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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL Magistrado Ponente: SILVIO FERNANDO TREJOS BUENO Bogotá, D. C., siete (7) de Diciembre de dos mil (2.000).- Referencia: Expediente 7643 Decide la Corte el recurso de revisión interpuesto por Jaime Hernando Millán Chávez contra la sentencia del 13 de abril de 1998, proferida por la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, dentro del proceso ejecutivo singular de Organización de Créditos Gilmar S.A., Credigilmar S.A., contra Soto y Mauricio Alonso Automóviles y Cía Ltda y Jaime Hernando Millán Chávez. ANTECEDENTES 1. A finales de 1990, Jaime Hernando Millán Chávez entregó en consignación un vehículo de su propiedad a Soto y Mauricio Alonso Automóviles y Cía Ltda, dada la necesidad que tenía de dinero en efectivo. Rafael Mauricio Alonso Lozano, gerente de

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACION CIVIL

Magistrado Ponente: SILVIO FERNANDO TREJOS BUENO

Bogotá, D. C., siete (7) de Diciembre de dos mil (2.000).-

Referencia: Expediente 7643

Decide la Corte el recurso de revisión interpuesto por Jaime

Hernando Millán Chávez contra la sentencia del 13 de abril de

1998, proferida por la Sala Civil del Tribunal Superior del

Distrito Judicial de Bogotá, dentro del proceso ejecutivo

singular de Organización de Créditos Gilmar S.A., Credigilmar

S.A., contra Soto y Mauricio Alonso Automóviles y Cía Ltda y

Jaime Hernando Millán Chávez.

ANTECEDENTES

1. A finales de 1990, Jaime Hernando Millán Chávez entregó

en consignación un vehículo de su propiedad a Soto y Mauricio

Alonso Automóviles y Cía Ltda, dada la necesidad que tenía de

dinero en efectivo. Rafael Mauricio Alonso Lozano, gerente de

SFTB. Exp. 7643 2

la mencionada empresa, se ofreció a obtener un préstamo a

favor de aquél, exigiéndole la entrega de varios cheques

girados y una garantía prendaria.

2. Alonso Lozano negoció los cheques girados por Millán

Chávez con Credigilmar S.A., sin que se hubiera otorgado

crédito alguno, ante lo cual Millán Chávez desistió del negocio

y exigió la devolución de los bienes por él entregados. Soto y

Cía devolvió el vehículo y unas letras giradas por Millán

Chávez, pero no los cheques, que ya habían sido negociados

con Credigilmar S.A.. Millán Chávez dio entonces orden de no

pago al banco girado.

3. Con fundamento en los cheques girados, Credigilmar S.A.

presentó demanda ejecutiva contra Soto y Cía y Millán Chávez

y obtuvo mandamiento de pago. Millán Chávez presentó las

excepciones de cobro de lo no debido y no ser el demandante

tenedor de buena fe exenta de culpa. Soto y Cía fue

emplazado y se le designó curador ad-litem, quien solicitó la

declaración de la excepción de prescripción de la acción

cambiaria. El Juzgado 12 Civil del Circuito de Bogotá, dictó

sentencia declarando prescrita la acción cambiaria respecto de

Soto y Cía y dando por terminada la ejecución contra ésta,

declarando infundadas las excepciones de Millán Chávez y

ordenando seguir adelante la ejecución exclusivamente contra

este último.

SFTB. Exp. 7643 3

4. Mientras se tramitaba el proceso ejecutivo, Millán Chávez

denunció penalmente a Alonso Lozano y en el proceso

correspondiente se condenó a éste como responsable del

delito de estafa.

5. Apelada la sentencia del proceso ejecutivo, el Tribunal

Superior de Bogotá dictó sentencia confirmatoria, la cual está

debidamente ejecutoriada. El proceso ejecutivo se encuentra

actualmente en el Juzgado que tramitó la primera instancia,

pendiente del avalúo de los bienes embargados y

secuestrados.

LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL

Los fundamentos en que ella se apoya admiten el siguiente

resumen.

1. Sólo caben contra la acción cambiaria las excepciones

previstas en el artículo 784 del Código de Comercio. Las

derivadas del negocio que dio origen al título, sólo proceden

contra el que ha sido parte o contra el tenedor que no sea de

buena fe exenta de culpa.

