Correo del Maestro. El patrimonio cultural ¿objetos o sujetos?
-
Upload
valentina-canton-arjona-universidad-pedagogica-nacionaluniversidad-nacional-autonoma-de-mexico -
Category
Education
-
view
93 -
download
0
Transcript of Correo del Maestro. El patrimonio cultural ¿objetos o sujetos?
el 27 de octubre de 2005 en la ciudad de
Faro, Portugal, se adoptó la Convención
Marco sobre el Valor del Patrimonio Cultural
para la Sociedad.
1
En su redacción, efectuada
entre 2003 y 2005, participó un selecto comité de
expertos compuesto por encargados guberna-
mentales de cultura –concretamente, del sector
de patrimonio cultural y natural– de los Estados
miembro del Consejo Europeo y por especialis-
* Docente investigadora de la Universidad Pedagógica Nacio-nal, Unidad Ajusco, y profesora del Colegio de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Responsable del proyecto “El derecho a la memoria: la educación patrimo-nial” en la UPN.
1 Framework Convention on the Value of Cultural Heritage for Society, en inglés. A los interesados sugerimos la revisión del texto final publicado por el Council of Europe Publishing: Heritage and Beyond, impreso en diciembre de 2009 y disponi-ble a partir de 2012 en: <www.coe.int/t/dg4/cultureheritage/heritage/…/PatrimoineBD_en.pdf>.
tas y estudiosos de los múltiples impactos de las
políticas culturales, el patrimonio cultural y los
derechos culturales en la vida democrática en
esas geografías.
Esta convención, más ampliamente conoci-
da como Convención de Faro, entró en vigor en
junio de 2011 y fue ratificada inicialmente por:
Armenia, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Geor-
gia, Hungría, Letonia, Luxemburgo, República
de Moldavia, Montenegro, Noruega, Portugal,
Serbia, Eslovenia, República de Macedonia (o
Antigua República Yugoslava de Macedonia), y,
posteriormente, por Albania, Bélgica, Bulgaria,
Eslovaquia, Italia, San Marino y Ucrania; aún
está en proceso la ratificación del resto de Esta-
dos miembro del Consejo Europeo.
En esta convención se retoman, ordenan y
reinterpretan temas y asuntos relacionados,
principalmente, con el valor del patrimonio cul-
El patrimonio cultural: ¿UN ASUNTO DE OBJETOS O DE SUJETOS?
Valentina Cantón Arjona*
educación
PATRIMONIAL
En este texto se presenta una reflexión acerca de las posibles
aportaciones de la Convención de Faro (Faro, Portugal) y la Declaración
de Friburgo (Friburgo, Suiza) a la educación patrimonial; aportaciones
que resitúan el problema de la educación patrimonial trasladándolo
del objeto patrimonial al sujeto en formación.
Vista de la ciudad de Faro, Portugal, sede de la Convención de Faro
Shutterstock
40
CORREO del MAESTRO núm. 215 abril 2014
El patrimonio cultural: ¿UN ASUNTO DE OBJETOS O DE SUJETOS?
Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial
(UNESCO, 2003), o la Convención sobre la Pro-
tección y la Promoción de la Diversidad de las
Expresiones culturales (UNESCO, 2005); y no du-
plica ni sustituye estos instrumentos pues sus
objetivos son distintos, ya que:
1. La Convención de Faro ofrece una definición
integral de patrimonio cultural en la que el
criterio de conservación y preservación deja
de ser un fin en sí mismo para abrir paso a
criterios de orden social superior como el
bienestar de los individuos y la ampliación
de las expectativas sociales; esto, en fun-
ción de la necesidad de que más y más in-
dividuos “encuentren algo de sí mismos en
uno o más patrimonios” y “el derecho de
todos de participar en la vida cultural como
se señala en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos”.
3
3 Daniel Thérond, “Benefits and innovations of the Council of Europe Framework Convention on the Value of Cultural He-ritage for Society”, en CE, Heritage and Beyond, Strasbourg, Council of Europe Publishing, 2009, p. 10.
tural para las sociedades europeas y los crite-
rios a partir de los cuales se asigna dicho valor.
