Cpl - Pascua y Pentecostes

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LITURGIA

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VLKmJX PENTECOSTS

ete semanas proclamando y escuchando el anuncio gozoso de Pascua: un alimento ontinuado para los cristianos que quieren entrar tambin ellos en la dinmica de la Pascua de su Cabeza y Seor. la tras da, somos invitados a ser la comunidad del Resucitado, la comunidad de la Scua del ' Espritu. Y a examinarnos, mirndonos al espejo de Cristo y de su primera H" 3 d ' P a r a Ver C m o a n d a m o s de los valores que la Pascua nos quiere comunicar: n " r V e ' dinamismo, vida, libertad interior, alegra, amor. Vivimos, en verdad, como l a p U c l t a d o s c o n Cristo", como personas llenas de su Espritu? nos dejamos contagiar tu 3SCUa ' ^ o d o deera quedar coloreado por la Pascua que celebramos: nuestra n/ 8 1 3 , n u e s t r o s cantos, nuestra oracin, pero tambin nuestra actitud moral y vital, estro estilo de esperanza y de entrega.c

alim e C t U r a s b b l i c a s de cada da nos ayudan en la escuela de vida pascual. Son luz y40

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Se aducen dos razones que explican por qu algunos libros de la Escritura estn reservados para unos tiempos litrgicos determinados. La primera de las razones es por la misma importancia del tiempo litrgico. Cierto que hay libros bblicos que encuentran su lugar ms oportuno en el momento apropiado del ao litrgico. Este es el caso, por ejemplo, de reservar el libro de Isaas y de las profecas llamadas mesinicas para eltiempode Adviento, o el de los evangelios de la Infancia de Jess para los das previos a la Navidad y para el mismo tiempo de Navidad. Pero tambin hay que decir que otras veces es por la importancia del tiempo litrgico por lo que se le asignan determinados libros. Este es el caso del tiempo Pascual. Es el principal de los tiempos litrgicos y por tanto conviene asignarle -por decirlo de una manera llana- las mejores lecturas. Por otro lado, la segunda razn aducida, la de la tradicin, confirma este uso. Por eso se menciona aqu expresamente la tradicin "tanto occidental (ambrosiana e hispnica) como oriental" que en sus fuentes litrgicas principales asigna para los das del tiempo pascual, y sobre todo para los domingos, la lectura del libro de los Hechos de los Apstoles. No se puede, pues, pasar por alto esta leccin de la historia. Conviene que al celebrar el da del Seor, intentemos dar fuerza a esta realidad. No podemos dejar pasar la oportunidad de esta proclamacin solemne de los textos del libro de los Hechos de los apstoles.

LOS HECHOS DE LOS APOSTLES EN PASCUAJ. BABURS "Por su importancia intrnseca y por tradicin litrgica, en la presente Ordenacin algunos libros de la Sagrada Escritura se reservan para determinados tiempos litrgicos. Por ejemplo, se respeta la tradicin, tanto occidental (ambrosiana e hispnica) como oriental, de leer los Hechos de los apstoles en tiempo pascual, ya que este libro sirve en gran manera para hacer ver cmo toda la vida de la Iglesia encuentra sus orgenes en el misterio pascual" (Ordenacin del Leccionario de la Misa, OLM n. 74). "La lectura primera (de los domingos del tiempo pascual) se toma de los Hechos de los apstoles, en el ciclo de los tres aos, de modo paralelo y progresivo; de este modo, cada ao se ofrecen algunas perspectivas de la vida, testimonio y progreso de la Iglesia primitiva ".(OLM 100). "La primera lectura (en la Misa del da de Pascua) se toma de los Hechos de los apstoles, que se leen durante el tiempo pascual en vez de la lectura del Antiguo Testamento" (OLM 99). "La solemnidad de la Ascensin conserva como primera lectura la narracin de este suceso segn los Hechos de los apstoles. ... En la Misa del da (de Pentecosts), se toma como primera lectura la acostumbrada narracin que nos hacen los Hechos de los apstoles del gran acontecimiento de Pentecosts" (OLM 102). La primera lectura de los domingos del tiempo pascual En los fragmentos de la Ordenacin del Leccionario de la Misa que acabamos de transcribir se nos presenta de una manera sumaria la intencin de la lectura del Libro de los Hechos de los apstoles durante el Tiempo de Pascua. 42

Toda la vida de la Iglesia empieza con el misterio Pascual Esta afirmacin de la Ordenacin del Leccionario de la Misa (n.74) nos da la clave de comprensin del porqu de la utilizacin del libro de los Hechos durante el tiempo de Pascua, pero, al mismo tiempo, nos exige tambin implcitamente que a la hora de interpretar estas lecturas las orientemos en este sentido. Partiendo, pues, de esta afirmacin, convendr que toda la predicacin homiltica y la lectura espiritual de estos textos sean explicadas y comprendidas desde este prisma. Es una buena ocasin, por ejemplo, para explicar el n.5 de la Sacrosartctum Concilium, que afirma expresamente que Jesucristo cumple la obra de la redencin humana y de la perfecta glorificacin de Dios por el misterio pascual de su bienaventurada pasin, resurreccin de entre los muertos y gloriosa ascensin. "Por este misterio, con su muerte destruy nuestra muerte y con su resurreccin restaur nuestra vida. Pues del costado de Cristo dormido en la cruz naci el sacramento admirable de la Iglesia entera" (cf. tambin LG 3). Estas ideas estn glosadas magnficamente en muchos de los prefacios del tiempo de 43