2. No se acreditó que Credigilmar S.A. haya actuado de mala fe

y no le son oponibles las excepciones personales. Credigilmar

SFTB. Exp. 7643 4

S.A. afirmó: que recibió de Soto y Cía un descuento de cartera

a nombre de Millán Chávez; que no recibió como prenda el

vehículo porque el negocio fue realizado entre Millán Chávez y

Soto y Cía; que le bastaba la garantía de Soto y Cía y que lo

único que sabe es que descontó los cheques en su oficina.

3. Entre Credigilmar S.A. y Millán Chávez no existió vínculo

jurídico alguno.

4. No se acreditó que Millán Chávez hubiese girado a Soto y

Cía los cheques con el propósito de garantizar un crédito que

obtendría de Credigilmar S.A. y menos que ésta hubiera

participado o estado al tanto de la negociación.

5. Credigilmar S.A. recibió de Soto y Cía los cheques para un

descuento de cartera entre ellos y no como garantía al

préstamo que Millán Chávez quería aparentemente respaldar.

6. No se dan en el presente caso los supuestos del artículo

1716 del Código Civil.

EL RECURSO DE REVISIÓN

1. Pretende el demandante que se declaren probadas las

causales de revisión previstas en los numerales 1º, 2º y 6º del

artículo 380 del Código de Procedimiento Civil, se decrete la

SFTB. Exp. 7643 5

invalidez de las sentencias dictadas por el Juzgado 12 Civil del

Circuito y el Tribunal Superior de Bogotá, se profiera en su

lugar la sentencia que en derecho corresponda negando seguir

adelante la ejecución y declarando terminado el proceso

ejecutivo, se ordene la cancelación de las medidas cautelares

decretadas respecto de sus bienes, y se condene al pago de

las costas y perjuicios causados dentro del proceso ejecutivo y

a las costas procesales por el trámite del recurso

extraordinario.

2. Tres son las causales invocadas en el recurso, pero como la

Corte resolverá sobre la prosperidad de una de ellas, se

abstiene del examen de las dos restantes, por obvia economía

procesal.

3. Con apoyo en la causal 6ª de revisión, el recurrente

denuncia maniobras fraudulentas que incidieron en la

sentencia del Tribunal, con fundamento en los hechos que a

continuación se resumen:

1. A finales de 1990, Millán Chávez pide a Alonso Lozano,

gerente de Soto y Cía, un préstamo por la suma de 8 millones

de pesos.

2. Alonso Lozano se ofrece a suministrar el préstamo pero

exige a Millán Chávez la entrega de varios cheques girados a

SFTB. Exp. 7643 6

favor de Soto y Cía y el respaldo con garantía prendaria, para

tramitar el préstamo.

3. Millán Chávez entrega a Alonso Lozano dos cheques y

otorga prenda sobre un automotor.

4. Pasado el tiempo y sin que el dinero le fuera entregado,

Millán Chávez desiste del negocio y exige la devolución de los

cheques, los cuales no fueron devueltos, y Millán Chávez da

orden de no pago.

5. El juzgado 27 Penal del Circuito de Bogotá, el 29 de mayo

de 1998, profiere sentencia contra Alonso Lozano,

representante de Soto y Cía, hallándolo culpable de delito de

estafa contra Millán Chávez.

6. Se concluyó en dicha sentencia: el objeto material del delito

fueron los cheques que Millán Chávez entregó al Alonso

Lozano, y que sirvieron de base a la ejecución objeto de

revisión.

7. La sentencia del juzgado penal, constituye prueba

irrefragable de la maniobra fraudulenta con que obró Soto y

Cía, representada por Alonso Lozano, y que conllevó el inicio

de la ejecución en contra de Millán Chávez, quien se encuentra

a punto de que sus bienes sean injustamente rematados.

SFTB. Exp. 7643 7

8. La ilicitud de la obligación consignada en los cheques,

comprobada a través de la sentencia penal, hacen que la

obligación sea inexistente conforme al art. 1524 del C.C.,

según el cual no puede haber obligación sin causa real y lícita.