Asuntos, temas y criterios que son varios y entre
los que se subrayan: los deberes y obligaciones
de los gobiernos y ciudadanos hacia el patrimo-
nio cultural; la articulación entre el patrimonio
cultural y los derechos humanos; las relaciones
sociales de las comunidades locales, regionales,
nacionales o de adopción que comparten o eli-
gen compartir un patrimonio cultural; el uso y
función del patrimonio cultural como espacio
para la emergencia de resistencia política, la ex-
presión de la diferencia y reivindicación de la
soberanía cultural local, o bien, ejemplos y cir-
cunstancias en las que el patrimonio cultural ha
sido o es un factor detonante de conflictos. Así
pues, más que constituirse en un instrumento
vinculatorio, la Convención aporta elementos
para la creación de una nueva comprensión e
interpretación del patrimonio cultural y una
nueva estructura conceptual a partir de la cual
construir buenas prácticas respecto al patrimo-
nio cultural. Se trata, en suma, de un documen-
to que:
…proporciona un marco de referencia para las
políticas del patrimonio cultural, particularmen-
te, en el contexto de los derechos y responsabili-
dades en esta área y de los posibles beneficios que
pueden derivarse de usar el patrimonio cultural
como capital cultural […] y en el centro de una
nueva visión de desarrollo sustentable.
2
La Convención de Faro no es, pues, un ins-
trumento que duplique o pretenda sustituir
otros documentos como la Convención sobre la
Protección del Patrimonio Mundial Cultural y
Natural, (UNESCO, 1972), la Convención para la
2 CE, Council of Europe Framework Convention on the Value of Cultural Heritage for Society. Explanatory report, “Aims and origin of the Convention”. Disponible en: <conventions.coe.int/Treaty/EN/Reports/Html/199.htm>.
Wirikuta. El patrimonio cultural no es sólo un lugar de encuentro y un lazo social, puede ser también un espacio de conflicto social
salvemosw
irikuta.blogspot.mx
41
CORREO del MAESTRO núm. 215 abril 2014
Educación PATRIMONIAL
patrimoniales. Esta pluri-afiliación descansa
en la organización y la participación social y
trasciende las barreras histórico-culturales,
las fronteras geográficas y las brechas de los
nacionalismos.
4
3. Los procesos de identificación, apropiación,
participación y pluri-afiliación de los indivi-
duos y los grupos sociales organizados res-
pecto al patrimonio cultural tienen, entonces,
como resultado último, el desplazamiento de
los gobiernos, los expertos y los estudiosos
especializados como únicos responsables de
la preservación y conservación del patrimo-
nio cultural y abren las posibilidades de la
acción organizada y participativa a la socie-
dad civil organizada.
5
Si bien, en estricto sentido la Convención de
Faro hunde sus raíces en el documento sobre
“Patrimonio, Identidad y Diversidad” resulta-
do de la 4ª Conferencia de Ministros responsa-
bles de Patrimonio Cultural del Consejo Euro-
peo, realizada en Helsinki en 1996, observamos,
también, que está profundamente inspirada en
la Declaración de Friburgo (2007),
6
de la cual re-
4 Idem.5 Idem.6 Elaborada por el denominado “Grupo de Friburgo”, respon-
sable de la redacción y compuesto por: Taïeb Baccouche, Ins-tituto Árabe de Derechos Humanos y Universidad de Túnez; Mylène Bidault, Universidades de París X y de Ginebra; Marco Borghi, Universidad de Friburgo; Claude Dalbera, consultor, Uagadugu; Emmanuel Decaux, Universidad de París II; Mirei-lle Delmas-Marty, Collège de France, París; Yvonne Donders, Universidad de Amsterdam; Alfred Fernandez, OIDEL, Gine-bra; Pierre Imbert, ex director de Derechos Humanos del Consejo de Europa; Jean-Bernard Marie, CNRS, Universidad R. Schuman, Estrasburgo; Patrice Meyer-Bisch, Universidad de Friburgo; Abdoulaye Sow, Universidad de Nuakchot; Victor Topanou, Cátedra UNESCO, Universidad de Abomey Calavi, Cotonu. El documento final de esta Declaración de Friburgo, fechado en 2007, fue resultado de la profunda revisión del do-cumento presentado ante la UNESCO en 1998, elaborado por un grupo de trabajo organizado a partir del Instituto Interdis-ciplinario de Ética y Derechos Humanos de la Universidad de Friburgo, Suiza.
