Créeme es en serio, no puedo pagar el seguro!

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Rubén Cantafio 1 Créeme, es en serio, no puedo pagar el Seguro! Como una bola de nieve, que va creciendo y creciendo, mientras va rodando, se nos hace cada día una realidad más aplastante el precio del seguro. No solo por lo que viene creciendo, empujado por la asfixiante

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Créeme, es en serio, no puedo pagar el

Seguro!

Como una bola de nieve, que va creciendo y creciendo, mientras va

rodando, se nos hace cada día una realidad más aplastante el precio del

seguro. No solo por lo que viene creciendo, empujado por la asfixiante

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inflación y la nefasta devaluación a la que ha sido sometido nuestro signo

monetario nacional (No busquemos culpables que este escrito no abarca

ese tema) sino porque adicionalmente todo sin excepción, lo que

adquirimos de manera habitual y no habitual ha subido exorbitantemente

de precio y por consecuencia se ha esfumado nuestra posibilidad de

comprar algunos bienes y servicios porque son sencillamente inasequibles.

Simplemente nuestra capacidad adquisitiva mermo importantemente, por

lo que, el mismo ingreso solo sirve para comprarnos bienes y servicios cada

día más básico, dejándonos esto sin la posibilidad cierta de poder pagar

nuestros seguros. Son más caros por ese mismo efecto y como no gano

más, pues debo de dedicar mi dinero a comprar bienes más básicos como

lo son comida y medicina.

Ahora bien. Esto abre un boquete en nuestro riesgo. El que nos suceda

algún accidente o enfermedad y no tener póliza de salud, mejor conocida

como HCM o que nuestro vehículo tenga un percance o se lo roben, nos

crearía una situación financiera negativa que tardaríamos mucho tiempo en

reparar. En un país donde el costo del acto médico es casi impagable,

donde son pocas las instituciones de salud que mantienen altos

estándares, donde el comprar algún vehículo es casi imposible, no solo por

su altísimo valor sino por la escasez inmensa que hay de dichos bienes,

sería una locura, simplemente y vulgarmente una locura no estar

asegurados.

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Los que hemos estado en el mercado de seguros por muchísimos años

sabemos muy bien, que este ha sido un sector que siempre ha crecido ,

pero que en tiempos malos, siempre crece más, por el temor de la gente de

perder sus bienes, por el temor que ese riesgo de perderlo y no poder

recuperarlo, implica. Pero es que creo que por primera vez, ¨El no puedo

pagarlo, en serio¨ se hace presente de manera cierta y estruendosa, por lo

que pasara a ser también un problema de las aseguradoras e intermediaros

que verán una importante caída en el inventario de clientes que poseemos.

Para ninguno de los que estamos en este mercado este es un secreto y en

las últimas semanas se nos ha presentado, a mí, y estoy seguro, a muchos

de los que trabajamos este mercado de seguros, casos de amigos y

familiares que nos dices: Es en serio, no tengo plata para pagar el seguro.

Tenga en cuenta que esto es más delicado aun en el sector corporativo.

Imagínese Ud. este tema y lo delicado del mismo cuando se lo aplica a los

activos o a los trabajadores de una industria. Imagínese Ud. El nefasto

impacto en la economía que esto tiene. Pero es la realidad, nadie vende

más, todos vendemos menos y nuestros clientes tienen solo la misma

cantidad de dinero, para comprar solo artículos de primera necesidad, que

de paso, cada día cuestan más.

Particularmente, creo que esto es solo el comienzo de un doloroso camino

que seguiremos atravesando, que se incrementara más profundamente a

partir del segundo trimestre de este 2015. Es que ahora es que esto

comienza y no veo soluciones pragmáticas a esta dolorosa realidad. Si

existe alguna mejora en lo económico, solo pasaremos del no hay, a lo

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encontré pero no puedo pagarlo. En consecuencia no creo sea correcto

pensar en que esta realidad no nos va alcanzar, que somos imbatibles y

que estamos a salvo de que esto no nos pase, como empresa o como

individuos.

Ahora bien, como podemos solucionar el tema? Que puedo hacer para no

perder mi seguro sobre mi salud y esos bienes que me son esenciales? Que

alternativas tengo? A que o a quien puedo acudir para que me ayude en el

tema y así conservar mi seguro, que tanta falta me hace, más aun en estos

tiempos de crisis tan marcada?

En este tema hay tres actores: Ud., su intermediario de seguros y la

Compañía aseguradora. Por lo tanto la primera recomendación es: No

asuma que el tema es suyo solo y por consecuencia, déjele saber a su

intermediario y a su empresa aseguradora que la situación no es suyo solo

y que les va a afectar también a ellos. Perder la prima y la comisión según

sea el caso, no es para nada agradable y más en estos momentos, pero

perder un cliente por no haber intentado mantenerlo y haber dado el todo

por él, es casi un PECADO ECONOMICO. Todos sabemos lo difícil de captar

un cliente, y todos sabemos que implica perderlo. Las políticas de retención

de clientes en las empresas deben ser rígidas y notorias, dirigidas a

conservar un cliente, como sea. Solo admitiría la pérdida de un cliente,

habiendo hecho todo lo que podía y tenía que hacer. Solo así podría dormir

tranquilo!