9. La sentencia penal hizo énfasis en la inexistencia de la

obligación a cargo de Millán Chávez, al señalar que: "...y por

ello respaldó el mismo con títulos valores, los que a la postre

fueron negociados por Alonso Lozano ante Credigilmar, quien

finalmente entabló acción ejecutiva ante el girador, sin que éste

les debiera suma alguna.."

10. Los hechos acreditados en la sentencia penal, son prueba

de una situación particular que desvirtúa la acción cambiaria

derivada de los cheques, pues dicha acción se originó en un

delito, el cual sólo puede generar obligaciones a cargo del

inculpado y no a cargo de la víctima del delito.

11. El delito de estafa, probado en la acción penal, constituye

causal de excepción contra la acción cambiaria, oponible a

cualquier tenedor, conforme lo dispone el art. 784-N. 13 del

Código de Comercio, pues es una excepción de carácter

personal que favorece a Millán Chávez, víctima del delito,

oponible a cualquier tenedor.

SFTB. Exp. 7643 8

12. Credigilmar S.A. en forma silenciosa cohonestó la

maniobra fraudulenta de Alonso Lozano, representante de Soto

y Cía, pues aparentemente concedió a Millán Chávez un

crédito por el valor de los cheques, pero nunca supo explicar

en qué forma y a quién hizo el desembolso de ese crédito.

13. Según la declaración de Sotomayor, representante de

Credigilmar S.A., con los cheques entregados por Millán a

Soto, se hizo un descuento de cartera a favor de éste.

14. Esta explicación es contraria a la verdad y carece de todo

fundamento, pues la simple lógica, el buen juicio y la

experiencia enseñan que un descuento de cartera a través de

un cheque sólo es posible realizarla cuando el cheque es

pagado por el banco girado, y en el evento en que el cheque

fuere impagado el descuento es inexistente, pues la obligación

inicial no fue descargada y continúa vigente.

15. Si Credigilmar hubiera sido tenedor de buena fe, no hubiera

adelantado acción contra Millán, sino contra Soto y Cía, sobre

todo teniendo en cuenta que Credigilmar S.A. tenía plena

conciencia y conocimiento del delito, no sólo por haber

concurrido a declarar en la investigación penal, sino en virtud

de la orden de no pago de los cheques y de la información

suministrada por Millán Chávez.

SFTB. Exp. 7643 9

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

1. Han reiterado la jurisprudencia y la doctrina, que el recurso

de revisión debe su carácter extraordinario no sólo al hecho

indudable de sus limitaciones sustanciales (proceder contra

determinadas resoluciones judiciales y por ciertos precisos

motivos), sino a una circunstancia que atañe con la vigencia

del ordenamiento jurídico y la misión que dentro de éste tiene

la administración de justicia: su sentido de excepción a la cosa

juzgada.

La cosa juzgada, instituto que dota de firmeza, inmutabilidad y

coercibilidad a los fallos, debe ceder ante la iniquidad de que

éstos produzcan, para que tenga prioridad la consecución de la

justicia o, al menos, de sentencias justas. Ahora bien, la

sentencia justa –lo ha dicho igualmente la Corte- es aquella

que se logra como valor en la medida en que otros tantos

valores que la acompañan puedan conseguirse. La sentencia

judicial, en este sentido, no debe infringir valores

fundamentales protegidos por la ley, como la lealtad procesal,

la buena fe o la probidad.

SFTB. Exp. 7643 10

La presunción de acierto y legalidad de la sentencia puede

desvirtuarse, entonces, por medio del recurso de revisión y por

las causales taxativamente señaladas en el artículo 380 del

estatuto procesal civil. Uno de los motivos de impugnación es

el que haya existido “colusión u otra maniobra fraudulenta de

las partes en el proceso en que se dictó la sentencia, aunque

no haya sido objeto de investigación penal, siempre que haya

causado perjuicios al recurrente” (causal 6ª), cuyos elementos

esenciales son, de acuerdo con las abundantes precisiones de

la jurisprudencia de esta Corporación: una conducta

fraudulenta, unilateral o colusiva, realizada con el fin de obtener

una sentencia contraria a derecho, que a su turno cause

perjuicios a una de las partes o a un tercero, y determinante,

por lo decisiva, de la sentencia injusta. Todo el fenómeno de la

causal dicha puede sintetizarse diciendo que maniobra

fraudulenta existe en todos los casos en que una de las partes

en un proceso, o ambas, muestran una apariencia de verdad

procesal con la Intención de derivar un provecho judicial o se

aprovechan, a sabiendas de esa aparente verdad procesal con

el mismo fin.