2. Recoge una novedosa introducción e inter-
pretación del término heritage communities,
que traducimos aquí como “comunidades
patrimoniales” (que se diferencia del con-
cepto “the heritage community”, que remite
al patrimonio cultural de una comunidad) y
que son aquellas comunidades de intereses
conformadas no sólo por profesionales, ex-
pertos o nativos conocedores y/o poseedores
de un patrimonio cultural, sino también por
aquellos individuos y aquellos grupos que
sin estar ligados por el lenguaje, el origen
étnico ni un pasado compartido, se unen,
sin embargo, de manera propositiva y cons-
ciente a cierto patrimonio cultural. Se trata,
entonces, de una “pluri-afiliación” libre y de-
mocrática de los individuos y los grupos al
disfrute, la responsabilidad compartida y el
conocimiento respecto a uno o varios bienes
Niños mexicanos visitan Xochicalco. La educación patrimonial debe ir más allá de las visitas y concretarse en asuntos tales como la preservación, la responsabilidad individual, de la comu-nidad y del gobierno respecto al bien patrimonial
xoch
itepe
c.go
b.m
x
42
CORREO del MAESTRO núm. 215 abril 2014
El patrimonio cultural: ¿UN ASUNTO DE OBJETOS O DE SUJETOS?
pensable reconocimiento de la diversidad cultu-
ral de las minorías, sino también la importancia
del patrimonio cultural como: a) valiosa fuente
para integración de distintas dimensiones del
desarrollo: económica, cultural, ecológica, so-
cial y política; b) espacio de protección y enri-
quecimiento de la diversidad cultural y con ello,
de la diversidad humana; y c) motor para el re-
surgimiento de las identidades culturales como
una potencial fuente de conflicto pero también
de diálogo, apertura y sensibilización cultural.
Refrenda también la importancia que concede a
la educación –y la multiplicidad de las acciones
relacionadas con ésta– para promover tanto el
conocimiento como la identificación, apropia-
ción, comunicación e investigación acerca del
patrimonio cultural, señalando que:
…deliberadamente no se presenta una exhaustiva
lista de las áreas relevantes de educación e inves-
tigación. Es evidente la necesidad de elementos
del patrimonio cultural en las artes, la arquitectu-
ra, la arqueología, la ingeniería civil, estudios am-
bientales, sociales y políticos, la planificación eco-
nómica y de los espacios, el turismo y el tiempo
libre; sin embargo, el ideal sería que el patrimo-
nio cultural fuera incorporado en cursos donde
es inesperado como, por ejemplo, en la enseñanza
de la lengua podría usarse para escenarios tales
como la formación legal en el tema. Tal vez lo más
importante de todo es la necesidad de desarrollar
relaciones entre los cursos de los diferentes cam-
pos de estudio, evitando la aproximación com-
partimentada.