Pascua, e incluso en otros, como por ejemplo en el primero para los domingos del tiempo ordinario, que dice: "...por su misterio pascual realiz la obra maravillosa de llamarnos del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nacin consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas". Todo el texto est impregnado de las ideas del NT y principalmente de la primera predicacin apostlica que resonar en estas lecturas pascuales de los Hechos de los apstoles. Al celebrar la pascua, la Iglesia naciente glorifica a Dios al ver que ella misma no es sino un fruto ms -el ms excelso- de la nueva creacin, obrada por Jess en la Cruz y en la Resurreccin. Adems, cuando afirmamos que laEucaris ta construye lalglesia, estamos manifestando que la Iglesia nace del misterio eucarstico, memorial del misterio pascual de la muerte y resurreccin de nuestro Seor Jesucristo (cf. LG 3.7-8). Pero tambin toda vida sacramental de la Iglesia tiene su origen en el misterio pascual (cf. SC 61). La vida, el testimonio y el progreso de la Iglesia primitiva He aqu otrofilnpara nuestra reflexin. Nos lo dice la Ordenacin del Leccionario de la Misa:"... cada afio se ofrecen algunas perspectivas de la vida, testimonio y progreso de la Iglesia primitiva" (cf. n. 100). Tres aspectos fundamentales: vida, testimonio y progreso. Al hablar de la vida podremos hacer ver la accin "ad intra" e incluso la misma esencia de aquella comunidad incipiente, presentada idealmente en aquellos conocidsimos sumarios del libro de los Hechos. Comunidad que se presenta ya reunida alrededor de los apstoles, que escucha la Palabra de Dios que ellos ensean, que la practica tenindolo todo en comn, que ora con asiduidad y acta haciendo el bien, y que se rene para la fraccin del pan. Cuando nos referimos al testimonio podemos considerar la gran accin "ad extra" a la que se lanzaron los que oyeron de labios del Maestro el ltimo adis: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creacin" (Me 16,15). Veremos cmo Pedro comienza a admitir paganos en el seno de la Iglesia y cmo Pablo, ganado por la causa de Cristo, se lanza a la aventura de evangelizar todo el mundo conocido. Y al entrar en el progreso, aparte de hacer referencia a lo que hemos dicho hasta ahora, tenemos que aadir los detalles del cronista Lucas, que hace notar por doquier que eran muchos los que iban abrazando la fe, o cmo iban surgiendo nuevas comunidades. Pero tambin cmo se organizaban cada vez de una manera mejor y ms estructurada con los diversos ministerios, cmo se hermanaban las diversas posturas y cmo se construa la Iglesia en la unidad desde la diversidad de los carismas. Y cmo los cristianos iban44

creciendo en la profundizacin de la fe y de la doctrina a base de la reflexin teolgica constante de aquella comunidad apostlica. No olvidemos mantener siempre la perspectiva de que el libro de los Hechos de los Apstoles es una segunda parte del Evangelio de Lucas. Situmoslo desde la visin que da un testigo ocular o al menos bien informado (cf. prlogo). La visin del libro de los Hechos es la visin del testimonio dado por los apstoles en su proclamacin al mundo del Evangelio de Jess. Transcribe las primitivas catequesis apostlicas dirigidas a judos y paganos. Por eso tiene un sabor tan actual a la hora de una nueva evangelizacin del mundo neo-pagano de hoy. Y todo eso acompaado de un sentido muy universal, abierto, centrado en lo que es esencial, innovador, no aferrado a situaciones pasadas como la del judaismo. En definitiva, una oportunidad para profundizar en la fe y en la vivencia de esta fe en nuestras comunidades. Dejemos que el Espritu que removi el Cenculo y llev a los apstoles hasta los confines ms alejados de la tierra para hacerlos testigos de la Resurreccin, zarandee nuestros corazones y nos haga ms valientes para anunciar con la palabra y el ejemplo la verdad del Evangelio.

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VICTIMAE PASCHALI LAUDES La secuencia de PascuaF. XAVIER AROZTEGUI La bella pieza que alegra la celebracin de Pascua es obra del sacerdote Wipon (+1050). Era capelln del emperador Conrado II y de su hijo Enrique III. Se cree que es asimismo autor de la msica. Wipon compuso la poesa para servir de secuencia en la misa pero la forma dialogada de la segunda parte la hizo muy popular en los dramas o misterios de la Resurreccin. En muchas iglesias, despus del tercer responso de Maitines y antes del Te Deum, se escenificaba la maana de Pascua. Los actores (nios y nias) representaban a las tres Maras, ngeles y apstoles que acudan al sepulcro, y cantaban dilogos: "Quin har rodar la puerta de la entrada?" "A quin buscis, mujeres temblorosas?" Dentro de estos dilogos encontraba su lugar el Victimae Paschali. Esta secuencia fue una de las cinco que el Concilio de Trento mantuvo en vigor, aunque suprimiendo la estrofa quinta, cosa que trajo consigo un pequeo cambio gramatical en la sptima, como veremos. Texto y traduccin Victimae paschali laudes immolent Christiani. Agnus redemit oves, Christus innocens, Patri reconciliavit peccatores. Mors et vita duello conflixere mirando, dux vitae mortuus regnat vivus.46

Dic nobis Mara quid vidisti in via: Sepulcrum Christi viventis et gloriam vidi resurgentis. Anglicos testes, sudarium et vestes. Surrexit Christus, spes mea, praecedet vos in Galileam. Scimus Christum surrexisse a mortuis ver, tu nobis, Vctor, Rex miserere.

Dnos, Mara, qu viste en el camino?: sepulcro de Cristo que vive y v i l a 8 l o r i a d e l