2. Debe recordarse que, en tratándose de la causal 6ª, debe

existir un nexo causal entre el proceder malicioso y el daño

producido, lo que nos remite al aspecto esencial de los hechos

probados durante el trámite del recurso, en el bien entendido

de que las maniobras fraudulentas deben aparecer plenamente

SFTB. Exp. 7643 11

establecidas, para desvirtuar el principio de la buena fe que

cobija, en principio, las actuaciones de las partes en un

proceso; maniobras que, como se verá enseguida, se dieron en

las operaciones comerciales que dieron lugar a la expedición

de los cheques que fueron materia de ejecución, y dentro del

proceso judicial de cobro de los mismos.

3. Analizadas las pruebas aportadas por las partes y

apreciadas en conjunto de acuerdo con las reglas de la sana

crítica, se demuestra que Credigilmar S.A. incurrió en

maniobras fraudulentas. El fraude consistió en promover una

acción judicial a sabiendas de su ausencia de legitimidad y de

causa, revistiéndola de apariencia de legalidad ante la

jurisdicción civil, para obtener una sentencia a su favor con

provecho económico y en contra del patrimonio del señor Millán

Chávez. Credigilmar S.A. se valió de la conducta ilícita de

Alonso Lozano y prolongó sus irregulares resultados, durante

las negociaciones comerciales realizadas antes del debate

procesal y especialmente durante el trámite del juicio ejecutivo

en el que resultó afectado injustamente Millán Chávez.

Las anteriores conclusiones se apoyan en los siguientes

hechos y razonamientos:

1) En relación con las operaciones comerciales habidas con

Millán Chávez, Credigilmar S.A. ha ocultado la verdad, en la

SFTB. Exp. 7643 12

medida en que ha dado versiones contradictorias, unas veces

negando y otras afirmando el crédito otorgado a Millán Chávez.

Tan contundente fue su negativa durante el proceso ejecutivo

en relación con el vínculo comercial con Millán, que el fallador

de segunda instancia, al resolver el recurso de apelación,

sostuvo que "la ausencia de la prenda que alega el recurrente

como un indicio de la inexistencia del crédito, resulta

intrascendente" ya que Credigilmar S.A. "jamás concedió

crédito alguno" a Millán. Sin embargo, al contestar la demanda

de revisión, Credigilmar S.A. afirma que otorgó un crédito a

Millán, habiendo girado una parte de su valor.

2) De las declaraciones rendidas por los representantes legales

de Credigilmar S.A., Luis Ignacio Sotomayor Camacho y Marta

Stella Salazar de Peñuela, cada uno en una oportunidad

procesal distinta, el primero en el proceso penal contra Alonso

Lozano y la segunda en el proceso ejecutivo contra Millán

Chávez, se pueden derivar conclusiones contradictorias e

inconsistentes con las demás piezas procesales.

a) El primero afirma que no entró a Credigilmar S.A. un crédito

de Millán, que la operación fue por descuento de cartera, que la

condición de la prenda sin tenencia es para los créditos

directos de compradores de vehículos y no para los

descuentos de cartera, que en los libros de contabilidad de

Credigilmar S.A. no aparece registro de retiros de fondos por

SFTB. Exp. 7643 13

causa del préstamo concedido a Millán Chávez, porque

tratándose de un descuento de cartera el beneficiario de los

giros de Credigilmar S.A. era Soto y Cía y los comprobantes

aparecen firmados por Alonso Lozano, su representante legal,

que Millán Chávez no es deudor de Credigilmar S.A como

solicitante directo del crédito, porque el solicitante directo del

descuento de cartera era Soto y Cía;

b) La segunda afirma que Millán llegó a ser cliente de

Credigilmar S.A. por intermedio de Soto y Cía, que Millán había

obtenido un solo crédito, a través de un descuento de cartera,

que el préstamo se hizo con la garantía que les daba

Soto y Cía, siendo codeudor Millán y que existían pagarés

personales de contragarantía de Soto y Cía, llamándolos actos

de confianza.