8
En el artículo 13, se afirma que las partes
comprometidas en esta Convención:
8 CE, Council of Europe Framework Convention on the Value of Cultural Heritage for Society. Explanatory report, “Article 13.- Cultural heritage and knowledge”. Disponible en: <con-ventions.coe.int/Treaty/EN/Reports/Html/199.htm>.
coge el concepto “heritage communities” (arri-
ba descrito), y la que, según señala en sus párra-
fos finales, tiene como intención fundamental
recoger los documentos normativos sobre de-
rechos culturales hasta entonces dispersos en
documentos dispares –con la consecuente faci-
litación de su violación–, y articularlos para, al
refrendar su universalidad e inviolabilidad, re-
cuperarlos de su marginalidad para devolverles
la dimensión humana del resto de los derechos
y para promover así su socialización y la par-
ticipación social que es indispensable para su
reivindicación:
El reciente desarrollo de la protección de la di-
versidad cultural no puede ser comprendido, si
se quiere evitar el relativismo, sin un anclaje en
el conjunto indivisible e interdependiente de los
derechos del hombre y, más específicamente, sin
una clarificación de la importancia de los dere-
chos culturales.
La presente Declaración [de Friburgo] reúne y
hace explícitos derechos que ya están reconocidos
en numerosos instrumentos, aunque de manera
dispersa. La clarificación es necesaria para de-
mostrar la importancia cultural de los derechos
culturales, como también la de las dimensio-
nes culturales de los demás derechos humanos.
Para, finalmente, abrir su convocatoria social:
Surgida de un amplio debate entre actores de orí-
genes y condiciones muy diversas, esta Declara-
ción se dirige a las personas, comunidades, insti-
tuciones y organizaciones que tengan la intención
de participar en el desarrollo de los derechos, li-
bertades y responsabilidades que ella enuncia.
7
La Convención de Faro, decíamos, fiel al do-
cumento de Friburgo, no sólo refrenda el indis-
7 Grupo de Friburgo, Declaración de Friburgo, Instituto Inter-disciplinario de Ética y Derechos Humanos de la Universidad de Friburgo, Friburgo, 2007.
43
CORREO del MAESTRO núm. 215 abril 2014
Educación PATRIMONIAL
la Convención de la UNESCO de 1972, que sólo se
indicaban el compromiso general de los Estados
de promover acciones educativas orientadas a
valorar y estimar el patrimonio. Lejos, también,
de las recomendaciones de los artículos 27, 28 y
29 de la Convención de la UNESCO de 2003 orien-
tadas a promover el conocimiento y la estima de
los bienes patrimoniales a través de la recomen-
dación de programas de información. La leja-
nía radica, fundamentalmente, en el cambio de
miras entre estas convenciones y lo convenido
en Faro: el tránsito del valor social del patrimo-
nio, de la preservación del objeto a la reivindica-
ción de los derechos culturales y el patrimonio
de los sujetos y las comunidades.
De ahí que se redefina el concepto de patri-
monio cultural
…trasladándolo más allá de las nociones tradicio-
nales de los viejos edificios y los sitios históricos
–interesantes para los académicos y los intelec-
tuales pero poco desarrollados en las estrategias
culturales locales, regionales y nacionales. El
patrimonio cultural hoy es un objeto de estudio
transdisciplinario cuyas preocupaciones respecto
a la conservación y la arqueología han sido susti-
tuidas por una profunda preocupación respecto a
los procesos educativos, económicos y el enrique-
cimiento de la vida cultural.
9
Así el desarrollo y administración del patri-
monio de una comunidad radica en la activa
participación de su sociedad civil y en las diná-
micas culturales y sociales de cada comunidad.
Podemos observar, pues, que los elementos
y criterios para comprender y/o reinterpretar el
valor del patrimonio cultural en las sociedades
que aporta la Convención de Faro (y los docu-
mentos fuente en que nutre sus raíces) pueden
ser de gran utilidad para la construcción de pro-
9 CE, Heritage and Beyond, “Preface”, p. 7.
a. Facilitarán la inclusión de la dimensión del
patrimonio cultural en todos los niveles edu-
cativos, no necesariamente como un objeto de
estudio en sí mismo, sino como fuente fértil
para el estudio de otros temas.
b. Fortalecerán las relaciones entre la educación
patrimonial (cultural heritage education) y la
formación vocacional.
c. Fomentarán la investigación interdisciplina-
ria sobre patrimonio cultural, comunidades
patrimonio, el ambiente y sus interrelaciones.
d. Fomentarán la formación continua de profe-
sionales y el intercambio de conocimiento y
habilidades, dentro y fuera del sistema edu-
cativo.
