infraestructura de cruces. Las expansiones más significativas son los cruces de San Ysidro

y Nogales-Mariposa. A pesar de que existen grandes obras de infraestructura en los cruces

fronterizos, hay mucho por hacer. Las comunidades fronterizas son los principales agentes

beneficiados de la construcción de nuevos puentes. Además, pueden ser establecidas

alianzas con el sector privado para dividir los costos de los proyectos. Incluso, la

conclusión de nuevas obras de infraestructura tendría un efecto positivo en el flujo

comercial y la seguridad.

La intensidad del comercio entre México y Estados Unidos ha hecho que los diez estados

que conforman la frontera sean considerados como la cuarta economía mundial. Las

grandes aglomeraciones existentes en la frontera Tijuana-San Diego y Ciudad Juárez-El

Paso sirven como polos de riqueza del cual las demás regiones disfrutan de los beneficios

de la cercanía.

La dinámica de la frontera ha ido creciendo rápidamente con el paso del tiempo, aunque fue

frenada por los eventos de septiembre 11. Los principales problemas económicos de ella

son la seguridad y la economía. Aunque se puede llevar el uno con el otro, se debe hacer un

balance para efectuar la política más eficiente. De esta manera se han implementado los

programas de viajero de confianza, la creación de infraestructura y el incremento de

oficiales en la frontera.