3) Al contestar la demanda de revisión, Credigilmar S.A.

sostiene que para la época en que se le endosaron los

cheques de Millán Chávez, la posibilidad de otorgar un crédito

a favor de éste no guardaba relación alguna con el descuento

de cartera que celebraron Soto y Cía y Credigilmar S.A.,

agregando que el endoso de los cheques y el crédito que

Credigilmar efectuó a favor de Millán Chávez por solicitud de

Alonso Lozano, son operaciones separadas e independientes,

sin relación la una con la otra. (Contestación a la demanda de

SFTB. Exp. 7643 14

revisión, hecho No 12). Credigilmar S.A. sostiene que se trata

de dos operaciones: de una parte, los cheques fueron recibidos

en propiedad y para ser descontados de cartera, en una

diáfana operación celebrada entre Soto y Cía y Credigilmar

S.A.; de la otra, el crédito de Credigilmar S.A. a favor de Millán

sí fue concedido por conducto de Alonso Lozano, quien lo

venía tramitando en nombre de Millán ante Credigilmar S.A.,

pero del monto de este tan sólo se entregó una parte a Alonso

Lozano y el saldo no se desembolsó por cuanto no se celebró

el contrato de prenda sobre el vehículo que se exigía.

(Contestación a la demanda de revisión, hecho No 12)

4) La contradicción es evidente. Sólo una de las dos

afirmaciones puede ser verdadera: la primera, según la cual

Millán Chávez no es deudor de Credigilmar S.A. porque se

trató de un descuento de cartera con Soto y Cía, según el

representante legal citado; la segunda, el crédito a favor de

Millán sí fue concedido por conducto de Alonso Lozano, pero

no se completó por ausencia de prenda. En la primera la

prenda no era condición porque se trataba de un descuento de

cartera; en la segunda, el crédito se frustró por falta de esta

garantía. En las versiones de los representantes legales

citados se vinculan las dos operaciones: el recibo de los

cheques girados por Millán Chávez y endosados por Alonso

Lozano y el descuento en cartera. Los primeros se negociaron

SFTB. Exp. 7643 15

para lo segundo. En la versión ofrecida en el trámite del

recurso de revisión, son dos operaciones independientes.

5) De las providencias penales que se profirieron en la

investigación y juicio que se adelantó por iniciativa de Millán

Chávez, claramente se deduce que justamente el negocio

comercial de que aquí se trata constituye la base del delito de

estafa, por cuyo reconocimiento se condenó a Alonso Lozano,

tanto que en el fallo condenatorio se afirma que "...sobre la

voluntad del quejoso se desplegaron maniobras engañosas o

artificios, primero para que girara los cheques que respaldaban

el susodicho crédito y luego endilgándole ser titular de una

deuda que nunca tuvo razón de ser dado que en momento

alguno obtuvo la suma pretendida ante Credigilmar S.A. y que

ésta le otorgó" (f. 241 cuaderno de pruebas), para luego añadir

que el “el crédito aludido salió a favor de ‘Soto y Mauricio

Alonso Automóviles y Compañía Limitada’, cuyo representante

legal retiró su valor, siendo éste deudor de tal obligación en

dicha financiera con base en los títulos girados por Millán, no

así éste quien no fue solicitante directo de empréstito alguno,

viéndose perjudicado en sus intereses económicos y

patrimonio ante las medidas que en su contra se ejercieron

ante la jurisdicción civil" (f. 242, cuaderno de pruebas) y que

Credigilmar “finalmente entabló acción ejecutiva ante el girador,

sin que este les debiera suma alguna ya que el valor de la

SFTB. Exp. 7643 16

obligación lo percibió totalmente” Alonso Lozano (f. 243,

cuaderno de pruebas).