Lejos están, pues, estas directrices de las muy
generales intenciones de los artículos 27 y 28 de
Hornos de Calcinación de la Mina Catalina de La Zona Minera de Vizcaya, España
jkar
teag
a en
: ww
w.p
anor
amio
.com
44
CORREO del MAESTRO núm. 215 abril 2014
El patrimonio cultural: ¿UN ASUNTO DE OBJETOS O DE SUJETOS?
desde luego, dichas coincidencias a través del
prisma de nuestros contextos y necesidades.
Recuperando entonces, y a la luz de lo antes
dicho, veamos cuáles principios pueden ser re-
tomados como rectores de nuestra acción y ela-
boración:
1. El estudio del patrimonio cultural y sus inte-
rrelaciones con los individuos y las comuni-
dades no puede verse de manera ajena o se-
parada de los derechos humanos culturales,
ya que en ellos radica la posibilidad de las
comunidades y de los individuos de apro-
piarse y valorizar su patrimonio cultural y
sus usos y función social.
2. Coincidimos con la Declaración de Friburgo
en que:
a. El término “cultura” abarca los valores, las
creencias, las convicciones, los idiomas, los sa-
beres y las artes, las tradiciones, instituciones
y modos de vida por medio de los cuales una
persona o un grupo expresa su humanidad y
puestas de educación patrimonial, ya que, más
allá de las geografías que la Convención dibu-
ja, en ella se recoge y reivindica un tema prin-
cipalísimo y que, por otra parte, constituye el
eje rector de nuestra apuesta teórico conceptual
y práctica: la necesidad de resituar y enfatizar
las tareas y preocupaciones educativas y peda-
gógicas respecto a la educación patrimonial y
el patrimonio cultural privilegiando el sujeto
del patrimonio sobre el valor intrínseco y las ca-
racterísticas (económicas, estéticas o histórico-
monumentales) del bien patrimonial.
Lo anterior no implica que los bienes cultura-
les-patrimonio se consideren un asunto secun-
dario en nuestra elaboración, pero sí que ocupan
el lugar de pre-textos a partir de los cuales pue-
de detonarse la reflexión acerca de las produc-
ciones culturales y su papel constitutivo y cons-
tituyente en la formación de los sujetos. De ahí
que valga la pena dedicar este texto a recoger y
presentar nuestras coincidencias con los conte-
nidos de la mencionada convención valorando,
Mina La Rica. Real del Monte, Hidalgo
ww
w.m
exicanisimo.com
.mx
45
CORREO del MAESTRO núm. 215 abril 2014
Educación PATRIMONIAL
y su autoconocimiento. Pero también, la edu-
cación patrimonial debe orientarse al conoci-
miento y valoración de los patrimonios cul-
turales y expresiones de diferentes culturas y
valorarlos como recursos de la humanidad,
es aquí donde se revela la importancia del co-
nocimiento, la valoración y apreciación de los
bienes patrimoniales y, con ello, la necesidad
de generar estrategias didácticas apropiadas
a cada objeto o bien patrimonial.
4. Orientada por valores como la equidad y la
participación igualitaria, la educación patri-
monial debe fomentar el derecho a la partici-
pación en el desarrollo cultural de la comuni-
dad a la que se pertenece, esto es, el derecho
a participar en la toma de decisiones, el de-
sarrollo y la cooperación con la vida cultural
de la comunidad. De ahí que los proyectos
educativos deban basarse en la participación
igualitaria y la colaboración organizada.
5. La educación patrimonial debe poseer fun-
damentos de vida democrática no sólo para
los significados que da a su existencia y a su
desarrollo;
b. La expresión “identidad cultural” debe enten-
derse como el conjunto de referencias cultura-
les por el cual una persona, individual o colec-
tivamente, se define, se constituye, comunica
y entiende ser reconocida en su dignidad, y
c. Por “comunidad cultural” se entiende un gru-
po de personas que comparten las referencias
constitutivas de una identidad cultural co-
mún, que desean preservar y desarrollar.