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Dicho esto, la primera decisión que debe Ud. tomar es analizar su

circunstancia económica y por ende, su flujo de caja, es decir, su capacidad

de pago real. De cuánto dinero dispone para el pago de sus seguros sin que

esto afecte su capacidad adquisitiva en bienes y servicios esenciales: Luz,

agua, condominio, teléfono, cuotas de crédito, comida, colegio de sus hijos,

actividades adicionales de estos, salud, medicinas. Una vez que tenga esa

cifra, ya sabe Ud. Cuanto le queda para poder afrontar el nuevo recibo de

primas que le llego, bien sea de su vehículo, de su póliza HCM o cualquiera

que tenga contratada. Entonces sabrá realmente que puede hacer, que

puede comprar.

Teniendo este primer paso claro, llego el momento de pedirles sacrificios

tanto a su intermediario de seguros como a su aseguradora. Pídale al

intermediario que le busque la mejor alternativa posible, es decir, cuales

ofertas de empresas serias del mercado asegurador le puede encontrar que

le favorezca más que la que ya tiene contratada. Hágale que pelee por Ud.

La mejor opción posible, tanto en la empresa que ya está asegurado como

en las demás existentes en el mercado asegurador.

Una vez que tenga ese abanico de ofertas de las aseguradoras, siéntese

pausada y maduramente y pídale de nuevo, que le baje el precio, pero esta

vez la de su intermediación. El código de aranceles de comisión aprobado

habla de ARANCELES MAXIMOS, por lo que el a su propia decisión puede

bajarle el costo de su intermediación, digamos a la mitad. Lo que afectara

a la baja el precio final del seguro. Es hora de pedirle un sacrificio a su

intermediario, quien gustosamente, hará lo imposible para complacerle y

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para no perderle. Recuérdele su relación, recuérdele su antigüedad como

cliente, utilice argumentos persuasivos emocionales y apele a la grave

situación económica que nos afecta a todos. Déjele saber lo importante que

es mantenerlo a Ud. Como cliente y lo importante que es que ambos logren

pasar esta situación difícil pensando en lograr una relación a largo plazo.

Como asumo que ya lo convenció, pues viene una segunda tarea, aún más

difícil. Ya sabe Ud. Cuál es la mejor tasa de seguro que le ofrecieron las

aseguradoras de primer orden del país. Piense bien cual empresa le gusta

más, por su oferta, por su servicios asociados, por su marca y por su

reconocida solvencia. Una vez tenga esto claramente definido, pídale a la

aseguradora de su elección que le de esa misma tasa pero con un

DEDUCIBLE. Un DEDUCIBLE no es más que una porción que estamos

dispuesto a aceptar en caso de que tengamos un siniestro. Este puede ser

porcentual, es decir un porcentaje del siniestro que tengamos o por monto

fijo, es decir, en caso de que tengamos un siniestro, asumiremos nosotros

ese monto y si el siniestro no superase esos porcentajes o montos que

estimamos, seremos nosotros los que con nuestro bolsillo le daremos

frente a ese siniestro que nos ocurra. Pero si el siniestro es superior,

asumiremos de nuestro bolsillo esa parte que determinamos como

DEDUCIBLE y la aseguradora asumirá la diferencia. Esto produce una

sensible reducción en el monto a pagar en la prima de nuestros seguros.

Esa suma que se ahorre en el precio del seguro, no se la gaste, será parte

del pote que debe de constituir para darle frente a ese deducible que Ud.

está estableciendo. Pero adicionalmente puede Ud. Establecer una línea de

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crédito para tal evento en caso de que le ocurra. Compre Ud. Una línea de

crédito que le permita en caso de que algo le suceda, darle frente a esa

eventualidad y de paso la financia a corto o mediano plazo. Puede incluso

mantener una tarjeta de crédito sin utilizarla, para tales efectos.

La verdad es que Ud. Debería utilizar su seguro, no para darle frente a

tonterías, como coques simples o rayones, sino para el caso de un choque

fuerte o el robo de su unidad, o no para darle frente a catarros o dolores

estomacales simples, sino para enfermedades que realmente afecten su

patrimonio personal. Y es que debemos de entender y comenzar a

comprender que el seguro no es una piñata a la que le debemos de caer a

palos por cualquier cosa, sino que es una necesidad y que debemos de

cuidarlo en extremo y que sirve para protegernos de esas desviaciones

Vera como el resultado de conjugar estos tres consejos: Tasas,

intermediación y deducibles lo coloca de nuevo en la vía de estar

asegurado, adecuadamente y que puede, si así se lo propone, darle frente

a todos sus compromisos económicos.