6) Ahora bien, si se admitiera la existencia de la relación

crediticia entre Credigilmar S.A. y Millán Chávez, subsisten

dudas que corroboran la maniobra fraudulenta que se configuró

en el proceso ejecutivo, a la luz de los razonamientos que

siguen.

a) Dado que el objeto social de Soto y Cía no es el de servir de

intermediario o agente en la colocación de créditos, y a su

turno el de Credigilmar S,A. no es el mutuo puro y simple, sino

asesorar y tramitar para terceros la importación, exportación,

compra y venta de mercancías y fomentar la producción de las

mismas mediante financiaciones o empréstitos, resulta dable

pensar que ambas sociedades tenían conocimiento de ello y,

por lo mismo, resulta extraño que aleguen la existencia de

operaciones comerciales que no les son propias, y que no

obren los comprobantes contables ni las garantías que se

suelen exigir en esos casos. En efecto, si Credigilmar S.A.

concedió a Millán Chávez un crédito por el valor de los

cheques, no supo explicar en qué forma lo hizo y a quién

entregó el desembolso parcial. La afirmación de Credigilmar

S.A. en el proceso de revisión, en el sentido de que el crédito a

favor de Millán Chávez sí fue concedido por conducto de

Alonso Lozano, pero de su monto tan sólo se entregó una parte

SFTB. Exp. 7643 17

a éste, agregando que el destino que Alonso Lozano dio a los

dineros que le entregó Credigilmar S.A., es algo que ésta

desconoce, (Contestación a la demanda de revisión, hecho No

12) brilla por ser pueril y por su contradicción con la verdad.

b) La inexistencia de la prenda sin tenencia, es otro indicio

grave de la malformación de los hechos en que ha estado

empeñada Credigilmar S.A. en el presente caso. Otorgar un

préstamo sin garantía no es una conducta razonable ni común

de una entidad crediticia, máxime cuando el mismo Alonso

Lozano (f. 32, cuaderno de pruebas) reconoce que era

indispensable para el préstamo de Credigilmar y Marta Soto (f.

48 cuaderno de pruebas) asegura que se trata de un elemento

igualmente esencial.

c) La concesión de un préstamo que no tiene registro contable

y la entrega de una parte del crédito sin constancia alguna, son

elementos fácticos que militan contra la afirmación de

Credigilmar S.A.

7) Descartada, pues, la posibilidad de que hubiera existido

entre Credigilmar S.A. y Millán Chávez una relación comercial

de mutuo, observa la Corte las características que tuvo el

descuento de cartera que alega el demandante en el proceso

ejecutivo, no para reabrir un debate a todas luces impertinente

en el trámite del recurso de revisión, sino para determinar su

SFTB. Exp. 7643 18

papel en las maniobras fraudulentas que se examinan,

encontrando que en la apariencia de verdad procesal que se

fabricó entre Alonso Lozano y Credigilmar S.A., el descuento

de cartera encubría una operación triangular, que ha quedado

debidamente demostrada en el proceso: Credigilmar S.A.

recibe de Alonso Lozano unos cheques indebidamente

obtenidos de Millán Chávez, abona a la cuenta de Alonso

Lozano el valor correspondiente y queda legitimado para

perseguir judicialmente a Millán Chávez.

8) El haberse enterado de las irregularidades derivadas de los

cheques y continuar su cobro ejecutivo, es otro de los indicios

que quedan establecidos en relación con la conducta de

Credigilmar S.A. Esas irregularidades se pusieron de presente

en la orden de no pago dada por Millán Chávez y en la

existencia del proceso penal. Las maniobras fraudulentas

conocidas por Credigilmar S.A. han consistido por ello en

conocer la ilicitud de la operación que dio origen a los cheques

y en patrocinar sus efectos irregulares. Credigilmar S.A. no

puede afirmar válidamente que la actuación penal se adelantó

exclusivamente contra Alonso Lozano, ignorando que las

causas del proceso penal invalidaban los efectos civiles. Como

tampoco es de recibo su afirmación en el sentido de que el

silencio del juez penal sobre la validez de los cheques

convalidó la actuación ejecutiva (Contestación a la demanda de

revisión, hecho N° 9), por cuanto en dos providencias diversas

SFTB. Exp. 7643 19

de la jurisdicción penal, como quedó visto antes, la declaración

fue expresa en sentido contrario, en cuanto a los efectos civiles

de la operación.

9) Los elementos de convicción indican que Credigilmar S.A.

inició una acción ejecutiva sin causa real y lícita, obró de mala

fe en la iniciación y trámite del proceso ejecutivo e incurrió en

engaño procesal, en la medida en que se aprovechó de la

conducta ilícita de Alonso Lozano para obtener una sentencia

injusta.