3. La educación patrimonial debe tener como
principio: educar para que cada uno y cada
comunidad tenga derecho “a elegir y a que se
respete su identidad cultural y sus diversos
modos de expresión”. Esta elección y expresión
están íntimamente vinculadas con la libertad
de expresión, la libertad de pensamiento,
el derecho a la información y a la libertad de
conciencia y opinión. De ahí que toda estrate-
gia de educación patrimonial debe promover
en los educandos la reflexión sobre sí mismo
Río Amazonas. De la preservación del río Amazonas y la selva amazónica depende el equilibrio ecológico de todo el planeta
Shutterstock
46
CORREO del MAESTRO núm. 215 abril 2014
El patrimonio cultural: ¿UN ASUNTO DE OBJETOS O DE SUJETOS?
y espacios de gobierno responsables de los
bienes patrimoniales culturales, de tal ma-
nera que aprendan a construir estrategias de
diálogo y rendición de cuentas pertinentes y
eficaces.
7. La educación patrimonial puede y debe ex-
tender su ámbito respecto al patrimonio cul-
tural a otros bienes patrimoniales vinculados
como son los bienes industriales, tecnológicos
y de comunicación, procedentes del mar y el
subsuelo y todas sus formas (siempre cultu-
rales) de explotación. Bienes que constituyen
también elementos de riqueza y responsabili-
dad no sólo desde una perspectiva generacio-
nal o comunitaria sino, esencialmente, desde
una perspectiva de sustentabilidad racional.
promover la participación en el aula sino,
especialmente, para potenciar que esa parti-
cipación de los educandos a futuro se con-
crete en formas de gobierno y administración
de los bienes patrimoniales entendidos como
bienes públicos que es necesario preservar,
enriquecer y hacer llegar a las generaciones
por venir. La educación patrimonial dirigida
a los adolescentes es, entonces, fundamen-
tal, porque debe promoverse tanto la educa-
ción patrimonial informal como no formal y
formal.
6. La educación patrimonial debe ofrecer ele-
mentos a los educandos que les permitan
acercarse tanto a la legislación respecto al
patrimonio cultural como a las instituciones
Fuentes
CE, Council of Europe Framework Convention on the Va-
lue of Cultural Heritage for Society, Explanatory report,
“Aims and origin of the Convention”. Disponible en:
<conventions.coe.int/Treaty/EN/Reports/Html/199.
htm>.
CE, Council of Europe Framework Convention on the Va-
lue of Cultural Heritage for Society, Explanatory report,
“Article 13.- Cultural heritage and knowledge”. Dis-
ponible en: <conventions.coe.int/Treaty/EN/Reports/
Html/199.htm>.
CE, Heritage and Beyond, Strasbourg, Council of Europe Pu-
blishing, 2009.
GRUPO de Friburgo, Declaración de Friburgo, Instituto In-
terdisciplinario de Ética y Derechos Humanos de la Uni-
versidad de Friburgo, Friburgo, 2007.
THÉROND, Daniel, “Benefits and innovations of the Council
of Europe Framework Convention on the Value of Cul-
tural Heritage for Society”, en CE, Heritage and Beyond,
Strasbourg, Council of Europe Publishing, 2009.
UNESCO, Convención sobre la Protección del Patrimonio
Mundial Cultural y Natural, ONU, 1972. Disponible en:
<www.unesco.org>.
UNESCO, Convención para la Salvaguarda del Patrimonio
Cultural Inmaterial, ONU, 2003. Disponible en: <www.
unesco.org>.
UNESCO, Convención sobre la Protección de la Diversidad
de las Expresiones Culturales, ONU, 2005. Disponible en:
<www.unesco.org>.
47
CORREO del MAESTRO núm. 215 abril 2014