3. Síguese de todo lo anterior, que se halla establecida en este

caso la discrepancia entre la verdad real y la procesal, cuyo

origen han sido las maniobras fraudulentas de Soto y Cía,

Alonso Lozano y Credigilmar S.A., por lo que resulta necesario

ocuparse de los efectos de esta declaración sobre la acción

cambiaria derivada de los títulos valores. Puede decirse que

toda la controversia en el proceso ejecutivo, giró en torno a la

legitimidad de Credigilmar S.A. para ejercer la acción cambiaria

derivada de la tenencia de los cheques girados por Millán

Chávez. Credigilmar S.A. ha formulado precisamente en este

proceso las excepciones de tenencia con buena fe exenta de

culpa e inexistencia de la colusión o maniobra fraudulenta. Los

efectos y las excepciones deben considerarse conjuntamente

en este acápite.

SFTB. Exp. 7643 20

En cuanto a la primera excepción, la tesis del demandado

consiste en afirmar que Millán Chávez quedó obligado con la

creación y entrega de los cheques, invocando el apoyo de los

artículos 625 y 626 del Código de Comercio. Sin embargo,

quedó demostrado que la entrega de tales títulos valores no se

hizo con la intención de hacerlos negociables y que, por el

contrario, fueron obtenidos por medios fraudulentos y con

maniobras fraudulentas negociados y cobrados.

La buena fe, principio general del derecho y elemento de

protección contra las excepciones que la ley autoriza en

relación con la acción cambiaria (art. 784, N. 13, C. de Co.), ha

quedado desvirtuada en lo que atañe a la conducta de

Credigilmar S.A. antes y durante el proceso ejecutivo. La ley

comercial ampara los derechos del tenedor de buena fe exento

de culpa, pero una de las argucias consistió precisamente en lo

que en este caso se ha denominado acción triangular, que

significó el aprovechamiento de la estafa cometida por Alonso

Lozano, para acudir al proceso ejecutivo con una legitimidad

que por la mala fe es sólo aparente, pero que tuvo la eficacia

de producir un engaño procesal. La argucia consistió en

aparentar legitimidad en la acción ejecutiva de Credigilmar

S.A., a quien, de hallarse verdaderamente legitimado, no le

serían oponibles las excepciones derivadas del negocio

subyacente a la creación y transferencia de los títulos valores.

SFTB. Exp. 7643 21

En este sentido, mal puede afirmarse, como lo hace

Credigilmar S.A., que los cheques cobrados por ella provienen

de su legítimo tenedor, siendo ella misma legítima por razón de

su buena fe exenta de culpa. Ni una cosa ni la otra son ciertas,

como quedó demostrado. Del enunciado del numeral 12 del

artículo 784 del Código de Comercio se deriva la elemental

conclusión de que la ley protege la legitimidad del tenedor que

no sabe o que no ha participado del fraude en la creación,

entrega o circulación de un título valor, no sólo porque así lo

exige el mantenimiento de las características de literalidad y

autonomía de los instrumentos negociables, sino porque es de

elemental justicia proteger al tenedor de buena fe. Pero cuando

se tiene conciencia de la ilegitimidad o a sabiendas se saca

provecho de sus frutos, haciéndolo además con engaño

procesal, la ley suspende sus efectos tutelantes y autoriza la

sanción judicial. Alonso Lozano no fue legítimo tenedor y no

podía transmitir ese carácter a quien por su mala fe quedó en

poder de los títulos, dado el elemental aforismo de que lo

ilegítimo no da legitimidad, cuando aquello se sabe y

aprovecha.

De la misma manera, no basta afirmar, como lo hace

Credigilmar S.A. en la segunda excepción a la demanda de

revisión, que las maniobras engañosas son exclusivamente de

Alonso Lozano y que en el ámbito del proceso penal aquella no

ha sido declarada responsable en ese sentido. Debe por ello

SFTB. Exp. 7643 22

precisarse que el soporte de la causal 6ª de revisión no es el

fallo penal, sino toda la actuación de Credigilmar S.A., ya que si

el fallo no la compromete, su conducta antes y durante el

proceso ejecutivo sí lo hace.

4. En síntesis, con fundamento en las precisiones que esta

Corporación ha formulado en relación con los elementos que

configuran la causal 6ª del artículo 380 del Código de

Procedimiento Civil, (Gaceta Judicial CCXLIX, Vol. 3, 2488, pag

1710 y 1711), en el presente caso ha quedado establecido: la

existencia de las maniobras fraudulentas de Credigilmar S.A.;

el perjuicio causado al recurrente, cifrado en el embargo de sus

bienes y en la posibilidad del desmedro patrimonial derivado

del remate judicial; la actividad voluntaria, determinada por

varios comportamientos, positivos y negativos, de Credigilmar

S.A.; la significación procesal del fraude por su incidencia en el

proceso ejecutivo en el cual se profirió la sentencia impugnada;

la actividad ilícita, que no fue en este caso producto de una

facultad legal o del cumplimiento de un deber o con

autorización legal; y, el engaño que ha falseado la verdad

procesal formal, para inducir a error en cuanto a la certeza de

ella.

5. Por consiguiente, el recurso de revisión debe declararse

fundado a fin de dejar sin efectos la sentencia impugnada y,

subsecuentemente, debe dictar la Corte el fallo que en derecho

SFTB. Exp. 7643 23

corresponda, lo cual se traduce en revocar la sentencia que

ordenó llevar adelante la ejecución, declarar terminado el

proceso y levantar las medidas cautelares decretadas y

practicadas en él; además de resolver lo pertinente sobre

costas y perjuicios.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala

de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la

República y por autoridad de la ley, DECLARA FUNDADO el

recurso de revisión propuesto, y sin valor la sentencia del

Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá del trece (13)

de abril de 1998, que resolvió negativamente el recurso de

apelación del demandado respecto de la orden de llevar

adelante la ejecución, proferida dentro del proceso ejecutivo

singular de Organización de Créditos Gilmar S.A. Credigilmar

S.A. contra Soto y Mauricio Alonso Automóviles y Cía Ltda y

Jaime Hernando Millán Chávez.

En su lugar RESUELVE:

PRIMERO.- Confirmar la sentencia del Juzgado 12 Civil del

Circuito de Bogotá, en lo que corresponde a la sociedad

demandada Soto y Mauricio Alonso Automóviles y Compañía

Limitada, mediante la cual se declaró probada la excepción de

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prescripción de la acción cambiaria y se dio por terminada la

ejecución en su contra.

SEGUNDO.- Revocar la sentencia del Juzgado 12 Civil del

Circuito de Bogotá, en los numerales 4°, 5° y 6° de la parte

resolutiva.

TERCERO.- Declarar probadas las excepciones de cobro de lo

no debido y no ser el demandante tenedor de buena fe exenta

de culpa, propuestas por el demandante Millán Chávez y, por lo

tanto, terminado el proceso.

CUARTO.- Ordenar la cancelación de las medidas cautelares

decretadas en contra de los bienes de Jaime Hernando Millán

Chávez.

QUINTO.- De conformidad con lo dispuesto en el artículo 510

del Código de Procedimiento Civil, se condena a Credigilmar

S.A. al pago de las costas y perjuicios causados con ocasión

de las medidas cautelares y del proceso ejecutivo.

La liquidación de perjuicios se hará como dispone el inciso final

del artículo 307 del Código de Procedimiento Civil.

Las costas serán tasadas en su oportunidad.

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SEXTO.- Ordenar la cancelación de la caución que para los

efectos de este recurso otorgó el recurrente. Líbrese el

correspondiente oficio a la Compañía de Seguros.

Sin costas en el recurso de revisión, ante la prosperidad del

mismo.

SEPTIMO.- Ordenar la devolución del expediente que contiene

la actuación de las instancias al juzgado de origen, junto con

una copia de esta providencia y la constancia de su ejecutoria.

Archívese la presente actuación.

Por secretaría líbrese el oficio correspondiente.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

SILVIO FERNANDO TREJOS BUENO

MANUEL ARDILA VELASQUEZ

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NICOLAS BECHARA SIMANCAS

JORGE ANTONIO CASTILLO RUGELES

CARLOS IGNACIO JARAMILLO JARAMILLO

JOSE FERNANDO RAMIREZ GOMEZ

JORGE SANTOS BALLESTEROS